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1. Beneficia: Las fuentes romanas emplean el término beneficia para designar ciertas
ventajas que el ordenamiento jurídico otorgaba a persona o personas determinadas,
sin que por ello sea admitido entender que los beneficios significaran ius singulare, ni
implicaran una derogación de la norma de derecho común. Son ventajas que el
derecho romano concedió a todas las personas que se encontraran en determinada
situación, siempre que lo solicitaran expresamente. Esta última razón, la necesidad de
la petición de parte, diferencia el beneficium de los principios del ius singulare. Entre
ellos encontramos el beneficium competentiae, que impide que ciertos deudores
puedan ser ejecutados más allá de sus posibilidades económicas; el beneficium
inventatii, que posibilita al heredero voluntario que hace inventario de los bienes del
causante, que sólo responda dé las deudas de éste con los bienes inventariados.
Otros beneficios '-beneficium separationis, beneficium divisionis, beneficium
cedendarum actionum, beneficium excussionis- serán materia de estudio en la
presente obra.
b) "Privilegium". Toca la esfera del derecho singular lo que las fuentes llaman
privilegium. En el primitivo derecho romano se presentaba como una disposición
perjudicial para una persona (privilegia ne inroganto), impuesta por circunstancias muy
especiales, pero en la época imperial importó una excepción al derecho normal, que
debía interpretarse de manera favorable a aquel a quien se lo otorgaba. Así constituyó
privilegio el testamento militar que concedía a los soldados la posibilidad de testar en
campaña sin ajustarse a las formalidades prescriptas por la ley. (Dig. 29,1,24).
d) Los derechos de la antigüedad. Hay autores que han hablado de la influencia que
los derechos de la antigüedad ejercieron sobre el derecho romano. En especial el
tema hizo nacer una copiosa literatura después que Land, en 1862, descubrió el libro
de derecho siro-romano y que la expedición de Morgan, en 1901, halló el Código de
Hammurabi. Se ha pretendido encontrar afinidad entre la legislación romana y los
sistemas jurídicos egipcio, judaico, asirio, babilónico, etc., pero no se han dado
argumentos de acabada fundamentación como para tener por ciertas esas pretendidas
influencias. Sin embargo, está admitido que los romanos incorporaron principios de
derecho etrusco, especialmente en el campo del derecho público, y de derecho griego,
en la Ley de las XII Tablas.