El Rock es expresión, rebeldía e inconformismo. Cientos de bandas
se expresan de diversas maneras contra la religión, contra el gobierno, contra la corrupción, contra el racismo, es decir, contra instituciones o expresiones AUTORITARIAS; mientras otras bandas le cantan al amor, al sexo o a las vivencias.
Pero el rock pierde su razón de ser cuando se les da espacio a
bandas con letras machistas, xenofóbicas o religiosas. Más aun cuando se le da espacio a personajes que golpean a sus ex parejas y son acosadores, o cuando se invita en reiteradas ocasiones Raúl Romero, personajillo vinculado al preso Vladimiro Montesinos.
El acosador vocalista de la banda de poco voltaje debería ser
expulsado del escenario por el público femenino, en protesta a sus actos contra mujeres.
En algunas oportunidades se ha mandado a la mierda en
conciertos a la korrupcion fujimorista, entonces el mismo público consciente debería pifiar hasta que nunca más vuelva a pisar un escenario de Rock al amiguito de Vladimiro Montesinos, fiel defensor de la dictadura fujimorista, deberíamos hacerle recordar tanto a él como al público más joven los regalitos que recibía de su “Doc”, en sus reiteradas reuniones en la salita del SIN, donde incluso le llegó a pedir hasta un millón de soles... ¡Qué! ¡¿no lo sabían?! ENTONCES ES TU OPORTUNIDAD DE JODERLOS.