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PSICDLOCil TRABA ..

:ICI

Psicología del Trabajo ··11.:1¡, '

Cat. 11--Prof. Alanzo

o ,Título del texto: El coste de la .


excelencia cap 8: Las enfermedades de
la excelencia

o Autor: Aubert Nicqle, De Gaulejac


Vi cent.

o Unidad: Unidad 11 practico: Stress y


Born out

Facultad de Psicología
Universidad de Buenos Aires
142 LAS QUHL~DURAS DEL IDEAL

f .'
La persona quemada sufre una-P.mfu!1~i3J.?otiga. Yltl1~_ru_stE:_lf~~Q-~gu·
CAPÍTULO da, «Causadas por su devoci6n hacia una causa, un modo de 111da o un~ ..
· ~-relación que no ha producido la recompensa esperada ... En esta pe:so·
na, la tensí6rr se acumula hasta llegar inevitablemente a un agot<:1men·

8 to de sus rec;ursos, de su vitalidad, de su energía y de sus capacidades


de funcionamiento». 2 -·--
La particularidad de esta enfermedad es que afecta generalmente á
personas que alimentan un ideal elevado y que han pu~sto to?o su er;1-
peño en alcanzar este ideal. La mayoría de ios que m:mman ;1e~do vic-
timas de tal enfermedad son personas que han trabapdo energ1camen-
Las enfe1~medades te para alcanzar un objetivo: «Su horario siempre está lleno y, sea cual
de la excelencia sea la tarea a realizar, seguro que siempre harán má.s de ~o que les co-
rresponde. Se trata generalmente de líderes que n_o .admiten. que pue~
'
·~
dan tener límites y que se queman a fuerza de eXJgtr demasiado de s1
LA QUEMADURA INTERNA O LA ENFERMEDAD DE LA ID1WJDAD mismos. Todas estas personas tenían grandes esperanzas Y nunca han
querido transigir en su camino». 3 • , •
Desde hace algunos años, ha aparecido un nuevo concepto para de- De hecho, si esta enfermedad alcanza a cierta categona de_Pers?nas
a
signar una enfermedad específica que afecta muchos de nuestros con· es porque se trata, específicamente, qeJg_ erif~nned.td .de-la tde1tf1da.d.
temporáneos en el curso de su vida personal o profesional: ~el de bum Según Freudenberger, es prácticam.ent~ i_mpostble q.ue una ~1ers~na que
!!.!!!2 traducido en español por el térmíno « uemadura interna», o m- carece de un gran ideal o que un md1v1duo que. vive al dia ~a1gan en
c_endi.Q..Wj~.UlQ..La~~rna es la en erme a del agotamien- este estado. Los riesgos de incendio parecen limitados exclusivamente
to d.~ los recursos físicos y mentales',. que sobreviene trasú.n e$fuérzó a los hombres y mujeres dinámicos «con aptitudes de lideres Y_ m~me·
desm~!_U.~Q_p~¡ilcanp.!_1:1!_1.f~i:z.~ble,__9.~9 senaffafiiado rosos objetivos a alcanzar», sea cual sea la namr;ileza_ ~e tales obJetlvos:
pueden estar situados en su matrimonio, del qu~ ex1g1ra que sea d~ ~os
1

o que l<?.~~~-~es de la so~ie~?.ctlJrn.hla:1ump.uesto.


Una persona «quemada» se parece, según el creador del concepto, más exitosos, o en su trabajo, que debe ser realizado a la perfecc10n,
Herbert freudenberger, 1 a un edificio destruido por el fuego. «lp que o en sus hijos, para los que espera un brillante triunfo. En una palabra,
antes era un complejo lleno de vida ahora.-no es más que una estructura se trata de personas que se comprometen a fondo e;1 todas sus empre-
desierta. Donde había un edificio rebosante de actividad, no quedan sas, en bs que además experimentan durante largo uempo una profu:1··
más que algunos escombros que nos recuerdan toda la vida y la energía da satisfacción y en las que han dado muestras de una gran energ1a.
que reinaban. Tal vez algún lienzo de muro quede todavía en pie, tal El sentimiento de quemadura interna no se produce generalmente
vez se puedan aún distinguir algunas ventanas¡ incluso tal vez tc)da la de una sola vez sino que se instala poco a poco, la brasa quema le;ita-
estructura exterior esté aún intacta, pero si curiosefa en el imerípr, os mente antes de' que aparezca la llama; pers.onas que había? estado <l1;-
sobrecogerá la enorme desolaci6n reinante... Las ptirsonas a vecés su-· .· rante. gran parte de su vida llenas de enru~1asr~o, ~e energia Y de ?pt1-
fren incendios, al igual que los inmuebles. Bajo el efecto de la tensi6n mismo empiezan a sentirse apáticas y sm v1tahdad. <'.S~ energ1a se
que produce la vida en nuestro complejo mundo, sus recursos internos transforma en abulia, su entusiasmo en c6lera y ~u opnrn1smo en de-
acaban por consumirse come> si estuvieran bajo la acci6n de las llamas,
sesperanza.» . . d ·
dejando
~ . , vado en.el interior, aun cuando l~ .apa~
tan s6lo un inmenso Este rnal vendría dado por la sociedad en que v1v1mos. Parece en-
nenc1a externa parezca mas o menos mtacta.»

1. H. Freudenberger, I:Épuisement professionnel, la brulure inteme, Gaetan Morin, 2. H. Freudenberger, op. 1,:it.
1985. . 3. H. Freudenberger, üf!· cit.
I AS ENFERMEDADES DE LA EXCElENCl'.A .143
144 LAS QUL\lADURAS DEL IDEAL
var de la l11cha constante que sos~~~~P~r<lAarl!_n st;.tt.tifiluuiuestrá
~jilit,los.~s de excelencia que caracterizan a nu~iedad-Se.._,
quemadura interna, que de tal modo afectan a nuestros contemporá-
'rfan la causa direct'á. ta necesiaaffdet:íabájar enérgicamente, de «apos-
tar fuerte», de llegar a la excelencia, de tender hacia mayores éxitos, de n'e?s, e~.!_,:a:áct~~i~.~.~)nsaciable de !~ ~xigencia.s inter_i;_as que
' se impone efind}v1duo para tnunfar en un entorno caaa vez mas com-
p¡;rfeccionarse constantemente y de esforzarse cada vez más, están en
petitivo y difícil. Además, el miedo y la vergüenza que el fracaso con-
. elorigen de ~ste fon6rneno. En cierto modo, el individuo se encuentra
lleva en la sociedad que nos envuelve son sentimientos omnipresentes
encerra.do en una espiral infernal, obligado a correr siempre más rápi-
que impiden que el individuo pueda escapar a la presión del éxito, a
do en una vida donde todo cambia a tal velocidad que no queda nada la aspiración de mejorar, a la exigencia de triunfo en todos los sentidos.
estable a que asirse para recuperar el aliento: «Un poco como Alicia El Superyó deja de ser la instancia distinti•-a del bien y del mal y se
en el país de las maravillas, ahora nos damos cuenta de que hay que presenta como un imperativo de éxito que, si no se realiza, desencade-
"correr con todas tus fuerzas para poder permanecer en el mismo si- na contra el Yo una crítica implacable. En este sentido, se podría decir
tio. Si quieres ir a otra parte, tendrás que correr al menos dos veces más que ya sólo existe para ponerse al servicio de un Ideal del yo, que sería
rápido"». 4 Tal es, er,i efecto, el «coste elevado del ~rito», que nos con- un desbocado ideal de celebridad y de triunfo.
duce a exigir cada veqnás de nosotros mismos, consumiendo así toda En tal contexto, el individuo se ve conducido a desarrollar y a per-
nuestra energía. «Si queremos .mántener nuestra posici6n, debemos ser seguir una imagen de sí mismo de conformidad con los estándares
excelentes en todo momento.» De este modo, se agotan nuestros recur- externos de excelencia y de triunfo, en detrimento de su personalidad
sos internos y se produce lentamente el incendio que nos consume. real. Como escribe Freudenberger, es en el momento en que «nuestra
Según Freudenberger, tales estragos no se producen fortuitamente. fachada destinada a "afrontar el mundo" empieza a presionar a nues-
Sobrevienen cuando la vida o el trabaje /ªno aportan a los individuos tro verdadero yo interno cuando los problemas empiezan. Por consi-
la recompensa que esperaban. En efe9to; la vitalidad que les mantiene guiente, el foso entre lo que realmente somos y lo que parecemos se
en su carrera hacia el éxito no viene de la nada, sirio que se apoya en hace cada vez más profundo. Nuestros valores, nuestro modo de fun-
algo,-necesita ser alimentada, y este alimento no es sino la recomp·ensa cionar, incluso nuestro sentido de la moralidad y de la justicia acaban
· obteuida por los esfuerzos realizados: cuando la vida o el trabajo dejan volviéndose completamente falsos. Intentamos adaptar nuestros vercla-
Je aportar tales recompensas, su energfa se desmorona y el incendio deros estándares a nuestra fachada, sin loghrlo, hasta que el Yo auténti-
estalla. co abandona la lucha y cede ante el yo-imagen. Es su última esperanza
De hecho, estos fen6menos se producen en los individuos que p~ de conseguir sus fines. Almismo tiempo, la imagen tiene cada vez más
~een un !d.:al elevado del yo y en los que este ideal conduce ª. desarro- J necesidad de estÍmulos exteriores para compensar lo que ya no puede
. ll;+r pna imagen de ellos mismos eñ desacuerdo con su personalidad real/ obtener del interior, puesto que el Yo auténtico se considera ahora que
Un ideal de este tipo se ha forjado a menudo en la infancia., a veces es una entidad sin opini6n válida». Cuando los signos de éxito que ase-
.--pero no siempre"- por la instigaci6n de los padres que impulsan al guraban el mantenimiento y el reforzamiento de la personalidad adap--
· , r~iijq, a. superarse a sí mismo para ajustarse a una imagen ideal. La pre· tada empiezan a faltar, ésta, privada de aquello que la justificaba, se hun-
, si6n que empuja· a «convertirse en otro» puede también tener origen de, causando estragos en la medida de la invasi6n que había tenido lugar
im~mo, desencadenada por la admirat:i6n sentida por tal o cual perso- en detrimento de la personalidad real, relegada al olvido. ·
. na idealizada. · ' ·. Intentemos ahora explicar en términos psicoanalíticos los procesos
, , , ,LíJ.iflJ'~1ci6n qu,e desempeñan', eh la construcci6n de la personalidad, descritos por Freudenberger: parece que se produce, bajo la presi6n del
estos mecarúsmos de identificaci6n bajo la presi6n de un Ideal del yo Ideal del yo, alimentado de exigencias personales o sociales, una especie
. se conoc;.e desde hace tiempo y no tiene nada de patolqgico. Por el con- de laminado del Yo en dos instancias: el Yo-imagen y lo que Freudenber~
. trario, lo que sí parece nuevo eii los fen6menos de agotamiento y de ger lla.ma el ~yo· verdadero», el Yo real. Este Yo-imagen no es otro que el
Yo ideal, es decir.-, un Yo idealizado, un Ego llevado a su máximo de omni-
4. H. Freudenberger, op. cit. potencia, un Yo identificado con ideales de triunfo y omnipotencia.5
•,¡;. /.,:,·
5. Sobre el Yo ideal, véase J. Laplancbe, .c:Angoisse, PUF, págs. 347-348.
LAS ENFERMEDADES DE LA EXCELENCIA· 146 LAS QUEMADURAS DEL IDEAL

En esta dialéctica entre Yo ideal y Yo real hav en ci'ert d cionar durante cierto tiempo, ya que, como en la melancolía, la pérdi-
· · l 'd , ''
instancia -e Yo 1 cal- que solo puede sobrevivir baJ'o d
o mo o, una da del objeto amado consume el Yo.
l · l · . . os cond'1c10-·
Privado de la «locomotora» que constituía el Yo ideal (fueran cuales
n~; a prunera es e sostemm1ento del Yo (el Yo real del que habl p: _
r1 b d · 1v 'd ,. d a reu fo.eran las acrobacias que éste le hicier.a realizar), el Yo no logra avanzar
~en erger, es ec1r, er .tO no t eauza o, no confundido con su ima
v t . . d'd
;:r. r, 1 , • 1 e1 .1.0 en :;iit~ que mstanc1a· me ta ora entre los demás elementos del
gen, hasta que ha podido reconquistar el puesto que el Yo ideal le había con-
aparat~ ps1qu1co), que ac~pta jugar ~l juego d;I .Yo ideal; la segunda: es fiscado paulatinamente.
la confianza que proporcionan los signos de extto exteriores que con- Así pues, este laminado es el que consume lentamente toda la ener-
.,,' · '· fortan ~l Yoideal,¡n las elecciones que ha hecho y en el esf~erzo que gía del Yo, que se agota en su intento de elevarse a las alturas exigidas
ha realizado. por el Yo ideal. Pero cuando este Yo ideal, bajo el a.salto de la realidad,
En cuanto al Yo (lo que Freudenberger denominaría el Yo real) pugna se desmorona y cae sobre el Yo, el empequeñecimiento de este último
de algú.n modo para seguir al Yo ideal a las alturas adonde éste l~ arras- . y su incapacidad temporal para funcionar sin el motor del Yo ideal es
,,:: n · tra ~· administr:r _c~mo puede sus propias exigencias, conteniendo las lo que confiere al incendio su caricter devastador.
'J '' '· · puls10nes, rep;1m1end~ la angµstia su?citada por los retos incesantes a Para comprender correctamente este proceso, debemos, antes que
los que el Yo 1~eal ~usca permanentemente responder para asegurar y nada, profundiz;ar en la art:ic1,1hició11.entre dos .niveles: uno externo, de
~onfortar su exis~enc1a. Cuando los objetivos pretendidos se revelan irrea- la organizaci6n con sus exigencias y sus normas de funcionamiento,
:I
hzabl~, o cuand~ en.tor?o de vida o de trabajo deja de proporcionar y otro interno, del funcionamiento psíquico del sujeto. Es lo que va-
1
" la confianza narcmsta md1spensable P" d Yo ideal, éste se derrumba · mos a hacer a la luz de un caso concreto que ilustra los riesgos y los
sobre el Yo, y ello con tanto mayor fracaso cuanto mayor hubiera lle- . efectos de esta «enfermedad de la idealidad».
gad~ a se~ la separací6n entre las dos instancias y cuanto más profundo
hubiera sido el rechazo del Yo no idealizado (el Yo «real»): ·
pe 1
hecho, s; puede co m~arar este proceso con el de la pérdida de LA HISTORIA DE N OEMÍ
objeto o m~ b~en de la perdida del Yo de que habla Freud en «Duelo
Y melancoha». En este texto, en efecto, Freud muestra .clara.mente Finalizados los estudios superiores, Noemí entra, por un anuncio
c61?',o se produce, desp~és de la pérdida del objeto amad~~·Wi~ identifi- en la prensa, en la filial francesa de una multinacional adepta a los prin-
~ac1on del Yo con el objeto abandonado o perdido. «La so.mb,ra del ob- cipios de la excelencia. Durante nueve años ejerce, con toda satisfac-
Jeto cae sobre el Yo», nos dice Freud, y la pérdida del ob~tb am~do ción, funciones de gesti6n financiera y contable. A lo largo de este pe-
se transforma, de hecho, en una pérdida del Yo. . ~(··. · ., · ríodo trabaja bajo la responsabilidad de un patr611 -el que la ha
,, En este proceso que hemos descrito, el objeto perdido ;;s::~1:,y0 ideal . reclutado- a quien ella aprecia y por quien es apreciada. «Se me apre-
, , en la medida en que_ se ha? fa. conf~?dido con el .objeto-org~pizaci~n, .. · ciaba mucho, se reconocía mi valía, y esto para mf era fundamental.
. en tanto en cuan.to s.e, hab1a 1~ent1f1cado con el ideal org~Íl:ªcionaL Debo reconocer que trabajaba enorrnementé, llegando a trabajar siete
~uando la orgamzac1on se retira, cuando ya no manifiestá·'.qi.el amor días de siete, domingos inclusive, empezando a las siete de la mañana
.: m el.reconocimiento, el Yo queda en cierto modo ariiquiia:4ó:.P,or esta para terminar a la una de la madrugada; asf pués, se tmtaba ciertamente
pérd1~a'. Y, como en el d~el~ y la melrul.colfa, el sujetode§'~; despué; de una inversión profe.~ional muy fuerte .. , mi objetivo personal era triun-
de la fas~ b:utal de~ h~ndim1ento'. afrontar una fase melaric61ica (esta far... triunfar en esta carrera.»
fase de perdida de v1tal1dad, de tedio y de desesperaci6n de l~·<).iie habla Cuando se le pregunta de dónde procede esta voh~ntad de triunfar,
,, 1 ,F~eudenberger). q~e corresp~nde. ~la identifica~i6n con e1:9Jij~:o, ~e:- . ella la sitúa espontáneamente en su origen familiar y en una voluntad
de afirmación e incluso de revancha feminista colitra la opresi6n profe-
, ,41do que const1tuia la orgamzac10n para el Yo 1dea1. El YQ del mdm-
... ,,qµo, amputada una parte de sí mismo -su Yo ideal-, no to~~gue fun- sional de que las mujeres de su familia han sido víctimas durante largo
L '.>'', . ._,·:,}-·". , .. : tiempo: «Pienso, que en. cie1ta manera tengo ganas de vengar a todas
_·;rH,.,~. S. Freu<l, «Dueil et !Il~lancolir. "" MJ,,,,,M~l.ntM:. n•.!. r.11:. esas mujeres que están detrás, detrás de los hombres, que nunca tuvíe-
L>\S ENFERMEDADES DE LA. EXCELENCIA .147 148 LAS QUEMADURAS DEL IDEAL

ron nada que decir y que s6fo se dedicaban a traer niños al mundo y está privada de las posibilidades de acción que tenía en un principio,
hacer las tareas sucias, sin que se las valorase. Había visto demasiadas y por otra, está bajo la autoridad de un hombre que pretende doblegar-
mujeres trituradas por el sistema. Era una forma de vengar a mi madre, la y al que ella desprecia, cuando todo su camino profesional hasta allí
a mi abuela, y para mí, era la mejor estructura, puesto que se trataba ha consistido en vengar -mediante su propio éxito- a las mujeres de
de una empresa que reconoda mu~ho a las mujer~. ~e quedé en esta su familia doblegadas bajo la opresión de los hombres.
empresa precisamente ~orque hab1a _este reco~0Cln:1ento». / . El reproche que dirige a la organización, por «reconocer a un tipo
Ya tenemos establecidas las prem1.:;as de la idealidad: Noemt tiene así», está a la altura de la inversión que ella había hecho en aquélla y
un ideal --vengar a las mujeres oprimidas-, y para ello debe triunfar. del apego que le tenía por haberle permitido realizar lo que era su ideal:
Ha encontrado una empresa que le ofrece ~a oportun~dad para ell? y triunfar profesionalmente y realizar su venganza en tanto que mujer:
que, durante varios años, le ha permitido. sa~1sfac~r ~te ideal concedién- «A través de él) yo tenía una reJaci6n pasional con respecto a toda la
dole regularmente los signos de reconoc1m1ento md1spensab~es que sus organizaci6n, y el reproche que le hada a él, se lo hada de hecho a
compañeras no han podido cono~er. Ella~ por s~ parte,. realiza un tra- esta organización que promete una cosa... y después no la cumple... ».
bajo ~siduo de~ que su~ya su ClrJ.c..;er .casi excesivo deb~do a su p~dec­ Noemí experimenta, pues) un sentimiento de frostración hacia esta
cionisrrio: «Exigía demasiado de IU1 misma, ya que nadie me obligaba organización tan querida, que, de repente, prefiere lo que ella juzga ser
a ser perfeccionista, a tener tantas exigencias ha~ia. nú y hacia los demás». un mediocre y, sobre todo, ya no le da como antes lo que ella espera.
Al cabo de unos años se produce un cambio important~ en la .estra- El proceso de desilusi6n, de desidealizaci6n más bien, ha empezado.
tegia de la filial donde trabaja Noemí: la empresa se amplia considera- La quemaz6n interna empieza.
blemente y pasa en poco tiempo de v;;.· á 2.000 personas. Es;a 1;1~ta- Se manifiesta por una de las formas más clásicas de este fenómeno·
. ción entraña importanres reformas, las estru~~ se vuelven mas ng1das y que se encuentra en la mayoría de los casos de pérdida de objeto: la
y pierden su carácter «artesanal», lo q1:1e s1gmfaca, concretamente, un depresión, debida a la decepción, al hundimiento del ideal proyectado
carnbio en la situación de Noemí, que pierde en ese momento gr,m parte en la organización, que cae sobre el Yo y lo desvaloriza: «Yo, que adora-
de :m autonomía: «Me quitaron poder, dejé de tener mi prop~o p~es~­ ba esta estructura, este clan, que vivía para la empresa ... y ahora llegaba
puesto, dejé de tener autonomía, no podía au~e~t~~e a nadie m mil por la mañana o por la tarde para trabajar al máximo y así despertarme
pesetas (50 francos), cuando dura.r;te años hab;a ~mg1do al personal a tarde y vo1Yer a regañadientes. Llegué a un punto en que se convirti6
base de aumentos y pequeños esnmulos economtcos; todo .esto ya no en algo psíquico; la simple idea de volver al trabajo causaba una crisis
lo podfa hacer, no podía actuar y ~aba co.mpletamente ;rrmconada». de lágrimas, y empezaba a llorar». ·
Este primer ataque contra las prerrogativas de Noem1 se ve aum~n­ Los problemas siguieron empeorando y Noemí termin6 por des-
tado por un conflicto bastante violento con uno de sus colegas qmen moronarse completamente. La descripción que nos hace de su «caída»
-a causa de la reorganización de la empresa- se encuentra. ahora en es realmente sobrecogedora por la vivencia psíquica que recuerda y que
posici6n de superior jerárquico de Noemí: «Teníamos dos m~e~ de · nos evoca a la perfección tanto el laminado entre el Yo y el Yo ideal
ver las cosas; él me reprochaba a menudo el que fuese perfe~c10111sta, como la profundidad del hundimiento del Yo ideal. «El día en que todo
dura, que llegase siempre hasta el fondo de las cosas~ pero. m1entras es- se vino abajo realmente fue bastante dramático, ya que siempre se me
tábamos al mismo nivel la cosa funcionaba. Despues, quiso doblegar• había visto muy viva, muy sólida, muy firme; aquel día me desplomé
me y lo soporté muy mal. Pero lo que me hizo más da~o fue que recon~· psíquicamente. Me acuerdo muy bien, estaba en mi despacho, después
ciesen a ese tipo, cuando nunca había hecho nada notorio. Cu~do hab1a me hundí, me sentí abatida, dejé mi bolso, me deshice en lágrimas ...
graves necesidades, grandes problemas, no estaba nunca, al~t. Cuando era peor que si twoíese un muerto ante mí. .. alguien muy querido qué es·
se estaba frente a un escenario catastr6fico, no estaba afü; siempre !le- taba muerto se ha derrumbado. Es como abrazarse a alguien que está
gaba en el momento en que ya todo funcionaba ... una organiza· 9ue en pie y luego tumbarlo.,. ·
El laminado del Yo es total:· la caída del Yo ideal se vive, psíquica-
cíón como ésta le reconociese, ¡creo que .esto ..me , había trastorn.adol».
·' Noem.i'se encuen,tra. nm•.<:. "'º 11n" ~•t,....,..,.._,.. ..... ,., ..
......... - ....
n
--
_.... _.. .... mente, casi como la muerte de un ser querido, pero un sPr 11.,,.,.;..1~ -·- -
LAS ENFERMEDADES DE LA EXCEUNCJA 150 LAS QUEMADURAS DEL IDEAL
H9

forma~a parte de u?o mismo y q~e se ha perdido «:1> más bien, se ha da por la empresa: «Hay que ser el más fuerte, el mk perfecto, todas
pulverizado. El Yo ideal de Noem1, que ella denomma su «imagen 1 las notas hablan de perfecci6n; la direcci6n general y la direcci6n de
marca» y que había ~wdelado segú.n el ideal preconizado por la emp;e~ recursos humanos hacen regularmente -cada dos días de inedia-· una
sa, arrastra en su ca1da al Yo de Noemí («es como abrazarse a alguien nota sobre el concepto de perfecci6n, de exigencia hacia uno mismo
y luego tumbarlo») y éste termina en una.cHnica psiquiátrica. Vuelve y hacia el cliente». ·
'a salir al cabo de cuatro meses, con la lucidez suficiente, para darse menta ·'.! Se puede comprobar, en efecto) la fuerza de tales sistemas y la for-
~; ::)de··c¡ue no tiene fuerzas para afrontar de nuevo la situaci6n y dimite, II1ª que tienen de captár el Ideal del yo de cada cual para producir un
• · con el sentimiento de que es la única cosa que puede hacer para «salvar «yo conforme», e_-; decir, hombres y mujeres en conformidad con el ideal
la pieh,: «Una de dos, o dimida, o presentí; que iba a morir o a :suici- de excelencia y de perfecci6n. Pero se ve bien, asimismo, que estos sis·
darme en pequeñas dosis y, bien, por instinto de couservaci6n me dije: temas s61o pueden funcionar con la complicidad del Ideal del yo de cada
"No v~lveré jamás". Eran ellos o yo, y yo no queda trabajar para ellos; uno. Esto es debido a que las personas que integran estas organizacio-
si hubiera vuelto, habría muerto de verdad». nes tienes interés en el ideal propuesto, porque ven en esta exigencia
La encrucijada de fida y muerte se impone, realmente, y cuando e~trema una forma de hacer realidad su Yo ideal, de proyectarse, de rea-
Noemí afirma que si vólviese (<moriría de verdad,,., o que acabaría por lizarse, de progresar; es por ello que se adhieren a ellas tan fuertemen-
suicidarse en pequeñas dosis, es porque sabe que, en tal contexto, en te. La producción de lo que aquí proponemos denominar un «Yo ideah~
que los requerimientos del Yo ideal son fuertes y su cumplimiento in- no es, pues, solamente el hecho de la organización que buscada producir
dispensable, no tiene ninguna posibilidad de phntar c:ira a la situaci6n. hombres conformes; es, de hecho, una coproducción individuo-orga-
Entonces, abandonar la estructura es la única posibilidad que le queda nizaci6n que no se lleva a efecto sin el asentimiento, incluso a menudo
· para salvarse y restaurar su Yo sin la sofocante sombra de un Yo ideal con.,el asentimiento entusiasta, de aquellos que concurren a su fabri-
inquebrantable. cacion.
Hemos dicho anteriormente que el ideal de Noemí habfa sido, de Pues si Noemi subraya con razón fa profondidad y la intensidad de
hecho, modelado según el ideal preconizado por la empresa: esta ide.n- la influencia ejercida por 1a organiz:;ici6n sobre lPs individuos, olvida
tificaci6n y este pro.ceso de captaci6n es lo que ahora vamos a analizar. m::nciona~ ~ue durante nueve años ella h1 funr::ionado a b perfección
En efecto, Noemí describe ampliamente la enorme influencia ejercida b~J~ este reg1men ... Tanto que las recompensas y los signos de recono-
por la organización mediante la excelencia que espera y exige de sus c1r:i1ento le ap_oru:ban la prueba de que su Yo ideal se correspondía con
empleados: «Cuando entráis allí, os debéis a ello, os debéis a esta organi- el ideal orgamzac1onal deseado por la empresa, sacando provecho de
zación; de todas maneras, en tanto que ejecutivo no se puede funcionar. ello, y ampliamente ...
de otro modo, y cualquiera que no se adapte a ello quedará pronto al mar- El problema aparece en el momento en que, por alguna razón, el
grrz Entrará en una vfa muerta. Todos los que dejan de estar completa- individuo no puede seguir el ritmo impuesto po~· la empresa, ya sea
mente dentro del sistema caen. --Más adelante, añade- es realmente porque ya no tiene los medios para continuar, ya sea porque el ideal
una organizaci6n que te tritura, que te come... Esto se traduce enuna perseguido hasta el momento aparece de repente desconectado de si,
en desfase respecto a las exigencias del resto del yo del que ya no puede
especie de ética, de cultura de empresa que os hace ser los mejores, ¡;on
. el lema "sois los más bellos, los más grandes,' los m~s fuertes". Ter\fü a~ogar más la voz. En ese momento, la orgaüización ya no genera los
que ser excelentes en todo, está escrito en vuestro contrato, es la exce- signos de reconocimiento y las recompensas que sostenían al Yo ideal,
lencia por la excelencia ... Cada dos meses hay que volver a darse un o bien estos signos de reconocimiento pierden súbitamente todo su va--
baño de excelencia, hay toda una planificación de formaci6n, de semi- lor, con lo que se derrumba entonces el conjunto del sistema... o se
narios, se os envía a un lugar muy bonito, y durante una semana se deshi~cha... como un globo vaciado repentinamente del ilusorio aire , .
os recuerda cuáles son los objetivos, el porqué de vuestra presencia, qué de la identidad.
es lo que debéis hacer y que cada pequeña acción es necesaria para fa
' • • I
oq;,,111:t:ir1r'n'' 1' ·r ' I rvoca t;uno1en
I' occrnt t •J la nocion • I dest1ºl a-
•I ele pe d ecc1on
152 LAS QUEMADURAS DEL JDE.AL
LAS ENFERMEDADES DE LA EXCELENCIA 151

LAs ETAPAs ntl DERRUM,BN<rffimo: UN rRocESo PsrcooRaANizAc10NÁ.t


es una instancia interna, pero forjada a partir de elementos de la ·reali-
,' .·.,'·; i.\. ,: . ¡.· '·"' . '
dad externa (personajes idealizados, modelos, etc.). En el caso de Noe-
A cont.inuaci6n intentaremos rehacer las distintas etapas del proce- mf, por ejemplo, este Ideal del yo se había concretado en el pro~e_cto
so que acabamos de describir mediante la historia de Noemí. . de triunfar profesionalmente para «Vengar a las mujeres de su familia»,
Ya hemos introducido un cierto número de nociones psicoanalíti- aplastadas por los hombres ...
cas (Ideal del yo, Yo ideal, narcisismo, pérdida de objeto.. J. Ahora nos
queda desmontar, etapa por etapa, el proceso de articulación y de «cie- Nivel psíquico
Nivei organlzaclonal
rre» entre foncionamíento psíquico y funcionamiento organizacional
y mostrar cómo ciertos mecanismos de funcionamiento psíquico se en-
cuentran m&..s pirt:Ícularinente solicitados por tal o cual modo de fun-
cioharniento oiganizacional. '
en
Preciseinds primer lugar la distinci6n que establecemos entre el
Ideal del yo y el Yo iltleal. Aunque esta distinci6n no aparece en todos
los textos de Freud y no ha sido retomada por todos los autores, aquí
adoptamos el punto de vista de Jean Laplanche, quien, partiendo del Exigencias Modelo:
de 'Triunfar
sentido implícito de la expresión «Yo ideal», define a este último como organización profesionalmente'
«Un Yo idealizado, por contraste con un Ideal del yo que es algo que (en el caso de
se situaría ante el Yo a alcanzar; así pues, el Yo ideal sería un cierto
avatar del Yo, transformado, metabolizado en ideal».7 Se puede, a par-
t Noem!: para
•vengar a las
mujeres de
la familia")
tir de aquí, distinguir los dos términos designando como Ideal del yo
aquel que se siuía ante el Yo como ideal a alcanzar -el modelo idéal
en cierto modo·-, mientras que el Yo ideal sería el estado del· Yo ideali-
zado, identificado con los ideales, transformado por una integración (al
menos parcial) de los ideales.
Una vez establecida esta distinción, repasemos las etapas del proce- Esquema 1
so de derrumbamiento que hemos descrito.

Simultáneamente, en el plano externo (el de la realidad exterior),'


Pnmera fase: el modelo organizacional. la organización propone una cierta forma de personalidad, una cierta
forma de ser que de algún modo «Se posa» sobre el proceso psíquico
En un primer momento, el individuó y la organizaci6n se presen- individual (en particular, sobre el Ideal del yo), para empujar al indivi-
tan como dos entidades muy distintas, cada una con su modo de fun- duo. a adaptarse a está «forma de set». En esta última, encontramos tam-
cionamiento propio. En el individuo, el Ideal del yo está presente como bién el ideal de excelencia individual, del que ya hemos hablado, confi-
rnodelo a alcanzar. Esd forjado a partir de la convergencia entre el nar- gurado por una cie.rta cantidad de cualidades personales que se le
cisismo (idealizaci6n del Yo) y los diversos ideales paternos, colectivos, proponen al individuo en tanto que necesarias para formar parte, pro-
etc. 1 a los que el sujeto ha sido confrontado.ª Así pues, el Ideal del yo gresar y triunfar en la organizaci6n. Esta forma de ser ideal propuesta,
por la organización la denominamos «el ideal organizacional».
7.. J. Laplanche, «Moi idé-al et Idéal ,du moi», en L:t!ngoisse, Problématiq11es 1, Pads,
1981, págs, 347-348. ·
8. Véase la definici6n del Ideal del yo en Laplanche y Pontalis, Vocabulaire de la
·t1<;tf'lvnuJ./"\1,·~. '
154 LAS QUEMADURAS DEL IDEAL
LAS ENFERMEDADES DE LA EXCELENCIA. 153
e!,
tre. Ideal del yo y .el Y~· Se p~oduce así el inicio de um. especie de
Segunda fase: el contrato narcisista escmon del Yo, y el md1v1duo vive cada vez más al nivel del Yo ideal
en detrimento del resto de su Yo. .'
Hemos dicho que la empresa proponía al individuo un cierto modo
de comportamiento, una cierta manera de ser y de actuar para progre-
sar y triunfar, y que le pedía invertir su energía (su libido) en un pro- Tercera fase: captací6n
yecto preciso. A cambio, le ofrecía reconocimiento, pertenencia, :valo-
raci6n de sí mismo y' de su funci6n. En este sentido se podría hablar Sin embargo, simultáneamente, el individuo ha sido poco a poco
de una especie de «contrato narcisista» 9 entre el individuo y la empre- «ca~tado~> P?r el modelo propues~o por la organizaci(m, ya sea por la
sa. En efecto, mediante el reconocimiento y las gl'atificacione.s que ésta pres16n e1erc1da, ya. sea por ~a adJ:~16n personal. Interioriza poco a poco
otorga al individuo que se comporta de .acuerdo con lo que ella desea, este mo~elo !, este ~deal, se 1dent1fica con la personalidad propuesta. por
la empresa permite a es~e último concretar en parte su ideal de éxito. la. orgamzac1on, e mtegra en su Yo ideal fas cualidade.~ necesarias pa.rn.
Le devuelve una imagen satisfactoria de sí mismo, y una parte del Yo del triunfar.
individuo vive entoncétr al nivel de lo que hemos llamado su «Yo ideal», Asistimos, pues, a un movimiento doble:
es decir, un Yo identificado en parte con el Ideal del yo, un Yo transfor-
mado por la integrad6n (aunque parcial) de los ideales. - de ~apta~i.6n ~el Yo idea~ por el ideal org::inizacional;
En el esquema 2, hemos representado este proceso con una peque- -;- de 1dent1f1cac1?n d~l Yo ideal con d ide2J organizacional, que
ña burbuja que se separa del Yo y se coluca en posici6n intermedia en- presiona cada vez mas, mientras que el resto del Yo del individuo se
empobrece.
Nivel organfzacional Nivel psíquico
Nivel organizacional
Nivel psíquico
·Exigencias 1
dela
organización 1
'
1

1
1 1'
"Todas las l
notas hablan : '
1
1
de perfección" : •
''
~

:
1
1

G··-~:f Ji
Identificación 1 ,
con el Ideal 1 e:
'

·sentimiento CAPTACIÓN l~
de éxito"·
-··-----····r--····----)> YO : .!'J
i IDEAL
~-~·iciEÑTJFré'AéióÑ····· ¡~
("se me apreciaba

('···vó)
mucho..• se reconocía
mi valía••;"me quedé
porque habfa este l --ft.. \Y
reconoclm!ento')
. :
1
1
1
1

!
Esquema 2
Esquema 3

9. Sobre esta noción, véase en particular P. Castoriadis-Aulagnier; lÁ Violence de


finterpr&tation, PlJF, París, 1981.
.LAS ENFERMEDADES DE LA EXCELENCIA 156 LAS QUEMADURAS DEL IDEAL

Cuarta fase: fusión Quinta fase: ruptura

Llega un momento en que la fusión es completa, es decir, que .el Se llega a un punto en 9ue e~ indivi~u.o, habie~do alcan~ado ~~s lí-
Yo ideal del individuo se ha transformado en un Yo ideal organizacio- mites o no llegando a seguir el ritmo ex1g1do o .«cie~-;ndo d~ 1~entif1car­
nal. El modelo predicado por la organización está completamente in- se» con las exigenciás o la actitud· de la o.rgamzac1qn h~cia el (el caso
teriorizado, y el reconocimiento concedido por la organización hace de Noemí, que no comprende que s.e ~refiera a un «m~d1oc:e»); ve qu;
que el individuo viva en gran medida a la altura de ese Yo ideal organi- la organización le retira el reconoc1m1ento y las graufic:c10nes narci-
zacional, mezcla compleja de realizaci6n del ideal personal de recono- sistas que le concedía hasta aquel momento, lo que entr-ana una ruptu-
cimiento y de triunfo, y de integración en la personalidad del m9delo
de comportamiento y de la manera de ser propuestos por la organización.
Nivel organlzaclonal Nivel psíquico
Es también la fase de la ilt1sión, en la que el individuo vive de acuer-
do con el nivel de las exigencias de la organizaci6n, confortado por todo
tipo de gratificacib.qes narcisistas, mientras que su propio Yo se empo-
brece igualmente. •
El advenimiento de este Yo ideal organizacionaJlO ilustra bien el
proceso de comunicaci6n y de articulaci6n que se produce entre fun-
1''
cionamiento psfquico y funcionamie:: to organizacional. Profundizare- '
•'
.•''
1
mos, en la quinta parte de este libro, en el estudio de este proce50.

•'
Nivel organizaclonal Nivel psíquico
•••'
v
Q -
,,

Esquema 5

nos permite mantener relaciones satisfactorias con el .entorno. En es~ senddo, 1ay algo!
de falso self en Ja personalidad de todos, en la medida en que la v1~a en sociedad re-
quiere «una actitud social educada, de buenas maneras y con una c1er~a reserva»; Por
contra, cuando el falso sdf inv:ade al verdad~ro, cuando la concha sustlture al :iude~,
cuando el individuo se cree el papel que interpreta, entramos en una dmám1ca mas
pato16gica. Al proponer el concepto de ~yo id~;! organízacional• mfui que e~ de «f7lso
self,,, queremos poner el acento en la art1culac10n que ~e produ~e entre funcionamien-
Esquema 4 to psíquico y funcionamiento organizacional y en la_ 1nfluenc1a del segundo sobre el
primero (véase Winnicott, .:Dist<;irsión del yo en función del verdadero y dd falso Yº"•
10. A propósito de esta noción, se podría evocar el concepto de «falso seJf,. pro- en The Maturational Procen and the Facilitating Envíronment, Londres, Hogarth Press
puesto por Wirmicott ~designar la fachada «Civilizada,. de nuestra personalidad. que and the Institute of Psycho-Analysis, 196,5).
158 LAS QUEMADURAS Df:.L !DEAL

LAS ENFERMEDADES DE LA EXCELENCIA Nivel organi:z:acional


1.57 Nivel pslquico

(i).
'· . . q· ¡" .:.... -

ra en la es'fed. del Yo ideal, que había terminado por confundirse con


el ideal organizacional. El individuo ya no encuentra la imagen ideal
.que tenía de sí mismo y que la organizaci6n le devolvía. .
. · .En el caso de Noemí, es la situaci6n que se produce cuando la orga-. ,'''-....--
nizaci6n le retira 'su presupuestq y pone por encima de ella a un hom- !
I '
. ' '· bre que ella considera mediocre lo que la lleva a reencontrarse, cq.µ¡o /
1

•({Toda n1i idea de


,,; mujer, en posici6n de vencida, de sumisa, al igual que las mujeres de / marca se vino
,; ~} ;y" . '
su familia, que estaban «detn\s ,de los hombres, haciendo las tare~s su-'. , '
·,:
abajo ... ,..
• «Es comos! tuviera
tías)), Su Yo'ideal se.fisura.
,,, .' ' 1 ¡[ un muerto ante mi, un
.\~ muerto rnuy querido.»
L, '\.

~
••<Es como tomar a
i6:8L~ alguien y mmpelio."
Sexta f~e: hunditn,ento
... ~~;ta)~d
'"-...
Privado de su apoyo (el reconocimiento y las gratificaciones de la :-fo
organizaci6n), el Yo ideal se hunde con mayor fracaso cuanto m.S.S vi- ·-"
vía, precisamente, .de tales gratificaciones, cuanto m.ts existÍa, esencial·
mente1 :i.corde con el nivel de la imagen, la «Ím11gen de marca» que le Esquem:t 6
devolvía la organizaci6n. Vaciado de su sustancia y privado de su apo·
yo, el Yo ideal (transformado en Yo ideal organizaciónal) se hunde so- porcentaje de personas relativamente estable: en el tiempo: «Periódici_
bre el Yo: «Toda mi imagen de marca se ha derrumbado. Es como si mente, hay algunos que caen así, cuenta Noemí. Una se entera por ru~
tuviera alguien muerto ante mí, alguienmuy querido que estaba mue.rto». mores de pasillo: No esd escrito en nitlguna pa.rte pero rodo el mundo
El proceso es profundo en la proporci6n en que el Yo ideal organi- lo sabe... se dice... Tal persona esd en tal sitio (una clínica de b. región
zacional había terminado por consumir el Yo. De aquí los sentimien- parisina o una clínica en Suiza, según el nivel jerárquico de la perso·
tos muy intensos de muerte, suscitados por este hundimiento: «Si vol- na) ... Me acuerdo que al principio se hablaba de ello en un tono alegre
viera, ciertamente mortd:u: dicho de otra manera, ya no tendrÍa ninguna y que después uno se pregunta: "Dios mío, ¿y si esto me pasa a mí?".
posibilidad (estando muerto el Yo organizacional) de restaurar lo poco Tenía miedo porque, según los casos, hay algunos que quedan más o
de Yo que me queda. . menos demacrados. Después hablé con otros a quienes les había pasa-
Mediante este análisis se ve que el concepto de burn out, aunque do... Se tiene un sentimiento de culpabilidad, de que no se ha respon·
ilustre muy bien la intensidad y el carácter devastador del proceso qúe dido lo suficiente, y al fina.l uno no sé siente v~1ido para nada. Pero
es objéto de discusi(Srr, Í.1ó nos permite aprehenderlo de formi·suficien- lo divertido es cuando nos telefoneamos: nos decimos en qué sitio (qué
temente precisa. Es importante,. sobre todo, subrayar que este proceso clínica)· estábamos, qué tratamiento tuvimos ... llegó un momento en
proviene del modo de funcionamiento social que hemos descrito ante- que estaba al corriente de todas las composiciones de ciertos medica-
riormente (sociedad individualista y narcisista), y del tipo dé persona- mentos ... y nos intercambiábamos algunos: "Ah, .no me digas, tú to-
lidad generado por este tipo de sociedad (personalidad narcisista). Ad- '
mas este, . yo tomo este
pues mira, '"E ... ~nf 'm, a.hora me no,
' pero... >~.
quiere una importancia particular en las organizaciones q1,1e actúan en El fen6meno (un determinado porcentaje de personas que se des-
este sentido, por una parte, influyendo en el individuo en }a esfera de moronan) parece suficientemente constante, en cualquier caso, para que
su Ideal del yo, y, por otra parte, reconfortándolo nárcisistamente, con la direcci6n de recursos humanos se. haya hecho cargo del mismo y lo
el reconocimiento y las gratificaciones que le otorgan, para llevarlo .ª gestione. «Cuando has caído.
.
en fin. cuando va no furtcionas.
' t
es la DRH
··' , .• progresar en la vía que ellas desean. . ·
. ; .• ¡ este modo, en
la empresa de NoemL el Íl".nÁmPnn .,.f,.rt,.,h~ ,, ..... ..1.r
LAS ENFERMEDADES DE LA EXCELENCIA. 159 160 LAS QUEMADURAS DEL IDEAL

la que se hace cargo de ti, la que se ocupa del aspecto médico, la que el individuo lo que Milgram 12 denominaba un «estado agé_nti:o~, es de-
ts: encuentra un sitio en una clínica, la que se ocupa de tu convalecen- cir, un comportamiento de sumisi6n absoluta, donde el mdmduo ~c­
cia, la que se ocupa de ver si tienes problemas, la que te ayuda ... En tÜa no como un ser aut6nomo y responsable, sino como un agente eJe-
mi caso, lleg6 a ocuparse de la custodia de !11Í hijo, porque es ttna orga· cutor de las órdenes de otro. En la experiencia de Milgram, este otro
nización que quiere llegar hasta el final; aunqite hayas ca{do, aunque no . era el experimentador que encarnaba la autoridad; en la organizaci6n
hay.is corrido lo stificíentemente rápido, no se te va a dejar tirado, al me- · .. je.rárquica, se trata de que los ejecutivos transmitan las 6rdenes de la
nos te conservan ... qui~ro decir, ¡te entierran/» estructura.
Aquf encontramos de nuevo uno de los rasgos más característicos En suma, en la organizaci6n jerárquica, et esquema esbozado ante-
de la cultura de «dan» de estas organizaciones (según la expresi6n de riormente pasaría a tener la forma siguiente:
William Ouchi), 11 que, al exigir una adhesión inquebrantable y un
compromiso sin Hmit~, toman a su .cargo la casi totalidad de la exis-
tencia de sus em,pleados y asumen, en todo caso, las consecuencias a Primera fase: solicitaci6n del Supery6 de cada uno por
vec;:es Úegativas de k> que ellas han co1mibuido a producir, los errores el modelo organizacional autoritario
de su modo de funcionamiento, en cierto sentido... la recogida de aquellos
que «!lO han podido correr tan rápido». La instancia en juego ya no es, como hemos dicho, el Ideal del yo,
Podemos intentar ahora separar lo que distingue a este nuev.o tipo sino que pasa a ser el Supery6.
de orf!anizaci6n de las orn:anizaciones más Clásicas, donde las nociones
de je1~rquía y de obediencia son determinantes, donde el funcionamiento Nivel organlzacional Ntvel psíquico
interno no se articula alrededor de la solicitación del Ideal del yo y de
la gratificación del narcisismo, sino en torno al Superyó y me~i<lme
, el temor al castigo. ,.

t•
,:
EL FUNCfONAMIENTO PSÍQUICO EN LAS ORGANIZACIONES
JERÁRQUICAS AUTORIThRIAS
.'
En la organización jerárquica Clásica existe también un modelo de
comportamiento a observar, un «modelo organiz.acional» que lo pide
todo del individuo, como vimos anteriormente. Sin embargo, no actúa
sobre los mismos resortes. El modelo organizacional predicado por la
organización est~ hecho de sumisi6n y obediencia; ,no se dirige -al Ideal ,
del yo del individuo, sino a su Supery6; no se trata de la promesa de
Esquema 7
Ñ ---~

reconocimiento y. gratificaci6n si se triunfa, sino del miedo de la san·


ción si se desobedece o se fracasa.
En pocas palabras, es un modelo autoritario que busca suscitar en

1L Ouchi distingue entre el modelo «mercad~», el modelo «burocracia» y d mo-


delo «e: hin», aplicable tanto a las empresas japone.sas como a las que estamos hablando,
que toman totalmente a su cargo a sus empleados como lo haría una familia (véase
,,,t.,.:
(l, .. J,f ···- . _ .,/ . •, lJ • • ."'." 1 V .• · I u• . -- •'- ..
12. S. Milgram, Soumission 4l'aittorité, ¡>¡¡ds, Calmann,Uvy, 1979.
LAS ENFERMEDADES DE LA EXCEl.ENCrA
161 162 LAS QUEMADURAS DEL IDEAL

Segunda fase: constituci6n de un Yo «superyoico» Nivel organizacionaf Nivel psíquico

Esta fase corresponde a la integraci6n progresiva por parte del indi-


viduo de las normas y las exigencias de la organi?.aci6n, que se añaden
a las. formas y las 'exigencias paternas que habían. constituido 1a base·
de la formaci6n del Supery6. El individuo integra en una especie de'
yo «Superyoico» las exigencias que la organizaci6n dirige a su Supery6. ~
'"'"'-.
G:V
---. \
\
Nivel organlzacfonal
CAPTACIÓN /
'
YO \ ~
/
,,.,¡ ...... ..... "'...
. ~~
t~

··-··--·-----~----········..).: SUPER- 1 \
:1 \\ YOICO , ! ~t

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"""_..,,,.. .... - .. - ............. .,, ....... __ ,.._.,_,,,..,_,,. .. - · ".. # ~ ~

IDENTIF¡cACIÓN '·~ •• -··


¡ (_'\ /
¡ ~9-·
Esquema 9

psíquico sobre el que se apoya y que contribuye a producir, así como


las formas de patología que induce, los que son distintos.

LAS ENFERMEDADES DEL NARCISISMO

Esquema 8 Es aquí donde debemos establecer el vínculo con fas grandes evolu-
.. _ l'.

c~ones psicosociol6gicas que evoclbamos anteriormente. El paso de una


sociedad autoritaria, articulada sobre normas y de estructuras sociales
Tercera fase: constituci6n del estado agéntico s6lidamente apuntaladas, a una sociedad m~s individualista y narcisis-
ta, donde las estructuras sociales se encuentran debilitadas y donde la
Se produce cuando el Yo «superyoico» se ha fusionado t~taimente · relaci6n por parte de cada uno de su yo en todas sus dimensiones figu-
con d modelo organizacional autoritario, cuando el individu9 .se ha ra en primer plano de las preocupaciones, implica una mutaci6n ob~
convertido en un perfecto agente de la organizaci6n. .~ . servada en el modo de funcionamiento interno de las empresas. Por·
Se puede observar que el resultado final obtenido es sensiblemente. una parte, las personalidades individuales a las que las empresas se diri-
el mismo que en el caso precedente: la conformidad a las. ~gencias gen han dejado de ser las mismas; por otra parte, los nuevos modos
organizacional.es. En efecto, el Yo ideal organizacional del ej~mplo pre- de gesti6n implantados también contribuyen a conformar un nuevo
cedente es similar en muchos aspectos a una cierta forma de estado agén· tipo de individuo: el hombre managerial, del que hablábamos ante-
tico, pero a un estado agéntico que funcionaría por seducci6n, por cap- riormente. .
taci6n narcisista, y no por imposici6n y obligaci6n. En e(~dci, es. el Estas mutaciones sociol6gicas y psicol6gicas se observan, por otra
mecinismo de «producci6m~ de este estado, o el modo de funcionam,iento Darte. en los nuevos tioos de oatolrnrfas detectada.~ nor lo;; mim:rn!!li~-
LAS ENFERMEDADES DE LA EXCELENC!A
164 LAS QUEMADURAS DEL IDEAL
tas. Efoctivamente, hay numerosos testimonios psicoanalíticos que con-
firman la aparición en la sociedad contemporánea de un nuevo tipo de la «organizaci6n límite» a la angustia de castración subyacente a la
de patología que ellos denominan la «organización límite» y que pre- estructura neur6tica. En la pretensi6n de referir estos tipos de angustia
sentan corno intermediaria entre la neurosis y la psicosis. 13 Si bien ia a los modos de funcionamiento organizacionales en los que se inscri-
estructurací6n neurótica descansa ·en «el conflicto latente que opone el ben, podemos referir la angustia de pfrdida de objeto, es decir, la de-
Ello al Superyó a través del Yo» (y se articula sobre el conflicto edípi- presi6n, a las organizaciones que hemos descrito, que actúan y trabajan
co), y la e~tructui;-ación psicótica corresponde, po. su parte, "ª un con- sobre el Ideal del yo, mientras que las estructuras jerárquicas de las or-
flicto entre pulsioneS'y realidad, conflicto en el que el Yo llega a encon- ganizaciones más clásicas engendran más bien angustias de castraci6n
trarse excluido», 14 la organización límite se define ante todo como una que no son sino angustias de culpa (reminiscencia de conflictos edípi-
«enfermedad del narcisismo)>. «El peligro contra el que luchan todas cos en los informes al jefe, a la jerarquía, etc., miedo al castigo en el
las variedades de esrados límite, es ante todo la de-presipn»: los sujetos modelo del temor de <;astraci6n del período edípico, etc.).
de que hablamos, s~gún la descripci6n de Bergeret, manifiestan una in- Pero, lo que diferencia aún más netamente las «organizaciones lími-
mensa necesidad de ali>:cto, y se ven obligados a desplegar una incesante tes» de las estructuras. neur6ticas es la diferencia de polos en torno a
actividad a fin de luchar contra la depresi6n. los que se organiza la personalidad: en la «organizaci6n límite», es el
La angustia particular de la «organizaci6n límite» es, pues, la angus- Ideal del yo el que ocupa la mayor parte de lo que debía normalmente
tia de la depresión. Sobreviene «desde que· el sujeto imagina que hay corresponder al Supery6 en la organizaci6n de la personalidad. «Un
un riesgo de que su objeto "anacHtico" !.e pueda faltar, de que se le es- Supery6 demasiado inexistente obliga al Ideal del yo arcaico... a reto-
cape» (Bergeret). El objeto anaclfrico es el objeto en el que apoyarse, mar la principal funci6n organizadora en los procesos mentales» (Ber-
sobre el que apuntalarse: en los casos estudiados hasta el momento por geret) .1.os sujetos que dependen de esta «organización límite» abordan
el psicoanálisis, este objeto es una perso,na -padre, madre o compañerQ-, su vida relacional «con las ambiciones heroicas desmesuradas de hacerlo
pero, en los casos que nos conciernen, es la organización la que,.juega bien para conservar ei amor y la presencia del objeto 15 ...mucho más que
este papel de apuntalamiento de la personalidad, la que pro~or~iona con culpabilidades de haber hecho mal en el modo genital y edípico
un marco y un proyecto de desarrollo, un apoyo y un reconoclffi1ento1 y de ser castigado con la castración». Mientras que, en la neurosit:, la
gratificaciones, en una palabra, la que le permite al sujeto vivir y con- instancia perseguidora de la personalidad, es decir, el Superyó (conflic-
fortarse. to E1lo-Supery6), en el estado límite la persecución ha pagado al lado
Entonces, lo que amenaza a la persona es la «angustia de pérdida del Ideal del yo (conflicto Yo-Ideal del yo).
del objeto», puesto que, sin el objeto, corre el riesgo de caer en la de- Por descontado, la descripci6n de este modo de funcionamiento psí-
presi6n. Es lo que sucede en el caso de Noemf, cuando pierde el apoyo quico no ha sido realizada para describir las relaciones de estos sujetos
de la organización, de forma que, además, esta pérdida entraña la rup· con la empresa o la organizaci6n en la que están insertados. Los «obje-
tura y la.pérdida de su Yo ideal. Cae entonces en un proceso de depre- tos» descritos por los psicoanalistas y sobre los cuales se edifican las
sión agudo, en el curso del cual debe en primer lugar afrontar esta pér- «organizaciones límite» son m~s a menudo los padres, ciertos grupos,
dida, sin poder, durante cierto tiempo, superada. compañeros, etc. Se observa, no obstante, que esta descripci6n es per-
Los psicoanalistas oponen esta angustia de depresión característica fectamente aplicable a la comprensí6n de los modos de funcionamien-
to psíquicos mantenidos con objetos de distinta naturaleza, como son
las organizaciones; y que el psicoan~lisis todavía no ha inscrito en sus
13. Véase, por ejemplo, S. Girlestet Delbreil, I:Appel de transfert et la .\omination, campos de investigación.
essd mr les p:;ychonlvroses narcissiques, París, lnteréditions, 1987; A. Green, Narciss!s·
me de vie, narr:issisme de more, Par!s, Éd. de .llJinuit; 1984; J. Bergeret, Li personnalité
normale et p11thologiq11e (trad. cast.: L4 personalidad nonnal y patol6gici, Barcelona,
Gedisa, 1980).
14, .T. Berneret. on .cit.
166 LAS QUEMADURAS DEL IDEAL

LAS ENFERMEDADEs DE LA EXCELENCIA


mente diferente, y conduce al mánager a plantearse cuestiones: «¿Qué
he hecho yo de mi vida? ¿1omé una buena opción?».
En la medida en que esta cuestión no se habb planteado m~s que
¿Qué opinan los médi005?1' . en los términos propuestos por la empresa, se evidencia que al abordar..
,i
la en un momento en que la mayor parce de. h. vida profesional queda
Cóm~ ~ontrapunto a.este estudio, hemos querido recoger la opinión atrás se produce un trastorno personal grave, foente de reacciones ines-
. patología que encuen~~n
ele los· med1cos,sobre el tipo ele ....... en los cuadros . peradas: crisis de angustia que inhihen toda posibilidad de acci6n, cual··
superiores. ,A_s1 pues, hemos interrogado a algunos psiquiatras y médi- quier toma de decisi6n; estado depresivo que entraña la posibilidad de
cos de med1cma general que ejercen en entídades públi,..~~ 0 c ·
~ . ~l l'b ral . . . .._....., orno pro- suicidio y que, en los casos más graves, puede conducir a una tentativa
es10n .. es 1 e es, y a un especialista en medicina del trabajo que ejer-
real.
ce en una de las empresas estudiadas. Como mínimo, se manifiesta una especie de desilusión al poner en
Sus palabras confirman lo que habíamos recogido de fas personas un fiel de la balanza los esfuerzos llevados a cabo, la inversi6n total de
q~e habíamos entrevistado dentro oJuera de las empresas: una patolo- veinticinco o treinta años en la empresa y la contrapartida fina.nciera
g~a a m~n~?o:gr;ave, que cond~ce en algunos casos a una hospita1iza- que se ha recibido, y en el otro la ausencia de vida personal y familiar,
c16n .Ps1qu1atnc:•Y afecta especialmente a altos dirigentes que rondan la ceguera para valores que, de repente, parecen importantes.
los cmcuema anos. · Es más, súbitamente aparece lo irri:;orio de la persecuci6n del éxito,
En ~os casos d_escr~~s P?r estos médicos no bay episodios profesio· el sentimiento de haber sido engañado, puesto que el dinero y el éxito
nales v10len~os, smo mas bien la acumulaci6n de una serie de elemen- social aparente no han satisfecho las necesidades de estima y de recono-
tos 3,ue ~cas10na11 la rn¡~tura._ ~tos elementos son de tres tipos: la edad, cimiento que motivaban al individuo a correr de este mo<lo desde su
50-:>? anos; un exceso de trabajo en una vida profesional que siempre entrada en la empresa. No es el verdadero patrón, siempre hay alguien
ha s1do mu¡ absorb~nte, pero al mismo tiempo satisfactoria y aparen- por encima de él. El individuo comprende entonces que el poder y el
ternente ;i::1tosa; y, frnalmente, la toma de conciencia i:ardfa de proble· éxito no eran sino fanrasmas, y que el dinero y los honores no son más
:nas familiares, conyugales, personales, más o menos voluntariamente que ilusiones habida cuenta de sus expectativas y sus verdaderas necesi-
ignorados hasta aquel momento. dadl"..s. Al final de su carrera, en la cima.del éxito, se da cuenca de que
Los galenos se preguntan por qué, cuando estos hombres están en lo que ha recibido no está en relaci6n con lo que ha dado, y aún menos
la c~:nbre de .su carrera, c~ando han obtenido lo que buscaban, respon· con lo que ha perdido, de. su vida.
sabilidades, dinero, al precio de grandes esfuerzos, de una inversión per- A través de esta crisis existencial se trasluce un grave prejuicio narci-
sonal enorme mantenida durante mucho tiempo, ¿por qué, de repenre, sista, puesto que es la imagen que el individuo tiene de sí mismo la que
se desmoronan? Y en algunos casos, ¿por qué se desmoronan de un modo - --seponeentéla-dé)üíciéi: ~scala<Je-v:i.1oíes-sedesoi-<lenaele repente;-
ta~ gi:ive? ¿C6mo exp~icar esos arranques delirantes, ése vuelco ~Í1 la poniendo en duda el compromiso total de su vida con su empresa y
ps1cos1s tan raro despues de los cuarenta años, y que pcicticamenté no la pertinencia de sus decisiones.
encontram~s tnás que en esta categoría de cuadros superiores?' Los mecanismos de defensa comra la angustia, que habían sido ali-
. A un mvel elemental; se puede hablar de una crisis existencial ·en mentados y reforzados a lo largo de roda si; vida p;ofcúonal medíant:e
la que los problemas de desgaste, de fatiga acumulada, la presi6n de la las adhesiones propuestas por la empresa, se desmoronan en un momento
empresa, la tecnología que se renueva sin freno, el temor a ser alcanza- en que se produce al mismo tiempo una v:icilaci6n en la vida profesio-
do y superado por los más jóvenes, la necesidad de hacer siempre más nal -edad, fatiga, dificultad de mantener el ritmo creativo- y un suce- .
de p~d~cir siempre más, de mejorar el rendimiento, en suma, el mied·~ so de orden privado, por ejemplo, una ruptura.
de asf1x1arse y ya no poder plantar cara, chocan frontalmente con ttna · El individuo que ya no está tan dirigido hacia el objetivo profesio- ·
realidad de la vida privad~ que siempre habfa sido mal conocida y que, na! está entonces más abierto a su entorno y es más vulnerable a los
de repente, ya no puede ignorarse: la pobreza de la vida conyug;ll que acontecimientos que se producen. No habiéndose preparado hasta ese
se transforma en ruptura; el ojo escéptico, mis tard.e crítico, dél niño momento, habiendo rechazado todo lo que po estaba en el eje de su
o del adolescente que, ya adulto, afirma una opción de vida di~nietral- trabajo, se hunde, desbordado por la angustia que le invade, y escapa
de su tensión de un modo neurótico, roxicoman!aco o psic6tico, según
LAS ENFER..\IEDADES DE LA EXCELENCIA
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la estructura de su personalidad y la intensidad de la conmoci6n.


La patologfa descrita en estos casos es b.:tscame variada: crisis de an·
gustia graves y frecuentes que provocan una inhibición de toda decisión
y conducen a una especie de suicidio profesional si la.situación se pro-
- longa; estado depresivo acompañado o no de alcoholismo, que se agra-
va a veces hasta la tentativa de suicidio; brotes delira.mes de tipo perse-
cutivo que pueden dejar paso a un estado melancólico y a una larga
hospitalización en un centro especializado; o, incluso, estado maniaco
difícil de reducir.
.A menudo se trata, pues, de una patología grave y completamente
inesperada en foj¡:ros que carecen de pasado psiquiátrico y a una edad
en que prácticam~me no se producen inicios de problemas psic6ticos.
Estos problemas desconciertan a los psiquiatras por sn carácter atÍ-·
pico Uno de ellos se vio sorprendido por la asimilación del individuo
a una máquma.
En uno de los casos, la persona ,,, representaba a sí misma como
una máquina productiva en un sistema a su vez productivo, no habien·
do pensado nunca antes que podría verse afectado alguna vez por pro-
blemas de orden psicológico. Hasta tal punto había funcionado siem-
pre sin estados anímicos. En otro caso, un director de fábrica habfa sido
imado él mismo como una máquina: le habían comunicado que se le
ponía en «obsolescencia i:ecnol6gica», considerando que su unidad ya
no eta rentable, aunque conservfodolo en d grupo. Sin embargo, Y'},
no se le informaba de nada y un buen día se enteró, al presentarse el ·
comprador, que su fábrica había sido vendida. \,
También encontramos condenas al ostracismo en gmndes empresas
que provocan serias depresiones y constituyen para el individuo una per-
---- ____s~<:_~:i:i_<S~yn ~_ve, ,a_t;nque_ de. otE_?~.e?~ ~orno la .e!!t.:!!1:~~ en el p~'-- _____
lo que las empresas evitan. Retiran al mdmduo su msercton en los ~Ir·
cuitos de trabajo, eliminan sus competencias. La empresa sale econ6mi-
carnente beneficiada al evitar un despido costoso, pero-ello se consigue
a costa del equilibrio psicol6gico del individuo. No es sorprendente,
en tal caso, que la distensi6n se produzca de un modo perseguidor, ma-
nifestándose en defensas famasmag6ricas a partir de acontecimientos rea·
les, o de un modo depresivo, interiorizando el individuo !a negaci6n
de sí mismo que se le ha infligido. No es más que la respuesta «loca»
a una situación alíenante, en la medida en que instaura una barrera que
repentinamente convierte al individuo en algo distinto de lo· que era.

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