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ciencia popular

¿Sabe
Usted Física?

El presente libro, que casi no rebasa el marco de la física


elemental, está destinado a aquellos lectores que bao estudiado
la física con la escuela secundaria y por lo tanto, consideran
que dominan bien sus principios.

Editorial• M ir· Moscú


y, l . PER.E L. MAN

¿Sabe
Usted Física?

8 Librería Cientfficn

2004
8 LlBRERí.A CIENTiFICA, 2004

Jr. l eo 441 - A- Int. 101 'lit 428-0448


Prefacio tlel A utor

El presente libro, que casi )10 rebasa el nuu·co de la fisica


elemental, está destinado a aquellos lectores que han estudiadó
In Osicn en la escuela secundaria y, por lo tanto, consideran qtie
dominan bien sus principios.
Por la experiencia que he venido acumulando duran te
muchos años sé que raras veces se encuentran personas que
suben al dedillo la fü;;ica elemental. Las que se interesan por in
{isi~o en gcnt:ml, son ulraldas ttnks bien por los éxitos más
recientes de esta ciencia; ndcmás, las revistns de divulgnción
cicntíl'icn suelen cncau:utr la atención de los lectores en esta
misma dirección. Por otra parte, no se procuro llenar las lagunas
de la preparación ini.c ial y no se acostumbra profundizar con
denuedo en lo s conocimientos de física elemental, n
consecuencia de lo cual éstos. comúnmente, mantienen la fonnn
en que fueron osimilndos en la escuela.
Por consiguiente. los elementos de físico , nsí como los
cimientos de todas lns ciencias natu,mlcs y In t~cnica en general.
no son muy seguros. En este caso la fuer.l.n de la mtinn es ll lll
gmnde que ciertos prqjuicios"tlsicos'' se notnn en lu mentalidnd
de algunos espociulistns de dicha ramo del saber humano.
A base de la presente obra se podría celebrar un ccrtmnen
sobre ternas de tisica muy diversos, que tendría por objeto
ayudar al lector u determinar en qué grn.do d omina los
fundamentos de esta ciencia, sin que prdcnda ser un
cucslionnrio para un cxmncn de dicht~ asignatura: la mayoría
de los problemas y preguntns que se olrccen, dificilmcntc se
plantearían entm C.'\éllnt!n de física, m:ís aún, el libro contiene
cuestiones que no suelen (igurar en Jos exámenes. aunque to<k1s
cstnn vinculadas íntimamente al curso de lisien elementaL
No obstante su sencillc7.., la mayoría de las preguntas serán
inesperadas para el lector; otras le parecerán tan fáciles que
tendrá respuestas listns d e ru1tcmnno, las que sin cmb<ugo
resultarán erTóneas.
Por medio de esta colección de preguntas y problemas
procuramos convencer al lector de que el contenido de la física
elemental es mucho más rico de lo que a veces se imagina;
además, demostramos que toda una serie de nociones tlsicas
generalmente conocidas son equivocadas. De e-sta manera
tratamos de incitarle a examinar ctíticamente sus conocimientos
de tlsica con el tin de adecuarlos n la realidad.

Elcmtor
Capítulo Primero

MECÁNICA

l . La medida de longitud más pequeña


2. La medida d e longitud más grande
3. Metales ligeros
4. La materia más densa
5. En una isla deshabitada
6. Un modelo de In torre Eiffel
7. Mil atmósferas bajo In punto de un dedo
8 . Un esfuerzo de 100.000 a t. creado por un insecto
9. E l remero en el río
1O. El empavesado de u n aeróstato
1 l. Círculos en el agua
12. La ley de inercia y los seres vivos
13. El movimiento y las fuenas internas
14. El rozamiento como fttc!7.a
15. E l rozamiento y el movimiento do los animales
16. Sin rozamiento
17. Tendiendo tma cuerda
L8. Hemisferios de Magdcburgo
19. La bnlanza de resorte
20. E l movimiento de unn lnncha
21. El aeróstato
22. Una mosca en un tarro de cristal
23. El péndulo de Maxwcll
24. Un nivel de burbuja en un vagón
25. Desviación de la llama de In vela
26. Una varilla doblada
27. Dos balanzas de resorte
28. Una palanca
29. En una platafonnn

5
~0. l.a catcnariu
3 1 . U n coche atoscudo
.32 . El ro.wmicnto y la lubricación
33 . ¿VolmH.Jo por el aire o dcslizundo ¡)('Ir e l hielo?
34 . Dados tru~1dns
J5 . La coído de un cuerpo
~6. ¿Cómo hay que lan7..ar una lx1tclla?
:.n. Un objeto <IITOJado ucsdc un \'ligón
33. Tres proycctllcs
39. La trnycctoriu de un cuerpo lnn7..ado
40. Ln velocidad mininm del obús
4 1. Sollos al ngua
~2 . Al bord~ de Ju mcsn
43 En un pluno inclinudo
4<1. Dos bol:ls
45 . Dos cilinJrQS
46. Un rc l ~j de arena col ocado en unn bal am~n
47 . Lc~·cs de m cc6nic<t cxplicudns mediante LUHl
caricatura
48. Dos pesas sos!c nid:1s mediante una pole-a
-'19. El centro de grnvcdnd del com.)
50. Umt cnhinn que cae
51 . Trocitos de l1<.~jas de tó en el uguu
52. En un coh.unpio
53 . Lu ntmcción entre l os objetos tctTcstres y
los cuerpos celestes
54 La dirección de la plomada

6
l. La medida de longitud más pequcñn

Cite la medida de longitud más pequeña.

Una milésima de milímetro -micrómetro (!..un), micta o


micrón (J.L)- no es la unidad de longitud más pequeffa de las
que se utilizan en la ciencia moderna'· Hay otras, todavfa más
pequeñas, por ejemplo, las unidades submúltiplos de mili metro:
el nanómetro (nm) que equivale a una míllonésima de
milímetro, y el llamado Angstrom (Á) equivalente a una
diezmillonésima de mil!metro. Las medidas de longitud tan
diminut.ns sirven para medir la mngnitud de las ondas
lwninosas. Además, en la naturaleza existen cuerpos paro cuyas
dimensiones tales unidades resultan ser demasiado grandes.
Así son el elcctrónz y el protón cuyo ditunetro, posiblemente,
es mil veces menor nún.

2. La medida de longitud más grande

¿Ct~dles la medida de longitud mcís grarule?

Hnsta hace cierto tiempo, la unidad de longilud más grande


utilizada en la ciencia se consideraba el afio luz., equivalente al
espacio recorrido por la luz en el vacio durante un ai1o. Esta
unidad de distancia representa 9,5 billones de kilómetros (9,5
x 10 11 km). En los trotados científicos mós a menudo se suele
emplear otra, que lél supera más de tres veces, llamada parscc
(pe). Un pi1rsec (voz fonnada de par, abreviación de paralaje, y
sec, dellat. secundus, segundo) vale 31 billones de kilómetros
(31 x 10 12 km.). A su vez, esta gigantesca unidad de distancias
astronómicas resulta ser demasiado pequeña. Los astrónomos
lienen que utilizar el kiloparsec que equivale a 1000 pe, y el

7
megnparscc, de 1.000.000 pe, que hoy en día es la unidad de
medida más grande. Los megnparsec se utilizan parn medir las
distancias hasta las nebulosas espirales.

3. Metales ligeros. Metales más ligeros que el agua

¿E:·dslen metales más ligeros que el agua? Cite e.L metal


más ligero.

Cuando se pide nombrar un metal ligero, se suele citar el


uluminio; no obstante, éste no ocupa el primer lugar entre sus
"semejantes": hay otros, mucho más ligeros que él.

U tío

Befllio El
Magllesiú
0, 53

Gir:l. : ___L
Prismas de peso igual fabricados de metales lígeros.

8
Pura compar<lr, en ln figura se ofrecen prismas de musns
iguales, h echos de diferentes metales ligeros. A continuación
los citatnos especificando su densidad (g/cm3):

Aluminio 2,7
Berilio 1, <)
Mngnesi<J L7
Sod io 0,97
Potns io OJ~6
Litio 0,5J

Según vemos. e l litio es el metal más ligero cuyo pc.:so


cspecHieo es menor que el de muchas espec ies de mauera (los
tres últimos metales son m{ts ligeros que el agua): un trozo de
litio !lota en el queroseno sólo sumergiéndose hasta la mitad.
E l litio pesa 48 veces menos que el metal mfls pesado. el osmio.
E ntre las aleaciones empleadas en la industria moderna,
las más livianas son:
1) El durnluminio (aleación d e"·nluminio con pequeñas
cantidades de cobre y magnesio); tiene una densidad de
2,6 glcm1 y pesn tres veces menos que e l hierro. superándolo
en resistencia una vez. y medin.
2) E ll::lcctrón (nu se confunda con In pnrlículn clemcntul de
curga negativa); este metal tiene una resistencia casi ígual
que el durnlurninio y es mós liviano que éste en el. J O% (su
densidad es de 1,84 g/c m)).

.t. LH sust.nncla mús d ensa

¿Qué densidad tiene la su stan cia más d ensa q1w se


conoce?

9
La densidad del osmio, iridio y platino (elementos
considerados como los más densos) nada vale en comparación
con la de algunos nstros. Por ejemplo, un centímetro cúbico uc
materia de la estrella de Van 'Maanen, perteneciente n la
constelación zodiacal de P iscis, contiene 400 kg. de masa por
tém1ino medio; e.c;ta muteria es 400.000 Ycccs más densa que
el agun, y unns 20.000 veces más densa que el platino. U n
diminuto perdigón hecho de semejante materia, de unos 1,25
mm. de diámetro, pcsnda 400 g .

5. E n una isla d esh abitad¡•


He aqul una di! las preguntas presentadas en el.fam oso
certamen de EdisnnJ. "Encontrándose en 11110 de las islas dt-
la zona tropical del Pacífico, ¿cómo se podría desplazm; sin
emplear inst1111nento alguno, una carga de tres toneladas,
digamos, un peñasco de 100 pies de largo y de 15 pies de
alto?··
" ¿Hay Mboles en aquella isla tropicnl?'', pregunra el autor
de un libro publicado en alemán y dedicado al análisis del
certamen organizado po r Edison. l~ sta es una prcguo ta
superO un, pues para mover un pefiasco no se necesium árboles:
se puec.le realizar esta 9¡lcrución sólo conlns manos. Calculemos
las dimensiones del pei'lasco, que no se mencionan en el
problema (cosa ctue no puede menos que provocár sospeclws)
y lodo estará claro. Si pesa 30.000 N, mientras que ln densidad
del granito es de 3.000 kglcm3 , su volumen valdrá 1 m 3. Como
la peña apenas mide 30 nt. de largo y unos 5 m. de alto, su
grosor será de

1 1 (30 x 5) = 0,007 m .

10
es decir, de 7 mm. Por consiguiente, se tenía en cuenrn una
pared delgada de 7 uun. de grosor. Paro tumbar semejante
obstáculo (siempre que no esté muy hundido en el terreno) seria
su(ícientc empLtiurlo con las manos o el bmnbro. Calculemos
la fuerza que se necc.sita para ello.

A
X
:t '\,5

"'.b
D

Despl.mne del peñasco de T::dison.

Designémosln por X~ en la figura la representa el vector


AX. Dicha fucr.w est(• aplicnda ul punto A dispuesto n In nlturn
de los hombros de una persona (1 , 5 m.), y tiende a hacer girar
In pared en tomo al ~ic O. Su momento es ig.uul a

A1om. X = 1,5.\'

El peso de la pcñnP = 30.000 N, aplicado a su centm de


masas C, se opone ul esfuc¡·z.o de empuje y tiende o munlcnt~r

ll
el equilibrio. El momento creado por el peso respecto del eje D
es iguala

Mom. P = Pm = 30.000 x0,0035 = 105.


En este caso la fuco..o X se determino h.ociendo uso de la
ecuación siguiente.

1,5X= 105

ele donde
X= 70N

o sea, empujando la pared con un esfuerzo de 70 N, w1a persona


podrln tumbnrla.
Es muy poco probable que semejante obra de num1postcrín
pudicm permonccer en posición vertical : !u desplomaría un leve
soplo de aire. Es l.acil calcular mcdinnte el método recién
uescrilo que pnra tumbar eso pared bastnrín Ull viento (que
interviene como llllO lucrt:n aplicada ol punto medio de la obro)
de sólo 15 N, mientras que un viento no muy fuerte, crooodo
uno presión de 1O Nlm1 , ejercerla sohre ella un empuje superior
o los lO.OOON.

6. Modelo d e In torre Eiffel

La torre EijJel, toda de hierro, mide 300m. (1 000 pies) de


altura y pesa 9000 t. ¿Cuánto pesnrit su modelo exacto,
también hecho de hien·o, de 30 cm. (1 pie) de altura?

Este problema es más bien geom6trico que físico: no


obstante, otrece mayor interés para In lisien, pues en fisicn a

12
veces se suelen comparar las masas de cuerpos geométricamente
semejantes. Se requiere dct<..'llllinar la razón de masas de dos
cuerpos semejantes, además, las dimensiones lineales de uno
de ellos son l 000 veces menores que las del otro. Seria un error
craso creer que un modelo de la torre Eilfel, disminuido tantas
veces, tenga una masa de 9 t. en vez de 9000 t, es decir, que
sea mil veces menor que su prototipo. En realidad, Jos
volúmenes y, por tanto, las masas de los cuerpos
geométricamente semejantes se relacionan como su s
dimensiones lineales a la tercera potencia. Luego tal modelo
debería tener tma musa J 0003 veces menor que la obra real, es
decir, sería 1.000 .000.000 \'Cces menor:

9.000.000.000/1 .000.000.000 = 9 g.
,r-"' "'"''io
. ~-

~ .:.. ..

¿Cuánto pesará semejante modelo dtt la torre Ei!Jel?


(~sla scrír1 tma mnsn inslgnilicantc pnrn un nrtefi1cto de
hierro de 30 cm. de nllurn. Pero no debemos sorprendemos de
ello. pues SUS barras serian mil \'CceS m:\s uolgudas que las de
L<toriginal, es decir, semcjruian hilos. y tod0 el modelo pnrccerln
tejido de un alambre linísimo\ de modo que no hay motivo
pnra extrañarnos de su m asa tan pcqueOn.

7. ~li l ntm ú~fcrns b;lju la punta de un dedo

1. Podrí(l Ud. <i/<WCCI' urta presión de 1()(}(1 o t. con un ch>t/o?

A muchos lectores le::; sorprenderá In ulirmación de que ul


mancj¡u· una ag~ja o un nlliler, se ejerce una presión de 1000
nt. Es muy .tikil cerciorarnos de esto midiendo el esfuerzo que
se u pl ica a un allilcr puesto vcrticohncnte en el plato de una
balan7.a y presionado con un dedo; esta magnitud será de unos
3 N . El diámetro dclllrcn que sufre la presión ejercida por In
puntn del alfiler. es de O, l mm., ó 0,01 cm.. ap rox imndumcntc;
é::;ta es igual a
J x 0,0 12 "'0,0003 ..:m2•

Por lo tanto, la pres ión correspondiente u 1 cm: serA tic

3 10,0003 = 10.000 N .

Como una atmósferu técnica (a t.) eqlllvulc a una presión


de 1O N por 1 cm:, al introducir el alfiler, ejercemos tu1a presión
de 1000 ot. Lo prc!lióndc trabajo que el voporcrca en el cilindro
de la maquina de vapor es eiCI1 veces menor.
Un saslre, manejando tma aguja, a <.:<tdn rato se vnle de una
presión de cientos de olmósfera~ ~in SI>Spcchnr que sus dcd ns
son capoccs de dcsarrollur una presió n tnn enorme. Tmnpo..:o
14
se da cuenta de esto un barbero que hace In barba a su cliente
con una navaja de afeitar. Si bien ésta ataca el pelo con una
fuerza de unas cuantas décimas de N, el grosor de su filo no
supera 0,000 1 cm.. mientras que el diámetro de un pelo es
menos deO,O l cm.; en este caso la presión ejercida por la navaja
afecta un área de

0,0001 x 0,01 = 0,000001 cm2

La presión específica que una ftlet.la de0,01 N ejerce sohre


un área tan pequefia es de

0,01:0,000001 = 10.000N/cm 2

o sea, es de 1000 a t. La mano comunica a la navaja una fuerza


superior a 0,01 N, por lo cual la presión de esta última sobre e l
pelo alcanza decenas de miles de atmósferas.

8. Un esfuerzo d e 100.000 nt. crcnd o po r un insecto

¿Podría un insecto cr,wr una prasión de J OO. 000 a t.?

Los insectos tienen una fuerza tan insignificante en vulor


absoluto que parece extrarta la afim1ación de que algunos de
e.llos pue-dan ejercer una presión de 100.000 at. No obstante
ello, se conocen insectos capaces de crear tma presión mucho
mayor. Por ejemplo, In avispa ataca a su presa clavando en ella
su aguijón con una fuerza de tan sólo 1O - 14 N , o nlgo así.
Pero el dardo de este heminóptero es tan agudo que ni siquiera
la técnica m.odema, por más sofisticada que sea, puede crear
un efecto semejante; aun los instrumentos microquirúrgicos son
mucho más romos (adj . Obtuso y sin punta) que el aguijón de

15
ln avispo. Su puntu C$ lan nlilncla que ni el microscopio más
p<>lcntc puede descubrir uno "mcsetu•· en clln.

La pw1/cJ de una aguja vista en Ullllllcroscopio de gran


aumento, sem,•jaria la cima de 11110 montm1a.

La punta de Ju oguju, vista en semejante microscopi0, en


cnmbio, parccerin lo cima de una montaña (n1Tiba), micnlrus
que el1ilo tlc un cuchillo muy a (iludo semcjarin más bien unu
sicrru (abajo).

El filo de un cuchillo vis/o en un micro.~copio de gran


aumcnlo .vemejario una sic!rra.

16
A 1pnreccr, e l dardo de In avispa es el "instrumento" nnturnl
más agudo: su radio de redondeo no supern 0,00001 mm., en
tanto que el filo de una navaja de ufeitnr muy bien uguzadu es
no menos de 0,0001 mm. y alcnn7..n 0 ,00 1 mm. Calculemos el
úrea afectada por la fuerza de In presión de 0 ,000 1 N elk'i.ndo In
uvispn clava su oguijón, o sea, un {!rca ·de 0,0 0000 l mm. de
:md:io. Adoptando, pa:¡:a sin.pli:fical:t n. = 3, obtendremos el
siguiente resultudo:

3 x 0,00000 12 cm 1 = 0.000000000003 cm 1

L~1 t'i.•etzn que uctúa sobre esta ilren es de 0,0001 N, de


modo ~1ue se crea unn pres ión de

0,0001 10,000000000003 = .BO.OOO al= 3,:1 · 10 10 Pa.

Ejerciendo lUla presión tan enom1c lUlll avispa podríu punzar


el blindnjc de acero mús resistente s i su dardo fucrn lo
~uficicntemcnt~;: 1cnaz.

9. El t-cmct'll en cJ río

UntJ embcwcación de remo na\·e.ga por un río, yjunto a


dlajlota una astilla. ¿Qué 1<.> e..v másfácil al remero, adelantar
7O m. a la clslilla o quedar a su zaga o la misma distancia'!

Aun las personas que practican el deporte del remo. a


menudo suelen rcs1xmdcr erróneamente a la pregunta phmtcada:
les parece que remur nguas anihn es más difícil que aguns nbnjo;
por consiguiente·, en su opinión cuesta menos lrnbujo avent·!\jnr
a la astilla que quedar a su zagu. Por s upuesto, es m{•s dit1cil
bogar corriente aniba que corriente nba.io. Mas, si se quiere

17
u lconzar un punto que se desplll7.n con la misma velocidad, por
ejemplo, la mencionada astilla, la sitlUtción se torna distinta.
Hay que tener en cuenta el hecho de que la lancha que flota a
favor de !u corriente se encuentra en reposo respecto del agua
que lo lleva. De modo que el remero mnncjo los remos del
mismo modo que en el aguo de un estanque. En éste da igual
bogar en cualquier dirección ; lo mismo ocurre en nuestro C<lSO,
en contrándose en medio de agua corriente. De manera que el
remero tendrá que invertir igual cantidac.l de trabajo, sin que
importe qué es lo que pretende, aventajar a la astilla llevada
por la corriente o rezagarse d e ello a la misma distancin.

10. El empavesa do de un ncrústato

Ut1 aeróstato es arr·astrado por el viento en dir·ección


norte. ¿En qué sentido se alinea el empavesado de la
barqui1/a?

Mientras el aeróstato se desplaza n foYor del flujo de ni re.


ambos tienen la mismo velocidad : el globo y el aire ambiente
están en reposo uno respecto a otro . Por esta razón, el
empa\'csndo deberá colgar de la bnrqttilla. como sucede en
tiempo de calmo. Los tripulantes no deberán sentir ni el menor
soplo de aire, llW1.que sean llevados por un huracán.

1t. Círculos en el ngtta

Al an·ojar una piedra al agua estancada sefonnan ondas


que se propagan en torno al punto de calda.
¿Qué forma tienen las onda.~ que swgen cuando una
piedra cae al agtta con·iente?

18
Si usted no encuentra la m anera udccuadu de abordar este
problema quedará despistado y sacarfl ln conclusión equivocada
de que, en el agua comente. las ondas deben alargarse en fonna
de el ipso o de Ó\'alo, y estar nchotudas e n In parte que enfrenta
a Jo corrie nte. Sin embargo, observando atentamente las ondns
que "; njan en torno nl punlo de Ctlkln de u no. picdm en un rlo,
nos daremos cuenta de que tienen fonnn cimular, por nmy -rápida
que sea la COITicntt.;}.

¿Quci.fbrma tiene11 las onda.yformadas a l arrojar 11110


piedrn al agua corrhu11e?

En esto no hay nnda de c:-.1ruí'io~anuli 7..ando detcnidumcnlc


el fenómeno descrito concluiremos que [¡¡sondas que surgen
nlrcd edor del plmlo do nde cae la piedm, deben tener tonna
circular canto en el ogua corriente como cstancnda. Vamos a
cxruninnr c lmo\'imicnlo de lus pnrticulos de agua agítadu como
resullado de do:> movimientos: uno radial (llcsde el ccntm de
oscilaciones) y otro de tmslación (según In corrie nte del río).
Un cuerpo que portjcipa en vat;os m ovim ientos se tra:slada, en
resumidos c uentas, hucin el punlo donde se encontraría s i
realizon1 suct::sivamente dichos movtmientos.
Por tanto. s upongamos pdmcr:uncntl! que In piedra ha stdo
filTojada en un nguu quieta. E n este enso está clnm que las ondns
qu!') surgen son c irculares.
Ahorn supongamos que el a gua está en m ovimiento, ::;in
prestar atención a In vclocidnd y al cmúctcr uni lo nnc o vnri<tdo

19
de dicho movimiento, siempre que sea prO,b>Jcsivo. ¿Qué pasurá
con las ondas circulnres? Se trasladarán parnlclamente una
respecto a otra. sin sufrir defonnación alguna, es dcci.r, seguirán
siendo c irculares.

12. L n ley de ine rcin y los ser es , ·ivos

¿Obedacerán los seres vivos a lo ley de inercia?

El motivo por e l cuHI se pone en duda la afinnación de que


los seres vivos obedczcnn a la ley de inercia es el siguiente. Se
suele considerar que ellos p ueden ponerse en movimiento sin
que intervenga una f·ucrza cxtenUl, micntros que la ley de inercia
reza:
"Un cuerpo abondonado a la suerte pennanecerá en estado
de reposo o continuará su movimiento rectilíneo y u nifonnc
hasta que una fuerza externa cambie este estado'' (Prof. A .
Eijenvald, Flsíca teórica).
No obstante, la pnlabrn "externa" no es indispensable en el
en unciado de la ley de inercia, ni mucho menos: en este caso es
un vocahlo de más. J.saac Newton no lo utiljza en sus Principios
matemáticos de la filosofia natural, es decir, de la J1sica.
He Dqul una versión literal de .la definición ne\-'\'toniana de
dicha ley:
"Todo cuerpo continuará en su estado de reposo o de
movimiento uniforme y rectiHneo mjentras y por cuanto no
necesite cambiar este estado debido a las fuerzas aplicadas a
é l''.
Según vemos, Isaac Nev.'ton no indica que la fuerza que
hace .que el cuerpo abandone el estado de reposo o deje de
moverse por inercia, obligatoriamente tiene que ser externa.

20
Semejante emmciado de In .ley de inercia no pennite dudar
de que ella afecta a todos los seres vivos.
Por lo que atañe a la facultad de moverse sin la participación
de fuerws extetnas, razonamientos relativos a esta cuestión
upnreccn en los ejercicios siguientes.

13. El movimlent.<' y lns fue rlns internas

¿Podrá poner se en movimiento un cumpo sólo a expensas


de sus fuerzas internas?

Se considera que un cuctpo es incapnz de ponerse en


movimiento únicrunentc a expensas de sus ñterz,as internas.
Éste es un prt:iuic-io. Bnsta. con citar el ~jcmplo del misil que
sólo se mueve merced n sus fuerzas internas.
Lo cierto es que estas últimas no pueden provocnr un
movimiento igual de toda la masa del cuerpo. Pero ellas son
capaces, por ejemplo, de imprimirlm IUO\·i micnto a una parte
de éste hacia adelante, y a la otra, otro movimiento hacia atrás.
Así sucede en el caso del misil.

14. E l rozamiento como fucn.n

¿Por qué se suele decir que el rozamiento es una jiterza,


a pesar de que d mismo, de por .si, no puede contribuir al
movimiento (por tener siempre sen/ido contrario a éste)?

Desde luego, el rozamiento no puede ser causa directa de


.mo'\-im.i.ento; por el contrario, lo impide. Precisamente por eso
lo llaman con todo fundamento ftterza . ¿Qué es una ñterza?
Jsnac Nev.'ton la define del modo siguiente: " La ñtcna es una

21

L
acción ejercida sobre un cuerpo a fin di! modificar su <..~stado de
reposo o de mmitmento rectilíneo y unifom1c".
El ro:.>..amicnto modifica el movimtcnto rectilíneo de los
cuerpos, convirtiéndolo en uno vnrindo (rclnn.lndo). Por
consiguiente. el ro1..nmiento es tmn fuerzn. Paro diferenciar tules
fuerzas no motrices, como el rozamiento, de otras, capaces de
pro,·o..:m· movimiento, lns primeras se d ice que son pasiva.'>, y
las scg.wKlas. ucm·as. El ro7.amicnto es una J\terza posi\'a.

15. E l rozmnic nto y el nwvímic nto de lus a nimulcs

¿Q11ti papel dast•mpeñn <'l rozamienlo en el proceso de


movimienlo de los seres vivos?

Exumincmos un ejemplo concreto, a saber, la marcha de la


pcrsonu. Se suele creer que dumnte In marcha la füerza motnz
es el ro7.amicnto , la única fuerza externo que de hecho intef\'icnc
en este proceso. En algunos libros de divulgación cientílicu
aun se encuenlro ::;emejnnte criterio que, lejos de escln.rccer el
asunto, lo embrolla más. ¿Seria capaz t!l rozamiento prOV<\car
llH)\'imicnto si no puede sino rewrdarlo'?
En lo que se refiere al papel qtu: el m znmicnto desempeña
en el andtu' de los hombres y los animales. se debe tener en
cuenta lo siguiente. Al cnnunar, deber{t ocurrir lo mismo que
úurnnte el movimiento de un ingenio: el hombre puede mover
un pie hucia udelontc sólo a condición de que el resto de su
cuerpo retroceda un poco. Este efecto se observo nwy bien
cuando se camina por Wl terreno rcsbalndi?.O. Mas, d e haber
un rozamiento suficientemente considerable, el cuerpo no
retrocede, y su centro de masas se dcspla7..a hacia adelante: de
esa manera se da un paso.
Pero.• ¿merced a qué tuerza el centro de masas del cuerpo
humano se desplaza hacia adelante?
Esta fuerza se debe a la contracción de los músculos, es
decir, es una fuerza interna. En tal caso la función del rozamiento
consiste únicamente en equilibrar una de las dos fuem1s internas
iguales que surgen durante la marcha, dando, de esa manera,
prioridad a la otra.
Durante el desplazamiento de los seres vivos, así com0
durante el movimiento de una locomotora, la funci ón del
rozamiento es idéntico. Todos estos cuerpos realiza n
movimiento progresivo no grncias n In acción del roznmiento,
sino merced a una de lus dos fuerzas internas que prevnlece a
cxpe11sas de él.

16. S in nnamiento

Imagínese qtw una persona se enctlenff·a en una


superficie hof'izontal pe1jectamehte lisa. ¿De qué manera
podría desplazarse por ella?

Si no existiera rozarrriento, sería imposible caminar; éste


es uno de los inconvenic.."'tcs de semejante situación. No
obstante, sería posible desplazarse por una superficie
perfectrunentc lisa.
Para ello hnbrla que arrojar algún objeto en dirección
opuesta a la que la persona quisiera seguir; entonces, conforme
a la ley de reacción, su cuerpo avanzarla en la dirección elegida.
Si no hay nndn que nrrojar, tendría que quitarse alguna prenda
de vestir y lanzarla.
Obrando de la misma manera la persona podría detener el
movimiento de su cuerpo si no tiene de qué agarrarse.

23
En semejante situación se ve un cosmonnntn que salú al
espacio cxtravchiculnr. Pemumeciendo fuera de la nave, seguu·á
su trayecto por inercia. Para acercarse a ella o alejarse a cierta
distancia, podrú utili7..ar uno pistola: In repercusión que S<:!
produce durante el disparo le obiigorá a desplazarse en sentido
opuesto ~ In mismu anna te ayudará n detenerse.

17. Tend iendo un:l cucn.la

U/ probll!ttU1 .fig11iente .Jite lomado del lihro ele texto de


mecánict.1 de A. 1.'<;in,(,"1.11!1: He/o aquí. "Para rompe1· u.na cuerda
ww pc'rsona tira de Sil¡)' ex tremos cm sentidos d1jerentes,
aplicando {J cada 11110 de ellos ll/10jiterzo de 100 N. e 01110 1'/0
fJIWde romperla obrando de esta manera, sujC?fO uno de los
extremos tirando del otro con las dos manos con una fiterza
d e 200 N ¿Hstará má.~ (ensa la cuerda en el segundo caso?''

P oddo parecer que el tensado de lo cuerda será igual no


ohstantc la magnitud ele la fucrz.a que se aplique: de l 00 N a
caJa extremo, o de 200 N u uno de ellos, sujetando el otro. En
el primer caso, las dos fuerzns, de 100 N cada LUiO, aplicodas n
los cabos de la cuerda, engendran un esiuerL.o extensor de 200N;
en el scgw1do, la misma ten~ión se crea con la fuerza de 200 N
aplicada al extremo libre.
Éste es un ClTOr garrafal. En ambos casos la soga se tensa
de mancrndistlnta . En el pdmero sufre !u acción dedos .fuerzas,
de 100 N cada una, aplicadas a dos e:l'> tremos, en tanto que en
el segundo es extendida por dos fuerzas, de 200 N cada una,
npl.icadns a dichos extremos, puesto que la fuerza de las manos
origino. una reacción de valor igu."'l por purte del pnnto de
fijación del elemento. Por consiguiente. en el segundo caso la
estira un e,.o:¡fuerzo dos veces mayl)r que en el primero.

24
Es muy íacil incurrir en un nuevo error al delenninnr la
magnitud de tensión de la cuerdo. Cortémosla sujetando los
extremos libres a una balama de resotte, uno ul nnillo y el. otro,
al gancho. ¿Qué inc.licnrá este utensilio?
No s~e debe creer que en el primer caso el fiel mnrcnrá
200 N, y en el scgtmuo, 400 N . .Es que dos fucr.ws contrarios,
de 100 N cadn una. que solicitan sendos ex-tremos de· la soga;
crem1 tm esfuerzo de 100 N en vez de 200 N . Un p{tr de fuet7...ns,
c.lc 100 N cnda una, que halan la soga en sentidos diferentes, no
son si n.o lo que debería llamarse ·'fucr¡,a de 100 N". No e:-:istcn
olrns fuerzus de 100 N: toda fuct7ll tiene dos "extremos".
Aunque a Yecos se cree que se trntn de 1ma sola fi.ter7..<1, y no c.lc
un par de fucrzns, esto se debe n que su otro " e::-.trcmo·' se
locali7..a muy J~jos y por eso "no se ve". Al caer, todo cuerpo
experimenta la acción de la fuerza de atmcción len·cslrc: ésta
es uno de Jos " extremos" de la fueu;.1 que inlerYicnc en este
caso, mientras que el olro, es decir, la atrucción ue la Tierra por
d cuerpo que ene, pennanec.e l.!ll el centro ucl G lob0 .
Conque, una cuerda estirada p-or dos l'uer7..os contrarias, de
100 N ct1du una, surrc un esCuerzo de 100 N ; mas, cuun<.lo se
aplica una fuer;w de 200 N (en el sentido opuesto se crea el
mismo esfuco:o de rcncción), el csfucno tensor es igual a
200N.

1.8. Rcm isfcrjos de Magdchurgo

Para realizar su famosa experiencia con los "hemisj(wios


de :Vlagdeburgo" Olio von Guet·icke unció ocho cahallos a
cada /mio, que fenlan que tirar de las .<;emiesforos dC' metal
huecas para sC'pa rarlas.
¿Sería mejor sujetar uno de los hemisferios a 1111 muro
halando el otro con los dieciséis caballos?

25
¿Se podría crear 1111 esfuerzo mayor en e!>te caso?

Según In explicación del problemn nnlecedentc, en lu


experiencia de dos hemisferios de Ollo von Gucrickc ocho
cnbullos sobrnbnn .

El dinamómetro indica /a fuerza da fl·acción del CCJballo


o del árbol, y no la suma de ambos esfiterzo5 .

.l!l~

En este ca.~o la reacción del muro,ju<Jga el


papel de tracción del tronco del árbol.

Podrían susliltúrsc porta resistencia de un muro o del tronco


de un árbol suficientemente fuerte.
Con arreglo a la ley de acción y reacción, la fuer-.a~ de
reacción creado por el muro cquivaldrin a la de tracción de
ocho caballos. Pnro aumentar el esfuerzo de tracción, hubrin

26
que ponerlos a tirar en e l mismo sentido que los demás . (No se
debe creer que en este caso la fuerza de tracción numentnria ni
doble: como Jos esfuerzos no coordinan del lodo, la doble
cuntidad de en ballos no provoca tmn doble tracción, sino menos,
aunque su fuco..u es mayor que la ordinario .)

19. Ln b u lan:;:a d e t·csortc

U11a persona ac./11/la es capaz de estirar el resorte de 11110


ha lanza do resorte aplicando un e..vjire1-zo de 100 JV, y un niJ1o,
d t• 30 ;V. Qrui magnitud mdicará el instrrmu!l'llo si ambos
<!slirall el resorl<' .fimultá11c:amentí! en :wntido.<; contrarios?

Serio un erro r afirmar qLLC el fiel de la bulmv..n de rcsorlc


d ebe indicar 130 N , pues el adulto lira d e l anillo con una f"l.terat
de 100 N , núentrns q ue e l niño hala el gancho con w10 de 30 N .
Esto no es cierto, pues es imposible solicitar un cucq)() con
un esti.terzo de J 00 N mientras no hay rcnccióncqui·vulcnte. E n
este caso la fuer.l.H de rcucción es l a del niño. ln cual no excedo
30 N: por eso el Rdulto puede tirHr dcl tmillo con un esfuerzo no
superior a los 30 N . Por csla mzón, el Ji e l de In bulnn:r..n imlicttrá
30 N.
Quien. cons idere invcrosfmil semejante explicació n, puede
cxaminnr por su cuenta el en so en que el niño sost ienc In balnnza
con uno mann sin estirar el rlo':sorte: ¿podrá un ndull<' asc¡:lurur
en este ct~so que cl !icl del utensilio indique nlmcnos un gramo?

20. E l movim iento d e una lancha

En uno rc>vista de dil•ufgación cicmtiflca alemano se


propusieron dos m é!odos dr~. ap1-nw.chor /(¡ erwJ gía dd ch on ·v

27
dL• gases para impulsar ur1.a lan cha, que se muestran
esquemáticanu.mle en la figura. ¿C11al de el/os es más eficaz?

-·---
--{~~
~ct~:--
- . ..,_ -__
.·- - ._:;:-- - - ---- - --· .~~···------·-
--~ - .
""":":..-~- --~-·
·-·----
.... -: ...
--=--- -- ~------=-· ---
¿Cuál de estos dos procedímienlos e.~ más eficaz?

De los dos métodos propuestos sólo con,ienc el pümero,


además, a condición de que el fuelle tenga dimensiones
adecuadas y que el chorro salga a gran velocidad. En este caso
e l efecto del fuelle se asemeja al de cohetes colocados en lu
c.ajn de un camión: ni salir el chorro de aireen una dirección, el
fuelle y, por tanto, la lancha se desplazarán en sentido opuesto.
El segundo método, consistente en que el chorro de otre
impele las paletas de la nteda que a su vez hace gimr ln hélice
en el agua, no sirve para impulsar la embarcnción. La causa de
ello está a la vista: al salir el chorro de oire hacia adelante, ln
embarcación rel.roccderá, mientras que el giro del "motor eólico"
In obligará a desplazarse hacía adelante; ambos movimientos,
dirigidos en sentidos diferentes, tendrán por resultante el estado
de reposo.
En swna, este segWldo método (en la fonnn representada
en la figura de arriba no difiere en absoluto del procedimiento
anecdótico de llenar la vela mediante un fuelle de la figura
siguiente.

28
Un proc edimiento anecdótico para hnpulsor vd eros.

21. E l ncróstato

De la barquilla d e un aeróslalo que se manlieneftjo en el


aire, pende llbremcrrte una escaler·a de cuerdo. Si una persona
empieza a s11birpor ella, ¿hacia dónde se desplaznrá el g lobo,
hacia arriba o hacia abajo?
El globo no podrá pennanec.er en estado de reposo: estará
descendiendo mientras In persona sube por lo escalera. Sucede
lo mismo que cuando alguien se despinzo de w1 extremo de
una lancha ligera n otro: ésta última retrocede bajo el esfuerzo
de sus pies. Lo mismo pasa con lo escalera de cuerda que, al
ser empujada hacia abajo por los pies de la persona que trepa,
arrastra al aeróstato hacia la tierra.
Abordando este problema desde el punto de \·ista de los
principios de la mecánica, hemos de razonar de ln manera
siguiente. El globo con su escalcm y In persona que trepn,

29
constituyen w1 s i ~t.<::mo nislado cuyo centro de masos no puede
ser dcsplnzmlo por ln acción de lns fuel7.as m ternas. Su )X>SICI<'m
n,> cambinrú rnienlrns la persona sube por la cscalern sólo o
condición ele que d globo dcscicndn: en otro cwm el centro de
masas se elcnm1.

¿En qué !>l' lllido se d es¡>lazaril?

En cuanto n. la magnitud de desploz.wmcnlo del aerós tato,


é.sta será tantas veces menor que el de la persona como mayor
es su peso en compnración con e l de es ta última.

22. U na .m osca e n un tan·o ele c ristal

En ICl srtpcu:ficíe interior de w1 ro rro d e cristal tapado,


que está cm equilibrio en una balanza sens1ble, se encuentra

30
una mosca. ¿Qué pasará con la balanza si el insecto abandona
su puesto y empieza a vol.ar por el interior del recipiente?

Una mosca atrapada en el aeróstato tarro.

Cuando la revista c ientífica nlcmana Umschau publicó esta


pregunta, se entabló una discusión ncalomda: media docena
de ingenieros presentaban las razones más diferentes y
empleaban todo un sin fin de fórmulas; sin embargo, no pudieron
llegar n Lma conclusión unánime.
Mas, este problema puede ser resuelto sin valerse de
cclU\ción alguna. Al desprenderse de la pnred del recipiente y
mantenerse n un mismo nivel, lo mosca presiona sobre el oirc
agitando sus alitas con una. fuerza equivalente al peso de ella
misma; esta presión se transmite a las paredes del tarro. Por
consiguiente, la balanza debe pcm1ru1ccer en el mismo estado
que mientras el insecto estaba posado en la pared.
Así sucede núenlrns la mosca se mantiene a un mismo niveL
Si ella sube o baja volando dentro del tarro, la balanza sensible
deberá mov"CTse un poco. Para dctemuna.r hacia dónde se moverá
e l plttto c.on el tllrro, primero supongtunos que éste. con la mosca

3L
<.h:ntro, se c ncuenlm sitwtdo en algún punlo del Universo. ¿ Qu~
pa:o;aril entonces con el recipicntt! si el diptero empiez.ll u ,·oiHr?
1,o mismo que en el problema 2 1, donde se trata de un
g lnho ncrostúlico. tenemos un ::;istemn oislndo. Sí unn f"LtCt'l..n
intcmu eleva Jn moscu, el centro de musas de dicho sistcmn
segUl ró en In misma pnsicióntnieniTns el recipiente se <.lespla:t.a
un poco haciu obnjo. Al contrnrio, ><i el insecto baja aleteando.
e l lnn·o deberá subir pnru que el ct:nlro de llHISits del sistema
lan·o-mosca pennune:r..cu en el mismo punto.
/\hora volvamm: a las condiciones rt:nles, de lns cunlcs
h em os hecho In nhstmcción. El rccrpicntc con la mosctt no se
encuentra en un punto l~jano del Universo, sino que cslil<.·n e l
plutn de tmn balauzn. Está cluro qm; si clln sube, e l plato
ocsccndcrú. y si baJu, se elevará.
H ay que agregar que el YUclo de In mosc<l hacin ~tn·ib:r o
haci<t abnjo debe ser ucclcrndo. Un movirmcnto uniforme, es
decir. por inercia y por tanto sin In intervención de una rucr:r..a,
será incopnz. dc ultornr In presión que d recipiente ejerce snbr c
el p lato de la halani'..a .

23. El péndulo de M ~1xwcll

/.::n muchos país<!.~ es muy popular eljuguete llamado ' )·o-


yo", que co1'1sisfe en 1111 carrete o un disco acanalada de
madera u otro material, que se hace descender y ascender
mediante un hilo Sl (/<~ ta a .w eje. Este j11guete no es una
novc>dad. pues se r<!creaban con él los soldados del e:Jércilo
de Napoleón y hasta. según afirmnn los conocedarc:s del
astmlo, los héro<•s da los poemas de !Tomen>.

Desde el punto de vista de ln m ecánica, e l "yo-yo" e s una


versión del conocido p6ndulo de Ma.xwcll : una pequeña n.tc<la

32
rnnumda cae desenrollando dos hilos cnrollatlos en ella y
ncunmla unn energía de ro1ación tan considerable que, nnn vez
e'\ tendido todo el hilo, sigue girando y en.rollimdolo de nuevo y
ascendiendo de esa manero. Durante e l ascenso, el nrtefocto
ominara el giro como resultodo de la transfonnnción ele In
cnergin cinétie<t en potencial, se detiene y acto seguido vuelve
o caer girnndo. El ascenso y el descenso de este péndulo se
repiten muchas veces hasta que se disipa la reserva inicial J c
energía convc11ida en culor a consecuencia del W7.tunicnto.

Describimos este ar((\fuctc> para hacer lns prcgw11as que


siguen: Los hilos del péndulo de Mnx\.vcll estiu1 sujetados a
uun bulnnza de resorte. ¿Qué pasa con el tiel del instrumento
mientras la rm.xla sube y buja repetidamente'? ¿Pennancccró en
reposo en este caso? Si se mueve. ¿en qué sentido lo harú?
Después de l'nmilittrizarnos con las explicaciones
prcscnú.tdas en los prol>lem~•s antecedentes, no habrá que cavi lar
mucho para responder a esta pregunto. Cuondo la rueda bajo
uceleradamcntc, el goncho al cual están li,iados los hilos, deberá
clcvnrsc. puesto que éstos, clesenrollimdosc, no lo arrastmn hncia

33
abajo con eln'lismo cs!i..lel7..o que antes; mas, cuando sube con
deceleración, tiende e l hilo que se enrolla en ella, y ambos
arrastran el gancho hacia abajo. En suma, el gancho y la rueda
sujetada a él se moverán uno nl enc uentro de otro.

¿Qué indica la balanza de resorte?

24. Un nil-·cl de burbuja en un vngón

J.iajando en w1 tren, ¿.ve podría utilizar el nivel de burbuja


para determinar la pendiente de la vía?

Durante Ja marcha, la burbuj a del utensilio real iza


movimiento de vaivén; este criterio no eS muy seguropamjuzgl\J'
acerca de la pendiente de la vi a, puesto q ue ésta no condiciona
el movimiento de la burbuja en todos los casos. Al arrancar el
tren, mientras el movimiento es acelerado, y al frenar, cuando
es decelerndo, la burbuja se desplazará a un Indo aun cuando
la vía sea estrictamente horizontal. Y sólo si el tren avanza
unifonnemente y sin aceleración, su posición indicará ascenso
o descenso de la vía.
34
Para entenderlo mejor, e:-:uminemos dos dibujos.
Supongamos qucAB (en la figura, a ) csel nivel de burbujn y P ,
su peso mientras el tren está parudo. Este último nrrancn y
empiezu a marchar por un tramo horizontal según ind ica In
flecha lv(N, o sea. a\'anzn con aceleración.

M ~~-- - N
H-.., O
,'>r(:0'"";~B
~ - .... H
1
1
'
1
1

Q - p
a
Desviac1ÓJ1 de la burbuj'n de 11n ni,•el
en 1111 vagón en nlarcha.

El plano de a¡myo sobre el cual es tú colocado el nivel. tiende


hucia adelante , por lo que el utensilio tjcnde a deslizorsc hucin
atrás. La fueo..n que provt>ca el retroceso del ni\'cl en sentido
horizontnL se reprc;.;~n ta mcdiEmtc el vector OR. Ln result~mtc
Q de lns fm.'rzus P y R lo uprctnrn conlrn el plm10 de upoyo.
actuando sobre el liquido como su poso. Para e l nivel. In linea
de aplomo coincide con OQ. por consiguiente, e l plnno
horjzontal se despht7.urá provisionalmente u f.!H . Es obvio qt~~::
la burbujn de ¡Ji,·el se moverá hacia el extremo !J, elevado un
poco respecto del nuevo plono horizontal. Esto ocurre en Lrnmos
estrictamente horizonta les. CunnJo clt.rcn tlescicnde por una
pendiente. el nivel pue<.lc indicar equivocadmnente que la via
es horizontal e incluso ascendente, según sc;m la magnHud de
la pendiente y la aceleración del tTen.
Cunndo este comienza n frena~. cnmbia In posición de Jus
filcrzas. Ahoro (en lu liguru, b ) el pluno de tlpoyo tiende n

35
rc7.,agarsc del utensilio, sobre el cual empieza a act1.uu- la fuc1-z.a
R 'empujándolo hacia adelante; si no existiera rozamiento, esta
fuerza lo obligarla a deslizarse hacia la pared delantera del
coche. En este c aso la resultante Q 'de las fuerzas P y R 'esta ni
dirigida ho oia adelante ; el plano horizontal ocupnrá
provisionalmente la posición H 'Ji', y la burbuja se despla:?..'lrá
hacia el extrem o A , aunque e l tren mnrehe por un trumo
horizontnl.
En definitiva, cuando el movimim1.to es acelerado, la burbuja
obandom1 In posición centro!. El nivel indicará "ascenso"
mientras el tren marche con acclcmción p or tu1 tramo hori7..onta l.
e indicará " descenso" cuando marche con deceleración por el
mismo trruno. Las indicaciones del nivd son normales mientras
no haya aceleración (positiva o negativa). Tampoco podemos
fiarnos d e l nivel de burbuja para determinar el gr ado de
inclinación tronsversal de In vla viajnndo en un tren: el efecto
centrífugo sumado a la fucr7..n de la gravedad en los truruos
curvos podró motiyru· indicaciones falsas

25 . Den·iación d e la Hnmn de la vcln

a) Al empezar a n·asladar una vela encendida de un sitio a


otro de un cuarto, en un primer instante la llama se dusvía
hacía atrás. ¿Hacía dónde .~e moverá si la vela que se
traslada está dentro de unfarol?.
b) ¿liada dónde se desviará la llama, dentro de/farol, si una
persona lo m ueve circularmente alrededor suyo s ujetándolo
con el brazo extendido?.

11) Los que p ie nsen que la llama de w1a vela colocada en un


farol cerrado no se desvfa al desplazarl o, andan
equivocados. Haga u sted una prueba con una centla

36
encendida y se dará cuenta de que se desvía hacia adelnnte,
y no hacia atrás, al moverla protegiendo con la mano contra
el flujo de aire. La llama se desvia porque es menos densa
que el ambiente. Una misma fuerza imprime mayor
aceleración a un cuerpo de masa menor que a otro de masa
mayor. Por esta ra7..ón, como la llruna que se traslada dentro
del farol se desplaz.a más de prisa q u e e l aire, se deS'.rfa
hacia adelante.
b) La misma causa, o sea, lu densidad menor de la llama en
comparación con el ambiente, explica su comportruniento
incspcrndo al mover el farol circulom1en1e: ello se desvla
hacia dentro, y no hacia fuero como se podría suponer. Todo
queda claro si recordamos quó posiciones ocuparán el
mercurio y el agua contenidos en un recipiente esférico que
gira en una centrifugadora: e l mercurio se sitúa más lejos
del eje de rotación que el agua~ esta última parece emerger
a flor de mercurio, si considerrunos que "abajo" es el sentido
contrnrio al eje de rotación (es decir, la dirección en que se
proyectan los cuerpos bajo la acciÓn del efecto cc;,:ntrífugo).
AJ mover circulam1ente el farol, In llama, por ser mñs ligera
que el ambiente, ·'emerge" hacia " arriba'·, o sen, se dir ige
hacia el eje de rotación.

26. U nn n ar lll n dobla d a

Una varilla homogéneo, apoyada por el punto m~dio, está


en equilibrio.

La varilla está en equilibrio.

37
¿Cuál d e s11s mirndes bq;ará si el hrazo derecho se dobla?

¿.')'e conservará el equilibrio?

El lector q1.1c esté dispues to a c.onlestnr que In vnrilla


permanecerá en equilibrio después de doblarlu , anda
cquiwJcndn. Puede ser que u primcrn vista pm·C'J.:cn que sus do s
mitades. de peso igual, deben cquilibrnrsc. Mas, ¿ncnso los
pesos iguales dispuestos en los extremos de una palanca se
cquilibnm siempre'?

b
1 ,· ..

La varilla ¡·ecfa está en ~.u¡~tilibrio, mie11tras


que la doblada 110 lo está.

Para cquilibrnrlos se requiere que la raz ón de sus


mngnitudes sea inversa n la de los braz.os. Los hrnzos de la

38
.-
vQrilla recta eran igunles, pues el peso de cada milod estaba
aplicado u su punto medio; por ello, los pesos iguales estaban
en equi.Iibrio. Pero nl doblar Jo parte dert'-'Cha de la varilla, el
respectivo brazo de la palanca se redujo a ln mitad en
comparación con el otro. Esto se debe precisamente a que los
pesos de las mitadt.:s de la varilla son iguales; ahora éstos no
están en equilibrio: la parle izquierd a tiende hacia abajo, debido
a que su peso está aplicado a un punto que dista del de npoyo
dos veces más que el de la pnrte derecha. De este modo el brozo
largo hace c levursc al doblado.

27. Dos bnlnnzas d e resorte

¿Cuál de las do.~ balanzas de resorte q11e sostienen la


vcwilla CD en posición inclinada, indicará la carga mayor?

~A
'f <'O
'
:f()
i
Cit.~ .,t.
M .p:-·~~~ D
S

'1'
.
-,;_ ~:cm.
~~ "':
.,1::::~ , J

e -~...
1_
5Kg.

¿Cuál de las dos balanzas sostiene mayor carga?.

Las dos balmv...as de rcsQrte indicarán unu misma cnrgn, de


25 N . Es muy fúcil percatarse de esto descomponiendo el peso
R d e la cruga en d os l.i.terzas, P y Q, aplicadas, rospcctiwunentc,
n los puntos C y D. Como MC = 1\1D, resulta que P = Q. La

39
mclinación de la varilla no ollero lo igualdnd de cstns dos
fuerzas.

~ B

S~~
"~a
R
p

Ambos dinamómetros esttin extendidos de


./(wma igual, puesto que P = Q = h R

28. U na palanca

Uno palanca ingrávida tiene Sil punto di'. apo_vo en l3. ,')'(r
pide dl!var (1/ peso A con C!lmenor q (uerzv posible. ¿En qu(}
sentido ho.v que cmptljar el extremo e de la palanca'!

El problema de la palanca curvada.

40
La fue~ F(fig. de abajo) debe ser perpendicular respecto
de la línea BC; en este caso su brozo será máximo y, por
consiguiente, para obtener el momento estático requerido seró
suticicnte una fuena mínima.

-.._ _ .._
.... e
~====:::::::=:~ -

29. E n u n a p latnfu r mu

Una persona de 60 kg. de peso (600 ;'v') se enc1wntrn


sobre una plataforma de 30 kg. (300 !\'),suspendida mediante
cuatro cuerdas q11e pasan por unas poleas como muestra la
jigurn. ¿Con quéfiterza la pc1rsona debe tirar ch1l extremo d11
la cuerdo a para.so,stanerla plotaforma donde se encuentra?

Se puede delenninur la magnitud del esfuerzo buscado


.r azonnndo de la manera siguiente.
Supongomos que una persono cstú tirando de la cuerda a
con una fuerza de x N. Lu tensión de !u soga n, a si como !u <le
b (cstn últimu prolonga a) será. evidentemente, x .
¿Cn{JI será la tensión de In soga e? J~sta equilibra la acción
conjunta de dos fuer7...ns paralelas, x y x; por lo tanto, vale 2x.
Lo porción d que prolonga e , debe de tener la rnisnw tensión.

41
La plotafonna cudga de dos cuerdas . b y d . (La cuerda n no
cslá fijoda n ellu, por lo cual no la sostiene.)

¿Qué csfi.IC'rzo hay que aplica para sost<mer la platafornw?

La tensión de b vale .'!: N , y la de d. 2xN. La acción conjunta


de estas dos fuct7..<ls paralelas que suman 3x N, deberá equilibrar
la carga de 600 + 300 = 900 N (el pcsv del pasajero más el de
ln platafonna).
Por lo tanto, 3x = 900 N, de dondé se obtiene

x=300N

30. Ln catenaria

¿Qué esfuerzo hay q11e aplicar a una soga tendiéndola


para que 110 se curve ?

42
Por muy lcn!:a que cslé lu cuerda, se combnrá
inevitablemente. Lo fucr?..a de la gravednd que p rovoca lo
combodura, eslá dirigida n plomo, en tanto que el esfuerzo tensor
no lo estl1. Estas dos [L1Cf7..!\S no podrán cquilibrotse mutuamente,
o sen, su result~mte no se anulará. l'recisnmentc esta úJlimo
provoca la combodurn de In cuerda.

¿Cómo hay c¡ue tender la Cll<'rda pnro que


no forme comba (ej. 30)?

Ningún csl'i.terzo. por muy grande que sen, es capnz de


tender tma cuerdo de i~ll11'<1 comple~nnenlc rcctn (snlvo el cnso
en que esté tendido en sentido vertjcal).

Es impo.tible tender fa cuerda entre las poleos


de modo que no se combC'.

La combndurn es inevitable: e!: posible d isminuir su


magnitud hasta eicr1o grado. pero es imposible an ularln .

43
Conque, toda soga que no eslé lemlida verticalmente y toda
correa de transmisión deberá fonnar combn.

3 1. U n coch e otascnd u

Paro sacar un vehículo de rm bachl' .te obra de la siguienff!


manera. Un cabo de una soga larga y resiste11te se sujeto al
vehlculo y el otro, al tronco de un árbol o tocón situado al
borde del camina, de modo que la soga esté lo más t<msa
po.vible. A contimtación se lira de ésto bajo tm ángulo de 90°
rc1spc-clo a la misma, sacando el a111omóvil del bache. ¿Bn
qué principio estti basado este método?

A menudo basln el esfuerzo de una sola personll pnw


rescatar un vehículo pesado valióndose de este método
elemental, descrito ni plantear el problema . Una cuerdn.
cuulquícr<~ que seu el grado de su tensión . cederá a la acción de
Llllll tuerza aunque sen modemua, aplicncla bnjo cierto ángulo a
su dirección. La cllusa es la misma, o sea, la que obliga a
combnrse cualquier cuerda tendida. Por esto misma rll.ZÓ11 es
imposible colgar una hamaca de manera que sus cuerdas estén
en posición estrictamente hori7..onta l.
Las fuerzas que se cr·een en este caso se representan en la
figura . La de·n·acción CFde la persona se descompone en dos,
CQ y CP, dirigidos a lo largo de este elemento. La fnerza CQ
tirn del tocón y, si éste es lo suficientemente seguro, se 1tnuln
por su resistencia. La fuerza CP, en cambio, hala el vehículo y,
como supera muchas veces a CE puede sacar el automóvil del
bache. La ganancia de esfueno será tanto mayor cuanto mayor
sen el ángulo PCQ, es decir, cuanto más tensa eslé la soga.

44
~A p.- d ,,, __ __ :-:-J__
F
__--:..~---{!¿]
------- ~ Q

Como .~e .saca un vehículo del bache.

32. El rozamiento y la lubricación

Consta que la Lubricación disminuye el rozamiento.


¿Cuántas veces?

La lubricación disminuye el rozamiento \loas dü:z veces.

33. ¡,Volando por el aire o deslizando por el hielo'!

Para proyectar zm pedazo de hielo a la mayor distancia


posible, ¿hay que lanzarlo por el aire o deslizm·lo por la
supe!:ficic de otro hielo?

Se podría suponer que un cuerpo se proyecta a mayor


distancia siendo arrojado por el aire que desliz{mdose por el
hielo, puesto que la resistencia del aire es menor que el

45
rozamiento conlm el hielo. Pero esta <:onelusión es cnl>nca,
pues no considem el hecho de que la fue¡·z.n de la gravedad
lk-svía hacia la tierra la trayectoria del cuerpo an·ojado, en"~ sta
t.le lo cual su alcance no puede ser muy considerable.

Parn el problema de dos trozos de hielo.

VHmos a huccr d cúlculo partiendo. p11ro simplílicar, Jc


que la resistencia del aire es nuln . .l~n efecto, éstn es inlima
1wra la vcl<xidnd que una persona puede comunicar a un objeto.
El alcance de los objetos arr0jados en el vncío bn,io cierto ángulo
respecto n1h()rizonle es máximo cuand0 dicho imgulo vale 4 5°
Adcmús, según nllnmm los textos de mecúnica, el nlcancc se
define medinnte la fónnuln sig ui<.~n tc :
V~
L=-
g

donde I' C.'> la velocidad inicial , y g, la aceleración de In gravednd.


Pero· si un cuerpo se dcslizn por la superficie de otro (en este
'2
· 1o ), 1a energw
caso por el 111c · •· 2
· cmctJca mv , comumca
· d a a e' ],

se invierte en superar el trabajo de la fue.rz.a de ro7...amienlo,f,


igual a ~mg, donde .u es el coeliciente de rozamiento, y mg (el
producto ue la masa del cuerpo por la aceleración de la

46
gra\l~Ad), el peso del proyectil. En el trayecto L' la fuerza de
.rozamiento realiza un trabajo ¡..tmgL '. I·L'lcicndo uso de la
ecuación

,2
nn
-=¡mtgL'
2

determinamos el alcanceL' del trozo de hielo lanzado:



L'= ..2:___
2pg

Adoptando el coefic;icntc de ro7.amicnto del hielo contra el


hielo igual a 0 ,02, obtenemos:

"5\•z
L'= -- - -
g

A propósito, si un trozo de hielo se arroja por aire, su alcance


\'2
será - . es decir, 25 veces menor. Así pues, un trozo de hielo

deslizado por la superficie de otro hielo se proyectará a w1a
distancia 25 veces mnyor que al volar por el aire.

34. Dados trucados

A veces, los jugadores a los dados inyectan plomo en los


dados para asegurar que caiga el número deseado. ¿En qué
se basa esta artimaña?

47
Los jugadores que inyt~etan plomo en los dndos, por 1<, ' islo,
suponen que si un lado de. la p iezn se hnee mós pesndo, siempre.
qucdarf1 abajo. Andan equivoc.;'ldos. .Al caer un Judo desde un(t
nlturn no muy considernblc, la res istencia del aire no intluye
notablemente en su velocitbd de caída; en un medio que no
opone resistencia a la cuídn, los cuerpos cae n con uccleruciún
ig ual. J>nr ello, la pieza no se volleorú en el aire. Así p1.H.:S, esta
mtinwñ<l de lns jugadores poco escrupuloso.<; n o sirve parn nocla
S e preguntar{!, cnlom~es, ¿,por quú un cuerpo que g ira sobre
un eje horizonlal queda C\)0. su purlc más pesada abajo'' En
cslc caso n o se lraln de la caída libre de un cuerpo, sino <k
otras condiciones de acc ión de las l'ucrzas, por Jo cuul e l
rcsullndocs d i.stinto.--
EI equívoco de los j ugadores que trucnn los dados es tul
cnor bns lante frecuente y est<i rno tivaun por nociones muy
rudimcnturins de mccánicn . En esta relació n viene a la mente
la teorla soslcnidu por un " descubridor" que atribuía la rütución
dd gl\)ho terrestre al hecho de que toda la humedad evaporada
en s u parle " diurnn" se acumula en In parte "nocltll11a "~ a
cnnsccuencin de esto, según afinnnba, el h emisferio osc uro se
vuelve nuís pesad<> y el Sol lo alrnc con m ás l'tJci·z.a que a l
hcmistcrio alumhmdo, provocundr> d<..~ este mo d o la ro taci(m
del planetu.

35. La cnidn de un cucrp()

¡,Qué distancia recorre un CIWI ]JO en caída libre mientras


s/lena un "tictac" d<:l rE'Ioj de bolsillo?

Un " tictac'" del reloj de bolsillo no dura un segundo, como


se S\tele creer muchas vec-es, sino sólo 0,4 s. Por tnnto, el trayecto

48
que el cuerpo recurre en este intervalo de 11cmpo cayendo
libremente, equivulc u

9.8x0.42 =0.784m.
2

es decir, a unos 80 cm.

36. ¿ H:1cia oimd c hay ruc lanzar la botella?

¿Hacia dónde hoy que lnnzar la bolella desde 1111 ,·ngún


l'n marcha para que sea mínimo el riesgo de rolltpl!rln al
c/locnr con la tierra?

Conw se corre menor peligro· snltnndo hacia ndelanlc de


un vngón en mm·cha, puede parecer que In bolellu chocará con
el suckl más suavemente si se la lirn h~tcin adelnntc. E¡;to no es
cierto: para atenuar el choque hay que arrojur Jos o~jctos en
dirección controrin a In que lleva el ,·ug.\'ln. En este caso ltt
\'d~)Cidad imprimido a In botella al lan7.llrln, se sustrae de ln
que ella tiene n consecuencia de In inercia, por lo cual su
velocidad en e l punto de cnidn sen~ menor. Si nrnüamos In
botella hacía ndclante, sucederá lo conlrarin: las vclocidudes
se sumarán y el impucto será m<is fut:rtc.
El hecho de que p('tra las personus sen menos peligroso
saltar hueia ac.lclante, y nC> hacin at:ms, se explica Jc otra manera:
nos herimos y mogullumos menos si cucmos hacia udclanlc y
no hacin atrtis

49
37. Un objeto arrojado desde un v:1g6 n

¡,fin q11i> CClso un objc•t.o arrojado desd<• 1111 vagón larda


m enos en alcanzar el suelo, cumulo t!l ragún csrá en marcha
o en r11.poso:>

Un c uerpo lanwdo con ~:.ierla vclocidu<.l ini~ial (no importa


en que dircoción) cstú sujeto a lo mismu fuer?...<l de la gravcdnd
que otro que cae sin velocidad inicial. La ucclcrución de c<lida
de ambos cuerpo~ es igunl, por lo que los dos üaerún al suelo
simult{mcamcntc. Por esta raí:'.ón, un ohjcto 11rrojnd\J desde un
vugón en lll<lrcha tarda e l mismo tiempo en ulcan7..<11' In l.iciTU
qtlc otro arrojado desde un vagón en reposo

38. Tres proyectiles

Se lanzan tres proyecriles desde un mismo punto hqjo


diferentes ángulos respecto del horizonte: de 30°, 45°y 60°.
En la ji,f,'1trcl eh• alHJ.JO se representan .rus trayectorias (en t/11
medio qr.l<! no ojhJC(? resistencia).
¿Es correcto d dibujo?

i,Es corree/o el diQujo?

50
El díbujo no está bien hecho. E l a lcance de los pn.l:v·ectiles
Junzad~J"s bajo ángulos de 30° y 60° debe ser igual (como para
todos Jos óngulos complementarios). En lu figum siguiente esta
circunstancia no se nprccin.
·p or lo que auu1c ni proyectil lanzado bajo un fmgulo d e
45°, su ulcancc será el máximo; en ln figura c~te hec h O está
rcpresentndo correctamente. El alcance m liximo debe supcmr
cuatro veces la a ltura del punto mós ele·vado Je lo IJ·ay(..'Ctoria.
lo cual tambi6n se muestra en l<1 figura (en forma npmximnJu).

39. La tt·aycctoda <k un cuerp o lnnz:..do

¿Quéjornta tendrln la de Tfll cw!rpo lnnzado 30° bajo 1111


ángulo respecto del horizonle si el 01rc no le op11 .~i<·rn
resistencia dura11te <:11"1/efo?

En los libros de texto de fisict• se uñnnu ti·ccucntcmente.


además, sin ningunu reserva, quu un cuerpo l un7..ado en e l ,·ucio
bajo cierto ~ingulo respecto al horizonte, sigue unn pan\hola.
MUy rnrns veces se oOnJe que el arco de la pnrábol<1 sólo es
una rcprcscntoción aproximadu de In trayectonn real del
proyectil ; ac;(a obscrvn¡;ión es cicrln en el cuso de vch.lcidadcs
iniciales peq\ •e~los, es decir. mientras éste no se alqju dcmusindo
de In superlicic teiTcs tre y por tanto se puede hnccr coso o mi:<;o
de la dismim1ción de la fucr7..a de la gravedad .
Si el cuerpo se proyectara en un espacio con fuen.u uc la
gravedad con s tonlc. s u !'rnycctorin scrin cslrictnmcntc
parabólico. En las condiciones reales. en cumbio. cunndo la
tuerza atractiva disminuye en función de Jn distnncia con mTcglo
n la ley de los mínimos cuadrados, el mó..,il debe obedecer ti las
leyes de Kcpl~r :v, por consiguiente, seguirú unn e lipse c uyo
foco se locali7..ar{¡ en el centro de In Tierra.

51
l!.'l c11erpo lanzado bajo 1111 ángulo respecto al lw,·izollte,
debr.wá sr.?guir <111 e/. vacío deberá seguir :m arco de. elipse,
cuyo .foco F st• locali::ará en el centro del planeta.

O :;ea, todo cuerpo lun?.<Hlo en el vacío desde la superficie


terrestre bajo cierto tíngulo nl hori%on.te, no debcní seguir un
arco de parúhola. sino uno tic elipse. Estos Jos tipos de
!rayectorias de proyectiles no se dí fcrencinn mucho entre sí.
Mas, en el caso de los cohetes de propclcntc liquido e-s
imposible suponer, ni mucho menos, qw.~ tllcra de la atmósfcn1
tc:::rrcstrc su trayectoria sen parabólica.

40. La vclocidnd mínima del obús

Los artilleros suelen afirmar <¡11e el ob1ís tiene la velocidad


máximojiNra del cañón ..r no dentro de tiste. ¿Es pmlibie. esto:?
¿P01·qué?

La velocidad del obús debe numentar todo el tiempo


mientras la presión que Jos gases Je la pólvora ejercen sobre él
supere In resistencia del aire en su parle frontal.

52
Mas, la presión de los gases no cesa al salir ese proyectil
por In boca del cafión: e llos siguen impulsándolo con cierta
fuerL.á; en los primeros instantes esta última supera la resistencia
del aire. Por consiguiente, la velocidad del obús deberá crecer
durante algún tiempo. Cuando la presión de los gases de la
pólvora en e l espacio, fuern del cn.f ión, Se<\ inferior a la
resistencia del aire (n consecuencia de·lª exp~sión), esta última
.magnitud empezará a superar e l empuje que los gases ejercen
sobre el obús por la parle posterior, a consecuencia de lo cual
éste irá decelerúndose.
De modo que su vclocidnd no será máxima dcn1r<> del
cañón, sino fuera de é l y o cierta distancia de su bocu, es dccit~
poco rato después de salir por ella.

41. Saltos al ngua

¿Por qué es peligroso saltar al agua desde gran altura?


~

Es peligroso saltar al agua desde gran al1urn porque In


velocidad acwnulada durante la caída se anula en un espacio
muy pequel1o. Por qjemplo, supongamos que una personn salla
desde una altum de 10m. y sezrunbulle a un metro. La ·velocidad
acumulado a Jo largo de ese trayecto de caída libr~ se anula en
u,n trecho de ] m. Al entrar en e l aguo, la deceleración, o
aceleración negativo, debe de superar diez veces la aceleración
de caída libre. Por tanto, una vez en e l agua. se experimenta
cierta presión ejercidu desde abajo; ésta es diez veces superior
a la presión corriente creadu por el peso del CUCI]>O ele la persona.
En otras palabras, el peso del cuerpo "se decuplica'': en vez de
700 N es de 7000 N. Semejante sobrepcso, atmquc actúe dunmte
corto tiempo (mientras la persona se zambulle), puede causar
graves pe¡-juicios.

53
1\ prt>pósilo. de este hcdto S<.\ m riere que las consecuenci a~
del sallo al ngun dc~de gnm altura no son tan graves si d hombre
!>e z ambulle a ma ~or prorundidad . lu vcl o~Jdad acumulado
durante la cuída ·' se disipu ·· en un trec ho más lnrgo, por lo cual
la dccclcwe•ón :;e mninora .

.t2. Al hordc de la mesa

C 11<1 hoto ·'<' hnllo o l horde ele 11110 mesa cr~vo pla no t.!S
fl<'r¡wndiculnr o/ hilo d<' plomada.
;,.'/egniri<'l en r<'¡>qso esl<! cucrrpo s i no htrhitJra rozamJL'I'Ito?

~ ¡ lu tnp:1 tic In mcs<l es pcq)cndic.u lm al hilo de plomnda


que pusa por s u Pl111lt) 111L'I.Iiv. sus h1>n.k s c~turán por enc ima
del centro de este mueble.
Por ~ta nr7.ón. en ausencia de nvomwnlt). la bola Jchurn
ucspiU/l lfSC del borde tk: In ll1t'S[I hacin su centro.
N\, nbstnntc. en este caso el ln no podrii dctc.;ncr~c
e:-.uc.tumcnlc en el cenlrt). pues In cner¡,d a cinética nc.wnulmln
la llcvnrtlmús ullit de éste, hastu un puntv Jispucslo a l mism<'
JlÍ\'d t)lll~ el de purtidu, es dcctr. haslu el borde opucslo. L a b0ln
rctrocoocrc'l de este (Jllitno \'olvtcndo a lu p osictón iniciul , ck
En swnu, si no cxisticmn el ro7.;.umen\o contra el pl~uw de la
mesa ni la resistencia del aire, la bola colocudn al borde de una
lllcsa perfectamente plunn osci Juria consl ~m!cmenlc.
Un norteamcric<HlO propuso un proyecto pum aprovcchor
c.<;tc dcclo a fin de crear un móYtl perpetuo. El mcconismo.
rc.prcscntudo en lu ligura de abnj o . en pnnc1pio, c.'> corn:clo y
e s lnrla c11 movimiento pcrpctu:nnenle s i lograra cvilnr el
rcr¿nmicnlo. Se ¡xJdria mn{criah:au· la misnm1dca de una nHU1Crn
mucho nuís :::cncil lu, a saber. medinntc un peso oscilante
suspendido de un hilo: si no hubicro ro:t.utnit·nto en el punto de

54
suspensión (ni resistencia por purte del aire), el peso podrín
oscilar eternamente'. No obstante, tales dispositivos :;crian
incopaces d e realizar algún tmbajo.

¿Penuanecerá en reposo la bala?


¿No le parece, al mirar la figu ra, que la bola de heria
desplazarse hacia el centro de la mesa?

El dibujo muestr·a que la bola no pueda seguir


en reposo (si no e.v:iste rozamierrlo).

55
('no de los pro,vecto.~ d<' ''mo• innento continuo ".

-1 3. En un plano incli11<1do

L'n b/()(fl/1.! qul! por!<• de la postci<Sn JJ (/(!SÓ(md e por el


plnno inclinodo :\ IN n•ncíe11do el t·ozamiento. ¿Podemos estar
scplwo,· de qtw tamhiht se d eslizorn ptu-liemlo de / 1 (st 110 ,<:('
,·olteo) ?

56
No se c•·ca qt•c en In posic.ión A el bloque qut~ ~jcrcc um1
presión específica mayor sobre el plano de npoyo , también
c:xperimcnta un roznmicnlo mayor. Lumngnitud de rozamiento
no d epende de lal:l dimensiones de las superficies en íi·icción.
Por lo tunto . si el bloque desciende superando el rozamiento en
la posic1ón !J, también lo lwrú en A .

4~. Dos b ola...

/)os hola\ ¡){Ir/en dd ¡mnro . ·/ sit11t1do tt 11110 <1lfllrn lt so/.>rc


un plano ltor(zonlal: ww bqja por la p t>ndiente AC. m ielltl·as
que la otra cae libremenTe por la línea AIJ. ¿C uál de ellos
tendrá la mayor n•locidad de avance al ferminar su recorrido?

/\1 rcsol\ ·c r c:;:tc probknlu, u mcnud(> se ;-;uelc comt:tcr un


cnor gmvc. se desprecia el hecho de que la bolu que ('ac n
plomo :;ólo ~ mueve progrcsivam~!ltc. micntrns que la q ue
rueda por la :supcdieie, ademús de realizar truslnciún. también
e~tá en movimiento n .1tatori1). E l efecto de esta <.' lrc.unsl<lncia
sobre lu vclocidnd del ctu..:rpo que medu. se cxplicnmellíantc: el
cúkulo siguiunh.'

57
La cnergia potencial de la bola, debida a su posición en la
parte olla del plano inclinado, se convierte totl.llmcnte en energía
de traslación al caer ln bola vt:rticalmente ~ la ecuación
mx v 2
mxgxh= - - -
2

proporciona la velocidad v que este ol~j eto tiene al ténnino de


su recorrido :
v = -.Jr:::--:-
2gh

donde h es la altura del plano inclinndo.


Es distinto el caso de la bola que desciende por la super!i.cie
inclinada : la misma cnergla potencial mgh se transforma en lo
suma de dos energías cinéticas, es decir, en la cnergit-.1 de
traslación con velocidad v y del movimiento giratorio con
velocidad w. Lu magnitud de la primera energia vale

La otra es igual al semiproducto del momento de inercia J


de la boln por su velocidad angulor w a la seg\.mda potencin;

De modo que se obtiene la ecuación siguiente:

2
n1v Jw·2
mg ·¡ = -1- + - -
' 2 2

58
Consta qut.: clmometo de incrcin J de.: unu bola homogéncn
(de mnsa m y rallio R ) respecto ni eje que pusa por su centro. es
ig.uol a 2/5 m!F. F.~ tDcil comprcmlcr que In velocidad angulnr
w oc scmcjm1lc.: bolu que dc:::cicndc poa· t'l plano inclinmlo con
una vc.:locidud c.lc nvanec v, . es 1'/1<. P<>r lo l<mt{). la energía de
tmwimicnl<' g.intl('rio !Scril

La SllllHI de b~ dos cncrg.i<ls vale

Por con sígurcntc, la Ycl<'ctdad de lru:-:lm:tón YU),Ird

~- 7nR-'h - 0. /5-ITd?:¡, 2.55nJ?:¡,

C'ornp~trnndo ~.::-:l~t nwgnalud C<l.n In que~<..: lÍ\.~nc al Jinal de


lu cnllht H plomo ( v = -/2gh)
'
nos duremos c.:u~;n tn que se
dí lcrcncíun nolnblcmcntc: a llcnn innr s u rccornd(' pl)l' <.~1 plnno,
ha ::~egunchr h(lll'l llene unu vdm:tdud en un 1(>% mcm1r que lu
\llr:t que ene líhrcnu.:ntc de~dc.: lu misma allllra.
J.os qm' ec'tll'ecn lu hrsh>riu dc la llsiC{I. s:1hcn q ue (iult len
üc:::cubríú las leyes <.le curdu de.: ¡\,., cucrp(>S rculi/.an<h>
c:-;peric.:ncias con bolns dcj;indolns rodar por tm conduc.:ln
ínclimtdo (dc 12 codos de Jongalutl; In dc\·;,ciún de un c'lrcmo
rcspcclo n o lt\> era de 1 a 2 codos) Dcspu~s de leer 1(' que
aca bamos de e"Xp<.mcr, se po<.lrla poner en duda el mcl\ldo
utili;wd\) po r cslc sabio. Sin c rnha rgo. las dudas se Ji:;ipun en
~cguidu :;i recordarnos que la bola que rueda, cstb en m tw·imicnl<>
progrc~i\'c.>
uníft.wrncmcntc w.:clcnrdo. pues en cuela Ul)(l de los
puntos de la vía inclinada su , ·clncidnd cqul\'alc a la mismn

59
parto (0.84) de lu uc su gemelo que ene, con respecto a este
mismo nivel. El camcter de In dependencia entre el camino
reconioo y tlltiempo es el mismo que en el caso del cuerpo que
cae libremente.
Por ello, Galileo logró detemlinnr corrcctumente las leyes
de I.'Hida de los cuetvos renlizondo sus experiencias con el
conducto inclinado.
"D~j EU1do rodar la bolu por un trayecto igual a un cuarto de
la longitud del conducto -apostill:.~ Gulileo- me di cuenta que
el tiempo de recorrido eru exactamente igual n Ja mitad del
neccsnrio pnrn rodur de un cxtrcmü dd conducto a otro... R¡;¡lJicé
esta cxpcticncin un centennr de veces y me lijé en que los tr::nnos
recorridos siempre se.relaciouon entre si como los respectivos
intervalos de tiempo a ln segundo potencia.•·

45. Dos cilindros

Dos cilindros tiamm masa yaspecro exteriof'Íg·11ales. Uno


es de aluminio de una sola pieza, en tanto que el otro es de
corcho y con envoltura de plomo. Por fuera ambos están
c11hiertos de papel que 110 se debe quitm: ¿De qué modo se
podría determinar, qué cilindro es sólo de aluminio y cuál es
compuesto?

El método que se ha de utilizar para resol\'er este problema


lo sugiere el análisis del precedente. Es notorio que Jo más
fácil es distinguir los cilindros n bnsc de sus respectivos
momentos d~ inercia: el del cilindro do aluminio d ifiere del de
su gemelo compuesto, e n el cual el gn1cso de la musa se
encuentra en la parte periférica.
Por consiguiente, serán diferentes sus ve.locidades de
traslación al descender por una supcrñcic inclinada. Según

60
nfinna In mecámco . el momento de inercia .T del cilindro
homogéneo respecto a su eje longítudinnl es

Paru el otro cilindro, no homogéneo, el citlculo es mós


complejo. Eo primer lugar. vamos n detcnninar el rndio y la
mt~su de su núcleo de corcho. Designemos el mdio incógnito
por x (el de todo el cilindro sigue dcnotmlo por R) y la nlturo de
los ci lindros p<>r h , teniendo en cucnl•• que ln dcnsid~•u (g/cm 1)
de los matctialcs e~ diferente. la del corcho es de 0.2, la del
plomo, 11 ,3 y la úcl oluminio. 2, 7, rcspcctivamenlc; de modo
que obtendremos lo s •guicnlc igualduc.l :

13sta significa que la sumo de las t);mSfls de la parte de corcho


y su etwoltum de plomo equivale u In moso del cilindro de
aluminio. Después de simplifi<:itr, In ccunción tcndrit la f~m nn
~JI:.'tliente:

de donde
,.~ = o. 77R..!
1\ continuación nos hun't f~•Ha prccisnmcnte el valor de x2 •
por eso no cxtruemos ln rni~. Ln mosn del núcleo uc corcho Jcl
s<llido compuesle> es

61
su envoltura de plomo tiene una moso iguul a

Con respecto a In masa de todo el cilindro. esta mngnitud


consti tuye el 6 % de la parte de con:.ho y el 94 % de In de
p ll)ll10.
Ahora cnlculemos el mmncnto de inercin .11 do! ci lindro
compuesto; csl'c cquivulc u la :;uma de mona:ntos de cada una
de sus partes, o sen , del cilindro de corcho y de lrt cnpa de
plomo.
El moment~) Jc inercia del cilindro de C(\l'<.~ho, tlc rudil.>X y
mnsn 0 ,06 m (donde rñ·es la mnsa del cilindro de aluminio), es
iguul n
l1.1x~ =0.06mx0.77R 2
=0.0 231111 R~
2 2

El momento de inercia tlc la envoltura cilíndrica de plomo


de radios x y R y masa 0 ,94 m es
., •2 2 ..
A1x"+R =0.94mx 071 R +R: =0.832mR 2
2 2

Por consiguiente, el momento de inercin J 1 del sólido


compuesto será igual a

La velocidad de movimie.n.to progresivo de Los cilindros


que ruedan por unn supcrlicie, se detenninn del mismo modo
que en el problcmn anterior, de dos bolus. PnrA la bolrt
homogéneo lcnemos la ecuación siguiente:

62
o bien la t."Ctmción
~ ~
gh=l
4

c.lc<.lonc.lc
¡----
i4gh :-
V = • ""1 1..\-._: ft
1 ···-
:, 3
1

Puru el !.!ilindro hetcrog~m:o tcncmo::: :

0 .86mR 2 v~
2
Afv,
m~h = --- .:.. + ----·- -
~ 2 21?.'-

o bien

Si comparamos lns dos vclocidodes

r---
v1 = 0 .8-.¡ 2gh

n<.lvcrlircmns que In de movimiento progresivo del cilinun)


compuesto es un 9% mcn<>r que In del homogéneo. 1:stc hecho
ayuda u distinguir el cilinJro de ah.m1inio que nlcan/..ará el borde
del plnno antes qw.: el compuesto.
Propm1Cil1\.")S al lector cxnminnr ¡Xlr su cuenta otra \.·e• s ió n
del m1smo prohlcm<•, a saber. ct ~1nuo d c ilindro compuesto
lienc un núcleo de plomo y una envollurn de eorcho. ¿,Cuál de
tvs sólidos tardarf• m enos (ICllliX) en nlctmt.ur el borde del plano?

-IG. U n l"cl oj de a rena colocad o en unn hnlnn'l.:t

( :n reloj de ore/lo con 5 mi1111tos dt: "l'11erdo "se eiiCIIcntra


sobn• un plato d e uno boftmza miiJ' .vensible, sin jimcio11or y
eq111fthrado co11 pc•,<;a.\' . ¡,Qué pasará COII 1~ hafanza drwnnte
los cinco minulos sig11ien1es si el reloJ S<~ invierte?

1.os grnnos de urena que no toc<Ul el ti.mdo del rccip•cntc,


dunmtc su caída no ejercen presión sobre éste. Por <:sos~ ¡xxlrla
colegir que en el Lrunscurso de los cinco minutos mientras se
tra:;vasu e l árido. el pinto de la bnlanza que sostiene e1 relOJ.
deberá tomarse mús 1igcm y ascender. No·nhsmnte, se ohscrvur{•
otm cosn: el plato con el utensil io ascenderá un poco sólo en un
primer instante y acto seguido, durnnle los cinco minulos
s iguientes, la baJruv..a pcrmancccr{J en cc¡ui librio, hasta el ultimo
instante, en que el plato con el reloj descenderá un poco y el
equilibrio se rcslnblcccni.
" Por qué, pues, durante todo el intervalo de tiempo 1<•
balnnza pennanccc en equilibrio a pcsor do que parto de In urcna

64
l1Q presiona sobre el l.ondo de la cunpolle. micnll·a:; cstú cayendo?
Bn primer h.1gar, sei1alemos que<altla s~:gundo por el cuello del
reloj pasa Umla nrena como alcanzn SL' fondo . (Si 1:uponcmos
que al fondo cae mnyor cant•dadl de un~na q\JC In que pasu por
la cstrntJgulación. (,de dónde se hnbrtl lomado la do nuís? Y si
admitimos lo contrario, también tendn:mos que cootestm· a la
pregunta: ¿dóm.le ~e hnbn\ meticJo la a:renn que fnlta?) Luego
cada segundo se vuelven " ingrá·.idos'' tantos granos de arenn
cuantos cuen ni fondo del vaS('. 1\ cadn partícula que se VL1ch·c
''ingnlvídn'' mkmlrns c.<;l{• cuycndn, le oon-ct;pomlc ·el golve de
olru conlra el fondo.
/\horn vmnos a hacer el cillcudo. Supongamos que un gmno
cae desde una nlturu h . F.ntonc·es In c.ocuaci(~n donde g 1;s In
ncelcración de caída y 1, el tiempo de caída, propordona
r -·
1= ¡.lh
"J g
E n este espacio de tiempo <:1 grano no prcs ionn sohre el
plato. La disminución del peso c~c esle úllinw en el peso de un
grano durante.: t segundo;; qu1erc dccit que sobre él ejerce su
occión, lmubtén dunmtc 1 scgunc)os, lllltl fucr'l.U equivalente al
peso p del grano, dirigida v~rticnhncntc hnciaurribu. Su ncción
se mide con el impuls1) '

j ""pt =mg ¡.~~ = m.Jliih

En el mismo intcr\'alo de ttcmpo un grnno choca cnnlrn el


fondo teniendo una vclocidnd v"" .J2ih.
El impulso de choque
.1~ de scmcjnnle choque equiYale a In cnntidnd de lllovimiento
mv del grano·

65
.f1 =m ..J2gh

E~ ob,·io qucj ~ j 1 , o s~a. ambos impulsos son iguales. E l


pluto suj~::to a la acción de dos ll.terzos iguales y dirigida~ en
sentidos di fercntcs pcnnanccerá en equilibrio.
Sólo en un primero y último insiLmtcs del espacio de cillC(.)
minutos se alterará el cqui liblio d e la bulanza (si éstn os lo
suficicnlcmcntc sensible). En un primer ínstontc esto sucede
porque ulgunos gr;mos de arena ya han abandonado el recipiente
su¡x;ttor y :;e han , ·ucllo '·impondcrublcs'·.• pt~ro ninguno do ellos
lwtcniclo tiempo para alcanzar el fondo dd recipiente inferior,
por lo cunl el pinto con el reloj oscilará hllciatmiba. Altl--nninar
el intervalo de c inco minutos, el equilibrio \'Olveró a vio lursc
momcnl<ineamcnlc, pues todo el ándo ya habní abandon:Jdo lu
wnpollu superior, y no quedará arena " ingnhida". núentros que
continunrfr n choques conlra el fondo de su geme lo. a
c..:nnsecucncin de lo cual el plato os.::ilnrú hncia abajo. t\c.Lo
seguido el equilibrio se restablecerá, esl'a vez definitivamt.mlc.

47. Leyes de mccánicn explicadas mediante


unn cadcnturn

En la se I'Ltproscnta una situación qu(! tiene "hasu •·


mecánica, ¿Supo el autor del dibujo aprr.Jl'echarlas le_ws de
m ecánica?

J-le oqul tuln versión <.lcl famoso " problema del mon0'' de
Lewís Carroll (profesor de matemáticns de Oxford, autor del
libro Alicia en el pa{s de las marovillos) .

66
L. C:arroll propuo;o el chbujo reproducido en lu figurn e hizo
la pregllnta siguiente : " ¿En qué sentido se <lt:splazarú el peso
suspendido si el mono comienza n trepar por In cuerda'l"
La respuesta no fue unánime. Unos nfirmaban qu e
ut~splnzúndose por Ju cuerdé't el mono no Cjercetia ningHna acción
sobre el peso ~.. éste úhimo perrnancC(:rfa en su lugRr. Otros
declan que, al empezar a :mbir el mono, el peso empezada a
descender. Y sólo la minoríu de los individuos que resoh•ían
este.: problema, ascvcrabnn que el peso comenzaría a ascender
ul encuentro del aninwl~.
1~\stn ultima es In llmca rcBpucsl 1 correcta : si nlguicn
cmpit'zu a subir por la cuc1 da. el pe:;GIIW dcsccnderú, sino que
II!)CCndct'l'6. Cuanu() ::e ~u be trepando por una o;ucrdn sostenidn
mediante wm poJcu, la Clt•;rda deber.í dcspln?..nrse •:n senltdo
contrmio, es d.ccir, haciu abajo (el ascenso de una persona por
ltt cscnlcra de cu~:rda sujctnda al aeróstato, ej . 21 ). Pero .:;i In
misma cuerda se despla~n de izqui~:rda u derecha. amtstrorft el
p•::so hocio arriba, o sen , c~.te último se clcv:mí.

-~
·1

J:'l prol>lt•mo delmon?


Leyc>s ele /II('CÓnic•'r de L.•1r'is Carro/l.
c:n tlrlt.l C(ll'iCCI/111'-:J

67
48. Dos pesas sostenid as mediante una polc:l

Una polt?.a sllsp<mdid(l th~ una balanza de resorte. sostiene


una crwrda con sendas pe.sas, de 1 kg. y 2 kg., en los extremos.
¡ Q11é cargo marca el.fld del dinamómetro?

Por supue-sto, la carga de 2 kg. cmpczarú n bajar, pero no


con In aceh!ración de caídH libre g, sino con una menor. Dado
q ue en este cn:>o lu fucr.t.n motriz vale (2 -1) g., o sen, 1O N , y
lo masa que ésta sol icita e~ de 1 + 2 = 3 kg., lu aceleración del
cuerpo que baja unif'ormcmcntc scní tres vece~ menor que lu
d<.: otro en ca ida libre:
1
a=Jg
1\Jemú:;, conociendo la ncelcrnción del cue rpo en
movimiento y su lllnsn , es fHcil C·alcular la fuer-;:.u. F que lo
provoca ;

F = ma = !!!}1_= p
3 3

donde 1' es la masa de la pes<~, igual a 20 N. Por consiguil.:ntc,


la pesn de 2 kg. ser{! nrrastrudu hacia ahaJo con una iber7..a de
20/3 N .
Ést<:1 es Ja mognitud. de la fuerza d0 tensión de 1ª sqgil y la
que arrostra Jo pesa de 1 kg. bacüt cm· iba. Con esta mismn fucrzu
(según la ley de reacción) la pesa de 1 kg. tensa la soga. Por
cll<), Ju polea sufre la acción de do~ fucJ7.0 S pnmlclas. de 20/3
N cado uml. Su resultn.ntc vale
20N 20N -tON
--+--
3 3
==--
3
de modo que la balanza de resorte indicnn\ 40/3 N .

68
¿Qu<i indica el.fiel ele la balanza?

49. E l centro de graved ad d el cono

Un tronco de cono hecho du hierro se apoya en s tt base


mayo1: Al invertir el sólido, ¿hacia d ónde se desplaza su centro
de masas, hacia la base mayor o la menor?

La posición del centro de masas dentro del cono no cambia.


En esto consiste su propiedad : la misma sólo cstó sujeta a la
distribución de masas en este sólido y no cambia al variar la
posición del cuerpo respecto n la lfnct~ de aplomo.

69
~11. Una ~.:abin ;t qm· cae

l. :11<1/H.'I'S<mn SI! <'IICII<'tífrn en la plmo/(Jrlllt~ d(' una balcrnZt l


Slllit'lda <'11 <•1 s tl(•/o d t• lo col11na d e 1111 a .\'Censo l : De repenrt• .w
cor1o11 {os cable~ </11<' ,,osliene/1 !CI cohiua y ,:sin otmpie:;a a
hn¡c.w cm1 aCt•lerru:i.)n de caída.
r t} (.(hw mdicorá lo lwlcmw dw cmll' la coíclo!
bJ ~,."!e n-'1'/<!I'CÍ el aR''" contenida e11 11110 gnrrojá abierln lf"''
CcJl' l•t?('(l aho¡o?

! .as /eye.v jisica \' dentr·v del la cob11w en cohla /ihre .

E l ~~spac 1 o comprendido d.:n lw de la cabin-J qul' cae


lt hrcmcntc. es tod.o un m un el o pc<·uliar que posee sus
ct~rnch.:ri s ti cas cxcepcJonnlc~ Todo~ l o~ cuerpos que; se
cncu~;;ntmn en el la, cslim d1:scendicmlo·:;on la m tsmn vcloc•dnd

70
gue sus r espectivos apoyos, mientras que .los objetos
.suspendidos caen n In desarrolladn por sus puntos de
suspensión; por esta razón, los primeros no presionan sobre
sus apoyos ni los segundos cargan sus puntos de suspensión;
es decir, todos e llos semejan cuerpos ingrávidos.
También se v uelven ingrávidos los cuerpos que se
encuentran en suspenso en este espacio: u n objeto que se deja
caer no caerá al suelo, sino que pcnnaneccrá en el lugar donde
fue soltado. Dicho objeto no se acercará hacia el piso do lo
cnbina porque ésta está descendiendo junto con él. además,
con In m isma aceleración. En suma. en el interior de la enbina
en calda se creo un medio peculiar, sin pcsantc7.., que \'icnc a
ser un excelente laboratorio de experimentos 11sicos cuyo
resultado se altera notablemente por la fuc17.n de la gravedad .
Esta expl icueión permi le contestar a las preguntas
fomlUladas al plantear el problema.
a) El fiel de la balanza indicará cero, pues el cuerpo del
pasajero no influirá en nbl'loluto en los resortes de este
aparato.
h) El aguo no se vcrtcrú de la gruTafa puesta boca a boj o . Los
fenómenos descritos deberán tener lugor no sólo en una
cabina que ene, sino también en una arrojada libremente
hacia arriba , o sea, en toda cabina que se mueva por inercia
en el campo grnvit.acional. Como todos los cuerpos caen
con igunl ocelcrnción, In fuerza de la gravedad deberá
animar de idéntica aceleración la cabina y los cuerpos
situados dtmtro de ella; la posición de talOS respecto a otros
no cambia, lo cual equivale o decir que e n su interior los
objetos estarán a salvo de lu gravitación.
Semejantes condiciones se crearán en ID cabina de vehlculos
con propulsión de cohote durante vuelos espaciales e
interplanetarios que se reali7..urán en e l fi.lturo: en ellas los
pnsajeros y los o bjetos se volverán ingrávidos.

71
:" l . Trocitos de hojas de té l' l l el ngua

,- 1! remowr el 1t!. en uno fa;;a, sm¡ue la C/.IChorilkl: V(II'CÍ


que lu.1 lrocifos d<< hoios Je 1<; que estaban moviendo.Ye
Clrculurmentr: ¡>or '" p~:nji!ria de/j(mdo se agrrtparán en s u
centro. (,Por Cfll<;?

La cau:;¡¡ por la cual lo~ trocitos de hoj::~s de té se agolprur


junto al el~lllH' Jcl f1'nJo Je tu taza, consiste en que é:;tc ralentiza
la rotación de las capas infi:.:ri\m.:s de agu:r. Por ello. el dcctl)
c.cnlrifugo que tiende il al~ia r las partículas de líquido Jd qje
Jc rot¡rc.iún. e:; rn nyor en las capas supcrJI)rcs que en las
infcriorc~. Dado que los ])(mks de la taza son bañados mús
rntcnsam~.~ntc que su f)urtc haja, en Ja e::~pa inmediata nllond('
y j unto al eje el agua cslaní menos agitada qu<.; ~m·rh:L
Fs c\'iden t1.~ q u~.~ ~~n resumidas cuentas en la vusija s urge un
movünient<) rotacional dirigid<) desde su c.cnlm hacín los bc,rdcs
en las capns superiores y dcsJ c los b()rdcs h~1cin el centro en la
c.:1pa inlcrior. Por consiguiente. junto ul l(mdt' dehe surgir una
corriente dtrigicla hacia el eje de lu taza. que uparta los trocilos
de hojas de té de sus p:m.:Jcs clcvúmlolos simultflncmncntc n
ct<.;rta altura por ele:¡~.: ele la vnsijn. ·

.11Ol 'iiJIIC'//(0 /'(}/(1('1()1101


~1.-t ogua en el meandro
de unrJo. D~tlurrículo
cttado de A . Hmslt'm

72
~~=t:J ... ,;-•=-=-
q........___
•, __ _.,. ,..;
1
-'"' .
,,.- ',
.......... .,_
'(

,.,~·, ...
...
/
'

Remolino.f rfp liquido"" wm wza.


Del artículo cifarlo de• . l. Rinslein.

IJn fenómeno liimilm , pero de csc:dn mu.;ho may~'r, llene


lugar on l<.'S tramo~ cur\'O:; tld h;c ho fluvial : con arn;glo a la
korln propuc~:la ¡wr 1\Jlx:rt 1:instein. a c:;te l'c:númetlo '>e debe
lH ronnn sintl:-i()Ídnl de los rk•s (.SC ll.li'Jlli' Jl los IIHiliiHlos
ntcnnd ros).
1.u !'ígura que Sl' inserl¡t aqui para t•,plicar In relacwn que
c:.:iste entre c31'tlS tbnómcno5. rue lomada tl<ll nrlkulo dt! A .
Einstein Causas tk la tonnucióu de mcandrt;s en los cauces de
ríos ) l:t Jlnmmla ley Jc 13ccr (1926).

52. En un columpio

¿/:'s ('il'l'h) (fll<' l/1"1(1 fiCI'SOI'UA, J.?OIIiéndOS<' (./(' f'Í<' C!.'l t'/
<:•ilumpio, podrá mo/11'11/a r l<l (tlllplitud de o <cilncioncs
nu wit•ndv el Cllt'I'}JO clt! Cll'l'fo morwrtt :•

M<.:ciéndose en un col umpl<) se puud<.: •.tlll11CJll:tr


graJuulmcntc lu amplitud di.! IWH1SCtlucloncs has ta lv magnitwJ
d·~:>e;1dn m o' i ~ mlo C(1tn~pt,ndicnteml'nte el t.:u<:rpo En C$le .;uso
h.:¡~· que obscrvnr b s c.ondic Jonc~ sigui<:nh..:.s:
1 > Una vez en ~.:1 punto mús alto de la trayc~.toria . In pcn:ona
debe Jlexionur un 1.}0\;<) las picmn ~; y pcrn¡¡uwu'r e n es ta
uctitud ha,.; ta qnc las cucrd¡Jsdcl nrtdhcto pasen por lu linea
de uplomo. o sen, J'\'1' d punln mlcnor ele lu lmycclori a,

73
2) Al pasar por este último, debe crguir~c y mantener c~la
postura hnsto alcanzar el punto superior.
Es decir, debe descender flexionand o un poco las piemas y
ascender poniéndose derecha, realizluldo estos movimientos en
una oscilación del artefacto.
La con veniencia m~cnnica de estu maniobra derivn del
hecho de que el columpio es un péndulo tlsíco cuya longitud
vale la distancia del punto de suspensión ni centro en masas de
Jo cnrga que se mece. Cunndo n os ponemos de cuclillas, boja
el centro de masns de !u carga en movimiento; cuando nos
cndcrczmnos, su po~ ición se eleva. Por ello la longitud del
pl.!ndulo aumento y c.lisminuye altcmntivamcnte variando d os
veces en una oscilación. Veamos, có mo debería mo\'erse
~cmejante péndulo de longitud variable.

Las leyes de la mecánica en un columpio.

Supongamos que el péndulo ~/3 se acorta hasta AC' al


ocupar In posición vertical AB' . Como su peso baja en una
magnitud DB ', el mismo acumula c ierta reserva de encrgia
cinética que debe, en eltmmo siguiente de la trayectoria, elevarlo
a una n1111ra igual. Mientras el peso sube del pWlto B ' n C ',
esta reserva no disminuye, pues el trabajo invertido en lA
74
ch.:'11c ion no Jltc re:.~ h¿ndo tt ~;'-lJCilstls d..; In Ct~<..:rgia ncumulault
Pw csl 11 razé>n, d peso d e be clcvntsl: del punto ( ·' en unn
e
11\agnilu<.l 'H, igwtl a /3 'D, c uando el hilo se<k:svía u IH posi ción
, IC . Es notorio que:: el nueve) í111gulo b de <lc:~,·inción del hilo
del pl:n:lulo Jchc S\tpcrur t;l imciol a :

D /3' ... , tn ' · -ID -- .·lB (1 - co.\· o).


lf( : ' - .·lC' Al/ · . IC' ( 1 - co~ b).

Dmh' que DH. - 1/C ',

.·H3 (/ co •· a) . /(_' ( 1 c os hJ

y por e<'n siguit·ntc.


AC ( 1- coso }
-- =-----
An ( 1- cosb)

' J ntll~f'OilTI<lrt d u la!> c-.;pt CSI• >llC:S J COS o/ y } ( '08 h •.>h lcll CJn<>.S
lu e' presión s i gu i~..·n tt'

AJJ
-
.·H:.. = .!..:~~s o = _ _]._
1-cos b
Sl'n-
a
( cos -b
J'
2

Pct o en n11cstro c:,-.o . l e · es m e nor q ue .·1/J . por lo ..;t wl

SC:/1-
a < SC'n-
b
2 2

Como D.mbos <Ín gul os son ;~g ud os,

75
a ·- b

De modo que el hilo del péndulo (~• I n cuerda del columpio)


debe desviarse de la posición vertical en una magnitud mayor
que la vczantcrior. Este efecto se observa cuando una persona,
meciéndose en el columpio, se yt.Tgue mientras la tabla asciende.
Ahora vamos a analizar el movimiento inverso dd
columpio,, o sea, el trayecto del peso desde el punto extremo
superior hasta su posición inferior, teniendo en cuento que en
este caso la longitud del péndulo atunenta: el peso desciende
e
del plintO al G. Cuando el péndulo se desvin de lo posición
AG y pasn o ocupar lo posiciónAG ',el peso, que desciende en
HG ·, ncwnula cierlni:cserva de cncrgla potencial,lo cual deberá
elevarlo seguidamente a la misma alluro en la pnrte restante de
In trayectoria. Pero pasando o la posición AG 'el peso se eleva
de G' o K. por tan lo, octo seguido, el hilo se desviará o un
ángulo e, mayor que b. por la causa que hemos examinado
anteriomH!nle. Así pues,

c>b >a

Cunndo se aplica el procedimiento descrito, el ángulo de


desviación del hilo del péndulo y, por tanto, de las cuerdas del
columpio, aumenta en cada oscilac16n y puede elevarse
paulatinamente hasta la magnitud que se desee.
Realizando esta maniobra a la inversa, se puede frennr el
movimiento del columpio y aw1 detenerlo.
En su obra Física teórica A. E ijenvnld describe un
experimen lo bastante sencillo que penni le comprobar este ht.-cho
sin valerse del columpio. Para ello hny que "suspender uno.
carga m de un hilo que pasa por un anillo fijo O. El extremo n
puede desplazarse n ambos lados crunbillndo periódicamente
la longitud del péndulo O;.U. Si el extremo a se mueve con w1a

76
trc<.:uencin d os veces n'Ul~'l>f que In de oscilaciones del péndulo,
eligiendo ndecundamentc la fuse ele desplazamiento se puede
lograr que el <.1 isposili,·o se bnlancoo con la amplitud requcridn''.

H
B , _
-- .... . . G' ------ ~­

movimiento dirC'cto movimi<'ll lo i1n•erso


del colrunpio .del columpio

111

¡\;fodelo de columpio. Tomado del curso de


Fí.~icn '/(•árica de A. Einstein.

??
53. La atr:,cciún en tre los oL•jct os terrestres
y los cuerpos celcslcs

La ma.w de los CIUJrpo.~ cef<'sfes multiplica mt.l·-:has wcc!S


fu de los objetos rern!sfres. AdM·rás, las distancias entre ellos
.wm 1111 sir¡/in ci<IWC<!.t mayores qiHt las qll<' S<'t~ran los cuerpos
f<'IT<'slres. Cnma lfl [11erza de atracción rn; dir~?Cfamenw
proporC'iannl al producto d<< sus maso.>. p c>ro es im·ersamenle
proporcional al cumlrf1do de la distancia entre el/o:r ¿por qné,
¡mes, no aclv<Jrtima.s fa atracción redprocGI de los cuerpos
I<WI'esfl't'S'! J' ¿por <fll!; esftl /'10 e:; /(11! notorio 1'11 a[ L'nivc•r·so'!
h'.l:pliquefo.

Lndudablement<.", las enonnes disl:mcius que separan los


cuerpo~: celestes dcbcrian ntcnu:u su alrocción rt.'Ciprocu. Pero
s1 las d istancins espacwles so11 cnonnc~ . las masas de los
cuerpos celestes son in•;reibles. Solemos subestimnrlas.
micntms que los cuerpos cc.lcslcs de. tnmoi'lo de satélite$ de
M'ar1e o asteroides "pcqu(.~ños" posc<.~n masni: invcrosímil,;:s.
El asteroide mils "clti1:o'' de los que se conocen, ticn-:: un
\'Oiumen de 1O o 15 km 3 . C ucstn trnbn.JO sup•::> ner, ~.unqu(: sea
nproximadmncntc, qué musa ter. dril 1 km' de sust:Jncin de la
misma densid~d que el agu:1. Hogmnos el c.'llculo. Vn kilómetro
cúbico ·~quivllle a (J 0) 15 cm 3 : semejante cantidad de agua tiene
unn mnsa de 10 15 g. , e.s de<~ir. de 109 l.
¡Mi.lmillo'ncs d·:} toneladas! .Mas, 1m realidad l o~ cucq>os
celeste~; constnn de ciento> o mi le~ de millones de kilótm:tros
cúbicos. de materia que a veces es mucho mós densa que el
ngua. La fücr7.1t de ni mccíón que depende del producto de masas
tan colosales 110 se ntenúa hosta \';J[orcs huimos por las cnonncs
distancws qUt; median de unos cucrpm: a otros.
Ln Tierra y la Luna se atraen con unn fuerz.n de 2 x 10 20 N,
en tanto que dos personos que están n l ~iados 11 1 m. una de otra

78
lo h acen con una fuerza de 3 . 1o·" N. y dos navíos de línea que
distan 1 km. uno de o tro, con una fuerza de 0,04 N.

--F'~..-
~~.---

r~;,.,
-
- ·-

Dos buq/I('S de lím•a de 20.000 t. cada ww,


dispuesrus o llllfl distancia de 1 km. 11110 d e otro,
se a tracm con unafiwrul d e 0.04 JV.

Por cierto, scmejnntcs fm;:t·z.as son, incnpnccs de V!.!nccr In


rcsJstcnciH de los pies de uno persona con trn c.!l apoyo ni In que
el ~· gua opone al nvnncl.! d•::l hu que. Por eso, n consccucncin d e
la gravitación se atraen mutuamente los nstros y los mundos.
lo cuol no se adYicrtc en In interacción de Jos cuerpos que se
hallan en la superfi cie ten cstrc.

5-t. L:• dirección d e !:1 p lntnada

Se considero que rodtlS las plomadas si/uada.\· cerca di! lo


superjlcie terresfr<' I!Sián dirignlas hacia el c·l'ntro del G lobo
(si sa de.~precia la dctsviación poco considc•rable provocada
por lr1 rotación dei¡,Jrmefll). C ons/a que los c 11etpos Len·<'slres
son a lraídos no .rolo por/a li"crra, sino también por h1 Luna.
Por tJ!iO, al parec1'1: In.~ c uerpos no deberían caer hacia el

79
Cl'nfro . le/ Globo, snw /wcio el ccn/ri) comiÍn de maso.-.: del
p laneta y su satélilc>. Dichu centro común de masas no coincide
can el centro geomt;frico del globo tm r<Íqueo, sino qu11 d1sto
d<' él a .J800 /;m.
h'n f!../ecto la maso de /o Luna <!S SO l'c>,·e.\ mcmor que la de
lo Ti<>rra; por consigui<>nl!', el C<,Jllra común de ma"YIS e.~·tó 80
I'<'Cct.v más prU.~:imo al cc·ntro dtJ !a Tlei1'Cl qll(' al de su sa1álite
nalural. [..a distmlcla c•ntre lo:: centros de ambos Clft•rpos
equil•a/<J o 60 radio.r tern">lres, por ende , Sil centro cmmin de
mmws disw del cctllrv riel Globo tres cuartos de?/ /'<)dio
lerresiJ'C!. Si esto e.~ derto, la dirección d<! las plomadas en el
g lobo l<'rróqti<!O del.•c1 desvim·sct de lo din?cción hacia CJl centro
de la Tierra. ¿Porq11é, p!lt!S, eu i"ealidad nosq observan 1ales
de.n·inciones?

¿Hacia qrui pu111o debe n caer/os Clfi!I1JOS


sitrrados en la supe¡ficie terrestre?

E l razonamientt.> expuesto Etl comümzo del problema es


etTóncc., aunque el error no salta lt lo \•isla. No obstrultt!, se

80
descubre fácilmente.; si Jo dtcbo aceren de In T1erra y la Luna se
r<:fiere <Ll Sol y la Tü:nn. En ta l c.Jso se rn:r..on urla de In mnncra
~igtti ente.
Los cu~.:rpos lern.::~lrc..-; son atra illo~: no ~ó l o por lo Ticm1.
sino también por el Sol, y dcbcrítm caer hac ía el centro común
de masas de t:slos dos cw;rpCls. Dicho punto estú IClcnli7.udo
dentro del Astro Rey (pues la masa de este úllüno tmLltiplicn
P'·:>r 300.000 lll ele nuestro pluncta, mi•.mlms que lt• distuncia
entre sus centros es unns d o:;c.;ientns veces mayor (]IK' e l rauio
solar). Por lo tanto, ¡resulta qne t'xlns lns plomndns <.JUC' huy en
el globo terráqueo tk:lx:rínn cstnr dirigjdus hacin .. d Sol!
La ubsurdidad mMilicstll de semejante cnnclusión facilita
lf1 búsqueda dd error que se clt;slizó en los mz.onamicrttos.
Consta que el Sol r..trac todos l!Js cuerpos ll;rrcstJ·•~s y, cl:tro
C!;lá, también ni me tndo el Globo Las acclcrnc;íoncs que el Sol
c•lll\WlÍ•::n a cac.ht grnrn o de suslrulcia tlcl pktncl~ y o cada gr:11no
do:: materia de todo cuerpo SJtuad0 en la supcrfici~ de este últ1mo.
son igu;:~les. Ln Tíctr a y lo:~ ol~jctos qu~! se en•::uentron e n ·~l l n.
h;::tjo Ja atracc16n ~ol ar, deben dcsplnz::~rse de nu1n<.·rn iclémica
hacia el Astw Rey~ en olrtts ¡xtlnbras, Jcbcn pcnnanccer en
r<'poso rclali' c.). De este hecho se deduce t¡ue la atraceión
eJCrcidR por e l Sol no puede infl•.ür en la caítln de los cucq>Os
h.' rrestres: ellos dclx,rán precipitursc a lu Tk·rru como si el Sol
0 { ) tos atrajertl.

Lo dicho tntnhién se n.:Jicrc ul sistcnw Ticrru-Lw·w. No sók)


c11 el sentido de que los eucrpo~ lunurcs no deben cHer n In
Ticmt, 3Íno l<tmbién en el sentido de que l<•dos los cucr¡x'ls
tc.·rrestrcs debt.'ll prcdpitarc;c al centro del planeta, ..::omo .;i el
salélitc no los alrajcm. l'or cierto, este últnno obli6a a tc.•tl(>S
los cucq>os t<·rrcstms n dt:splu:t.mse hacio él. mns, al mi smo
ti cmpo todo el g lobo tc1Test:rc c.xpc.1·imemu atnwción de la mismn
magnitud. Por ello, J,l atracción ilmar no pucc.k intlwrde n:.o tlo
:1:guno ,,obre lu cuida de l0s cuerpos hHctn lo Ticmt éstu y los

81
cuc1pos situados en clln se utn•cn mutlwmcntc como si la l .unn
no cxi~ licra. (Cabe sena lar que el error que se comet.ió ni rn.wnur,
es uno <.le Jos más frecuentes y llev a aparqjnda toda una serie
uo conclusiones equivocadas.)

82
Capítulo ,')·eguntlo

PROPIEDADES DE; LOS FLlJilDOS


-----
55. El agua y el air~;;
5-5. El l(quido m{ts ligero
57. El problema de Arquímedes
58. La c·.ompr<;sibi·liducl del agua
59. Disparando nl ugun
6 ( ) . Una bombilla eléclrico debajo de u:n vchío.:ulo
ó 1. Dos cilindros llotnndo en el tncrcur·io
62.Jnmcrsión en la ar.::na movcdi7..a
63. Forma csl)~rico del líqttido
6•1. lTm• gota de agun
65. La c•lcvación capilar
&5. En nn tubo inclinado
6 7. Got~s en movimiento
Q:g. lJna lámina coloc~da en el fondQ de tln rel~ipientcc:<m líquido
69. Ausencia de ten:>ión supcr!lcial· ~
7{). La tcnsi(m supcríicial
71. El grifo
7 2. La \'eiocid.ud <.le ~ali<IH
7 3. El problcmu de la buf1era
74. Vórtices en el agua
75. La riada y d estiaje
76. E l olcqjc
77. El problema de C o llm!on

lB
5:i. El agua y l'l aire

¿Q11é pesa mós, la atmó.~/i.wa del g lobo terráqueo o toda


el crg11a que hay en él? ¿Cttállf(M Vl'ces?

Un cálculo bnstuntc sencillo permite dctcnninnr gros:)o


modo Ju rnzón de la masn de la atmósfera con respecto a lo de
toda la reserva de ~1gw.1 de nuestro planctu. E l pe-s o de lu
atmóst'ern equivale ul de unn capn de agua de UllOS 1Om. (0,0 1
km ) dt.~ espesor, que cubre unifi.mnemcnte lodu lu supcrf.ícic
del Gloho. Si el radio de In TictTn es 1( km., lu masn de ni re que
la rtldt~a (medida en mih.:s de millones de tonclnuns) ho uc ser
igual a

Los océanos , midiendo 4 km. de profundidad por ténnino


medio, ocupan los 3/4 de lu superficie terrestre. De modo que
In masa dl:ll ngua d~.~ todos ellos es igual (en miles de millones
{le tonclad11s) a

Lo rn:z.ón incógnitn equivale a

Así pues, toda el aguo que huy en el Globo pesa unas 300
veces mt; ~ que todo el oirc (más c:-.:octamente, 270 veces mús).

84
56. E l Jiquiúo m ás ligero

Indíquese ellíq11ido más ligero.

'Entre los llquidos e l que menor densidad tiene es el


hidrógeno licumlo: 0,07 g/cm3 : éste es catorce veces más ligero
que el agua, o sen, aproximadamente tantas veces como el agua
es más ligera que el mercurio. Entre los llquidos en el segundo
Jugar está el hdio licuado cuya densidnd es dc ·O,J S g/cm 3 .

5 7. El problema de Arquímedes

Se co11ocen vm·w.-; versiones dt•l problema de la carona


de oro. Vitruvio, ary¡uiteclo ele la antigua Grecia (siglo 1 a.C.).
la refiere de la manera sif?uiente:
''Cuando Hierón 11 7 llegó al padttr, decidió donar una
corona d e oro a un templo en agradecimiento por los hec/w.y
\'CIII/1/'0Sos; orderu> .fabricarla a 1i n m"Uice y le entregó el
material necesario. El maestro cumplió t•l encargo para d
día fijado. El rey est11110 muy satisfecho: la obra p<tsabn
j11s1amcnte lo mismo fJ I U? el material que habla sida en/regado
al orj(•bre. Pero poco liempo d(!spués o/ .mberano se eni<'I'Ó
de q u e este ríltimo había robado cierta par'f<~ da/ oro
sustitl~Véndolo co11 plata. Hierón montó en cólera y pidió a
Arq11imedes que im·e11tara a~qiÍn método para desc11hrir el
engaño.
J>ensa11do e11 este problcmo, el sobio jite a las termas y,
Untl vez en la baflero, echo de ver que se desbordó cierta
cantidad de agrta, correspondiente a la prajimdidad a la que
se hundió Sil cuerpo. Al descubrir de esa m anera la causa del
.fenóm eno, no siguió en las termas, sino que se lanzó a la ' 'al/e,

85
r•.1bosanta de cdt!g;·ia y en Clle•··os, y corrió hasta s11 caso
e.w:lomando (' 17 ollcl voz: " ¡Eure!wl, 1 eureko.1 ' ' (hoilé).
C11ondo llegó cr su casa, A rquím(;·des /('!110 dos pedazos
del mismo pe.~o qft•? la corona, uno d<' oro y otro de ¡h'ala.
llenó cun agua un l'<'dpienfe hasta los bordes ;v colocó <m él <'1
/inJ?ofe de plata.
Acto segutdo lo sacó y echó en el recipiente la nusmn
cr.m l;dad "" aglfa que se desbordó, rmdiéndola previcmwnle,
hasta llenarlo. De esta manera t!e.rerminó el peso del 1rozo de
plato q11e coiTeS¡londla cz c ierto ·,.-o /umen d e agua . .rl
continuociún realizá lo misma oper(lciÚn con el /l'o'JZO de oro
y volviendo a (//1adir la cantidad de ag•.w desbordada,
conclu_vá que esia WJZ SI?. derramó meno.~ liquido en una
c-~rl!idml equivah•nie a /.a difiwenc ia de los volúnwm!S de los
trozos de oro y plata de fh!SOS i¡;•u(t/es.
Oe:>pués volvió a iknar e l recipiente, colocó en <:¡ la
corond y se dio C!ter•fa de que se derramó uno mayor cantidad
de agu,:¡ que a l colocar el lingote de oro: p(lrtiendo d<' este
e.v.ceso d e líquido Arquímedes ca/,;u/ó e l comenido de
impure;ws de plata, descubriendo de <' st1 manera el engai'ío. ··
¿,s·e podrw d<'terminnr la cantidad de m·o sustituido por
plaw en fn corona, lllilizando elmútodo de ,·lrt¡11i.medes?

Según lm: dotos disp~mibles,. Arqulmede:> teniu derecho a


ofinnnr que ln coronfl. nc. era de oro ptu·o. No obstanto~. el
siracusano no supo determinar con exuclitud qué cantidad de
oro hnbia hurtado el orífice. Lo lmbria determinado si •<:1volumen
de la aleación de or·o y plé1la fuera justumcnlü iguu.l u la suma
de volúmenes de sus componentes. l.,;1 leyenda at ribu ye n.
Arquímedes precismn·ente l)ste cri lerio, '~mpatiido, por lo visto,
por la mayoría de los autores de libros dt: texto e scolares.
De hecho, sólo muy pecas akaciones tien·~n esa propiedad.
Por lo que atañe al voh1nwn de b aleac:ión de oro y plata, éste

86
es menor que la suma de volúmenes de los componentes. En
otras palabras, la densidad de semejante liga supera la que se
obtiene por cMculo ateniéndose a lns reglas de adición simple.
Es fáci l ver qucul calcular la cantidad de oro h urtadocn·bDse a
su experimento, Arquímedes debería obtener un resultado
menor: a su modo de ver, la densidad mils elevada de-In aleación
probubn que en ella ero mayor In cantidad de oro. Por este motivo
no pudo detemunar exoctmnente la cnnt idad de oro con la cual
se había quedado el ostofndor.
¿Cómo se deberla resolver el problema planteado ?
"Actunhncntc señalo el Pmf. Mensh utkin en su Curso de
Quimicn Genera l, pn,ccd~:riumos del modo siguiente :
Dclcmtinmimnos no sólo lo densidad del oro y plata puros,
smo también ln de toda una serie de aleaciones de oro y plata
cuya composición se conoce con cxoclitud. A continuación
trozaríamos un diagrmnn a base de los datos obtenidos: 6stc
nos proporcionarla lt1. curva de variación de la densidad de las
aleaciones de oro y plata dependiendo del contenido de
componentes. En el caso dado se obtcndrln una recta, pues la
densidad varía linealmente en base a la composición de la liga.
Al dctenninar In densidad de la corona, scf'lalarlamos el
rcsulhtdo obtenido en la curva de densidod del sistemn oro-
pinta y definiríamos a qué composición de la ulcación
concspontle este dato, averiguando nslla composición delmctnl
de lo corona."

El coso serio distinto si parle del oro fuera sustituida con


cobre y no con platu: el volumen de la alcución de oro y cobre
vulc exactruncnte lo suma de \·oJúmcncs tlc sus componentes.
En este caso el método de Arqulmedes proporciona un resultado
muy exacto.

87
58. La C<lln pt·csibilid ad d el aguu

¿Qi'té sustancw, el ng·11a o el plomo, se compl'ime nuís


hajo ¡JIV:JSiÓII J-

E n los libros de tcl<to c::;c·~la n:s se submya con tanra


ümacidad la incompresibi lidad de los líquidos que se inculca
la idcn de que: rcnhHcnlc lo son. <ll menos en un grado m•::nor
que los sólidos. Pero de hecho clténnino " in<;ompmsibilülod"
aplicudo n los líquidos no es sino unll c:.x presió n flguradn pMn
definir su ins ign ificante reducción d e vol umen al ser
presionados, ademú:>, éstos se comparan sólo con Jc.s gases. Si
compm:amos Jos liq_u idos y los só !idos en cu.nnto a 1a
comprcsibilidud, re~:ultnrá que los primeros son muchas veces
m:ís compresibles que Jos segundos.
El metalmós compresible -el plomo- expuesto o. la acción
de una ·~:u·ga omnilatcral, disminuye su volumen en 0,000006
del inicial bajo In presión <le l al. El agua, en cambio, es unas
ocho veces más compresibkl: :::u volumen dism:inuye en 0,00005
a.l aplicar la misma presión. Pero en companwión c.on el acero.
este líquido se eslrc·~ha unas 70 veces mí1s l .
El úcido nítrico se dislinguecntn: l\):: líquidos por: su elevada
cnpacidntl de compresión reduciendo s u Yolumcn inici~1 1 en
0,0003·:t n lo. presión de 1 a t. , es decir. al ser presionado reduce
su volumen u .1ns. 500 vec~::s más que el acero Sin embargo, la
compresibilidnd de los líquidos es decenas de veces menor que
la de Jos gasc3.

59. Dispar;mdo al ag u a

Uno1 coja abiert.':J, con paredes de rrradero contrachapada


parajinadas por dentro, de unos 20 cm. de lm-go y 1 O cm. de

88
ancho, conliene aguo hasta un nivel de JO cm. respecto a su
jando. Si se disparn contra la coja, se hacr añicos, mitm tras
<¡ 1/C! al ag ua se disp-trsa cm forme¡ de polvoji11fsimo.
;,Cómo S(! expfí.carío esta acción del im¡,acto de bala?

Este fc¿ómcno se atribuye u In comvn:sibilida d


insignificante de los líquidos y, adE:más, n s u elasticidad
absoluta. La bala entrn en el agun con tanta rapidez que su
ni vol no tiene llempc) para ~ubir. Por tare lo, clliquick• se control!
instnntúneam·enlc en In mugnilud del volum~n del proyectil
LtH1lla presión que se eren en cslccuso dc;tro'l..n las ptlrcdes
del recipiente y pnl vcrizu el agua que éste conl.ienc. Unu
cstimacíón simple proporcionH c ierta noción acerca de la
mognitud de In presión. l.a cuja c;onticne 20 :x 1O x 1O= :!000
cm, de agua. E l volumen de la bala es de 1 crns. E l líqmcto
deberá compnmirsc- en 112000 -parte , o SCtl. en 0,(>005 de su
-..olumcn inicial. A la prc;sión de 1 aL e l tuismo red uce su
Hllum·~n en 0,00005, llS decir, d iez ve·~cs menos. Po r
consiguiente, cuando d isnunuyc -e1 vQltunen del líq•Jido
contenido en la caju, su presión deberá e levarse hm:ta 1 O a t. ~ n
cstu magnitud asciende, nproximudnmentc, la presión de trabajo
q ue se crea en el cilin<lm de una máquina de ,.tJpor. .Es ll\cil
calculur qw.: e<1du unn de lél:>paredes y el fondo de Jo c:~jn sufrirán
la acción de ·una !1.Kr7.n de 10.000 n 20.000 N .

Este hecho explica los enormes cl'cctos deslrudivos que


rrmluetm lns r.)busc~: explo tados bajo nguu. "Si un ohús explota
nunqut; sea .1 50 m . oc un submanno. pero a sulícicnlc
profumlidad paro que la fuerza explosiva no ·'st' disipe'' por la
su¡x:rficie del agua, d buqt.e se dc:struyc irunincnlcm<mle'" (R./\.
M illikan).

89
60. U n a bombilla c léctricn rcsjs licndo el peso
de un vch icu lo

¡,Puede una bombilla soporUJI" 11na presión de media


tone/oda? El diómetro del émbolo es da 16 cm.

Calculemos In presión que experimentan las paredes Je In


bombilla. La sc.:cción del émbolo e s

Como e l peso del vehículo es de 5000 N, u cada ccnlhnctro


cundrac..lo de la superficie corresponderá 111 presión siguiente:

5000: 201 ">~25 N / cm :J

Las bombillns ordinarias suelen resistir una presión más


alta, de hasta 27 N/cm~. Por eso, si se ctunplen las con diciones
indicad11~ <~1 plantenr el problcmn, lu ampolla quedará intnctn.

90
Esto problema t.icnc importnncin pn\ctica en los tmbojos
que se llevan a cnho bajo agua. Una bombilla con-iente, que
r·~siste w1a presión de 2,7 al. . puede ser utiliz.!ldn a una
profundidad de hn::ta 27 m . (a profundídudes mayores se
e mplean bombillas ·~peciales).

61. Do~ cilindros fl otando en el men :ul'io

Dos cilindros de m asas y diám~lros iJ:,rua l as. 11no de


nluminio y Ofi'O de plomo, sa mm1tiemm en el mm·curio en
posición ver ticc1/. ¿Cuál de r!.llos está hundid<;. a m ayor
proji.n1clidad?

No picnst: que d quid del problema radí·~H en la posi·;:ión


vcrticéil de los cilin.dros· paree<::ria que un ~;uerpo de lcmna
cilíndrica no podría sostenerse vcrtícnlmente en e l :>eno de un
liquide·, sineo que tcmirin qm: pom~rsc de cosludo. Esta
afirnHu;ión no es cierta : si un cq111dro tiene d üínwlro
~n licicntemen tc grunde en comparación con su altura, puede
notar en posi<;ión e~ table.
De por sí, este probkmn no es dificil, pcr<) a \'cces se sude
rw..onar de Í{mnu <:qui\'ocada al nbordarlo. El ci lindro de
a luminio es cualro wc.cs mils largo que el de plomo, de la nusma
masa y diám•~tro. Por eso podemos considerar que estnndo
suspendido en posición ve.¡ ti cal en el mercurio, deberá hundirse
más que el ck plomo. Por otra parte, este último, siendo más
pesado, deberín sumergirs·~más que el de aluminio ~rue es más
hgcro.
Est.as dos supo~liciones son cquivocadD!;: umbos sólidos
están stunergidos a una misma pmftmdidad. La causa de ello
está a la vista: dado qm: li1:nen p~so idóntico, deben desplazar
iguales cantidades de liquido con arreglo ni principio d e

91
Arquímedes; mas, como tienen diámetros iguul~s. la longitud
de sus partes sumergidas también debe ser igual, pues en otro
ec1so no desalojarían la misma cnnlidnd de líquido.
Seria interesm1tc saber, cuántns veces mnyor será la parte
del cilindro de a lumini o que sobresale del azogue t~n
comparución con In correspondiente del de plomo. Es ú'cU
C:.llcular que este úllimo deberá sobrcSlllir en o, 17 ue su longitud,
en tanto que el otro, en 0,8. Como e l cilindro de aluminio es
4 ,2 vcc~s m~s Jnrg.o, las 0 ,8 uc su longitud scrún

O.H2 4.2:::,
20
0.17

mayores que las 0. 17 de la del otro.


Así pues, la parte del cilindro de nluminio asomado del
mercurio será veinte veces más larga que lu respectiva parle
del dt~ plomo.
El ejercicio que.:: acabamos de anal izar tiene importancia en
In teoría que pretende e:-.:plicnr la eslructurn del globo terráqueo,
u Sllbcr, en la llamada tcorta de isoswsin. ~~sta nrrnnca del hecho
oc que las pnrtcs sólidas de la cortezo. terrestre son más ligeras
que las masas pló.stions su.byacentcs, por Jo cual flotan a flor de
csths últimas. Dicha tcorfa considera In corlo7..a terrestre col\10
un COf\junto de prismas de sección y peso iguales, pero de
diferente allura. Segt'm ella, sus purtcs elevados deben do
corresponder a prismas de menor densidad, y lns menos
elevadas, a prismas de densidad mayor. Es evidente que, scgón
nos hemos dado cuento al resolver el problema, las elevaciones
que se nprecian en la superficie terrestre, siempre corresponden
n defectos de masas bajo tierra, y las depresiones, a sus excesos.
Las mediciones geodésicas corroboran esta tesis.

92
62. Inmcrsi6n en In arcnu rmwcdi:l:a

¿LS'erá aplicable n lo.« áridos el principio de Arq11ímedes?


¿A qué projiuuiidad se hundirá en la arena seca una bola de
madero colocado en su supet:flcie? ¿Podría hundirse en la
arena movediza una pe1·sona?

No se puede aplicar en fonna directa ~1 pl'incípio -d'e


Arquímedes a los áridos, puesto que las partículas que los
1\mnan, experimcntnn ro:aunicnlo que es ínfimo en los lfquidos.
No obstan h.:, si ln lihcrtnd de dcspl<IZillllicnto de-lns pmtlculas
de úridos no eslú limilnda por su ro/.amie11lO reciproco, el
rcli.~rido principio se podrí• nplicm. Por ~icmplo, en semejante
estado se encuentra lo aren u se<:<'l que se sacude rcttcrmlmnente:
en este caso sus gronos se despinzan sujetos o In fucr7.a de In
gravedad.

Dispositi vo para socudir la arena.

Y.1 R Hookc, famoso conlemporárK-'<,\ y compatriota de lsnuc


Ncwton, dccfn al respecto lo siguiente:
"Es imposible mantener bnjo arena (que es sucudido
ininlcJnunpiumncnte) un cuerpo ligero. por ~jcmplo, un trozo
de corcho: éste "emergerá" cnscguidn n flor del árido, mientras
que un cucrpü pesado, por c! colllrario, cmpczari1 n hundirse y
al tin y ni cabo alcanz ar{¡ el fondo del recipiente"
Posterionnenle, H . Bragg, eminente físico inglés, realizó
estas e:-;¡)CJicncias valiéndose de una centrifugador;~ cspccinl.

93
Se pur..>de pn::dccir <:)1 comportamiento de uno bol<1 dispuesta
sobre l a superficie de aren ~• inmóvil recordando los
razonamiento;; que en su tiempo permitieron n S. Stcvin a
deducir el principio de Arquímedes.

l?sla j~.p.trilla ligera, con un peso s1¡jetado a los pies, pn~sa


en la r1renC1, se aso1T1a aL poner a.fimcionar la sacudidora.

Pri111cro aclvirlanws q1.tc In llamuda "densidad aporcnte"


de la oren;, (o sen, 'la masa de un c.entímctfl) cúbk~o de este
{u-ido junto con los Gspncios de aire) e~. igunl. en el caso ele la
arena d1: g.nmo fino, a 1,7 g., es decir, supera tres veces la de la
madcw
Scpnrcnws, aunque S(~a rncn!nlmcnle, una bola de árido
d-.:ntro de un montón de amna. de· volumen g.c{)métrico igwtl al
de la rufcrida bol u de nwdcra. Esta 'fdtimn :;e mantiene en
equilibrio mcrc!.!d n la acción de dos fucrzns dil·e rentes: 1.) el
rozanú<::nto de ·]os granos de art•n<l 1.1nos contra otros y 2) el
~so d<: la capn de este ilrido dispuesta encima, que ejerc,e
presión hacia los lad-ns, empujando de e-.;;ta manera nuestra bola
de arena por abajo. La resultante de todas las fucrl.<.lS no debe
ser menor que el peso de dicha bola. Si la sustituimot; -también
m<mtalrnente- por otra más ligera, de madcrn , la presi.ón que
é:;ta sufiirá por abajo scrú mnyor que su peso propio. Es evid·~nlc
que bajo la tlGción de In fuerza de la gravedad nuestra bola
irnagín<:!ria no podrá hundirse a tunta profundidad.

94
El nivel máximo al que se hundirá Ja bola en la ar ena no
deberá ser mayor que la profundidad en que su peso equivalga
ni <le In arena "contenida" en su parte hundida. Mas, e sto no
quiere decir en absoluto que 1Icgnrá prccisnmcnte hasta ese
nivel: sólo indic cunos In profundidad limite de hundimiento e n
el árido bajo In acción de su peso. Esto tnmpoco quiere decir
que In bola presa en el montón de arena por dcb~jo del nivel
Jlmite, aparecerá por si misma en la superficie: se lo i'm pedirá
el rozamiento.
.1\sl pues, el principi<> de 1\rquimcdcs es aplicnblc a los
mnteriales óridos. pero con rigurosus rcscrvns q ue no tcndrlm
vnlidcz. cuando dichos cuc1pos suf'run sacudidas o vibrucJón;
t.•n d cuso que estnmos nnnliznndo los ¡\ridos que sufren
socudicl.1s, sc~11cja.n lfquiuos. En lo que se refiere u los que están
en reposo, el principio de .1\rquímedc.-; lan sólo nlin no que un
sólido de peso específico e<msiderablt:, s ituado en la su¡x.--rfícic
de u n árido, puede hundirse por s u propio peso o unn
profundidad no mayor u aquella en que su peso seda igual al

95
d<~ la cantidad corrc:;pondicnlc dd árido que se contcnd rla en
1<• parte humlidn del objeto en cuc:;lión
Por cierto, esto pcnnitc sucar la con,;lusión de que. c.omo el
p·~ ;;n cspcd rico medio del cuerpo hwnano es menor que d c.k
Ir: arcnü seca, una pcrsonn no puede s•~r tragada por lu urcna
movcdi:?.a. En scmcjnnle c.:Jso, mtcntra:>menos se mueva dla,
menor ~cní In profundidad u que se hundi.rft: la ogitación sólo
precipito el hundimiento.
La posibilidad d e aplicar el principio dn Arquímedes ni
ca~o de In m·,,nu se aprovo;cha en La té cnica pnra ~:cpnra r las
iJnpmc:;•.ns contenidas en la hullú. La hulla húmedo, que dchc
ser pun.licndtl.. se echa sobre lll.l <l capa de areno c u:.ro peso
c:;pecílico supera el de este combustiblo::, pcm es menor c¡uc el
d·~ In ganga a separar Para agitar bs granos du .!trena, se bombea
nire ~~ trnvés de cllu, de abajo atTibn e inintc:m.unpid<unente,
que pasa por nn 11\miz sobre el cual cstú la arena. Su presión,
C3 ueci:r, 1~1 vclocidud del flujo ue aire, determina el peso
especíl.ico del itrido.
Al lomar c.ontacto con In supcrlic it: de arena.• los ti-agmcJllos
d·~ hulla y lns impure>zas se supanm: el c~rbón se acumtlla e n la
supcrJic ic, mientras que la ganga se hunde (;n la arena, pasa
por el tamiz y se acumulu en un recipiente. .La ligura muestru
l<1 estnu;tura d.c sem0jante equipo.

6.3. Elliquilln adopta for·ma csféricn

¿Cámo se podría demostrar d hecho dH que en '~stado de


ingravidez los líqrtidos tienen forma esférica?

La propiedad del líquido en ingmvidez de ad<>¡Jiar fcnna


c:;férica se demuestra evidl'!nlenH::·nte en el famoso experimento
d·~ Plateau: w1o porción de aceite de oliva mezclnda en una

96
disoluc;.ón hidroalcohólicu. de la misma dcnsidml, se agrupa
eo fom¡a de hola. Pero es imposible avcriguor si •o;stn fomw
c~ férica es gcomélncnmenle exacta o no. Por ello. e l
~:.;pcrimento de Platcuu compnu!bn gmsso modo Jo tesis qué
n·:)S interesa. Este hecho s·e demucstru mediante el l~númcno
dd iris.
La leoria del arco iris atinna que una dc~wioción, por muy
iustgnificunte que se;:¡, cle In Ion no clc las gotns ele Ilu\'ia respecto
J;: la ~lcrica goom~l ricamcn tc c:;tricto debe üc rctkjarsc l' n la
forma del iris, si In dilcrcncia e~ consitlcrnhlc, éste· puede uo
apurcccr en absoluto Como un:l goln t..•s impondcwhlc mic11lrus
cuc h bremcnle (\'el' ~f . 511), este lwdw no1: prop•.>rciona lu
ú-~mostmción que n<:~csJtmnns.

64. La ¡~ota d e ag ua

t:E11 qué cnso lo.t ,f(ota.v de agua que cnel'l del grifo d·t un
swnow:rr son mós pl'sarlns. cuant.io ei"'ag11a está.fNa o cali<IJ1/e?

El peso d·~ la gntn clcp~ndc de In mngmtud de k1 lcn:;ión


:-.npcrlic·ial del liquido: d lu se dcspr~ndc cuando :;u pcsn es
:-uficicn lc para romper In película superficial en su «cuello''.
81 e l mdio de ~sl•~ es r . ~: el cc>dicicwe de h:n!'liún ;;upcrficiul
<.~:;a (N/m ), In gotn :>e desprenderá C~lll

2m·a ~ mg

por lo que sum<lSél ~:cr;'1

2m·a
m =---
g

97
Cuanto mayor es la tensión superlicial, tanto mnyor es el
peso de la goto. Pero ~onsta que al elevarse In temperaturo, se
reduce la tensión super'ficial: en el caso del ogun disminuye en
el 0,23 %por Cilda grndo centig.rad~) . A los 100" e la tensión
superticial del agua se reduce en el 23 % en comparación con
la mngnitud correspondiente a 0° C, mientras que n los 20° C
es menor en un 4,6% que a oo C. Por consiguitmte, al bajar la
temperatura del ogua contenido en el samovar de 100° e hast<~
la temperatura ambiente (20° C), el peso de las gotas de agua
deberá elcvnrsc en

o sea, en el 24 %, es decir, (tumcntará notablemente.

65. L01 elevación cnpllnr

a) ¿A qué altura debe subir el agua contenida en un t11bo de


vidrio de diámetro interior d;~ 1 micra?

98
b) ¿Qué líquido se elevaría a la maym· a lhwa en senw¡imte
111bo?
e) ¿Qué c1gua -caliente o.fNa- se elev" a la mayoraltur~~ por
W7ltlbo copilarí'

tt ¡ Con un·cglo u lu ley de 1::3orelh. también denominado muy a


menudo " ley de Jurin... la alluru 11 que se clev<1 el líquido
qucm<~ia las pllf<'C.Ics dd tuhn, es in,·crsurm:ntc pmporcio)nal
u su diftm·~lro. l: n uno de ,·idt·io uc c.Jiitnwtm intcnor de 1
mm. clni\•d de uguu ~;e clevar{r n 15 mm Por d lo. en un
tuho de di:'tmctrn interior de 1 micrn ~H nl!urn ~crú 10()0
\·c..;•~s tna~ or. o sen. i<h· 15 m el ros !
h> Subiendo por el tubo •.:upilnr, el polttsio funutdo (li.rnde a
63° C) d~ja utrú~ o kls dcmús liquid•.>s: en un tuh.> <.le viurio
de J iárncln.> interior de 1 mm. subírá n 1Ocm ; si d <.1 iómctro
del canal ~~ de 1 rnicru. se elevará .:1

1•) cm. -< 1000 =) 00 m.

e¡ l·! n un tubo del ditimc•.m indi.cado el líquido subirú t;mlo


m{ls cwmto mayor seo su tensión wperlicinl y menor sen
su clensid au. Eslu dep~:ndcnciu se exprese• por medio de la
lonnula siguicnlc.
2a
pgh=-
r

donde hes lu altura óc ch.wnci<m. a., el eocli<:icntc de tcm;ión


super(ic:inl, r, el radio interior del tubo y p. In dcnsidud del
liquickl. Con el atum:nt<.Hic lu tcmpcraturu lu tensión su¡x·rficiul
disminuye mucho müs rápido que la densidad p. o consecu~::ncin
d·e lo cunl In altura h dcoo reducit-sc: un llquic.lo ca li<:ntc suhmi
p·::>r el tubo capilar nmcJH.W altura que <:•lro frl_, ,

99
66. En un tubo in clinado

El a¿,rua sube por un tubo copilar inclinado a JO cm. sobre


el nivel del agua contenida l'n rm recipiente. ¿A qué altura se
elevará este líquido si el tuho se inclina o 30° respecto o su
supetficie?

Lu nllum a la que se elc~.-·a un líquido contenido en un tubo


copilar no depende de la posición, sea inclinado. o vertical, de
este último. En todos los cnsos la elevación, es decir, la distancia
uel menisco a la superficie del líquido, medida sobre la vertical,
será la misma. En el caso descrito el ''hilo'' de líquido que sube
por el tubo inclinado a 30° será dos vec.cs más largo que con la
posición vertical de éste, pero la altura del menísco sobre el
nivel del líquido contenido en el recipicnle será la misma.

67. Lns gotas en movimiento

Tenemos dos tubos de vidrio delgados y abocinados por


un extremo. En el primero, junto al prmfo A se t!ncuentra una

lOO
gota de mercurio, y en el segundo, junto al punto B, una de
agua.
Además, fas gotas no están en reposo, .~in o que se mueven
por sus respectivos wbos. ¿Por quá sncede esto?
¿En qué sentido se mueven las gotas, hacia· el ex/rumo
ancho o hacia el estrc>cho?

La coltnm1a de mercurio que se_cncuc;ntra en el tubo ue


vidrio tiene convexos ambos extremos, puesto que este líquido
no mQja el cristal. Ln superficie que da ni extremo derecho,
tiene un radio de cUJvaturn menor que la opuesta; por eso ejerce
mayor presión sobre clmcreurio (problcmn 65), empujóndolo
hacia el extremo abocinado.
Lo columna de agua, que moja el cristal, cstú acotadft por
meniscos cóncavos por ambos lados, adcmós, el de In pnrtc
estrecha es menos cóncnvo que el otro. El menisco ctu·vo nrrnstra
el liquido con mayor fuerza, por eso la columna de aguo se
desplaza hacia la parte angosta del tubo.
Así, pues, cada unn de los whnnnos de Hquido se dcspla7..a
por su respectivo tubo en sentidos opuestos: la de mercurio,
hacia el extremo ancho, y In de agua, hacia el estrecho.

101
La ..::Hpacidad u•;! agua de pas:u - por si JU LSIIla - JXIf los
c;m nlcs Citp ila n:s d e; l\lbos anchos a •;sln..·chos tiene m ucha
Í111JX1r lancia parn la conscn1ilCJÓn d e le h Lmk dnd en el suelo.
···,::¡ la c~1 pa s u peri <w del suelo cstn compnc t:1, es decir, ti e ne
canulitos estrechos. míl!ntws que la:- mfcrior·~s están p orc•sns,
,, sea. t ienen muc h l!;imos canahto s m:\~ anc.hos, <:<nl(mc·~s -
111inna c:l agrónomo /\. Dud insk1- el U;?UU pasa fflcJ.lme ntr.: J c
le capn in fcriror a In supc r i·or. Pero s 1, por el contrario. la c <•pn
in lcrior cstú compncla, en llmto que la superior cstú poroso,
c:;ta úl\1tna, ul sccan e. yn no podr::1 nb~iorbcJ agua j)Tocctkntc
d·~ la cupa inlcrior <puesto que -e! ugtw no paso de: cuna:.itos
c:;trcchos a nnchos. sino gul~ sólo lo h.:\Ce u la invcrsu) y, por
(~ Jl lO. :;c;g_uid Siendo SCCH."

La columna de merc:tlrio (arnba) se des¡Jlaza hacia


erextre:mo abocinado del tubo, mientras qu.~ la
de l agua (abajo) se corre hacia el estrecho.
Esta última prop iedad del <'lfJIJa ¡•ermi"! dism in11ir
el pe1:i11icio que causan !tu S<'qufas.

E n •:sto consiste w1o de los m;todos u lilá.Hdos para ntcn uar


lu a cció n pcrjud ic;iHI d 1; las scqu(as , c o n s istente en e l
c:>ponjnmiento del suelo: "para con servar hlmledad en el suelo.

11)2
hay que esponjar, con la mayor frecuencia posible, su capa
superior, hastu unos <.los centímetros de profundidad e incluso
menos; en este caso los canalitos estrechos fonnados en olla se
destruyen y sustituyen por otros, más anchos, que no pueden
succionar agua de lo capa subyacente. La capa superior porosa
se vuelve seca, pero yo no puede absorber agua de los cannlitos
más estrechos de la capa infelior del st.Jelo ni la puede cOnducir
hasta la superficie, protegiendo dt: esa mw1crn el resto del suelo
contra la desecación por la noción del viento y los rayos soll.\J'cs."
Éste es uno de los ejemplos a leccionadores de la
imporlnncin que tiene este fenómeno f1sico que a primera vista
parece ser Lnn insignilicante.

68. Uno lñminn colocnda en e l fondo de un


recipiente con Jfquido

Si en el fondo de 1111 recipieJ1lcNf.e \'idrio lleno da agua se


coloco una lárnina de modera bien adherida al mismo, ésta
emergerá inminenl,~mcnte . Pero si al fondo del mi.Jmo
recipiente con merc11rio se aplica una lámina de vidrio, ésta
se quedará an su lugar. Consta que la flotabilidad ele/ vidrio
cm el mercurio (la diferencia de densidades del merc11rio y el
vidl'io) es mucho mayor qrte la da la madera on el agua.
¿Por qm.!, p ues, lo lámina de madera sube a la superficie,
mientras que la de vidrio en el merc1trio no sube?

La lómina de madera, d<-'Positada en el tondo del recipiente


con.agua, tendrá que emerger, pues el líquido penetra por debajo
de ella. Sólo nos queda explicar, por q ué el agua se cuela por
~eb~jo de la lámina de madera, mientras q ue el mercurio no
pepetra por debajo de la de vidrio. Hay que tener en cuenta que
pcir inás gue se adhiero In lámina al fondo, entre e llos siempre
103
lnbrit un cspnc;io muy pcqucno Junton los bordes d•:: estas Jos
supct tíc-ics muy pró.x imas una n otrn. el aguu, que moja tan to
\ ~1 mudcra Cümo el v idrio, formn una cc•nca,~dnd q ue da hacía
el cspac.:JO hbrc de agua·, dicha <;onca\oidad , lo mismo que el
menisco cónca\'ü, <tnuslm ogua al espucio cn!re la lámina y e l
lcmclo.

. .--~j
~~=-:::~
- --
_ --=- - --::gJ-"
--:_--= -
- -·- -·.. -
-:
~ñ.ñruii=-=-
~Wzz·
,.._

- . -
1:!'1 ag"'' ,.e Cllela por debajo de la lámin(l
nplic'''la al .fondo del rN: ipH' II/ c .

l·:s d islinl•> el cu:•o d~.;\ mcrcmio :.· lu l(unit ln de vid.rio. E ste


IJqllldo no m c~u ul \'Ídrio. por c~.o entre la lámina y el fondo.
umbosdc 'i<.ltio. la superficie com·cxu dd mcrcLu'io da a l c!.11ncio
d·~ m re: esln com·c-.:tdnd prcsiontt hadu afuertt y no <le,in <lliC el
mctal li qu id0 se cuele por dchqjo de In lámtn.l .

1.?1 mcrc11rio 110 pene/ro p'>r debajo


de In üimina aplicada al.fond''·

104
69. Aw;cnci:t de tensión uupcl"ficial

¿,11 qué wmperatura S(l atni/~¡ la tensión sup(ujicial da los


llquidos?

La tensión superficial del líquido c1esapa:recc dd todo u la


kmpero.tumcrfticn: éslc pierde su cnpacidad de fonnnr gotas y
S·.~ evapora a c ualquier prc~ión .

7 0. La tcnsiún !> upc: rficilll

¿Qué pre.rión ejerce, aproximadamenTe, la capa ~mpe1jicial


de un liquido sobre las capas subyacentes?

A pesar d¡z la fi nura cxtraordinaria9 -<le un.os 5 X 1o -s (·m .-


.IH pelkuln superficial de líquido ~jerceenorme pr~:~sión sobre
la masa de liquido que ella envuch.:e. Para ;.~ lgunos líquidos
esta pr~:sí ón (:s de de<.,eons de miles d:e atmóslerm:. es decir,
equivale a deeenas de toneladas por ce:nt.imetro cuadrado.
Scmc_iante presión condiciono In baja compresJ.bilidud de
l<)S líquidos qne, de por sí, ;;iempre están comprimidns con gran
fucr.w, por lo c'ua 1se obtien'::. un ef,~cto ínfimo cuando se aumenta
artificiz,\mcntc en cien atmósferas unu presión de dcccnns de
miles d e atméslerus exj~tente en ellos.

71. :EJ¡~rifo

¿Por quá los gr[fos d i! agua CO!Tiente s1wlcm ser giratorios,


y no en form o d e esclusa?

105
Parecerla que los grifos de compuerta instalur.los en los
caí'!críns de agua serían más manejablc.>s que Jus llaves Jc rosca
que se enlplcan generalmente. Sin cmbnrgo, no se utilizan
porque eausarfan nvcrfas de la red de aguas comentes. Al ccrru.r
bruscamente el grifo, es decir, ol cortar repentinamente In
corriente, se provocaría una fuerte sacudida de toda la red de
luberlas, el llamado golpe hidráulico, o golpe de ariete, muy
peligroso paru este tipo de obras. El Pro f. A. Deisha, autor de
u u libro de texto de hjdniulica, compara el golpe de ariete con
el choque de un lrcn e mpujado por la locomotora, contra un
tope terminal:
'·En este caso los topes ucl primer vngón que chocan con el
terminal, se comprimirán por In fuerza de inercia de los vagones
siguientes, hasta que todos se detengan . Acto seguido los
resortes amortiguadores del delantero tenderán a extenderse
empujando los demás vogones hacia alrás. Ln ondn creada por
los topes comprimidos recorrerá todo el tren, del primer vogón
hosta el último. Si ol final del tren está engancha da una
locomotora pesada , la onda de presión reflejada por ella
recorrerá todo e l treo en sentido inverso, hasla el tope tenninal.
De modo que las oscilaciones, amortiguándose gradualmente
a causa de la resistencia, se transmitirán de un extremo o o lro

106
dd lren. y a la ·i.nvcrsu. La primeru onda de presión scrb pel igrosu
p.lra lo~: mue! ius de topes de todos Los vagones, y no sólo del
delantero. Como el. agua es elústica, aunque ·en gr<~do ínfimo,
c•.umdo se cierra el gti fo instalado en el extremo de tmn tubería
lmga, los partículas traseras empiezan o empujar las delanteras
(que ya se hun detenido), creando de esa manern una presión
elevada~ esto, lo mimno que una ola ordinaria, viujará a gran
vdocidud ( un poco rnenor que la de propagaci.ón del sonido en
el ugun) por toda lu lub..:ría de cabo a rabo.
Al ulcan:wr el otro uxtrcmo (.el tanque de J)l'"..:sión, por
CJCmplo), la <•nda s•~ rcll~jnrlt hacia el grifo. de tal modo se
producir{! una serie de oscilaciones, cHio son, elevaciones de
presión que írún anwrtíguándos•J pnulatinmnente d.ebi<.lo a la
n:sistencia a la ondu. N() obstante, la primera de ellas será muy
peligr<.>~;a no sólo en el extremo •lomlc estú instalado el grifo,
sino también ~n el e~:tremo opuesto de la conducción, próximo
nl tanque, puesto qw~ podrú destruir fáci lmente ctwlquier pie-za
o J'Linta de menor re!;istcncia . 1. ~1 presión de nriete que se crea
en este easo, sohre todo la reflejada, podrá superar de 60 a 100
v•;ces la presión hidro~tóti·;a non.nal existentt: en In tuberLl."
El golpe será tnnto mfw fuertt: y m¡h; destructor cu¡mto más
larga sea la tubería: estrope.a el :listcma de almstecimicnto de
¡)gua, a veces hace rcvcntur tubcrius de hiciTO colndo, ensancha
las de rlomo, arranca codos, etc. Para c\'itar csle efr.~cto
perjudicial, hny que estrangular gradualmente la cmTicnte de
agua, es decir, cortnrl.a con .lentitud utilizando pum ello vúlvulas
de rosca. Cuanto m<b largues la tuberia, tan lo :nuis deberá clurnr
el cien:e.
La fuerza del golpe ele nriete es di reclamen te pmporci•)nal
o la longitud del conducto y al tiempo dmnnt<: el cual se cierra
!11 llave cuanto menos dura el cien·c, tanto mtts fuerte serí1 el
golpe. Se ha dednc1do lt~ siguiente f(rrmula paw c~1lcular su

107
intensidad : lo presión del golpe equivale (en metros) n la uJtura
c.le la columnn de agua

vi
h=0.15-(m)
t

donde: 1, longitud del conJucto (en mctros)y t, clliempotlunmtc


e l cual se cierra ln llnve (en segundos).
Por ejemplo, si una tubería de l 000 m . de longitud, por In
cual el agua circula con uno velocidad de 1 m/s, se cierro en 1
s, la presión creada en clln aumentará por el electo del golpe dc
ariete hasta

1
h = 0. 15 1x OOO =150m.
1

o sea, has tu 15 a t.
E l fenómeno de golpe de ariete se pucdc observar rcnlizundo
un experimento mediante el dispositivo mostrado en la figura .
El agua contenida en un recipiente, sale de éste por w1 tubo
de sifón, hecho de vidrio, corriendo verticalmente hacia abajo
y luego horizontalmente. En el otro extremo del conducto está
instalado un grifo de compuerta H, y n ciertu distancio del
extremo, un tubo corto S con un oriticio pequeño que da hacia
arriba.
Mientras el grifo pennancce cerrado, el agua brota del
conducto corto sin superar el njvel de liquido contenido en el
recipiente. Mns, si la llave se abre y acto seguido se cierra
hmscmnente, en un primer instante el agua brotará por encima
de la altura del nivel de llquido del recipiente, probando
evidentemente que la presión creadu en el tubo supera la
hidrostática.

108
No se d~be creer que en este cuso se viola la ley de
conservación de la energía: aquí, menor cantidad de agua se
eleva a .mayor altura merced al descenso de ésta desde cierto
nivel, lo mismo que una carga ligera, suspendida en el extremo .
de una palanca, se eleva a mayor altura que otra, más pesada,
colocada en el extremo opuesto.

Experimento que il11stra el golpe hidráulico.

El principio del golpe de ariete se aprovecha en una máquina


simple para elevar uguo, llmnnda ariete hidráulico, que sólo
consume su energía viva.
Parn ponerla en funcionamiento hay que cerrar la válvula
U, debido a lo cual en el conducto F se produce un golpe
hidrúulico; la presión elevada del líquido abre la vólvulu Z y el
uirc, comprimido momentáneamente en W, lo impele httcia
cUTiba. El golpe cesa, la válvula Z se cierra, la U se abre y el
agua que ·v uelve a circular por F, cierra la válvula. U y de nuevo
provoca un golpe de ariete, y todo se vuelve fl repetir.

109
l:.~tque)na dC'.funciollamienfo del nrielt• hidrá¡•/icu .

7 2. L~l l'clodd a d d t: .~a li dn

¿Q11é liquido, el og rw o el merc11río, lerulrá In mayor


Vttlocida d de salida s i son íguah·s .ws nil'<.>h•.\· en lo;; 'embudos
qll<' Jos contii!n!'n ?

El mercurio pcs-.a mucho mfls que el ngun; por tanh.t, es


probable que d primero salga mus rópido qu~: la segunda. Sin
embargo, yu E. Ton·icell i sabía que este. no es así: 1a velocidad
tl·e snlida no depende de ninguna nmncru de la densidad del
liquido y se delcnnina u ti h7..:Ultln lu fónnulu de Torricelli :
v= .Jigh

do nde ves la vclocidnd de salidn del Hquido, g, lu a.;:clertH!JÓn


d·e In gravedad y h. la nlturcc del nivel de líquido contenido en el

1 10
rcc1piente. Según vemos, en la tOnnula no ínteniene la densidad
dclliqu1do.
Este principio paraclój ico de salida del líquido se comprende
lttciimente si se considera que la fuerza que impele el liquido,
es creada por la paJ'te de éste, situada n un nivel más alto que el
orif'ic.io de salida. Si el liqujdo es pesado, esta fuerza es mayor
que en el caso del liqujdo ligero; pero la masa. que se pone en
movimiento en el primer caso es moyor, por cierto, en la mismo
proporción. No es ele extwf'ior, pues, que la nceleración y, por
consigujente, la velocidad, son idénticns en ambos cnsos.

73. E l prob lema ele la buñ c •·a

a) Una bañera de paredes verticales se llena con agua de


gr({oen 8 min., y se vacia por medio del orificio de desagüe
(el grifo está cerrado) en 12min. ¿Cuánto 1iempo deberá
permanecer abicrro el grifo para llenar completamente
el
la pila vacía mientras está abierto desagüe?
b) La pila se llena en 8 m in.; con el grifo c<wrodo se tarda el
r mismo lapso en
vaciarla medianTe el
orificio de salida. ¿Qucí
cantidad de agua
habrá en ella sí duran fe
la.~ vuíntfcuatro horas
se vierte agua de grifo
miuntras el desogiie
está abierto?
e) Rasttélvase asle mismo
p1·oblema si el tiempo
de llenado es 8 m in., y
('/de Wlciado, 6 min.

11 1
di Nesuélvase idéntico pn1blcmo. pero llenándo.<w a lo.; 30
111111 . y vociándose en 5 min.
e) Lo pila se FOCÍa en un lapso más corto que el de llenado
m edia me' el gr(/G.·. ¿1/al>rú agua en/o batiera. si ¡!mpc•zamos
a echar agua dejándola sa/it· alm1smo liempo?

/\. cünlinuactón ~)rrc..:cmo::; scnuos ¡xtre~ do..: respuestas a Ju:;


cmco preguntas plm1lcadHs: en una enlumnn se o frecen lns
n :::;pocstas C<}rn::cí:ts y en In otra, incorr·xtas.

t.) La bafieta re lleu~d• ~) La b-ari('f(t nun~"' sr:


haHa lo• bordee er. 24 llenará bQrta lo• bor·1e~
Q'HU.

t.) La balíera esl!orft •Mela b) E.l 2gua lle&ari has sa 114


de la all""' ·:le la p1llt.

e) N o habr;i ~gua en la pjla e) El agua r<>~·irá hast3 lar


91&1 •k ¡,. a ltura d e In
pila.
d) No hat•n\ agua en la pda d) El agua ~ubirá l'l¡ut;,
11144 de la ~lrora d e la
ba!lere..
e) La piiD estnrh vnclo e) En ll\ bañera hnbrá ltn
poco d: :1gua.

¿.En qué c olumna, pues, cstú.n las r-~spuc::.tns correctlls?


Las d e la c:olumna izquícrua parecen ser v·erosímiles. Pero,
en realid<ld . In son l:ts de la derecha.
Por cierto. a pdméra v isw cs1>.1s respuestas ptm~cc::n ser muy
e:<traña:;; no obstant•e, vamos n annli7.ar por scpnrndo cadn uno
d .;! cstm: problcmns.

a l E n la b.-u"ícm se v i orte m ús agu..;, que 1.9 que sale, si11 cmburg(),


en ].a columna <krech a se ali nna qw; nLm c-!1 se lk't1.ar<\. ¡,Pt)r
q ué? Es que surge la id~.:<t de q LtC es muy Jlicil calcular dentro

H2
úc cw\ntos minutos e l !lgua empezará a dcsbord.:rrsc. Cuda
minuto se llena l/8 pnrte del volumen de la pil ~-t, mie11lms
que sale 1/12; JX•r consiguiente, el aforo por minuto e:>

-81 --:::-
1
12 24

parle de w copae idml. Eslú claro quo en 24 minut(lS se


llenará.
h) r•:n e:J segundo p mhlcmn el tiempo d1~ IICilllciLl equivnlc Hl de
vncwdo. Por lo t~mlo , kl cnntidad de: nguu que ingrcsn c:uda
miliLllO es igual a In que sale. Esto quiero; deéii que en In
pila no d<!bcrá quedar ni utv.t sol:~ gota de agua. por mtis
que dure el proceso. Sin e mbargo, en la cohtlllJW d e
respuesta ~: correctas se alinna que el n ivel de agua tlcganí
hasta w1 cuarto .Je la nllum de la bañera.
e l, d) y e). Es obvw que 0 11 Jos tJ'cs cosos StJk: mayor canlldml
d 'l: agua que entra, m os, en la segunda c·ohunnu se a::;evera que
1m obstante ello en l tt pi lo se acumtllctrñ cio~rt(:J c.(mtidad d e
liqu ido. ·
E n suma, lns rcspucslv$ que damos por cnrrcch•~. pan:ccn
s1;r ubsurdns. Para C<~rciom rsc de que n :ulmcnlc son co rr<.."Ctus .
el lector tcn drl1 que seguir una calknu bustantc lurg.u d e
razon amiento:>.
Empecemos p or el primer problcmJ.I.

o) .t:;ste vit.:n•1! a ser unu versión úcl li:uno:;o problema del


depósito, que se remonta n llerón eJe Alejandría. Surgido
hnoo más de dos milenios, el probll:ma sigue figurundo en
rnuehos lib ros de problemas de mutcm:íti<:as escolares, si n
que por ello deje: d e ser ctTó.nea, d<..- sdc el punto t.! e vista d ~.:
la física, su solución lmdicional. E~la úlbmn se basu en la

113
supostcJón equivocada de que el agua sale del recipiente
en chorro unifonne mientras su nivel desciende.
D icha suposición contradice In ley fisica que afmna
que la velocidad de salida del líquido disminuye mientras
desciende su nivel. Por consiguiente, es erróneo cJcer, como
suelen hacer los cscolru-es en lns clases de mntcmáticas,
que si la pila se vuc{n en 12 min.. cada minuto sale una
doznva pru1e de su contenido inicial. En realidad, el líquido
Si\ le de la mru1cro siguiente: inicialtncnle, mientras su nivel
es bastante alto, cada minuto sale mf1s de una dozava parte
de la pilo llena : esta cantidad va dismintJycndo
pmgrcsivmnente por .instnntes, y cuando su nivel es muy
bajo, cada mim•lo sale menos de una clozava parte del
contenido Ílúcial. Por esta razón. el volumen de agua que
sale durante este lapso equivnle, sólo por término mcdto, n
una doz.avn parte del de la pila llena, mientrus que de hecho
el gusto no será exactamente igual a una doznva pm1e, sino
que un poco mayor o menor.
En general, el vaciu<.lo de 1n bnfleru se asemeja mucho
n la marcha del reloj de bolsillo descriln por Mark Twnin
en tono de broma: el reloj marchaba bien "por ténnino
medio", al dar el número correspondiente de vueltas dtu·rutlC
las \'cinticuatro horas. Mas, en la primera mitad de este
tiempo adelantaba demasindo retrasándose
extremadamente cluronte el resto de la jornada. Resolver el
problema da ln pila pnrtiendo de la veloci(jad medio de
salida del ugua serlo lo mismo que consultar el reloj descdto
por el famoso escritor estadounidense.
Según vemos, la versión simplificada de este problema.
que se resuelve tan fácilmente en la escuela, hay que
sustituirla por la variante real ~justémdoh1 a las leyes de la
naturaleza. Obrando de esa manera obtendremos un
resultado dislinto. A l comenzar a llenar la bailcra mientras

114
el nivel dt: agua no e~ alto, sale menos de 1.111a dc.zuva pmic
de su capacidnd total; en ca.m bio, <:u.nndo e l nivel es nito,
sale- más de uno. do7..ava parw. Por dlo, el gosto puede ser
unu octav.~ pmt~, de su volumen, y podró iguulursc con la.
cant idad d e ugun qu~ ingreso , unte~: de que se lll:nc toda la
pila. A partir de este insútnlc~ el nivel dejará ele ascender,
puesto que el agua ofluente ~nldrá por el desngüc.
El nivel se mante-ndrá •!onstunlc por dcln~jo de los
bordes de la bañera. Claro estf.t que en Ntanejantcs
condiciones nun ca se llenará completamente. Según
veremos nuís H<klanlc, el cálculo malcmfllico c o:>nlinna lo
que;; ucabumos ~!..:deducir.
h) En <lste ap:uiado la coJTo:::cción de nut;stra solución e:> mucho
máf: evidc:ntc. El tiempo de llenudo y de: vacindo e¡; uno
mismo, 8 min. tv1icnlras el nivel es bajo, o sea, cLwndo se
empieza a. m1ad:tr agua, cada mümlo se .llena una octava
parle de ln capw;idad de la pila, y !;ale. sc~gún cxplicmnos
mil~: arriba. menos el(: una ocluvn partt:. Ep :resum idas
cuen tas, el nivd deberú c levnrse hnst-n que d caudal anuente
se iguale con el gasto. :Por consiguiente, en la pila siempre
habrá ngLw . Se puede dcmostmr-.-J.nuy pwnto lo haremos-
que siendo ígmlles el tiempo ele llenado y de vacimlo, In
ullurn tlcl n ivel real ucbcrú e•.1uíval-::r n un cuari\) <.lel de la
piln llcntl.
e), d) )' e) D•.!spué~: de k• que ucabmnos de~ expc:.ncr tl l) se
n:quicnm mudws w~Juru c iom:s para desvanc¡,:cr lm: duda .~ en
torno u nucstrns rcsp ucslas a las tres prcguntHs rcst!mtcs En
cUa s, el licmpo ele vaciaJ o es 111enor que el <k llcnmlo. 1~s
imposible llenar complcltllncnt~· la pilo ulcniéntlosc o ~.~stns
condiciones, mus, ~e pLKxlc asegurar cierto cupn de agua. aunque
el flujo tmtnmtc :-;ea exiguCI.

ll S
Hay que recordar que las primerns porciones de aguo que
se a naden, n(l podrán salir con la misma rapidez, pue..o;:; mientras
el nivel es bajo, la velocidad de salida será muy pequeña; nl
J.cscenderel nivel de líqtúdo, esta magnitud se vuelve cadn vez
menor que cualquier velocidad constante de llenado. Por enJe,
en la bañera deberá haber una c<:~pa de agua, aunque sea muy
pequci'l.n. En otras palabras, contrariamente al ''sentido común",
en todo tonel-por más rajado que cstó- siempre habrá un poco
de agua a condición de que se agregue uniforme e
ininterrumpidamente la cantidad de ngun correspondiente.
Ahora pnsemos al exornen matemático de los mismos
problemas . Nos daremos cuenta de que los ejercicios
clemcntnles que se ofrecen a los escolares desde hace dos
milenios, requieren conocimientos y hábitos que rebasan el
marco de la aútmética elemental.
Para un recipiente de fonna cilíndlica (en general, para uno
de paredes verticales) vamos a establecer cierta dependencia
entre el tiempo T de llenado, ídem t de vaciado y la altura l del
nivel constante de liquido si el llenado se efectúa con el oriticio
de desagüe destapado. Para ello convengamos en utilizar las
designaciones siguientes:

!-!, la al~uru del nivel de liquido en el recipiente lleno;


T. el tiempo de llenado hasta el nivel !-!;
t, idem de vaciado del recipiente a partir del nivel
inicial H.;
S, la sección del recipiente;
e, idem del desagüe;
~o~~ la velocidad de descenso del nivel en el
recipiente por segm1do;
v, ídem de solida del líquido por segW1do;
l, la altura del nivel constante mientras el orificio de

116
vaciado eslá destapado. Está claro que si en Wl segWldo el
nivel desciende en w, en el mismo lapso por el desague
deberá salir unn cantidad Swde liquido, equivalente al
volumen de la columna cv del chon·o que sale:

Sw = cv,

de donde
"'' ""v xc/S

No obstante, la velocidad v de salida del )(quido se


dclem1ína por In fónnuln de Torricelli ciladn mús un·iba,
l ' = .J2gh, donde 1es la altura del nivel y g , la uce\cración de

la grO\·edod. Por otro lado, lo velocidad w de ascenso del nivel


de líquido cuando el orificio estú Ulpado, es H /T. El nivel será
constante etumdo la velocidad de su <.lesccnso sea igunl a \u <.le
uscenso, es decir, si tiene lugar ln igualdad siguiente:

¡.¡ e ..,...--;-
- = - .,· ~gl
T S

Haciendo uso de esto fónnula hallamos lu allura l del nivel


eslabilizudo

H2Sl
l= - - -
2gT;c2

Ésla es la altum del nivel de liquido contenido en e l


recipiente durante el ingreso de agua U\ientras el dcsagtic está
destapado.

117
Sttllphficamos eslu fórmula duninundo lus vttrütbles.'l', e~
g. El descenso del nivel d(: liquido en <:1 recipiente de pnn:Jcs
, ·crttcules (m ientras el grifo penn~tnece ccrrudo) cs. un
ttl\)\'imicnlo uni fom1emcntc vn.riahlc que comien7..a con la
vdocicl.~d w y tennina con !u Ycl•.1cid~u nula. La ncderaci.:'>n a
de scnH~janlc movunicnto 3c detcrmitm a purlir de In ecun.;ión
~ ~ gu icnt o:

w2 --' 2ull

de do m!c :
,..
~
a=--
211

St ponetnos el volor de \V de lü c:--1)rcsión w -= <:"\:'~· y tenemos


c:n cuenta que v = .J2gh ohlcncmos el resultado signientc:

Adcmits, para el co:;o del m~wt mien '.O qtu: esta mos
rmnliz:mdo

clcdoml e

• 2HS'l
2 =--,-
gc·

·us
Realizando la sustitución en la fórmu la [ 1), obtendremos
el resultado siguiente:

HxHS 2 llt 2
= 2T 2 gc 1 = 4T=

Así pues. para las condiciones enunciados, el n ivel de


liquido contenido en el recipiente deberá mantenerse o una olturn
equivalente a In del recipiente lleno y se clctcnninará mediante
In fónmtln que sigue:

Ahora vamos a utilizur la fónnula dedu cida poro rcsol\·cr


nuestros problemas.

u) La duración de llenudo es T = 8 m in. y el tiempo de vncindo


t = 12 min. La altura 1 del nivel límite referida n la del
recipiente H , equivale n

1 122 9
H = x .2
4 8
=16 partes
E l nivel ue ng.un sólo nlcanzará 9/16 portes de la a ltura d e
la bañera. Por más que se aflnda ngua, su nivel n o se elevará
después.

b) E n este cnso T .. 1 "" 8 min.:

119
(l 1
H = 4T;¡- 4

E l nivel nsccnckní a un cuurlo d0IH altura del n:.cipicnte.

e'> Pant T= f. Jl1tn. y t =6 mm.:


Gz
JI:: 4x8 ¡- =64

El agua <tlcnnznrá 9/(l-l pm les <.k la ullun! du la pila.

d) T =30 m in . y 1 == 5 m in.:
1 52
H = 4x30r=i44
J2l ni n~l d·~ liquid~' equivaldní a l/144 parle de ln altuw de
In bafkra

e) 1' T:
r~

J.{= 4T)

La 1;xp rcsión obtenida podrir ser igual a c;ero si•~m¡m: que


s1: observen. las dos condiciones que siguen:

1) t = O y T :¡1:. O. Esto quien: decir que la bai'icra se n1cía


instantlincmnent:c , lo cual es imposible.
2) t :;é O y T =oo. Es decir, con el desagüe tapado el tic.tn¡KJ de
llenado será indd'inido. En otras p•tl::lbras, la afluencia de

120
agua por s.cgundo es nulu, no ingresa liquido en la bm~,cra.
'En la práctica este cas<"• eq'tliv~llea que In lla\'e esté cerrada.

Asi pues, siempre que el grifo esté: abierto y la pila no se


vncíc inslanlánc..'lmentc, l nuncu podrá ser nula: la capa de agua
s1empre t'cnd.r/.\ a ltura finita.
¿B~:~jo qué: condicione~. ¡me:;, sería posible llenar toda In
pi la con el or i.itcio abierto?
Evidcnteroeutc, cwmdo l =· ff, es <l·ecir, cu.ondo

2
_t_ = 1 ~· t 2 = LIT 2 ::::> t = 27'
4T~

Por tanto_, si el tiempo de llcn:tdo es dos veces menor que el


J.e vaciado, será posible IJeJIUrla por com pleto, aunqu<} el oril'icio
c:~té abierto.
También seria interesante calcular cu.flnlo tiempo se
n~ccsitHrú pam <llcanzar Ull nivel constunte.
Este} prob1emn 11~) se resuelve por n'il~dio de lus malemú1 ic<~s
c]emenfiiles; habrá (]Ue vakrsc dd cMculo intc}grnl. OH·ecemos
el c(t\culo com~spondien1 e a k·s quo se interesan pc~r c-s tn
v3riant~; aquellos .lectores que tienen conocimicnlm; de
mntemflticas superiores IX>drán omitir el anúlü;is qnc so cxponé
a continuación, y sólo emp.lear lu fónnula deducida •ll final del
cúlculo.
Ln velocidad de elevación del nivtll tk Jíquit.lo en tU1
ret;ip.i ente al que se af\ndc agua mientras el onficü.J ele dcsugüe
c:;tú desl<lpado, se dt~finc como 1<1 difer(:ncia entre 1~1 Vt~loci.dad
d:! ascl~nso del nivel c:on el orifici<:· tapado (1·1,7) y la de descenso
e ,---
del mismo sin agregar líquido, ( --g-J2gx. , donde x <:s la a lturu

121
del nivel de agua en un instante dado). Por consiguiente, ln
velocidad de ascenso del nivel en el momento dado será

de donde
dx
dt = - ·- - - - - -·
H e ,-. -
- - - •. 12<>.\:
T S .,"'

El ticm¡x) neccsmio para que el nivel de líquido subo hasta


la altura X = /¡ se designa por e. Integrando la ecuación
e h
d.\.
f o
f
e1( -
- fJ e ¡- -
0 - - - , ,2gx
1' s v

obtenemos In siguiente fi.'>rmula para dctcnninar el tiempo e


que se necesita para que el nivel de liquido alcance ln altura h:

S [ ..j2gh+-1n
<2>=-- · - HS ( 1--.--J2gh
cT - )]
gc· ' Te SH

(aquí, In denota el logaritmo de base e= 2,718 ... ).


Esta expresión puede ser simplíficada . Partiendo de las
igualdades 1~\$' = ve. y v =-J2gh , se determina la velocidad w
de descenso del nivel desde la altura h ni vaciar la pila:

122
dh e e --
\V= - = - V= -~J2gfl
dt S S'

Por consiguiente,

dt = S dh
~ x - => dt
f = S dh
x Hf ----¡;"
c-J 2gh -..fh 0 c-J2gh 0 -..,sh

ckdonde
2S
t = ' - .. ¡ -
/H
c '.¡2g

Después de realizar las sustituciones corrcspoml icntcs se


oblienc la siguiente expresión pnru determinar 0 :

(h
e==-'-¡- t 2T
2

[ iH + -21' ln 1 -T.- \ ¡-
H
( fh)J
In cual no contemplo los casos de sección S y e <lul rccipjcnic y
del orificio de salida ni la ncclcrnción de la grnvednd g . E~{o
último señala que el tiempo de llcn<~do de la bnñcrn debe ser el
mismo que en cunlquie r otro planeta.
Si desemnos averiguar cuúnto tiempo se ncccsilarú para
alcanzar los niveles linutes en los rc.cipicntes, llegaremos a la
conclusión de que esta magnl!ud será indcfinidn, o sea, nunca
s.c Hemm\.n. Esta rcspucsln es bustante inespcrnda: se podría
pteverla, pues ¡¡ medida que el nivel se nproxima a la altura
lú1úte. dismim,lye progre!'>ivamcnte su velocidad de e levnción:
cuo.nto más cerea esté el nivel de liquido a su limite, tanto menos

123
tcndcrú a él. Queda claro que el aguu nuncn lo alcanzarú, por
mucho que :se le acerque.
No obstante, desde el punto de vista práctico, es posible
fo nnular el problema de un modo distinto. Pues, en este caso
no es obligatorio que el nivel de agua coincida exactamente
con elllmitc~ por ejemplo, pueden diferir en 0,01 de nlturn. El
tiempo que se ncccsitn para que el agua alcance este nivel
"nproxjmado" se determino mediante la fóm1Ula deducida
poniendo h = 0,991 , donde les la altura del nivellímile; de
modo que resulta que
,z
E>= - ~ (0.995-InO.OO S)= 2 15 -
'2
2T , T

Apliquemos la fónnula
,~
E> = 2.15
. -T

a los casos que examinamos con anterioridad .

n) T= 8min. y t = 12 min. :
12l
e= 2,1 5 - := 38.7 min .
8

E l nivel constante se alcanzará en unos 3 9 m in.

b) T=r=8min.:
8
6>=2,15 z =1 7.2 nún .
8

El liquido alcanz..ará el nivel constante en unos 17 min.

124
e) T= 8 mii1. y t=6 mio. :
_62 9 7 .
e = 2.1::>- =
. 8 . mm.

El rúvel de líquido será constante dentro de unos 1Omin.

d) T = 30 min. y t = 5 min.:
51
e= 2,15-
30
=1.8 min.
De hecho, el liquido alcn:n7..arú el nivel limite en menos de
dos minutos.

e) Finalmente, la pila con el desagüe abierto se llenará


totalmente, lo que ocurre -según determináramos
antcriom1ente- a condición de que t = 2T, en un tiempo
•' )t2
e.=: 2,1s=- = 4.3r =8.6T
2t

Con esto damos por tonni.nado el análisis de los problemas


de la bafiera, que se nos ha hecho tan largo. Es que el asunto es
mucho más complicado de lo que se imaginan aquellos autores
de libros de problemas de mntenuíticas que a )alige ra incluyen
en sus obras "'problemas de los depósitos", destinados a los
alumnos de ln escuela primaria.

74. Vór·ticcs en el agua

A l vaciar la bañera, nos damos cuenta de que junto a su


orificio de desagüe se forma un remolino.

125
t. En qué sen/ido gira .Jsl e, en e l de las n,t,~ujas del r<'loj o
en sl'ntido contrario? ¿Por qué?

l!l problemu planteado atrajo en su tiempo la nh~nc1ón de


D . Gnl\'c, famoso matemático ruso, que sei~aló lo siguiento.
" Si un recipiente se vacía mediante un odfi.cio nbicrlo en
su !'()nuo. encima de él se i'onna un torbellino de liquido que
g ml, en el hemisferio b()rCOI, en sentido contrario a las ngujas
del reloj. y en el austrnl. en sentido ill\'Crso. C ada lector puede
compmbur la validez de esta observación d ~jando snlir ugua
de lu baikra . Pum que In rotnci ón del \'ÚJ'ticc sen mús cvi<lcnlc,
se puede echar ul nguu troc itos de pnpcl. Esta experiencia
c,··idcnte comprucbn lo mtución de lu Ticnn. uuntruc se rca lizu
por mccl ios cas(.~ros. " 10
A continuació n cstcuutor manifiesto lo siguiente· ''Lo dicho
pcnmlc sacar conclusiones muy impo rtantes relntivns a las
turbinas hidníulicas. Si una tm·bino hidráulica horizontal giro
en sentido nntihornrio, la 1·otación del G lobo contribuirán su
func innnmienl~')~ y u In inversa: si giro en sentido horario, el
giro del Globo frcnoni Jn rotación del llrtcthcto.'' "Por ello -
conc luye e l ocndémico- ul fabncnr n uevas turbinas hay que
inclinar sus paletas de modo que giren c.m el sentido dcscud(.). •·
Estos mzonumientos apnreccn muy vcrosimilcs. Tó<.lo el
mundo sabe que la rotación de la T ierra condiciona la fonnn
vorticial de los ciclones, un desgaste mnyor del carril derecho
de Jos vías férreas, etc. A lo mqjor, se podría espcrru· que lo
ro tación del plnnctu in (luiria de algtulél mnneru en. los embudos
de agua que surgen en los recipientes tluruntc el vaciado, o en
los turhinas hitlrfllllica s.
No obstante, no debemos dejarnos c.1ultvar ¡xJr cstu primera
impresión. El com¡xlrtonucnto del embudo de agua que se f()(1na
encima del orificio de vaciado se C(.)mprucbn tücilmentc y, de
hecho, no se njusta a lu descripción que acabamos de citar: en

126
unos casos el remolino se enrosca en sentido antihornrio, y en
otros, en sentido opuesto. La dirección de giro, lejos de ·ser
constante, no revela ninguna tendencia predominante, máxime
si las observaciones se llevan a cubo en diferentes recipientes,
y no en uno mismo.

Esquema d el movimiento vorticial: an·iba, al salir el líquido


por el desagüe de la bañera.: abajo, del aire en un ciclón.

El cálculo nos proporciona un resultodo que concuerda muy


bien con las observaciones : la mag.nitud de la llnmada
aceleración de Coriolis es muy pequenn y se calculo según la
fónnuln siguiente:
a= 2ro xvsenrp

donde a es la B.Celcración de Coriolis, v, la velocidad del


cuerpo en movimiento, m, In velocidad angular de rotación de
la Tierra y rp. la latitud del lugar. Por ejemplo, en lu latitud de
San Petersburgo, siendo la velocidad del chorro de agua. de 1
m/s se obtienen los datos ~iguientes: v = 1 m/s, (V == 2/86.400 s;
sen rp .= sen 60°. = 0.87
_ 2x2;rx0.87 ~ OOOOl 1 2
a- - . m s
86.400

127
Como In acelcmción de la gravC{)ad es de 9,8 mis. !,1 de
Coriolís vale u na cicmmlésima ele éstu.
13n otras palabr.:•s. e l esfucrz.o qm~ surge es igual n unn
cJenmilésinw pmte d e l pe*:o del .:~gua que !orma el torbellino.
Está cloro c¡Hc cu.'llc¡uier irwgularidad <-'n ln Ion na del rccjpi(:ntc,
JX>r ~jcmplo, su asimetrfo respecto del OJÍ lkio de vaciado, dcbcrli
intluir mucho mús en el sentido de rotación <l•~l chorr<\ de ngua
que e l giro del plnnc.-tn. El hecho ue que al observar el vociuuo
d~ un mismo recipiente n \'<.:ces se suele colegir que el sentido
de rotación del vúrticc siempre ~~s uno mismo. no compruebll ,
n i mucho menos, <In tan e:>pcrada rcgln de r<•lación, pues 1<\S
lilcl on.~s predominantes que inlervicncn t:n c:-;tc C<ISO son lo l(mnn
d e l t(,mlo de lu pila y sus irreguladdadcs, y no la rotnci(Hl de ln
·J icn11.
Por esta razón, ;, In prq,mntu planteado hay que responder
<h:lmodo siguiente: •.;s imposible prcdcc.ir en qué sen lid o girara
e l ,·órti·~ de agua .i •. tnlo ni orilkio s ituado en el f<>ndo de la
pilu, ya que é:>lc depende .Je toda una serie <l.e circ•.mstancias
dillcilc~: de coosider::~r. Adt~más, Jos torbcll inos que ~:e crean en
el !h1jo de liquido y que pudicmn otnhuirse a la rolt1ción del
Globo. deben de tcnc:r, segúJ1 compruchu el cákulo. un diámetro
much<) mayor q ue los pequeños remolinos qw~ surge;'n en tomo
ol orificio de vocindo de LUt recipiente. l >or ~jcmpl o, en la lnt itud
de Son Petersbw-go. pnrn la velocidad de corriente de 1 mis. e l
diámetro de smnejantc torbellino debería ser de 18m .~ para la
v'.elocidud de 0 ,5 mis, de 9 m ., etc .. es decir, varínrí u en rftzón
directa ::t la velocidad de cc>11·icnte.
Co1 no colofón "amos a acotar algo ml•s sobre 1~1 supuestu
iulluencía de la rotación del pl:u1eta en el fliJleionrunieoh.) de
lns tLu·h inas hidráuJk,as. To6rieamente, ~;e podrín demostra r que
lodn nuxln que gira. es incitada por la rotnció n de la Tierra n
ocupnr una posición tnl que su ej•;} sea pru·ulelo nl del planeta, y
q uc el ~r;:ntid<> de giro de ambos ctlCrpos sen igual. No obstante,

128
el efecto de semejante inOuencia es íntimo, al igual que en el
caso del embudo de agua fonnado en el n:cipicnte que se vucin:
en otras palabras, la acción del giro de. la Tíen·n constituye menos
de. una cienmilésimo parte de la fuer.1..a de la gravednd. Por
consiguiente, toda irregularidad de li:mna del cuerpo de la
turbina que gira, por mlls insignilicante que sen, de por si muy
nutuml e Íilcvitable, debe influir mucho más y cnmuflar la
inllucnc.in que el giro del Globo ejerce sobre dicho urtefncto.
Pm lo tanto, no se han de cifrar muchas csperunzus en que la
rotación de la T ie rra C(lntrihuyu ostensiblemente al
funcionamiento de los mccunismos.

75. L:t riada y el cstia,je

¿Por qué en fiel}'rpo de riada la supet:flcie del rí.o es


convexa, mientras q11e durante el estin.fe es cónc(HJa?

El hecho de que en épocas de crcCidu y csl.iaj~.: ln supcrllcie


de los ríos no es estrictamente horizontal, se deben que la parle
centrnl , \) axial, de Jn. mmm de agun eoJTientc tiene \'elocidad
mayor que Jns partes cercunas n lo orilla: lo corriente es rnús
rápida en medio del TÍ\} que junto a los márgenes. Por
consiguiente, durante la crecida, cuando desde la pnrte alta ~tel
río ,,; ene mucha agua, su grueso fluye u lo largo de la línea
central del cauce; n consecuencia de esto el rio "so abull~•'' en
su parle media. Al contrario, durante el estiu,ic, mien tras el
caudal es pcqueJ1o (pues la mayor parte del ngua ya está en la
cuenca baja) su nivel disminuye más rápido a Jo lnrgo de la
línea media que junto a las orillas, por lo que la superticic del
Tío se vuelve cóncava.
Este fenómeno es muy notable en los ríos caudalosos y
muy anchos. "En el M.ississipi -1Jicc e\ escritor y gcógrofo

129
francés J . Reclus en su obra Lu Terre, dcscription des
phénoméncs de la vi e du globe-la convexidad transversal que
se tünna durante la crecida es ele tm metro portémlino medio.. . ~
las maderns q\.le se transportan por flotamiento en esla época
" se deslizon·• de la parle central prominente del rio y quedan
en la orilla, mientras que en el estiaje siernpre flotan aguas
abajo por su parte centrnl y se acumulan en la depresión fonnada
en medio del río."

La SUJ)(!I:ficie del río d11rante la crecida.

La superficie dt.tl río durante el estiaje.

13.0
76. E l oleaje

¿Por qué se c rw\ 'tl/1 los crestas de las olos q ue laman la


cosM?

Las crestas de las olas que /(lmen lo costa,


tiel u•nforma curvada.

El en corvamienw de las crestus lle olas que lamen In costa


~unve se debe u qu~ In velo~idacl con que viajo.n por la superficie
de Aguas someras depende de-la profhndidou. a S<tber, cst1i en
rnzó n di recta con In roí¿ c uadruda del vnlor de In profundidad.
Cuando las olns se propagan por cncimn de los bajos de mur. In
elevación de sus Cl'cslas respecto nl f'bndo es moyor que lu de
los valles de ondo ; pm consíguienle, lus crestas nvnnznn mós
veloces que los valles que les preceden y, uc.lclnntimdosc u ellos.
se c urvan hacia ndclanlc .
Este mismo hecho c.xplica In cllusu de otro fenómeno que
se observa en el mnr agitado: las olas que baten In costu l'licmprc
son pnralclas a ésta. L¡, ~~uso radien en que cunndn se uccrcnn
hacia lu orilla bn.io tlll imgulo formando barrcrus paralelas. los
que posan por encimo de l bajío cercurt0 o In orillu antes que lns
o~nts, aminoran su paso. Es fi1cil , -cr que " consccucu ciu de

131
este ft-'Tlómcno In línea de olas debe cmnbiar la dirección de su
movimiento hast.:'l que sea pamlela a la costa.

77. E l p ro ble ma de Colladon

El célebre flsico Jean-Dcmiel Colladon planteó a los


<~sfudinntes de la A endemia de lngenie1·ia de Parí~ el p rohlema
siguiente:
"'(Jn barco se despinzó por el Ródano aguas arriba
elevándose a 170 m. (d<?sde A1arsella hasta Lyon). Para
calcular el trabajo realizado durante el viaje, ¿habrá que tener
en cuenta también cdproducto del peso del barco por la altura
de 170m., además de 'la resistencia ele la corriente?"

La sup<..'tticic del río se asemeja a un plano inclinado, por


eso se podría suponer que al navegar nguos tUTiba el barco debe
real i?,ar la misma cantidad de trabajo que un cuerpo deslizando
hncia arriba por un plano inclinado. Pero no debemos olvidnr
que el empuje del agua equilibra el peso del bnrco que navega.
Para elevarlo a un nivel más alto no se necesita renliznr ning{m
trobujo y no vnle la pena tomar en consideración a este úllimo.
Lo notable es que entre los estudiantes de la academia que
tuvieron que resolver este problema. uno solo dio la respuesta
con:ect~; posteriormente aquel estudiante se hizo un ingeniero
d éferrq·carriles muy frunoso en F rancia.

132
Capitulo J'ercero

GASES

78. El tercer componente del aire


79. El gas má~ pesado
> 80.. ¿ResistiJ\los un peso de 20.t?
.' .si'.La fuerz~ d.el filiento
:,&t;La ptesí'ó n.de'los gases de la pólvora.
-$J,.·Unida'd·éle·inedida de la presión atmosférica
84. El a~ua contenida en un vaso puc.sto boca abajo
85. El hurncán y el vapor
86. La f11erza de tiro de una chimenea
87. ¿Dónde hay más oxígeno?
88. Las burbujas
89. Las nubes
90. La bala y el balón
91. ¿Por qué es posible pesar un gas?
92. El ejemplo de los clefuntes
93 . La presión creada en Jo barquilla del
globo eslratostático
94. La cuerda de In válvula
95. Un barómetro suspendido de unH balanz>a
96. El sifón en el aire
97. El sifón en el vocfo
98. El sifón para los guses
99. E levación del aguo mediante uno bomba
1OO. Lo salida del gas
1Ol. Un proyecto de motor que no consume cnergln
102. Sofocar incendios con agua hirviendo
103. Gas contenido en un recipiente
104. Una bu.rbujfl en el fondo de un océano
1'05. La rueda de Segner en el vacio

133
106. El peso del ni re st.-co y húmedo
107 . El n1cio múximo
108. ¿,Qtlé es lo que so e n tiende por vacío?
109. ¿Por q uü cxisic lu nlmúsfuro?
1 1O. Un gél~ que n o lle n a looo el r~cipic.mlc

134
78. El tercer componente del nirc

Indique el t.ercer componante constante del aire


atmosférico, según el porcentaje.

Muchos lectores continúan considerando "por inercia\' que


eJ tercer componente constante del aire es el bióxido carbónico
que, cuantitativamente, ocupa el tercer lugar después del
nitrógeno y el oxígeno. No obstante, hace mucho tiempo que
se ha. descubierto otro componente del aire, cuyo contenido es
30 veces mayor que el dd bióxido carbónico. Éste es el argón,
uno de los llamndos guscs nobles. S u contenido en el aire es
del 1% (más exnctamente, del 0,94 %), mientras que el del
hióxido cEt.rbónico C$ del 0,03 %.

79. El gas más pesado

Entre los elementos gaseosos, _¿ cuál es el más pesado?

Sería erróneo creer que el elemento gaseoso más pesado es


el cloro cuyo peso es 2 ,5 veces mayor que el del aire. Existen
otros mucho más pesados. Si hacemos caso omiso del rodón, o
la emanación del radio, muy cfimcro, que pesa ocho veces más
que el aire, tendremos que colocar en el primer lugar el gas
xenón que es 4,5 veces más pesado que el aire. El aire
utmosférico contiene una cantidad lnfíma de xenón, a saber,
cada 150 m . de aire contienen l cm. de este element·o.
Si hubicro que indicar un compuesto gaseoso en vez de un
elemento gaseoso, entre los gases más pesados tendríamos que
citar el tetracloruro de silicio (SiC1,1) que pesa 5,5 veces más
que el aire, y e.l carbonilo de níquel cuyo peso supera seis veces
el del aire.

13 5
L0s vap~)rcs oc diversos gases suelen pc..:~r más que el uirc.
los de bromo pesan 5 ,5 \'Cccs más que.: cstc úl timo: los d~.:
mercurio, 7 veces mús. (Por supuesto. el lector nx:uerda el msgo
más importante que s in·c para distinguir entre vupor y gas
es to último tiene LUlttlcmpcrutura supcnor fl la critica, mtentrns
que el pnmcro lu llene menor que la crítica .)

80. ¿,Resistimos un peso de 20 t.'!

Consln qtw In Sllpelj/cte del c11c>rpo humano nude :! m.:


¿podl'IIWS consitlt•rw· r¡tw el peso rotal (jl/1! la otmósfora <:/erce
sobre el hombre es cTt1 JO 1. ( 200.000 N)?

Carece de tolh' sent ido la ntinnnción traJicional de que el


cuerpo humano soporto uno lucl7..a de 200 kN por pan.; <.h: In
ntmó sfera. Vamos n , ·cr. de dónde aparecen los 200 k.N .
Se suele huccr el c;\lculo d e la manera siguiente : c:tda
ccntimetro cua<.lnldo de Jo superficie del CllCI})O estú e;-;pucsto o
In presión de 1O N: wdn In supcrticie del c uerpo humano mide
20.000 cm., "por consiguiente, la fherza tolul vale 200.000 N
= 200 kN"
En este cuso se prescinde del hecho ele que las rucrzns
nplicauns a diferentes puntos del cuerpo tienen sentidos
diferentes; sería ilógico sumar las fuerzas "aritméticas··
dirigid<IS b~jo cietto {mgulo unns respecto a otrus. Por supuesto,
es posible sumarlas, pero siempre ateniéndose a la regla de
adición vectoriul y obteniendo un <.loto muy distinto del
anunciado al plamcor el problema. Se obtendría unu resultante
cqui,·ulente al peso del nirc comprendido en el volwllcn del
cuerpo. Si qUlsiéramos dctcnninar la magnitud de la pres ión
~jerctdn sobre la superlkie del cuerpo hunumo en vc7 de lu
relcndu resultante, sólo p<xlríamos ofinnnr que éste cst:l

136
c.>;pueslo n una presión de 1O N/cm. Hastn aquí lo quu se podría
decir acerca de lu presión ejercida sobre nuestro cuerpo por la
atmósfera terrestre.

''Resistimos un peso d e 20.000 kg. ejercida por la columna


de aire de 300 km. d e altura. No la sentimos porque no
solo n.os op,·inw por (lrriba, sino qtw también nos
presiona desde a bajo e incluso desde drntro,
eqrtilíbrándost' de I!SO manera".
Esfc¡j/guro y el pie ele ella.fiwron tomados
de 11n libro de divulgación científica.

Resistimos fi'lci!mentc esta presión porque la equilibra una


prcsJón equivalente dirigida desde dentro del cut:rpo: su vnlor
absoluto no es muy t~le\'ado, de 0,1 N/nun. Esto magnitud
rclativumente pequeña de la presión explico el hecho de por

137
qué las paredes de las cólulas de los tejidos del organismo no
se destruyen por la presión bilateral.
Obtondrfamos valores impresionantes de la presión
fonnulundo esta pregwlta de un modo distinto, por ejemplo:
1) ¿Con qué fuerza la atmósfera terrestre oprime la parte
ue
superior nuestro cuerpo contra la inferior?
2) ¿,Con qué f·uerza la abnósfera aprieta la parte izquierda y In
derecha de nuestro cuerpo entre si?

Pam responder a la primera pregunta habría que c.alcular


la fuco.n de presién correspomlicnte al órcn de la sección
tmusv~rsal de nuestro cuervo, o a la tic su proyección horiz.ontul
(de unos 1000 cm.); se obtendrin una fuerza de 10 kl~. En el
segundo caso tcndrfamos que determinar In presión ejercida
sobre la proyección vertical del cueJl)o (de cerca de 5000 cm.);
el resultado seria 5 kN.
Mas, estos datos espectaculares nos dicen Jo misnm que
snbímnos al empezar el cálculo, es decir, que a cada centímetro
cuadrado de nuestro cuerpo coiTespondc uno. fuerza de 1O N .
Éslas no son sino dos fom111S de expresar una misma idea.

81. La fuerza. del alicnt1l

¿Cuál es la fuerza del aliento de la persona? ¿Es menor o


mayor que 1 atmósfera la presión del aire despedido con
violencia por la boca?

El nire que expiramos tranquilamente tiene tU1 exceso de


presión de cerca de 0,001 at. con respecto al ombiente.
Al despedirlo con fuerza, lo comprimimos mucho más,
elevando el exceso de presión hasta O, 1 at. respecto al ambiente.
Esta magnitud corresponde o. 76 mm. de mcrcw-io. Dicha fuerza

138
se nwnifiesl<l cv:idc nte mcntc cun11do una persona sopla aire en
uu extremo del tubo d e n.Hmómetro de m.ercurio abie rto,
elevando e l nivel de líquido en la otra rruna: hay que h acer un
csfllcrzo consi<.lcroble con los músculos p ectorales para que In
difere ncia de·nívelcs sea <le 7 u 8 cm. <.Los sopladores de \riurio
experimentados son e<lpnccs ue elevar e l m e rcw·io hasta 30 cm.
o m ás.)

H2. La pres ión de los gases ele la púlvot·a

¿Q ué presión ! h•1-n<n los gases de la pófvorc, que despiden


el proyectil por la boca del cw1án?

E n las pie-z.as de ~1rti llcria m odcmns. los gases de la pólvora


expulsun los proyectiles creando una presí<)n de hastn4000 nl..
lo cual correspo nde u l:l presión de unn columna de agua de
40 km .

fi 3. Un idad de m e dida d e la p r csiú n atm osfé r-ic a

¿Qué unidod,•s s irven para medir la pre.'iión dul nir<l?

Hoy en dia se don p~Jr anticuudns los unidad es de m edida


d e la presión atmosfé ric n e n milímetros de mcrcürio o 011 kg/
cm. 12n lametcorolog.la se s ude e mple<1r o lr<ll.l!1idud, fuera del
sistemn de unidades , dcnominmla " milibar''.
E l milibur, según indica su nombre (mili) , es unu mi lésimn
del bar. El bares la wútlnd deln presión atmoslcrica cqu Í\1llenlc
.n cien mil pasca les. E n el S istema [ntcmucionul ue unü.lndcs
(~I). que se uttli7..a ll.mdamentalmentc ho y en dín. lX)r lll11d ad
de presión es tá aci(IJHado G) posc.1Ies (Po), l-'quiv,1lc nte <'l l.n

139
presión crenun por una fucr?...a de 1 N distribuida unifonucmcnte
por una superficie de 1 m. nomlal a ella. Para traducir el pascal
a otras unidades se emplean las relaciones siguientes:

1 mmHg = 133 Pa: 1 Kponds!cm = lot = 9,81 ":$ 10 Pa; 1 tmr = 10 Pa

84. E l ngua contenida en un vnso lwcn a b ajo

Hs harto conoddo el e;~:pcrimento con una hoja de pape!/


que no .'le separa de los borde..v ele un vaso con agua pues/o
boca abajo. Su descripción aparece en muchos libros de texto
e.s•colares y de divulgación científica. Por lo general, este
fenómeno se explica de la siguiente manera: la hoja de papel
e;..:perimenta una presión de una atmósfera por abajo, en tanto
que desde arriba sólo la empuja el agua cuya fuerza es mucho
menor (tantas veces menor como la columna de agua de 1 O
m. de altura, correspondiente a la p resión atmosférica, es
mayor que el vaso); el exceso d<! presión aprieta el papel a
los bordes del recipiente.

¿Por qué la hoja de papel no se de.~prende del vaso?


140
Si esta explicactón es correcta, la hoja de papel estará
apretada a Los bordes de la vasija con una fuerza de casi una
(ttmósfera (0,99 at.). El diámen·o de la boca del vaso es de
7 cm., por consiguicmte, la hoja de papel estará sujeta a rma
fuerza de casi. No obstante, consta que para despnmder la
hoja de papel en este caso no se necesita tanta fitet•za, sino
que basta aplicar un e.ifuerzo insignificante. Una lámina
metálica o de vidrio, que pese rmas decenas de gramos,
también aplicada a la boca de un vaso invertido, se desprende
bajo la acción de la fiterza de la gravedad. Es evidente que
e.~ta explicación corriente del experimento no :sirve.
¿Cómo explicaría nvted estejimómcno?

Seria erróneo creer que el voso sólo con tiene agua y no


contiene aire, pues Jn hoja de papel está muy pegada al líquido.
Por supuesto, en este rec1piente hay aire. Si entre dos superficies
planas que están en contacto, 110 hubiera una capa de aire, ser! a
imposible levantar ningún o~jeto colocado sobre la mesa,
apoyado sobre ello con su base plana: habrín que vencer In
presión atmosférica. Al cubrir la superficie de agua con w.1o
hoja de papel, siempre dejamos una delgada capa de aire entre
cllus .
Vamos a examinar lo que ocurre en el vaso al invertirlo. La
boja de papel se comba un poco bajo el peso del líquido, >' si en
vez de papel se utiliza una lámina, ésta se apartnrá un poco de
los borde!'> de lu pieza. Sea lo que fuere, debajo del fondo del
recipiente se desocupo un espacio pnrn e\ aire que habla entre
el agua y el pope! (o la llunina)~ este espacio es mayor que el
inicial, por lo cuul el aire se rarifica y su presión disminuye.
Ahora la hojn de papel sufi·e la acción de toda la presión
atmosférica (desde afuera) y parte de la presión atmosférica
más el peso del agun (desde dentro). Ambas magnitudes, la
intemn. y la externa, están equilibradas. Por tanto, bastn aplicar

141
un cstucr.w muy pequeño, superior u Ln fuerl.a de adhesión (o
se<~.n la tensión supcrGcial de la pcllcula de Líquido) puru
desprender el papel de los bordes del vaso.
La clci'onnación tic la ht~ja de 1K1pcl baJo el peso del ugllél
debe ser insignificante. Cuan<..! o el espacio de nírc aumento en
0,01 parte de su volumen, en la tnismn magnitud disminuirú la
presión del gas dcntr<) Jcl vaso. La ccntcsima p:n1e de lu presión
ntmosféricn que lilltu, se Cl)tnpcnsa con el peso de los 1O cm.
de la columna de ugua. Si Inicialmente el cs pucio de aire entre
el agua y la hoja do papel era de 0 .1 tnm., b<lsla que su espesor
muncntc en 0,01 x...,O.I, es decir, en 0,001 mm. (en 1 micra)
pum e~pl icllr pl)l' qué In htlja de pa pd qucJn udhcriJn a lu bocn
del vaso invertido. Por eso no vale In pcnn tratar de ndvcrtir 11
simple vista el pandeo de la hojn .
En los libros, donde se describe este c-.;:pcrimcnto, se exige
n , ·cccs que el vaso esté lleno haslo los bordes_ pues de otrn
manera será imposible obtener el efecto dcscndo, ya que habrf1
aire a ambos lados ue la h~ja, por k) cual la presión interno y
c.'\l'erno del aire se equilibrará y la hojn se desprenderá bajo la
ac...:ión del peso del agua. Después de rcali:wr este experimento
nos damos cuenta de que ésta e::: tUl U u<lv~::JLcnei<l gmtui lll: In
hojn sigue udheridél oomo si el \ 'USO eslu\icrn completamente
lleno. 1\.1 aparlt1rla un poco veremos burbujns que enlran por lu
abertura. Este hecho comprueba que el uírc contenido en el
recipiente está enrnrccido (en otro caso el aire ambiente no
penetrarla a truvés del ngua ).
Evidentemente, cuando el vnso se invierte, la capa de agua
que se despinza hncia abajo, dcsnlojt1 purlc del aire, en lllnto
que el gas que se quedu. se rurificu ocupando un \'olwnc.n nwyor.
El enrarecimiento del aire es nuís notable que en el cuso del
vaso completamente lleno: lo compruebnn fehacientemente lns
burbujas de aire que se cuelan en el vuso si la h~ja se aparta W1
poco. Cuanto muyor es el enrarecimiento, tanto mi1s e~tnrá

142
adherida la hoja al criswl. Para terminar de describir este
experimento, que no es tan sencillo como parecían primera
vistu, advhtamos que la boja de papel podrá seguir pegada al
vaso a pesar de que encima de e lla no haya liquido: pum ello
hace falta que el cristal esté mojado y In hoja no pese demasiado.
En semejrulte caso seguirá adherida debido a la fuerza de tensión
supcrficinl de la tina peJJcula de agua. Si la circunferencia del
borde del vaso mide 25 cm. de longitud, la película de ngun
tendrá una fuer7..a do tensión superticinl (el coeficiente de tensión
superficial d el aguo es do 74 · 1O N/cm) igual n

75 X JO·' X 25 X 2 = 3750. lO'' N.

Esta fuerza puede sostener un peso de unos 4 g. Por


consiguiente, si la mnsa de la hoja de papel no stlpera los 4 g.,
6sta seguirá adherida n los bordes mojados del vuso.

85. E l h u racú n y el vnpor

Compare la presión de un huracán y la presión de traba.fo


qr~e.se genera en el cilindro de una móq11ina de vapo1:
¿Cuántas veces, opro:cimadamenle, la primera .supera la
segunda?

E l h uracán más devnstodor que desprende de lo tierrn robles


scculru·es y deslluye muros de fábrica, ejerce una presión mucho
menor que la generada dentro del cilindro de una máquinn de
vapor. Su presión es de unos 3000 N/m., Jo cual constituye
cerco de 0,03 de la presión atmosférica normal. Este doto es
muy modesto: In presión del vapor en el cilindro de la máquina
·asciende a decenas de atmósferas aun cuando no sen una
mflquina con presión de trabajo muy alta. Por consiguitmte,

143
podemos nlinnar que t!l hnrac::ín más fuerte Uunc una presión
cientos de vece-s menor que e-1 vnpor que rculi?..a trabajo en e l
cilindro de una múquino <.le vnpor.

86. La fuerza de ti ro de una chime nea

Compare Id emp1u·e chd aire Cf'"' um1 persona ch:spide con


jiterza por la boca y fa illfc!IUidad di.J 1iro du una chimenea de
40 111. de alto. Si <'xpresamo,.,. estas dos mag11itudes en
milimelros de~ mercNrio, i,CIIál será la rozún?

/\1 conlemplur la c h1m0netl de nna fúhrica. surge In idea de


qm: su fuerza de. tiro es cnonnc. Pero t.m real idnd la f'Uct7.a de
liro de scm~janles obrns es muy pcquei'ía: cuando una persona
despide nírc por la boca, la presiún es mucho más alta.

Bs muy lYlcil cerciorarse de esto haciend<) un citlculo


sencillo . Lu fuerza t:lc tiro equivale a lu d iíercneia del peso de
dos columnas de uirc, del exterior y del interior contenido en In
chimenea (si.endo iguáles sus alcura.s y {trcas de las bases). El
aire interior se calienta hnsta l.tnn temperatura no mayor de 300°
C, por lo cual se pucae considerar que en este caso su poso se

144
reduce uproximadnmcntc a la mitad; luego e l peso ele un metro
cúbico de aire interior será dos veces menor que e l del mismo
volumen de a ire exterior. Com<) la chimenea mide 40 m . de
a ltura, la di [crcncia tle peS<.\ de lns dos colwnnns de nirc. cal icnte
)' t"ri<,), equivale ni peso úc uno columna de aire exterior de
20 m . de altura. Consta que el uirc at.mosiCri<.lO es 10.000 veces
más lige ro que e l mercurio. por ello, la cohmu1a de aire de
20 11\. de nllura peson'l lo mistnt.) quc1.ma de mercurio de

20.000 : 10 .000 = 2 mm .

A.sl pues, m.:abamos de determinar que la fueo:a de tiro de


Jn ehitmmcn sólo es de 2 mm. de mercurio . T.~• fuer.r..a que cmpujn
el aire pnr tal conducto es inf"crim a 30 N/em. El exceso de
presión que una persona eren a l despedir , ·iolcntamcntc aire
por In boca, equivale o unos 70 nun. de mcrcudo. o sea. es 3 5
,·eces mayor que di...:ha fucr~t. Al soplar e l aire. le imprimiml)S
una vclocídnd mnyor que Jn del movimiento de gnscs por In
chimenea mús a ltu.
Estos rcs ult.'ldos oigo inespcrndos pueden dur Jugar a dllll~ts.
¡,Cómo es po!!ihlc que una fueí711 insigni licnnte puc.·dn provocnr
una anuenciu l!ln c nérgien de uirc.: ni h~gor'! Pero nn ol\;dcmos
<¡ uc en este caso lo fucr/..11, no m u~,. ele'-nda. pone en movimiento
umt nHtsu boshn1tc pcqucl'iu (l.mlitro de ai re ca liente que fluye
por el conducto tiene uno musa de 0,65 g . )~ por c lltl, In
ncclcwción es considcwblc.
Por otro lado, se podrín hacer la siguiente pregunta: ¡,por
qué hace falta levantar obras tnn nilas, como lo chimcnc<t de
una nihric.1, p~un crc<1r un tiro de 2 mm. de mercurio? ya que un
venti lador ordi n o.rio e ren un tiro mucho más e fici ente. J~stc
roz.onmnicnto viene muy ni cllso. Pero si no hubiera chimeneas
tun altas, ¿ adónde irían Jns g ases de ~;ombustión. ton

14 5
perjudiciales para la persona, los annnalcs y las phmtas'? f.:stos
deben ser disipados en la a tmósfera, lo más alto que se pueda.

87. ¿Dónde h <l)' m ús oxígen o'?

¿Qué aire conllcnc más oxtgeno, el que respiramos


nosotros o el que respiran los peces?

E l túre respirable conticneel21% de o:-.ígeno. Se sube que


en un litro de agua se disuelve dos veces m{ts oxigeno que
nitrógeno. A esto ~e debe el elevado contcniuo de oxigeno -el
34 %- en el aire <Jisuelto en el agua. (A su vez, el aire
aU11osf'érico contiene el 0,04% de bióxido carbónico, mientras
que el agua, el 2 % ).

88. Las burbujas

En un vaso lleno de agua de g1'1/0, que se encuentra en rm


ambiente cálido, aparecen br.( rbty'as. Tralc de explicar esle
fonómeno.

4s burbujas que se fonnnn en el agua fría al empezar a


calentarla, son de aire: de esa manera se desprende parte del
aire disuelto en ella. A diferencia de la solubilidad de los sólidos,
la de los gases disminuye ul elevar sn temperatura. Por e llo,
durante el calentamiento el agua ya n o puede contener disuelta
In misma cantidad de aire que antes, y el exceso de gns se
desprende en fonml de burbujas.
He aquí algunos datos nwnéricos. Un 1t tro de agua contiene
19 cm. de aire a 10° e (agua del grifo) y 17 cm. de aire a 20° e
(temperatura ambiente).

146
Dcc~tdn litro de liqutdo se desprenden 2 cm . de a ire. Como
vnso contiene un cuurto de litro de ugua, en lns condiciones
lU"\
indicados del vaso lleno hasta los bordes se desprenden
500·mm . deuire. Dodo que el di{unctro medio de una burb\tja
es de L mm ., de esta cnnlidud de gas se fonnm·án mil lmrhqjtls.

H9. Las n ubes

¿Por qué /a.<o rmb('S 110 se precipitan hacin la f ierro?

A esta preguntu ¡;e s ude responder frcc ucnlcmcntc Jc 1<•


s iguiente m:ancra: "Porque el vapor de agun es ltliis ligero que
el" aire". Por cierto, n o h oy quien dude de este h echo: s in
embargó, l_a s·nubcs no CODstnn únic.1mcnlc de ntpor de ngua.
Ésrc es 'in~sibJ e; si lus nubes sólo consistierun en é l. scrfnn
per.(ectnülcnte·.·trn nsp arentes . .J,..'Is nubes y In niebln (stm lt)
l,niSin o) consvw Qe·ngun en estad!). liquido y no g tlSCOSO. En
:estc"'c¡1so ~IJ:ú,St!Ú-to·.qneda 'tm1ch0·.má"s ·cmbrql tado: ¡,por quó.
¡)u es, lus nuhcs 'flo lnn en el ni re' .en vez· de precipitarse a kt
ti erro?
En cicrta·é_poca predominÓ c l. c1i lcJio de que las nubes se
'o9mponcn de ~!minutas o.n1riollus de pellculo de aguo llenos
de \·apor de o~tla, .f loy en di a todo e l mundo sabe que tunto las
nubes como 1la,.llicbla no son nn'lpollus de oguu. sin o gotitus de
ngt•Í•'dc.o.m ~ -O,b2 ·mn1 . de diámetro, e incluso <'le:: o,oo 1 mm.
Ocsdc iuego, tales corpúsculos J>csan 800 veces müs q ue el
u1rc seco. No obstante. u pcsnr de que tienen unu supcrlicío
cónsidcrnble en comparación con su mnsn, doscicndeu con gran
h:ni.i tud, - pues to que e l ui rc les opone una resistenc ia
considerublc dumnte Jo c."lidn. Por ejemplo, lns gotitas de lfquiu0
de 0~01 mm. de mdio cncn unifomH~mcntc con um• Yclocidud
de 1 c m/s. Quiere decir que Lns nubes no O.otnn en el élirc, s ino

147
que están cnyendo muy lentamente; bast~1 un flujo de aire
asc~ndcnte pnra que una nube deje de caer y ascienda.
Conque, de hecho las nubt:S Uendcn n Je~cender, pero su
descen~o es tan Jento que no se n<.hicrte a simple "ista o bien
es contrntTestndo por t1ujos de aire ascendentes.
Por esta misma rozón están Ontando en el aire las pnrtlcul.as
de pol\'O, aunque la masa de muchas de ellas (pOr ejemplo, de
las de diversos metales) supcm miles de \'cccs la del aJre.

9 0. La hala y el bnllln

¿A qué objeto el aire opone mayor resisttmcio, a ww bala


o a un balón?

Sería ingenuo creer que un mcd io tan poco consistente como


el aire no oponga resistencia más o menos notable a una bala
disparada. Al contrario, precismnente la gn:m velocidad de
movimiento d e ese proyectil condiciona una considernble
resistencia por parte del (lire. Se sabe qu~ una escopetn tiene
un alcance de 4 km. ¿Cuál seria éste si e l aire no opusiera
resistencia a la bala'?

Como resultado de la re.sist<mcia d el aire el alcance


de la bala es de 4 km. en vez de 80 km.
148
Pues, ¡seria 20 \'I:.'CCS más largo! Este hecho parece increfble;
para cerciorarnos de ello, hagamos el cálculo siguiente.
La bala sale por la boca del cañón de la escopeta con una
veloeidod de unos 900 m/s. Según la mec{mica, en el vaclo Wl
proyectil tiene la velocidad múxima si se arroja con un ángulo
de 45° respecto al horizonte; e n este caso el alcance se determina
haciendo uso de la fómmln siguiente:

donde ves la ,..-clocidnd inicial y g, In acclcrución de la fucri.'Jl


de la gravedad. En el caso que estamos analizando, v = 900
m/s y g- 1 O m/s. Al sustituir v y gen lo fórmula por sus valores
correspondientes obtenemos el dato siguiente:

L = 900 1 1 /0 = 81.000 m. = 81 km.


Esta influencia tan notable del aire en el movimiento do la
bola se debe a que la magnitud de la resistencia del medio crece
en razón directamente proporcional n la velocidad clevudu n In
segu nda (y algo más que u la segunda) p<ltencia, y no a In
primera potencia. Por esta rozón, el aire opone una resistencia
ton insignificante n WJn pelota arrojada con unn velocidad de
sólo 20 m/s, que práetictuncnte podemos desprccínrla, aplicando
al movimiento de este proyectil lns fónnulas de mecánica sin
restricción nlguna. Una pelota lllllznda en e l vacío bajo un
ángulo de 45° nl horizonte y con una velocidad inicial de 20
m/s tendría un alcance de 40 m . ( 20'2 : 1O); en condiciones rcn les
su alcance es casi el mismo.
Los profesores de mecánica harian muy bien si en sus
ejercicios de cálculo anaüzaran el movimiento de unu pelota
en vez del desplazamiento de balas y obuses: los resultados

14 9
estarían más de acuerdo <.~on In realidad que aquellos número:;
t~mtústicos que se obtienen cuando se menosprecia la resistencia
que el Hire ofrece a estos últimos.

Debido a la resistencia del aire la p elota sigue una cur11a


balística Sl:'í'ialada con lítwo confirmo en vez de describir
la parcíbola representada por la líneo de trazos.

91. ¡,Po•· qué es posible pcs:n· u n gn.s'?

Ln física afirma que las moléculas de los gcrs,~s están


en constante movimiento. ¿De qué mc.men1 las moldcu/as que
se mueven a gran velocidad en el ~·ocio ejercf!-n prClsión sobre
el fondo del recipiente?
¿Par qué solemos considerar que el peso ele un gas
equivale a la suma de los pesos de las molúculas que lo
componen?

Los libros de texto y los cursos de físi ca no prestan ntcndón


fl este problema tan sencillo que pucdt: s urgir en la mente d e

150
cualquier alumno y puede dejarlo perplejo. No obstante, este
problema es muy fúcil de resolver.
Independientemente de la dirección que sigue una molécula
-hacia abajo, hocia arriba, hacia un lado o bajo un ángulo-, su
movimiento " ténnico'' se suma a la caídn a plomo provocada
por la fuerza de la gravedad. Sólo estas componentes
estrictamente verticales influyen en el peso de un gas; las demás
velocidades puramente "ténnicns" condicionan una presión
igual de las moléculas de gas sobre las paredes del recipiente y
no les comunican movimiento progresivo. Como dichas
velocidades en modo alguno influyen en el peso del gas, para
r~solver cst<! problema, con todn razón podemos nbslrucrnos
de ellas y darlas por int:x:istentes.
¿Qué fenómenos y magnitudes tendremos que analizar?
Tendremos 1.mn lluvia de moléculas que caen n p lomo rebotando
del fondo e intercambiando sus velocidades durnnle las
colisiones11 • El intercambio de velocidades equivale al hecho
tlc que una molécula atra'\-iesc a otra al chocar con ella. Por
ello, podemos considerar que tod<~s las mo16culas alcanzan el
fondo del rcci piente sin encontrar resistencia alguna. Este cuadro
simplif'ic..'ldo facilita mucho el nnálísis.
Así pues, observemos cómo se comporta una molécula. Al
chocnr contra el fondo, rebota con la misma velocidad y ascieude
a la altura desde la cual había caído. Desde esta misma altura
In molécula cae por segunda vez, por tercera, etc. Si el tiempo
de caída es r, durante \Ul segundo la molécula chocnrá con el
fondo
1
n = - veces
21

(2r porque entre dos choques seguidos In molécula debe recorrer


un trecho dos veces, una vez hacia abajo y otra hacia arriba,

15 l
lll\ u-tiendo el mismo tiempo en ambos ~nsos) .1::1 \·a lor de r ~e
dctenmna utJliznnd<' la fórmula sigutcnlc:

gtl
h= -
{2h
=>1= ¡-.
1 1
n= - =- 1-
rg
2 \ g ' 21 2 '4 2h

donde 1t es lu nlturu de euídu La 'eloctdad que la molcculu


tiene al chocar con el f(mJo, es iguul u

E l impulso p de caJa choque uqulv<dc n In diferencia dc


cunlidadcs de moviuúento antes y después del choque·

p = 111 xv - m x( - 1·) -. 2 xm xv

m1cntras que el impulso total P de Jos 11 choques vale

l 1g r=--:-
p =np = 2nn•n = 2mx - ~ 1 ~ x ,¡ 2gh = mg
2 ~ 2h

Así pues, cada segundo unn molécula comunicn nl londo


un impulso igual a mg, además,

Por consiguiente, F = mg, o ~ca. Ju fucr.r.a de choque es


ig.uul nl peso de la molécula. Qucdn daro que SI la fuct-as de
choque de una molécula es igual a :=m JX\SO. y todas las molécuJas

152
contenidas en elrccipi.cntc alcanzan el fondo, este último recibirá
un impulso equivalente ni peso total de las moléculas de gas.
Recordemos que hemos sustituido el recipiente con
moléculas en movimiento Cilólico por otro, en el cuul las
moléculas siguen la Hnca de plomada Como dichos recipientes
son ignnles en lo q uc se refierq al peso ele Ia.s moléculas, la
cunclusión sacada para uno de ellos también será válida pnr{l
el otro.
Tal vez, el lector desee saber, de qué modo lm; moléculas
trnnslícren s u peso nJ fondo del recipiente. Las que síguen lo
lin<.·a de plomaJo, le comunican su i'ucrzn de choque
dü·eclamcnto o m~~diHntc otras motéculas chocando e
inlcrcmnhinndo velocidades con ellas (recordemos que sólo se
trata de lu transferencia ele In componente gcnemdn por la fuerza
de la gnwedad). Las moléculas que chocan oblicuamente con
las paredes laterales rebotando hncia abajo, transmiten su fuer1..a
ue choque a lruvés de ellas. .A su vez, las que dan con la lapa o
con las paredes laterales bqjo tm úngulo rebotando hacia an·íba.
le comunican tm impulso menor, puesto que su velocidad
disminuye a consecuencia de la ac~ión de la fuerza de la
gravednd; ndcmás, ln ntemu1ción del golpe dndo httcit\ arriba
aun1cnta el itnpulso que lns moléculus connmicun al f\m<.lo.
Nos qlleda cxumin<1r el e<t~o de las moléculas que choc:m con
las paredes del recipiente bnjo ángulo recto. Una molécula ~~j eta
a In iuen;a de la gravedad choca a escuadra con la pared del
recipiente, mümtras que si no lo estuvicrn, lo hu.r!a rebotando
haciu un·iba d.ismin.uycndo de csn mnncrtl lo presión sobre el
pinto de la bahmza CJtlC sostiene el recipiente. T.. a gravedad unula
esta disminución de presión, us decir, uumcntn el peso del
recipiente.
Hemos p.lanteudo el problema de In transmisión del peso
refiriéndonos a los gns~s. Mas, de hecho, también podríamos
examinar el caso de los líquidos y Jos sólidos, puesto que todos

153
los cuerpos constan de moléculas que se mueven enótic.-uuente
(menos los cristales que se componen de átomos) sin asociarse
unos con otras. Según vemos, en principio, las condiciones son
la ~ mismas que en el cnso ele los gases. Las moléculas que
componen diversos cuerpos, siempre trcm:';Jniten su peso ni
soporte medinnte numerosos golpes nisllldos; al cambiar el
estado del cuerpo , sólo se modifica el mecanismo de
transmisión.

92. El ejemplo de los clcfllntcs

Los elefantes pueden permanecer bajo agua respirando


mediante la trompa asomada a la sup<:l:{icic. Cuando las
personas trataban de seguir esle ejemplo valiéndose de un
wbo, padecían de hernon-agia por la boca, In nariz y los oídos;
semejante práctica causaba graves enfermedades y mm la
muerle de los buzos. ¿Por qué?

Lu cnusn de las nltemciones que se observan cuando una


persona permanece bajo ugun respirando mediante un tubo,
rosidc en la diferencio de presión fuera y dentro del cuerpo
humano.
Desde dentro del tórax, por parte de los pulmones, el aire
" nonnal" presiona con la fueu...a de 1 at., mientras que la presión
ejercida desde afuera es de 1 o t.. +la columna de agua de altura
equivalente a la profundidad de inmersión .
Si se sumerge a una profundidad de 50 cm., el tórm.; sufre
una presión excesiva desde afuera, equivalente a 50 cm. de
ogua, o a 50 ponds/cm (5 kpouds/dm) . Esta círcunstanein no
puede menos que dificultar notablemente la respiración: se tiene
que respirar soportando un peso de 1 5 a 20 kg. aplicado al
pecho. Sin embargo, el problema no sólo consisto en esto;

154
ademús se ol.lom grave mente la circu]ación s:mgwnca Lu snngre
se dcspla:w de aquellas partes del cuerpo donde la presión es
m.ús alta (las piemns y el abdomen) aJas zonas de pre..;;;ión men01~
o seu, al tórnx y a la cabeza . Como los , . .nsos de estas zonns
esltm repletos de sangre, se difieultu la circulación de la sangre
procedente del coru:lón y la aorta., por lo c ual estos u !timos se
dilatan desmcdidamente, a consecuencia de lo cual In persona
puede morir o cnfc nnar gravemente.

¿Por qué d hombre n o puede stJ~«uir


el eJemplo del ele/mJt(!?

.El médico uust:riaco R. Sticgler comprobó este efecto en


una serie de experimentos y los describió en uno de sus libros.
Los realizó consigo mismo, stuncrgiéndose enteramente en el
agua y respirando mediante un tttbo. R. Stieglcr se dio cuenta
de que cuando su pecho se cnconlrnba a la profundidnd de un
m etro, era imposible respirnr. Sumergido a la profundidad de
60 cm., podín permanecer bHjo agua durante 3 ,75 min., n la
proii.u1didnd de 90 cm., l min., y a In de 1, 5 m. , no más de 6 s .
Pero cuando se aniesgó a zambullirse a 2 111. , al cabo de unos
segundos su corazón se d ilató tan lo que el e:-;pcrin1entador tuvo
que guardar cnma durante tres me.ses para normalizar su
circulación sanguínea.

155
1 atm. 1 &tm

Aorl!' ~-~oraz6~n
t •·

, .... \,..oo,.:...c:- '"'" ••,,-· ·
. -·-~ --..- --;.-;: • L....
• o;)
" r- ,.. - •.-. -:--- - . ~:i... ... . . •-)
'· ·.-~- - ....... .,.,_..._, •.. . - ·- -·· .-,.,.- -~ -·"¡l"'íl
g~ ·. - ---· "1
i
'1
1 \ •\•

Hl efecto que la presión atmosfe rica produce en 111


organismo humano rodeado de aire (arriba) y
s umergido en ogua (abajo).
LajigunJ e." plica por qué ul hombre es in capaz de respiNJr
bajo agua como e l elefante de la figura anteri01:

Posiblemente, el lecto r prcgw1te, ¿po r qué nos zambullimos


n gran profundidad y pennanecemos allf durante cierto tie mpo
sin que nos pase algo grave? Es que durante la zambullida lns
condiciones son muy distintas. Antes de lanzarse al agua, la
persona llena de aire el pulmón; a medida q\.lC se sumerge en el
agua, cs(e aire se comprime cada ve7.. más por la presión del
líquido, ejerciendo en cada instnnte una presión equivalente a
la de este ú ltimo. Po r eso, el cora7..6n no se rellena de sangre.
En la misma situación se encuentra el buzo que llcvn puesta
una escafandra (In presión del aire s u1túnistrado al casco es
igual a la del agua), así como los o perarios que se sumergen en
cajones neumáticos.

L56
Nos queda por contestar la pregunta siguiente: ¿por qué el
elefante no muere cuando se sumerge en el agua asomando su
trompa a la superficie? No muere porque es elefante: si nuestro
organismo fuera tan resistente como el de este animal, y
tuviéramos músculos tan fuertes, también podríamos
sumergimos a grun profundidad sin consecuencia alguna.

93. La presión creada en la barquilla


del g lobo cstratosférico

El Pro/ Piccard realizaba sus ascensiones a la estratosfera


en una cápsula esférica de aluminio de 2,1 m. de diámelro y
de 3,5 mm. de grosor de las paredes. En el interior de esta
cápsula absolutamente hermética se mantenía la presión
atmosférica normal, mienlras que a la altura a que ascendía
el globo la presión exterior era de 0,1 a t. aproximadamente.
Cada centímetro cuadrado de supe1jicie de aquella cabina
e.~(Jrica exp(!rimentaba un exceso de presión de 0,9 kg. (9 N i
cm) desde dentro de ésta. Es fácil calcll1ar que sus hemisferios
.sll.fríanla acción de unafiterza de 3 5 t. (350.000 N) que tendía
a sepa1'arlos. ¿Por qué, pues, la cabina resistió aquella presión
tan fuerte y no se destruyó?

Calculemos el esfuerzo de desgan·e que corresponde a cada


centímetro cuadrado de lu sección de la envoltura. Lu fuerza
que tiende a desgarrar la cápsula en dos hemisferios es igual a

0.9xl0 5 x x 2xlz =350.000N


Tr

(no hay que p<lrtir ele la superficie del hemisferio. sino de su


proyección sobre el plano, es decir, del área del círculo m{tx.imo) .

157
T:"l pro_(<•sor Piccard y .w compañero de viaje,
junto a la cápsula eh! aluminio.

S'ccción de la cápsula e.~/érica de Piccard


S<!giÍn el círc·111o máximo.

Dicha fuera• csb1 aplicuc.la al 1hea u0otadn por .la líncn de


empalme de los dos hemistcrios. Ln pared de lu cúpsula csn:rica
mide 1,, 5 mm. = 0,35 cm. de espesor, por lo cual Ju referidu
úrcu es de unos
158
10.1:. 210 x 0.35 = 230 cm 1

A cadn centímetro cuadrado le corresponde una presión de

350.000: 230 = 1500 N l cm1

El aluminio se destruye bajo la carga de 10.000 N/cm2 si


es fundido, y de 25 .000 N/cm2 si es laminado. De modo que
qucdu claro que el margen de seguridad del artefacto supemba
de ocho o veinte YCces lo mencionada carga limite.

9-t. La cuerd a d e la \'IH nl l:\

Un extremo de> la cuerda que pcumitfa maniprtlar la válv11la


del globo de Piccard debía entrar en la barq11illa. ¿Cómo había
quc1 asegurar el orificio por el que e11rrabo la cuerda paro
quf.l el aire no saliera de la cabina al medio amblente
enrarecido?

Pura introducir uno cuerda que pennitiern manejar la


válvula desde la barquilla hermética del globo estratostático,
el Prof. Piccard inventó un dispositivo muy sencillo que
postcriom1ente íue utiliZlldo en semejantes globos construidos
en Rusia. En el interior de la barquilla colocó un tubo de sifón
cuya rama larga se cwnunicaba con el espacio exterior. El tubo
contenía mcrclllio.
La presión intcmo de ln cápsula no debía superar la extemu
más que en 1 at., por lo cual el nivel de mercurio de la ran.t n
larga del tubo no superaba el de ln parte corta más que en 76
cm. Por el interior del tubo pasaba la cuerda de la válv-ula, cuyo
despla7..omicnlo no alteraba la diferencia de niveles de liquido.
Se podia tirar de la cuerda sin temer que cscapnse aire de la

159
barquilla, puesto que el mercurio cen-aba d conducto por el
cua l se despinzaba la cuerda.

1,a solución de PJ(:cmd al problema de la


cuerda paru numejorla válvula.

95. U n hnrúmctro suspendido de una bal:.tnza

.El e;-.:tremo superior del tubo de rm barómetro de cubeta


está sujeto a 1111 plato de la balanza, mienlras que el o11-o plato
sostiene tJna.~ pe:ws q11e la ec¡tlilihran ¿,)',! altcwará el equilibrio
si varia la presión barométrica?

Al contemplar e l tubo boromé trjco suspendido de la


bolanza, se diría que Jo variación del nivel de mercurio que
este contiene no debería afectar el eq ni librio de los platos, puesto
que la columna de liquido estú opoyada sobre e.l mercurio
160
contenido en In cubeta y no inlluye de n umera alguna en el
ptu1to de suspensión. Esto es cierto~ no obslr01tc, toda vurioción
de la presión barométric.~a ofectarú el equilibrio del mtef.1cto.

¿Oscilará la bnlanUI .I'Í \'aria la presion atmo.iférica?

Vnmos H cxplic.:'lr, por qué. La nhnúsfera presiona sobre el


tubo por arriba. sin que este último le oponga rcsi~tencia alguna,
yu que encima del mc.rcurio hay un vncfo. Por consiguiente. lus
pesas colocodas en el otro piulo equilibron el tubo de ctistnl del
barómetro y !u presión que lu olmósfera ejerce sobre é L C(ll\W
In presión atmosl:c ri ca S\)bro la sección dcltuho es c:-:nctumcnte
igual al peso de la columnu de mercurio que éste contiene,
resulta queJas pesas cquilibron todo el bon'nnctro de mercurio.
J>or ello, ul vnriur la presión burmnétrictl (es decir, al nuctunr e l
ni\'cl del mercurio que hay en el tubo) se vcní utcclulln el
cquilibriü de los pintos.
Sobre este principio cst{m basados los llmnodos barómetros
de holan7..<l, n los cuales se ncopln lñcilmentc un mecanismo
parn rcgislrnr sus indicaciones (por ejemplo, un horóg.rnfo) .

16 1
96. El sifón en e l a ire

¿Cómo hay que poner afimcionar el sifón sin inclinar el


recipiente y sin emplear ningún procedimiento tradicional
(succionando líquido o .~rmwrgiendo el sifón en un líquido) ?
E l recipiente está lleno casi hasta los bordes.

¿Existl! algún procedimiento fácil para


poner ajimcionar este sifón?

E l problema c~msiste en obligar al 1íquido a elevarse por el


tubo de sifón por encima de su nivel en el recipiente y alcrmzar
el codo del dispositivo. Cuundo el liquido pase el codo, el sifón
empezará n funcionar. Esto no costará tmbajo si se aprovecha
la siguiente propiedad de los liquides, mur poco conocida, de
la cual vamos a hablar.
Tomemos un tubo de vidrio de tm diámetro tal que se pueda
lapar muy bien con un dedo.

162
Tapándolo de esa muncra vam us u sumergir su extremo
nb1cr to en ol agun. Por supuesto, el agua no podn\ entrar e n el
tubo, mas, si se apnrtn e l dedo, entrari1 de inmedi{1to, y nos
doremos cucntn de q ue en un primer in~tantc su lli\'CI estar á
por enc ima del nh'Cl del liquido del n:cipicntc: acto seguido
los n i veles de liquido se igualarún.
Vmnos a exp licar. por q u6 en un primer instntlle el nivel de
líquido e n el tubo supera e l del recipiente. Cuando se aparta e l
dedo. !:a velocidad del líquido en el pun to inferior del tubo es
v= -J2gH (con arreglo u la fónnulu de Torricclli). donde g es
la ncekración de la gruv~..~dad y //, l:a profundidad n que csl~i
sumergido el extn::mo dcltuho respecto ulnivcl de liquid u del
recipiente.

Mientras clliquic.l<' cstú subiendo por e l t ubo, su vcloci<hHI


no disminuye por e fecto de la fuerzo de In gravedad. puesto
que la pon.:ión que se dcsplui'..n. siempre s igue apoyuda sobre
s lls capas in!l!riorcs lln d n tl>o. En ~emcjnnlc CiJSO no se obscr\'u
lo que tiene lugar cuando an·ojrunos un bnlón hacia arrihu. El
halón Janzndo hoein nnibn pnrticipn en dos movimientos. uno
ascendent e, con velocidad (ini c ial ) constante, y otro

163
descendente, unif01memente acelerado (provocudo por ln fuerza
de la gravedad). En nuestro tubo no tiene lugar ese segundo
movimiento, y-a que el agua que se eleva sigue siendo empujada
por o lrns porciones de líquido que están subiendo.

J
8 b

No SI! necesita succionm· estos s((ones


para ponerlos a funciona r:

En suma, el agua que entra en el tubo, alcanza el nivel de


líquido del recipiente con una velocidad imcml v = ..,f2gH . Es
f(tcil comprender que, teóricamente, debería elevarse
rápidamente a otro tanto de altura Ji. El rozanJ.ieoto disminuye
notablemente su altura de e levación. Por otro lado, tambi¿n se
puede awnentarla reduciendo el diámetro de la parte superior
del tubo.
Por cierto, a la ,i]sta está cómo podemos aproYechar el
fenómeno descrito para poner a ñmeionnr el sifón. Topando
muy bien Ull extremo del sifón, el otro se sumerge en el líquido
a In profundidad máximn posible (pnra aumentar la velocidad

164
inicial, pues cuanto mayor es II, tonto mayor será v = .J'liH ).
Acto seguido hay que retiror rápidamente el dedo del tubo: el
agua S\:tbirá por éste superando el nivel de líquido de fuera,
posará por el punto más alto del codo y empezuní a desconder
por otra ramo~ de esa manern el sifón empezará a funcionar.
En lo práctica es muy cómodo aplicar el procedimiento
descrito si el sifón tiene fonnn adecuada. E~1 la 'f igura a se
apre.cin un sifón de este tipo que funciona por sí mismo. Las
cxplicacionc:; que ncobamos de exponer pcnniten comprender
cómo funciona. Para elevar el segundo codo, lu parte
correspondiente del lubo debe tener un diámetro algo menor,
porto cual el liquido que pasn del tubonncho ni estrecho, subir{t
a una nltura moyor.

97. E l sifó n en el vncío

¿Fimcionnría el siji.'m l'n el vaclo?

A la pregunta de "¿Es posible eltmsiego de líquido en el


\'rtc{o mediante Wl sifón?" se suele responder tenninnntcmcntc:
"¡No, es imposible!'·.
Por regla general, la eirculac.:ióo dellfquido en el sifón se
atribuye únicmncntc a la presión del aire. Pero esta su posición
es un prejuicio "fisieo". '' En un sifón rodeado de vacío el líquido
fluye libremente. En principio, el sifón con líquido funciona
perfectamente aunque no exislu presión del aire'', dice el Prof.
R.V. Poi en su libro lnlroducción a la mecánica y la acústica.
¿Cómo se explicarla, pues, el funcionumiento del sifón sin
atribuirlo a la acción de la aunósfera? Para explicarlo, ofrecemos
el siguiente razonamiento: la pnrte derecha del "hilo" de Uquido
contenido en el sifón es más larga y, por ende. es más pcsadn,

165
por lo cu:ll nnastra d r~sto Jc líqwuo hacüt !.!l extremo largo:
unn cuerda sostenida mcdi~tnte una polen ilustra muy bien eslc
hecho.
Ahora \'lUnos a cxuminm el papel que la presión del aire
desempeña en el fenómeno descrito. l~sta sólo asegura que el
"hilo" de liquido sen continuo y no salga del sifon. Pero en
<kterminnda~ condiciones dicho " hilo" puede mantenerse
continuo úntcamenlc mcrcl..'<l n la adhesión entre sus moléculas,
sin que intcrvcngnn CucJ7.1ts externas.

E\:plicación evidente de cómo funciona el sf/()n.

"Por lo general, el sifón deja de funcionar en el vnclo, sobre


todo cuando en su punt0lll!Ís alto hay burbujns de uire. Pero si
en las pru·edes del tnbo no hay restos de aire, al igual que en el
agua contenida c.n el recipiente, y se maneja con cuidado el
nrtcfacto, es posible ponerlo n funcionnr en el vacío. En este
caso la adhesión entre las moléculas de agua garantiza la
continuidnd de ln colLUnna de liquido" (E. Grimscl, Curso de
fisicn).

J66
El Prof. R . Poi en su libro, citado mñs atTiba, le apoya de
una manera muy categórica diciendo lo s iguiente: "Durante la
ense~anzn de la fisicA elemental se suelo muy a menudo atribuir
el funcionamiento del si!Oti a la presión del aire. No obstnnte,
esta aftmlnción sólo es válida con muchns restricciones. De
hecho, el principio de funcio11amiento del s ifón no tiene n ada
que ver con la presión del aire". A continuación, este autor
pone el ejemplo de una cu erda sostenida mediante una polea,
mencionado más arriba, y prosigue: "Lo mismo· también es
válido para los líquidos, que se resisten o In "roturn", igual que
los sólidos 12• Por ello, ·e l fluido no debe contener burbujas"... A
conlinuución este autor describe una experiencia consistente
en el trasiego de lfquidos mediante un s i(ón, además, el p<1pel
de presión atmosfericn lo ·dcsempefian dos émholos con cnrgn,
o In presión de otro lfquido de densidad más baja: ésta no deja
que el "hilo" de 1iquido se rompa aunque c ontenga glóbulos de
aire 1·' .

---------·- " 1 ¡ '" - 7h:tslego d,•/m,·rc lll'io

1
-:-~-~-*!


o
o

, m¡•dionJ.,e /11'1 s¡f{Sn
: ,
o o o
S/1/IH' I'}(i d o 1'11 OC<'ile. 1Ál
' 4 c oJlfinuidad d e l ' 'In/o" ele
m er c m·iv <'11 el tubo se
a s egura <·on la pn•.l·ir)n dd
a c c>ile; es/a IÍifiiJJtl lloce las
veces dt! la ¡wc•sir)n
otmo.~fi¡rica 1' 1111pule la
fornwcián d e l•uvhu¡os de
'----·- ---·- 1111'<' en el a g u o .

Es cierto que no hay nada nuevo debajo de la luna. Es que


la explicación correcta del ñmcionruuiento del sifón, que se
aj usta muy bien a lo que ncabamos de exponer, data de hace

167
mas de dos mi lenios y s e remonta n 1lcrón. mccontco y
matemático de Alejandría, siglo 1 o.C . Este snbio ni stc¡uicm
~os pcchub~t que el aire li~ne peso, por lo ~un l no tncutnó -u
d itcrcncia de 1<.\S lisiC(.)S de n uestra épo~.:n- en e l en·or que
ncabumos de ¿¡nali7..ar.
flc aquí lo que dice: « Si el orificio libre d~l s1fón se
cucttcntra a la misma altura que el nh·cl dl' liquidO dciJ-eclpie ntc.
no snldr á ngun d<.') sifón . mu1quc esté repleto... En este caso el
agun estará en equilibrio. P~ro si el orilkio libre se encucolru
por dchujo del ni,·el ele liquido, éste su ldrá del si ton, puesto
que la cantidad de nguu ucl tnuno K/3pcsnmits que In d e l trmnn
jiO y la nnastra hnc¡u abnjo.•·

rf . :'\
to J
\\ "J
;\
·.. ·¡ )
¡}, -
.•

Representació11 del st(ón tomada del tratado


d f! H erón de Alejandría.

168
98. El sifó n-p a r a los gases

¡Sería posible trasvasm· gases utilizando un sifón?

Es posible trasegar gnses mediante un sifón. Para ello es


necesario que intervenga la presión atmosferico, puesto que
las moléculas de los Huidos no esl'ón adheridas unas a otras.
J..os gases mús pesad os que el uírc, por ejemplo, e l gas
carbónico, se tntSV<ISan mcdJanttJ el sifón de la_misma numera
que los líquidos si el recipiente del que sale gas está colocndo·
por encima del otro. Además, tambi6n es posible trasegat aire
medümtc el s if(>n sicmprc que se aseguren lus Cl)lluicioncs
sigutcntcs.

El bruzo corto del sirún se introduce en una probeta mtcha,


llcnH de agun.• e invertJJa sobre un recípiente con agua, de modo
que su boca se encuen tra por debajo del nivel del líquido de
este último. El <Hro extremo D del s ifón se tapa muy bien con

169
un dedo para que en el tubo no entre aguo al introducirlo en la
probctu. Cl..l<lndo se destapa el orificio D. n través del sifón
cmpie7..ru\ a entrnr glóbulos de aire en !a probeta, lo cual signi ftca
que este npamlo comicnzn a llmcionar.
Pnm e:-.:plicar, por qué e l sjfón introduce aire exterior en la
probeta, fijémonos en que a nivel del punto e el líquido
experimenta la presión de 1 at., dirigida desde ab<Yo. micntros
c¡uc desde arriba presiona una atmósfera menos el peso de lo
columna de agua comprendida entre los niveles C y AJJ.
J>recisnmente este exceso de presión empuja el aire exterior
hacia dentro de ln prohctn.

99. E lcvnció n del ng u a m ediante una bomba

¿A qué alt11ro eleva agua uno bomba de ospir<Jción


ordinaria?

¿A qué a/tw·a elevará el agua, semejante bomba?

La mayoría de los libros de texto afinnan que es posible


e levar agua mediante u na bomba de nspiración a una altura no
170
mDyor de 10,3 m. sobre su nivel fuera de la bomba. Mas, muy
rnrns veces se añade que la ultura de 10,3 m . es una magnitud
puramente teórica y es imposible de olcnn7..ar en tu práctica, ya
que durante el funcion amiento de la bomba entre su embolo y
las pmedes de lu tubcri.a ine\itablcmenle se cuela aire. Adcmils,
hay qnc tener en cuenta que en condiciones nom1ales el agua
contiene aire disuelto lUn 2% de su volwnen; véase lu respuesta
~~ la pregunta 88). Este ~tire se desprende al espacio vaclo que
se forma dcbnjo del émbolo mientras la bomba funciona,
crcnndo cierta presión e impidiendo de esa manera que el ugua
suba a In alturu tcóricn ue 10.3 m . Por lo gcncmL dichu magnitud
suele ser 3 m . menor, por lo que scmujantes bombas de pozo
nune11 elevan ngun <1 una ultura mayor de 7 m .
En la prilctica, el sifón tiene casi Ju misma nltura límite
cuando se emplea para lnmsportm- agua por encima de presas
o colinns.

LOO. L a salida d e l g~1 s

Bajo la campana de tmc1 bomba dt: aire so encuentra una


botella cerrada con gas a pn!sion non na/.. Si SCf abre lo váfvHia
de la botella, el gos saldrá al vocío con uno velocidad de 400
rn.s. ¿Con qué velocidad :mldria d gas si su presión inicial en
la botella }iutra dct 4 o t. ?

Pareccrín que un gas comprimido con una fuerza cutllro


\'eces mayor clcbcríu salir con mayor velocidnd. No obslnnte,
cuando el gas sale al vacío, su velocidad de salida casi no
depende de su presión. Un. gas muy comprimido sale con la
misma velocidad que o tro, que lo eslé menos. Estn pMadoja
ñsica se explica por el hecho de qtre el gns comprimido se
encuentra b~~io presión altu ~ a su vez, la densidad del í1uido

171
que se pone en movimiento por ctecto de dicha presión, también
aumenta en la mismo proporción (ley de Mariolte). En otrns
palabrns, al elevar In presión, aumenta la masa del gas que se
impele, además, tantas veces como crece la fuerza unpul!';ora.
Se sabe que la ueelcrnción de un cuerpo es directamente
proporcional a la fuer7.-ll aplicada e inversamente proporcionnl
a la masa de dicho cuerpo. Por esta razón, la aceleración de
salida del gas (y lo ' 'elocidnd que ella condiciona) no debe
depender de su presión.

101. Un proyecto de molur que no consume energía

La bomba de aspiración eleva agua porque debaJO de Sil


émbolo se crea vacfo. Con el vacío máximo que se realiza en
lo práctica, el agua sube a 7 m. Pero .vi durante c.vte proceso
sólo .~e crea vacío, para elevar agua a 1 m. y o 7 m. se
IH!Ccsitarán ig11alcs cantidades de e.mwgin. ¿Sería po.vible
aprovechar C!.5/a propiedad de la bombo de agua paro crear
1111 motor que 110 consrm1irá energfa? ¿De qué manera?
E l supuesto de que el trabajo invertido en elevar agua
mediante una bomhn de aspiración no depende de su altura de
elevación, es erróneo. De hecho, en esle caso sólo se invierte
trolu1jo en practicar vacío debajo del émbolo; pero para ello se
requieren diferentes cantidades de energía, según lnalturn de
la columna de nguu elevada por In bomba . Vamos a comparar
el trabajo q ue el émbolo realiza en unu carrera para elevar agua
a 7 m. y o l m.
En el primer caso el émbolo sufre la presión de l a t. dirigidn
desde arriba, o sen, soporta el peso de una columna de agua de
1O m. de altura (vrunos a utilizar números enteros). Por abajo
lo empuja la presión atmosférica (de 1O m. Hp), disminuida
en el peso de lo columna de agua de 7 m. de oltum y la

172
elasticidad del aíre desprendido del líquido y ncwnulado debajo
de dicho elemento; por Jo visto, la e lasticidad del gas equivale
a 3 m . de la colwnna de agua, puesto que la altura de 7 m. es
Umi te. Luego para elevar agua se necesita vencer la presión de
una coltunnn de agua de

JO- (10 -7-3) = 10m.

de altura, es decir, la presión atmosférica nonnaL


En el segundo caso, cunndo se eleva agua u l m ., por arriba
el émbolo tambi~n sufre la presión de 1 nt. , mientras que la
presión ejercida desde abajo es de

l 0 - l - 3=6m.

De modo que se necesita superar la presión de una colwnna


de agua de 1O - 6 = 4 111. Como en ambos casos la carrera del
émbolo es la misma, el trabajo invertido en e levar agua a 7 m .
de altura es
l O : 4 = 2.5 vec-es

mayor que el requerido para elevarla a 1 m.


Así pues, se disipan las espenmzas de obtener w1 motor
que no consume energía.

1.02. Sofocar incendios con a g ua hirviendo

El agua hirviendo sofoca un incendio más rápido que el


ctguafi--ía, pues absorbe el calor de vaporización de las llama.~
y las envuelve cm vap01; ünpidiendo de esa manera el acceso
de aire. ¿Sería mejor que los bomberos siempre tengan

173
prl!paradas císl<'rllas d e agua hirviendo para sofocar
incwulws?

La hombu úc incendios no podrá nsp1rur agun hir\'icndo.


ya que dcbnjo de su émbolo habrú ,·apor de 1 ut. de lensión en
\'el.. de nin.~ COI'IIJ'Cl:ido.

103. Un f:!!IS cuntcnido en un recipiente

JJ.'Ireciph:nle / l c·onlicn<' aire compri11ndo a una prcrsiún


superior a .1 at. ú ll.:mperotur(J omblt.Jnlu. La columna ti<<
nwrcr/l'io del manónwtro indica la presión dd gas comprimido.
Al abrir la válvula 13, ha salido cierta cantidad de gas, y la'
cof11mna de llwrcurio de'l tubo
mmwmúlrico hn bcy'ado hasta la
altura corn!spondic•¡lf<' a la prestón
f/01111(1(,

Cie rto ti<~ mpo dt.Jspu.és se 100


at.lviriiÓ t¡tl(! a pesar de qnc la llave 90
fJI!rmcmeciú cerrada, el mercurio
,·olwo o .wbil: 1,Por qué? 80
70
Por supuesto, In cl~vnción de lo 60
colu mna de mercurio en e l
nu1nómctro comprueba que ha 50
n um entado In p resión del gas 40
contenido en el rccipicnlc. Es li'tcil 30
comprender por qué htt crecido: ¡¡J
20
nhrir la Uovc, el oire del recipiente
se ha enfriado a consecuencia del
enrarecimiento rápido, y su
temperatura ha descendido por

174
debajo de la del ambiente. Poco rato después, cuando la
temperatura del gas ha vuelto a aumentar, también ha crecido
su presión (con arreglo a la ley de Gay-Lussae).

J-04. Una b urbuj a en el fondo d e un océano

Si c<lrca del fondo de un océano, a una profundidad de


8 km., se formara una burbuJa, ¿subiría ésta a la .wpe1jicie?

Una burbuja situada ala profundidad de 8000 m. debe de


sufrir Lmu presión de unus 800 nt., pues coda 1O m. de la
c(.)lumna de agua equivalen aproximadamente (según el peso)
a una atmóstera. La ley de Mariotte afirtna que la densidad del
gas es inversamente proporcional a la presión.
Aplicando esta ley al caso que estamos analizando,
podemos concluir que la densidad del aire a la presión de 800
a t. será 800 veces mayor que a presión normal. E l aire que nos
rodea es 770 veces m.enos denso que el agua. Por esta razón, el
aire de la burbuja que se encuentra en el fondo de un océano
debe ser más denso que el aguo, por consiguiente, no podn\
emerger.
No obstante, esta conclusión deriva tlcl supuesto
equivocado de que la ley de MarioHe sigue siendo válida a la
presión de 800 a t. Ya aJa presión de 200 a t. el aire se comprime
190 veces en vez de 200; a la presión de 400 at., 31 S veces.
Cuanlo mayor es In presión, l i U'ltO más notable es la diferencia
respecto de Ju magnitud establecida por In ley de .Mariottc. A
la presión de 600 m. el aire se comprime 387 veces. Si ésta
sube hasta 1500 at., este gas se comprime 51 O veces, y si la
presión sigue aumentando, se comprimirá muy poco, como si
fuera un lfquido. Por ejemplo, a la presión de 2000 al. la

1?5
dcnsidud dd uirc sólo aumenta 584 Ycccs en eompurac•ón con
la nnnnal, o sea, alcan:f..c1 3/4 de la dcnstdad d~l agua 1•1•

105. La ntcda d e ScAn c t· en el v nclu

r,Girm·ia la rtwcla de· .\·I~J-?11<'1' 1'11 C'! l'(lCÍo'!

Los que consideran que In rueda de Scgner gira u


C<msccucncia de que el c hono de aguu empuja al (Jire, esl:lrón
seguros de que en el vacío no g.irarft. No obstante. dicho nrlcll•cto
gira ~Xlf otra causo . Su movimiento es pmvocauo por tu1u fue¡·;.:n
intema, a saber, J)or la dili.:rencia d e Ju presión que el ugun
ejerce sobre el extremo nbierto y cerrado del tubo. Este exceso
de presión no depende en absoluto del medio, denlro del cunl
se cncucnlm el dispositivo. bten llcn el vucío o el aire. Por e llo,
en el Yacio la tueda de Scgncr girar<'tmejor que en el aire. pues
el mcdi<' ambiente no le opondní n.ingumt re¡¡istencin.

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,. . )·"''"'h
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-r; · ~~-- :~ .
...
¿Giral'ia la l'll<•do de Segner un u/ WJcío?

176
El Hsico norteamericano H. Goddard rcnli7.ó con é:-<1lo un
experimento similar. en el cual Ju fuena de retroceso de una
pistola que dispurn bnjo In campana de una hombn de vacío
pone a funcionar un diminuto tiovivo. Los cohclc...'S vuelan en el
cspocio cósmico empujados por la misma fueT7..<l de retroceso
([UC se cn~n durnnlc Ju salida de los gases.

L06. E l peso del aire ~eco y húmedo

¡,Qu<i Jl<'Sfl má.v, 1111 kilámetro <:lÍbico de oirl' .I"<!CO 11 otro


d<! aire htimedo si las tc-mperatura y presíú11 .von las mi.\"1//(/S'!

Es subido que un ml'tro cúhico de aire húmedo e~ una


mczclu de un mclr(l cúbico de uirc seco con otro de vapor de
ngua. Por ello, a primero vista purccc que un mclro cúbico de
:1irc húmedo pcsamfls que otro de aire seco y que la direrencia
es iguul ni peso del vupor contcniuo en el primero.
Sin cm hurgo. c~1n conclusión es cn·ónea: el aire búm(•do es
m{IS ligero que el seco. La cau~n consi~tc en que la presión de
cudn uno de los compon<.:nlcs es menor que la de toda la mezclo
( d nin.~ seco y hútn'-'d\l llenen presión igual): ni di~minuir la
presión. también se reduce el peso de cndn unidnJ de \'olumcn
del gas. Expl iquémoslo c()n mils dctnllc. Designemos c.onfal.
la presión del vapor contenido Cll el nire húmedo u·< 1). En
este caso la presión del atrc seco en un metro cúbico de mc.t.cla
scní de 1 -.f.
Si dcsignumos con r el peso de un metro cúbico de vnpor n
cierta tempcrntura y presión utm(l.,.féric.:1, y con q el de un metro
c úbic0 de aire seco. entonces, 11 In presión dc.fntmóstcras

J m 1 de vapor pesm·á ji· : y


Jm 1 de aír(l, (I-/) q

177
E l peso total de un metro cúbico de mez.cln será igllal a
fr + (1-f) q
Es obvio que sir< q (de hecho lo es, puesto que el vnpor
de agua es más ligero que el aire), entonces
.fi· + (1 - /) q < q .

es decir, un metro cúbico de mezcla de airo.: y vapor será más


ligero que otro de aire seco. En efecto, como r < q, serán válidas
las desigunldtH.lcs siguientes:
.fr < fq =.>Ji' + q <.fq ~ q,
.fr + q - 'fq < q =:>Ji' + ( 1-/) q < q

Conque, a una misma temperatura y presión un metro


cúbi~.;o
de aire húmedo tiene un peso menor que otro de aire
seco.

107. E l vacío máximo

¿Hasta qué grado rarifican el aire las bombas modernas


más eficientes?

Las bomb~ de vacío modernas pennitcn prac6car un vac1o


de 1O at., lo cual equivale a una cienmilmillonésima de
atmósfera.
En Jas bombillas eléclricas de vacfo que funcionan largo
tiempo, el grado de rarefacción del aire es similar a éste~ cuanto
más funcíoMn, tanto más se rarifica el gas que contienen: al
cabo de 250 horas de estar cncendjdas, el aire se enrarece unas
1000 veces (debido al hecho de que las paredes y demás
elementos de la ampolla atraen. los iones que se forrrtan mientras
la bombilla está encendida).

178
11)8. ¿Qué es Jo que Sl' e n tiende pot· "'•acío"?

¿Cuán/as moi<!culas, aproximadamente. se q11<1darán en


lifl·o de capacidad, del c11al ha sido e ..·acuado
1111 recipiente de./
el aire mediante la bomba moderna más (!jici<mle?

Los lectores que nunca hiÚl trntndo de Cillculnr cuántas


moléculas de oire ~e quedan en un rccjpicntc de 1 cm. de
capucidad al disminuir 100.000.000.000 de veces la presión
di!! uirc que éste contiene, a dw-as penas podnín rcs¡xmdcr tic
nlguna mmK~ru n cstu prcguntn. Vum os H hnccr el cálculo.
1\. la presión de 1 aL un centímetro cúbico de ui re contiene

27 .000.000.000 000.000.000:::; 27 x 10 18 moléculas

(éste es el n úmero de Loschmidt). Un decímetro cúbico tiene


1
1000 veces mtís : 27x 10 ~ • Al disminuir la pres ión
100.000.000.000 ( 10") veces mús, deberán quec.lnr

27x 10:1
-----:-::--
11
= 27 x to~<• = 170.000.000.000 moléculas
10

J Jc aquí su composic ió n química:

200.000.000.000 mo léculns de nilrógént)


6 5 .000.000.000 moléculas dé oxigeno
J .000.000.000 moléculus de nrgón
450.000.000 moléculos de ¡_ws cnrhúnícn
3.000.000 moléculus llc neón
20.000 moléculns de criptón
3.000 molét;ulos de xcnón

179
109. ;,P or qué existe la a tmósfera '?

¿A qué se deb<! fa existencia de fa atmósfera? Las


moléculas de ail'e astim o no están sujatas a la .fuerza
grovilatorio. Si no lo están, ¿por qué no .m dispersan cm el
espacio vacío q11e rodea/a Tien·o? Si lo e.~tán, ¿por qué, lejos
d1? prectpitarse o La sup~tficie terreslrt!, se mantienen e11cima
de ella?

Por cierto, las moléculas de aire e;;st{ll). sujctus a ln fuerza dt::


lél grnvcdud a pesar de que se mueven constantemente y con
gnm rapidc-.t. (con la velocidad de la bala disparadu). La
otracción terrestre disminuye In componente de su velocidad
dirigida desde La superficie terrestre. impidiendo de esa manera
que las moléculas que integran la atmósfcrn escapen del planeta.
A la pregunta de ¿por qué las moléculas que componen la
ntmósfura no se precipitan a la tierra'? hay que contestar del
modo siguiente: es que no dejan de precipitarse pacía In
sup~.."flicie terrestre, pero, al ser absolutamente e lásticas, rebotan
de sus "congéneres" que les vienen a l encuentro, y de la tierra,
manteniéndose siempre a cierta altura . La altitud del límite
superior de la atmósfera terrestre depende de la velocidad de
las moléculas más rápidas. Si bien la velocidad medía de las
moléculas quefonnnn In ntmósfcrn es de unos 500 m/s, algunas
de ellas pueden. moverse con mucha mayor velocidad. Son muy
pocas lns moléculas que t ienen u na velocidad siete veces mayor
(de 3500 m/s),la cual les pemlite subir hasta unn a ltura de km.
V: 35002
h = - = - - - ~ 600 Jan
2g 2x9.8 ' ·

Este hecho explica la presencia de "huellas" de atmósfera


a la alturn de 600 km. de la superficie terrestre.

180
110. U n gas fue n o llena todo el recipiente

¡,Llenarían siempre los gases todo el espacio en que se


encrumtrcm? ¿Sería posible que un gas ocupe parte dd
recipiente deJando desocupada la otra?

Estamos acostumbrados a considerar que el gas siempre


ocupa todo el volumen del recipiente que lo contiene. Por eso
cuesta trabajo suponer, en qué condiciones un gas puede ocupar
purte del recipiente. dc.jundo libre la otra parte. Seria. pues.
unonhsurdidnd "fhico".
Pero no cuesta ningún trab<üo "crenr'' mcntuhncnte tules
condiciones para que tenga lugar este fenómeno paradójico.
Supongamos que disponemos de un tubo de 1000 km. de
longitud colocado vcrticnhnente respecto de la superficie
terrestre, cuyo interior se comunica con el medio mnbícnte. La
colunma de aire dentro del tubo tendrá una altura de 500 a
700 km., micntms que el resto del mismo, a lo largo de cientos
de kilómetros, no contendrá ningún gas, sin importar que el
tubo esté abierto o cerrado. Por e llo, el gas no siempre sale del
recipiente abierto nl espacio vacío ~u c lo rodea. Se podrín
observar semejante fenómeno en un recipien(c de altura mucho
menor, por ejemplo, de unas cunntas decenas de metros. que
contiene poco gas, en particular. pesndo ':' a una tcmpcrulura
bastante baja.

18 1
C(1pftulo Ctu1rto

FENÓMENOSTÉRMUCOS

11 1. El origen de la escala de Reaumur


112. El origen de la escala de Fahrenheit
113. Longitud de las divisiones de la esenio tennométrica
114: Tennómetro destinado para medir temperatur-as
de hasta 50° e
1 J 5. Ln gradunción de l tcnnómelro
1l G. Expansión térmica del honnigón unnmlo
117. La expansión térmica múximu
1 1 8. La expansión tcnnica mínima
119. Anomalias de In expansión tém1ica
120. Un agujero abierto en una plancha de hierro
121. La fuerza de;; dilatación térmica
122. Calentamiento del nivel de burhuja
123. Corrientes de aire
124. Cond\.tclividod lénnicu de la madera y la nieve
125. La sartén de cobre y In sartén deJ1icrro colado
126. E nmasillado de las rendijas de las ventanas
127. En Wla habitación bien calentada
128. La temperatura del agua en el fondo de un río
129. Congelación de los ríos
130. Ln temperatura de ln nlmósfera
131. tntcnsidad de colentnmiento
132 . La lcmperalttrn de In llnmn de Wla vcln
133. Los clavos y la llamo
134. ¿Qué c.s la cal orín?
J 35. Cnlcntam.icnto del agua en tres cslados
136. Calentamiento del cm de cobre
13 7. Los cuerpos de color especifico más elevado
138. mcalor especifico de los alimentos

183
1 ]9. E l mclnllm·ti; l.usihle
140 .El meto! más refractario
141. Cnlenlamiento del acero
142. Una bote Jiu de agua coloca~! a dentro de tmzos de hielo
1-13. El hielo en el ugua
144 . EJ agun congclnda en las tubc1 ins
145 . El hielo
146. Disminución del punto de t'usión del hielo
147. El -' hielo :>eco''
148. E l color del vapClr rk ngua
149. Ln ebullición del agua
150 . Cnknlamicnto mediante el vapor
151 . Una tetcrn hirviendo sobre la palma de la mano
152. ¿Prefiere usted comida J'rilu o cocida?
153. ¿,Por q ué no quema Jns manos un huevo recién
sacadü uel agua hirviendo?
154 . E l viento y el termómetro
155 . .r..;¡ principio de In pnrcd frin
156 . El poder calorífico de In 1efla
157. El poder c.alorílico de la pólvora y d e l queroseno
158. ¿,Qué potencia luminosa tiene unn cerilla?
159 . ¿Cómo se quitan lns nwnchus con unn plancha? .
160. Solubilidad de la sal común

184
111 . .El ori~cn de lu escala de Rcuumu r

¡,Por qué en lo escala de Reaumur el¡nmto de eb1tllioión


del agua está señalado con t~-l número 80?

El tconómctro miginal de Rcmunw· se parecíu muy poco


al actual. No ern de mercurio, sino de alcohol. Reaumur gmduó
su escalo partiendo de un solo punto de réferencía.cónstante, o
seu. de la temperatura de fusión del hielo, marcudo C\)ú él
número 1000, y lltili:uu\do alcohol cuyo coeticientededilatnción
ténnicn era igual n 0 ,0008 El inventor estableció que tu división
de un grado de la csca ln tcnnomctrico hu de equivaler ul
uumento del volumen de aicoh\)] en una milésim(l parte. En
este caso t!l punto de cbul lición del ngun debería estm 80 gmdos
m:i~ alto que d punto de fusión del hielo y corresponderin a
l 080 grados. Postedonncnte señaló el punto de fusión del h.ielo
cnn O, por lo cual el de ebullición del agua tbe designado ( y lo
es hasta hoy di a) con 80 grados.

112. E l origen de la escala de Faht·e.nheit

;.Por qué en la escala de rahrenheit <ll¡:mmo de ebullición


del ag11a esM marcado con el número 212?

El im·i emo de 1709 en Europa Occidentul fue muy duro.


Durante tU1 siglo no hizo tanto fi-ío nlll. De modo que era naturul
que el fisico <lnnésFahrc11heit. que vi vio en lo ciudad de Duntzig,
pnr-.1 sei~a lar los puntos consttmtes de ln escala de su tennómctro,
adoptase por cero la temperéllura mínima que se registró nqucl
invie-rno. Una mezcla refr1gerantc de hielo, sal común y sal
amoníaco le permitió bajar la temperatura hasta tal grado.

185
Pnrn marcnr otro punto constante de su termómetro,
Fahrcnheit, siguicouo a sus antecesores (entre ellos Isaac
Newto n ), eligió la temperatura nonnal del cuerpo humano. En
aquel tiempo generalmente se creía que ln temperatura del
ambiente nunca supero ln de lo sangre hwnnna, y se suponía
que SI lnl cosn sucede, el hombre morirá (ésto es un criterio
obsolulruncntc erróneo).
En un principio, Fahrcnheit murcó e ste segundo punto
cons t.·mtc con el número 24, por la cantidad de horas del dfa
:;olor medio, pero postcrionncnle se dio cuenta de que
scmcjnnlc.c:; divisiones de la esenia termométrica enU1 demasiado
grnndcs. El inventor dividió cndn grncJo en cunlro pmtes, por Jo
cual la temperatura del cuerpo hunumo se designó con el número
24 X 4 = 96 .
De esta mauem estableció definitivamente el valor de Ju
di\isión equivalente a un grado. Graduando la escala de abnjo
arriba, dctern1inó que la temperatura de ebullición del aguo crn
igL•al a 21 2 grados.
¡,Por que Fahrcnheil no utilizó la tcmpcraturad'= ebullición
del ngua como el segundo punto constante de su termómetro?
No lo hizo porque snbla cuán variable es esta magnitud que
depende de la presión del aire. La temperatura del cuerpo
humw1o le parecía más seguro, pues es más constante. A
propósitQ, es interesante señalar (y es muy fácil comprobarlo
mediante el cálculo) que en aquel entonces se creía que la
temperatura nom1al del cuerpo humano ern igual a 35,5 grados
centígrados (un grado menos que ahora).

ll3. Longitud de las divisiones de Ja esenia termométrica

¿Son iguales las divisiones da la escala en el termómetro


d<! mercurio? ¿Y en el otro, de alcohol?

186
Por supuesto, la dimensión de las divisiones de la escala
termométrica está sujeta al vnlor del coeficiente de dilatación
ténn1ca del líquido contenido en él. Consta que a l clevnr In
tempcmtura aumenta e l coeficiente de dilatación tcnnica de
todos los líquidos ~ cuanto más !>""e aceren al punto de ebullición,
tanto más aumenta. Lo que ncabamos de enunciar, nos pennite
comprender fácllmcntc la diferencia entre las escttlns del
termómetro de mercurio y u~ alcohol en lo que se refiere a la
dünensión de sus divisiones. Por Jo genero!, los termómetros
de mercurio están destinados o medi r tempen1turas muy
di lcrcntcs del punto de ebullición de ese líquido 057ó C). En
el intf.:rvnlo de o il 100° e el coc1ieientc de dilntacióu del
mercurio no crece co nsidcmblemente y, dado que In c.1pacidad
del tubo de vidrio del tennómcu·o también aumenta al elevar In
lcmperutura, no se aclvicrlc la irregularidad di.} t.lilatución ücl
mercurio en dJc.:ho in!etvalo. Por ello, la cscaln del tcnnómetro
de mercurio es casi unitom1c.
A su ve7..., el alcohol se uli liza en los tcnnómetros destinados
a medir la temperatura próxima al punto de ebullición de ese
líquido (78° C), por lo cual es ostensible e l aumento de su
coeficiente de dilatación téi111 ica al muncntar la temperatura.
Si e l voh.unen del a lcohol noo e se tomo igual u 100, su vol Lamen
H J()ó C equivaldrá 103, y a 78° C SCr!Í 11 0.
Queda claro que las d ivi:>ioncs de ln escalu del tennómctro
de nlcobol deben uumcntm desde cero bacín ru'l'iha.

114. Tcrmúmctro destinado JHu·a m edir tcmru.'r·utunas


de hastn 750 ° e

¿Es posible /(1bricar un termómetro de mercurio para


medir temperaturas de. hasta 750° C'!

187
Como la tcmpcrntum de ebullición del mercurio es de 357°
C, y el \'idrio se abtnnda a 500 ó 600° c. es imposible construir
e l te n nómctro de mercurio parn medir temperaturas de hasta
750° c.
No obstunte, semejantes tem1ómctros se Ja brican. Pru·a ello
se utiliz.a el cristal <.le c u arz;o, muy refroctnrio (funde a 1625°
C), además, en los tubos debajo d el mercurio se encuentra
nitrógeno.
Cuundo aumenta la temperatura, la columna d e mercurio
cmpiczu a comprimirlo, n consecuen cia de lo cual este liquido
se calicntn a prcsióo c lcvudn (de 50 u 100 ot.). Por consiguiente,
se eleva el punto de ebullic ión, y el mercurio se mantiene liquido
n una temperatura de hasta 750° C . Los tennómetros de e ste
tipo son muy caros.

115. Ln g nuluac ión del tennó m c t ro

U 11folleto trad11cido delji-·ancés ol ruso por León Tolstói,


contiene la siguiente cl'itica relativa a los termómetros:
"El grado n o es igual al comienzo y al final de la escala
te11nométrica; el h echo de q ue los grados son espacios iguales,
demuestra que la razón de cada uno de ellos al volumen del
líquido que se dilata a todo lo lat:'Jo del tubo, no puede S (W
constante. "
O sea, si, por ejemplo, la longill!d de la d i visión
correspondiente a un grado mide 1 mm., la columna de
mercurio de tanta altw·a a 0° C contiene una parte mayor del
volumen de mercurio que la misma columna de este líquido a
100° C, cuando aum enta su volumen total. "Por tanto
con cluye el autor-, no podemos dar por iguaLC's los
correspondientes intervalos de 1emperat11ra. "
¿Tendrá algún.fundamento esta crítica?

188
El autor del folleto (y también León Tolstói, quien compartla
su punto de vista) pretende refutar la siguiente tesis, sobre la
cu1\l está basado el disef'lo de la esenia termométrica:
" Igunles intervalos de tcmpernturn correspon den n
incrementos absolutamente iguales de volumen de lo sustancio
termométrica."
DI!Scartando esta tesis, el critico propone sustituirla con la
que sigue, que da como la única correcta:
.. Iguales intervalos de temperatura corresponden o
incrementos relativamente iguales de volumen de la sustancia
tcnnométrica."
No obstante, disculJI' cuál de estas dos afinnuciones es
verdadera, seria lo mismo que discutir cuál de las unidades de
longitud es más idónea para medir In distancia, el metro o el
pie. Ambas tesis son convencionnles, de modo que sólo se puede
hablar de cuál de ellas es más conveniente, es decir, cuál de las
dos hace más clara lo ciencia del calor.
Scm~jante planteamiento ya habla sido enunciado en su
tiempo por Da!ton, por lo cual se denomina "cscttht de Dalton".
Ésta , si hubiera sido aceptada, n o tendría puntos <h:: cero
absoluto: en generaL toda la cienci ~ del calor, quednrfa
rcfonuada considerablemente. Esta reforma, l~jos de simplificnr,
co mplicada extremadamente la enunciación de las leyes de la
naturnlC7..n. Por lo tonto, In escala daltoniana fue rechm-..adn.

116. Expnnsi ún térnti cn del ho rmigó n nrmndo

¿Por qué no se separan los componen/es del hormigón


armado -el hormi¡{Ón y el entramado nll'fálico- duranre el
cah!llfamiento?

189
El co~::l'ícicntc de dilatación térmica del hormigón
<0 ,0000 12) es igual nl dd hierro ~ cuando varía la tempcrutura,
umbos materiales se dilatan de igunl mancrn y por eso no se
separan uno de 1.1tro.

117. La cx pansiún térmica mirxim:t

C ilr.: un sólido qtte se expande más q1w los líquidos c~l


Ndentorlo.
Cite un líquido q11e se expr.m demás que los gosrJs durante
d calentami('.ll/0.

La cera es el sólido que se dilata más que los otros, 1ncluso


nuis que muchos l!quidos. Su cocl'icicntc de dilatación térmica
es de 0.0003 a 0 ,00 15, dependiendo de la especie, es decir, es
2 5 ó 120 veces mayor que el del hictTo. Como el coeficiente de
dilatnción cúbica del mercurio vale 0 ,00018. y del qucmseno,
0 ,001, la ccrn se dil<tla más que el mercurio. udemás, algunos
de sus especies se expanden mús que el queroseno.
El líquido que se dilnta más que los rcswntes es el éter
cuyo codicien te de· dilatnción es 0 ,0016. Pero esta sustancia
110 bate el récofd de dilatoción tertniea: hay tul llquido que se
expande 9 veces mits que elln, n snber, el anhídrido cru·bónico
liquido (CO~) a 20° C. Su coclicicnlc de dilatación ténnicu. es
0 ,015, o sen: supera 4 veces ni de los gases. Por lo general , el
coeficiente de dilatoción ténnica de los liquidos aumenta mtts
rápidamente !11 nccrcarsc a la tcmpcntlura criticu, superando
muchas veces al de los gases.

190
118. La expansión térmica mín ima

¿Qué sustancia se dilata menos que otras durante el


calcmtamiento?

El "idrio de cuarzo posee e l menor coeficiente de dilatación


ténnica: 0,0000003, o sea, 40 veces menor que el del hierro.
Se puede sumergir en agua heloda un matraz de vidrio cle·cunrzo,.
caldeado hasta 1000° C (este vidrio funde a 1625° C). sin temor
n que se rompa. El coeficiente de dilatación ténnicn del diamante
tnmbién es muy pequeño. 0,0000008, aunque supcrn un poco
el del vidrio de cuarzo.
E l metal que tiene el mcJ,or coeficiente de dilatación térmica
es una marca de acero llamada invar. (del fr. invar, abrev. de
invariable). Esta alención consiste en acero con 36% de niquel,
0,4 %de carbono y otro tanto de manganeso. Su coeficiente de
dilalllción es 0,0000009, y e l de algunas de s us marcas es menor
aún, 0,00000015, es decir, 80 veces menor que el del acero
ordinario. Mús aún, hay marcos de invar que no se dilatnn en
absoluto en ciertos intervalos de te:mperalura.
A su coeficiente de dilatación ínfim-o debe este meto! sus
numerosas aplicaciones~ en particular, se emplea con éxito para
fnbricar piezas de mecanismos de precisión (péndulos de rel~j)
y aparatos para medir longitudes.

119. Anoma l in~ de la cxpunsión térmic:1

¿Qué sólido se contrae cuando se calienta y se dilata


cual'ldo se enfrfa?

Por lo general, ala prcgw11a de cuál de los cuerpos se dilata


al ser enfriado, se suele responder a la ligero: el hielo, olvidando

191
que e l ug.uo posee cslEI dilatabilidHd rmómola sólo e n cswdo
líquido. E l hielo. en cambio. no se uilatn ol ser enfriado, sin o
qnc se conlrac, lo miSlllt) que la moyorla Je los c ue rpos de In
mlluntlc7"'l. No ol~tn nlo . cx1s lcn otros ~ó lidos que se Jil<tllm
cuondo se en frian pnr debaj o d e cierta lempcralurn . E n primer
lug.nr, son e l düunanlc, el óxid o cupro~m y la csmcnt ldn
E l di a mante comien za a d il atarse a l ser c n friudo
con:::idcrablt.Jmc.ntc, tt suhcr, n 42° C bajo cero , mientras que e l
ó~ido cupro:><, y la c.c;memldn prcscnum lo m ismo purticuluridod
con un !'río mnc.lcrado, ele unos 4 ° C bnjo cero. Luego a 42 :v 4
grad os ccnlígnu.los lnün cero, respec tivamente, csl\)S c uervos
tien e n In densidu<l mú:-;imu, lo mis mo que el agua 11 +4° C .
.El yt)(luro d e piula cristalino (el mineral lla mado :roJiritn,
yodtlrgirita o yodorgirn) se d ilalll ni ser enliiado a tempcru ttu·a
ordinari:t. Unu vuri llu d e goma e:-.:tcndidntx>r una pcsu p re sen ta
la mis ma particularidnd : se ncort~t al ser ca lentada.

120. Un :tgujcJ'o ahicrto e n una phmdw de hicrm

l!n CJI centro eh! una plancha de hit~rro de 1 m . d<• ancho


ltt~\ '
11n O!Jt!iero de 0,1 mm. (de grosor de rm cabello h11mano).
¿Cóm o debe var iar lct temperatura dul metal paro que el
agr{fero .w ci,•rre por completo?

Sería erróneo c reer que s i In plan c ha se ca li enta


considerablemente, el ori ticio se cerrnrú a consecuencia de la
d ilutnc ió,n térmica. Por mús que se la cnlícnlc, será imposrblc
obtener semejante resultado. puesto {¡uc durnntc el
ca lt:m!amicnlo a ume n tan las dime nsiones de Jos orificios. Esto
lo explica el rn7..omunlcnlo siguie nte .
Si no hubiera agujero, la sustancia que estaría en su Jugur.
se dilataría de la mismn nlfmcrn que el resto-de laphmchn : e n

192
otro caso esta última 5e plegada o rompería; al C(mlrar.io. se
Sélbc que un cuerpo homogéneo que cxpcrimenln dilal<lción
t~nnico, no se pliega ni se rompe. Qucdn claro, pues. q ue la
plnncha con Hgujero se dilnludn como s i no lo tuviera : o sea.
durante el calentamiento e l oriftcio numentmia de la misma
numcru que cualquier parle de la plancho de áretJ igual. Por
consiguiente. la capncidnd de los recipientes y e l óreu de la
sección intc rí<.)r de las tubcrhls, nsí como las cavidades de los
c uerpos aumentan durante ol colcntru niento (y disminuyen
durante el enll;runiento): en es le caso el cocficicnledc dilatación
es el mismo que el de la sustancia que compone todo el cucq)().
As! pm'S, l'S impo:;iblc ccrror un nglticro cah.:nhmdo el ol~jcto
en e l cunl cslli practicado; por el contrario, su vol u m en
munentaró. ¿Sería posible obtener este resultado medinnte el
enl'l'iamiento? ¿ Seria p osible enfriar la plnncha ue lucrro de
modo q ue el oguJero dcsaparczcrt?
A consccucncin de que el codicien te de <.filmación del hicnu
es 0.000012. mientras que sólo es ¡x)siblc enlriarlo hasta 273°
e bnjo cero, qutxln clam, pues. que el diúmctro de l agujero))()
se podría disminuir JnLlS que en 0.0000 12 x 273. o sen.
uproximadamt:ntc en 0 ,003 .
Consiguientemente. p0r m íts que cumhic fa kmpcruturn,
seria imposibk~ ccnnr un ori(ícin pmcticudo en un sólido, ¡x)r
pcquc11o que Sl'a.

12 1. La fuct~.w de d ilntaciú n té r mica

¿l!s posiblt1impedir nwc<ÍnJcnl/11!111<! la dilo1C1ción ténmca


de una barra metcilica o de lo co/umno de merc11rio?

Es sabido que la dílntación y con tmcción ténmcns poseen


ti.•cr~a
considcrnblc El físico inglés J . Tyndnll re.'llii'.ó un

193
cxp<--rimcnto, en el cual una barra de hierro, al contraerse debido
al enfriami~nto, rompió una varilla de hierro del grosor de un
de.do. Por esta razón, muchos piensan que es imposible
coni.ran·estar la fuer.z.a de dilatación ténnica de una barra o un
líquido sometidos a calentrulüento.
Este criterio es erróneo: a pesar de que son enom1es las
fuerzas moleculares que condicionan la dilatación ténnica, se
trota de mngnitudes finitas. Por ello, es fácil calcular la fuerza
que se ha de aplicar a una varilla de hierro de 1 cmz de sección
transversal para impedir que se alargue al calentarla de O a
20° C. Sólo se necesita conocer el coeficiente de temperatura
de dilatación lineal del material (el del hierro es iguul a
0,000012° C· 1) y SU resistencia Al alargamiento m~cnnico
caracterizada por el llamado módulo de elastieidau, o módulo
de Young (el del hie.rro es de 20.000.000 N/cm·2 ; quiere decir
que al aplicar una fuerza de 1O N por centímetro cuadrado a
una varilla de hierro, su longitud aumentará en dos
millonésimas y disminuirá en la misma magnitud a l
comprimirla con lo misma fuerL.a).
He aqui el cálculo correspondiente. Supongamos que hay
que impedir que t.ma varilla de hierro de 1 cmz de sección
transversal se.alargue en

0,0000 J2 X 20 =0,00024

de su longitud. Paro acortar la vnrilla en dos millonésimas se


requiere un esfuerzo meqánico de 1ON. Por consiguiente, para
acortarla en 0,00024 de su longitud, horá faltn un esfuerzo de

0,00024: (112.000.000) =480 N

De modo que si aplicamos a coda uno de lps extremos de


semejante varilla un esfuerzo de 500 N aproximadamente,

194
~l'itonces. al c.n lenlarla Je O a 20° C , su longituJ no aumentará.
En este caso la fuerza de dilatación de In varillu también vnlúrfl
50UN
De la misma manera se calcula la presión que impide:.: qu~
la, c.o lwnna du mercurio del tubo del tennómetro se alargue
dunmle el c¡,¡Jentmnien to. Tomemos e l mili.lllO intervalo· de
lC.mp<mttura, de O n 20° C. El coeficiente ele dilatación del
mercurio es 0,00018; bajo la presión de 1 nt. su volumen
disminuye en 0,000003 del iniciul. En nuestro caso tenemos
<J~le. impedir qu~.: el mercurios~: c.lilutc en

0.0001 X x 20 = 0,0036

Por ,to tanto, para e\ilar la d ilalllción del liquido. hahn'1que


upHcar una presión de

0.0036 : 0,000003 = 1200 al.

F.:~I Q hecho comprueba que si ql canal del termómetro se


llena con nitrógeno comprimido hasta 1ma presión de 50 ó 100
uf. (yéase la respuesta 114). el grudo de dilatación de la columna
de -ñ 1crcurio R.O Yttriaril úc numera 1wtablc.

l22;. Calcntnmícnto del nivel <.le burhuj a

La longitud de la hurlnya dt~l nivel l 'tii'Í(l al c(.Jmbior la


ttfmp<!l;atura ambi<mra.
¿Ct.u1ndo lo burbuja fient' dimensiones mayore.~, cumulo
hr~ceji-ív u calor?

<:::on fTecuencia u esta prcguntn se suele respon<.ler que en


épocas ·calurosas Jas dimensiones de la burbuja son mayores

195
que en tiempo de frío, pue..c;to que el gns contenido en ella. se
expande debido al calor. No obstante, se o lvida que en
semejantes condiciones el gas no puede dilatarse: se lo impide
el líquido encerrado en la ampolla. Se calientan todos los
clcmcn(os del utensilio, tanto el bastidor y el tubo de cristal
como el lfquido y el gas de la burbuja. El bastidor y el tubo se
dilatan muy poco; en cambio. el líquido se dilata mas que el
tubo y, por ende, deberá comprimir la burbuja.
Asi que, cuando hace calor. las dimensiones de la burbuja
del nivel son menores que cuando hace frio.

123. Corrientes de aire

lh1 aquí rm.fragmenr.o tomado de una revista técnica, que


describe las condiciones que favorecen la ventil.ación natural
de lo.Y locales con calefacción.
''En los locales con calefacción ctmtra! las condiciones
son muy desfavorables para la ventilación natural, pues, el
aire sólo cin·t~la de arriba abajo. Po1· ello, en tales locales
hay que dejar abierto al postigo de la ventana durante largo
tiempe o poner afiJncionar ventiladores.
Todo orificio st'rvé pai·a ventilar la habitación. El aire
viciado, teniendo temperatura más alta, sale por él, y d aire
fresco ocupa ·S U lugar entrando por las rend!jas de las puertas
y las ventanas y aun colándose por las paredes. Sl en la
habitación hay una chimenea, la ventilación es más intensa.
Al quemar leña se consume parte del oxígeno contenido en el
aire que hay en la habitación. Los productos de combustión
salen por la chimenea, y el aire fi·esco entra en el cuarto
ocupando su lug01: ''
¿Es con·ecta la descripción de las corrientes de aire?

196
Este fragmento está redactado en la fonna en que se solfn
razonar hace más de trescientos ufios, cuando ni se :;ospechaba
la existencia de atmósfera. y los cuerpos de la naturaleza se
clasificaban en cuerpos pesados que se precipitan a la tierra·, y
ligeros, que siempre suben. No se debe creer que el ajre
templado sale por e l respiradero, mientras que el air~ fresco
entra desde afuera en el local para ocupar su espacio, ya qu_e el
aire templado no sube por sí mismo, sino que .es desplaZado·
hacia arribo por el aire frío que desciende. En el fragmento
citado están conf~mdidos la causa y el efecto. El mismísimo
Torricclli, cuya famosa experiencia pus~., final temor del vacío,
ridiculizó ingeniosamente In toorfa que sosten la que los cuerpos
ligeros tienden a emel'ger en e l ambiente.
En una de sus Lecturas Académicas dice Jo siguiente:
"Un día las nereidas decidieron crear su curso de fisicu. En
lo profundo del océu~1o in~tnlaron su academia y se pusieron a
explicar los fundamentos de la flsica, de la misma manera que
solemos hacer en nuestras escuelas los que hahitamos el océano
de aue. Las curiosas nereidas echaron de ver que entre todos
los objetos que ellas utilizaban bajo el,!!gua, unos bajaban, en
tanto que otros subitm. Entonces las ninfas, n i cortas ni
perezosas, sin pensar en c-ómo se comportarían esos mismos
objetos si se encontrasen en otros medios, dedujeron
tcnninanten1cntc que unos cuerpos, p or ejemplo, ln tienu, las
piedras y los metales son pesados, pues bajan al fondo~ otros,
como el nire, Ja cern y la mayoría de las plnntos, son ligeros, ya
que aparecen a flor de agua ... El equivoco de las jóvenes ninfas,
que clasificaron de ligeros los cuerpos que solemos catalogar
entre los pesados, es bien perdonable. Me imnginé que he nacido
y crecido en un anchuroso nuu· de mercurio. Enseguida se me
ocurrió redactar un tratado de cuerpos pesados y ligeros. Empecé
·a.disertar de la manera siguiente: como vivo en lo profundo de
·e_sre·mar, estoy acostumbrado a guardar todos los materiales,

J97
excepto el oro, bien amarradas para que no emerjan en la
superficie. Por tanto, todos los cuerpos en general son ligeros y
tienen la ~irtud natural de subir en el agua, menos el oro que se
precipita en el mercurio. Seria muy distmta la lisien ideada por
lus salamandros (si es cierto que éstas residen en el fuego)~
según ellas, todos los cuerpos, incluido el aire, serian pcsadog."
" Un libro de Aristóteles contiene la definición siguiente :
gc con:;idem pesado aquel objeto que tiende hacia abajo: y se
considera ligero aquel que tiende hacia arriba. ¿Habrá poca
diJC~rcncín entre estas detiníciones y las que se atribuyen a las
ncrcidns, que concuerdan con las observaciones. pero no han
l>ido rectificados por·iu razón'?"
Al cubo de tres siglos que transcurrieron desde entonces.
no hemos logrado superar las nociones prctorriccllianas, pues
nt'm se encuentran afinnuciones sobre el aire templado que
" tiende hacia arriba" y el frio que "ocupa su Jugar".

124. Conductividad térmica de la madera y la nie\'c

¿Qué cts lo que resguarda mejor dctl frio, las paredes de


madera o una capa de nieve del mismo espesor?

La nieve protege de In pérdida de cnlorm~jor que la madero:


su condudiV:idnd ténnica es 2,5 veces menor. Ala conductÍ\·idad
témú'cn no muy C<lnsiderable de la nieve se debe el hecho de
que, como suele decirse generalmente, una capa de nieve más
o menos gruesa ;•calienta" la tierra, por lo que ésta cede menos
calor al ambiente.

198
125. Ln sa t·tén de cobre y la snrtén de h ie 1-ro fu ndido

¿En qué caso el guisado se achicharra más, cuando se


prepara en rma sartcn de cobre o en una de hierro fimdido?
¿Por c¡ué?

La conductividad ténnica del hierro fundido es 7,5 veces


mayor que la del cobre; quiere decir que en tma unidad de tiempo
una capa de hierro fundido transmite una cantidad de cnlor 7,5
veces mayor que otra de cobre del mismo espesor, siendo la
misnut ln diferencia de temperatura n ambos lados de la capa.
Queda cloro, pues, que en u11<1 snrtén do hictTO fundido puesta
sobre el hontillo el gu1sado se achicharra más que en otra. de
cobre.

126. E n m.nsíllodo de las re n d idas de lns ' 'e n tonas

En los países de climafrlo, las ventanas de los edificios


fiLmen bastidores dobles para disminuh·las pérdida.~ de calor
durante al invierno. Además, suelen enmasillar fas rendlfas
entre los cristales y el bastidor; no obstante, hay quien
aconseJa dejar sin enmasillar la rendija superior del marco
extcJrior de las ventanas.
Explique el fundamento fisíco de este consejo.

Este consejo no tiene ningún fundamento ftsico: si se deja


sin enmasillar alguna rendija, aumenta el escape de color desde
el interior del local, puesto que el segundo marco encristalado
colocado en las ventanas disminuye las pérdidas de calor si el
aire comprendido entre los cristales no se comunica en absoluto
con el espacio interior y el exterior. Pero si el marco exterior
tiene una rendija no erunasilladn, el aire fiio exterior desplazará

199
el menos 6io que se encuentra entre los cnstnles, se calentará y
scni desplazado a su vez por una nueva porción de aire fho
colado desde afuera. Como en este caso el aire que ingresu, se
~alienta entre los cristales a expensas del calor dellocr1l. debido
ul cnmbio de oirc en el ospocio entre los marcos disminuirá In
temperatura ambiente de la habitación. Cunnto mejor estén
cnmnsillndas las rend ijas , tanto mayor será e l efecto
tcmtoaislantc de tos marcos de ventano.

127. En una habltnclón bien calentada

!Ji calor sálo f!,, capaz de transmitir·se de cuerpo.~ con


/l!mpertlllii'O mas alta a otros, Cuya temperaftlra es mas baja.
En 11na habitación donde hace mucho calor; la tempermw·a
ele/ cuerpo humano es mayor que la del ambiente.
¿Por qué tenemos calor en este caso?

La temperatura de la superficie del cuerpo humano es de


29 (las plantos de los pies) o 35° e (la cnrn), mientras que la
del ambiente de las viviendas no suele exceder los 20° C . Por
ello, nuestro cuerpo no puede recibir dircctumentc calor del
medio círcundnntc. ¿,Por qué, pues, tenemos calor cuando nos
cnco11tmmos en una habitación?
Tenemos calor no· porque nuestro c uerpo lo absorbe del
umbiente, -sino porque la capa de aire que nos envuelve, lo
conduce mal e impide que el cuerpo pierda calor, o sea.
disminuye sus pérdidas.
La capa de aire inmediata a nuestro cuerpo se calienta por
el calor procedente de éste y es desplazada hacia arriba por
otro aire, más frio; este último, a su vez, también se calienta y
cede su lugar a otrn porción de aire, etc. Es cierto que el aire
templado debe absorber menos calor de nuestro cuerpo que el

200
frio . Por eso tenernos calor estando en Wl cuarto con hucn<~
calefacción.

128. La temperatura del agua en e l fondo de un río

¿Cuándo es más alta la temperatura del agua de la ·capc1


cercana alfondo de un río profundo, en v(!r(mo o cm invitwrw?

Muchas veces se dice que en el fond() de ríos profundos la


temperatura es una m isma. de 4° C sobre cero durnntc t~)th) el
nño, pues a esta tcmpcratum la densidad del aguu es mtbdrna
Para Jos estanques y lagos de agua dulce esta atinnucü:..n es
cierta. Pero en los ríos, contrnriamcntc n lo que se nlinnn. la
distribución de temperaturas es distinta.
El agua de los ríos no sólo se despinza en el ~cntido
longitudinal, sino también en e l transversal. nunque estas
corrientes no se advierten a simple \ista. De modo que el agua
se mezcla constantemente, por lo cual su tcmpcralurn junt~) al
fondo es la misma que junto n !u superJicie.
La respuesta corn.:~ta a la prcgtfrita plnntcadu sería la
siguiente; "Cerca del fondo del rlo más profundo !u tcmpcrntuw
del agua en verano es más oltn que en invierno. en tantos grnuns
en cuantos la del ambiente exterior en verano es más altu que
en inYicmo."

129. Congelación de los ríos

¿Por q11é los dos de corri(!nfe rápida todm•ia tw se


congelan cuando la temperatura ambiental es lh~ algunos
g1·ados bajo cero?

201
Muchos picnsm1 que en invierno Jos rios de corriente r;,'ipida
se dcmonm en congelarse porque las partículas de agua esttín
en constw1tc movimiento. En realidad, esto no es cierto. Las
moléculas de agua siguen moviénd o<>c aun cuando no hay
co•Tientc, con u nn velocidad de varios centenares de metros
por segundo, por eso un aumento de velocidad de 1 a 2 m/s no
inlluyc mucho. Adenuís - y esto es lo más imporlrmtc- e l
movinúento del agun del rio, tanto longitudinol como Yort icial,
entrcme:t.cla considerables masas de agua , sin alterar el
movimiento de w1as moléculas respecto a otras, es decir, no
ca mbia el estado ténnico d el cuerpo.
Por otra pnrte, elliecho de que Jos rios se demoran w1 poco
en helarse ol comcn7..1\r la época de frío, estú condicionado por
elmov:imiento del agua, pero de una mnnern algo distinta de lo
q ue se suele creer. E l ogua que corre J·áp idamcnte no se congela
porque se tnC7..cla, desde el fondo hasta la superficie, por lo que
tiene una temperatura más o menos igual. El agua cercana a la
superticie, cuya temperatura ha bajado basta cero grado,
cnseguido se me7..cl a con las capas mfcriores, que aún. no se
han en friado, a con secuencia de lo cu a l la temperatura de In
capa superficial vuelve a ser superior a cero. Los ríos comienzan
a hclnrse c u ando la temperatura de todn el ngun, desde la
superfici~ hasta el fondo del río, sen igua l n cero. Mas, para
ello se necesita algún tiempo, tan to mayor c uanto mós profundo
es el río.
Ln congelación de los rios rápidos depende del proceso de
mezclado del agua . Si el agua fluye lentamente, la COITicnte
tran sversal no a rrastra hacia el fondo los cristales de hielo
fonn ad os en la capa superficial ~ 6stos, pegándose unos a otros,
cubren la superficie del agua formando tma capa sólida. Pero
si la corriente es rauda, los mismos son arrastrados h acia abajo,
se pegan a Jos objetos que encuentran y se amonton an
estorbando la corriente y provocando inundaciones. En S iberia,

202
el Angara -ún.íC<.) rfo que nac1~ en cJ lngo Baikal-·, de corriente
rápida, no se hiela )argc• tiem¡:o a pe!;ar de que hn·.::e m.uchisinw
frío: en esta cpo(:.'l en el rio s1~ forman grandes nu1sas de hielo
que diliculton la corriente. P~-ro su afluente lrkul , de corriente
lenta, se congela a w1a lempcrntura de pocos grados baj(l cero:
A ve~cs, semejante fenómeno se observa cm diferentes tramos
de u n mismo Tio: si la pendiente es notable, la corriente c..~ rúpida
y no se hiela larg,o tiempo, además, se mnonton~m ff:agtncntos
de hielo que provocan inundm~iones . Si, en cnmbio, In corriente
es tranquila, e l a@ua se congela prontamente.

130. La temperatura de la atmósfera

¿Por que en fas capas superiores d e fa atmó.if<wa hace


más fi-ío q11e en /m; inf?.riores?

Respondiendo a esta prcgw1ta se suele coment<.lr que I<JS


rayos solat·cs calientan poco la atmósfera ; la culienta más d
calor proecdente de la superficie t~rrestrc. gracias a 1 ;~
conducción del calor.
''La Tierra se;: ct1líeuta con los rayos solares quc nlrtl\ics;tn
el auc sin calentarlo. Cunndo inciden sobre In superficie
terrestre, 1•.: transmiten su calor. A su vez. esta última ealicntn
la cnpa de aire inmediata a dla. Por consiguiente, las c;~pas
supc=riores de ni N están mós !Tías qne las inferiores.'"
Esta e:-.plicaeión fue publicada en una de las reVIstas de
divulgación científica <:omo respuesta a la pregunta de ww de
los lectore.;: ..¿Por qtté en las capas superiores d ·~ In ntmó!>lcra
hnce mucho frfo~"'
Cabe decir que el agua puesta a •Znlentar en una cnc..,;;roln se
encuentra en las mismas condiciones: este líquido recibe cak·r
del fondo del utensilio que conduce cnlor, pt:r0 su-; capns

203
super iores tienen la misma tempernturD que las inferiores. Este
hecho se debe al mezclado del líquido calentado por abajo, u In
llamada convección. Si la atmósfera fuera líquida, entonces,
s iendo calentada desde abujo, tendría temperatura igual en coda
UJH) de s us puntos. En la abnósfera gaseosa también hay
corrientes provocadas por el calentamiento: e l aire frío de las
capas superiores desciende desplazando desde abajo el aire
templado. pero la temperatura no se igualu. ¿Por qué?
Uno de los libros de texto da la siguiente respuesta que
purccc bastlmte verosímil. El aire que su be desde la superficie
terrestre, reali7..n trnb.?jo merced a 1u cnergla de so reserva de
calo r~ por e llo, cada kilogramo d e nirc que nsciendc n 4 27 m .,
debe ceder una cantidad equivalente de calor, e n este caso,
1 kcal. S i consideramos qu e el calor especifico del aire es de
0,25 kcnl /(kg x grnd)aproximadamente, cada l OO m. denlturo
su temperatura debe variar en 1o C . De hecho se observa uno
vannción similar.
1\ pesar de que esta explicac ión concuerda con los datos
reales, es del todo CJTó neo, pues se basa e n tmu suposición
cquivocnda de que el aire renJiza trabajo mienb·ns asciende. En
n:aüdad, en este caso dicho Ouidoreali7.n tan pocotrabujocomo
un corcho que emerge en el agua. El corcho no se enfría m ientras
sube ala superficie desde el fondo d e un lago ni re aliza trabajo,
sino que, por el contrario, sobre éJ m ismo se realiza trabajo. Do
Ju mi sma manera el aire sube, siendo desplazado por la corriente
fri a que reetlizn trabajo parn elevarlo a expensas de In energía
d e Ja masa de aire frio que desciende. Además, ¿se en fria, acaso,
una bala dispurada hac ia arriba que realiza trnbojo para subir a
cicrtn a ltura? Ni mucho menos: mientras disminuye su encrgfa
cinética, aumenta In energía potencial, uc manera que se observa
el balance en ergético sin que la energ ía mec.'\nica se convierta
en térmica.

204
Ahora queda claro, por qué es errónea otra explicación del
hecho de que las capas superiores de la atmósfera tienen
temperatura tan baja: las moléculas del flujo de aire ascendente.
se desacelera11 mientras suben, en tanto que la disminución de
su ·velocidad equivale ala disnúnueión de su temperatum. Esta
conclusión también es errónea, pero equivocadamente la
hicieron suya incluso algunos experimentadores de gran talla,
aunque Maxwell en su Theory ofHeat prevenia de eUa.
"La gravedad decía éste, no influye de ninguna manera en
la distübución de tempcmturas en la columna de aire·•. No
debemos hacer caso omiso del hecho de que merced a la
gmvedad todas las moléculas del gas se desplazan de un modo
estrictamente iguaJ , sin alterar la posición de unas respecto a
otras: se trata pues, de su traslado paralelo. Por esta razón, el
movüniento de una molbcula respecto de otras no varia bajo el
efecto de la gravedad, lo mismo que al trasladar un recipiente
lleno de gas de un lugar a o tro. El movimiento témúco de las
moléculas no cambia, por ello, tampoco puede cambiar la
temperatura del gas. ._
En realidad, las corrientes ascendentes de aire se enfrían a
consecuencia de su expansión adiabática. A l mezclarse con las
capas superiores de La atmósfera, cada vez más enmrecidas, el
aire realiza trabajo de expansión a ex"J)ensas de su reserva de
calor. Cuando el gas cambia de estado variando también su
presió n sin r ecibir energía desde afuera (y sin cederla al medio
ex.i.erior), se dice que semejante cambio de estado es adiabático.
En ténninoscuantitativos, hay que cxruninareste fenómeno
de la manera siguiente. Si junto a la superficie terrestre la
t~mperatu.ra del aire es T o> y a la a ltura hes T h' mientras que la
presión barométrica es P 0 y P~a, respectivamente, el descenso
de la temperatura a la altura h vendrá dado por la expresión
~ siguiente:

205
Aquí. k es la nm'm Je la cupucidad colo rí ficü dol gns a
volumen constante con respecto n su cupa<;idad calorífiCu hajo
presión conslonte: pnra el t~irc k= 1,4, por ·~onsi guientc,
(k - 1)/ k=0.29.
Por cjc:mplo. vmnos a calculnr el dcscCJ JSO de la temperatura
del nin: 11 In mismn nllura ü c 5,.5 km .. donde In presi ó n
har0m~ ll Í(:a es dos n ;ccs tnenor q ue jun to a la supcrlicic
teJTCstrc. Paro simplilicar, vamos n ;;.xamin<~r el ascenso de uno
masa de ni re seco. 1cm:mos, pues, In expresión qu<o~ sig11<.::

dcdomlt·

Si junio a lo supe rficie terrestre t~1 tempcrntura es de 17° C,


ó 290 K, entonces

Esta magnitud equivnle o -49° C, es decir, con·cspondc a


1o e aprmdmadnmcnte por CHU(I J 00 m. de ullura.
La presencia del Ynpor ele ugu.!l modilico <.~l e{J)culo qlle
acablUllOS de exponer: el dcsc<:J1SO detcmpt!rntura por aJdn 100
m. de ul!ura, igunl a J grado cen tígrado pnra el aire seco.
disminuye casi en 0,5 grado !li e l nirc contiene vnpor de ¿¡gua.
Asi pues, en el seno de Jo nlmósf~ra calen toda pon1bojo, la
mezclo de masas d e ni rc no puede i.gunlnr su tempemlura: c:l

206
aire que asciende, se enfrln a consecuencia de ln expansión
adiabática, mientras que el que desciende, se calienta debido a
la compresión adiablttica. Por esta razón, las capas superiores
de la atmósfera tienen umt temperatura menor q u e lns cercan os
o ltt superficie terrestre.

131. lntcn s idn d de cntc nta mic n t o

¿Se necesita más tiempo para cnle11tar e l agua con tm


mech<!ro de gas de JO o 20 grados centígrados o de 90 a 100
grados?

Observando el cnle ntnmienlo del ogua con un reloj en la


mano, es fácil cerciorarse de que el agua tarda más en calentarse
de 90 n 1 00° e que de 1o a 20° e~ y eso que la cantidad de
agua dismin uye constantemente a consecuencia de la
evaporación . Este enigma se dcscif1.·a de ln s ig u ien te mnnera:
el calor de la llama no sólo se invit.."lie en la evaporación intenso
de liquido, sino también se disipa en el ~tunbjentc debido a la
emisión de calor. A tcmperaturns altas (de 90 a 100° e) el
ag11a emite mayor cantidad de encrgia que a temperaturas boj as
(de 1 O a 20° C). Por ello, a pesar de que el agua recibe
unifonnemen tc ctllor, su temp er atura atuncntará tanto m ás
despacio cuanto más colicnte esté el liquido.

J 3 2. L a tcmpcrnturn d e h• llam n d e unn ~·ela

¿Qué temperalllra tendrá la llama de una vela esteárica?


{un ácido graso sólido orgánica blanco de apariencia
cristalina. No es soluble en agua, pero si en a lcohol y éter]

207
Estnmos propc.:nsos u ::;ubcstimar lu temperatura uc las
fucnt<.:S J¡; Juz lan ''tnodcstas'· COI110 }¿¡ !lmnu de UIIU \'el<!
ordinaria. Por eso, muchos se soqwendcrán al enlerm·se de que
la llama <le una vela tiene una temperatura de l600° C (según
cst~Jb\ cció O . Lwnmcr con l'IITcglo a la ley de desplaznmicnlo
de Wicn).

l 33. Lu~ clavos y \:1 llama

.
¡,l'or qr~t! los clavos 1w se ji.11ulen en la llamad<! zmn ¡·e/a?

Comúnmente se suele. responder de la siguiente munera :


" Pues, porque In llama de wm vc.:la no produce sullcientc calor" .
Pero si ~1eabamos de nveriguar que la temperntura de la lluma
óc la vela es de 1 600° C , es decir, supcrn en 1 00° In de fusión
del hierro. Resulta, pues, que la llama de la vela do sulkicnrc
calor~ no obstante. c.:s incapnz de fundir dicho metal.
La causa de esto consiste en que al mismo tiempo que el
clm·o recibe calor de la llama, Jo emite al medio ambiente.
Cuanto más sube In tcmpcrnlura del objeto que se calienta,
tnnlo mús intensa es la pónlida de calor~ finalmente, en cierto
monwotO.l4 emisión y el suminü;t:ro ue «nlor se igualan, por Jo
cual dejo de aumentar la. temperatura del o~jclo sometido al
culcntmn ienlo.
S1 la llnmn , mfts exnclamente, su parte mús caliente,
erwolvicm todo el clavo, durante el calcntumiento la temperatura
móxima de dicho objt.1to sería igual a la de In llama, y éste se
fundiría. Como la llama sólo envuelve pnrte del clavo, mieutras
que el resto emite calor, e l ingreso y la pérdida de calor se
igualarán mucho rUltes de que la temperatura del metal se igunlc
con la de la llmna, y aull con la de fusión. del híerro.

208
De modo que el clavo no se li.tnde en la llama d e la vela
porq ue ést.!l no le• envud\'c enteramente, y no porque produce
pocn cnlor.

134. ¿ Quó es la calorin'?

¿Por qrté la dC'flnición t!x.acta de la caloria .,,.;pecijlca que


1 g . o 1 kg. de agua ddum calentarse de 14,5 a 15.5 grado.~
C<'llii.J.!rados?

Ln cantíuat! de calor qu.c se necesi ta para nnmentur In


temperatura del ngua en un grado. n o es cstriclmncnte igual a
difctentcs !cmperaturas. /\1 .:.tlcntur]fl deO o 2 7° C. esta etmt idud
d tsnunuye grnd unlmcnte, y " partir de 27° C numenta. Pnrn
qLJc 1n detlmción de lu culoria sea cxacln, es menester especificar
o qué temperatura e l nguu empieza a cnlcntarsc en un g roJo.
He aquí ln definic ión cxa•~ta de ln caloria, adoptadn por un
acuerdo internucionul : por crilorín :>e entiende Jo cantidad de
calo r necesaria p ara d cvar la tempet nhl'ru d e un grnmo .Jc ogun
de 14.5° a 15,5 ° b~jo u na presión nt.mosférica d e 760 mm. d e
mercurio.
Según se estableció mcuiantc cftlculos, esta caloriu equi vnl~
u su v<~ lor rnedio dctennínudo pnra un intcrvulod€: t.emp~~rmuros
de O a l 00° C; a consecuencia. del cúkulo so eligió la temperatura
pam w1n caloría "de 15 gntclos". A !;U V0'7., p:trH d inlervalo de
O u l ° C esto unidad e<> en un 0.8 °/c1 m e nor que la calculmla
pa nt los 15° C.

2(19
135. Calentamiento de l ag u:\ e n tres estados

¿Qué es másjcicil de c:afenlar en 1111a misma cantidad de


grados. J kg. de agua líqrtida. 1 kg. de hielo o 1 kg. de vapor
de agua?

Lo más fúci l es calentar el vupor de agua (su calor espr..:cftico


es de 0 ,46 kcal/(kg x grnd)) y luego el hielo (de calor específico
igual o 0,505 kcal/(kgxgrud))~ la mayor cantidad de calor se
necesita para culentnr el ugua líquida.

136. Calentamiento de un centímetro cú b ico


de cobre

¿Qué ccmtidciGl de calor .se necesita para calentar en 1


grado centígrado 1 cm. de cobre (de calor especifico - O, 1)?

A la pregunta sobre la cnniiducl de calor que se requiere


para calentar en tm grado 1 cm 3 de cobre, a veces se suele
responder equivocadamente: O, 1 c.al, o scu, lo que vale el color
especifico de este metal, o lvidando que el calor especifico no
se refiere a la unidad de volumen, sino a la unidad de masll, es
decir, no corresponde a 1 cm~, sino a 1 g. Para calentar en un
grado 1 cm3de cobre (cuya densidnd es de 9 g/cm3) se necesita
0,9 cal en vez de O, 1 cal.

137. Los cuerpos de c:~l o r cspccíficu más elevado

a) ¿Qué sólido necesita /(J mayor cantidad de calor pom s11


ca len tamiento?

210
b} ( Qué liquido nt!C<'.~ItO la mayor cantidad d q calorparr1 .m
calcmtamieiiTO?
e) t'Qué sustanc/Q necesita la mayor cantidnd de calor pal'a
ti/ calcntami<ln/0?

a) 1 ~ nLre los sólidos. el qu\; mayor crmtidud de cal~)r necesita


p ara ser calentado. es el metal litio: su calor especifico de
1.04 kcal/(.kg x grnd) es dos ve<:cs mayor que el del hielo .
b) E ntre Jos liquid~)S, el tlliLyor calor espccífi•:o lo r.ienc el
b idrógent'l Jfqui<.lo (.S.~ kt~1V(kg :< grod)), y no el :.gu!l. como
:~e suele creer Jos más de lns ve<:cs. El en kx .¡:spcc.i lico ,\c:l
:unoníuco licuado lumhién csma:tor qw~ el <.lclnguu (aunqu~
no Jo supera mucho).
e ) Entr~ los cuerpos de In nnturn1c%n, só lid('•S, liqlli,los y
gaseosos. el que mayor eantidml de calor requ iere porn sc·r
•;alentado, e$ el h idrógeno. El cnl01· específico de es to
sustam~ia ni t::stndo gusco~.o(n p1esión·~onstante) es de 3,4,
·-; ul c:;tado liquido, de 6,4 k<:al/(kg x grnd). El cnlc-r
·~specílico del helio al estado gas~oso ( l ,25 kcnVt]<g >< grad))
•::.s m ús elevado q\.lt' t.:l del aguo.

138. E l cnlot· cspccltko d e los a lim en to~'

.Pora conservnr lf.J.'; cd ím(fntos <m .fria se. l'l<'ceslla conocer


Sil c.~/or esp ec{(ico. ¿Conoc<' usted el calor c.vpec(llco de la
C(li'JW , d huevo, <'1 p escoclv y la leche?

He aquí los dntos rclnlh·os al pe-der calorífico<.en ~.cnl/kg)


de los alimentos enumerados al planteor el problema: carne
1797, pesc-ado 836, htu~vo J649 y leche 668.

211
139. E l metal mús fusible

(~ Cuál de los metales que se mantienen sólidos a


lemperorura mnbhmte, sejimde másfácilmenre?

Entre l11s aleaciones que se encuentran en estado sólido n


temperatura ambiente, es muy ll.•sible la aleación de Wood que
consln de e!:>inflo (4 pnrtes), plomo (8 partes), bismuto (15 pn11es)
y cadmio (4 pmies) y f·unde a 70° C. Además, existe otm
alención, más fusible aún. que tmnbien debe su notnbre a s\1
inventor Lipowitz¡.ésto contiene menor cantidad de cadmio que
la de Wood (3 partes en vez de 4) y funde a 60° C.
No obstante, estas aleaciones no ocupan el primer lugar
entre los met<~les más fusibles . El metal galio funde a una
tcmpcmtura menor aún, a 30° C. es decir, se demliría en In
boca de la persona, por d ecirlo así. El galio es el elemento 3 1
de la tabla de Mendeléev, " pronosticado" por D. Mcndeléev en
18 70 y descubierto por P. E. Lecoq de Boisbaudran en 187 5.
El galio se utiliza J'i.tndamcntalmcnte en los tennómetros
en vez del mercurio; su fusión empieza a 30° C y la ebullición,
sólo a 2300° C, es decir, este elemento pcnnanece en estado
liquido en un intervalo de temperatura muy amplio de 30 a
2300° C. Como existen marcas de vidrio de cuarzo que funden
a 3000° e, técnícamcnte es posible fabricar tennómctros de
galio. Ya se fabrican tennómetros de galio para temperaturas
de hasta 1500° C.

140. El mctnl más refractario

Cite el metal más refractario

Hace mucho que el platino, cuya temper(.ltura ele íi.1si6n es


ele 1800° C, ha dejado de ocupar el primer puesto entre los

212
metales refractarios. Se conocen metales cuyas temperaturas
de fusión superan en 500 ó 1000 grados la e 1 platino. Entre
ellos figuran el iridio (2350° C), el osmio 1700° C), el tantalio
(2800° C) y el tungsteno (3400° C).
E lmngsteno es el metal m.ás di ficilme nte f·usible entre los
que se conocen (se emplea para los filamentos de lámparas de
incandescencia).

t-U . Cn lc ntntnicnto d el acero

¿Por qué se d<?Sfntyc el entramado dtr acero de los edificios


durante el incendio, CJU11f]tu! este metal no se inflama ni se
funde por/as llamas?

Las barras de acero se vuelven menos resistentes cuando


sufren la acción de uno temperatura tn\lY alta. A los 500° C su
resistencia a la rotura es dos veces menor que a 0° C; a los
600° C es tres veces menor; n los 700° C disminuve cnsi siete
veces. (He aquí datos más exactos: si adoptamos ~r unidad su
resistencia a 0° e, e ntonces laresistencin a 500° e valdrá 0,45;
a 600° C, 0,3; a 700° C, 0,15.) Por esta rozón, durante los
incendios las eslmcturas ue acero se desploman bajo la ucción
de su peso.

142. Un a bote lla de t~gu a coloca da denta-o


de tror.os de h ielo

a) ¿Se podría colocar una botella tapada llana de agua dentro


de uno masa de hielo en derretimiento sin temor a que se
rompa?

2 13
hJ ~ina bote/kr 1/ent r d<J agua se encllentra den/r() de rtt•o mos.a
de hielo a 0 ° C . y otra, dC'ntro d (! agua a la mísnr ~l
lempc•ratura. ¿fin cuál de los botella.\· C'l agua se con}!elará
•' 11'1/(' S ?

a ) S.t se cc•ng.elmn c.;l ugun contc111da c.;n ht botella. el vidrio se


rompería a <:on~ecuc.:nci<J de In uilntneión del hido. No
obstante. en las C\.1lldici<•ne" c,:pccilk udos el ogu~ no se
helará Para ello nn sólo hubrín que ro-Jucir la tcmpur;Hura
nnsla 0° C. si no tmnbién h:.t.ría ¡¡JItu <l isminuir«~l <:<tlor Intente
de n.1s·ión 011 80 c¡rJoríns por Cltdu f?rlllllO de nguu que SC
.;~lllgela . E l lnolo, «h::nlro del cua l se c:nc.:uer:tlm la bolc.:llu,
tiene una tcmpernturu de oo C ( se derrite) y, p<~r
o;nnsigtliClllt', el ngua no trnns nlllir.(¡ calor ctl htelo In
lransmisió n de cuk•r es mtpostblc c uando Ju~ temperaturas
.wn igun les.. Corno el aguo n o e«;dc calor n 0° C ,
p cnmmcccni en estado 1iquido. Por ello, no hay que lcmc:r
<JUe la boteJI,) se rompo.
h) E l ngu.a no ~:e congolurft en ni ngunn di:! la~; boteiJas. E n
..unbos C:'l~OS In lcmpcrutura es de 0° e, por C<>nSi!micnll:,
d ngun cont<:n.idu l.!n la botcllu ~:e cnfnaril h•1slu 0° C , pcm
no se helnrit. pues no podrá ccdl!r calor lule.nte de l'o1sión <ti
ambiente: si los cuerpos tienen lcmpcruturas iguales. n o
intcrL~tmbinn culor.

1-13. E l h i<CIO en el ngu.a

;_Podría S1mre1:~írre por .ri mí.smo el fue/o en el ag11a


{/ 0° C./

C omo a 0° C el h telo ticn·~ un pt;so espccilieo de 0 ,917. en


las condiciones normales se sostien.:: en In superficie tlo~l ugua.

214
Pero durante el calentamiento disminuye el de esta ultima: por
ejemplo, a 100° C equivale a 0,96 g/cm3 , por lo cual en este
caso el hielo que se derrite, continuará flotando. Si seguimos
calentando el líquido (a presión elevada), a los 150° e su peso
.será de 0,917, de modo que el lúelo podrá permanecer por debajo
del rúvel de su superficie, sin bajar ni subir. A los 200° C el
agua tendrá una densidad de 0,86 glcUl3 , es decir, menor que
la del hielo, por lo cual éste se hundirá.
Cabe señalnr que en condiciones nom1nles el hielo es una
de las variedades del agua sólida: en otras condiciones (cuando
varía la presión) se fonnan otras vm·iedades de hielo cuyas
propiedades son distintas. Rc:lali7..ando experimen tos !>Obre las
propiedades de diversos cuetvos sometidos a una presión
bastante altn (de hasta 30.000 at.), el físico inglés Bridgman
clescub1ió seis variedades diferentes de hielo y las designó con.
números: hielo I, hielo Il. etc. El hielo 1 es más ligero que el
agua en un 1O ó en un J 4%. Las otras cinco variedades son
mtís densas que esta última: el hielo TI, en el 22 %; el hielo l.ll,
en e l 3 %; el hjclo IV, en e l1 2 %, e l hiel~ V, en e l 8% y el hielo
Vl, en el 12%.
Por consiguiente, entre las seis variedades de hielo sólo
una tlotn en el aguo, mientras que las demás se hunden.

144. El ogun congcludn e n las tuberías

En los países de! clímafl·ío, a veces, el agua de fa.~ tuberías


de las partes .subterráneas de los edificios se congela cuando
empiaza el deshielo, y no cuando la Temperatura es bajo cero.
¿A qué se debe este f enómeno?

Muchas personas quedan sorprendidas por el hecho de que


en las tuberías que pasan por Jos sótanos de las casas e l agua

215
~e congela fn:cuenlcnH:nle en époens Jc deshielo, y no cuun<lo
hac<: mucho frio. No c•bstante, este fenómeno tun extnuio ~·.e
debe a la conducti\'idad térmica insutieicntc del suelo.
La tierra cotlllucc tan mal el calor que la lcmpcmlur<~
mínima s•:; establece müs l<:1rdc en el suelo que, $Ohre lu
supcrlicie terrestre~ cuanto mayor eH la pmfundidad, tanto mits
se tarda. Por ello, euando In tcmpcraturu del ambiente ya ~.e
num ticnc bajo c<~ro. el li·io alin n.o tiene L1cmp<J pnrn z¡Jcon.T.ar
las tubcrias y Jos locales :mblctTáocos, por lo cual el ogun no ~:e
congela. Sólo después, cunndo en la superficie ya c~mlienza (~j
deshielo, penetra hn~;ta las tuberías. Bajo Licrn:t :;e establece l.a
tcmpcrutw:a minima cuandü en lu ~uperfícic terrestre el hielo
cmpie-.~.:u n dcm::tirse.

145, .El hielo

l .-<1 explicación q¡.t f~ se da al hecho de que lo supe1j lcie del


hielo es n-shr.dadiza es (JIW su punto de fusión descienci<~ al
aum1.m1ar !o¡H·<!Sión. Se s(/be que p.~ro disminuir en 1m grado
C<ttllígrodo el punto da jitsián del hielo hay que crear una
pres ión de 130 crt. Por eJlo. jJ:;) ra poder patinar a la
lr!IIIJ1<!l'af.llra de 5°C b~:io cero, el deportist.a debtJ ejercr!r sobre
el hielo una presión de 5 x· 13 O ~ 650 a t. No obstan re, la
.wpwficie de contacto enIra cd poth·r y el hiedo no mide !IWIWS
de unos cuantt;>s c~?ntímetros cuadrados, de modo que a 1 cm.
le curre.s•ponden no má.v de 1Oa 20 kg. de lo masa del pafinadOt:
Por C0/7SJ~~~~hmte, lt.1 presión que éste eJerce sol:we el hielo, t~s
muchas veC'es menor qlle la necesaria para dismin11ir d punlo
de jitsión til:l hielo en 5°.
e
¿Cómo expUcaría usted e l hecho de que a 5° bc¡jo Cl.!/'0
y a !nás baja temperarura es posible patinar?

216
La Ji.fenmcia entre la •;;xplicnciún del fenómeno y ·~1
resultado del cálculo se debe a las dimem;iones exngemdns de
la superfi¡;je de contacto entre el patín y el hielo. No toJo la
superficie del patín está en conutcto con el hielo, sino nlgunos
de sus puntos, cuyn <'u-ea lotv.l no debe do superar O, t cm: ((:s
decir, J O nunl). Sn este en so la presión que e l patinnúor (de 60
kg. de pcs·o) ejerc-e sobre ~1 hielo, no será menor de 60: O, 1 =
600 kg(/cm~. es decir, no serú inft::rior o la magnitud que se.
requiere paru que, conforme u la tcoria, disminuya la
temperatura, a la cunl el hielo empieza a derretirse.
Si d íi'í<.1 es muy intcns•,). la r·rcsión de los patines sedt
insLJ:lcicnl.c para reduc.tr la tcmpt.·nnuru de fusión dd hido husla
el valor requerido; en este caso el patinaje se difío;ultnrá .. pucsl.o
que aumentuni notablemente la fricción por rull:~ del agua que
~i tY·~ de engrase

146. Di smin uciún de l pu nto tic f usió n del hicto

¿/las/a qué lempt!rarura es po::ibh~ disminuir el¡Hmlo de


ji.tsión del hiato t!l~rvando mue/ro /.o presi.-)n/

El pwlto de Lbsión del hielo dimninuye en 111 ;-\() cte grado


cuando la pre~ión nmbientc uumerlla en unu atmósfera. Pero
no f:c piense que el hielo empezur<i a denetirsc n unn presión
suficiente, por muy buja quo! s~a la !empcnttlu·a . Cunndo t;e
eleva ln pl'esión, el punto de fusión dd hielo disminuye hasta
cierto límite: es ünposible reducirlo mús de 22 grados; esto ue
lograría a la presión de 2200 i1l.
Asi pues, pc•r m{ts que St~ elcVt~ la pro::sión., d hielo no He
dcn-etiní u unn tcmperutw·a menor de 22° C bujo cero: es
imposible patinar sin diticultud alguna cuando la tcmpemturn
bajo hastn ese vnlor, ya que n In prc:;ión do.! 220(1 al. e!!JJclo m.:

217
tollln más denso que de ordinario y. por consiguiente, ocupa
menos espacio: la presión ya no contribuye a su derretimiento.

1-'7- E l "hiel<) seco''

¿Sabe usted qué es el <rhielo .W!CO J>?

En la técnica, por "hielo seco'·, o " nieve cru-bónica" , se


entiende el nnhidrido corbónico sólido. Si se tleja salir anhídrido
curhónico líquido <.le \ma bolcllo a presión muy nltn (de 70 u t.)
a l aire Librt!, empiezo a ovupornrse tan intensamente que su
resto se congela (por e) frio engendrado durante la evnp<)ración)
formando una masa suelta como la nieve. Al prcnsarla, se
compacta tomando fonna muy parccidn al hielo.
El " hielo" carbónico posee una propiedad nolllble: no se
derrite cunndo se calienta, sino que inmcdintmncnte se con'"icrte
en gas sin plisar por la fase l!quid<l. Esta propiedad proporciona
una grnn ventaja a l utilizarlo pam enfriru·los productos de fácil
deterioro: e.l "hielo seco" no mojo y ni siquiera humedece los
productos micnl!"as se evapora. De aqui proviene su nombre.
Otm veut;tio dcl " hiclo" carbónico ante el ordinario consiste
en que proporciona un11s quince veces más frío que este último.
Además, se evopora muy lentmucntc; un vngón de frutas ,
enfriado mediante "hielo seco", puede estar en camino durnnte
diez días sin cambiar ni reponer la reserva de anhídrido
carbónico.
El efecto refrigerante del " hie lo seco" se debe a su
temperatura muy bnjn (- 8 0° C): además, el gas que se fonna
al sublimarlo, también es bastante frío (0° C): el "manto"
gaseoso que envuelve el anhldrido eurbónico sólido, ralentiza
el deshielo. El gas carbónico no contamina en absoluto el

218
proc.luclo, udcntú~. dil'utinuyc considcmtblcmt•ntc el peligro c.lc
incendios m\pidicnu<1 In propngnción del luego.
COJ gaseoso
CO¡ llqu~~ •. - _ \~~

~ ..
•.

~"::"":._-_
::-
...
J -=\. '" ' . - --j
. ..,,.._.,.~.. . .~
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~

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.....
.. ... -
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...
".:; ::::: .....
b:''-
• :__;:;:;.¿ • •.
- . ... --
-

A la izquiet-da: anhídrido carbunico co1111!mdo en unn


botella de ac<'r<> de pared"'s gruc-sn<;; I'IICima e.~rór. sus
vapores. ;\.lás a la ch·redw: cuando se nbn• lo válvula el
liqu ido comienza<' lmllir a C(.mSC'cuencia del dcscenw de•
presión. A lo de,~l!cha m·riba: la botella <'S IÓ ln.-::linada pnra
wa·f<•r anhidl'ido cnrhónico en un sac•> altul o al Jlr((o.
A la cfc.~recfw abaja: el saCc) queda c•nvuc•lto l!n un(l 1111h1!
de vc1por es de nnhídrido cr:rbónico cond<'nso~lo.'>: clf!nlro
eh•/ mismo se c!tiCII<'I 11rn nnhldrido carhúnico congelndo.

et ttflhírh-ido c·arhánico
cougC'Iodoforn.as 111/ll
ma Wl parecida,·¡ lt1
fiÍ<'n' ; de.>¡mé~ de
pren sarlu s¡• uht iN 11'
"fue/o .~!'f'O " .

219
148. El color d el vnpor de ag u~

¿De q11é C'Olor es dvapor de agua?

La muyorin de lns personas están. seguras de que el vapor


de agua es de color blnuco, y se asombran mucho al oír que
esto no es as! De hecho, el vapor de agua es absolutamente
tnmsparcntc e invisible y, por constguientc, es incoloro. La
niebla blnnq'-tccino que se suele Jlamnr "vapor" 110 es vnpor en
el sentido físico de In palabra, sino agua pulveriZ<ldn que tiene
f'onnu de gotitns pcqucfiisimns. Las nubes tampoco constan ue
V<~ por de nguu, se c<>mponcn de diminutas gotitas de líquido.

149. L a ehullició n del :~gua

¿QHé agua -sin lu!rvir o hervida- tJmpieza a hervir antes


que la otra bajo condiciones 1guales?

El agua no hervido cmpezani n bullir antes, pues contiene


ni re disuelto. Para cxplicur, por qué el aire presente en el usuu
acelero la ebullición, hay que examinar algunos detalles. l lelos
aqul. La ebullición, n diferencia de ln evAporación, consiste en
que npnrecen burbujas de vapor en el seno del liquido que se
calienta. Esto sólo es posible cuando la presión del vapor supera
la presión atmosférica S<Jbre la superficie de líquido, que se
transmite a su interior con arreglo a la ley de Pascal.
Consta que a los l ooo C la presión del vapor de o gua
saturanle es iguala la atn1osférica No obstante. c.sto sólo se
refiere al caso cuando el vapor saturo el espacio encima de la
superficie del agua plana. 'En el seno de la burbuja que se fonna
en el agua. la presión del vapor saturado debe ser menor que la
llt.:mosféricn, es decir,, menor qnc junto a la superficie dclngua

220
plana a la misma temperatura. La causa de este fenómeno
consiste en que la superficie cóncava de liquido vuelve a captar
fácilmente las mok."culas despr"ndidas de ella. Por consiguiente,
cuando hay relativamente poca~ moléculas liberadas, la
cantidad de moléculas que se liberan cada segundo dentro de
la burbuja debe equivaler a la de moléculas capturadas. Se trata,
pues, del estado de saturación, cuando un espacio dado contiene,
a una temperatura detenninada, la cántidad máxima de vapor,
y cuando la presión del vapor también es máx'ima. De modo
que queda claro que la presión máximu del vapor en el seno de
l.a burbuja es menor que encima de la superficie del agun plana,
donde equi\.•ule n In atmosférica. Cuanto mós cóncuva es In
superficie de agua, es decir, cuanto menor es el radio de la
burbuja, tanto menor será la presión máxima del vapor. Por
ejemplo, dentro de una b\.ltbuja de 0,0 1 pm. de radio, a los
100° C la presión del vapor saturante es de 750 mm. de mercurio
en vez de 760 mm. de mercurio.
H.esultn, pues, que el agua no debe empezar a bullir o los
100° C, como establece la tcorin, sino a una temperatura muyor,
es decir, cuando el vapor cree en el agun una presión más nltn,
igual a la atmosférica. Por esta razón, el agua hervida
previam.ente, que ya no contiene aire disuelto, tarda mús en
empezar a bullir. En cambio, la ebullición dura menos, se
desprende mayor cantidad de vapor, y el agua tarda poco tiempo
en calentarse hasta la temperatura nonnnl de cbull ición (1 00°
C) n consecuencia del consumo intenso de ca lor para la
evaporación. La ebullición del agua sin hervir que contiene
oirc disuelto transcurre de una manera distinta.
Como la solubilidad de Jos guscs disminuye al aumcntru· la
temperatura, el exceso de aire debe desprenderse del liquido
que se calienta. Precisamente este aire formn burbujas. Los
primeros glóbulos que aparecen en el agua sin he!V;r durante
el calentamiento, no contienen vnpor, sino ai.rc, y sólo poco

221
ruto dcspu ~s cmpic/.an o desprenderse de :;u sup<::rlicic interna
molc~culas de vnptlr de agua. Hay que tener en cuenta que a la ~
pnmcras burbujas de , ·npor. los m:h: pequ·~i'lns, les cue~ta nuis
trabajo formarse, puesto que ln presión del \'llpor de agua en
ellos es muy reducida. Cuando tcnn innn c·stas dificultades, ~ s
decir, cuundo oc una u otrn forma aparecen burbujas, se fncilitu
com:iderablcmcntc el pn.lCCS<• uc fomu•ción de Yapor <11 en:,::.
y su tamar.,o muncnln. Este h'~cho c:->plica , por que el ag'\HlllO
hcl'\ido con uire:: uisucllo no lnrda tanto cm empe:r..ar a hcl'\'11'
como !u hervido prc\'iUUK'Ill·~. tvfa.\.wdl logró sobrccalcnléll'
hasl:l !80c: C (U ¡m;~ión nonnuJ }' CICando CÍCt'lnS COndiciones
~ompkmcntarw s) ngun, ele lu cual )),Jh!n c~:lruiJo, t'nla mcdiJu
de k• p")siblc. uin:: di suel lo. Tul vez el.imin:mdo m1·1s ni re, logrnrín
culentarla hnsltt unn tcmpcwl.urn mnyor, sin que. <.l~i<ts'~ de se·r
liquJdU.

150 . Calcntamic!nto med iante el v upor

¿Sel'ia posible cl//cll/tor C'l agua medwnte \ ·Opor c/c! !00°


C /iasfCI f]IIIJ umpiece a hervi;·?

El vapor calenléldo hasta l00° C puedo~ ceder calor a l uguu


siempre que lu tmnpcrutmn de ésta sen in(crior a los 100° C.
A p;utir de l inslnnte en que se igualun las tempcrnl1.tras <1<:1
vapor y el ttg1.1a, el prínltlro dejn de tnmsmitir cnlor a la sc~gunda.
Por ello, c:s posible calentar ngun h asta t 00° C mediante <:1
vap<>r que tiene csu misma temperatura, pero ésle no podrá
trnnsm.iti.rle la cnntidad de cu1or necesaria pnra pasar n'l estado
gaseoso. Por consigui•ente, ~:e puede calentar agua h asta In
le::mpemtura de ebullición m<XIiantc el vapor, cuyH temperatura
es de 100'' e, más es imposible lograr que empiece a ht:rvir:
segtúrit en estnd<• liquido.

222
151. U na tetera con ngun hirviendo sobro la palma
d e la mano

llay quien dice que se puede poner 11na tetera metálica,


recién relirada del hornillo, sobre la palma de la mano s in
que esto p rovoque una quemadr.1ra, a pesar de que el agua
sigue hirviendo.
La mana empieza a sentir ca/m' sólo después de algunos
segundo,~. ¿Cómo explicaría usted estefenómlmo?

Un experimento menospe/igroso de lo que part!ce se1:

Se suele interpretar equivocadamente el hecho descrito ni


plantear el problema, aunque, de por sí, es cierto. Generalmente
se c ree que la mano no siente el calor de la tetera con agua
hirviendo porque parle considcmhlc se consume parn continunr
la ebullición. El calor necesario para la ebullición se toma de
las paredes del recipiente, en particular, de su fondo, debido a
lo cual desciende la temperaturn de este último. Cuando cesa
la ebullición, el fondo deja de transm.itir su calor al agua, y la
mano empieza a sentir calor.

223
f\sln explicw~ión es crrónen, pu~s nv aclara por qué las
paredes lalerak-s queman más que el fondo .. además, no
conmder<J d heehu de que u C-')nsc~.:uencin ue In c~·npomción d
fondo de lu tctcrn no puede tener una tcmp·~ratnm mcncr que <:1
agun ct">ntenid~ en ello ~ en este caso la tempcmtura del nguu es
ele unos l 00° C. o sea, es sullc1enlc pura quemar la numo.
.La cuusn rcnl de cslc ((;nómeno conSISte en lo) siguj~ote : la
humedad (d sudor) de lo palma de la mmw entra en contacto
con ·~1 fondo de In lctcm, pusnndo al llomudo " estado estcroidar·;
en un primer insrnnte después de rctir<tr 1<• vasiJa del hornillo,
el f(md (> tiene <:nlor ~.uricicnh.~ p:.r:t ell o. Mas, ctwndo su
tcmpcrulurn cstó por debajo de 150° C, vu no hay humedad
que se cncucntr~ en cstndo estcroidal , por lo cual el o; ulor se
siente más.
f~s tc c:q>crimento se llevan ..:.nb-;1 c.on ·~.\.ilo siempn: que el
fondo de la tctern sen liso y no esté cw;nciaclo. puL'S In rugosidn:l
c.lc- In sup¡;rliCIO mctúlicn r la S UCICOOO estorban qu~ huya
llluucclnu en estado esli~roídn l.

152. (.Prefie re usted <"Om ida fri(a o cocidas?

¿ Por qué la comidafhta es m<is sabriJ.~CI (jiW la cocida ?

La comida fnta sabe mejor que In cocido no sólo porque se


le at'íade nccíte o grnfln. sino ti.m<lamenlalmente porque IH
freidura y e:l cocimiento tÍ<..'IH..'rl sus particula:ridadc:~ 1lsiCI.ls. 'lbnto
el agun como la grasa no :>e cal ientan por rmcinM de la
tcmperntma de su ebullición. Ln primen1 hierve a 100° C.
mientras que ln segunda a 200° C. Por constgui~::nte, pura ti·cír
se n•;cesita. una lmlipernturn más a hu que pura cocer. A su vei'.•
un <:alentamienlo más intenso de lus sustancias orgánicas
contenidm~ en lu r:omida provoca en ellos transformaciones que

224
111 ~j oran su sabor. Por CE.<.> lo ca me lh1:a sabe m~jor que la cocid<1,
nsi como el huevo f:rito es má 5 sabroso qu·~ el duro, etc .

153. El b ue\·o ca liente en la mnno

¿Por q11é no quema la rn.~no un hrwvo n•cián sact:u.fo del


O,f5110 hirví en do?
Al sac-'lr un huevo del uguu bitviendo. su cá:>ctt.m cr.ún cstú
húmct.ln y muy eo.licnte E l agun <.¡ue se evoporn de In s u perficie
cali<mte, léJ cnfii ~1. pnr lo c unl e l calo r no s(' s iente mucho. Pe ro
este c1~cto sólo l1cnu lugur en lo" primer<):¡ instantes. mientras
el lwevo se seca, dcspu6s <.le lo cual su c;k•vadn tcmpcrn111ra
empieza u sentirse.

,r
---
,..
( ... '

Un l111evo recié!r sa cado del agua


/¡ irriendo 110 a brasa la mano.

l!'i.J. El viento y el tcrmúmctm

¿Qué in}lllencia e;erce el ' 'h"1IO sobre <!l ternrómetr?


Cllandn hace fríc/1

225
Si el tennómetro csl{• ~-co, sus indicaciones no depcndt.m
de ninguna numera del viento, aunque n veces se cree lo
contrario, pues si el tiempo es ventoso, sentimos el rrio más
intensamente. No obstante, dicho elemento influye de di [oren te
monern en el organismo humano y este instrumento de medida.
El viento se lleva rápidnmcntc las capas <le aire templado y
híum:do que envueln.'n nuestro cuerpo, y las sustituye por capas
de aire frfo. intensificando de ese modo la pérdida de calor y
numentando la sensación de frio. A su vez., el tennómct.ro, en
cambio, indicará h1 mismn lempenuum, o pesar de que hugn
vh.:nloo no.

155. El p r i nci pio de la pn1-cd fria

El traductor de llll tratado de astronomía .ve l<>pú en el


texto con el término "prmcipiode lo paredji·ia ".Al consultar
mtmerosos libros de fisica no encontró scunejante término.
¿Sabe usred, en qué consiste este principio?

Cuando el traductor del libro me p1dió que le explicara el


•·principio de ln pared fría", tnnlé mucho en encontnu· este
t6nnino. Por fin lo localicé en un libro de tc~to traducido del
francés. que hoy dfa es dificil de encontrar. Heaqui Jo que uice
ni respecto: ''Principio de Watf' o " principio de la pared fría".
Supongamos que tenemos dos recipientes: el reci.pient~ A
contiene agua a 100°C yelB, a0°C . Micntrusnosecomunican,
tienen diferente tensión del vapor: en 13 In tensión es do 4,6
mm. de mercurio y en A, de 760 nun. ele mercurio.
Pero cuando se abre la llave C, el vapor de A entra en B y
enseguida se convierte en agua; por ello, la presión del vapor
del reeipienteA no puede superar la de B . Se trasvasa vo.por de

226
/.1 a B sin aumentar la tensión del vapor en este último. He aqui
el ptincipio formulado por primera vez pc·r J.Wal1::
·' Si se comunican dos recipict"\t()S que contienen un mismo
líquido a tempcralura d ifercnte, ten<.lrán igual tc11 sión de vapor,
equivalente a la múxima que se registra a lo temperatura más
baja de esl:as dos."

Experimento que e.:rplica el "principio de la par¡¡dfi-ía ··.

Si el iccLor tiene nlgunu noción del in~Lnuncnto l'isieo


llan:.ado "mióforo", muy scndllo e ilustrativo, sabrá qué es 1:1
"pri11cipio de La pared fría", puesto que su acción está basada
precisamente sobre dicho principio. El cr:ióforo ~;onstn de dc·s
bolas de Vidrio huecas unida!: medi;mt;e un tubo.
Dentro de este dispositivo ha}' m1 poco de ugua con vapor
cnci m a de ella, y no hay aire. Al trnst:gar agua a la lx)lu superior,
ltt inferior se coloca en una me7.cla refrigerante. Con ltrrcglo al
;•principio de la pared frío", en el recipiente superior encima
del <:~gua debe establecerse In presión baja dd otro, metido dentro
de la mezcla refii.gemnte. Como la prl:'!sióo es reducida, el agua
empieza a hervir, mie-ntras qlJe el \'apor que se forma en este

227
coso se condensa en In bola inferior eufi'iado: la ebullición es
tan enérgica y la pérdida de calor a consecuencia de In
evaporación es tan intensa que se oongela, el agua del recipiente
superior, aunque no estli en el seno del hielo. J. Watt aprovtJCh.ó
este principio pnrn construir su "refrigcrndor": el vnpor de
l\SCape contenido en el cilindro se dirige por sí mismo al
refrigerador y se condensa en él. Antes de J. Wntt, en In máquina
de Ncwcommen, pnra condensar el Y upor agotado se inyectaba
agua fria en el cilindro, enfriando de esta manera no sólo el
vapor, sino también las paredes del cilindro, sin lo cual el vnpor
no se condcnsnba; durnntc la carrera siguiente del émbolo, en
el ci lindro cnl"riado so iny~;.-ctabn vapor caliente, cuyas primeras
porciones se conden saban (:)U las paredes hasta que la
temperatura del cilindro se igualaba con la del vapor en lu
caldera. Queda claro, pues, que semejante procedimiento de
condensación del vapor no era muy económico, por cuanto se
consumían grandes cantidades de vapor y agua li'ía. para lo
cual se gastaba mucho carbón. Es por eso que las máquinas
anteriores a lo de Watt tenfru1 un rendimiento tan bajo, sólo del
0,3 %. Este inventor utilizó, entre otros adelantos, el
condensador cuyo funcionamiento se basaba en el "prillcipio
de la pnred fria", descubierto por él mismo: el vapor abandona
por sí mismo el cilindro dejando calientes sus par:edes y
enfriándo~e fuero de él, en el condensador.
Pox: cierto, al lector le uneresnrá saber de qué manero se
aplicaril en la astronomía este principio que, al parecer, sólo
tiene aplicaciones mecúnicas. No obstante, este principio es
fundamental al resolver problemas relacionados con lu
revolución de los planetas más cercanos al Sol, o sea, Mercurio
y Venus.
Orbitando al Sol, Mercurio siempre le presenta Ja misma
cara, por lo cual en ese planeta el ''día'· equivale al "nño". En
su cara siempre ilwninada por los rayos solares, hay un dfa

228
etemo y un intenso calor, mientras que en la caro opuesta,
siempre sumida en las tinieblas del Universo, reinan una noche
infin ita y un intenso frío de- 264 o C, casi lo mismo que en el
espacio. En la mitad fría de Mercurio la atmósfera debe
condensarse y C41ngelarse, aunque consista en hidrógeno. Pero,
según e l principio de Watt, n esta "pared fria" del planeta debe
afluir la atmósfera del hemisferio dit.m}o, donde se e.stablece la
presión reducida que se registra en la atmósfera licuada del
hemjsferio frio. Además, la parte de la atmósfera que se traslada
de esa manera, también se condensa a consecuencia de la
temperatura tnn bajo. Este proceso ha de continuar has1·a que
toda In ntmósfera del planctn se desplace a lu cara fria.

B
El criój{Jro: cuando se enfi·ía el recipiel'lte ir?ler·iot;
se congela el agua contenida en el superi01:

Por consiguiente, Mercurio n o puede tener atmósfera


gaseosa, lo cual se deriva irrefutablemente del «principio de 1~;~
pared fría", siendo iguales los peliodos de giro del planeta sobre
su eje y el de revolución en tomo al So1.
Los astrónomos no Liencn opi111ón unlinimc en eu;ullo u In
dumc1ón de los rt:speclivus peiÍ0\.1\>:; -:.1~:: Vcuus. Unos consideran
que en csle plnnctn el "dín'' dura Jo Husmo que d " afio" como
en l\1~::rt~urio. Según otrns, el período de rotnc1ón vcnw>iuno, es
<lecir, su " rlía'· v¡¡ le nK~1os que el " año". El referido p1incipio
de la pnretl frln rc:dund¡, en hcnellcio de este scgunuo grup\> de
astrononw-s, pues las obscr\'ftcionr~s din.:ctns de Venus han
pcnml1do cstnbkct~r q\le tiene atmúsfcra: si su " día'· y "nño"
rucr,ln iguales, J¡¡ atmósleru d.e dicho plum:la corrcríu ]Rmismo
;:;ucrtc que la de !:u vecino Mc·rcurio .
J~l "principio de lu pun::d li-ín" tmnbu;n echa ¡xJr 1icnn In
Mlpvsiciones de ~lurbcrt Wells de que lu Lunn pudiera tener
:.1 tmoslcw, enun-.:.iada en su ingeniosa novela Los primcms
h\)lllbrcs en lu 1,ww . El noYdisw supone que de noche su
atmostcrn se congela y <.le din se derrite y cvnpora vol\ iendo a
:-:cr gaseosa. PeJo ya ~:abcm<)s qu~:, es imposible qul: en un
Jwmist·c rio <.le dicho cuerpo cdt.:stc haya un gas licuudo y en d
\.llro. lu misma snstuncia. pero en c~tado g.nscoso .

156. El p erde r calnr i lii:O d e In le ñ a

¿Q11e lei)a da más co!ot; d,• abedul o de álamo lt~mbl('m


(.ri SI!. queman cantidades iguall!s de leí1a igualmente seca)'!

G cncrnhncnlc se piensa que ht kfla de ubedul da mús caleor


que la de pino y, en especial, q ue la de á lmno temblón. E:-1to es
cicrln si se comparun volúmenes iguales: al quemar totalmente
un )(~ño de aht-'tiul, se obtiene mñs calor que~ quenwndo otro, de
Mamo temblón, de las mismas dinHmswncs.
No obstante .. en físic.a y en técnica, nl esti.mnr el podt~r
calorífico del combustible, :;,e comparan las masus y no lc·s
volCunene>.. Como la madera del abedul es 1 ,5 voces mós densa

230
ql.\e la del álamo temblón, no nos debe sorprender el hecho de
q'J)e el poder calorífico de la leña de abedul es igual que el de la
orra especie de madera. En general, cuando se quema un
kilogramo de leña de cualquier especie de madera se obtiene
una misma cantidad de calor (siempre que sea igual el
poréentaje de humedad contenida en ellas).
As! pues, nos parece que la madera de abedul tiene mayor
poder co:lorifico que la de álamo temblón porque comparamos
masas desiguales de estos combustibles quemando mayor
cantidad de una de ellas.
Si las diferentes especies de madera, de igual mnsn,
producen iguales cnntidades de calor, no serón completamente
equivalentes como combustible. Cuando se utilizan calderos
de vapor, no sólo importa el poder calorífico del combustible,
sino también la velocidad con que se quema. En tiempos lejanos,
cuando en las fábricas de vidrio se empleaban tales calderos,
se prefería la leña de álamo temblón o de pino, que se quema
más rápidamente que la de las demás especies. En las chimeneas
y estufas que sirven para cnJcntnr las habitaciones, In leña de
especies más densas calienta mejor que la de otras, de menor
densidad, que tardan menos en q1.1cmn.rse.

157. El poder cnlorítico de h• pólvora y del queroseno

¿Qué agente tiene mayor potencia calor(f/ca, la pólvora


o el queroseno?

Sería erróneo suponer que el efecto violento de los


explosivos se debe a la cnonnc c.antido.d de energla de dichas
sustDncins, es decir, a su elevado poder calorífico, el cual, en
muchos tipos de explosivos, es sorprendentemente pequef\o en

231
CI'Jilt>:uacu)n cun 1.'1 ¡;udc1 ealoniÍI.:Q d<· muchos cJ , ,~s de
.;ombuslible 111dustriol, como son.

Al tfii<'JIIar) /;g t/1:•: Se obril.me

Póh·ont ncgw 700 c;JI


Púlvoru de ¡mo'\ilina %0Cdl
.;ordillr 1200 - 14 00 cal

f fe oHjUÍ 1:1 pmlcr Calorifir; o dc ulgllll()S tipM de


.;omhustible rndu-;tri<ll :

()LJCI."OSCIW )' ga!iolma II .OCOcal


pclrole~' 1U.5C•O cnJ
curbún 7.000 c;r)
Lciiu scc:~ ~ . I OO c<tl

Pc.::ro n o se de;be compurar en lúnmr directa cslos dntos con


h>s rr ntcriorcs: hn)' que tener en cuc,ntll que durnntc la quema
dc h:.s e:-;pi•.1SIVOS ~'> lo se: conslullc el mdgeno contcmdo en e l k):,,
micntms que en 1:1cm;o dt' los combustibh.:s con\'cncionalc~ :;e
C\lllSumc ( 1 del med11) ambiente. /\1 rcladnnar el núl tl cro de
culonas co n lo masa del co mbustible. huy que ir.cluir tmnl)ICll
lu eh~ l""'g•:no que se conslJmc durnnle su quema. Es1<1 musn
adicional supera 2 ú .1 veces lu del •.x>mhltSLiblc. Por ejemplo,
pnm quemar 1 kg. tlu carbón se con.:lLUHOll 2.2 kg. de o.xigcno
(éste: es un c<ílcltlo Lcó riCI); t·n la pr:'lcticn la cilht es mnyon,
l " g. de p~::tról co consu.111c 2,g kg. de oxigeno, etc.
Mas, las cithts rclntin1s ul podct cu lor ífico de los
combustibles supern o los datos que cm acteriznu el de los
explosh·os. aunque se corrijau COITcspondtcnlcme::nte. ~ierin un
despilfarro calentur las csluf~Js quemando póh·•Jrn, pues esta
sustnncin produce tres veces meno¡; cnlor que la hulln.

232
Por ello, nntumhm:utc surge lu pregunta si~uit.:ntc : si los
explosivos conticmcn cantidades n<• muy g rund es úc cnergíu,
¿cómo se podrín explicar el terrible efecto destructor que
producen? f!s tc se c~pli ca únicn,mcnlc por lu rapidez de
combustión, es decir, por d hecho de que una cantidad
relol ivamentc pcqucíiu de em:rgia ~ libcrn en un inter\'alo de
tiempo muy corto . Durnnte la qucn\o de los explo,ivos se fonno
gnm cantidad de gnscs que, cnc:crrados en w.uceinto de vo ltunen
reducido, cmpqjun e l proyf·elil con uno pre~.ión d~ 4000
llllll O S fcrnf:.
Si In coml'lu3lil'll1 de la pólvora lucm h.:ntu, ~:~n t:1 tiemp o
ncc~:sa ri o p<~rn
:.u lir e l proy•xti l por lu boca dd caí1ó n . se
c¡ucmarln unu prrrtc pequeña de In cargu y s<.: fo¡m¡¡rínn pocos
gases, por lo cuul su prc:sión )' la vckx~idml dd proy~.:dil serían
insulicientcs. .Pero de hecho Ja póh·om se qucmn en el eaftún
ensi ínstanláncnmcntc. En menos que tu1H c·~ntésima de segundo
la cnrgo se quema totalmente y los g.nscs proyectan la bulu con
una fi.tt·r~.:a enom1c.

1 :'\8. ;. Qué p otencia lumíno.s;-1 Hcnc un u ccrilh•?

.Yo .'i·e trata de mta hromn. sino d<' 1111 problama ba:~tonte
~·eric> de la ji.vica. D11rrmte In comhusli/m se libet·a ('/1<'/:{(ícr.
¿Cutíntos julios de erwrgw se obth'IH!/1 cnda s,·g 111tda
c¡ll<'lll(lndo wta Cl'rilla?
Hn o1ras paln hnJS, ;.cuál es la polencia de una cerilla w t
votios? Como ve, ustc problema na tiene nadcr de broma.

'-Jo se ere~' · pues. que lu encrgío de lu cerillo es infíma. J·:s


f{rcí l cercic•rarsc de que no lo cs. He aquí el cirleulo . Umr ~.,;Jiu
pesa unos 100 mg , ó O.l g. (el peso se dctcnr.ina med ia nte
una balan;~a scn:;iblc ( J miJü;ndo su voh rnu~n . ndoptnndt) su
dcnsidod igual a 0,5 g/cml). Supongamos que el poder calorifico
de la madera vale 3000 caVg. Mediante el reloj detenninrunos
que uno cerilla tarda unos 20 segundos en quemarse.
Por lo tanto, de las 300 ca lodos (3000 x O, 1) que rinde w1a
cerilla, cada segundo se obtienen 300 : 20 = 15 cal!g. Una
calorin pequeña vale 4,2 J, por consiguiente, la potencia de la
cerilla que se quema es de

4,2 X 15 = 63 W

Asl pues, lo potcncin tk unn ceri lla supera la de liiHI


bombilla eléctricn de 50 W.
De lo misma manera se podría calculnr que funumdo un
cigarrillo se obtiene una potencia de 20 W. [le aquí los datos
para el cl1lculo: masa de la picadura, 5 g ~ poder calorlfico
específico, 3000 cullg; tiempo en que se consume un cigarrillo,
Smin.

159 ¿.Cúm o se quitnn las manchas con l:t plancha ?

¿l11erced a qué (!fecto se quitan de la tela las manchas d e


[p'asa con una plancha?

A la ropa se le quitan las manchas de grasa mediante e l


calenta.micmto, puesto que la tensión superficial de los líquidos
disminuye cuando ntunentn la temperatura. "Por eso, si en
distintos pw1tos de uno mancha líquida la temperatura os
d iferente, la grasa liendo a dospla;wrsc de la zona caliento hacia
In fría . Si a W1a de las caras de la tela npücamos un hierro
caliente, y a la otro una hoja de papel de algodón, este último
absorberá la grasa." (Ma"''"'ell, Theory ofHeat).

234
Por consiguiente, d mute• iol q~~t: uhsorbcr{l la grasu debe
aplicnrse u In cara opuc·stn n la plunchn.

160. Soluhilidud d<.1 In s:1l com ún

¿.4 qll(¡ remparalur:1 drl agu(l .t<' disucfnJIIWyor cantídod


de .~al comlin, a 40 ú 71) grados centígrados?

Cm111do se elcn• ln tcmpcrnturo del uguu. uumen tu la


solubilidad de In lllil } ' <'l in de l.ls su~lnnl.!ias sMidas disu~ltus en
úlla: J)OI' e_l(tlllplto. 11 0° C SC JisuCI\'e en d tlgUa cJ (l•l % dl:J
n.t..úc.ar, mientras que u 100° C. e l 83 %. No ohsltml(~. la :'lul
común no l'igw·a entre eslns ~.ustnndus. ya que ~:u solu.bilidnJ
en el agua <;nsi no depende de lo lcmpcrnluru . 11 O" C se d isucl\'c
el 26 % d{: la sal y a 11:)0° C . el 28 %. Tnnt<) n ·10° C como u
70° C •.:n el agu::t se disuelve (·xnelmnenle unnmi:mw c :mltdud
d~.: sal. el 27 % .

235
Capitulo Q11into

S ONIDO Y LUZ

l 61 . E l trueno
162. E l sonido y el viento
163 . La presión del son ido
164. ¿Por qué la pucrtu debilita el son ido?
165. La lente acústic.a
166. La reflexión acústica
16 7. E l ruido del carneo!
J 68. m <..liapasón y el resonad or
169. ¿Adónde van las ondas acústicas?
170. La v isibilidad de los rayos luminosos
17 1. El orto dcJ Sol
172. La sombra del alambre
173. La sombr-d de una nube
174. Lectura a la luz de In luna
175. EL terciopelo negro y lo n ieve blanca
176. Una estrelln y unn vela
l 77. El color de la superficie lunar
178. ¿Por qué la nieve es blanco?
179. Sacando lustre al calzndo
180. El número de colores del cspectrl, y del arco ir is
181. El nrco iris
182. A través de vidlios de colores
183. E l oro cambia do color
184 . El percal visto a lu luz eléctrica
185. E l color del finnnmcnto
186. El eclipse arttficial del Sol
187. La luz roja
188. La refracción y la densidad
189. Dos Lentes

237
190. La Luna junto ni bori7.ontc
19 1 . Ln Lunu vi)i,lu <1 travt:~ dt~ un on ficto punzndo en
una hoja de cartulina
192 L n C\'nstnnt~ sc>lur
193. El nl:ljeto mús m:gro
19-1 Lu t cmpcrulura dd Sol
195 L::~ temperatura del Universo

238
161. El true no

Observando un relámpago o escuchando el trueno, ¿será


posible determinat· la distancia hasta la descarga eléctrica
que los produce?

El trueno se desplaza por medio de las llamadas ondas


explosivas cuya amplitud de oscilación es bastante considerable,
y no mediante ondas acústicas ordinarias. En general, las
primeras se diferencian much o de las segundas, y sólo poco
nnt~o:s de extingu irse se descomponen en (lr\d<ts ~<.morus. En
primer lugar, las ondas explosivas sort notablemente más
rápidas que el son.ido, además, su velocidad no es constante,
sino que disminuye dnísticamcnte a medida que cambian d o
estructura y se destruyen. Mediante ex'))crimentos realizados
en tuberlas se est:.blcció que la velocidad de propagación de
d ichas ondas alcanza 12 6 14 km/s, o sea, supera unas cuarenta
veces la del sonido.
E l rayo cngcmlra o ndas explosivas que en un principi()
viaJan en la otnlósfern más rápido que el sonido. En esta ÚISC
las p ercibimos como un chasquido. Un trueno fuerte y brusco,
no precedido de ruido sordo, que se oye inmediatamente dcspu6s
de In fulguración (o. a veces, al mismo tiempo que la vemos),
es engendrado por una onda explosiva que aún no se hn
destruido.
Semejantes descargas in dican queJa chispa se hn producido
muy cerca de nosotros, pues sólo a djstancia corta ln ondn
explosiva tiene estructura originol.
Otro género de trueno, acompni'!ndo de descargns sordas
caractcrfstic.1S, que se debilitan y amplifican allemadamcnte,
se escucha al cabo de cierto intervalo de tiempo dcspucs de
que se ve el rayo, Jo que prueba que su fuente está nlejadn a una
distancia considerable. Se equivocan los que piensan que es

239
posibk dclcnninnr h1 d 1stanc.ia lwst:.1 la dc!:cnrga partiunJo del
<.:spacio de tiempo trnnscllrrido entre la clm;pa y el trueno
( mulltpJicundo t!J numero dt:: segundos por la \'elt)CtJatl del
sonido). ya que la ondu de aire que tronsporla el sonido. viaja
con una ,·clocidod vuri:~blc, nx:()tricndo la pnrtc inicial de esta
distancia n una vclocidml supersónica y ul resto, con lu dd
sonido.
Lo qw.: Hcabnmos d·:: exponer S()brc el tn~eno, no tiene nada
que ver con el sonido del disparo: ni d1spmttr un <.:.añón, la onda
c:-:plosivn se con\·icrtc en una onda acústica ordinarin u d os
lllClros du la picza;.pordlo, CJ; posible tlcl(:nninar la vt.:locillud
del m re a hase del disp.Jro de cnñón.

162. El son ido c.Jcl viento

¿Cómo oxplicaria us1ed el hechod<• q11c el \•icnlo amplijlca


el sonido?

A conlinua•;ión <•frecemos un pnsnje relativo 11 este


problcm~. tomndo del libro l·hsto r ischc Physik de L.lcour y
Appel.
-'Es snbitlo que el sonido se oye mejor cuando el v1ento c.s
favorublc. y ¡x.>or curu1do es contrmio. Por rcgln gencrul, sólo
se acostumbra cxplicor este limómeno con el hecho de que en
dire~)ción del \·icnto la 'velocidad de éste se stnnn a la del sonido.
Nos daremos. cuenta de que scmcjuntt:) expliccwión es
insuficiente si reo::.ordm:nos que clmo vimic:nto de:l aire <.)()11 una
velocidnd ele 1O m/s se siente como un viento bnsltmlc: fuerte .
Pero esta magnitud no influye notablemente en la intl!nsidad
del sonido, pues, de hecbo, se tratn de- un aumento o disminución
poc<l eons¡derahles de su vclocid;td, tle ord~n de un J lJ.-í>. El
fisJco inglés J. 1\'lldaJI explica cst·'! fenómeno de la numern

240
siguiente. La velocidad del viento casi siempre awnenta e n
función de la altitud. Por consiguiente, las ondas acústicas que
se propagan a cierta altura y cuya superficie en el ambiente
tranquilo suele ser esférica (líneas de trazos en In figura),
cambian de fonnu con mayor velocidad en dirección del viento
(según indica la flecbn) que las que se despll\Zlln junto a la
superficie terrestre. Por ~sta razón tienen fonna parecidn a la
que viene representada por las lineas continuas en ln figuro .
Como en cada punto el sonido se propaga perpendiculannente
a la superficie de la onda, el que procede del punto A en dirección
AC no podrá llegar hnsta el puntoD, sino que pasará por cncimu
de él siguiendo lu llnea Aa, por lo cual el obscrvudor que se
encuentra en dicho punto, no lo oirá.

El vi en fa deforma las ondas ac1íslicas.

Al contrario, el sonido e mitido en la dirección AB, sigue la


cur\'o Ab, la cunl no deja de ser perpendicular a la superficie de
la onda. Por ello, el observador que se encuentra en el punto b,
podrá oh·lo; todos los sonidos emitidos por A en una dirección
inferior aAB serán desviados de la misma manero y alcanzarán
la superficie terrestre en diversos puntos localizados entre A y
b.

241
lnjlw!llcia del viemo favorable
en la propagación dal.~onirlo.

En esta parte de 1:~ superfi cie terrestre incic..lirá mayor


cantidad de sonido del que deberla incidir, o sea, en este trecho
también se oirán todos los sonidos quo en tiempo de cnlma se
dcsplazarim1 por encima deAB."

lA influencia del viento contrario


en la propagación del sonido.

242
Así pues, el hecho de que el sonido se amplifica por el
viento no se debe a la variación de la velocidad de las ondas
sonorus, sino al cambio de su fonna (en reswnidas cuentas el
cambio de fonna depende de la variación de la velocidad).

163. Ln presión del sonido

¿Qué presión, aproximadamente, ejercen las ondas


acústicos sobre el tímpano?

S i las ondas de aire tienen una presión de 5 · 1o-ts N/cm", el


sonido se vuelve perceptible. Cuando el sonido es alto, la presión
es cientos y miles de veces mayor. No obstante, la presión del
sonido es pcquef'Hsima. Por ejemplo, se sabe que el ruido de
LU11l via pública eon tráfico animado ejerce sobre el tímpano
uoa presión de (1 6 2) · lO"' N/cm2, es decir, de 0,00001 a
0,0005 at.

164, ¿Por qué la puerta debilita el soñido?

Consta que la madera conduce el sonido ml1for que el


aire: al dar golpes por un extrenlo de un rollo largo sa pueden
escuchar muy bien aplicando el oído al otro ext~·emo.
¿Por qué, pues, no se oyen claramente las voces de las
personas que están conversando en un cuarto mien/J-as la
pue;·tn esté CC.I?'ada?

Por más extrru1o que parezca, la puerta amottigua el sonido


precisamente porque lo conduce m~jor que el aire. E 1 haz sonoro
se desvia do la petpendicular de incidencia cuando pasa del
aire a la madera, es decir, cuando penetra en un medio que

243
transmite el sonido más rápidamente. Por lo t<mto, existe cierto
(mgulo límite de incidencia de los haces sonoros que pasan del
aire a Ju madera, el cual es bastante pequeño (debido al elevado
indice de rerrucción). O sea, tma pmtc considerable de las ondas
aéreas qucatra\·ie:wm el aire e inciden en la superficie de madera,
deberán re(lcjarse al aire sin penetrar en esta última. En suma,
lo madem dejará pasar un porccnhtie reducido de ondas sonoros
procedentes del aire., que inciden en la superficie de separación
de estos dos medios. Por cstn razón, la puerta disminuye !u
intcnsidnd del sonitlo.

165. La lcnt.c acústica

¿E.,:lstirá lente qzw rejl·acte el sonido?

Es muy fúcíl construir una lente para retractar el sonido.


Para ello se podría uliUzar una semiesfera de malla de alambre
llenn de plumón que disminuye la vclocidau del sonido. Dicho
objeto podrá servir de lente convergente para el sonido. En La
figura aparece un diafragma consistente en una hoja de cartulina
puesta delante de lo lente, que separa los haces sonoros que se
enfocan en F por esta última. En el punto ·S está colocada uno
fuente de sonido (un silbato}, y en F , tma llama sensible al
sonido.
Ofrecemos la descripción de la lente " trcústica'' idenda por
J. Tyndnll. "M.i <dente» -escribe el inventor- consta de tUUl esfera
hueca hecha de una sustancia preparada a base de colodión
(ver figura), que contiene un gns mós denso que el nhe, por
~ícmplo, dióxido de carbono. La pared de la esfera es tan delgada
que cede fácilmente ol menor empuje dirigido desde afuera y
lo transmite al gas. A un lado de la lente, bastante cerca de
ella, cuelgo mi reloj de bolsillo y al otro lado, a tma distancia

244
de 1,5 m. aproximadamente, un embudo de vidrio, con lu parte
ancha dando hacia la esfera.

·--.. ··-, ~

i

ti

Lente de plumón para refractar el sonido.

Lente de dióxido de carbono para refi·actar el sonido.

Aplico el oído al embudo y, mo\·iendo convenientemente


la cabeza, muy pronto localizo el lugnr donde el tictac s~ oye
mu y alto. Éste es el "toco" de la lente. Si aparto el oido del
foco, el sonido se debilita; si, en cambio, el oido pen nanece en
el foco uúentras se desplaza la esfera, el tictac también se
debilita~ cuando la esfera vuelve a su lugar, el reloj sigue

245
sonando como antes. Por lo tanto. la lente pcmlitc oír clarrunento
el tictac del reloj que no se oye " a simple oído", por decirlo
nsí ."

166. La reflexión ncústica

C'11ando el sonido penetra en d agua, ¿se aproximará el


·'haz" tJc iÍsl ico a la perpendicular de incidencia os<~ ahtjará
de ella?

Si rnzomunos c~nno en el cuso del haz luminoso, sacaremos


una conclusión cn·ónea, puesto que In luz se propaga en el agua
mbs lcntrulicntc que en el aire, en tanto que las ondas sonoras
viajan en él con una velocidad cuatro veces mayor. Por ello, el
haz sonoro que pasa del aire ni agua, se desviará de la
perpendicular de incidencia.

o
Agtta

Refracción del sonido en el agua.

246
Por esta misma razón, cuando el sonido pasa del aire al
agua, existe un ángulo límite que en este caso sólo es de 13°
(correspondientemente al valor elevado del índice de refracción,
equivalente a la razón de velocidades de propagación del sonido
enrunbos medios). La figura muestra cuán pequeño es el "cono"
AOB que incluye todos los ángulos, bajo los cuales el sonido
puede penetrar en el liquido. Los haces sonoros que no
pertenecen a dicho cono, se reflejarán de la superficie del agua
sin atravesarla (reflexión interna total del sonido).

167. E l ruido del curacol

¿Por qué se oye un ruido leve en una taza o en un caracol


aplicndosal oído?

El ruido que percibimos cuando aplicamos una taza o 1ll1


caracol al oído, se debe a que en este caso dicho objeto sirve de
resonador que amplifica los ruidos -procedentes del medio
ambiente; generalmente no nos damos cuenta de ellos, puesto
que son muy débiles. Este ruido mixto se asemeja al que
prodne~.-"11 las olas del mar al batir la costa, lo cual ha dado
origen a muchas leyendas relacionadas con el ruido del caracol.

168. El dinpnsón y el t-csonador

Si un diapasón vibrante se coloca sobre una caja de


madera, el sonido aumentará notablemente.

¿De dónde procede en este caso la energfa excesiva? Cuando


las vibraciones del diapasón se transmiten al resonador, el
sonido se vuelve mús alto, pero dura menos tiempo. De modo

247
que la cantidau de energía emitida por el diapasón vibrante y el
resonndor, es una misma. No se obtiene ningún exceso de
energía.

169. ¿Ad ónde se vnn las o ndas ucú sticns'!

¿Adónde se va la emwgía d e las oscilaciones acústicas


cumulo el sonido deja de oírse?

Cuando se extingue un sonido, la energía de las ondas


acústicas se convierte c::n la del movimiento t~nnieo de las
moléculas de las<paredcs y el aire. Si en el aire de las
habitaciones no hubiera rozam.it-'T1lO in temo. y las paredes tberan
pcdcctamonlc elásticas, ningún sonido se extinguida: se oiría
ctemamente cualquier nota . En las habitaciones de dimensiones
ordinarias las ondas acústicas son rechazadas por las paredes
r.le 200 u 300 veces, trasmitiéndoles parte de su energía cada
\'CZ. que se retkjcm, hnsta que, al fin y al cabo, quooan absorbidas
totalmente, elevando la temperntura de las paredes. P or
supuesto, la cantidad de calor que entregan a est.<1s últimus, es
infinitésima. Una persona deberla estar Cltntando durante dos
o tres dias sin ccsor pHrn generar una caloría .mediante este
procedimiento.

170. L a visibilidad d e los r a bos lumino,sos

¿Ha visto us ted alguna vez rayos luminosos?

Muchos lectores están segw·os de que han visto rayos


lumi nosos. Semejantes testigos oculares quedarán muy
asombmdos al enterarse de que jamás los han visto. E sto no ha

248
podido ocurrir por la sencilla rnzón de que los rayos luminosos
son invisibles. Cada vez que nos parece que vemos rayos de
luz, lo que notamos son cuerpos iluminados por ellos. Ln luz
que pennite verlo todo, es invisible. He aquí lo que dijo sobre
este tema John Herschel, hijo de un célebre nstrónomo y gran
astrónomo y físico él mismo:
"La luz, a pesar de que pennitevcr los objetos, de por si es
invisible. Hay quien dice que se puede ver tm royo luminoso
cuondo éste penetra en un curu-to oscuro por un orificio nbiorto
en una pared, o cuando conos o rayos luminosos irrumpen en
los espacios entre las nubes un día nublado. procedentes de
Wlll zona (invisible) del sol como del punto, en el ctull con\'crgcn
todas las líneas paralelas. Pero lo que vemos en este caso, no
es la luz, sino innumerables partículas de polvo o niebla que
n:Oejan cierta parte de la luz que incide en cllus.
Vemos lo Luna porque lo ilumina el Sol. Donde no hoy
Luna, no vemos nada. uunque estamos seguros de que la
vercnws cuando vuelva a ocupar la misma posición. y que
veríamos el Sol si estuviéramos en la Luna (dondequiera que
se encuentre, a menos que no esté tapado por la Tierra). Por
consigtúentc, en cado uno de estos puntos siempre hay !u%. solar,
aunque es unposiblc verla como un o~jcto cualquiera. Existe,
pues, en forero de proceso.
Lo que acnbumos de explicar respecto al Sol, también se
rctícre a las estrellas; por eso, cuando contemplamos el ciclo
noctumn no-..-emos sino un fondo oscuro, excepto las direcciones
en que vemos estrellas, aunque estamos seguros de que todo el
espacio (fuera de la sombro de la Tierra) es atravesado
constantemente por haces luminosos... "
Esta nfinnocíón parece rcf·utar el hecho de que percibimos
clnramcnte rayos de luz procedentes de las estrellas y, en general,
de todo punto lluninoso~ además, cuando enlomamos los ojos
distinguimos un haz luminoso que llega hasta noso1ros desde

249
lm asl.ro lejano. Tanto lo WlO como lo otro es unn equivocación.
Lo que entendemos por rayos procedentes de las estrellas, es
un efecto que surge como resultado de la disposición radwl de
lns fibras que componen el cristalino del ojo humano. Si
seguimos un consejo de Leonardo de Vinci y miramos las
cstrcllus a través de un orificio muy pequei\o prnct'icado
medinnte una aguja en una hQia de cartulina, no,teremos ningún
rayo ni estrella~ los astros nos parecerán partlculas de polvo
muy brillantes, puesto que en este caso Wl haz luminoso muy
fino penetra en el QjO a través de la parte central del cristalino,
de modo que la estructura radial de éste no lo puede defonnar.
Pl1r lo que atat1e al haz de luz que vemos al entornar Jos ojos,
éste se fornm n consecuencia de la difracción de la luz en las
pestañas.

171 . El orto del Sol

La luz tarda poco más de ocho minutos en recorrer la


disrancia del Sol a la 7i'erra. ¿Cómo está relacionado este
hecho c011 el instante de salida de este astro?

El hecho de que el haz luminoso tarda 8 minutos en salv:~r


In distancia del Sol a In Tierra, no nos permite concluir que si
lo hiciera instanillnerunente, verlamos la salida del SoiS minutos
antes.
Los rayos de luz que penetran en e l ojo cuando
contemplamos el sol naciente, fueron emitidos buce 8 minutos,
de manera que no tenemos que esperar ese lapso para que
alcancen el lugar donde nos encontramos. Por eso, si la luz se
propagara instantáneamente, verirunos la salida del sol en el
mismo instante que ahora, y no 8 minutos antes.

250
172. Ln sombra del alambre

¿Por qué en un día soleado la sombra de un .farol


suspendido de un al.ambre se proyecta claramente en e1
pavimcmto, mientras que la del ala¡nbre casi no se ve?

La longitud de la sombra proyectado por el alambre.


ilwninado por el sol d epende de la posición del punto de
intersección de sus tangentes comunes, trazadas ollimbo solar
y a Jo.círcw1furencia que acota la sección del alambre. La t'ígura
muestra que el ángulo A de intersección de las tungenles es
igual al ángulo b¡~jo el cual el observnuor lorrcstre ve el limbo
solar, CJ sea, es ele 0,5°.

¿Por qué: el alambre no proyecta sombra?

251
Este dato nos pemute detemünru- la longitud de la sombra
proyectada por el alambre : ésta es igual a su diámetro
multiplicndo por 2 x 57, pues es sabido que un objeto que se ve
bajo un ángulo de 1° se encuentra a una distancia equivalente
a 57 veces su diámetro. Si el alambre que sostiene el farol ,
mide 0,5 cm. de grosor, la longitud ele la sombra seró de

O, 5 x 114 = 57 cm.
o sea, esta magnitud es mucho menor que la altura a la que se
encuentra suspendido el farol. Por ello, la sombra (sin contar la
pcnw11bm) del alambre no llega hasta el pavimento.

¿Por qué es tan corta la sombra P.4


proyectada por el alambre P?

La sombra del farol (en el espacio) es mucho ml1s largn,


correspondientemente a su diámetro más grande. Si la sección
de este últU.no es de 30 cm., la longitud de la sombra proyectada
en el espacio será igual a 0,3 x 11 4 = 34m.
Es decir, siempre alcanzará la t ierra, puesto que se suelen
colocar los faroles a una altura de 5 a 1O m.

252
173. Ln sombra d e una nube

¿Qué es lo que Lírme mayores dimensiones, una nube o Sil


sombra completa?

Ln nube, lo mismo que e l farol del ejercicio precedente,


proyecta una sombro cu fom1a de cono que se estrecha (y no se
ensancha, como se creen veces) h acia la tierra. Este cono es
bastante gran de, pues las dimen siones de la n ube son
considerab les. Si ésta mide tan sólo 100 m. de diámetro,
proyectoró uua sombro de tM•s de 1 1 km. de lon gitud. Scrlu
interesante calcular en qué mugnilud disminuye Ju sombra
proyectada sobre la tierra en comparación con las dimensiones
reales de la nube.

¿Qué es lo que tiene mayores dÍimmsiones,


una nubl! o su .vombra completa?

He aqut nn ejemplo: una nube flota a uno altitud de 1000


m ., mientras que los rnyos solares inciden sobre la superficie
terrestre bajo un ángulo de 4 5°; In long.it\.ld <.le !u prutc dd cono

253
comprendida entre la nube y el suelo es de 1000 x ~ ~ 1400
m. En semejante caso, la distuncia entre las semirrectas que
f(mmm un úngulo de 0,5°, será de 14001115, es decir, de unos
12m. Si la nube mide menos de 12m. de diámetro, su sombra
completa. no ulcanzorá la superficie de la tierra . En los
condiciones dadas y cuando ln nube es de grandes dimensiones,
ésto proyectará sombra completa sobre la tierra, 12 m . más
corta que el diámetro correspondiente de ln nube.
Si las nubes son de dimensiones considerables, semej<mte
diferencia no tiene mucha importancia, de modo que lns
sombras perfilados en el suelo no se distinguir{m mucho de sus
"prototipos". Por cot~siguientc, podemos considerar que sus
dimension es son iguales, aunque comúnmente se piensa que
la sombra es más grande que la nube que la proyecta. Este
hecho permite estimar fáci lmente la s dimensiones
longitudinales y transversales de los nubes .

.174. Lectura a la luz de la luna

¿Será posible leer un libro a la luz de la luna llena?

Subjeth:mnente, la luz de la luna se percibe como una. luz


bastante intensa, por lo cual generalmente se suele contestar
afim1a.t~yártiente a esta pregunta. Pero los lectores que hnn
tratado de leer nnlibro a la luz de Jn !uno llena, se habrán dado
cuenta de que cuesta mucho trabajo distinguir los caracteres.
Paraleerun libro impreso con caracteres corrientes, se necesita
una iluminación no menor de 40 lx 15, mientras que si los
caracteres son menudos (gallarda), no menos de 80 lx.
A propósito, cuando el cielo está despejado, ln luna llena
sólo asegura una iluminación de una décima de lux. (La luna

254
llena produce la misma iluminación que una \lela encendida n
3 m de distanció.) Quedn clnro, pues, que la luz del satélite
natural, n o es suficiente para leer un libro sin hacer algún
esfuerzo. También estamos propensos a sobrestimar la
iluminación naturul en las noclws blancas. En esta época, a la
medianoche, la iluminación en la latitud de San Petersburgo es
de 0,5 lx aproximadamente. Por tanto, durante las noches
blancas se puede escribir o leer sin más luz que -la m•tural sólo
a las 10 de la "noche"' o a las 2 de la madn•gada, cuando la
ilmninnción es de 30 o. 40 h:.

l ?5. E l ter ciopelo negro y la n ieve b lanca

¿Cuál de estas dos c:o.ws es más clara, el terciopelo


e:o,;puest.o a la luz del sol o La nieve limpia una noche de luna?

Parecería que no bay nada más negro que el terciopelo de


ese color, ni puede existir coso mós b~nnca que la nieve virgen.
No obstante, estas nociones clásicas de negrura y blancura se
toman distintas si se utiliza un instnunenlo fisico lnn imparcial
como e l fotómetro. Resulta que el terciopelo más negro
ilwniuado por los rayos solares es más claro que la n ieve virgen
una noche de luna.
La causa de esto es In siguiente: una superficie de color
negro, por mtís oscura que par'-'7.Ca, no absorbe totalmente los
rnyos de luz visible que inciden sobre ella. Aun el negro de
carbón y el de plutino, que son las pinturas mó.s negras ele las
que se conocen, dispersan del 1 nl2% de la luz. que sobre ellas
incide.
Vamos a considerar que esln magnitud es del l %y que la
nieve dispersa el 100% de la luz recibí da (estos datos cstfm un
p<1CO cxagemdos; es conocido que In nieve reciente sólo dispersa

255
un 80 % de la luz que incide sobre ella). Se sabe que la
iluminación que da el sol es 400.000 veces más intensa que la
de la luna. Por ello el 1 % de la luz solar rechazada por e l
terciopelo negro es mi les de veces más intensa que el 100% de
lu luz de la luna dispersada por la nieve.
En otras palabras, el terciopelo negro expuesto a la 1uz del
sol es mucho más claro que la nieve iluminada por la luna. Por
cierto, lo que acabamos ele exponer no sólo se refiere ala nieve,
sino también al mejor pigmento blanco (ellitopón, el más blanco
entre los pigmentos, dispersa el 91 %de la luz recibida).
No hay superficie, excepto laque esté caldeada al rojo, que
rechace mús luz que la que incide sobre ella (la luna refleja
400.000 veces menos luz que el sol), por ello, es imposible que
exista una pintura tan blanca que a la luz ele la luna sea
objetivamente más clara que la pintura más negra un dia de
sol.

176. Una estrell a y una vela

¿Qué es lo que alumbra más, una estrella de primero


magnitud o una vela encendida alejada a 500 m.?

La intensidad luminosa de tl11t."\. vela ordinari"a supera cientos


demilesdeveces la de una estrella: \inn vela encendida y alejada
de nosotros a 500 m produce la misma iluminación que una
estrella de primera magnitl.td. Por ende, con arreglo a las
condiciones indicadas al formular el problema, las dos fuentes
de luz iluminan de manera igual (a saber, cada una genera
0,000004 lx).

256
177. .E l color de la supct11dc lunar

La Luna observada de3de la Tierra a simple vista tiene


color blanco y observado en tm telescopio parece tener color
de yeso. No obstan~e. los astrónomos afirman que Sil superficie
es de color gris oscuro.
¿De qué forma conciliamos estos criterios?·

La Luna sólo rechw. .n lUla catorcca\.-11 parte de la luz recibida.


'Por lo tanto, los astrónomos dicen con todn razón que In
superficie de nuestro satelite nntural es gris. En una de sus
conferencias sobre la luz J. Tyndnll cxpJica por qué la Luna
vista desde la Tien·a parece ser de color blanco: '•La luz que un
cuerpo recibe, se di·vide en dos partes, una de las cuales es
rechazada por su superficie. Estn luz reflejada conserva el color
que tenfan originariam~nte los rayos incidentes. Si la luz
incidt..-nte era blanca, la reflejada también lo será. Por ejemplo,
la luz solar, aunque la rechace un cuerpo negro, seguirá siendo
blanca. Las dimin.tltns particulas del humo más negro que sule
de una chimenea y se ihm1inn con un haz de luz del sol,
refl~iaró.n esta luz blanca ... De modo que si la Luna estuviera
tapizada del terciopelo más negro, no por ello dcjnrfn de
presentamos su disco plateado." Por supuesto, el contraste con
e l ciclo oscuro. sobre el cual parecen más brillantes las fuentes
luminosas más débiles, no puede menos que realzar la
intensidad de la luz de la Luna .

178. ¿Por qué la nieve es blnncn'l

¿Por qué la nieve es blanca aunque la forman diminutos


cristales transparentes?

257
l..u nieve es d~ color blanco por Jo misma ruzón, por la cual
parece ser blnnco el vidrio tritt1rado y, en general, todas 1as
sustuncias transparentes tritw·adas. Si desmenuzamos tm tro~o
de hielo en un mortero o lo raspamos con un cuchillo,
obtendremos polvo de color blunco. Este color se debe a que
los wyos ltuninosos que penetran en los diminutos trocitos de
hielo transparente, no emergen de ellos, sino que se reflejan en
sLt interior por la superficie de separación del hielo y el aire
(reflexión intema tot<il). A su vez, la s uperficie del trozo de
hielo, que ret1ejn desordenadamente en todos los sentidos los
myos de luz recibidos, nos parece tener colorhlonco. De modo
que lo causa que;condic.iona el color blanc-o de .la nieve, es su
fraccionruniento. Si los espacios que hay entre las partículas de
nie\·e se llenan de agua, ésta pierde su color blanco y se vuelve
transparente.

179. Sacando lustre ni calzado

¿Por qué tienen brillo los zapatos lustrados?

Por lo v1!>10, ni el betún negro ni el cepillo tienen algo qne


pueda dar brillo al calz<~do. Por esto. este fenómeno es para
mu_c has personas una especie de enigma.

A una persona disminuida 10.000.000 de veces, una placa


bien pulida le parecerá un terrano poblado de colinas.

258
Para descubrir el secreto hay que comprender en qué se
diferencia una superficie brillante de otra mate. Se suele creer
que la superficie pulida es lisa, mientras que la mate es rugosa.
Esto no es cierto: ambas superficies son rugosas. No existen
superficies perfectamente lisas. Un¡~. .pulimentada vista en un
microscopio parece cortada a pico, lo mismo qu.e el filo de una
navaja vista en un microscopio; a una persona disminuida diez
millones de veces, la s uperficie de una placa esmeradamente
pulido le parecería un terreno poblado de coljnas.
Cualquier superficie, sea mate o esté muy bien pulida, es
rugosa, tiene abolladuras y raspaduras. Todo depende de las
dimensiones de estas in'Cgularidades y defectos. Si son menores
que la longitud de onda de la luz que cae sobre ellos, los rayos
serán reflejados de fonna "regular", es decir. con.serYaudo todos
Jos ángulos de inclinación de unos respecto a otros que tenían
ames de ser rechazados por la superficie. Scm~jante superficie
produce imágenes especulnres, brilla y se dice que está pulida.
Pero si. en cambio. dichas irregularidades miden más de In
longitud de o.ndn de la luz incidente, los rayl1S luminosos scrftn
reflejados de forma desordenada, sin conservar los ángulos
iniciales de inclinación de unos respecto a otros. Semejante Juz
difusa no da reflejos especulares y se dice que es mate.
De aqui se deduce que una superficie puede estar pulida
para unos rayos y ser mate para otros. Para los rayos de luz
visible, cuya longitud de onda es de 0,5 micras (0,0005 nmt.)
por ténnino medio, unn superficie con irregularidades menores
que las que acabamos de indicar, será pulida; paru los royos
infrarrojos. de onda m {ls larga, también lo será; pero pnrn los
ultmvioletas, de onda más corta, será mate.
Mas, volvamos al prosaico tema de nuestro problema: ¿por
qué tiene brillo el calzado lustrado?
Si la superficie de cuero no está embettmada, presenta todo
tipo de irregularidades, de dimensiones considerablemente

259
mayores que la longitud de onda d e la luz v isib le. por
consiguiente , es mate. Una capa delgada de betún viscoso,
aplicada a tal superficie rugosa, camutln las irreg11laridad es y
alisa las fibras finas que hay en ella . Pasando muchas veces e l
cepillo, se quita el exceso de betún en Jos salientes y se llcnon
Jos entrantes, por lo cual las irregularidades se disminuyen y
sus dimensiones se vuelven menores que la longitud de onda
de Jos royos visibles: a ojos vistos la superficie deja d e ser mote
y se toma brillante .

180. E l núme ro qe coi<H'CS d el cspcdt·o y d elurco it·i11

¿Cuántos colora.~ ti(•ne11 el aspect,·o so/m · y el arco i1·is?

Generalmente se dice y repite que el espectro solar y e l iris


tienen siete colores. Éste t:S uno de los equivocas mñs frecuentes,
y a nadie se le ha ocurrido refutarlo. Si examina mos la bandn
d e colores del espectro sin atenemos a esta idea preconcebidu,
sólo d istinguiremos los cinco colores fundamentales que siguen:
rojo , amarillo , ' 'en /e, ttr.u l y 1tioleta . Estos colores no tienen
limites acusodos, lo transición de uno n otro es grndual. De
modo que además de los colores fundamentales enwncmdos
se distinguen los siguientes matices
i.ntennedios: ftllaralljlUio, 1rerde amarillo, W!IYi e au~lado y aflil .
üsea, el espectro solar·tendrá cinco colores si sólo tenemos
en cuenta los fundamentales, o nut:ve si trunbién consideramos
los matices intenncdios.
Pero, ¿por q ué se acostumbra nombrar siete colores?
lniciatmenle, I. Ne\.\10n sólo distinguió cinco colores.
Describiendo su famoso experimento (en su obra Opllcs) dice
lo siguiente: "El espectro está coloreado de modo que su parte
menos refractada es roja; la parte superior, más refractada, tiene

260
color violeta. En el espacio comprendido e ntre estos colores
extremos se distinguen los colores amarillo, verde y nzul claro."
Posteriormente, tratando de nnnoni7..ar el n\unero de colores
del espectro y el de los tonos fundamentales de la gama musical,
Newton aí'iadió dos colores más a los cinco enwnerados. Esta
afición al número siete, que no está motivada de ninguna
manera, no es sino una reminiscencia de las creencias
1
astrológicas ~ y del tratado de la "música de las esferas" de los
antiguos.
Por lo que se refiere al arco iris, ni siquiera podemos tratar
de distinguir los siete colores: nunca se llega a distinguir c inco
matices. Gcnornlmcntc, en e l arco iris sólo se ven tres colores,
a saber, el rojo, el verde y el violeta; a veces apenas se aprecia
el amnrillo~ en otros CiiSos el iris ostento una fronjn blanca
bastante ancha.
No podemos menos que asombramos de cuán arraigada
est{• en la mente humnna la leyenda de los "siete" colores del
espectro, a pesar de que en nuestra época la flsicn se ensena
por métodos experimentales. A propósito, e-ste prejuicio aun
subsiste en algunos libros do texto de e~cuela. mientras que ya
estfl desterrado de los cursos universitarios_
Estrictnm.cntc h ablando, aun los cinco colores
fundamentales del espectro, a los cuales nos hemos referido,
son convencionales hasta cierto grado. Podemos dar por sentado
que lo banda espectntl sólo est{, dividida en tres zonas
principnles, a saber,
Ice zona roja,
lu zona verde amnrilln y
In zona nríil.

Si tenemos en cuenta cada uno de los matices distinguibles,


según muestran los experimentos, será posible clasificar más
de 150 matices.

261
UH. EJ a re u i l'is

Hay quien afirma r¡rw ha visto Wl arco iris un 22 dejuoio


ni mediodia en :\1osctí.
¿Será posible ta l cosa?

El arco iris sólo se puede ver cutmdo el sol se encuentra


lomwndo tm ángulo de 42° sobre el horizonte (ver figura).
En la latitud de Moscú, el dia del solsticio de ,·crano In
altitud del sol meridional tcl 22 de junio) ~s de

Por consiguiente, aquel dín el sol estuvo más alto de Jo


necesario para que fuera posible yer el arco iris.

Para qr.1a sea posible observar el nrco iris, el sol debe


ascender a rma altitud detenninada respecto al horizonlt!.

182. A tra\'és de l'id r ios de color es

¿Qué color parecen tener lasjlores rojas cuando se mira11


o través de rm vidrio verde? Y las azules, ¿qué color tienen?
El \-idrio verde sólo deja pasar. los rayos verdes y detiene
todos los demás: las flores rojas sólo emiten rayos rojos y casi

2ú2
no emiten rayos de otro color. Mirando una flor roja a través de
un trozo de vidrio verde, no percibimos de sus pétalos ningún
rayo. pues los únicos rayos que emiten, son detenidos por el
referido vidrio. Por ello. una flor roja vista a través de semejtmte
vidrio parecerá negra.
También parecerá tener color negro una flor azul vista a
través del vidrio venlc. He aqtú lo que dice en su libr.o La fisi~
enseflnda en las excursiones estivales el Prof. M Piotrovski,
flsico, artista y observodor muy sagaz de la naturaleza:
··s¡ observamos un mncizo de flores a través de un trozo de
vidrio rojo, advertiremos que las flores rojas, por ejemplo, e l
geranio, son tan intensos como las llores blancas; sus hojas
verdes nos parccenín absolutamente negras, con un brillo
metálico; las t1ores azules (el acónito, por ejemplo) se verán
tnn negras que apenas se distinguirán sobre el fondo negro de
Jns hojas; Las flores de color amarillo, rosa y v ioleta nos
parecerán más o menos opncas."
"Si miramos 1M mismas flores a través de un vidrio verde,
tWS impresionará el verdor brilla.nte de,sus hojas, cuyo fondo
realza la intensidad de las llores blancos; a lgo más pálidos se
verán las amarillas y las celestes: las rojas se convertirlm en
muy negras; las de color üla y rosa pálido se verán opacas y
hasta grises, de modo que los pétalos de color rosa claro del
escaramujo resultarán más oscuros que sus h~jos."
·<Las flores rojm; vistas a través de un vidrio azul también
«se Yolverám> negras; las bluncns «se tomarán» claras; las
amarillas, totalmente negras; las celestes, casi tan claras como
las blnnCDs. Es obvio que las t1ore.s rojas nos envüm mucho
más rayos rojos que todas las demás; las runarillas despiden
cantidades aproximadamente iguales de rayos rojos y verdes,
pero muy pocos azules; las de color rosa y púrpura, muchos
rayos azules y rojos, pero poco ·verdes, cte."

263
183. El oro cambia de color

¿En qué condiciones el oro tiene color plateado?

Paw que el oro pierda su característico color aman llo, hay


que exponerlo a una luz exenta de rayos amarillos. Para creur
este efecto, Ncwton retenía el color amarillo del espectro d~jundo
pasar los demás colores y uniéndolos a continuación mediante
una lente cünvcrgente. "Si Jos royos amarillos se retienen anle-s
de que atraviesen la lente -npuntó el sabio posteriormente- el
oro ( iluminado por los dcm{ss rayos) parecerá tnn blanco conw
la plata. •·

l84. El pcrc;ll visto a h1 h11. eléctrica

¿Por qué el percal que tiene color lila a la luz diurna,


pamce ser negro a la luz eléctrico?

La luz de la bombilla eléctrica tiene muchos menos rayos


ozules y verdes que la del sol. De modo que el percal Wa,
iluminodo por la luz de In bombilla eléctrica casi uo refleja
rayos; los únicos rayos. que podria re11ejar, no los recibe. Si el
pjo hwnano no recibe r~yos lwninosos de una superficie, ésta
le parcqe negra.

185. El color del firmamento

¿Por qué t!l firmamento que tiene color azul de d.ía, se


torna rojo cuando se pone el Sol?

264
El sol envia luz blanca a la atmósfera terrestre, pero nuestro
ojo sólo percibe los rayos dispersados por las moléculas del
aire y por las diminutas partículas de polvo que se encuentran
suspendidas en é l. Las moléculns de nire y las parHculas de
polvo recho:zan los royos de onda corta, es decir, sólo los de
color azul oscuro y claro~ las ondas más largas "contornean"
dichas partlcuJas y prosiguen su recorrido. Por consiguiente,
en la luz dispersa predominan rayos azules, mientras que la
que atrovésó la atmósfera, tiene un exceso de rayos rojos.
De dfa vemos el cielo azul oscuro o claro, puesto que sólo
rccíhimos myos dispersos. Pero por la mni'\nnn o por In tarde ,
en ccunbio. cuando e l sol snlc o se pone, nue~tro ojo percibe los
rnyos que atravesaron una g ruesa. capa de (liJ·e, de modo q ue
vemos roja la [rlUlja del cielo próxima ni horizonte. De la misma
manera, durante los eclipses lunares totales el satélite natural
de la Tierra se vuelve rojizo debido a los rayos que atrave~on
ln atmósfera terrestre.
Un meteorólogo norte<unericano explica la variednd de los
matices del ciclo vespertino de la manera siguiente:
·'El color del ciclo depende del bollo relativo de los rayos
de color que llegan al ojo del observador; u su \'ez, este brillo
depende de lu dispersión condicionada por el tmnnfio de las
partículas de polvo presentes en la atmósfera y de su n úmero...
Si dichas patticulas son relativamente pocas o pcc¡ueí'las, el
ciclo es azul claro. Cuando awncntan su cru1tidad o dimensiones
(p o r ejemplo, en los dias secos y ventosos) o só lo las
dimensiones (en vistll de la h.igroscopicidnd de los partfculas,
cuando se elevo la humcdod atmostcricu), los myos de o ndn
corta se debilitan mucho más, de modo que el cielo tiene un
color que corresponde a una longitud de onda mayor, torniUldosc
verde, amarillo e incluso rojo. Además, si lns partículas de poh·o
son tan grandes que rechazan los rayos de todos los colores, el
cielo se vuelve blanquecino. Esla descripción explica, por qué

265
el cielo suele cstnr matizndo ele diferentes colores JX)f la larde y
por la mañana: rojo junto al horizonte, anaranjado y amarillo
algo más arriba y verde o verde azulado a más altura aún. En
este caso inOuye la uJtltud y, por consiguiente, la disminución
de In cantidad de partículas y de su número en aquellas capas
de la otmósfera que reciben los rayos solares antes de que éstos
recorran el espacio desde el límite exterior de la atmósfera hasta
la zona del ciclo que estamos exominando, y desde estn úl!ima,
hasta los ojos del observador."
A propósito, el color del cielo vespertino es uno de los
presagios "locales" del tiempo que harú al dia siguiente. Si por
la tarde el ciclo se ti1'1c de rojo, ni día siguiente no llovcril. Si
jtmto a l horizonte en el poniente e l cielo tira a amarillo o verde,
es muy probuble que haga buen tiempo. Pero si por la tarde el
cielo se matiza de gris homogéneo, es posible que llueva.

186. E l eclipse artiflcinl del Sol

Un inventor patentó su dispositivo consistente en 11n tubo


que pennitc ver las estrellas y otros objetos dispuestos cerca
del borde del discosola1; s in esperar un eclipse wral del astro.
He aquí la descripción del invemo:
"El m·tefacto consta de un tubo de 3 5 a 50 m. de longitud
compuesto de varillas de aluminio (para disminu{r su peso)
sujetadas unas a ot.ras de modo que forman marcos
rectangulares no muy grandes, según muestra la figura. En
dichos marcos se colocan cristales pintados de negro por el
lado ínteri01; absolutamente impenetrables para la luz.
En el extremo superior del tubo está fijado un disco
metálico que sustituye la Luna. Éste debe tapar el Sol como
en un eclipse total. El disco se desplaza por una varilla que
mide lo mismo que el tubo; dicha varilla t.ambíén se desplaza

266
en se-ntido vertical, regulando la posición del disco. La varilla
está sujetada en tres puntos ÚJ, q y x) a la armazón deltuho
para evitar las d esviaciones y la vibración.

.. , [ i"·

Dispositivo destina do a imitar el eclipse solar total.

Después de terminar las observaciones, la boca superior


de/tubo se tapa con el disco de aluminio mn ú:)(.lra proteger el
interior de las precipitaciones) mediante un resorte y un
alambre. El tubo jJII(?de girorcomo un telescopio permitiendo
c>fectuar las obse1vaciones sin que importe la po:;ición del
Sol en el cielo. El apm•ar.o está fijado sobre el soporte AfN.
EL telescopio ej; destinado a efectuar las obser·vaciones,
se encuentra dentro de la cámara oscura CD. Es sabido qr.w

267
dt!sde elfondo de un pozo profundo se pueden ver las estrellas
ert el cielo de día y a la l11z del sol; desde lo superficie ten·estre
las estrellas sólo se ven después de la puesta del sol. /J.vte
fenómeno S<! observa porque en e l pozo no entran rayos
luminosos procedentes de la atmósforo iluminada por el asf!'O,
t¡lle de día no dty'an ver las estrellas desd(! la super:ficie
terreslre. "
''El mismo efecto se produce <'11 el tubo descrito, en cuyo
interior no ent1'a luz y en cuya cámara oscura CD no entran
rayos luminosos reflejados por la almósfi•r() ilrm1inada. En el
otro e:o,;tremo del artefacto está colocado 1111 disco que topa el
Sal. Precisamente-e¡? el espacio entre el disco y el borde del
tubo se observan losjimómenos que tienen lugar junto a la
llamada posición visible del astro. "
¿Qué opina usted sobre este invento?

La idea de este invento está basnda en un equívoco ingcmw


de que es suficiente tapar el limbo solar con un círculo no
transparente para crear la situación de eclipse solar. Otro error
dc::l inventor consiste en la seguridad de que desde el fondo de
un pozo profundo es posible ver estrellas a la luz del sol. Ambos
supuestos son teódcnmenle erróneos y no se corroboran
experhncnt.altnenle.
¿Por qué, encondiciones nonnales, no distinguimos ni las
estrellas oi los rayos de la corona solar junto al borde de este
astro? No sólo porque nos deslumbra In luz brillante del sol,
sino porque la atmósfera dispersa Jos myos turrúnosos q\.le
inciden en ella, a consecuencia de lo cual la luz tenue procedente
de la corona y las estrellas se pierde en la dispersa. Si oo hubiern
atmósfera, sobre el finnamen to negro a la luz del sol
divisaríamos tanto las estrellas como la corona solar. Cadll
pan1cula que se encuentra en suspenso en la alrnóstera terrestre
iluminada por el sol viene a ser un lucero que emite u na luz

268
más intensa que las estrellas verdnderas, de modo que la que
nos llega de los luceros es incapaz de penetrar a través de esa
cortina brillante y continua. ]~:sta es la causa por la cual de dfa
no vemos las estrellas.
Parn un observador que se encuentra en el I'Ondo de u n
pozo profundo, las condiciones son las mismas: entre su ~jo y
las estrellas media la misma capa de la atmósfera q lJe las hace
indistin guibles: los rayos luminosos procedentes de los astros
se confunden con haces más intensos dispersados por las
pnrúculas de rure.
Es muy extmi'lo, pues. que hoya surgido esta leyenda tan
poética de que desde el f(1ndo de los pozos profundos y a través
de las chimeneas de fábricas se ven estrellas. Ninguna de las
publicaciones contiene pntebas directas de que esto sea J'l.¡ctiblc:
todos los autores que habian escrito sobre esto A ristóteles hasta
John Herschel, hacen referencia n otras personas. Cuan do
Humboldt trató de averiguar entre los deshollinadores berli.neses
si a lguno de ellos de día había visto eslTellas desde el interior
de las chimeneas de una fábr ica, nadie le respondió
afinnativamentc 17•
Ahora volvamos a examinar el eclipse solar artificial.
Tapundo el sol con Wl círculo y pennanecieodo en el fondo del
enonnc océano de aire, protegemos e l ojo de los rayos solares
directos; no obstante.• el cielo que se ve encima de dicho circulo
sigue lleno de luz, y las partículas de aire continúan
dispersándola y " acortando el paso'' a ln procedente de las
estrellas y la corona solar. El caso se toma distinto si una pantalla
protectora se coloctJ fuera de la parte densu de In atmósfera,
como sucede cuando la luna tapa el sol: en este caso la pantalla
intercepta los rayos solares antes de que alcancen lo atmósfera
terrestre.
De modo que los rayos lwninosos no se dispersan en la
7..<ma sombreada de la atmósfern ; no obstante, en dicha zona

269
penetran rayos dispcrsndos por lns zonns más claras cercanas a
In sombra, llegando algunos de ellos hasta el observador. Por
ello, ni siquiera en los momentos de eclipse solar total el
l'irmmnento es tan negro como a la medianoche. Así pues, la
inconsistencia de la idea de este invento estila la vista.

187. Ln l uz roja

¿Por qué en los ferrocarriles se utiliza la luz roja camo


seí'tal de alto?

Los rayos rojos, como rayos de mayor longitud de onda,


son menos dispersados por las partículas suspendidas en el
uire que los de otros colores. Por eso, su alcance es mayor que
el de estos últimos. A su vez., en el transporte, la visibilidad de
La señal es la característica más importante: para detener el
tren, el maquinista debe empezar a frenarlo a unn distancia
considerable del obstáculo.
Para obtener imágenes de los planetas (especialmente, de
Mnrt.e) los astrónomos se valen del tittro infrarrojo, pues In
atmósfera es más transparente pnra los rayos rojos que para los
de otros colores. Los detalles que no se distinguen en unn imagen
ordinaria, se revelan mós nítidamente en una foto sacndn a través
de unn placa de vidt:lo que sólo deja pasar rayos infrarrojos; en
este último caso se logra obtener imágenes de la superficie del
planeta, mientras que en los fotograflas ordinarias sólo aparece
su atmósfera.
Además, se prefiere utilizar la luz roja como señal de alto
porque el ojo humano es más sensible a este color que al azul o
al verde.

270
188. La refracción y la densidad

¿Qué dependencia hay entre el índice de refretcción y la


densidad del medio?

Muy a menudo se suele at'innar que e l índice de refrncción


de u n a sustancia es tanto mayor como mayor es su densidad.
Se asevera qu e "al pasar un rayo de un medio menos denso a
otro, más denso, su reconido se aproxima o la perpendicular
de incidencia''. Este fenómeno tiene lugar frecuentemente, pero
no siempre, ni mucho monos.
Es cierto que la razón de los índices de refrneción de dos
medios es inversamente propo rcion al a In de las velocidades
de la luz en éstos. Por lo tanto, el problema que nos interesa
puede ser planteado de otra manera.• más idónea para el análisis:
¿Será cierto que la velocidad de In luz es ttmto menor cuanto
más denso es el medio donde se propaga?
Si comparamos los tres medios más importantes -eJ vacío,
e l a ue y e l agu a- nos daremos cuenta de que semejante
dependencia no existe. Si adoptamos.por unidad la densidad
del aire, la de los tres medios se expresará con los Jatos
siguien tes:

vuelo O
aire 1
agua 770

Si adoptamos In \ 'elocidnd de la luz en el a ire como u_n idad,


las respectivas velocidades de lil luz serán las s iguie ntes:

en el vacío
en d aire 1
en el agua 0.75

271
Como \'cmos, no se advierte la dependencia que se esperaba.
Más aún, existen sustancias de una misma densidad, en las
cuales la luz se propaga con velocidad diferente (es decir, los
índices de refracción de estas sustancias son distintos). Así
son d cloroformo y la caparrosa blanca d iluidos
convenientemente. También existen sustancias de indice de
refracción igua l, pero de densidad diferente: el vidrio es dos
veces más denso que el aceite de cedro, no obstante la velocidud
de la luz en ellos es igu~l (es imposible ver una ·varilla de vidrio
colocada en e.J seno del aceite de cedro).
La proporcionalidad inversa entre el índice de refracción y
la densidad tiene lugar en un solo caso, a saber, cuando se trata
de un mismo medío~ pero a diferente temperatura o presión . En
Los demús casos esta regla no sirve.

189. Dos lentes

He aquí una de las preguntas del certamen de Edison:


"El índice de rejl·acción de una lente biconvexa es 1,5, y
el de otra, /, 7. Ambas lentes son geométricamente idénticas.
¿Habrá alguna d{(erencia óptica entre ellas? ¿Qué cmnbios
sufi·e rm haz luminoso al pasar por cada una de estas len/es·si
están sumergidas en un liquido transparente cuyo índice de
refracción es 1, 6?"

Las lentes de fonna y dimensiones iguales, pero de índice


de refracción diferente ( 1,5 y 1, 7) tienen diferentes distRncias
focales principales; la lente del indice mayor tiene más corta la
distancia focal (en el caso dndo, en e l28%).
Sí ambas lentes se encuentran en el seno de un liquido
cuyo índice de refracción es 1,6; .i.nOuirán de diferente manera
en el compmtamiento de los rayos luminosos: la. de lndice de

272
refracción 1,5; o sea, menor que el del líquido, actuará como
una lente poco divergente, y la de índice mayor, como u na poco
convergente.

190. La Luna junto al horizonte

Cuando la Luna se encuent1·ajunto al ho1·izonte, parece


tener dimensiones más grandes que estar1do próxima al cenit.
¿Por qué, pues, en su disco aumentado es imposible distinguir
nuevos detalles?

¿En qué caso es mejor estudiar la superficie de la L -1111(1,


cuando está lejos o cerca del horizonte?

Se dislinguiráu nuevos detalles siempre que e l objeto se


observe bajo un ángulo visual mayor. Por eso, si observáramos
la luna cercn del horizonte bajo un ángulo de visión mayor que
cerca del cenit, descubriríamos nuevos detalles en su disco.
Mas, cuando está cerca del horizonte. sus dimensiones
angulares no superan, ni mucho menos, lns que tiene estando
junto al cenit, ya que este satélite natural no se acerca hacia el

273
observador cuando lo contempla próximo aJ horizonte; al
contrario, es fácil comprender que en este caso se encucntrn
aún más lejos del observador que cuando está en lo alto del
finnam<::nto.
Aunque no huy necesidad de exponer las causa~ del
aumento aparente de los astros junto a l horizonte, no estnrá de
!ll(ts indicar que dicho efecto no tiene nada que ver con la
refracción atmosférica, a la cuul se atribuye frecuentemente.
En re-alidad, la refracción, lejos de aume11tar el diámetro
\'Cttical dcl lu<X.·ro junto al hmizonte, lo disminuye, dando forma
cllptica a los limbos S<llnr y lunur. Aún no se ha logrnd(.)
dt~hmninar dcftrutivruncnte la causa verdadera del aumcnt(l del
diiunetro de los lucerosjw1to al horizonte; pero sea cual fuere.
este f'enórneno no tiene nada que ver con la refracción
atmosférica.
Voh·i endo a nuestro problema, hemos de subrayar que el
numento virtual del tamaño de los astros junto al horizonte es
cotJsecuencia de un efecto muy distinto del que tiene lugar
cuando se mira a través de un telescopio o un microscopio. Los
instrumentos ópticos cambian. el sentido de los rayos qtte entran
en e l qjo humano, de modo que awnento su imagen en la retina.
En esto reside la esencia del efe-clo que crean los instrumentos
ópticos que no agrandan los ohjelos ni los aproximan hacia e l
observador (éstas sólo son expresiones figuradas), sino que
aumentan las imágenes de los objetos proyectadas sobre la
retina, por lo cual CCJda una c ubre un mayor número de
tenninacioncs nerviosos. Si no se utili;w ning(m instnuncnto,
ciertos e lementos del objeto se proyectan sobre una misma
tcnninación nerviow y, por ello, se confunden en un punto~ en
cambio, cuando se mira a través del artificio correspondiente,
se proyectan sobre di fcrcn Les teru1inaciones y se perciben como
entes distintos.

274
Noda similar se observo cuundo aumenta aparentemente
el tumai'lo de los astros cerca del horizonte; la Luna no se
proyecto atunentada sobre la retina. por lo cual es imposible
divisar nuevos detalles en su disco.

19 1. La luna v istan través de un orificio punzado


en una h oja de cartulina

¿Por qué rma hoja de cartulina con un Ol'{ficio practicado


en su nmtro puede Hfiliznrse como 11na lupa?

S i examinamos un objeto pequcfio n través de un diminuto


orificio abierto en una hoja de c&tulina, stts dimensiones nos
pnrecerán notablemente aumentadas~ cslc aumento no es
aparCl1le (como el del limbo solar próximo al horizonte), puesto
que semejante dispositivo pennitc descubrir nuevos detalles
en el objeto. No obslanle, la fi.l!lción que en este caso cumple el
referido orificio, se diferencia de la de una lupa.

La Luna vista en w1 carrete de madera. EL objeto se pega a


11/1 círculo de celuloide transparente e y se examina
a través de un dimin uto orificio O, practicado
en el círculo de cart.ulina P.
E l interior del carrete (! Sfá pintado de negro.

275
Comprc>sión virtual da/ disco solar junto al horizonft!
por cfecw de la reji·acción atmosférica.

La lente camhia el sentido de los ntyos luminosos de modo


que en la retino del ~jo se proyecta lo imagen aumentada del
objeto que se examina. El orificio dimmuto Ulmbién la awnenta,
pero no cambiando el sentido de los rnyos, sino reteniendo
:-~quellos que desdibujan In imagen sobre la retina. De mnnem
que dicho orificio pemtile acercar c<.msidt.:rnblemcnte el objeto
lwcit1 lo pupila sin ufcctor la nitide7. eJe In imagen; en otras
pnlnhrus, hace lns veces de diafrugma.
Pero semejante orificio no es totalmente idéntico a la lente
en todos los sentidos : ésta uti liza mas luz y proporciona
imágenes mucho más brillantes que un orificio.
La "lupa" representada en la figuru consta del can·ete de
madera K (su interior está pintado do negro). El o~jcto está
pegado al circulo de celuloide tmnsparcnte e en el punto¡\{ y
se exumina desde unu distancia de 2 cm. mediante un orificio
muy pequeño O plm7..ado en el círculo de cartulinu P. Para que
Ja imagen sea nitidu, la dislancin del ojo nonnal hasta el objeto
debe ser de 25 cm. , por ello, este úllimo se verá bajo un ángulo
12,5 veces mayor que cunndo la Jupa no se utiliza. En otros
palabras, se obtiene un aumento lineo! de 12,5 veces. No

276
obstante, este aumento sólo es eficiente si el objeto esta muy
bien iluminado.

192. La constante solar

Por con.stant.c solar se cntiande la c-antidad da energía


térmica r.ecibida cada minuto en .el límite superior de la
atmósfera por una supctficie plana de 1 cm 2 de área, disptu!sta
perpcndicularmenle a los rayos solares.
¿Dónde y cuándo es más elevada esta magnitud, en zm
trópico en irrvierno o dentro de un círculo polar cm verano?

La constante solar vale lo mismo (1 ,9 kcal por minuto) en


todas las latitudes del globo terráqueo y en todas las estaciones
del año. Durante todo el mio el sol en"ia una cantidad igtwl de
energía a cada centímetro cuadrado de superficie que esté
dispuesta perpcndiculannente n los rayos fuera de la atmósfera
terrestre. Las díferencins del clima y de unas estaciones del
año respecto a otras sólo se deben a que durante las diversas
estaciones distintas zonas de la superficie terrestre y de una
misma zona de ésta están inclinadas bajo diferentes ángulos
con respecto a los rayos solares.
En la Tierra, cada centimclro cuadrado de una superficie
perpendicular n los rayos solmes, dondequiem que se t-'Tlcucntre,
siempre recibirá una misma cantidad de calorías, tanto en
inviemo como en verano, lo mismo en el polo que en el ecuador.
Pero en las zono.s polares la superlicie no forma ángulo de 90°
respecto a los rayos solares; en el ecuador algunas zonas sólo
lo forman dos días al afio, mientras que el resto del año la
superficie c.le la zona ecuatorial fonna con ellos un ángulo muy
próximo al recto, a diferencia de las regiones pola(cS, donde es
mucho más agudo.

277
193. E l obj e to más ncgr·o

Cite> el objelo más ne,<;ro.

Se dice que LUlU superficie es negru st está iluminada y no


envía ul ojo rayos luminosos. Eslrictumcntc hablando, en In
nalumlcza no ~::=--istcn semejantes obJetos: tos llnmados colores
negros (el negro de humo. el negro de platino, etc.) rcchll7.ll1l
cicrttt parle de la luz: que los ilumina
/\si pues, ¿cuill de Jos objetos es el más negro?
r.a respu~::sta es bas tante incspcroda : el objeto más negro
es un agujero negro. Por cier'to, no se tiene en cuenta un aguJero
cu<ll<¡uicra, sino uno bajo cicrtns condiciones. Por ejemplo, Jo
scriu un orilicio perforado en In pared de una caja cerrada. cuyo
in tenor este pintado de negro.
Coja una caja, pintela del color más negro por dentro y por
ti.tera y abra en su poroo un ngujem pequeño: éste sJcmprc le
parecerá más negro que la pared de !:1 caja. Lu causa de este
electo es lu sigu iente: una parte del haz de ruyos luminosos que
cntrnn cnln caja a tra\'és de dicho onficio. es absorbida por los
pmedes negras, en tanto que la otra es reflejada; esta íutü na no
sale de la caja por el ngujcro, smo que incide repctidnmentc
sobre la superficie interior ncgm, voJ\'icndo a ser absorbida y
rc11cjada pn.rciahncnte, cte. Antes tic que el resto de rayos salgn
por el onficio, dentro de la caja lu luz es ahsorbida. y rechazada.
tnntas veces que se debilita hasta no poder herir nuestro ojo.
Si este fenómeno se iluslrn con datos numéricos, se entiende
mejor en qué progresión d1sminuyc ln intensidad del haz
luminoso mientras es retlejado much(simas veces. Para .
s implificar, supongamos que el color negro de las paredes
interiores de la caja ab:;orbe el 90 % de lu luz que rec ibo,
dispersando el 1O %restante. Ent(mces, el haz refleJado un~
ve~ sólo tendrá O, 1 parte de In cnergfa imcinl; el reflcjndo do:3

278
veces, O, 1 x O, 1, es decir, 0,01; el reflejado tres veces, O, 1 x
0,01, es decir, 0,00 1, etc.
Por ejemplo, es fácil calcular la intensidad de un rayo
reflejado por vigésima vez: será l x 1 0~ 0 veces menor que la
inicial, n saber, constituirá su

0,00000000000000000001 parte.

Prácticamente, esta eifi·n equivale a la ausencia de luz, pues


el ojo humano es incapa7.. de percibir una luz de intensidad tan
insignifi.cnn tc. Si el haz in icial procedente del sol gcnernbn uno
iluminución de 100.000 lx, después de la \Íg6sima rctlexión la
illUuinación será de sólo

0,000000000000001 lx.

Se sabe que la iluminación creada por una estrella de sexta


mngnitud (de ln estrella menos brillante que se distingue a
simple vista) vote 0,00000004 lx. Por·cpnsiguiente, los rayos
que salen por el orificio después de reflejados por vigésima
vez son incapaces de producir nlgtm ef'ecto en la v ista humana.
Ahora está claro, por qué el orificio de unu caja o un
recipiente de garganta estrecha es más negro que el color más
negro. Semejante caja con orificio sirve de modelo del cuerpo
negro o de cuerpo negro artiticial .

194. La tcmpeJ·atura del Sol

¿Cómo se lo¡p·ó determinar la temperatura de la supe,:ficie


del Sol?

279
La temperatura de la superficu: solar se detcnnjnn con
arreglo a la ley do emisión del llamado cuerpo negro, es decir,
de un cuerpo imaginario que absorbe e l 100 % de la cn~rgín
rmliuntc que rccihc (lodos los cuerpo negros naturales, aun e l
n~gro de humo, no lo son ubsolu!im1cnte, pues rechnznn cieno
p<lrte de los rayos c¡ue inciden sobre ellos). Ln ley flsicu
establecida por Stcfan rezo: la energía radiada por un cuerpo
negro varía como Ju cum111 JXltcncia de su tcmpcraturn ubsoluta.

- ·----- ··-........, ,
.... ...

. '~
'{>·~--~}

/ '
Para el cálcrtlo de la temp~tratura del sol.

Por ~jemplo, un cuerpo negro cnlentndo hnstn 2400 K


(2127° C) emite 3". es decir 8 1 "·ecos más energía que a los
800 K (527° C).
Pnrn calculnr In tempcrnturn de la superficie del Sol
partiendo de este dato, supongamos que el globo ttJrráqueo liC
diferencia poco del cuerpo negro. y que la lt:Jtnperaturnmedio
de toda In superficie terrestre es de 17 oC 6 290 K. El hecho de
que en realidad las diversas zonas de estn última tienen una
temperatura mayor o menor que la media, no in.fluirá mucho

280
en el resultado del cúlculo ( lo mismo que el hecho de que In
Tierra no es un cuerpo negro).
Es posible calcular geométricamente que el limbo solar
ocupa lit 88.000 part"' de toda la esfera celeste18• Vam os a
suponer que In Tierra se encuentra en el centro de una esfera
hueca de 150.000.000 Ion. de radio (la distancio de la TieJTa al
Sol), y q1.1e cada unidad de superficie de esta última etnitc la
nusma cantida d de energln que el ostro. En ·otras palabras,
supongamos que todo el finnamcnto está cubierto de soles; scrlm
1813.000 soles. 'Esta csfcru resplandeciente cmiaria al Globo
1RR.OOO \'Ccc!' más cnergín que nhoro.
Por consiguiente. Ju lcmpcmttua do nuestro pltml!ta serio
igual o la del astro. ya que en el caso de cqwlibrio térmico
cslnhilizado se iguala la temp<.:ratura de todos los cuerpos.
También hay que considerar que en estos condiciones In Tierra
emitiría tanta encrgfa como recibiría (en otro cnso no estnrín en
equilibrio ténnico con la esfera rcsplnndccientc, sino que se
cah:ntaria o enfriaría).
Como la Tierra rccihiriu todn la energía em~aua por Jo esfern
cal iente.• lns cantidades de energía cinitidas por ellas sedan
iguales. Pero dicha supcrticie esférica emite la misma c:mtidad
de cnergfo que el So l~ por consiguienlc,ln supcrl1cie del plnncla
despedida Jo misma cantidad de encrgfa que este último, y, o.1
mismo tiempo, 188.000 veces mfls de Jo que está emitiendo
uhora. Lu temperatura (en grados Kclvín) es proporcional u lo
rafz cuarta de In emisión: si esta magnitud es 188.000 Ycces
muyor, resulto que lu tetnpcroturu será

es decir 20,8 vecet> más alin . M ultiplicando 290 K ( lo


temperatura del g lobo terráqueo) por 20,8: obtenemos 6000K

281
Esta seria In temperatum del Globo. Como su temperatura
equivaldría a la del Sol, de esta manera queda detem1inada la
de este último: sería de unos 6000 K, es decir, de 5700° C.
Este ra?.onmniento que semeja la demostración de un
teorema de gcomctrla, pues requiere de construcciones
auxiliares bastante complicadas, muestra cómo se !M ingeninn
los flsicos parn examinar los hechos que no pueden ser
estudiados por vía expcrimentnl.

BIS. La tclllpcratura del Universo

¿Qué se ent.iende por temperatur~ del Universo? ¿Qué


temperatura tendrán los cuerpos que se encuentran en él?

Muchas personas utilizan e l término " temperatura del


Universo" seguras de que conocen y entienden su significado.
Ademús, cstt\n muy seguros de que latcmpcratura del Universo
es de 273° C, y que todo cuerpo del espncio interplanetario,
que no esté dentro de la atmósfera terrestre, debe estar enfundo
hasta cero absoluto.
,.,..

Un cue1po disp11esto en el Universo a 150.000.000 km.


del sol y protegido de sus rayos, tendrá una
temperatura de - 264° C.

282
Tonto lo uno como lo otro s on c riterios equivocados.
Primero, hay que tener en cuenta que un espacio que no contiene
materiu, no puede tener temperatura alguna. El ténnino
" temperatura del Universo" tiene s ignificado convencional y
no literal. Segundo, si todos los cuerpos del Universo tuvieran
In temperatura de -273° C , el globo terráqueo, que también
pertenece al U niverso, con-erfa la mismo suerte; no obstante, la
temperatura de la superficie tem:lSl.re os 290° mayor que el cero
absoluto.
E n fin , ¿qué debemos entender por " tempcralurn del
Universo''?
Éstn es lu tcmperatw·n que tcndrfn el cuerpo negro (véase
lt1 r espuesta al pro blema 194), protegido de los rayos del Sol y
los planetas, es d ecir, sólo eillentado por el calor de las estrellas.
E n distintus épocas esta magnitud se dctennin aba de distintos
manerns, además, se obtcnian valo res diferentes. En opinión
del flsico fmncés C. Pouillel, su valor más probable serío de
-142 o C ~ utilizando criterios muy diversos, su colega inglés 1:-.L
Fri)hlichobtuvo tm valor de-129° C . El resultndo más continblc
lo proporciono el cálculo efcctuudo n base de Iu emisión de los
estrellas y la ley d Stetan. siguiendo el mismo procedimiento
que paro de lcnninar la temperatura del Sol.

-- J .o~ n~1·os w11ares


colen ta r w11 hosto 1 12°
( · IIIW bolo me!Óil<"c'l
dt· 1 c 111 . de d /(jm e t1 ·o.
dis puesto t r
!5fJ. Of)tJ.() fJ() /.111 .
d e/.')o /.

283
l "n almnbr<'.f/no. colocado
perpt!lldtcrdarnwnfc o los
rayos snlarc.~ y Sl(jeto <1 las
misma.~ condi('innes.
~e calemm·m a 1 19° ( ·.

La radiación total de las estrellas de uo henúsfcrio celeste


es 5.000.000 de veces menor c¡uc la del Sol. Si el finna m~nto
brillase como el Sol, su radiación sería

(5.000.000 X 188.000) /2 = 470.000.000.000

veces mayor que la estelar.


Si lu Tierra sólo fuera calentada por el color de las eslrcllas,
irradiarla una cantidad de energia 470.000.000.000 de \'CCCS
menor q\lc el Sol.

1 .'n a lámtll<l
meuil/ca N1 es/(Js
mismos
C'I'JNdt'Cti)II(1S,
(,•ndrin 11nn
J.:mperalura de
- n oe

284
Dado que la temperoturaabsoluta es proporcional n lo rnlz
cunrla de la radiación, la del Globo seria

\/470.000.000.000

veces menor que In de la superficie solar.


Es sabido que la temperatura absoluta de esta última es de
6000 K, por lo cual las estrellas calentarían la Tierra en 6000 :
700 grados, es decir, sólo en 9 grados más que la tempcralurn
del cero absoluto. lo cual equivaldría n- 264° C. Ésta es lu
tcmpcroturn del Univcr:>o.
La tempemturn media do nuestro planettl es mucho mnyor
que 9K, es de 290 K , ya que no sólo lo calienta la luz estelar,
sino también los rayos del Sol. Si no cxisliern el Sol, en la
Tierrc:1 reinario un frio de- 264° C.
Ahora está clnro que cualquier objeto dispuesto en e l espacio
interplanetario, pero n o protegido de Los rayos solares, lenuría
una temperatura mucho mayor que los- 264 ° C. La lempcralurn
de d icho cuerpo dcpcndcria de su comluctividnd ténnicu, nsl
como de su forma y las propiedades de su superficie. A
contiJ1llación ofrecemos algunos ejemplos que muestran, cuánto
se calentnrlan diversos cuerpos en semejantes condicione~ .
n) U na bola metálica de 1 cm. de d iámetro que conduce bien
e l calor, colocudn n una distancia de 150.000.000 de
kilómetros del Sol se ealentarfa hasta + 12° C .
b) Un olambre delgodo y largo de sección circular, nlejudo a
In misma distnncifl del Sol y colocado perpendiculanncnte
a sus rayos, se cnlcntorio hasta +29° C . (El mismo alambre,
dispuesto poralclrunente a los rnyos solares, se <.'lllentaria
mucho menos). CuaJquier otro cuerpo de fonna nlargndo,
colocado perpendiculannente a los rayos solares, tendría
una temperatura de +12 a +29° C .

285
e) Una lánúna metálica delgada, alej~1tiA del Sol a la misma
distanci<J que In Tierra y dispuesta J>Cipcndiculannentc a
los rayos solttres, se calentada en el cspncio interplanetario
hasta 77° C . Si su cara que du a la sombra es de.color el uro
y está pulida, mientras que !u otro es negra y t11atc, se
calen tarín hasta+ 147° C .

Se podría preguntar: ¿por qué: pues, nunca se calienta tanto


semejante plancha mctál ictJ dispuestA en In supcrflcie terrestre'?
Porque está rodcnda de uirc, y lns corrientes de aire (la
convección) se llcvnn parte de su calor, impidiendo que éste se
Hcumulc en cllu. En In Lunn, en cambio, donde no hay lllmóslcra,
se calentaría hasta esa temperatura: es harto conocido cuánto
se calienta la zona ecuatorial del satélite natural durante el dio
lunur. Si la cara negra de la referida lámina da a la sombro, en
tanto que la pulido do al Sol, todo el objeto se calentará hasta
una tcmperntum más baja, de- 38° C.
Estos datos tienen mucha importan cia práctica paro
mantener las condiciones adecuados en la cabina del gloho
cstrntostático y, especinlmcntc, en la astronáutica . Cuando
Piccard ascendió por primera vez a la altitud de 16 km. en w1a
cápsula cuyas dos mitades estaban pintadas de blanco y negro,
esta última -a consecuencia de \U1 defecto dd mecanismo de
giro- tuvo que pennnnec1..'r durante algún tiempo virada del lado
oscuro al Sol. Aw1quo fuera do aquella cabina de aluminio bncfn
un flio de- 55° C, el tripulante sufrió mucho a causa del color
que hucía en su interior.
J~os que tomaron parte en unn expedición al .Polo austral.
se percataron de que la temperatura de los cuerpos alwnbmdos
por el sol puede ser muy elevada, aunque la del medio ambiente
sea muy baja . "Es interesante señalar que n la temperatura
ambiente que generalmente era bastante bnja, pocas veces
superior a los 18° C bajo cero -escribió posteriormente uno de

286
los c:xped icionarios- nuestro actinómetro ( instrumento
destinado a medir la energía de la radiación solar) a veces
indicaba unos 46° C sobre cero". Este fenómeno tiene
numerosas aplicaciones industriales. Por ejemplo, en Tash kent
(Asia Central) fue construido un d ispositivo que eleva la
temperatura hasta 200° C a expensas de la energía solar, sin
emplear lentes ni espejos. En Samnrcando se hizo hervir agua
calentada por rayos solures mediante e l mismo procedimiento,
a pesur de que la temperatura ambiente era de {4 grados boj o
cero.
Gn e l espacio c:-;trn tcn·c.-;trc scrín posible cf!lcn tnr hnslu una
l cmperulura tJXlraordinnriumenle allH un cucivo <.le absor~iún
sclecti\'a, es decir. que no absorbe todos los rayos que rccihc
(como hacen los cuerpos negros) . sino sólo losdedctcnninada
lo n gitud de onda. Por ejemplo, el astróno mo francés Ch. Fnbry
calculó que un cuerpo que sólo absorbH rayos azules de longitud
de o nda 0,004 mm. y que se encuentre en In órbita te JTestn.l en
e l espacio tcndrfl una temperatura de 2000° C
uproximadrut1entc: un trozo de platino cubierto de unn cupu de
semejante sustru1cin se fundirla por ia ncción de los rayos
solorcs. Es posible que n esas propiedades de la sust1mcia se
d eba la luminosidad de los cometas cuundo se accrcnn ni Sol.

287
CllpfilllO Se_"\.tO

VARIAS

196. Aleación magnética


197. Pmtición del imán
198. Un trozo de hjerro en tma bulimzn
199. Atracción y repulsión eléctrica y magnética
200. Capacidad eléctrica del cuerpo hu mano
20 1. Resistencia del filamento
202 . Electroconductibilidad del \·idrio
203 . El Jallo que causa el encendido frecuente
de las bombiUas eléctricus
204. El fi lumcnto
205. Longitud del relámpago
'206 . La corriente mortífera
207. Longitud de un segmento
208. La gota de agua horada la piedra
209. Dos ciudodcs
21 O. Una botella en el fondo del oc~ no'
2 11 . Calas, o bloques de calibrado
2 12. Una vela dentro de un taJTo tapado
213. Cronología de las e scalas tem10métricns
214. Los inventores de termómetros
215. La masa del globo tctráquco
216. El movimiento del Sistema Solar
2 17 . Acerca del vuelo a la Luna
2 J 8. E l hombre se pone a snlvo de In gravedad
219. La tercera ley deKepler
220. E l movimiento peJvetuo
221 . El organismo humano y In máquina ténnica
222 Meteoritos
223 . La niebla en 7..onas industriales

289
224. El humo, el polvo y Ja niebla
225. Velocidad de las moléculas de agua
226 . .Movimiento ténnico de las moléculas
n. 273° e bajo cero
227. El cero absoluto
228. El vacío
229. Lo temperatura media de la materia
230. Una diezmillonésima de gnuno
231 . El número de Avogadro
232. Un litro de alcohol vc.rtído en el Océano Mundinl
2:n . Distancia entre las moléculos
234. Masas del Momo de hidrógeno y ele lH Tierra
23 5. El tamaño ue la molécula
236. El electrón y el Sol
2 3 7 . La masa de la e.ncrgíu
238 . La mecánica escolar y la te-oría de la relatividad
239. El litro y el decimetro cúbico
240. E l peso del hilo de telaraña
241 . Los botellas y los barcos
242 . En la platnfonna de una báscula
243 . Sallo retardado
244. Dos holas
245. Calda "superaceleradn"
246. En una escalera mecúnica

290
196. Atención m ugnéticn

¿Existe alg una a/aación que se magnetice más que el


hiern)?

Existe una aleación que, estando on iguales condiciones


que el hierro, se imanta más. Se trata de la aleación llamada
penninvar, que consta de níquel (45 %), coballo (25%) y hierro
(30 %). Ln pcnneabil idud magnética del pemtinvar es dos veces
m nyor que ln del hierro.

l 97. P :trtición d e un ihl ñn

Una varil/(l imantada se divide en.fr ag mc>ntos pequeños.


¿Cuál de ellos estará más magnetizado. alguno de los quC'
estaban más cerca de s11s extremos u otro, d e los c.t•rcnno.v a
su punto medio?

Como la intens idad del imán disminuye notablemente al


aproximarse n la linClJ neutra, se podría esper ar que los
fragmentos de su parte central estarán muy poc<> magnetizados.
No obstante, esto no es así : los trozos mtís pró ximos o! punto
medio están más únHntndos que los dcmós. La c-ausa de dio se
entiende fáci llllcntc examinando el cuso de un imán lurgo
cortado trnnsvcrsalmcntc e n varias parles.

' = =:::,S ,/1


.f\ ' é{:!:: :; -é!ª===~s.. .u ·ts
a b e d .r
¿Cuál di! lo5ji·agm entos de la varilla
imanrada a trae más?

291
Cado unu de ellas scrú un imán pequeño con sendos pares
de polos orientados como está ind icado en la figura. Si el im{m
o fuera más intenso que el b (lo cuHI sería muy natural), el¡x)}O
sur s cid a equilibraría con creces la acción del polo norte n del
b, y en general los polos $ttr de ~1dn uno de los imanes pequcftos
de la parte norte del imán originario anularían la de los polos
norte, por lo cual se ohservarío cierto exceso de acción del
magnetismo sur. En suma, este extremo de nuc.o;tro ünán
cmTcspondcría al polo sur, y no al polo norte. Así que no habrú
ningw1n contrndicoión si suponemos que la intcnsidud de cada
uno de Jos imanes pequcflos :>e incrementa n medida que se
npro:-:ima a la Unc::a neutra.

198. Un tr·uJ.o de hierro en unn balanza

[./na balanza está equilibrada con un trozo de hierro y


una pesa de cobre (ver la figuraj . .s·¡ tenemos en cuenta la
acción del magneti:nno terrftslre. ¿podemos dar por
estrictamente ig11ales las masas de es ros dos cuerpos?

"El globo tem\quoo es un imán gigantesco; por ello, el plato


que sostiene el trozo de hierro será atraido mñs que el otro, que
sostiene la pesa de cobre, y, por consiguiente, la masad<.' csla
última no scn'l igual n la del trozo de hieiTo."
Los que razonan de esa man<.~ra hacen caso omiso de las
enonncs dimensiones del globo terráqueo comparado con las
del tro:r..o de hi ~::no en cuestión, así como las consecut..'l1CÜts que
se derivan ele este h ech o . 'El caso es que el imán atrae y repele
el hierro al mismo tiempo: si acercamos ni referido !.rozo el
polo norte de un imán, entonces en su extremo más próximo a
éste último surgirá el polo sur que scrú atraído por el norte del
imán, mientras que en el otro exlremo del trozo surgirá el polo

292
norte, repelido por el norte del mismo imán. Entre las dos
fuev..as, la atructora y la repulsora, predominará la primera,
puesto que la distancia entre los polos de signos contrarios será
menor que entre los del mismo signo. El polo sur del imán
también atrae y repele al mismo tiempo al referido trozo de
hierro, pero en este caso la atracción es más intensa que la
repulsión.

Un trozo de hh!rro en una bahmza.

Semejante fenómeno tiene lugar sí el itnó.n es de


dimensiones ordinarias. Si se tnttn de uno gigantesco como es
el Globo, el caso es distinto. El trozo de hieiTo cok)cado en la
balanza, encontrándose en el campo magn6tico terrestre,
también tieno dos polos, pero en este caso es imposible afinnar
que uno de ellos es atroído más intensamente por el polo
magnético d e la Tierra mfts próximo a él, qllc eJ otro: la
dite.r encia de distancia es tan ínfima que, de hecho, no podrá
inlluir de alguna manera en In intensidad de interacción de los
polos. ¿Qué iJnponancia tiene la distancia entre los polos del
pecla?.o (que mide unos cuantos centímetros o decímetros) en
comparación con la que hay entre ellos y el polo magnél"ico de
la Tierra (q1.1e es de varias miles de k.ilótnctms)?

293
Conque, l¡1 masa del trozo de hieJTo equilibrado en la
balanza es la misma que la de las dos pesas. E l magnetismo
tCITeslrc es incapaz de afectar de modo alguno la exactitud de
las mediciones. Por esta misma ruzón una tira de hierro
mugnetiznda pegndu n un trozo de corcho qllC flota en el ngua,
no avanza en dirección del polo magnético de la Ticnn más
próximo, sino que sólo se pone " de cara·- a él en el plano de tm
meridiano magnético: dos fuer7..as paralelas iguales y de sentido
controtio no pue-den imprimir movimiento progresivo u un
cuerpo, sino que sólo son ca pacto\'> de hacerlo girar ~obre su eje.

199. A trucdú n y repulsiún c léctl'i cn y m agné tica

a) Una bola ligero es atraída por una varilla. ¿Sif:.mifica esto


que la varilla está electrizada? ¿Y s i la bola es repelida?
bj Una barra de hierro atrae a una agty'a de acero. ¿Querrá
decir esto qu<! la barro está imantada?¿ Y si la agr1ja es
repelida?

a) El hecho tle que la bola es atraída por la varilla no comprueba


inmediatamente que esta úllimu está imantado. Unn vaJ'illtt
no el~trizoda pre-viru11entc también atraerá a W1n bola ligeru
electriz.a da. La atracción comprueba que uno de estos dos
objetos está electrizado. Al contrario, si la varilla y la boJa
se rep·e icn mutuamente, podemos concluir que ambos
·cuerpos están electrizados: sólo se repelen Jos cuerpos con
carga elécfricn de un mismo signo.
b) Lo mismo sucede con los imunes. Si la varilla de hierro
atrae la: aguja, no podemos afrrmnr que la primera está
imantada : el hierro no imantado también atr_a erá la ag~ja
si esta ú ltlmn está magnetizada.

294
200. Capacidad eléctrica del cuerpo humnn o

¿Cuál es la capacidad eléctrica d el cue1po humano?

S i la persona se encuentra a lejada d e un conductor puesto


a (jcrra (por ejemplo, de las paredes d e la habitac ión), la
capacidad eléctrica de su cuerpo es igual a 30 "centlmetros''.
Quiere d ecir que en tales condiciones la capacidnd eléctrica
del cuerpo humano equivale a In d e u n condu ctor esférico de
~O cm. de radio.

201. R esistencia d el fil a mento

La res istencia eléctrica del filamellla en estado calicmte


dijiCJre d e la del.fllamcmto ji-I.CJ. ¿Cuál es la diferencia en uno
bombilla de vaclo da 50 vatios?

La resistencia d e l fila mento de cMbón disminuy~.: al


aumentar la temperatura, mientras que lll d el metálico aumenta
notablemen te. Cua.ndo el ti lamento de la bombilla dé vacío de
50 ·vatios está caliente, ~u resistencia supera 12 ó 16 veces la
que tiene en estado ITfo.

20 2. E lcctro-conuu ctibilldnd del ,·idrio

¿Canduce la corriente eléctrica el vidria?

El vidrio no siempre presenta propiedades uislru1tes: cunndo


está muy caliente, conduce la corriente eléctrica. Si conectamos
una varilla o un tubo de vidrio de 1 a 1,5 cm. de longitud a In
red d e alumbrado e léctrico y lo ca lentamos mediante un

295
mechero, alg(m tiempo despw!s, cuando el vidrio se caliente
s uticient.emente, dejará pasar la corriente eléctrica . Una
bombilla eléctrica concctnda u este circuito se encenderá.

203. El daño que cnusa e l en cendido frecuente de lns


b ombillas e léctricas

Algunos tipos de bombillas eléctrica s se jimden si se


enci~:nden muy ji·ecuentem enfe. ¿Por qué?

Si Jns bontbilla·s tlc filamento de tungsteno se encienden y


apagan con mucha lrecucncia, se deterioran fúcihnenle. En
c studo frío, el filamento metólico absorbe n~stos de gas que
qucd1m en el interior de In bombilla después de evacuarlo. En
cstndo caliente, el mismo vuelve a desprender el gas absorbido,
lo CLWl deteriora poco a poco al tilamento de este elemento.

2 04 . .E l fil a me nto

Cuando las bomblllas eléctricas no están encend.idas,


tienen filamentos tan finos que casi no se ven a simple vista.
¿Por q.ué los filamentos se engruesan cuando conducen la
corrienle eléctrica?

Es cierto que el filamento de lu bombiJla eléctrica eucendidn


parece tener mayores dimensiones. No obstante, no se puede
atribuir este hecho a lu dilatación térmica. El coeficiente de
dilatación de los metales equivale a unas. cuantas
cienm.ilésimas, por lo cual, cuando su temperatura se eleva hasta
2000° C, el diámetro de los piez a s metá tiCtiS sólo puede

296
aumentar en algún tanto por c iento, es decir, mucho menos de
lo que aparenta.

A e

O,ú()O 11.0-15 O, 0!8 O, U/5 0,005

El grosor de varios ji/amentos 8 en comparacir'm con el


del cabello humano A y el hilo de la telaraña C.

En realidad, el ti! amento n.o se ensancho más que en cierto


tanto por ciento. Su c.:ngrosmniento uparente se debe a la ilusión
óptica: a consccucncin de la llamada irradiación las zonAs
blancas parecen tener dimensiones mayores que las reales.
Cuanto más lumim)SO es un objeto, tanto mayores dimensiones
aparenta tener. Como In ltmlinosidad del Jilnmento calentado
es bastante e levada. su aumento virtual es considerable: un
tilnmento de diámetro rcnl de cerca de 0,03 nun. parece medir
no menos de un milímetro, es decir, "aumenta" 30 veces.

205. Longitud del r·clámpngo

¿Q11é longitud puede ten er un 1'Ciámpagc>?

Muy pocas personas tienen t Ula noción más o menos exncta


acerca de las dimensiones de los relámpagos. En realidad, éstos

297
suelen medi.r varios kilómetros de longitud . Unn vez se observó
un ruyo de 49 km. de Jargo.

206. La corriente mortífera

Una corrienle de O, 1 A de intensidad puede causar /.a


muerte de la persona. La intensida d de corriente de /.a red de
a lumbrado srtele superar varias veces esta magnitud.
f~ntonces, ¿por qu"é esto corrif!nfe no sh!!npre maw a la
persona?

La intensidad de cmriente de la red de alumbrado asciende


n 0,5 A mientras el cuerpo humuno no está «conectado" a ella.
Cuando el mismo forma parte del circuito, disminuye
considcrnblemenle In intensidad de corriente, puesto que su
resistencia es bnstante elevada y varía desde cien ohmios hasta
vnrias decc.nas de miJes. Naturalmente una resistencia tan alta
incorporada en el circuito dismmuyc la intensidad de corriente,
de modo que ésta ya no puede peijudícar al organismo.
Sucede a veces que una tensión de hasta 5000 voltios no
causa dafio alguno a la persona, pues la resistencia del cuerpo
hwnano puede ser muy considerable. Pero seria un en·or concluir
que podemos descuidamos totalmente y no prestar atencíón n
la corriente eléctrica. Hay que tener en cuenta que la resistencia
de nuestro cuerpo no es constante, sino que depende de muchos
factores imposibles de prever. Por ello, una cmTiente de tensión
no muy elevada puede afectar gravemente a la persona. Es
imposible indicar un voltaje por encima del cual la con'icnte es
perjudicial.

298
207. Longitud de un segmento

La longiTUd de un segmento ha sido medida dos veces. La


primem vez el resultado ha sido 4 2, 27 mm. y la segunda, 4 2, 29
mm. ¿Cuál es la longitud real del segnwnro?

Muchas personas consideran que al medir. uno magnitud,


su longitud real equivale a la media aritmético. de lqs resultados
de cada una de las mediciones.
Por ello, a la pregunta plontendn se acostumbra responder
de la numera siguiente: In longitud real del segmento es de

(42, 27 + 42,29)- 42 28
- - - - , llU11.
2

El resultado no es exocto, yn que en este caso la magnitud


obtenida no es sino ol valor miis probable de la longitud del
segmento, y puede n o ser el valor reaL Los dutos disponibles
la
no penniten detennim-tr exactamente ·verdadera longitud~ es1n
última podrá equivaler a la longitud mí1s probable o puede diferir
de ella.

208. .Ln gotn de agun horadu la piedra

¿Cómo explica usted el·hecho de que "la gota de c¡gua


horada la piedra "?
Es sabido que para dejar una huella, aunque sea muy
pequeña, en la superficie de una piedra, hay que utilizar un
crw1p0 más d11ro que la piedra. Como el agua no es más durCJ
que la piedra, ¿cómo puede "horadarla"?

299
El agua pum que cuc sobre la piedra no deja ni lo menor
huella en su supcrlicie, por más que vuelvo 1\ hacerlo. El valor
de un conjunto J c ceros no supera al cero, por lo tanto, lu
repetición infini.la de golpes de gotas de agua sobre la piedra
no produce mngún efecto. Si el ngun e n este caso f·uera
absolutamente purn, no " horadarla" la piedra. Pero el agua
natural siempre contiene partículas sólidas (por ejetnplo. de
arena, cunr.w, sal) co.pnccs de dejar huellos en la piedra. Por
muy pcquci.'lns que sean dichas huellas, sobreponiéndose unas
a otras durante lnrgo liempo eouson un perjuicio notable. Por
consiguiente, no es el ngun lo que horada tu piedrA, Sli"'O los
diminutus purti.culns .sólidas invisibk:; presentes en cl\n.

209. Dos ciuda d es

He aquí uno de los problemas presentado.f por Edison tm


su certamen:
"Dos ciudades situadas en d((en !llles orillas de un río a
una milla (1,6 km.) de distancia quedaron incomunicadas entre
sí a consecuencia de un siniestro. ¿Cómo rcstableceria ttsl<•d
la comunicación entre ellas sin valerse de la elcctricídad? El
río es infr anqueable. "

Se podría proponer varios métodos para resolver es te


pro bl ema que Edison formuló de una manera ba s lante
impre::cisa. Si se pide asegurar la comunicación <<verbal>>entre
las dos ciudades, el telégrafo óptico, o sea, el intercambio de
señnles luminosas de día o de noche, pcm1itidn salir del apuro.
Pero si se lratn de asegurar el en..,io de cargas o correo de Wla
orilla a otra, se podJia construir un teleférico lanzando a la orilla
opuesta un extremo de 'lm cordel ligero mediante un cohete de
calibre suficiente.

300
2 10. Una botella e n e l fon do d el océnno

Una botdla destapada sa encuentra cm elfondo del mar a


una profundidad d e 1 km. ¿Cómo varia S il capacidad por la
acción d e la presión del agua , aumenta o disminuye?

Puede parecer absolutamente incuestionable el h echo de


que In capacidad de la botella seguirá invariable, ya que lo
presió n del líquido se tmn smite de igual fonna tanto a sn
superficie exterior como interior. No obstante, esta conclusió n
es crrónCD: de h echo, In botella se comprimirá, por lo cual s u
capucidtH.l disminuirá correspondiente mente.;. W lector
encontrará con quó argw_n e ntur sem ejante atinnación leyendo
e l siguiente ra7.onamiento del famoso fisico holandés I-T.
Lorentz expuesto en su Curso de ílsiea . E:-<tuninando el efecto
de la presión que un gas qjcrce sobre una esfcrn hueca Lorentz
dice:
" No impo rta de qué mane ra se presione sobre la superticie
interior de la esfera. Por )(') tnnto, supongnmos que pora ejercer
presión introducimos en su interior un núcleo compuesto de la
misma sustancio que las paredes del cuerpo. que se adhiere tan
bien a ellas que ambas fonnan un lodo ímico. Si nhora aplicmnos
cierta presión p a la superficie exterior, se oplicorá la misma
tuerza a todos los puntos dentro de lncsfcrn: sus paredes sufrirt\n
igi.Ull presión ejercida por ambos lados. En este caso <Üsminuirñn
todas las m edidas del cuerpo con mrcgk> a la ruzón que se puede
calcular en base a l coefi cien te de compresibilidad. De modo
que podemos sacar la conclusión siguiente:
Sí unn esfera hueca o un recipiente de fonnn arbitrario
experimentan - por den tro y por fuera - In ncció n de una presión
p. su capncidad disminuirá en Ju misma mngnitud en que se
reduciría el volumen de m1 núcleo de igual m ateria colocado

30 1
ck:ntro de ellos, llcnandolos complelmncnlc, si lo expusiéromos
a Sl.)ntcjantc presión. •·
Hugomos un cálculo aproximado. Cuando uo cuerpo sufn.;
ltt compr~sión onmilalcrol bajo la acción de la presión p , s u
volumun cllsmi nuyc un
t.V _V) 1- 2k
- ---g-P
donuc k es el coefi ciente de extensión y Lt, el módulo uc
elasticidad . Para el vidrio k= 0,3 y E= 6 x JOH' (en unidndcs
del Sl). Por eso, bn.io lo presión ue la colunmn de agua de J 000
m ( 107 N/m 2 ) la capncidncl dc In h o tcllu dc viurio de 1 lit !'O ó
1Q·l m ). ue cnpacitlnd , dismim1iró e n

E l hecho paradójico de disminudón de In capacidad del


recipiente a consecucncin de la presión flplicada. igualmente a
su supcrfi<.~ieintcmn y ex lema, parece tnn increible que muchas
p ersonas no acaban de entenderlo aun cuando se les expone
toda In argume ntac ión. Por lo visto, no estnrá de mús valernos
ue l mzonamiento expuesto por E. E dscr en su excelente Fisica
general. Se trata, pues, de la misma idea de Lorentz, sólo que
expresada de un mod() distinto:
"La variación de Jn cnpacidod de un recipiente debida a la
acción de una fuerza f (referida a la uniuad de área) que lo
presiona unil'onncmcntc y está aplicado a su superficie interior
y exledor (denominémosla tensión), se dctcnnina compnr<mdo
el recipiente ·vacio con uno totalmente hecho del mismo material
y de las mismas d imensiones, comprimido unifonnemente por
la tensi ón externa f. Podemos convertir mentalmente un
recipiente vacio en uno mncizo_. supo niendo que contiene un

302
núcleo de la misma sustc-mcin que las paredes. Como la tensión
compresora es tmifom1e e11 todo el espesor de este sólido.• In
mag11itud de compresión de cada partícula será proporcional a
Ja. reíériia tl:n.s:On.f El núcleo llena todo el recipiente y, además,
sufre la misma fuerza que las paredes. Luego la defonnación
de estas últimas se debe únicamente a la acción de la tensiónf
(dirigida desde el exterior y el interior del recipiente, por el
lado del núcleo). A~i pues, la defonnación de las paredes no
dependo del "origen" de la presión que afecta su superficie
interior, sea creada por el núcleo o por el líquido contenido en
el recipiente, ¡x)r lo cual la disminución de su capacidad equivale
exactamente ola del volumen del núcleo.··
Tenemos que considerar el hecho recién analizndo cmmdo
efectuamos mediciones exactas, por ejemplo, cuando
detemlinumos el módulo de elasticidad V(.)lumélrica de un !luido
utilizando el instmmento de Reg11nult.

211. Cnlns, o b loques d e calibra do

En la técnica, para efectuar medicione.t exactas, se utilizan


bloques de acero llamados "calas" o "bloques de calibrado".
Si se aplican uno a otro, se mantienen,liJerlementc adh(widos,
allnq11e no están imantados ni unidos de ninguna mcmttra.
¿Porqué?

En un principio, la propiedad de lns caJas de mantenerse


fuertemen te adheridas tmas a otras se atribuyó a la presión de
In atmósfera. Se suponla, pues, que en tre sus superficies muy
lisas aplicadas tmas a otras no hay aire. No obstante, se tuvo
que desechar este critet;o cuando fue medida la fuerza necesaria
para desprenderlas; resultó que ésta es de 3 ó 6 kgf/cm7 e incluso
mñs .

303
- •'""'=' ... --·
-· - ·- -~ - ·. ·· ·

¿Por qué los bloques se adhiert.m./itcrlemcnre unos a o tros?

La presión atmosfédcn no puede contrarrestar scm~jnnte


fuco..a. Ln cauSll V~'Tdodera de tan fuerte ndhcsíón de Jos bloques
de culibrado es que sus superficies se pegan entre si porque
hay luunednd en cadn una de ellns. Las carns de Jos bloques
estún p ulimentadas con !anto esmero que entre dos superficies
oplicadas tma a otra no hoy espacio mnyor de 0 ,2 ¡.Ltn . (0,0002
nun.) 19• A propósito, las superficies absolulrunente secas n.o se
pegan entre si; basta que haya restos de humedad (contenida
en e l aire) pom que dichos elementos se oc! hieran fuertemente :
para separarbloquesde1.ma sección de 1 x 0.35 cm. se requiere
aplicar un csfi.terzo de 30 o más kg.: además no se desprenden
n i a golpes.

2 12. U na vela dentro de un tnt·ro tnp;Hio

Ofrecemos la descripción d<~ un experimento para


comprobar la injl11encia de la presión atmosférica. que fue
pubUcada en su liempo en una revüt(l para escolares:
"Un cabo de vela encendido se fija alfando de un tarro
de vz'cl!io; después de que pt.Wnumezca encendido algtín tú~mpo,
la vasiJa se tapa poniendo un aro de goma húmedo entre s11s
bordes y la tapa. Al poco rato la llama empieza. a extinguirse

304
y se apaga. Si usted trato de destapm· al rorro, podrá lograrlo
aplicando un e.';jilerzo bastante considerable.
l:!,'s.fácil comprenderla causa de este fenómeno. La llama
cons11me oxígeno, c11ya reserva está limitada en este tarro
herméticamente tapado. C uando al oxígeno se agota, la llama
se apaga. El resto de aire que ocupa un volumen may01; se
rarifica y ejerce una pre.fión menor. La tapa queda apretada
f uet1emente a los bordes del recipiente por el excesod1? presión
exterior. "
¿Es correcta esta explicación?

Un cabo de vela colocado en 1111 farro de críswl.

Ln explicació n del experimento es incorrecta. En lugar del


oxígeno consumido mientras lo veln estaba ardiendo se hu
tomwdo bióxido de carbono: en la proporción do una moléculn
de éste por cado dos moléculas de oquct. Un número iguul de
moléc ulas siempre ocupa un mismo volumen si la presió n no
varia (ley de Avogadro). P or eonsig uicnlc, el consumo de
oxígeno de por sino puede o Iterar In presión del gas contcmdo
en el tarro.
Lo cousn real del fenómeno en cuestión es disUnto, no es
de carácter químico. sino fisiC(\,

305
Naturnlmcntc, dentro del recipiente el aire se enrorcce
uurantc la combustión, pero no a conS~::cuencia del consumo de
oxigeno, sino debi(IO al calentamiento. Parte del gas dilatado
sale del tarro hasttl que se igualen lu presión del aire exterior
f'rfo y del caliente contenido en el recipiente. Cuand o In vela se
apaga por fattn de oxígeno, el aire dentro del recipiente se cnfrfn,
s u presión disminuye, y el exceso de presión atmosférica aprietn
In tapa a los bordes de In vasija.
Es harto conocida una mcxllticucion de este experimento:
un vaso en el cual previamente se coloc.'l un trozo de papel
ardiendo, se ponc..hoca abnjo en un pluto con aguo y esta ú ltimo
cnlru en el vaso. Muelws veces este fenómeno se alrihuyc al
consumo del aire: mcluso se llega a nftrmur n veces que el aguu
"siempre sube basta 1/S parte de la altura del vaso, con arreglo
a In proporción del oxígeno presente en el aire'', aunque nuneu
se hn observado sem~j<mle eonstnncio. Este equivoco se hn
general izado mucho. Por ejemplo, en su obra Ciencias natu rules
\'iSlas en su desatTollo e interrelación, aparecida a principios
del siglo XX, F. Dmu1emann decin lo s iguiente:

Bl experimento con rma vela encendida descrito por Filón.


306
"En la figura apurecc la vela de Filó1t que succiona líquido.
El recipiente a contiene agua. El re<:ipiente d está invertido de
modo que su boca se hallaba bajo el agua y dentro de él se
encuentra una vela encendida. "El agua, dice Filón, enseguida
empie-;;n a-subir. Esto sucede porque el fuego despinza aire del
rc.cipiente. d. El volumen del agua que entrn en el segundo
recipiente equivale al del aire desplazado." El sabio no se dio
cuenta de. que cada Yez se desplaza una m.isma c<mtidnd de
ni re. En este caso se trata de una de las expel'iencins reali7..adus
por Scheele y otros experimentadores para demostrar el hecho
de que el aire consta de dos gases diferentes.''
Según vemos, lu explicación sugerida por el fisico de la
Antigüedad, en principio, muy correcta, se da por incorrecta en
el fragmento que acabamos de citar; m<ís aún, lo que se afirma
es del todo incorrecto desde el punto teórico y práctico.

213. Cronologia de las escalas termométricas

¿Cuál de los tennómctros aporeció'primero, el de Celsius,


de Fa.hrenheit o de Remmwr?

El primero de los tres tenuómctros teJe Cclsius, Renumur


y Fahrenhcit, fue el de Fahrcnheit, inventado n comienz.os del
siglo XVll. Los de Rcaumur y de Cclsius dotan de 1730 y
1740, respectivamente.

21.4. Los im·cnton::s de termómetros

¿De qué 11acionalidad eran Celsius, Reaumur y


Fahrcmhei(?

307
Como el termómetro tle Fahrenhcit está propngad<) en
lnglalcrru y Estados Unido:;, mientras que el de Celsius tiene
extensa aplicación en Francia, muchas personas consideran. que
Fahrcnheil era inglés y Celsius, francés . Pero de hecho
fahrenhcit era alemán y vi\>ia en la c.iudad de Oaotzig~ Cclsius
era un astrónomo sueco y Reaunnu·, un nnluralistn francés.

2.15. Ln masa del globo tc n itq uco

OJi·ec<~II·JOs rm pasaje tomado d<~ un libro de divu~((noión


cient{fica.
"Par/.iendo de los datos de las mediciones, los cientijlcos
han establecido qt;e la densidad del globo terráqueo es de
5, 5 gl cmJ; s u volumen se conoc<l, puesto que se ha logrado
d<lfermincw su diámetro. ;\fultiplicando l?Stl! volumen por 5,5
han calculado la mosa de In Tierra ·•.
¿Es idóneo este procedimiento pora determint tr la masa
de/Oiobo?

Algunos libros tlc divulgación c.ientí1icn proponen el


siguiente procedimiento para detenninar la masa del globo
terrúqueo: multiplicando su densidod media por el volumen
del planeta.
¿De qué manera fue detenninadn la densidad media de la
Tierra?, ya que e:; imposible medir directamente la densidad de
los capas profundas del Globo. No obstante, de hecho se
procedió a la inversa: primero fue del'enninada la musa de la
Tierra y luego en base a ésta y a su volumen fue· calculada la
densidad media. La masa de In Tierra fue definida
experimentalmente, a saber, averiguando la magnitud de la
fuerza con la cual dos cueq>os de masa de 1 g. cada uno se
a traen recíprocamente encontróndm;e a unn distancia de 1 cm.

308
entre ellos. Si se sabe que la Tierra, cuyo centro dista de la
supcr(icie 6.400.000 km., atrae 1 kg. de masa con una fue17...a
de 9,8 N, y que la fuerzo de atracción es directamente
proporcional al producto de Las masas que se atraen una a otra,
y es iuvers.'Ulletltc proporcional al cuadrado do la distnncia entre
ellas, es posible calcular la masa del planeta sin valerse de su
densidad media.
El cálculo es bastante fácil. Un cuerpo de 1 kg. de masa es
atraldo por otro, de la misma musa, desde una distancia de 1
m. con tma fuei7.a dc6,7 x 10-11 N. Por consiguiente, si el centro
del Globo se cmpht7.flrfl n In distancia de 1 m. de dicho cuerpo
de 1 kg. de nwsn, su musa ,H utrucrfn este kilogramo con lU\él
fuev..a M. (6,7 · J0- 11) N .
Pero a la distancia equivalente al mdio terrestre (el globo
es atraldo como si todo su masa estuviera concentrada en su
centro), es dedr, a la d istancia de 6.400.000 km., In fucl7..a de
atracción disminuye 6 .400.000: veces y es

6.7/11 -
-6 •2 X lO-llN
.4

Pero se sabe que la fueru con la cool lu Tierra atrae un


cuerpo de 1 kg. de mnsn, situado en su supcrlicie, es igual a
9,8 N- lO N . Por eso podemos escribir la igualdad

6.7M
6.41 X 10-lJ N = lO N

de donde
6.4:
.\1 -"' - - X ] Ql• kg.
6.7

309
Trus reali7..ar el cú.lculo, dctenninamos que la masa del globo
tcrrÍiqueo es de ccrcu de 6 x 1o:.~ kg.

2 16. E l mo,·imicnto del Sistema Sf)lur

En uno de los libros de p1·oblemas de flsica hemos


enconrrado el sig11iente problema:
"Los astrónomos con.~ideran q11e el Sistema Solar se
mueve con una velocidad aproximada de 1 7 km. por segundo
hacia la constelación Lira. ¿Q11é fenómenos .sería posible
observar en la 1i.erra .~i este movimienlo no .fiwra uniforme,
sino acelerado o reiardodo? "
Responda.

El mltor del mencionado libro de problemas de tlsicu da la


respuesta siguiente a este problema:
"Si el movimiento sólo fuera acelerado, todos los cuerpos
dispuestos en el hemisferio que da a la constelación Lira,
pcsruian mós, mientras que los del hemi sferio opuesto pesar:fan
JllCilOS."
Esta respuesta serln correcta si la fuerza que pone en
movjmicnto los cuerpos celestes no influyera de ninguna manera
en los·OQjetos que so encuentran en ellos. Pero conocemos cuál
es la única fuerza cnpnz de imprimir movimiento acelerado nl
sistema planetario: In grnvitnción. D icha fuerza comunica
occlcraciones iguules a todos los cuerpos. Los planetas y los
cuerpos que se encuentran en ellos, en todo momento deberían
moverse con velocidad igual, es decir, se hallarían en reposo
unos respectt) notros. Por consiguiente, el peso de los objetos
no cambiarla. Observando Jos fenómenos que tienen lugar en
la Tierra, es imposible detemlinal' si se mueve progresivamente
o no, si está en movimiento acelerado o uní fonne.

310
217. Acerca del \·uelo u la Luna

Un día, d espués de ascuchar mi conferencia dedicada a


la cosmonáutica, unjovcm w;trónomo me objetó de la siguiente
1nanera:
"Usted ha omitido una circunsta11cia importante, por la
c ual será imposible alcanzar la Luna tripulando naves
propulsadas por cohetes. E l caso es que en comparación con
lo masa de los cue,pos cetlestes, la d e un cohete vicmt~ a ser d e
una magnitud despreciable; a su vez, las masas i'!finité.~imas
son aceleradCJs enormc!ment!' p or la acción de> fu erzCJs
rt!lativr.mwnte pequ«í'ms qua se poddan de sprecior .vi las
condiciones fueran distintas. ,\.fe refiero a la atrocción que
ejercc~n Venus, l'vlarte y Júpiter. S u influencia no es
considerable, pero lo ma.ta del cohete es prácticamente m da,
por lo cual la acción de dichos planetas será muy notable.
E .rtasfuerzas le imprimirán una aceleración en(mne, de modo
que el móvil estará en·ando en el espacio s iendo o traído 01'a
por un cuerpo de~ masa más o m enos con.riderable ora por
otro, y nunca alcanzará la L una. " '
¿Qué opinión tiene usted sobre estn objeción, omigo
h~ctor?

Estu objeción es tolnhnentc gratuita. aunque parece tener


fw1damento . Es cierto que desde el punto de vis ln de la
nstronomia, la masa del cohete puede considerarse nula. Pero
precisamente por eso la acción perturbadora que los planetas
qjercen sobre é l también es igual a cero, puesto que lu atracción
rccíprocn de dos cueq>os es directamente proporcional a l
producto de su s masas; si una de estas magnitudes es nula , la
ntracció n también lo será, p or más grande que seu la m Asa U.el
otro cuerpo. Si no hoy masa, no hay atracción. Es posible sacar
la misma conclusión de otru manera. Supongamos que tenemos

311
dos ..:ucrvos de masas :\1 y m . Lo fucr.w de su atracción mutua
es
?lf X 111
F=G--··
r2

donde G es In constnnte gra-..itacional y r , la distancia entre los


cue11>os. La nccleracióna que la masn m tiene bajo ln influencia
de \u fuerat F, es igual a

F M
r1 = - -= G - ,
1n r-

Es obvio que la aceleración del cuerpo utraído no depende


de su masn (m) . sino de la del cuerpo que lo atrae. Por
consiguicOlc, la atracción de los planet.os comunicarla ciet1a
ncelerución lll cohete (y éste se despluznr!a b(\jo In influencia
de esta fuerza), lo mismo que a cualquier cuerpo de masa
giguntcscn, por ejemplo, ol globo ten·nqueo. Es sabido que la
occión perturbadora de lu atracción planetaria sobre el Globo
es ínfima. De modo que el piloto d e la nave puede dirigirla
bucia tu Luna sin temor a que la atraigan Ven u:;, Marte o Júpiter.

218. E l hombre se pone a salvo de In gnwcdnd

JJ'n su tiempo, cuando se libraban debates en torno a la


posibilidad de-realizar vul!los inlerplanelarios, un astrónomo.
rf'firiéndose a las condiciones. a /(.ls cuales tendría que
adaptarse el hombre en un medio sin gravedad, presentó el
<riguiente argumento q ue pareció muy convincente a muchas
perso11as.

3 12
"Nuestro organismo es mt1y sensible a todo cambio
relacionado con la gravedad. A ve1; traten de permanecer
cabeza abajo algún mto. La circulación sanguínea podrá
a/lerarse gravemente. Si el cambio de sentido de la gravedad
influye de esa manera, ¿de qué manera influiría su ausencia?"
¿Qué diría usted sobre la lógica de semeJante conclusión?

El lector sabrá vnlornr la va)idez lógica del argwncnto


expuesto en ln pregunta si trata de aplicar scmcjnntes
conclusiones en algún otro terreno. ¿Qué diría usted sobre el
nw.onnmiento que sigue?
" Acerca dol consumo de alcohol. Nucstr<.> organismo es
muy sensible a este producto. Trate de tomar un litro de alcohol
puro o de una mezcla de alcohol y coñac. Esto podrú afectar
gravemente ln actividad nerviosa de su organismo. Si es tan
notable e) efecto co.usndo por los cambios en la dosis o la
composición de las bebidns alcohólicas ingeridas, ¿cómo deberá
intluir la abstinencia o.bsolutn?''
La falla de lógica en esta conclusión snHn a lo visto, pero,
cxttllfinmente, no todo el mwldo la echa de ver enseguida cunndo
~e presenta con la fonna que tiene en esta pregunto. Durante
las conferencias sobre la ttstronáuticu que he dictado. los oyentes
se han valido muchas veces de este argumento, pues poníun en
duda la posibilidad de que la persona exista en un mcuio sin
pesantez; no se sabe por qué, pero a muchos les pnrccc
c()nvincente la conclusión de que si el ser humano muere
d espués de estar lurgo tiempo cubczu ub<1jo, debcrl1 morir
inminentemente en un medio sin grnvitación. Sert\ pmquc
razonan de la siguiente mtmcrn: como en nlgunns ocasiones la
gravedad causa allcrnciones, In ingravidez también puede
causarlas.
Pero, en realidad, segim sabemos, esta ó ltima no causa dru1o
alguno al orgunismo humano.

313
2 t 9. Ln tcrccnt ley de Kcple 1·

La lercera ley de .Kepler seformula de d("{erentes maneras


en diver.ws libros. Unas veces se afirma q11e los cuadrados
de los períodos de revolución de los plcmetas y cometas se
relacionan en/re sí como los cLtbos de las resp(?c/ivas distancias
medias al Sol. Otras veces se sostiC'ne que lo hacen como los
cubos de los semi-ejes mayores de sus órbitas.
¿Cuál de e.was dosjo1·mulaciorres es correcta?

Las dos t(.mnulucione:s son idénticas: el semieje mayor de


la órbitu equivale a In uistnnciu medía ucl planctu nl SoL Esta
magnitud eonslituyé la media aritmético de las distancias
máximo y mínima del planeta ni Sol, as! como de todns tal':
dishmcins entre ellos durante t()dt) el período de orbítación. Si
el Sol está emplazado en el foco F~ (ver figura), mientras que el
planeta recorre sucesivamente los puntos a, b, e, d, etc., la
d istancia med1a del planetn nl astro se obtiene sLUnando todus
lns distancias F 1 a, 1-"1 b, F 1 e, F 1 d, cte., del foco 1~, u cada uno
de los puntos de la órbita y dividiendo esta suma por el número
de distancias. Será fóeil demostrar que el cociente vale la mitad
del eje mnyor.
He a quila demostración. Supongamos que en la órbita de
tU} planeta estítn scí'laladas n posiciones de este cuerpo; teilemQs,
pues, n distancias. Unamos cada punto CO!TCspondiente n la
posición del p laneta con el foco F 2 • La suma de distancias de
cada punto a los focos equivale al t'je mayor 2a de la elipse
(esta curva posee semejante propied<Jd). Por consiguiente,

aF1 + aF 2 = 2éi
bF, + bF1 = 2ii
cF1 + cF2 = 2éi
cte.

314
¿Cómo se determina la distancia media
de un planeta oJ Sol?

Sumando los primeros y segundos miembros de estas


igualdades, obtenemos la expresión siguiente:

(aF1 + bF1 + cF1 + ... ) + (af71 + bP~ + cFJ + ... ) = 2ni1

Sin es intinito, en virtud de la simetría de la elipse ambas


expresiones entre paréntesis son iguales, y cada una de ellas es
la suma de los distancias del planeta al foco (es decir, al Sol):
designemos esta suma por S . Obtend remos ht iguoldnd
siguiente:
2S = 2néi
Por lo cuul
S / n =éi

Mas, Sli1 es la distancia me<.lin del planeta nl Sol, en tanto


que ú designa el semieje mayor de la órbita. Por consiguiente,
la distancia m edia del planeta al astro es igual al senúeje rmtyor
de su órbitn.

315
220. E l movimiento perpetu o

S'i los planetas siguieran órbitas estrictamente circulares


dando vudtas al Sol, evidentemente no realizarían ningún
trabajo mecánico, puesto que no se alejarían del cuerpo que
los atrae. Esta siwación no cambia c1umdo la órbita es ellptica,
como la de la Tierra. En efecto, pasando de puntos de la elipse
cercanos a l Sol a puntos más alcut:ulos de éste, la Tierra invierte
cicwta energía para vencer la atracción solar; pero estas
inversiones de en(ugia se compensan plenamente cuando el
planela vuelve a la posición de par/ida. En suma, orbitando
al Sol, la Tierra no gasta energía, de modo que semejante
movimiento se prolongará indc>.finidamente.
Consecuencia de este razonamiento sería la conclusión
de que la r e voluc ión de los planetas es un eJemplo de
movimiento perpetuo. Como se trata de un hecho cie1·to, ¿.Por
q11é lajisica afirma que el movimiento perpetuo es imposible?

La física no atinna, ni mucho m enos, que el movimiento


perpetuo es imposible~ sólo descarta el «perpetuum mobile" ,
es decir, el mó"il perpetuo, y no el movimiento perpetuo o
continuo . .El "perpctuum mobile" es un mecanismo que puede
estar en tttPVimiento indcfinidmncnte, realizando trabajo. La
existencia. d e semejm1te artefacto iría en contra de la ley de
co~1servaci6n de la energía, puesto que seria capaz de realizar
cierta cantidad infinita de lrabnjo, a consecuencin de lo cual
dejarla de ser constante la cantidad total de energin en la
naturaleza. Un planeta q ue órbita al Sol no puede servir de
semejante mecanismo; no es un «perpetuum mobilc", pues no
realiza ningún trabajo dttmnte su movimiento~ éste es un
movimiento continuo cuya existencia no contraviene las leyes
de física.

316
En opinión do algunas personas, el. hecho de que exista
corriente eléctrica sin solución de continuidad en los
superconductores (a temperah.~ras muy bajas) obviamente
infringe la ley de conservación de la energía. A-unque el
fenómeno de superconductividad no tiene .relación directa con
nuestro problemá; tenemos que acotar que el núsmo no viola la
ley de conservación de la. energía: I.a corriente cjrculará
indefinidamente en el superconductor a condicióQ de .que no
renlice ningún trabajo. La corriente cesará si se Jc huce realizar
algún trabajo.
Por tan lo. es in·eali7..nble el siguiente proyecto, descrito en
una obra publicada en su tiempo y dedicada a In astronáutica:
"Dw·ante los vuelos espaciales que se realizarán en el futuro
será posible utilizar un generador eléctrico Cl\."trnvehicular que
funcionará a la temperatura del cero absoluto (¿ ?). Unu vez
puesto en marcha, proporcionará corríente eléctrica
ininterrumpidamente ... Como la Tierra y la Lwtn¡ a si como otros
planeros ya realizan semejante(¿?) movimiento ... ¿Por qué el
hombre no puc<.le crear su perpetuum mobilc?"
Entre otras nociones equivocadas, en este proyecto se
confunden los conceptos de "movimiento perpetuo" y "móvil
perpetuo".

221. El organismo humuno y lu máquina térmicu

Cite argumentos que permitan considerar 1!1 organismo


humano vivo como rma máquina térmica.

No existen fundamentos flsicos que pcm1itan comparar el


organismo animal con la máquina de vapor. Hay quien supone
equivocadatnenle que el organismo animal y el motor ténnico
son plenamente anúlogos. Este error se deriva de la similitud

317
puramente superficinl cnlre ellos: ambos consumen c.ombustible
(alimentos) que produce calor cuando se combina con el
oxígeno. En base a estos argumentos se concluye
prccipitadwncnte que el calor "animal" se convierte en lo energía
mecánica del organismo, lo mismo que el calor producido por
la caldera sirve para impulsnr 11.1 mfiquinn.
Sin embargo, este criterio relativo al origen de la encrgla
mccimica del hombre y el animal contradicen la física, ndemós,
o su rnma más irrefi.ttable, a la lennodinómicn. Examinnndo
más detenidamente este nsunto, nos daremos cuento do que
entre el organismo 11pimal y el motor ténnico no hoy scmcjan7.a
de princ.ipio: elnrgonísmo vivo no es una mó.quinn ténnicu.
Vamos 11 demostrar, por qué es totalmente erróneo la
suposición de que la cnergíamccimica del orgru1ismovivo surge
como resultado de la trnnsfom1acíón del calor de "combustión··
de los alimentos en trabajo mecánico. O sea, vAmos n aclarar,
por qué es erróneo considerar que en el organismo primero se
obtiene calor n expensas de los alimentos, y sólo de.<;pués éste
se transforma en lrubnjo . 1,a tcnnodinátnica hn establecido que
el color puede convertirse en trabajo siempre que se transmita
de tma fuente con temperat.ura alta (por ejemplo, del
''calentador", es decir, del hogar de Jo caldera) a otra cnn
tcmpernturn baju (ni "refrigerador''). E n este caso la razón de
la cantidad de Clllor convertido en tm~jo mecánico a la cantidad
de calorreeibido del calentador (el rendimiento de ln máquina)
equivale a la de la diferencia de lcmperolurns del calentador y
el refrigerador con respecto n la del calentador:
T,-T~
t.: = ~

donde k es el rendimiento, T 1 , la tempermuru del cuerpo calit.'11tc


y T1 , In del cuerpo ti·io (T1 y T1 se expresan cn'grados Kelvin).

318
Vamos n utiliz.ar esla fónnula pnra trntar de examinar el
organismo humano como una móquina tértniC<l. Sabido es que
su temper-dtura nonnal es de 37° C aproximadamente. Por lo
visto, este dato corresponde a uno de los dos niveles de
tcmperaturn cuya existencia viene a ser tmn cond ición necesaria
de funcionamiento de toda máquina ténnica. De modo que los
37° e serán el nivel superior (la temperatura d el C<llentador) o
el inferior (la del refrigerador).
Examinemos ambos cosos partiendo de In fónuuln expuesta
más arriba y conociendo que el rendimiento del cuerpo humano
es de O, J nproximndatncntc, es llccir. de un 30 % .

Caso !

37° e (= 31 o K) es la temperatura TI del " Cfllentador". Ln


temperatura T, del "refrigerador'' se detcnnina haciendo uso
de la ecuación"siguiente:

3l0-T2
O.J= 3 10 ..

de donde T 1 = 217 K. o -56° C . Quiere decir que ¡en nuestro


cuerpo debe haber W1a zona con una temperatura de 56° C bajo
cero! (Suponiendo que el rendimiento es de Wl 50 % , según
afirman algunos autores, tendremos que reconocer otra
absurdidad, aún mayor, o sea, que en nuestro cuerpo hay una
zonn con una tcmpcraturn de 118° C bajo ce.ro.)
Por consiguiente, In lcmpcratura de 37° C no puede ser el
valor máximo de la tempera tara de la " máquina térltlica vivu•·.
¿Será el mínimo? Vamos a ver.

319
Caso 11

La temperatura del ·•rcfngcmdor'' es de 37° C :

T,=273+3 7=3l OK.

En cstc caso (si k = 30 1Yc1)

de donde 1'1 == 443 te. o 170° C . ¡En nucslro cuCipo dcb·~ httbcr
una zona con unn temperatura de 170° C sobre cero! (Si
adoptamos k. = 50 % , parn T 1 obtendremos un vnlor de 620 K ,
ó +347° C .)
Como ningún unatomi~ln ha descubierto en el cuerpo
h umano una zona qt•c esté congelnda hnsta 56° C bajo cero, ni
culcntadu hosta + J 70° C, nos vemos obligados a renunciar a la
hipótesis de que nues tro organismo semeja unn móquina
lémtica.
'' El músculo no es unn máquinu térmica en el sentido de lu
tcnnodinámica -<lice e) }Jrol~ E . Lechcr en su obra Física para
los médicos y biólogos- no obstante. la energla potencial de
lm; reacciones qtúmicas (de asi.milnción de los alimentos) puede
ser convertida en trubajo directamente <> mediante In energía
eléctrica. El calor que hay en el músculo, es un residuo de trobnjo
mecánico o eléctrico."

222. Meteo ritos

¿Por· qué los mcleoriros despiden luz?

320
Recordemos que antes de entrar en la atmósfera teiTcstre el
meteorito tiene ww temperatura muy baja y no se ilumina, y
sólo en la atmósfera se calienta y se vuélvc luminoso. Por cierto,
este cuerpo no a'.rde, ya que en aquella altitud (de 100 ó más
kilómetros sobre la superficie terrestre) existe un gran vacío y.
por lo visto, no hay oxígeno.
Entonces, ¿,por qué el meteorito se calienta tanto?
Comúnmente, a cstil prcgunt.:'l se suele responder de la siguic{lte
manera: porque roza con el aire. Pero, de hecho, este cuerpo no
roza con el medio ambiente, sino que arrastra las cupns de aire
inmediatas a él.
Podría purccc.r cicntllicnmcnte verosú1u 1 la cxplicnción que
sigue: el meteorito se calienta hasta lal grado porque la energía
de su movimiento, que pierde a consecuencia de la resistencia
dd aire, se convierte en cnlor. Pero semejante explicación
disc.repa con Jos hechos y la teoría. Si la energía c in6ticn que el
meteorito pierde se con\rjrtiera directamente en calor, o sea, si
se acelerase el movimicolo cuótico de sus moléculas, se
culentaría todn su masa. Mas, sólo se calienta la capa superl1cia 1
de este fragmento, en tanto que su interior sigue helado. Este
criterio trunpoco es consistente desde el punto de vista teórico.
No es preciso que el cuerpo se caliente cuando se decelere: su
energía cinética puede convertirse en otras fonnas de energía.
Un cuerpo lanzado hacia arriba se decclera, pero no se
calienta: lu energía cinética se tnmsfomu' en energlu potencio!
del cuerpo elevado n cicrtél altura. En el caso del meteorito,
pnrlc de In energía de movimiento que éste pierde, se invierte
en poner en movimiento vortic iallas capas do a ire üunediatas
a él. El resto de esta energía, de hecho, se trru1sfonna en calor,
pero, ¿de qué modo? ¿Cómo la deceleración de las moléculas
puede engendrar su movimiento caótico acelerado, es decir, lo
que suele llamarse calor? La explicación que acabamos de
exponer no responde u esta pregunto.

321
En rt:alidnd, e ltncteodto se calientude la siguien!'e manera.
Inicialmente no se calienta el meteorito propiamente dicho, süw
el uire que este cuerpo co.mprime de frente irnunpiendo
impetuosamente en la atmósfera: este aire entrega su CCilor a IH
capa superficial del fragmento . E l aire se calienta al s er
comprimido por la misma causa que cuando se utiliza un
eslabó n, es decir, a consecuencia de la compresión adiab{Jtica;
durante su m ovimiento el meteorito presiona el aire con tanta
rapidez que el calor generado no tiene tiempo pura disiparse en
el nmhientc.
Vamos u calcular, aunque sea aproximadamente::, la
temperatura que t~ndrá el aire comprimido por el udvencdiL.o
del cosmos. La fisica hu establecido la dependencia siguiente
entre los factores que intervienen en el proceso:

Í:!:sta es uno moditicución de la fónnula que utilizamos paro


contestar a la pregunta 130, relativa al caso de la expansión
adiabática. Vamos a explicar el sentido de las designaciones;
. 1'1 es la temperatura inicial del gas (en grados Kelvin); T.r la
temperatura final del mismo (ídem); p/ p 1 !a razón del vnlor
fina l a:J inicial de la presión del gas; k, la razón de dos
capacidades caloríficas del gas: pura el aire, k = 1,,4 y (k - '1) 1
k=0,29.
Realizando el cálculo, adoptemos 1'1 (la temperatura de las
capas de aire superiores) iguul a 200 K. Enl.o que se refiere a la
razónp/ p 1 vamos a considerar que la presión del ajre aumenta
de 0,00000 l a t. a 100 al. , es decir, la razón indicada es de 108.

322
Sustituyendo estos valores en In tonnuln, obtenemos el siguiente
re~-ultado :
T1 - 200 = 200 (1 Os_j 0 •19 = 40.000 K
Este cálculo, bnsudo en datos hipotéticos, no puede ser
menos que aproximado, más bien es w1a estimación del orden
de lu incógnita.
Así pu es, hemos sacad o la conclusión de que el aire
comprimido frontalmente por semejnnte m óvil debe de
calentarse hasta varias decena s de mi les de grados .
E::; ti nmcioncs basadas en. In med íción del brillo de los meteoritos
proporciona un resultado similar : de 10.000 a 30.000 grndos.
Estrictamente hablundo, cuando observamos uno de ellos, no
lo vemos (pues suele tener tamaño de nuez o guisante), sino
q uc notamos el aire incnndescente cuyo volumen es varias mi les
de veces 1nayor.
Lo que acabamos de exponer. también se re fiere, en lo
esencial, al cnlcntruniento de los proyectiles de artillería que ni
comprimir el aire delante de sí, lo ca lientan y se calientan ellos
mismos. La única dife rencia consiste' en que Jn velocidad del
meteorito es 50 veces mayor que la de los proyectiles. Por Jo
que attlflc ala diferencia de Jus densidades del aire a gran ultitud
y jw1to a In superficie tenestre, hay que tener en cuenta que e l
grudo de calentamiento sólo d epende de la razón de las
densidades final e inicial, y no de sus mugnitudes absolutns.
Parn tem1inar, sólo nos queda explicar u na cosa : ·¿por qué.
pues, se calienta e l aire cuando es comprimido? Vomos a
cxmninar un c.kmpl o concreto cuundo lo comprime un
meteorito. Lus m oléculAs de nire que chocan con la piedra que
les viene al encuentro, rebotan a mayor velocidad que la irúcial.
Recuérdese, qué hace e l tenista pnra que In pelota rebote con la
may(.)r cclerid;;ld posible: no cspcr·a pusiYumente a que choque
con In raqueta, sino que la intercepta golpeando con fuenn con

323
tal de '<tnmsmilirle su peso propio'·, por decirlo osí. Cada
molécula rcboln del móvil como la pelota de la raqueta,
recibiendo parte de su energia. Precisamente Ja energía cinética
creciente de lus moléculas es Jo que entendemos por " awne::nto
de lo temperatura·' .

223. La nicbhs en zonas industriales

En zonas industriales, las nieblas son más frecuentes que


(mzonas boscosas o agrfcolos. (l.as nieblas de Londres se
han hecho proverbiales.)
¿Cómo explicdria usted estefcnónwno?

J.~s leyes de In l1sica molecular explican por qué en las


7.onas industriales, cuya utmósfcra estó. contaminada con
partículas de humo, son !recuentes las nieblas. Según hemos
establecido al resolver el problema 150, la presión del vapor
saturador cerca de la superficie de líquido cóncava debe ser
menor que junto aJa plana si la temperatura es igual en ambos
casos. Análogamente, la presión del vnpor saturndor j unto a lo
superficie de Uquido convexa debe ser más alta que cerca de la
plana. La causa de este fenómeno consiste en que las moléculas
ablmdonnncon mayor fttcihdad una superficie convexa que otra
plana (síendo ,iguaks las temperaturas de los líquidos).
¿,Qué deberá. pasar, pues, con tma gota de ngua de superficie
muy convexa (es decir, de fonna de bola diminuta) que se
encuentro en un espacio saturado de vapor de agua? La gota
empezaró. a evaporarse en semcj ante a lmósfera, y si es
suficientemente pequeña, lo harú totalmente, a pesar de que el
espacio ya está saturado de vapor; en tal caso dicho espacio se
volverá "sobresaturado" de vapor.

324
Es fácil comprender ln consecuencia q ue se deriva de
semejante " suceso": el vapor empezará a condensarse y a fonnar
gotas sólo a condición de que esté sobresaturaclo. En un espacio
normalmen te saturado de vapor de agua, sus moléculas no
forma r ían gotitas, puesto que las primeras de ellas -muy
diminutas, por supuesto- deberlnn evaporarse en seguida.
El caso es distinto si el ambiente saturado de vapor contiene
partículas de polvo o humo. Por muy pequei'\as que sean, su
lamaí\o es considerable en comparación con el de los moléculas
de agun, lus que nl precipiturse sobre ellas de inmediato fonnan
gota~ bastante g.rnndcs. Estas últimas, de radio considcrnblc,
no tienen una supcdicic c urva colUo puro que el agua pueda
evaporarse en seguida. Por ello, queda claro ¡x>r qué la presencia
de par tículas de hlHOO en el ambiente debe favorecer la
condensación de vapor y la fonnación de golas, es decir, de
mebla.

224. :E l h u m o, e l poh·o y In n icbJa

¿Qué diferencia hay entre la nfebla, e1! h11mo y d pol1·o'l

El hum.o, el polvo y la niebla di ti eren en cuanto al estado y


cll.Dmaño de partículas suspendidas en el o ir~ (o en el seno de
otro gns). Si las partículas son sólidas, hay polvo o humo; si
son liquidas, hoy niebla .
El polvo y e] humo difieren en tnmru1o de sus portículus.
Los de pol\'o son m(•s gruesas, su diámetro es de 0,0 l n 0 ,00 1
cm. Las partículas de humo, en cambio, tienen un diámcu·o de
0 ,0000001 cnL : así de pequcí'ías son, por ejemplo, Jos del hwno
de tabaco cuyo dtámctro sólo es lO veces mayor que el del
átomo de hidrógeno (y cuyo volumen supero 1000 veces el de
este último).

325
Otra diferencia entre el humo y el polvo. condicionada por
el ta10año desigual de sus partículas, consiste en que las de
polvo se precipitan con una velocidad creciente, en tanto que
lns de humo lo hacen coJnma velocidnd constunt·c (si m1den no
menos de 0,00001 cm. de diúmetr<>) o no se prccipitnn en
nbsoluto (si su di~ínte!ro es menor de 0,00001 cm.). En este
último caso ln velocidad del llamado mo\·imiento bro'vvnümo
de dichns particu\as supera a In de su precipitación.

225. Velocid ud d e las moléculas d e ng ua

¿En qwJ. caso las moleculas de agua tie11en moyor


velocidad a 0° C, en el vapor de agua, en cd t~gua líquido o en
el hielo?

Ln velocidad de movimiento térmico de las moléculas de


una sustnnciu dada depende de su temperatura y no tiene nado
que ver con el cstndo -sólido, líquido o gaseoso- de la misma.
Por consiguiente, a una misma tcmpemturn las moléculas de
vnpor de agua, ogua líquida y hielo se mueven n igual velocidad
(m~jor dicho, poseen energía cinética igual: las de hielo no son
idénticas a las de agua y de vnpor).

226. Movimiento térmi co de las moléculns n 273° C


blljo cero

¿Cuál as la velocidad aproximada de movimiento térmico


de las moléculas de hidrógeno a -273 ° C?

He aqui la respuesta que parecer{) muy correcta n muchos


k'Ctores:

326
·' La temperatura do -273° Ces la del cero absoluto. A esa
tcmperntura la velocidad progresiva de las moléculas es nula.
Por ello, a 273° e lntio cero las de hidrógeno, al igual que
cualesquiera otros, se encuentran en reposo.''
No obsta nte, lu respuesta es errónea, puesto que la
temperatura del cero absoluto es de -273, 15° e, y no de
-273°e.
¿Tendrán mucho importancia las 0,1 S de grado? Ya que,
de seguro, a tcmperoturas tan bajos las moléculas estarán muy
cohibidas. de modo que una diferencio de O, !5° e no debería
cmnbinr rndicalmcntc ln situación.
As{ puctle pHrcccr, poro el cólculo no justi!icu cstns
expectativa s: In velocidad de la s moléculas disminuye
proporcionalmente o IH raíz cuadrada de In tempcralurn (en
grndos Kclvin), por lo cual a tempcratums muy bujas la~
moléculas todavía se mueven con bastante ro pide?.. Hugamos
el cúlculo.

¿Qué velocidad tendrán las molécula.'i de hidrógeno


a temperat11ras próximas al cero absoluto?

La teoría cinética de los gases afim1a q ue a oo e, es decir,


n 273 K , las moléclllas de hidrógeno se mueven con una
vclocitlnd de 1843 m/s. Por consiguiente. su velocidad media x

327
a -270° e (es decir, a 3, l K) se dctcnnina haciendo uso de la
proporción siguiente:

de donde
.\: :o:: l 96 m/s.

Las moléculos de un gas tan enfriado tienen una velocidad


superior a la de una bala. Aun a la temperatura en l/4 de grado
mayor que el cero nb.soluto la vclocidnd de movimiento de las
moléculas de hidrógeno es bastante elevada. Haciendo uso de
In proporción

determinamos
Y"" 56 m/s

es decir, su velocidad supem 200 km/h (la de una avioneta ).


Volvamos, pues, a la pregW1ta planteada y respondamos,
qué velocidad tendrán las moléculas de hidrógeno a -273° e,
es decir, a O, 15 K. Para ello utili7..aremos la proporción siguiente;

--=
'Z .JoTs
1843 -../273.5
de donde
z"" 43 m/s.

O sea, lu velocidnd de las moléculus es Lle unos 155 km/h


y supera casi dos veces la de tm tren ordinario. Semejante
velocidad no se puede considerar lnfima,., próxima a In de astado
en reposo, ni mucho menos.

328
227. E l cero ubsoluto

¿Será posible alcanzarla temperatura del cero ab.wlrtto?

En Leyden (Holanda), tras muchos aftos de búsqueda y


experimentos se logró gener11r en condiciones de lnl;>orotorio
una temperatura de -272,9° C , es decir, tan sólo faltó un cuarto
de grado centígrado para obtener el cero absoluto.
Por ello, generalmente se suele creer que no cost11rá mucho
(robajo alca:nzar e l cero absoluto , sólo habrá que avanzar un
espacio de un cunrto de grndo ccntrgrndo. O SCll, se m zona de
lu misma manera que en su tiempo se razonaba sobre cómo
alcanzar el Polo ártico: como queda menos de un Ctlflrto de
grado, pues, lo meta estú muy cerca. Sin embargo, cxislen
argumentos que obligan a concluir que es imposible alcanzar
el cero absoluto. Lo afinna uno de los corolarios del tercer
principio de la tennodinámica. El examen de esta tesis no
compete a la flsica elemental. Sólo nos limittu-cmos a seftalur
que algunos autores dan el nombre de "pri n cipio de
inaccesibilidad del cero absoluto" al ~referitlo principio de la
lcnnodinámica .
Es interesante complll'nr Jns tres conclusiones negativos
~" tres imposibilidades'', por decirlo asi) derivadas de los tres
principios de lo tennodinámica:
u) del primer principio (ley d~ conservttción de la energin) se
deduce la imposibilidad del móvil perpetuo de primera
especie;
b) del segundo principio, la imposibilidad del móvil perpetuo
de segunda especie;
e) tic! tercer principio, la imposibilidad de nlcanznr t:l cero
nbsoluto.

329
228. E l v acío

¿Qué es el vacío?

No se piense que por vacío se entiende cierto gmdo elcvauo


de enrarecimiento del gas contenido en un recipiente cerrado.
Cualquier gas puede estar muy enrarecido, no obstante, ningtul
tisico dirá que se tratn del vaclo. Estrictamente hablando, uno
de los rasgos del vacío consiste en que el recorridl) libre medio
de lns moléculas es<nayor que las dimensiones del recipiente.
Expliquémoslo . ·Las mo léculu s de gus , sujetas nl
movimiento térmico, chocan unn con <.>tra miles de millones de
veces por segundo. No obstante, en el intervalo de tiempo entre
dos colisiones seguidas, una molécula recorre cierto espacio,
llamado recorrido libre (sin colisionar con sus gemelas). Ln
longitud tnedia l de este recorrido se determina dividiendo la
vc]ocidncl media v de J¡ts molúculas, es decir, el reconido medio
de una molécula en un segundo, por el número N de sus
colisiones por segundo:
V
l =~
i"'

Por ejemplo, a oo C la velocidnd rnodia vele las moléculas


de nirc es de unos 500 m/s, o 500.000 mm/s; el número N úc
colisiones por segundo a presión normal e quivnle a
5.000.000.000. Por consiguiente, el recorrido medio t de lns
moléculas de aire a 0° C y presión de 760 mm ele mercurio es
igual n

\' 500.000
l = N = 5.000.000.000 = O.OOOl

330
(En realidad, se procede a la inversa: se detenninnn
experimentalmente v y l. mientras que N se halla mediante el
cálculo. Haciéndolo de otra manera sólo hemos querido
establecer la dependencia entre las variables /, v y iV.)
Si In presión del gas es n veces menor que la n om1nl, es
decir, si ésle es(á enrarecido rz veces, el número de moléculas
de gas contenidas en un centímetro cúbico se,-á n veces menor;
por consiguiente, tantas veces menor serA el número N de
colisiones. Como N = v l 1 , siendo invariable lo velocidad v
(ésta no depende de la presión). la longitud 1 será mayor• la
misma cantidnd de veces. Si el nire se ha enrarecido un millón
d~;: veces, a 0° C el recorrido libre medio de sus moll:culos será
igual a 0 ,0001 x 1.000 .000 = 100 mm. = JO cm.
En el espacio interior de una bombilla eléctrica de menos
de 1O cm. de longitud, con aire enrarecido hosta tal grado. el
recorrido libre medio de las moléculas supera las dimensiones
de la ampolla ~ quiere decir que, por regla general, se mueven
dentro de olla s in chocar una con otra. El gas que se encuentra
en scmojmltc estado posee una serie de propiedades distintos
de las que suelen tener Jos gases cuyas moléculas chocon entre
sí. Por ello, en fiskn csle estodo del gas tiene un nombre
cspecinl, a snber, "\'ncío'·.
El estado del airo conterúdo \..'11 liD recipiente de dimensiones
considerables (por ejemplo, en un tubo de 1 m. de longitud) y
enrarecido hasto. ese mismo grado y a esa mismn temperatura
ya no se podrítllamor vacío, puesto que sus moléculas chocarán
entre sí.

229. La tcmperaturn media de todn In m ateria

¿Qué temperatw·a media tiene la materia del Universo.


según los cálculos aproxirnado.v?

331
.El problema de que! temperatura media tendrá la mnterio
dd Universo suscita gran interés, y cuando sepamos responderlo
definitivamente, avc.::rigunremos en qué estado estudiamos la
materia en nuestros laboratorios, en cllipico o excepciQnul. La
kmperntura media de toda la materia del Universo ¡es de un
orden de varios millones de grados!
Esta estimación sorprendente dejará de ser paradójica si
recordamos que la masa de los planetas del Sistema Solnr
constituye 1noo (0,00 13) parte de la del Sol, y que una relación
del mismo orden tendrá lugar en el caso de otrns estrellas (si
tienen sus respectivos sistcmns planetarios). Por consiguicnlc,
cerca de 0,999 partes de toda la materia del Universo está
concentrada en el So.l y las estrellas, cuya temperaturtl media.
es de decenas de millones de grados. Nuestro Sol es uno estrella
típic.:1; SU superficie tiene una temperatura de 6000° C, llliCntms
que en su interior mantienen no menos de 40.000.000° C. Por
esta razón, hemos de considerar que la materia del Universo
tiene una temperatura de 20.000.000 de grados por témüno
medio.
La situación cambiaría poco si compartiéramos el punto
uc vista (muy defendido en su tiempo por A. Eddington) de
que e l espacio interestelar no está totalmente libre de una materia
ponderable, sino que está ocupado por una sustancia
extremadamente enrarecida, hasta una decena de moléculas por
1 cm3 {20·.ooo.ooo de veces menos que en la bombilla más
enrarecida).
Si esta suposición es cierta, la cantidad total de materia
que hay en el espacio interestelar seril unas tres veces mayor
que In que compone las estrellas. Como la tcmpcraturu de la
materia interestelar es de unos 200° C bajo cero, o mucho menor,
los 3/4 de toda In materia del Universo tendrán una temperatura
de -200° C, y el resto, una de 20.000.000 de grados. De modo

332
que la temperatura media de la materia del Universo sen\ de
unos 5.000.000 de grados.
Sea como sea, nos veremos obligados a sacar la conclusión
de que la temperatura media de la materia del Universo no es
menor de varios millones de grados, y que una parte de ella
tiene una de 20.000.000° e o más, y la otra, 200° e bajo cero o
1ncnos. Y sólo una parte de la materia que cuqntitativamente
se expresaría por una magnitud despreciable tendrá una
temperatura moderada que generalmente se rcgistrn en el medio
umbienle que habitamos.

.
'\
~

E :xperimcmlo que ha permitido generarla temperah1ra de


20.000 grados. El experimentador está protegido
convenientementa contra la acción de fa onda explu.~i\·a.

J\sf pues, las temperaturas tfpicns de la m ateria serán


extremadamente bajns, muy próximas a l cero absoluto (si se
compruebn la lúpótesis dcEddington), o extremadamente alhts.
de decenas de millones de grados. La fi sica, según vemos, l.l'ota

333
de la malcrío Sl~jcta a condiciones exccpcionnles, mientras que
los estados de la materia que solemos considerar excepcionales,
de hecho, son estados t1picos. Conocemos muy superficia hnenle
las caractcríst icas físicas del grueso de la materia que compone
el Universo; habrá que estudiarlas más detenidamente en el
futuro .
Poseemos datos muy exiguos acerca de las propiedades de
In materia a temperaturas próximas al cero absoluto, y no
tenemos ni la menor idea acerca de qué es la materia n la
temperatura de decenas de millones de grados.
En los EE.UU ., en un laborntorio fue generado uno
tcmpcrutura de 20.000° e mediante ]u dcscm-gu instnnlúncu de
un condensndor eléctrico efectuada con un n lnmbt·c fino y corto,
de. 0,0005 g. de peso. Dw·antc nquel experimento, en una
cienmilésima de segundo el tdambre recibía 30 calorfas. Según
Jos cúlculos efectuados por Jos experimentadores, éste se
calentnba hastn 20.000° C en unos casos (figuro) y hasta
27.000° e en otros, batiendo todas las marcas de temperatura
establecidas en los laboratorios hnsta aquel entonces. El alambre
calentado hasta esa temperatura emitía unu luz 200 veces más
brillnnte que la solar.
Cunndo el recipiente, tlonde se encontraba el alambre, se
llenaba de agua, explotaba y se volvía polvo al producirse la
descarga_, de modo que era imposible idcntit1cnr el vidrio entre
lo que quedaba de él. Si los cxpeti.mentadores se encontraban a
una distancia de medio metro del equipo y no estaban protegidos
adecuadamente, sentían una sacudida muy fut::rte producida por
la onda explosiva.
Esta última se propagaba con una rupidcz diez veces mayor
que el sonido. A tonta temperatura el movimiento molecular se
acelera.enonnemente: por ejemplo, las moléculas de hidrógeno
tienen w1a velocidad de 16 km/s.

334
1<mtpelnlwtr de la
s11petjicle de! las
estrella~ más
caliru11es

Tempert:thlltl de la
srtpe1j1cie del sol

Tcmp<'lr:tLU!t:l del
arco voltaico

3.000° Fimdiciim dl.!l


1.800° t¡mg.steno
(.475° ftl a(rl platino
ld. del níquel

Se pie1ticm las
propiedades
magnéticas

Hierro
al rojo

Ebullición
d~rl Clglfcl

Fwdón
dd ltie/o

Hitos en el camino hacia la temperatura de 20.000° C.

335
La tcmpcruturn de 20.000 a 27 .000 grados supera lude la
superficie de las estrellas más calientes, pero está muy por
debajo de la que reina en su interior, donde asciende a decenas
de millones de grados. Ni la imaginación mns audaz podrla
·•crear'' sem~jante calor. Jcans en sn libro El Universo u nuestro
a lrededor dice lo siguiente:
·•J..as tempernturus de treinta a sescntn millones de grados
que suponemos que existen en el núcleo de Jos estrellas, están
tan fuera del nleancc de nuestrd e:--:peticnein que ni siquiera
podemos Hguramos de alguna manern más o menos precisa,
qué deben significar. Supongamos qtlc 1111millmetrocúhico de
mulcriu común se caldea hustu 50.000.000 de gn~<los, o sea,
aproximadamente~hnsla lu temperatura del centro del Sol. Por
mús fantástica que pnrczcu semejante suposición, paro
compensar la energía que emiten sus seis carns, se requeriría tu
cnergío total de una máquina de 3.000 .000.000.000.000 CV.
Esta "cabeza de nlliler" emitiría una cantidad de calor suficiente
para incinerar a.l que intente acercarse hacia ella a 1500
kilómetros."
Las 999 mil~Ssi.JlUlS (o no menos de tut cuarto, como minimo)
de todo la materia d~ la naturale7..<l pcn11anecenín en este estado.
inco nCllbible para nosotros. Scgím vemos, ln física tiene por
delante un extcnsisimo campo que investigar, nn.tes de que
llegue a dominar las leyes de la nmteria.

230. Una d iC7.nlillonésimn de gr11mu

¿Es posible ver a simple vista u11a diezmillonésima de


gramo de materia?

336
liemos visto hurtas veces una diezmillonésima de gramo
de sustancia. Usted ucaba de deslizar s u v is111 por una de
sem~juntes particulns.
J.n tinta de un punto impreso pesu cerco de uno
dic7.Jnillonésüna de gramo. Su peso hn sido detenuinudo de la
manera siguiente: mediante una balanza m u y sensible ha sido
pesado un trozo de papel en blanco, después en él se.ha puesto
con linta un punto y se ha vuelto a pesar. Ln diferencia de los
dos medidas correspondió al peso del punto. Esta mng1útud es
de 0,000000 13 g., o seo, es poco más de una diezmillonésima
de gramo.

23 t. El número de Avogndro

Un mol de todo sustancia, es decil; tantos gramas de ésta


cama vale su masa molecular (por ejemplo. 2 g. de hidró¡<eno
ó 32 g. de oxigeno), siempre contiene Wl mismo número de
moll?clllas. a sobe1; 6.6 x 10n. Enflsicc; este ntím<Iro se llama
constante de Avogadro, o número de Avogadro.
Imagínese que ese mímero no es de moléculas, sino de
cabezas de alfiler; usted desea encargar una caja para ella.f
y decide que la alturn de ésta deb e medir 1 km. ¿Qu é
dimen.víones fendrl.a, aproximadamente, fa base de la ecua?
¿Cabría semejan/e caja dentro de los límiles de S'an
P<1tersb11rgo?

Es inútil tratar de ubicnr denlro de los limites deunu ciudad,


por muy extensa que s~. llllll caja llena de cnbezns de nHilcr
cuyo número equivnle al de Avogndro, aunque las paredes de
ésta midan 1 km. de altura. Tamaña " caja'' no cabría en el
territorio de Francia, e l pnis más extenso de Europa occidental.
Como esto ufinnoción parece muy inverosúnil, vamos n efccllUlJ'

337
d cálculo parn comprobarla. El volumen d~.;: una cabw..a de alfiler
es igual a l mm 3 • Expresemos la magnitud 66 x 10 2 z mm' en
ki lómetros cúbicos:

66 X 1 ()l: : 10 19 = 66 X ) Q·l =660.000 km 3

Como la nltw-n de In caja es J.e 1 km., su bnse debcri.a tener


un área igual a 660.000 km::, mienlras que la superficie de
Francia sólo mide 550.000 km 2•
Ln supcrlicie del Mar Caspio es menor aún (de 440.000
kmz), pero como sólo en algunos lt.tg<•n.~s su profundidad es de
1 km. , con tm\ta cantidad de cabezos d e alfiler se podrlu llcnnr
to do la depresión de este lngo, el más grondc del mw1do, y nun
sobrnria bastante número de cabezas d e alfiler.

J:./Ji>ndo de una cu¡a


con paredes ele 1 J. m .
e/(' n!rura.
11<'11<1 de (·abezns di'
a(/llc•¡; c uyo 11!Ímerl)
<'fJIIII'nle al
de . lw>gadro. no
cobría !!rl el f eii'Íi ol"lo
de l'i'cmcia.

338
232. Un litro de alcohol , ·crtid o en el Océuno Mundial

Si se vierte un litro de alcohol en el Océano lvfundial, sus


moléculas se distribuirán en todo el volumen del agua.
¿Qué cat1tidad de agua habría lJIIO uxtr·aer del Océano
pcwa recuperar una molécula de alcohol?

Este cálculo muestra evidentemente cuán enorn1e es la


cantidad de moléculas contenidas en un volumen bastante
reducido. Pam responder correctamente o la pregunta planteodn,
es preciso comporor el número de moléculas que hay en un
litro de alcohol con el de litros de ngua del Océuno Mumliol.
Ambas cantidades son impresionantes. y sin hacer un cálculo
es imposible decir cuál de e llos es mús grnndc. Vamos a
rcnliznrlo de la manera siguiente.
Un mol de alcohol etllico, lo mismo que uno de cualquier
otra sustancia, contiene 66 x l 0,2 moléculas (constante de
Avogndro). La masa de w1 mol de alcohol (C}-'1 60) es igual n

2 X J2 + 6 X J + 1 X 16 = 46 g.

Luego un gromo de alcohol contiene 66 x 10;2 1 46 = 14 x


1o=• moléculas. En Ull litro de alcohol de masa de 800 g. el
número de moléculaS CS )4 X 10-2¡ X 800 = 112 X ) Q~.:::; } QZ~.
¿Cuántos litros de ugun habró en el Océano Mundinl? Su
superficie mide w1os 370.000.000 de km2 • Si considcrmnos que
el Océano Mundial mide 4 km. de profundidad por término
medio, el volumen del ogua ser{t 148 x I 07 kmJ. o 148 x 10 19
Jiu·os,.. 15 x wzo litros.
Al dividir el número de moléculas !.le un litro de ulcohol
por la cantidad de litros de agua del Océano Mundial,
obtendremos el siguiente dato aproximado: 7000, es dt.:cir que
en este caso en cualquier parle del océano cuda litro do agua

339
contendría unas 7000 moleculas de alcohol. En cada dedal de
aguu del océano habría 7 moléculas de esa sustancia.
También es ilustrativa la comparación siguiente: una gota
de agua contiene UmU•s moléculas como gotas pequeñas hay
en el Mar Negro. El lector puede comprobar estos datos
efectuando un clllculo similar al que ncobnmos de exponer.

...... _.., __ r

Una gota de agua tiene no menos moléctdas


que gotas el ;\•lar Negro.

233. DistanciJt entre las moléculas

¿Cuántas veces es menor el diámetro de la molécula de


hidrógeno en comparación con la distancia media entre las
moléculas de ese gas que se encuentra a 0° C y a presión
nonnal?
Aun a presión normal, entre las moléculas de los gases
hay un espacio mucho mayor de Jo que se suele creer. A 0° C y

340
a presión de 760 nml. de mercurio la distancia media entre las
moléculas de hidrógeno es de 0,000003 cm. ( 3 x 10-6 cm.), en
tanto que el diámetro de la molécula de hidrógeno es de 2 x
1o..s cm. Si divitlímos el primer número entre el segundo,
oblcndremos 150.
Por consiguiente, las moléculas de nuestro gas estún
alejadas unas de otras a una distancia ciento cincuenta veces
mayor que sus diámetros.

234. Masns del átomo de hidrúgeno y de la Ticna

Trote de d eterminar "a ojo" el término incógnito en lo


proporción siguhmte:

masa del á~omo de hidrógeno ::o _ x


x masa del Globo

Dado que In nu1sa del átomo de hidl-ógeno equivale a 1,7 x


1Q-:4 g., mientras que )a del globo lelTáqUCO CS igual a 6
x 1027 g., su media proporciono! seró de

X= ,fl:7x 10-".A X 6 X ) 0 27 ~ JO() g .

235. El tamaño deJa molécuha

¿Qué tamaFío tendrían, aproximadamente, las moléculas


si aumentasen 1.000.000 de veces las dim ensione.v lineales
de todos los cuerpos que hay en la Tierra?

341
Si lltunentascn 1.000.000 de veces las dimensiones linea le.<;
de todos los cuerpos que hny en lu Tierra, la cimn de la torre
Ei l'l:el cstaria muy cerca de la órbita de lu Lw1n;

u) la estatura media de la persona sería de 1700 km.;


b) el cucrp<l de un rntón mcdiríu 100 km. de longitud;
el cuerpo de unn mosca mediría 7 km. de largo;
e) el en bello humano seria de 100 m. de grosor;
tl ) los glóbulos roJ.os de la snngrc tendrían un diámetro
de 7 m.
e) Las moléculns tendrían 1m tmnni1o igual ul de un punto
impreso.

236. .El electrón y el Sol

¿A qué C!Cfllivale x cm la proporción siguiente:

diánu~tro del electrón x


x diámetro del Sol

Una bolitn cuyo diámetro equivale a la media proporcional


del diámetro del electrón y el Sol, es sorprendentemente
pcquel'.la. He aquí el cálculo:
el dj{tmctro del electrón es de 4 x l 0 - 13 cm. ;
el diámetro del Sol equivalen 14 x 10 10 cm.:

X= -/ 4 X w -u X 14 X 10 10 = .J 0.058 = 0.24 cm. = 2.4 mm.

Así pues, una bola que es tuntas veces menor que el Sol
como es mayor que el electrón, tiene el tamaño de w1 perdigón.

342
237. Ln -m asn d e la e n ergía

¿Como se ha de entender la afirmación de la .fisica


moderna d e q ue la enargla posee masa?

La fisica moderno ha establecido que no sólo la mntcrio,


sino también la energía poseen masa ponderable. Verdnd es
que nadie ha advertido que pesen más los cuerpos calen tados~
por lo visto, el aumento de e n e rgía tónnica no af\ade
no labl~mente masa al cuerpo. En este cnso e l incremento de
maso no se observo u •rcctn mentc, por ser infim tésimo en
comparación con In de tod o el cuctvo. En general, las musos,
con los cuales tenemos que vémoslus en In técnícn y en la vida
cotidiana, son suficientemente grandes parn que su peso sen
no table. Al contrario, las porciones de e ncrgla que advertimos
dinriamente, son t an ins ignificantes que su pe so es
imperceptible.
Estas relaciones ser{u1mucho más patentes si las traducirnos
al lenguaje de los números. U na m úquina de vnpor de 3000
CV reuliza un trabajo de 2 .2 50 .000 j utios por segundo, o sea.
de unos 800.000.000 de julios por hora. A nuestro modo de
Yer, esta cantidad de trnbajo es cnonne, pero su moro es muy
pcquef'la, de O, 1 mg. Noventa billones ( 9 X 1o·~) de julios
tcndrñn. masa de 1 g.
He aquí otro ejemplo. En la ti gura se re presenta una pisci11a
cúbico de 6 m. de profundid ad, J)cnn de agua a 0° C.
Supongamos que para calentarla basto 100° C se invierten

6 X 6 X 6 X } 000 'X 1 ()() = 21 .600.000 kcu).


Como una caloria cqui,•ale a 4270 julios, la energin del
aguo contenida e n In pi scina aumentó en 90.000.000.000 J .
Esta magnitud constituye exactamente unu milésima d e los 90

343
b1llones de julios y, por consiguiente, tiene unn masa equivalente
a una milésima de gramo, es decir, o 1 mg. mpeso del agua de
la piscina (216 t.) se acrecentó en 1 g., o sea, en unu cantidad
imposible de registrar.

·:·.;;
:~~l.t~
~ ~~~
-----~~
4- ~:i: . . ·~

4· --~~,~~· .. ·. ·.

¿Qué cantidad de maso pierde el Sol cada


segundo por la emisión de C11ergín?

Ahora está el uro, por qué no ad\·crtimos el peso de In energio


de los fenómenos que tienen lugar a nuestro alrededor. En la
vid~ cotidiona y en la tócnica podemos atenemos finnemenlc a
In noción tradicional de In energía como algo absolutamente
imponderable. La 11sica de Jos procesos de producción no sufre
cambio alglUlo porque hayamos dcscubit~rto que ln cnergfo tiene
peso.
Es distinto el cuso de los fenómenos n escala universnl, en
los cuales intervienen enom1es cantidades de energia. Por
ejemplo, el Sol emite tanta energia que su pórdida de masa ya
debe de ser notable. Hagamos el cálculo. Cada metro cuadrado

344
de superficie dispuesta pt:rpendiculannentea los rayos solnres
en el limite superior de la atmósfera terrestre, recibe del Sol
1/ 3 kcal por segtmdo. Esta magnitud equivale a 4270 x 1/3-
1423 J. Para tomar en considcrnción la energla total emitida
por el Sol en todos los sentidos, supongamos que este astro se
<.mcucntrn dentro de unu csferaJi.uecn de radio igu.-tl a la distancia
de la Tierra al Sol (150.000.000.000 km.). El liTen de la
superficie de semejante esfera será de

4 X 3, 14 X 150.000.000.0002 -;,: 28 X 1022 1\1.

Cada metro cuadrado de In supcrlicic rl!cibc 142.1 J de


cncrgío, mientras que al áren calculada llegan 1423 .J x 28 x
1oz 2 ~4 x I0 2A. J. Ya hemos dicho que cada 90 billones de julios
de encrgia poseen tU1n masa de 1 g.
Por consiguiente, la cantidad de energía que el Sol emite
cada segundo tiene una masa igual n

4 X 1oz~ = 4 5 101~
9 X 1012 • • g.

Este doto quiere decir que el oslro pierde cada segundo


cerca de 4.500.000.000 .000 g .• equivalentes n 4.500.000 t.
El peso de cada unn de lus pirámides mf1s grandes de Egipto
es aproximadamente igual a estn magnitud. Los pirámides de
Egipto figuren entre 1us obms más pesadas que hny en el mundo.
Mientras usto<.l estuvo leyendo estas líneas, vurios
centenares de semejantes " pü·ómidcs" obandonnron la superficie
incoodesccnte del nstro.
Como el Sol pi~r<.le conlinuruncntc una masn equivalente n
30.000.000 de "pirámides" de Egipto ni afio, ¿ofec1n este hecho
ln estabilidad de nuestro sil'lletml planetario'! ¿,Altera su orden?

345
<'.fnfluyc t!n la orbitación de los planel<ls'! JnduJablemente, estas
nltcraciones han de tener lugar. Pcr<> In masa ele nuestro sol es
increiblemenlc enonnc, de modo que esta pérdida no es notable.
Se ha calculado que a consecuencia de la disminución de la
masa solar._ la Tierra está olej{Uldosc pnululinamente del astro;
cada ai1o su órbita se ensancha en l cm. Tendrá que pasar un
millón de años para que el afio terrestre mmtentc en 4 segundos
como resultado de este fenómeno. Cnmovcmos, desde el punto
de vista práctico la mas<l solar s<.:: reduc-e en LUJO magnitud muy
insignificante.

'·::'>-.
¿; . .
/
.
' · -~

.
·'.~.
~ ·'··

1
1
500 111.

l1

La energía necesaria para elevar esta pirámide a


una altura de 50ú m., posee una masa de 2,4 g .

346
En épocas remolas, cuando el Sol estaba más caliente y
emitía mayor canhdad de energía, la pérdida de masa solar era
más considerable, por lo cual se notaban más las consecuencias
derivadas de este ícmómeno. Recordemos que lu Tierra se fom16
hace 2.000.000. 000 de años aproxima damente. Por
consiguiente, considerando la pérdida de masa solar, en aquella
época lejana la ór bita de nuestro planeta era más es~chn, por
lo cual el año duraba menos. Si suponemos que en la época
temprana de existencia de la Tierra la intensidad de radiación
solar era 1000 veces mayor, resulta que en uquel entonces el
af'io era 40 dios mc.:nor q ue nhoro: clurnbn 325 dios.
l~:s tas son algunas de las consecuencias debidos o la
pondcra.biliúad de la energfn; no se advierten en In Yic..la
cotidiano, pero se vucl\'en notables si se examinan desde el
p1mto de 'ista de los procesos universales.

238. La mccítnica escolar y la teoría tlc In relatividad

¿Cómo debcrlmnos enfocar la mecánica escolar desde el


punto de vista de la teoría de la rclotividad? ¿7/enP orín
validez?
Desde que en la ciencia se estubleció el llamado principio
de relatividad de E instein, las leyes fundamentales de la
mecánica tradicional ya no pan. ccn tan fi nncs como antes,
aunque generalmente se creía que se mantendrlnn innlterobles
eternamente. Entre l os no especialistas que oyeron algo de esta
revolución ocurrid<~ en la ciencia, se arraigó In opinión de qt1e
los principios de la mecánica creadn por Galileo y Ne\"1on,
sohre los cuales se asientan la técnica y la industria, se han
vuelto obsoletos y deben ir a parar aJ archivo de la ciencia.
Hubo una épocu en que el hecho de que las tesis de la
mecánica clásica seguían figurando en los libros de texto y en

347
Las publicncíoncs sobre temas técnicos, dejaba pcrplcjHS a las
personas no muy enteradas de cómo e~ el estado de cosas en
ese terreno. Incluso u veces se llegaba a calificar de retrógrados
a los autores de at11culos y libros técnicos que se atenían en sus
cálculos a Ju " ley mclafisiea de indl:!pcndcncia de la acción de
tus fuerzas", establecida por Galileo, a la ley de invariabilidad
de lu masa, fonnulnda por Nc'A'ton, ele.
Para csclatecer el asunto, vamos a analizar una de las leyes
t1.mdamenta les de la mecánica clósico. a saber, la de adición de
velocidades. Confonne a esta ley, Ja regla de adición de las
velocidades v y v 1 cuyos suntidos coinciden, tiene In siguiente
ronna mntemütica :
11 = v + v1

La teoría de la relatividud rechazó esta ley simple y la


sustituyó por otra, más compl~ja, con aneglo a la cual la
velocidad u siempre es menor que v + v 1 • La ley clásica re-sultó
ser errónea. Pero ¿hasta qué punto? ¿Sulhrcmos a lgún dru1.o s i
seguimos aplicando la regla antigun? Vamos a cxamjnar la
nuevn fónnulu de adición de velocidades. Hela aquf:

.~..:!:..~
11 = 1+ vv,
e~

En estu expresión, las letras u , v y v1 denotan lo mismo que


antes, mientras que e designa la velocidad de la luz. Esta nueva
fórnmln sólo difiere de la antigua en el Lénnino vv1 l e;, el cual
suele tener valores muy pequeños si las velocidudcs v y v 1 no
son muy elevadas, puesto que la velocidad de la luz e es
extremadamente alta. Lo e:;...vlica el siguiente ejemplo concreto.
Hagamos tm cálculo para velocidades no muy grnndes,
tlpicas para la técnica moderna. La máquina mús rápida es la

348
turbina de vapor. Al dar 30.000 revoluciones por mit1uto y tener
l S cm. de diámetro, su rotor desarrolla Wla velocidad lineul de
225 mis. Los obuses tienen una velocidad más el~.:vada, de 1
kJn/s. Adoptemos v = v 1 = 1 km/s y sustituyámosla en ambas
Có.-mulas, antiguo y nueva: e es In velocidad de la luz, igual n
300.000 km/s.
Según la fónnu la clásico 11 = v + v 1 , 11 = 2 km/s. La fónnula
nueva adopta la fonna
2
11= 1
1 + ---- - -
90.000.000.000

y proporciona el resultado siguiente:

11 = 1.999 999 999 998 km/s.

Por supuesto, hay cierta diferencia, pero ¡tnn só lo


equivalente n una milésima del diámetro del átomo mós
pequcfiol Recordemos qnc las mediciones mós exnclns de la
longitud no sobrepasan In séptima cifra del resultado, en Umto
que en la técnica se suele confonnar con la cuarta o lu quintn
cifras; en nuestro caso Jos resultndos obtenidos sólo difieren en
lo décimosegunda cifi-a, de modo q \.te lo diferencia vale 0.000
000000 002.
El resultndo C<tsi no cambia si la velocidad c..'S más altn
uún; por ejemplo, en el ~tso de las naves propulsadas por
cohetes cuya vclocjdnd supcm decenas de veces In del obús.
Por tanto, para la técnicn la ley "clásica" de adición de
velocidades no se ha vuelto "mctnl1sica": ésta sigue contwlnndo
todos los movimientos. Y sólo si las velociduclcs son mi 1veces
superiores a lo del cohete interplanetario (es decir, de decenas
de miles de kilómetros por segundo) empieza n sentirse lo

349
inexactitud de la regln ontigua tic adición de velocidades. No
obstante, por el momento la técnica no tiene que enfrentarse
con semejantes velocidudes que se examinan en la fisica lt.'Órica
y en la experimentación en el laboratorio, en cuyo caso se utiliz.a
lu fórmula nueva.
Ahora abordemos la. ley de constancia de la masa . La
mecánica ncwtoniann está basad u en In tesis de que la masa es
inherente n un cuerpo dado, independientemente del estado en
que éste se encuentra. La einsteiniana, en cambio, afinna lo
contrari.o: la mnsa de un Cl.Jerpo no es conslnntc, sino que
aumenta cuundo dicho cuerpo esta en movimiento. Si esto es
asl , ¿scrén erróneos todos los calculos técnicos conv~:-"t1cionales?
Examinando e l ejemplo de w1 obús disparado, vamos n ver
si podemos o no detcrminnr la diferencia esperada. ¿En qué
cantidad aumentará la masa del obús durante el movimiento?
La tcorla de la. relat.ividatl sostiene que el aumento de masa del
cuerpo en movimiento, cuya masa en estado de reposo (!rtl m.
es igual n

donde ves la velocid.ad del cuerpo y e, lude la luz.


Si usted efectífn el cálculo pnra v = l km/s, hallará que el
incremento de masa de un proyectil disparado equivale a
O,OOOOOOOOOOb5 de su musa en estado de reposo.
Según vemos, la masa hn aumentado en una magnitud
imposible de dctennin.ar mediante el pesaje más e:-.:acto:lO. La
balanza más exacta permite dete.n11ína.r la masa con una

350
exacti l"ud de hasta 0,00000001 de su valor. Por cierto, sem~jante
utensilio sería incapaz de registrar unn diferencia núl veces
mayor que la que generalmente es despreciada por la mecánica
vieja . En el futuro , durante los vuelos de las naves
interplanetarias que se desplazttrán con velocidades de una
decena de kilómetros por segundo, la masa de todos los objetos
dispuestos en ellas aumentará en 0,0000000005 del valor de
su masa en reposo. Esta magnitud es mayor, pero tampoco será
posible medirla.
Por consiguiente, en lo que .se refiere a la ley de constnncia
de la masa. hemos uc repetir lo que Cl'plicamos respecto de la
ley de adición de velocidades: prácticamente, esta ley sigue en
'-igor, de modo que los ingenieros pueden aplicarla sin temor a
cometer un CtTor notable. Es distinto el caso de los flsicos que
efectúan cálculos o experimentos con electrones rápidos (su
velocidad puede ser del 95 % de la de la luz y aún más); óstos
tienen que atenerse a las leyes de la nueva mecánica.
Y ¿qué pasa constancia de la masa, o seo, con el gran
principio dcLavoisicr, en la quimicn? Estrktnmcnte hablando,
en la actualidad habría que darlo por inexacto.
Según Lavoisicr, cuando se combiñan quimicamcnte 2 g .
de hidrógeno y 16 g . de oxigeno, deberán proporcionar
exnetrunente 18 g. de ogua. Pero según Einstein, en vez de 18
g . se obtendrá menos, t1 snber, 17.9999999978 g.
Esta diferencia só lo se advierte sobre el papel: es imposible
detcctarln mediante una balan7..a . Así pues, podemos nfinnnr.
sin restdcción alguna, que las tesis de la mecánica de Einstein
no cambian nada en In téc-nica moderna. Ln industrin puede
seguir contnnuo con el apoyo seguro de las leyes de la mcC<ínica
nev.1oniana .

351
239. El litro y el decímetro cúhico

¿Qué es may01; w ·1 !.ilro o un decímetro cúbico?

Si usted piensa que un litro y un decímetro cúbico son lo


mismo, onda equivocado. Estas dos uuidades tienen valores
similurcs, pero no son idéntic."'s. El litro homologado del sistema
de medidas que se ul ilizn hoy en di a, no se deriva del decímetro
cúbico, sino del kilogramo, y constituye e.l volumen de un
kilogramo de agua pura a la tempcmlura de su dt..'TlSidfld
múxima. Este voltu~1CJ1 supero d del decímetro cúbico en 27
nun). De modo que un litro es un poco mayor que un decímetro
cúbico.

240. El peso d e l hilo d e tclaroñ:t

¿Qué peso tendría un hilo de !e larai'ía tendido de la Tie1·ra


a la Luna? ¿Sería posible sostenerlo con las n·tanos?

Sin ctcctuar un citlculo previo_, cuestn trabajo dar una


n.:spucs.t.a veroshnil o esta prcgtmtn. El cálculo es bastante fácil;
helo nquí; si el diámetro del hilo de telaraña es de 0.0005 cm. y
la densidad, de 1 glcm3 , un hilo del km. de longitud pc-s urfa

3. J 4 X 0.00051 X) 00.000:.::;; 0.02 g.


4

mientras qut~ el peso de un hilo de 400.000 km. de longitud


(equivalente a la distancia llproximadtt de ln Tierra a In Luna)
sería de 0,02 g . x 400.000 = 8 kg. Semcjnnte carga se podría
sostener con 1as manos.

352
241. L a s b ot e llas y los b a rcos

Dos barcos marchan por un río en el mismo sentido, pero


con velocidodes diferentes. En el instante en que unopasa al
lado d!!l otro, desda cada uno de ellos se orrqja una botella.
Después de marchar un c11arfo de hora los buques viran y
cl\·anzan con las mismas velocidades hacia donde flotan las
botellas.
¿Cuál de ellos llegará primero adonde están las botellas,
e l rápido o el lento? R e.well•a el mismo problema suponiendo
qu e inicialmente lo.,. /),q,I(IS iban III'IU ni encuenfr o d el otro.

A las dos preguntns hoy que responder de la misma manera:


los barcos volverán a los respectivas botellas simultímcamen (e.
Al resolver este problema se puedeconsidemr. en primer lllgar,
que la corriente lleva las botellas y los barcos a unn mismn
vclociclad y, por consiguiente, no cambia la posición de unas
respecto de otros. Por ello, es lógico suponer que In vclocidnd
d e lo corriente es nula. Bajo esta condición, es decir, nnvcgando
en agua quieta, los barcos tardan'm elmjsmo tiempo en a lcanzar
sus respectivas bole llos (después de vohler ntrás) que invirtieron
en nlejarsc de e llas, es decir, un cuarto de hora.

242. E n In plntufo rm n de una b ásculn

De pie en la p/ato.furma de una báscula en eq11ilibrio st>


en c uentra una penmno. que<, en ciurlo momt>.nto, fle:.;iona un
poco los piernas. ¿1lacia dónde se desplnztwá en este insrnnte
lo plarajornw, hacia abajo o hacia arriba?

Scrin un error s upo n er que la platnfo nnn no se m overil n


consecuencia de que e l peso de In persona no cumbin al flexionar

353
las picn1ns. La fucr7.n que empuja e l cucqm h acia abajo cuando
uno flexiona las piernas, empuja sus pies hacia arribu, a
consecuencia de lo cual disminuye la presión sobre la plala{~)nnu
y ésto d e be s ubir.

243. Salto retardado

El q ue escribe estas lineas recibió unas cuantas cartas


CIIJ!OS arl/ores pedía n que les explica se cómo había podido
esraiJlecar s11 rcicord m11ndialun paracaidista ruso. Este est11vo
en calda libre durante 142 s. sin abrir el paracaídas y .
habiendo d escendido 7900 m., tiró da/ a nillo de apertura del
artefacto. fis le hecho no con cul!rda con las layes de la calda
libre de los cuerpos. Esfácil cerciorar/lOS de que el deportista
sólo debería tardar 40 s. en descandcr en caída libre 7900 m .,
en vez de los 142 s. Si estuvo (?/1 caída libre dtwante 142 s., no
deberla salvar una distancia de 7, 9 km ...~ino de unos 100 Ion.
¿DI! qué forma hay qr~.e resolver es/a contradicción?

Esta contradicción se debe a que e l descenso del d eportista


con el pamcaídas plegndo fue considerado erróueamentc como
caída libre, no frenada por la resistencta del a ire. Pero en e ste
caso la calda difiere notablemente de la que se produce en un
medio que n o opone resistencia. Tra ternos de examinar, aw-1que
sen a grandes rasgos, lo que sucede durnnte el descenso sin
abrir el paracaldas. Vamos a utilizar la tonnula aproxim ada
que dedujimos experimenta lmente paru uctcnninnr la resistencia
f que el nire opone e n estas condicion es:
f = 0,3 l-<:fi,

354
donde ves la velocidad de calda en m/s. Según vemos, In
rcsi!'tcncin es proporcional nl cuadrado de la velocidad, y como
el pnracaidista desciende con rapidez creciente, en cierto instante
lo fuerza ele resistencia equivale ni peso de su cuerpo. A pnrtir
de ese instan K~ la vdocidad de caída yu no owncntu, y el proceso
se vuelve unifonnc.
Para el parocaidista ese instante llegará cuando su peso
(más el del paracafdns) valga 0,3 v'. Suponiendo que el del
paracaidista equipado e!: de 900 N, obtenemos

0,3 y2"" 900

de donde v =55 m/s.


De manera que esa persona cae aceleradamente mientras
:;u vclocidud sea interior n los 55 m/s. f.::sta es su velocidad de
descenso máxima que en Jo sucesivo no aumentará. Vamos n
dctcnninar (tmnbién aproximadamente) en cwlnlos segundos
aknnzn la máxima. Tengamos en cuenta que al comenz.ar ll
descender, cuundo In velocidad no es muy grnndc.• el aire presto
muy poca resistencia, por lo cual el cuerpo está en cnídn libre,
es decir, se dcspln7.a con la ncelcrnción de 9,8 m/s~. No obstrmlc.
después, cuando ol descenso se ntelvc unifonnc, In aceleración
se nnula. Paro realizar un cálculo apro~imndo podemos admitir
que la nccleración media ero iguol a
9.8+0
- 2-- = 4.9 mls2
Por consiguiente, si suponemos que el incremento de lu
velocidad por segundo cm de 4,9 m/s 2, el purucaidista empezó
n descender a la vclocidud de 55 m/s al cabo de

55 /4,9 = 11 S.

355
En este cuso la distancia S que el cuerpo recorre en 11 s.
desplazándose aceleradamente, es igu11l a

S = atl = 4.9 x 1~ ""300m.


2 2

Ahora uisponemos de todos los datos relativos al descenso


del parncaidista que durante los primeros 1 1 s. cayó con w1a
ncclcración gradualmente decreciente, hasta que, al ténnino
de un trecho d e unos 300 m . de longitud, alcanzó la velocidad
de 55 m/s; a continuación, micntws no nbrió el pnrncníclns,
siguió cayendo upifonnemcnle con esta mísma velocidad.
Scg(ulnucstro cálculo aproximodo el movimiento uniibrme duró

( 7900 - 300) 1 55 ~ J 38 m.

y el sallo retardado,

J 1 + 138 = 149 s.
lo cual difiere muy poco dt: la duración real (142 s).
Este cálculo sencillo viene a ser una prhnera aproximétCión
a Ja realidad, puesto que está basndo en una serie de
l'uposiciones que Jo simplifican. Para comparar, ofrecemos los
datos obtenidos experimentalmente: con su equipamiento que
pesa 8,2 N, el paracaidista alcanza la velocidad máxima en el
duodécimo segundo, mientras desciende 425 ó 460 m.

244. Dos bolas

Una de dos bolas ig¡.mles desciende por un plano inclinaclo


y la otra, por los bordes de dos tablas de sección triangular

356
dispuestas paralelamente. La pendiente del plano y la altura
del punto de partida son iguales paro ambos cuerpos.
¿Cuál de las bola.~ sar á la primera en recorrer la
pendiente?

Ante todo, vnmos a señal ar que la reserva inicial de energía


potencial de ambas bolas es igual, puesto que tienen idénticas
masas y descienden desde una misma altura. Pero hay que tener
en cuenta que para la que rueda por entre dos tablas, el radio
del eíreulode rodndwTt es menor que para la otra que desciende
por e l plano (1'2 < r 1 ) .
Lo mismo que en d problema 44, para la bol u q ue desciende
por el plano, tenemos In expresión s iguiente :

) /¡
mv¡
= - - + __
1
KaJ ~
/
2 2

Parn su gemela qu e ruedu por en tre EIQS tablas,

mv~ 2
ph:--~ +Kc1>
-- 2
2 2
Sustituyendo

"r,
a.>1 = -'-

obtenemos la expresión siguiente:

nrv l Kv 12 1nv
2
Kv';
- L- + --2
= -.!..+ - -·
2 2t¡ 2 2r.}

157
Después de efectuar In tnmsfonnación

v,~(m K ) =
- + --,
2 2r1•
\'~ K)
z(m-+--,
2 2rz·

obtenemos
m K
- - + -- ·
v~ 2 2r{
~r = -;¡-- ;::
~ - +-·- 1··
2 2r1

Como hemos dc(inido que r_, < r l' en esta expresión el


numerador de la fracción de la derecha es mayor que el
denominador y, por consiguiente, v1 > "..1: ln bola que desciende
por el plano Liene mayor velocidad que la olrn, y recorrerá su
trecho untes.

245. Cald a "supcracc lc r:ldu"

Supongamos que a una tabla que puede deslizarse


vurticalme.nte hacia abajo por las ranuras practicadas e11 dos
montantes:
1} eslá}tjada por/os extremos una cadena;
2j es/á fijado un péndulo des~•iado hacia un lodo respecto
de la posición de equilibrio;
3) está fijado un frasco abierto con agua.
¿Qué pasará con estos objutos si [e¡ tabla empieza o bajar
con aceleración g, que supera la de caída g?

358
l) En el caso de la caída "superaceleradn" los puntos en que
están fijados los extremos de la cadena, descendeFán más
rápidamente que sus eslabones; estos últimos, a su vez,
tenderán u caer con una aceleración g < g r Los eslabones
medios quedarán rezagados de Jos extremos, de modo que
la cadena se nrqueará hacia ~uribn por la ncción del exceso
de aceleración g 1 - g, dirigido l!uubién hacia arriba. En
otras palabras, La cadena parecerá estar cayendo hacia arriba
con la aceleración g 1 - g .
2) Por esta misma cuusn el péndulo se volverá "pntns arriba"
y oscilan'l en tomo a la posición de aplomo con un período

¡¡--
' = 21t ,/ - - ·-
~ gl -g

donde 1es la longitud reducida del artefncto.


3) Como el fi·asco estará descendiendo con una velocidad
algo mayor q uc la de su contenido, el agua se verterá hacia
arriba y estará cayendo encima de él.

246. En una escalera mcc{mica

En una de las eslacicmes del metro de klosciÍ, un pasajero


tarda 1min. 20 s. en ascender macliante una escalera mecánica
desde su punto más bajo hasta el más alto y tarda 4 m in. en
subir cami11ando por es/(J misma escall.!rn el/ando permanece
parada.
¿Cuánto tiempo nece,1·itnrá !§/ pasajero para ascender
caminando por la esc·alera cm dirl.!cción de .w movimiento
mientras fimciona?

359
En 1 s . lo:5 peldaños de la escnlcru mecánica se desplazun
en J /80 pnrlc de su altura lot..al. Cuando In escalera pennnnc.:ce
lijo, en este mismo lapso el pasajero sube a pie en 1/240 parle
de la altura totnl. Por consiguiente, caminn.ndo por la escalera
en movimiento ascendente, en 1 s. la personn ascc.:nderá en

1 1 l
--+--=-parte
80 240 60

~e de su alturu y tordnn\

1
-1 =
ÓÜ S .
60

en recorrerla a todo su lurgo; es dcci~. tardará en ascender


minuto.

360
APÉNDICE

U nida des de Longitud

1 ongstrom (A) tQ-IOm.


1 unidad astronómica (u.a.) 1.49 x 10 11 m.
1 pu.lgadn 2.54 X 10-4 111.
1 micra 10~m.
1 parscc pe) e 3.09 x 10 m . 16

l pie 0.305 tn.

U nidades de Ár·ca

l área (a) lO~ m~


1 hcct{lrea (ha) JO' m 2
1 bum I o-~s m:

Unidades de Volumen

1 litro (l) JO-J m'

Unidades de Mns~•

1 unidad de mélsa ntómicn (umu) 1.66 X ]Q-Z? kg.


1 gramo (g) 1o-~ kg.
1 tonelnda (t) 103 kg.

Unidades de Tiempo

1 año 3.16 X 107 S.


1 mi nuto (min.) 60 S.
1 día solar medio= 2 4 horas 86.400 S.
1 hora (h) 3.600 S .

36l
U nidades de Fuc r¿a

1 dinn I 0-5 N
1 kilogram o-tliCI"/.<1 (kgt) = l kilopondio (kp) <J.8 1 N

U nidades d e Velocidad

l kil ó metro por horu (km/h ) 0.278 m/s

Uni<ludcs de Thnbnjo, Energía y C :lntldad d e Cnlor

1 Wh 3.6x103 J
1 cn1orin (cal) 4. 19 J
1 kilognuno-l'uer/.u-metro (kgt":m) 9.81 J
1 ergio I0-7 J

U nldndcs d e Potencia

1 kilognlJn()- fueJ-.at-m~tro por segundo (k gf m/s) 9.8 1 w


1 kiloca1orialhora 1.16 w
1 caballo de vapor (CV) 736 w
1 ergio/s 10 7 w

Unidades d e Presión

1 ntmósfertt técnica (at) = 1 kg ti'cm: 9.8 1 x 10''Pa


1 atmósfera física o normal (atm) 1.05 x 10s Pa
1 bar (b) 103 Pa
1 d ina/cm 2 0. 1 Pa
1 kgflm 2 9 .8 1 Pa
1 kgt/mru~ 9.81 x 106 Pa
1 mm de mercurio ( 1 nmú·1g) 1 33 Pn
1 nun de agtUt ( 1 nuni·tp) 9.8 1 Pu

362
U nida d es <.le Á n g ulo Plano

1 grado ( 1 °) l. 7 5 x 1Q-4 rad


1 minuto de ángulo ( l ') 2.91 x 1O.... rad
1 segundo de ángulo (1 ") 4.85 X ] Q-6 rad

363
NOTAS

1
El micrómetro también vícm: a ser unu mcclídn Jc longitud
dcnwsiado grande para In t0cnica moderna: la producción en
cadena de mnquinariu muy compleja, factible sólo a condición
de que lns pie?..as ulil izudns en cllns sean inlcrcnmbiablcs, obligó
a introducir en la prúctica a porotos e instrumentos de medida
que rcgisrnm décimas de micrómetro (vé.usc el ejercicio 211 ,
Cu las, o bloques de cnlihrado).

~Estrictamente hablnndo, sólo podemos referirnos al diámetro


del electrón con cierto convcm:ionaliSJno. "Suponiendo, observa
J . Thompson, que el electrón está sujeto a lns mismas leyes
que una bola nlctálicn caq_!l1dn en un laboratorio, podemos
calcular Sll "diiunctro'': e) resultado será de 3,7. 1 Q · IJ cm. ; mns,
no so ha logrado comprobarlo p1)r ningún experimento".

JDos años nnles de morir, este inventor nOitcruncricano amtnció


que quería otorgar una be.ca nl joven más ingenioso de los
BE. UU. Poco tiempo después reunió un grupo de alumnos más
talentosüs, uno de cadn estado. Edison se puso al cargo de In
comisión que él mismo había instituido para agraciar n tu1o de
los aspirantes y les propuso responder por escrito n 57 preguntas
relativns a In química, fisica y matcmátic.:1s, as! como de carácter
general. Ganó el certamen el joven de 16 nt1os, Wilbour Has ton,
procedente de la ciudad de Detroit.

~ Las barras de In tone Nivel, de 70 l de pcso cada una, se


sustituirían en el modelo por trozos de alambre delgado de 0,07
g. de masa.

364
, .lean-Charles de Borda, matemático, astrónomo y marino
francés, realizó en el Obsetvatorio de Pruís una experienciá
con Wl pénd\.llo oscilante en el vacio reduciendo al mínimo el
rozamiento en el punto de suspensión; aquel dispositivo osciló
30 horas. Es muy interesante observar el runortiguamiento
gradual de las oscilaciones de su homólogo de 98 m. de longitud
suspendido en la Catedral de San Isaac en San Petersburgo,
cuya amplitud inicial de 12m. disminuye diez veces al cabo de
tres h oras. Seis h oras después del conúenzo de las obsetvaciones
esta magnitud se reduce hns ta 6 cm. , y al cabo de nueve horas,
hns lo 6 mm. Doce horn s después del comienzo ele los
observucioncs las oscilaciones se vuelven imperceptibles n
simple vista.

6
Siempre que se desprecie el ro7.runiento . S í éste es considerable,
la pesa no ascenderó.
7
Rey de Siracusa; según refiere una trndic ión, ern pariente d e
Arquímedes.

8A la presión de 25.000 nt. una columna de ugua de 1 m . de


ulturn se comprime hasta 65 cm. ( experimentos de James
Bnsset).

9La película superficial <le liquido consta sólo de uno capa de


moléculas.

10
Este mismo criterio se expo n~;; en Pequcl'lo Lnrousse de
cicncios y técnicus, nrtkulo Vórtjce.- Nota d el T.

11 Con arreglo a las leyes del choque de c uerpos complcwmente

clósticos de musas iguoles.

365
1
~ Los llquidos son muy resistentes a la rotura; por ejemplo, la
resislcnciu del nguu eqLJivnle a 10 .000 al. Luego, .en este
sentido, los liquiJos no son inferkwes u los sólidos: el nguu es
tan resistente a la roturo corno el alambre de acero. La facilidad
np:u-entceon que los Jíquitlos se <.livitlen en ptu\es, no eontntdica
en absoluto lo que acabamos de exponer. Durante su trasvase
sólo observamos los cmnbios externos, y no el debilitamiento
de In cohesión intemo de la sustancia.

13 Al leer este pnrrut(), al lector le puede ocurrir la siguiente


idcn crrónca: comt)'cncimu del rec ipiente lllfcrior la columna
de aceite es más alto que encima del superior, el mcrcw·io sen\
dcsplazado·dcl primero al segundo. En este cnso no se tiene en
cuenta el hecho Je que no sólo el acei le, sino tmnbién el mercurio
contenido en el tubo que comunica ambos vasos, presiono (en
sentido opuesto) sobre el liquido del recipiente inferior: su
presión es mús notable para este ultimo que parn ~1 otro
recipiente. En S\UlHl , hay que wmparar In di[t."fencia de presione.-;
de mnbas col umnl'l~ de aceite con la de las coh.unnas de
mercurio. Es fócil comprender que la diferencia de alturas de
las columnas de ambos fluidos es una misma, pero, dado que
el mcrcmio pesa mucho más que el aceite, la presión del pnmero
es mlts notoria. (Si sustituimos mentalmente el aceite por el
aire, obtenemos In C)l;plicación habitual del funcionam.iento del
sifó n.)
14Ln densidad del aire sería mayor qu~ Jo del agua sóh.) a la
presión de 5000 al., o seo, ¡a la proftmdidod de 50 km!

as 1 lux (lx) es la unidnd de medtda de iluminación, que se


define como la ilwninnción productda por un tlujo luminoso
de 1 lm. que incide perpendicularmente sobre w1a superficie
de 1 m~

366
16 E n la époco antigWl los sie te planetas ernn catalogados como
deidades (el Sol y la L una también se con sideraban planetas);
esto adoración de los cuerpos celestes perduró en toda la
nstrologfa medieval. La influencia que el Sol ejercía sobre las
cosechas y el tiempo, era muy evidente, por lo cual era natural
que se creyese que el destino y los hecllos hwnanos estaban
sujetos a la "voluntad'. de los p Lanetas ... LQs me.s es fueron
divididos en semanas en h onor a estos últimos. Y, por supuesto,
u los s iete planetas se atribuía el carácter mágico y sagrado del
número siete en la Biblia; en alquimia tiguraron siete piedras
L'undnmentales; J¡¡ octava tiene siete notu!> y e l espectro, s ie te
colores.

1
" Esto es cierto para todas las estrellas (ijas. p ero no lo es para
todos los planetas: en ciertos periodos olgunos de ellos, sobre
tod o, Venus, pueden brillar mucho mí1s q1..1e las estrellas. Uno
de los pastores del Cáucaso me dijo~n una carta que desde e l
fondo de un desfiladero muy proflUldo de dín solla ver dos
cstrcllns; ndemás recalcó que sólo ernn dos, por lo visto, siempre
lns mismos. No ten em os por qué dudar de lo que dice el pastor.
Lo más probable es que ha visto Venus y Júpiter en In época de
brillo múximo, cuondo Venus tiene magnitud estelar - 4,4,
mien tras· que Júpiter, - 2 , 5. Quiere decir que Venus brillaba
140 veces más que una estrella de primero mngnítud, y Júpiter,
25 veces más. Scm~untcs luceros pueden distinguirse e n el
fim1mncnlo incluso en pleno dfa (d e d fn Venus se observa a
s imph: vista uw1 en condiciones nom1ales).

367
1
~ He aquí el cálculo. El diámetro angular (medio) del Sol es de
0.53°; por ello, el disco solar ocupa en el cielo Y,. x p x 0.53 2
grndos cuadrados. ¿Cuúntos grados cuadrados mide toda la
superficie es.terica?-El rüélián es 57,3 veces mayor que el ángulo
Je 1° ; por tanto, el radián vale 57,3 ángulos de este tipo,
mientras que la superficjc esférica será de ciclo Y. x p x 57.32 =
41 .252 grados cuad rados. Dividiendo 41.252 por 0,2206
dctenninaremos cuántas veces la superficie de toda la esfera es
mayor que In supcrticie visible del Astro Rey.
19
1\dcmfls, se ft~brican colas con una exactitud m{ts clcvndii,
¡de 0 ,01 pm.!, puesto que en ulgunos mecwtismos hay que
nsegurnr una precisión muy alta. Por ejemplo, se necesita
constmir un árbol de trnctor con 'lUla cxuctitud no menor de
0 ,0 1 nun. (este árbol pesa mús de media tonelada); tigúresc..
cuán alta debe ser In precisión de fabricación de Jn..-; ptezns de
mecanismos más exactos.

~·) Por ~upucsto, es imposible pesar un cucrpcl en nlO\Ímicnlo


medümte una balanza. En tales casos la masa se establece por
métodos indirectos. Pero ninguno de ellos puede proporcionar
un.resultado más exacto que el pesaje del cuerpo en reposo.

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