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Historia de UNMSM

Fundada mediante Real Cédula, refrendada por los reyes Carlos I de España o
Carlos V, emperador de Alemania, y su madre la reina Juana, dada en Valladolid, el
12 de mayo de 1551. Gracias a la iniciativa de fray Thomás de San Martín que contó
con el apoyo e impulso del Cabildo de Lima que nombró como procuradores al
mencionado fraile, prior de la orden regular de los dominicos asentados en Lima, y
al capitán Jerónimo de Aliaga, quienes se encargaron, con éxito, de las gestiones
ante la real corte. El Studio General y Real Vniversidad de la Ciudad de los
Reyes (prístino nombre), el cual contaba con los mismos privilegios, franquezas y
libertades que los que tenía la Universidad de Salamanca, entró en funciones, el 2
de enero de 1553, luego que en la Sala Capitular del Convento del Rosario de la
Orden de los Dominicos, primera sede institucional, se diera cumplimiento oficial
de la Real Cédula de fundación. Este acto contó con la concurrencia de la Real
Audiencia de Lima presidida, a la sazón, por el licenciado Andrés Cianca y el
enviado de la Corona D. Cosme Carrillo, primer miembro laico del cuerpo docente.
En 1571, en medio de una gran crisis institucional y subsiguiente primera gran
reforma, la Universidad se mudó, después de 18 años, a los terrenos que dejara la
orden de San Agustín en los que luego se fundaría el Convento de la Santísima
Trinidad y parroquia de San Marcelo (segunda sede institucional). Es precisamente
en este año cuando el Papa San Pío V emite la Bula, el 25 de julio de 1571, que
confirmó las calidades y condiciones con las que el emperador había fundado la
universidad acorde a las normas del regio patronato. Las reformas continuaron y
como producto de ello, en 1574, se decide cambiar el nombre de la universidad por
el de uno de los cuatro evangelistas de la iglesia. Luego de un sorteo salió elegida
la advocación de San Marcos, lo que significó un cambio sustancial en el nombre
de la institución universitaria, que se sumó a los diferentes títulos ya otorgados. Por
consiguiente, su nombre cambió al deReal Universidad y Estudio General de San
Marcos de la Ciudad de los Reyes del Perú” (o de Lima),nombre que a lo largo
del tiempo sufriría varias modificaciones. Finalmente, desde 1943 hasta la
actualidad, se le denomina Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Nuestra universidad también participó, activamente, en los distintos episodios
históricos de la gesta emancipadora contribuyendo con la formación y participación
de los principales ideólogos y precursores de la causa como: José Baquíjano y
Carrillo, Vicente Morales Duárez, Toribio Rodríguez de Mendoza, entre otros. En
1821, firmó y reconoció la Independencia del Perú, además de brindar su sede
principal en la que estuvo por más de 300 años, antigua Casa de probación para
jóvenes mestizas de San Juan de la Penitencia (tercera sede), para la instalación de
la Asamblea Constituyente de 1822 convocado por el Protector José de San Martín.
También actuó en la defensa de la patria ante los ataques españoles que
pretendían recuperar las antiguas posesiones coloniales y cuyo principal héroe fue
el sanmarquino José Gálvez (2 de mayo de 1866). Tampoco fue ajena a los hechos
acaecidos en la infausta guerra con Chile, en la cual se vio afectada al perder
importantes bienes (libros y laboratorios), así como la vida de muchos valerosos
sanmarquinos en las distintas batallas.
En nuestra historia contemporánea su participación ha sido vital para el desarrollo
de la educación universitaria como lo fue en los primeros años del siglo XX, en
medio de la Reforma Universitaria, donde se erigió y destacó la incólume figura de
Raúl Porras Barrenechea junto a Luis Alberto Sánchez, Jorge Basadre y muchos más.
Así mismo, ha sido centro de debate para diferentes corrientes de pensamiento y
de resistencia ante los embates de la insania terrorista que atentaron contra el
Estado y el desarrollo de la educación a finales de los ochenta. Situación que no
mermó el espíritu sanmarquino que, el 2010, se vio enaltecido con el otorgamiento
del Premio Nobel de Literatura a un insigne sanmarquino, Mario Vargas Llosa.
A la luz de la historia en sus cuatro siglos de existencia, el protagonismo inequívoco
de la universidad más universal de todas, la Decana de América, se destaca per se.
Cuya participación continúa, activa y vigente, a través de la formación constante de
profesionales en las distintas ramas académicas siendo principal objetivo: el
construir los mejores derroteros para el desarrollo de nuestro país en pro y
beneficio de todos.
Facultades sanmarquinas
La Universidad inició funciones el 2 de enero de 1553 en la sala capitular del
Convento del Rosario de la Orden de los Dominicos, con la concurrencia de la Real
Audiencia presidida por el licenciado Andrés Cianca y el enviado de la Corona D.
Cosme Carrillo, primer miembro laico del cuerpo docente.
Durante la época virreinal las Facultades fueron cinco. En el período republicano,
hasta 1969 llegaron a diez. Al inaugurarse los estudios de la Universidad sus
asignaturas iniciales correspondían a las Facultades de Teología y Arte.
Con la incorporación de graduados en Derecho aparece la Facultad de Cánones.
Luego se crea la Facultad de Leyes. La Facultad de Medicina funcionó en el siglo
XVII. Con el Reglamento de Instrucción Pública de 1850 surgen dos Facultades
efímeras: Matemáticas y Ciencias Naturales, las cuales fueron unificadas en 1862
bajo el nombre de Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas, y posteriormente
en 1876 toma el nombre de Facultad de Ciencias.
En este año también se crea la Facultad de Ciencias Económicas y Comerciales. Es
así que en el siglo XIX, San Marcos tenía seis Facultades: Teología, Letras, Derecho,
Medicina, Ciencias Políticas y Administrativas, y la Facultad de Ciencias.
En el siglo XX fueron organizadas cinco nuevas Facultades, cuatro en el área de
Ciencias: Farmacia y Bioquímica, Odontología, Medicina Veterinaria, Química y
Educación en el área de Humanidades. La de Teología adquirió un régimen distinto
en 1935 y dejó de formar parte de San Marcos. En consecuencia, en 1969 solo
existían tres Facultades que procedían de la época colonial: Letras y Ciencias
Humanas (antes Facultad de Artes), Derecho (Leyes y Cánones) y Medicina.
FALTA DE ETICA PROFESIONAL
CASO

El caso que se expone a continuación ha sucedido en la Institución Educativa Thales del


distrito de Ate. La persona involucrada se llama Esther Granados, laboró durante el
2017 como psicóloga. Para este presente año escolar no se le renovó el contrato por
varias críticas hacia su labor profesional, la más resaltante es aquella en la que
recomendaba a los padres de familia usar la agresión física como una estrategia de
manejo de la conducta infantil.

La srta. En mención admitió verbalmente (a la directora de la institución) haber


incurrido en esta acción que de acuerdo al Cogido de Ética Profesional del Psicólogo
Peruano publicado por el Colegio de Psicólogos del Perú en el 2017, implica una clara
falta de ética pues “el psicólogo debe ejercer su profesión sobre bases científicas, por
ello se guiará por procedimientos validados” (Capítulo I, articulo 7). Ya ha sido
ampliamente estudiado los efectos negativos del uso de la agresión física como técnica
de control de la conducta por lo que representa una seria contradicción pues no se
está tomando en cuenta la amplia información científica al respecto.

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