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MEMO 1. Políticas públicas y participación ciudadana. Usach.

Alumno: Sebastián Vargas


En Chile existe una escasez pronunciada de consumo de cine nacional.1 Desde el año 2009 hasta hoy
más del 60% del cine nacional posee una asistencia inferior a 10.000 espectadores.2 El año 2012, por
ejemplo, 15 películas chilenas de 22 restantes, no alcanzaron los 5.000 asistentes.3 El año 2014 “se
exhibieron 219 [películas], de las cuales un 18,7% son chilenas. El resto corresponde a películas de
otras nacionalidades, principalmente estadounidenses (62,6%).”4 Esto se constituye en un problema
público en la medida en que el cine “es uno de los principales mecanismos de educación no formal
de la población”, 5por lo que contribuyen a 1) mejorar la calidad de vida de la población, entendiendo
a la educación como un bien cultural, y 2) incrementar la preparación intelectual de la población para
afrontar las variabilidades del mundo laboral. Además, en términos prácticos
“Aporta un gran valor agregado. Genera empleo directo e indirecto. Se vislumbra gran
potencial de crecimiento en los próximos años. Facilita la introducción de otros tipos de
productos en los mercados externos. Contribuye a equilibrar la balanza de exportaciones.
Contribuye al desarrollo de la confianza social. Permite una revalorización de marcas y
productos. Atrae turismo y facilita la movilidad. Genera recursos sustentables a largo
plazo. Transforma y regenera espacios urbanos. Los países de economías avanzadas y
postindustriales han comprendido la ventaja estratégica y el potencial de desarrollo de
las industrias culturales y creativas, por lo cual han puesto en marcha políticas de
fomento específicas para el sector. Se ha cuantificado el peso económico del cine, la
animación digital, la música grabada y en vivo, los medios audiovisuales, las artes
escénicas, los libros, el diseño, la moda y las actividades protegidas por la propiedad
intelectual, y las cifras obtenidas demuestran su importancia en la economía de estos
países y en su comercio internacional. Esta idea no ha sido incluida en los modelos
económicos de los países emergentes y de los menos avanzados (…) Ahora bien, todos
estos países poseen una gran riqueza cultural que podría materializarse a partir de mitos,
leyendas, ritmos, danzas y otras expresiones culturales y creativas. Este potencial es la
base para iniciar un proceso de transformación productiva.”6
Este problema se asocia principalmente a dos fuentes: a) falta de desarrollo de una política de
formación de audiencias, y b) falta de medidas proteccionistas de la industria local.
Respecto a las audiencias, “el 45,2% de la población mayor de 15 años asistió al cine en el último
año; un 53,2% no lo hicieron y un 1,4% nunca ha ido en su vida. Esto implica que el cine es la
actividad artístico-cultural en la que más personas participan en el país.” (…) el porcentaje de
personas que consume cine ha ido en aumento en los últimos años, pasando del 34,7% en el 2005 al

1
CNCA. (2015). “Levantamiento de información sectorial para la construcción de la política nacional
audiovisual.” 2016-2012., p. 96. Todas las fuentes excepto “Young, 2014”, “CNCA, 2012” y los documentos
producidos por la UNESCO, pueden encontrarse en el enlace:
http://observatorioaudiovisual.cl/institucionalidad-y-leyes/
2
Dirección de Artes y Cultura de la Pontificia Universidad Católica (DACPUC). “IV Panorama del Audiovisual
Chileno”, p. 33.
3
Letelier, J. “Exhibición de Cine chileno en salas: algunas reflexiones sobre un problema persistente.” Revista
Observatorio Cultural.
4
“CNCA, Óp. Cit., p. 46.
5
UNESCO. “Políticas para la creatividad. Guía para el desarrollo de las industrias culturales y creativas”. 2010,
p. 82. Disponible en: https://es.unesco.org/creativity/sites/creativity/files/220384s.pdf
6
Ibidem, p. 20.
45,2% en el 2012.”7 Este público prefiere las películas de comedia, acción aventura y animación8.
Pero en cuanto a la habitualidad en el consumo, se concentra en los niveles socioeconómicos ABC1,
C2 y C3, “en los sectores D y E aquellos que no asisten al cine superan el 50%.”9 También existe una
“relación entre el nivel educacional y el consumo de cine, ya que a mayor nivel educacional mayor
es la asistencia al cine. Quienes más asisten son las personas con educación universitaria incompleta,
que lo hacen en un 77, 2%. (…) quienes menos asisten al cine son las personas con educación básica
incompleta, donde solo el 12,6% asistió al cine en el año anterior a la encuesta.”10 Estos rasgos indican
que el gusto por el cine está restringido y elitizado.

En cuanto a las garantías de oferta de cine nacional, existe un bajo número de sitios e instancias de
proyección de cine nacional en relación al internacional. “Los “éxitos de taquilla” extranjeros llegan
a estrenarse con 150-180 copias, llegando a copar la oferta nacional hasta la mitad”11, existiendo “una
correlación directa entre número de copias y rendimiento de admisiones e ingresos.”12 A esto se le
suma que en los últimos años se ha registrado un aumento considerable en el número de producciones
(desde 19 en el 2001, hasta 40 en 201413), obligadas a competir por un “limitado espacio en la cartelera
local.”14 Esto afecta por igual a películas que han sido premiadas internacionalmente15, que basan
parte de su visualización en el circuito de salas independientes, como “el Centro de Arte Alameda y
la Cineteca Nacional, donde el cine local representa el 56% y 54,3% de sus espectadores del año,
respectivamente.”16 A pesar de esto, el circuito resulta insuficiente para abarcar el total de la oferta y
carece de centros dedicados intensivamente a la formación de audiencias: “la única experiencia que
apuntaba a la formación de audiencias (Sala BH Huérfanos) cerró tras un año de funcionamiento por
la imposibilidad de continuar accediendo a fondos concursables”17, lo que conduce al deficiente
sistema de financiamiento, donde una gran cantidad de proyectos son declarados inadmisibles cada
año18, dejando gran parte del financiamiento y la formación audiovisual a programas externos como
Ibermedia19. A esta carencia en la formación, se le complementa una falta de infraestructura, medido
por la precariedad e irregularidad del rubro en términos de seguridad social.20 Otra faceta yace en la
escasez de estudios profesionales de grabación.21 Así, la falta de proteccionismo se evidencia cuando
el cine, en tanto bien cultural - pues pertenece a la gama de bienes “portadores de identidad, de valores
y sentido” 22- es obligado a competir en igualdad de condiciones con otros bienes de consumo.

7
CNCA, Óp. Cit., p. 77.
8
DACPUC, Óp. Cit., p. 39.
9
CNCA, Óp. Cit., p. 80.
10
Ibidem, p. 81.
11
Young, A. (2014) “Aproximación al impacto de la línea de creación y producción del fondo de fomento
audiovisual en la industria nacional de largometrajes, tras los primeros cinco años del Consejo del Arte y la
Industria Audiovisual.” Observatorio de Políticas Culturales, Chile, p. 30.
12
CNCA, Óp., Cit., p. 47.
13
Ibidem, p. 23.
14
Consultora 8ª. “Resultados Cinematográficos 2015. Informes de oferta y consumo de cine en Chile”, p. 15.
15
Flores, J. Óp., Cit.
16
Ibidem, p. 45.
17
Flores, J. Óp., Cit.
18
CNCA, Óp., Cit., p. 39.
19
CNCA. (2014). “Estudio comparativo y propuestas de políticas de fomento al incremento de audiencias de
cine nacional en el mercado local”, p. 16.
20
CNCA (2015), Óp., Cit., p. 22.
21
CNCA (2012) “Resumen ejecutivo estudio estimación de posibles impactos económicos y sociales de una
política de estímulos tributarios directos a la producción audiovisual en Chile.” Escuela de Ingeniería Pontificia
Universidad Católica, Chile, p.9.
22
UNESCO. “Declaración de Diversidad Cultural”. 2001. Disponible en: http://portal.unesco.org/es/ev.php-
URL_ID=13179&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html

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