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NIVEL: SEXTO
TUTORA
LIC. ZABALA VEGA MARIA SUSANA DEL PILAR MSC.
Quito – Ecuador
2017-2018
Aspectos importantes de la Literatura en la Educación Inicial.
La literatura infantil forma parte de la vida del niño y ocupa un lugar imprescindible en el proceso de la formación
integral del individuo. La literatura infantil es una respuesta a las necesidades del niño.
Tiene como objeto sensibilizarlo y como medio la capacidad creadora y lúdica del lenguaje.
Más allá de cualquier otra finalidad estrechamente formativa, su función primaria es puramente estética, la de
promover en el niño el gusto por la belleza de la palabra, el deleite ante la creación del mundo de ficción.
El niño participa de las creaciones imaginarias de una realidad que le son brindadas en las creaciones literarias.
Las hace suyas y las recrea.
La accesibilidad de las obras literarias depende de factores en los que pueden influir o no autores y lectores. En
primer lugar, está la distribución misma: que el libro esté ahí. También cuentan las campañas de alfabetización,
de fomento a la lectura y el sistema escolar en su conjunto. Estos son factores en los que autores, editores y
lectores poco influyen. (Ciertamente, un grupo de padres de familia puede crear un círculo de lectura en una
primaria de Tecomán, un autor puede hacerse autopromoción visitando pueblos, y una tropa de lectores
entusiastas puede hacer de un libro en específico el más leído en Navojoa. Pero difícilmente cambian el
panorama general). No quiero referirme aquí a ese tipo de “accesibilidad”, sino al que tiene que ver con la obra
en sí.
La interpretación ingenua del término indica que una novela, por ejemplo, es más accesible si es de fácil lectura.
Es decir, restringe el término a las posibilidades que tiene una obra para ser entendida por un mayor número de
lectores, y de ahí se pueden desprender categorías como “literatura light”.
Sin embargo, “accesibilidad” se refiere a la facilidad que tenga un lector para “formar parte de una actividad”. Y
la actividad que sucede a la lectura es la conversación. Se lee para conversar con el texto y acerca del texto (con
otros interlocutores). Y, si bien “entender el texto” puede ser una premisa necesaria para conversar con éste; no
lo es para conversar acerca de éste con otras personas: el conocidísimo caso del faroleo.