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TECNOLOGÍA CCP
Esta tecnología consiste básicamente en, captar la radiación solar mediante unos
concentradores cilindro-parabólicos tal como se muestra en la Figura 1, y concentrarla a lo largo
de una tubería recta con una longitud entre 600 y 800 m, que contiene en circulación un fluido
caloportador, que transporta la energía en forma de temperatura, entrando por uno de los
extremos a una temperatura inferior y una velocidad determinada y saliendo por el otro
extremo a una temperatura superior.
En la Figura 2, se muestra el sistema general de una planta termosolar. Puede distinguirse dos
partes principales: el sistema HTF en color rojo, y el sistema de ciclo agua-vapor en color azul.
• Campo solar
El HTF trabaja entre unos 290 º a la entrada y unos 390 º a la salida de la línea en la que se
concentra la radiación solar. Las características químicas del fluido no hacen posible emplearlo
por encima de 400 º de temperatura.
• Turbina de vapor
• Generador
Esta tecnología hace uso de un conjunto circular de heliostatos, que son grandes espejos de
tracción individual, para concentrar la luz solar en un receptor central situado en lo alto de una
torre. A través de un medio de transferencia de calor en este receptor central se absorbe la
radiación concentrada que los heliostatos reflejan en ese punto y la convierte en energía térmica
para a continuación ser usada en la generación de vapor sobrecalentado e introducirlo en la
turbina de vapor.
Los medios de transferencia de calor empleados pueden variar entre agua/vapor, sales fundidas,
sodio líquido y aire.
En el caso de las plantas que emplean sales inorgánicas como fluido caloportador, estas se
encuentran circulando por el interior del receptor. Inicialmente, las sales están a 290 ºC en un
gran tanque aislado para mantenerlas a esta temperatura. Una bomba centrífuga vertical las
mueve desde el interior del tanque hasta el receptor situado en lo alto de la torre. Allí, aumenta
su temperatura hasta los 565 ºC y se almacenan de nuevo en un tanque de sales calientes hasta
que se requiera generar vapor.
La tecnología de torre central parece ser la mejor opción por la que apostar en el futuro de la
termosolar.
Cabe matizar que es una tecnología aún en reciente nacimiento. En 2007 se inauguraba la
primera central solar de este tipo a nivel comercial en el mundo, la PS10, situada en Sanlúcar la
Mayor, Sevilla, España, y que emplea vapor saturado para la producción de energía eléctrica. Y
en 2011 se inauguraba también el proyecto GEMASOLAR, que emplea sales fundidas como fluido
caloportador y almacenamiento.
Entre las ventajas encontramos que este tipo de plantas con almacenamiento térmico,
presentan una indudable flexibilidad, gestionabilidad y operatividad. Tienen una gran capacidad
de almacenamiento, y el mismo fluido de transferencia de calor en el receptor es el usado para
el almacenamiento, lo que ahorra una transformación energética. Por otro lado, las
temperaturas que se pueden alcanzar con las sales fundidas son mucho mayores que con otras
tecnologías, llegando sin problemas a los 540ºC, lo que supone un gran aumento en el
rendimiento del ciclo agua-vapor.
Además, el fluido caloportador (en este caso las sales fundidas) circula por un área
perfectamente acotada y delimitada, y con un recorrido mucho mejor que en el caso de las
centrales CCP, lo que evita pérdidas de calor y riesgos de congelación.
Los dos inconvenientes que se pueden encontrar son el alto coste inicial que puede superar los
7 millones de euros por MW instalado, sin embargo, el número de horas anuales de operación
y la producción energética anual es muy superior a las plantas CCP. En segundo lugar, al ser una
tecnología muy prematura existen aún incógnitas relacionadas con el comportamiento de las
sales, lo cual no ayuda a que los promotores se declinen por esta tecnología. Es por ello, que el
proyecto Gemasolar será clave en este aspecto.