con locos rayos de luna que las vuelven pensativas. A veces nuestras ciudades son la aridez infinita de las polvosas llanuras de Castilla que se asfixia. Andaluza y castellana y natural de las Indias, así Quito por el tiempo es, en su sangre, mestiza. Franciscana muy devota fue en sus inicios la villa: todavía en las callejas de toledana hidalguía se encuentra oculto el secreto de felicidad marchita, de bellos viejos amores que no mueren todavía. En esta ciudad a veces También se tiene a la vista la vega, como en Granada, que suavemente desliza el zigzagueante verdor del valle que con porfía trepa a las nieves perpetuas de nuestras cumbres andinas. Andaluza y castellana en sus manera más finas, americana española, tan compleja, ella misma!