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Facultad de Psicología
Universidad de Buenos Aires
142 LAS QUHL~DURAS DEL IDEAL
f .'
La persona quemada sufre una-P.mfu!1~i3J.?otiga. Yltl1~_ru_stE:_lf~~Q-~gu·
CAPÍTULO da, «Causadas por su devoci6n hacia una causa, un modo de 111da o un~ ..
· ~-relación que no ha producido la recompensa esperada ... En esta pe:so·
na, la tensí6rr se acumula hasta llegar inevitablemente a un agot<:1men·
1. H. Freudenberger, I:Épuisement professionnel, la brulure inteme, Gaetan Morin, 2. H. Freudenberger, op. 1,:it.
1985. . 3. H. Freudenberger, üf!· cit.
I AS ENFERMEDADES DE LA EXCElENCl'.A .143
144 LAS QUL\lADURAS DEL IDEAL
var de la l11cha constante que sos~~~~P~r<lAarl!_n st;.tt.tifiluuiuestrá
~jilit,los.~s de excelencia que caracterizan a nu~iedad-Se.._,
quemadura interna, que de tal modo afectan a nuestros contemporá-
'rfan la causa direct'á. ta necesiaaffdet:íabájar enérgicamente, de «apos-
tar fuerte», de llegar a la excelencia, de tender hacia mayores éxitos, de n'e?s, e~.!_,:a:áct~~i~.~.~)nsaciable de !~ ~xigencia.s inter_i;_as que
' se impone efind}v1duo para tnunfar en un entorno caaa vez mas com-
p¡;rfeccionarse constantemente y de esforzarse cada vez más, están en
petitivo y difícil. Además, el miedo y la vergüenza que el fracaso con-
. elorigen de ~ste fon6rneno. En cierto modo, el individuo se encuentra
lleva en la sociedad que nos envuelve son sentimientos omnipresentes
encerra.do en una espiral infernal, obligado a correr siempre más rápi-
que impiden que el individuo pueda escapar a la presión del éxito, a
do en una vida donde todo cambia a tal velocidad que no queda nada la aspiración de mejorar, a la exigencia de triunfo en todos los sentidos.
estable a que asirse para recuperar el aliento: «Un poco como Alicia El Superyó deja de ser la instancia distinti•-a del bien y del mal y se
en el país de las maravillas, ahora nos damos cuenta de que hay que presenta como un imperativo de éxito que, si no se realiza, desencade-
"correr con todas tus fuerzas para poder permanecer en el mismo si- na contra el Yo una crítica implacable. En este sentido, se podría decir
tio. Si quieres ir a otra parte, tendrás que correr al menos dos veces más que ya sólo existe para ponerse al servicio de un Ideal del yo, que sería
rápido"». 4 Tal es, er,i efecto, el «coste elevado del ~rito», que nos con- un desbocado ideal de celebridad y de triunfo.
duce a exigir cada veqnás de nosotros mismos, consumiendo así toda En tal contexto, el individuo se ve conducido a desarrollar y a per-
nuestra energía. «Si queremos .mántener nuestra posici6n, debemos ser seguir una imagen de sí mismo de conformidad con los estándares
excelentes en todo momento.» De este modo, se agotan nuestros recur- externos de excelencia y de triunfo, en detrimento de su personalidad
sos internos y se produce lentamente el incendio que nos consume. real. Como escribe Freudenberger, es en el momento en que «nuestra
Según Freudenberger, tales estragos no se producen fortuitamente. fachada destinada a "afrontar el mundo" empieza a presionar a nues-
Sobrevienen cuando la vida o el trabaje /ªno aportan a los individuos tro verdadero yo interno cuando los problemas empiezan. Por consi-
la recompensa que esperaban. En efe9to; la vitalidad que les mantiene guiente, el foso entre lo que realmente somos y lo que parecemos se
en su carrera hacia el éxito no viene de la nada, sirio que se apoya en hace cada vez más profundo. Nuestros valores, nuestro modo de fun-
algo,-necesita ser alimentada, y este alimento no es sino la recomp·ensa cionar, incluso nuestro sentido de la moralidad y de la justicia acaban
· obteuida por los esfuerzos realizados: cuando la vida o el trabajo dejan volviéndose completamente falsos. Intentamos adaptar nuestros vercla-
Je aportar tales recompensas, su energfa se desmorona y el incendio deros estándares a nuestra fachada, sin loghrlo, hasta que el Yo auténti-
estalla. co abandona la lucha y cede ante el yo-imagen. Es su última esperanza
De hecho, estos fen6menos se producen en los individuos que p~ de conseguir sus fines. Almismo tiempo, la imagen tiene cada vez más
~een un !d.:al elevado del yo y en los que este ideal conduce ª. desarro- J necesidad de estÍmulos exteriores para compensar lo que ya no puede
. ll;+r pna imagen de ellos mismos eñ desacuerdo con su personalidad real/ obtener del interior, puesto que el Yo auténtico se considera ahora que
Un ideal de este tipo se ha forjado a menudo en la infancia., a veces es una entidad sin opini6n válida». Cuando los signos de éxito que ase-
.--pero no siempre"- por la instigaci6n de los padres que impulsan al guraban el mantenimiento y el reforzamiento de la personalidad adap--
· , r~iijq, a. superarse a sí mismo para ajustarse a una imagen ideal. La pre· tada empiezan a faltar, ésta, privada de aquello que la justificaba, se hun-
, si6n que empuja· a «convertirse en otro» puede también tener origen de, causando estragos en la medida de la invasi6n que había tenido lugar
im~mo, desencadenada por la admirat:i6n sentida por tal o cual perso- en detrimento de la personalidad real, relegada al olvido. ·
. na idealizada. · ' ·. Intentemos ahora explicar en términos psicoanalíticos los procesos
, , , ,LíJ.iflJ'~1ci6n qu,e desempeñan', eh la construcci6n de la personalidad, descritos por Freudenberger: parece que se produce, bajo la presi6n del
estos mecarúsmos de identificaci6n bajo la presi6n de un Ideal del yo Ideal del yo, alimentado de exigencias personales o sociales, una especie
. se conoc;.e desde hace tiempo y no tiene nada de patolqgico. Por el con- de laminado del Yo en dos instancias: el Yo-imagen y lo que Freudenber~
. trario, lo que sí parece nuevo eii los fen6menos de agotamiento y de ger lla.ma el ~yo· verdadero», el Yo real. Este Yo-imagen no es otro que el
Yo ideal, es decir.-, un Yo idealizado, un Ego llevado a su máximo de omni-
4. H. Freudenberger, op. cit. potencia, un Yo identificado con ideales de triunfo y omnipotencia.5
•,¡;. /.,:,·
5. Sobre el Yo ideal, véase J. Laplancbe, .c:Angoisse, PUF, págs. 347-348.
LAS ENFERMEDADES DE LA EXCELENCIA· 146 LAS QUEMADURAS DEL IDEAL
En esta dialéctica entre Yo ideal y Yo real hav en ci'ert d cionar durante cierto tiempo, ya que, como en la melancolía, la pérdi-
· · l 'd , ''
instancia -e Yo 1 cal- que solo puede sobrevivir baJ'o d
o mo o, una da del objeto amado consume el Yo.
l · l · . . os cond'1c10-·
Privado de la «locomotora» que constituía el Yo ideal (fueran cuales
n~; a prunera es e sostemm1ento del Yo (el Yo real del que habl p: _
r1 b d · 1v 'd ,. d a reu fo.eran las acrobacias que éste le hicier.a realizar), el Yo no logra avanzar
~en erger, es ec1r, er .tO no t eauza o, no confundido con su ima
v t . . d'd
;:r. r, 1 , • 1 e1 .1.0 en :;iit~ que mstanc1a· me ta ora entre los demás elementos del
gen, hasta que ha podido reconquistar el puesto que el Yo ideal le había con-
aparat~ ps1qu1co), que ac~pta jugar ~l juego d;I .Yo ideal; la segunda: es fiscado paulatinamente.
la confianza que proporcionan los signos de extto exteriores que con- Así pues, este laminado es el que consume lentamente toda la ener-
.,,' · '· fortan ~l Yoideal,¡n las elecciones que ha hecho y en el esf~erzo que gía del Yo, que se agota en su intento de elevarse a las alturas exigidas
ha realizado. por el Yo ideal. Pero cuando este Yo ideal, bajo el a.salto de la realidad,
En cuanto al Yo (lo que Freudenberger denominaría el Yo real) pugna se desmorona y cae sobre el Yo, el empequeñecimiento de este último
de algú.n modo para seguir al Yo ideal a las alturas adonde éste l~ arras- . y su incapacidad temporal para funcionar sin el motor del Yo ideal es
,,:: n · tra ~· administr:r _c~mo puede sus propias exigencias, conteniendo las lo que confiere al incendio su caricter devastador.
'J '' '· · puls10nes, rep;1m1end~ la angµstia su?citada por los retos incesantes a Para comprender correctamente este proceso, debemos, antes que
los que el Yo 1~eal ~usca permanentemente responder para asegurar y nada, profundiz;ar en la art:ic1,1hició11.entre dos .niveles: uno externo, de
~onfortar su exis~enc1a. Cuando los objetivos pretendidos se revelan irrea- la organizaci6n con sus exigencias y sus normas de funcionamiento,
:I
hzabl~, o cuand~ en.tor?o de vida o de trabajo deja de proporcionar y otro interno, del funcionamiento psíquico del sujeto. Es lo que va-
1
" la confianza narcmsta md1spensable P" d Yo ideal, éste se derrumba · mos a hacer a la luz de un caso concreto que ilustra los riesgos y los
sobre el Yo, y ello con tanto mayor fracaso cuanto mayor hubiera lle- . efectos de esta «enfermedad de la idealidad».
gad~ a se~ la separací6n entre las dos instancias y cuanto más profundo
hubiera sido el rechazo del Yo no idealizado (el Yo «real»): ·
pe 1
hecho, s; puede co m~arar este proceso con el de la pérdida de LA HISTORIA DE N OEMÍ
objeto o m~ b~en de la perdida del Yo de que habla Freud en «Duelo
Y melancoha». En este texto, en efecto, Freud muestra .clara.mente Finalizados los estudios superiores, Noemí entra, por un anuncio
c61?',o se produce, desp~és de la pérdida del objeto amad~~·Wi~ identifi- en la prensa, en la filial francesa de una multinacional adepta a los prin-
~ac1on del Yo con el objeto abandonado o perdido. «La so.mb,ra del ob- cipios de la excelencia. Durante nueve años ejerce, con toda satisfac-
Jeto cae sobre el Yo», nos dice Freud, y la pérdida del ob~tb am~do ción, funciones de gesti6n financiera y contable. A lo largo de este pe-
se transforma, de hecho, en una pérdida del Yo. . ~(··. · ., · ríodo trabaja bajo la responsabilidad de un patr611 -el que la ha
,, En este proceso que hemos descrito, el objeto perdido ;;s::~1:,y0 ideal . reclutado- a quien ella aprecia y por quien es apreciada. «Se me apre-
, , en la medida en que_ se ha? fa. conf~?dido con el .objeto-org~pizaci~n, .. · ciaba mucho, se reconocía mi valía, y esto para mf era fundamental.
. en tanto en cuan.to s.e, hab1a 1~ent1f1cado con el ideal org~Íl:ªcionaL Debo reconocer que trabajaba enorrnementé, llegando a trabajar siete
~uando la orgamzac1on se retira, cuando ya no manifiestá·'.qi.el amor días de siete, domingos inclusive, empezando a las siete de la mañana
.: m el.reconocimiento, el Yo queda en cierto modo ariiquiia:4ó:.P,or esta para terminar a la una de la madrugada; asf pués, se tmtaba ciertamente
pérd1~a'. Y, como en el d~el~ y la melrul.colfa, el sujetode§'~; despué; de una inversión profe.~ional muy fuerte .. , mi objetivo personal era triun-
de la fas~ b:utal de~ h~ndim1ento'. afrontar una fase melaric61ica (esta far... triunfar en esta carrera.»
fase de perdida de v1tal1dad, de tedio y de desesperaci6n de l~·<).iie habla Cuando se le pregunta de dónde procede esta voh~ntad de triunfar,
,, 1 ,F~eudenberger). q~e corresp~nde. ~la identifica~i6n con e1:9Jij~:o, ~e:- . ella la sitúa espontáneamente en su origen familiar y en una voluntad
de afirmación e incluso de revancha feminista colitra la opresi6n profe-
, ,41do que const1tuia la orgamzac10n para el Yo 1dea1. El YQ del mdm-
... ,,qµo, amputada una parte de sí mismo -su Yo ideal-, no to~~gue fun- sional de que las mujeres de su familia han sido víctimas durante largo
L '.>'', . ._,·:,}-·". , .. : tiempo: «Pienso, que en. cie1ta manera tengo ganas de vengar a todas
_·;rH,.,~. S. Freu<l, «Dueil et !Il~lancolir. "" MJ,,,,,M~l.ntM:. n•.!. r.11:. esas mujeres que están detrás, detrás de los hombres, que nunca tuvíe-
L>\S ENFERMEDADES DE LA. EXCELENCIA .147 148 LAS QUEMADURAS DEL IDEAL
ron nada que decir y que s6fo se dedicaban a traer niños al mundo y está privada de las posibilidades de acción que tenía en un principio,
hacer las tareas sucias, sin que se las valorase. Había visto demasiadas y por otra, está bajo la autoridad de un hombre que pretende doblegar-
mujeres trituradas por el sistema. Era una forma de vengar a mi madre, la y al que ella desprecia, cuando todo su camino profesional hasta allí
a mi abuela, y para mí, era la mejor estructura, puesto que se trataba ha consistido en vengar -mediante su propio éxito- a las mujeres de
de una empresa que reconoda mu~ho a las mujer~. ~e quedé en esta su familia doblegadas bajo la opresión de los hombres.
empresa precisamente ~orque hab1a _este reco~0Cln:1ento». / . El reproche que dirige a la organización, por «reconocer a un tipo
Ya tenemos establecidas las prem1.:;as de la idealidad: Noemt tiene así», está a la altura de la inversión que ella había hecho en aquélla y
un ideal --vengar a las mujeres oprimidas-, y para ello debe triunfar. del apego que le tenía por haberle permitido realizar lo que era su ideal:
Ha encontrado una empresa que le ofrece ~a oportun~dad para ell? y triunfar profesionalmente y realizar su venganza en tanto que mujer:
que, durante varios años, le ha permitido. sa~1sfac~r ~te ideal concedién- «A través de él) yo tenía una reJaci6n pasional con respecto a toda la
dole regularmente los signos de reconoc1m1ento md1spensab~es que sus organizaci6n, y el reproche que le hada a él, se lo hada de hecho a
compañeras no han podido cono~er. Ella~ por s~ parte,. realiza un tra- esta organización que promete una cosa... y después no la cumple... ».
bajo ~siduo de~ que su~ya su ClrJ.c..;er .casi excesivo deb~do a su p~dec Noemí experimenta, pues) un sentimiento de frostración hacia esta
cionisrrio: «Exigía demasiado de IU1 misma, ya que nadie me obligaba organización tan querida, que, de repente, prefiere lo que ella juzga ser
a ser perfeccionista, a tener tantas exigencias ha~ia. nú y hacia los demás». un mediocre y, sobre todo, ya no le da como antes lo que ella espera.
Al cabo de unos años se produce un cambio important~ en la .estra- El proceso de desilusi6n, de desidealizaci6n más bien, ha empezado.
tegia de la filial donde trabaja Noemí: la empresa se amplia considera- La quemaz6n interna empieza.
blemente y pasa en poco tiempo de v;;.· á 2.000 personas. Es;a 1;1~ta- Se manifiesta por una de las formas más clásicas de este fenómeno·
. ción entraña importanres reformas, las estru~~ se vuelven mas ng1das y que se encuentra en la mayoría de los casos de pérdida de objeto: la
y pierden su carácter «artesanal», lo q1:1e s1gmfaca, concretamente, un depresión, debida a la decepción, al hundimiento del ideal proyectado
carnbio en la situación de Noemí, que pierde en ese momento gr,m parte en la organización, que cae sobre el Yo y lo desvaloriza: «Yo, que adora-
de :m autonomía: «Me quitaron poder, dejé de tener mi prop~o p~es~ ba esta estructura, este clan, que vivía para la empresa ... y ahora llegaba
puesto, dejé de tener autonomía, no podía au~e~t~~e a nadie m mil por la mañana o por la tarde para trabajar al máximo y así despertarme
pesetas (50 francos), cuando dura.r;te años hab;a ~mg1do al personal a tarde y vo1Yer a regañadientes. Llegué a un punto en que se convirti6
base de aumentos y pequeños esnmulos economtcos; todo .esto ya no en algo psíquico; la simple idea de volver al trabajo causaba una crisis
lo podfa hacer, no podía actuar y ~aba co.mpletamente ;rrmconada». de lágrimas, y empezaba a llorar». ·
Este primer ataque contra las prerrogativas de Noem1 se ve aum~n Los problemas siguieron empeorando y Noemí termin6 por des-
tado por un conflicto bastante violento con uno de sus colegas qmen moronarse completamente. La descripción que nos hace de su «caída»
-a causa de la reorganización de la empresa- se encuentra. ahora en es realmente sobrecogedora por la vivencia psíquica que recuerda y que
posici6n de superior jerárquico de Noemí: «Teníamos dos m~e~ de · nos evoca a la perfección tanto el laminado entre el Yo y el Yo ideal
ver las cosas; él me reprochaba a menudo el que fuese perfe~c10111sta, como la profundidad del hundimiento del Yo ideal. «El día en que todo
dura, que llegase siempre hasta el fondo de las cosas~ pero. m1entras es- se vino abajo realmente fue bastante dramático, ya que siempre se me
tábamos al mismo nivel la cosa funcionaba. Despues, quiso doblegar• había visto muy viva, muy sólida, muy firme; aquel día me desplomé
me y lo soporté muy mal. Pero lo que me hizo más da~o fue que recon~· psíquicamente. Me acuerdo muy bien, estaba en mi despacho, después
ciesen a ese tipo, cuando nunca había hecho nada notorio. Cu~do hab1a me hundí, me sentí abatida, dejé mi bolso, me deshice en lágrimas ...
graves necesidades, grandes problemas, no estaba nunca, al~t. Cuando era peor que si twoíese un muerto ante mí. .. alguien muy querido qué es·
se estaba frente a un escenario catastr6fico, no estaba afü; siempre !le- taba muerto se ha derrumbado. Es como abrazarse a alguien que está
gaba en el momento en que ya todo funcionaba ... una organiza· 9ue en pie y luego tumbarlo.,. ·
El laminado del Yo es total:· la caída del Yo ideal se vive, psíquica-
cíón como ésta le reconociese, ¡creo que .esto ..me , había trastorn.adol».
·' Noem.i'se encuen,tra. nm•.<:. "'º 11n" ~•t,....,..,.._,.. ..... ,., ..
......... - ....
n
--
_.... _.. .... mente, casi como la muerte de un ser querido, pero un sPr 11.,,.,.;..1~ -·- -
LAS ENFERMEDADES DE LA EXCEUNCJA 150 LAS QUEMADURAS DEL IDEAL
H9
forma~a parte de u?o mismo y q~e se ha perdido «:1> más bien, se ha da por la empresa: «Hay que ser el más fuerte, el mk perfecto, todas
pulverizado. El Yo ideal de Noem1, que ella denomma su «imagen 1 las notas hablan de perfecci6n; la direcci6n general y la direcci6n de
marca» y que había ~wdelado segú.n el ideal preconizado por la emp;e~ recursos humanos hacen regularmente -cada dos días de inedia-· una
sa, arrastra en su ca1da al Yo de Noemí («es como abrazarse a alguien nota sobre el concepto de perfecci6n, de exigencia hacia uno mismo
y luego tumbarlo») y éste termina en una.cHnica psiquiátrica. Vuelve y hacia el cliente». ·
'a salir al cabo de cuatro meses, con la lucidez suficiente, para darse menta ·'.! Se puede comprobar, en efecto) la fuerza de tales sistemas y la for-
~; ::)de··c¡ue no tiene fuerzas para afrontar de nuevo la situaci6n y dimite, II1ª que tienen de captár el Ideal del yo de cada cual para producir un
• · con el sentimiento de que es la única cosa que puede hacer para «salvar «yo conforme», e_-; decir, hombres y mujeres en conformidad con el ideal
la pieh,: «Una de dos, o dimida, o presentí; que iba a morir o a :suici- de excelencia y de perfecci6n. Pero se ve bien, asimismo, que estos sis·
darme en pequeñas dosis y, bien, por instinto de couservaci6n me dije: temas s61o pueden funcionar con la complicidad del Ideal del yo de cada
"No v~lveré jamás". Eran ellos o yo, y yo no queda trabajar para ellos; uno. Esto es debido a que las personas que integran estas organizacio-
si hubiera vuelto, habría muerto de verdad». nes tienes interés en el ideal propuesto, porque ven en esta exigencia
La encrucijada de fida y muerte se impone, realmente, y cuando e~trema una forma de hacer realidad su Yo ideal, de proyectarse, de rea-
Noemí afirma que si vólviese (<moriría de verdad,,., o que acabaría por lizarse, de progresar; es por ello que se adhieren a ellas tan fuertemen-
suicidarse en pequeñas dosis, es porque sabe que, en tal contexto, en te. La producción de lo que aquí proponemos denominar un «Yo ideah~
que los requerimientos del Yo ideal son fuertes y su cumplimiento in- no es, pues, solamente el hecho de la organización que buscada producir
dispensable, no tiene ninguna posibilidad de phntar c:ira a la situaci6n. hombres conformes; es, de hecho, una coproducción individuo-orga-
Entonces, abandonar la estructura es la única posibilidad que le queda nizaci6n que no se lleva a efecto sin el asentimiento, incluso a menudo
· para salvarse y restaurar su Yo sin la sofocante sombra de un Yo ideal con.,el asentimiento entusiasta, de aquellos que concurren a su fabri-
inquebrantable. cacion.
Hemos dicho anteriormente que el ideal de Noemí habfa sido, de Pues si Noemi subraya con razón fa profondidad y la intensidad de
hecho, modelado según el ideal preconizado por la empresa: esta ide.n- la influencia ejercida por 1a organiz:;ici6n sobre lPs individuos, olvida
tificaci6n y este pro.ceso de captaci6n es lo que ahora vamos a analizar. m::nciona~ ~ue durante nueve años ella h1 funr::ionado a b perfección
En efecto, Noemí describe ampliamente la enorme influencia ejercida b~J~ este reg1men ... Tanto que las recompensas y los signos de recono-
por la organización mediante la excelencia que espera y exige de sus c1r:i1ento le ap_oru:ban la prueba de que su Yo ideal se correspondía con
empleados: «Cuando entráis allí, os debéis a ello, os debéis a esta organi- el ideal orgamzac1onal deseado por la empresa, sacando provecho de
zación; de todas maneras, en tanto que ejecutivo no se puede funcionar. ello, y ampliamente ...
de otro modo, y cualquiera que no se adapte a ello quedará pronto al mar- El problema aparece en el momento en que, por alguna razón, el
grrz Entrará en una vfa muerta. Todos los que dejan de estar completa- individuo no puede seguir el ritmo impuesto po~· la empresa, ya sea
mente dentro del sistema caen. --Más adelante, añade- es realmente porque ya no tiene los medios para continuar, ya sea porque el ideal
una organizaci6n que te tritura, que te come... Esto se traduce enuna perseguido hasta el momento aparece de repente desconectado de si,
en desfase respecto a las exigencias del resto del yo del que ya no puede
especie de ética, de cultura de empresa que os hace ser los mejores, ¡;on
. el lema "sois los más bellos, los más grandes,' los m~s fuertes". Ter\fü a~ogar más la voz. En ese momento, la orgaüización ya no genera los
que ser excelentes en todo, está escrito en vuestro contrato, es la exce- signos de reconocimiento y las recompensas que sostenían al Yo ideal,
lencia por la excelencia ... Cada dos meses hay que volver a darse un o bien estos signos de reconocimiento pierden súbitamente todo su va--
baño de excelencia, hay toda una planificación de formaci6n, de semi- lor, con lo que se derrumba entonces el conjunto del sistema... o se
narios, se os envía a un lugar muy bonito, y durante una semana se deshi~cha... como un globo vaciado repentinamente del ilusorio aire , .
os recuerda cuáles son los objetivos, el porqué de vuestra presencia, qué de la identidad.
es lo que debéis hacer y que cada pequeña acción es necesaria para fa
' • • I
oq;,,111:t:ir1r'n'' 1' ·r ' I rvoca t;uno1en
I' occrnt t •J la nocion • I dest1ºl a-
•I ele pe d ecc1on
152 LAS QUEMADURAS DEL JDE.AL
LAS ENFERMEDADES DE LA EXCELENCIA 151
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("se me apreciaba
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mi valía••;"me quedé
porque habfa este l --ft.. \Y
reconoclm!ento')
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1
1
1
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Esquema 2
Esquema 3
Llega un momento en que la fusión es completa, es decir, que .el Se llega a un punto en 9ue e~ indivi~u.o, habie~do alcan~ado ~~s lí-
Yo ideal del individuo se ha transformado en un Yo ideal organizacio- mites o no llegando a seguir el ritmo ex1g1do o .«cie~-;ndo d~ 1~entif1car
nal. El modelo predicado por la organización está completamente in- se» con las exigenciás o la actitud· de la o.rgamzac1qn h~cia el (el caso
teriorizado, y el reconocimiento concedido por la organización hace de Noemí, que no comprende que s.e ~refiera a un «m~d1oc:e»); ve qu;
que el individuo viva en gran medida a la altura de ese Yo ideal organi- la organización le retira el reconoc1m1ento y las graufic:c10nes narci-
zacional, mezcla compleja de realizaci6n del ideal personal de recono- sistas que le concedía hasta aquel momento, lo que entr-ana una ruptu-
cimiento y de triunfo, y de integración en la personalidad del m9delo
de comportamiento y de la manera de ser propuestos por la organización.
Nivel organlzaclonal Nivel psíquico
Es también la fase de la ilt1sión, en la que el individuo vive de acuer-
do con el nivel de las exigencias de la organizaci6n, confortado por todo
tipo de gratificacib.qes narcisistas, mientras que su propio Yo se empo-
brece igualmente. •
El advenimiento de este Yo ideal organizacionaJlO ilustra bien el
proceso de comunicaci6n y de articulaci6n que se produce entre fun-
1''
cionamiento psfquico y funcionamie:: to organizacional. Profundizare- '
•'
.•''
1
mos, en la quinta parte de este libro, en el estudio de este proce50.
•'
Nivel organizaclonal Nivel psíquico
•••'
v
Q -
,,
Esquema 5
nos permite mantener relaciones satisfactorias con el .entorno. En es~ senddo, 1ay algo!
de falso self en Ja personalidad de todos, en la medida en que la v1~a en sociedad re-
quiere «una actitud social educada, de buenas maneras y con una c1er~a reserva»; Por
contra, cuando el falso sdf inv:ade al verdad~ro, cuando la concha sustlture al :iude~,
cuando el individuo se cree el papel que interpreta, entramos en una dmám1ca mas
pato16gica. Al proponer el concepto de ~yo id~;! organízacional• mfui que e~ de «f7lso
self,,, queremos poner el acento en la art1culac10n que ~e produ~e entre funcionamien-
Esquema 4 to psíquico y funcionamiento organizacional y en la_ 1nfluenc1a del segundo sobre el
primero (véase Winnicott, .:Dist<;irsión del yo en función del verdadero y dd falso Yº"•
10. A propósito de esta noción, se podría evocar el concepto de «falso seJf,. pro- en The Maturational Procen and the Facilitating Envíronment, Londres, Hogarth Press
puesto por Wirmicott ~designar la fachada «Civilizada,. de nuestra personalidad. que and the Institute of Psycho-Analysis, 196,5).
158 LAS QUEMADURAS Df:.L !DEAL
(i).
'· . . q· ¡" .:.... -
~
••<Es como tomar a
i6:8L~ alguien y mmpelio."
Sexta f~e: hunditn,ento
... ~~;ta)~d
'"-...
Privado de su apoyo (el reconocimiento y las gratificaciones de la :-fo
organizaci6n), el Yo ideal se hunde con mayor fracaso cuanto m.S.S vi- ·-"
vía, precisamente, .de tales gratificaciones, cuanto m.ts existÍa, esencial·
mente1 :i.corde con el nivel de la imagen, la «Ím11gen de marca» que le Esquem:t 6
devolvía la organizaci6n. Vaciado de su sustancia y privado de su apo·
yo, el Yo ideal (transformado en Yo ideal organizaciónal) se hunde so- porcentaje de personas relativamente estable: en el tiempo: «Periódici_
bre el Yo: «Toda mi imagen de marca se ha derrumbado. Es como si mente, hay algunos que caen así, cuenta Noemí. Una se entera por ru~
tuviera alguien muerto ante mí, alguienmuy querido que estaba mue.rto». mores de pasillo: No esd escrito en nitlguna pa.rte pero rodo el mundo
El proceso es profundo en la proporci6n en que el Yo ideal organi- lo sabe... se dice... Tal persona esd en tal sitio (una clínica de b. región
zacional había terminado por consumir el Yo. De aquí los sentimien- parisina o una clínica en Suiza, según el nivel jerárquico de la perso·
tos muy intensos de muerte, suscitados por este hundimiento: «Si vol- na) ... Me acuerdo que al principio se hablaba de ello en un tono alegre
viera, ciertamente mortd:u: dicho de otra manera, ya no tendrÍa ninguna y que después uno se pregunta: "Dios mío, ¿y si esto me pasa a mí?".
posibilidad (estando muerto el Yo organizacional) de restaurar lo poco Tenía miedo porque, según los casos, hay algunos que quedan más o
de Yo que me queda. . menos demacrados. Después hablé con otros a quienes les había pasa-
Mediante este análisis se ve que el concepto de burn out, aunque do... Se tiene un sentimiento de culpabilidad, de que no se ha respon·
ilustre muy bien la intensidad y el carácter devastador del proceso qúe dido lo suficiente, y al fina.l uno no sé siente v~1ido para nada. Pero
es objéto de discusi(Srr, Í.1ó nos permite aprehenderlo de formi·suficien- lo divertido es cuando nos telefoneamos: nos decimos en qué sitio (qué
temente precisa. Es importante,. sobre todo, subrayar que este proceso clínica)· estábamos, qué tratamiento tuvimos ... llegó un momento en
proviene del modo de funcionamiento social que hemos descrito ante- que estaba al corriente de todas las composiciones de ciertos medica-
riormente (sociedad individualista y narcisista), y del tipo dé persona- mentos ... y nos intercambiábamos algunos: "Ah, .no me digas, tú to-
lidad generado por este tipo de sociedad (personalidad narcisista). Ad- '
mas este, . yo tomo este
pues mira, '"E ... ~nf 'm, a.hora me no,
' pero... >~.
quiere una importancia particular en las organizaciones q1,1e actúan en El fen6meno (un determinado porcentaje de personas que se des-
este sentido, por una parte, influyendo en el individuo en }a esfera de moronan) parece suficientemente constante, en cualquier caso, para que
su Ideal del yo, y, por otra parte, reconfortándolo nárcisistamente, con la direcci6n de recursos humanos se. haya hecho cargo del mismo y lo
el reconocimiento y las gratificaciones que le otorgan, para llevarlo .ª gestione. «Cuando has caído.
.
en fin. cuando va no furtcionas.
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es la DRH
··' , .• progresar en la vía que ellas desean. . ·
. ; .• ¡ este modo, en
la empresa de NoemL el Íl".nÁmPnn .,.f,.rt,.,h~ ,, ..... ..1.r
LAS ENFERMEDADES DE LA EXCELENCIA. 159 160 LAS QUEMADURAS DEL IDEAL
la que se hace cargo de ti, la que se ocupa del aspecto médico, la que el individuo lo que Milgram 12 denominaba un «estado agé_nti:o~, es de-
ts: encuentra un sitio en una clínica, la que se ocupa de tu convalecen- cir, un comportamiento de sumisi6n absoluta, donde el mdmduo ~c
cia, la que se ocupa de ver si tienes problemas, la que te ayuda ... En tÜa no como un ser aut6nomo y responsable, sino como un agente eJe-
mi caso, lleg6 a ocuparse de la custodia de !11Í hijo, porque es ttna orga· cutor de las órdenes de otro. En la experiencia de Milgram, este otro
nización que quiere llegar hasta el final; aunqite hayas ca{do, aunque no . era el experimentador que encarnaba la autoridad; en la organizaci6n
hay.is corrido lo stificíentemente rápido, no se te va a dejar tirado, al me- · .. je.rárquica, se trata de que los ejecutivos transmitan las 6rdenes de la
nos te conservan ... qui~ro decir, ¡te entierran/» estructura.
Aquf encontramos de nuevo uno de los rasgos más característicos En suma, en la organizaci6n jerárquica, et esquema esbozado ante-
de la cultura de «dan» de estas organizaciones (según la expresi6n de riormente pasaría a tener la forma siguiente:
William Ouchi), 11 que, al exigir una adhesión inquebrantable y un
compromiso sin Hmit~, toman a su .cargo la casi totalidad de la exis-
tencia de sus em,pleados y asumen, en todo caso, las consecuencias a Primera fase: solicitaci6n del Supery6 de cada uno por
vec;:es Úegativas de k> que ellas han co1mibuido a producir, los errores el modelo organizacional autoritario
de su modo de funcionamiento, en cierto sentido... la recogida de aquellos
que «!lO han podido correr tan rápido». La instancia en juego ya no es, como hemos dicho, el Ideal del yo,
Podemos intentar ahora separar lo que distingue a este nuev.o tipo sino que pasa a ser el Supery6.
de orf!anizaci6n de las orn:anizaciones más Clásicas, donde las nociones
de je1~rquía y de obediencia son determinantes, donde el funcionamiento Nivel organlzacional Ntvel psíquico
interno no se articula alrededor de la solicitación del Ideal del yo y de
la gratificación del narcisismo, sino en torno al Superyó y me~i<lme
, el temor al castigo. ,.
t•
,:
EL FUNCfONAMIENTO PSÍQUICO EN LAS ORGANIZACIONES
JERÁRQUICAS AUTORIThRIAS
.'
En la organización jerárquica Clásica existe también un modelo de
comportamiento a observar, un «modelo organiz.acional» que lo pide
todo del individuo, como vimos anteriormente. Sin embargo, no actúa
sobre los mismos resortes. El modelo organizacional predicado por la
organización est~ hecho de sumisi6n y obediencia; ,no se dirige -al Ideal ,
del yo del individuo, sino a su Supery6; no se trata de la promesa de
Esquema 7
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··-··--·-----~----········..).: SUPER- 1 \
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Esquema 8 Es aquí donde debemos establecer el vínculo con fas grandes evolu-
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