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Historia del Libro – Labarre

Capítulo 4: La llegada de la imprenta

I. Los Xilógrafos:

La fabricación de textos encontró en los xilógrafos una solución técnica rudimentaria a sus problemas.

Este procedimiento consistía en tallar un bloque de madera de tal forma que quedara un dibujo en relieve, trabajándolo en el sentido
de las fibras, para luego entintar y apoyar sobre el papel.

Era una práctica muy común en los monasterios y por tal motivo fue una práctica que reprodujo obras de carácter religioso y sus
primeros testimonios fueron imágenes de piedad. Posteriormente, se agregaron algunos textos grabados a mano o junto al dibujo.

II. El nacimiento de la tipografía:

El descubrimiento de caracteres móviles de material metálico significo un avance extraordinario.

El procedimiento consiste en grabar cada signo tipográfico sobre un troquel de metal muy duro que luego se estampaba sobre un
metal menos duro formando una cavidad, finalmente se empotraba en un molde para fundir en serie, vertiendo en él una aleación
de plomo, estaño y antimonio.

Sin embargo, se necesitaba de varios materiales previos, entre ellos el pergamino que no eran tan plano y además era escaso. Años
después entraría en escena el papel (Europa XII)

Su desarrollo se debe en gran parte a la aparición de la prensa de imprimir y de la tinta gruesa para dejar huellas apropiadas sobre
el papel.

¿Quién era Gutenberg? El padre de la imprenta nació en Maguncia en el siglo XIV y pertenecía a una familia de orfebres que
vivió en el exilio en 1428 a raíz del enfrentamiento entre gremios y patricios. Murió en febrero de 1468. Su primera obra realizada
con la imprenta fue la Biblia, designada de 42 líneas para ser distinguida de las copias.

La invención de la imprenta hizo que el libro alcanzara una plenitud y una realización en la medida en que todo texto literario aspira
por esencia a una comunicación y a una difusión que sean lo más amplias que se puedan. Hay que destacar que no fue resultado de
un impulso intelectual, sino del estado avanzado de una técnica: la del metal.

III. La expansión de la imprenta:

A finales del siglo XV mas de 250 ciudades europeas habían recibido la imprenta

- Alemania: la primera, en este país ya se imprimía en unas 20 ciudades antes de 1480 y en unas 40 más antes de 1501.
- Italia: tenía una vida intelectual y de comercio ideales para el desarrollo, tal es así que en el siglo XV alcanzó a 80 ciudades,
en especial Venecia.
- También se utilizó en 32 ciudades de la península ibérica, empezando por Barcelona y Segovia en 1471 o 1472, a cargo de
impresores de origen alemán.
IV. Factores de difusión de la imprenta:

Antiguos obreros alemanes de Gutenberg y Schoeffer fueron los que llevaron la imprenta a las principales ciudades de Europa. El
asentamiento en las ciudades se debía a que muchas personas querían proveerse de textos y además contaban con el capital necesario
para impulsar la impresión. Muchas veces fueron religiosos quienes atrajeron a los impresores, de ahí que funcionaran tanto tiempo
en claustros.

Por su parte, los judíos asentados en el sur de Europa se interesaron rápidamente por la imprenta en la que veían un medio para
multiplicar los textos que permitían preservar su religión y su cultura.

París fue una ciudad donde se instalaron en campos universitarios (1470) y por tal publicaron textos clásicos con caracteres romanos.
Abandonaron Soborna a los 3 años de llegados para instalarse en Saint-Jacques donde publicaron libros en caracteres góticos para
el uso de un público más amplio.

Las ciudades mercaderes ofrecían a la imprenta 3 condiciones favorables:

- Un mercado más amplio.


- Variedad de impresión (almanaques, novelas, obras de devoción).
- Facilitaban la difusión de la producción.

Capítulo 5: Del manuscrito medieval al libro moderno

I. La presentación del libro:

Se tiene la costumbre de llamar “incunables” a los libros impresos hasta el año 1500 inclusive. Si bien este corte es cómodo, no por
ello resulta menos artificial; a veces llegan a aparecer libros de vista moderna y otros arcaicos en el mismo tiempo. El año 1530
sería una brecha más exacta.

1. Los caracteres.

En un principio se utilizó la escritura de los manuscritos: gótico de molde en los textos sagrados y en las obras litúrgicas, góticas
de suma en los grandes tratados, bastarda en los textos en lengua vulgar.

Los humanistas pusieron de moda los caracteres romanos que en 1540 suplantaron a las góticas aun cuando estos se mantuvieron
en tierras germánicas.

En Venecia, Manucio mando a diseñar en 1501 un juego de caracteres romanos inclinados, derivados de la minúscula humanística,
llamados itálicas que hicieron posible la impresión de un texto más compactado.

Granjon grabo una serie de caracteres inspirados en la cursiva de la época, llamados “caracteres de urbanidad”

2. El texto:

En los primeros libres no había más cortes que unas letras adornadas y calderones que indicaban los párrafos, el texto a menudo se
presentaba en dos columnas. Con frecuencia llevaba glosas en los márgenes, con el texto principal en caracteres más grandes
completamente rodeado de comentarios (glosas) impresas en un cuerpo más pequeño.
Poco a poco se fueron despejando los márgenes, aquí se comenzaron a poner anotaciones más cortas conocidas como ladillas. En
el siglo XVIII se tomó la costumbre de trasladar las notas al pie de la página, aún se conserva en la actualidad esta metodología.

3. La Estructura:

Los primeros libros, al igual que los manuscritos, no llevaban numeración de folio ni de página, pero como estaban compuestos por
numerosos folios, tiradas de cientos de ejemplares, era necesario inventar señales: registros, signatura y llamadas:

3.1. Registros: Era un extracto de las primeras palabras de cada cuaderno o de los folios de la primera mitad de cada cuaderno.
3.2. Signaturas: Se designaba cada cuaderno con una letra del alfabeto, impresa en la esquina inferior del frente de los folios
de la primera mitad de los cuadernos y seguida de un número que indica la sucesión de folios.
En la actualidad se la puede ver como un numero en la esquina inferior de la primera página de cada cuaderno, a menudo
acompañada a la izquierda por el título de la obra abreviado.
3.3. Llamadas: Se imprimía la primera palabra de cada cuaderno como adición al final del cuaderno anterior; estas palabras
servían de guía para la labor de doblez de los pliegos.

Los primeros textos impresos no llevaban título. Se los designaba mediante las primeras palabras del texto, el íncipit. Posteriormente
se adoptó colocar al final del volumen una fórmula que indicaba: autor, titulo, lugar y fecha de edición y nombre del impresor, a
esto se lo conocía como colofón.

II. La ilustración del libro:

Las primeras decoraciones del libro impreso fueron las mismas del manuscrito. Cuando el libro impreso tuvo su propia decoración,
pintores e iluminadores a veces participaron en la realización con colores grabados en madera.

1. El grabado en madera: Los grabados en madera se ajustaban fácilmente dentro de la gorma con los caracteres tipográficos;
de este modo el texto y las imágenes podían imprimirse al mismo tiempo
2. El grabado en metal: Los impresores pudieron utilizar placas de metal grabadas en relieve y ajustarlas en la horma con
los caracteres tipográficos, pero la verdadera técnica de grabado en metal era la talla dulce, esta técnica se hacía grabando
directamente el diseño haciendo incisiones en la superficie de una lámina metálica con un buril.
III. Los textos impresos:

1. La producción:
Alemania fue el centro de la producción. Mucho tuvo que ver el éxito que alcanzaba una obra, ya que al hacerlo era
inmediatamente imitada por otro impresor y la difusión de un texto se veía más en el número de ediciones que en el de
tiraje.

2. Los textos:
Los primeros textos están en su mayoría en latín y la mitad dedicados al ámbito religioso tal como era la literatura destinada
a alimentar la piedad de los fieles.
La edición del siglo XV también incluía a la literatura antigua, en especial a los más conocidos de la Edad Media: Cicerón,
Aristóteles, Virgilio.

Las obras jurídicas representan una décima parte de la producción impresa del siglo XV: muchas compilaciones de costumbre y de
obras de práctica. Al igual que el ámbito “científico”, en este la imprenta no desempeño un avance.

1520 es el año en el que se marca el final de la expansión de obras de carácter medieval y de índole compilatoria, en tanto que su
lugar es ocupado por los libros nuevos.

IV. El humanismo y el libro

El humanismo es una corriente que se preocupa por la restauración de las letras antiguas. Para ello hace una elección entre los
manuscritos disponibles e inventa la crítica textual, sustituye los viejos comentarios por los de Mancinelli, Sabellico, etc.

Los letrados bizantinos, al huir de Turquía a Italia, introdujeron el conocimiento del griego. Ahí es donde aparecen primero en citas
y luego en las publicaciones de textos clásicos que se completaba con la traducción.

El humanismo influyo en la educación y en la enseñanza, siguiendo sus pasos los protestantes desarrollaron escuelas latinas y
academias. Iguales medidas tomaron los católicos de la Contrarreforma. Sin embargo, en el terreno científico no actuaron debido a
su apego a los autores antiguos.

En esta época los libros de historia tienen una gran audiencia, aunque era una historia orientada a la historia legendaria. En medicina
se editan los modernos desde Vealius a Fernel.

La imprenta brindo sus mejores servicios en las ciencias descriptivas: botánica, zoología, mineralogía.

V. El libro y la Reforma:

Lutero tomo las ideas de Hus (muerto en la hoguera) e impulso una reforma de la Iglesia. El éxito de uno y no del otro se da por la
imprenta, un instrumento que permitió la difusión de sus ideas más rápidamente.

En Francia, tres causas son las que explican el desarrollo de nuevas ideas:

- La difusión del humanismo y las ideas bíblicas.


- La presencia de alemanes en los oficios de libro.
- La disputa entre Lutero y sus detractores llego a la Soborna en 1519.

Pero la difusión del libro no solo encontraba dificultades en territorios católicos. En regiones protestante, como Ginebra, no se
estaba autorizado a imprimir sin el permiso del Gran Consejo y los infractores eran castigados. No solo apuntaban a obras “papistas”
sino a aquellas de ideas heterodoxas.

La contrarreforma utilizo, también, al libro como un instrumento de propaganda.


VI. Los hombres y los libros:
1. Los oficios del libro:

En un principio, la imprenta entro en relación con los antiguos oficios del libro: copistas, iluminadores y libreros pasaron
progresivamente de la fabricación y el tráfico de los manuscritos al comercio del libro impreso.

En las ciudades, el ejercicio del oficio se mantuvo flexible al inicio, muchos libreros antes fueron escribientes o comerciantes en
mercería entre los cuales el libro gano notoriedad en el estante.

Igualmente, la distinción entre impresores y libreros no era tajante. Los impresores vendían ellos mismo los libros que fabricaban
y en otras ciudades el librero manejaba la venta de pergamino y papel, fabricaba la tinta, encuadernaba libros y hacia registros.

Aparece la figura del inversor, quien se encargaba de asumir los riegos de empresa e incluso a veces tomaba la iniciativa de la
misma. D ese modo, además del impresor, surge el editor con responsabilidades comerciales, subvencionando la fabricación y
encargándose de la venta de los libros producidos.

2. Legislación del libro: privilegios y censura

La falsificación fue el problema más frecuente y por tal los editores que emprendían una publicación se vieron obligados a solicitar
a los poderes públicos un privilegio. En Francia aparecieron en el reinado de Luis XII.

Al otorgar privilegios demasiado extensos o al renovarlos indefinidamente, el poder creaba monopolios en beneficio de algunos
impresores y libreros a los que quería favorecer. Además, fuera de las fronteras era letra muerta.

En 1479, la Universidad de Colonia recibía de Sixto IV autorización para intervenir contra los libros heréticos. Su eficacia fue
limitada ya que aumentó el número de libros prohibidos.

3. La condición de autor:

En la Edad Media cualquier persona podía hacer una nueva copia de cualquier manuscrito todas las veces que quisiera. Los autores
no solían ganar algo por sus textos, algunos llegaban a recibir copias que luego vendían.

A partir del siglo XVI, los editores comenzaron a pagar sumas de dinero a los autores, pero solo fue hasta el siglo XVII cuando los
autores tomaron la costumbre de vender sus manuscritos a los libreros.

Es en el año 1710 que la cuestión queda resuelta en el plano jurídico: El copyright se otorga, ya no al editor, sino al autor que así
volvía a ser propietario de su obra.

La ley del 14 de Julio de 1866 dispone que la propiedad de la obra pertenece a los herederos del autor durante un periodo de 50
años después de su muerte para luego pasar al dominio público.

4. El libro y sus lectores:

La primera clientela fueron los que sabían leer o necesitaban un libro. Las bibliotecas se volvieron más amplias y variadas
convirtiéndose en un punto de encuentro de las sociedades.
Prensa, modernidad y transición: Problemas del periodismo argentino en el siglo XIX – Moyano

Una práctica social de intercambio constante:

Los antecedentes de prensa periódica se hallan en las principales ciudades de Occidente (Holanda, Alemania, en el norte de Italia,
Cataluña)

Tanto periodismo como prensa nacieron separados. Su fusión se concretó con el ascenso del Estado absolutista (un Estado que
intenta organizar un aparato de dominio estable, permanente y centralizado).

Primero artesanal, después capitalista, el linaje burgués de la prensa periódica tiene algunos elementos comunes: es urbana y propia
de formaciones sociales con un alto grado de autonomía. La prensa periódica es producida por gente de la gran urbe que está
vinculada, en un principio, como el artesanado gremial, posteriormente será afín a la acción del Estado y, después, a la empresa
productiva capitalista.

El tráfico de noticias paso de ser exclusiva de comerciantes a venderse en puntos específicos (puertos, ferias y comercios) mientras
el Estado le imponía por acción o restricción un marco regulatorio, identificativo y una agenda temática. El Estado uso a la prensa
como un instrumento de combate y propaganda en las grandes ciudades.

Un pilar de la prensa periódica: La imprenta

Hay un reemplazo definitivo de la madera xilográfica por una aleación metálica de plomo-antimonio-estaño que garantizo la
resistencia de los tipos y en consecuencia un número mayor de copias con gran cantidad de teto en espacios de papel reducido.

Asistimos a una época con mucho peso gremial, donde las practicas letradas están en manos eclesiásticas, donde hay un riesgo
permanente de ser acusado de hechicería y donde las guerras y los destierros son moneda corriente.

Hay un crecimiento del capital financiero y comercial, una difusión rápida de las nuevas técnicas y una creciente importancia del
libro como objeto socialmente necesario entre las elites letradas.

El otro pilar: el proto-periodismo

Nacido para satisfacer necesidades. Su inicio lo encuentra haciendo informes privados periódicamente enviados por corresponsales
desde puntos clave a comerciantes (informaciones de mercancías, precios o estados de caminos). Sin embargo, el escribiente pasa
a ser el mercader de sus escritos y se semi-independiza vendiendo en los puertos de mayor movimiento información mercantil a
varios competidores. Aparecen las noticias de “sucesos”, en un primer momento son recitadas para luego pasar a la escritura del
hecho y su venta en versión papel. Habían de todos los géneros.

Representación y autonomía: nuevas articulaciones

Se da en la transición europea del feudalismo al capitalismo. Se ve el paso de formas de representación indíciales a otras que
requieren operaciones de abstracción bastante más complejas para ser comprendidas.

El Estado absolutista y la invención de la prensa periódica:

El proceso histórico que nos lleva del medioevo a la Edad Moderna nos lleva a más autonomía y desarrollo de las ciudades, con
ello hay un crecimiento de la prensa y las cartas periódicas.
Cuando el Estado comienza a centralizar y ejercer un sistema fiscal permanente, una burocracia administrativa y una diplomacia
que controle la relación con los demás Estados, es en ese momento donde exige novedades en el campo de la imprenta y la
información:

a. Control: Es Estado prohíbe, regula y también estimula el primer sistema regulatorio del tráfico a través de correos oficiales,
únicos autorizados a habilitar las publicaciones.
b. Periodicidad: El Estado necesita, para optimizar este control, que la información circule en “paquetes” cada cierta cantidad
de tiempo
c. Público interlocutor: En todos los casos, se dirige “a todos” y “en todo momento”. Esta primera despersonalización de la
comunicación de Estado da nacimiento a la noción de “publico”.
d. El arte de la guerra: Lucha de legitimación, deslegitimación, auto-afirmación y motivación, desmotivación,
desmoralización, etc.

Apogeo del absolutismo y nacimiento de la prensa periódica regular:

A comienzos del siglo XVI la imprenta es manejada por los entes religioso. Hacia la segunda mitad del siglo, aprovechando el gran
crecimiento, se crean “gacetas”, “mercurios” y “periódicos escritos”. Impresos en talleres tipográficos. Es la primera fusión entre
las dos actividades y la partida de nacimiento de una proto-prensa periódica.

El Estado se aprovechó de esto, cuando hacia 1630 las condiciones de guerra y los cambiantes mapas de alianzas causados por
agrupamientos y luchas entre nobles llevo a mostrar el enorme potencial de la prensa periódica.

Desde la Reforma su uso como instrumento de guerra se fortaleció, apuntando a fortalecer la moral y enardecer a los seguidores,
captar o neutralizar a los indecisos y atemorizar, desinformar y ridiculizar a los enemigos.

A fines del siglo XVI y principios de XVII nace la prensa periódica propiamente dicha.

- Al principio eran pocos números concluidos por el fin de periodos suscriptos, insuficiencias del mercado o eventos
vinculados a guerras.
- En Europa occidental todas las capitales cuentan con la imprenta del Estado y algunas, que, bajo ciertas condiciones, operan
para fines comerciales.
- “Gaceta de France”, el primer periódico de Estado: disponible para aprestos militares y para la guerra misma, tiene el poder
de unificar discursos sociales. Entre 1630 y 1660 aparecieron los “Gacetas de…” en varias capitales.
- El periodo de 1631 a 1670 es fundamental en la estabilización de la existencia de periódicos regulares permanentes y en la
consolidación de temáticas típicas como la información extranjera (censurada) y los “sucesos sociales” de la realeza.

Revoluciones burguesas y transformación del rol de la prensa periódica:

El poder absolutista y su control sobre la prensa decaen a partir del crecimiento del poder económico y político de la burguesía
inglesa, desde fines del siglo XVII y durante el siglo XVIII.

En Gran Bretaña la revolución industrial permitirá pronto alcanzar mayores y uchas mas rapidas tiradas y la ampliación general del
mercado. En Francia hay una burguesía con libertad para acumular capital y en tal sentido ya controla la imprenta, dando nacimiento
a la famosa avalancha de prensa doctrinaria de la revolución.
Para 1688 la oposición se establece en el Parlamento inglés y con ello una prensa opositora que toma para si el deber de “dar
publicidad” a los actos del poder y criticarlos en nombre de la “opinión pública”. En Francia la prensa pos-absolutista es la de los
clubes y partidos, se encuentra fragmentada.

Para el segundo cuarto del siglo XIX comenzamos a aproximarnos a una situación de nacimiento del espacio de la prensa
contemporánea.

La expansión de la imprenta hacia las periferias:

El paso de la Edad Media a la Moderna coincide temporalmente con el inicio de la expansión mundial europea, su choque, su
conquista y/o colonización a partir de su encuentro con pueblos de los cinco continentes.

Absolutismo y modernización administrativa: España

España incorpora la imprenta en forma casi inmediata a su invención estimulando su actividad oficial y licenciataria, dato que
ejemplifica el grado de poder alcanzado por el que pronto será el imperio más vasto del mundo. Apareció en Valencia (1474),
Zaragoza (1475) y Barcelona (1475).

El gran adelanto que vivió la imprenta no fue el mismo para la prensa periódica, ya que el absolutismo español impidió la circulación
de impresos informativos. Felipe V renovó las trabas a la circulación de impresos y ataco frontalmente el arte mismo de imprimir
al exigir que todo libro tenga aprobación oficial, además de las trabas de circulación, impuestos, etc.

Para la mitad del siglo XVII el imperio español comenzaba un largo ciclo de decadencia del arte gráfico. Y recién bajo el reinado
de Carlos IV esto se revirtió, en parte, bajo medidas como la prohibición de importar libros en castellano, y la fomentación de la
impresión bajando precios como el del plomo.

Uno de los mitos del liberalismo abstracto es que sin periodismo no hay cultura, y España recibió siempre, al respecto, una exagerada
descripción como centro del oscurantismo. Sin embargo, la imprenta orientada a la producción de libros acompaño el esplendor del
siglo de oro español y el periodo final del imperio a fines del siglo XVIII.

El trasplante español: Orígenes de la prensa en Hispanoamérica.

El absolutismo español expandió la imprenta por América con la misma rapidez que en la Metrópoli, con los mismos controles y
con el mismo uso.

Fue la Iglesia Católica quien estuvo a cargo, más aún a partir de la Contrarreforma. La tarea fue asignada al a Compañía de Jesús
(jesuitas).

Por ello el desarrollo de la imprenta se da en centro urbanos que en los primeros siglos eran donde estaba la minería que contaba
con el poder político, económico y militar.

La Iglesia fue de hecho la encargada de instalar universidades y demás centros educativos, lo cual la ligo a casi toda la producción
cultural hasta la independencia de los países.

Durante el siglo de oro español la prensa periódica no constituyo una práctica considerada como tarea necesaria por el Imperio en
la región americana.
El primer periodismo es un fenómeno que arranca en el siglo XVIII en los centros neurálgicos de las colonias: México (1722), Lima
(1743 y 1767), La Habana (1790). En 1801, aparece el “Telégrafo mercantil” en Córdoba.

El caso estadounidense

En EE.UU. apareció en 1639, un siglo después que, en México, lo cual muestra su rol marginal. Pero a partir de las revoluciones
inglesas en el siglo XVI el desarrollo se acelera y aparece el primer periódico ya en 1704, décadas antes de su surgimiento en la
América española.

Para el siglo XVIII los periódicos eran estables y estaban en manos privadas.

El imperio español busco eliminar todo tipo de contacto con esa colonia anglosajona, ya que tenían fama de refugio de disidentes
religiosos y también se resalta la disputa entre ambos imperios por las rutas y navieros comerciales.

Adopción frente a amenazas externas: El caso de Rusia

Tanto la imprenta como después la actividad periodística aparecen distorsionadas en su función: al comienzo constituyen una
actividad excluyentemente estatal que mira con ojo militar a sus similares occidentales, del mismo modo que todo el Estado
absolutista de oriente nace determinado por las condiciones impuestas por el sistema político.

La imprenta llego en 1533, casi al mismo tiempo que en las periferias coloniales como México. El primer diario será lanzado en
1703 durante la modernización de Pedro el Grande.

La prensa sufre una distorsión como en los Estado absolutistas de Occidente. La diferencia radica en que no posee como contrapeso
externo las garantías de libertad en ciudades de importante desarrollo, ni importante actividad burguesa además que se desplego en
gran medida bajo presión externa que obligaba constantemente, por mandato de supervivencia, a la incorporación de nuevas
herramientas de Estado que actualizase su capacidad fiscal, militar, diplomática y administrativa.

Surgimiento de la prensa periódica en la región rioplatense

El tiempo histórico del desarrollo de la prensa periódica fue breve:

Durante la primera mitad del siglo XVIII, bajo los jesuitas, la imprenta no llego a relacionarse con la actividad periodística. Algo
que, si paso en la segunda mitad, ya cuando en Gran Bretaña estaba asentada y EE.UU. se había convertido en un terreno pujante.

Si la llegada de la imprenta a la Hispanoamérica del imperio absolutista precedió en más de 100 años a la imprenta norteamericana,
en el siglo XVIII las primeras gacetas norteamericanas precedieron en dos décadas a las primeras hispanas (1722) y aun mas de las
europeas.

No había aun, en el Rio de la Plata, necesidad de periódicos dado el carácter marginal del territorio tanto en su valor económico
como militar en relación con las potencias modernas que utilizaban la prensa periódica.

Carlos III y las reformas borbónicas

Con su llegada al trono en 1759 se acelera la posibilidad de disposición de imprentas a través de numerosas medidas de fomento:
desde la rebaja del precio oficial del plomo hasta el proteccionismo de las imprentas españolas.
En el Rio de la Plata, los jesuitas cumplieron el rol de expandir la imprenta hasta el siglo XVIII, época en la que fueron expulsados
del territorio.

No hay evidencia de grandes “prohibiciones” para la publicación de diarios sino más bien una falta de mercado, cambios de virrey,
problemas en el sistema de concesiones y una ausencia de personas capacitadas para sostener una publicación regular.

La creación del Virreinato trajo consigo la recuperación de la imprenta de Córdoba (1780), transformada en la Imprenta de Niños
Expósitos, para la impresión de aquellas noticias hasta entonces manuscritos. Hacia 1790 la práctica periodística se pone en auge
por la labor de Manuel Belgrano y el interés de la elite local por la gaceta de España.

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