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CAPITULO I

NOCIONES GENERALES

1. Sujetos: Son todas las personas físicas o morales que intervienen, ya sea como
sujetos principales o en carácter de terceros durante la tramitación del proceso.
 El actor es quien tiene un interés jurídico al ejercer la acción, ya que tiene
una pretensión en contra de otra;
 El demandado, es contra quien se ejerce la acción, es del que se
pretende obtener algo y éste a la vez también tiene un interés jurídico;
 El juzgador, es el órgano del estado al que se le está pidiendo su
intervención para resolver el litigio que existe entre el actor y el
demandado.

2. RELACIONES JURIDICAS: “Vínculo o nexo que se establece entre dos o más


personas a raíz de un acontecimiento al cual la norma jurídica le atribuye
determinadas consecuencias”.
2.1. ELEMENTOS DE LAS RELACIONES JURIDICAS:
 LOS SUJETOS: Son las personas que se encuentran involucradas en la
relación jurídica; pueden ser dos o más. Uno va a ser el Sujeto Activo, este
es quien va a tener el derecho de exigir el cumplimiento de la obligación y
otro será el Sujeto Pasivo, quien tendrá el deber de cumplir con la
obligación.
 EL OBJETO: Constituye el contenido de la obligación del Sujeto Pasivo,
que es al mismo tiempo el derecho del Sujeto Activo. Esa obligación,
consiste en dar, un hacer o un no hacer.
 EL VINCULO O NEXO: Es lo que va a vincular a los sujetos con relación al
objeto, determinado deberes y derechos.

2.2. CLASIFICACION DE LAS RELACIONES JURIDICAS:

 POR SU ESTRUCTURA, se clasifican en:


- Simples: Son las relaciones donde existe un solo vínculo entre el sujeto
pasivo y el sujeto activo. Ejm: Donde hay un sujeto activo, un sujeto pasivo
y una sola obligación: Donar.
- Complejas: Son las relaciones donde existe una pluralidad de vínculos
entre las partes.
 POR SU CONTENIDO:
- Públicas: Cuando se trata de relaciones de los particulares con el estado,
cuando este último actúa investido de autoridad.
- Privadas: Cuando se trata de relaciones entre los particulares o entre
estos y el Estado, siempre y cuando el Estado actúe sin su investidura.

3. RELACION JURIDICA SUSTANCIAL


Es aquella relación entre dos o más sujetos de derecho que participan de un
conflicto de intereses con relevancia jurídica. Es el antecedente directo del
proceso. La existencia de un conflicto de intereses con relevancia jurídica produce
desde la perspectiva civil una relación jurídica sustantiva, relación que se
transforma en relación jurídica procesal cuando una de las partes decide acudir al
proceso para obtener la solución al conflicto.
3.1. Elementos:

 LEGITIMADO ACTIVO: Es la persona a quien corresponde ejercitar la


acción procesal constitucional, en el caso de los derechos fundamentales –
que no son sino derechos humanos constitucionalizados- el titular procesal
activo será el propio titular del derecho, los demás sólo podrán interponer
demanda en “procuración” con o sin permiso del titular, y el titular activo
que resulta ser tanto el sustancial como el procesal activo en ambas
relaciones, elegirá entre ratificar o no los actos de su procurador. La figura
de la procuración en los procesos constitucionales que tutelan derechos
fundamentales sirve para protección de estos derechos en caso de que el
titular se encuentre imposibilitado de ejercitar la acción por si mismo. Pero
a su vez le da al procurador una parcial disponibilidad al supeditar todos
sus actos a la ratificación del titular.

 LA INFRACCIÓN CONSTITUCIONAL: La infracción constitucional es el


acto u omisión que trastorna el sistema constitucional alterando su normal
funcionamiento. Él término infracción ha sido usado frecuentemente por las
Constituciones peruanas para referirse a los actos realizados por los
funcionarios públicos que atentan contra la Constitución, encontrándose
esta figura dentro del proceso de acusación constitucional.

 EL LEGITIMADO PASIVO: EL INFRACTOR CONSTITUCIONAL: El


infractor constitucional es la persona o entidad que con sus actos infringe
una norma constitucional afectando un bien jurídico protegido por la
constitución. Esto debe ser sometido a estudio y ardua investigación
¿Puede haber infracción sin afectación? ¿O acaso toda infracción implica
necesaria e inevitablemente una afectación a un bien constitucional? Este
será tema de otro estudio. Lo que si se puede asegurar es lo contrario: si
es “factible” que se presenten casos donde se pruebe una infracción, pero
no se pruebe quien es el infractor, en este caso por más infracción que se
acredite no existirá relación material que corresponda lógicamente a un
proceso constitucional, al menos uno “regular” u “ordinario” como quiera
llamársele. En lo que respecta a los derechos fundamentales el infractor
puede ser cualquier persona o funcionario público, persona jurídica pública
o privada. Es por ello que en el proceso de amparo, hábeas corpus o
habeas data el legitimado pasivo de la relación jurídica material procesal no
tiene por qué tener una naturaleza jurídica exclusiva, ambos pueden y
están en la capacidad de cometer infracciones contra los derechos
fundamentales.

4. Relación Jurídica Procesal:


Es la relación que surge entre los órganos jurisdiccionales y la persona que hace valer el
derecho de acción para reclamar justicia. Se caracteriza porque al activarse origina otras
relaciones. Comprende las fases de: demanda, defensa y sentencia, que a su vez puede
traer como consecuencia la relación de ejecución. La relación jurídica procesal origina la
relación jurídica procesal de acción, que comprende la relación surgida entre el Juez y el
actor de la demanda. Al enterarse el demandado, por parte del Tribunal, surge la llamada
relación de contradicción o de defensa. En ambos casos el sujeto pasivo es el Estado y los
sujetos activos, respectivamente son las partes.

4.1. ORIGEN Y EVOLUCIÓN:

La teoría del proceso como Relación Jurídica aparece en la segunda mitad del siglo XIX,
en Alemania, y fue expuesta magistralmente por el Oscar Von Bulow, en su obra "Teoría
de las excepciones dilatorias y los presupuestos procesales" (1868). Esta teoría concibe el
proceso como una Relación Jurídica, producida entre el Estado (El Juez) y las partes
(demandante y demandado); señala Couture2 que estos sujetos procesales (Juez y las
partes) investidos de poderes determinados por la ley, actúan en vista de la obtención de
un fin. Esta relación es de carácter público y aparece desde que la persona, ejercitando su
derecho de acción, interpone una demanda solicitando se le atiendan las pretensiones
contenidas en ella (derechos subjetivos). Es también autónoma, en la medida que tiene vida
propia, y si bien debe tener correspondencia con la relación material preexistente, sin
embargo es independiente de ella, pues para que la relación jurídica procesal genere un
proceso válido deben cumplirse determinados presupuestos procesales (capacidad,
competencia, etc.). Es compleja, como bien lo refiere Alsina3 , porque comprende un
conjunto indefinido de derechos y obligaciones para cada uno de los que intervienen,
pero tendiendo todos ellos al mismo fin común: la actuación de la ley. Constituida la relación
jurídica procesal con la demanda y su notificación, es deber del juez proveer la demanda y,
de ser el caso, resolver el conflicto de intereses declarando el derecho de las partes, y el
de las partes a prestar toda la colaboración indispensable y a someterse a la actividad
común. Esta teoría fue duramente criticada, entre otros, por el procesalista alemán de
nombre James Goldschmidt, quien a través de Teoría a la que denominó de la Situación
Jurídica4 , sostuvo que dicha teoría -de la relación jurídica- era falsa. Dando sustento a su
teoría, Goldschmidt, sostuvo que el origen de las obligaciones y derechos respectivos del
juez y las partes, no puede encontrarse en la "relación jurídica procesal", pues allí donde
se indica que nacen las obligaciones de la referida relación jurídica, deberá hablarse con
exactitud de cargas procesales5 , y que la "obligación de fallar" que se atribuye al Tribunal
(juez) es como tal el deber de administrar justicia, y es una manifestación de la "relación
política" del ciudadano con el Estado. Precisa Goldschmidt6 que los presupuestos
procesales no son en realidad del proceso, son, simplemente, presupuestos, requisitos
previos de la sentencia de La teoría de Goldschmidt agregó, en mi opinión, un enfoque
relevante a la razón de la unidad del proceso; por ello es fácil advertir que la unidad del
proceso no se encuentra determinada sólo en la relación procesal, es decir, al interior del
proceso; sino que para ello, además, debe dirigirse la mirada hacia fuera y conectar dicha
relación procesal con la relación sustantiva que es su fuente y subyace al origen del
proceso; la identidad entre la relación material y la relación procesal constituye un elemento
importante que asegura al integridad del proceso y los sujetos que deben intervenir en el
mismo. Con tal elemento se puede apreciar con más nitidez y vigor la figura del
litisconsorcio, la de sustitución procesal, la de sucesión procesal, etc. Por otro lado, toma
fuerza la teoría de las cargas procesales en general, que habían permanecido solo
vinculados a la prueba; así también, el enfoque de Goldschmidt ha permitido, en mi opinión,
apreciar de un modo más amplio y claro, no solo la intervención de terceros legitimados,
sino además las exigencias que corresponden ser impuestas al demandante para asegurar
que la relación material guarde identidad con la procesal a efecto de obtener un
pronunciamiento de fondo, como es el caso de la legitimación, el interés y la posibilidad
jurídica de la pretensión del demandante (voluntad de ley), que los seguidores de Bulow
denominaron los presupuestos materiales o condiciones de la acción. Chiovenda8 expuso,
en la década del 30, el concepto de las llamadas condiciones de la acción –que algunos
autores denominan presupuestos materiales- señalando que se trata de condiciones
necesarias para que el juez tenga que declarar existente y actuar la voluntad concreta de
la ley invocada por el actor, es decir las condiciones necesarias para obtener una resolución
favorable. Agrega el citado autor –quien fuera Prof. de la U. de Roma- que si lo que se pide
es una sentencia de condena, las condiciones para obtenerla son: 1.- La existencia de una
voluntad de ley que garantice a alguien un bien, obligando al demandado a una prestación;
2.- La cualidad, es decir, la identidad de la persona del actor con la persona favorecida por
la ley y la persona del demandado con la persona obligada; 3.- el interés en conseguir el
bien por medio de los órganos públicos. Con relación a los presupuestos procesales9 , el
citado autor italiano señaló que para que pueda nacer la obligación del juez de proceder
sobre las demandas, se requieren algunas condiciones que se llaman presupuestos
procesales; ello significa no sólo que deben existir tres sujetos, esto es, uno de ellos
revestido de jurisdicción ordinaria y dos partes reconocidos por el derecho o sujetos de
derecho (capacidad para ser parte), sino que éstos, además, deben tener ciertos requisitos
de capacidad, expresados como competencia de los órganos jurisdiccionales, capacidad
procesal de las partes, capacidad para representar a otro, o de quienes acuden haciendo
uso de la figura de la sustitución procesal. La presencia de los presupuestos procesales
asegura un pronunciamiento sobre el fondo, favorable o desfavorable sobre la demanda.
Agrega Chiovenda que las condiciones de la acción son condiciones para una resolución
favorable al actor. Se puede decir entonces que, para que exista un pronunciamiento de
mérito –resolviendo el conflicto y declarando el derecho a quien corresponda-, es preciso
que concurran ambos, esto es, tanto los presupuestos procesales como las condiciones de
la acción o presupuestos materiales, verificándose con ello la existencia de una relación
jurídica procesal válida.

4.2. LA RELACIÓN JURÍDICA PROCESAL CONTEMPORÁNEA: Couture reconoce que


cuando se habla de relación jurídica procesal, se hace en el sentido de ordenación de
la conducta de los sujetos del proceso en sus conexiones reciprocas; es decir, al cúmulo
de poderes y facultades que se hallan unos respecto de otros; así mismo reconoce
también que no existe acuerdo, en esta teoría, en cuanto a la forma como están
ordenados tales poderes y ligámenes entre los diversos sujetos del proceso; en este
punto la doctrina se encuentra dividida. Efectivamente, una primera corriente concibe la
relación como dos líneas paralelas que corren del actor al demandado y del demandado
al actor; una segunda que sostiene que tal relación debe expresarse en forma de
ángulo, es decir, incluyendo al Juez que es un sujeto necesario de ella, hacia el cual se
dirigen las partes y el cual se dirige a las partes. La tercera corriente, que en mi opinión
expresa mejor la idea de relación, es la que considera que la Relación Jurídica Procesal
se representa en forma triangular. Esta teoría se expresa gráficamente del siguiente
modo:
Esta relación jurídica es un conjunto de poderes, ligámenes y conexiones recíprocas, que
se producen como consecuencia de la interposición de la demanda y el emplazamiento
respecto al demandado. Se inicia cuando la persona hace uso de su derecho de acción.

Los presupuestos procesales tienen que ver con la naturaleza que se le da al proceso,
entendida ésta como la relación jurídica procesal. En nuestros días la relación jurídica
procesal tiene que ver no solo con la presencia de las partes en el proceso, sino también
con la incorporación de quienes no habiendo sido emplazados como demandados, su
ausencia privaría de eficacia práctica la sentencia que se dicte, nos referimos a lo que en
la doctrina se conoce como los litisconsortes necesarios; tal figura solo es posible apreciar
de modo idóneo, observando en todo momento la identidad que debe existir entre la relación
material y la procesal, que constituye uno de los fundamentos de la teoría expuesta
magistralmente por Goldschmidt. La incorporación de otros presupuestos –adicionales a
los procesales- a efecto de asegurar la validez de la relación jurídica procesal, que se
conectan de modo directo con la relación material y que se denominan los “presupuestos
materiales”, constituye, en mi opinión, otro avance en la evolución de la teoría del proceso
como relación jurídica.

4.3. Elementos de la Relación Jurídica Procesal.

Acción.- Es el que le corresponde a toda persona, para acudir ante el órgano Jurisdiccional
a efecto de que se le atienda las pretensiones contenidas en la demanda. Este derecho
tiene que ver con el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, referida al derecho de acceso
a los órganos jurisdiccionales. - Pretensión.
La pretensión contiene o expresa el derecho subjetivo invocado por el demandante y
dirigida contra el demandado (en realidad es el derecho reconocido en la Ley, que según el
demandante le corresponde; es decir que se encuentre descrito en el derecho objetivo)

Demanda.- Contiene la pretensión y en ella se expresa el derecho de acción. Es el


mecanismo o medio por el cual se pide al Juez se pronuncie sobre la pretensión planteada.
Todo proceso civil se inicia a pedido de parte con la interposición de la demanda y se dirige
contra otra parte. Para que la Relación Procesal sea válida (dice Bulow) deben cumplirse
ciertos requisitos, a los que denominó presupuestos procesales. Ello habilitará al Juez para
expedir pronunciamiento sobre el fondo de la controversia, amparando o desestimando la
demanda. Ahora deberá agregarse a ellos la exigencia de que se cumpla también con otros
requisitos que se conocen en la doctrina como los presupuestos materiales, los que
permitirán al demandante un pronunciamiento favorable.

5. LITISCONSORCIO.
5.1. Noción de litisconsorcio.
La pluralidad de partes puede originarse en un litisconsorcio, de manera inicial (cuando
demandan varias o se demanda a varias personas), o posteriormente (cuando intervienen
terceros principales, pero con pretensiones comunes a las de algunas de las partes y con un
interés jurídico en los resultados de la sentencia, que podrá beneficiarlos o perjudicarlos
jurídicam ente, es decir, en cuanto a la existencia o modalidades del derecho o la relación
jurídica que reclaman, por lo cual el interviniente aporta al proceso su propio litigio para que allí
sea también resuelto) y cuando se produce una acumulación de procesos y entre algunas de las
partes de ellos existe esa misma comunidad de intereses.
Por consiguiente, existirá litisconsorcio en tres casos:
a. Cuando en un proceso hay varias personas como demandantes o demandadas.
b. Cuando concurren al proceso terceros que reúnen los requisitos indicados.
c. Cuando existe acumulación de procesos con partes distintas y exista comunidad de
pretensiones entre algunas de ellas.

5.2. Diversas clases de litisconsorcio.

 Litisconsorcio necesario u obligatorio (inicial o sucesivo).


Hay relaciones jurídicas sustanciales sobre las cuales no es posible pronunciarse por partes,
fraccionándolas o calificándolas sólo respecto de algunos de sus sujetos, porque
indispensablemente la decisión comprende y obliga a todos. En esos casos la presencia en
el proceso de todos los sujetos vinculados a esa relación se hace indispensable a fin de que
la relación jurídica procesal quede completa y sea posible decidir en la sentencia sobre el
fondo de ella; si los sujetos son más de dos, en sentido jurídico y no físico (por ejemplo, el
representante o apoderado y el representado, forman un solo sujeto), estaremos en
presencia de un litisconsorcio necesario. Faltará el contradictor necesario en dos hipótesis
cuando quienes concurren no son los sujetos a quienes corresponda únicamente formular
o contradecir las pretensiones que aparecen en la demanda; y cuando aquéllos debían ser
partes, en la posición de demandante o demandado, pero en concurrencia con otras per
sonas que no han comparecido al proceso, es decir, cuando la parte demandante o la
demandada o ambas deben estar formadas por varias personas, y en el proceso no están
presentes todas ellas.

El litisconsorcio necesario puede ser inicial o sucesivo. Ordinariamente ocurre el primero


(como demandantes o demandados), pero puede suceder que la ley exija, como requisito
para la válida tramitación del proceso, la citación de otra persona que tenga intereses en
común con una de las partes, demandante o demandada, con lo cual se establece un
litisconsorcio entre ellas. Debemos cuidarnos de no confundir la intervención forzosa con el
litisconsorcio necesario.

 Litisconsorcio facultativo o voluntario y sus varias clases: inicial y sucesivo, propio o


impropio, activo y pasivo o mixto, simple y recíproco.

También denominado útil. El litisconsorcio es facultativo o voluntario cuando depende de


la voluntad de las partes iniciar por separado, como demandantes, varios procesos para sus
respectivas pretensiones o contra cada uno de los demandados, o cuando depende de la
voluntad de los terceros intervenir o no en el proceso iniciado por otros sujetos, sin que la
unidad de la cosa juzgada ni la ley exijan lo uno o lo otro, de manera que si no concurren
todos los litisconsortes la sentencia podrá ser de mérito respecto de quienes sí lo hicieron,
e igualmente la ejecución de las respectivas sentencias — en el supuesto de optarse por
procesos distintos— podrá lograrse con independencia de las otras. Pero siempre es
indispensable que el litisconsorte someta a la decisión del juez, en ese proceso, un litigio
propio sobre algún derecho o una relación jurídica sustancial de que sea titular. Como en el
punto anterior lo expusimos, cuando es por intervención puede ocurrir que la citación al
tercero provenga de mandato legal, o por solicitud de una de las partes, o porque el tercero
concurra espontáneamente. Este litisconsorcio facultativo puede ser inicial, cuando es en la
demanda o en su corrección, o sucesivo, cuando ocurre con posterioridad. El inicial puede
distinguirse en propio o impropio; el primero exige un elemento de conexión jurídica; en el
segundo basta la simple afinidad u homogeneidad entre las pretensiones de cada
demandante; ambos, desde luego, exigen la identidad parcial subjetiva o de partes, es decir
que una de las partes sea la misma (demandante o demandada), sea que se halle formada
de uno o de varios sujetos.

El consorcio inicial (voluntario o necesario) puede presentarse en la parte demandante o


también en la demandada —varios contra uno o uno contra varios—; pero puede ocurrir
también en ambas partes —varios contra varios— ; el primero será activo, el segundo pasivo
y el último mixto (preferimos reservar la denominación de recíproco para el caso que luego
explicaremos). Por último, el litisconsorcio voluntario puede ser simple o recíproco. El
primero es el frecuente y ocurre cuando existe litigio entre una o varias personas que
forman una parte y las demás que son la parte contraria, pero no litigio de aquéllas entre
sí; por ejemplo: se demanda a varios deudores de una obligación, quienes, por lo tanto,
están en litigio con el demandante, pero no entre sí. El segundo se presenta cuando existen
tantos litigios como parejas de partes, es decir, cuando todos los sujetos del proceso se
encuentran en litigio entre sí; por ejemplo: el acreedor demanda al fiador y éste por su parte
llama en garantía al deudor en uso del beneficio y excusión; o se reivindica una finca y el
demandado denuncia el pleito a su vendedor; en estos casos los intereses de todos los
sujetos son distintos y opuestos y por ende existen litigios recí procos entre ellos. Pero existe
litisconsorcio en esta parte plural frente a la contraria. Debe aceptarse tanto el litisconsorcio
facultativo propio como el impropio, siempre que exista analogía en las cuestiones de hecho
y de derecho (no de éstas solamente), aun cuando las primeras sean separadas e
independientes. También la acumulación por identidad del fin perseguido, pero creemos
que se trata de consorcio propio, por conexión instrumental. El litisconsorcio necesario es
siempre propio. La identidad de partes puede ser parcial, y por eso si a ella se agrega la de
objeto o causa o la instrumental, se tendrán dos elementos comunes y habrá litisconsorcio
propio; y si existe afinidad jurídica de hecho y de derecho, habrá litisconsorcio impropio; un
ejemplo de éste es la demanda de varios hijos extramatrimoniales del mismo padre, pero
de distintas madres, para que se declare su filiación paterna; entonces se trata de
litisconsorcio facultativo. Una buena regla es aceptar la acumulación de procesos cuando
las diversas pretensiones se hubieran podido acumular en la misma demanda. De manera
que se utiliza un mismo criterio para la acumulación inicial y la posterior, es decir, la que
ocurre en la misma demanda y la de los procesos iniciados por separado. En materia penal
existen casos de litisconsorcio facultativo

 El litisconsorcio en el proceso penal.


En el proceso penal no existe litisconsorcio necesario, en cuanto a la pretensión penal
propiamente dicha, puesto que siempre será posible juzgar a un sindicado o imputado,
aunque no obren en el proceso y ni siquiera hayan sido emplazados o declarados reos
ausentes, otras personas que hayan sido copartícipes del delito. No hay situaciones penales
indivisibles, que sólo pueden juzgarse simultáneamente frente a todos los posibles autores
y partícipes del hecho delictuoso. Respecto a la pretensión civil para la indemnización de
perjuicios, tampoco vemos que pueda operar el litisconsorcio necesario, puesto que cada
sujeto pasivo del delito y cada heredero de aquéllos puede hacerse parte civil por separado
e impetrar la indemnización que a él corresponde, o renunciar a ella, cuando la ley permita
esa intervención.

En el proceso penal todos los litisconsorcios son voluntarios o facultativos, en el sentido que
acabamos de explicar, aunque pueden ser litisconsorcios forzosos y no espontáneos, en el
sentido de que no importa el factor voluntad o consentimiento de los sindicados y
procesados para verse reunidos en una misma investigación sumarial y en un mismo
proceso, sino que basta con la providencia del juez que así lo ordene (autos de detención,
llam amientos a indagatoria, auto de proceder y acumulación de procesos). Por
consiguiente, el litisconsorcio voluntario o facultativo (en el sentido que hemos explicado)
tiene perfecta aplicación en el proceso penal: varios denunciantes o querellantes del mismo
delito; varias personas que comparezcan como parte civil: varios sindicados y procesados.
La suerte de cada cual en el proceso puede ser diferente; en cuanto a los efectos de los
actos procesales que ejecuten, se aplica lo expuesto para el litisconsorcio facultativo en los
procesos civiles y laborales (véase núm. 185). No existe litisconsorcio, ni siquiera facultativo,
entre el sindicado y el ministerio público, o entre éste y la parte civil. Entre ellos existe una
relación sui generis, pues tampoco se trata de “tercerista” o de “interviniente ad
excludendum”, ni de coadyuvante (como sí ocurre en los demás procesos); el segundo es
una parte principal, imparcial y autónoma, que obra independientemente en
representación de la sociedad y como el único fin de que se haga justicia en el caso concreto.

CAPITULO II

2.1. QUIÉNES SON SUJETOS DE LA RELACIÓN JURÍDICA PROCESAL.

Concepto de sujetos de la relación jurídica procesal y del proceso. Hay que distinguir los
sujetos de la relación jurídica sustancial que deba ser discutida o simplemente declarada
en el proceso (en el primer caso se tratará de los mismos sujetos del litigio), y los sujetos
de la relación jurídica procesal y del proceso. Los primeros son los sujetos titulares, activos
y pasivos, del derecho sustancial o de la situación jurídica sustancial que debe ventilarse
en el proceso (por ejemplo: el acreedor y su deudor; el propietario y el tercero poseedor del
bien reivindicado; el hijo extramatrimonial y el supuesto padre; el autor del hecho ilícito y la
víctima del mismo, etc.). Los segundos son las personas que intervienen en el proceso
como funcionarios encargados de dirigirlo y dirimirlo (jueces y magistrados como órganos
del Estado) o como partes (demandantes, demandados, terceros intervinientes, ministerio
público, sindicado o imputado). Puede ocurrir que al proceso no comparezcan todos los
sujetos de la relación jurídica sustancial, y que cuando aquél sea contencioso no
comparezcan todos los sujetos en litigio; entonces, si es jurídicamente posible dictar
sentencia de fondo (esto ocurrirá cuando se trate de litisconsorcio facultativo), ésta obligará
únicamente a quienes concurrieron al proceso; pero si se trata de un litisconsorcio
necesario, el juez no podrá decidir en el fondo por falta de integración del contradictorio y
deberá proferir sentencia inhibitoria (es un caso de incompleta legitimación en la causa).
Pero en los procesos penales nunca opera el litisconsorcio necesario, ni la sentencia
inhibitoria. Igualmente puede ocurrir que comparezcan al proceso personas que de existir
la relación jurídica sustancial o el derecho sustancial pretendido, no sean los sujetos de
éstos, porque corres penderían a otras personas, y entonces se tendrá el caso de que son
partes del proceso o relación jurídica procesal, personas que no son partes del litigio (si el
proceso es contencioso) ni titulares de la relación sustancial de cuya declaración o de cuyo
ejercicio se trata (si el proceso es de jurisdicción voluntaria). Esto puede ocurrir, por
ejemplo: cuando una persona pide que se declare que un bien pertenece a la herencia de
otra, sin que aquélla tenga el carácter de heredero; cuando se pretende la condena de una
persona a que cumpla cierta obligación, a favor de un tercero, sin representar a éste;
cuando se demanda a un tercero para que se declare al actor hijo de otra persona, en vida
del presunto padre (porque el litigio es necesariamente entre éste y el supuesto hijo), o
después de muerto el padre se pide la declaración de filiación extramatrimonial frente a un
tercero no heredero (porque la ley exige que el punto se discuta solamente con los
herederos del supuesto padre). También en los procesos penales es posible que por razón
de aparentes pruebas o de incorrecta apreciación de ellas por los funcionarios
investigadores o por los fiscales acusadores o por el juez de la causa, algunas personas
que sean totalmente ajenas a los hechos que constituyen el ilícito penal objeto de la
investigación y del proceso o juicio, resulten incorporadas como partes procesales a la
investigación previa o sumarial y al proceso o juicio; entonces ellas serán partes procesales
y sujetos pasivos de la pretensión punitiva que se les formula, pero deberá decidirse en el
fondo sobre su responsabilidad o inocencia. Y puede ocurrir que los verdaderos sujetos del
ilícito investigado (como autores o cómplices o encubridores) y que por tanto son, junto con
la víctima del ilícito o sus herederos, los sujetos de la relación jurídica sustancial penal, no
sean sujetos de la relación jurídica procesal, en ese proceso. Es decir, el concepto de
sujetos de la relación jurídica procesal o del proceso es rigurosamente formal, tanto desde
el punto de vista de jueces y magistrados como de las partes e intervinientes; son las
personas que conocen el proceso (los primeros) y que han concurrido a él (los segundos).
En cambio, el concepto de sujetos del litigio es rigurosamente sustancial.

Quiénes son tales sujetos. De lo expuesto en el número anterior se concluye que los sujetos
de la relación jurídica procesal del proceso son: a) En los procesos civiles y laborales
contenciosos: el juez o magistrado (como órgano del Estado), el demandante y el
demandado; además pueden adquirir tal carácter, los terceros que sean aceptados como
intervinientes principales o secundarios (aquéllos serán sucesores de una parte,
litisconsortes o terceristas; éstos, coadyuvantes); el primero cambia al producirse la
segunda instancia y en las apelaciones interlocutorias, y más tarde en el recurso de
casación; b) En los procesos de jurisdicción voluntaria: el juez o magistrado (como órgano
del Estado) y el peticionario o demandante (tomando este concepto en sentido amplio) y
los intervinientes; el primero cambia al producirse la segunda instancia y en las apelaciones
interlocutorias; c) En los procesos contencioso-administrativos: el juez (magistrados del
Tribunal Administrativo seccional o del Consejo de Estado), el demandante y el ministerio
público y los intervinientes, en todos los procesos; en los que se reclame indemnización a
cargo de una entidad pública, tendrá también tal carácter el representante que dicha entidad
constituya en el respectivo proceso; el primero cambia al producirse la segunda instancia;
d) En los procesos penales: el juez (como órgano del Estado), que inicialmente puede ser
el de instrucción en la etapa del sumario y el de la causa en la primera instancia del proceso
(éste cambia al producirse la segunda instancia y luego en el recurso de casación; también
puede ocurrir que el juez de la causa adelante total o parcialmente la instrucción), el
sindicado o imputado, quien es parte en el sumario, a partir de la iniciación de la indagatoria,
o antes si ha sido capturado; el ministerio público (también desde el sumario) y el ofendido
por el delito que se constituya en parte civil.

2.2. Clasificación de los sujetos de la relación jurídica procesal.

a) En cuanto a la función desempeñada: jueces y partes (éstas son el demandante, el


demandado, los intervinientes y los sucesores; en el proceso penal, el sindicado y
procesado, el ministerio público y la parte civil actualmente y los fiscales acusadores desde
1982).

b) En relación a la función judicial desempeñada: jueces de primera instancia, de


segunda instancia, de casación; en lo penal, además, jueces de instrucción, fiscales
instructores y acusadores.

c) Desde el punto de vista de la posición procesal de las partes: partes principales y


secundarias (éstas, los terceros que intervienen como simples coadyuvantes); partes
permanentes (demandante, demandado, imputado o procesado, interventores principales
o coadyuvantes de aquéllos) y transitorias o incidentales (los interventores para un
determinado incidente o en una cierta diligencia, como opositores a un secuestro o a la
entrega de un bien, los peritos y secuestres en el trámite de la regulación de sus
honorarios); parte demandante y demandada o actor y opositor; partes originales o
intervinientes (aquéllas, el demandante, el demandado, imputado o procesado, el ministerio
público cuando debe ser citado desde un comienzo y los terceros indeterminados que son
emplazados también desde la iniciación del proceso y concurren en el término del
emplazamiento); éstas, quienes concurran posteriormente; necesarias y voluntarias (aqué
llas, sí indispensablemente quedan ligadas a la relación jurídica procesal, como
demandante y demandado, imputado o procesado, terceros a quienes la ley ordena citar, y
ministerio público cuando la ley le da carácter de parte; las segundas cuando concurren al
proceso espontáneamente) , simples y múltiples (según que la parte demandante,
demandada o interviniente sea una sola persona o esté formada por varias; o que exista un
solo sindicado o procesado o varios en el mismo sumario que también se llama “etapa de
la investigación” y del proceso verdadero que también se llama “enjuiciamiento”)

Distinta posición del juez y de las partes en el proceso.

Los actos procesales de las partes se ejecutan por un motivo especial que su autor tiene o
con un fin concreto y subjetivo que persigue (que no es el fin general del proceso,
naturalmente); es decir, las partes obran impulsadas por su propio interés. En cambio, el
juez representa únicamente el interés del Estado o de la sociedad en la realización normal
de la justicia; es decir, el fin que el juez persigue (salvo que obre con mala fe o colusión) es
el mismo del proceso. Sin embargo, existe una parte que debe perseguir también el fin de
que se haga justicia en el caso concreto; es el ministerio público, en toda clase de procesos.
Este funcionario debe ser imparcial, como el juez, o violará la moral profesional y abusará
de sus funciones (lo cual es un acto ilícito sancionable, similar al del juez en los mismos
casos). Lo mismo debe decirse respecto de los fiscales instructores y acusadores; pero en
la práctica creemos que éstos actuarán con parcialidad en defensa de su acusación. El
sujeto principal de la relación jurídica procesal y del proceso, es el juez. En los procesos
civiles dominados por el criterio privatístico, que los consideraba un asunto entre
particulares y les negaba a los jueces las facultades para impulsarlo, para investigar
oficiosamente la verdad de los hechos alegados y para valorar el material probatorio
conforme a las reglas de la sana crítica, la función del juez se encontraba muy disminuida;
pero en los modernos procesos civiles (como el colombiano) se puso fin a esa situación y
se ha recuperado para el juez la posición de verdadero director del proceso y dispensador
de justicia (no de simple juez espectador, como antes ocurría). Esta posición le ha sido
reconocida y otorgada, siempre en los procesos penales; con igual razón debe serle
otorgada en los laborales, fiscales y contencioso-administrativos. De ahí que
indudablemente la justicia “es un problema de hombres, más que de leyes”, pues si fallan
los jueces se tendrá mala justicia

EL JUEZ

el juez es el sujeto principal de la relación jurídica procesal en su condición de órgano del


estado.

Funcionario público que tiene como misión juzgar y hacer ejecutar lo juzgado.

Juez es una persona que esta investida por el Estado de la potestad de administrar justicia;
desde otro punto de vista, es un servidor público que desempeña una de las funciones
del Estado moderno.

El juez no puede dejar de juzgar, sea bajo el pretexto de silencio, oscuridad o insuficiencia
de las leyes, sea porque le faltan
elementos de juicio para condenar o para absolver: está prohibida la absolución de
la instancia

al juez le corresponde dirigir efectivamente e impulsarlo en formas de que pase por sus
distintas etapas con la mayor celeridad y sin estancamientos, controlar la conducta de las
partes para evitar investigar y sancionar la mala fe, el fraude procesal la temeridad y
cualquier otro acto contrario a la dignidad de la justicia o a la lealtad y probidad , procurar
la real igualdad de las partes en el proceso, rechazar las peticiones notoriamente
improcedentes o que impliquen dilaciones manifiestas ,sancionar con multas a sus
empleados a los demás empleados públicos y a los particulares que sin justa causa
incumplan sus órdenes y con pena de arresto a quienes le faltan el debido respeto en el
ejercicio de sus funciones o por razón de ellas, expulsar de las audiencias a quienes
perturben su curso como decretar oficiosamente toda clase de pruebas que estimen
convenientes para el esclarecimiento de los hechos que interesen al proceso, apreciar esas
pruebas y las promovidas por las partes , de acuerdo con su libre3 criterio ,conforme a las
reglas de la zona critica ,por último ,proferir las decisiones interlocutorias por autos y las
definitivas por sentencia.
El juez no es simple espectador del debate judicial, ni siquiera en el proceso civil y mucho
menos en los demás, sino el verdadero director del proceso y el dispensador de la justicia
de acuerdo con el derecho positivo y a nombre de la república.

En el ejercicio de su función, los jueces actúan con desinterés objetivo respecto a los
asuntos que se les planteen y han de ser imparciales e independientes.

El juez no solamente administra justicia cuando dicta sentencia (poder de decisión), sino en
todo momento del proceso en que se le pida o se le exija una resolución judicial; se
confunde, pues, este deber, con el deber de proveer, y al respecto la ley conjuga este deber,
señalando al juez cuando debe proveer, como debe proveer
y sobre que debe proveer.

CLASIFICACIÓN DE LOS PODERES DEL JUEZ

Por el aspecto propiamente jurisdiccional los poderes del juez se identifican con los poderes
de la jurisdicción.

PODER DE DECISIÓN: comprende el ejercicio de la potestad jurisdiccional para la


tutela del orden jurídico y de la libertad individual, para desatarlos conflictos 7y darle
certeza jurídica a los derechos subjetivos y las situaciones jurídicas concretas,
mediante la sentencia que cuando se trata de procesos contenciosos reviste la
calidad especial de cosa juzgada, y para la resolución por providencias
interlocutorias de los problemas que se presenten en el curso del proceso.

PODER DE COERCIÓN: se incluye el disciplinario;

- le permite sancionar con multas a sus empleados , alos demás empleados públicos
y a los particulares que sin justa causa incumplan las ordenes que les imparta en
ejercicio de sus funciones,
-o demoren su ejecución y sancionar con pena de arresto inconmutable hasta por
5 días a quienes le falten el debido respeto en el ejercicio de sus funciones o por
razón de ellas
-ordenar la devolución de los escritos irrespetuosos para con los funcionarios ,las
partes y terceros
-expulsar de las audiencias y diligencias a quienes perturben su curso
-sancionar con multas a los empleados y representantes legales que impidan la
comparencia al despacho judicial de sus trabajadores o representantes, cuando
estos deban rendir declaración o atender cualquier otra citación que el juez les haga.

PODER DE DOCUMENTACIÓN: -
-faculta al juez para adoptar las medidas conducentes
-verificar los hechos que interesen al proceso decretando y practicando pruebas, o
llevando directamente documentos, no solo a instancia de parte sino oficiosamente
a toda clase de procesos
PODER DE EJECUCIÓN:
-permite que el proceda a cumplir coercitivamente las condenas impuestas en
sentencias y en otras providencias judiciales, para la restitución o entrega de bienes
, para la guarda de personas ,para demolición de cosas o su construcción ,para el
remate en pública subasta de bienes embargados y secuestrados , con el fin de
pagar el valor de esas condenas y también el de obligaciones emanadas de manera
clara expresa y exigible de documentos públicos o privados auténticos emanados
de ejecutar o de su causante y sin que medie providencia judicial previa de condena.

Los poderes de coerción y de documentación se denominan de ordenación e


instrucción, comprenden las facultades para investigar oficiosamente los hechos,
decretando pruebas de toda clase y careos entre partes o estas y los testigos.
En lo penal, la ejecución de la sentencia no corresponde los jueces si no funcionarios
administrativos.

DEBERES DEL JUEZ. Son deberes del juez:

1. administrar la justicia que se les solicita sin que les valga la excusa de no encontrar ley
para el caso

2. motivar sus sentencias y autos interlocutorios.

3. otorgar los recursos que la ley consagra y que les sean interpuestos oportunamente
4 respetar los procedimientos y la ley sustancial.

5 obedecer las incompatibilidades que por el ejercicio del cargo

6 declararse impedidos para conocer un negocio determinado en los casos señalados en


la ley

7 actuar en todos sus actos con ética estricta e imparcialidad absoluta en el sentido de
buscar únicamente la recta justicia

8 dirigir el proceso, velar por su rápida solución, adoptando las mediad conducentes para
impedir su paralización y procurar la mayor economía ´procesal

9 hacer efectiva la igualdad de las partes en el proceso

10. Prevenir, remediar, sancionar o denunciar por los medios autorizados en la ley procesal,
los actos contrarios a la dignidad de la justicia, lealtad, probidad y buena fe que deben
observarse en el proceso, lo mismo que toda tentativa de fraude procesal

11. emplear los poderes que la ley procesal otorga para evitar nulidades y providencias
inhibitorias

12 guardar reserva sobre las decisiones que deban dictarse en los procesos

GARANTÍA CONTRA LOS ABUSOS DE LOS FUNCIONARIOS JUDICIALES.


OBSERVACIONES GENERALES

Para los simples errores de los jueces existe el principio de las dos instancias, con los
recursos ante el superior, y el muy especial de casación, dentro del mismo proceso, y el
más extraordinario de revisión con posterioridad a su terminación

- si se trata de un vicio de procedimiento, existe la nulidad. Estos errores y vicios no


constituyen abusos, ni faltas, porque son propios de la razón humana, y de ellos y sus
remedios no nos ocupamos ahora
-cuando se causa un perjuicio a las partes del proceso o a terceros que intervinieron en él,
por motivo de un error “inexcusable” del juez, queda éste obligado a responder civilmente
por aquéllos

-Contra la posibilidad de que el juez obre con parcialidad o mala fe, de que se exceda en
sus facultades para aplicar sanciones o de que incumpla sus deberes y se abstenga de
proveer, la ley consagra la vigilancia judicial a cargo del ministerio público, sanciones y
medidas de carácter penal y disciplinario y otras de naturaleza civil, además de las
incompatibilidades e impedimentos

También existe el Tribunal Disciplinario que juzga sus faltas que no constituyen delitos

Vigilancia del trabajo y sanciones disciplinarias a los funcionarios judiciales.


Con el fin de evitar los abusos, las demoras para despachar y las irregularidades en el
curso de los procesos, existe la función de vigilancia judicial que ejerce el ministerio público.

Para la imposición de una sanción disciplinaria administrativa en el ámbito disciplinario


judicial, debe instruirse un expediente disciplinario, de acuerdo con el régimen disciplinario
de Jueces y Magistrados, que como el resto de Funcionarios Públicos, están sujetos
a responsabilidad disciplinaria en los casos y con las garantías establecidas en la ley
Orgánica del Poder Judicial

Clases de faltas disciplinarias en que pueden incurrir Jueces y Magistrados

Las faltas disciplinarias cometidas por los Jueces y Magistrados en el ejercicio de sus
cargos podrán ser muy graves, graves y leves.

Prescripción de las faltas disciplinarias

Las faltas muy graves prescribirán a los dos años, las graves al año y las leves a los seis
meses.

El plazo de prescripción de las faltas disciplinarias comenzará a contarse desde que la falta
se hubiera cometido. No obstante,el plazo de prescripción se iniciará a partir de la firmeza
de la sentencia o de la resolución dictada por el Consejo General del Poder Judicial que
declare la responsabilidad civil del Juez o Magistrado.
La prescripción se interrumpirá desde la fecha de notificación del acuerdo de iniciación del
procedimiento disciplinario o, en su caso, de las diligencias informativas relacionadas con
la conducta investigada del Juez o Magistrado.

El plazo de prescripción vuelve a correr si las diligencias o el procedimiento permanecen


paralizados durante seis meses por causa no imputable al Juez o Magistrado sujeto al
expediente disciplinario.

Faltas muy graves de Jueces y Magistrados

1. El incumplimiento consciente del deber de fidelidad a la Constitución, cuando así se


apreciare en sentencia firme.

2. La afiliación a partidos políticos o sindicatos, o el desempeño de empleos o cargos a su


servicio.

3. La provocación reiterada de enfrentamientos graves con las autoridades de la


circunscripción en que el juez o magistrado desempeñe el cargo, por motivos ajenos al
ejercicio de la función jurisdiccional.

4. La intromisión, mediante órdenes o presiones de cualquier clase, en el ejercicio de la


potestad jurisdiccional de otro juez o magistrado.

5. Las acciones y omisiones que hayan dado lugar, en sentencia firme o en resolución firme
dictada por el Consejo General del Poder Judicial, a una declaración de responsabilidad
civil contraída en el ejercicio de la función por dolo o culpa grave

6. El ejercicio de cualquiera de las actividades incompatibles con el cargo de juez o


magistrado, salvo las que puedan constituir falta grave con arreglo

7. Provocar el propio nombramiento para juzgados y tribunales cuando concurra en el


nombrado alguna de las situaciones de incompatibilidad o prohibición previstas en los
artículos 391 a 393 de la LOPJ, o mantenerse en el desempeño del cargo en dichos órganos
sin poner en conocimiento del Consejo General del Poder Judicial las circunstancias
necesarias para proceder al traslado forzoso previsto en el artículo 394.
8. La inobservancia del deber de abstención a sabiendas de que concurre alguna de las
causas legalmente previstas.

9. La desatención o el retraso injustificado y reiterado en la iniciación, tramitación o


resolución de procesos y causas o en el ejercicio de cualquiera de las competencias
judiciales.

10. El abandono de servicio o la ausencia injustificada y continuada, por siete días naturales
o más, de la sede del órgano judicial en que el juez o magistrado se halle destinado.

11. Faltar a la verdad en la solicitud de obtención de permisos, autorizaciones,


declaraciones de compatibilidad, dietas y ayudas económicas.

12. La revelación por el juez o magistrado de hechos o datos conocidos en el ejercicio de


su función o con ocasión de éste, cuando se cause algún perjuicio a la tramitación de un
proceso o a cualquier persona.

13. El abuso de la condición de juez para obtener un trato favorable e injustificado de


autoridades, funcionarios o profesionales.

4. La ignorancia inexcusable en el cumplimiento de los deberes judiciales.

15. La absoluta y manifiesta falta de motivación de las resoluciones judiciales que la


precisen, siempre que dicha falta haya sido apreciada en resolución judicial firme. Si la
resolución inmotivada no fuese recurrible, será requisito para proceder la denuncia de quien
fue parte en el procedimiento.

16. La comisión de una falta grave cuando el juez o magistrado hubiere sido anteriormente
sancionado por otras dos graves, que hayan adquirido firmeza, sin que hubieran sido
canceladas o procedido la cancelación de las correspondientes anotaciones, conforme a lo
establecido en el artículo 427 de la LOPJ.

Faltas Graves de Jueces y Magistrados

1. La falta de respeto a los superiores en el orden jerárquico, en su presencia, en escrito


que se les dirija o con publicidad.
2. Interesarse, mediante cualquier clase de recomendación, en el ejercicio de la actividad
jurisdiccional de otro juez o magistrado.

3. Dirigir a los poderes, autoridades o funcionarios públicos o corporaciones oficiales


felicitaciones o censuras por sus actos, invocando la condición de juez, o sirviéndose de
esta condición.

4. Corregir la aplicación o interpretación del ordenamiento jurídico hecha por los inferiores
en el orden jurisdiccional, salvo cuando actúen en el ejercicio de la jurisdicción.

5. El exceso o abuso de autoridad, o falta grave de consideración respecto de los


ciudadanos, instituciones, secretarios, médicos forenses o del resto del personal al servicio
de la Administración de Justicia, de los miembros del Ministerio Fiscal, abogados y
procuradores, graduados sociales y funcionarios de la Policía Judicial.

6. La utilización en las resoluciones judiciales de expresiones innecesarias o


improcedentes, extravagantes o manifiestamente ofensivas o irrespetuosas desde el punto
de vista del razonamiento jurídico. En este caso, el Consejo General del Poder Judicial solo
procederá previo testimonio deducido o comunicación remitida por el tribunal superior
respecto de quien dictó la resolución, y que conozca de la misma en vía de recurso.

7. Dejar de promover la exigencia de responsabilidad disciplinaria que proceda a los


secretarios y personal auxiliar subordinado, cuando conocieren o debieren conocer el
incumplimiento grave por los mismos de los deberes que les corresponden.

8. Revelar el juez o magistrado y fuera de los cauces de información judicial establecidos,


hechos o datos de los que conozcan en el ejercicio de su función o con ocasión de ésta
cuando no constituya la falta muy grave del apartado 12 del artículo 417 de la LOPJ.

9. El abandono del servicio o la ausencia injustificada y continuada por más de tres días
naturales y menos de siete de la sede del órgano judicial en que el juez o magistrado se
halle destinado.

10. El incumplimiento injustificado y reiterado del horario de audiencia pública y la


inasistencia injustificada a los actos procesales con audiencia pública que estuvieren
señalados, cuando no constituya falta muy grave.
11. El retraso injustificado en la iniciación o en la tramitación de los procesos o causas de
que conozca el juez o magistrado en el ejercicio de su función, si no constituye falta muy
grave.

12. El incumplimiento o desatención reiterada a los requerimientos que en el ejercicio de


sus legítimas competencias realizasen el Consejo General del Poder Judicial, el Presidente
del Tribunal Supremo, de la Audiencia Nacional y de los Tribunales Superiores de Justicia
o Salas de Gobierno, o la obstaculización de sus funciones inspectoras.

13. El incumplimiento de la obligación de elaborar alarde o relación de asuntos pendientes


en el supuesto establecido en el apartado 3 artículo 317 de la LOPJ.

14. El ejercicio de cualquier actividad de las consideradas compatibilízales a que se refiere


el artículo 389.5.º de esta ley, sin obtener cuando esté prevista la pertinente autorización o
habiéndola obtenido con falta de veracidad en los presupuestos alegados.

15. La abstención injustificada, cuando así sea declarada por la Sala de Gobierno, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 221.3 de la LOPJ.

16. Adoptar decisiones que, con manifiesto abuso procesal, generen ficticios incrementos
del volumen de trabajo en relación con los sistemas de medición fijados por el Consejo
General del Poder Judicial.

17. Obstaculizar las labores de inspección.

18. La comisión de una falta de carácter leve habiendo sido sancionado anteriormente por
resolución firme por otras dos leves sin que hubieran sido canceladas o procedido la
cancelación de las correspondientes anotaciones, conforme a lo establecido en el artículo
427 (sobre cancelación anotación falta).

Faltas Leves Jueces y Magistrados

1. La falta de respeto a los superiores en el orden jerárquico, en su presencia, en escrito


que se les dirija o con publicidad.
2. Interesarse, mediante cualquier clase de recomendación, en el ejercicio de la actividad
jurisdiccional de otro juez o magistrado.

3. Dirigir a los poderes, autoridades o funcionarios públicos o corporaciones oficiales


felicitaciones o censuras por sus actos, invocando la condición de juez, o sirviéndose de
esta condición.

4. Corregir la aplicación o interpretación del ordenamiento jurídico hecha por los inferiores
en el orden jurisdiccional, salvo cuando actúen en el ejercicio de la jurisdicción.

5. El exceso o abuso de autoridad, o falta grave de consideración respecto de los


ciudadanos, instituciones, secretarios, médicos forenses o del resto del personal al servicio
de la Administración de Justicia, de los miembros del Ministerio Fiscal, abogados y
procuradores, graduados sociales y funcionarios de la Policía Judicial.

6. La utilización en las resoluciones judiciales de expresiones innecesarias o


improcedentes, extravagantes o manifiestamente ofensivas o irrespetuosas desde el punto
de vista del razonamiento jurídico. En este caso, el Consejo General del Poder Judicial solo
procederá previo testimonio deducido o comunicación remitida por el tribunal superior
respecto de quien dictó la resolución, y que conozca de la misma en vía de recurso.

7. Dejar de promover la exigencia de responsabilidad disciplinaria que proceda a los


secretarios y personal auxiliar subordinado, cuando conocieren o debieren conocer el
incumplimiento grave por los mismos de los deberes que les corresponden.

8. Revelar el juez o magistrado y fuera de los cauces de información judicial establecidos,


hechos o datos de los que conozcan en el ejercicio de su función o con ocasión de ésta
cuando no constituya la falta muy grave del apartado 12 del artículo 417 de la LOPJ.

9. El abandono del servicio o la ausencia injustificada y continuada por más de tres días
naturales y menos de siete de la sede del órgano judicial en que el juez o magistrado se
halle destinado.

10. El incumplimiento injustificado y reiterado del horario de audiencia pública y la


inasistencia injustificada a los actos procesales con audiencia pública que estuvieren
señalados, cuando no constituya falta muy grave.
11. El retraso injustificado en la iniciación o en la tramitación de los procesos o causas de
que conozca el juez o magistrado en el ejercicio de su función, si no constituye falta muy
grave.

12. El incumplimiento o desatención reiterada a los requerimientos que en el ejercicio de


sus legítimas competencias realizasen el Consejo General del Poder Judicial, el Presidente
del Tribunal Supremo, de la Audiencia Nacional y de los Tribunales Superiores de Justicia
o Salas de Gobierno, o la obstaculización de sus funciones inspectoras.

13. El incumplimiento de la obligación de elaborar alarde o relación de asuntos pendientes


en el supuesto establecido en el apartado 3 artículo 317 de la LOPJ.

14. El ejercicio de cualquier actividad de las consideradas compatibilizables a que se refiere


el artículo 389.5. º De esta ley, sin obtener cuando esté prevista la pertinente autorización
o habiéndola obtenido con falta de veracidad en los presupuestos alegados.

15. La abstención injustificada, cuando así sea declarada por la Sala de Gobierno, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 221.3 de la ley Orgánica del Poder Judicial.

16. Adoptar decisiones que, con manifiesto abuso procesal, generen ficticios incrementos
del volumen de trabajo en relación con los sistemas de medición fijados por el Consejo
General del Poder Judicial.

17. Obstaculizar las labores de inspección.

18. La comisión de una falta de carácter leve habiendo sido sancionado anteriormente por
resolución firme por otras dos leves sin que hubieran sido canceladas o procedido la
cancelación de las correspondientes anotaciones, conforme a lo establecido en el artículo
427 (sobre cancelación de anotación).

Marco legal

Artículo 143.- Órganos Jurisdiccionales El Poder Judicial está integrado por órganos
jurisdiccionales que administran justicia en nombre de la Nación, y por órganos que ejercen
su gobierno y administración.
Artículo 158.- Ministerio Público (…) Los miembros del Ministerio Público tienen los mismos
derechos y prerrogativas y están sujetos a las mismas obligaciones que los del Poder
Judicial en la categoría respectiva. Les afectan las mismas

Ley Orgánica del Poder Judicial

Ley Orgánica del Ministerio Público

Ley de Carrera Judicial

Ley Orgánica del Consejo Nacional de la Magistratura

ROF de la OCMA

ROF de la Fiscalía Suprema de Control Interno

Reglamento de Procesos Disciplinarios del CNM

LA OCMA
La Oficina de Control de la Magistratura (OCMA), tiene como una de sus principales
funciones, realizar de oficio, por mandato de la Sala Plena de la Corte Suprema, del Consejo
Ejecutivo o del Presidente de la Corte Suprema, inspecciones e investigaciones en la Corte
Suprema, Cortes Superiores, Salas, Juzgados Especializados y Mixtos, del mismo modo
en relación con la conducta funcional de Magistrado. (art. 105 LOPJ).  Detectar
irregularidades que atenten contra la eficacia y correcta prestación del servicio de justicia
(ROF)
ESTRUCTURA DE LA OCMA:
Jefe de la OCMA, vocal supremo titular, es elegido para un período de tres años. Tiene la
función de abrir proceso disciplinario a los jueces de todos los niveles (excepto los jueces
supremos). Puede imponer sanciones de amonestación, multa, suspensión y pedir al CNM
la destitución de un magistrado encontrado responsable de una inconducta funcional.
También existen las ODECMAS, a cargo de un juez superior de un Distrito Judicial, que
tiene funciones para abrir procesos e iniciar investigaciones sobre quejas y denuncias.

¿Qué es una queja o denuncia?


Es la desaprobación, cuestionamiento, clamor, acusación, que los ciudadanos, usuarios del
servicio expresan contra los actos de un Magistrado y/o Servidor Judicial o dependencia
del Poder Judicial por actos contrarios o irregulares a la correcta administración de Justicia.

La existencia de una irregularidad o inconducta funcional de un Magistrado dentro de un


proceso de cualquier naturaleza.  Cualquier queja o denuncia realizada frente a una
presunta irregularidad es susceptible de ser investigada ya que los magistrados del Poder
Judicial, en el ejercicio de sus cargos, desarrollan funciones que la ley les señala, las que
se encuentran estipuladas en la Ley Orgánica del Poder Judicial, Reglamento y
supletoriamente, por el Texto Único Ordenado de la Ley de Normas Generales y
Procedimientos Administrativos y los Códigos Adjetivos en materia Civil y Penal, en cuanto
le sean aplicables.

Existen tres maneras de presentar una Queja o Denuncia

QUEJA ESCRITA: Se realiza mediante la presentación de un escrito ante la Mesa de


Partes de la OCMA en el caso de Lima o en las ODECMAs para el caso de provincias.

QUEJA VERBAL: Es la efectuada cuando se requiere una acción inmediata, en ese caso
se realiza personalmente ante la Oficina de Quejas Verbales de la OCMA (Lima) o ante el
personal encargado de las quejas verbales en las ODECMAs en provincias.

QUEJA TELEFONICA y/o CORREO ELECTRONICO: Línea gratuita 0800-12121), y así


también, por vía e-mail (ocmapj@pj.gob.pe), cuya recepción está a cargo de personal
calificado para ello.

La Fiscalía Suprema de Control Interno del Ministerio Público,


es el órgano encargado del control disciplinario y de la evaluación permanente de la función
y servicio fiscal, para mantener los niveles de eficacia, transparencia y probidad en el
accionar del Ministerio Público.

Su ámbito de competencia comprende a todos los Fiscales de la República, en todos sus


niveles, con excepción de los Fiscales Supremos.

Se compone de los siguientes órganos:


a. Oficina Central de Control Interno: La Oficina Central de Control Interno del Ministerio
Público está a cargo de un Fiscal Supremo en actividad, designado por la Junta de Fiscales
Supremos por un plazo improrrogable de tres (3) años. Conocer las quejas funcionales
presentadas contra los Fiscales Superiores y Adjuntos Supremos a nivel nacional,
imponiendo en primera instancia las sanciones de amonestación, multa, y suspensión. Sus
resoluciones son apelables ante la Junta de Fiscales Supremos.

b. Oficinas Desconcentradas de Control Interno: En cada Distrito Judicial funcionará una


Oficina Desconcentrada de Control Interno, la que tendrá como jefe a un Fiscal Superior. El
Fiscal Supremo de Control Interno podrá proponer a la Junta de Fiscales Supremos la
creación y/o fusión de dos o más Oficinas Desconcentradas de Control Interno, según las
necesidades de los usuarios. Se encuentran a cargo de un Fiscal Superior en actividad,
designado por la Junta de Fiscales Supremos a propuesta del Jefe de la Fiscalía Suprema
de Control Interno, cuya designación podrá ser a dedicación exclusiva en los casos en que
la carga procesal lo amerite.

RESPONSABILIDAD PENAL Y CIVIL DE LOS FUNCIONARIOS JUDICIALES

RESPONSABILIDAD PENAL

La responsabilidad penal de los jueces está contemplada expresamente por los Códigos
Penales para los casos de:

peculado,
concusión
cohecho
negociaciones incompatibles con el ejercicio de las funciones públicas
prevaricato,
abuso de autoridad
ejercicio de la profesión como mandatarios, aunque se hallen en uso de licencia,
asesoramiento de las partes litigantes
intervención en directorios políticos,
violación de la reserva del sumario,
abstención de dar noticia de delitos perseguibles de oficio,
utilización en provecho propio o ajeno de inventos o descubrimientos científicos que
conozcan en razón de su cargo después de haberse posesionado el reemplazo.
RESPONSABILIDAD CIVIL:

Más complicada es la cuestión de la responsabilidad civil personal de los funcionarios


judiciales, por los actos u omisiones en que incurran en el ejercicio de su cargo.
Naturalmente, si el caso apareja responsabilidad penal, el perjudicado puede constituirse
en parte civil en el proceso criminal, para obtener el resarcimiento correspondiente, de
acuerdo con las normas generales del C. de Proc. Penal

RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR LA CULPA O DOLO DE LOS FUNCIONARIOS


JUDICIALES

Examinaremos este punto en forma muy breve: ¿si el funcionario es responsable


personalmente, deja de serlo el Estado?
De ninguna manera, pues la responsabilidad de aquél no elimina la de éste. La
responsabilidad del Estado existe sólo cuando aparece la del empleado judicial, como es
natural: si éste resulta irresponsable por ausencia del dolo y culpa, aquél no puede serlo.
En principio, la acción puede ser dirigida contra el funcionario y el Estado, conjunta y
solidariamente.

El Estado puede repetir contra el funcionario judicial responsable en caso de verse


condenado a pagar la indemnización, ya que es la culpa o el dolo de éste la causa de esa
condena. Para ello se necesitará seguirle proceso ordinario posterior, pero es posible
adoptar el camino de llamarlo en garantía en el mismo.

Pero nos parece indiscutible que no hace falta ley que la consagre y que la jurisprudencia
debe reconocerla, mediante proceso ordinario seguido ante los jueces civiles, pues la
jurisdicción contencioso-administrativa no conoce de tales demandas.

Ética del juez.


Ningún cargo público exige con mayor rigor que el judicial una ética intachable en su
desempeño. No se trata sólo de abstenerse de incurrir en ilícitos penales y de no violar las
prohibiciones expresas de los Códigos de Procedimiento, leyes y decretos
complementarios. En todos estos casos existen sanciones penales o disciplinarias.
La ética, en cambio, se refiere a las actuaciones del juez que no tienen sanción jurídica “al
comportamiento procesal del juez no sancionable jurídicamente”.
Donde el mandato jurídico no existe para él, donde la sanción jurídica no puede producirse,
allí habrá de funcionar la ética, como dice Sentís Melendo

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