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Resumen
Los instrumentos del Derecho Penal se erigen sobre la base de una Estado Social y Democrático
de Derecho. Para ello es necesario comprobar si la característica más importante del Derecho
Penal—la pena—es cumplida en base a las prescripciones de la Constitución. Demostremos que
el elemento adverso a finalidad resocializadora de la pena es la prisionización y de cómo esta
ejerce consecuencias impropias a los principios de la función jurisdiccional.
Abstract
The instruments of Criminal Law are based on a Social and Democratic State of Law. To do this
it is necessary to check whether the most important feature of Criminal Law—the punishment—
accomplished based on the requirements of the Constitution. Let us show that the opposite
element for the resocializing purpose of penalty is prisonization and how it exercises improper
consequences to the principles of the jurisdictional function
1
Estudiante de Derecho de la Universidad de San Martín de Porres. Vocación por la
investigación. Actualmente desarrolla estudios de Derecho Constitucional.
merinocarlos03@gmail.com
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EL ANTAGONISMO DE LA PRISIONIZACIÓN FRENTE A LA FINALIDAD RESOCIALIZADORA DE LA PENA
2
EL ANTAGONISMO DE LA PRISIONIZACIÓN FRENTE A LA FINALIDAD RESOCIALIZADORA DE LA PENA
ÍNDICE
LA PRISIÓN………………………………………………3
LAS PENAS………………………………………………4
CONSECUENCIAS DE LA PRISIONIZACIÓN…………7
IDEAS FINALES…………………………………………10
CONCLUSIONES………………………………………...12
REFERENCIAS…………………………………………...13
3
EL ANTAGONISMO DE LA PRISIONIZACIÓN FRENTE A LA FINALIDAD RESOCIALIZADORA DE LA PENA
1. LA PRISIÓN
El Sistema Penal es una red que se va tejiendo desde el conjunto de agencias y el posterior
desarrollo de sus funciones. El sistema penal es el control social punitivo
institucionalizado o formalizado.2 Se caracteriza porque el Estado ha monopolizado el
uso de la violencia que se expresa en la sanción o pena.
Estas instituciones son conocidas como las agencias de control penal tales como policías,
jueces, fiscales, procuradores, sistemas penitenciarios. Es este último, el tema de
ahondamiento en el presente capítulo.
Resulta desalentador la mudanza forzosa y el cambio de hábitat para una persona que
segundos antes transitaba libremente por el territorio nacional. Este preludio corresponde
a una efectiva privación de la libertad o, en su defecto, a prisión preventiva. Es decir, el
internamiento de una persona en un establecimiento penitenciario de forma temporal y
con la rigurosidad de las normas de conducta.
A pesar de la imagen de los medios, que asemejan estos recintos a hoteles cinco estrellas,
la magnitud es engañosa. En palabras de Valverde Molina4, existe un aparente «espacio
2
Villavicencio Terreros, 2016, p. 10
3 Segovia Bernabé menciona que son, «poco frecuentadas por medios públicos de comunicación, el
predominio de los grises forjados de mallazo, cemento y hormigón, la sobresaliente supertorrre de
vigilancia..., todo ello en solitario y soleado páramo, se entenderán mejor los efectos que este forzado
cambio de hábitat provoca entre quienes van a tener que vivir una temporada de su vida entre esos
murallones o, incluso, entre quienes han de acudir diariamente a trabajar en tan poco amistoso
contexto.»
4
4
Las virtudes de la investigación libro de Valverde. J, La Cárcel y sus Consecuencias, será destacada, solo
en parte, a efectos del desarrollo del presente trabajo.
EL ANTAGONISMO DE LA PRISIONIZACIÓN FRENTE A LA FINALIDAD RESOCIALIZADORA DE LA PENA
existente» y «espacio disponible». Las cárceles son grandes, es cierto, pero no para el
preso.
Así pues, son estos espacios en donde se albergan a los sentenciados y, lamentablemente,
a los procesados en la espera de una sentencia firme o la absolución de estos. Lugares en
los cuales son expresadas el cumplimiento de las penas, bajo la finalidad o función
adoptada por el Estado.
2. LAS PENAS
La pena en dos acepciones constituye «[Un] castigo impuesto conforme a la ley por los
jueces o tribunales a los responsables de un delito o falta» o «dolor, tormento o
sentimiento corporal»5. Por otro lado, se define como «una privación o restricción de
bienes o derechos impuesta por un órgano jurisdiccional a un sujeto culpable como
consecuencia de la comisión de una infracción penal»6. Podríamos extendernos como
múltiples significados de incluso los emblemáticos conceptos de Omeba o Cabanellas;
sin embargo, no corresponde a este trabajo definir el término ‘pena’.
No obstante, creemos conveniente explicar brevemente las distintas teorías de la pena que
irradian el Ordenamiento Jurídico Nacional, tema propuesto para el siguiente subcapítulo.
Teorías sobre los fines de la pena caen como hojas al viento. Podemos afirmar que «toda
concepción de la pena es, necesariamente, una concepción del derecho penal, de su
función y del modo de cumplir es función»7 A pesar de la relación estrecha entre las
funciones del Derecho Penal y la teoría de la pena, toda teoría elaborada y más aún
adoptada, determina una forma de Estado. Entonces, empecemos con la teoría clásica.
Los mayores exponentes de esta teoría son Hegel y Kant. Según estos autores la pena no
cumple ninguna función social, pues es independiente de una esfera social, de modo tal
que el Estado en representación de la sociedad, toma venganza por la afectación de un
5
Diccionario de la Lengua Española, 23.ª ed.
6
Diccionario del Español Jurídico, 1° ed.
7
Zaffaroni,1980, I, p.83
5
EL ANTAGONISMO DE LA PRISIONIZACIÓN FRENTE A LA FINALIDAD RESOCIALIZADORA DE LA PENA
bien jurídico relevante. Para esta teoría hay una verdad absoluta: el fundamento de la pena
es la justicia. De manera sucinta, se concreta el antiguo principio del Talión: «ojo por ojo,
diente por diente». Mencionada teoría resulta carente de sustento científico y adverso al
escenario que vivimos. Al respecto el Tribunal Constitucional Peruano haciendo mención
que «Esta teoría no sólo carece de todo sustento científico, sino que es la negación
absoluta del principio-derecho a la dignidad humana, reconocido en el artículo 1º de
nuestra Constitución Política, conforme al cual «La defensa de la persona humana y el
respeto por su dignidad son el fin supremo de la sociedad y el Estado.» [STC/TC 0019-
2005-AI] fj. 30.
Además, parte del reconocimiento de dos vertientes: una positiva y otra negativa; la
primera es una pacífica producción de la confianza en la actividad de la justicia penal
resultante cuando el ciudadano ve que el derecho se impone8, la segunda, establece como
finalidad principal el efecto intimidatorio que ha de producir, cuestión discutible en base
a su efectividad, debido al grado menor o mayor de reflexión intimidatoria que se logra
alcanzar.
8
Claus Roxin resume el efecto positivo de a prevención general positiva del siguiente modo: «(...) el efecto
de aprendizaje motivado socio-pedagógicamente, el `ejercicio de la confianza en el derecho´ que se
produce en la población por medio de la actividad de la justicia penal; el efecto de confianza que resulta
cuando el ciudadano ve que el derecho se impone; y finalmente, el efecto de satisfacción que se instala
cuando la conciencia jurídica se tranquiliza como consecuencia de la sanción por sobre el
quebrantamiento del derecho, y cuando el conflicto con el autor es visto como solucionado.» (Fin y
justificación de la pena y de las medidas de seguridad. En: Determinación judicial de la pena. Compilador 6
Julio B. J. Maier. Buenos Aires: Editores Del Puerto, 1993, p. 28).
EL ANTAGONISMO DE LA PRISIONIZACIÓN FRENTE A LA FINALIDAD RESOCIALIZADORA DE LA PENA
Su finalidad nace a partir de los beneficios que de esta se obtiene, una especie de socio
beneficio que se puede adquirir de esta y resaltar sus dos fases nos parece adecuada: a)
en el momento de su aplicación misma, teniendo como propósito inmediato disuadir al
delincuente de la comisión de ilícitos penales en el futuro, desde que internaliza la grave
limitación de la libertad personal que significa su aplicación b) en el momento de su
ejecución, la cual debe encontrarse orientada a la rehabilitación, reeducación y
posterior reinserción del individuo a la sociedad.9
A pesar del principio positivado en la Carta Magna, en la cárcel, el interno, que no deja
de ser una persona maleable, encuentra una barrera casi insuperable. Una barrera que le
impide ejercer su autodeterminación, su autonomía y su libertad de acción.
Condicionándosele a seguir una rutina que lo obliga a identificarse con el entorno físico
y realizar papeles que creía posibles, pero no probables para su yo.
inclusive los valores mínimos que busca el llamado proceso resocializador.11 Este
fenómeno es el eje a desarrollarse en el presente trabajo, sobre todo su nivel de
antagonismo con respeto a los principios de la función jurisdiccional. Veamos las
consecuencias del inicio de esta fuente de adversidades, llamada prisionización.
3. CONSECUENCIAS DE LA PRISIONIZACIÓN:
Es, pues, una realidad insoslayable que atañe al ojo de la dogmática – penal, la
criminología y la política criminal. Es una variable subjetiva y objetiva dentro de un
establecimiento penitenciario.12 Es lo que Jesús Velarde Molina titula como La Cárcel y
sus Consecuencias, ahora nos corresponde señalar las consecuencias del encarcelamiento,
inspeccionando tanto resultados somáticos como psicológicos.
CONSECUENCIAS SOMÁTICAS13
Estas son producidas por el hacinamiento en que vive el preso, el espacio reducido y la
particularidad grisácea de las prisiones. La visión es el primer sentido afectado en el
momento del ingreso, lo que se denomina «ceguera de prisión», puesto que se da un
rompimiento del espacio externo y se presenta un lugar con obstáculos con horizontes
limitados.
El olfato se impregna del olor de la cárcel. Es posible que todas huelan igual. Se produce
una imitación olfativa y ya no se perciben olores externos sino los repetitivos y hasta
hediondos olores.
11 Ibidem, p. 21.
12
Por variables podemos entender la peligrosidad, pertenencia a ambientes marginados, reincidencia,
prisionización, etc.
13
Valverde Molina, 1991, pp. 57 y 58.
8
EL ANTAGONISMO DE LA PRISIONIZACIÓN FRENTE A LA FINALIDAD RESOCIALIZADORA DE LA PENA
Además, se producen alteraciones de la imagen personal. El preso primerizo llega con las
costumbres de la externalidad de su vida dejada segundos atrás. Con la prolongación del
internamiento se llega a perder la imagen de su propio cuerpo: puede producirse por la
falta de intimidad, pero sobre todo por la falta de aseo personal que refleja la rutina de
siempre ver a otros internos con mal aspecto.
Por último, otra consecuencia somática que se produce es la fatiga muscular. Los presos
presentan ‘agarrotamiento’ de sus músculos, a consecuencia de la tensión de la vida intra
carcelaria. La escasez de movilidad o de actividades deportivas contrae y convierte el
sistema locomotor en óxido puro. El preso se vuelve tenso y hasta presenta manías.
CONSECUENCIAS PSICOSOCIALES14
Empecemos por mencionar que el ser humano es una estructura sicosomática que se
adapta o se extingue en el escenario en que transcurre su vida diaria, es por ese motivo
que resulta importante mencionar los efectos de la extensión de la vida inmersa en las
prisiones.
Incluso se sustenta que las agresiones de todas partes proyectan a defender su propio yo
y eleva su egocentrismo, elemento importante para la supervivencia en la cárcel.
AUSENCIA DE RESPONSABILIDADES
Una vez entrado al ‘nuevo mundo’ todo ya está preestablecido y esto transcurre apartando
al penado que apenas tiene influencia en las decisiones que se toman sobre él. El individuo
se limita a aceptar pasivamente las cosas dadas. Es por este motivo sumado el excesivo
tiempo libre que imposibilita la resocialización.
14
Ibidem, pp. 59 y ss.
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EL ANTAGONISMO DE LA PRISIONIZACIÓN FRENTE A LA FINALIDAD RESOCIALIZADORA DE LA PENA
Por eso, si no planifica, si no prevé el futuro, menos problemas tendrá, aunque esa actitud
suponga estar permanentemente sometido a vaivenes incontrolables. En resumen, se
convierte en apático porque es una buena manera de sobrevivir, y porque, aunque lo
intente, rara vez conseguirá modificar el destino.
Este factor es lo que puede considerar como el más sepultante, el que difiere y socaba los
principios de la función jurisdiccional. El elemento que denuncia el desahucio del preso,
la resignación y posterior absorción en un medio que se imaginaba, pero lo que no se
imaginaba era entrar en él.
15
«Un primer momento corresponde a los estados iniciales del proceso de prisionización, cuando el
joven entra en la cárcel la primera o primeras veces. Durante este periodo, su agresividad y su dureza
emocional predominan y entierran profundamente su capacidad de afecto. Son los años que —EVAN
HUNTER, (1976)—, definía como de "la irreflexión y el impulso", cuando el joven es "todo acción",
cuando vive "deprisa, deprisa", en un torbellino vertiginoso. Es en el momento álgido de ese periodo 10
EL ANTAGONISMO DE LA PRISIONIZACIÓN FRENTE A LA FINALIDAD RESOCIALIZADORA DE LA PENA
4. IDEAS FINALES
Más aun si tenemos en referencia el art. sexto inc. 6 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos:
cuando tropieza con la cárcel por primera vez. Y ese encuentro cambia por completo su vida. De esa
existencia vertiginosa pasa sin solución de continuidad a la apatía y el "muermo" de la vida
penitenciaria, con horarios rígidos y el día entero en el patio, como ya hemos visto, sin nada que hacer y
sin poder hacer nada.
En ese periodo su dureza emocional es muy poderosa, y se manifiesta con todas esas consistencias
comportamentales que acabamos de ver: es inafectivo, indiferente, lábil, etc. y es muy difícil poder
conectar afectivamente con él, sobre todo en la prisión. En ella, ningún miembro del personal de la
cárcel tiene ninguna oportunidad. Podrá, eso sí, mantener unas relaciones más o menos cordiales con
algún educador especialmente simpático, pero a distancia, sin comprometerse en absoluto, sin dar nada
de sí mismo, sin dejar abierto el más mínimo resquicio de su capacidad de afecto. Sin duda, ésta es una
11
reacción completamente normal. En un ambiente desestructurador, violento y poderoso, que le ha
truncado la vida, la única manera de sobrevivir es protegerse, rodearse de un caparazón que evite que
las agresiones que sufre le hagan mella. Su "alegría inconsciente" de antes se va a convertir en la
amargura que le seguirá ya durante toda la vida.» (Valverde Molina. 1991, p.65.)
16
Informe Estadístico Penitenciario (INPE), 2017, pp. 6 y ss.
EL ANTAGONISMO DE LA PRISIONIZACIÓN FRENTE A LA FINALIDAD RESOCIALIZADORA DE LA PENA
Caso que en su momento ha sido argumentado por la Corte en el Caso Lori Berenson
Mejía, «la corte señaló las condiciones en las que se encontraban los reclusos impedía el
cumplimiento de los objetivos de la privación de la libertad»17
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Comentarios a La Convención Americana sobre Derechos Humanos, 2016, p. 159
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EL ANTAGONISMO DE LA PRISIONIZACIÓN FRENTE A LA FINALIDAD RESOCIALIZADORA DE LA PENA
5. CONCLUSIONES
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EL ANTAGONISMO DE LA PRISIONIZACIÓN FRENTE A LA FINALIDAD RESOCIALIZADORA DE LA PENA
6. REFERENCIAS
1. Andreu, F., Ayala, C y otros (2016) Comentarios a La Convención Americana
sobre Derechos Humanos. Lima: Tribunal Constitucional
2. Informe Estadístico Penitenciario (INPE) 2017. Consultado el 25/05/17 en:
http://www.inpe.gob.pe/pdf/enero_2017.pdf
3. Pérez, J.L. (2000). La Construcción Social de la Realidad Carcelaria. Lima: PUCP
4. Rubio, M. (2012) Para Conocer la Constitución de 1993. Lima: PUCP
5. Segovia, J.L. Consecuencias de la Prisionización. Consultado el 22/05/2017 en:
http://www.derechopenitenciario.com/comun/fichero.asp?id=1003
6. STC TC 0019-2005-AI/TC
7. STC TC 03169-2011-HC/TC
8. Valverde Molina, J. (1991) La cárcel y sus consecuencias. Madrid: Ed. Popular
9. Villavicencio Terreros, F. (2016). Derecho Penal Parte General. 6ta.ed. Lima:
Grijley
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