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Cirrosis y alcohol
Asa corta
Enfermedad de chron
Manifestaciones clínicas
Se pueden clasificar de dos tipos
Carácter general y especificas
En cuand¿to a las de carácter general, se puede evidenciar un aumento marcado de
VCM, rara vez se observa lesiones tróficas, a veces ulceradas, de la mucosa de la
comisura bucal y mucosa lingual. La inflamación de la mucosa lingual, propia de las
fases más avanzadas del déficit vitamínico se conoce con el nombre de glositis
atrófica o de Hunter y se caracteriza por una pérdida de papilas gustativas (depapi-
lación) y aumento de la sensibilidad dolorosa.
La edad, el sexo y los hábitos alimentarios del paciente son de gran importancia para
realizar la orientación diagnóstica, ya que en niños, individuos jóvenes y mujeres
embarazadas, la causa más probable es el déficit de folato. Igualmente sucede en
ancianos mal alimentados, alcohólicos crónicos o pacientes con trastornos de la
función hepática (cirrosis), de la absorción intestinal (esprue) y enfermedades
metabólicas (hipertiroidismo) o consuntivas (neoplasias). Cabe destacar aquí
también la importancia de la posible ingesta de medicamentos capaces de disminuir
la absorción del folato. Cuando la anemia megaloblástica aparece en pacientes de
más de 40 años, sin problemas en la alimentación ni de otra índole, el diagnóstico
más probable es de anemia perniciosa. Finalmente, la aparición de una anemia
megaloblástica durante el período neonatal debe orientar el diagnóstico hacia una
anemia perniciosa congénita (muy rara), un trastorno congénito de la absorción o
metabolismo de la cobalamina o folato y el déficit de transcobalamina II (anemia
megaloblástica congénita).
Formas clínicas de la anemia megaloblastica
Forma clásica: la medida de la Cbl y de los folatos séricos o del folato eritrocitario
permiten establecer el diagnóstico, El déficit de Cbl suele asociarse con
manifestaciones neurológicas, desde alteraciones de la sensibilidad hasta un
síndrome cordonal posterior o demencia. El déficit de folato puede asociarse a
neuropatía periférica. Asimismo, son frecuentes las alteraciones epiteliales de
carácter trófico (lesiones dérmicas, glositis, etc.) más frecuentes en el déficit de Cbl.
Las formas atfpicas son variantes de la anterior que no van acompañadas de anemia
ni de macrocitosis
Formas mixtas: la megaloblastosis medular es poco manifiesta, y el diagnóstico se
basa en la disminución del folato eritrocitario, de la Cbl sérica y en el estudio de la
causa de la anemia que acompaña al déficit vitamínico.
La megaloblastosis aguda se caracteriza por la aparición de un cuadro de
trombocitopenia y/o leucopenia intensas, Tiene dos características acompañantes:
la existencia de un factor predisponente (disminución de depósitos por
hiperconsumo o del aporte por malabsorción, desnutrición o enolismo), y la
presencia de una alteración brusca del metabolismo por medicamentos
(citostáticos) o circunstancias diversas capaces de alterar su metabolismo de forma
aguda (administración de óxido nitroso, nutrición parenteral, diálisis o sepsis).
La descompensación de una megaloblastosis crónica muestra un cuadro clínico
similar al de la megaloblastosis aguda. La consecuencia suele ser una pancitope- nia
de instauración rápida sobre un cuadro de megaloblastosis previa, con anemia
macrocítica y déficit de factores a veces no diagnosticada ni tratada
Anemia perniciosa La causa más frecuente del déficit de cobalamina en la práctica
clínica es la malabsorción, casi siempre debida a la falta de factor intrínseco (Fl)
secundaria a una alteración histológica y funcional de la mucosa gástrica conocida
como gastritis atrófica. La gastritis atrófica es una enfermedad multifactorial,
aunque con una base autoinmune bien demostrada y cierta predisposición genética,
La expresión clínica más precoz de anemia perniciosa la constituyen tres síntomas:
pérdida progresiva de la fuerza muscular, especialmente en las extremidades
inferiores, lengua inflamada y dolorosa (glositis) y signos neurológicos consistentes
en parestesias con signo de Babinski positivo.
Exámenes complementarios para diagnostico
Hemograma donde se evidenciara claramente un aumento del VCM mayor a 110fl,
Reticulocitos suele hallarse normal o sólo ligeramente disminuido, en la aplasia
medular se halla muy disminuido (< 1% corregidos) y en la anemia hemolítica,
aumentado (> 100 x 109/L). En este caso, una intensa reticulocitosis puede ir
acompañada de macrocitosis, debido al efecto sobre el VCM producido por los
reticulocitos cuyo tamaño es superior al de los eritrocitos maduros. Examen
morfológico de la sangre y médula ósea, permite observar ovalocitosis, dacriocitosis
(poiqu i locitosis), cuerpos de inclusión (Howell-Jolly, punteado basófilo, anillos de
Cabot) y la eventual presencia de neutrófilos grandes e hipersegmentados o
pleocariocitos; examen morfológico de la médula ósea, marcado aumento de los
precursores de la eritropoyesis que muestran signos morfológicos de bloqueo
madurativo en todos sus estadios madurativos; Pruebas bioquímicas en suero u
orina: como aumento de la concentración de bilirrubina no conjugada (indirecta o
libre) y de la lacticodeshidrogenasa (LDH) sérica. Ocasionalmente, también puede
observarse un descenso de la haptoglobina.
Grados de megaloblastosis
Megaloblastosis leve (eritrocitos > 3,0 x 1012/L), macrocitosis escasa (VCM: 100-
105 fL), ausencia de granulocitos hipersegmentados y médula ósea con escasos
rasgos morfológicos megaloblásticos (macro- blastosis).
Megaloblastosis moderada (eritrocitos entre 2-3 X 1012/L) con macroovalocitosis
(VCM: 106-115 fL), más del 15% de neutrófilos hipersegmentados y plaquetopenia
moderada. En la médula ósea existe hiperplasia eritroide, con rasgos
megaloblásticos evidentes en las tres series hematopoyéticas.
Megaloblastosis intensa (eritrocitos < 2 X 1012/L) con intensa macroovalocitosis
(VCM >116 fL), punteado basófilo, corpúsculos de Howell-Jolly, esquistocitos,
pleocariocitos (neutrófilos hipersegmentados gigantes) y, ocasionalmente,
leucopenia y trombopenia. En la médula ósea, intensa regeneración eritroblástica,
con marcados signos morfológicos de megaloblastosis en las tres series
hematopoyéticas.
Referencias bibliográficas
1. J. L. Vives Corrons. Hemoglobinopatías estructurales. En: J. Sans-Sabrafen.
Hematologia Clínica. Quinta edición. Pags. 163-185