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La violencia urbana, las ideologías políticas, el embarazo juvenil, la discriminación

social y las preferencias de padres por algunos de sus hijos son los mayores factores de
exclusión que los jóvenes. Existen varias formas de exclusión, todo comienza en la familia,
cuando ellos perciben que los padres privilegian a alguno de los hijos, como cuando
deciden apoyar la educación sólo de uno de ellos por falta de recursos. Las mujeres,
adicionalmente, se quejan de las responsabilidades domésticas que les son endosadas
desde muy jóvenes. El siguiente “golpe” de exclusión viene al intentar acceder a la
educación superior, pues el acceso a las universidades es muy limitado, específicamente
por razones económicas o de disponibilidad de cupos. La siguiente forma de exclusión es
la laboral: casi todos los participantes se quejan de la falta de una “primera” oportunidad
para trabajar, sin la cual, es imposible adquirir la experiencia que otros empleadores
exigen.
La exclusión de género, además de lo antes mencionado en el seno familiar, afecta
directamente a las jóvenes embarazadas, que son más radicalmente rechazadas en el
ámbito laboral y educativo. Por último, pero no menos importante, se habla de la
exclusión política. “La posiciones políticas son causa de exclusión en el empleo. También
se hace referencia a cómo los espacios de participación, pueden llegar a politizarse,
interfiriendo los planes o proyectos a favor de una comunidad”. Esta situación contribuye
a aumentar los índices de violencia juvenil. Los jóvenes sienten que tienen la capacidad y
la responsabilidad de solventar los problemas. Para empoderarlos, el Informe concluye
que hay que darles herramientas básicas, como informarlos sobre las leyes que los
amparan y especialmente sobre la Ley Nacional de Juventud. Además, el texto
recomienda presionar al instituto Nacional de Juventud para que asuma su competencia y
ayude a los jóvenes a encontrar un primer empleo. También pide que se implementen
mecanismos de acceso a la educación superior, a la educación sexual, a la asistencia a
jóvenes embarazadas y a la participación, que debe ser desligada de las ideologías
políticas Uno de los primeros efectos de este informe ha sido la convocatoria a los
investigadores que condujeron el estudio a participar de las discusiones que pretenden
reformar la Ley Nacional de Juventud, y que según los autores del Informe de Exclusión
juvenil, es un retroceso en materia de participación de los jóvenes, independiente de su
orientación política. José Gregorio Guerra, uno de los autores del Informe, habló con
Comunidad Segura sobre el tema. Hay jóvenes por ejemplo que frente al contexto político
actual dicen que preferirían no involucrarse en el conflicto, pero esto no significa que no
quieran participar de las decisiones políticas sino que quieren tener sus propias iniciativas.
Por eso insisto en que ellos se ven como agentes de cambio y creo que ese es un cambio
que está ocurriendo ahora, ante la omisión y la exclusión de que están siendo objeto. En
otras palabras, no se quedan parados sino que buscan otros espacios, nuevas formas de
participación y organización. Muchos jóvenes quieren desarrollarse como personas,
separados del conflicto político, teniendo como prioridades la educación y el empleo,
independientemente de ideologías políticas.
Los ámbitos de exclusión que existen son el desempleo, la falta de educación, el
embarazo juvenil no deseado, la violencia, la discriminación social y la exclusión política.
Primero es necesario establecer un reconocimiento de los jóvenes, de los problemas y
luego, procedimientos de mediación y conciliación. Reconocer al otro es básico: como
actor que forma parte de la realidad, así comparta o no sus creencias. Sumado a la
mediación y la conciliación, completamos ahí tres elementos fundamentales para
remediar la exclusión. Es fundamental asesorar a los jóvenes en la realización de un
proyecto de vida para que tengan la capacidad de verse a futuro, planear, hacer la vida
que quieren. Sin proyecto de vida no solo hay que enfrentar el problema de la exclusión
sino que básicamente el joven se autoexcluye. En el tema del embarazo adolescente, esto
es particularmente importante para las jóvenes, pues los embarazos juveniles no
deseados generan una dramática situación para estas jóvenes y para sus hijos. No hay
políticas actuales que busquen reinsertarlas luego del embarazo, terminan siendo
excluidas con sus hijos, porque no tienen herramientas para enfrentar esta situación.
Los jóvenes entre 15 a 28 años son los que están siendo asesinados. Ocurre que
terminan siendo víctimas y victimarios de homicidios, principalmente por acciones de
bandas. También tenemos problema con el tráfico de drogas, pero el problema principal
son las pandillas y los homicidios juveniles.

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