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Índice
Primeros años
El Armisticio de Santa Ana
Independencia de Ecuador, Perú y Bolivia
Campaña del Ecuador
La batalla del Pichincha
La Capitulación de Pichincha Presidente de la República de Bolivia
Perú solicita ayuda a la Gran Colombia 29 de diciembre de 1825-18 de abril de 1828
Navidad negra. Masacre de civiles en Pasto. Predecesor Simón Bolívar
La batalla de Junín Sucesor José María Pérez de Urdininea
Sucre Jefe Militar Supremo
La batalla de Ayacucho
La capitulación de Ayacucho
Reconocimientos por la victoria de Ayacucho
Jefe Supremo Militar del Perú
El nacimiento de Bolivia 7 de junio de 1822-17 de julio de 1823
Entrada del Mariscal Sucre al Alto Perú
Congreso de Chuquisaca Predecesor José de la Riva Agüero
Declaración de la independencia de Bolivia Sucesor José Bernardo de Torre Tagle
Matrimonio y descendencia
Guerra de la Gran Colombia con el Perú
La batalla de Tarqui
El convenio de Girón y el tratado de Guayaquil Jefe Superior del Distrito del Sur de la Gran
Colombia
La Gran Colombia
Últimos días
1822-1823
Última carta a Bolívar Presidente Francisco de Paula Santander
Referencias Predecesor Cargo Creado
Bibliografía Melchor de Aymerich
Legado
Enlaces externos (Jefe Político Superior de la Provincia
de Quito)
Al frente de éstos se marchó al Alto Perú, donde, junto a los líderes libertarios,
fundó la República de Bolívar (después denominada República de Bolivia) en Pampa de la Quinua.
homenaje al Libertador, a quien encargó la redacción de su Constitución, la cual fue
promulgada en 1826 bajo la premisa de ser "la Constitución más liberal del mundo."
Al frente del Gobierno boliviano, Sucre promulgó leyes progresistas; ejecutó la división política del país de acuerdo a la Constitución
propuesta por Simón Bolívar; impulsó la instrucción pública; organizó el aparato administrativo; y, encaminó ambiciosos programas
para la recuperación económica. El 18 de abril de 1828, estalló un motín en Chuquisaca.9 El Mariscal Sucre fue herido de dos
balazos. Este incidente ocasionó que el Mariscal tomara la decisión de abandonar el cargo de Presidente de Bolivia para evitar
rencillas y contribuir a la pacificación de la República. La Asamblea local lo nombró presidente vitalicio, pero dimitió en 1828 a raíz
de los motines y la presión de los peruanos opuestos a la independencia boliviana. Se retiró entonces a Ecuador acompañado de su
hija María Teresa y de su esposa, Mariana Carcelén de Guevara y Larrea, Marquesa de Solanda y de Villarocha.
El 19 de agosto de 1821 se da la batalla de Yaguachi (o de Cone) entre tropas independentistas guayaquileñas de la División
Protectora de Quito y refuerzos grancolombianos, liderados por Sucre contra las tropas realistas del coronel Francisco González.
Sucre vence a los españoles y aseguró la independencia definitiva de laProvincia Libre de Guayaquil.
Las tropas de Sucre tras haber vencido en Yaguachi avanzan hacia Quito, los españoles al mando del mariscal de campo Melchor de
Aymerich los seguían de cerca y tomaron posiciones en un terreno llamado Huachi donde ya habían derrotado a fuerzas
guayaquileñas un año atrás. El 12 de septiembre de 1821, tras un breve contacto entre ambas fuerzas, los realistas intentaron huir. El
general José Mires permitió a los batallones Albión y Guayaquil perseguir a los realistas, pero estos fueron atacados por la caballería
e infantería realista que dio vuelta y cercó a los batallones patriotas. Con el ejército patriota en desorden y Sucre herido, los patriotas
se volvieron a Guayaquil, dejando en el campo de batalla a muchos hombres y pertrechos. Los realistas lograron salvar así Quito del
ataque de los independentistas.
Al haberse encontrado en un campo de batalla tan improbable, los dos comandantes no tuvieron otra opción más que enviar
gradualmente sus tropas a la batalla. Existía poco espacio para maniobrar en las empinadas laderas del Pichincha, entre profundos
barrancos y densos matorrales. Los hombres del Paya, tras recuperarse de la conmoción inicial, se reposicionaron bajo el fuego
enemigo, esperando la llegada del batallón Trujillo. El sobresaltado Sucre, que sólo esperaba que los españoles estuviesen más
cansados que sus propias tropas, envió al batallón Yaguachi, conformado por ecuatorianos. El batallón Alto Magdalena trató de hacer
un movimiento de flanqueo, pero sin éxito, pues el terreno no se lo permitió. Pronto, los batallones Paya, Trujillo y Yaguachi,
sufriendo muchas bajas y con pocas municiones, comenzaron a replegarse.12 Para entonces el destino de la batalla para los Patriotas
parecía depender del Albión, que transportaba las municiones tan necesarias; sin embargo, se desconocía su paradero. A medida que
pasaba el tiempo, los Realistas parecían ganar el control de la batalla. El Trujillo fue obligado a retroceder, mientras que el batallón
peruano Piura huyó antes de enfrentarse al enemigo. En medio de la desesperación, a los hombres de reserva del batallón Paya se les
ordenó cargar contra el enemigo con sus bayonetas. Ambos bandos sufrieron grandes bajas, pero la situación se estabilizó más o
menos para los Patriotas. A pesar de esto, Aymerich, como parte de su estrategia, durante el ascenso al Pichincha separó de su fuerza
principal al batallón Aragón, ordenándole avanzar hasta la cúspide del volcán, para así luego atacar a los Patriotas por la retaguardia,
rompiendo sus líneas en el momento adecuado.13 El Aragón era el mejor batallón del ejército realista; estaba formado por veteranos
españoles que habían actuado tanto en la Guerra de la Independencia Española como en otras batallas en América del Sur, y en ese
momento estaba más arriba de los Patriotas y listo para atacar. Afortunadamente para los Patriotas, cuando el Aragón iba a cargar
sobre la decaída línea Patriota, el Albión les detuvo en seco, al entrar en la batalla de forma imprevista. Así, el Albión consiguió
avanzar a una posición más alta que la de los españoles. Pronto se unió a la batalla el Magdalena, y el Aragón, tras sufrir fuertes
bajas, se deshizo. Entonces el Magdalena avanzó hasta la línea Patriota para reemplazar al Paya, y cargó contra la línea Realista, que
acabó por romperse".14
A pesar de que en el contexto de las Guerras de Independencia de América la Batalla de Pichincha figura como un conflicto menor,
tanto en términos de su duración como del número de combatientes, sus consecuencias fueron bastante significativas. El 25 de mayo
de 1822 Sucre entró con su ejército en la ciudad de Quito, donde aceptó la rendición de todas las tropas españolas establecidas en el
territorio que el gobierno de Colombia llamaba "Departamento de Quito", al considerarlo como parte integral de la República de
Colombia desde su creación el17 de diciembre de 1819.
Cuando Sucre recapturó Cuenca el 21 de febrero, obtuvo de su Consejo local un decreto en el cual se proclamaba la integración de su
ciudad y provincia a laRepública de Colombia. Entonces, con la rendición de Quito, que a su vez puso fin a la resistencia Realista en
la provincia norteña de Pasto, Bolívar pudo entrar en la ciudad, cosa que finalmente hizo el 16 de junio de 1822. Entre el entusiasmo
general de la población, la antigua Provincia de Quito se incorporó a la República de Colombia. Por su parte Guayaquil, que aún no
había decido su futuro, con la presencia tanto de Bolívar como del victorioso ejército Grancolombiano en su territorio, proclamó la
incorporación de Guayaquil a la Gran Colombia el13 de julio de 1822.15
La Capitulación de Pichincha
A las doce del día bajo un sol resplandeciente, los soldados de la libertad en la cima del Pichincha, a más de 3.000 metros de altura,
dieron el grito de victoria. La victoria fue de Sucre, y se completó con la capitulación que la autoridad patriota concedió al Mariscal
Aymerich el 25 de mayo del mismo año. Con las operaciones cuyas acciones finales se produjeron en las faldas del Pichincha y en la
ciudad de Quito, Sucre decidió a su favor la vacilante y delicada situación deGuayaquil; dio libertad al territorio que conforma hoy la
República de Ecuador, y facilitó su incorporación a la Gran Colombia.16 El 18 de junio de ese año, Bolívar le asciende a general de
división y le nombra intendente del departamento de Quito. Al frente de los destinos de Ecuador desarrolla una positiva obra de
progreso: funda la Corte de Justicia de Cuenca y en Quito el primer periódico republicano de la época: "El Monitor". Instala en esa
ciudad la Sociedad Económica. De su actividad personal es buena prueba que, el 6 de septiembre de 1822 expidió y firmó en Quito
17 18
52 comunicaciones. Interesado por la educación puede afirmar que halló en Cuenca 7 escuelas y dejó 20.
Perú solicita ayuda a la Gran Colombia
Tras la retirada de José de San Martín, el Congreso Constituyente nombró al presidente
de la Junta de Gobierno al general José de La Mar. Este comprometió buena parte del
ejército en campañas ambiciosas que fracasaron en las batallas de Tarata y Moquegua,
dejando al gobierno peruano en una delicada condición militar. Las derrotas militares y
las pugnas políticas entre los patriotas peruanos debilitaron las fuerzas independentistas
peruanas. El gobierno de Riva Agüero fue presionado por la opinión pública para que
solicitara la intervención de Bolívar. El Libertador, que se encontraba en Guayaquil
La capitulación de la batalla de
vigilando los acontecimientos en Perú, envió a las primeras solicitudes peruanas los
Pichincha, óleo sobre lienzo de
6000 hombres que ya tenía preparados en Ecuador en dos expediciones sucesivas de Antonio Salas.
3000 hombres, con el general Sucre al mando de las fuerzas y encargado de negociar
con el Perú los términos en que LaGran Colombia intervendría en la guerra.
La batalla de Junín
La batalla de Junín, fue uno de los últimos enfrentamientos, que
sostuvieron los ejércitos realistas e independentistas, en el proceso de
la independencia del Perú. La batalla se desarrolló en la pampa de
Junín en el actual departamento de Junín, el 6 de agosto de 1824; la
victoria de los independentistas, aumentó la moral de las tropas
independentistas. En 1824 los realistas mantenían en su poder la
sierra central y el Alto Perú (hoy Bolivia). Simón Bolívar, Libertador
y Presidente de la Gran Colombia continuó la guerra de
emancipación con el Perú. Bolívar tenía un ejército de 8000 hombres,
equivalente en número al realista, pero las fuerzas realistas estaban
dispersas entre el valle del Mantaro y Alto Perú. Esto fue debido a la Batalla de Junín, óleo sobre lienzo.
sublevación en el Alto Perú del General realista Olañeta que fracturó
la defensa del virreinato y obligó al virrey a mandar sobre el Alto
Perú parte importante de sus ejércitos, unos 5000 regulares, bajo el mando de Jerónimo Valdez que tenían su base en Puno. Bolívar
conocedor de esta ventaja aprovechó la oportunidad para aislar a las solitarias fuerzas realistas situadas en el norte. En junio de 1824,
Bolívar enfila su ejército hacia la sierra central delPerú para enfrentarse con el general realistaJosé de Canterac.21
El Ejército Libertador contaba con seis mil gran colombianos y cuatro mil peruanos que tenían rumbo hacia el sur del continente. En
Junín, el 6 de agosto de 1824, chocan ambos ejércitos. No se disparó un sólo tiro. La lucha fue con espadas y lanzas. Junín se
convirtió en una gran victoria para el Libertador. El héroe chileno Bernardo O’Higgins había cruzado las cordilleras para acompañar
a Simón Bolívar y a Sucre en aquel decisivo encuentro. Mientras las tropas grancolombianas desembarcaban en el puerto de El
Callao bajo el mando del general Antonio José de Sucre, el general Andrés de Santa Cruz, que hasta poco tiempo antes había luchado
en las filas realistas, llegó a compartir las ideas libertarias de José de San Martín y fue enviado a engrosar las tropas de Sucre,
iniciando su marcha hacia el Alto Perú. En agosto de 1823 ingresó en la ciudad de La Paz, y forzado a librar combate, Santa Cruz
sale victorioso en la batalla de Zepita contra una división del general Valdéz, el 25 de agosto de 1823.22
El panorama no podía ser más sombrío para los patriotas. La independencia del Perú no estaba consolidada, ya que el 29 de febrero
de 1824 los realistas lograron ocupar nuevamente Lima. Pero esta vez, las conmociones políticas que vivía España influyeron
decididamente para el fraccionamiento de las tropas españolas en América. El general Pedro Antonio Olañeta, absolutista
recalcitrante, se rebeló contra el virreyLa Serna, que era de tendencialiberal y constitucionalista, porque le atribuía a este el deseo de
separarse de la monarquía para liberar a Perú del absolutismo que quería imponer Olañeta. Bolívar, encontró a los realistas divididos
y organizó prontamente un ejército formado por colombianos. La batalla de Junín del 6 de agosto de 1824 levantó la moral del
ejército patriota, fue decisiva en la siguiente batalla de Ayacucho. El general Sucre, que marchaba al frente de la infantería, cuando
llegó al campo de Junín escuchó los gritos de alegría por el triunfo. Todo el enfrentamiento duró aproximadamente cuarenta y cinco
minutos a una altura de 4100 metros sobre el nivel del mar. El triunfo en la Pampa de Junín haría renacer la moral entre el ejército
unido. Gracias a las lanzas de los llaneros Grancolombianos (Colombianos y Venezolanos), que brillaron en los nevados Andes
peruanos.23
"General Sucre... Diga usted Libertador... La oportunidad que yo esperaba se ha presentado. El general
español Pedro Olañeta y su ejército de cuatro mil hombres desconoce la autoridad del Virrey. Por mucho
tiempo Olañeta ha gobernado el alto Perú y resiente la autoridad de la Serna. Ya el Virrey no tiene doce mil
soldados, como tenía antes, sino apenas ocho mil, que luchan ahora contra los otros cuatro. ¡Llegó la
hora!." (Diálogo de Bolívar con Sucre antes de la Batalla).
La batalla de Ayacucho
La Batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento
dentro de las campañas terrestres de las Guerras de
Independencia Hispanoamericana (1809-1826). La batalla se
desarrolló en la Pampa de la Quinua en el departamento de
Ayacucho, Perú, el 9 de diciembre de 1824. La victoria de los
independentistas, significó la desaparición del último virreinato
que seguía en pie, el del Perú, y puso fin al dominio colonial
español en Sudamérica; se cerraba la Independencia del Perú (la Batalla de Ayacucho, óleo sobre lienzo de Martín
cual ya había sido declarada en Lima, el 28 de julio de 1821 por Tovar y Tovar.
José de San Martín). Así finalizaban las batallas de la
independencia del Perú, con una capitulación militar que se
transformaría años más tarde en tratado diplomático firmado en París el 14 de agosto de 1879. Antes del inicio de la batalla, el
general Antonio José de Sucre arengaba a sus tropas:
"¡Soldados!, de los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur; otro día de gloria va a coronar
vuestra admirable constancia. ¡Soldados!: ¡V
iva el Libertador! ¡Viva Bolívar, Salvador del Perú!."
La capitulación de Ayacucho
Es el tratado firmado por el jefe de estado mayor José de Canterac y
Sucre después de la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824.
Sus principales consecuencias fueron varias:
"Usted está llamado a los más altos destinos, y yo preveo que usted es
el rival de mi Gloria".
"El Congreso de Colombia hizo entonces a Sucre General en Jefe, y el Congreso de Perú le dio el grado de
Gran Mariscal de Ayacucho".
El nacimiento de Bolivia
Congreso de Chuquisaca
El 9 de febrero de 1825, el mariscal Antonio José de Sucre y Casimiro
Olañeta, abogado de Chuquisaca y sobrino del mencionado general,
convocaron a todas las provincias altoperuanas para reunirse en un congreso
que debía decidir el destino de la nación.28
El Mariscal Sucre fue quien le dio a Bolivia su primera Constitución Política en 1826, quien organizó las instituciones estatales y
adoptó como sistema administrativo el modelo francés de los Departamentos en enero de 1826, que en ese tiempo eran solo cinco, y
quien, en resumen, trabajó afanosamente en el gobierno hasta el desespero cuando, en 1828, los descontentos capitalinos atentaron
contra su vida con móviles mezcla de desavenencias ideológicas y administrativas, celos y resentimientos, y en el que estaban
involucrados algunos ilustres como Olañeta y Lemoine. El atentado fue fallido, pero dejó al Mariscal herido en un brazo y
convencido de que más valía marcharse de ese antro de ingratitud. Pese a haber derramado su sangre por la independencia desde que
era un adolescente de quince años, de haber derrotado al último Virrey de América en Ayacucho, y al carácter vitalicio de la
presidencia que ejercía, cuando se marchaba de la capital fue abucheado por la población, incidente en el cual, se cuenta, la Coronela
Juana Azurduy de Padilla escupió en la cara a uno de los conspiradores, Casimiro Olañeta, para significar su disgusto con el trato que
le daban.
Matrimonio y descendencia
En carta que dirigió el 11 de octubre de 1825 a su amigo, el Coronel Vicente Aguirre, el Mariscal Sucre le solicitó que hiciera recoger
y educar a la niña Simona de Sucre Bravo, nacida el 16 de abril de 1822, quien era hija de Tomasa Bravo, una pareja sentimental de
Sucre, quien había muerto en esa época y del propio Mariscal, según afirmaba la madre. Los gastos de crianza y educación de
Simona correrían por cuenta del prócer. No se supo más del destino posterior de esta hija de Sucre.31 También el prócer mantuvo una
relación sentimental con Rosalía Cortés Silva, de la cual nació en La Paz el 15 de enero de 1826, su primer hijo, José María Sucre
Cortés. 32
El 20 de abril de 1828, pocos días después del incidente que casi acaba con su vida en
Bolivia, el Mariscal se casó por poder con la quiteña Mariana Carcelén de Guevara y
Larrea, marquesa de Solanda y Villarocha.33 La ceremonia se llevó a cabo en la iglesia
de El Sagrario de la ciudad de Quito, siendo Sucre representado por su amigo el coronel
Vicente Aguirre, mientras que los padrinos de la boda fueron los marqueses de San José:
Manuel de Larrea y Jijón y su esposa Rosa de Carrión y Velasco, que resultaban además
tíos maternos de la novia.33 Ese mismo año, el 7 de junio, en Chuquisaca, nació Pedro
32
Ceśar de Sucre y Rojas, fruto de otra relación de Sucre con María Manuela Rojas.
El mariscal Sucre y su esposa, la
El primer encuentro de la pareja ya como matrimonio se dio el domingo 28 de
marquesa quiteña Mariana
septiembre en la Hacienda Chisinche, propiedad rural de la Marquesa cerca de
Carcelén de Guevara.
Machachi, al sur de la capital, y que a futuro se convertiría en una de las favoritas del
Gran Mariscal.34 Al día siguiente se dirigieron a la ciudad de Quito, en donde Sucre
había adquirido previamente la Mansión Carcelén, que había pertenecido a su difunto suegro y a la que había ordenado varias
refacciones.34 Desde entonces la cotidianidad de la pareja transcurrió entre la mansión de Quito y las estadías temporales en el
Palacio de El Deán, en medio de un ambiente apacible y al margen de las intrigas políticas.35
El 10 de junio nació la única hija de la pareja, bautizada al día siguiente en la iglesia de El Sagrario con el nombre de Teresa en honor
a sus dos abuelas, los padrinos de la pequeña fueron el general Juan José Flores y su esposa Mercedes Jijón de Vivanco, esta última
resultaba además prima segunda de Mariana Carcelén.36 En una misiva posterior, Simón Bolívar le expresó su descontento a Sucre
por no haberlo escogido a él como padrino, por lo que se disculpó alegando que se trataba de una promesa previa que le había hecho
a Flores en el campo de batalla de Tarqui.36 Lamentablemente la niña no alcanzaría la edad adulta, pues dos años y medio más tarde,
37 38
ya cuando Sucre había fallecido, la niña murió de afecciones estomacales, una causa común entre los niños de la época.
Tras la independencia definitiva del Perú, el país estaba en buena parte bajo el protectorado de la Gran Colombia por órdenes de
Simón Bolívar, que controlaba estrechamente sus asuntos. Además, todavía estaba acantonada en Lima la 3ª División del ejército
grancolombiano que había colaborado en la independencia. Bolívar hubo de abandonar el Perú en 1826, para intentar solucionar los
graves problemas que se planteaban en la Gran Colombia.41 Este hecho fue aprovechado por destacados miembros del gobierno y el
ejército peruano para liberarse de la influencia colombiana, y poder incluir dentro del territorio nacional a la nueva República de
Bolivia (el antiguo Alto Perú), así como el departamento colombiano de Azuay (correspondiente a la actual parte meridional del
Ecuador, con capital en Cuenca), y la ciudad de Guayaquil, donde una parte influyente de la burguesía apoyaba su incorporación al
Perú. En junio de 1827 las elecciones legislativas proclamaron presidente del Perú al generalJosé de La Mar.42
Mientras tanto, Simón Bolívar estaba convencido de que el Perú estaba dispuesto a promover problemas, con el preciso objetivo de
anexarse la República de Bolivia, Guayaquil y posiblemente, más territorio grancolombiano. Existían también desacuerdos concretos
en cuanto a cuestiones fronterizas entre los dos países, el pago de 7 595 747 pesos, como deuda por la guerra de la emancipación, y la
entrega de los territorios peruanos de Tumbes, Jaén y Maynas. Las negociaciones diplomáticas con Bolívar fracasaron, y el 3 de julio
de 1828 la Gran Colombia le declaró la guerra al Perú. El 28 de noviembre de 1828 La Mar penetró en territorio grancolombiano y
ocupó gran parte del departamento de Azuay, La Mar ocupó también Guayaquil, evacuada por el almirante general grancolombiano
Juan Illingworth Hunt a la espera de refuerzos.43 Tras el bloqueo de Guayaquil, el Perú había ganado la guerra en el mar
.44
Ante la situación, el mariscal Sucre, entonces ya de vuelta a Quito tras renunciar a la
presidencia boliviana, concentró el ejército del Sur de la Gran Colombia cerca de
Cuenca para presionar a las tropas peruanas, que había sido ocupada el 10 de febrero
de 1829. Después de un breve encuentro cerca de la población de Saraguro, donde la
vanguardia grancolombiana derrotó a un destacamento peruano, el 27 de febrero
tuvo lugar el encuentro principal entre los dos ejércitos. Al ejército peruano lo
integraban 5000 soldados45 y al grancolombiano, 4200.46
La batalla de Tarqui
La batalla del Portete de Tarqui se libró el 27 de febrero de 1829 en el llamado
Portete de Tarqui, a pocos kilómetros de Cuenca, entre tropas de la Gran Colombia,
comandadas por Antonio José de Sucre, y tropas peruanas comandadas por José de
La Mar. El combate duró media hora, donde el ejército colombiano batió a las
fuerzas peruanas.47 La victoria grancolombiana se debió en buena parte al
enfrentamiento por separado contra cada batallón del ejército peruano, que en Monumento a Antonio José de Sucre
en el Panteón Nacional de
ningún momento actuó de forma unitaria y dejó sus batallones aislados los unos de
Venezuela.
los otros. El resultado de la batalla hizo que el general La Mar dispusiera el
repliegue del ejército hacia Girón.
Sucre, no satisfecho con este resultado, envía a un oficial de Estado Mayor, con el objeto de negociar con La Mar, siendo aceptado
por el presidente peruano y el 1 de marzo, en el campo de Girón, se firma el convenio de Girón que es ratificado por los generales
48
Flores y O'Leary, por parte de la Gran Colombia y Gamarra y Orbegoso, por parte del Perú.
Se reconocen por límites los mismos que tenían antes de su independencia los antiguos Virreinatos de Nueva
Granada y el Perú, con las variaciones que juzguen convenientes acordar entre sí.
Se debería nombrar una Comisión de dos personas por cada República para que recorrieran, rectificaran y fijasen la
línea divisoria, trabajos que se debían iniciar 40 días más tarde de haber sido ratificado el tratado por ambos países.
El trazo de la línea comenzaría en elrío Tumbes.49
El Perú conservaba Tumbes, Jaén y Maynas y la Gran Colombia conservaba Guayaquil. Es decir, se mantuvo el
statu previo al estallido de la guerra.50
La Gran Colombia
Después de que Sucre acudiera en ayuda de la Gran Colombia, marchó a Bogotá en un momento en que el país se encontraba ya en
proceso de desintegración, fundamentalmente por movimientos separatistas como el de la Cosiata en su natal Venezuela.51 En la
reforma constitucional de 1830 en la Gran Colombia, sus enemigos logran poner la norma que para ser presidente o vicepresidente se
debían tener 40 años (Sucre tenía 35). Y también es muy probable que esto haya sido la causa de su asesinato. Con Sucre vivo,
continuaría la visión política de Bolívar y la unidad de la Gran Colombia. Simón Bolívar, el cual describió la grandeza de Sucre con
una biografía en la cual quedan plasmadas citas como ésta:
El General Sucre es el Padre de Ayacucho: es el redentor de los hijos del Sol; es el que ha roto las cadenas
con que envolvió Pizarro el imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en el
Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco-Capac y contemplando las
52
cadenas del Perú rotas por su espada.52
Últimos días
Sucre era conocido en el ejército con los apodos de “Mulei” o “Mulengue”,
alusión que hizo el general Luis Urdaneta, cuando escribió a Juan José Flores
desde Tocaima 19 días antes del asesinato: “... A García, el diputado por
Cuenca, le instruí de todo lo que debía decir a Ud. y ahora le añado que es
preciso que Ud. redoble su vigilancia con el M...”. Tres días antes de su
Mapa de la Gran Colombia. El Mariscal
muerte, el periódico "El Demócrata" de Bogotá publicó un artículo en el que se
Sucre compartía la visión política de
expresaba: “Acabamos de saber con asombro, por cartas que hemos recibido Bolívar y la unidad de la"Patria Grande".
por el correo del Sur, que el general Antonio José de Sucre ha salido de
Bogotá... Las Cartas del
Sur aseguran también
que ya este general
marchaba sobre la
provincia de Pasto para
atacarla; pero el
valeroso general José
María Obando, amigo y
sostenedor firme del
Gobierno y de la
libertad, corría
igualmente al encuentro La Muerte de Sucre enBerruecos (1895) obra de
de aquel caudillo y en Arturo Michelena.
auxilio de los
La quiteña Mariana Carcelén de
Guevara, esposa del Mariscal invencibles pastusos.
Sucre. Puede que Obando haga con Sucre lo que no hicimos con Bolívar
...”
De lo anterior, se deduce que el asesinato del Mariscal Sucre fue planificado y ejecutado
en las Montañas de Berruecos - Arboleda (Nariño) cerca de Nariño. En el lugar del
crimen permaneció su cadáver por más de 24 horas hasta que los pobladores de las
localidades cercanas le dieron sepultura. Si el Mariscal Sucre se hubiese ido por
Buenaventura, allí lo esperaba el general Pedro Murgueitio para darle muerte; si optaba
por la vía de Panamá lo acechaba el general Tomás Herrera, y desde Neiva lo vigilaba el
general José Hilario López. El Libertador, Simón Bolívar, al saber del asesinato, expresó
en una carta: “...Yo pienso que la mira de este crimen ha sido privar a la patria de un
sucesor mío...¡Santo Dios! ¡Se ha derramado la sangre de Abel!... La bala cruel que le
hirió el corazón, mató aColombia y me quitó la vida".
Durante mucho tiempo se corrió la noticia de que fue el general Juan José Flores,
compatriota y compañero de gestas independentistas quien había ideado el crimen,
debido a la simpatía del pueblo quiteño al Mariscal y la posibilidad de éste, al radicarse
Estatua de Sucre en la localidad en Quito con su esposa y su hija, de convertirse en el primer presidente del Ecuador –
bogotana de Chapinero, obra de
como ocupó las presidencias de Bolivia y Perú–, cargo que ocupó Flores desde 1830.
Raoul Verlet.
Simón Bolívar le escribió una carta a la viuda de Sucre agradeciéndole el ofrecimiento
de conservar la espada de su esposo, el 5 de noviembre de 1830. De esta manera, ella
cumplió con una de las cláusulas del testamento de Sucre, sin embargo Bolívar en el suyo ordenó que la espada del prócer le fuese
devuelta a ella. Los restos del Mariscal Sucre fueron llevados aQuito por su esposa y mantenidos en secreto en elPalacio de El Deán,
una propiedad familiar ubicada en el Valle de los Chillos, en las afueras de Quito. En 1832 y cumpliendo la voluntad de Sucre, que
deseaba ser enterrado en la capital ecuatoriana, son depositados en secreto en el Convento del Carmen Bajo.
En 1900, durante la presidencia del general Eloy Alfaro, fueron llevados a la Catedral Metropolitana de Quito, donde ocupa una
capilla. Una anciana religiosa, que había escuchado de sus antecesoras la historia, relató al arzobispo de Quito, Federico González
Suárez, que la Marquesa de Solanda visitaba siempre el altar en donde fueron colocados los restos. Alertado el Gobierno, una junta
médica reconoció el esqueleto encontrado, y lo identificó por las heridas de bala en el cráneo y en brazo, producto del crimen de
Berruecos y la revuelta en Bolivia. Sin embargo no existe consenso respecto al paradero de los restos del Gran Mariscal ya que a
inicios del siglo XX, la primera mujer que ingresó a la Academia de Historia de Venezuela, Lucila Luciani afirmó en su texto
"Maravillosa historia de unos restos" la imposibilidad de que los restos del gran mariscal Antonio José Sucre estuvieran en Ecuador y
desglosó una serie de argumentos para afirmar que los restos aún estarían en Colombia.
El catafalco que contiene los restos del Gran Mariscal, está hecho de andesita del volcán Pichincha, y el mausoleo está decorado con
alegorías de la Independencia, La Libertad y la Victoria. El Gobierno venezolano donó una réplica de la espada del Libertador, que se
encuentra en la pared del mausoleo. Periódicamente, la Guardia de Granaderos de Tarqui, que custodia el cercano Palacio de
Gobierno, rinde honores a los héroes.
A.J. de Sucre
Varios años después, el investigador Jorge López Falcón encontró en la Biblioteca Nacional de Venezuela, un documento manuscrito
escrito en Bogotá el día 25 de mayo de 183031 que es otra carta que, en apariencia, dirigió a modo de despedida el Mariscal Sucre a
Simón Bolívar, cuyo texto es el siguiente:
Mi querido Bolívar:
De pronto partir para Quito donde está el reposo tan deseado y al alejarme de todas las luchas políticas,
quiero antes avisarle mi adiós y mi eterno cariño. Dios bien sabe cuánto hemos luchado por la libertad de
todas estas tierras y cuán mal nos han pagado. Sé que al alejarme no me guía ningún síntoma de cobardía y
de traición, sólo el gran amor y cariño a mi esposa e hija, las cuales hace mucho tiempo que no abrazo, me
obligan a ello y también para dejar el puesto a todos nuestros enemigos, que con sus apetitos y sus falacias
llevan la República al caos y a la ruina.
Allá, en el remanso de [palabra rota] da pu [palabra rota] la, en la belleza de mi [ilegible]. Sie[mpre
roto] [ten]drá usted, noble y viejo amigo un puesto de honor, y [palabra rota] no de quien lo quiere
de veras.
A.J. de Sucre
Sin embargo, el historiador Tomás Straka llamó la atención sobre tres aspectos de esta misiva: en primer lugar, la confianza con que
Sucre trató a Simón Bolívar a quien siempre llamó "Su Excelencia"; en segundo, el estilo de redacción inusual y en tercero, la propia
fecha del documento ya que, de haber sido escrito en la fecha declarada, no hubiera podido llegar el 4 de junio al sitio donde el prócer
fue asesinado, ya que solo se contaba con traslado a caballo, como único medio de transporte en esa época.
Predecesor: Sucesor:
Simón Bolívar José María Pérez de Urdininea
Presidente de Bolivia
1825 - 1828
Predecesor: Sucesor:
José de la Riva Agüero José Bernardo de Torre Tagle
Presidente de la República del Presidente de la República del
Perú Perú
Jefe Supremo Militar del Perú
1822 - 1823
Sucesor:
Predecesor: Gran Mariscal de Ayacucho
Mariana Carcelén de Guevara
Cargo creado 1825 - 1830
y Larrea53
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Legado
Misión Sucre
Satélite Sucre (VRSS-2)
Enlaces externos
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Antonio José de Sucreen el catálogo del Instituto Ibero-Americano de Patrimonio Cultural Prusiano
.
Gran Mariscal de Ayacucho
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