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Santiago, diez de diciembre de dos mil doce.

En cumplimiento a lo resuelto y atendido lo dispuesto en el artículo


785 del Código de Procedimiento Civil, se procede a dictar la sentencia que
corresponde conforme a la ley.

Vistos:

Se reproduce el fallo en alzada con excepción de los considerandos


décimo octavo a vigésimo tercero, que se eliminan.

Y se tiene además presente.

Primero: Que es un hecho plenamente reconocido por las partes y


debidamente acreditado que las partes celebraron en el mes de octubre de
2006 un contrato cuya duración era hasta el mes de noviembre de 2008,
cuyas principales obligaciones eran, respecto de la parte demandante el
confeccionar prendas de vestir, las que serían adquiridas por la demandada
Italmod S.A., y respecto de la demandada el entregar una carga mínima de
material que se determinó en 2300 prendas mensuales.

Segundo: Que de los dichos de la demandada al contestar la acción


interpuesta en su contra es posible dejar asentado que las cargas mínimas de
entrega de debía realizar al demandante no se cumplieron, justificando
dicho incumplimiento contractual en la incapacidad que tendría el
demandante de ejecutar su obligación, aserto que no sólo no ha sido
probado, sino que además se encuentra absolutamente desvirtuado con la
prueba documental que da cuenta de las gestiones desarrolladas por el
demandante tendiente a solucionar los eventuales problemas que se le
produjeron, conducta que deja establecido la voluntad que siempre tuvo de
cumplir con la regla contractual.

Tercero: Que el artículo 1489 de nuestro Código Civil contiene la


denominada condición resolutoria tácita en tanto señala que: “En los
contratos bilaterales va envuelta la condición resolutoria de no cumplirse
por uno de los contratantes lo pactado”, de lo cual se desprende que la
condición que subentiende la ley es el incumplimiento de lo pactado, siendo
su efecto entonces la extinción del derecho por haberse cumplido el hecho
futuro e incierto consistente en el incumplimiento de lo pactado en un
contrato bilateral; por consiguiente la condición se realiza, sea que una de
las partes no cumpla en absoluto la obligación contraída, sea que
únicamente la cumpla en una parte y deje de cumplirla en el resto, o que
cumpla una de las obligaciones y deje de cumplir otras”. De lo anterior se
desprende que es posible definirla como el hecho futuro e incierto
consistente en el incumplimiento de alguna de las obligaciones generadas
por el contrato bilateral, en el cual siempre va envuelta.

Cuarto: Que de la sola existencia del incumplimiento contractual,


entendido este como la insatisfacción del interés del acreedor, no se
desprende necesaria y directamente la consecuencia demandada, esto es, la
resolución del contrato y la consiguiente indemnización de perjuicios.

Lo anterior toda vez que para que se produzca el efecto resolutorio


del incumplimiento se requiere que este justamente tenga dicha entidad, y
ello es así pues el artículo 1489 del Código Civil no se ha referido
“determinadamente a la totalidad de las obligaciones principales que nacen
del contrato, sino a lo pactado” es decir, “puede ocurrir que la inejecución
de las obligaciones principales sean sólo parcial, o que se refiera a
obligaciones accesorias, habiéndose cumplido las obligaciones principales
que esencialmente constituyen el contrato.” (CLARO SOLAR, Luis,
“Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado”, Editorial
Nacimiento, 1956, T. X. de las obligaciones, p. 130).

Así y analizando el sistema que nuestro Código Civil establece frente


a las situaciones de incumplimiento contractual y teniendo como punto de
partida el supuesto de que lo que debe primar es el interés del acreedor, en
cuanto a la satisfacción de su interés, es posible afirmar, como lo hace el
profesor Carlos Pizarro Wilson que “el artículo 1489 Código Civil pone a
disposición del acreedor afectado la facultad resolutoria, la que queda
reservada para aquellos incumplimientos que revistan una cierta gravedad
según su efecto en el interés del acreedor. El supuesto de hecho de este
remedio se identifica con un incumplimiento grave o esencial, siendo
indiferente si es o no imputable al deudor que incumple” (PIZARRO
WILSON, Carlos, “Hacia un sistema de remedios al incumplimiento
contractual”, en Estudios de Derecho Civil III. Jornadas Nacionales de
Derecho Civil, Valparaíso, 2007, Santiago, Legal Publishing, 2008, p.
401.), lo que conduce a señalar que la relación contractual es más que mera
suma de obligaciones recíprocas y por ende la determinación de si se está o
no frente a un incumplimiento que acarree la resolución ha de verse desde
la perspectiva de intereses satisfechos.

Quinto: Que en el caso de autos el interés que subyace a la relación


contractual y que se extrae de la norma contractual, era de parte del
demandante principal el tener asegurado un mínimo de producción que a su
vez encontraba una oferta segura y garantizada; y, por parte del demandado
principal, el tener un proveedor que le aseguraba cierta calidad en la
confección y épocas de entregas aseguradas, elementos que venían dado por
la condición de ex - trabajador del empresario individual con quien
contrató.

Sexto: Que de lo anterior se desprende que la gravedad del


incumplimiento contractual ha de ser analizada desde una perspectiva
centrada en el interés y satisfacción de las partes, siendo en consecuencia
resolutorio cuando termina frustrando el fin de contrato, es decir, cuando el
perjuicio causado a la contraparte sea tal que la prive sustancialmente de lo
que tenía derecho a esperar en virtud del contrato, situación que es
justamente la que ocurrió en el caso de autos, pues el demandante principal
ante los constantes incumplimientos en que incurrió su contraparte vio
frustrada la perspectiva de cumplimiento que aseguraba el contratos, en
otras palabras, la conducta de Italmod S.A. se constituyó en un hecho que
destruyó la perspectiva que tuvo Gonzalo Romero Acuña Diseño E.I.R.L. al
momento de contratar en las condiciones que hizo, siendo en consecuencia
dicho incumplimiento esencial, lo que acarrea la ineficacia del contrato
debiéndose en consecuencia resolverse.

Séptimo: Que establecida una de las consecuencias del


incumplimiento, cual es la resolución del contrato, lo que cabe a
continuación es verificar si dicho incumplimiento acarreó un daño que deba
ser indemnizado, para lo cual ha de analizarse el elemento de culpabilidad
del mismo.

Octavo: Que Italmod S.A. sostuvo que frente a las dificultades que
presentó Gonzalo Romero Acuña Diseño E.I.R.L. para cumplir con el
contrato decidió no remitir la cantidad de prendas a que se encontraba
obligado por contrato y posteriormente poner término unilateralmente al
vínculo contractual que los unía.

De lo anterior se desprende que el incumplimiento fue voluntario y


basado en un hecho, que como ya se dejó establecido en el fundamento
segundo, no comprobado.

Noveno: Que lo obrado por Italmod S.A. no puede sino calificarse


como una acción culposa y en tanto generadora de perjuicios, dados por la
pérdida de los ingresos que por contrato se encontraba asegurados, fuente
de la obligación de indemnizar.

Décimo: Que al momento de fijar el quantum de la indemnización a


que tiene derecho el demandante Gonzalo Romero Acuña Diseño E.I.R.L.
se hace necesario fijarlo desde la perspectiva de los montos de prendas que
mensualmente dejaron de ser entregados por Italmod S.A. en el período en
que se efectuaron dichas entregas, esto es, octubre de 2006 a diciembre de
2007, monto que asciende a la suma de $41.383.500, no siendo previsible el
modo en que se comportaría dicha empresa en el período que restaba para el
cumplimiento del contrato, lo que impiden entonces determinar el perjuicio.

Undécimo: Que conjuntamente con la contestación de la demanda se


dedujo demanda reconvencional por el precio de la maquinaría que fue
puesto a disposición de Gonzalo Romero Acuña Diseño E.I.R.L., precio que
se encuentra reconocido como no pagado, alegando que según las cláusulas
primera y segundo del contrato permitía dicha situación.

Sin embargo de la atenta lectura de dichas cláusulas sólo se


desprende que el pago se haría por medio de descuentos, 24 de $329.653
cada uno, en los pagos mensuales, y, que en caso de que la carga mínima no
fuera cumplida, y la facturación fuere menor a $5.200.000 la cuota a pagar
quedaría pendiente para el mes posterior de mayor facturación, o en su
defecto, se agregaría como cuota adicional para el final del período.

Es decir no existía la posibilidad de no pagar el precio pactado como


lo expresó el demandante principal en si libelo de fojas 8, cuestión que
importa que la acción de cobro del precio deberá se acogida.

Por estas consideraciones, lo dispuesto en las normas legales citadas


y en los artículos 144 y 186 del Código de Procedimiento Civil, se revoca
la sentencia apelada de treinta de septiembre de dos mil nueve, escrita a
fojas 301 y en su lugar se resuelve:

a) Que se acoge la demanda de fojas 8 y se declara resuelto el contrato


suscrito entre Gonzalo Romero Acuña Diseño E.I.R.L. e Italmod S.A.
el día 2 de octubre de 2006;

b) Que Italmod S.A. deberá pagar a Gonzalo Romero Acuña Diseño


E.I.R.L. la suma de $41.383.500 con reajustes del índice de precios al
consumidor a contar de la fecha de esta sentencia y hasta su pago;

c) Que se acoge la demanda reconvencional y se declara que Gonzalo


Romero Acuña Diseño E.I.R.L. deberá pagar a Italmod S.A. la suma
de $7.192.446 con reajustes del índice de precios al consumidor a
contar de la fecha de esta sentencia y hasta su pago;

d) Se revoca, asimismo, la sentencia apelada en cuanto condena en


costas a la parte demandante y en su lugar se decide que cada parte
pagará sus costa;

Regístrese y devuélvase.

Redacción a cargo del abogado integrante señor Lagos.

N° 3320-2012

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sr. Nibaldo Segura P.,
Juan Araya E., Fiscal Judicial Sra. Mónica Maldonado C. y Abogados Integrantes Sres. Jorge
Baraona G. y Jorge Lagos G.
No firman los Abogados Integrantes Sres. Baraona y Lagos, no obstante haber concurrido a la
vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ambos ausentes.
Autorizado por la Ministro de fe de esta Corte Suprema.

En Santiago, a diez de diciembre de dos mil doce, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la
resolución precedente.

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