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I.

PERSONALIDAD HISTÉRICA:
 Aspectos clínicos predominantes:
o Labilidad emocional: a pesar de que sobre dramatizan y
emocionalizan sus circunstancias, sus cambios emocionales
guardan una relación con el afuera y caen dentro de lo
“relativamente apropiado” y, por ende, es fácil empatizar con
ellos.
o Pseudohipersexualidad: sexualizan enganchadoramente las
relaciones, son vulnerables a inhibiciones o dificultades sexuales,
en el contexto de relaciones que movilizan prohibiciones edípicas
suelen disociar una disfunción sexual, en el contexto de una
relación conflictiva, que alterna con un funcionamiento pleno.
o Dependencia: es más aparente que real, aparece en el contexto de
relaciones conflictivas, con un tinte edípico. Sirve de defensa que
protege de la angustia y culpa depresiva. Les gratifica ser vistas
como vulnerables, y por ende en necesidad de ser protegidas.
o Masoquismo: generalmente está al servicio de pagar
anticipadamente la gratificación de deseos incestuosos
prohibidos; o bien de expiar culpas por calamidades ya
consumadas, resultado de haberse atrevido a realizar o a triunfar
sobre introyecciones maternas condenatorias y prohibitivas.
o Somatizaciones: tienden a ser estables y bien definidas,
generalmente predecibles y en relación a ciertos contextos
conflictivos.
o Involucración con otros: se involucran con otros con facilidad;
sinceras y hasta ingenuamente abiertas; frecuentemente
explotadas; fieles a su inversión emocional; sin mayores
dificultades para dar y recibir.
o Exhibicionismo: es un rasgo claramente sexualizado; deseo de ser
vista como atractiva y hermosa; al servicio de hacerse más
adorable a los ojos de los demás, por lo mismo, sirve un propósito
más reparatorio que egoísta.
o Sugestibilidad: vulnerables a ponerle demasiada “magia” a las
relaciones, con el encanto que ellas mismas crean, proyectan en
los demás, particularmente en relaciones de amor. Victimas
frecuentes de manipulaciones con un tinte auto-destructivo.
o Pseudoestupidez: A pesar de ser brillantes y extraordinariamente
autónomas, en áreas no conflictivas, en situaciones triangulares
edipicas, conflictivas, se conducen con un sorprendente grado de
“estupidez”, no conmesurable con su nivel real de
funcionamiento.
o Fobias: típicamente edípico-triángulares; generalmente no
involucran el área corporal ni resultan seriamente incapacitantes.
o Competividad diferenciada: su competividad con mujeres deriva
de rivalidades edípicas, la urgencia de compartir deriva de un
sentido interno de inferioridad sexual.
 Organización psicoestructural y naturaleza de conflictos intrapsíquicos.
o Predominantemente edípicos, represivos.
o Conflictos orales y anales, generalmente resultan de regresiones
funcionales que protegen de conflictos edípicos, propiamente
dichos; de la angustia.
o Clínicamente aparecen en el contexto de manifestaciones globales
de estructuras mentales plenamente diferenciadas: conflictos
intersistemáticos entre ego, super ego e id; yo y ello.
o Se lleva tiempo en tratamiento, antes de que el trabajo analítico,
o psicoterapéutico, sobre defensas y resistencias caracterológicas,
acarree como consecuencia una permeabilidad regresiva
transitoria que permita el desdibujamiento de fronteras y una
definición más clara y precisa de las unidades de relaciones de
objeto internalizadas, constituyentes de éstas mismas estructuras.
 Transferencia.
o Idealizaciones depresivamente instigadas, las hace involucrarse
emocionalmente con extrema facilidad y confianza en el
terapeuta, a quien erotizan intensamente.
o Sus expectativas de dependencia, hacia el analista ocurren en el
contexto de empatía y respeto por la vida personal del mismo y su
sistema de valores.
o Sus exigencias y demandas no trascienden la situación de
tratamiento.
o Su ingenua entrega a la situación del tratamiento aunado a
conflictos edipicos y masoquismo, las hace fácil victimas de
analistas o psicoterapeutas con rasgos explotadores.
o En ocasiones expresan el miedo de una involucración sexual que
meramente encubre el deseo del mismo y traiciona su verdadero
miedo que es el de no ser lo suficientemente atractivas a los ojos
del terapeuta.
o La intensa erotización de la transferencia no se acompaña de celos
infantiloides ni de envidias por la visa personal del analista.
o Su masoquismo e idealizaciones depresivo-reparadoras las hace
tolerar enormidades en términos de la potencialidad para
estupideces e inadecuaciones del terapeuta.
o Una clara capacidad para diferenciar realidad de implicaciones de
transferencia, pasado de presente y la vida en general de la
situación de tratamiento.
o Desprecian a terapeutas del mismo sexo, resultado de la
proyección de su propio sentido de inferioridad sexual.
 Contratransferencia.
o La respuesta emocional y sexual del analista, internamente, a las
actividades transferenciales, es consistente con el contenido
verbal y no verbal de las comunicaciones de su paciente.
o Riesgo del abuso “contra-sádico”, en respuesta al cometimiento
masoquista y entrega e inocente de la paciente a la situación del
tratamiento.
o Riesgo de activar una mal-alianza.
o Riesgo de explotar pacientes, al servicio de saciar una
pseudocapacidad de amar no realizada.
o Riesgo de no aceptar, contener y entender la intensa erotización
como un primer paso en dirección de la elaboración de
frustraciones inevitables en torno a vicisitudes edipicas.

II.- PERSONALIDAD INFANTIL.


(en un nivel de organización limítrofe).
 Aspectos predominantes:
o Labilidad emocional: cambios erráticos e impredecibles en sus
estados de ánimo; sin referentes externos que lo justifiquen.
Inapropiados y es difícil empatizar con ellos.
o Sexualidad: “liberación sexual” e inhibiciones, resultado de
deficiencias superyoicas y un pobre control de impulsos, podría
confundirse con madurez sexual. Frecuentemente sienten que
fuera de lo sexual tienen poco o nada que compartir con otra
persona.
o Dependencia: extraordinariamente exigentes, posesivas y
parasitarias y, sin embargo, odian el tener que depender del otro;
de ahí sus enormes dificultades para depender de los demás e
impedimentos para admitir sentimientos de gratitud.
o Masoquismo: su masoquismo alterna con manifestaciones
disociadas de verdadero sadismo. Auto destructividad aparece en
conductas como el abuso de drogas, dietas bizarras y el ingreso a
grupos de ideologías esclavizantes. Dadas a victorias pírricas.
o Somatizaciones: son de un carácter más bizarro; inestables o
impredecibles; rápidamente cambiantes. Involucran diferentes
sistemas anatómicos o fisiológicos y aparecen en el contexto de
una severa hipocondriasis o absorción en el funcionamiento
corporal.
o Involucración emocional con otros: superficialmente amables y
aparentemente encantadoras, se involucran emocionalmente con
otros con facilidad, pero lo agresivo pronto emerge en la relación
en formas inapropiadas; se cuelgan intensamente a relaciones que
idealizan.
o Exhibicionismo: sobredramatizan su feminidad a proporciones
caricaturescas, si no grotescas; sus desplantes exhibicionistas
tienen connotaciones más infantiloides que sexualizadas,
propiamente dichas.
o Sugestibilidad: aunque extraordinariamente sugestibles y
vulnerables a ser manipuladas no se guardan fidelidad hacia nada
en forma sostenida.
o “Pseudo brillantez”: su brillantez es minada por una aureola de
pseuestupidez, en áreas de conflicto; personalidades infantiles
pueden aparecer como mas brillantes de lo que en realidad son.
o Fobias: estas involucran frecuentemente su área corporal. Tienen
un claro tinte paranoide. Son mucho mas incapacitantes.
o Competividad indiferenciada: rivalizan indiscriminadamente con
hombres y mujeres.
 Organización Psicoestructural y naturaleza de conflictos intrapsíquicos.
o Hay una condensación patológica de conflictos edipicos y
pregenitales, bajo la influenza de la intensa rabia oral, pregenital.
o Las manifestaciones clínicas de conflictos aparecen
tempranamente en la situación del tratamiento, vía forma
primitiva de relacionarse, resultado de la activación de
transferencia primitivas.
o La tensión dinámica deriva de la escisión entre constelaciones no
integradas de representaciones del self y objeto, agresiva y
libidinalmente investidas.
o El predominio de mecanismos escisivos permite la aparición en
la conciencia tanto del contenido ideacional como del
componente afectivo de derivados impulsivos.
o La interpretación de aspectos escindidos tiene un efecto
integrativo que fortifica el criterio de realidad y pavimenta el
camino hacia una concepción gradualmente más integrada de sí
mismo y de otros.
 Transferencia.
o Ocurre una intensificación sorprendente y rápida de
manifestaciones transferenciales.
o Las exigencias y demandas infantiloides amenazan con
desbordarse fuera de la situación de tratamiento.
o Encuentran difícil separar realidad de implicaciones
transferenciales.
o Las idealizaciones del terapeuta guardan una escasa relación con
la realidad de la situación de tratamiento y los aspectos reales de
la persona del terapeuta, éstas alternan, además, con apreciaciones
contradictorias y proclividad para devaluaciones igualmente
distorsionantes.
o La activación de paradigmas transferenciales contradictorios, las
hace fluctuar entre la exigencia de una intensa sobre involucración
emocional y una defensiva indiferencia.
o La influencia de percusores primitivos idealizados del superyó.
 Contratransferencia.
o El aspecto oral infantiloide, agresivamente cargado, hace difícil
empatizar con los contenidos erotizantes de la transferencia.
o Desconcertante y difícil de integrar incongruencias, resultado de
disociaciones entre contenidos verbales y material no verbal;
podría llevar a recurrir a técnicas de apoyo, olvidándose del
esfuerzo por entender sus implicaciones defensivas y el
significado de relaciones de objeto activadas.
o La interpretación directa, autoritaria y sabionda de contenidos, sin
atender a la capacidad del paciente para discriminar entre realidad
e implicaciones transferenciales.
o Riesgo de alimentar explotativamente, el narciso del terapeuta,
son reconstrucciones pseudogenéticas resultado de equiparar
mecánicamente transferencias primitivas con relaciones de objeto
tempranas.
o Riesgo de asumir inocentemente que se podría entrar
directamente en el nivel del supuesto punto de fijación, regresión
del paciente y desde ahí ofrecerse de objeto real que brinde un
acunamiento corrector de carencias pasadas sin ofrecer el espacio
y encuadre analítico.
o Riesgo de que la situación de tratamiento en sí reemplazca las
metas de la vida misma del paciente.
o Los intentos de formar una alianza de trabajo a expensas de evitar
la clarificación, confrontación y entendimiento de derivados
agresivamente investidos.
o Riesgo de abandonar un abordaje esclarecedor y activamente
confrontativo e interpretativo y de reemplazarlo con uno de
apoyo.
o Se confunde a menudo la gratificación del acting out en las
sesiones mismas del tratamiento con la elaboración regresiva de
la transferencia.
o La oscilación entre disponibilidades transferenciales
contradictorias seguido pasar por la elaboración de conflictos más
que la activación disociada de lados opuestos del conflicto.
o La activación caprichosa y errática de paradigmas
transferenciales que condensan urgencias pregenitales y edipicas,
también se confunfe con la fluctuación entre distintod planos de
organización psico estructural que supuestamente imponen
modelos distintos de tratamiento sin atender a la naturaleza
contradictoria y pir ende mutuamente nultificante de las mismas.
o No es raro observar que se de un valor terapéutico en las sesiones
de tratamiento a la gratificación misma e inmediata del acting out
de transferencias primitivas que tipifican a la mayoría de estos
pacientes como una regresión terapéutica necesaria.
o La presencia de alteraciones yoicas y superyouicas ejerce
presiones sobre el terapeuta que contratransferencualmente
podrían llevarlo a desviarse de su encuadre y a verdaderas mal
alianzas terapéuticas.
o Contra reacciones penitentes y francas explotaciones psicopáticas
son frecuentes particularmente ante pacientes como poderío
económico, político y/o social.
o De interés clarificar ahora es que algunos de estos terapeutas
parecieran actuar desde la posición de contra identificaciones
proyectivas.
o La naturaleza de alteraciones estructurales yoicas y superyoicas
en estructuras limítrofes es tal que podría influir sobre el terapeuta
para justificar ampliaciones de técnica clásica, mas alla de lo que
realmente la relación terapéutica debe ser, supuestamente para
acomodar al terapeuta como un objeto mas real.
III.- PERSONALIDAD NARCISISTA.
 Aspectos clínicos:
o Un concepto grandioso de si mismos, una franca contradicción
entre este sentirse infantiles entre este sentirse inflados y su gran
dependencia del tributo amor y admiración de otros para poder
mantenerse inflados.
o Emocionalmente superficiales con escasa empatía por otros e
incapaces se entender valores en los demás.
o Idealizan a otros que alimentan su narcisismo, devaluándolos
cuando el aplauso termina.
o Son activamente explotadoras y ocasionalmente pasivamente
parasitarios.
o Superficialmente sociales hasta encantadores y afables pero
siempre terminan por dejar entrever lo rudo, considerado y
fríamente calculadores que en realidad son.
o Envidian a aquellos que tienen algo bueno en su vida, y fácilmente
se aburren sin poder sostener interés en nada que trascienda su
narcisismo.
o Incapaces de sufrir depresión autentica y genuina, responden con
rabia, resentimiento y vendettas emocionales, con tintas
paranoides en respuesta a pérdidas objetales, reales y fantaseadas.
o Sentimientos de grandiosidad y omnipotencia, alternan con
sentimientos de extrema inferioridad e inseguridad.
o Son generalmente brillantes con una buena fachada social y una
pseudocreatividad exhibiconista.
o Su aparente tolerancia a la ansiedad es en realidad, producto de
retirarse a un espléndido aislamiento narcisista.
o Incapaces de depender de nadie, debido a marcada desconfianza
y desprecio de otros.
 Organización psicoestructural y naturaleza de conflictos intrapsíquicos
o El predominio de representaciones de self y objeto, intensamente
investidas de agresión, resultado de conflictos
predominantemente orales y pregenitales, interfieren con su
integración normal, en virtud de mecanismos de defensa
escisivos.
o El predominio de mecanismos escisivos, una muy pobre
delimitación de estructuras intrapsiquicas: particularmente un
borramiento entre ego y superego, que es de severa patología del
superyó.
o La condensación patológica del self-ideal, objeto-ideal y self-real,
lleva a una identidad patológicamente integrada, alrededor de un
self-grandioso, que les permite un mejor funcionamiento
adaptativo y social. Este self grandioso manifiesto, se
sobreimpone a un self terriblemente despreciable, subyacente
disociado.
o La integración patológica de un self grandioso de un relativo
sentido de continuidad y mismidad a la identidad de estructuras
narcisistas: caracterizado por la supremacía mas o menos estable,
de manifestaciones suprevaloradas de sí mismo, sobre aquellas de
infravaloración.
o Hay pacientes con una típica personalidad narcisista pero con un
nivel de funcionamiento inferior, propio de estructuras limítrofes.
o Una deficiente integración de percursores pregenitales, sádicos e
idealizantes del superyó lleva a un borramiento entre el ego y el
superego, ya establecido lo que a su vez determina grave patología
del superyó y de la calidad interna de relaciones objetales.
o Variaciones distintas en el grado y calidad de alteraciones
estructurales resultan ser una gama diversa de manifestaciones
psicopáticas y patología del superyó con connotaciones
pronosticas diferentes que podrían verse en un continuum: el polo
extremo de severidad, personalidades psicopáticas propiamente
dichas y personalidades narcisistas con rasgos psicopáticos y
formas entre mas de narcisismo maligno.
 Transferencia.
o Sus idealizaciones frecuentemente son resultado de relaciones de
representaciones disociadas de self a representaciones de self.
o A diferencia de las idealizaciones depresivamente instigadas de
estructuras neuróticas las idealizaciones de personalidades
narcisistas protegen de ansiedades paranoides.
o Una continuada devaluación del terapeuta, sutil o burdamente
expresada, acompaña invariablemente a la situación de
tratamiento.
o Roban las interpretaciones o los esfuerzos del terapeuta por
entender sus dificultades, haciéndolas propias y reclamando
además el aplauso por su brillantez, originalidad e inclinación
psicológica.
o Encuentran difícil confiar y depender en el analista, aunque
constantemente hablan de la necesidad de una relación autentica
y genuina; mientras mayor la necesidad de depender del analista
mayor el odio por tener que depender de él.
o Dificultades severas en admitir sentimientos de gratitud hacia el
terapeuta por el trabajo hecho.
o Su envidia por los aspectos benevolentes de la situación de
tratamiento y la envidia por la persona del analista puede llevar a
reacciones terapéuticas negativas que destruyen todo lo
construido.
o Toleran pobremente las separaciones o interrupciones del
tratamiento.
o La proyección de percusores sádicos, agresivamente investidos
matizan de un tinte paranoide de la relación y es origen de
vicisitudes continuadas alrededor de quien controla a quien.
 Contratransferencia.
o Hablan con uno o en presencia de uno mas no necesariamente a
uno, sensación frecuente de ser un mueble mas en el consultorio,
dificultades en sentirse parte de una relación continuada,
sensaciones de tedio, apatía y aburrimiento.
o Fluctuaciones de la autoestima y apreciaciones contradictorias
que corresponden a las dimensiones proyectadas de aspectos
grandiosos y despreciables de estos pacientes, son inevitables.
o Dificultades en aceptar idealizaciones primitivas podría llevar a
una crítica sobre-objetividad que rechaza, en lugar de contener, lo
suficiente para entender.
o Riesgo de aceptar las idealizaciones primitivas.
o Riesgo de mal-alianzas terapéuticas y colusiones patológicas,
incluyendo corrupciones superyoicas reciprocas, que por
involucrar al analista, cierran la puerta a la posibilidad del análisis
de malfuncionamiento superyoico.
o Cuando personalidades narcisistas entran a tratamiento con
analistas con una típica estructura de carácter narcisista,
generalmente terminan en una mutua re confirmación de su
despreciabilidad subyacente, o bien se van invictos, es decir, se
entretienen por años, en una situación como si de tratamiento que
culmina en un como si se hubiese trabajado. Y que solo sirve para
satisfacer criterios de graduación o aspectos protocolarios, ien sea
sociales y/o educacionales, o bien de orden “profesional”.
o Analistas con una personalidad narcisista tienen la necesidad
enfermiza de admiración y reconocimiento, por parte de sus
pacientes, lo que frecuentemente los lleva a actitudes sutil o
burdamente, seductoras, su intolerancia a la agresión y
parasitismo hacia sus pacientes, les hace difícil comprender la
naturaleza del encuadre psicoanalítico y les impide trabajar desde
una posición de neutralidad sin tener que recurrir a la introducción
de movimientos sugestivo manipuladores, aparentemente tiernos
y sentimentaloides, pero con un tinte claramente explotador.
o El sentido de despreciabilidad, como el de frustración y rabia, en
análisis con una francaestructura narcisista, infiltra e influye en
cada aspecto de su funcionamiento psicológico y en el paso de los
años solo los hace cada vez más vulnerables; de ahí la acentuación
de sus rasgos paranoides y la exacerbación de su celotiía
patológica y envidia hacia todo aquello que brilla en otros, que
mucho les emproblema hacia mitad de la vida y que generalmente
sigue un curso de deterioro a partir de entonces.
III.- PERSONALIDAD DEPRESIVO-MASOQUISTA.
 Aspectos clínicos.
o Severidad superyoíca.
 Serios y responsables, a veces hasta sombríos y taciturnos;
aunque aprecian y disfrutan el sentido del humor en otro,
sufren de inhibiciones que les bloquea el hacer buen uso
del suyo propio, con el que internamente cuentan y con
verdadera chispa y una abundante malicia matizada de un
cinismo mordaz.
 Siempre se puede contar con ellos y depender de ellos;
predecibles y estables; su predicibilidad constrasta con la
urgencia paranoide de traicionar y cobardía, que uno
observa en personalidades narcisistas.
 Se juzgan duramente a sí mismos y a otros; exigentes y
demandantes, consigo mismos y con los demás.
 Capaces de empatizar en profundidad con los
predicamentos de los demás y un mundo interno de
representaciones objetales; pueden ser agresivamente
cortantes e intransigentes hacia los demás.
 Exigentes en sus objetivos y metas de la vida si no los
alcanzan se deprimen.
 Cuando circunstancias de la vida convergen para obstruir
y abortar, anhelos de redención y logros personales, se
transforman en individuos crónicamente deprimidos y
hasta cínicamente amargados, que conciben su
sufrimiento, como el precio que pagar por cualquier
pequeña gratificación que se permiten extraerle la vida.
o Dificultades con el "metabolismo de la agresión”.
 Se deprimen cuando deberían enojarse con los demás. Su
sentimiento de culpa es inconsciente hacia objetos amados
más tempranos hace que su rabia en el presente hacia
otros, se acompañe de depresiones con un claro tinte auto-
recriminador.
 Su ambivalencia hacia quienes aman, se expresa en ciclos
que se inician con coraje hacia quienes aman por sentirse
rechazados solo para sentir subsecuantemente culpa y
remordimiento y por ende deprimirse. Tratando de reparar
lo dañado se conducen sobresolícitos y hasta
estúpidamente sumisos, solo para estallar otra vez en
rabia, por sentirse explotados y rechazados e
inconsiderablemente tratados cerrando así un típico
círculo vicioso de retroalimentación.
 Buscan, piden y demandan, aquello de lo que sienten se
les ha privado y no solo quieren que se les retribuya sino
que además alguien sufra y pague por ello.
 Su vulnerabilidad a sentirse inferiores y proclividad a
situarse como si criticados y rechazados contrasta con su
intenso sentido de competividad y frustraciones crónicas
en relación a sus deseos de brillar y sobresalir por encima
de los demás.
 Tienen serias dificultades para dar sin sentirse explotados
abusados y manipulados; o recibir sin sentirse débiles,
pusilánimes, “buenos para nada”, “que dan lástima”.
 Son extraordinariamente hábiles en autosabotearse, toda
su vida.
o Dependencia y oralidad.
 Dependen mucho del apoyo y aceptación de otros. Su
dependencia es cualitativamente distinta, no tiene el tinte
explotativo ni parasitario de estructuras narcisistas o de
personalidades infantiles, buscan, más bien congraciarse
ante otros; anhelan ser aceptados como buenos y valiosos,
se sienten inseguros, rechazados y poca cosa; su sentido
de bonhomía requiere de la eterna confirmación del otro,
tal y como el sentido de pseudograndiosidad de
personalidades narcisistas, depende del aplauso de los
demás; requiere de que otros “se lo celebren”.
 Extraordinariamente vulnerables a sentirse rechazados y a
desilusionarse de otros; cuando sus expectativas,
depresivamente idealizadas, hacia los demás, no son
cumplidas. Hacen lo imposible por ganarse el amor y la
simpatía de los demás hasta a expensas de ser
masoquísticamente explotados.
 Vulnerables de deprimirse en respuesta a rechazos reales
o fantaseados; frecuentemente seducen e inducen a otros a
que les rechazen a través de la insistencia misma, pero
insaciable de ser reasegurados de que en efecto se les ama
y de que se les ve como valiosos, pero como no se creen
merecedores de tales muestras acaban por enardecer el
sadismo en otros terminando por confirmar su tímida
anticipación.
 Frecuentemente ponen en otros la proyección de su propia
despreciablidiad y desde ahí se persiguen con sus propias
recriminaciones despreciativas que le adjudican a los
demás.
 Organización Psicoestructural y naturaleza de conflictos intrapsíquicos.
o Dificultades con conflictos y dilemas en relación al manejo de la
agrecipon es común denominador a los tres grandes encabezados,
en los aspectos clínicos recién delineados: severidad superyoica,
dificultades en el metabolismo de la agresión y una dependencia
conflictivamente ambivalente.
o La integración de pecursores sádicos, agresivamente investidos,
con precursores depresivamente idealizados en un nivel de
desarrollo coincidente con el inicio de o posterior a la
consolidación de un sentido integrado de sí mismo y de otros;
constancia objetal y el establecimiento de la capacidad para
reprimir pero bajo la predominante influencia de agresión, en
forma tal, que hasta las demandas de los componentes idealizados
se transforman en expectativas persecutorias sádicas de
perfeccionismo crea una excesiva represión de motivaciones
instintivamente derivadas, típico de estructuras neuróticas de
nivel alto e intermedio en general y es determinante de los
componentes masoquistas.
o Aunque con diferencias cualitativas y cuantitativas, clínicamente
se observa un espectro de rasgos depresivo-masoquistas-sádicos,
en este estilo de personalidad que podría conceptualizarse desde
personalidades depresivo masoquistas de un nivel alto a
personalidades depresivo masoquistas de nivel intermedio y
finalmente personalidades sadomasoquistas funcionando en un
franco nivel organizacional limítrofe.
o En el nivel alto predominan rasgos de carácter depresivos
propiamente dichos en el contexto de una identidad integrada;
mecanismos represivos, una adecuada apreciación de la realidad,
constancia objetal y un superyó rígidamente punitivo pero
integrado, evocador de culpas depresivas y sin la infiltración de
distorsiones paranoides malignas.
o Hay la capacidad para la utilización sublimada y placentera de
derivados agresivos, al servicio de la erotización de relaciones
sexuales; y la capacidad para capitalizar exigencias y demandas
del superyó al servicio de sacrificios en la búsqueda de la
realización placentera de objetivos y metas de la vida.
o En dimensiones clínicas más maduras de masoquismo la agresión
se pone al servicio del erotismo; en formas más severas de
sadomasoquismo. El erotismo se pone al servicio de la agresión.
o Las manifestaciones clínicas de narcisismo y masoquismo, en el
polo maduro pierden su connotación patológica para confundirse
con los ingredientes masoquistas y narcisistas. En el polo más
patológico la expresión cruda de derivados agresivos pierde
también su relación diagnostica con el sentido más específicos y
convencional de masoquismo.
o No hay una relación lineal directa y simple entre la experiencia
subjetiva de grandiosidad o despreciabilidad y la inversión
libidinal o agresiva respectivamente en representaciones de self.
o Diferentes tipos de psicopatologa relacionados con
malfuncionamiento del superyó y expresados tanto en la
alteración de sus funciones prohibitivas como aquellas de
naturaleza benevolente, se originan de trastornos en el proceso de
diferenciación e integración de esta estructuta a diferentes
niveles.
o El sometimiento esclavizante y sacrificios al servicio del otro de
algunas personalidades depresivo masoquista en relaciones de
amor resultado de idealizar una relación imposible o no disponible
pero en el contexto de un superyó bien integrado, si bien punitivo
y demandante; es distinta de las humillaciones y sacrificios al
servicio de intereses egoístas que uno observa en los
apasionamientos patológicos de algunas personalidades
narcisistas, resultado de idealizaciones self a self y en el contexto
de un self grandioso patológicamente integrado.
 Transferencia.
o El sometimiento masoquista podría en si mismo transformarse en
un aspecto resistencial; sorprenden verdaderamente el grado
grotescamente enfermizo de sometimiento masoquista a pseudo
situaciones de tratamiento en su pasado.
o Aunque son particularmente sensibles a sentirse ninguneados o
rechazados paradójicamente seguido exigen al analista
interpretaciones unilaterales, por ende, potencialmente
autoritarias que contratransferencialmente asignan un rol sádico e
impositivo al analista y que a su vez consolida su posición
masoquista frente a él.
o Personalidades depresivas de alto nivel responden con un sentido
profundo de autentica gratitud que proviene de idealizaciones
depresivamente instigadas con una función reparatoria que alivia
de culpas a la posibilidad de haber dañado la realización con su
sentido interno de maldad. En un nivel intermedio los
sentimientos de gratitud hacia el terapeuda se ven corroídos y
complicados por la ambivalencia, envidia y resentimiento,
despertados por la situación odiosa de tener que depender de él.
En un nivel limítrofe se observa una franca imposibilidad de
admitir sentimientos de gratitud pues hacerlo acentúa
sentimientos de envidia y rabia primitiva.
o La potencialidad para reacciones terapéuticas negativas en
personalidades depresivas de alto nivel deriva de sentir que no
merecen ser bien tratados por parte del terapeuta. En un nivel
intermedio la reacción terapéutica negativa comienza a
complicarse por la infiltración de sentimientos de envidia y
necesidad de despreciar la ayuda brindada para atenuar envidia y
evitar la culpa persecutora ante la necesidad de tener que
reconocer sentimientos de gratitud hacia objetos que también se
han atacado. En un nivel inferior la relación terapéutica negativa
es aún más maligna; deriva del deseo de triunfar sádicamente
sobre los mejores esfuerzos del terapeuta.
o Personalidades depresivas de alto nivel abordan el tratamiento
como una tarea que potencialmente les redimirá; el proceso
adquiere una aura “quasi-beatificante” de ahí el sometimiento y
entrega quasi religiosa a los rigores y sacrificios de la situación de
tratamiento. En nivel intermedio frecuentemente encuentran muy
difícil asumir responsabilidad por la necesidad del tratamiento. Se
sienten empujados por circunstancias ajenas a ellos. A nivel
limítrofe frecuentemente entran ala situación de tratamiento con
la expectativa arrogante y despótica de que algo se les debe y
ahora vienen a cobrarlo sádicamente.
 Contratransferencia.
o Riesgo de que el paciente induzca gradualmente una respuesta
contra sádica por parte del analista, patológicamente
complementaria que gratifica el sometimiento masoquista del
paciente.
o La capitalización masoquista de vicisitudes humanas puede
transformarse en un instrumento de control masoquista con el que
sádicamente torturan a otros para exigir y extraer nutrimiento
emocional que restaure y retribuya por fallas y mal tratos pasados.
o Frecuentemente se tiene la sensación de trabajar desde una
situación culpígena evocadora de cuestionamientos con un tinte
persecutorio.
o Personalidades depresivas de un alto nivel evocan genuinas
fantasías de rescate y deseos de ayudar, en personalidades
depresivo-masoquistas de nivel intermedio en cambio los deseos
de ayudar y rescatar oscilan entre sentimientos de impotencia y
rabia ligados a la sensación de que nunca será suficiente para
restañar heridas pasadas. En un nivel inferior el riesgo de contra
actuar la inducción inmediata de sentimientos de rechazo y
repudio aparece tempranamente en la situación de tratamiento.
o Riesgo de perder neutralidad tomando lado con la parte de su
estructura de carácter que explota y capitaliza las circunstancias
aparentemente negativas del afuera y que en apariencia justifican
sus desgracias y origen de infelicidad fallando en ayudarles a
entender, la capitalización masoquista que de los mismos ellos
han hecho y fosilizando así un status patológico.
o Riesgo de pseudo-idilios benevolentes que compensan por
aquellas relaciones aparentemente explotativas, opresivas y
sádicas del afuera.
o Riesgo de ser convencido, contra transferencialmente de que en
efecto no se puede esperar mucho de ellos conformándose con
metas y objetivos de tratamiento, muy por debajo de lo que
realmente podría esperarse y contribuyendo así a crear otra froma
de ser maltratado.
o La necesidad de presentarse como más frágiles y vulnerables de
lo que conmesurablemente les corresponde, conforme a su nivel
real de organización de personalidad podría llevar a una mezcla
innecesaria de técnicas de apoyo y expresivas que terminan por
nulificarse una a otra y culminan en un fiasco o desilusión más
que sumar a su larga ya lista de agravios y rechazos.
V.- PERSONALIDAD OBSESIVO-COMPULSIVA.
 Aspectos clínicos.
o Rasgos de carácter y síntomas neuróticos obsesivo-compulsivos,
frecuentemente van juntos pero no siempre coinciden.
o Los rituales compulsivos van desde acentuaciones aceptables de
ciertas medidas de seguridad hasta síntomas verdaderamente
incapacitantes y de naturaleza más compleja y bizarra como los
que uno observa en estructuras limítrofes.
o Las ideas tienen claramente un tinte provocativo, oposicionista y
retador, mientras más comprometedor sea su contenido t contexto
en el que aparecen mayor la urgencia incontenible de repetirlas.
o Tradicionalmente se les describe como ordenados, preocupados
con aspectos de limpieza, ávaros y bastante obstinados;
inflexibles y desemocionalizados. Las estructuras neuróticas
obsesivo compulsivas propiamente dichas con aspectos de orden
que es mas aparente que real, el deseo inconsciente del desorden
de provocar y retar dejando entrever lo sucio y lo prohibido. Lo
muy racional y lo irracional van siempre de la mano, pueden ser
exageradamente rígidos y sin embargo bastante flexibles y hasta
locamente sueltos en otras áreas de su vida.
o El dudar protege la angustia en relación a comprometerse con algo
y justifica la inacción. Siempre hay algo mas que hacer o que
atender, antes de lanzarse a aquellas tareas verdaderamente
valiosas: el posponer y eterno dudar, aunado la indecisión son los
tres lastres verdaderamente incapacitantes que interfieren con la
explotación de su potencial sublimatorio.
o Aunque internamente se sienten inferiores e impotentes pueden
ser extraordinariamente exigentes consigo mismos lo que les da
una aureola de omnisciencia y omnipotencia. Su perfeccionismo
tiene un tinte mas paranoide que depresivo, siempre perseguidos
por el fantasma de su propia mediocridad y la inseguridad de
perder el control sobre su vida y sobre los demás.
o Su aparente fachada de desemocionalizacion y austeridad puede
ser desorientadora y contrasta con la exquisita y plenamente
diferenciada sensibilidad de su mundo interno representacional.
 Organización psico estructural y naturaleza de conflictos.
o Síntomas neuróticos obsesivos y rasgos de carácter obsesivo-
compulsivos, pueden ser observados tanto en estructuras
neuróticas como en limítrofes y aun en un nivel de organización
de personalidad francamente psicótica.
o El substracto psicoestructural mediador de conflictos podría
correcponder a la típica organización neurótica con los criterios y
variables del nivel organizacional correspondiente ya establecidos
o al de una organización limítrofe o psicótica.
o Conflictos anales ligados a vicisitudes ambivalentes en relación a
retener o soltar, controlar o ceder, someterse o dominar, amar u
odiar, penetrar o recibir, ect. Matizan los psicodinamismos
subyacentes de estos pacientes.
o Una preocupación constante con la necesidad de controlar las
manifestaciones de derivados agresivos es determinante de
muchos de los rasgos caracteristicos de estos pacientes pero con
un matiz de ansiedades persecutoras, más que propiamente
depresivas.
 Transferencia.
o En su sentido de equidistancia entre estructuras instigadoras de
conflicto, los cuales critican con una sorprendente severidad:
rechazan cualquier manifestación innecesaria de apoyo, las que
además ven con un inusitado grado de sospecha que raya en lo
paranoide.
o Particularmente vulnerables a sentirse perseguidos ante las
imposiciones del analista que amenazan su preciado sentido de
autonomía y su perenne necesidad de afirmar su independencia
ante los demás.
o Manifestaciones transferenciales oscilan rápidamente entre las
polaridades de sentirse en control vs. Controlado .
o La necesidad de ridiculizar, ensuciar y enlodar todo lo que el
analista dice, sirve diferentes funciones: proteger la autoestima
ante el impacto interpretativo de defensas caracterológicas; aliviar
un sentido de autonomía corroído; saciar la necesidad onmisciente
y omnipotente de atenuar una experiencia interna de inseguridad
e impotencia; reduce la envidia a través de devaluar el trabajo del
analista, retomando el control de él.
o Riesgo de que la situación de tratamiento, se transforme en un
ritual más que magistralmente se preste a ego sintonizar conflictos
y rasgos de carácter patológicos.
 Contratransferencia.
o Tentador interpretar directamente las implicaciones simbólicas de
contenidos, aparentemente significativos y relevantes sin atender
a la naturaleza defensiva de aspectos actitudinales y los elementos
formales del material.
o Errores frecuentemente considerarlos más enfermos de lo que en
realidad les corresponde, cuando se atiende meramente a las
implicaciones irracionales de contenidos aparentemente
primitivos.
o Dificultades en apreciar la profundidad e ideacional de éstos
pacientes a quienes les intimida involucrarse emocionalmente,
resultado de conflictos en relación a autonomía y el control de la
agresión. Necesidad de escudriñar con verdadero tacto humano,
la naturaleza exquisitamente sensibilizada y plenamente
diferenciada de representaciones internas de sí mismo y de otros
que contrasta con su fachada aparentemente acartonada.
o Riesgo de contractuar crónicamente un control sádico y
omnisciente sobre el paciente que complementa patológicamente
uno de los dos extremos oscilantes de su posición transferencial.
o La integración de afectos e ideas en uno y en el paciente, momento
a momento, en cada una de las sesiones es un reto continuado en
el tratamiento de estos pacientes.

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