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ADUANAS
I. INTRODUCCION
El Congreso de la República mediante Ley N° 29157 delegó en el Poder
Ejecutivo la facultad de legislar por un plazo de ciento ochenta días calendario,
sobre materias específicas con la finalidad de facilitar la implementación del
Acuerdo de Promoción Comercial Perú – Estados Unidos y su Protocolo de
Enmienda, así como el apoyo de la competitividad económica para su
aprovechamiento, entre las que se encontraba la materia de facilitación del
comercio.
Es así que en pleno ejercicio de las facultades delegadas, el Poder Ejecutivo
publicó el 27 de junio de 2008 el texto completo del Decreto Legislativo N° 1053
que aprueba la nueva Ley General de Aduanas[i], dando inicio a una nueva
etapa dentro del proceso de modernización y simplificación de los trámites
aduaneros, que venimos observando desde inicios de los años noventa.
Dicha Ley General de Aduanas presente un cuerpo normativo con variantes
muy significativas en relación a su antecesora, por lo que en esta oportunidad
conviene destacar los principios generales que la inspiran.
Incluso debemos mencionar que las Aduanas del mundo están marcando una
notoria tendencia: han dejado de ser entes meramente recaudadores de
impuestos para llegar a posicionarse como organismos públicos facilitadores
del comercio exterior, logrando con ello que los procesos de integración
económica de nuestras naciones se haga más fluida y armónica, y
coadyuvando desde su área de competencia al crecimiento orgánico de la
economía, opinión que por cierto también es compartida por Roberto Zagal [iv].
Merece una mención aparte la ley de Facilitación del Comercio Exterior – Ley
N° 28977 que constituyó una primera aproximación a los cambios normativos
en materia aduanera que debíamos asumir como parte de los compromisos
adoptados con ocasión del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.
Aunque esta Ley tuvo una vigencia muy corta, dado que fue derogada en gran
medida por el Decreto legislativo N° 1053; sin embargo, nos permitió conocer la
firme voluntad del legislador por consolidar el principio de facilitación del
comercio exterior y ordenó de manera expresa a la Administración Aduanera
que en el trámite aduanero de mercancías, los procedimientos de control se
ejecuten sin ocasionar demora más allá de la necesaria.
III. CONCLUSIONES
IV. CONCLUSIONES