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TURISMO EN MÉXICO
Al cierre del 2017, el flujo de visitantes extranjeros a México sumo 39 millones 200
mil turistas, superando a Alemania y Reino Unido; sin embargo, el país sólo obtuvo
ingresos por 21 mil 300 millones de dólares, lo que hizo que quedara por debajo de
Turquía que tuvo un mejor desempeño al contabilizar 22 ml 500 millones de dólares
y escalar de la posición 18 a la 14.
El ranking de la OMT muestra que los tres primeros lugares en recepción de divisas
turísticas durante 2017 fueron: Estados Unidos (203 mil millones de dólares, España
(68 mil millones de dólares) y Francia (60 mil 700 millones de dólares).
El titular de la secretaria de turismo (sectur), que, con base a los nuevos datos, el
panorama para México en el ranking de la organización mundial de turismo (OMT)
a mejorado, ya que la previsión es que para este año nuestro país pase del octavo
al sexto sitio y no al séptimo como preveía a finales del año pasado
Conclusión
En lo particular creo que México en el ranking sube y baja, no es muy estable que
digamos, pero según la Universidad Anáhuac Sur, se prevé que para el 2021,
México tenga un ranking mas alto, la llegada de turistas al país no es consistente
por lo cual las divisas tampoco lo son, pero un punto muy importante es que los
extranjeros vienen a México porque es barato sin en cambio en otros países pagan
el dólar y es mucho más caro.
http://www.milenio.com/negocios/mexico-paises-turismo-ranking-
enrique_de_la_madrid-mejores-turistas-extranjeros_0_1154884716.html
http://www.milenio.com/negocios/turistas-gastan-menos-mexico-cae-ranking-omt-
divisas-noticias_0_1168083376.html
NOTICIA 2
CONCLUSIONES
http://www.portafolio.co/negocios/empresas/la-transformacion-digital-optimiza-
mercados-514357
Noticia 3
En los próximos días se producirán una serie de eventos económicos tan retadores
a nivel global y con gran impacto en los mercados, lo que incluso se asemeja a lo
que pasó antes de la crisis de 1987.
Solo en los 3 primeros días de febrero, las acciones en EE.UU. cayeron 10%, lo
cual tuvo su efecto en otros mercados, incluido el colombiano.
Todo economista debería tener una sola oportunidad para predecir una crisis
bursátil. Después de eso, aprender que en el negocio de adivinar el futuro se
sobrevive mejor pronosticando cambios pequeños no muy lejos del promedio de
colegas.
A continuación voy a usar la mía para preocuparme por lo que viene en marzo en
materia de mercados a nivel global y su efecto sobre Colombia, agregando que los
eventos económicos que vienen este mes son tan retadores que, si los superamos
con pérdidas menores, sería posible dar por terminada la crisis iniciada en febrero.
En los 3 primeros días de febrero, las acciones en EE.UU. cayeron 10%, detonando
en nuestro país un alza del dólar de 200 pesos y una caída de 8% en el índice
Colcap.
Acto seguido, las máquinas compradoras en el mundo vieron esto como una
oportunidad de compra no vista en dos años.
Si bien es prácticamente imposible predecir cuándo inicia una caída fuerte en bolsa,
es bastante lo que sabemos de cómo se dan las recuperaciones.
En este caso hay un aspecto decisivo que nos lleva pensar que la volatilidad
reciente es apenas el principio de algo más importante.
En términos sencillos, la regla de oro de las recuperaciones bursátiles es que se
deben dar al tiempo que los inversionistas sustituyen acciones por bonos.
Como la fiebre que le da a un enfermo antes de mejorarse, durante las crisis es
indispensable que se compren tesoros americanos hasta el punto en que la caída
en las tasas de interés, junto a unos precios atractivos en compañías, invite a los
inversionistas a regresar.
Así que ya sea el “Flash Crash” del 2010, la crisis de deuda europea del 2011 o la
caída del petróleo del 2015, todas se dieron mientras los inversionistas compraban
masivamente bonos americanos.
El hecho de que hoy estemos en la mitad de una nueva crisis y aún no se demanden
estos títulos rememora situaciones aún más complicadas.
Acá, hay que entender que en los 80 se estaban mezclando los mismos cocteles
financieros recientes: rebote petrolero fuerte, precios y tasas de interés al
alza, únicas dos reformas tributarias de la historia de los EE.UU. y cinco años
ininterrumpidos de valorización de acciones.
El factor que hoy no llama más la atención es que en los primeros pinos de la crisis
de 1987 también el mercado cayó y se recuperó sin compra de bonos del tesoro.
Frente al argumento intuitivo de que ya muchos están contando la misma historia
de terror y que en bolsa rara vez sucede lo que todos esperan, el 19 de octubre de
1987, después de una alta volatilidad en las acciones de los EE.UU. y solo 8 días
antes de la gran crisis, el Wall Street Journal publicó una pieza en la que comparaba
los periodos 1922-1929 con 1980-1987, argumentando los riesgos de repetir el
colapso de 1930.
A veces, lo que todos esperan termina sucediendo, sencillamente porque el
mercado se convence de que el análisis es correcto.
Hace pocos días, frente al Congreso, el nuevo director de orquesta nos confirmó
que no es una Yellen más, que sus famosos discursos del 2012 en contra de los
excesos de liquidez son ciertos y afirmó que su política de tasas no estará
supeditada a la volatilidad del mercado accionario. Ahora está en manos del
mercado probar qué tan firme es esa convicción.
Terminamos con algunas metas de corto plazo para el mercado colombiano.
Asumiendo que esto no es una repetición de 1987 y que las ventas que vienen serán
moderadas, esperamos un dólar regresando a los 3.000 pesos, una caída adicional
de 5% en las acciones colombianas y una desvalorización de TES adicional.
Si esto es 1987, tesis que sigue siendo nuestro escenario principal, el movimiento
esperado sería, al menos, tres veces mayor.
Felipe Campos
CONCLUSIONES
http://www.portafolio.co/economia/felipe-campos-de-marzo-libranos-senor-515019
NOTICIA 4
En primer lugar, según los estándares históricos, las acciones y los bonos son,
respectivamente, costosos o excesivamente costosos. Los altos precios de los
bonos son el resultado de unas tasas de interés reales muy bajas (todavía por
debajo del 1% en Estados Unidos) y una baja inflación anticipada.
El bono convencional estadounidense a 30 años aún produce un mero 3,1%. Los
bonos a 30 años de Italia rinden casi lo mismo, mientras que el rendimiento de los
de Alemania es del 1,4%. No se necesita imaginación para visualizar estos
rendimientos aumentando tremendamente.
En segundo lugar, nos rodean claros indicios de fragilidad financiera, siendo el más
importante el creciente endeudamiento. Durante el tercer trimestre de 2017, el saldo
de la deuda global era del 318% de la producción bruta, un aumento en comparación
con el 280% de finales de 2007.
En gran parte como resultado de la crisis financiera, la deuda pública saltó del 58%
de la producción mundial al 87%. Y, posiblemente de mayor significación, la deuda
bruta del sector corporativo no financiero aumentó del 77% al 92% de la producción
mundial.
Al mismo tiempo, el endeudamiento de los hogares sólo ha aumentado del 58% al
59% de la producción mundial. Pero, de manera significativa y ciertamente
alentadora, la deuda del sector financiero ha disminuido, del 87 al 80% de la
producción.
En tercer lugar, una fuerte recuperación económica mundial sincronizada está en
marcha, con el desempleo en varias economías importantes alcanzando bajos
niveles: la tasa estadounidense descendió al 4,1% en diciembre pasado.
En este contexto, un aumento inesperadamente rápido en los salarios nominales (y
reales), y una inflación de los precios al consumidor, difícilmente serían
sorprendentes. Eso podría forzar un rápido endurecimiento de la política monetaria,
y no solamente en Estados Unidos.
Además, EE. UU. acaba de iniciar un aumento excesivamente pro cíclico y
fiscalmente irresponsable de su déficit fiscal estructural, uno diseñado,
abrumadoramente, para colmar de beneficios a los ricos. La hipocresía de este
hecho, en vista de los pasados ataques republicanos en contra de los intentos del
Gobierno de Obama para darle un impulso fiscal desesperadamente necesario a la
economía estadounidense afectada por la crisis en 2009, es impresionante.
No sería sorprendente que esta política fiscal, junto con una recuperación mundial
de la inversión privada, elevara las tasas de interés reales en toda la economía
mundial.
Por último, el mundo enfrenta importantes incertidumbres. Eso es inevitable
mientras que alguien tan inestable como Donald Trump permanezca a cargo de su
país más importante: la guerra, la guerra comercial o algún otro choque inesperado
pudiera desestabilizar la actual expansión.
Dado todo lo anterior, es fácil entender a quienes se preocupan por unas
significativas caídas en los precios de los activos en el futuro.
¿También desencadenaría una enorme crisis financiera? Algunos temen que así
sería. Sin embargo, existen razones para sentir más optimismo. Una es el de
apalancamiento del sector financiero. Otra es la esperanza de que quienes
administran instituciones financieras sistémicamente importantes continúen estando
influenciados por la crisis y, por ende, que estén administrando los riesgos de forma
más prudente.
Otra de las razones es el endurecimiento de las regulaciones, lo cual aún no ha
dado marcha atrás. Por último, una de las consecuencias beneficiosas de la tan
despreciada flexibilización cuantitativa es que los bancos tienen más liquidez que
nunca antes.
Sin embargo, nada de esto elimina los hechos fundamentales de que gran parte del
apalancamiento está integrado en el sistema financiero y que los bancos, sobre
todo, siguen siendo empresas altamente apalancadas.
Un peligro aún más creíble es que una gran caída en los precios de los activos
paralice la demanda en un momento en que la capacidad de las maniobras políticas
compensatorias todavía es relativamente limitada. Ésta podría entonces ser la
ocasión para implementar políticas verdaderamente no convencionales,
posiblemente incluyendo la financiación monetaria directa del gasto público.
Muchos argumentan que tales riesgos muestran la falta de sensatez de las políticas
pasadas. De hecho, los legisladores confiaron demasiado en los bancos centrales
y demasiado poco en las políticas fiscales para escapar de la Gran Recesión.
También hubiera sido aconsejable des apalancar mucho más agresivamente.
Sin embargo, quienes argumentan que hubiera sido mejor que los bancos centrales
hubieran dejado la economía en recesión en vez de embarcarse en agresivas
políticas monetarias están completamente equivocados. Es inmoral y, en última
instancia imposible, sacrificar el bienestar de la mayoría de las personas para
aplacar a los dioses de los mercados financieros.
Si una política diseñada para estabilizar nuestras economías desestabiliza las
finanzas, la respuesta tiene que ser una reforma aún más radical de las últimas. El
papel del Mercado es apoyar la economía, no perjudicarla. Nunca debemos
olvidarnos de esto.
CONCLUSIONES
En el largo plazo, son los factores de la oferta los que determinan el crecimiento de
un país, y si los países no son capaces de implementar profundas reformas
estructurales después de una crisis, resulta difícil ver cuál será la solución
http://www.portafolio.co/economia/un-poco-de-miedo-es-bueno-para-los-
mercados-514361
Noticia 5
Los salarios, el gasto corporativo y el sector tecnológico son los temas que debemos
observar en los negocios y la economía.
La reforma fiscal que aprobó el Congreso de Estados Unidos en diciembre será uno
de los factores más importantes para las empresas durante este año.
EL GASTO CORPORATIVO
¿HABRÁ CORRECCIONES?
Finalmente, si llega una corrección antes de fin de año, ¿de dónde vendrá? Estaré
mirando al sector tecnológico. Ha sido el principal impulsor de las acciones globales
durante el año pasado, sin embargo, su modelo de negocios se ha basado en la
falta de regulación, algo que parece que va a cambiar.
Algunos de los puntos de activación en los próximos trimestres podrían ser la
reacción de la UE a los esfuerzos de Google para cumplir con sus decisiones sobre
el comportamiento anticompetitivo de la empresa (que los competidores dicen que
no van suficientemente lejos), la restricción del comercio de bitcóines, casos
antimonopolios en varios países que involucran a las empresas FANG (Facebook,
Apple, Netflix y Google) o nuevas revelaciones sobre la participación de las
elecciones rusas en las redes sociales.
En la última semana, hemos visto al Gobierno estadounidense ejerciendo mayor
control regulatorio al vetar la oferta de Ant Financial de China sobre Money Gram,
la empresa de transferencia de dinero de EE. UU., argumentando que pondría en
riesgo la seguridad de los datos de los ciudadanos estadounidenses.
Los datos son, después de todo, el nuevo petróleo; el producto más valioso de la
era digital. Debemos estar atentos para ver quiénes son los que los van a controlar.
Ellos serán los ganadores, durante este año y muchos años por venir.
CONCLUSIONES
Los datos son, después de todo, el nuevo petróleo; el producto más valioso de la
era digital. Debemos estar atentos para ver quiénes son los que los van a controlar.
Ellos serán los ganadores, durante este año y muchos años por venir.
http://www.portafolio.co/economia/factores-que-moveran-los-mercados-en-2018-
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