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ENSAYO

Ley de inclusión y decreto 83, un desafío para el futuro

La acción cultural- consciente o


inconscientemente- o está al servicio de la
dominación o lo está al servicio de la liberación de
los hombres (Freire, 1970).

Desde la educación se pueden implementar cambios en la sociedad,


abandonando el escepticismo y resquemores en torno a lo que el sistema nos
permite realizar como profesores, podemos decir que Chile camina hacia un sistema
en el que la diversidad es lo normal y que el diferenciar a las personas en dignidad
y derecho es un acto reprobable, pasado de moda.

Son tantas las facetas de la realidad en las que hay que orientar a las nuevas
generaciones, y tantos los temas fuerza en la agenda educativa nacional e
internacional a los que se debe dar cobertura para que nuestros niños y niñas
puedan gestionar la posibilidad de un mañana alejado de la distopía, que
vaticinaban los pensadores del siglo XX y los escritores de ciencia ficción como
Isaac Isamov, Ray Bradbury o George Orwell bastantes décadas atrás.

Enmarcados en el paradigma sociocontructivista, tal vez no profundizamos


en los contenidos (que están a un click), pero podemos avanzar en el aprender a
ser mejores personas a vivir en sociedad, a hacer frente a cualquier problema, sobre
la base de la unión y aprovechando las diferencias personales enriquecer cualquier
tarea.

Concordando con lo anteriormente descrito, el paradigma de la educación


inclusiva supone que Chile debe transitar de un enfoque homogeneizador, centrado
en el déficit y la categorización, del modelo basado en la normalización y
asimilación, a un enfoque que no teme a lo heterogéneo, diversificando la
enseñanza y con una comprensión compleja de la construcción de la realidad a
partir de la diferencia.
Para Salazar, A. (2017) la inclusión permite el desarrollo de relaciones y de
comunidades educativas como espacios de encuentro, diálogo y reconocimiento de
la diversidad de quienes las integran, y que construyen y enriquecen su propuesta
educativa a partir de sus diferencias y particularidades.

Los establecimientos educacionales, de acuerdo a la ley 20.845, deben


propender a eliminar todas las formas de discriminación arbitraria que impidan el
aprendizaje y la participación de los y las estudiantes. Las escuelas y liceos de chile
deben ser un lugar de encuentro entre los y las estudiantes de distintas condiciones
socioeconómicas, culturales, étnicas, de nacionalidad o de religión.

En este sentido, el decreto 83/2015 permite ingresar al aula lo que propone


la ley 20.845, propiciando y promoviendo la Diversificación de la Enseñanza, así
como también, establece criterios y orientaciones de adecuación curricular para
educación parvularia y básica, que por extensión llegan a la enseñanza media.

En este nuevo escenario, a los equipos directivos y docentes, les


corresponde llevar a cabo procesos de trabajo colaborativo, para que desde ellos
mismos, el cambio llegue a las aulas, lo que no ha estado exento de dificultades,
dudas y, por qué no decirlo, temores en la implementación de una gestión curricular
basada en el principio de diseño universal, con el fin de crear distintas vías
alternativas para que todos sus estudiantes puedan alcanzar, según sus
particularidades, los objetivos de aprendizaje y las competencias necesarias para
avanzar en la trayectoria académica.

Actualmente, los profesionales de la educación están conminados a innovar


en su quehacer y por sobre todo a trabajar en equipo, dejado atrás el background
que predispone sus prácticas y formación académica, para responder a las múltiples
necesidades y trayectorias educativas de los estudiantes.

Todo esto suena muy bien, incluso es éticamente correcto soñar con una
atención ecuánime y equitativa para todas las personas, sin importan sus
característica individuales. Sin embargo, Castro y Rodríguez (2017) mencionan que
el proceso de transformaciones en el sistema educativo chileno, dirigidas a la
atención de la diversidad, ha estado marcado por falta de información y orientación
desde el nivel central a los establecimientos, suponiendo un esfuerzo adicional para
ellos y sus equipos de trabajo dar cumplimiento a la normativa vigente.

Lamentablemente, aún cuando el MINEDUC publica documentos de apoyo


para los establecimientos en las páginas web, la bajada de la información ha sido
lenta y escasa, así como también, nula la participación de las bases en el diseño de
los aspectos técnicos.

Pese a las dificultades antes mencionadas, la inclusión tiene un espíritu


integrador y que considera las diferencias como parte del camino al desarrollo de
habilidades y competencias, para lo cual el DUA (Diseño Universal de Aprendizaje)
ha venido a dar respuesta en la forma de acercar a niños y jóvenes a la co-
construcción de su aprendizaje. Asimismo, ha permitido abrir instancias de diálogo
y trabajo colaborativo entre los docentes.

Diseño Universal de Aprendizaje: Una de las estrategias para la


inclusión
Los avances de en todos los campos, incluso en educación, constantemente
representan un desafío para quienes participan de ella. Tanto es así, que aún existe
una disparidad entre el discurso inclusivo de los docentes y su quehacer diario, es
decir, este sistema está recién instalándose en las escuelas del país por lo que es
muy prematuro decir que está completamente implementado, considerando la
formación inicial de los docentes en actual ejercicio y de los estudiantes de
pedagogía.

De acuerdo a Sánchez, S., Castro, L., Casas, J. y Vallejos, V. (2016) las


neurociencias demuestran que no hay cerebros iguales, aunque compartimos
estructuras similares, nos diferenciamos en la cantidad de espacio entre esas
regiones que ocupan el área total del cerebro, así como también, las zonas que se
activan simultáneamente en las tareas de aprendizaje. Esta variabilidad determina
la forma en la que las personas acceden al aprendizaje, en cómo expresan lo que
saben o cómo resuelven sus problemas.

Por lo anterior, cabe preguntarse ¿Cómo podemos llegar a que todos


nuestros estudiantes accedan al aprendizaje? Una opción, pero no la única, es el
enfoque DUA, desarrollado por el Center for Applied Special Technology (CAST),
que critica la finalidad de los currículos de atender a la mayoría, pero no se enfoca
en todos los estudiantes, dejando de lado aquellos aventajados o aquellos que se
encuentran en desmedro.

De acuerdo al CAST, el currículo impide que todos los estudiantes accedan


al aprendizaje, debido a que están en contacto con “métodos y materiales
inflexibles” (Rose y Meyer, 2002: vi, citados en Sánchez, S., Castro, L., Casas, J. y
Vallejos, V. (2016)).

El CAST propone brindar más flexibilidad al currículo, a los medios y a los


materiales, de modo que todo el alumnado pueda acceder al aprendizaje. ¿De qué
modo? Pues, utilizando las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación)
activamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje, considerando en el aula tres
principios que se mencionan a continuación: I. Proporcionar múltiples formas de
representación; II. Proporcionar múltiples formas de acción y expresión; y, III.
Proporcionar múltiples formas de implicación.

Para cumplir con estos postulados, en Chile se ha ido demasiado lento, es


decir: La ley ha avanzado mucho más rápido que los usos y las costumbres, se ha
venido adelantando, no regulado, sino demarcando la forma en la que deben actuar
los participantes del proceso educativo.

Sí, los cambios han sido vertiginosos. Es necesario prever cómo preparan la
ejecución de estos y otros requerimientos para que el espíritu de la ley se refleje en
la realidad y no quedemos con la sensación que está improvisando en materias tan
sensibles como la educación.

Nada mejor que educar con el ejemplo

El DUA es un desafío para los docentes y en tiempos de crisis, como


menciona Albert Einstein, la imaginación es más importante que el conocimiento.
Cada integrante del profesorado tuvo que abandonar pequeña “isla”, para aliarse
con sus pares a fin de explorar el camino de la co-docencia, de los proyectos
interdisciplinarios, del trabajo con educadores diferenciales o de su misma área.

Los profesores del siglo XXI, han tenido que salir al paso, ante un nuevo
paradigma, tienen que estudiar, indagar y unirse, para responder a la inclusión de
la misma forma en la que se espera que los jóvenes aprendan.

Todos los caminos conducen a Roma


El diseño Universal no solo implica un cambio en las interacciones de la
enseñanza- aprendizaje, sino que también supone variedad de alternativas,
situaciones, espacios, materiales educativos y procedimientos de evaluación.

La idea es que a través de distintas vías se permita que todas y todos los
estudiantes puedan alcanzar, de acuerdo a sus necesidades y ritmos de
aprendizaje, los objetivos esenciales y básicos de aprendizaje establecidos en el
currículo escolar.

Es relevante mencionar que el DUA, nos permite diversificar la enseñanza,


pero no es el único modelo. Otros pueden ser las tutorías, el aprendizaje basado en
proyectos, las comunidades de aprendizaje, entre otros.

La evaluación también es una instancia inclusiva, en la que se debe


propender a que sea parte del proceso, continua, consensuada, participativa, con
variedad de instrumentos y, obviamente, evitar la unidireccionalidad, tendiendo a la
diversificación de la misma mediante instancias de coevaluación, autoevaluación y
heteroevaluación (promoviendo la metacognición).

Si todos participamos de la construcción de los aprendizajes, encontraremos


rutas válidas y si participamos de la evaluación, sabremos que llegamos a Roma.

La práctica pedagógica inclusiva debe ser propiciada desde un


ambiente de trabajo participativo, agradable y que permita el desarrollo

Tal vez este es el punto más complejo en el aterrizaje de una nueva ley, pero
del modo en que se den las interacciones laborales, se darán las oportunidades
para que los estudiantes creen y recreen una experiencia de aprendizaje inclusiva,
basada en el respeto y en el logro de objetivos mayores.
En este sentido, la carrera profesional docente, como política al alero de la
reforma, busca paulatinamente mejorar las condiciones laborales de los
educadores, aunque muchos no estén conformes.

Gradualmente, se está destinado mayor tiempo a la planificación de la


enseñanza y al trabajo multidisciplinario, aunque todos no coincidan en la forma, al
menos si lo hacen en el fondo (cuando menciono el fondo, me refiero al espíritu de
todas modificaciones, que buscan un cambio paradigmático y social).

Llegando al final

Desde el decreto 1 (1998), pasando por el decreto 170(2009), hasta llegar en


2015 al decreto 83, pasamos de rotular a los estudiantes con sus distintos
diagnósticos como discapacitados, posteriormente a integrarlos con sus
necesidades educativas especiales, a finalmente, incluirlos en la diversidad del
alumnado dentro de las mismas aulas, pudiendo tener una experiencia más
enriquecedora, tanto para los docentes, educadores diferenciales y estudiantes, en
la que todos colaboran en el desarrollo de habilidades.

No podemos permitir que la educación sea un método de adoctrinamiento,


que permita que la historia se repita cíclicamente, pues las sociedades sin memoria
o sin comprensión de los sucesos, impávidas, pueden justificar una guerra por
hidrocarburos o generar leyes que responden a los intereses de unos pocos.

Antes fue la religión, luego el consumismo y hoy, el opio del pueblo, que se
adquiere de manera voluntaria en interesantes adminículos que nos garantizan
omnipresencia, presencia remota e información en tu mano. Aprovechemos la
tecnología para cambiar el mundo que legaremos a nuestros hijos, no para llevarla
al deshuesadero.
Estamos en la época en que los mecanismos de control mutan
vertiginosamente, cual virus, haciéndose cada vez más complejos y efectivos en el
control de las masas. Es aquí donde el rol de un profesor debe escapar de la
alienación y dirigirse a la valoración de la diversidad y la dignidad de las personas,
solo por el hecho de serlo.

Debemos responder a nuestros estudiantes, aportarles con mayores


oportunidades de participación y acceso a los aprendizajes, en una escuela
multicultural y abierta, para adentrarse exitosamente en un mundo con las mismas
características, incluyendo niños y jóvenes con o sin discapacidad, de otras culturas
o razas, para enriquecer su enseñanza y de este modo puedan progresar en un
mundo lleno de desafíos sociales, económicos, políticos y por sobre todo
ecológicos.

Como menciona Freire en el epígrafe de su afamado libro “La pedagogía del


oprimido”:
“Nadie libera a nadie. Ni nadie se libera solo.
Los hombres se liberan en comunión”.
Referencias

CASTRO, R. Y RODRÍGUEZ, F. (2017). Diseño Universal para el Aprendizaje y co-


enseñanza. Estrategias pedagógicas para una educación inclusiva.
Ediciones Universidad Santo Tomás. Recuperado de:
https://books.google.cl/books?id=iUU4DwAAQBAJ&printsec=frontcover&hl=
es#v=onepage&q&f=false

FREIRE, P. 1970. Pedagogía del oprimido. 2da. Edición. Siglo XXI Editores, S.A.
Buenos Aires.

SALAZAR, A. (2017). Avances en la diversificación de la enseñanza. Decreto n°


83/ 2015. Unidad de Educación Especial División de Educación General
Ministerio de Educación. Recuperado de: https://especial.mineduc.cl/wp-
content/uploads/sites/31/2017/07/PPT_SeminarioUDP-MINEDUC-2017.pdf

SÁNCHEZ, S., CASTRO, L., CASAS, J. Y VALLEJOS, V. (2016). Análisis Factorial


de las Percepciones Docentes sobre Diseño Universal de
Aprendizaje. Revista latinoamericana de educación inclusiva, 10(2), 135-
149. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-73782016000200009
VEGA, A. (2009). Integración de alumnos con necesidades educativas especiales:
¿Existe coherencia entre el discurso y las prácticas pedagógicas ejercidas
por los profesores básicos? Estudios pedagógicos (Valdivia), 35(2), 189-202.
https://dx.doi.org/10.4067/S0718-07052009000200011

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