Vous êtes sur la page 1sur 1

Tres minificciones: Alegoría, símbolo y metáfora

“Pequeña fabula”, de Franz Kafka


¡Ay! -dijo el ratón-. El mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan grande que le tenía miedo.
Corría y corría y por cierto que me alegraba ver esos muros, a diestra y siniestra, en la distancia. Pero esas
paredes se estrechan tan rápido que me encuentro en el último cuarto y ahí en el rincón está la trampa sobre
la cual debo pasar.
-Todo lo que debes hacer es cambiar de rumbo -dijo el gato... y se lo comió.

“La partida”, de Franz Kafka


Ordené que trajeran mi caballo del establo. El sirviente no entendió mis órdenes. Así que fui al establo yo
mismo, le puse silla a mi caballo y lo monté. A la distancia escuché el sonido de una trompeta y le pregunté
al sirviente qué significaba. Él no sabía nada ni escuchó nada. En el portal me detuvo y preguntó:
-¿Adónde va el patrón?
-No lo sé -le dije- simplemente fuera de aquí, simplemente fuera de aquí. Fuera de aquí, nada más, es la
única manera en que puedo alcanzar mi meta.
-¿Así que usted conoce su meta? -preguntó.
-Sí -repliqué- te lo acabo de decir. Fuera de aquí, esa es mi meta.

“La oveja negra”, Augusto Monterroso


En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que
las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.

Tres minificciones: Alegoría, símbolo y metáfora

“Pequeña fabula”, de Franz Kafka


¡Ay! -dijo el ratón-. El mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan grande que le tenía miedo.
Corría y corría y por cierto que me alegraba ver esos muros, a diestra y siniestra, en la distancia. Pero esas
paredes se estrechan tan rápido que me encuentro en el último cuarto y ahí en el rincón está la trampa sobre
la cual debo pasar.
-Todo lo que debes hacer es cambiar de rumbo -dijo el gato... y se lo comió.

“La partida”, de Franz Kafka


Ordené que trajeran mi caballo del establo. El sirviente no entendió mis órdenes. Así que fui al establo yo
mismo, le puse silla a mi caballo y lo monté. A la distancia escuché el sonido de una trompeta y le pregunté
al sirviente qué significaba. Él no sabía nada ni escuchó nada. En el portal me detuvo y preguntó:
-¿Adónde va el patrón?
-No lo sé -le dije- simplemente fuera de aquí, simplemente fuera de aquí. Fuera de aquí, nada más, es la
única manera en que puedo alcanzar mi meta.
-¿Así que usted conoce su meta? -preguntó.
-Sí -repliqué- te lo acabo de decir. Fuera de aquí, esa es mi meta.

“La oveja negra”, Augusto Monterroso


En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que
las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.

Vous aimerez peut-être aussi