Vous êtes sur la page 1sur 5

Los reinos romano-germánicos (siglos V al VII)

Llamamos así al conjunto de reinos que se formaron en los antiguos territorios del Imperio Romano de Occidente tras las invasiones
germánicas. Estos reinos, que surgieron en el siglo V y se extendieron -como máximo- hasta el siglo VIII, se caracterizaron por la
fusión de elementos culturales entre germanos y romanos. Aunque los germanos se habían convertido en el nuevo grupo
dominante (desplazando a los romanos), constituían una minoría de la población, por lo que fueron incorporando elementos de la
cultura romana, como el cristianismo católico, el alfabeto latino y la codificación en leyes escritas. De todos modos, mantuvieron
algunas de sus propias tradiciones, como el derecho consuetudinario (normas no escritas, regidas por costumbres antiguas) y los
lazos de lealtad personal de los guerreros con el rey o jefe.

A nivel político, los reyes romano-germánicos trataron de mantener o emular la estructura de gobierno del caído Imperio Romano.
Lo cierto es que no contaban con los medios para hacerlo y empezaron a depender de las familias de la aristocracia de cada región
para garantizar el cobro de impuestos a la población (y quedándose con gran parte de lo recaudado). Cada jefe aristócrata también
comenzó a formar sus propias bandas de guerreros, leales a él, ya que los reyes no podían mantener un ejército permanente. Por
último, los reyes romano-germánicos se aliaron con la Iglesia, convirtiéndose al catolicismo, para justificar su poder y permitiendo
que la Iglesia sobreviva a la caída del imperio romano. De todos modos, todo esto disminuyó cada vez más la autoridad de los reyes.

Como los reyes romano-germánicos fueron incapaces de mantener la paz y la estabilidad en sus reinos, se generó una crisis
económica y social entre los siglos V y VII. Las ciudades, antes centros del poder y de la economía, se despoblaron. Muchas personas
migraron al campo y se produjo una ruralización de la vida y de la economía. Muchos esclavos huyeron de sus amos y se instalaron
como campesinos libres en zonas aisladas. Creció la inseguridad y el bandolerismo. Disminuyó el comercio e, incluso, en algunas
regiones se dejó de utilizar la moneda. Se redujo la producción agrícola, lo que provocó un aumento del hambre y las enfermedades.
La sociedad, en general, se empobreció.

El Imperio Bizantino (siglos V al XV)

Mientras que la parte occidental cayó en el siglo V, el Imperio Romano de Oriente sobrevivió mil años más. Allí las invasiones
germánicas fueron rechazadas: gracias a que su ejército se mantuvo en orden, a que sus provincias eran más ricas (como Siria o
Egipto) y pagaban tributos, a que estaban en paz con los persas (el imperio que limitaba con ellos hacia el Este), y a la ubicación
estratégica de su capital (en el punto en el que se unen Asia y Europa). Así, los líderes del Imperio Romano de Oriente se
consideraban a sí mismos como los continuadores del legado romano. Sin embargo, como su capital, Constantinopla, se hallaba
sobre la antigua ciudad griega de Bizancio, en el resto de Europa comenzaron a llamarlo Imperio Bizantino.

En los siglos VI y VII, tras las invasiones germánicas, el Imperio A nivel económico, el imperio combinaba dos elementos:
Bizantino alcanzó su época de mayor esplendor y expansión. Sus - Una agricultura basada en el trabajo de campesinos libres, que
emperadores emprendieron una serie de campañas militares arrendaban (alquilaban) parcelas de tierra a la aristocracia.
para recuperar la parte occidental. Esto fue así especialmente - Prósperas ciudades comerciales con una importante actividad
durante el reinado de Justiniano I (527 a 565), que llegó a artesanal. El mejor ejemplo era Constantinopla, que servía de
dominar partes de las actuales Italia, España y el Norte de África nexo entre las rutas comerciales que unían Europa con Asia.
(además de sus territorios originales). También, este emperador
publicó un código de leyes (conocido como Código Justiniano) A nivel cultural, los bizantinos procuraron conservar las obras
que sintetizaba todas las leyes creadas por el imperio romano. escritas y artísticas de los antiguos griegos y romanos. Sin
embargo, esto no impidió se desarrollara una nueva cultura, a
Los emperadores bizantinos concentraban la autoridad suprema partir de la fusión de elementos griegos, romanos e incluso
del imperio, ejerciendo un poder absoluto. Eran, al mismo persas. Incluso a nivel religioso, el Imperio Bizantino se convirtió
tiempo, jefes políticos del Estado, jueces máximos, comandantes en el centro de una nueva corriente del cristianismo, separada
supremos del ejército y la cabeza de la Iglesia imperial. de la de Roma: el Cristianismo Ortodoxo.

Sin embargo, todo el poder y riqueza del Imperio Bizantino no lo liberó de problemas: los múltiples frentes de batalla, tanto en Asia
como en Europa, implicaban enormes gastos para la defensa de las fronteras, lo que agotó al imperio. Por ello, a partir del siglo VIII,
paulatinamente fue perdiendo la mayoría de sus territorios, hasta que su capital cayó conquistada por los turcos en el siglo XV.

1
La Civilización Islámica

A principios del siglo VII, se produjeron en Oriente Medio una serie de cambios políticos y sociales que permitieron el ascenso de una
nueva religión y florecimiento de uno de los focos culturales más importantes de la Edad Media: la Civilización Islámica.

Antes del siglo VII, los pueblos de la península arábiga se habían caracterizado por ser nómadas pastores y comerciantes. Se
organizaban en federaciones de clanes, que a veces luchaban entre sí o se enfrentaban o aliaban con persas o bizantinos. Estos
árabes practicaban el politeísmo y muchos de ellos se nucleaban en torno a la ciudad sagrada de La Meca.

Esto cambió cuando Mahoma (o Muhammad, en árabe), un mercader perteneciente a uno de los clanes más poderosos de La Meca,
dijo haber recibido a los 40 años, en el año 610, la revelación divina y comenzó a predicar una nueva religión monoteísta: el Islam
(que significa sumisión a Dios, en árabe). El Islam se basó en cinco pilares o principios básicos: creer en Alá, único dios, y en Mahoma,
su profeta; rezar cinco veces al día, en dirección a La Meca; realizar ayuno en el Ramadán (noveno mes del calendario islámico);
ayudar a los pobres y necesitados; y peregrinar a La Meca al menos una vez en la vida. Tras la muerte de Mahoma, sus enseñanzas
fueron reunidas por sus seguidores (llamados musulmanes) en el Corán, al que consideraron su libro sagrado.

La prédica del Islam enemistó a Mahoma con varios clanes politeístas de La Meca, por lo que debió huir a la ciudad de Medina. Luego
de ganar más seguidores, pudo regresar y conquistarla. A partir de allí, es Islam comenzó su expansión, bajo el principio de la yihad,
que muchas veces implicaba la guerra santa contra los no creyentes. A la muerte de Mahoma, en el año 630, el Islam dominaba casi
toda la península arábiga. Y, cien años después, se extendía desde España hasta la India, pasando por el Norte de África, Oriente
Medio y Asia Central. Esta rápida expansión fue posible gracias a la debilidad de los imperios persa y bizantino, la hábil caballería
árabe, y una inteligente diplomacia que, siempre y cuando gobernasen los musulmanes, permitía la libertad religiosa de la población.

A nivel político, los musulmanes crearon grandes monarquías teocráticas, lideradas por el califa, jefe político y religioso; aunque por
períodos se fragmentaron en Estados más pequeños, al mando de príncipes conocidos como sultanes o emires. A nivel económico,
los musulmanes pusieron en pie una impresionante red de ciudades comerciales, que vincularon el Lejano Oriente con Europa. A
nivel cultural, los musulmanes desarrollaron una nueva cultura, tomando elementos de los pueblos conquistados (persas, griegos,
romanos, hindúes, etc.); lo que les permitió experimentar un auge artístico y científico entre los siglos IX y XI, fundando numerosas
madrasas (algo así como universidades) y destacándose en filosofía, literatura, matemática, física, óptica, arquitectura y medicina.

El Imperio Carolingio y la segunda oleada de invasiones (siglos VIII al X)

Hacia el siglo VIII, casi todos los reinos romano-germánicos Otra causa importante de la decadencia del Imperio Carolingio
habían desaparecido. De los pocos que quedaban, el más fue la segunda oleada de invasiones. Movidos por la
importante era el reino franco (ubicado en el norte de la superpoblación y la necesidad de más tierras y recursos, varios
actual Francia). Gobernado por una nueva dinastía, los pueblos asolaron Europa occidental durante los siglos IX y X:
carolingios, este reino se fue expandiendo hasta conformar un - Los vikingos o normandos, excelentes marinos y feroces
imperio durante el reinado de Carlomagno (768-814). guerreros provenientes de Escandinavia que, con sus drakkars
(rápidos barcos de guerra) realizaron incursiones a lo largo de
El Imperio Carolingio, llamado así en honor a Carlomagno, Europa, saqueando ciudades, castillos y monasterios.
tuvo una corta existencia pero una gran influencia. Sus - Los magiares y eslavos, jinetes nómades que invadieron
territorios comprendían gran parte de las actuales Francia, Europa oriental, arrasando numerosos pueblos.
Alemania e Italia y algunas regiones de Europa del Este. - Los sarracenos, musulmanes de España y el Norte de África
Carlomagno tenía como objetivo restaurar el Imperio Romano, que, actuando como piratas, atacaron las costas de los reinos
por lo que intentó centralizar el poder y organizar su imperio cristianos del Mediterráneo.
sobre la base condados (territorios gobernados por jefes
políticos llamados condes) y marcas (territorios fronterizos Estas invasiones tuvieron profundas consecuencias, al crear un
gobernados por jefes políticos y militares llamados clima de violencia, desamparo e inestabilidad a lo largo de
marqueses). Además, trabó una profunda alianza con la Iglesia Europa occidental. Los reyes europeos fueron incapaces de
Católica, garantizando al Papa el dominio de los territorios del garantizar el orden, tarea que recayó en las manos de la
centro de Italia (que pasaron a ser conocidos como Estados aristocracia guerrera de cada región. Esto fragmentó el poder
Papales). A cambio, el Papa León III lo coronó como político y ayudó a desarrollar un nuevo sistema político, social
“emperador de los romanos”. Sin embargo, con la muerte de y económico: el Feudalismo.
Carlomagno comenzó la decadencia de su imperio, que se
fragmentó en manos de sus descendientes.
2
El Feudalismo

Llamamos feudalismo al sistema político, social y económico imperante en la Europa medieval. Se formó tras un proceso de varios
siglos, a raíz de (entre otras causas) la inestabilidad política y social de las diferentes oleadas de invasiones y de la ruralización de la
economía y de la vida. Con la conquista europea de América, muchos de sus elementos fueron incorporados en nuestro continente.

A nivel político, se caracterizó por monarquías feudales, en las que se fragmentó el poder. Este fue apropiado por las
aristocracias locales (los jefes guerreros o religiosos de cada región). Así, se convirtieron en señores feudales (concentrando el
poder político, militar y judicial de su territorio). El rey era uno más entre los señores feudales (a lo sumo, el más importante).

Estas monarquías feudales se organizaban por medio de pactos feudo-vasalláticos: acuerdos en los que un señor feudal más
poderoso (a veces, el rey) le entregaba un territorio o feudo a un señor feudal más débil, llamado vasallo, a cambio de su
lealtad y apoyo militar. Así, cada reino se convirtió en un conjunto de territorios relacionados por lazos personales (a veces,
muy frágiles). No eran, por el contrario, territorios estables, ni definidos. Sus habitantes, a su vez, se identificaban primero con
la comunidad religiosa a la que pertenecían (por ejemplo: el cristianismo) y, en segundo lugar, con el rey o el reino.

La economía feudal era agraria y cerrada. Agraria, porque la principal actividad era la agricultura. Y cerrada, porque cada
feudo era autosuficiente y había pocos intercambios comerciales (incluso había regiones donde no se utilizaba la moneda).

La unidad económica era el feudo o señorío, un territorio compuesto por los siguientes elementos:
1) El castillo, fortaleza o palacio del señor feudal, donde vive este junto a su familia, sus caballeros y sus sirvientes.
2) Las tierras del señor, en las que los campesinos del feudo son obligados a trabajar para mantener al señor.
3) Las aldeas de los campesinos, donde estos vivían y se hallaban las que trabajaban para su consumo.
4) Las tierras comunales: bosques, praderas, lagos y lagunas, etc., que eran utilizadas por todos.

La sociedad feudal era estamental: es decir, se dividía en grupos sociales cerrados, jerarquizados según el nacimiento.
Además, era patriarcal, pues las mujeres se hallaban subordinadas a los varones en todos los órdenes de la vida (sin derecho a
la propiedad, a la educación, ni siquiera a decidir con quién casarse) y eran consideradas inferiores, intelectual y moralmente.

Los privilegiados o señores feudales


el Rey - Tienen tierras (feudos), lo que equivale a tener riqueza y poder.
- No pagan rentas (impuestos), los cobran.
la Iglesia la Nobleza - Ocupan altos cargos en el gobierno, el ejército o la Iglesia.
- No realizan tareas manuales.
- Pueden portar armas (ellos o sus caballeros o guardias).

Los plebeyos o gente común


- No tienen tierras (feudos), por lo que carecen de riqueza y poder.
Campesinos - Pagan rentas (impuestos) en dinero, especie (una parte de la cosecha) o
libres y siervos trabajo (realizando tareas para el señor feudal).
- Los siervos no pueden trasladarse, casarse ni heredar sin permiso del señor.
- Realizan todas las tareas manuales de la sociedad.
- No pueden portar armas.
3
La Iglesia durante la Edad Media

Durante la Edad Media, la Iglesia Católica se convirtió en la institución más poderosa de Europa occidental. La única, de hecho,
extendida a lo largo de todo ese territorio. Aunque corrió peligro en las diferentes oleadas de invasiones, su influencia en la vida
social, política y cultural llegó a ser enorme: podía entrar en conflicto con un rey o señor feudal y excomulgarlo (expulsarlo de la
comunidad de fieles), liberando a sus súbditos de obedecerlo. Al mismo tiempo, tenía una fuerte presencia en la vida cotidiana de las
personas, a través de las misas y festividades religiosas, que hasta servían para marcar el paso del tiempo y ordenar el calendario
agrícola. En pleno feudalismo, llegó a concentrar una gran cantidad de tierras, que recibía como donaciones de los señores feudales.

Con este poder, la Iglesia ideó 2 teorías muy influyentes en una sociedad de mentalidad teocéntrica como la de la Europa medieval:
- La teoría de la Paz de Dios: como los reyes eran incapaces de garantizar la paz, sería la Iglesia la que lo haría. ¿Cómo?
Comprometiendo a los señores feudales a no atacar a otros cristianos, ni a los bienes de la Iglesia, so pena de excomunión.
- La teoría de los tres órdenes, que dividía a la sociedad en tres tipos de personas, cada una con su tarea y lugar: los que rezan (los
sacerdotes y monjes cristianos que velan espiritualmente por los demás); los que pelean (los caballeros y señores feudales que
protegen con su espada al resto) y los que trabajan (los campesinos que sostienen con el fruto de su trabajo a los anteriores).

Por otra parte, en este período la Iglesia realizó una imprescindible labor cultural. Como los miembros del clero (los sacerdotes y
monjes cristianos) eran las únicas personas alfabetizadas, la Iglesia se convirtió en la guardiana de la cultura escrita. Esto ocurría
especialmente en los monasterios, donde se copiaban a mano textos antiguos (religiosos y laicos), que se convirtieron en bibliotecas
y centros de conocimiento. Todos estos textos se escribían en latín (el antiguo idioma del Imperio Romano), que se convirtió en el
idioma común de los intelectuales europeos, tanto para cuestiones religiosas (la misa se decía en latín, la Biblia estaba en latín),
como administrativas (las leyes de los reinos y los pactos feudo-vasalláticos también se empezaron a escribir en latín). Como el latín
no lo hablaba casi nadie salvo el clero, esto le otorgó a la Iglesia un verdadero monopolio por sobre la cultura escrita.

Finalmente, la Edad Media fue una época de intolerancia religiosa en Europa occidental. La Iglesia vigilaba con celo cualquier
desviación de su doctrina, en especial si desafiaba la autoridad del Papa. Así, cualquier persona que practicara el Cristianismo de
manera diferente a como lo interpretaba la Iglesia, o si lo combinaba con antiguos elementos politeístas, era acusado de brujería o
herejía (disidencia religiosa) y era perseguido, encarcelado y hasta ejecutado (generalmente, en la hoguera). A cargo de esto se
hallaba el Tribunal de la Inquisición, una institución creada por la Iglesia para este fin. Con esa misma mentalidad, la Iglesia organizó
las Cruzadas: una serie de campañas militares realizadas entre los siglos XI y XIII, en las que caballeros cristianos invadieron Oriente
Medio con el objetivo de arrebatarles a los musulmanes la ciudad de Jerusalén (sagrada en ambas religiones).

La expansión de los siglos XI al XIII

Llamamos así a un período de gran crecimiento en Europa occidental, tanto a nivel agrícola (donde se produjo más alimento y se
cultivaron más tierras) como demográfico (donde la población se duplicó o triplicó, según la región).

Causas Consecuencias

- Luego de la segunda oleada de invasiones, vino un período de - Los campesinos que llevaron adelante las roturaciones, con el
relativa paz y estabilidad en Europa occidental. aval de los señores feudales, obtuvieron mayores libertades
- Se produjeron nuevas roturaciones (es decir, se labraron (aunque luego las perdieron).
nuevas tierras), talando bosques, desecando pantanos y - El aumento de la producción de alimentos permitió que
cultivando nuevas tierras en Europa del Este (antes dedicadas al creciera la población y que, además, una parte cada vez mayor
pastoreo). Esto expandió la frontera agrícola. de esta se dedicara a tareas no agrícolas (migrando a las
- Se incorporaron nuevas técnicas agrícolas. Entre otras: los ciudades).
molinos de viento o agua, las herramientas de hierro, el arado
provisto de cuchilla y de vertedera con ruedas, el uso del caballo
para tareas agrícolas, y el reemplazo de la rotación bienal por la
trienal (en la que los campos se dividían en tres partes: en una se
cultivaba trigo, en otra se cultivaban avena o legumbres y la
tercera era dejada en barbecho o descanso, lo que evitaba el
rápido agotamiento de la tierra).
4
Resurgimiento de las ciudades y del comercio

A partir del siglo XII, en Europa occidental se dio un proceso en el que se recuperaron las antiguas ciudades romanas (despobladas y
en decadencia desde el siglo V) a la vez que surgieron ciudades nuevas. En líneas generales estas ciudades crecieron alrededor de
una fortaleza o burgo, la sede de un obispo, o junto a un cruce de caminos importantes. Las ciudades medievales no necesariamente
eran más grandes que una aldea, pero se diferenciaban de ellas porque allí se realizaban varias actividades (administrativas,
comerciales, artesanales). Al mismo tiempo, crecieron sin planeamiento, por lo que sus calles eran caóticas, sus condiciones de
higiene eran pésimas y su población vivía hacinada en barrios que se reunían a personas según su parentesco, su oficio, su origen
geográfico o su pertenencia a cierta comunidad religiosa.

Las principales causas del resurgimiento de las ciudades fueron, por un lado, el aumento en la producción alimentos, lo que
permitió que más gente se dedicara a actividades urbanas (la producción de manufacturas, el comercio); y por otro, una mayor
vinculación comercial con Asia, fortalecida tras las Cruzadas. Esto posibilitó que se practicaran más intercambios comerciales, de
manera más intensa, con la ciudad como el centro privilegiado de esos intercambios.

En lo que se refiere al resurgimiento del comercio, este se concentró en ferias y áreas comerciales. Las ferias podían ser aldeanas,
realizadas durante las festividades religiosas, o eventos más grandes, con el objetivo de vincular las principales áreas comerciales.
Estas consistían en intercambios a larga distancia, que se desarrollaban por mar (ya que los barcos a vela eran el medio de transporte
más rápido y seguro de la época). Las dos áreas más importantes eran: la del Mar Mediterráneo, controlada por las ciudades del
Norte de Italia, dedicadas a importar productos lujosos provenientes de Asia (especias, seda, etc.); y la de los mares del Norte y
Báltico, controlada por las ciudades del Norte de Alemania, dedicadas al tráfico de telas, pieles, sal y maderas duras. Como
consecuencia de este activo comercio, hubo cada vez más y más circulación de moneda en la economía.

Los habitantes de las ciudades conformaron un nuevo grupo social: los burgueses. Estos se diferenciaban de los privilegiados (por sus
actividades) y también de los campesinos (por sus libertades). Los burgueses se dedicaban al comercio, a las finanzas o a la
fabricación de manufacturas. Estaban organizados en corporaciones según su oficio: los comerciantes se agrupaban en guildas o
compañías (para proteger sus mercancías en los viajes de largas distancias); los financistas crearon los primeros bancos; y los
artesanos formaron gremios (para controlar la calidad y precio de sus manufacturas). Pronto los burgueses entraron en conflicto con
los señores feudales que buscaban controlar las ciudades y llegaron a rebelarse violentamente contra ellos, formando sus propios
gobiernos. Así, las ciudades comenzaron a ser vistas como espacios de libertad (y hasta los siervos se fugaban y migraban a ellas).

La crisis del siglo XIV

Se trató de un período terrible para Europa, en el que se sucedieron una serie de catástrofes:
- Hubo escasez de alimentos y hambrunas.
- Se desataron varias epidemias, siendo la peor de todas la Peste Negra.
- Hubo numerosos desórdenes políticos y sociales: la falta de recursos impulsó a varios reyes y señores feudales a la guerra, a la vez
que provocó rebeliones entre los campesinos y los burgueses. Incluso se agravó la intolerancia religiosa y estallaron pogromos (la
persecución y asesinato de las minorías judías dentro de los reinos cristianos).
Todo esto aumentó el nivel de mortandad, a la vez que disminuía la tasa de natalidad. Así, hacia finales de la crisis, la población
europea había descendido en un tercio (lo que significaba alrededor de 25 millones de habitantes menos que al inicio del siglo).

Causas Consecuencias

- Se produjo un cambio climático generalizado (descendieron las - Hubo un retroceso de las áreas sembradas, al mismo tiempo
temperaturas) y esto afectó a la agricultura. que aumentó la ganadería y bajaron los precios agrícolas.
- Se agotaron los suelos tras siglos de expansión agrícola y hubo - En varias regiones de Europa (Inglaterra, Holanda, Norte de
pésimas cosechas, a la vez que la población seguía creciendo. Francia, de Alemania y de Italia) se puso fin a los trabajos
- Los señores feudales continuaron presionando a los campesinos forzados de los campesinos, a la vez que subieron los salarios.
y exigiendo cada vez mayores rentas. - Los nobles perdieron poder, pero mantuvieron sus privilegios.
- Las rutas comerciales con Asia posibilitaron la llegada de - Las ciudades perdieron autonomía frente al poder de los reyes.
enfermedades desconocidas a Europa. - Los reyes aprovecharon la crisis para concentrar el poder en sus
- Las malas condiciones higiénicas y el hacinamiento en las reinos y dominar a todos los grupos de la sociedad.
ciudades (de una población con hambre y bajas defensas).
5

Vous aimerez peut-être aussi