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ARGUMENTO y ANÁLISIS

La cinta se da lugar en el Japón de la Segunda Guerra Mundial a través de los ojos de dos niños que
sufren en sus propias carnes los bombardeos sobre la ciudad de Kobe, en el verano de 1945. La aviación
estadounidense somete las ciudades japonesas a continuos ataques aéreos. En uno de ellos, hay una
incursión con bombas incendiarias que convierte la ciudad de Kobe en un infierno humeante, el hecho
de utilizar aviones norteamericanos con bombas incendiarias nos da la imagen del punto de vista japonés
de la Segunda Guerra Mundial, pero sin hacer ver a los norteamericanos como malos totalmente. Los
dos protagonistas son Seita, de 14 años y su hermanita Setsuko, de 5. El joven Seita y su pequeña
hermana Setsuko son hijos de un oficial de la marina japonesa. Durante la Segunda Guerra Mundial,
ambos viven con su madre, pero un día, tras un bombardeo, ellos se retrasan y no consiguen llegar al
búnker donde ella los espera. Después del bombardeo los dos hermanos buscan a su madre, y Seita la
encuentra muy malherida en la escuela que ha sido convertida en un hospital de urgencia. Poco después
la madre muere y los dos hermanos deciden alojarse en casa de sus tíos, pero éstos no les reciben
precisamente con los brazos abiertos, son maltratados a diario con constantes abusos y su indiferencia
inicial pronto deja paso a un desprecio cada vez más evidente. Así que los dos hermanos terminan por
irse a vivir por su cuenta a un refugio antiaéreo abandonado, pero, aunque allí pueden vivir con mayor
desahogo y sin suponer un estorbo para nadie, las cosas no les van mejor. En esta parte de la película
destacan los diálogos de los personajes que logran transmitir todos los sentimientos que salen a la luz
en situaciones tan extremas y que en ocasiones es mejor no escucharlos debido a la crueldad que
presentan, una crueldad sobrecogedora por su realismo y credibilidad. Incluso las conversaciones de
fondo entre los ciudadanos dejan de ser un simple extra y se convierten en un elemento de peso durante
toda la película. Se deja ver las vivencias en primera persona de la guerra y deja de lado escenas de
violencia o belicismo puro.

Al vivir los chicos en el refugio, se dan cuenta que las cosas empeoran desde el punto de vista social; la
comida escasea, no pueden esperar ningún tipo de ayuda, y lo que es peor, los estragos de la
desnutrición cada vez son más visibles en la pequeña Setsuko, que poco a poco empeora, llegando a
tener una enfermedad que terminaría con ella. La desesperación que vive Seita por tratar de salvar a su
hermana refleja muchas veces conductas impropias para este, y en ocasiones el amor fraternal que tiene
para su hermana parece sobrehumano, de manera exagerado, lo que se podría traducir como que en la
vida del Seita, su hermana era parte vital de la misma. La guerra termina y Seita se da cuenta que su
padre ha muerto en guerra y prácticamente al tiempo muere su hermana Setsuko, por lo que Seita quedo
solo y sin la ayuda de nadie.

En conjunción con este argumento, se encuentra una animación bien trabajada que parece ser perfecta
en algunos casos. Las escenas de fotografía y la forma en la que son abordados varios aspectos de la
personalidad de quienes les toca vivir este tipo de situaciones, además del montaje de escenarios, se
sincronizan a la perfección para dar lugar a fotogramas llenos de arte y de mensaje. En cierto modo,
puede resultar relativamente fácil realizar algo agradable a la vista, sin embargo, lo difícil es lograr una
animación vistosa que transmita con sus imágenes tanto sentimientos como sensaciones, ya sean
positivas o negativas que te mantengan pegado a la pantalla como hipnotizado.

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