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INTRODUCCIÓN

En nuestro planeta las condiciones climáticas son muy heterogéneas y


fluctuantes.
Estas condiciones oscilan entre rangos extremos tan fríos como –800C en la
Antártica hasta temperaturas tan calientes como 550 C en zonas desérticas
africanas. La vida animal es posible debido a los sistemas de adaptación térmica
tanto a los extremos de temperaturas antes señalados como a la variedad de
rangos climáticos en las diferentes áreas del planeta. La temperatura corporal
es un indicador importante del medio interno y el resultado del balance entre la
producción y la pérdida de calor. El balance térmico se establece por un
complejo sistema homeostático de control, responsable de la condición
isotérmica de la especie animal y está notablemente influenciado por factores
componentes del medio ambiente. Entre los indicadores influyentes del medio
ambiente, la temperatura se constituye en el más importante generador de
cambios fisiológicos en el organismo animal debido a que activa o deprime
funciones de algunos sistemas corporales que determinan respuestas de
carácter comportamental individual o colectivo en los animales. La temperatura
determina la velocidad de movimientos de las moléculas de cualquier materia
incluyendo a aquellas de las cuales está constituido el cuerpo de los animales.
Cuanto más baja sea la temperatura, más lento será el movimiento de las
moléculas yn por consiguiente con mayor lentitud transcurrirán las reacciones
químicas; por el contrario, el calor incrementa la velocidad de estas reacciones.
La temperatura es uno de los principales factores que afecta la función de los
tejidos y por lo tanto, su control dentro de los límites de oscilación de la especie,
es un mecanismo homeostático.
1. ANIMALES HOMEOTERMOS

Los animales homeotermos son aquellos que tienen la capacidad de mantener


su temperatura corporal interna relativamente constante.

La temperatura de estos animales se mantiene sin importar las variaciones de


temperatura del medio ambiente que los rodea. También se les conoce como
animales de sangre caliente o termorreguladores.

Dicha capacidad está dada por un proceso conocido como termorregulación. El


cual les permite mantener su temperatura corporal en un rango comprendido
entre 36° y 42°, dependiendo de la especie a la que pertenezca el animal.

Las aves y los mamíferos son los dos grandes grupos que conforman esta
clasificación. En dichos animales, esta capacidad es fundamental para el
desarrollo de una gran variedad de reacciones bioquímicas y procesos
fisiológicos que se relacionan con el funcionamiento normal de su metabolismo
y con su supervivencia.

De igual forma, esta habilidad también les permite a los animales homeotermos
adaptarse para sobrevivir en zonas geográficas con climas extremos como los
polos y los desiertos.

El pingüino emperador, por ejemplo, habita en la Antártida, donde la temperatura


puede descender hasta los -60°c y el fénec (zorro del desierto) vive en los
desiertos del Sáhara y de Arabia, donde la temperatura alcanza los 59°C.

Proceso de termorregulación en animales homeotermos

La termorregulación es el fenómeno mediante el cual los homeotermos pueden


mantener constante su temperatura corporal a pesar de las fluctuaciones
térmicas del medio ambiente en el que habitan.

Ésta se produce mediante el balance entre la producción y pérdida de calor frente


a los estímulos térmicos del medio ambiente. Es decir, es la respuesta natural
del organismo del animal a las exigencias climáticas de su hábitat para mantener
la temperatura corporal interna adecuada para su supervivencia.

Para lograr este balance se requiere un alto grado de consumo energético que
resulta posible gracias a la activación de diferentes mecanismos de regulación y
de un sistema de control central. Los mecanismos de regulación son de dos
tipos: mecanismos de detección y mecanismos de respuesta.

Los mecanismos de detección son los que reciben y envían la información sobre
los cambios de temperatura al sistema de control central. Están conformados por
las terminaciones nerviosas periféricas y puntos nerviosos de detección en
la médula y el hipotálamo.

El sistema de control central, por su parte, es el encargado de procesar la


información y generar las respuestas que permitirán mantener la temperatura
corporal vital del animal. En los animales homeotermos esta función la cumple el
hipotálamo.

Los mecanismos de respuesta son los encargados de mantener constante la


temperatura corporal interna del animal. Incluyen los procesos de termogénesis
(producción de calor) y termólisis (pérdida de calor). Estos mecanismos pueden
ser de dos tipos: fisiológicos y conductuales.

Dependiendo de la especie, los homeotermos presentan un grado de


temperatura corporal considerada como normal (por ejemplo, para el oso polar
38°C, para el elefante 36°C, para la mayoría de las aves 40°C, etc.).

Dicha temperatura se mantiene en estos niveles gracias a los procesos


metabólicos normales del organismo. Es lo que se conoce como rango de
temperatura termoneutral.

Sin embargo, cuando los niveles térmicos corporales en estos animales


ascienden o descienden a niveles críticos, se activan mecanismos de respuesta
especiales que implican el aumento del cociente de gasto metabólico para
generar calor o evitar la pérdida de éste.
Existen mecanismos de respuesta en la termorregulación que son comunes a
todos los animales homeotermos, pero algunos son específicos para cada
especie.

Muchos de ellos se manifiestan en la fisiología o el comportamiento del animal


(pelaje de invierno, hibernación, etc.). En términos generales, dichas respuestas
ocurren dentro de dos procesos: la radiación térmica y la evaporación.

Algunos animales homeotermos

Perro: los mecanismos de los perros


para mantener su temperatura
corporal incluyen el sudor en las
amohadillas de las patas y el jadeo.
Gracias al jadeo la sangre caliente es
bombeada a la lengua donde el calor
se elimina en forma de humedad.

Ser humano: nuestra temperatura


corporal siempre permanece entre
los 36 y los 37 grados. Cuando
hace demasiado frío, contamos
con el recurso del temblor.
Además, disminuye el flujo
sanguíneo en áreas periféricas del
cuerpo, lo cual puede observarse
en que las puntas de los dedos se
ponen azules. Cuando hace
demasiado calor, contamos con el
recurso del sudor.

Vaca: este mamífero mantiene una


temperatura relativamente constante
alrededor de los 38,5 grados. Sin
embargo, el ternero (la cría de la vaca)
mantiene una temperatura un poco
superior: 39,5 grados. Las vacas que se
crían para utilizar su carne suelen tener
temperaturas ligeramente inferiores, entre
36,7 grados y 38,3 grados.
Caballo: tanto el caballo macho como la
yegua mantienen temperaturas entre
37,2 y 37,8 grados, siendo el límite de
su temperatura saludable 38,1 grados.

Canarios: las aves no tienen glándulas


sudoríparas, es decir que no cuentan
con el sudor como recurso para
disminuir la temperatura corporal. Por
el contrario, los recursos de las aves son
la radiación de calor a través de la
superficie de la piel, la eliminación del
calor a través de la conducción (el
contacto con objetos que se encuentran
a menor temperatura) y la convección,
es decir la irradiación del calor en el aire
circundante. Por eso los canarios
siempre deben encontrarse en
ambientes bien ventilados.

Gallinas: La temperatura de las


gallinas se mantiene entre 40 y 42
grados. Sin embargo, las gallinas
jóvenes son más dependientes de la
temperatura ambiental para poder
mantener su temperatura interna ideal,
por lo que se las protege (a través de
ventilación o ubicándolas en lugares
cerrados) si la temperatura ambiental
se encuentra por debajo de los doce
grados o por sobre los 24 grados.
Como ocurre con otras aves, la
temperatura corporal constante de las
gallinas le permite empollar sus
huevos, es decir, transmitirle una
temperatura ideal.
2. MECANISMOS FISIOLOGICOS REGULADORES DE LA
PRODUCCION DE CALOR

Es interesante referir se a la temperatura corporal como un mecanismo


adaptativo desarrollado y perfeccionado durante el proceso de la evolución. Los
mamíferos, por ejemplo, a diferencia de los anfibios, logramos durante el proceso
evolutivo que la temperatura interna fuera constante y por lo tanto independiente
de la temperatura del medio ambiente que nos rodea. Para que esto fuera posible
la naturaleza nos dotó de mecanismos homeostáticos que, a activarse, o bien
estimulan la pérdida de calor, o bien estimulan la ganancia de calor, siempre
buscando que nuestra temperatura interna Permanezca en calores constantes.

La ventada de este mecanismo adaptativo salta a la vista. Independientemente


de la temperatura del medio ambiente (ambientes fríos o calurosos), los
mamíferos pueden llevar una vida normal hasta ciertos límites, claro está.

A diferencia de los mal llamados "animales de sangre fría" o


poiquilotermos (animales cuya temperatura interna depende de la temperatura
del ambiente), nosotros los mamíferos o animales homeotermos, "aprendimos"
a regular nuestra temperatura corporal, lo que nos permite ser activos en
condiciones de frío o calor.

Los reptiles y los anfibios no presentan esta particularidad. Su temperatura


interna depende de la temperatura del medio ambiente. Si hace calor se
activarán su sistema enzimático, calves en el gobierno de las reacciones
químicas. Si el ambiente externo se torna frío, se deprimen los sistemas
enzimáticos a tal punto que el animal puede quedar prácticamente paralizado.

La temperatura del cuerpo está regulada casi exclusivamente por mecanismos


nerviosos de retroalimentación negativa que operan, en su mayoría, a través de
centros termorreguladores situados en el hipotálamo.

Mecanismos de ganancia de calor

Al igual que la pérdida de calor, éstos pueden ser externos e internos

Mecanismos externos de ganancia de calor

Se incluye la radiación directa del sol y la irradiación de la atmósfera.


Radiación directa del sol

La superficie del cuerpo absorbe una gran cantidad de calor como radiación
infrarroja. Se ha calculado que el cuerpo humano obtiene 97%.

Irradiación desde la atmósfera

La atmósfera actúa como una pantalla amplificadora frente a las radiaciones


provenientes del sol y hace incidir las radiaciones infrarrojas directamente sobre
el cuerpo.

Mecanismos internos de ganancia de calor

Vasoconstricción

En el hipotálamo posterior existen centros nerviosos simpáticos encargados de


enviar señales que causan una disminución del diámetro de los vasos
sanguíneos cutáneos; esta es la razón por la cual la gente palidece con el frío.

Piloerección

La estimulación del sistema nervioso simpático provoca la contracción de los


músculos erectores, ubicados en la base de los folículos pilosos, lo que ocasiona
que se levante. Esto cierra los poros e impide la pérdida de calor. También crea
una capa densa de aire pegada al cuerpo, lo que evita la pérdida de calor por
convección.

Termogénesis química

En el organismo, la estimulación del sistema nervioso simpático puede


incrementar la producción de adrenalina y noradrenalina, lo que ocasiona un
aumento de metabolismo celular y, por ende, del calor generado.

Espasmos musculares

También denominan tiritones. En el hipotálamo se encuentra el termostato del


organismo; son estructuras nerviosas encargadas de controlar y regular la
temperatura corporal. En el posterior se produce la tiritación.
Fiebre

Los animales homeotermos han desarrollado mecanismos fisiológicos que les


permiten tener una temperatura corporal constante. Sin embargo, el equilibrio
calórico de un organismo se puede perder con gran facilidad y ocasionar
alteraciones como la fiebre. La fiebre es una alteración del termostato corporal,
ubicado en el hipotálamo, que conduce a un incremento de la temperatura
corporal sobre el valor normal. Esto puede ser causado por:

- Enfermedades infecciosas bacterianas

- Lesiones cerebrales

- Golpes de calor

Enfermedades infecciosas bacterianas

Es el caso de las bacterias que generan toxinas y afectan al hipotálamo


aumentando el termo estado. Esto afecta a los mecanismos de ganancia de
calor, los cuales se activan. Los compuestos químicos que incrementan la
temperatura son los pirógenos.

Lesiones cerebrales

Al practicar cirugías cerebrales se puede causar daño involuntariamente en el


hipotálamo, el cual controla la temperatura corporal. Esta alteración ocurre
también por tumores que crecen en el cerebro, específicamente en el
hipotálamo, de manera que el termostato corporal se daña y desencadena
estados febriles graves. Cualquier lesión a esta importante estructura puede
alterar el control de la temperatura corporal y ocasionar fiebre permanente.

Golpes de calor

El límite de calor que puede aumentar el humano está relacionado con la


humedad ambiental. Así, si el ambiente es seco y con viento, se pueden generar
corrientes de convección, que enfrían el cuerpo.

Por el contrario, si la humedad ambiental es alta, no se producen corrientes


de convección y la sudoración disminuye, el cuerpo comienza a absorber calor y
se genera un estado de fiebre. Esta situación se agudiza más aún si el cuerpo
está sumergido en agua caliente.

En el ser humano se genera una aclimatación a las temperaturas altas, así


nuestra temperatura corporal puede llegar a igualar la del medio ambiente sin
peligro de muerte. Los cambios físicos que conducen a esta aclimatación son:
el aumento de la sudoración, el incremento del volumen plasmático y la
disminución de la pérdida de sal a través del sudor.
3: MECANISMOS FÍSICO REGULADORES DE LA PERDIDA DE CALOR

El calor del cuerpo se pierde por radiación, convección, conducción y


evaporación y pueden explicarse de la manera siguiente.

3.1. RADIACIÓN.

La pérdida de calor por radiación significa pérdida de calor en forma de rayos


infrarrojos, que son ondas electromagnéticas. Es decir, existe un intercambio de
energía electromagnética entre el cuerpo y el medio ambiente u objetos más fríos
y situados a distancia. La cantidad de radiación emitida varía en relación al
gradiente que se establece entre el cuerpo y el medio ambiente. Hasta el 60%
de la pérdida de calor corporal puede tener lugar por este mecanismo.

3.2. CONVECCIÓN.

Es la transferencia de calor desde el cuerpo hasta las partículas de aire o agua


que entran en contacto con él. Estas partículas se calientan al entrar en contacto
con la superficie corporal y posteriormente, cuando la abandonan, su lugar es
ocupado por otras más frías que a su vez son calentadas y así sucesivamente.
La pérdida de calor es proporcional a la superficie expuesta y puede llegar a
suponer una pérdida de hasta el 12%.
3.3. CONDUCCIÓN.

Es la perdida de pequeñas cantidades de calor corporal al entrar en contacto


directo la superficie del cuerpo con otros objetos más fríos como una silla, el
suelo, una cama, etc. Cuando una persona desnuda se sienta por primera vez
en una silla se produce inmediatamente una rápida conducción de calor desde
el cuerpo a la silla, pero a los pocos minutos la temperatura de la silla se ha
elevado hasta ser casi igual a la temperatura del cuerpo, con lo cual deja de
absorber calor y se convierte a su vez en un aislante que evita la pérdida ulterior
de calor. Habitualmente, por este mecanismo, se puede llegar a una pérdida de
calor corporal del 3%. Sin embargo, este mecanismo adquiere gran importancia
cuando se produce una inmersión en agua fría, dado que la pérdida de calor por
conductividad en este medio es 32 veces superior a la del aire.

3.4. EVAPORACIÓN.

Es la pérdida de calor por evaporación de agua. En lo dicho anteriormente sobre


la radiación, convección y conducción observamos que mientras la temperatura
del cuerpo es mayor que la que tiene el medio vecino, se produce pérdida de
calor por estos mecanismos. Pero cuando la temperatura del medio es mayor
que la de la superficie corporal, en lugar de perder calor el cuerpo lo gana por
radiación, convección y conducción procedente del medio vecino. En tales
circunstancias, el único medio por el cual el cuerpo puede perder calor es la
evaporación, llegando entonces a perderse más del 20% del calor corporal por
este mecanismo. Cuando el agua se evapora de la superficie corporal, se pierden
0,58 calorías por cada gramo de agua evaporada. En condiciones basales de no
sudoración, el agua se evapora insensiblemente de la piel y los pulmones con
una intensidad de 600 ml al día, provocando una pérdida continua de calor del
orden de 12 a 16 calorías por hora. Sin embrago, cuando existe una sudoración
profusa puede llegar a perderse más de un litro de agua cada hora. El grado de
humedad del aire influye en la pérdida de calor por sudoración y cuanto mayor
sea la humedad del medio ambiente menor cantidad de calor podrá ser eliminada
por este mecanismo. Con la edad aparece una mayor dificultad para la
sudoración, con la consiguiente inadaptación a las situaciones de calor, hecho
similar que se reproduce en algunas personas con alteración de las glándulas
sudoríparas. Por contra, existen determinadas enfermedades de la piel que
favorecen la pérdida de agua a través de la misma.
4. PÉRDIDAS DE CALOR EN LOS SERES VIVOS:

Hay dos mecanismos de intercambio de calor entre el cuerpo de un animal,


(incluido el humano), y el ambiente: pérdida evaporativa de calor e
intercambio de calor no evaporativo.

El intercambio de calor no evaporativo representa la suma de los flujos de


calor debidos a radiación, convección y conducción. Como el calor fluye a favor
del gradiente de temperatura, el calor del cuerpo se disipa al ambiente siempre
que el ambiente este más frío que el cuerpo. La temperatura corporal de los
endotermos, como el humano, es generalmente superior a la temperatura
ambiental, por lo cual la mayor parte del calor que producen estos organismos
se pierde por radiación, conducción o convección. Cuando la temperatura
ambiental es superior a la corporal, la evaporación es la única forma de pérdida
de calor, constituyéndose en un mecanismo esencial para el mantenimiento de
la homeotermia. Es importante tener en cuenta que la efectividad relativa de
estas rutas de intercambio de calor depende de las condiciones ambientales.

4.1. Radiación.

Como todo cuerpo con temperatura mayor de 26.5 ºC, los seres vivos también
irradian calor al ambiente por medio de ondas electromagnéticas. Es el proceso
en el que más se pierde calor (60%).

4.1.1. Consideraciones de la radiación en animales.

Intercambios de calor no relacionados con el sol:

si un ave vuela en una noche fría y además se encuentra cercana a la


vegetación, sufre pérdida de calor por radiación térmica hacia la vegetación y
cielo, téngase en cuenta que la vegetación está fría, por otro lado, es de noche,
es decir sin luz solar; a su vez, los dos elementos anteriores absorben energía
del propio ave.

Un reptil por la noche puede absorber energía radiante proveniente de una roca
que conservar la energía almacenada del sol, a su vez, éste transfiere energía a
la propia roca.
La radiación absorbida en la piel debe de ser dispersada o conducida porque si
no se produciría una quemadura. En una noche a cielo raso, el cielo emite sobre
la superficie una radiación continua, ya que los gases de la atmósfera se
calientan a una determinada temperatura y esta radia. En la noche se asimila a
una temperatura hipotética, se denomina temperatura radiante del cielo y es muy
baja en invierno. En verano, lo caliente es el aire que nos rodea y a medida que
subimos se asemeja a la del invierno, los animales emiten mucho más de lo que
reciben por tanto del cielo.

Normalmente, los animales que habitan en zonas con temperaturas


extremadamente bajas se tienen que esconder de la temperatura radiante
succionante del cielo y, por tanto, se suelen enterrar en la nieve ya que este está
mucho más caliente que el cielo.

En el caso de la liebre del desierto, es diurna, el animal experimenta un


sobrecalentamiento que no puede dispersar el calor de ningún mecanismo
durante el día, entra una hipertermia que se puede mantener un poco y se ha
comprobado, que cuando llega el atardecer, desvía la sangre a las orejas donde
se dispersa, ya que está por encima de la temperatura externa, contribuyendo a
que la liebre libere calor y su cuerpo se mantenga más fresco.

4.2.-Conducción.

Transferencia de calor a través de materiales sin movimientos macroscópicos,


por ejemplo, el animal intercambia calor por el suelo.

La conducción es la transferencia de calor por contacto con el aire, la ropa, el


agua, u otros objetos (una silla, por ejemplo). Este proceso de transferencia se
produce debido a la interacción entre las moléculas que conforman los cuerpos,
así aquellas moléculas que están a mayor temperatura vibran con mayor rapidez
chocando con aquellas menos energéticas (con temperaturas más bajas)
transfiriendo parte de su energía. Si la temperatura del medio circundante es
inferior a la del cuerpo, la transferencia ocurre del cuerpo al ambiente (pérdida),
si no, la transferencia se invierte (ganancia). En este proceso se pierde el 3% del
calor, si el medio circundante es aire a temperatura normal. Si el medio
circundante es agua, la transferencia aumenta considerablemente porque el
coeficiente de transmisión térmica del agua es mayor que el del aire.
4.3. Convección.

Intercambio de calor por el viento. Transferencia de calor a través de materiales


con movimientos macroscópicos.

Es la transferencia de calor desde el cuerpo hasta las partículas de aire o agua


que entran en contacto con él. Estas partículas se calientan al entrar en contacto
con la superficie corporal y posteriormente, cuando la abandonan, su lugar es
ocupado por otras más frías que a su vez son calentadas y así sucesivamente.
La pérdida de calor es proporcional a la superficie expuesta y puede llegar a
suponer una pérdida de hasta el 12%.

Los organismos necesitan un sistema para distribuir la temperatura corporal en


todo el organismo. En los animales más complejos pueden mantenerse ciertas
partes a distintas temperaturas. El encargado de realizarlo es el aparato
circulatorio, que es un tipo de convección calórica forzada.

En los animales nos vamos a encontrar dos zonas muy características que son
la zona del núcleo y la zona de la corteza, estamos hablando de tejidos y órganos
muy profundos, los cuales tienen una temperatura muy estable y serán
susceptibles a los cambios de temperatura, teniendo un metabolismo estable y
elevado. Por otro lado, la corteza tiene un tejido más resistente a los cambios de
temperatura y con metabolismo bajo en reposo.

Si se parase la circulación de la sangre, el núcleo subiría de temperatura y los


órganos se cocerían en el interior. Además, la corteza se enfriaría, por no recibir
aporte de temperatura del núcleo y por estar expuesta al mundo interior.

A pesar de que definimos núcleo y corteza, la frontera entre ellos es un tanto


difusa, ya que, si se produce una vasoconstricción, el núcleo se hace más
pequeño y si ese vaso dilata aumenta enormemente el núcleo y baja la
temperatura.

o Vasoconstricción: aumenta la corteza y aumenta la capacidad de


aislamiento. La temperatura desciende y se asimila al ambiente; además
disminuye el intercambio calórico por conducción, ya que la diferencia de
temperatura tiende a 0.
o Vasodilatación: favorece el intercambio mediante la diferencia de la
temperatura.

4.4. Evaporación.

El animal pierde calor a través de la piel y tracto respiratorio. El agua absorbe


gran cantidad de calor.

El sudor eficiente es aquel que una vez se crea se evapora. El sudor aparente
es el que gotea. En las aves se produce jadeo y oscilación golar, mientras que
en perros solo se jadea.

La evaporación siempre va a conllevar una eliminación de calor por el agua al


evaporarse rápidamente.

– Jadeo: respiración rápida a través de la boca abierta en respuesta al exceso


de calor. El jadeo supone un movimiento excesivo de las superficies
respiratorias, sin embargo, hay un grado de ventilación que es el que ventila de
forma elástica propia de la caja respiratoria, frecuencia respiratoria. Por lo tanto,
lo que hacen es jadear en esa frecuencia resonante y parar y luego seguir. Lo
que se aumenta es el periodo en el que se respira. En el caso del perro, el
principal centro de evaporación es la mucosa nasal.

– Oscilación o ventilación golar: rapidísima oscilación de la parte final de la


boca sin requerir mucho esfuerzo; este mecanismo permite un enfriamiento
respiratorio típico en las aves.

La evaporación puede representar un útil mecanismo para el enfriamiento del


animal en casos de excesos en la absorción del calor. En los anfibios se disipan
por la piel, por ejemplo, las ranas y su mecanismo de evaporación cutánea. El
jadeo en los reptiles provoca un cierto enfriamiento del cerebro ya que pasan
importantes arterias por allí.
5. MECANISMOS FISIOLÓGICOS REGULADORES DE LA PÉRDIDA DE
CALOR:

La termorregulación en animales es la capacidad de los animales para poder


regular su propia temperatura. Un cuerpo animal tiene una determinada cantidad
calórica y con ello una determinada capacidad calórica. Esta temperatura esta
captada por ciertos receptores, los periféricos superficiales y otros en ubicación
nuclear, envían información a un centro termorregulador que es el hipotálamo,
además reciben información de los tipos centrales y envían una determinada
señal para remediar la situación.

En el hipotálamo existe un centro termorregulador que da las órdenes


oportunas al organismo, no sólo para elevar la temperatura ante condiciones
ambientales frías, sino para descenderla si en el medio las temperaturas son
excesivas. Así, además de desencadenar los mecanismos de temblor muscular
o de erección del pelo que incrementa la capacidad aislante del mismo, y regular
los niveles de actividad metabólica oportunos en cada momento, regula otros
mecanismos que tienen como fin los efectos contrarios.

Algunos mecanismos son:

- Quemar grasas: es una opción que evita la perdida de calos ya que permite
obtener calor gracias a la energía química almacenada en las células grasas.

- La piloerección o ptiloerección. Es la erección de los pelos o las plumas


y ocurre en situaciones de frío con la finalidad de mantener el aire entre la piel y
el ambiente para generar una barrera aislante que evite la pérdida de calor.

- La hibernación. Consiste en un estado de sueño profundo en el cual las


funciones vitales (respiración, latido del corazón, temperatura) del animal se
reducen drásticamente. El animal sobrevive consumiendo las reservas calóricas
almacenadas durante los períodos de actividad.

- Cambios fisiológicos. Variaciones del peso y cambio de pelaje o plumaje


durante las diferentes estaciones del año para adecuarse a la temperatura
ambiental.
- Termogénesis tiritante: Se denomina termogénesis tiritante a la contracción
isométrica involuntaria de los músculos esqueléticos, no involucra movimientos
voluntarios ni trabajo externo. Al tiritar, virtualmente toda la energía química es
transformada en calor que se transfiere al centro del cuerpo mientras la
vasoconstricción de los vasos periféricos reduce la pérdida de calor a través del
tegumento

- Termogénesis no tiritante: comprende la producción de calor por procesos


que no involucran contracciones del músculo esquelético. En endotermos de
pequeño tamaño corporal, y en general en crías, en respuesta a la exposición al
frío por debajo del punto crítico inferior, se produce calor por termogénesis no
tiritante. En mamíferos placentarios, el principal órgano efector es la grasa parda
que es catabolizada para producir calor y no ATP. Esta grasa está localizada en
la región cervical y torácica, cerca del sistema nervioso central y del corazón.
CONCLUSIONES

 Se concluye que cada animal en particular tiene una conducta distinta;


por ende, aunque sea igual en el aspecto homeotermo con otro animal,
su manera de reaccionar ya sea a la falta de calor o al exceso de éste,
será distinta.

REFERENCIAS

1. Pandey y Shukla (2005). Regulatory Mechanism in Vertebrates. Rastogi


Publications:India.Recuperado en:books.google.es.
2. González J. (s/f). El estrés calórico en los bovinos. Bienestar Bovino.
Recuperado en: produccionbovina.com.
3. http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=68018

4. https://es.wikipedia.org/wiki/Termorregulaci%C3%B3n

5. https://www.paradais-sphynx.com/animales/fisiologia-
ambiental/mecanismo-intercambio-calor-animal-ambiente.htm

6. http://tratado.uninet.edu/c090402.html

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