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14 (agosto 1993)
veces, con machacona e irritante insistencia, a parecer, totalmente desconocido por los musul-
reducir el contenido del pensamiento musul- manes tanto orientales como andalusíes. A
mán a influjos griegos y aun cristianos. En pesar de lo cual, es tan clara e inquietante la
primel lugar, el Islam no sólo recibió estas presencia senequista en al-Andalus que el mis-
aportaciones, sino también otras muchas, como mo Gómez Nogales (Influjo del estoicismo,
las del Extremo Oriente (recuérdese, porejem- 206-207) ve aquí un inmenso campo de inves-
plo, el caso de la medicina, de la matemática y tigación que resta todavía por hacer.
de la literatura sentenciaria). Pero, sobre todo, AlIado de dicha "vía erudita" de penetración
no podemos olvidar que el Islam se basta por sí del estoicismo en el Islam, Jadaane admite otra
solo para construir un sistema de pensamiento, que sería posiblemente aplicable a Séneca y al
de ética, de ascética y de mística extraordina- Andalus. Es la "vía difusa", según la cual, las
riamente vigoroso y propio. Otra cuestión es ideas del Pórtico habrían entrado a través de
que, al contacto con otras culturas y filosofías, ciertas creencias, dichos, sentencias, actitudes
se haya visto enriquecido, como le ha pasado a y hábitos populares vividos ya en la época
todos los pueblos cultos de la humanidad. Por preislámica, y que los musulmanes habrían
eso, cuanto aquí diga habrá de tomarse sola- asimilado e incorporado a su pensamiento y
mente a título indicativo, de sugerencia y de espiritualidad. En este sentido, habría que pen-
invitación a una investigación mucho máscom- saren unaposiblepresencia vivadel senequismo
pleja y detallada que laque sepuede haceren un en la Península Ibérica que habría enriquecido
breve trabajo como el presente. y matizado el estoicismo que ya llevaría en sí la
Viniendo ya a nuestro tema, y teniendo en propia filosofía islámica oriental.
cuenta lo que acabo de decir, resulta bastante Pero hay tal vez un tercer camino que me
razonable la presencia y penetración del estoi- atrevería a sugerir y que, sin excluir los anterio-
cismo en al-Andalus, puestoque, de las fuentes res, posiblemente sirviese de base y condición
señaladas por Fehmi Jadaane (L' influence du previa a todo lo dicho. Me refiero al origen se-
Stoicisme, 53-54) para el Islam en general, y mita y oriental del propio estoicismo, tal como
que él califica como "vía erudita", muchas de lo han propuesto, por ejemplo, Pohlenz ("Stoa
ellaseran conocidaspor losfilósofos andalusíes. und Semitismus"; Die Stoa) y Elorduy (El
Así, por ejemplo, aparecen frecuentemente ci- estoicismo). Ya no es sólo el hecho de que
tados, de entre los griegos, Galeno y Alejandro Zenón, el chipriota, recibiese su primera for-
de Afrodisia, tras de los cuales está, sin nom- mación y se inspirase en el mundo religioso
brarlo explícitamente, el Manual de Epicteto; fenicio, semita y oriental, sino de que el propio
I
y, entre los musulmanes, al-Razt, Miskaway, contenido del estoicismo posterior conservase
Qusta ibn Lüqa, al-Qifti e Ishaq ibn HUl)ayn, en su mismo núcleo ese fondo oriental y semita
entreotros, portadores todos ellos de elementos de origen que lo hacía totalmente distinto al
estoicos.Encambio,elcaso delcordobés Séneca cientificista y racionalista griego. Ello explica-
es más complejo, puesto que este autor era, al ría, sin necesidad de acudir directa y exclusi-
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de los orientales y privativos de la España Ante todo, comenzando con la idea de sabio
preislámica,el acceso del senequismoespa- de la literatura andalusí, podemos decir que ya
ñol al acervo cultural islámiconos sería más no se trata de la lejána e inaccesible de gran
fácil. Son proyectosde investigaci6nque no parte de la filosofía griega, atribuíble sólo a los
pasan de ahí, y que nos indicanque aún que- dioses, quedando reservada al hombre sólo la
da muchopor hacer en el caminoiniciado. modesta tarea del filosofar, como decía Platón
Estamos en una línea similar a lo que ocunirá por boca de Sócrates cuando en el Fedro (278
con la mística: sofismo, qabbala y mística cris- d3) afirmaba que llamar al hombre "sabio me
tiana del Siglo de Oro español, tendrán puntos parece, Fedro, demasiado grande, y adecuado
de una tan sorprendente coincidencia que se ha sólo a la divinidad. Pero el de filósofo (amigo
pensado, y no sin razón, en un influjo de aqué- de la sabiduría) o algún otro por el estilo, le iría
llos sobre san Juan de la Cruz, santa Teresa, san mejor, y no desentonaría tanto". Por el contra-
rio, los estoicos, según Diógenes Laercio (VII,
Ignacio de Loyola y otros (Lomba Fuentes,
119), afirmaban que: "Los sabios son divinos;
"Qabbala, sofismo..."). Pero malamente hubie-
porque tienen en sí algo divino". Y Séneca
ran podido influir si previamente no hubiera un (Epistolae morales ad Lucilium, XCII,xxx), por
fondo común semita, o al menos oriental, en las su parte, se expresaba de modo similar: "Mas si
tres religiones que, a la hora de alcanzar la alguno hay en cuyo cuerpo imperen la virtud y
intuición y unión extática con la divinidad, el ánimo, este tal iguala a los dioses". I y "Entre
llevase a los mismos resultados y el caso de la los varones buenos y los dioses hay amistad
mística a que aludo no es ajeno en absoluto al contraída por la virtud. ¡Quédigo amistad! Hay
estoicismo de que me estoy ocupando. Tam- parentesco y semejanza" (Séneca, Dialogorum
bién este campo, tanto en el estadio previo de libri duodecim. 1, De providentia, 1,5). Esta-
ascética, como en el de la unión mística, están mos ante el concepto de hikma (sabiduría)
impregnadosde estoicismoy senequismo,como árabe coránica y de su correlativa hokmá bíbli-
tendré luego ocasión de sugerir. ca, mucho más depurada y cargada de sentido
Quisiera apuntar ahora, sólo a título de indi- religioso que la CJoepíagriega.
cativo, algunos temas concretos que salen a Los textos andalusíes que se podrían aducir
cadapaso en la espiritualidad y filosofía moral en este mismo sentido seríancasi infinitos. Bas-
andalusíes que denotan la huella estoica y, en ten algunos de muestra, tanto más significa-
especial,la senequista, dentro de los límites que tivos, cuanto que proceden del primer autor que
vengo marcando desde el comienzo. Con ello se alínea en la más estricta intelectualidad aris-
subrayaréalgo en lo que no se hareparado hasta tótelica, el zaragozano Ibn Biyya, Avempace
ahora lo suficiente y que, por un lado, servirá (ca.1070-1138),quiendiceen sutadbtral-muta-
para enriquecer nuestro conocimiento del wahhid, El Régimen del Solitario,2 que:
medievo andalusí y cristiano y, por .otro, nos
comprometerá a seguir por este camino de I Empleo la edición de Haase, Séneca. Hay traducciones
españolas, como, por ejemplo, la de J. Azagra.
investigación,tan oscuro como apenas explo- 2 Avempace,El régimen del solitario. En adelante, con-
rado. servaré la paginación de las traducciones publicadas por
,.
con la corporeidadel hombre existe, por la bre y que hace pactos con él, para salvarle. La
espiritualidad,es más noble; por la intelec- moira, anagke y fatum griego y latino que
tualidad es un ser divino y perfecto. Así actúan caprichosa, ciegamente, han sido substi-
pues, el que tiene sabiduría,(hikma)es nece- tuídos por una providentia cuya coherencia
sariamenteun ser perfecto y divino. A éste lógica y sabia dirección existe, la comprenda o
[...] en verdad [se le puede aplicar en ese no la razón limitada del hombre.
momentoel calificativo]de únicamentedivi-
no, desapareciendode él las cualidadessen- Resulta significativo el canto queeljudío Ibn
sibles caducas, así como las espiritualesele- Gabirol (ea. 1020-ca. 1050/1059), malagueño
vadas pues s610le cuadraentonces el [nom- avecindado en Zaragoza, eleva al creador en su
bre] de simplementedivino. Keter Malküt, Corona Real, concibiéndolo de
este modo, como sabio. De su sabiduría depen-
Y, en la mismaobra, hace un elocuenteelogio
de su voluntad y omnipotencia. No es un Dios
de la sabiduría,en los siguientestérminos:
arbitrario y ciego en su obrar, sino sabiamente
la sabiduría(hikma)es el estadomás perfec- libre, conscientemente operativo. Por eso Dios
to de las formashumanas,salvopara quienes es fuente de vida, que no en vano se llama así
no la conocen,puespara éstos es únicamente el gran tratado filosófico de Ibn Gabirol, Yanbii
una de tantas cualidades espirituales. Buen al-hayat, traducido al hebreo con el título de
ejemplode ello es el rango que ocupa entre
Mekor Hayyim y al latín con el Fons Vitae.
el vulgo (pág.95).
Este ideal de sabiduría se encuadra dentro de Tú eres sabio y la sabiduría es fuente de vida que de Ti
mana; y es estulto todo hombre para comprender
un marco religioso en el que Dios es concebido, tu sabiduría.
por un lado, más que como libertad arbitraria, Tú eres sabio y anterior a toda cosa antigua y la sabi-
como razón y sabiduría, y, por otro, siendo a la duría fuera manera de artífice a tu lado.
vez trascendente al mundo e inmanente al Tú eres sabio y no has aprendido de otro fuera de Ti
mismo por su omnipresencia. El semitismo nos y de extraño no has adquirido sabiduría.
Tú eres sabio y de tu sabiduría has derivado una Volun-
enseña desde los libros sapienciales de la Bi-
tad determinada, semejante a un obrero y artista.
blia, desde el Nuevo Testamento y desde el Al deducir la materia de la nada, a la manera como di-
Corán que Dios es lo oculto e inaccesible, lo mana la luz que del ojo sale.
distinto por completo del universo por Él crea- y ella extrajo sin pozal, de la fuente de la luz, y ha he-
do con sabiduría, pero, a la vez, el Dios cercano cho toda cosa sin necesidad de instrumento y ha
que dialoga razonable, sabiamente con el hom- . cortado, ha purificado y ha esclarecido.
Llamó a la nada y ésta hendióse; al ser y erigiose; al
mundo y expandióse (Keter Malküt, 207).
Asín Palacios. Sin embargo. presentaré mi propia tra-
ducción que, siendo fiel al original árabe, y respetando
la del insigne maestro Asín. resulta más actualizada y se Como consecuencia de lo dicho, la sabiduría
acomoda más al contexto de lo que expongo. Tanto en humana tiene dos dimensiones, ambas de indu-
estos textos como en otros, traducidos del árabe, pondré dable estilo estoico y senequista. Una, el valor
entre corchetes las palabras o frases que no están en el
original pero que añado para mayor claridad de la ver- extraordinario que se le da a la razón en el orden
sión española. moral, al modo del A.óyocrTtYEj.1ov1Xóvestoi-
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co. Baste recordar los elogios que de la razón peciales. Por la razón también se nos aclara
humana hace Ibn Gabirol en su Kit7lbisll1hal- el Libro verdadero de Dios por el que se
ajlaq, Libro de la correcciónde los caracteres, revelóa su Enviado,la paz sea con él, el cual
nos explicó a Dios mediante esta Escritura.
o simplemente La corrección de los caracteres, Según sea la mente y discernimiento del
o los del también judío zaragozano Ibn Paqüda hombre, así sobrevendráel juicio y estima-
(fl. 1080) en su Kitab al-hidllya Uajara'id al- ción de Dios, ensalzadosea; y quien pierde
qulüb, Libro de la dirección hacia los deberes su razónpierde todas las excelenciaspropias
de los corazones, muy similares a los que el del hombre,así como sus deberes,premiosy
médico persa al-Razt (ea. 864-925) el Alrazes castigos. De entre las virtualidadesde la ra-
de los latinos, hace en su libro al-tibb al-rühant, zón se encuentra el que con ella capta el
hombre todos los perceptibles, tanto sensi-
La medicina espiritual, obra que, por cierto, bles como inteligibles,pudiendover con ella
contiene multitud de elementos estoicos y que lo que está lejos de los sentidos corporales,
influyó poderosamente en la filosofía andalusí. como la huida de las sombras o el impacto
Así Ibn Gabirol (La corrección de los caracte- de una sola gota de agua sobre la dura pie-
res, 122) dice: dra. Con la razón distingue el hombre entre
la verdad y la falsedad, entre la virtud y el
Debo dar las gracias al que otorga graciosa- vicio, entre el bien y el mal, entre lo bello y
mente la razón [al hombre].Con Él venceré, lo feo, entre lo necesario, 10 posible y lo
a Él dirigirémis alabanzaspor su gloria,con imposible.Gracias a ella somete a las demás
Él me defenderé de aquellos [que obran especies animales para sacarles provecho.
mal], a Él alabaré pues Él es Señor de la Con la razón conoce también las posiciones
alabanza,el dignode ella y el que la merece. de las estrellas, su distancia de la tierra, los
movimientosde sus órbitas, las relacionesy
E Ibn Paquda (Deberesde loscorazones,preám- proporcionesgeométricas,las formas de de-
bulo) se expresa así: mostraciónlógica y el resto de las cienciasy
artes, cuya enumeración se prolongaría de-
En cuantoa la cualidadque nos ha tocadoen masiado.
suerte y que se refiere a la razón, digo que
son muchas sus ventajas,por cuantopor ella Pero es, de nuevo, el texto de Ibn Gabirol (p.
podemosdemostrarque tenemosun Creador, 87), en La corrección de los caracteres, donde
Sabio, Único, Señor, Inmutable,Eterno, Po- expresa su concepto de sabiduría aunándose
deroso, al que no rodea ni tiempo ni lugar íntimamente la razón y las virtudes morales:
alguno,que está por encima de las posibili-
dades creadas y más allá de la imaginación Se le preguntó a un sabio qué era la inteli-
de cualquierser, que es misericordioso,no- gencia y respondióque la cordura. [De nue-
ble, Liberal, al cual nada se puede comparar vo] se le preguntóen qué consistíala cordura
ni Él puede ser comparadocon nada. Tam- y respondióque en la inteligencia.Así pues,
bién sabemosque la sabiduría,poder y mise- este carácter, aunquecoincidecon la idea de
ricordiade Dios están inundandoel mundoy la humildad y se ajusta a ella, sin embargo,
que,por lo tanto,estamosobligadosa obede- es más noble de rango, pues es compañero
cede y a servide, pues Dios es digno de ello de la inteligencia.La nobleza [que tiene la
tanto por sus beneficiosgenerales como es- inteligencia] es evidente para todo el que
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tengajuicio, porquees ella la línea que sepa- Kitab al-aj/aqh wa-l-siyar, Libro de los carac-
ra al hombrede los animales,ya que con ella teres y la conducta, o simplemente Los carac-
somete [el hombre] su naturalezay reprime
sus pasiones.Con la razónconsigueel hom- teresy la conducta (Sentencias 54 y 55), de que
bre el beneficio de las ciencias,llega al co- la sabiduría a veces está en la gente iletrada y la
nocimientode las verdadesde las cosas, lo- necedad en el hombre culto, recuerda aquellos
gra reconocerla unidad de su Señor y alcan- que sepregunta Séneca (Epístola 32,88): "¿Por
za un gran parecido con la manerade ser de qué no he de considerar sabio a quien ignora las
los ángeles. Así pues, ya que este noble letras, si no está en ellas la sabiduría?" En el"
[caracter de la razón] tiene una forma tan
fondo, late, sin la menor sombra de duda, en
honorable,es necesarioque su similar,es de-
cir, la cordura,sea próximaa ella [en noble- todos los autores andalusíes, una idea clave en
za]. Prueba de este parentesco[entrelos dos el estoicismo: la de que la verdadera sabiduría
caracteres]es que no verás nunca a uno que abarca tanto lo divino como lo humano, lo
sea cuerdo,que esté desprovistode razóny a mismo lo teórico que lo práctico de la moral,
un inteligente sin cultura. Por consiguiente, ideas todas que Séneca expresa en algunas de
estando así las cosas, convieneque el hom- sus cartas como, por ejemplo, en la 16 y la 17.
bre se entreguecon todo interésen grabaren
sí mismo este carácter [que posee esta] tan Una de las funciones más importantes que la
admirabley grandiosamanera de ser. Debe literatura andalusí da a la razón en el mundo
preferirloa todas sus otras cualidadesnatura- moral es la misma que en la Estoa y Séneca. En
les y darle mayor valor que a todos los de- efecto: la virtud no consiste en que la razón
más caracteres, puesto que con él llegará a establezca la armonía de las tres partes del
muchasvirtudes,quedandoescondidostodos alma, al modo como se hace en el Filebo,
los vicios.
República y Leyes de Platón, ni en que halle el
La otra dimensión de la sabiduría y razón ténnino medio entre los extremos, al estilo de
humanas es su procedencia divina: se trata de las Éticas de Aristóteles, sino en que la razón
un don que Dios da gratuitamente al hombre, tal domine, de modo absoluto, el mundo pasional,
como lo afinnan taxativamente, por ejemplo, al modo de Zenón y Séneca, para quienes la
Ibn Hazm (994-1063) (Los caracteres y la pasión es una OPJlTl1tA.eová~ovcra,una ten-
conducta, sentencias 41, 51 y235), Ibn Gabirol dencia exorbitante, una pasión desbordada,
(La correcciónde los caracteresy selección de OPJlllaAo)'O<;,o tendencia irracional o una
perlas), Ibn Paquda(Los deberes de los corazo- perturbatio del orden racional. En este punto
nes), Mose Sefardí (ea. 1062-después de 1121) coinciden todos los autores andalusíes, tanto
eljudío converso oscense que adoptó el nombre musulmanes como judíos. Para confinnarlo,
de Pedro Alfonso (Disciplina clericalis) y baste leer, por ejemplo, los dos libros de Ibn
Avempace(Carta del adiós). Todo lo cual no Gabirol: Mujtar al-yawahir, Selección de per-
quiere decir, en absoluto, que sabiduría-razón las, y La corrección de los caracteres, Los
equivalgan solamente a estudio y conocimiento deberes de los corazones de Ibn Paqiida (sobre
científico, a la manera aristotélica. La afinna- todo el capítulo V, artículo 5); la obra entera de
ción por ejemplo, del cordobés Ibn Hazm en su Avempace; y, curiosamente, Tawqal-hamama,
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El col/ar de la paloma de Ibn Hazm, en el que interiores y exteriores, deberes del cuerpo y que
el autor, tras hablar largo y tendido del amor en se ven y deberes de la conciencia íntima que
todas sus facetas y matices, elogiándolo en el sólo Dios y el individuo conocen, dando la
más puro estilo del Banquete platónico, termi- primacía a estos últimos en cuanto que son la
na con un elogio sin paliativos de la castidad y raíz de la bondad o maldad de los externos,
del dominio racional de la pasión amorosa. según la intención o grado de libertad y con-
Por otro lado, llama poderosamente la aten- ciencia que se ponga. La obra entera de Los
ción en la literatura moral andalusí, la concep- deberes de los corazones no es sino un esfuerzo
ción interiorista y personal de la moral, a la extremo por centrar la religiosidad y la moral
manera como lo propugnó el estoicismo, y más en la personalidad interior, y en la conciencia y
en concreto Séneca. Recordemos que, según razón por debajo de cualquier legalismo y
Pohlenz (Stoa und Semitismus, 268) la idea del normativa externa. Incluso llega a decir que
Ka~Kov (lo que se debe, el deber), yque en el hallé que todos [estosdeberes de los corazo-
al-Andalus adoptará la forma del wll~ib y del nes] son fundamentales,de tal manera que,
¡afid, es de importación semita, o al menos cuando desaparecen,desaparece también la
oriental, pudiéndoselo definir asícon Diógenes obligatoriedadde los deberes de los miem-
Laercio (VII,108) "son deberes (Ka1}TÍKOVta) bros externos.
aquellas cosas que la razón (AÓYOcr) escoge Y, por si cupiera alguna duda de la extensión
para hacerlas". Esto supone la puesta en primer de esta idea en al-Andalus, recordemos aquella
plano, no ya sólo de la razón sino de la afmnación tajante de Avempace en El régimen
intencionalidad que se pone en los actos, de la del solitario (p. 10):
libertad interior y de la causalidad eficiente de
la conciencia moral. Ésta es precisamente la Las acciones propiamentehumanas son las
hechas con libertad y todo lo que realiza el
novedad que trae el Pórtico desde Oriente a la hombre con libertad es acción humana,sien-
moral griega incluída la aristotélica y platónica, do acciónhumanala que se lleva a cabo con
y que lleva a Séneca (Ep(stolas,45) a polemizar libertad. Y entiendo por voluntad, la volun-
los peripatéticos, con lo cual, el círculo se tad que nace de la reflexión.
habría cerrado: la idea de deber interior, de con-
ciencia personal, extraída de la sabiduría orien- El tema de la intencionalidad que se pone en
tal, habría rebrotado con toda su fuerza en el el acto moral y que lo convierte en hasan o radi'
mundo semita musulmán y judío -por no (términos equivalentes respectivamente a
hablar del cristiano- occidental y andalusí. a:ya1}ócry KaKócr,bueno y malo), será central
Porque el hecho es bien claro en todos los en la especulación moral andalusí bajo la forma
autopresde al-Andalus. Basterecordar unejem- del ijlas (purificación de la intención en nues-
plo por demás evidente: el de Ibn Paquda y su tros actos), por ejemplo en Los deberes de los
libro Los deberes de los corazones. Esta obra corazonesdelbn Paquda (capítulo V) que ten-
gira precisamente en torno a la distinción, bien drá su correspondencia casi literal en La noche
clara en la Estoa y en Séneca, entre bienes oscura del alma (3,27,4) de san Juan de la Cruz,
,..
y en los Ejercicios espirituales y en las Cons- uno le gustela hermosuray el que el amor se
tituciones (n. 288) de la Compañía de Jesús de apoderede uno, cosa natural es, que no está
san Ignacio de Loyola. mandadani vedada,porquelos corazoneses-
Tras esta intencionalidad se halla la famosa tán en manos de Aquel que los gobierna y
distinción estoica entre actos buenos, malos e sólo están obligados a conocer y percibir la
diferenciaque hay entre lo que es pecado y
indiferentes (ayatkk, JeaJeá,aouicl>opa),sien- lo que no lo es.
doprecisamente ella, la intención, la que decide
la moralidad de los últimos: un acto que obje- Algo que salta a la vista en la literatura moral
tivamente no es ni bueno ni malo, puede con- andalusí es la indiferencia (ahora en otro senti-
vertirse en virtuoso o pecaminoso según la in- do), desapego y desprecio del mundo y de las
tención que se ponga en su realización. cosas de esta vida, en el más depurado estilo
Todo este planteamiento se encuentra con estoico. Sólo dos textos a modo de ejemplo,
frecuencia en la literatura andalusí, uno de especialmente significativos. Uno es de Ibn
cuyos pasajes más significativos tal vez sea el Hazm (Los caracteres y la conducta, sentencia
de Ibn Paquda en Los deberes de los corazones 212, p. 100).
(Cap. m, art., 4) donde dedica un artículo a Aunque no hubiese más razones para despre-
discutir este tema, demostrando tal vez en él un ciar las cosas de este mundo que la sola con-
buen conocimiento de la moral estoica, a partir sideración de que el hombre, todas las no-
del siguiente principio: ches, al dormirse, olvida cuantas cosas le
preocupaban o anhelaba conseguir o deseaba
La Ley divide los actos de los hombres en evitar durante la vigilia, de tal modo, que en
tres clases: mandatos,prohibicionesy actos ese estado lo verás que ya no se acuerda ni
permitidos [que ni están mandadosni prohi- de hijos, ni de mujer, ni de honores, ni de
bidos] [...] Los actos permitidos [que ni es- falta de prestigio social, ni de obtener cargos
tán mandadosni prohibidos]se dividen, [así polfticos, ni de perderlos, ni de ser rico, ni de
mismo],en tres clases, según el justo medio,
ser pobre, ni de sufrir calamidades, bastaría
el excesoy el defecto. este sólo hecho como exhortación decisiva
para todo el que tuviese uso de razón,
E Ibn Hazm, tan estricto en sus concepciones
jurídicas zahiríes, pero también tan influido en lo cual, probablemente, nos recuerde toda la
todo por el estoicismo, deja, en El collar de la concepción del mundo y de la vida como sueño,
paloma (147), el tema del amor, como moral- a la manera calderoniana. El otro texto, es de
mente indiferente, en manos de la intencio- Ibn Paquda (Los deberes de los corazones, cap.
nalidad del que lo ejercita: IV, art. 4) :
Al musulmándebe bastarleel abstenersede Son tambiénsignos de estar en este elevado
las cosas vedadaspor Dios, Honradoy Pode- rango(de perfección):el preferirla muertees-
roso, que puede cometer en uso de su libre tando sometidosa Dios, a la vida de insumi-
albedrío,y de las que se le ha de pedir cuen- sión; el elegir la pobrezasobre la riqueza,la
tas el día de la resurrección;mas el que a enfermedada la salud,la desgraciaal bienes-
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tal"; el entregarse totalmente a los decretos de alumbró Dios mi razón para que conociese
Dios, contentándose con lo que Él quiere, este importantesecreto, traté de averiguarel
lo cual coincide casi literalmente con el místico método seguro de llegar realmente a des-
echar toda preocupación, a conseguir ese
sadilí Ibn al-' Abbad de Ronda3remitiéndonos, propósito que unánimemente forman todos
además, ambos al Siglo de Oro español, con- los humanos,necios y sabios, santos y mal-
cretamente a textos casi idénticos de san Juan vados, y encontré que este método no era
de la Cruz y san Ignacio de Loyola.4 otro, sino dirigirse hacia Dios con obras úti-
Que al lado de esta indiferencia estoica se les para la vida futura.
halle también otro concepto central en el Pór- Avempace, en la risala al-wadá', Carta del
tico, cual es la (ita.pa.~ía. o tranquilidad e adiós (p. 83), dice, hablando de la suma perfec-
impertubabilidad del espíritu, es evidente. Un
ción mística-intelectual del hombre, 10siguien-
ejemplo claro por demás: Ibn Hazm, al comien- te, con una tenninología técnica cercana al aris-
zo de su libro Los caracteres y la conducta totelismo:
(sentencias 5 y 6, p.4), se hace el siguiente
planteamiento como punto de partida del libro: Has de saber, además, que el hombre que
llega a alcanzar ese grado [último], se en-
Yo he buscado con empeño un fin de las cuentra ya en un estado en el que ni la natu-
acciones humanas que todos los hombres raleza le combate ni el alma animal discute
juzgasen unánimementecomo bueno y que con él [oo.] Es un estadoinefebleen el que
todos apetecierany no encontrésino uno tan sobrepasa al humano lenguaje por su grande-
solo: el fin de evitar la preocupación[oo.] En za, su nobleza, su hermosura y aún por el
cambio, cualquier ~tro fin distinto de éste, deleite que produce. Y ello es así, porque el
no merece ya el mismounánimey favorable dolor viene solamente de la naturaleza y el
juicio de los hombres [oo.] Después de que en placer procede del alma, sólo que el alma
mi alma se grabó esta verdad sublime y se
me descubrió este admirable misterio y
pertenecientes al llamado "Principio y Fundamento":
"Por lo cual es menester hacemos indiferentes a todas
3 Asín Palacios, Un precursor hispanomusulmán de san
las cosas criadas, en todo lo que es concedido a la liber-
Juan de la Cruz, dice de este autor sadili de al-Andalus:
tad de nuestro libre albedrío y no le está prohibido; en
"Ibn .Abbad fonnula una especie de tabla de preferen-
tal manera que no queramos de nuestra parte más salud
cias, que el alma debe adoptar, en la cual se agotan las
que enfennedad, riqueza que pobreza, honor que desho-
categorías de la prosperidad y adversidad. El que aspire
nor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo
a la perfección debe preferir la pobreza a la riqueza, el demás; solamente deseando y eligiendo lo que más nos
hambre a la hartura, lo bajo a lo alto, la vileza a la noble- conduce para el fin que somos criados". El otro texto es
za, la humillación a la honra, la tristeza a la alegría, la en- de Ibn Paquda, del cap. cuarto, artículo cuarto de Los
fennedad a la salud y la muerte a la vida. La coincidencia deberes de los corazones: "Son también signos de estar
es tan sorprendente, que hasta el número de las categorías en este elevado rango [de perfección]: el preferir la
afecta, si bien son las de Ibn .Abbad más precisas e muerte estando sometidos a Dios, a la vida de insu-
irreductibles entre sí que las de san Juan de la Cruz". misión; el elegir la pobreza sobre la riqueza, la enfer-
4 Resulta curioso cotejar los dos textos que a continuación medad a la salud, la desgracia al bienestar; el entregarse
voy a reproducir, elegidos un tanto al azar. Uno es de totalmente a los decretos de Dios, contentándose con lo
los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, que ~I quiere".
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el fIl6sofo musulmán de Guadix Ibn Tufayl (ca. quista en la literatura moral y espiritualidad
110-1185), en su Risala hayy ibn yaqzim ti andalusí, tanto judía como musulmana. Pero
asrar al-hikmat al-masriqiyya, conocida habi- resta aún una labor ingente de cotejo de textos,
tualmente como El fi/6sofo autodidacta. Am- de búsqueda de fuentes que, seguramente, ilu-
bos representan la apote6sis de la soledad del minaría por completo el panorama y daría
sabio que se aleja de la vida social sin pensar nuevos datos no s610 de la espiritualidad y
jamás en volver a ella para educar y reconducir fIlosofía andalusí sino de la cristiana posterior
a sus semejantes. En otro lugar he demostrado española y europea. Pero para ello, repito las
("Lectura de la ética griega...") que no se palabras del profesor G6mez Nogales con que
trataba en ninguno de los dos casos de una comencé este trabajo:
traici6n al pensamiento griego, concretamente
La investigaciónsobre el tema está todavía
al ~cOOV1tOA.1.tUCÓV
arist6telico, sino que preci-
en sus comienzos. Para llevarla a cabo de
samente era fiel al ideal de sabio tanto de Plat6n
una manera exhaustiva haría falta todo un
como del Estagirita, teniendo en cuenta, sobre equipo de investigadores que vaciase las
todo, que lo que Avempace e Ibn Tufayl busca- obras de fil6sofosárabes para obtenerlas ci-
ban era el logro personal e individual del des- tas necesarias.
tino intransferible de cada uno. Ahora añadiría
el componente estoico a que acabo de aludir y
que Séneca no se cansa de repetir (Ep(stolas,
BIBLIOGRAFíA:
cap. 10 Y51) en favor de la soledad. Detrás de
esta soledad, tanto estoico-senequista como
AMIN,UTMAN,Le stoi'cisme chez les arabes, El
andalusí está la distinci6n entre virtudes perso- Cairo, 1959.
nales y sociales y entre la sociedad perfecta,
"Le stoi'cisnie et la pensée islamique",
universal e ideal y la sociedad imperfecta, Bulletin of the Faculty of Arts, Cairo Univer-
individual y corrupta. Tanto unos como otros sity, 1955, 17, 79-97.
añoran la soledad porque están pensando más "Le stoi'cisme et la pensée musulmane",
en las virtudes personales que en las sociales y Revue Thomiste, 1959,59, 1, 79-97.
más en la ideal social cosmopolita (que en el "Stoic ethics in classical arabic culture",
Islam aparecerá bajo la forma de madfna fadlla, Actas del Quinto Congreso Internacional de
ciudad perfecta, a la manera de al-fiirabl, o de Filosofla Medieval, Madrid: 1979, vol.l, 89-
95.
umma o comunidad islámica universal) que en
la ciudad concreta e imperfecta. En tal caso, la ASINPALACIOS, M., "lbn Masarra y su escuela",
Obras escogidas, 1, Madrid, 1946.
soledadproclamadapor Avempacee IbnTufayl
, "Un precursor hispano musulmán de san
sería uno de los logros más depurados y positi- Juan de la Cruz", Obras escogidas, 1, Madrid,
vos dela moral andalusí, con notables paralelos 1946.
con el P6rtico y con Séneca. AVEMPACE, "Carta del adiós", Al-Andalus, trad.
Todo lo dicho no es más que una rápida y Asín Palacios, VIII, 1943, 1-87.
breve muestra de la presencia estoica y sene- , El régimen del solitario, Madrid, 1946.
MEDIEVALIA
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