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¿QUÉ ES LA PERSONALIDAD?

La personalidad es un ordenamiento interior de tipo emotivo-conductual, que presentan todas


las personas y que se mantiene más o menos invariable a lo largo de su vida, permitiendo un
cierto margen de predictibilidad en el tiempo.

La personalidad es la responsable de que, ante estímulos semejantes, dos personas reaccionen


distinto, ya que poseen patrones actitudinales distintos, y sentimientos y pensamientos
diferentes.

La personalidad es un hecho psíquico dinámico, es decir, que se modifica en el tiempo y es


susceptible de concientización, que ha sido representado en la cultura como un sistema de
máscaras que emplea el individuo para lidiar con los distintos tipos de situaciones que se le
presentan.

CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONALIDAD

Origen

La palabra personalidad proviene del latín persona, nombre que en la antigüedad recibían las
máscaras empleadas por los actores durante sus representaciones.

También aparece como personalitas en los filósofos escolásticos, significando el conjunto de


rasgos que convertían a un individuo cualquiera en persona, es decir, en sujeto jurídico y
ciudadano.

La teoría de los cuatro humores

Hipócrates, en la antigüedad, postuló la teoría de que los cuatro elementos constitutivos de


la personalidad tenían que ver con la predominancia de cuatro sustancias o humores, a su vez
vinculados con cada uno de los cuatro elementos de la naturaleza y cada una de las cuatro
estaciones.

Esta teoría estuvo en vigencia durante siglos, prácticamente hasta el nacimiento de la


medicina moderna. De acuerdo a ella habría cuatro tipologías temperamentales:

Sanguíneo. Con predominancia de la sangre, vinculado con el aire y la primavera, se le


suponía amoroso, valiente, optimista, apasionado.
Colérico. Con predominancia de la bilis amarilla, vinculado con el fuego y el verano, era de
mal temperamento, fácilmente irritable.

Melancólico. Con predominancia de la bilis negra, vinculado con la tierra y el otoño, se le


suponía somnoliento, abatido, depresivo y contemplativo.

Flemático. Con predominancia de la flema, vinculado con el agua y el invierno, se le daba


por frío, cerebral e indiferente.

Las tres dimensiones de Eysenck

Buscando reducir los rasgos de la personalidad a su expresión más esencial, Hans Eysenck
propuso tres dimensiones o “superfactores” independientes en toda personalidad, que podrían
usarse como baremos para caracterizar la personalidad. Estas dimensiones son:

Neuroticismo. Involucra los rasgos de la timidez, la tristeza, la depresión, la culpa, la tensión,


el miedo, la vergüenza, la emotividad y la preocupación, cuyo eje común parece ser una
fuerte consciencia del yo.

Extraversión/Introversión. Sociabilidad, actividad, asertividad, dominancia,


despreocupación, osadía, rapidez, espontaneidad, o todo lo contrario. Su eje parece estar en
la relación con los demás.

Psicoticismo. Agresividad, impulsividad, hostilidad, crueldad, egocentrismo, rasgos que


parecen pulsionales e incluso viscerales.

Modelo de los 5 factores

Desarrollos posteriores heredaron las dimensiones de Eysenck y propusieron un modelo


basado en 5 grandes rasgos de la personalidad, a saber:

Extraversión (o introversión). Alta socialización, atrevimiento en situaciones sociales,


tendencia a evitar la soledad. Tiende a experimentar emociones positivas: satisfacción,
alegría, excitación. Posee una intensa relación con el entorno. Su opuesto, la introversión, es
idéntico pero del signo contrario en todo.

Apertura al cambio (o cerrazón). Curiosidad intelectual, exploración estética, gusto por las
experiencias interiores, independencia de juicio. Tiende a la originalidad, la conciencia de
las propias emociones y a ser altamente imaginativo. En el caso opuesto, se trata de lo
contrario: un talante menos sensible al arte, más conforme a la familiaridad y menos

Responsabilidad (o irresponsabilidad). Autocontrol, planificación, organización, todo


aquello que compone la voluntad de logro. Tiende a personalidades más concienzudas, más
voluntariosas y determinadas, y en su caso opuesto, tiende a valoraciones morales más laxas.

Amabilidad (o incordialidad). Docilidad, capacidad de entablar relaciones interpersonales


amistosas, confiabilidad, solidaridad. Su polo positivo tiende a una mayor conformidad y el
negativo a un pensamiento crítico.

Neuroticismo. Personalidades ansiosas, inestables, de mucha volubilidad emocional, con


altos contenidos de ansiedad y preocupaciones. Tiende a la baja tolerancia al estrés, poca
capacidad social, poca adaptabilidad.

Psicoanálisis

La doctrina creada por los estudios de Sigmund Freud, el psicoanálisis, supuso la


construcción de la personalidad humana a partir de elementos conscientes e inconscientes,
que estructuró en base a tres instancias psíquicas fundamentales:

Ello. Se trata de la materia psíquica informe: el conjunto de pulsiones regidas por el principio
del placer, de formación muy primitiva, y manifiesta sólo en el sentido de acciones
inconscientes, de un contenido emocional que escapa al mundo psíquico conocido.

Superyó. Constituye un ser ideal psíquico, una entidad reguladora de la conducta que apunta
siempre a un sentido de orden, de deber ser, de imagen psíquica de nosotros mismos.

Yo. Se supone que el yo es lo que está a nuestro manejo, y es una parte del Ello que ha sido
modificada por el contacto con la realidad y con el orden social. Por ende, satisface los
impulsos provenientes del ello cuando así lo permite la ocasión o el control del superyó.

La aproximación Jungiana

El psicoanalista Carl Gustav Jung, en su teoría de la personalidad, distinguía únicamente de


dos tipologías básicas, a saber:

Extrovertidos
Introvertidos

Si bien ningún individuo pertenece exclusivamente a estas categorías, según Jung, alguna de
las dos se hallará mayoritariamente presente en su composición social.

Otros enfoques

Otras consideraciones en torno a la personalidad la entienden de acuerdo a la integración


singular de dos factores distintos: el temperamento, comprendido como una predisposición
genética a cierta índole de comportamientos; y el carácter, fruto de la evolución de dicho
temperamento en un ambiente social determinado.

De esa manera, un temperamento similar arrojaría formas de carácter distintas, de acuerdo a


la historia particular del individuo y sus emociones.

Influencias ambientales

Como hemos dicho, la personalidad no sólo se manifiesta en el ámbito de la intimidad, sino


que opera a menudo como una forma de vinculación con el entorno, ya que somos seres ante
todo gregarios.

En ese sentido, el medio ambiente determinará en gran medida los mecanismos de la


personalidad, ya que las vivencias emocionalmente significativas dejan importas, como
huellas sobre la arena, en la manera de reaccionar del individuo, ya sea traumáticamente o,
por el contrario, de manera positiva.

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