Vous êtes sur la page 1sur 7

TEMA 1 – EL FORMALISMO RUSO

A. HISTORIA
1. Introducción

El formalismo ruso representa el primer esfuerzo por la constitución de un campo autónomo de problemas,
conceptos y métodos para el estudio de la literatura. Podría decirse que supone una revitalización de la vieja
tradición clásica y clasicista representada por la poética y la retórica. El término procedimiento literario
adquiere entonces protagonismo.
Decir que revitaliza el estudio de la forma literaria es afirmar que ese enfoque no era dominante en la crítica
y en la teoría rusa del momento; y, en efecto, la crítica rusa del XIX manifiesta una preocupación por el
aspecto político-social de la literatura. Los representantes de esta forma de crítica fueron, entre otros,
Bielinski y sus seguidores: Chernishevski, Dobrolyubov y Pisarev.
Para encontrar un interés por los aspectos formales de la literatura en el XIX hay que acudir a los trabajos de
Veselovski y Potebnia.
No se puede entender el formalismo ruso sin hacer referencia al simbolismo, que supuso la renovación del
interés por el estudio de la técnica del verso, y al futurismo, movimiento de vanguardia que ilustra en
literatura los principios del formalismo: la primacía de la palabra autosuficiente en su forma fónica, gráfica o
semántica.
El formalismo nace como un movimiento de reacción al ambiente imperante en los estudios literarios, y
como continuador de una tradición que se interesa por los aspectos formales, por el procedimiento.
Buscaban cambiar el objeto de estudio, que no es literatura sino literariedad, es decir, lo que hace de una
obra concreta una obra literaria. Separar lo que hasta ahora imperaba, todo tipo de datos sociales,
psicológicos, culturales, y centrarse en lo literario. Entendían que para convertirse en ciencia debían
reconocer el procedimiento como su único personaje, para luego aplicar y justificar dicho procedimiento.

2. Nacimiento del formalismo ruso

En 1915 un grupo de estudiantes universitarios funda el Círculo Lingüístico de Moscú; y en 1916 un


conjunto de filólogos e historiadores de la literatura crean la Sociedad para el Estudio de la Lengua Poética
(llamada Opojaz). Las características comunes de estos grupos son su juventud y su afán por abrir caminos
nuevos en el estudio de la lengua y la literatura.

El Círculo Lingüístico de Moscú


Desarrolla su actividad entre 1915-1920, cuando Jakobson, su principal animador, se establece en Praga. Los
estudios consagrados a la lengua poética ocupan un lugar cada vez mayor hasta convertirse en dominantes
entre los leídos en el curso: estudios de métrica de Tomachevski, o sobre La lengua poética de Khlebnikov de
Jakobson. Este último fue publicado bajo el nombre de La nueva poesía rusa, y constituye el núcleo de las
ideas más características del primer formalismo.
“Si la pintura es una conformación del material visual con valor autónomo, si la música es la conformación
del material sonoro con valor autónomo, y la coreografía, del material gestual con valor autónomo,
entonces la poesía es la conformación de la palabra con valor autónomo, de la palabra 'autónoma' como
dice Khlenikov”. (Jakobson, 15)

OPOJAZ: “Sociedad para el Estudio de la Lengua Poética”


Es un grupo más heterogéneo porque a los profesionales de la lengua se unen teóricos de la literatura como
Sklovski o Eichenbaum. Este último con un carácter menos explosivo y revolucionario que el primero.
Osip Brik acogía en su casa las reuniones de los formalistas, y su aportación se hizo más a través de la
conversación que de la escritura.

3. Primera etapa formalista: 1916-1920

Es el momento de enunciar de forma tajante la tesis que contiene la nueva postura con respecto a la ciencia
literaria.
“Lo que importaba en nuestra lucha era oponer los principios estéticos subjetivos que inspiraban a los
simbolistas en sus obras teóricas a la exigencia de una actitud científica y objetiva en relación con los
hechos” (Todorov).
Los principales documentos de esta etapa formalista son tres: Estudios sobre la teoría del lenguaje poético y
Poética del grupo de San Petersburgo; y el trabajo de Jakobson La nueva poesía rusa. En Poética
encontramos el trabajo sobre la prosa de ficción de Eichenbaum, Cómo está hecho “El abrigo” de Gogol; y
un artículo de Sklovski, El arte como procedimiento, considerado como un manifiesto de la estética
formalista, que parte de una crítica de las ideas de Potebnia sobre la lengua poética.
En contra de lo que pensaba Potebnia, Sklovski explica que la imagen poética no hace más asequible la
realidad, sino todo lo contrario: extraña el objeto a que se refiere. La imagen poética refuerza la impresión.
Un hecho importante en esta época de expansión del formalismo es la fundación del Departamento de
Historia de la Literatura en el Instituto Estatal de Historia del Arte de Petrogrado, presidido por Žirmunski,
uno de los más reconocidos simpatizantes del formalismo. Mientras que la Sociedad para el Estudio de la
Lengua Poética representa el formalismo militante, el Instituto aglutina las labores de investigación,
publicadas en una serie titulada Problemas de poética.

4. Época de desarrollo: 1921-1926

Ampliación de temas
En la primera etapa destacaron los aspectos relacionados con el significante poético, con la autonomía de la
forma literaria, basándose principalmente en la eufonía poética. Ahora el análisis de la poesía se extiende a
consideraciones que también tienen en cuenta aspectos como la sintaxis y la semántica poéticas.

Interés por la historia literaria


Otra novedad es el interés por la historia literaria, motivada con una consideración más amplia de la obra
artística: ya no se trata de una suma de procedimientos, sino de un sistema en el que cada procedimiento
tiene su función.
“La unidad de la obra no consiste en una entidad cerrada y simétrica, sino en una integridad dinámica con
desarrollo propio. Entre sus elementos no media el signo estético de adición e igualdad, sino que siempre
aparece el signo dinámico de la correlación y la integración”. (Tinianov).

Diversidad de intereses
No debe pensarse que el formalismo era monolítico en su manera de pensar. Hay posturas diferentes ante la
relación de literatura y lingüística o sobre la exigencia de un rigor metodológico extremo frente a un
pluralismo. En esta época de desarrollo y consolidación se produce también síntesis tan variadas como la de
Tomachevski, Teoría de la literatura. Poética, donde encontraremos una elocuente relación de cuestiones de
interés para los formalistas en el estudio sincrónico de la literatura, constituyendo una verdadera poética:
estilística, métrica, teoría de la narración y de los géneros.

Formalismo y marxismo
El hecho más importante en la historia del formalismo es la consolidación de su guerra con el marxismo. El
inicial ahistoricismo y la posterior consideración de la historia literaria como algo autónono entre los
formalistas chocaba con las ideas marxistas. Cuando la teoría marxista se constituye, empieza su
enfrentamiento sistemático con los formalistas.
Trotski, en su obra Literatura y revolución, ofrece el primer ejemplo de desacuerdo.
El ataque más duro contra el formalismo procede de M.M. Bajtin, El método formal en la ciencia literaria,
que es a su vez una propuesta sociológica.

5. Periodo final: 1926-1930

Consideración del contexto literario


En la última etapa formalista es perceptible la conciencia de la necesidad de atender más al contexto exterior.
Se puede observar en las obras de Sklovski o Eichenbaum, como su Literatura y hábitos literarios, donde
define hábito literario como:
“[...] un conglomerado de problemas que incidían en la condición social del autor, tales como la relación
entre el artista literario y su público, las condiciones de su obra, el fin y el mecanismo del mercado
literario”.
Eichenbaum en La teoría del método formal presentaba nuevos problemas, del tipo de los que se apuntaban
en el artículo de Tinianov, El hecho literario, donde se defiende una concepción dinámica de la literatura,
centrada más en lo que es el “hecho literario”.
“Todas las definiciones estáticas, firmes, de la literatura quedan barridas por el hecho de la evolución. Las
definiciones de la literatura que operan con sus rasgos fundamentales tropiezan con el hecho literario vivo.
Mientras que se hace cada vez más difícil dar una definición firme de literatura”.

Teoría de la historia literaria


En el trabajo de Tinianov, Sobre la evolución literaria, se pone de manifiesto la apertura del último
pensamiento formalista a las cuestiones contextuales.
El punto de llegada del formalismo en su aspecto teórico lo representa el trabajo conjunto de Jakobson y
Tinianov: Los problemas del estudio de la literatura y de la lengua, donde se expone de forma escueta la
definición funcional de la literatura, y la necesidad de una consideración diacrónica del sistema literario en
correlación con las otras series históricas.

Análisis estructural del cuento maravilloso


Por la gran repercusión que tuvo en los estudios estructuralistas de los años 60, conviene recordar como una
importante aportación del último formalismo, el trabajo de Propp, Morfología del cuento, donde se establecía
un modelo con determinadas funciones básicas que, dispuestas en una secuencia precisa, explicaban todas las
manifestaciones concretas de los cuentos maravillosos.

Disolución del grupo


La evolución política de Rusia en los últimos años de los 20 es enorme. El socialismo se convierte en el
objetivo de la acción social. La Asociación Rusa de Escritores Proletarios controla y dirige la actividad
literaria y crítica.
Sklovski firma el acta de desaparición del grupo en su artículo Un monumento al error científico:
“Por lo que a mi se refiere el formalismo es algo que pertenece al pasado. Todo lo que queda del
formalismo es la terminología, hoy en día generalmente aceptada, así como una serie de observaciones
tecnológicas”
Cualquier actividad de investigación está acabada; es la dispersión del grupo y de sus intereses.

6. Herencia formalista

Círculo Lingüístico de Praga


Aunque la producción teórica del formalismo acaba en 1930, sus ideas tuvieron continuada en el Círculo
Lingüístico de Praga, cuyas actividades se desarrollan entre 1926-1940. contaron con personajes del Círculo
de Moscú como Jakobson y Bogatirev.

René Wellek en Estados Unidos


René Wellek, miembro activo del Círculo de Praga, emigró a Estados Unidos cuando Checoslovaquia fue
invadida por los alemanes. En la obra que escribe junto con Austin Warren, Teoría literaria, está cargada de
ideas formalistas. Los propios autores reconocen la influencia de los formalistas, y reconocen como modelo
para su obra la Teoría de la literatura de Tomachevski. El prólogo de la obra en la traducción española fue
escrito por Dámaso Alonso.

Victor Erlich y su panorama del formalismo


Un trabajo imprescindible para el estudio y documentación de la escuela y pensamiento formalista es la obra
de Victor Erlich, El formalismo ruso. Historia. Doctrina.

Formalismo y estilística
En el prólogo de la obra de Wellek y Warren, Dámaso Alonso habla de “entrañable afinidad” con sus autores:
“No solo tocaban en esta Teoría Literaria una gran parte de los temas que más me habían preocupado a lo
largo de muchos años, sino que los trataban desde un punto de vista bastante cercano al mío, tanto que yo
podía asentir sin la menor violencia a las tesis fundamentales de la presente obra”.
Lapesa, comentando un curso de Dámaso Alonso en la Universidad Internacional de Santander, a la que
acudió como alumno, da a entender que las tesis de Dámaso eran semejantes a las de los escritores
formalistas ya en los años 30.
Así, Helmut Hatzfeld establece en 1956 una relación entre estilística y formalismo ruso en un trabajo titulado
Métodos de investigación estilística. Llama la atención la fecha temprana y que además fuese publicado por
una revista española.
Más llamativa es la página en la que el mexicano Alfonso Reyes se refiere a la nueva crítica rusa cuando
habla de la estilística. En esta mención aparecen nombres formalistas como Brik, Eichenbaum o Žirmunski.

Roman Jakobson y su conferencia de 1958


El principio de la revitalización del formalismo está en la conferencia que ofreció Jakobson en la
Universidad de Indiana en 1958, titulada Lingüística y poética. En ella, Jakobson define la función poética
como aquella por la que el mensaje llama la atención sobre sí mismo, idea extendida entre los estudiosos
modernos de la lengua y la literatura. Las raíces de esta definición están en las teorías formalistas primero, y,
después, en las funcionalistas del Círculo de Praga.

La traducción de Tzvetan Todorov


Una aportación muy importante a la difusión de las ideas de los formalistas rusos en la poética estructuralista
de los años 60 y 70 es la antología de textos traducida al francés del búlgaro Todorov. Tal antología
constituye una referencia clásica e imprescindible de la teoría literaria del siglo XX.

Formalismo y semiótica
En 1970 le preguntan a Bajtin su opinión sobre los estudios literarios y el teórico ruso establece una relación
entre el carácter de las investigaciones formalistas y las de la escuela semiótica de Tartu, iniciada en los años
60 y encabezada por Lotman.
Todorov se refiere al resurgir de la poética en Rusia y establece un parentesco entre este resurgir, que tiene
que ver con el estructuralismo y la semiótica, y la poesía de los formalistas, cuya herencia, ocultada durante
treinta años, no fue del todo olvidada.
El propio Lotman no oculta su deuda con los estudios formalistas del verso llevados a cabo por
Tomachevski, por ejemplo.

Formalismo y estética de la recepción


Toda literatura que parte de planteamientos en los que se tiene en cuenta una consideración inmanente de la
misma, encuentra en las teorías de los formalistas rusos el origen de muchas cuestiones de interés. Hans
Robert Jauss no olvida a los formalistas a la hora de fundamentar propuestas como la estética de la
recepción, basadas en las ideas formalistas sobre la historia literaria.
Los textos de los formalistas son lecturas obligatorias para todo aquel estudioso de la literatura que se
preocupa por una comprensión de lo que la constituye como técnica peculiar, artística, del lenguaje. Para
todo el que se sitúe en un punto de vista inmanente, en sintonía con los actuales estudios de lingüística
moderna o la semiótica más actual.

B. TEMAS PRINCIPALES DE SU TEORÍA

1. Por una ciencia de la literatura

En el artículo La teoría del 'método formal' de Eichenbaum se deja muy claro que, para los formalistas, el
problema esencial es el de la literatura como objeto de estudio, no el de los métodos que se apliquen en tal
estudio.
Lo esencial es que la atención se concentre en el carácter intrínseco de la materia estudiada, aislar un sistema
inmóvil para la elaboración de términos, esquemas y clasificaciones.
El objetivo de la ciencia literaria es el conocimiento de las particularidades específicas de los objetos
literarios, lo que los diferencia de otras manifestaciones lingüísticas y artísticas; lo cual no impide que las
obras literarias se puedan usar como objeto auxiliar para otras ciencias.

2. Lengua literaria y lengua común

El procedimiento literaria se justifica al cumplir una función en la comunicación literaria. La solución está,
entonces, en comparar la lengua en su funcionamiento literario y en su uso común. Los formalistas, buscando
la especificidad de la literatura, se orientan en la lingüística. Trabajos como el de Yakubinski, Sobre los
sonidos de la lengua poética encuantran la tesis de las funciones lingüísticas:
“Los fenómenos lingüísticos deben ser clasificados desde el punto de vista del fin deseado en cada caso
particular por el hablante. Si los utiliza con un fin puramente práctico de comunicación, se trata del sistema
de la lengua cotidiana (del pensamiento verbal), en la que los formantes lingüísticos (los sonidos, los
elementos morfológicos, etc.) no tienen valor autónomo y no son más que un medio de comunicación. Pero
se pueden imaginar (y existen en realidad) otros sistemas lingüísticos en los que la finalidad práctica
retrocede al segundo plano (aunque no desaparezca completamente) y los formantes lingüísticos obtienen
entonces un valor autónomo”.
Encontramos aquí la idea fundamental: la autonomía de la forma lingüística literaria.

3. La “desautomatización”

El principio básico de la estética formalista es el de la desautomatización de la percepción de la forma, es


decir, que el arte busca que la atención del receptor se detenga, cuando entra en contacto con la obra, y la
perciba como algo nuevo.
Será artístico el procedimiento que retenga nuestra percepción, y en poesía abundan los recurso encaminados
a este fin.
El concepto de “desautomatización” se entiende mejor cuando se tiene en cuenta que para los formalistas el
hecho literario es la “sensación de la forma”, el carácter relativo.

Sensación de la forma
Recordemos que Sklovski se oponía a la idea de Potebnia de que la imagen poética hacía más asequible la
realidad; diciendo que lo que ocurría en realidad es que la imagen poética no es más que uno de los medios
del poeta para hacer extraño el objeto al que se refiere.
Jakobson también explica los procedimientos literarios como un medio de hacer más sensible el objeto:
“Los tropos nos vuelven el objeto más sensible y nos ayudan a verlo. En otros términos, cuando buscamos la
palabra justa que pudiera hacernos ver el objeto, elegimos una palabra que nos es inhabitual, al menos en
ese contexto, una palabra violada. Esta palabra inesperada puede ser lo mismo la apelación figurativa que
la apelación propia: hay que saber cuál de las dos está en uso”.
La última frase explica que no se trata de asignar un valor estético, abstracto, al procedimiento, sino de saber
que es el que contrasta con el uso general, haciéndose más perceptible en su forma.
El enemigo del arte es la percepción automática, es decir, cuando repetidas las percepciones se hacen más
mecánicas y por tanto menos perceptibles. Todo arte obedece a este realce de la forma, incluso el arte
realista.

Carácter relativo del hecho literario


Si el arte depende de la percepción, y esta deja de ser artística en cuanto que la costumbre convierte en
habitual un procedimiento, por esperado en un contexto, el hecho literario es relativo; depende de que la
forma empleada no se haya gastado, de que el receptor, por no esperarla, se entretenga en su percepción.
Jakobson establece tres contextos que relativizan el lenguaje poético: la tradición poética presente, el
lenguaje cotidiano de hoy, y la tendencia poética que preside la manifestación particular.
En su estudio también explica cómo el concepto de verosimilitud, con el que el formalismo se suele
identificar, también es relativo porque según la actitud, reformista o conservadora, del autor y del lector
respecto a los usos artísticos de la época, se distinguen cuatro tipos de verosimilitud: la del autor reformador,
la del autor conservador, la del lector reformador y la del lector conservador.

4. Teoría de la Historia literaria

Las formas automatizadas pierden su carácter artístico, y una nueva forma nace para cumplir la función
estética. La visión de la historia de la literatura de los formalistas busca una explicación que se aparte de lo
psicológico y biográfico imperante en la historia literaria de su tiempo. Las formas, entonces, evolucionan
autónomamente.
Sklovski, por ejemplo, explica la historia de las formas literarias:
“La nueva forma no aparece para expresar un contenido nuevo, sino para reemplazar la antigua forma que
ha perdido ya su carácter estético”.
Es importante destacar que la incursión en los problemas del cambio de las formas refuerza la idea de
función, que relativiza la de procedimiento, que deja de ser un artefacto abstracto para definirse por su
función en una determinada época.

Aspecto dialéctico de todo cambio


Los formalistas destacan el aspecto dialéctico, de lucha, que hay en todo cambio. Tinianov:
“Toda sucesión literaria es ante todo un combate, es la destrucción de un todo ya existente y la nueva
construcción que se lleva a cabo a partir de los elementos antiguos”.

La historia literaria como sistema


La propuesta más sistemático de un conjunto de principios para la explicación de la historia literaria es la de
Tinianov en Sobre la evolución literaria. El autor parte de que la obra literaria constituye un sistema y la
literatura es otro sistema. Dentro del sistema de la obra, un elemento tiene una función constructiva, al entrar
en correlación con otros elementos. Pero este elemento puede relacionarse con elementos semejantes
(función autónoma) y con elementos distintos (función sínoma) de otras obras.
Estas funciones son imprescindibles, teniendo en cuenta que el hecho literario solo existe como hecho
diferencial, respecto de la serie literaria o de la serie extraliteraria. La serie literaria se relaciona con la vida
social, por su aspecto verbal. Es decir, la literatura, en la vida social, desempeña una función verbal.
Lo importante es la exigencia de atención centrada en la literatura como tal, y si se relaciona con otros
hechos sociales o históricos, lo hará en cuanto serie distinta de las demás. Lo importante es que no se diluya
una consideración autónoma de literatura.

5. Los géneros literarios

El problema de los géneros literarios no se plantea para los formalistas como una cuestión metafísica de
formas o actitudes abstractas, sino como posibilidad de agrupar las obras de acuerdo con determinados
procedimientos.
Tomachevski desarrolla en su Teoría de la literatura una definición de género. Las obras se pueden agrupar
según la procedencia de los procedimientos, y se distinguen por: la diferenciación natural, cuando la base
para la combinación de los procedimientos está en cierta afinidad; una diferenciación del hábito literario, si
la base está en la finalidad de la obra, en las circunstancias de su producción y consumo; una diferenciación
histórica, cuando el fundamento está en la imitación de obras pasadas o en tradiciones literarias.
Los procedimientos perceptibles alrededor de los que se agrupan los demás procedimientos de la obra son las
características del género. Estas pueden ser: temáticas, usar verso o prosa, o el destino que se da a la obra.
No hay un criterio único para diferenciar los géneros.
“Estas características del género, es decir, los procedimientos que organizan la composición de la obra, son
los procedimientos dominantes, los cuales subordinan a sí mismos todos los demás procedimientos
necesarios para la creación de la obra literaria. Este procedimiento dominante, principal, se llama, a veces,
dominante, y el conjunto de las dominantes es el momento determinante en la formación del género”.
(Tomachevski).

Evolución de los géneros


Según Tinianov:
“En realidad no hay un género constante, sino variable, y su material lingüístico, extraliterario, lo mismo
que la manera de introducir este material en literatura, cambian de un sistema literario a otro. Los mismos
rasgos del género cambian”.
En la teoría formalista hay valiosas apreciaciones sobre la forma en que cambian los géneros. Por ejemplo,
Eichenbaum observa cómo el género elevado degenera hacia lo cómico y paródico.
Tomachevski se refiere al desarrollo del género a partir de la tendencia de una obra a parecerse a otra, la
manera de disgregarse o la forma en que un género vulgar sucede a otro elevado.

Tipología
Hacer un cuadro de los géneros iría en contra de la concepción formalista. Tomachevski expresa:
“Hay que señalar también que la clasificación de los géneros es compleja. Las obras se dividen en amplias
clases, las cuales a su vez se diferencian por su especie y por su variedad. Desde este punto de vista,
recorriendo la escala de los géneros, a partir de las clases abstractas nos adentraremos en los géneros
históricos (el “poema byroniano”, el “cuento chejoviano”, la “novela balzaquiana”, la “oda espiritual”, la
“poesía proletaria”), hasta las distintas obras”.

6. Estilística

El verso
Hoy en día siguen siendo de interés las teorías métricas de los formalistas. Sus análisis del verso tienen como
finalidad una explicación estética, con lo que la métrica enlaza de forma natural con la poética.
Destacan los trabajos sobre las repeticiones sonoras, sobre el ritmo y la sintaxis.
Tomachevski tiene trabajos como El problema del ritmo poético, en el que “ritmo” se aplica a todos los
elementos lingüísticos que intervienen en la construcción del verso; o Teoría de la literatura, con un resumen
de versificación general.
No se puede olvidar el trabajo de Tinianov, El problema de la lengua poética, donde la métrica se integra de
forma natural con la semántica, puesto que la significación de las palabras en poesía depende de la
construcción del verso.
También Žirmunski hizo un importante trabajo sobre la rima en la poesía rusa, con una teoría métrica
general.

La prosa
Una cuestión central en la teoría formalista de la prosa es la de la tipología de las formas narrativas.
Eichenbaum parte de la importancia que tiene el que las formas en prosa estén asociadas al lenguaje escrito.
Si los diálogos son construidos según los principios de la conversación, entonces entran en la prosa
elementos del habla. La narración corta muestra esta aproximación de la prosa al habla.

Elementos de narratología
Aunque los formalistas no llegaron a terminar una teoría de la narración, sí que se quedaron en una fase de
observación y explicación de lo que luego se desarrollaría como la moderna narratología.

Relato objetivo y relato subjetivo


Tomachevski trata las diferencias entre ambos: el relato objetivo es aquel en el que el autor lo sabe todo (hoy
narrador omniscente); relato subjetivo es aquel en el que lo narrador se sabe a través de un narrador concreto
(un personaje o alguien que oye lo ocurrido), y que, por tanto, necesita más información y más justificación
para entenderlo.

La narración corta
Sklovski analizó los procedimientos de construcción en la narración corta (en escalera, en círculo); o sobre la
forma de unir varias narraciones cortas (enhebramiento, cuando se unen por un personaje común; o encuadre,
cuando una sirve de encuadre para un conjunto de ellas).

Motivación
Tomachevski dijo que la motivación era la justificación de la presencia de un elemento en la obra. Clasifica
la motivación en: composicional, cuando el motivo se justifica por su papel en el desarrollo de la fábula;
realista, cuando el motivo viene exigido por la verosimilitud; y estética, si responde a una exigencia de
novedad, de singularización de la forma.

Narración corta y novela


Eichenbaum define las diferencias entre ambas:
“La novela y la narración corta no son formas homogéneas, sino, al contrario, formas profundamente
extrañas la una con la otra. Por eso es por lo que no se desarrollan simultáneamente, ni con la misma
intensidad en una misma literatura. La novela es una forma sincrética (poco importa si se desarrolla
directamente a partir de la recopilación de narraciones cortas o si se ha complicado al integrar
descripciones de costumbres); la narración corta es una forma fundamental, elemental (lo que no quiere
decir primitiva). La novela viene de la historia, del relato de viajes; la narración corta viene del cuento, de
la anécdota. De hecho, se trata de una diferencia de principio, determinada por la extensión de la obra”.

Teoría del cuento de V. Propp


Su obra Morfología del cuento supuso para los análisis estructuralistas un modelo de estudio de la narración.
Sin embargo, la aplicación de su teoría presenta problemas.
Propp compara entre sí los temas de los cuentos maravilloso, para lo que hay que aislar sus partes
constitutivas, que servirán de base para el contraste. El resultado será una morfología.
Propp distingue 31 funciones básicas en la estructura del cuento maravilloso (Alejamiento, engaño, partida,
desplazamiento, combate, matrimonio...). Esto no implica que todos los cuentos deban presentar todas las
funciones, sino que las funciones de determinado cuento responde al esquema. Al igual que tampoco es
necesario que cada función esté desempeñada por un personaje distinto.

Vous aimerez peut-être aussi