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Individuo viene del concepto de indiviso, aquel que ha unido todos los aspectos de
la personalidad y ha logrado la armonización de estos, con el fin de poder llegar a
la triada superior. Debido a esto un individuo posee una idea unificadora,
trascendente.
El mito nos habla de una caverna en la cual hay muchos hombres encadenados
en unos asientos, mirando un muro. Detrás de ellos llega un haz de luz que hace
que se proyecten imágenes en este muro, de figuras y sombras, además de
escuchar algunos ruidos o conversaciones.
Por algún motivo, una de las personas logra desencadenarse y voltea, y descubre
que todo lo que ha visto en su vida es mentira. Entonces este hombre comienza a
buscar el camino de salida de la caverna.
Cuando este hombre logra salir existen dos posibilidades, ya que estaba
acostumbrado a la penumbra, la luz del sol lo ciega y regresará a la caverna en la
cual si podrá ver, o se acostumbra lentamente a ella y descubrirá la verdad de las
cosas. Cuando esto último sucede, el hombre, por amor a sus semejantes, decide
volver a la caverna y enséñales a los demás lo que descubrió, pero ellos lo tratan
de loco e incluso buscan la manera de castigarlo por decir tonterías.
Por otra parte los amos de la caverna, darán a los cautivos la facultad de dar
opiniones y elegir un líder, para que se crean libres, mientras los amos se ríen de
ellos por creerse libres.
Justicia se define como darle a cada quien lo que se merece según sus actos y su
naturaleza. Por tanto el Ser Justicia es el que la imparte.
El mito de los metales cuenta que los hombres poseen cuatro metales en su
interior, oro, plata, bronce y hierro.
Estos hombres de metales se asocian a las cuatro virtudes cardinales que debería
poseer todo hombre. Prudencia para el oro, fortaleza para la plata, templanza para
el bronce y hierro. Y transversalmente para todos debe existir justicia para darle
armonía.
Roma poseía un concepto de ciudadano del mundo, el cual se refería que todas
las personas dentro de la sociedad romana debían seguir un ideal unificador y
trascendental a todo interés personal.
A pesar de que Roma fue un imperio bastante grande, conquistaba los pueblos
con el fin de unificar todo bajo un solo ideal unificador. Esto se ve cuando permite
que cada pueblo conserve sus costumbres religiosas, sin imponer las romanas.
Roma solo pretendía establecer este ideal a todos los lugares y aprender de ellos,
para poder cumplir un cometido que era trascendental a todo bienestar personal.
De hecho se veía que los pueblos conquistados eran libres y prósperos, solo se
les pedía seguir y llevar a cabo este ideal unificador.
Debido a este mismo ideal es que Roma perduró en su apogeo durante mucho
tiempo, hasta que, por otros motivos, se perdió el ideal unificador y por tanto
comenzó la decadencia de Roma.
Cuando se recupera parte del antiguo conocimiento helenístico, nacen dos grupos,
los que apoyaban un imperialismo a la romana y los que apoyaban una
democracia a la griega.
La democracia a la griega forma parte del estado liberal, el cual nace cuando
comienza a surgir una nueva clase social llamada “burguesía”. Los burgueses
eran un grupo que, debido a las cruzadas y al tráfico comercial que generaron
estas, comenzó a desarrollarse económicamente.
Este nuevo tipo de estado liberal, se caracteriza más por lo económico, en donde
el burgués comienza a pensar que este es el único beneficio que se necesita,
dejando de lado la religión, decayendo la familia como núcleo social.
Junto con eso aparece la idea de que la libertad económica solucionaría los
problemas de la gente. Esto crea que el fin común sea afianzar la economía.
Además se produce que la gente comienza a opinar y escoger sus representantes,
los que les otorga una falsa sensación de libertad.
Pero como todos los extremos son malos, ambas formas fallan, ya que el modelo
liberal se convierte en comunismo ateo mientras que el imperialista en feroces
dictaduras.
Epícteto decía que existen dos tipos de cosas, las que dependen y las que no
dependen de nosotros.
Las que dependen de nosotros, están ligadas a nuestro bien o mal. Para obrar
bien debemos de hacerlo de manera consiente, con voluntad y justicia, haciendo
prevalecer nuestras virtudes.
Por otra parte, aquello que no depende de nosotros debemos aceptarlo, ya que
eso ocurre porque debía ocurrir. Por tanto, los estoicos nos dicen que nada
sucede de manera aleatoria, o por coincidencia, sino que todo pasa porque era
necesario que ocurriera. Lo que nos enseñan es el desprecio de las cosas que no
controlamos, las cuales son completamente ajenas a nosotros mismo, como las
riquezas o nuestro cuerpo mismo. Solo debemos darle la importancia que se
merece y actuar conforme a nuestra conciencia y voluntad.
Junto con lo anterior, nosotros como partes de esta sociedad también debemos
cumplir un rol, siendo que aún no somos políticos, sino que aun transcurrimos el
camino filosófico debemos permitirnos ser dirigidos por aquellos más capaces que
si han logrado un grado de sabiduría.
Es necesario así decir que el principal eje de este sistema es la justicia, ya que si
obramos con justica, tanto un individuo como el estado, se logra la armonización
de toda una idea que es mucho más trascendente a cualquier beneficio personal o
de grupos, algo unificador y que aspira ser algo más elevado que nosotros
mismos, la verdad.