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Baloncesto en silla de ruedas.

Programa de intervención para el aprendizaje de una habilidad técnica específica


Licenciado en Educación Física Javier López Martínez
(España) javivilo@teleline.es

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 5 - N° 27 - Noviembre de 2000

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Introducción

Quisiera comenzar este trabajo sobre el programa de


intervención para el aprendizaje de una habilidad con
una técnica específica, hablando del deporte que
practico, pues gracias a él, he realizado este programa.

Llevo jugando al Baloncesto en Silla de


Ruedas desde hace un par de años, y ahora es uno de
mis mayores alicientes. Desde que llegué al equipo he
desempeñado el cargo de preparador físico, así como
segundo entrenador en ciertos momentos de la
temporada.

Según he podido consultar y al mismo tiempo investigar, los deportes de silla de


ruedas, y más concretamente el baloncesto, han experimentado una metamorfosis
en sus cuarenta años de experiencia. Este cambio se ha efectuado con relación a
su diversidad, la sofisticación tecnológica y el aumento de la aceptación popular en
considerarlo un esfuerzo atlético y no una actividad rehabilitadora. Poco ha poco
en nuestro país este deporte ha llegado a contar con tres divisiones; más de 60
equipos disputan domingo a domingo sus partidos; contamos con equipos con
bastante peso dentro del baloncesto europeo; cada vez más gente viene a vernos
jugar; lentamente vamos apareciendo por las distintas televisiones, etc.

Tradicionalmente el entrenamiento deportivo se ha dividido en tres partes:


condición física, técnica y táctica. Sin embargo, esta división de entrenamiento es
falsa, puesto que no responde a un fundamento objetivo. Un partido de baloncesto
en silla de ruedas no es físico, técnico o táctico, es una realidad global, completa e
indivisible.
El objetivo de entrenamiento deportivo debe consistir en permitir a un jugador
desarrollar el conjunto de sus posibilidades y de sus capacidades y aprender a
utilizarlas en beneficio del equipo (no olvidemos que se trata de un deporte de
equipo). El jugador debe adquirir un determinado número de conocimientos, que
plasma en el juego a través de sus conductas motrices (aspecto motor), las cuales
desarrolla en colaboración de sus compañeros y de la oposición a los adversarios
(aspecto afectivo). De esta manera, cuando el entrenamiento esté orientado a un
jugador o a un equipo, éste debe ser eficaz y dirigirse al jugador en su totalidad, y
ello de la forma más parecida posible a lo que ocurre en un partido. Esta cuestión
es fundamental, sobre todo en nuestro deporte, ya que no disponemos de las
horas necesarias de entrenamiento; la mayoría de los equipos entrenan 2 ó 3
horas a la semana, condicionando muchísimo el tipo de actividad a realizar. Por
esta razón, los jugadores deben introducir en sus entrenamientos una preparación
física específica, que se haga la mayor parte de las veces con balón y en
situaciones lo más parecidas posibles a la realidad del juego.

Un buen sistema de entrenamiento (sobre todo para aquellos equipos que


disponen de poco tiempo) puede ser a través de partidos dirigidos, ya que son lo
más parecido a una situación real de juego, siempre y cuando den la posibilidad de
introducir consignas o lleven una dinámica determinada por el entrenador y/o
preparador físico.

En nuestro caso, el equipo Ivan Shoes Elche, cuenta con dos horas y cuarto de
entrenamiento a la semana, por lo que nos resulta muy difícil marcar unos
objetivos a principio de temporada y llevarlos a cabo durante el transcurso de ésta.
Esto supone muy poco tiempo para el trabajo de distintas metas que no sean el
planificar el partido que se nos viene encima al domingo siguiente.

Desde hace un tiempo, tanto el entrenador como yo, nos preguntamos por qué
cambiamos tanto en la forma de jugar estos partidos de entrenamiento respecto a
los partidos de primera división en la que estamos inmersos. Está claro que existen
multitud de factores, pero quizá los más importantes hagan referencia al aspecto
psicológico no sólo del equipo, sino de cada uno de nosotros en momentos
específicos del partido.

En el presente trabajo he tomado a un jugador de nuestro equipo, Domingo


Santos, para aplicarle el programa de intervención técnica.

Planteamiento inicial

Domingo Santos es un jugador de baloncesto en silla de ruedas que juega en


el equipo Ivan Shoes Elche. Sus características son:

 Edad: 34
 Puesto que ocupa: pívot titular
 Puntuación por discapacidad: 4 por amputación miembro inferior
 Entrenamiento: 2 horas y cuarto por semana
 Puntuación media por encuentro: 12 puntos

El programa que he desarrollado sobre Domingo trata sobre la técnica de


lanzamiento a aro desde zona 3. (Mirar esquema 1).

Esquema 1

Antes de seguir con el planteamiento inicial quisiera hacer referencia al tiro a


canasta en baloncesto en silla de ruedas. La libertad de movimientos en los
miembros superiores que nos brinda la silla, no modifica los gestos técnicos en los
lanzamientos a la hora del análisis y la enseñanza de los mismos, pero su
ejecución está condicionada por los valores funcionales remanentes del ejecutante,
como puede ser:

 Control del cuerpo


 Movilidad articular
 Capacidad de prensión
 Fuerza
 Coordinación

En baloncesto en silla de ruedas las instalaciones y los materiales no modifican


sus dimensiones. Para tener una noción de cómo cambia la distancia al aro o los
ángulos de lanzamiento, en ejercicios que solamente intervienen los brazos, basta
sentarse en una silla de ruedas y realizar un tiro. La perspectiva que se tiene de la
canasta es muy diferente a la obtenida desde una posición de pie: siempre se
aprecia la canasta en su circunferencia total a diferencia del baloncesto
convencional. (Mirar esquema 2).
Esquema 2. Imagen que presenta la canasta desde la silla de ruedas (referencia de lanzamiento)

Volvamos al planteamiento inicial; Domingo es un jugador con una técnica de


tiro excelente, pero debido a su condición física, trabaja el 85% de las veces bajo
el aro. La mayoría de los puntos conseguidos en los partidos son a través de
lanzamientos a canasta desde 1 o 2 metros; aquellos que realiza desde 3 o 4
metros, (normalmente apoyados en tablero), no son suficientemente eficaces. Si
nos fijamos en los lanzamientos a canasta desde tiro libre, observamos que la
calidad de tiro y su rendimiento son elevada. (Domingo goza de casi un 70 % de
efectividad en tiro libre esta temporada).

Hablamos de esta circunstancia con el jugador, y existe una predisposición a


cambiar a este tipo de lanzamiento. El problema resulta cuando Domingo comienza
a realizar este tipo de lanzamiento, practicándolo solamente en los partidos de
entrenamiento, ya que cuando llega el momento de lanzar desde estas posiciones
en un partido oficial, decide hacerlo a tabla.

Debido a esta circunstancia se pasa a la siguiente fase de la intervención; en un


principio soy yo quien se concentra con él y después decidimos hacer una charla
entrenador, jugador y yo.

Preparación del deportista para la intervención

De nuevo se plantea la posibilidad de diálogo entre jugador-entrenador-


preparador físico (éste último actuando como mediador en el programa), para
concienciar a Domingo de la necesidad de cambiar este tipo de lanzamiento desde
la zona predeterminada, con los siguientes beneficios:

 Más eficacia en la anotación del jugador


 Mayor movilidad dentro de la zona, lo que supone más huecos
para el ataque estático.
 Sacar de posiciones “normales” a los marcadores de nuestro
jugador (normalmente pivots), haciendo más viable el rebote
ofensivo

Se diferencia entre la figura de un lanzador y la de un encestador (que es lo


que pretendemos con él); un lanzador tira a canasta siempre que tiene la
posibilidad de hacer un tiro; un encestador solamente lanza la pelota cuando
puede hacer un buen tiro.

Seguidamente se pide la colaboración del jugador para comenzar a trabajar esta


nueva técnica desde el principio, a pesar de que Domingo sabe de sobra como se
efectúa este tipo de lanzamiento. El jugador acepta esta sugerencia y se da cuenta
por primera vez, de las ventajas que supone el introducir este nuevo lanzamiento.
Para apoyar las explicaciones, se muestra al jugador videos de pivots lanzando
desde posiciones lejanas al aro; ejemplo: Henares, pívot del Fundosa.

Lógicamente este programa supone un coste adicional de tiempo, así como de


esfuerzo, hacia el aprendizaje del nuevo lanzamiento. Se le explica al jugador que
este esfuerzo le supondrá una “inversión” para poder progresar como jugador.
Domingo asume esta actividad “extra”, como algo beneficioso para su desarrollo
deportivo, así como para una nueva expectativa de jugador anotador.

Decisión conjunta sobre el programa de


intervención

Es en esta fase cuando Domingo y su


entrenador toman la decisión conjunta de intentar
el aprendizaje del nuevo lanzamiento desde “zona
3”; de manera que el jugador se implicó en la
decisión adoptada y se comprometió a seguir un
plan de trabajo especial, durante el mes siguiente, antes de comenzar la sesión de
entrenamiento con el resto del equipo.

Una vez decidido esto, el siguiente paso fue delimitar el objetivo de la


aplicación. Debido a que muchas veces resulta complejo comprender el objetivo
final, se pensó que sería más idóneo crear nuevos objetivos intermedios que
llevaran a los que pretendíamos. Los objetivos que propusimos y fueron aceptados
tanto por el entrenador como por el jugador, fueron:
1. Posición correcta del hombro, brazo, antebrazo y mano para la
realización de un tiro a canasta, sin preocuparse de posición del
cuerpo respecto a la silla o su orientación hacia el aro.
2. Una vez dominado el objetivo anterior, corregir la posición del cuerpo
en la silla y situarlo respecto a “zona 3”, para lanzamiento a canasta.
3. Después de conseguir los dos objetivos anteriores, ejecución del
movimiento con balón desde “zona 3”.
4. Utilizar la nueva técnica en situaciones controladas de
entrenamiento.
5. Emplear la nueva técnica en partidos de entrenamiento.
6. Aplicar la nueva técnica en partidos de competición.

Aplicación de estrategias ambientales

Esta fase comenzó con el modelado del movimiento que se pretende conseguir
en el primer objetivo. El propósito era que Domingo observara desde fuera la
ejecución correcta del movimiento, en un primer momento teniendo a su
entrenador y otros jugadores como modelo (modelos competentes), así como
visualizando videos donde aparecían individuos lanzando de la manera que se
pretende que ejecute (modelos expertos). Todo ello con el fin de favorecer un
aprendizaje por imitación. La técnica de armado del brazo se muestra en el
esquema 3.

Esquema 3. Lanzamiento a canasta

Cuando se comenzó a trabajar el primer objetivo nos pareció interesante


designar la palabra “zona” para identificar el movimiento correcto. En algunos
casos esta sirvió al jugador como auto instrucción antes de la ejecución.
Pretendíamos que en el comienzo del programa, Domingo se concentrase al
máximo en los primeros objetivos, eliminando cualquier estímulo externo que
pudiera despistarle o errar su ejecución.

El primer ejercicio que propusimos fue muy sencillo: colocación de balón sobre
brazo ejecutor y lanzarlo a una pared lisa, fuera del campo, sin canastas, otros
jugadores o cualquier estímulo que perjudicara su concentración. Limitamos las
instrucciones al mínimo, así como cualquier comentario o feedback externo. La
única consigna fue: “lanzamientos a la pared, a tu propio ritmo, estando pendiente
solamente de tus movimientos y sensaciones relacionadas con el movimiento”. Con
ello pretendíamos favorecer la atención interna de Domingo.

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Se propuso también grabar estas primeras


sesiones, para después poder comentar junto al
jugador, sus sensaciones y pensamientos
respecto a la actividad, seguramente muy
beneficiosos para el programa. (Esto no se
pudo llevar a cabo)

Utilización de estrategias de
autoaplicación
El siguiente ejercicio que realizó Domingo fue el mismo que el anterior pero a “cámara lenta”,
centrándose en la zona del cuerpo que rodea al hombro y la parte posterior de la espalda, del lado
del brazo con el que lanza.

Después la consigna fue que antes de lanzar debía de decir la palabra clave de este lanzamiento
(en este caso “zona”).

El siguiente paso fue llevarle al campo para hacer lanzamientos a canasta desde la zona
predeterminada (zona 3), sin otro tipo de estímulo exterior.

En esta fase del programa Domingo utilizó algunas estrategias de auto aplicación. A partir de las
sensaciones internas de sus lanzamientos, identificó señales corporales que le proporcionaban un
feedback inmediato de su ejecución. Una de las sensaciones de las que hablamos fue la que le
proporcionaba la extensión total de la articulación de la muñeca, con el acompañamiento de los
dedos. Para él era una sensación satisfactoria, ya que el balón salía hacia donde él pretendía.
Utilizó igualmente autoinstrucciones, tales como “silla posición”, cuando tomaba posición de tiro en
zona 3; y autorrefuerzos tras ejecutar movimiento “entró”.

Se realizaron series de lanzamientos a canasta desde “zona 3” donde lo que importaba no era el
enceste, sino las sensaciones que le proporcionaba cada lanzamiento, comparando estas
sensaciones con las de los lanzamientos contra la pared. Hicimos un ejercicio donde Domingo hacía
series de lanzamientos con los ojos vendados; él comentaba como había ido cada tiro y en muchas
ocasiones reflejaba autorrefuerzos a pesar de no haber encestado. Esto le supuso centrarse en sus
sensaciones internas. El siguiente paso fue que tuviera esas mismas sensaciones en los encestes.

Durante estas sesiones se habló con Domingo para trabajar la práctica del desplazamiento del
brazo en imaginación. Durante estos ejercicios se le propuso que utilizara la palabra clave “zona”
antes de la ejecución, y que se centrara en las sensaciones que le proporcionaba.

Estrategias para el debilitamiento de creencias rígidas interferentes


Uno de los problemas que nos encontramos a lo largo del programa fue que Domingo, en
algunas sesiones se preocupaba bastante más en el resultado del lanzamiento que en su propia
ejecución. Se detectaron algunas creencias que dificultaban el proceso de aprendizaje del nuevo
lanzamiento. Comentarios como “no se porqué tengo que tirar desde aquí”, “para que entreno este
lanzamiento si luego no me sale en los partidos”, etc.

Ante este tipo de comportamiento, tanto el entrenador como el preparador físico, realizaron una
labor de colaboración conjunta para poder debilitar este tipo de creencias en el jugador. Desde el
principio se acordó en no entrar en discusiones con Domingo sobre su comportamiento; llegamos a
admitir su actitud, comentándole que debíamos de llegar al final del programa para poder
comprobar si había sido efectivo.

Otra de las cuestiones tratadas fue recordar a Domingo, siempre de manera amable y
comprensiva, todo lo que se le planteó al principio del programa, sobre el coste, el tiempo extra de
entrenamiento y dificultad de aprendizaje. En ocasiones hablábamos con Domingo sobre sus
comentarios negativos y reconocíamos su malestar por la actividad, pero siempre recordándole el
compromiso que había adquirido semanas antes. Intentábamos buscar el lado positivo de las cosas,
ayudando al jugador a creer en lo que hacía, ya que había comenzado un camino bastante bueno
hacia su mejoría como jugador-anotador. Una de las estrategias que más ayudó a nuestro
deportista fue el de crear una planilla de anotaciones de tiros; en un principio para anotar los datos
de los partidos de entrenamiento y posteriormente trasladarlo a los partidos oficiales. Este tipo de
planillas sirve como elemento evaluador del programa seguido. La planilla se puede apreciar en el
esquema que sigue a continuación.

Esquema 4

REBOTES DEFENSIVOS

REBOTES OFENSIVOS

TAPONES

PÉRDIDAS
LANZAMIENTOS

INTENTADOS

CONVERTIDOS

TOTAL

LANZAMIENTOS DESDE DEBAJO DEL ARO

LANZAMIENTOS DESDE DISTANCIA 1 M

LANZAMIENTOS DESDE DISTANCIA 2M

LANZAMIENTOS DESDE “ZONA 3”

LANZAMIENTOS DE DESDE TIRO LIBRE

TOTAL
Ejercicios que se plantearon para el programa de intervención para la
adquisición del lanzamiento desde “zona 3”
Tal como hemos explicado anteriormente el programa empezó con ejercicios muy simples para ir
poco a poco a unos más complejos.

 Posición básica de lanzamiento colocando todos los segmentos corporales para el


lanzamiento.
 Lanzamientos a pared desde parado al ritmo del jugador
 Lanzamientos a pared desde parado a “cámara lenta”
 Lanzamientos a canasta desde “zona 3” , con silla orientada, al ritmo del jugador. Tanto de
un lado como del otro
 Lanzamientos a canasta desde “zona 3”, con pase del preparador. Tanto de un lado como
del otro
 Lanzamientos a canasta desde “zona 3”; el jugador se mueve por la zona hasta localizar el
sitio de lanzamiento y esperar el pase. Tanto de un lado como del otro
 Se introduce un jugador atacante para que vaya a hacer pantalla imaginaria y así poder
lanzar desde “zona 3”. El balón lo recibe después de situarse en la zona adecuada. Tanto
de un lado como del otro
 2x1. Dos atacantes contra un defensor sin balón. Se trata hacer pantalla al jugador en
“zona 3”, cuando se de esta situación pase para realizar tiro.
 2x2. Igual que el anterior pero con dos defensores. Tanto en este ejercicio como el anterior
cualquier lanzamiento es válido pero se le da mucha más importancia a los lanzamientos
desde zona predeterminada.
 3x3. Poco a poco se van introduciendo jugadores hasta llegar a realizar un partido de
entrenamiento 5 contra 5.
 Por último se plantean jugadas para la ejecución del lanzamiento desde “zona 3”, que en
un primer momento se hacen en los entrenamientos y después se aplican a los partidos
oficiales. Algunos ejemplos son:

Jugada 1
Saque de fondo por parte del base; pantalla al centro de “zona 3”, dirigida sobre todo hacia el
defensor de arriba, para realizar lanzamiento sin oposición

Jugada 2

Doble pantalla del pívot del lado contrario cortando por dentro de la zona, y el alero del nuestro,
para lanzamiento sin oposición

Pívot atacante se coloca en posición alta para hacer subir la defensa; alero después de cambio
de ritmo bloquea abajo sobre pívot defensor; pívot atacante busca el bloqueo y tiro sin oposición

Jugada 3

LEYENDA
Conclusiones
La adquisición de nuevas habilidades físicas y técnicas amplían el repertorio del jugador. Eso
supone CREAR sujetos con mayores facultades, capaces de resolver situaciones específicas gracias
a sus movimientos adquiridos.

Está claro que esta adquisición de nuevas habilidades


deben ejecutarse en el momento idóneo, con una precisión e
intensidad adecuadas a la situación creada. De nada nos
sirve plantear este tipo de programas para que una vez
elaborados nuestro jugador, en los momentos claves, no
sepa, dude o simplemente no seleccione bien el momento de
realizar la nueva habilidad.

En nuestro caso, el problema que teníamos con Domingo


Santos, era más un problema de concienciación sobre el
lanzamiento que pretendíamos que realizara, que un
problema de adquirir la técnica del tiro. A pesar de esto, si
comparamos los lanzamientos que Domingo realizaba antes
del programa, a los que realiza ahora, podemos observar que su mecánica de tiro, su posición
respecto al aro y la silla, y su orientación, han mejorado bastante.

Creo que este tipo de programas no se terminan dentro de ese tiempo que se pacta al principio
con el jugador. Después de terminar el mes que estuvimos con Domingo, hemos creído oportuno,
tanto el entrenador como yo, seguir dándole instrucciones respecto a los temas tratados durante la
etapa de adquisición del lanzamiento desde “zona 3”. Es como seguir reforzando la habilidad
obtenida y a la vez apoyando a Domingo sobre posteriores aprendizajes.

Después de la intervención que tuvimos con Domingo podemos sacar las siguientes conclusiones
:

 Mejora de la técnica de lanzamiento desde la zona predeterminada.


 Mejora del porcentaje de canastas desde esta distancia en tiros de
entrenamiento
 Mejora del porcentaje de canastas desde esta distancia en partidos de
entrenamiento
 Mejora del porcentaje de canastas desde esta distancia en partidos de
competición.
 Mejora de la selección de tiro desde “zona 3”

Durante los partidos realizados durante y tras la intervención, pudimos sacar otro tipo de
conclusiones, estas referidas no al sujeto lanzador, sino a las situaciones que llevaban el que
Domingo lanzara desde estas zonas. Por ejemplo:

 Existe mayor movilidad de desplazamientos ofensivos, debido a las posiciones


de los pivots defensores, cuando Domingo sale a tirar. Es algo que no se ve
mucho en el baloncesto en silla de ruedas; supone un desconcierto a la hora de
reestructurar la defensa.
 Algo muy ligado a la anterior conclusión, fue la mejora del rebote ofensivo, ya
que los pivots contrarios salían a tapar a Domingo.
 Por último se comentó la posibilidad de que Domingo, en determinados
momentos del desarrollo del juego, pudiera desempeñar la labor de alero.

Creo que todavía queda mucho camino por recorrer dentro del deporte adaptado, y sobre todo
cuando hablamos de la psicología aplicada al rendimiento deportivo. Quizá de aquí a algún tiempo
ocurra lo que sucede en muchos clubs de alta competición, la figura del psicólogo deportivo dentro
del staff técnico del cualquier equipo de baloncesto en silla de ruedas; pero resulta difícil de creer,
pues todavía existen multitud de equipos sin prepador físico o incluso entrenador.

Bibliografía

 Buceta, J. M. (1998) Psicología del entrenamiento deportivo. Ed. Dykinson-Psicología.


Madrid.
 Campagnolle, Sergio H. (1998) La silla de ruedas y la actividad física. Ed. Paidotribo.
Barcelona.
 Generalitat de Catalunya (1994) Básquetbol en cadira de rodes. Ed. Enciclopedia Catalana.
Barcelona.
 López Martínez, Javier (1999), Artículos revista “L´esport adaptat nº 3 y 6”. Fesa, Valencia.

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