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La profesión docente y la salud del docente en el

ejercicio de la profesión.
Una mirada general.

Sin duda alguna, la profesión docente es una profesión que tiene sus propias
exigencias que van, desde preparar las clases con el material didáctico
correspondiente, atender a los padres de familia hasta trabajar con la
particularidad de aprendizaje cada
estudiante. Estas son algunas de
las responsabilidades propias de la
profesión. En simultáneo,
presionados por las exigencias de
las reformas magisteriales, la
necesaria actualización para ir
acorde a los avances científico-
tecnológicos contemporáneos y
además el asumir las
responsabilidades familiares sea
como padres, madres o ambos conllevan a que los maestros terminen por
descuidar su salud.

El Instituto de Pedagogía Popular (IPP) del Perú, nos indica que el 52% de los
docentes a nivel nacional han presentado algún daño en su salud,
especialmente los docentes del área rural; que el maestro está expuesto al
esfuerzo vocal y al polvo de tiza causantes de enfermedades del aparato
fonético (disfonía), seguidas de faringitis y laringitis.

Adicionalmente, las infecciones del aparato digestivo y luego del genitourinario


son de alta frecuencia, no olvidar respecto a esto último, que la mayor parte del
profesorado son maestras; y finalmente, las dolencias osteomusculares y
emocionales son también dolencias frecuentes (IPP. Informe 23. p.3, 2004).

UNESCO nos informa que como enfermedades diagnosticadas, la gastritis, los


resfríos frecuentes y el estrés afectan en mayor medida la salud docente, en
menor medida: las várices en las piernas, la disfonía, enfermedad de la
columna, trastornos ginecológicos, cistitis, lumbago y depresión. De este modo,
los dolores de espalda, la angustia y la dificultad para concentrarse terminan
posicionándose como los malestares (no confundir con las enfermedades
diagnosticadas) más persistentes y predominantes que afectan la salud de los
maestros (UNESCO. Condiciones de trabajo y salud docente. 2004),
¿sorprende que el 48.7 % de los docentes entrevistados por el IPP declaren
haber requerido una licencia por problemas de salud?, ¿hacia donde se dirige
la suma de problemas físicos de salud, exigencias laborales, y tensiones
emocionales? Respecto a esto, Luis Miguel Saravia, desde la organización sin
fines de lucro “Foro Educativo” nos habla de una nueva categoría conocida
como “Malestar docente” el cual reúne “síntomas y percepciones físicas,
emotivas o mentales, producto del desgaste laboral docente” (Saravia. 2015).
Para completar el cuadro, de acuerdo al mismo autor; “la mayoría de docentes
que trabaja más de 40 horas semanales (es decir más de 8 horas de lunes a
viernes) se encuentran en Perú, Chile y México” y que entre clase y clase, sólo
9% de los maestros descansan 5 minutos y 13 % de 5 a 15 minutos (según
datos recogidos por UNESCO en 2005 y presentados por Saravia). Hasta aquí,
pareciera ser que los maestros en Perú y otros países latinoamericanos no
tuvieran tiempo más que para trabajar.

En ese sentido, no es de extrañar


que el ya mencionado malestar
docente se esté relacionando al
llamado síndrome del “burnout”,
conocido como el “síndrome de
quemarse en el trabajo” (SQT),
síndrome de agotamiento emocional,
de desgaste profesional, entre otros
(Zavala J. 2008). Este síndrome se
entiende como una respuesta al
estrés laboral crónico y se le ha
definido como un: “Proceso que ocurre entre los profesionales que trabajan
hacia personas… en donde dicha relación lleva un alto componente de
experiencias de intercambio emocional” (Maslach 2002, citado en Robalino y
Körner 2006: 38. En: Zavala J. 2008).

Vemos entonces que la profesión docente, como inicialmente mencionábamos


exige y de hecho toma gran parte del tiempo profesional y personal del docente
sino además una gran dedicación que excede los límites de su resistencia
física y emocional, lo que en consecuencia incide negativamente en otras
áreas importantes de su vida, resultantes en desgaste físico, mental y
emocional, en suma, el desmedro progresivo del bienestar del docente, su
salud en otras palabras y repercute con toda seguridad en su desempeño
laboral y los resultados que de él se esperan.

Según las palabras de José Manuel Esteve bajo la luz de la evidencia


presentada acerca de la profesión docente y lo que implica: señala “La
profesión docente es siempre una actividad ambivalente. Nos presenta, como
en el mito de Jano –el de las dos caras–,Por una parte, la enseñanza puede
vivirse con optimismo, y convertirse en una forma de autorrealización
profesional, ya que en ella podemos darle sentido a toda una vida. No es mala
cosa repasar las páginas de nuestra pequeña historia personal y decirnos que
hemos quemado los años enseñando a vivir a los miles de chicos con los que,
en nuestras aulas, hemos compartido la curiosidad para descubrir el mundo.
Sin embargo, no es posible esconder la otra cara de la profesión docente: una
profesión exigente, a veces físicamente agotadora, sujeta siempre al juicio de
un público que con sus preguntas nos pone a prueba, no sólo en nuestros
conocimientos, sino también en nuestra propia coherencia personal. Una
profesión que exige paciencia y, sobre todo, humildad; en realidad, ser profesor
es estar siempre al servicio del aprendizaje de nuestros alumnos, y no es fácil
aceptar que cada año se parte de cero, que tú vas cumpliendo cuarenta,
cincuenta, sesenta años… y que ellos tienen siempre la misma edad, se
equivocan en el mismo concepto y te hacen siempre las mismas preguntas”.
(Esteve J.M. Bienestar y salud docentes. p: 117-118).
Bibliografía:

Esteve, J.M. “Bienestar y Salud Docente”. Revista PRELAC, No. 1, p.117-


133. 2005. Consulta: 01 de julio del 2015.
http://www.oei.es/docentes/articulos/bienestar_salud_docente_esteve.pdf

Soria Jaime y Chiroque Judith. “Salud del maestro peruano: salud


ocupacional docente”. Informe No23. Instituto Peruano de Pedagogía
Popular. 2004
Consulta: 01 de julio del 2015.
http://www.oei.es/oeivirt/Informe23.pdf

Saravia Luis Miguel. “Docentes ¿y de salud cómo estamos?”. Opinión


Asociados. 2015. Consulta: 01 de julio del 2015.
http://foroeducativo.com/docentes-y-de-salud-como-estamos/

UNESCO. “Condiciones de trabajo y salud docente. Estudios de casos en


Argentina, Chile, Ecuador, México, Perú y Uruguay”. UNESCO. Oficina
regional de educación para América Latina y el Caribe. 2005. Consulta: 01 de
julio del 2015.
http://www.facso.uchile.cl/psicologia/epe/_documentos/salud_docente/unesco_
condiciones_trabajo_salud_docente.pdf

Zavala Zavala José. “Estrés y burnout docente: conceptos, causas y


efectos”. Educación. Vol 17. No 32. 2008. Consulta: 01 de julio del 2015.
Abstract y pdf completo disponibles en:
http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/educacion/article/view/1802

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