Conclusiones

- El Estado, es impedido como elemento fundamental, por las diversas formas de

corrupción. Entiende el legislador que el correcto funcionamiento de la función
pública contribuye al desarrollo del Estado de Guatemala, así como a la credibilidad
y legitimidad del mismo. Por ello, concluye el legislador (considerando cuarto) que
para contribuir a la realización de los fines del Estado, es necesario adecuar la
legislación penal guatemalteca en materia de corrupción.
- al “contexto de la falta de efectividad del Estado para perseguir dichos delitos”, o
sea que el legislador quiso poner al día la legislación en materia de corrupción
porque el Estado carece de efectividad para perseguir tales delitos. Como se dijo al
principio, se desaprovecha la oportunidad para mencionar que es necesario poner
al día tal legislación en esta materia, por ser tales actos atentatorios contra el
Estado, no solo el guatemalteco, sino cualquier Estado.
- por existir otros tipos delictivos provenientes de la legislación internacional cuya
acogida cabe, como en realidad se hizo, al extraerlos de las disposiciones
mencionadas tal como la Convención de las NN UU contra la corrupción, cuya
lectura es fuente obligada, no obstante que el legislador no lo menciona. La Ley
contra la Corrupción tiene influencia tanto en la parte general del Código Penal,
como en la parte especial propiamente con la introducción de algunos nuevos
delitos y la reforma de otros ya existentes.
 Recomendación

La corrupción tiene un impacto sobre los derechos humanos pues reduce el

bienestar social así, como el interés público, es decir tiene una relación directa en
limitar, eliminar o desviar los bienes que deben destinarse a proveer servicios
necesarios para la sociedad tales como la salud, la educación, la recreación y otros
servicios.

Ante la situación presente es primordial que el estado actué con celeridad revisando
los mecanismos existentes para impedir y erradicar la corrupción en el servicio
público y el cumplimiento con estos mecanismos. No solo se trata de tomar acción
penal contra aquellos responsables de la acción corrupta, es imperante que las
agencias y los organismos gubernamentales tomen medidas de supervisión y de
auditorías internas que atajen las prácticas indeseables.

Es evidente que los procedimientos y mecanismos que se establecen en la

administración pública para velar por el uso de los fondos del estado son burlados
por personas y entidades que logran acceso ilegal a estos recursos. Los
funcionarios y funcionarias encargadas de verificar, aprobar y revisar las
transacciones para que se conformen a la ley se mantienen silentes o morosos ante
el desfalco. Estos también responden por su inacción e indolencia ante sus
responsabilidades.

Es tiempo de que todas las agencias y organismos gubernamentales despierten del

marasmo y se enfrenten a la plaga de la corrupción.