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Las Islas Canarias, un extraordinario paraíso botánico

Walter Welss,
Jardín Botánico de Erlangen, Alemania
walter.welss@fau.de

Colaboró en la traducción Heidi Westendarp-Goerlich.

L as Islas Canarias constituyen un archipiélago ubi-

cado a 100-500 km al oeste de África en el Mar
Atlántico. Son parte de España, en calidad de Comunidad
1. Geología

Autónoma, mientras que biogeográficamente pertenecen

a la región de Macaronesia. Junto a los relictos Terciarios Las Islas Canarias tienen un origen volcánico pero muestran
(paleoendemismos), se encuentran muchos taxones en los un desarrollo geológico propio y tienen edades diferentes.
cuales se reconocer procesos activos de especiación (neoen- Fuerteventura tiene más de 23 millones de años, mientras
demismos); hoy se siguen descubriendo nuevas especies de El Hierro es la isla más joven, con 1,2 millones de años. Los
plantas y animales. Similar al caso de las Islas Galápagos, paisajes volcánicos más impresionantes de las Canarias son
aquí se puede observar cómo ocurre la evolución en un las “Montañas del Fuego” en Lanzarote y “Las Cañadas”
espacio reducido a través de la radiación adaptativa. El en Tenerife.
lugar, la exposición, el relieve, el microclima, el grado de El volcanismo le dio su forma y estructura a las islas
descomposición de la lava y el sustrato del lugar sobre la y la erosión les dio su relieve. Son característicos sus pro-
isla así como su historia de colonización, juegan un papel fundos barrancos con innumerables microhábitats para la
decisivo en la formación de especies. vida vegetal.
El archipiélago se compone de 7 islas mayores y una
serie de islas menores (Figura 1). Cada una de las siete islas
b
tiene su carácter propio y su encanto en particular. La isla
Figura 1. a: Ubicación del Archipiélago Canario. b: Tenerife desde el noroeste. La vista abarca del deforestado Macizo de Teno, con la costa empinada “Los
más grande, más alta y más variada es Tenerife. Por eso es 2. Clima Gigantes” sobre los 3.718 m de altura del Pico del Teide hasta los montes de Anaga a unos 80 kilómetros, en el horizonte a la izquierda. Allí se forman las
el destino predeterminado para entrar en el mundo de la nubes alisios. © Walter Welss.
Macaronesia.
El clima en las Canarias es condicionado por los alisios del
Isla Superficie noreste, lo que implica condiciones mediterráneas (veranos En las zonas bajas dominan temperaturas anuales las precipitaciones bajan también. Esto permite una clara
Tenerife 2034 km² secos – inviernos húmedos), por lo que se considera un de 20ºC, con menos de 200 mm de precipitaciones. zonación bioclimática, la cual pasa de un piso infracanário
Fuerteventura 1660 km² clima muy agradable. El Atlántico por su lado tiene un Estas condiciones semiáridas son atenuadas a mayor seco-caliente a un piso seco-frío orocanário, que se ven
Gran Canaria 1560 km² efecto compensatorio. Esto no excluye la posibilidad de altitud. Las temperaturas bajan, como es de esperarse, reflejados en la vegetación.
Lanzarote 846 km² nieve sobre las islas más altas y ocasionales precipitaciones y las precipitaciones aumentan considerablemente bajo El aire seco, caliente y empolvado del Sahara que
La Palma 708 km² muy fuertes. La altitud, la exposición y la morfología la influencia de los alisios del noreste (hasta cerca de viene desde el este puede subir rápidamente la temperatura
La Gomera 370 km² modifican considerablemente el clima. 800 mm al año). En las zonas subalpinas de Tenerife las del aire, disminuir su humedad y dificultar la visión. Este
El Hierro 269 km² temperaturas bajan hasta un promedio bajo los 10ºC y efecto se denomina “calima” y puede causar, sobre todo
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Figura 2. En Tenerife el Pinar en zonas altas y el Pico del Teide se elevan por encima de las nubes.
combinado con tormentas, graves daños a la vegetación.
Muchas plantas usan para su abastecimiento de agua la
condensación en árboles y arbustos de los alisios, además
de las lluvias (Figura 2).
3.Vegetación
La colonización comenzó con vegetación pionera poco
después del enfriamiento de las islas volcánicas recién
formadas. Esporas y semillas alcanzaron los grupos de islas
volando o con la ayuda de animales (zoocoría). En casos
particulares se piensa también que pudo ocurrir a través
de transporte marítimo directo. También islas que hoy han
desaparecido pueden haber jugado un papel importante
como puentes de colonización. El aislamiento y la variedad
de hábitats favorecen la evolución y aparición de especies
endémicas. También el ser humano ha traído consigo
nuevas especies desde algunos milenios.
Debido a las similitudes entre varios grupos de islas
como las Azores, Madeira, las Canarias, Cabo Verde y una
franja de la costa africana, se reconoce la región florística
llamada Macaronesia. Sin embargo, esta región es hoy en
día adjudicada a diversas relaciones biogeográficas.
En la laurisilva de las Canarias se conservan elementos
que dejan suponer cómo pudieron haberse visto los bosques
en el Mioceno y Plioceno. Por esto no es casualidad que se
hable de un “museo de flora Terciaria” en estas “Galápagos
del mundo vegetal”.
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Vegetación costera Tabaibal-Cardonal (Kleinio-Euphorbietea)
En las Canarias predominan claramente las costas ro- El matorral de suculentas, llamado Tabaibal-Cardonal,
cosas. Bajo la influencia de la espuma salada del oleaje constituye la zona de vegetación más bajo y puede llegar
prosperan aquí especies adaptadas como la Servilleta de los 300 metros de altitud en el norte y 700 metros en el
mar (Astydamia latifolia) (Figura 4). La Tolda (Euphorbia sur (Figura 5).
aphylla) puede formar grandes poblaciones en las zonas Como consecuencia de las altas temperaturas y
expuestas al viento de las islas centrales, mientras que la los vientos constantes, podemos encontrar aquí muchas
Tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera) puede encontrarse plantas suculentas. En las zonas rocosas habita el Cardón
en todas las islas. (Euphorbia canariensis) de tipo candelabro (Figura 6).
Las costas arenosas se encuentran sobre todo en Grandes ejemplares tienen además como “Unidad Cardón”
Lanzarote y Fuerteventura y en el sur de Gran Canaria. El un efecto nodriza sobre plantas más sensibles al ramoneo
Balancón (Traganum moquinii) o la Uva de mar (Tetraena como el Guaydil (Convolvulus floridus) o el Cornical (Pe-
fontanesii) son especies características de la zona. riploca laevigata).
En general las relaciones biogeográficas de las Ca-
narias son muy variadas y abarcan desde la flora Terciaria
(desde el borde sur del antiguo Mar de Tetis), pasando por
África oriental y sur hasta el sudeste asiático y el Neotrópico.
3.1. Pisos de vegetación
Ya en los principios de la exploración geobotánica de las
Islas Canarias podían distinguirse tres subcategorías de
vegetación: un nivel seco-caliente bajo las nubes, un nivel
húmedo en la nube alisia y un nivel seco-frío sobre las nu-
bes. Esta división aplica en principio en todas las islas. Su
máxima expresión se aprecia sin embargo sólo en la isla de
Figura 4. La Servilleta de mar (Astydamia latifolia) es una umbelífera común en las zonas donde salpica
Tenerife, y en menor medida en La Palma. Con el avance el agua en las costas rocosas.
de las investigaciones se han ido haciendo más claras las
diferencias vegetacionales (Figura 3).
Figura 3. Pisos de vegetación en las Islas Canarias, ejemplificados con Tenerife. Figura 5. Un aspecto del Tabaibal-Cardonal en la isla de Tenerife.
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Las euforbias que poseen las hojas ordenadas en forma
de un penacho al final del tallo, reciben el nombre de
Tabaibales. Éstas incluyen Euphorbia balsamifera así como
la Tabaiba salvaje (Euphorbia regis-jubae) en las islas del
este y la Tabaiba amarga (Euphorbia lamarckii) en las del
oeste. Otros especies de tabaibas pueden encontrarse oca-
sionalmente. El Verode (Kleinia neriifolia) de la familia de
las Compuestas posee una forma similar de crecimiento.
La Ahulaga (Launaea arborescens) se asemeja a un alam-
bre de púas con flores amarillas. El Balo (Plocama pendula),
de la familia de las Rubiáceas, se mantiene verde todo el año.
Bosque termófilo y Sabinar (Oleo-Rhamnetea)
Más hacia arriba se incorporan lentamente los bosques de
arbustos, los que son adjudicados al piso termocanario. Un
árbol característico pero bastante raro es la Sabina canaria
(Juniperus turbinata ssp. canariensis). Además nos encon-
tramos con el Acebuche (Olea europaea ssp. guanchica), el
Almácigo (Pistacia atlantica) y el Drago (Dracaena draco).
La Palmera canaria (Phoenix canariensis) puede aparecer
Figura 6. El Cardón canario (Euphorbia canariensis), con su crecimiento con forma de candelabro, es característico de las zonas rocosas en donde hay arbustos en zonas con buen drenaje.
de suculentas.
Monteverde: Laurisilva Canaria y Fayal-Brezal
(Pruno-Lauretea)
Dentro del mismo piso bioclimático pero bajo la influencia
de los alisios del noreste las condiciones climáticas permiten
el desarollo de formaciones de monteverde (Laurisilva y
Fayal-Brezal) (Figura 7). Sin embargo, son característicos
las condiciones bastante más húmedas que les propicia el
mar de nubes. Bellos ejemplos han persistido en el noroeste
y noreste de Tenerife, en La Gomera y en La Palma.
Con respecto a los árboles, cuatro especies de
Lauráces juegan un papel importante: el Laurel cana-
rio (Laurus novocanariensis), el Barbuzano (Apollonias
barbujana), el Til (Ocotea foetens) y el Viñático (Persea
indica) (Figura 8). En el sotobosque prosperan especies
herbáceas endémicas, helechos y musgos. Se mencionan
la Crestagallo (Isoplexis canariensis), la Reina del monte
(Ixanthus viscosus), la Patagallo canario (Geranium reuteri)
y el atractivo Bicácaro (Canarina canariensis), una planta
trepadora. En zonas con suelos pocos profundos, secas y
más expuestas al viento, se pueden encontrar Faya (Mo-
rella faya) y Brezo (Erica arborea). Este típo de vegetación
se llama Fayal-Brezal.

a a b

b c c d

Figura 7. a: Laurisilva rica en helechos y epífitas en los montes de Anaga (Isla de Tenerife). b: Helechos en la Laurisilva de Tenerife. c: La rara y delicada Helechilla Figura 8. a: El Laurel canario (Laurus novocanariensis) da su nombre por la Laurisilva. b: El Viñátigo (Persea indica), también de la familia de Lauráces, vive en bosques
(Hymenophyllum tunbrigense) siempre vive sobre viejos troncos de Tejo (Erica scoparia). sombríos y húmedos. c: La madera fresca del Til (Ocotea foetens) tiene un olor desagradable. d: Una especie típica del Fayal-Brezal es la Faya canaria (Morella faya).
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Retamar (Spartocytisetea) Violeta del Teide (Violetea)

Sobre los 2.000 metros de altura aproximadamente, en el
piso supracanario en Tenerife y La Palma, podemos en-
contrar una vegetación completamente distinta que debe
enfrentarse a una iluminación intensa, sequedad, hielo y
grandes variaciones de temperaturas.
Matorrales semiredondos como la Retama del Teide
(Spartocytisus supranubius), el Codeso de cumbre (Adeno-
carpus viscosus), la Pajonera de cumbre (Descurainia bour-
geauana) (Figura 10), el Rosalito de Cumbre (Pterocephalus
lasiospermus) y el Alhelí de Cumbre (Erysimum scoparium)
son característicos del paisaje. Los más impresionantes plan-
tas son los Tajinastes rojos (Echium wildpretii) que forman
columnas de hasta tres metros de alto con miles de flores.
En el piso orocanárico encontramos sólo pocas especies de
plantas con flores, entre ellas la encantadora Violeta del
Teide (Viola cheiranthifolia).
3.2. Familias diversas
Euphorbiaceae: El género Euphorbia se encuentra muy di-
versificado en las islas. Van desde especies pequeñas que en
el centro de Europa se conocen también como malezas, pa-
sando por plantas ornamentales como la Flor de Pascua (Eu-
phorbia pulcherrima) o el Árbol dedo (Euphorbia tirucalli)
hasta endémicas, con áreas de distribución generalmente

Pinar canario (Cytiso-Pinetea) de este pino de tres acículas se encuentran en el Himalaya.

Los bosques de Pino canario ocupan zonas más altos
que son adjudicados al piso mesocanárico (Figura 9). A
excepción de zonas de transición, predomina aquí el Pino
canario (Pinus canariensis). Las especies más relacionadas
Sus largas acículas peinan las nubes, por decirlo de alguna
manera, mejorando la economía del agua de las islas. En los
normalmente escasos sotobosques son típicos el Escobón o
Tagasaste (Chamaecytisus proliferus) y el Amagante de pinar
(Cistus symphytifolius).
a

b
b
Figura 10. a: La Pajonera de cumbre (Descurainia bourgeauana) tiñe Las Cañadas de amarillo entre abril y
Figura 9. a: Pinos canarios (Pinus canariensis) en la Caldera de Taburiente (Isla La Palma). b: El Corazoncillo junio. b: Las inflorescencias muertas del Tajinaste rojo (Echium wildpretii) siguen siendo muy impresionante
(Lotus campylocladus) es un endemismo canario, común en los pinares descubiertos. en Las Cañades del Teide.
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a b c a b

Figura 13. a: El Cerrajón de monte (Sonchus acaulis)

en un Fayal-Brezal cerca de Los Silos en Tenerife. b:
La Piña de Mar (Atractylis preauxiana) es una es-
pecie muy rara y amenazada de Tenerife y Gran
Canaria. c: El Cerrajón arborea (Sonchus canarien-
sis) alcanza una altura de 3 metros. d: La Margarita
de monte (Argyranthemum broussonetii) crece en
d e f d la región de laurisilva en el norte de Tenerife y en
La Gomera.

Asteraceae: A diferencia de sus parientes mediterráneos, las

30 especies de margaritas canarias (Argyranthemum) son de
larga vida y crecen en forma de arbustos. En los sombreados
bosques de la laurisilva podemos encontrar especies con
g h i c grandes hojas que se han adaptado a las condiciones del
lugar; en lugares soleados se encuentran algunas con hojas
Figura 11. a: Cardón canario (Euphorbia canariensis). b: Cardón de Jandía (Euphorbia handiensis). c: Tolda (Euphorbia aphylla). d: Lechetrezna de playa (Euphorbia
paralias). e: Tabaiba majorera (Euphorbia atropurpurea). f: Tabaiba de Bravo (Euphorbia bravoana). g: Tabaiba salvaje (Euphorbia regis-jubae). h: Tabaiba amarga o finamente divididas. Las casi 30 especies endémicas de la
Higuerilla (Euphorbia lamarckii ssp. broussonetii). i: Tabaiba de monteverde (Euphorbia mellifera). Crassulaceae: A partir de los ancestros se dividieron mu- cerraja (Sonchus) muchas veces son leñosos y de forma
chos taxones que luego se convirtieron en nuevas especies, arbustiva (Figura 13).
secciones y géneros. Un ejemplo de esto son las crasuláceas
muy pequeñas. Así nos encontramos con la Euphorbia atropurpurea exclusivamente en Tenerife, la Euphorbia (Crassulaceae). El género Aeonium abarca hoy 34 especies Boraginaceae: La diversidad de las 23 especies endémicas
handiensis al sur de Fuenteventura, con la Euphorbia ber- bourgeana sólo en las dos últimas dos islas mencionadas, perfectamente adaptadas a sus nichos (Figura 12). A éste se de la Viborera (Echium) abarca desde especies anuales,
thelotii y la E. bravoana sólo en La Gomera, la Euphorbia mientras que las Euphorbia canariensis, Euphorbia lamarckii le suma el género emparentado Monanthes con sus especies pasando por algunas monocárpicas no ramificadas de dos
y Euphorbia aphylla aparecen en varias islas (Figura 11). pequeños pero generalmente muy ricos en individuos. Las o pocos años, hasta persistentes ramificadas. El Tajinaste
diez especies endémicas del género Aichryson son de vida rojo (Echium wildpretii) es característico en las Cañadas de
corta y pueden encontrarse en lugares húmedos. Tenerife y en La Palma (Figura 14).

a b

c d e
Figura 12. 4 especies de la familia de las crasuláceas: a. Mato puntera (Aeonium spathulatum); b. Bejeque arboreo (Aeonium arboreum ssp. holochrysum); c. Figura 14. a: El Tajinaste simple (Echium simplex) se
Góngaro pastel de risco (Aeonium tabuliforme) y d. Gongarillo canario (Aichryson laxum). e: Todas las hojas de la Pelotilla escamosa (Monanthes laxiflora) y los a b puede encontrar en pendientes de los montes de
demás representantes de este género son carnosas, también en la zona de floración. Anaga (Tenerife). b: Echium wilpretii y E. gentianoides.
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tiago, pasando por Masca y su famoso barranco, descubre

4. Datos prácticos para visitar
las Canarias
Se recomienda instalarse en el casco antiguo de la ciudad de
Puerto de la Cruz. Allí no sólo hay una excelente gastrono-
mía sino también una estación central de autobuses. Con
el sistema de transporte público se puede llegar a distintos
destinos en la isla. El beneficio de esta forma de transporte
es que se pueden hacer caminatas de larga distancia. Con
coche, en cambio, se está obligado a hacer circuitos circulares.
Pasando por la antigua capital La Laguna se encuen-
tra un camino alto hacia las montañas de Anaga. Desde
una parada junto a una “casa forestal” hay un sendero
zigzagueado llamado “Vueltas de Taganana” que cruza un
exuberante bosque de laurisilva hasta llegar a Taganana,
cerca de la costa. Los excursionistas más tarde son llevados
de vuelta por la cresta de la montaña en bus hasta el lado
sur de la isla, a la capital Santa Cruz.
Ideal para el estudio detallado de la vegetación del
flanco sur es una excursión desde el “Pico del Inglés” a mil
excursiones en altura de ensueño por sobre la costa oeste.
De todas maneras hay que haber visto los extraños
y apocalípticos campos de lava en el anfiteatro de Caña-
das sobre los 2.000 metros de altura, rodeada de formas
rocosas bizarras y el borde del cráter. En este paisaje poco
propicio para la vida también se ha desarrollado un mundo
vegetal único. En el camino de La Orotava hacia la caldera
del volcán Teide se atraviesa un bosque de Pinos canarios
que rodea el pico de éste como una corona (la “Corona
a b
forestal”), siendo con 3.718 metros la montaña más alta
de España. Quien no quiera escalar a la cima puede escalar
el alto de La Guajara, con 2.718 metros de altura, desde el
hotel Parador de las Cañadas. Desde ahí podrá disfrutar de
la maravillosa vista y la variedad en la vegetación.
Finalmente, se recomienda una excursión a los tabai-
bales en la costa sudeste. Desde Puertito de Güímar hacia
el pie de la Montaña Grande existe un circuito marcado
que atraviesa el llamado “Malpaís de Güímar”, que ofrece
una caminata espectacular (Figura 15). Ahí se está rodeado
de distintos especies de Euforbias, como también de matas
y hierbas adaptadas a la sequedad, sintiéndose el visitante c d

metros de altura, bajando hasta Santa Cruz. Desde la parada como en otro planeta. Figura 16. a,b,c: la flora canaria en el Jardín Botánico de Erlangen. d: Lotus maculatus en el Jardín Botánico de Erlangen, Alemania.

“Cruz del Carmen” (centro de informaciones) existe un
camino hacia el norte que atraviesa un bosque de laurisilva
y bosque termófilo, el caserío Chinamada, conocido por
sus casas-cueva y luego un tabaibal-cardonal hasta Punta
del Hidalgo, cerca del mar.
Rico en endémicas es también el noroeste de la isla,
en las montañas de Teno. Allí se recomienda tomar alguno
de los distintos descensos desde el pequeño pueblo Erjos
hasta Los Silos. El camino que une Buenavista con San-
Figura 15. Malpaís de Güímar (Isla de Tenerife) se encuentra marcado por arbustos de suculentas.
Los amantes de las plantas naturalmente no perderán
la oportunidad de visitar el jardín botánico en Puerto de la
Cruz “Jardín de Aclimatación de La Orotava”, creado en
1788 para acostumbrar a plantas de las colonias al duro
clima español. Digno de ver es también el “Palmetum de
Santa Cruz de Tenerife”, jardín botánico abierto en 2014
con muestras de alrededor de 400 palmeras. El centro de
visitantes del Parque nacional del Teide, junto a El Portillo,
tiene un pequeño jardín botánico con muchas especies
endémicas del parque. Alrededor del Drago más grande
de la isla, en Icod, se encuentra también un jardín muy
descriptivo con plantas de las Canarias. Finalmente, no se
debiese olvidar visitar las colecciones canarias en jardines
botánicos en muchos países del mundo.
Si aún no llega a Canarias, pero llega a Alemania,
puede visitar el Jardín Botánico de Erlangen, que posee una
buena colección de plantas canarias (Figura 16).
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