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TEMA 1

DISTRIBUCIÓN, DINÁMICA DEMOGRÁFICA Y EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN

LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN


La Tierra habitada se denomina “ecúmeno”. No toda la superficie del planeta lo es, aunque los límites han ido
variando a lo largo de la historia y en la actualidad el hombre es capaz de mantenerse (con ayuda de medios)
en los lugares más hostiles de la tierra.
La población no se distribuye de forma homogénea por el planeta y sólo el 30% está habitada de forma
permanente.
Para expresar la relación entre la población y el espacio que ocupa se utiliza el concepto de densidad de
población, que expresa el nº de personas por unidad de superficie.
Sobre la distribución de la población en el planeta se pueden hacer algunas consideraciones generales, como
que más del 90% vive en el Hemisferio Norte, que el continente euroasiático acoge a más del 75% de la
población mundial y que la mayoría de la población tiende a concentrarse en costas o zonas de baja altura.
LOS DESIERTOS DEMOGRÁFICOS
- El conjunto de tierras frías de los dos hemisferios (sólo hay algunas bases de investigación y alguna
pequeña población autóctona)
- Las grandes zonas de desiertos áridos (Sahara…)
- La zona tropical húmeda (Amazonia, Nueva Guinea…)
- Áreas montañosas
LAS GRANDES CONCENTRACIONES HUMANAS
- Asia oriental. Acoge la cuarta parte de la población mundial, y el sostén principal ha sido la agricultura
- Extremo meridional de Asia, tiene el 23,3% de la población mundial. Es un área dominada por los monzones
y también basada en la agricultura.
- Europa, con cerca del 10% de la población mundial. Aunque tiene una importante agricultura no se compara
con los colosos asiáticos ya que en Europa hay un alto nivel industrializado.
Otras concentraciones importantes son:
- El NE de EE.UU. y el Valle de San Lorenzo (Canadá), con mención especial a la continuidad urbana de
ciudades que se ha denominado megalópolis.
- Y de menores dimensiones se puede destacar, el valle bajo del Nilo, la isla de Java, la costa brasileña…
CONTRASTES Y HETEROGENEIDAD EN LA DISTRIBUCIÓN A TODAS LAS ESCALAS: en la
distribución de los hombres sobre la Tierra destaca la falta de homogeneidad (a todas las escalas) y el
acusado contraste entre vacíos y áreas de gran densidad de población (por ejemplo Vizcaya con 541
hab./km² y Teruel con 10 hab./km²)
FACTORES EXPLICATIVOS DE LA DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN: es evidente que la
distribución de la población en cada momento es el resultado de toda su evolución histórica en la que
intervienen factores que se agrupan en físicos y humanos, y dentro de los humanos, en socio-económicos y
demográficos.
El medio físico ejerce una gran influencia acusada en la distribución, y el clima es el elemento más influyente
(frío extremo, elevado calor y humedad…); el relieve es otro factor que condiciona la distribución, ya que una
gran mayoría mundial vive por debajo de los 500 m de altitud. También las características de los suelos, la
vegetación, las precipitaciones, disponibilidad de agua…son factores condicionantes.
Por encima de estos factores físicos pesan los factores históricos, ya que cuanto más antiguo sea el
poblamiento de una región más posibilidades hay de que siga habitada.
Los movimientos migratorios, que se remontan a la presencia del hombre en la Tierra han ido configurando la
distribución actual; casi todo el planeta está ocupado desde muy antiguo, pero hasta que la agricultura y la
ganadería no se desarrollaron no se llegó a producir un notable aumento de la población.
En resumen, una combinación de factores físicos (relieve, clima…), socio-económicos (historia, herencia
cultural, economía…) y demográficos (natalidad, mortalidad, migraciones…) configuran en cada caso una
determinada distribución de la población.

DINÁMICA DEMOGRÁFICA
La población mundial y su evolución resultan del balance entre nacimientos y defunciones, a lo que nos
referimos como movilidad natural.
NATALIDAD: en los nacimientos que se producen en una población influyen las personas en edad de
procrear, su fertilidad y su fecundidad.
El concepto de fecundidad hace referencia al número de hijos que tienen las mujeres. Y fertilidad es la
capacidad física para reproducirse. La natalidad se refiere al número de nacimientos que se producen en
relación a todo el conjunto de la población.
El número real de hijos que tienen las mujeres de una población indica la fecundidad de dicha población.
Cuando la fecundidad no está condicionada por factores externos se denomina fecundidad biológica o natural
(prácticamente inexistente entre humanos) y el resto de casos se trata de una fecundidad influida por los
factores sociales que se denomina fecundidad real o efectiva.
El concepto de reproducción relaciona los nacimientos de niñas con las madres.
LA MEDIDA DE LA NATALIDAD: se utilizan censos y estadísticas vitales, a los que es necesario añadir
encuestas y sondeos.

LAS DIFERENCIAS MUNDIALES DE FECUNDIDAD: a nivel mundial existen grandes contrastes respecto a la
fecundidad y natalidad de las poblaciones; entre los valores hay grandes extremos que podemos agrupar en
cuatro conjuntos; un primer grupo tiene tasas bajas, inferior a 2, con lo que está en el límite de reemplazo
generacional y entre ellos está el mundo considerado como más desarrollado. En el segundo grupo está el
extremo opuesto, con tasas de fertilidad muy altas, por encima de 5. Entre estos valores podemos hacer
alguna subdivisión; un grupo más cercano a la baja natalidad, entre 2 y 3.5 hijos por mujer, que se
consideraría fecundidad moderada y otro grupo con entre 3.5 y 5 y por lo tanto con alta fecundidad pero sin
llegar a los valores extremos del segundo grupo.
A grandes rasgos se aprecia que las áreas de la Tierra que poseen semejanzas de carácter económico
también presentan rasgos similares de natalidad
FACTORES DE LA DIVERSA FECUNDIDAD: la mayoría de hombres y mujeres son fértiles aunque en distinto
grado a lo largo de su vida; por lo tanto las diferencias de fecundidad que se dan a nivel mundial no son
explicables tanto por factores de carácter biológico como por factores socio-culturales.
En la actualidad no cabe duda de que el principal elemento que explica las diferencias espaciales de
fecundidad es el control de la natalidad.
En el panorama actual se aprecia una clara relación entre el grado de desarrollo económico y la fecundidad
(al aumentar el desarrollo desciende la natalidad); también hay otros condicionantes como limitar el número
de hijos para poder ofrecer una mejor calidad de vida, el acceso de la mujer al trabajo, estudios…; también
otros factores son las costumbres referentes por ejemplo al matrimonio, al divorcio, segundas nupcias,
anticonceptivos, nivel religioso…
MORTALIDAD: de la diferencia entre los nacidos y los fallecidos resulta el saldo o crecimiento de la
población; en la actualidad la población mundial crece y la mortalidad esté en descenso.
LA MEDIDA DE LA MORTALIDAD:

LA MORTALIDAD EN EL MUNDO: en el conjunto mundial la tasa bruta de mortalidad (TBM) actual, tras un
periodo en constante descenso, es de sólo el 9 por mil; cifra que engloba contrastes destacables.
Hay un grupo con las TBM muy elevadas superiores al 20 por mil (países africanos…) y en el extremo
opuesto están los países que no llegan a la media, entre 4 y 6 por mil. Los países más desarrollados son los
que tienen las medias más bajas. El envejecimiento de los países más desarrollados hace que se produzcan
muchas defunciones por las personas que han llegado a altas edades; en cambio en países con bajo
desarrollo económico y población joven donde llegan los avances médicos la mortalidad es actualmente muy
baja.
El concepto de esperanza de vida hace referencia al número de años de vida que restan, por término medio,
a una persona, de no variar la tendencia en la mortalidad.
Podemos destacar como conclusión que, a escala mundial son menores los contrastes de mortalidad que de
natalidad; que hay una gran incidencia de la estructura por edad de la población en las tasas de mortalidad,
que hace que numerosos países desarrollados tengan tasas más altas que otros de nivel inferior y por último
que países con muy escaso nivel económico han logrado reducir espectacularmente sus tasas de mortalidad.
El descenso de la mortalidad hasta mediados del s.XX se limitaba sólo a países desarrollados, pero se
comenzó a extender al Tercer Mundo lo que causó una expansión médica (vacunas, medidas higiénicas…)
que consiguieron un rápido retroceso de enfermedades, infecciones…; en relación a este proceso se ha
desarrollado la teoría de la transición epidemiológica, dividida en tres fases que son , las pestes y hambrunas,
epidemias residuales y enfermedades degenerativas y generadas por el hombre.
LOS FACTORES QUE AFECTAN A LA MORTALIDAD: tras la Revolución Industrial los avances conseguidos
en las condiciones higiénicas y sanitarias han logrado notables éxitos en la lucha contra la muerte.
El descenso se ha hecho de las capas altas de la sociedad a las bajas y de los países ricos a los pobres;
donde hay que destacar que en los subdesarrollados el retroceso ha sido mucho más rápido que en los
desarrollados puestos que los subdesarrollados se han podido beneficiar de los avances científicos de los
desarrollados.
En los países de la órbita de los subdesarrollados aún tienen gran incidencia las enfermedades
infectocontagiosas, mientras que en los desarrollados son de tipo endógeno (cardiovasculares…).
Los factores que inciden en la mortalidad son muy variados, y pueden ser según la clase social, según la
etnia, por el estado civil, por sexo y por edad,
La esperanza de vida de las personas resulta bien distinta según el lugar en el que nazca y se viva.

EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN MUNDIAL


A mediados del 2005 el número de habitantes del planeta era de 6.477 millones; para los años 2025 y 2050
se estima (con proyecciones demográficas) que las cifras serán de 7.952 y 9.262 millones respectivamente.
Hay un ritmo especialmente acelerado a lo largo del s.XX que comenzó sólo con 1.700 millones y terminó
superando los 6.000 millones.
A pesar de que no existen datos estadísticos para la larga historia de la humanidad hay muchos estudios que
avalan los cálculos, según los cuales ha habido una sucesión de periodos de crecimiento, otros de
estancamiento y también de regresión.
En la historia demográfica ha habido dos momentos clave de cambios, el Neolítico y la Revolución Industrial.
EL DÉBIL CRECIMIENTO HASTA LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL: se admite que la humanidad
atravesó un largo periodo (el 90% de su historia) con un crecimiento muy lento y fluctuante. El desarrollo de la
agricultura y la domesticación de animales, situado en el Neolítico, posibilitó el asentamiento de grupos
humanos y debió favorecer el crecimiento.
A comienzos de nuestra era se estimaba que podíamos ser unos 300 millones; la caída del Imperio Romano y
las invasiones bárbaras supusieron un descenso y el siguiente periodo de expansión se vio gravemente
afectado por la peste y viruela del s. XIV, pero tener luego un leve remontar desde 1650 que habría alrededor
de 500 millones de personas.
EL MODERNO CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN: el año 1750 se considera el inicio del Moderno
Crecimiento de la población, y va paralelo al inicio de la Revolución Industrial; en esta fecha hay 800 millones
de habitantes, a los 150 años era el doble con 1.650 millones y 200 años más tarde éramos 2.500 millones.
La revolución Industrial trajo consigo grandes avances en medicina y se producirá la Revolución Demográfica,
donde a medida que las sociedades se iban industrializando se incorporaban a la nueva situación de
crecimiento. En 1950 se produce otra importante inflexión que culminará en 1975, se produce una verdadera
explosión demográfica que afecta sobre todo a los países menos desarrollados.
El crecimiento de la población mundial en las últimas décadas ha alcanzado valores nunca antes conocidos;
en los países industrializados la principal causa es el descenso de la mortalidad, al que acompaña una baja
natalidad.
En los países subdesarrollados la reducción de la mortalidad, más tardía, ha llegado a ser radical,
manteniendo una natalidad elevada lo que nos explicaría los explosivos nacimientos.
El ritmo actual de crecimiento llevaría a una situación de sobrepoblación; aunque ya se aprecia un descenso
bastante generalizado de la natalidad. El actual descenso del porcentaje de crecimiento se relaciona con la
notable caída de la fecundidad de los países del Tercer Mundo; aunque también hay factores que impulsan el
crecimiento acelerado como la notable cantidad de personas en edad de procrear en el Tercer Mundo.
LA MEDIDA DEL CRECIMIENTO: el balance entre los nacidos y fallecidos constituye el crecimiento de
la población; a escala mundial son los dos únicos componentes a considerar.
Sólo desde mediados del s. XVIII comienza a haber censos modernos en algunos países, por lo que los datos
anteriores son siempre estimaciones. A partir del crecimiento de una población y otra serie de datos se
pueden realizar proyecciones demográficas para calcular la población del futuro.
Para evaluar el crecimiento de la población podemos utilizar distintas fórmula
CONTRASTE ESPACIAL DEL CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN: el crecimiento de la población en
pasadas décadas y actualmente es muy contrastado espacialmente. Hay un descenso generalizado de
crecimiento pero no es homogéneo, y hay un gran número de países con crecimiento cero o negativo, y otro
gran número de países, que al agrupar por continente, pueden enmascarar su situación.
Los contrastes actuales, mucho más acentuados que en otra época, se deben al desfase cronológico con que
se produce la revolución demográfica en las distintas sociedades.
LA TRANSICIÓN DEMOGRÁFICA: la humanidad ha pasado por distintas etapas en su evolución, desde lo
que llamamos régimen demográfico antiguo en el que el crecimiento es lento y fluctuante hasta el régimen
moderno, en el que se ha llegado a un crecimiento nunca visto antes y donde aplicamos términos como
revolución demográfica o explosión demográfica.
El religioso anglicano Malthus planteó el problema de una población que continuaba creciendo en progresión
geométrica con unos recursos que lo hacían en progresión aritmética.
La denominada transición demográfica es el proceso por el cual una población pasa de una situación de altos
valores de natalidad y mortalidad a otra situación opuesta, de bajos niveles de natalidad y mortalidad, como
consecuencia del desarrollo demográfico.
Existen tres etapas en la teoría de la evolución:
- La primera etapa o tradicional; es previa a la revolución demográfica y se caracteriza por tasas altas
de natalidad y mortalidad, aunque estas últimas son fluctuantes (guerras, epidemias…)
- Etapa de transición, que podemos subdividir en tres etapas:
Primero comienza a descender la mortalidad mientras la natalidad se mantiene elevada (empieza a
crecer la población). A continuación la mortalidad sigue descendiendo y se inicia un lento descenso de
la natalidad (es el momento de mayor crecimiento de la población). Al final de la transición la
mortalidad sigue descendiendo y la natalidad disminuye a gran ritmo.
- Etapa final o evolucionada; se caracteriza por bajas tasas de natalidad y mortalidad, por lo que el
crecimiento es muy débil o nulo, igual que al comienzo.
Se ha comprobado que se cumple la teoría de la evolución en numerosos países desarrollados, aunque hay
excepciones o matices. Más problemático es su aplicación a países subdesarrollados ya que en ellos los
condicionantes de natalidad y mortalidad son otros, ya que la mortalidad ha empezado a descender mucho
después y desligada al desarrollo económico con importación de los avances médicos y técnicos.
Lo que está claro es que el modelo demográfico se va difundiendo hacia toda la población con sus diferentes
rasgos y con diferenciación en las fechas en que se producen las etapas.
Existen críticas y otras versiones del modelo demográfico, como las de Trewartha que utiliza sobre el mismo
esquema cuatro fases (estacionaria alta, de primera expansión, de segunda expansión y estacionaria baja);
también otro autor, Chesnais, utilizó tres tipos de transición demográfica en países desarrollados, y fueron: el
nórdico (el crecimiento vegetativo anual es muy bajo y la transición demográfica larga), el centro occidental
(también con un crecimiento vegetativo bajo pero en menos periodo de tiempo) y el meridional y oriental (igual
que los anteriores pero en distintas fechas).

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