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ANÁLISIS DE SUEÑOS: CASO DORA

La familia de Dora estaba constituida por padre, madre y un hermano (año y medio
mayor).

La familia gozaba de buena situación económica.

El padre de Dora para ella representa una figura de fuerte importancia. Hombre de gran
inteligencia, perturbado por severos problemas de salud. Dora estaba apegada a él de
manera particular cuando él mismo es quien la lleva a iniciar su análisis con Freud; esta
ternura se había acrecentado por las enfermedades que él sufrió desde que ella tenía 6
años. Sin embargo, mantenía una relación hostil con él.

Dora mantiene una relación de poco entendimiento también con su madre. Ella la criticaba
ya que todos los intereses de la madre estaban en los quehaceres domésticos: “psicosis
del ama de casa”, limpiaba todo el día, como un cierto síntoma obsesivo de aseo. La
madre quería atraerla a las labores domésticas a lo cual Dora se negaba rotundamente.

Los síntomas de Dora: enuresis, disnea, tos, afonía, asma, migraña, asco, dolores de
estómago, desmayos, dificultades para la marcha en el pie izquierdo, neuralgia facial.
(Tales síntomas se presentan en diferentes épocas de su vida).

La familia de Dora mantiene íntima amistad con la familia K. La señora K había cuidado a
su padre durante su larga enfermedad y en las ocasiones que el recaía en dichas
enfermedades. Dora sospecha de una relación amorosa entre su padre y la señora K.
Mientras tanto el Señor K. corteja a Dora. Dora cuidad a los dos hijos de los señores K.

Dora decide terminar el tratamiento a los tres meses de iniciado.

A pesar de que el propio Freud reconoce este caso como un fracaso terapéutico, este
análisis le proporcionó grandes investigaciones e intelecciones ya que confirmó en todos
sus puntos los descubrimientos, recientes en esa época y durante el tratamiento. Sirvió
como telón de fondo para escribir “La Interpretación de los sueños”.

El primer sueño:

“En una casa hay un incendio, contó Dora; mi padre está frente a mi cama y me despierta.
Me visto con rapidez. Mamá pretende todavía salvar su alhajero, pero papá dice: «No
quiero que yo y mis dos hijos nos quememos a causa de tu alhajero». Descendemos de
prisa por las escaleras, y una vez abajo me despierto”. (Freud, 1905, p.57).

Antecedentes del sueño:

Este sueño despertó el interés de Freud, ya que Dora refiere haberlo tenido varias veces.
Por tanto se presenta como un sueño recurrente. Tres veces soñó el mismo sueño.
Mismas tres noches que se ausentó de viaje el Sr. K. Mismo tiempo que la Sra. K le hacía
invitaciones a Dora para quedarse en su casa. Para entonces ya había ocurrido la
propuesta amorosa del Sr. K en el lago. El padre de Dora discute con la madre ya que ella
quiere cerrar la puerta del comedor por la noche y solo desde ahí se entra a la habitación
del hno. El padre apela a que de ese modo quedaría encerrado, éste dice: no está bien,
por la noche podría pasar algo que obligase a salir.

Cuando llegaron a L. una vez con su papá hizo el comentario de que podría haber un
incendio porque la cabaña no tenía pararrayos.

El mismo día de la propuesta del lago, Dora toma la siesta y se duerme en el sofá del
cuarto de los señores K y cuando se despierta está el Sr K de pie a su cama mirándola
(como en el sueño en donde está su padre al lado de la cama). Luego Dora le pide a la
Sra. K., para evitar que el Sr. K la sorprendiera nuevamente, la llave de su cuarto y a la
mañana siguiente cerró la habitación por dentro mientras se vestía. Pero a la hora de la
siesta cuando quiso volver a cerrar su habitación, no encontró la llave en su sitio. Dora
piensa que fue K. quien la había quitado. En las mañanas siguientes procuraba no
quedarse sola en cuando la Sra. K no estaba, por miedo que el Sr K la sorprendiera y
cuando se encontraba en su cuarto se vestía con rapidez.

La paciente acusaba concientemente a su padre como el causante de su enfermedad.


Según ella, la sacrificaba por el amor de la Señora K y la utilizaba como objeto de
intercambio. Reprochaba su falta de atención (incluso escribió una carta de despedida,
anticipando su suicidio), consideraba que el padre había sido indiferente ante el cortejo
del Señor K. hacia ella por no verse interrumpido e interrogado en su relación clandestina
con la señora K. Menciona Freud, que la secuencia de pensamientos de acusación al
padre proseguían a través de un material inconciente, lo que dio lugar a lo largo de
algunos días, a que Dora se identificará con su madre en pequeños síntomas, esto como
una manera de protegerse del autoreproche, el que ella misma podría haberse hecho por
estar enamorada del Sr. K, puesto que se forma una paranoia de proyección buscando
una debilidad real en el oponente que sirva para no recaer el acento en el mismo
contenido. (Freud, 1905, p. 35)

Freud le comenta a Dora como contenido latente del sueño que el alhajero es una
adecuada designación para aludir a los órganos genitales femeninos. Su madre quiere
salvar el alhajero para que no se queme; en cambio, en los pensamientos oníricos se trata
de que el «alhajero» no se moje. Pero «fuego» no se emplea sólo como opuesto de
«agua»; sirve también como subrogación directa de amor, estar enamorado. (Freud,
1905, p. 61).

A ello, infiere Freud, que Dora siguió mojándose en la cama por más tiempo que el
esperado en los niños, lo cual correspondería a la masturbación infantil y a pesar de que
ella lo niega Freud resalta la importancia que tiene el mojarse en la cama para la
prehistoria de los neuróticos. A ello se le suman otros factores que llevaron a Freud a
sospechar de la masturbación infantil de Dora: el jugueteo con la cartera, espasmos
estomacales. Freud menciona que los síntomas histéricos casi nunca se presentan
mientras los niños se masturban, sino sólo en la abstinencia; expresan un sustituto de la
satisfacción masturbatoria. (Freud, 1905, p.69)

Dora se mojó en la cama casi hasta el momento en que tuvo su primera disnea. A ello,
Freud puntualiza que la disnea y las palpitaciones de la histeria son sólo unos fragmentos
desprendidos del coito; y en muchos casos, entre ellos el de Dora, puede reconducir el
síntoma de la disnea, del asma nerviosa, al mismo ocasionamiento: el espiar con la
escucha el comercio sexual de los padres

El fuego hace alusión directa al amor, al estar enamorado, abrasado. En el sueño de Dora
el padre decía que podría pasar algo en la noche que los obligara a salir de su cama, esto
se relaciona con la infancia: para evitar que los niños mojen la cama se les
despierta(como su papá en el sueño). Este sería el episodio real de que se vale el sueño
para sustituir al Sr K por su papá utilizando los elementos implicados en la interpretación
de los sueños: condensación y desplazamiento. De igual forma en la vida diurna cuando
el Sr K la despertó en el sofá, fueron reactivados sus recuerdosinfantiles cuando su padre
la despertaba, pero en aquel entonces la despertaba para que ella no se mojase en la
cama, este “mojar” pasa a ser determinante del resto del contenido onírico.

Esta relación de opuestos que hace Freud: fuego-agua, fuego=(quemar, abrasar)–agua=


(mojar),se asocia al hecho de que el padre al llegar a L expresará angustia frente al
peligro del fuego y contribuye a decir también que ese mismo peligro del cual el padre la
salva. Es decir, Dora espera que el padre la salve del apasionamiento que siente por el
Sr. K que lo experimenta de forma inconciente como un abrasamiento que le quema. Ella
espera que su padre la salve del peligro inminente al que ella está siendo tentada a
acceder: su desfloración.

“El sueño muda el designio de refugiarse en el padre, ahincado en el inconciente, en una


situación que muestra cumplido el deseo de que el padre la salve del peligro. Para ello es
preciso hacer a un lado un pensamiento que estorba, ese en el que es el padre quien la
ha expuesto a ese peligro.” (Freud, 1905, p.78).

Ese “mojar” no solo se refiere a mojarse en la cama, sino que también se refiere a
pulsiones libidinales sofocadas, que se hacen presentes en el contenido onírico. Ella tiene
información y sabe de un “mojarse” a partir del comercio sexual, que durante el coito el
hombre y la mujer comparten fluidos y secreciones provenientes de sus órganos
sexuales.Dora debe protegerse para que sus genitales no le sean mojados. “Este «mojar»
pasa a ser determinante respecto del resto del contenido onírico, en el cual, empero, sólo
está subrogado por una alusión distante, y por su opuesto.” (Freud, 1905, p. 75-6).

También existe una asociación del sueño con el humo, su papá y K eran grandes
fumadores al igual que Freud, quien le decía “Donde hay humo, hay fuego”. Llega a la
conclusión de que un día se le debe haber ocurrido durante una sesión que le gustaría ser
besada por Freud. En esto no solo se manifiestan las relaciones edipicas y deseos
sexuales reprimidos de Dora, sino también pulsiones libidinales y deseos de tipo orales de
Dora. En esos simbolismos su pueden ver los diferentes triángulos edípicos y la
transferencia en el contexto analítico con Freud.

En el trabajo del sueño se pueden expresar estos deseos edípicos yse puede pensar que
Dora busca reencontrar en su analista al padre amado como objeto de deseo anhelado
durante la infancia, Freud al no acceder a esta demanda, y por el contrario al rechazar
interpretaciones alusivas al deseo sexual de la paciente puesto en el analista, ella lo
expresa en el contenido manifiesto del sueño, mediante un rodeo: “mi padre está frente a
mi cama y me despierta”. Pensando en el analista frente al diván y estando ella en plena
asociación libre, entiéndase como en estado inactivo y soñoliento.

“Recogiendo los indicios que hacen probable una transferencia sobre mí, porque yo
también soy fumador, llego a esta opinión: un día se le ocurrió, probablemente durante la
sesión, que desearía ser besada por mí. Esta fue la ocasión que la llevó a repetir el sueño
de advertencia y a formarse el designio de abandonar la cura. Así, las cosas se acuerdan
muy bien, pero, en virtud de las peculiaridades de la «transferencia», se sustraen a la
prueba.” (Freud, 1905, p.65)

A través del análisis de ese primer sueño de Dora, Freud llega a la conclusión de una
conducta masturbatoria infantil que en la abstinencia se presenta como síntoma corporal
en Dora, síntomas que expresan un sustituto de la satisfacción masturbatoria, que seguirá
anhelándose en el inconsciente hasta el momento en que aparezca una satisfacción más
aceptable, si ésta todavía es posible. Mediante un exhaustivo trabajo de Freud de
reflexión sobre los mecanismos obrantes en el trabajo del sueño, la condensación y el
desplazamiento, y a través del análisis de círculos de representaciones, subrogaciones,
opuestos forzados, recuerdos, verbalizaciones, reminiscencias, etc., da una clara
explicación de por qué Dora utiliza en su sueño el término alhajero. Término apropiado,
mejor que cualquier otro, para dar cuenta de los celos infantiles hacia la madre y la
tentación actual por el Señor K.

Segundo sueño

“Contó Dora: Ando paseando por una ciudad a la que no conozco y veo calles y plazas
que me son extrañas. Entro luego en una casa en la que resido, voy a mi cuarto y
encuentro una carta de mi madre. Me dice que habiendo yo abandonado el hogar familiar
sin su consentimiento no había ella querido escribirme antes para comunicarme que mi
padre estaba enfermo. Ahora ha muerto, y si quieres puedes venir. Voy a la estación y
pregunto unas cien veces "¿dónde está la estación?". Me contestan siempre lo mismo:
"cinco minutos". Veo entonces ante mí un bosque muy espeso. Penetro en él y encuentro
a un hombre al que dirijo de nuevo la misma pregunta. Me dice: "todavía dos horas y
media". Se ofrece a acompañarme. Rehúso y continúo andando sola. Veo ante mí la
estación, pero no consigo llegar a ella y experimento aquella angustia que siempre se
sufre en estos sueños que nos sentimos como paralizados. Luego me encuentro ya en mi
casa. En el intervalo debo haber viajado en tren, pero no tengo la menor idea de ello.
Entro en la portería y pregunto cuál es nuestro piso. La muchacha de servicio me abre y
responde: «la mamá y los otros ya están en el cementerio».” (Freud, 1905, p. 83)
Este segundo sueño sucedió pocas semanas después del primero. Freud hace algunas
puntualizaciones e interpretaciones al respecto: La ciudad extraña y el deambular sola en
ella, en donde ve calles y plazas además de la imagen junto con el monumento. Dichas
imágenes son extraídas de unas postales de una ciudad alemana de descanso que había
visto el día anterior. Estas postales estaban guardadas en una “cajita” (la cajita hace
alusión nuevamente al genital femenino) que no aparecía, entonces preguntó a su madre:
“¿Dónde está la cajita?”. Estas postales se las había mandado un joven ingeniero que
arduamente le escribía a Dora, y era probable que se le declarara en su momento cuando
su situación económica estuviera mejor.

Con respecto al simbolismo de la espera en la estación de tren, Dora espera a su amado


para concretar esa propuesta amorosa del joven ingeniero. En cuanto al deambular lo
relaciona con una ocasión en Dresde donde deambuló como extranjera, y fue a una
famosa galería, esa vez estaba con un primo pero otro primo quiso hacer de guía pero
ella lo rechazó y se fue sola. Frente a la imagen de la Sextina permaneció dos horas. En
su sueño, Dora rechaza al hombre que pretendía acompañarla. En sus síntomas
histéricos, ella refiere un rechazo hacia los hombres que estuvieran exponiéndose en
cortejo hacía una mujer y éste síntoma conversivo Freud lo asocia con el evento del beso
en la tienda con el Sr. K y el asco producido en vez de la excitación sexual reprimida pero
latente en la histeria.

En esta parte del sueño Dora se identifica con el joven que deambula por el extranjero,
intenta alcanzar una meta, pero le hace falta paciencia. En relación al contenido de la
carta, Freud le recuerda la carta de despedida que había escrito a sus padres, y supone
que la situación que constituye al simbolismo de la carta y la muerte del
padrecorresponden a una fantasía de venganza contra el padre.

Según Freud, este segundo sueño es elsueño de la “curación” pues en él Dora se abre a
otros amores aparte del amor edípico reactivado hacia el padre de la infancia. “Si el
primer sueño dibujaba el apartamiento del hombre amado y el refugio en el padre, vale
decir, la huida de la vida hacia la enfermedad, este segundo sueño anunciaba que se
desasiría del padre y se recuperaría para la vida.”(Freud 1905, p. 107)

Sin embargo, pudiera pensarse en lo contrario, ya que mientras en el primer sueño había
ardor pasional y esperanza de vida, en el segundo todo está perdido y sólo haydesolación
y muerte. Dora con este sueño está anunciando su próximo abandono al analista, lo cual
más adelante Freud confirmaría como un acto de venganza hacia el padre y hacia el
analista por no acceder a sus demandas amorosas, lo cual da cuenta nuevamente del
conflicto edípico latente. Al sentirse desolada con la muerte del padre y marcharse “pero
en modo alguno triste” a su habitación a leer un grueso libro (el cual Freud deduce de
contenido anatómico) puede sugerir la negación omnipotente de la culpa y la tristeza por
el padre muerto y junto a esto la negación omnipotente de la dependencia del analista
(padre). Respecto al “caminar” y “deambular” por un denso bosque puede simbolizar el
denso caminar en la oscuridad de algo desconocido y atemorizante como lo es el análisis
y todos los avatares que el tratamiento psicoanalítico representan. “Me pide que lo deje
acompañarme. Lo rechazo y marcho sola.” (Freud 1905, p. 88)
BIBLIOGRAFIA

Freud, S. (1905).Fragmento de análisis de un caso de histeria (Dora). En obras completas


Vol. VII, Amorrortu Editores. Buenos Aires.

Principales descubrimientos teóricos de Freud con el análisis del caso Dora:

La teoría de la seducciónque establecía unocasionamiento traumático, esto implicaba la


creencia en la realidad de un adulto seductor que dejaba fijada la libido como traumatismo
en el niño. A raíz de éste caso, Freud abandona esta teoría, dando lugar a pensar en las
transferencias eróticas que se trasladan a fantasía psíquicas en el niño, lo cual se
establece en sus teorías sexuales infantiles posteriormente.

Ambivalencias de deseos y de identificaciones. La latencia de deseos homosexuales,


coexistiendo con deseos y fantasías heterosexuales. Esto da lugar a una intelección y un
saber sobre el conflicto psíquico en el sujeto neurótico.

Sobre el fenómeno de las transferencia. Este es uno de los descubrimientos cruciales no


solo en las investigaciones de Freud y para efectos de su clínica, sino en general para el
psicoanálisis ya que desde sus primeras investigaciones en 1895 con pacientes
histéricas, ya hablaba de recuerdos encubridores subrogados y fue entonces con el caso
de Dora que pudo definir el concepto de transferencia.

Freud por medio de la interpretación de los sueños va esclareciendo el deseo sexual


reprimido en Dora. Y por vías de la interpretación en estos sueños (el deseo de Dora por
el Sr K) es que emerge el amor de transferencia en el camino hacia la cura y por lo tanto
el fenómeno de la transferencia como obstáculo, por eso falso enlace de los afectos
reprimidos con la persona del analista. En Dora el análisis se interrumpe y Freud más
tarde reconoce que no logró dominar a tiempo la transferencia, puesto que aún no había
descubierto como tal este fenómeno en el proceso analítico, por lo tanto no tuvo las
herramientas para contener el actingout (abandono del análisis de Dora) como fuga a la
salud.
Respecto a la interpretación de los sueños de Dora, Freud descubre que el sueño es
material principal que va a dar cuenta de los deseos reprimidos y que por medio de los
mecanismos del estos (condensación, desplazamiento, miramiento por la figurabilidad) asi
como haciéndose valer por los distintos simbolismos y desfiguraciones, los sueños
constituyen la vía regia para llegar al inconsciente así como para reelaborar los conflictos
sexuales infantiles. A través de los sueños, tratándolos como acontecimientos de la vida,
se construye la inmediatez y la reedición de la situación en la atemporalidad psíquica
inconsciente en conjunto con la transferencia hacia figuras actuales.

Con respecto a los descubrimientos técnicos:

Freud obtuvo de manera cuidadosa, haciendo intervenciones y señalizaciones adecuadas


en el tiempo del proceso analítico, evidencias acerca de la vida sexual de Dora y de los
conocimientos previos que la paciente tenía al respecto, evitando contaminar la fiabilidad
de sus datos.

La interpretación de los fenómenos psíquicos tales como el sueño, asociaciones libre,


lapsus, etc. Es un método que utiliza más cercano a la decodificación, ya que toma este
material en detalle y no en masa. Y al seguir los elementos del sueño en sus conexiones
asociativas en la mente del paciente, esto es mediante la asociación libre, puede
determinar el significado individual de los diferentes simbolismos presentes en el
contenido manifiesto del sueño.

Este es otro de los grandes descubrimientos respecto a la técnica, sobre las asociaciones
libres. Permitirle al paciente narrar su historia, aún sin lógica y en un sinsentido lógico. De
esta forma deviene consciente lo inconciente, ya que en la atemporalidad de la narración
el paciente libremente asocia ideas.

Freud permite que el durmiente durante la narración de su sueño siga dormido, evita el
uso de la inspiración y se basa en un método inductivo en el que recolecta evidencias
empíricas respecto de su trabajo clínico con lo cual llega a conclusiones científicamente
válidas.
¿De qué forma trabaja Freud el Edipo en el caso Dora?

En el descubrimiento de Freud sobre las distintas dinámicas intrapsiquicas en las que se


va jugando Dora, existen modalidades de relación con figuras de su novela familiar
neurótica que dan cuenta de las diferentes triangulaciones edípicas en las que se ve
implicada. Freud entiende la realidad psíquica del sujeto desde el establecimiento de la
escena originaria como una realidad prehistórica en donde participan la triada
fundamental del complejo edípico (óvulo, espermatozoide y feto). Estas realidades
originarias fundantes se reeditan en los fantasmas de la escena de seducción de Dora
como representantes de experiencias de satisfacción perdidas. En Dora no solo se
desplaza el Edipo como objeto de deseo en Dora, sino también ella quiere ocupar el lugar
de los otros significativos en su vida. En este actuar como sustituto de recordar, se pone
en el papel del otro.

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