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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE MEDICINA HUMANA

CURSO:

Constitución y Derechos Humanos.

TEMA:

Artículo de opinión.

TÍTULO:

Factores de riesgos que influyen en la hipertensión arterial.

DOCENTE:

Lic. Sandra Sánchez Núñez.

ALUMNO:

Anacleto Panta Julio César

(DNI 71981966)

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:

Enfermedades crónicas y degenerativas.

PIURA – PERÚ

2016
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN.........................................................................................................................3

II. OPINIÓN....................................................................................................................................4

III. ARGUMENTACIÓN.................................................................................................................5

IV. CONCLUSIONES.....................................................................................................................8

V. BIBLIOGRAFÍA............................................................................................................................9
I. INTRODUCCIÓN
La hipertensión arterial (HTA) es un trastorno de carácter multicausal, lo cual determina la
existencia de diferentes vías etiológicas y obliga a la evaluación de efectos interactivos de distintas
variables obre la presión arterial. La identificación de los factores de riesgo constituye una tarea
importante para su prevención, tratamiento y control. Dentro de los factores que están en relación
con los trastornos hipertensión se destaca el estrés.

Dentro de los factores de riesgo de la HTA se reconocen algunas de carácter genético y otros de
carácter psicosocial. Donde destacan la edad, el sexo, la raza y los antecedentes familiares de HTA.
Dentro de los factores de riesgo psicosocial se destacan aquellos comportamientos que hacen a la
persona más vulnerable a padecer el trastorno, tales como hábitos inadecuados de alimentación,
tabaquismo, alcoholismo, sedentarismo y estrés.

El Congreso de la República aprobó la Ley N° 30021, ley de promoción de la alimentación


saludable para niños, niñas y adolescentes; que tiene por objetivo la protección y promoción del
derecho a la salud pública, de los niños, niñas y adolescentes para reducir y eliminar
enfermedades relacionadas con el sobrepeso, la obesidad y enfermedades crónicas no
transmisibles, como la diabetes mellitus tipo 2 e hipertensión arterial.

Como estudiante de medicina humana, veo a muchos pacientes con hipertensión arterial y
diabetes mellitus, que llegan a emergencia por descompensación de dichas enfermedades y
muchas veces el riesgo de mortalidad es muy alto. Para poder disminuir la morbi-mortalidad, lo
que se debe hacer es informar a las personas que sufren de HTA y DM2 sobre todos los factores
que influyen en dichas enfermedades como son los estilos de vida y el estrés.

Hoy en día en la región Piura, hay muchas personas que tienen enfermedades crónicas no
transmisibles como la HTA y DM 2, que no son diagnosticadas y por ende no son controladas.
Llevando a estas personas a un mayor riesgo de mortalidad. Sería bueno que en nuestra región
haya un Club de diabéticos e hipertensos, para así disminuir la morbi-mortalidad en nuestra
región.

El propósito de este artículo es fomentar la prevención y promoción de la salud contra la


hipertensión arterial en pacientes vulnerables como son las personas adolescentes, embarazadas
y ancianos (as). Al igual informar todo lo relacionada con la HTA como sus signos y síntomas que se
presentan en un tiempo determinado de la enfermedad, para que así puedan acudir a un
establecimiento de salud (EE.SS) más cercano en su comunidad; ya que esta enfermedad puede
ser mortal si no es diagnosticada y controlada a tiempo.

II. OPINIÓN
Hoy en día, la ciudad de Piura tiene un alto porcentaje de personas que padecen hipertensión
arterial (HTA) e incluso en la mayoría de casos, asociadas a diabetes mellitus tipo 2 (DM 2) y
dislipidemia. Si se corrigieran algunos factores que influyen en la fisiopatología de la hipertensión
arterial, se disminuirían los riesgos de tiene esta enfermedad tanto así como en un futuro reducir
el porcentaje de personas con hipertensión arterial asociada a diabetes mellitus tipo 2,
dislipidemia entre otros.

En cuanto a los factores de riesgo que desencadenan esta enfermedad pueden ser genéticos,
estilos de vida y otras patologías subyacentes. Los factores de riesgo más prevalentes son la edad,
sexo, raza, obesidad, dislipidemia, diabetes mellitus tipo 2 y los antecedentes familiares. También
se destacan otros factores de riesgo llamados psicosociales como los hábitos inadecuados de
alimentación, tabaquismo, alcoholismo, sedentarismo y el estrés.

La hipertensión arterial si no es diagnosticada y controlada a tiempo puede causar una serie daños
multiorgánicos. Un claro ejemplo es la ateroesclerosis (acumulación de colesterol en la pared de
las arterias) y que esta puede ocasionar trombosis; causando un infarto miocardio agudo o infarto
cerebral. En casos donde la hipertensión arterial no es controlada, puede ocasionar dilataciones
de las arterias (aneurisma) o rotura.

Como estudiante de medicina humana del tercer año, veo a muchos pacientes ingresar a
emergencia, por descompensación de su enfermedad de cabecera (HTA y/o DM2), pacientes que
ingresan con crisis hipertensiva y en casos asociados con DM2, ingresan con shock hiperglucémico
y que muchas veces no se puede ayudar mucho al paciente ya que llega en un estado muy crítico.
Por eso como recomendación para todas las personas que padecen de esta enfermedad como las
que no la padecen, deberían de ir al médico para saber sobre su estado de salud, cambiar sus
estilos de vida, etc.
III. ARGUMENTACIÓN
La hipertensión arterial se define como un aumento crónico de la presión arterial (sistólica =140
mmHg o diastólica =90 mmHg). La hipertensión arterial es una enfermedad frecuente,
asintomática, fácil de detectar, casi siempre sencilla de tratar y que con frecuencia tiene
complicaciones letales si no recibe tratamiento. La prevalencia de la hipertensión depende tanto
de la composición racial de la población estudiada como de los criterios empleados para definir el
proceso. En una población de zonas residenciales de raza blanca, como la utilizada en el estudio
de Framingham, casi la quinta parte tenía presiones arteriales superiores a 160/95 mmHg, y casi la
mitad presentaba presiones superiores a 140/90 mmHg. En la población no blanca se ha descrito
una prevalencia todavía mayor. La prevalencia en las mujeres se relaciona estrechamente con la
edad y aumenta considerablemente a partir de los 50 años. Probablemente, este incremento
depende de los cambios hormonales de la menopausia. Así pues, la relación de la hipertensión
entre el sexo femenino y masculino pasa de 0.6 a 0.7 a los 30 años a 1.1 a 1.2 a los 65 años (1).

Los factores que modifican la evolución de la hipertensión arterial son la edad, raza, sexo, tabaco,
consumo de alcohol, colesterol sérico, intolerancia a la glucosa y peso corporal pueden alterar el
pronóstico de esta enfermedad. Cuanto más joven es el paciente cuando se detecta la
hipertensión, mayor es la reducción de su esperanza de vida si la hipertensión no se trata.
Considerando todas las edades, tanto en poblaciones blancas como no blancas, las mujeres
hipertensas tienen mejor pronóstico que los varones hasta los 65 años de edad, y la prevalencia
de hipertensión en mujeres premenopáusicas es considerablemente menor que en varones de la
misma edad o en mujeres posmenopáusicas. Sin embargo, las mujeres con hipertensión tienen los
mismos riesgos relativos de crisis cardiovasculares en relación con mujeres normotensas que los
varones. La ateroesclerosis acelerada es una "compañera inseparable" de la hipertensión. Así
pues, no debe sorprender que los factores de riesgo independientes asociados al desarrollo de
ateroesclerosis, por ejemplo las concentraciones elevadas de colesterol sérico, intolerancia a la
glucosa y tabaquismo, aumenten significativamente el efecto de la hipertensión sobre la tasa de
mortalidad con independencia de la edad, sexo o raza. Tampoco hay dudas de que existe una
correlación positiva entre la obesidad y la presión arterial. En individuos normotensos, el
incremento de peso se asocia a una mayor frecuencia de hipertensión, y la disminución de peso
en obesos con hipertensión desciende la presión arterial y, si están sometidos a tratamiento,
también disminuye la intensidad de las medidas necesarias para mantenerlos normotensos. Se
desconoce si estos cambios están mediados por variaciones en la resistencia a la insulina (1).
Entre otros factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, la hipercolesterolemia
(concretamente el aumento de colesterol ligado a lipoproteínas de baja densidad (col-LDL)) y otras
alteraciones del metabolismo lipídico tienen especial trascendencia La elevada prevalencia de
hipertensión arterial y la frecuencia con que ésta se encuentra asociada a estas alteraciones
metabólicas lipídicas aterógenas, confiere especial importancia a la detección y el tratamiento de
estas situaciones (2).
La hipertensión arterial y la hipercolesterolemia están considerados entre los más importantes
factores de riesgo cardiovascular, cuyos efectos arterioescleróticos se potencian
exponencialmente cuando ambos factores de riesgo coexisten en un mismo sujeto (2).
Tanto la hipercolesterolemia como la hipertrigliceridemia son importantes factores de riesgo de
aterosclerosis. Si bien no existe una definición cuantitativa absoluta de hiperlipidemia, las
definiciones estadísticas que más se usan se basan en el 5 o 10 % superior de la distribución de los
niveles de lípidos en plasma. Sin embargo, estos límites superiores de “normalidad son demasiado
elevados para definir los niveles de colesterol y de triglicéridos que se correlacionan con un riesgo
elevado de cardiopatía isquémica en todas las poblaciones (2).
Las enfermedades cardiovasculares (ECVs) son, actualmente, la mayor causa de muertes en el
mundo. Ellas fueron responsables por más de 17 millones de muertes en 2008, de las cuales tres
millones ocurrieron antes de los 60 años de edad, y gran parte podría haber sido evitada. La
Organización Mundial de la Salud estima que en 2030 casi 23,6 millones de personas murieron de
enfermedades cardiovasculares (3).
Entre las ECVs, la hipertensión arterial sistémica (HAS) constituye un importante factor de riesgo
para el surgimiento de complicaciones cardíacas y cerebro vasculares, siendo considerada un
problema de salud pública en el ámbito mundial. En 2000 la prevalencia de la HAS en la población
mundial era de 25% y la estimativa para el año de 2025 es de 29% (3).
En prácticamente todas las naciones, la prevención y el control de la HAS ocasiona implicaciones
importantes y la utilización de nuevas estrategias y abordajes que identifiquen con más precisión
los individuos en situación de riesgo, ofrecen beneficios tanto para el individuo con hipertensión
como para la sociedad. Sin embargo, por ser una enfermedad crónica, el control de la HAS
requiere acompañamiento y tratamiento durante toda la vida, en el que participan medidas
farmacológicas y no farmacológicas (3).
Según la OMS, todos los adultos deberían medirse su tensión arterial periódicamente, ya que es
importante conocer los valores. Si esta es elevada, han de consultar a un profesional sanitario. A
algunas personas les basta con modificar su modo de vida para controlar la tensión arterial, como
abandonar el consumo de tabaco, adoptar una dieta saludable, hacer ejercicio con asiduidad y
evitar el uso nocivo del alcohol. La reducción de la ingesta de sal también puede ayudar. A otras
personas, estos cambios les resultan insuficientes y necesitan tomar medicamentos con
prescripción médica (4).
Los adultos pueden contribuir al tratamiento tomando la medicación prescrita, cambiando su
modo de vida y vigilando su salud. Las personas con hipertensión que también tienen un alto nivel
de azúcar en sangre, hipercolesterolemia o insuficiencia renal corren un riesgo incluso mayor de
sufrir un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular. Por tanto, es importante hacerse
revisiones periódicas de la cantidad de azúcar y de colesterol en sangre y del nivel de albúmina en
la orina. Todos podemos adoptar cinco medidas para minimizar las probabilidades de padecer
hipertensión y sus consecuencias adversas (4).
1. Dieta saludable:
o promover un modo de vida saludable, haciendo hincapié en una nutrición
adecuada de niños y jóvenes;
o reducir la ingesta de sal a menos de 5 g al día (algo menos de una cucharilla de
café al día);
o comer cinco porciones de fruta y verdura al día;
o reducir la ingesta total de grasas, en especial las saturadas.
2. Evitar el uso nocivo del alcohol, esto es, limitar su ingesta a no más de una bebida
estándar al día.
3. Actividad física:
o realizar actividad física de forma regular y promover la actividad física entre los
niños y los jóvenes (al menos 30 minutos al día).
o mantener un peso normal: cada pérdida de 5 kg de exceso de peso puede reducir
la tensión arterial sistólica entre 2 y 10 puntos.
4. Abandonar el consumo de tabaco y la exposición a los productos de tabaco.
5. Gestionar el estrés de una forma saludable, por ejemplo mediante meditación, ejercicio
físico adecuado y relaciones sociales positivas.
IV. CONCLUSIONES
1. La hipertensión arterial es una enfermedad que afecta a todas las personas a nivel
mundial, pero en especial ataca a los hombres de raza negra y mujeres después de la
menopausia, es una de las enfermedades que más muertes ha causado por su especial
característica de ser silenciosa y acabar con órganos importantes del cuerpo humano, por
lo tanto su control ha sido una de las principales preocupaciones, para poder disminuir la
mortalidad y la morbilidad.
2. La hipertensión arterial es el bloqueo de las arterias por el colesterol LDL, más conocido
por colesterol malo; este es el que puede taponear las arterias entrando a su
recubrimiento y creando las placas ateromatosas y ocasionando varias sintomatologías y
procesos patológicos.
3. La calidad de vida que lleva cada persona puede ser uno de los principales factores que
aumente la hipertensión arterial o el riesgo de padecerlo, como son el sedentarismo, el
alcoholismo, el tabaco, la ingesta inadecuada de grasa, dieta rica en sal, entra otros
favorecen a esta enfermedad.
4. Los factores de riesgo más predisponentes que conducen o alteran la hipertensión arterial
en la ciudad de Piura son los antecedentes familiares (genéticos), sedentarismo, estrés,
dieta mal balanceada, consumo de alcohol y tabaquismo.
5. La manera más efectiva de prevenir la hipertensión arterial es tener una dieta balanceada,
realizar ejercicio, el cambio de estilos de vida como el consumo de alcohol y tabaco,
sedentarismo, etc. Y en caso de personas hipertensas realizar todo lo mencionando
anteriormente y seguir un tratamiento adecuado para su enfermedad.
V. BIBLIOGRAFÍA
1. Kasper D. Harrison principios de medicina interna. Aravaca, Madrid: McGraw-
Hill/Interamericana de España; 2015.
2. Santín santín j. Hipertensión arterial: factores de riesgo (síndrome plurimetabólico, tabaco
alcohol y menopausia) [doctorado]. Universidad Complutense de Madrid, Cacultad de
Farmacia; 1999.
3. Trindade Radovanovic C, Afonso dos Santos L, Dalva de Barros Carvalho M, Silva Marcon S.
Hipertensión arterial y otros factores de riesgo asociados a las enfermedades
cardiovasculares en adultos [Internet]. http://rlae.eerp.usp.br/. 2014 [cited 4 September
2016]. Available from: http://www.scielo.br/pdf/rlae/v22n4/es_0104-1169-rlae-22-04-
00547.pdf
4. Preguntas y respuestas sobre la hipertensión [Internet]. Organización Mundial de la Salud.
2016 [cited 16 November 2016]. Available from: http://www.who.int/features/qa/82/es/

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