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Educar, dialogar y pensar

Luis Rodolfo Ibarra Rivas*

Este trabajo presenta argumentos para comprender las dificultades de los Palabras clave
docentes al comunicarse en condiciones de crisis. Su finalidad es aportar
ideas que relacionen la triada: educar, pensar y dialogar; para conseguirlo, Educar
muestra qué entender por cada uno de sus elementos. Así mismo, presen- Pensar
ta relaciones que siguen al inclinarse por los principios epistemológicos: Dialogar
identidad, dialéctico y dialógico. La intención última es abrir paso a una
forma de educar distinta a explicar, emitir comunicados o desdeñar estu- Identidad
diantes: dialogar y pensar. El énfasis está puesto en debatir con el sentido Dialéctico
común vigente que contrapone maniqueamente, por ejemplo, moderno Dialógico
versus tradicional. Sus conclusiones pretenden mover al compromiso con
la utopía, al educar-pensar-dialogar. Enseguida se plantean problemas,
no se ofrecen certezas: se problematizan las relaciones existentes entre
educar-dialogar-pensar y se ofrecen algunas propuestas para pensarlas y,
en su caso, retomarlas.

This article presents arguments in order to understand better the diffi- Keywords
culties that the teachers experience when communicating in crisis condi-
tions. It aims to offer ideas able to establish connections between the triad Educate
educate, think and dialogue; to do so, it shows what each of those terms Think
mean, and then presents the relations that ensue from leaning on the fol- Dialog
lowing epistemological principles: identity, dialectical and dialogical. The
final purpose is to pave the way towards a different way to educate that Identity
does not exclusively explains, issue releases or despise students. The em- Dialectics
phasis is put on struggling with the in force common sense that opposes in Dialogic
a black-and-white setting, for instance, modern vs. traditional. The con-
clusions have as purpose to motivate to a certain commitment towards
Utopia, to the triad educate-think-dialog. The article presents problems
and does not offer certainty, since it challenges the existing relations be-
tween educate, dialog and think and offer some proposals to think about
them and, if necessary, to take them up again.

Recepción: 24 de julio de 2011 | Aceptación: 19 de octubre de 2011


* Doctor en Educación, profesor-investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Que-
rétaro. Líneas de investigación: Pedagogía y prácticas educativas. Publicaciones recientes: (2012), “Enseñanza de
la ciencia y modos de pensamiento”, Revista Educarnos, año 2, núm. 7, en: http://www.revistaeducarnos.com/re-
vistas/revista-7; (2012), “Educación compleja: filosofía, ciencia, técnica y arte”, Revista Varela, vol. 2, núm. 32, en:
http://www.revistavarela.rimed.cu/articulos/rv3209.pdf. CE: libar@uaq.mx

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Yo digo lo que creo necesario que se haga, más frecuencia de la que deseara— que en
porque si ya estuviese de moda hacerlo, aulas e instituciones educativas cunde la in-
no necesitaría importunar a la gente comunicación: casi no hay trabajo colegia-
con un discurso sobre el asunto. do de profesores, muchos maestros casi no
John Locke, 1986: 72. conmueven ni mueven a la acción a sus estu-
diantes. Para ser admitidas, estas afirmacio-
Crisis, educación, sentido y nes contundentes requieren apoyo empírico.
diálogo Aquí sólo se advierte que, dentro de la crisis
estructural generalizada que padece el mun-
Este trabajo muestra algunos nexos entre do, se vive la pérdida de sentido compartido.
educar, pensar y dialogar. Para relacionarlos En la crisis estructural generalizada actual,
se apoya en el pensamiento complejo: une lo explicó Alicia de Alba (2003), las estructuras
disperso, vincula lo que oponen o separan, económicas, políticas, sociales, culturales,
admite lo lógico, dialógico y contradictorio, educativas y cognoscitivas, están debilitadas
es decir, se afana en una construcción sin- sin que se creen nuevas estructuras que las
crética (amalgama con sentido), alejándose suplan. Las estructuras se expresan gestual u
del eclecticismo (unión de cosas carente de oralmente y su significado se comprende por
sentido). El pensamiento complejo demanda los miembros del grupo o clase social (Pratt,
pensar mediante la constelación y solidaridad 1975: 114). Están debilitadas porque no confi-
de conceptos y teorías, de modo similar a la guran, no predisponen a los seres humanos a
metáfora de que un átomo es una constela- que sus acciones sigan una cierta orientación
ción de partículas, que el sistema solar es una o sentido; porque algunas palabras y gestos
constelación alrededor de un astro, que todos fundamentales que guían la acción indivi-
están dentro de una constelación de sistemas dual, grupal y social, no se comprenden ni
que forman la Vía Láctea y que ésta sólo es aceptan de manera generalizada. La crisis de
una constelación en la suma de constelaciones estructuras explica la desordenación del siste-
y agujeros negros: el universo en expansión ma, y dificulta la comprensión de nuestras so-
(Morin, 1998: 104-105). ciedades (De Alba, 2003). Tal incomprensión
Gracias al pensamiento complejo se re- lleva a la desesperanza y al pesimismo. Se pro-
lacionan teorías: en la teoría funcionalis- pagan —desesperanza y pesimismo— porque
ta, la conciencia colectiva es el conjunto de no hay un sentido social e individualmente
creencias y sentimientos comunes al térmi- construido que oriente a un porvenir desea-
no medio de los miembros de una sociedad ble. En la actual crisis se abre la posibilidad de
(Durkheim, s/f: 89). En la teoría marxista, constituir nuevas estructuras; en tal virtud,
ideología es modo de pensar, falsa conciencia, es necesario encararla de manera creativa y
instrumento de dominio, apariencia, formas comprometida, ensayando nuevos juegos del
prácticas de vida, reflejo o superestructura lenguaje, nuevas formas de comunicación
(Villoro, 1979: 11-39). Ideología y concien- (De Alba, 2003).
cia colectiva no son términos equivalentes. Berger y Luckmann (1997) advirtieron la
Ambas teorías parten de distintos principios crisis generada por la pérdida de sentido com-
epistemológicos y persiguen fines diferentes. partido por los individuos y porque algunos
No obstante, las dos tienen algo en común: la valores tampoco son patrimonio común: el
no plena conciencia de quienes encarnan la individuo crece en un mundo en donde esca-
conciencia colectiva o la ideología. sean valores y sentidos compartidos que de-
Es necesario vincular educar-dialogar- terminen la acción en las distintas esferas de
pensar porque quien escribe encuentra —con la vida. Esta pérdida o ausencia de sentido y

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de valores compartidos conduce a la expan- al otro, a sí mismo y al entorno, existen prácti-
sión de crisis subjetivas e inter-subjetivas de cas sociales que aducen que se admite la oferta
sentido. Se vive la dialéctica entre pérdida y de habla, cuando en realidad no es así; se trata
creación de sentido, entre erosión y recons- de lo que el habla común denomina “dar el
titución de sentido. Esta situación genera un avión”. Se admite “para no tener problemas”:
alto grado de inseguridad en la orientación de se oye lo que el otro dice, aunque en realidad
las acciones (Berger y Luckmann, 1997). “ni se le vea ni se le escuche”. Se es intolerante
Wallerstein (1998) explicó la crisis de for- e irrespetuoso con el otro ya que no se presta
ma sociológica, con sentimientos. Un senti- atención a lo que dice ni se tiene la intención
miento que aparece en esta transición de lo de comprenderlo. El diálogo está casi ausente
ya conocido (sistema mundial capitalista) a en condiciones de crisis: “no hay tiempo que
lo ignoto (sistema mundo que vendrá) es la perder”; la premura obliga a responder a exi-
desilusión. No una temporal ante el sistema gencias de naturaleza económica o institucio-
o alguno de sus elementos; la desilusión es nal. En suma, se viven monólogos entre dos
la pérdida de la esperanza, de la fe; es la con- o más personas sin que existan estructuras o
vicción de la incapacidad de las estructuras formas de ser que conduzcan a conversar para
estatales para mejorar la mancomunidad. La crear sentidos compartidos.
ausencia de esperanza está aparejada al poco El diálogo es una posibilidad para encarar
entusiasmo; la carencia de fe y esperanza es el sinsentido. Sin dialogar, es usual el trabajo
penetrante y corrosiva en el sistema mundo. de individuos aislados, aun cuando compar-
Provoca miedo, escepticismo e incertidum- tan el techo de una misma institución (Díaz,
bre. Estos sentimientos son causa y síntoma 2010). Ni aislamiento ni pérdida de sentido son
de la crisis sistémica. Las personas ya no son totales; son una tendencia que muchos aca-
optimistas, pero, contradictoriamente, ante démicos siguen. La dificultad o impericia al
condiciones tan adversas, no abandonan sus dialogar está en esa tendencia. El gremio aca-
aspiraciones de un mundo mejor. Su deseo es démico quizá supone que piensa y habla con
más fuerte, lo que hace desesperante la pér- propiedad, pero no siempre es así. Algunas
dida de la esperanza y de la fe. Dialogar so- muestras.
bre sentimientos abre la puerta a un porvenir Bachelard aseguraba que es usual que los
venturoso. profesores sean inconscientes de sus fracasos:
Por la esquematización de los autores an- no comprenden que sus estudiantes no los
tes anotados (De Alba, Berger-Luckmann y entienden; creen que sus actos de habla son
Wallerstein), es factible sugerir que la crisis forzosamente inteligibles (Bachelard, 1981: 20).
está relacionada con el sinsentido y la ausencia Dado que no entienden que no son compren-
de diálogo. Existe sinsentido al no haber un didos, al considerarse infalibles al explicar,
horizonte de aceptación generalizado; porque concluyen que es innecesario dialogar.
no hay una orientación que conduzca, dentro Otra expresión del desdén por el estu-
de la diversidad, a un derrotero deseado; por- diante es la que Freire denominó “emitir co-
que se vive una desestructuración que genera municados”: la principal acción docente es la
desilusión; porque la crisis genera escepticis- narración. Ésta induce a los educandos a me-
mo y miedo; porque hay incomprensión de lo morizar el contenido narrado; así, se trans-
que acontece y de lo que devendrá. forman en depósitos del educador: recipien-
El diálogo está prácticamente ausente en tes que deben ser llenados por comunicados
las condiciones de crisis actuales, porque no (Freire, 2002: 72).
hay creación de nuevas estructuras ni valores; Rancière aseguraba que el maestro expli-
porque, en lugar de afanarse en comprender cador necesita de la ignorancia del alumno

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para ejercer su función; el explicador cons- ficado en el seno de los dialogantes, a partir
tituye al ignorante como tal. Explicar algo a de la cual emerge una nueva comprensión,
alguien es demostrarle que no puede com- algo inexistente antes. Señaló que ese signi-
prenderlo por sí mismo (Rancière, 2002: 15). ficado compartido es el cemento que vincula
Explicar y dialogar son dos acciones huma- a las personas y las sociedades. Bohm ofreció
nas diferentes; la primera se considera au- un sinnúmero de ideas para generar una co-
tosuficiente, dialogar genera comprensión y rriente de significado entre los dialogantes.
autocomprensión. Resalta una: el diálogo debiera funcionar sin
Los argumentos de Rancière, Freire y la dirección de un líder y sin recurrir a agen-
Bachelard permiten plantear las hipótesis que da alguna. Es usual acostumbrarse a líderes y
guían este trabajo: 1) No basta explicar ni emi- agendas, de modo que es muy probable que
tir comunicados para educar. 2) El diálogo y la si se comienza sin líder ni programa ni obje-
educación están vinculados a formas de pen- tivo, se experimente la ansiedad de no saber
sar. 3) Educar-dialogar-pensar crean sentido y qué se va a hacer. Al dialogar, la ansiedad es
generan comprensión y acuerdos. 4) Es indis- una de las primeras dificultades que se deben
pensable dialogar-pensar para educar. enfrentar.
El verdadero objetivo del diálogo es pe-
Antecedentes sobre el diálogo netrar en el proceso de pensamiento y trans-
formar el proceso de pensamiento individual
Existen diversos estudios sobre el diálogo al y el proceso de pensamiento colectivo. Como
educar. Uno de ellos es el de Asensio (2004), señaló Bohm, no se ha prestado mucha aten-
quien enfatizó los sentimientos presentes al ción al pensamiento como proceso. ¿Y por
dialogar. Muestra cómo se generan climas que qué debería prestarse atención al proceso de
no propician el diálogo; por ejemplo, sobreva- pensamiento? Porque si no tiene toda nuestra
lorar las propias ideas y cerrarse a las de otros. atención, se utilizará inadecuadamente (2001:
Su finalidad es favorecer procesos educativos 33-34).
que contribuyan con la democracia. De acuer- De Zubiría (2006) estableció como uno de
do a Asensio, lo constitutivo del diálogo es sa- sus principales cometidos favorecer el diálogo
berse en una relación profundamente huma- desequilibrante: la intervención del profesor
na, por el reconocimiento del otro y el desafío se debe limitar a crear situaciones problemá-
a nuestras propias convicciones. Dialogar sig- ticas para llevar al niño a reflexionar sobre sus
nifica participar en una comunicación produ- propias conclusiones y a percibir sus errores
cida entre personas y no entre ideas, con un como aproximaciones a la verdad. Siguiendo
comportamiento que implica a la totalidad del su argumentación, hay que aceptar en el aula
ser humano, porque no sólo se efectúa a través la duda, el error y la disonancia cognitiva. El
de la palabra, sino de toda su corporeidad. error es inevitable al adquirir un nuevo cono-
Asensio recupera la importancia del diá- cimiento y por ello debe ser promovido deli-
logo para educar dentro y con vistas a con- beradamente. Es una fase necesaria al generar
formar relaciones profundamente humanas un nuevo conocimiento. Es la expresión de la
que conduzcan a la democracia; tal postura transición entre el conocimiento anterior y el
justifica continuar indagando sobre educar nuevo: dialogar favorece el desequilibrio y la
y dialogar en aras de un mundo mejor. Este creación de nuevos equilibrios.
trabajo añade a esa preocupación otra impor- Muchos otros se ocuparon del diálogo.
tante: pensar. Kant (2003) lo hizo escuetamente. Señaló que
Bohm (2001) mostró la importancia del para educar a los niños se usa la razón en mu-
diálogo para generar una corriente de signi- chas cosas que no debiera usarse, es decir, no

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todo debe razonarse. No es necesario que co- Educar, comunicar y pensar
nozcan todos los fundamentos de aquello que
es motivo de educación; pero sí los principios Educar-comunicar-pensar es una construc-
en cuanto se trate del deber. Kant postulaba ción histórico-social. Habrá quien se consi-
que no había que meterles los conocimientos dere único e irrepetible y, por tanto, estime
racionales, sino más bien sacarlos de ellos mis- que al conversar-pensar-educar no sigue ten-
mos. Estimó al diálogo lento y difícil porque, dencias compartidas con otras personas. En
mientras se sacan los conocimientos a unos, cierto sentido es cierto: cada individuo piensa
los otros algo aprenden. Kant, al limitar el y se comunica de una forma que lo caracteri-
diálogo —no todo debe ser motivo de pensar- za, ya sea por su tono, ademanes, e inflexiones
dialogar— planteó una dificultad extrema: de voz, o por las ideas que expresa. Desde otra
qué es motivo de diálogo y qué no. perspectiva, no es así. Las formas de comu-
Gadamer (1997; 2004) estudió extensa- nicación-educación-pensamiento son elabo-
mente al diálogo. Uno de sus principales radas por unas generaciones y recuperadas
intereses fue mostrar la producción de sen- por otras. La persona que se estima única e
tido gracias al diálogo. Afirmaba que éste se irrepetible no valora que, al hablar en espa-
dirige a producir sentido a partir de un dis- ñol, por caso, un sinnúmero de generacio-
curso y de su réplica; no hay realmente texto nes produjeron la posibilidad de expresarse
alguno, el diálogo vive del favor del instante en tal idioma; además, no considera que las
y consuma el mismo fenómeno: producción formas de comunicarse también son pro-
de sentido (2004: 144-147). El diálogo es el in- ducciones histórico-sociales, por ejemplo, los
tento de encontrar entre interlocutores di- gestos. Tampoco aprecia que las relaciones
vergentes, a pesar del estrépito, algo común entre educar-pensar-dialogar no constituyen
en su discurso y réplica, en la pregunta y en un tema atribuible a un único sujeto. Es una
la respuesta. producción cuya génesis se remonta a épocas
Diversos académicos mexicanos también insospechadas.
estudiaron al diálogo. Pasillas (2001) lo exami- Como muchos otros agentes sociales,
nó en el contexto de procesos de formación los maestros nos dejamos llevar —casi siem-
docente, apoyado en teorías de Gadamer. pre de manera inadvertida— por formas de
Su artículo es valioso porque ilustra la com- educar-pensar-comunicar legadas; si bien en
plejidad de la formación docente, ya que está ocasiones son útiles y provechosas, en otras
multideterminada por condiciones socio-ins- son huellas de un pasado que limita e impide
titucionales que rebasan las fronteras de las la emergencia de un porvenir deseable. Para
escuelas y de México. También es importante contribuir a ilustrar relaciones entre educar-
porque muestra tendencias en la formación pensar-dialogar, más adelante se discurre qué
que no conducen a reconocer al otro, es decir, debemos entender por cada una de tales ac-
formas de relación humana que se distancian ciones. También se describen los nexos entre
de un trato digno al dicho del interlocutor: no las tres al interactuar siguiendo los principios
pretenden comprenderlo y, más bien, lo ven epistemológicos de no contradicción, dialéc-
como medio para conseguir sus fines. tica y dialógico. La finalidad es explicitar al-
Los textos retomados sobre el diálogo sólo gunos límites y potencialidades.
ilustran la importancia que tiene esta forma
de comunicación, dentro y fuera de la educa- Educar
ción. Este trabajo tiene la finalidad de contri- El hombre se humaniza principalmente me-
buir a esclarecer qué formas de pensar favore- diante dos procesos: educación y socialización.
cen e impiden dialogar y educar. Entre ambos no existen fronteras definitivas;

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en momentos se confunden y al mismo tiem- transmitidas de generación en generación
po se distinguen. Socializar no necesariamen- gracias a procesos socio-educativos, muchos
te lleva consigo una finalidad trascendente. de ellos realizados antes de que se creara el
Educar sí involucra fines que trascienden ge- lenguaje. Paradójicamente, el lenguaje creó al
neraciones. Cuando un adulto muestra a un hombre y éste a su vez a la comunicación oral.
joven cómo usar utensilios o realizar deter- Educación-comunicación-humanidad se en-
minadas acciones, por ejemplo, al enseñarlo trelazan desde sus remotos orígenes. Comu-
a pasar de una acera a otra, es más pertinente nicar-hombre-educar son históricos. Forman
referirse a socialización. Heller (1977) disertó un bucle recursivo.
ampliamente sobre la reproducción social y Morin (2001) estableció que el bucle recur-
mostró diversas formas de socialización. Se sivo es un proceso en el que productos y efec-
humaniza al socializar prácticas y productos tos son, al mismo tiempo, causa y productores
humanos inherentes a un lugar y tiempo espe- de aquello que los produce, dentro de un ciclo
cíficos; por ejemplo, en la selva, distinguir cuá- en sí mismo auto constitutivo, auto organiza-
les frutas son comestibles, o en una sociedad dor y auto productor. Se ilustra con un remo-
moderna, utilizar el sistema de transporte. lino o un tornado: es fuente de energía y de-
Hay otros casos en los que un individuo manda energía para mantener el ciclo. Tiende
enseña prácticas o ideas deseables, por ejem- a la entropía. El caos en su micronivel garan-
plo, para convivir o para producir. Estas ac- tiza la inestabilidad y su movimiento. Tiene
ciones son más pertinentes de la acción de equilibrios inestables e inestabilidad con un
educar. En una clase escolar, en momentos, la cierto orden. El bucle recursivo es un proceso
charla de maestro y alumnos son más sociali- que se produce a sí mismo, a condición de ser
zar; mientras que cuando se trabaja sobre una alimentado por una fuente exterior o una re-
ciencia, es más acertado atribuirle educar. serva. Educación-humanidad-comunicación
El proceso de humanización es el incesan- son elementos de un bucle recursivo que fue
te despliegue de las facultades de nuestra espe- y es alimentado por una poderosa fuente: las
cie: ideas, sentimientos y prácticas requeridas exigencias de la realidad. Al dialogar se pro-
para la vida individual, en comunidad —los ducen equilibrios inestables e inestabilidad
vínculos entre sus miembros son debidos, dentro de un cierto orden que hace que se
principalmente, al afecto-solidaridad— o so- cree sentido. Educación-comunicación con-
ciedad —los individuos se relacionan más por forman un proceso que contribuyó a generar
fines o intereses— (Weber, 1992: 33). Durkheim al ser humano; simultáneamente, educar-co-
denominó educación a este proceso, y lo for- municar son productos-procesos humanos.
muló como la acción ejercida por generaciones Existe educación formal (propia de institu-
adultas sobre las que aún no están maduras ciones educativas), surgió mucho tiempo des-
para la vida social, con el propósito de desarro- pués de la educación no formal (realizada por
llar en el individuo cierto número de estados la comunidad o sociedad en su conjunto). Es
físicos, intelectuales y morales que exigen de él usual restringir la educación a este par dicotó-
la sociedad política en su conjunto y el medio mico. Hay otra poco considerada: la educación
especial al que está particularmente destina- informal, es asistemática y azarosa. Educación
do (1993: 72). La humanización es un proceso formal y no formal comparten sistematicidad
siempre inacabado para la especie, para cada e intencionalidad coincidente para un lugar,
individuo y grupo o clase social. momento y grupo-clase social. La informal
El proceso de transformación del mono en es producto de experiencias espontáneas en
hombre se remonta a alrededor de cuatro mi- el medio escolar o social (Smitter, 2006: 243).
llones de años. Las creaciones humanas fueron Entre las tres no hay barreras infranqueables,

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coexisten y, en ocasiones, se confunden. La Obedece a circunstancias específicas: es his-
educación escolar gradúa ciclos y modalida- tórica, acorde a un lugar, un tiempo y una so-
des educativas en instituciones; comúnmente ciedad determinados. Se educa difundiendo
ejerce el monopolio legítimo de la transmi- ideas, sentimientos y prácticas. Educar sigue
sión de credenciales educativas: las escuelas intereses de clases, grupos sociales y de la so-
son las únicas autorizadas por el Estado para, ciedad. En ocasiones los jóvenes educan a los
legítima y legalmente, acreditar los estudios adultos. Las prácticas educativas formales, no
que avalen una formación específica. formales e informales, siguen distintas ten-
Proverbialmente la educación sigue dos dencias: crítica, tecnología educativa, orien-
tendencias: 1) centrar sus actividades en inte- taciones del mundo adulto o seguir intereses
reses del educando (llamada escuela nueva; si del joven o niño. Se educa con consenso y
bien, y curiosamente, inició con Sócrates); 2) coerción.
dirigirse por modelos y el mundo adulto (co- Algunas formas de educación se soportan
nocida como educación tradicional). El sen- en el diálogo, en generar formas de ser que
tido común las contrapone maniqueamente; propician pensar. Otras se dirigen práctica-
con dificultad admite una síntesis de ambas. mente a reproducir lo existente: se educa de
Snyders (1972) la formuló: pedagogía progre- manera casi impensada y emitiendo comu-
sista. Además de esas tres, existen otras: tec- nicados o explicando. Se considera la educa-
nología educativa y escuela crítica (Pansza, et ción factor de reproducción socio-cultural, al
al., 1993: 48-59). A pesar de separar las cinco mismo tiempo que emancipadora o creadora
tendencias educativas, coexisten en la reali- de nuevas condiciones de vida. Educar para
dad educativa. reproducir o para crear son, ambas, necesa-
Educación formal y no formal coinciden rias. Ni una ni otra excluyen, necesariamente,
en su intencionalidad: se educa acorde a las al diálogo.
necesidades de la clase social que posee el po-
der material para imponer su ideología (Marx Dialogar
y Engels, 1979: 50). Durante la Antigüedad Las formas de comunicación docente ex-
greco-romana se educó, con mayor énfasis, puestas por Bachelard (1981), Freire (2002) o
para legitimar el esclavismo. Desde la conso- Rancière (2002) no afirman que únicamente
lidación del capitalismo la educación formal con el diálogo pueda generarse compren-
y no formal contribuyeron a admitir, sin mu- sión, acuerdo y coordinación de acciones
cho reparo, el trabajo asalariado y la apropia- (Habermas 1989). Debe reconocerse que ex-
ción de plusvalía. Otra postura señala que la plicar, narrar o emitir comunicados son ac-
educación deriva de la conciencia colectiva ciones docentes que contribuyen a educar.
(Durkheim, 1993). Sea conciencia colectiva El recurso educativo del diálogo es tan
o ideología dominante, la educación tiene añejo como uno de sus primeros impulsores:
una orientación de largo plazo: contribuye a Sócrates. Desde sus remotos orígenes, dialo-
producir-reproducir a la sociedad. La educa- gar se ha distinguido de otras formas de co-
ción se complejiza al considerar que sus ac- municar, como narrar o emitir comunicados.
ciones están orientadas por el consenso y la Ambas pueden formar parte del diálogo, pero
coerción: para educar se emplea la autoridad éste no se reduce a ellas. Dialogar exige inter-
que viene del afecto, haciendo presión sobre el cambio, más o menos simétrico y horizontal:
educando, de modo afectuoso, rígido y firme simétrico, pues ninguno de los dialogantes
(Gramsci, 1981: 174). ocupa posiciones de privilegio; horizontal,
¿Qué es educar? La respuesta es esquiva. por la exigencia de apertura a producir sen-
No merece una definición de diccionario. tido a partir del discurso y de su réplica. El

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diálogo es el intento de encontrar entre in- cuestiones esenciales, fundamentales para
terlocutores divergentes algo en común: ge- quien las cree: suposiciones básicas como el
nerar un horizonte construido y compartido sentido de la vida, qué es la verdad, intereses
(Gadamer, 2004: 147-149). propios o de su grupo, resumidamente, aque-
Gadamer afirmaba que producir sentido llo que se considera importante. Quien se
no es llegar al Topos Urano platónico en don- identifica ciegamente con sus creencias igno-
de existen ideas inmutables; el sentido es, ni ra u olvida que éstas son resultado del pasado,
más ni menos, dirección. Es una orientación; de lo que otros dijeron u omitieron decir. Al
por ejemplo, las manecillas del reloj que se identificarse —de forma plena, sin duda al-
mueven en un sentido determinado. El diálo- guna— con sus creencias, se tienden a experi-
go sólo es fructífero entre quienes reconocen mentar como verdades irrefutables. Es impo-
que no saben todo, entre quienes reconocen sible vivir sin creencias; no obstante, algunas
saber e ignorar. Lo es entre quienes atienden personas se permiten apertura para valorar-
a lo que al otro llega y a lo que proviene de él. las e, incluso, para transformarlas. Otros no.
La verdad total y definitiva no es producto Viven sus creencias dogmáticamente. Al ex-
del diálogo. Sí lo es orientación, dirección o perimentarlas propias e irreprochables, sólo
sentido para guiar acciones y pensamientos queda defenderlas: se vive el cuestionamiento
(Gadamer, 2004: 149-153). a las creencias como un ataque personal y, en-
El diálogo engendra sentido entre los tonces, se discute (Bohm, 2001: 31-32).
dialogantes; a partir de él emerge una nueva
comprensión, algo creativo inexistente en el El diálogo proviene, más, de acciones pensa-
momento de partida. Este sentido comparti- das. Un objetivo del diálogo es penetrar en
do es el aglutinante, el cemento que sostiene los procesos de pensamiento-educación y
y cohesiona vínculos entre personas y entre transformarlos. Ya sea el pensamiento colecti-
sociedades (Bohm, 2001: 30-31). Dialogar crea vo plasmado en creencias de sentido común
una atmósfera vinculante. Los propósitos del o de sentido común científico-filosófico, o
diálogo son pensar, crear sentido, acordar y bien, el proceso moldeado por el pensamien-
coordinar acciones. Vale la pena someter a to individual producto de reflexiones sobre lo
escrutinio formas de educar-pensar-comuni- escrito o hablado acerca de un tema. No se da
car. Algunas no contribuyen a crear sentido y suficiente atención al pensamiento ni a la for-
sí orillan a la disputa y a la división. Veamos. ma de comunicar-educar. Se experimentan
de forma tácita. No se entienden como todo
El diálogo es ajeno a la discusión. Discutir se proceso: incierto. En tanto procesos inacaba-
asemeja a un juego de ping-pong: al discutir dos y contingentes —educar-pensar-comuni-
las opiniones van y vienen con el objetivo de car— exigen toda la atención para guiarse con
ganar. El significado de la palabra discusión tino y crear sentido compartido. No deben
tiene la misma raíz que las palabras percusión vivirse implícitamente por parte de educa-
y concusión, cuyo sentido es disgregar (Bohm, dores ni educandos. Es conveniente advertir
2001: 31). Al discutir se contiende, se alegan ra- relaciones entre pensamientos, sensaciones
zones en contra del parecer del otro; uno gana, corporales y formas de comunicar. Es nece-
otro pierde. Discutir y alegar no persiguen sario favorecer que emerjan opiniones, sólo
comprender al otro ni crear sentido de forma que poniéndolas en suspenso, distanciándose
conjunta. Mediante el diálogo nadie trata de de ellas para averiguar su sentido. No se trata
ganar, y si alguien gana, todos salen ganan- de cambiar nada, sino simplemente de cobrar
do. La discusión es comprensible porque, de conciencia y actuar en consecuencia (Bohm,
forma habitual, las creencias se soportan en 2001: 33-49). Sí se trata de indagar cómo se

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educa-piensa-comunica. Se requiere admi- ¿Cómo educar-pensar-dialogar así, sin el de-
tir, por ejemplo, que se piensa-dialoga-educa seo de crear sentido compartido? Diálogo-
sobre la base de creencias. Si se ve bien —y educación-pensamiento se mueven en zonas
con perdón de Perogrullo— educar-pensar- inciertas: entre el reclamo de individualidad
comunicar parte de creencias. No son accio- frente a la determinación social, por caso.
nes realizadas en el vacío. Tienen soporte.
Al discutir, el soporte es inamovible, rígido Pensar
o incuestionable; al dialogar-pensar, es cues- Pensar es una praxis intelectual más imbrica-
tionable, dúctil y modificable. Educar no es da con el espíritu humano que con transfor-
ajeno a esas dos tendencias. Es preciso inda- mar al mundo. Se desenvuelve en campos del
gar vínculos entre educar-pensar-comunicar. lenguaje, la lógica y la conciencia. Sin ellos no
El diálogo lleva a sus interlocutores a pensar. existe, aunque no bastan para pensar. Quizá
En diálogos atribuidos a Sócrates, escritos por pensar sea la misteriosa acción que los vin-
Platón (2009) o Jenofonte (2009), es factible en- cula. Simultáneamente, pensar está imbrica-
contrar que él no pretendió convencer ni per- do en actos sub o meta lógicos, lingüísticos
suadir acorde a sus creencias y sí, en cambio, o conscientes. Pensar organiza-reorganiza-
se afanó en el trabajo educativo gozoso, y en desorganiza y crea-recrea-deshace lo pensado
momentos difícil, de dialogar-pensar-educar. (Morin, 2006: 198).
Pensar opera con la relación dialógica de
El diálogo, bajo condiciones de crisis, se difi- oponer-complementar-distinguir-relacionar:
culta. En periodos de crisis no hay discursos conjuga lo antagonista-complementario de
que legitimen la verdad, bondad y belleza aquello pensado-percibido; la relación dia-
(Fullat, 1992: 299). No hay diálogo-educación- lógica conduce a admitir, al mismo tiempo,
pensamiento posible, no hay creación de sen- pares opuestos y a buscar las relaciones entre
tido cuando, en una supuesta tolerancia, se ellos (Morin, 2006: 199-201). Pensar se recono-
admite que todo está bien, que cada cabeza ce por su opuesto: los que no piensan ni dia-
es un mundo. Esta forma de educar-pensar- logan sólo oponen y rechazan elementos. Los
comunicar no crea vínculos ni llega a coor- que no piensan, quienes sólo opinan, traducen
dinar acciones. “Yo estoy bien, tú estás bien, necesidades en conocimientos (Bachelard, 1981:
todos estamos bien”, es una forma que adopta 16). Esto es, convierten en conocimiento el
esta postura. Asumir la incertidumbre es un impulso irresistible que hace que las causas
valioso aporte, sólo que sin certeza alguna, obren, infaliblemente, en cierto sentido; quie-
por endeble y pasajera que sea, es imposible nes no piensan siguen el arrollador ímpetu de
construir sentido. No hay condiciones propi- las formas de valorar dominantes; por ejem-
cias de diálogo en condiciones de crisis, pero plo, separar antitéticamente bueno-malo o
extrañamente, al no estar atados a las certezas moderno-tradicional. Los que opinan, quie-
de la ideología dominante o de la conciencia nes actúan impensadamente, no complemen-
colectiva, se abre la puerta para crear senti- tan ni relacionan ni distinguen ni conjugan;
dos inéditos. Hay monólogos sin sentido en- les basta afirmar: es así porque es imposible
tre quienes poseen absoluta certeza o entre que sea de otra forma.
quienes viven total indiferencia ante lo bueno, Pensar se mueve del todo a las partes y de
bello y verdadero. Son sin sentido porque no las partes al todo; asocia lo antagonista y se-
los mueve la creación de sentido: cada quien para lo asociado; establece fronteras-límite
sabe que su verdad es cierta así como la de y rompe o trasgrede lo instituido-acotado.
su interlocutor; en palabras del sentido co- Pensar no queda en uno de los opuestos; éstos
mún: “cada quien con sus propias verdades”. lo repelen y atraen. Pensar encara tensiones

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Luis Rodolfo Ibarra Rivas | Educar, dialogar y pensar 175
del espíritu humano sin inclinarse de manera realmente. Quien piensa no está interesa-
definitiva ante la distinción-relación, la dife- do en guiar la acción, no es una técnica para
renciación-unificación, el análisis-síntesis, la conducir acciones prácticas. Cuando existe la
explicación-comprensión, la separación-par- premura al pensar por lo que aportará, enton-
ticipación, la objetivación-subjetivación y la ces no se piensa: se actúa mucho y se piensa
verificación-imaginación (Morin, 2006: 199). poco. Lo que da qué pensar es lo que es mere-
Pensar sigue procesos que no se autorre- cedor de pensarse. Pensar requiere mucho de
gulan por sí mismos, aun cuando algo los voluntad y, al mismo tiempo, de no orientar
orienta. Pensar lleva a lo impensado-inima- el pensar a resultados. Sí de encaminarlo a lo
ginable. Pensar tiene equilibrio inestable. Lo incierto-ambiguo-cierto, a lo infinito-finito.
regula su vínculo con la realidad. Es un tor-
bellino que se contiene-detiene al machacar, Educar, pensar y dialogar
una y otra vez, la misma verdad-pensamiento
(Morin, 2006: 201). Lo acabado mata al pensar. Pensar-dialogar-educar es tarea difícil. Cada
Pese a ello, pensar inicia con lo acabado o con una de esas tres acciones, de forma singular y
lo incierto-inacabado. No se limita al pasado actuando conjuntamente, sale de sí misma y
elaborado ni al futuro anhelado o temido ni al se encuentra ante tensiones: ente-ser o simple-
presente vivido. Si existe demasiado pensar, se complejo, por ejemplo. Se necesitan procesos
contiene por exceso, por ausencia de acción: educativos que conduzcan a pensar-dialogar.
se obnubila. Requiere pensarse-dialogarse-educarse el pen-
Pensar engendra la concepción: una con- sar y no sólo lo que se piensa. Educar-pensar-
figuración original (diseño), un concepto dialogar está vinculado con principios episte-
apoyado en argumentos, referentes empíri- mológicos. Abajo se muestran tres.
cos, temores, sueños y deseos. La concepción
contribuye en los campos de la praxis políti- Principio de no contradicción
ca, técnica, estética y teórica. Utiliza recursos Es usual encontrar un modo de educar-pen-
como palabras, imágenes, modelos matemáti- sar-comunicar que sigue la táctica de contra-
cos, instrumentos y objetos virtuales. La con- poner, irreconciliablemente, dos elementos
cepción, aun estando fuera del lenguaje, una que parecen excluyentes: individuo versus
maqueta, por ejemplo, requiere del lenguaje- sociedad, innato versus adquirido, autoridad
diálogo para expresar sus vericuetos, así como versus libertad o poético versus prosaico. Al
la génesis de la concepción y sus implicacio- oponer así se incita a que el interlocutor elija
nes (Morin 2006: 202-203). únicamente un elemento del par: “¡La educa-
Heidegger (2008) explicó de otra forma al ción o es moderna o es tradicional! ¡Nada de
pensar: es una apertura al ente y sus vínculos ambigüedades! ¡Decídete ya!”. Esta forma de
con el ser (el ser es una compleja forma de in- educar-pensar-comunicar supone que la rea-
sinuar la realidad; aquí sólo se enuncia). No se lidad es de una única manera, y no contradic-
piensa si se reduce el pensamiento al ente u ob- toria ni confusa ni ambigua ni dialógica.
jeto, si se simplifican y cercenan sus relaciones Al contraponer se presenta la realidad y los
históricas y complejas con la realidad. Pensar razonamientos de forma: a) antitética: ofre-
está ligado a querer, como conocer está ligado ce dos juicios opuestos, escuela nueva versus
a los sentimientos. Pensar demanda voluntad: educación tradicional; b) disyuntiva: separa lo
querer pensar. En toda polémica se pierde la existente en dos elementos intrínsecamente
actitud de pensamiento. Se cierra a un ángulo referidos uno al otro, masculino versus feme-
de comprender al ente y olvida otros. Se tiene nino; o c) maniquea: clasifica con el soporte
un pensamiento de única vía. No se piensa de la dicotomía, bueno versus malo. Una vez

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clasificados bipolarmente, se demanda elegir eficiente y final (Reale y Antiseri, 2004: 164-
un elemento del par, proponiendo cuál es el 173). Causa o principio significaron para
indeseable al denostar uno y exaltar al otro. Aristóteles fundamento y condición. La rea-
A esta forma de ordenar oponiendo cosas lidad se explica desde un punto de vista está-
o juicios la llaman sentido común, inteligen- tico con las causas de materia (ese hombre se
cia ciega (Morin 1998: 29-32) o tendencia que reduce a huesos y carne) y forma (su alma); si
consagra o desacredita (Bourdieu 1990: 60-61). el enfoque es dinámico o de devenir, entonces
Tal forma de clasificar se ciñe a una única las causas son: eficiente (cómo nació ese hom-
orientación: es una cosa o es otra. Este modo bre, quién lo engendró, por qué se desarrolla y
de comunicación-pensamiento no es ajeno al crece) y final (la finalidad u objetivo al que se
ejercicio docente. Cuando un maestro lo sigue encamina el devenir de ese hombre).
enseña a discriminar “bueno” de “malo” y, lo Aristóteles no redujo la realidad a lo estáti-
más limitante, también transmite una mane- co o dinámico, la comprendió de manera dual
ra de comprender la realidad: o es de una for- o dialógica. Otra muestra de complejidad en
ma o es de otra. el pensamiento aristotélico: la materia consti-
Quien así educa-piensa-comunica qui- tuye el principio de la realidad sensible y sirve
zá desconozca que Aristóteles tenía relación de sustrato a la forma; el conjunto de materia
con ello. El estagirita creó la lógica formal, y forma es la sustancia plena, es el ser. Si faltase
uno de cuyos principios es la no contradic- alguno, materia o forma, no generaría la uni-
ción: si un juicio afirma algo acerca de algún dad que los subsume: el ser.
objeto y otro juicio niega lo mismo de él, am- El sentido común suele reducir el entra-
bos juicios no pueden ser simultáneamente mado de teorías que Aristóteles formuló al
verdaderos. Juicios sobre un mismo objeto principio que imposibilita reconocer la con-
opuestos o contradictorios no son verdaderos tradicción. Él admitió la dialéctica así: “mien-
al mismo tiempo. Este principio lleva a juzgar tras la premisa demostrativa es la aceptación
falso un elemento de la contradicción. Incluye de una de las dos partes de la contradicción, la
dos enunciados fundamentales: una proposi- dialéctica es la pregunta que presenta la con-
ción no puede ser verdadera y falsa a la vez; el tradicción como una alternativa” (Aristóteles
otro: no sucede que una proposición no sea ni citado por Abbagnano, 1982: 317). La acep-
verdadera ni falsa (Grenet, 1980: 278; Reale y tación de sólo una parte de la contradicción
Antiseri, 2004: 195). obedece, es necesario reiterar, a excluir la al-
El nexo entre la forma de educar-comu- ternativa de la contradicción. Aristóteles no
nicar-pensar propio de la inteligencia ciega cerró esa opción. Abrió el dilema de admitir
y del principio aristotélico de no contradic- lo opuesto.
ción, se sintetiza en la limitante del sentido Es paradójico que cuando se niega el prin-
común: es imposible pensar o admitir la con- cipio de no contradicción de forma irrecusa-
tradicción: una cosa es lo que es y no lo que ble, se incurre en él. Al rechazarlo de manera
no es. Este principio lo tomó el sentido co- definitiva se impone a quien así procede, ya
mún occidental: divide un objeto, sujeto o que sólo admite un principio del par anta-
proceso, en un juicio verdadero y un juicio gónico; incurre en: bueno equivale a contra-
falso. Al pensar únicamente con este prin- dicción, malo es igual a no contradicción. Se
cipio se clasifica-parte la realidad de manera refuta al principio de no contradicción y, al
dicotómica-maniquea. mismo tiempo, se sigue su estrategia de admi-
Aristóteles, al formular sus teorías, com- tir únicamente un elemento del par dicotómi-
plejizó la realidad con otros principios. Señaló co. Este escrito no pretende incurrir en tal des-
cuatro causas primeras: formal, material, propósito: aceptar la contradicción y negar el

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Luis Rodolfo Ibarra Rivas | Educar, dialogar y pensar 177
principio de no contradicción. En determina- detonante del diálogo es el no acuerdo, el di-
das situaciones resulta obligado seguir el prin- senso. Sin disenso no hay luego consenso.
cipio de no contradicción; por ejemplo, ante La diferencia alcanza su mayor nitidez en la
la exigencia de decidir la muerte de un ser hu- contradicción, muestra dos aristas opuestas
mano, seguramente la dicotomía vida-muerte entre quienes hablan. Empero, mantenerse
conduce a ponderar la vida; pero es posible en un elemento de la contradicción antitéti-
que en situaciones excepcionales la muerte de ca-disyuntiva-maniquea, conduce a cerrar-
alguien acaso sea favorecida: muerte asistida le se al otro y a sus juicios. Obtura dialogar.
llaman en países como Holanda. Encontrar matices y diversidad de posibilida-
Aquí no se niega el valor del principio des, en lugar de la dicotomía, abre realidades y
de no contradicción aristotélico ni se está acuerdos previamente no pensados.
en contra, en determinadas condiciones, de La comunicación es con el otro, con quien
dejarse llevar por su exigencia de dividir la se dialoga, pero también consigo mismo y con
realidad en dos y después elegir sólo un ele- el Otro de Lacan (Le Gaufey, 2011), con lo que
mento del par. También es indispensable Durkheim llamó conciencia colectiva y Marx
admitir que la realidad es contradictoria y ideología. No es pertinente, en el espacio de
diversa; no se restringe a pares antagónicos. este documento, desarrollar tales conceptos;
Por ejemplo, considerar a los países del Norte baste decir que la producción humana que
adelantados y a los del Sur subdesarrollados, da sentido al individuo y a su entorno es un
ofrece la dicotomía Norte-Sur; pero ésta no cúmulo de representaciones sociales (Piña
valora que, además de esos dos polos geográfi- y Cuevas, 2004) que se amalgaman en una
cos, existen otros: Oriente-Occidente. La Rosa cierta tendencia que las subsume y permite
de los Vientos es un magnífico ejemplo de la comprenderlas. Ignorar el todo (ideología,
diversidad y complejidad dentro de una cierta conciencia colectiva, el Otro) o las partes
unidad. (representaciones sociales) no favorece el
No es posible predeterminar cuándo, diálogo.
cómo o por qué partir y elegir sobre la base El diálogo requiere comprender qué es el
de la dicotomía o disyunción; tampoco es ser humano. Filosofía, Psicología, Sociología,
factible ni deseable establecer una receta que Antropología e Historia (entre otras discipli-
determine decidir con base en la diversidad y nas) ilustran qué entender por humanidad e
complejidad. Para comunicar-educar es nece- individuo. Hobbes y Rousseau formularon
sario alentar a pensar. Es necesario pensar lo teorías filosófico-antropológicas. El inglés
ya pensado para pensar lo inédito (Heidegger, aseguraba que el hombre requiere que algo lo
2008: 122-133). contenga para impedir conflictos: Leviatán
Para dialogar-educar es indispensable va- o Estado. El sentido común luego le atribuyó
lorar que oponer de forma maniquea, orilla que “el hombre es malo por naturaleza”, cuan-
al interlocutor a decidir entre “estás conmigo do únicamente expresó: “…durante el tiempo
y eres mi aliado” o “eres mi adversario-ene- en que los hombres viven sin un poder co-
migo”. El diálogo, para ser tal, está abierto al mún que los atemorice a todos, se hallan en la
otro, a su oferta de habla y a lo incierto o des- condición o estado que se denomina guerra”
conocido. Tal apertura conduce a reconstruir (Hobbes, 1987: 102). Para contener al hombre
posibilidades impensables antes de conversar. en sus disputas se necesita un pacto social que
Dialogar lleva al acuerdo que supera diferen- lo obligue a respetar su acuerdo de ceder al
cias y conduce a coordinar acciones. Estado su poder (Hobbes, 1987: 100-101).
Al dialogar es provechoso reconocer el Rousseau estableció, tajantemente, que
principio de no contradicción, porque un “Todo es bueno cuando sale de manos de la

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Luis Rodolfo Ibarra Rivas | Educar, dialogar y pensar
naturaleza. La naturaleza ha hecho al hom- no los critica ni supera produciendo otros; no
bre bueno y feliz. La civilización le deprava admite y menosprecia los de su interlocutor.
y le hace miserable” (Rousseau, 1993: VII). Si Discute para defender lo que estima su pos-
alguien estima que su interlocutor es bueno o tura: la parte de la dicotomía que hizo propia
malo, no elegirá en el vacío. Valorará al recu- y que le permite negar la otra posibilidad de
perar teorías previas; sin saberlo cabalmente la disyunción y negar la contradicción mis-
quedará atrapado por el peso de la historia. ma. Vive en una prisión de incontables pares
Una historia empobrecida por el sentido disyuntivos y sólo se inclina por algunos.
común. Cuando los maestros despliegan en cla-
Acaso se considere que el ser humano se se el principio de no contradicción, esto es,
muestra sólo con la antinomia “bueno-malo”. cuando inquieren a sus estudiantes, este acto
No es así. Existen otras. Una atribuye que lleva aparejado la agravante de que es estable-
su principio determinante es el innatismo: cido desde una posición a la que, casi siempre,
la persona es lo que es por sus genes, por su se le confiere autoridad. Y tal autoridad con-
herencia biológica. A esa visión el sentido co- tribuye a aprisionar a otros que están en su
mún contrapone la que lo explica con deter- proceso de formación. La autoridad docente,
minismos sociales: el ser humano sólo lo es en tiempos de crisis, está muy diluida; con
en tanto vive en sociedad, esto es, “naturaleza todo, si se ejerce siguiendo el principio de no
versus sociedad”. Otra disyuntiva es indivi- contradicción (como táctica para persuadir a
duo como producto histórico versus com- sus estudiantes de “la verdad”, de una parte de
prensible sólo en su ahora. Una más opone al la aporía) puede llevar a la apropiación de tal
ser humano como ser consciente de sus actos principio y de sus consecuencias prácticas al
versus un ser inconsciente manipulado por su pensar y comunicarse: argüir, hablar y decidir
cultura o, en otra perspectiva, por su aparato al estilo bueno-malo.
psíquico (Bleger, 1979: 11-24). El principio de no contradicción puede
Si se desconoce qué es el ser humano, en- usarse, de manera muy distinta, para jugar
tonces se corre el peligro de reducirlo a un con aparentes verdades inobjetables, con jui-
elemento de una disyunción maniquea. Al cios apodícticos. El juego consiste en mostrar
educar-pensar-dialogar el sentido común —o la limitante de reducir la elección a única-
su traducción: ignorar la producción teórica— mente dos juicios y en ilustrar que la contra-
tiene derivaciones prácticas: lleva a encerrarse dicción es propia de la realidad. Por ejemplo,
en aquello que un grupo social y una concien- ante la insistencia de un estudiante acerca
cia colectiva creó como “la verdad”. La cerra- de una aporía y su resolución con una única
zón impide dialogar-pensar-educar; se tienen respuesta: “¿es bueno el aborto?, ¡cómo va a
prejuicios que no favorecen la comprensión serlo si uno está a favor de la vida!”. Antes de
del otro ni del todo en donde ambos están. cualquier respuesta es necesario alejarse de la
Mal entender el principio de no contra- táctica de orillar a una respuesta mediante la
dicción conduce a una prisión de verdades aporía; para tal fin se expresan otras disyun-
inobjetables que poseen y dirigen a quienes tivas en las que la respuesta no sea igual de
creen que las poseen y usan: la inteligencia fácil de decidir: “¿México es bueno o malo?”,
ciega encarcela al individuo en aporías. Es “¿es bueno ser hombre o es bueno ser mujer?”,
una cárcel porque en la aparente libertad de etcétera.
decidir, por caso, entre “libertad y libertinaje”, Ese juego debe llevar a valorar que la con-
sólo se sigue lo que le legaron; no existe diá- tradicción es una manifestación de la realidad
logo interno, el individuo se cierra a pensar y de los juicios acerca de ella. La contradic-
sobre sus procesos mentales y sus productos; ción existe porque, al mismo tiempo, hay no

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Luis Rodolfo Ibarra Rivas | Educar, dialogar y pensar 179
contradicción. Admitir la contradicción lleva únicamente domina preguntar o responder
a la dialéctica. En ese juego debiera vivirse cuestionamientos. ¡Sabe dialogar! Éste es el
la incertidumbre y la certeza, la inclusión de sentido primitivo, elemental, de la dialéctica:
amor y odio, vida y muerte. La vida en socie- dialogar (Grenet, 1980: 112). Dialogar, o vivir
dad, como la educación, exige que el ser hu- la dialéctica, parte de un principio fundamen-
mano cree respuestas con cierta autonomía tal: reconocer la propia ignorancia y abrirse a
dentro de una condición incierta (aquello que preguntar y responder; en el entrecruce de ar-
está por conocerse, confusa y ambiguamente, gumentos (logos), la realidad y el conocimien-
apenas se vislumbra) y certera (lo ya conoci- to de ella devendrá, se conocerá su esencia y
do, aunque genere una cierta duda). su definición.
Una forma de comprender la dialéctica,
Dialéctica y principio del tercero excluido algunos la llaman idealista, es privilegiar la
Otro principio aristotélico, concomitante al forma, el logos, sobre lo material. Platón creó
de no contradicción, es el tercero excluido: de una excelsa expresión de ésta. Consiste en ad-
dos propiedades contradictorias atribuibles mitir la hipótesis del adversario para mostrar-
a un objeto, éste debe tener una de ellas, sin le todas las consecuencias que lleva consigo y
que quepa un tercer término; un objeto “a” es que Platón, a través de Sócrates, cuestionaba
necesariamente “b” o no “b”. Este principio con preguntas y respuestas, mediante el diá-
también se expresa así: entre dos proposicio- logo. Gracias a él mostró que lo que en prin-
nes que juntas forman una contradicción no cipio parecía una respuesta correcta, no lo era
hay una tercera posibilidad, la tercera está ex- tanto. Un ejemplo: ante la pregunta sobre qué
cluida. Para otros autores este principio se ex- es la valentía, Sócrates aceptaba la respuesta
presa de esta manera: no es posible que exista de “no huir ante el enemigo”. Después argu-
un término medio entre dos términos con- mentaba que el estratega, en ocasiones, al huir
tradictorios; ese tercero está excluido (Grenet, conduce a su enemigo a trampas insalvables;
1980: 278; Reale y Antiseri, 2004: 195). El tercero entonces, la respuesta a qué es el valor no se
excluido niega la posibilidad de que haya otro limita a siempre enfrentar. Al dialogar sobre
elemento relacionado con la disyunción o di- diversas posibilidades de valor se centraban
cotomía (Grenet, 1980: 278; Reale y Antiseri, en qué lo caracterizaba de manera indudable:
2004: 195). Al saber del principio del tercero la esencia, es decir, alguna forma invariante de
excluido se abre camino al diálogo, y a trans- diversos conjuntos (Platón, 2009: 68-69).
formarlo en tercero incluido (explícitamente) Platón advertía que la multiplicidad y con-
o tercero secreto (implícitamente). fusión de tipos de un mismo conjunto o es-
El principio del tercero excluido es seguido pecie exigen, entre la infinitud individual y la
cuando sólo se plantea la realidad como dico- unicidad genérica, la mediación de un número
tómica; los términos que la componen exclu- definido y finito de especies: entre la infinitud
yen la posibilidad de otro más. Comprender de las partes y la unicidad del todo, existe la
lo real de forma dialéctica conduce a alejarse unidad relativa de todos parciales, de una uni-
de la aporía o disyunción: abre la posibilidad dad que los subsume (Grenet, 1980: 187-189).
de un tercero, producto de los opuestos o que Abreviando esta compleja forma de dia-
está entre ellos. No existe una única forma de léctica se puede afirmar que entre el todo y
dialéctica. Desde los filósofos griegos se utili- las partes existe la mediación de todos par-
zó este recurso. ciales. Unos y otros son logos que reúnen la
Para Sócrates la dialéctica fue la forma diversidad: ser vivo, mundo vegetal y mundo
de conocer: admite que no sabe nada, tam- animal; mundo animal: vertebrados e inver-
bién ignora cómo hacer largos discursos, tebrados, etcétera. Este tipo de dialéctica no

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tiene una clara orientación al movimiento de logos; otros, por lo material, por la naturaleza
lo material. Se interesa más por la forma, por o la realidad humana. Definir qué es realidad
la teoría. La dialéctica de Platón enseña que ideal o material precisa de una argumentación
entre el todo que unifica y las partes existen que rebasa los límites de este escrito; baste se-
todos parciales. No es la dicotomía unidad o ñalar esa oposición como una muestra más de
multiplicidad; son ambas y, además, un ter- la dialéctica. También es necesario destacar la
cero incluido y antes excluido: el todo parcial. exigencia de admitir lo excluido, lo que la apo-
Para Engels el cimiento de la dialéctica es ría o disyunción niega: una tercera posibilidad
la naturaleza. Afirmaba que en la naturaleza distinta al par que se contrapone. En unos ca-
todo sucede de manera dialéctica y no me- sos la indagación del tercero excluido se realiza
tafísicamente (1980: 24-25). En concordancia en el mundo de las ideas —o logos— dentro de
con su visión materialista, Engels no admitía la unidad y diversidad, mientras que en otros
cambios de la naturaleza debidos a entidades se busca más en la materialidad de los proce-
ajenas a la realidad material misma. Para ilus- sos. El tercero excluido deviene al ser producto
trar la dialéctica sostenía que la muerte era de lo opuesto. También es factible que ya exista
un proceso; no siempre es algo repentino o sin que se sepa de él: todo parcial.
instantáneo; algún poeta lo dice así: “se vive
de muerte y se muere viviendo”. Engels afir- Ausencia de diálogo por rechazo absoluto. Una
maba, categóricamente, que todo ser orgánico manifestación del tercero excluido es: no exis-
es, en todo instante, él mismo y otro; a cada te diálogo-pensamiento si se parte de una
momento asimila materia y energía absorbida certeza total, si cada dialogante asegura que
del exterior y elimina otras de su seno; a cada el otro está equivocado. La forma de educar-
instante en su organismo mueren unas células pensar-comunicar que parte de poseer la ver-
y nacen otras: todo ser orgánico es, al mismo dad incuestionable, de oponer el juicio de uno
tiempo, el que es y otro distinto. Para él los po- frente al del otro, únicamente admite falso o
los de una contradicción, positivo y negativo, verdadero, bueno o malo. Así, cada hablante
son tan inseparables como opuestos el uno asegura tener la razón y considera al otro irra-
del otro y, con todo y su antagonismo, se com- cional, obcecado, necio, ignorante; en suma,
penetran recíprocamente hasta un momento lo descalifica con adjetivos. El posible diálogo
en que sus contradicciones originan un nuevo muere entre certezas que lo aniquilan. El re-
sistema u organismo (Engels, 1980: 24-25). sultado de negar la emergencia de un tercero
La dialéctica materialista de Engels asume no incluido, un argumento distinto de los
a los opuestos de manera inseparable, recípro- que se oponen y repelen frontalmente, evita
ca, antagónica, y simultáneamente, produc- dialogar-pensar, impide la dialéctica. Separa y
tores de un tercer elemento distinto del par contrapone a quienes pudieran unirse en un
que lo originó. Ésta es otra manifestación del esfuerzo por esclarecer cómo o qué es el ter-
tercero incluido: proceso o materia nueva que cero no incluido, no atisbado. No se dialoga
deviene de la relación de oposición. Génesis si uno de los dialogantes no tiene apertura al
que no es tanto de ideas sino de la materiali- otro y su dicho, o bien, a una realidad distinta.
dad de la naturaleza o, en otro ámbito, de la No hay diálogo-pensamiento sin reconocer
realidad humana. la propia ignorancia y la posibilidad de que
La dialéctica en unos casos es más encami- emerja lo desconocido: el tercero excluido.
nada a las ideas y sus oposiciones; en otros, a
la materia y sus contradicciones. La realidad Alejamiento del diálogo por coincidencia ple-
material y las ideas forman un todo. Algunos na. Es aparentemente opuesto al anterior:
filósofos se inclinaron más por lo ideal, por el los hablantes admiten sin reparo lo que su

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Luis Rodolfo Ibarra Rivas | Educar, dialogar y pensar 181
interlocutor ofrece; coinciden en forma ínte- En la historia de la humanidad hay pares
gra. No atisban lo antagónico: juicios (logos dialógicos que no actúan dialéctica ni lógi-
o forma) ni otra realidad (materialidad). Así, camente. No son “lógicos” porque admiten
tampoco hay diálogo-pensamiento. La “coin- la contradicción. No son dialécticos porque
cidencia plena”, gracias al diálogo-pensamien- no conducen a un tercero (síntesis) que eli-
to, se abrirá a la dialéctica de lo uno y lo diver- mina a los anteriores (tesis y antítesis). Sí son
so, del devenir o de lo perenne, de preguntar o dialógicos porque viven la contradicción y
responder. Incluso en un acuerdo inicial sobre porque sus elementos no perecen ni son su-
un juicio acerca de lo real, cabe dialogar-pen- perados por un tercero: coexisten conflictiva
sar para enriquecer lo inicialmente admitido y armónicamente. Esta concepción casi no se
y, acaso, para encontrar o producir límites a lo ha incorporado a la forma de educar-pensar-
aceptado sin reserva. El diálogo-pensamiento comunicar en Occidente. Es una valiosa con-
produce conocimiento insospechado. tribución china ignorada por la mayoría de fi-
lósofos occidentales: yin y yang. La ignorancia
Diálogo e ignorancia. El diálogo, la dialéctica, acaso no sólo sea debida al desconocimiento
se favorece si, ante el reto de oponer pares anti- de esa oferta sino, y sobre todo, a no reconocer
téticos, se parte de que las dos ofertas de habla la coexistencia —pacífica o no— de elementos
contrapuestas seguramente son un vestigio de aparentemente discordantes.
la realidad, pero no toda ella. Dialogar-pensar Desde hace más de 2 mil 500 años, en la
inicia al escuchar y conferir cierta veracidad al filosofía china se conciben dos fuerzas en
otro. La confianza dada al otro está vinculada equilibrio, dos polaridades dinámicas y com-
al reconocimiento de ignorar los resultados plementarias, por ejemplo, respirar: inhalar-
últimos del diálogo-pensamiento: tercero no exhalar. Una no existe sin la otra. Siguiendo
incluido. Si existe la intuición o se vislumbra esta forma de pensar-dialogar-educar, la in-
algo más que el par contradictorio, entonces teracción de dos fuerzas opuestas produce los
el diálogo-pensamiento tiene materia para cambios que mueven al mundo: el yin-yang. Se
conversar-pensar: buscar el tercero excluido. representa con un círculo divido en dos mita-
des por una línea en forma de S que separa y li-
Principio dialógico mita lo oscuro (yin), de lo claro (yang). Tienen
La inteligencia ciega no admite lo complejo un punto central del color opuesto en cada
ni lo contradictorio ni lo dialógico de la reali- uno, un elemento dentro de él mismo que es
dad; sólo acepta una arista frente a otra. Existe distinto a él (Wilhelm, 1987).
lo dialógico cuando dos formas, dos entes, se La concepción dialógica no conduce a
oponen y se requieren; sin uno no existe el otro: eliminar a un elemento del par contradicto-
materia-forma. El principio dialógico mantie- rio ni a la misma contradicción. La imagen
ne la dualidad en el seno de la unidad; asocia y metáfora del yin y yang anima la forma de
dos términos a la vez complementarios y anta- pensar-dialogar-educar de manera dialógica:
gónicos (Morin 1998: 81-82). Se ilustra la necesi- determinación-indeterminación, certeza-incer-
dad de los opuestos en un torbellino: las fuer- tidumbre, objetividad-subjetividad, disconti-
zas centrífugas y centrípetas mantienen cierta nuidad-continuidad, predecible-impredecible,
unidad y equilibrio; al armonizarse se da un reversibilidad-irreversibilidad.
movimiento de ambas en un todo que las orga- El meollo está en decidir cuándo y por qué
niza y subsume. Cuando una de ellas es mayor uno u otro elemento (excluyente) o cuándo y
o se detiene, el par dialógico se pierde: no hay por qué uno y otro (incluyente). Lo dialógico
más torbellino. Lo dialógico es la oposición de de la realidad contribuye a valorar la nece-
fuerzas o cosas en el seno de su unidad. saria coexistencia de lo opuesto; al dialogar,

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la forma dialógica de comprender al mundo altibajos y detenciones. Morin (1998) recupe-
impedirá que el sentido común se imponga y ró un principio termodinámico: incremento
lleve a excluir opuestos o a eliminar la contra- de la entropía, del desorden. Marx postuló
dicción misma. También contendrá a la pos- de manera similar que todo lo sólido se des-
tura dialéctica que impulsa la superación de la vanece en el aire (Berman, 2011). El par conti-
contradicción con otra realidad (síntesis) y, al nuidad-discontinuidad es constituyente de la
mismo tiempo, con la génesis de otros opues- realidad misma.
tos (tesis-antítesis). Al dialogar-educar-pensar Es necesario considerar el par incertidum-
admitiendo lo dialógico se descubrirá que, bre-certeza. Es imposible saber de antemano
seguramente, la oferta de habla opuesta es un en qué desemboque la triada diálogo-pensa-
complemento de lo esgrimido. miento-educación. Si existe la rigidez de la
La forma dialógica entraña incremen- certeza absoluta no hay diálogo-pensamiento
tar el umbral a la frustración; soportar que lo posible. Tampoco los habrá si no hay de qué
opuesto es indispensable para que la unidad de sujetarse al dialogar-pensar, no habría qué
lo contradictorio no se pierda en uno solo de contuviera. Es tan incierto dialogar-pensar-
sus elementos: el elegido para rechazar lo que, educar porque es imposible predecir si hay
usualmente, no agrada. Hay pares dialógicos que seguir el imperio de la no contradicción y
porque también existen sistemas o juicios que admitir la identidad irrefutable del es o no es;
son dialécticos o contradictorios, así como o, bien, si lo que debe guiar es la apertura a un
otros que carecen de contradicción. La reali- tercero no incluido en forma de todo parcial,
dad compleja es un entramado. Esas formas de de una síntesis de un par antagónico o abrirse
pensar la representan. Es harto difícil comu- a lo dialógico que tiene continuidad.
nicarse para llegar a acuerdos al desconocer lo
dialógico, lo opuesto en el seno de la unidad, o Conclusiones
bien, sin reconocer la unidad dentro de la dura-
dera contradicción. Lo dialógico, en ocasiones, Educar-dialogar-pensar sigue siendo proble-
es lo que priva, y no lo dialéctico ni la supera- mático; continúa planteando problemas que
ción de lo antagónico por un tercer elemento. dan qué pensar-conversar-educar acerca de
Al dialogar son provechosos los pares dia- pensar-dialogar-educar. A menudo los maes-
lógicos continuidad-discontinuidad y certe- tros “vuelan con el piloto automático, como
za-incertidumbre. Lo son para advertir que de hecho sucede a todos en nuestro entorno
la relación dialéctica no siempre se resolverá habitual de trabajo y de vida… La rutina li-
en un tercero antes excluido, producto del par bera al pensamiento” (Perrenoud, 2007: 168).
tesis-antítesis: la síntesis. No siempre la con- Rutina y no pensar tienen vínculos estrechos;
tinuidad se romperá para generar otra reali- la rutina limita la creación y conduce al tedio.
dad: todo parcial. Desde Darwin y Hegel se ha Heidegger afirmaba que era necesario admi-
propagado la ilusión de una continua evolu- tir que sólo cuando nos volvemos con el pen-
ción; después Comte la denominó progreso; sar hacia lo ya pensado, estamos al servicio
la tecnificación de la vida la elevó al nombre de lo por pensar (2008: 27-30). Es indeseable
desarrollo y, más reciente, acaso sea desarro- educar impensada y rutinariamente; es más
llo sustentable. provechoso admitir la propuesta de educar-
Las ilusiones y los mitos son necesarios pensar-dialogar atendiendo tensiones ante lo
para orientar la vida. Aun así, no siempre es experimentado-incierto-rutinario y lo pensa-
factible suponer que todo se mueve hacia algo do-plasmado en documentos.
mejor; como en el caso del torbellino o de Una propuesta adicional del trabajo es-
grupos humanos, existen momentos cumbre, triba en reconocer la condición de crisis que

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vive el sistema mundial y sus distintos agentes expresado en el diálogo de filósofos, peda-
e instituciones. Ni los educadores ni sus edu- gogos y científicos con su entorno. También
candos son ajenos a la crisis. Experimentan es necesario que piensen-dialoguen su
sentimientos como miedo y escepticismo. educar-pensar-dialogar.
Carecen de fe y optimismo. No hay sentidos Otra propuesta es vivir la tensión propia
plenamente compartidos. Con todo, y contra- de la pedagogía: vivir entre el ser (la realidad)
dictoriamente, se anhela otro modo de rela- y el deber ser (la utopía o no lugar necesario de
ción, la utopía no vislumbrada: nuevas formas construir). Durkheim (1993: 102-120) subrayó
de relación que requieren experimentarse ya. que la Pedagogía no es una ciencia en tanto
Educar-pensar-dialogar con sentido. plantea un deber ser. Tampoco es una diatriba
Bajo las condiciones de crisis no es fácil carente de justificaciones teóricas-empíricas.
dialogar. Es más usual “dar el avión”, ser in- Educar demanda encarar la contradicción
tolerante o indiferente: “ni los veo ni los oigo”. dialéctica o dialógica del debilitamiento de
Formas de relación usuales en las aulas (emi- estructuras y la urgencia de nuevas formas de
tir comunicados, explicar, ser incomprensible comunicar-pensar-educar. Exige enfrentar la
ante la incomprensión, guiarse por la inte- tensa relación teoría-práctica.
ligencia ciega o el sentido común) debieran Este trabajo mostró tensiones. Sócrates,
abrir espacio a dialogar-pensar. Para ello es Platón, Aristóteles, Kant, Gadamer, Heidegger,
indispensable reconocer que dialogar-educar Habermas, Bourdieu, Freire y muchos otros li-
no es una cháchara sin sentido ni una dis- mitan y potencian el educar-pensar-dialogar.
puta. Es una producción humana en la que ¿Qué hacer en el encuentro con el otro? La
está en juego reflexionar, conocer, aprender, incierta situación dialógica, dialéctica, de no
pensar o actuar práxicamente (Ibarra, 2010). contradicción o del tercero incluido exige al-
Está en juego la producción del sentido dis- gunas certezas. Tal vez dos debieran ser: sólo sé
tinto al sin-sentido de la crisis. Los profeso- que no sé nada, y deseo contribuir a formar un
res requieren apropiarse de lo ya pensado y mundo mejor al educar-dialogar-pensar.

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