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ESTRUCTURAS Y TÉCNICAS
1. LA ARGUMENTACIÓN
Argumentar es una actividad discursiva cuya finalidad es aportar razones o argumentos para hacer
admitir a un auditorio determinado una tesis o postura con objeto de atraerlo hacia ella y lo acepte o la
admita como tal. La argumentación es un acto de habla formado por una serie de enunciados de carácter
asertivo que se utilizan para justificar o refutar una opinión dentro de un discurso (Renkema, 1999). Es un
proceso de legitimación de las convicciones y actitudes de un hablante con pretensión de validez general y
reconocimiento intersubjetivo (Núñez y Del Teso, 1996)
La retórica argumentativa tal y como fue formulada por Aristóteles (Retórica I) distingue tres tipos:
1. Los argumentos éthicos están ligados a la persona que argumenta, a su autoría o ethos (caracter
distintivo). El orador debe tener unas características morales o virtudes (prudencia y benevolencia),
las cuales implica un cierto reconocimiento social en la medida en que el orador convence
expresándose de la manera más adecuada a su status social. Lo normal es acudir a dos recursos
argumentativos :
Argumento de autoridad: es el argumento que toma como premisa la opinión de quien es
considerado una «autoridad» en el asunto, es decir, de alguien que es considerado un experto
en la materia, o de fuentes o canales de comunicación.
Autoridad citada: el locutor que produce un discurso cita a otro sujeto cuyo saber tiene un
carácter legitimante, de manera que la mera alusión o cita a sus tesis es una garantía de
legitimación de su propio discurso.
2. Los argumentos pathéticos tienen una carácter emocional de manera que pueden no estar
expresados en un enunciado lingüístico, es decir, el empleo de recursos o temas destinados a
emocionar fuertemente al auditorio. Lausberg formula una serie de reglas que permiten inducir la
emoción en un auditorio o reglas para la construcción de pathos:
Muéstrese emocionado, el locutor debe fingir el estado emocional que desea transmitir.
Muestre objetos o estímulos que contribuyan a alimentar la emoción y la adhesión a la causa.
Describa cosas emocionantes, sírvase del lenguaje para crear emociones en el auditorio.
3. Los argumentos lógicos son siempre de carácter proposicional: un enunciado/s exponen una
razón/es para acreditar o sostener una tesis. La relación que se establece entre los argumentos
(razón) y la conclusión (tesis) puede ser de variado orden:
Sostener una tesis mediante argumentos verosímiles o verdaderos.
Si el argumento empleado se discute públicamente, debe ser legitimado con Subargumentos que
funcionan como legitimantes.
Los entitemas argumentativos de la retórica, muy semejantes a los practicados en nuestras actuaciones
cotidianas, no tiene valor en sí mismos y sus conclusiones son siempre discutibles, pues se basa en premisas
que no son ni verdaderos ni falsos, sino probables o verosímiles en relación con un sistema de calores que
puede ser o no, compartido por el auditorio al que se desea convencer. En el discurso cotidiano, además se
pueden dar argumentos ilógicos, por ser contradictorios, y ser buenos discursivamente, porque la cotidiana
es un tipo de argumentación de carácter informal. (¿ Está lloviendo? No. Un poco, chirimiri).
La argumentación cotidiana se basa en la postura ideológica de cada uno y en el modo de interpretar los
datos de la realidad. Es una argumentación particular adecuada a las circunstancias, y puede ser compartida
por otros o no.
2. El juicio de la argumentación
1. La calidad del razonamiento sobre la validez de los argumentos y de las garantías generales de
carácter implícito o explícito que se adoptan para justificar el paso de unos datos a unas
conclusiones, sobre la coherencia de la estructura textual, la ordenación de los argumentos, etc.
2. La calidad del comportamiento, las condiciones contextuales de la argumentación: coherencia
protagonistas, lugar, elementos emocionales, etc.
En el discurso cotidiano, la validez de las conclusiones o tesis propuestas depende de la naturaleza de los
argumentos presentados, según su calidad o fuerza argumentativa y de las característcias contextuales
de la situación comunicativa, independientemente de que los argumentos presentados sean verdaderos
o falsos.
2.1. La manipulación en la argumentación