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Imaginario social del padre, imago


paterno y función paterna: reflexiones y
preguntas sobre el maltrato infantil y la
autoridad parental8

Jaime A Quintero Gaviria


Estudiante de doctorado en Psicología Clínica
Universidad de Estrasburgo (Francia)
Docente Universidad de Caldas (Colombia)
Correo electrónico: jaime.quintero@ucaldas.edu.co

Anne Thevenot
Doctora en Ciencias Humanas mención Psicología
Universidad Luis Pasteur, Estrasburgo (Francia) Recibido: 23/10/2014
Profesora-investigadora Universidad de Estrasburgo (Francia) Evaluado: 3/12/2014
Correo electrónico: Ann.thevenot@unistra.fr Aceptado: 12/11/2015

Resumen
Objetivo: En el marco del proyecto de investigación “Subjetivación y transmisión psíquica de la
función paterna en casos de maltrato infantil del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Caldas,
centro zonal norte)”, se presentan algunas reflexiones e interrogantes sobre las relaciones entre
imaginario social del padre, imago paterno y función paterna. Para ello, se explora la cuestión del
vínculo familiar y su articulación con el orden social por vía de la relación entre imaginario social e
imago. Se abordan los asuntos de la falla de la autoridad parental y del autoritarismo a partir de una
imagen ambigua del padre identificada en los procesos de subjetivación de la función paterna y de
la instauración del orden social. Conclusiones: La declinación del padre, o el problema de la función
paterna, constituye una cuestión diversa y amplia que se inscribe en las transformaciones históricas
de una humanidad y que no debe ser mirada desde un solo ángulo.

Palabras clave
imaginario social, imago, vínculo familiar, función
paterna, orden social, subjetividad.

8 Para Citar este artículo: Quintero, A., & Thenevot, A. (2015). Imaginario social del padre, imago paterno y función
paterna: reflexiones y preguntas sobre el maltrato infantil y la autoridad parental. Informes Psicológicos, 15(2), 139-
163. http://dx.doi.org/10.18566/infpsicv15n2a08
pp • 139-163 Jaime A Quintero Gaviria & Anne Thevenot

Social imagery of the father, paternal imago


and paternal function: reflections and questions
about child maltreatment and parental authority
Abstract
Aim: Within the framework of the research project "Subjectivation and psychic transmission of the role
of the father in cases of maltreatment of the Colombian Family Welfare Institute (Caldas, North Central
Zone)", some thoughts and questions are presented about the relationship between social imagery of the
father, paternal imago and paternal function. To this end, the article explores the question of the family
bond and its articulation with the social order by means of the relationship between social imaginary and
imago. It deals with matters such as the failure of the parental authority and authoritarianism from an
ambiguous fatherly image identified in the processes of subjectivation of the paternal function and the
establishment of the social order. Conclusions: The decline of the father, or the problem of the paternal
role, is a diverse and wide issue that is inscribed in the historical transformations of humanity, which
should not be looked at from only a single angle.

Keywords
father, social imaginary, imago, family bond,
paternal function, social order, subjectivity.

Imaginário social do pai, imago paterno e


função paterna: reflexões e perguntas sobre
o maltrato infantil e a autoridade parental
Resumo
Objetivo: No marco do projeto de investigação “Subjetivação e transmissão psíquica da função paterna
em casos de maltrato infantil do Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Caldas, centro zonal norte)”, se
apresentam algumas reflexões e interrogantes sobre as relações entre imaginário social do pai, imago paterno
e função paterna. Para isto, se explora a questão do vínculo familiar e sua articulação com a ordem social por
via da relação entre imaginário social e imago. Se abordam os assuntos da falha da autoridade parental e do
autoritarismo a partir de uma imagem ambígua do pai identificada nos processos de subjetivação da função
paterna e da instauração da ordem social. Conclusões: A declinação do pai, ou o problema da função paterna,
constitui uma questão diversa e amplia que se inscreve nas transformações históricas de uma humanidade e
que não deve ser vista desde um só ângulo.

Palavras chave
pai, imaginário social, imago, vínculo familiar, função
paterna, ordem social, subjetividade

Informes Psicológicos
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140 ISSN: 2145-3535
Imaginario social del padre, imago paterno y función paterna: reflexiones y
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I
sobre las cuales las instituciones sociales
ntroducción se constituyen, y con ellas, un determina-
do orden social. Estas imágenes y signifi-
caciones cobran sentido en la vida social
(Castoriadis, 2001) pero son creadas y
En el siguiente artículo se presentan recreadas desde los sujetos, de allí que
algunas de las reflexiones e interrogantes surja la pregunta por la relación entre el
que han surgido de la investigación en imaginario social y las imágenes subjeti-
curso “Subjetivación y transmisión psí- vas, o imagos.
quica de la función paterna en casos de
maltrato infantil del Instituto Colombiano De este modo, aparece el interés por
de Bienestar Familiar (Caldas, centro zo- el carácter imaginario de las narrativas
nal norte)”. Como tal, este artículo es pro- de las personas entrevistadas, quienes,
ducto del proceso de construcción del desde sus propias subjetividades, se
problema de investigación a partir de una han apropiado “de una serie de códigos
fase exploratoria que tuvo como objetivo y símbolos compartidos en el imaginario
realizar un acercamiento a la problemáti- para situarse en el mundo, la sociedad y
ca del maltrato infantil. Para ello, gracias a la historia” (Baeza, Basail, & Landázuri,
la colaboración del Instituto Colombiano 2008, p. 400). Tal y como es utilizado en
de Bienestar Familiar (ICBF) en cabeza de este artículo, el término subjetividad eng-
su director regional, de la coordinadora loba los contenidos y procesos psíquicos
del centro zonal y de los profesionales del consciente e inconscientes del individuo
equipo psicosocial, se pudo acceder a un que se enmarcan, según Bertrand (2005),
grupo de tres familias que aceptaron par- en un proceso inacabado que va desde el
ticipar de esta etapa de la investigación. estado narcisista hasta el reconocimiento
de la propia verdad histórica velada tras
lo reprimido. Por su parte, la reflexión por
Imaginarios sociales e los imagos para comprender la apropia-
ción subjetiva de tales imaginarios, remite
imagos a la familia, en tanto que ésta es la entidad
intermediaria entre el sujeto y la sociedad
En cuanto al concepto de imaginario (Berger & Luckman, 1995); por consi-
social, éste se retoma de los planteamien- guiente, se le atribuirá a la familia un rol
tos del filósofo y psicoanalista Castoriadis fundamental de transmisión, en función
(2006) quien concibe un tipo de significa- de su propia representación de sí misma
ciones que animan y proveen de sentido según el ordenamiento que la sujeta y la
a las instituciones, a los sujetos y la ac- trasciende (López, 1998). En este sentido,
ción social; se les considera imaginarias podría afirmarse que la familia:
“porque no son ni racionales (no pode-
mos “construirlas lógicamente”) ni reales Cultiva y vehicula conflictos que
(no podemos derivarlas de las cosas); tienen que ver con la estructura
no corresponden a “ideas racionales”, y socio-cultural en la que se inscribe
tampoco a objetos naturales” (p.79). El y con las historias familiares que
imaginario social supone una serie de desde su aprendizaje los padres
imágenes implícitas en las significaciones transportan, como un saber que

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codifica la realidad, y que gobierna estos dos conceptos y cómo inciden en


las formas de dirigirse al otro (López, la configuración de la función paterna en
2000, p.56). los casos de maltrato infantil.

Estas codificaciones que dan fondo y


forma a la familia, a sus personajes (pa-
dres, hijos, etc.) y a los modos de “diri-
Maltrato y
girse al otro”, son realizadas a través de transgresión: la falla
sus integrantes, los cuales imaginan des- de la autoridad
de sus propias vivencias y fantasías esta
realidad familiar; tal y como lo ejemplifi-
ca Freud (1908) con la novela familiar del Para comenzar el abordaje de estas
neurótico. cuestiones, se propone como punto de
partida retomar las consideraciones he-
La familia, se inscribe con su singu- chas por las profesionales del ICBF res-
laridad en el tejido de las transmisiones pecto al maltrato infantil, según el Código
culturales (Goldbeter, 2002), a partir de de infancia y adolescencia, Ley 1098 de
los imaginarios sociales de los que dis- 2006:
pone, pero representándose a sí misma
gracias a las imágenes subjetivas de sus Se entiende por maltrato infantil
integrantes. Es aquí donde se propone el toda forma de perjuicio, castigo,
concepto de imago, acuñado por Jung humillación o abuso físico o
(1911), para intentar comprender cómo psicológico, descuido, omisión
la realidad social animada por unos de- o trato negligente, malos tratos
terminados imaginarios, se comienza o explotación sexual, incluidos
a subjetivar en función de las imágenes los actos sexuales abusivos y la
psíquicas (subjetivas o imagos). Entendi- violación y en general toda forma de
da como la representación inconsciente violencia o agresión sobre el niño, la
del padre, la madre, el hermano, la her- niña o el adolescente por parte de
mana, los abuelos, los maestros, etc., “El sus padres, representantes legales
imago se construye, tanto a partir de la o cualquier otra persona (2006,
percepción que el niño tiene de los seres p.28).
cercanos como del modelo mitológico
de las divinidades de la familia antigua” Surgía así la hipótesis de la “falla” de
(Aimé, 2011, p. 60). En cuanto a su obje- la autoridad y sus consecuencias: el mal-
tivación, el imago se expresa a través de trato físico o psicológico como una forma
sentimientos, comportamientos e imáge- inadecuada de corregir al hijo desobe-
nes que constituyen un reflejo deformado diente y la desobediencia llevada al punto
de la realidad en el que pueden encon- de la transgresión. Pero ¿Qué sería esta
trarse, o no, similitudes con las personas falla en la autoridad?. Entre las principales
reales. Así, imaginario social de un lado, e acepciones de esta palabra consignadas
imago del otro, se presentan como me- en el diccionario de la real academia de
dios para crear y recrear las relaciones la lengua española (2001), se encuentran
sociales y las subjetividades. Es preciso principalmente las de defecto (material
preguntarse de qué manera se entrelazan de una cosa), fractura (de un estrato de

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la corteza terrestre a causa de varios ti- desde un determinado orden social y


pos de fuerzas) y falta (acción de faltar a la jurídico (Metz, 2003) donde se definen
palabra: engañar). La falla de la autoridad quién o qué es una madre y un padre,
parental podría ser vista de esta manera el lugar de estos debe pensarse igual-
como defecto, fractura o engaño. mente desde los discursos jurídicos y
sociales* que los definen y los regulan.
La falla tendría como característica su Bajo esta mirada, la falla entonces se
localización, por tanto, la falla de la autori- deslocalizaría y se complejizaría en tanto
dad parental se localizaría del lado de los que remitiría a asuntos que sobrepasan
padres. Suponiendo que la falla está en las individualidades y las voluntades de
los padres habría que establecer quién los sujetos.
o qué es padre/madre. En este punto
cabe recordar con Caballero (2001) que
el lugar del niño, o su verbalización como
El vínculo como
sujeto social, fue producto de una serie espacio psíquico
de transformaciones sociales y cultura- íntimo de la familia
les que dieron lugar al surgimiento de un
tipo de familia como lo es la denomina-
da familia moderna. Este tipo de familia Para Delague (2010) el vínculo familiar
se caracterizará, entre otras, por el papel implica una especie de realidad virtual
asignado a los padres como garantes del que constituye el espacio psíquico íntimo
desarrollo de sus hijos. Es acá donde la de la familia en el que se ponen en juego
idea de que los hijos hacen a los padres las realidades psíquicas† de los sujetos.
cobra fuerza, idea que a su vez remite a la La supuesta falla de la autoridad paren-
creación de un ambiente afectivo que es tal remitiría entonces a las realidades psí-
propio del surgimiento de la vida privada quicas y a cómo ellas se despliegan y se
(Ariés, 1989). encuentran en dicho espacio interpsíqui-
co. De esta manera, la dinámica propia
Así, si los hijos hacen a sus padres, de este vínculo, movilizaría y entrelazaría
y si entre ellos se ha instalado gracias a contenidos y procesos psíquicos entre
ésta reconfiguración relacional un am- padres e hijos que supondría entonces
biente afectivo, el lugar de los padres una especie de continuidad psíquica‡. Di-
no podría por tanto pensarse fuera de cho de otro modo, la configuración de un
la dimensión del vínculo con sus hijos. espacio interpsíquico en el que padres e
De igual modo, si estas transformacio- hijos se afectan mutuamente daría lugar
nes fueron iniciadas e institucionalizadas a un proceso de transmisión psíquica.

* En este mismo sentido, cabe subrayar la importancia de los discursos disciplinares y profesionales que desde campos
de la medicina y la psicología, por ejemplo, han contribuido al desarrollo de los conceptos de infancia, crianza,
socialización y juego. En el caso colombiano, como lo sugiere Jiménez Becerra (2008) tales concepciones y discursos
se comienzan a hacer visibles principalmente a partir de los años 60s.
† “Término frecuentemente utilizado por Freud para designar aquello que, en el psiquismo del sujeto, presenta una
coherencia y resistencia comparables a las de la realidad material; se trata fundamentalmente del deseo y de sus
fantasmas” (Laplanche & Pontalis, 1981, p.455)
‡ A propósito del estudio realizado por Knöler (2011) sobre la evolución de la paternidad en Alemania durante el siglo
XX, podría afirmarse que este problema remite a cómo entre las generaciones circulan “fantasmas” del pasado que
son dados a actualizarse en le medida en que los sujetos se identifican inconscientemente con ellos.
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De manera muy general, la transmi- de sus miembros. Estas repeticiones


sión según Ciccone (2012) se refiere a giran alrededor de asuntos claves de
un proceso entre padres e hijos en el la existencia humana como son la dife-
cual operan dos mecanismos psíquicos renciación de los sexos, el nacimiento
como lo son la proyección y la identifi- y la muerte. A la luz de la investigación
cación. Gracias al primero, los padres de Nguyen (2010) titulada “Traumatismo
proyectan en sus hijos contenidos psí- psíquicos en niños infectados de VIH/
quicos propios, mientras que, por vía SIDA en Camboya de la historia singular
del segundo, los hijos se identifican con a la dimensión colectiva”, se concluye
tales contenidos. En este sentido, la vía que los traumas culturales y colectivos
fundamental por la cual se da la trans- del pasado de un pueblo se pueden ac-
misión psíquica inconsciente es la iden- tivar a través de nuevos y particulares
tificación proyectiva. traumas. Dicha activación dependerá
de lo que en ellos haya en común en
Si bien no se desarrollará en este ar- términos de cargas afectivas no elabo-
tículo esta noción, ella se menciona con radas que puedan ponerse en escena a
el fin de pensar este espacio desde un través de lenguajes y síntomas con un
marco más amplio que incluye necesa- carácter repetitivo. Lo no elaborado de
riamente las generaciones precedentes. una cultura, lo no dicho, puede aparecer
En este espacio se actualizarían por tan- enmascaradamente en nuevos traumas
to contenidos y procesos psíquicos que repotencializandolos aún más en su ca-
comprometerían también, por vía de rácter patológico. Habría entonces una
dicha transmisión, elementos psíquicos continuidad entre los traumas colecti-
familiares que han sido de algún modo vos y ciertos traumas más particulares.
simbolizados (intergeneracionales) así
como aquellos que no lo han sido y que Más precisamente, la pregunta se-
Benghozi (2007) denomina datos en ne- ría por aquello que se repite a nivel del
gativo o en bruto (transgeneracionales). vínculo familiar que además de hacer
Así, lo que se enuncia tras la llamada referencia a las tramas psíquicas fa-
“falla”, se inscribe en lo que podría de- miliares, remite a aquellas constantes
nominarse continente familiar (Bengho- ocultas (Bourdieu, 2000) que sostienen
zi, 2013), o trama (O lo que podría enten- la estructura social. La repetición de lo
derse en Ricœur según Tornero (2008) social a través de la familia, podría en-
como unidad narrativa) interpsíquica y tenderse en términos de una tradición
transpsíquica, desde la cual las subjeti- familiar que recoge la historia de los
vidades de padres y de hijos son pues- padres y la de las generaciones que le
tas en escena. Ahora bien, si la idea del antecedieron y que está asentada en
vínculo como espacio psíquico familiar los discursos de una sociedad determi-
inter y transgeneracional supone cierta nada (López, 2000). Se trataría por tan-
continuidad psíquica, cabría preguntar to de pensar desde la familia las cons-
si dicha continuidad es del orden de la tantes antropológicas de la cultura así
repetición tanto psíquica como social. como sus remanentes psíquicos pero
Según Ortigues y Ortigues (2002), las en las nuevas configuraciones narra-
familias pueden repetir un guion trau- tivas desde las que se registra aquello
mático o penoso a través de cualquiera que es transmitido de una generación

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a otra (Duparc, 2009). Así, la dimensión histórica frente a esta supuesta época,
del vínculo familiar se articularía con además del desconocimiento de cifras
una determinada tradición que podría para asegurar si había o no menos mal-
revelar el imaginario de una sociedad. trato que hoy en día, llevaron a que sus
En este orden de ideas, la falla de la apreciaciones fueran tomadas como
autoridad indicaría algo del vínculo de reveladoras de un imaginario que se re-
una familia pero también de la tradición sumía justamente en un adagio: “Todo
familiar en la que se inscribe. tiempo pasado fue mejor”. La imagen
de una época en la que los padres man-
En este sentido, la explicación dada daban, los hijos obedecían y no había
por las profesionales respecto al surgi- necesidad de actores ni instituciones
miento de este problema, permitiría iden- externas, suponían una especie de ar-
tificar el imaginario social correspondiente monía en contraste con la imagen de la
a la familia paternal. La supuesta falla de falla (defecto, fractura) que caracterizaría
la autoridad evidenciaría aquí no solo las el vínculo entre los padres e hijos de hoy
particularidades de una tradición sino las en día. Al intentar caracterizar ésta fami-
paradojas surgidas de su confrontación lia “armónica”, aparecía la imagen de un
con los discursos alrededor de la familia, padre estricto, poco afectuoso, pero res-
la crianza, el niño, la protección, y que, ponsable con sus deberes.
como dirán Carreño y Rey (2010), son
aquellos que se entreveran para constituir De esta manera, a pesar de los
el discurso sobre el maltrato infantil. cambios sociales y culturales que han
supuesto el resquebrajamiento de la
ecuación mujer igual a madre (Puyana
Todo tiempo pasado & Mosquera, 2005) evidenciando, como
diría una de las profesionales: una mu-
fue mejor jer “menos consagrada a los hijos, más
preocupados por realizarse profesional-
La anterior reflexión aparecería de la mente”; ella seguirá siendo vista cultu-
mano con la pregunta por el ICBF y por ralmente como más esencial que el pro-
su papel en el contexto de esta época pio padre. Ahora bien, como lo sugiere
indeterminada, la falta de un referente Caballero (2001) “Que la madre sea el
cronológico e histórico específico, más centro de la familia está hablando de
la representación de estos tiempos una colosal sobrecarga de responsabili-
anunciada tras las palabras: cuando dades y de trabajo depositada sobre los
eso, en esos tiempos, similares al había hombros de las mujeres, quienes, adi-
una vez de los cuentos de hadas, invita- cionalmente, no son reconocidas como
ron a tomar sus palabras como referidas mujeres” (p. 141). La consistencia de
a una especie de relato análogo al mito esta imagen de la madre corroborada
susceptible de atribuírsele un trasfondo por la expectativa que se sigue teniendo
imaginario. En este sentido cabría decir frente a ella a pesar de las transforma-
con Ricœur (2006) que el mito, entendi- ciones sociales, sigue dando cuenta,
do como trama, hace referencia a una como sugerirá el mismo Caballero, de
narrativa fabulada y por tanto de natu- una evidente continuidad de los imagi-
raleza imaginaria. La falta de precisión narios fundadores del siglo XX.

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Bajo esta hipótesis, su hijo sería el pero a partir de las imágenes que evoca
objeto de proyecciones y desplaza- una institución llamada a representarla
mientos que le impedirán reconocerlo como lo es el ICBF.
en su posición de hijo y a ella misma
en su posición de madre. En lo que a
la subjetivación se refiere, cabría de-
El niño como sujeto de
tenerse a pensar lo que en función de
la trasmisión psíquica ocurre en el hijo derechos y El coco
de esta madre. Para ello, bien podría
considerarse otros procesos psíquicos, Si lo que acontece en el caso anterior-
además de los ya mencionados, como mente citado es una “falla” de la autoridad
lo serian la incorporación, la introyec- de los padres, la respuesta lógica sería
ción y la imitación (Le Run, 2011). En una reparación de dicha falla, por tanto,
este vínculo familiar, se presumiría en- la intervención del ICBF se daría en esta
tonces la presencia de un imago nutrido dirección. En este sentido, lo que podría
no sólo por lo vivido por la madre, su reflexionarse es sí el ICBF, a través de sus
hijo y el propio progenitor de éste, sino profesionales y sus acciones, ocupa, y en
también por los elementos inter y trans- qué medida, este lugar de la autoridad.
generacionales (Heyrend, F. & Lepastier, Para ello, la concepción del niño como su-
S., 2009). Por su parte, podría pensarse jeto pleno de derechos consagrada en el
que el imaginario social del padre volátil código de infancia y adolescencia (2006),
y violento se encarna en los dos hom- representa un antecedente importante
bres mencionados en tanto que sus en tanto que remite a la pregunta por el
formas de pensar y de actuar corres- papel de los padres y de esta institución
ponden vis a vis con dicho imaginario. frente a la crianza y la autoridad. Frente a
De igual manera podría decirse que tal tal pregunta, podría decirse que el poder
volatilidad y violencia reflejarían los efec- parental se ha reconfigurado gracias al rol
tos de una particular configuración de la que el Estado y la sociedad civil han pa-
función paterna que dan cuenta de una sado a jugar frente a la protección de los
confusa diferenciación de los lugares niños (Pradilla, 2011). Por esta vía:
madre/padre/hijo.
Habría que preguntarse, entonces,
Ahora bien ¿Si tanto el imago pa- por las relaciones existentes entre:
terno como el imaginario del padre pu- la perdida de relevancia de la figura
dieran confirmarse en tales desenlaces paterna, que fue muy importante
(en lo real y en lo simbólico), supondría a finales del siglo XIX y hasta bien
ello una predisposición del psiquismo a entrado el siglo XX; la precaria
partir de una determinada tradición so- fuerza de la ley (aun con relación al
ciocultural?; lejos de dar una respuesta Estado) que sugiere no un proceso
a tan vasto interrogante, no queda sino, de sustitución del padre por el
por lo pronto, dar más elementos para Estado, sino un proceso en que se
pensar cómo el imaginario se articula y ha diluido la figura paterna sin que
se actualiza a través de otras imágenes logre ser reemplazada por alguna
subjetivas o imagos. Para ello, se hace autoridad, y la preeminencia de
referencia al problema de la autoridad la figura materna. Relaciones que

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tendrían mucha relevancia, porque (2006) se cuestiona por la especificidad


hablarían del secreto de la familia en de aquello que es creado por el autor que
Colombia (Caballero, 2001, p.140). le da a este su autoridad. Dicha especifi-
cidad tendrá que ver con el dogma como
soporte en el cual el autor se apoya, dog-
Autoridad, nombre- ma que a su vez estaría sostenido por la
palabra de dios consagrada en la escritu-
del-padre y función ras. En otras palabras la autoridad depen-
paterna dería del reconocimiento de lo dicho en
tales textos como palabra de dios. Vista
en estos términos la “falla de la autori-
Sobre la autoridad, Hanna Arendt dad”, sería una “falla” del reconocimiento,
(1970) afirma: del respeto, de la creencia en el otro. Y si
la falla remite a una dinámica interpsíquica
Su característica es el indiscutible y a unas subjetividades, la pregunta sería
reconocimiento por aquellos a por aquello que aquí impide o imposibi-
quienes se les pide obedecer; lita el reconocimiento y la creencia en y
no precisa ni de la coacción ni de del otro. En este sentido, cabe recordar
la persuasión. (Un padre puede el tercer significado de la palabra falla
perder su autoridad, bien por mencionada renglones atrás, este es, la
golpear a un hijo o bien por ponerse falla como acción de faltar a la palabra;
a discutir con él, es decir, bien engañar. De manera literal, la falla de la
por comportarse con él como un autoridad seria, en consecuencia, faltar a
tirano o bien por tratarle como a la palabra de la autoridad.
un igual). Permanecer investido de
la autoridad exige respeto para la ¿Cómo entender este faltar a la pa-
persona o para la entidad. El mayor labra? ¿Se falta a la palabra porque no
enemigo de la autoridad es, por se le conoce, porque no se le ha hecho
eso, el desprecio y el más seguro propia? ¿Es entonces la palabra eso que
medio de minarla es la risa (p.63). falta, y ese eso que falta, es la palabra de
la autoridad? Más que ser un juego de
La autoridad implica entonces recono- palabras, estos términos permiten pen-
cimiento y respeto, no precisa de la per- sar en el soporte simbólico que requiere
suasión ni de la coacción, es, por tanto, todo sujeto para inscribirse en una reali-
una realidad que se da entre los sujetos dad en la que pueda creer, en la que la
en la medida en que uno ocupa este lugar palabra no falte y en la que él no falte a
y otro así lo acepta. Esta aceptación junto su palabra. Aparece aquí el concepto de
con el respeto que la refuerza, requieren a función paterna para entender esa ope-
su vez de una condición gracias a la cual ración psíquica gracias a la cual los in-
no se hacen necesarias la persuasión ni la dividuos devienen sujetos incorporándo-
coacción, esta es, la creencia. Hay pues se a una realidad simbólica (De Castro,
autoridad donde hay creencia. Desde la 2006). En términos de Lacan (2005), este
perspectiva etimológica de Benveniste ingreso a lo simbólico significará que la
(1969), la palabra autoridad remitiría a au- “relación con el objeto podrá ser sosteni-
toría, a creación. Al respecto, Caumont da a en una cierta distancia” (p. 38) y que

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el lazo social tendrá un valor simbólico para ingresar a lo simbólico, deberá ser
gracias al cual se regulará el goce. reconocida a nivel del vínculo entre pa-
dres e hijos. Gracias a su reconocimien-
Para ello, la función paterna establece to en unos y en otros, la función paterna
un vínculo a través del cual se funda la puede así operar, y con ella la autoridad,
parentalidad articulándose a un apellido pero no la autoridad paternal e institucio-
(nombre, nom en francés), constituyén- nal sino la autoridad de la palabra subje-
dose en un hecho social fundado en una tivada que opera como ley en el sujeto.
pretensión jurídica en el marco de un fun- Para López (1998),
cionamiento social, basado a su vez, en
el intercambio social y en unas reglas de La ley es un significante que se repite
juego respecto al ser, el tener y el hacer y que se encuentra por encima de
(Hurstel, 1996). La función paterna no es, los sujetos en su particularidad. La
por tanto, un hecho natural, es una confi- prohibición cifra una dialéctica de
guración social revestida de significado y inclusión y exclusión a través de
sentido que se instala en la realidad psí- un rasgo que como signo imprime
quica, como diría Lacan (2005), gracias al una marca, por la cual es posible
nombre-del-padre, es decir, por vía sim- reconocer el lugar simbólico que se
bólica, por vía del reconocimiento de la ocupa con relación al otro (p.4).
palabra que hace ley. Palabra entendida
como elemento simbólico que represen- Así pues, el problema de la autoridad
ta la articulación a un orden superior al remite a cómo cada sujeto se posiciona
sujeto, orden que podría entenderse con respecto a esta palabra, es decir, respec-
Lacan según Dör (2004) como el lugar to al nombre-del-padre, y con ella, a la
del otro. Esta palabra, significante o ele- función paterna. Para ilustrar lo anterior,
mento pivote de la subjetividad y del lazo se evocarán las palabras de la madre de
social, más que una palabra específica, la familia Pérez de quien ya se había he-
es la representante de dicho orden al que cho mención de su valoración del padre
todo individuo debe someterse para de- como “bueno a pesar de los golpes que
venir miembro de una cultura. No se trata les daba”.
pues de una palabra específica, concre-
ta, se trata del valor y la función simbólica
de la palabra que comienza a desplegar-
se como sugiere Hoffman (2005) con la
Todos somos
metáfora paterna. Es entonces la palabra, ladronzuelos
que se introduce por vía de la creencia y
que se le reconoce con todo lo que ella Primero, cabe recordar que el historial
representa en cuanto a la existencia de de esta familia no corresponde solo al
una realidad simbólica, aquello a lo cual paso de uno de sus hijos por el ICBF sino
el sujeto se adscribe para subjetivarse y a cuatro de ellos. Entre los motivos para la
establecer un lazo social. intervención del ICBF, se encuentran prin-
cipalmente el maltrato infantil, la relación
Esta palabra, entendida como nom- violenta que tenía con su esposo y algu-
bre-del-padre, palabra fundadora y pro- nos actos juzgados como delictivos que
metedora, que sirve de pivote al sujeto han cometido algunos de sus hijos. De lo

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dicho en las entrevistas podrían resaltarse permitiendo al niño el acceso al


tres asuntos resumidos en: 1. Su postura objeto de su deseo (p. 112).
frente a su esposo (padre de cinco de sus
siete sus hijos) y frente a las instituciones De igual manera, la pregunta podría
como los son el ICBF y la policía. 2. Su también plantearse respecto a las ins-
lugar como madre y la identificación con tituciones sociales vinculadas a la pro-
sus hijos. 3. “Todos somos ladronzuelos”. tección, el cuidado, la gestión y el con-
trol que encarnarían de algún modo la
En cuanto a su esposo y padre de sus función paterna (Tort, 2013), pero, sobre
hijos, además de reseñar la relación con- todo, respecto a la propia posición subje-
flictiva y violenta que ha tenido con él, y tiva de esta madre frente a dicha función.
que él ha tenido con sus hijos, resaltaba
su distanciamiento de la familia. Al decir En cuanto al ICBF y a la Policía, con-
esto, se refería no sólo a su ausencia del sideraba que en muchos casos sus inter-
hogar durante la semana a causa de su venciones sobre su familia fueron injustifi-
trabajo, sino, especialmente, a su predi- cadas y que sus acciones debieron estar
lección por irse a jugar o a tomar licor los sobre todo orientadas a una ayuda eco-
fines de semana. Además, en las pocas nómica. Independiente de los comporta-
ocasiones que compartían juntos, cuan- mientos de su familia, señalaba que en
do veían televisión en la noche, solían ocasiones sentía que tales instituciones
terminar discutiendo porque rechazaba actuaban más que todo motivadas, o por
el tipo de relación que tenía ella con sus la fama que ya tenían sus hijos y ella mis-
hijos; “El mismo se aísla y entonces se ma, o porque: “le tienen hambre a mi fa-
va a dormir a otra habitación”, señalaba milia”, decía. El padre de sus hijos al igual
ella. Además, agregaba: “él es una rueda que estas instituciones, eran entonces
suelta (…)un tirano con sus hijos que no descritos con palabras que evocarían la
se comprometió con su crianza”. Ahora falta de compromiso (es una rueda suel-
bien, la pregunta como tal que acá se ta), la tiranía, la injusticia y la persecución
plantea es por el lugar dado a este hom- voraz (hambre de mi familia). Tales ideas
bre en tanto que representante de la fun- no podrían ser consideradas como indi-
ción paterna. Al respecto, López (2000) cadoras de su posición subjetiva frente a
señala que la función paterna y con ellas a la ley y la
autoridad, si su percepción de los actos
El padre puede existir en la familia, transgresores de sus hijos no sugiriera
y sin embargo, no ser incorporado una banalización de la ley.
como lugar de la prohibición. Es
decir, son las carencias del nombre “El no hizo nada, sólo medio la toco”
del padre y no la carencia de un (Se refiere a una queja interpuesta contra
padre en la realidad, las que llegan a uno de sus hijos por un presunto abuso
hacer obstáculo a la simbolización. sexual), “El apenas probo eso” (Entre las
Si el padre, ausente de la familia, razones por las cuales su hijo menor fue
existe como instancia judicativa en puesto bajo medida de protección, se
la madre, ella encarnando la palabra encontraba el consumo de marihuana).
del padre, transmite el orden “Él se robó unos bananitos”. Esta postu-
simbólico del cual ella depende, ra subjetiva, se infiere entonces de la que

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podría considerarse una identificación función de proveedor. Alrededor de esta


entre ella y sus hijos, específicamente con cuestión, se podría agregar la imagen de
aquel que se encontraba en la época de un especie de lugar reservado para ella y
estas entrevistas bajo medida de protec- sus hijos a partir de la mencionada identi-
ción institucional. Dicha identificación, se ficación con estos. Tal imagen, se propo-
presumía a partir del robo que este hijo ne a partir de su actitud, rechazada por
había cometido de unos bananitos, y del su esposo, de igualarse a jugar con ellos
robo de unos huevos cometido por ella a y que podría ser entendida como colo-
la edad de seis años. Este robo, afirmaba, carse al nivel de su juego, su alegría, su
no era motivado por la necesidad, pues su tiempo. A esta frase, se le sumaría otra
padre les daba todo lo que necesitaban. que sugería también esta imagen de un
El robo, agregaba, lo cometió por que le lugar reservado para ella y sus hijos: “Yo
gustaban los huevos. Estos “pequeños” soy lo más importante en la vida de mis
robos parecían entonces haber sido rea- hijos”. Esta sentencia, más el permitir
lizados por placer y por ser “naturales” o igualarse a su condición infantil, dibujaría
inevitables, tanto en ella, en su hijo o in- pues un universo en el que no parece ha-
cluso en cualquier persona, o por lo me- ber espacio para un tercer invitado. Aho-
nos era lo que podía inferirse de su res- ra bien, respecto a su posición subjetiva
puesta ante la pregunta ¿Por qué robar? frente a la función paterna, el interrogante
Porque: “Todos somos ladronzuelos”, que surge es sobre sí ésta aparente ex-
decía. Es en este sentido que la pregun- clusión de ese tercer invitado que sería el
ta por su posición subjetiva respecto a la padre, se explica a partir su imagen de lo
función paterna, es la pregunta por cómo paterno.
la palabra, o sea, el nombre-del-padre, es
reconocido y asumido. A propósito de lo Para mayor precisión, cabría decir que
anterior, Vandert (2010) en su revisión del este padre, más que excluido, estaría im-
libro de Daniel Marcelli (L’enfant, chef de la plícito de una manera que quedaría por
famille.L’autorité de l’infantile), señala: descubrir y desde la cual posiblemente
se sostendría la autoridad y la ley en esta
la carencia de autoridad esta al origen madre. La función paterna tendría pues
de una sintomatología invasora, un lugar en ella, un lugar en el que función
marcada por la impulsividad, las e imagen paterna estarían vinculadas a
puestas en peligro de sí mismo partir de las fantasías de la insuficiencia,
y de los otros: pues sin lazo de la persecución y la injusticia. La creencia
autoridad, no hay conciencia de sí, en esta madre sobre la que se sostiene el
no hay representación interiorizada nombre-del-padre, estaría condicionada
de un continente, de un límite y de entonces por estas u otras imágenes cu-
una prohibición sobre los cuales yas raíces inconscientes tanto a nivel indi-
construirse (p. 210). vidual y familiar, inter y transgeneracional-
mente, quedarían por auscultar. En este
De igual manera, frente a este recono- orden de ideas, la falta de la palabra (falla)
cimiento, la pregunta es por el papel que de la autoridad, más que ser una ausen-
juega ésta imagen de lo paterno como cia absoluta de inscripción al orden sim-
figura distante, tiránica, persecutora y a bólico, conlleva a pensar en este tipo de
quien al mismo tiempo se le atribuye la imágenes y en cómo ellas se expresan,

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configuran, reconfiguran y afectan el vín- por los que es reconocida y con los
culo entre padres e hijos y en las relacio- cuales se asocia (arbitra¬riedad,
nes entre los sujetos y las instituciones impredecibilidad, etcétera). Estos
que regulan el orden social. atributos tienen efecto sobre la
manera como se piensa y se vive en
la sociedad, pues el concepto así
Autoridad y formado no se limita a referirse a los
padres o al ámbito familiar, sino que
autoritarismo se generaliza (p.115).

Esta imagen ambigua de lo paterno Es así cómo, devenida en autoritaris-


ligada a la autoridad, circularía en el es- mo, la autoridad se caracterizará, a nivel
pacio íntimo de la psique familiar bajo las del grupo familiar, como lo sugieren tam-
formas del imago, pero haciendo eco de bién Jimeno y Roldan (1996): por su rigi-
ciertas imágenes cuya generalidad en dez e inseguridad, por querer mantenerse
sus contornos y sus tramas constituirían evitando ser irrespetada o desacatada y
eso que Castoriadis (2001) llamó imagina- por ser ejercida, por consiguiente, de
rio social. Ahora bien, la idea de que una manera im¬predecible y proclive al uso
imagen ambigua de la autoridad y lo pa- de la violencia. Ahora bien, más allá del
terno se encuentre a la base del imagina- ámbito de lo privado, podría decirse que
rios social y sirva a la vez como fuente de la sociedad colombiana en general tiene
inspiración de los imagos, no parece del su soporte en esta forma impredecible en
todo lejana de la realidad si justamente los el ejercicio de la autoridad; forma vertical
dramas sociales y familiares de la violen- y confusa que para Weber, (citado por:
cia revelan modos de ejercer la autoridad Harker, 1973) “se legitima sobre la base
caracterizadas por la imprevisibilidad. Se de un orden anterior, que ha existido des-
trataría entonces de una autoridad que de siempre. Según lo anterior, la autori-
según Jimeno & Roldan (1996) dad, transformada en autoritarismo, se
soportaría en un orden pre-existente por
Es aprehendida como una entidad el que habría necesariamente que pre-
imprede¬cible, contradictoria, rígida guntarse. Más precisamente, la pregunta
y propicia a volverse en contra de la sería por aquellos imaginarios desde los
persona por pequeños eventos. No cuales se han creado los referentes que
es confiable, no se puede acu¬dir a sostendrían dicho orden.
ella en casos de conflicto, pues ante
todo es entendida por sus aspectos Toda sociedad recrea sus orígenes
de sanción y represión y no por los y el ordenamiento de sus relaciones
de protección o mediación. Esto en una Ficción fundadora: Dios,
de por sí no lleva necesariamente a la Ciudad, el Estado, la Razón,
acudir a la violencia, pero la favorece, el Pueblo... Este Referente
pues ofrece el marco cultural y absoluto, anterior y exterior a los
emo¬cional para ella. En lo cultural, individuos, origen del Orden y de
proporciona ese escenario por la la Ley, funciona como instancia
significación que asume la noción tercera, instancia simbólica que
misma, es decir, por los atribu¬tos permite a los hombres renunciar

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a la omnipotencia imaginaria y ejercicio del autoritarismo?, ¿Podrían los


reconocerse deudores con relación imagos paternos hacer eco de los com-
a este Padre Absoluto (Tenorio, ponentes que definen tal imaginario y de
1993, p.89). este modo transmitir el autoritarismo?,
¿Qué papel cumplirían dichos imaginarios
La imagen implícita en estos referentes e imagos en las dinámicas de la violen-
resumidos en la figura del Padre absoluto, cia y del maltrato? Más allá del problema
no remitiría solamente a una mera forma del autoritarismo ¿Se tratará en esencia
sino también a una función. Función de de la imagen tradicional del padre arrai-
corte e imagen del padre constituirían así gada en mitologías patriarcales en la cual
una unidad que podría ser considerada sobresalen y se exaltan aquellos atributos
como imaginaria en tanto que su víncu- que lo muestran como figura castradora?
lo es producto de una creación y una re- ¿Cuáles son las condiciones de posibili-
creación cultural e histórica. Retomando dad para que este imaginario se cree y
las ideas de Noël & Francine (2009), po- recree?¿Cuáles serían las raíces sociales
dría subrayarse que el hecho de que a la y psíquicas de tal imaginario?
función se le denomine paterna y no de
otro modo, obedece a que social y cul-

M
turalmente en el plano experiencial de las
relaciones humanas, se ha resaltado del étodo
padre el papel de interceptor de la rela-
ción entre la madre y su hijo. Es por ello
que este imaginario tomará una forma es-
pecífica en función de unos determinados
atributos que configurarán las articulacio-
Muestra
nes entre autoridad, ley y orden. De este
modo, habría que preguntarse si dicho Las tres familias participantes hicie-
imaginario en el que se funda el referente ron parte de diferentes procesos de
del orden, corresponde efectivamente al restablecimiento de derechos de los
de este padre proveedor, volátil, conquis- niños, motivo por el cual fueron contac-
tador, genio maléfico y sin representación tadas para participar voluntariamente.
definida. Con base en la disponibilidad e interés
de participar por parte de los miem-
De ser así, el autoritarismo daría cuen- bros de estas familias, el número de
ta de una imagen del padre compuesta participantes y de entrevistas realiza-
de estos atributos y que sería a su vez la das variaron de una familia a otra. De
imagen de la ley y de la autoridad, ima- la familia Ochoa (los apellidos de la fa-
gen que, como lo sugieren Jimeno & Rol- milia han sido cambiados) participaron
dan (1996), sólo alcanzaría su grado de el niño (seis entrevistas) y sus abuelos
categoría gracias al mecanismo de la in- maternos (dos entrevistas). De la familia
troyección. Planteadas estas reflexiones, Castro lo hicieron el niño (una entrevis-
deben formularse no obstante otros inte- ta), su madre (seis entrevistas) y una tía
rrogantes. ¿Los componentes del imagi- materna (tres entrevistas). De la familia
nario del padre y de la autoridad propues- Pérez participaría únicamente la madre
tos están efectivamente implícitos en el (seis entrevistas).

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Por su parte, fueron seis los profe- Dado que los imaginarios sociales permi-
sionales (trabajadoras sociales, profesio- ten pensar los referentes socioculturales
nales en desarrollo familiar y psicólogas) del colectivo social, el interés por cómo
del equipo psicosocial del centro zonal estos integran los contenidos y mecanis-
que participaron de las dos entrevistas mos psíquicos de los sujetos que com-
grupales. ponen dicho colectivo, condujo también
a la pregunta por los imagos parentales.
Las posibles relaciones entre imaginarios
Instrumentos e imagos constituyen pues, el punto de
partida para reflexionar sobre la función
paterna a nivel del vínculo familiar y en el
Las entrevistas realizadas a los miem- marco de las relaciones entre el ICBF y
bros de estas familias fueron semiestruc- las familias. Este concepto, tal y como lo
turadas y buscaron que los entrevistados sugiere Hurstel (1987), no debe confundir-
se expresaran sobre sus historias de vida, se con el de rol paterno, este último es
las experiencias de maltrato o violencia (in- de uso particularmente sociológico y se
trafamiliar o social), sus relaciones interper- refiere al actor social que al interior de la
sonales y su relación con el ICBF. Las dos familia cumple unas tareas determinadas.
entrevistas con el equipo psicosocial del Hecha tal salvedad, se debe aclarar tam-
ICBF fueron también semiestructuradas y bién que no se desconocen los nuevos
tuvieron como propósito invitar a las profe- escenarios culturales y psíquicos de la
sionales a hablar sobre al maltrato infantil, paternidad (Noël & Francine, 2009), sin
la violencia intrafamiliar y su intervención. embargo, las reflexiones de este artículo
se centran en un dispositivo que articula
lo psíquico y lo social como lo es la fun-
Procedimiento ción paterna a partir de aquellas imáge-
nes culturales que se anidan psíquica-
mente en los sujetos.
Una vez obtenido el consentimiento
de dichas familias y de algunos de los

R
profesionales del equipo psicosocial, se
realizaron una serie de entrevistas indi- esultados
viduales y colectivas cuyos tópicos fun-
damentales fueron el maltrato infantil y su
intervención.

La cantidad y diversidad de casos


Análisis de resultados atendidos por ellas les permitía justamen-
te dar una descripción muy amplia de
esta problemática e incluso de proponer
Los análisis y codificación de esta infor- hipótesis sobre sus causas. Al respecto,
mación dieron lugar a pensar ciertos ima- decían por ejemplo:
ginarios sociales alrededor de las cuestio-
nes del padre, la madre, el hijo y el lugar O sea, es eso lo que yo he visto,
y la función del ICBF y sus profesionales. que esperan y esperan que pase

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el tiempo, no tienen pautas de Hay situaciones paradójicas porque


crianza en la infancia, y para la así como se encuentran tantos
adolescencia quieren tener todo cambios en la figura femenina, en
sabiendo que no han construido la figura masculina también hay los
ese camino, que es muchas veces suficientes, tanto que uno se puede
demasiado necesario en cuanto asombrar. Está como el padre que
a la construcción de la figura de la no provee, que se ausenta, que
autoridad, ¿Qué ellos vean a sus no reconoce, y así, pero están
papás como autoridad?, ahorita no. también esos nuevos proveedores
económicos dentro de la familia
Estas dificultades remitirían así al pro- que también asumen los hijos de la
blema de la autoridad parental entendido madre como propios, si, esos casos
como la dificultad para establecer límites también se dan
a los comportamientos de los hijos.
De manera más específica, al hablar
Lo que yo percibo es que ahorita de los padres de antes, se hacía referen-
los papas no hacen los castigos cia a los padres de su generación y a sus
como antes, antes usted hacia abuelos, mientras que los padres de hoy
algo e inmediatamente, cierto, incluían los padres con su misma edad o
recibía lo que fuera, cierto, su menores que ellas. Aparecería así el refe-
castigo, ahorita no, ahorita ellos rente de la época para comprender este
están muy laxos, y entonces ¿Qué problema, un problema que según ellas
están haciendo?, lo que yo he se presentaba en menor medida en la
evidenciado con las familias es que época de sus padres y sus abuelos.
los niños hacen cosas y les dan
picos y los están premiando esas Así, si “Todo tiempo pasado fue me-
conductas, entonces cuando ya jor”, lo era, de hecho, porque la palabra y
están en la adolescencia ya no son la voluntad del padre se imponían sobre el
capaces con ellos. resto de la familia. La condición de mejor
en este caso estaría dada por la ausencia
Fueron pues, estas paradojas las que de conflicto con el padre en tanto que el
aparecerían a la luz de la comparación cumplimiento de sus responsabilidades
entre los padres de antes y los padres paternas sopesaría aquellas actitudes y
de hoy planteada por las profesionales actos que pudieran ser juzgadas por los
entrevistadas. hijos como desagradables. Esta condi-
ción respondería entonces a una especie
Los motivos que uno hacia antes de idealización en la que no cabría duda
no son como los de los muchachos sobre la buena voluntad paterna respecto
de ahora, uno debía llegar a la hora a su familia. Ahora bien, a pesar de esta
que dijeran, hoy llegan después de idealización que sugiere una época glo-
las 9, las 11, o no llegan, y si llegan, riosa del padre, surgía una especie de pa-
llegan bravos y matoneando a los radoja respecto a la imagen de este.
papas (…) cuando eso uno no le
levantaba la voz a la mama, porque Yo siempre he visto, en mi experiencia
qué miedo. laboral, el padre proveedor, y el

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padre como ausente, pero el que legitimidad y su estatus de padre inde-


de una u otra manera también pendientemente de la calidad de sus ac-
impone, pues, la autoridad, cierto. tos. En este sentido, las palabras de la
La madre la he visto siempre como madre de la familia Pérez, a propósito de
la formadora, la que acompaña a su propio padre, ilustrarían tal situación:
los hijos, la que está allí, la que se “Él era buen padre, aunque nos daba una
preocupa por todos los detalles. pelas muy fuertes y era muy toma-trago,
nunca nos faltó nada”. Frente a este padre,
Respecto al padre comprometido con proveedor pero volátil, aparece además
su familia, aparece también dibujada con la figura de la madre, dotada imaginaria-
estas palabras la silueta de una figura au- mente por otras cualidades que contras-
sente y oscura. Se hablaba así de un pa- tan con las asociadas a esta imagen del
dre, tanto de esta época indeterminada padre. Así, aunque a la luz del imaginario
como de la actualidad, que podía estar de la familia armónica del pasado esta
presente físicamente pero distante afec- imagen del padre era fundamental, la fi-
tiva y emocionalmente, o estar distante gura de la madre representaba el soporte
o ausente físicamente, o, simplemente, sin el cual ningún sujeto podría existir.
ser un desconocido. El imaginario de
este padre era por tanto, de un lado, el
de un padre cuya función principal era la
de ser fuente de autoridad y de ser pro-
Madre es una sola,
veedor material y de un apellido, y por el padre cualquiera
otro, el de una figura signada por cierta
volatilidad. Cabe anotar que esta imagen A la mujer ya no le da miedo afrontar
de la figura proveedora, tan valorada cul- la maternidad y la paternidad sola,
turalmente en el contexto de la región de o sea, ya la mujer esta como
influencia antioqueña, es un reflejo de la entendiendo que cuando se habla
imagen del padre propia de la familia pa- de un hijo, un hijo es para la madre
triarcal española instaurada culturalmente (…) ¿Uno se siente más fácil hijo de
desde la época de la colonia (Gutiérrez, la mamá que del papá? (…) es que
1992). Parafraseando a De Neuter y La madre no hay sino una, padre (…)
Hulpe (2011), el padre ideal corresponde padre es cualquier hijue…
al padre de lo imaginario en Lacan, que
se entiende, entre otros, como aquello Aquí, la imagen de una madre que luce
que el hombre se imagina ser o quiere ser superior en tanto que única, contrasta con
para su hijo o para otros. Así, hay quie- lo indeterminado del padre, al que ade-
nes se han entronizado e instituido como más se le agrega el rotulo de hijo de puta.
padre todopoderoso, padre providencial Por su parte, esta expresión, arraigada y
o incluso padre tiránico; bien en el ám- sentida culturalmente de múltiples mane-
bito privado de las familias o en la esfera ras, o como diría Grisales (2009): “palabra
pública de los Estados, los pueblos, las sagrada, que nos quema la boca” (p.9),
religiones. dibuja un padre que puede ser cualquiera
y una madre que es el punto de arraigo al
El rasgo distintivo del padre sería aquí cosmos. De este modo, agrega Grisales,
su calidad de proveedor que define su se conjugará una especie devoción por

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ella “que expresa un sentimiento ambiguo psicología la pregunta por la imagen del
de fascinación y desprecio por el padre” padre específicamente desde su registro
(p.9). subjetivo, es decir, desde aquellas imáge-
nes subjetivas o imagos que la evocan y
Se dilucida así el imaginario de un pa- por cómo ellas se inscriben en el ámbito
dre indeterminado, volátil, cuya fascina- del vínculo entre padres e hijos.
ción y desprecio revela, paradójicamente,
su importancia para resguardar la armo-
nía de la familia. Además de la anterior
significación cabria anotar que, esta pa-
Imago paterno y
labra sagrada, esta palabrota, al igual que repetición de la
otras malas palabras en las que “se han violencia
condensado nuestra historia, nuestro ca-
rácter, nuestra vergüenza, nuestra espe-
ranza” (Grisales, 2009, p.11), evocará otra Para pensar este problema se presen-
imagen: la de ser el “hijueputa”, la de “el taran algunos elementos que caracteri-
putas”. zan el vínculo entre la madre, el hijo y el
padre de la familia Castro. Para ello, se
Referido al mito del “Putas de comparte una parte de su historia que se
Aguadas”, sus cualidades se remonta a la época en la que la madre del
asocian a las del colonizador niño tenía 14 años y estaba en embarazo.
antioqueño y en virtud de sus En aquellos días era novia del padre de su
gestas conquistadoras, a las de hijo quien, a causa de los celos excesivos
los conquistadores españoles. Nos que solía sentir, la trataba violentamente.
agobia el complejo de ilegitimidad, En una ocasión, por ejemplo, le clavó un
pero a la vez hemos elevado a la cuchillo en la pierna derecha, motivo por
categoría de héroe mitológico al el cual ella lo denunció a la policía. A pe-
Putas. Ser Hijueputas también sar de la restricción judicial, él la siguió
quiere decir que somos Hijos del asechando con el fin de violentarla ante lo
Putas, somos hijos legítimos, hijos cual ella solía defenderse colocando a su
del Conquistador, herederos de su hijo de por medio.
carácter (Grisales, 2009, p.10).
Los encuentros violentos cesarían gra-
¿Le corresponderá entonces a esta cias a que este hombre, un año después
imagen del padre cierta naturaleza heroi- del nacimiento de su hijo, fue condena-
ca, más precisamente de conquistador?, do a pagar diez años de prisión por un
¿Qué decir de este hipotético complejo asesinato. Durante estos diez años el niño
de ilegitimidad?. En cuanto a las raíces viviría con su tía y su abuela maternas ya
culturales de esta “naturaleza heroica” y que durante este tiempo su madre vivió
de este complejo en el contexto regional en otras ciudades. No obstante, el niño y
de influencia antioqueña y los vínculos su madre intentaron en varias ocasiones
con este imaginario del padre, habría que vivir juntos pero ello fue imposible debi-
proponerse otros estudios y reflexiones do a la relación conflictiva incluso violenta
quizás desde la antropología y la socio- que habían desarrollado. La intervención
logía. Por lo pronto, se planteará desde la del ICBF en este caso estuvo orientada

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principalmente a la superación de tales uno, mi mamá a veces también me


comportamientos violentos vistos como dice cosas que yo la pongo a chillar,
consecuencia de una “falla” de la auto- yo soy así, yo no sé porque, seria
ridad. Ahora bien, desde la perspectiva de ver tantos problemas en mi casa.
que se ha propuesto acá, esta supuesta
falla remitiría al acontecer psíquico a nivel

D
del vínculo entre padres e hijos e incluso a
nivel de lo acontecido en la vida de cada iscusión
uno de estos con sus respectivos padres.

En este sentido, la historia de la madre


con su propio progenitor arrojaría datos
que plantearían el interrogante por su pro- Así pues, la indiscutible autoridad aso-
pia imagen subjetiva del padre y su posible ciada a la imagen del padre proveedor,
incidencia en el establecimiento del vínculo será desplazada del padre de familia a
con su hijo. Como lo sugiere Salem (2010), una instancia superior por fuera de ella,
las injusticias vividas por los padres al no qué, aunque indeterminada como lo su-
ser elaboradas ni simbolizadas, conlleva a giere este mismo autor, evocará nece-
un trato de sus hijos en el que estos se sariamente a una entidad representante
convierten en una especie de “tarro de la de la ley. Según Benghozi (2001) podrían
basura”. Su progenitor, al igual que pasó diferenciarse dos tipos de autoridad: una
con el padre de su hijo, permaneció por autoridad legítima que se basa en el vín-
largo tiempo en la cárcel, no conviviría culo genealógico y una autoridad legal
nunca con ella y sería recordado por sus que corresponde a la autoridad conce-
comportamientos violentos hacia su ma- dida jurídicamente. Dada esta diferencia,
dre. De esta manera, su imagen será la de podría analizarse si en efecto la autoridad
un padre violento y ausente que coincidirá reconocida jurídicamente ha desplazado
también con aquella que reflejaba el padre a aquella reconocida y sostenida por la
de su hijo. La pregunta es entonces por la propia familia. Es en este contexto que el
posible articulación de este imago paterno ICBF será llamado a ocupar el lugar de
con ciertos conflictos psíquicos en la ma- la autoridad para intervenir en los casos
dre y por su eventual expresión a través la en que los padres o los hijos sobrepasan
violencia hacia su hijo. las fronteras de lo permitido por la socie-
dad. Ahora bien, respecto a la imagen de
O yo no, yo soy muy rencorosa, sí, la autoridad representada por el ICBF, las
yo soy muy rencorosa, yo guardo profesionales señalaban: “Nosotros nos
mucho rencor y puede ser mi hijo volvimos el coco, los papás ya no asus-
pero también, también porque me tan a los niños con, vea, lo va asustar allá
la hizo mucho tiempo y me hizo la oscuridad, como nos hacían a nosotros
cosas que yo no voy a olvidar y yo sino vea; lo voy a llevar al bienestar fami-
mantengo todo ahí. Listo, a mí me liar si usted se porta mal”. Por su parte,
dicen cualquier cosa y ya la tengo
en la boca pa contestarle, y por eso El coco, o Mito de la desobediencia,
dice mi esposa que yo soy muy está circunscrito al mundo infantil
hobachona, como se va a dejar y en su razón de ser interviene

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la amenaza paternal a los niños autoridad paternal y en la obediencia de


malcriados. Es por excelencia los hijos. Correlativo a tal imaginario se
un genio maléfico, especie de exploró la figura de un padre proveedor
espíritu maligno, incorpóreo y sin pero también volátil, imprevisible y con-
representación definida, o sujeta a quistador, en contraste con la imagen de
las sugestiones individuales de la una madre sobrecargada de funciones y
fantasía. Recibe también el nombre que es esencial para sus hijos. Así mismo,
de "El Chucho" (Vélez, 2007, p.288). se hizo referencia al imaginario del coco
a propósito de la autoridad asociada al
La imagen del “coco”, sumada a la ya ICBF.
esbozada del padre, configuraría una au-
toridad que los padres o las instituciones En cuanto al imago paterno, se mostró
están llamadas a representar en beneficio cómo, en el caso particular de la familia
del ideal del orden social pero bajo cier- Castro, dicho imago se inscribía a nivel
tos signos que la interrogan: ¿Será ésta del vínculo específicamente entre madre
autoridad aquella de la cual dependen los e hijo. Así mismo, respecto al imaginario
límites subjetivos y con ellos el estable- social del padre, se subrayaron los visos
cimiento del lazo social? ¿Qué decir de de la volatilidad y de la violencia que en
esta autoridad asociada a la imagen de este caso dicho imago reflejaba. De igual
un padre volátil y de una figura sustituta modo, se señaló la falla de la autoridad
que porta el signo de aquello que espan- como manifestación de una inscripción
ta?, ¿Qué implica entonces para los pro- particular al orden simbólico que depen-
cesos de subjetivación y de creación del de de la subjetivación de la función pa-
lazo social una autoridad evocada bajo la terna. Al respecto, se sugirió que dicha
volatilidad y el espanto?¿Se trata de una subjetivación implica la mediación imagi-
imagen de la autoridad que trasciende a naria en la que el imago paterno puede
los padres y las instituciones y que insi- ser determinante, así como se mostró en
núa algo del fondo oscuro del ser social y el caso de la madre de la familia Pérez. En
la subjetividad? virtud de estas reflexiones, las facetas del
padre y la autoridad identificadas a través
En este artículo se abordó el problema de los imaginarios e imagos, conllevaron
del imaginario social del padre y del ima- a pensar el problema del autoritarismo.
go paterno y su papel en la configuración
de la función paterna. Para ello se partió Sustentado en un orden pre-existente,
de la hipótesis de la falla de la autoridad el abordaje de dicho fenómeno supuso la
parental como causa del maltrato infantil pregunta por los referentes fundadores
y de las transgresiones a la norma. Esta de la sociedad. El imaginario del padre
falla fue concebida como inscrita a nivel aparecería acá como representante de
del vínculo familiar entendido éste como la ley, del orden y de la autoridad, pero
una dimensión interpsíquica. Este vínculo visto como una figura proveedora, impre-
se propuso a su vez enmarcado en una visible, distante, conquistadora, maléfica;
determinada tradición familiar fundada figura fascinante y despreciable. Esta fi-
sobre unos imaginarios sociales. Bajo gura, como se dijo, alcanzaría su reco-
esta lógica, se identificó el imaginario nocimiento en la medida en que fuese
social de un tiempo mejor basado en la subjetivada gracias al mecanismo de la

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introyección. Este reconocimiento por vía su objeto y la creencia. En estos términos,


de la subjetivación de esta imagen permi- la imagen del Padre se recrearía a través
tiría pensar otro de los elementos impor- de la palabra, que, según Légaut (2009),
tantes que se mencionaron como lo fue sería la manifestación autoevidente de
el de la creencia y que, por ahora, que- dios, de un dios que se ha hecho verbo.
dará solo indicado en algunas preguntas. Ahora bien, más allá del problema filosó-
Antes de terminar, se dejaran entonces fico de Dios, lo que acá se pretende dejar
sugeridos algunos elementos para una esbozado es la articulación del problema
futura reflexión sobre el problema de la de la creencia con los de la autoridad, el
creencia. autoritarismo y la violencia, y más espe-
cíficamente, la cuestión del lugar que tie-
La creencia, como ya se indicó, im- ne en dicha articulación una determinada
plica una mediación imaginaria, que en imagen del padre.
este caso, sería el padre. Así mismo, la
creencia tendría una finalidad, esta es, la Así pues, se plantea el interrogante
de permitir el establecimiento del lazo so- frente a una hipotética imagen del padre
cial y así la incorporación a un orden. Más que, enraizada como imaginario social, y
allá de la imagen mediadora, la creencia reproducida subjetivamente por vía de la
requeriría también lo que podría denomi- transmisión psíquica al interior de la fami-
narse como su objeto, objeto que cons- lia, da cuenta de una particular institucio-
tituye su condición de posibilidad, pues, nalización de la función paterna en la que
dicho en otras palabras, para creer hay el autoritarismo constituye una de sus po-
que creer en algo. Ese algo, objeto de una sibles puestas en escena. A propósito del
naturaleza muy distinta a la del sujeto, se- problema de la función paterna, o más
ría lo que Pradelles (2001) llama objeto de específicamente a aquel que con Vanier
excepción. Este objeto, dios en el caso (2001), recordando a Lacan, se denomina
del discurso religioso de tipo monoteís- como la declinación del padre, habrá que
ta, no haría parte en sentido lógico de los decir que no se reduce al escenario de
elementos presentes que componen el la familia y sus transformaciones ni tam-
conjunto del mundo humano, sin embar- poco al de las crisis de las instituciones
go, estaría aquí incluido en la medida en sociales. Según Tort (2005), esta transfor-
que es re-presentado. mación se ha dado en virtud precisamen-
te de los cambios económicos, culturales
Su excepcionalidad radicaría preci- y jurídicos de una sociedad determinada
samente en esta doble condición de no en la que los discursos tradicionales han
estar pero (de) ser (representado). La dado su lugar a discursos modernos. Un
creencia sería pues sobre este objeto correlato de tal transcurso es precisa-
excepcional: ausente pero representado. mente el de la igualdad entre hombres,
Como dirá Pradelles (2001)la creencia y el mujeres e incluso niños que ha llevado a
objeto dependerán a su vez de la repeti- la reconfiguración del lugar, el poder y la
ción en tanto que, sin ella, ambas caerían. autoridad asignadas antiguamente al pa-
Es acá donde la religión de origen textual dre. De igual modo, no se podrá atribuir
(que se fundan en un libro sagrado), como su comprensión al psicoanálisis ni a la
lo son las religiones monoteístas, basan psicología, o a la antropología, el derecho
su memoria en sus relatos que sostienen o la sociología. En este sentido tampoco

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se podrá pretender estudiarlo desde un Baeza, M., Basail, A., & Landázuri, G. (2008).
solo ángulo teórico como sería el que se Imaginarios Sociales Latinoamericanos.
ha propuesto en este artículo. Construcción histórica y cultural. México,
D.F.: Instituto Politécnico Nacional.
Así las cosas, la declinación del padre,
o el problema de la función paterna, cons- Benghozi, J. (2001). Autorité parentale légale,
tituye una cuestión diversa y amplia que autorité parentale légitime : L’autorité et le
se inscribe en las transformaciones histó- lien. Le Divan Familial, 1(6), 43-55.
ricas de una humanidad que se interroga
cada día sí vivir en sociedad es posible. Benghozi, J. (2007). Transmission
Por lo pronto, y bajo lo dicho en este ar- généalogique de la trace et de l'empreinte
tículo, lo que se plantearía ante este pro- : temps mythique en thérapie familiale
blema sería la necesidad de reconstruir psychanalytique. Cahiers Critiques de
los relatos que sostienen las imágenes de Thérapie Familiale et de Pratiques de
ciertos referentes institucionalizados que, Réseaux, 1(38), 43-60.
a nivel de la estructura social (Bourdieu,
2000) y de la subjetividad, reproducen un Benghozi, J. (2013). Contenant malléable,
determinado orden social. En esta direc- cadre, dispositif et nouvelles configurations
ción, las reflexiones y sobre todo los inte- du faire famille: la fonction accueil
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