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Mateo retrata a Jesús como el Mesías, el “ungido de Dios” de quien los profetas habían
escrito. Por otra parte, Mateo tiene una estructura bastante clara y organizada que se
enfoca en los temas centrales de la predicación de Jesucristo.
Un tema distintivo en este evangelio es “el reino de los cielos”, ya que los judíos
esperaban al Cristo Reinante; Mateo narra las parábolas de Jesucristo aclarando estos
“misterios del reino” donde se explica que el reino de los cielos era inaugurado
inmediatamente con el ministerio del Señor, pero estaría en una etapa de siembra y
luego el Señor volverá para la etapa de siega y el juicio final.
“Historia de Jesucristo como el Mesías y Rey esperado por Israel en quien se cumplen
las profecías del Antiguo Testamento”.
El sabor judío del Evangelio según Mateo es impresionante. Esto es evidente aun en la
genealogía de apertura, la cual Mateo rastrea solo hasta Abraham. En contraste, Lucas,
buscando mostrar a Cristo como el Redentor de la humanidad, regresa hasta Adán. EL
propósito de Mateo es en cierta manera más estrecho: demostrar que Cristo es el Rey
y Mesías de Israel. Este Evangelio cita más de sesenta veces pasajes proféticos del AT,
haciendo énfasis en que Cristo es el cumplimiento de todas esas promesas.
El uso de Mateo del griego puede sugerir que estaba escribiendo como un judío
palestino a judíos helenistas en otros lugares. El escribió como un testigo ocular de
muchos de los acontecimientos que describió, dando testimonio original de las palabras
y obras de Jesús de Nazaret.
Sin embargo, nada de esto significa que Mateo limitara su mensaje a los judíos. Nótese,
por ejemplo, que solo él cuenta la llegada de los “sabios” (que no eran judíos) para
adorar el niño Jesús (2:1-12).
Además, termina el libro con la Gran Comisión (28:18-20), la cual demuestra que su
punto de vista es universal.
2. Fíjese en los detalles registrados por Mateo que forman un parangón con el éxodo
de Israel de Egipto.
Mateo Éxodo
3:13 14
3:17 4:22
4:1 15:22
4:1-11 16-17
4:2 34:28
5:1; 8:1 24:15-17
8:9 7-12
Son de sumo interés los detalles paralelos entre la descripción que Mateo hace
de Jesús en los primeros capítulos de su evangelio, y los relatos del Antiguo Testamento
tocantes a Moisés y al éxodo. La siguiente tabla servirá para ilustrado:
Razón última de todos estos paralelismos parece ser que Mateo quiere presentar a
Jesús a sus lectores judeo-cristianos como el conductor del nuevo Israel, la iglesia
cristiana, así como Moisés fue el conductor del Israel antiguo. Que la iglesia llegó a ser
el nuevo Israel, el nuevo pueblo de Dios, lo deja en claro también la carta de Pablo a los
gálatas: “reciban paz y misericordia todos los que viven según esta regla, y todos los del
verdadero pueblo de Dios” (Gá 6:16).
CONCLUSION:
Mateo subraya este hecho al registrar 29 profecías mesiánicas, 10 de las cuales son
propias de su evangelio. Este Jesús es también el Emmanuel, “Dios con nosotros”, hasta
el fin de los siglos, como lo afirma Mateo tanto al comienzo como al final de su escrito
(1:23; 28:20). Dicho Mesías/Emmanuel es el Señor de la iglesia, ese nuevo Israel que
tiene el encargo de predicar el evangelio a todas las naciones. Así como aquellos sabios
del Oriente, paganos, vinieron a ver al Emanuel poco después de que éste había nacido
así por medio de la iglesia este mismo Emanuel va tanto a los gentiles como a los judíos,
por efecto de la misión del nuevo Israel. Por ello el tema central de Mateo es de narrar
y mostrar a Jesús como el Mesías en una perspectiva judía. Personalmente considero
que tanta fue la preocupación de Mateo en evangelizar a sus compatriotas a pesar que
no era del agrado de ellos, ni mucho menos era bien tratado por el hecho de que el era
el publicado del pueblo, considerado en esa época un traidor que les dejo esas
escrituras plasmando la obra redentora de Cristo y pudieran entender que solo en El
hay liberación (muy esperada por ellos) pero una liberación, salvación ETERNA
espiritual.