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Afirmación científica: Una interpretación puede ser engañosa, mas nunca puede serlo la realidad de un

resultado.

Afirmación filosófica: No aceptar la realidad mantiene la mente esclavizada del sufrimiento.

Gerardito recomendaba no tomar nada de lo que enseñaba como verdad, que su última intención era
aumentar nuestro ya hipertrofiado sistema de creencias, donde residen nuestra ignorancia y
absolutamente todas nuestras limitaciones. Así que nos recomendaba leer y leer apuntes y manuales, y
verificar en nuestra experiencia, con nuestros resultados personales, lo que mientras tanto, por bueno que
sea, es sólo concepto. Concepto verificado = verdad. Como al niño que se le dice: "No metas el dedito al
tomacorriente que te pasa electricidad", para él es un concepto. Cuando de todos modos lo mete y siente
el corrientazo, ahora tiene una verdad.

No se trata tampoco de no creer en nada que nos llegue, pues esa actitud conduce a la cristalización,
definida como la situación de la persona que ya no cambia más, no evoluciona más en esta experiencia de
vida y la cual, a menos que siga siendo útil como función para otros a su alrededor que si están
evolucionando, está lista para separar archivos, para morirse.

La experiencia de vida del ser humano tiene un propósito muy definido, sencillo: ser feliz y aprender a
amar. Las metas y los objetivos lo complican innecesariamente. Cada quien lucha para acomodar la
realidad de la vida, a sus propios ideales, sin lograr reconocer cuál es la función de la realidad presente. La
mayoría de las personas suponemos que, logrando el cumplimiento de nuestros anhelos e ideales, y
supliendo lo que llamamos nuestras necesidades, podremos obtener la satisfacción, la felicidad y la paz en
nuestras vidas. Pero la verdad es que ello sólo sirve para después darnos cuenta que tan pronto
alcanzamos una meta, surgen inmediatamente nuevos retos y metas por cumplir. Nuestro propósito inicial
nunca llega a satisfacerse por este medio porque aún no sabemos que nuestros ideales particulares son
contrarios a nuestros propósitos generales.

Todos los ideales de los hombres son válidos, dignos de respeto y, además, necesarios, para poder tener un
referente que permita reconocer el orden universal. Pero, una vez las personas logran comprender como
está organizado el universo los ideales se convierten en:

a) Algo innecesario y obsoleto.

b) Un obstáculo para encontrar la paz interior y la plena satisfacción en la vida.

c) Una limitación para el ascenso a los niveles superiores de la civilización humana.

Por esta razón, la Aceptología es una Nueva Ciencia que, cuando estamos listos para comprenderla,
permite cumplir el propósito general que tienen todos los seres humanos: ENCONTRAR PLENA
SATISFACCIÓN EN SUS VIDAS.

Existen indicadores precisos, resultados, para medir la satisfacción con la vida, para determinar si se está
manejando la vida con sabiduría o con ignorancia:
1) Paz, satisfacción interna con el correspondiente respeto por lo externo.

2) Buenas Relaciones.

3) Disponibilidad de todo lo necesario para la supervivencia. Hay que tener cuidado con que si no tengo
algo es porque no lo necesito. Mientras no valore y use muy bien lo que tengo, no soy correspondiente con
más de lo mismo.

4) Excelente salud. Todo problema de salud es no aceptar que el conflicto no está en mi cuerpo sino en mi
mente.

Entonces, los resultados en mi vida es lo único que me permite verificar que yo sé.

Aceptología

La Aceptología, como ciencia, es el complemento de la Sabiduría, porque así como la Sabiduría permite
reconocer el Orden del Universo, la Aceptología permite seguirlo, y, entre las dos, hacen la maestría,
siendo ésta la habilidad de vivir de acuerdo con la Ley del Universo, de respetar la experiencia de todo ser
viviente, y de no entrar en conflictos innecesarios con ninguno de ellos.

1) ¿Qué es la realidad? Únicamente el lugar presente, hechos, eventos, lo que está pasando frente a mí, el
entorno donde puedo actuar. Hay una realidad externa y una realidad interna: la de mi mente.

2) ¿Es cambiable la realidad? La externa no. La interna sí porque es mi interpretación de los hechos. Sin
sabiduría no puedo interpretar con verdad, entonces sufro. Sufrir disminuye la energía vital, deprime, y la
depresión inhibe la capacidad de actuar. Cuando aprendo a no interpretar desde el sistema de creencias,
ciertas realidades, dejo de ser correspondiente con ellas, entonces cambio también mi realidad externa,
como proceso a través del tiempo.

3) ¿Dónde puedes reconocer la realidad? En todo lugar donde pueda estar presente y consciente. En
nuestro estado actual ese lugar está limitado, se reduce únicamente a la tercera dimensión. Prácticamente
a lo que aquí y ahora percibo con mis sentidos. La mente, atención, funciona entre la cuarta y novena
dimensiones (o sea que por ahora, está fuera de mi realidad). Si logro estar presente y conciente de la
cuarta en adelante, son reales también, porque actúo en ellas. Digamos, por ejemplo, cuando soy capaz de
estar conciente en sueños (por lo general en quinta, algo de cuarta).

4) ¿Cómo puedes diferenciar la realidad de lo imaginario? Definida la realidad, lo imaginario es todo lugar,
evento, hecho, etc. en el cual no podemos actuar. ¡Francia es imaginaria! Para los franceses sí es real. Si
estoy en la oficina, la pareja en casa está imaginaria...

Todo lo que vemos en un momento como "malo", terminamos apreciándolo como muy bueno. Solo es
cuestión de tiempo.
Empezar a ser discípulo de amor es aceptar y asumir en toda circunstancia que se presente. Aceptar es no
rechazar nada de lo que llega, porque solo sucede lo que necesitamos para evolucionar. Sólo se da la
voluntad del Padre Celestial, no la nuestra. Si coinciden muy rico, si no, acepto. Aceptar es preguntarse
siempre: "¿Qué tengo que aprender de esto?" no ¿Por qué me pasa esto...?" Nadie vive ninguna situación
que no sea absolutamente necesaria para su evolución, ni el perfectísimo Plan Universal de Amor permite
que alguien viva algo que no sea capaz de soportar. La peor agresión imaginable que alguien nos haga no
tiene que tomarse personalmente con respecto al agresor, porque él solamente, además de estar cerca,
está agrediéndonos porque tiene la suficiente cantidad de ignorancia para cumplir esa desagradable
función. Si no es él, es otro el que la cumple, porque YO NECESITO PARA ALGO, QUE SOLO YO PUEDO
DETERMINAR, SER AGREDIDO. Por otro lado, siempre, en todos los casos, todos hacemos lo mejor que
podemos desde nuestra ignorancia. Entonces ACEPTAR es acoger la experiencia como necesaria y para mí.

ASUMIR es no culpar a nadie por lo que me pasa, ni siquiera a mí mismo. Es natural que me sienta mal, me
desespere, me deprima, etc. Esta experiencia es mía, tengo que vivirla, entonces eso me da,
automáticamente, claridad mental, y sé qué hacer, o sea: sólo después de aceptar y asumir es posible
ACTUAR. Finalmente, es importantísimo agradecer la experiencia a las personas con la función que te
ayudaron a aprender algo NECESARIO e intransferible. El RENCOR, pues, no tiene ya cabida. No hay lugar
para él.

Existe una secuencia para la liberación del ser humano, en la cual se pueden distinguir claramente 5
estados:

1) Creer en el Orden Universal. Aquí está la religión. Sin embargo, creer es parte de la ignorancia.

2) Saber ciertas cosas del Orden Universal. Aquí está la ciencia, como conocimiento de lo que funciona y lo
que no funciona.

3) Seguir el Orden Universal. Aquí está la sabiduría como resultado de unir 1 y 2, la religión y la ciencia que
aún siendo tan insuficiente, permite medir y saber algunas cosas. Empiezan a manifestarse resultados en
cosas como la salud y la prosperidad.

4) Respetar el Orden Universal. Aquí está la Aceptología: si logro aceptar todo, soy feliz, y como respeto, a
nadie forzado pretendo llevarlo en este bus.

5) Adaptarse al Orden Universal. Aquí está la maestría, como resultado de unir la sabiduría con la
Aceptología. Ahora soy feliz y puedo mostrarle a otro, como serlo.

La persona sin siquiera 1 y 2, es, naturalmente, un topo lleno de miedo... Las creencias pues, son
importantes... mas sólo en una primera etapa. Luego, los resultados en mi vida, son lo único que me
permite verificar si yo sé.

Midamos resultados, no supongamos, no hagamos hipótesis, teorías innecesarias... Todo lo que conocemos
como "problemas", o sea que no aceptamos al llamarlos así y no lecciones necesarias para nuestro
aprendizaje, los podemos clasificar de sólo 4 tipos: económicos, de relaciones, de salud y de UBICACIÓN,
ojo con éste: no me gusta la casa donde vivo, no me gusta la ciudad, no me gusta Colombia. Te aseguro que
no te sirve el planeta Tierra...

Ya estamos en condiciones de deducir que si el ser humano...

1) aceptara dejar sus intentos por acomodar la realidad a sus propios e individuales conceptos e ideales
(voluntad del hombre)...

2) aceptara que la realidad presente cumple con un propósito específico (voluntad del Padre)...

3) aceptara que no es el hombre quien modifica la realidad sino la Ley...

4) aceptara que esto sucede únicamente cuando la realidad presente ya no cumple con las funciones de
enseñarnos la Ley DEL UNIVERSO... y

5) aceptara que esto ocurre porque la persona ha llegado a un nivel de comprensión tal que ya nada más
tiene que aprender de la realidad presente...

Entonces, y sólo entonces, se producirá el fenómeno mágico de que la realidad pareciera transformarse
totalmente. Sin embargo, lo que realmente ha sucedido es que la persona se encuentra, ahora, frente a
una nueva realidad correspondiente con su nuevo estado de comprensión, sin que, por ello, la realidad
anterior haya desaparecido, ya que esta realidad sigue existiendo, para aquellos que no la han
comprendido.

ACEPTAR LA REALIDAD ROMPE EL HECHIZO DEL SUFRIMIENTO Y LIBERA LA ENERGÍA DE LA ACCIÓN, LA


CUAL GENERA UNA NUEVA REALIDAD.

La realidad externa nunca cambia, porque su existencia obedece a la correspondencia con el interior del
individuo que la vive. Sólo cuando éste cambia su interior, genera una nueva realidad para él. Esto lo logra
cuando comprende y acepta que lo externo es el resultado de su experiencia interior, la cual puede decidir
cambiar, por sí mismo. Aunque muchas personas aseguran haber cambiado la realidad, lo que ha sucedido,
realmente, es que desde su interior han logrado generar una nueva realidad para ellos. Es algo similar a
cuando un preso es liberado. Al salir a la calle, su realidad se modifica, pero la cárcel sigue existiendo para
los demás presos que no han cumplido su pena. La realidad del niño que se enfrenta con una complicada
regla de tres compuesta, realidad que es permanente para todos los niños que aún no han comprendido
ese ejercicio; sin embargo, para un matemático avanzado se trata de algo inexistente como problema.
Coexisten pues, realidades diferentes. Cuando atravesamos una ciudad encontramos muchas realidades
diferentes: la del mendigo, la del enfermo, la del pobre, la del rico, la del desempleado, la del opulento, la
del miserable, etc. Todas esas realidades están presentes simultáneamente, pero cada persona vive
solamente aquella realidad que corresponde con su experiencia interna.

Con estas reflexiones, queremos mostrar que la realidad no es modificable. Lo que realmente sucede es
algo totalmente diferente: Cuando dejamos de luchar para cambiar la realidad tal cual es, ya estamos
listos... Listos para vivir una nueva realidad, porque la anterior ya nada más puede enseñarnos y se produce
lo que la ciencia llama un fenómeno comprobado: Así como al mezclar hidrógeno y oxígeno, dos gases, se
produce agua, también es científicamente comprobable que hay una nueva vida para quien logra aceptar
totalmente su realidad presente, como algo que ya no necesita más...

Lo que sucede podría compararse a cuando alguien inadvertidamente echa un diamante a la basura...
¿Cuánto tarda en ser excluido de un medio con el cual no es correspondiente? Y el tarro de la basura, el
carro recolector y el basurero municipal siguen ahí...

Frente a la realidad de la vida, sólo existen tres clases de individuos:

Primera Clase: Los que luchan frente a la vida, sin éxito y por tanto con mucho sufrimiento, tratando de
encontrar satisfacción personal, a través de modificar la realidad presente, para acomodarla a sus ideales.
Son los más atrasados espiritualmente, por lo cual, aún no pueden abandonar el sufrimiento.

Segunda Clase: Quienes traen como misión cambiar el entorno natural, social, económico, político,
científico, religioso, etc. No es que tengan más éxito que los anteriores sino que logran cambios porque ese
entorno ya no corresponde con las personas que allí viven. Estos de segunda clase son de diferentes niveles
de evolución, pero su acción siempre corresponde con las necesidades de los individuos de primera y
segunda clase. Su costo personal es alto, luchan y sufren...

Tercera clase: Los que aceptan la realidad presente, como una maravillosa oportunidad para trascender sus
limitaciones internas, por lo cual solamente se ocupan de modificar su propio interior. Son los más
adelantados espiritualmente. Ya pasaron por las correspondencias bajas de los niveles de evolución de los
de primera clase y saben que les corresponde vivir en las realidades creadas por los de segunda clase,
cuyas labores no les corresponde hacer.

¿A cuál grupo perteneces? ¿SUFRES, LUCHAS O ESTÁS EN PAZ?

¿Cómo podré saber que ya he aceptado, totalmente, la realidad que ya no quiero seguir viviendo?
Cuando renuncias definitivamente a tratar de cambiar la realidad externa presente a menos que
reconozcas que esa es tu misión.

¿Y cómo puedo saber que sí tengo la misión de cambiar algo?

Porque sabes qué hacer y además tienes las herramientas y los medios necesarios para hacerlo. Además
porque verificas que lo estás logrando.

¿Qué es lo que no estoy aceptando?

El propósito de la Aceptología es liberarnos, definitivamente, del sufrimiento. Por esta razón, siempre que
te encuentres sufriendo, necesitas hacerte una sola pregunta: ¿Qué es lo que no estoy aceptando? Ante
esa pregunta, en tu mente, aparecerá automáticamente la respuesta y posiblemente te digas a ti mismo lo
siguiente: Si, esa respuesta es la causa de mi sufrimiento. De allí, para dejar de sufrir, pueden surgir dos
nuevas preguntas: ¿Pero cómo puedo yo aceptar eso? y ¿cómo puedo yo aprender a aceptar eso?
Conociendo la ley que lo rige, en ese momento te darás cuenta de algo maravilloso y es saber que la
aceptación solo puede aplicarse cuando hay comprensión, porque la aceptación no es fe, ni está
sustentada en una creencia sino en un resultado. Comprendo que la limitación está en mi mente. Por lo
tanto, si tienes suficiente comprensión, ya estás listo para liberarte definitivamente del sufrimiento, a
través de la aceptación, pues de lo contrario seguirás sufriendo.

¡LA ÚNICA CAUSA DEL SUFRIMIENTO ES LA INCAPACIDAD DE ACEPTAR LO QUE SUCEDE!

Ahora, Veamos cómo RECONOCER algunas formas que toma la no aceptación:

Reconozco que experimento: Esto es lo que no estoy aceptando:


Rechazo a la Vida La oportunidad de aprendizaje que ofrecen las dificultades
Sobreprotección La experiencia de destino y misión que cada persona trae
Perfeccionismo Que existen diferentes formas de organización y manejo
Preocupación Que puedo perder algo que ya no necesito
Fanatismo Otras formas, caminos, creencias, opciones diferentes a las mías
Mal Genio Lo que otros hacen o dicen, o lo que está sucediendo
Ganas de Condenar Comportamientos y actitudes diferentes a los míos
Rebeldía La necesidad de adaptarme al medio que me correspondió
Angustia Que perdiendo algo, puedo vivir de otra manera
Tristeza La experiencia y comportamientos de otros
Ganas de Criticar Las costumbres, ideas y decisiones de los demás
Rencor Que los demás no tienen la culpa de mis propias experiencias
Ganas de Juzgar Que cada quien hace lo correspondiente con lo mejor que sabe
Que nada ni nadie me pertenece y que siempre tengo todo lo
Apegos
necesario
Estrés Que las cosas pueden salir de otra manera y solo doy lo que puedo
Miedo La posibilidad de perder lo que tengo, o de no lograr lo que quiero
Celos Que no soy dueño de nadie y que solo el amor puede unirnos
Culpa Que yo no tengo la culpa de las experiencias de los demás
Enfermedad Que el problema no está en mi cuerpo sino en mi mente

La no Aceptación lleva directamente a las personas, a tratar de desorganizar los diseños pedagógicos que
han sido creados por los Maestros, para que, a través de ellos, logremos el desarrollo de la CONCIENCIA
PERMANENTE. Esto, la Ley no lo permite. Por esta razón, la necesidad de aprender la aceptación, como
parte fundamental de las Leyes del Universo, nos enfrenta cada vez con situaciones más difíciles. Estas
situaciones son proporcionalmente intensas, de acuerdo con la terquedad, desobediencia o rebeldía a Las
Leyes de la Vida. Por eso cuando previamente, logramos aceptar, en nuestra mente , las situaciones que
nos parecen más difíciles, éstas ya no suceden, puesto que la vida, con esa situación, ya nada podrá
enseñarle a esa persona, porque aquello que le enseñaría, ella ya lo tiene comprendido.
Si observamos con cuidado lo que acabamos de explicar, nos daremos cuenta de algo maravilloso: Con lo
único que realmente necesitas enfrentarte, es con tu propia MENTE, con tu propio YO, con tu propia
IGNORANCIA. Esto significa que, las dificultades de la vida se reducen exclusivamente al trabajo de
transmutación de la ignorancia, en la sabiduría que tú haces en tu mente. Si haces un buen trabajo y si
logras aceptar, previamente, todo aquello que te causaría sufrimiento, ya nada podrá sucederte, en la
experiencia física, salvo la extinción de tu cuerpo mortal, cuando ya no te sirva o no lo necesites más, y esto
no será motivo de sufrimiento, sino más bien de alegría.

SOLO ENFRENTAMOS SITUACIONES QUE NO HEMOS NI COMPRENDIDO NI ACEPTADO PREVIAMENTE.

¿Cómo sabes que ya comprendiste algo?

PORQUE LO PUEDES ACEPTAR CON FELICIDAD Y PORQUE TE SIENTES EN PAZ. AQUEL QUE COMPRENDE,
ACEPTA Y OBEDECE LA VOLUNTAD DEL PADRE, SE LIBERA DEFINITIVAMENTE DE TODO SUFRIMIENTO,
PORQUE YA NADA MÁS TIENE QUE APRENDER DEL SUFRIMIENTO.

¿Cómo sabes que ya aceptaste algo?

PORQUE YA NO TE SUCEDE O DESAPARECE DE TU VIDA.

La Ley de Correspondencia

Todo lo que nos sucede es correspondiente con una lección necesaria e ineludible de aprender. Aprenderla
lo más pronto posible es lo que nos permite salir de una desagradable situación. A veces, se presentan
estas lecciones como situaciones repetitivas que, generalmente, van aumentando en frecuencia e
intensidad hasta que aprendamos la lección, en el proceso de aceptar primero que todo. Es como en el
colegio: hay que aprobar tercero para poder llegar a cuarto.

El Plan Divino, en su absoluta y maravillosa perfección, no permite que vivamos situaciones que no seamos
capaces de soportar. Esto hace que sea bastante riesgoso manifestarnos con ¡Esto sí no lo soportaría! Y
otras salidas por el estilo, ya que nos hacemos correspondientes con eso, precisamente para aprender que
sí lo podemos soportar.

No existe la buena o la mala suerte. Los tipos de fracaso en la vida, corresponden a actitudes internas que
adoptamos. Cualquier cosa que no acepto de otro, es un error mío, independientemente de lo que el otro
haga o diga.

En todo problema de Salud hay no aceptación de la vida.

En todo problema de Relaciones hay no aceptación de los demás.


En todo problema de Economía hay no aceptación de mi Destino.

En todo problema de Paz Interior hay no aceptación de lo que sucede.

Los maestros superiores hacen una recomendación muy útil: usar y repetirnos constantemente:

"¡ESTO NO ME IMPIDE SER FELIZ!"

Es una frase, un pensamiento, una programación mental que neutraliza el 90% de los pensamientos
negativos.

Hay que renunciar al ego, porque el ego no renuncia a nada...

Desde tiempos inmemoriales, los sabios y sacerdotes conocían el extraordinario Poder de la Renuncia. Lo
utilizaban, como un método para liberar de la angustia y el sufrimiento, a las personas que se encontraban
padeciendo de conflictos internos insoportables, los cuales, para la persona afectada, parecían no tener
solución. Sin embargo, una de las funciones de los monasterios era precisamente permitir que las personas
se alejaran del mundo y RENUNCIARAN a todo, para poder estar en Paz y estar con Dios, con lo cual las
situaciones de conflicto desaparecían de sus vidas y las personas se curaban totalmente de sus
padecimientos mentales. En muchas ocasiones sucedió que las personas decidían volver a su vida cotidiana
y podían verificar algo absolutamente maravilloso: después de haber renunciado a todo, ahora percibían la
vida de una manera totalmente diferente, pues las situaciones de conflicto parecían haber desaparecido.
Lo que realmente había sucedido, era algo completamente diferente: La Renuncia les había dado la
capacidad de ver la vida de una manera absolutamente distinta, por lo cual, ahora, ya no sentían miedo
ante las diversas situaciones de aprendizaje de la vida, pues ya conocían el Poder Mágico de la Renuncia.

Si se observa con cuidado, un monje de estos lo que hacía era ponerse en manos de Dios... y ¡se
equilibraba! Él renunciaba a todo, mas lo que hacía en el fondo era aceptar la realidad. De esa manera, se
ponía en las Manos de Dios... Es sencillo...

Hoy en día, la Renuncia se aplica en psicología, como una técnica para ayudar a las personas a superarse de
diversos conflictos mentales, tales como la angustia, el estrés y el estado de pánico, o en las crisis
emocionales o sentimentales. Pero ya no es necesario internarse en un monasterio ni escaparse del
mundo, porque, indudablemente, ésta es una técnica de entrenamiento mental sustentada en el
conocimiento filosófico y en la comprensión de la realidad de la vida, que bien puede practicarse en la
cotidianidad.

DE LA INTEGRACIÓN DE LA RENUNCIA CON LA ACEPTACIÓN, RESULTA LA PAZ ABSOLUTA DEL ESPÍRITU.

La Renuncia es el complemento perfecto de la Aceptación


RENUNCIA a prohibir que los demás hagan lo que necesitan para aprender.

RENUNCIA a imponer tus creencias, razones o verdades que puedas tener.


RENUNCIA a condenar las actitudes o comportamientos de los demás.

RENUNCIA a la ofuscarte, cuando las cosas no salen como tú quieres.

RENUNCIA a replicar, ante aquello con lo cual no estés de acuerdo.

RENUNCIA a protestar, ante aquello que confronta tus conceptos.

RENUNCIA a suponer que puedan suceder cosas desagradables.

RENUNCIA a cumplir funciones que ya no te corresponden.

RENUNCIA a hacer justicia, por lo que te suceda a ti o a otros.

RENUNCIA a estorbar la evolución o las actividades de los otros.

RENUNCIA a ofenderte, por lo que los demás digan o hagan.

RENUNCIA a todo aquello que pueda alterar tu paz interior.

RENUNCIA a celar a las personas o a juzgar sus decisiones.

RENUNCIA a forzar a las personas para que estén contigo.

RENUNCIA a buscar culpables, por las cosas que sucedan.

RENUNCIA a oponerte a la realidad que la vida presenta.

RENUNCIA a impedir las experiencias de otras personas.

RENUNCIA a contradecir la opinión de ninguna persona.

RENUNCIA a sufrir, ante aquello que no puedes cambiar.

RENUNCIA a ser esclavo de las opiniones de los demás.

RENUNCIA a interferir con las decisiones de los demás.

RENUNCIA a angustiarte, por lo que no puedes manejar.

RENUNCIA a luchar, por conseguir lo que no necesitas

RENUNCIA a sufrir, por aquello que no puedes hacer.

RENUNCIA a sostener tus posiciones ideológicas.


RENUNCIA a agredir a nadie, por ninguna razón.

RENUNCIA a defender la razón que creas tener.

RENUNCIA a preocuparte, por lo que no sabes.

RENUNCIA a sufrir, por lo que pueda suceder.

RENUNCIA a investigar quien te hizo daño.

RENUNCIA a que los demás decidan por ti.

RENUNCIA a temer, por tus seres queridos.

RENUNCIA a discutir, por ninguna cosa.

RENUNCIA a demostrar que tienes razón.

RENUNCIA a retener lo que no necesitas.

RENUNCIA a criticar a nadie ni a nada.

RENUNCIA a tu ego y a tu orgullo.

RENUNCIA A TODO AQUELLO QUE YA NO TE CORRESPONDE Y ENCONTRARÁS LA PAZ ABSOLUTA DEL


ESPÍRITU

En conclusión y de una forma muy simple, el poder mágico de la renuncia se trabaja de la siguiente
manera:

Renuncia a cambiarles la realidad a los demás.

Cambia Tu Propia Realidad, mediante la ACEPTOLOGÍA.

Enséñales a los demás a cambiar la realidad de ellos, después de verificar que son correspondientes con
esta información.

Las herramientas que utiliza el ego o el orgullo, que lo mismo es, son: agredir, prohibir, imponer, interferir,
forzar, suponer, etc.

La renuncia rompe el orgullo, desbarata al ego y desbloquea la mente, entonces... ¡EL MILAGRO SE
MANIFIESTA! Tu vida cambia de manera "mágica".
Después de una renuncia, no es infrecuente tener un resultado positivo sobre algo que habíamos buscado
mucho... Busca en tu vida y encontrarás verificaciones de esto. A todos nos ha pasado: renunciamos a algo
y obtenemos el resultado inverso.

Lo que ocurre en estos casos obedece a un cambio de polaridad de masculino a femenino. No impongo
más, ahora acepto lo que el Universo tiene para mí... Lo masculino emite, lo femenino recibe... Esta famosa
nueva era es de cambio de masculino a femenino...

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