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ANÁLISIS:

Para empezar este análisis es preciso delimitar el principio de Impulso de Oficio, y para
ello nos remitimos a lo expuesto HUAMÁN ORDÓÑEZ, quien ha precisado:

“Con este se da el mandato a la Administración Pública, a través de sus agentes


públicos, para que al iniciarse ya el procedimiento por el administrado o
empezado este de oficio, las autoridades encargadas del mismo deban guiar e
impulsar oficiosamente el mismo ordenando, de ser el caso, la realización o
práctica de los actos que resulten convenientes para el esclarecimiento y
resolución de las cuestiones necesarias objeto del procedimiento seguido ante la
Administración; entendiéndose por oficiosamente, el interés del propio ente
público donde se gesta el procedimiento seguido a efectos de llegar a su sana
conclusión, interés enmarcado en la figura del interés público, innata a toda
actividad administrativa”1.

Para analizar el Principio de Impulso de Oficio, se ha escogido como expediente el


contenido en el Exp. N° 00452-2012-PA/TC-Lima, seguido entre el la empresa
“Comercial del Acero S.A.” (COMASA) y la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de Lima, que declaró improcedente la demanda interpuesta, sin embargo, en de
precisar que en primera Instancia el proceso se siguió contra la SUNAT.

Al caso concreto, se revisan varios principios, como son el de Verdad Material,


Interdicción de la Arbitrariedad, Debido Procedimiento e Impulso de Oficio; sin
embargo, por lo cerrado del estudio, nos concentraremos en último en mencionar.

Para poder entender mejor este panorama, tenemos que todo nace a consecuencia de que
la SUNAT utilizó en forma arbitraria el método de análisis del producto para
determinar si los productos importados de acero se encuentran aleados con boro, en la
medida que existe otro método más adecuado e idóneo como lo es el de la colada o de
cuchara. Esto quiere decir que en el proceso no se ha planteado una demanda de amparo
contra una norma.

Continuando con el análisis y rescate de las partes principales de la sentencia analizada,


es menester precisar y resaltar el ejercicio de potestad aduanera que tiene la SUNAT, la
misma, con la cual puede controlar las mercancías que ingresan al país (artículo 6 del

1
HUAMÁN ORDÓÑEZ, Luis Alberto. Jurisprudencia Administrativa de carácter Constitucional. Ed.
Gaceta Jurídica. Lima, Perú. Noviembre del 2010.
derogado Decreto Legislativo Nº 809), y, de manera similar, el artículo 166.c) del
Decreto Legislativo N° 1056, Ley General de Aduanas, establece que la autoridad
aduanera, a efectos de comprobar la exactitud de los datos contenidos en una
declaración aduanera, por ende, tenemos que es obligación realizar los exámenes
necesarios.

Con lo expuesto en el párrafo anterior, se puede ya ingresar a principio estudiado, en la


medida que el Impulso de Oficio se analiza como el deber de la Administración en
ordenar la realización o práctica de actos que resulten convenientes para el
esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.

En ese sentido tenemos en el presente caso que la SUNAT, debió realizar las acciones
necesarias y propias que permitan un correcto procedimiento administrativo, es decir,
aplicar correctamente el Principio de Impulso de Oficio. Por ende, la SUNAT debió
recurrirse al auxilio de entes especializados sobre la materia y no sólo fundamentarse la
decisión en medios probatorios de parte (boletines químicos emitidos por el Laboratorio
Central de Aduanas).

En palabras del propio Tribunal, se demuestra que la Administración Tributaria al no


requerir las pruebas necesarias y pertinentes para el adecuado esclarecimiento de los
hechos y llegar a la verdad material (los productos importados de acero eran aleados con
boro), infringió el principio objeto de estudio, por ende se resolvió declarar fundada la
demanda.

OPINIÓN:

El mantener una relación con la administración pública es un constante puesto que la


intervención del estado forma parte de nuestra vida (Aspecto inducido por nuestro
sistema estatal), más aun si se desarrollan actividades económicas que deben ser
controladas por un ente estatal rector de las mismas, sean para aspectos de permisos,
licencias, tributarias, etc.

En el caso estudiado, se analiza una situación en done la administración a través de la


SUNAT, no solo debe promover un procedimiento de Oficio, sino que estando uno ya
iniciado, debe velar porque la decisión final a través del Acto Administrativo, resguarde
una protección a los administrados, traducido esto con un deber de realizar todas las
acciones pertinentes que estén dentro de sus atribuciones, porque de no hacerlo, resulta
un procedimiento arbitrario, motivado por implicación de las funciones estrictas que
debe atender, es decir, de oficio.

Vemos que el principio de Impulso de Oficio, está asociado al verbo rector “Deber”, lo
que lo vincula a un actuar diligente. Efectivamente, a través de este principio, vemos el
deber de cuidado de la admiración pública, máxime si su decisión (como es la regla
general) está avocada a regular o determinar derechos de los administrados.

En el presente caso, resulta acertado el pronunciamiento del Tribunal Constitucional,


más aun si las instancias inferiores han determinado resolver improcedente la demanda.
Pero a pesar de ello, lo rescatable es como hace un análisis estricto de las funciones que
debe realizar la administración pública, y no solo basta con tomar (en el caso estudiado)
un procedimiento y realizarlo, sino analizar toda una gama de alternativas y elegir la
más apropiada, respetando así el derecho del administrado, y esto porque por la propia
naturaleza de la relación en el derecho administrativo que es el horizontal, se debe
actuar oficiosamente en pro de la parte inferior, es decir, el administrado; más aún si se
busca la confianza en su entidad administrativa.

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