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Exclusión digital

El concepto de exclusión respecto a la brecha digital nos explica como la misma


palabra indica la exclusión y rechazo de cierta parte de la sociedad por
limitaciones con las nuevas tecnologías y las TIC, en concreto aquel grupo social
que no se ha adaptado, no dispone de acceso a ellas, no sabe utilizarlas o no
dispone de la capacidad para comprender la información que existe en la red y
poder convertirla en conocimiento. Estos inconvenientes les puede perjudicar
con hechos cuotidianos y simples como es el hecho de encontrar un empleo o la
marginación social de éstos como podría darse en un joven o en un parado sin
empleo.

La exclusión de la brecha digital se considera a día de hoy un problema no solo


social sino también de interés político ya que, los países que no consiguen
progresar tecnológicamente e ingresar y adaptarse en la brecha digital tienden a
agravarse de manera catastrófica entrando de este modo en un círculo vicioso
puesto que, los inversores muestran cada vez menos interés porque cada vez
hay menos usuarios. Es el caso de Tanzania por ejemplo. Y este problema es
grave porque no puede solucionarse por si solo si hablamos a nivel internacional.
En cambio a nivel nacional tendría solución aunque cada vez sea mayor el
incremento de personas del nuevo “cuarto mundo” compuesto por los guetos,
barrios chabolistas etcétera y parezca imposible reinsertarlos en la sociedad por
lo que al tema de brecha digital se refiere.

En conclusión, y como explica Fernando Ballestero Director General de la


Fundación Auna: “si queremos que las ventajas y avances de esta Sociedad de
la Información lleguen a todos los ciudadanos es necesario que Gobiernos,
Instituciones sin ánimo de lucro, empresas y ciudadanos colaboremos en esta
tarea de superar la Brecha Digital. Está en juego el futuro y en particular, la
estabilidad social y el nivel de bienestar en los próximos años”.

Tecnologías disruptivas

Clayton M. Christensen, profesor de Harvard Business School, acuñó el


término tecnología disruptiva. En su libro bestseller de 1997, "The Innovator's
Dilemma", Christensen separa la nueva tecnología en dos categorías: sostenida
y disruptiva. La tecnología sostenida se basa en mejoras incrementales a una
tecnología ya establecida. La tecnología disruptiva carece de refinamiento, a
menudo tiene problemas de rendimiento porque es nueva, atrae a un público
limitado y puede que aún no tenga una aplicación práctica probada (tal fue el
caso de la "máquina de habla eléctrica" de Alexander Graham Bell, que ahora
llamamos el teléfono).

Aquí hay algunos ejemplos de tecnologías disruptivas:

 La computadora personal (PC) desplazó a la máquina de escribir y cambió


para siempre nuestra forma de trabajar y comunicarnos.

 La combinación de asequibilidad y una interfaz fácil de usar del sistema


operativo Windows fueron fundamentales para el rápido desarrollo de la
industria de la computación personal en los años noventa. La computación
personal transtornó la industria de la televisión, así como un gran número de
otras actividades.

 El correo electrónico transformó la forma en que nos comunicamos,


desplazando en gran medida la escritura de cartas y perturbando las
industrias postal y de tarjetas postales.

 Los teléfonos celulares hicieron posible que las personas nos llamaran a
cualquier lugar, y transtornaron la industria de las telecomunicaciones.

 La computadora portátil y la computación móvil hicieron posible una fuerza


de trabajo móvil, y permitieron a las personas conectarse a redes
corporativas y colaborar desde cualquier lugar. En muchas organizaciones,
las computadoras portátiles reemplazaron a las de escritorio.

 Los teléfonos inteligentes reemplazaron en gran medida a los teléfonos


celulares y PDAs y, debido a las aplicaciones disponibles, también
trastornaron: las cámaras de bolsillo, los reproductores de MP3, las
calculadoras y los dispositivos GPS, entre muchas otras posibilidades. Para
algunos usuarios móviles, los teléfonos inteligentes suelen reemplazar a las
computadoras portátiles. Otros prefieren una tableta.
 La computación en nube ha sido una tecnología enormemente disruptiva en
el mundo de los negocios, desplazando muchos recursos que
convencionalmente se habrían localizado en la empresa o proporcionados
como un servicio tradicionalmente alojado.

 Las redes sociales han tenido un gran impacto en la forma en que nos
comunicamos y –especialmente para uso personal– ha trastornado el
teléfono, el correo electrónico, la mensajería instantánea y la planificación de
eventos.

En su libro, Christensen señala que las grandes corporaciones están diseñadas


para trabajar con tecnologías sostenibles. Ellos sobresalen en conocer su
mercado, en mantenerse cerca de sus clientes, y en tener un mecanismo para
desarrollar tecnología existente. A la inversa, tienen problemas para capitalizar
las eficiencias potenciales, los ahorros de costos o las nuevas oportunidades de
mercadeo creadas por las tecnologías disruptivas de bajo margen. Utilizando
ejemplos del mundo real para ilustrar su punto, Christensen demuestra que no
es raro que una gran corporación desestime el valor de una tecnología
disruptiva porque no refuerza los objetivos actuales de la empresa, solo para
recibir sorpresas desagradables a medida que la tecnología madura, gana una
mayor audiencia y cuota de mercado, y amenaza el statu quo.

Sabios digitales

Primero porque se inventa el término ‘sabiduría digital’ y nos lo explica así: “La
sabiduría digital es un concepto doble, refiriéndose primero, a la sabiduría que
se presenta del uso de la tecnología, donde nuestra capacidad cognoscitiva
llegue más allá de nuestra capacidad natural y en segundo lugar a la sabiduría
en el uso prudente de la tecnología para realzar éstas, nuestras capacidades”. A
ver, ¿Alguien me lo dice con sus palabras? Exacto. Ser sabio digital es ser chachi
con los ordenadores. Mmm. ¿Y todo el resto? Paja y buen-rollo para acompañar
esta pseudo-obviedad. Muy al estilo americano. Pero al malo, al de vende-biblias
al de McDonalds patrocinando institutos de la comida sana.
“la tecnología es y será un medio de ayuda muy importante en la formación de
nuestra sabiduría y así poder tomar decisiones y juicios más acertados. La
tecnología por sí misma no substituirá la intuición, el buen juicio, la moral y la
capacidad para resolver problemas”. Vale. Pues depende qué problemas. ¿No
se es más sabio –si es que eso significa algo- cuando se tiene capacidad para
buscar nuevos problemas, ¿La moral? ¿Cuál moral, la americana, la
musulmana, la liberal, la comunista, una de tantas que son la-única-verdadera?
¿El buen juicio? Me troncho.

“los cerebros de los que interactúan con tecnología se reestructuren con


frecuencia por esa interacción”. Esto me supera. A mí me daba la impresión de
que la tecnología según iba avanzando nos permitía relacionarnos con ella de
un modo más natural, más humano, que eso era una característica de la
tecnología. Es decir que la tecnología es la que se reestructuraba para acercarse
a nuestro cerebro. Que el cerebro se reestructure suena bien, pero
desengañémonos… Nosotros no hemos empezado a pensar ramificado gracias
al hipertexto, sino que el hipertexto es la obra –genial- de alguien –T.B.L.- que
reflejó una característica del pensamiento humano en una tecnología que lo
permitía. [/box]

“¿Cómo debemos llamar a esta persona emergente, mejorada digitalmente?


¿Homo sapiens digital?, o humanos digitales, tal vez.” Danger, danger, danger.
¿Este tío patentará sus expresiones? No es necesario llamar nada al ser
humano. De algún modo el ser humano se mejoró también cuando se inventaron
las gafas, el teléfono –fijo- o el coche y seguro que a alguien se le ocurrió inventar
el término sabiduría automovilística o el de homo ubicuo velocis, pero hubo
sabiduría suficiente para no hacerle caso.

Yo es que me parto: ejemplo de sabiduría digital, Obama, por usar redes


sociales para recaudar fondos y para conectar con el electorado para ganar las
elecciones. Sí señor. Lo que tuvo fueron buenos asesores, pero, vale aceptemos
pulpo: también tiene sabiduría aeronáutica porque uso aviones para ir a los
mítines y sabiduría óptica por las gafas… ¡Ah, no! Que este no usa gafas… vale
pues ya las usará.
Nada, que me he quedado sin símbolos de exclamación y eso que luego está el
tema de los sistemas expertos. Como extrabajador del gremio este trozo
simplemente me lo salto. Pero si no quieres llegar al final, sólo quédate en la
siguiente ristra de… Bueno, lee esto porque es para nota:

“Uno de los mayores obstáculos para el entendimiento humano y la


comunicación es que no podemos ver dentro de la mente de otra persona. Esta
limitación no deseada da lugar a malentendidos y permite a las personas a
emplear todo tipo de estrategias de engaño, tanto consciente e
inconscientemente. Algunas de las formas de la tecnología digital nos están
ayudando a superar esta barrera al incluir diversos medios de la verdad (o
mentira) la detección, comunicación multimodal, y digital de lectura de nuestras
propias y ajenas ondas cerebrales.”

La convergencia digital

El término de "convergencia digital" designa la posibilidad de consultar el mismo


contenido multimedia desde diferentes dispositivos y esto gracias a la
digitalización de los contenidos (películas, imágenes, música, audio, texto) y al
desarrollo de la conectividad. La convergencia digital permite consultar sus
emails en su TV mediante su smartphone, mirar una película streaming en su
Home Cinema conectado a Internet, etc. La convergencia digital nos facilita la
vida en cualquier lugar incluso en nuestras casas.

En otro tiempo, cada dispositivo funcionaba independientemente y las redes no


estaban unidas entre ellas. Actualmente, las informaciones, también llamados
"datos", circulan cada vez más sobre las mismas redes y son almacenadas,
leídas, vistas o escuchadas con los mismos dispositivos.

Las redes, las tecnologías y los contenidos convergen a conectarse desde


cualquier dispositivo. El resultado es el ahorro de tiempo, nos simplificamos la
vida y somos más ágiles.

TV - Smartphone - PC: el trío ganador

En la actualidad, la televisión puede dar acceso a todas las informaciones en una


única pantalla. Por ejemplo, un televisor LED se conecta fácilmente a una
videoconsola, un ordenador, lectores Blu-ray pero sobre todo a un "Internet box".
Puede consultar sus emails en la TV de su sala, incluso puede navegar en la
Web sin moverse de su sofá.

Apple lanzó la aplicación iCloud qué permite conectar su TV-Ordenador-


Smartphone mediante un pequeño programa, con el que podrá compartir vídeos,
fotos y aplicaciones sin conectar un cable.

Un cine en casa

Para los cinéfilos, un televisor LED combinado con un Home Cinema le hará vivir
una experiencia cinematográfica excepcional. Ya no tendrá la necesidad de ir al
cine para disfrutar de una calidad de imagen y sonido. Gracias a la convergencia
digital, puede comprar una película online a través de su televisor y mirarlo en la
pantalla de su TV.

La convergencia digital en el futuro

En el futuro, la convergencia evolucionará aún más. En algunos años, podremos


comprar instantáneamente un producto presentado en una publicidad. La
aparición de las primeras pantallas 3D sin gafas es también inminente. La
convergencia digital sólo está en sus principios e irá evolucionando
progresivamente.

Uso y futuro de la convergencia digital

La llegada de este nuevo concepto a nuestro día a día ha supuesto un cambio


en muchos sectores, no solo en el del ocio. En las escuelas cada vez se hace
más popular que los alumnos lleven todos sus libros en un tablet, librándose de
cargar con kilos a la espalda. Los profesores cuentan con pizarras interactivas y
conectadas donde sus alumnos pueden realizar las tareas o compartirlas desde
su tablet u ordenador.

El sector del ocio puede ser el que mejor ha salido con este nuevo concepto, han
surgido muchas empresas que ofrecen diferentes formas de consumir contenido
desde Internet. Todas comparten la inmediatez, poder dejar a medias un capítulo
en tu ordenador y continuarlo sin tener que hacer nada en tu televisión
inteligente. Un ejemplo es Netflix, puedes iniciar sesión en todos tus dispositivos
para que a la hora de continuar la reproducción sólo tengas que apretar un botón
desde el otro dispositivo.

Hay empresas del sector tecnológico que trabajan duro en ofrecer al usuario esa
inmediatez en su día a día. Apple ha creado un robusto ecosistema con el que
puedes compartir notificaciones, llamadas o mensajes con todos tus dispositivos
de la manzana, incluso tiene un portapapeles universal que te permite copiar un
link en tu iPhone y pegarlo en tu Mac. Si te llaman mientras estás usando tu
Macbook y tu iPhone se encuentra en la habitación de al lado, no tendrás que
levantarte: puedes responder desde el Mac.

Microsoft ha intentado subirse al barco de la convergencia digital permitiendo


la comunicación entre sus Windows Phone y Windows 10. Sin embargo,
Microsoft no ha conseguido que su sistema operativo para smartphones triunfe,
lo que significa que la convergencia entre Windows Phone y Windows aunque
exista no está siendo funcional. En Microsoft lo saben y están desarrollando
herramientas para que podamos comunicar nuestros teléfonos iOS y Android
con Windows 10.

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