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Familia y Sucesiones – EFIP 2

EJE TEMATICO 1: PARENTESCO, METRIMONIO Y UNIONES CONVIVVENCIALES

 PARENTESCO

Concepto: Es el vínculo jurídico existente entre personas en razón de la naturaleza, las técnicas de
reproducción humana asistida, la adopción y la afinidad.
Son cuatro las clases de parentesco:
- Por naturaleza: es el que existe entre dos personas, una de las cuales desciende de la otra o ambas
de un antecesor común.

- Por técnicas de reproducción humana asistida: “El Código permite la fertilización con material
genético de la pareja o de la persona que pretende alcanzar la maternidad o paternidad a través del
uso de las técnicas, como así también de material de donante anónimo” (Kemelmajer, 2014, pág. 8).
En este caso, el parentesco se crea en base a la voluntad procreacional.

-Por afinidad: es el que vincula a una persona con los parientes consanguíneos o adoptivos de su
cónyuge (pero no existe parentesco entre los parientes consanguíneos de uno u otro cónyuge, ni
existe parentesco entre cónyuges).

-Adoptivo: existente entre adoptante y/o adoptantes y adoptado (adopción simple, adopción de
integración) o entre el adoptado y sus parientes y los consanguíneos y afines de los adoptantes (en
la adopción plena).

El parentesco por adopción se origina en una sentencia judicial que constituye un vínculo jurídico
familiar similar o igual al que surge de la filiación consanguínea establecida.

Cómputo del parentesco. Grado, línea, tronco y rama

La proximidad del parentesco se establece por líneas y grados (art. 53 CCCN).


La proximidad del parentesco constituye uno de los más sólidos fundamentos de la organización
socio familiar y supone la medida del afecto presunto de las personas aplicando la vieja idea de que
el afecto desciende prioritariamente, luego asciende y por último se extiende.

-Línea: es la serie no interrumpida de grados (art. 531 CCCN).


Hay dos clases de línea: línea recta, que es la que une a los ascendientes y los descendientes, y línea
colateral, que es la que une a los descendientes de un tronco común (art. 532 CCCN).

-Tronco: es el grado de donde parten dos o más líneas, es decir el antecesor común de dos parientes
colaterales (art. 531 CCCN).

-Rama: es cada una de las líneas que parten del tronco por relación a su origen (art. 531 CCCN).
Mientras en la línea recta no hay un grado que marque el fin del parentesco, en la línea colateral
existe un hito divisorio del parentesco jurídico y la familiaridad biológica. En general, puede decirse
que, entre los colaterales, el límite más característico reconocido en doctrina para fijar el cese del
parentesco es el cuarto grado.

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Los vínculos naturales que exceden el grado límite del parentesco emplazan a las personas en la
situación de simples familiares, categoría extrajurídica pues carece de relevancia para el derecho.
Son los que comúnmente llamamos “parientes lejanos”.
Es decir que, en la línea colateral, más allá del cuarto grado no hay efecto jurídico (no hay vínculo
jurídico, lo que hay es familiaridad).

Colaterales más próximos


Los hermanos se diversifican en bilaterales y unilaterales según tengan ambos progenitores en
común o sólo compartan un progenitor. Los hermanos bilaterales proceden de los mismos padres.
Los hermanos unilaterales proceden de un mismo ascendiente en primer grado, difiriendo en el otro.
Los hermanos bilaterales se llaman también hermanos carnales o hermanos de doble vínculo. Por su
parte, los hermanos unilaterales se denominan también medios hermanos o hermanos de vínculo
simple.

Comienzo y fin del parentesco


Parentesco: vinculo jurídico (se evidencia en los efectos que produce) en virtud del cual una
persona está obligada con respecto a otra.
Comienza con la concepción y se prueba con el reconocimiento, la inscripción en la partida.
Finaliza: el consanguíneo o por naturaleza, nunca. Pero sí en la adopción plena, ya que se extingue
y pasa l parentesco adoptivo.
Por afinidad: por muerte y divorcio, subsistiendo en los casos de impedimentos para contraer
matrimonio.
Efectos jurídicos del parentesco

-Civiles

 Es base de los impedimentos matrimoniales (art. 403 inc. a, b y c).


 Es fuente de la obligación alimentaria (arts. 537, 538).
 Es fuente de la vocación sucesoria ab intestato (art. 2424).
 Otorga el derecho a oponerse a la celebración del matrimonio (art. 411 inc. b).
 Confiere legitimación activa para la promoción de la acción de nulidad del matrimonio
(arts. 424, 425).
 Confiere legitimación activa para la restringir la capacidad o declarar la incapacidad (art.
33) y para solicitar la inhabilitación por prodigalidad (art. 48).
 Impone la obligación de denunciar la orfandad o la vacancia de la tutela bajo sanción del
derecho de privación de ésta (art. 111).
 Otorga el derecho al beneficio de competencia (art. 893).
 Inhabilita al oficial público para actuar como tal en los asuntos en que están interesados sus
parientes dentro del cuarto grado o segundo de afinidad (art. 291).
 Inhabilita para ser testigos en los instrumentos públicos a los parientes del oficial público
dentro del cuarto grado y segundo de afinidad (art. 295 inc. d).
 Inhabilita para ser testigo de un testamento por acto público a los ascendientes, los
descendientes del testador (art. 2481).
 Legitima para requerir la simple ausencia (art. 80) y también para requerir la declaración de
ausencia con presunción de fallecimiento (art. 87).
 Fundamenta el derecho de comunicación (art. 555).

Penales
En el campo del derecho penal, el parentesco obra de tres maneras diferentes: como agravante de
ciertos delitos, como eximente de responsabilidad y como elemento integrante de la figura delictiva.

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 Como agravante de los delitos de homicidio, homicidio en estado de emoción violenta,
lesiones violación, corrupción y prostitución, abuso de armas, estupro, abuso deshonesto, y
privación ilegítima de la libertad.
 Como eximente de responsabilidad: por hurtos, defraudaciones o daños entre ascendientes,
descendientes, afines en línea recta y entre hermanos o cuñados que viviesen juntos y por el
encubrimiento de parientes.
 Como elemento integrante de la figura delictiva: en el caso del delito de incumplimiento de
los deberes de asistencia familiar.

Procesales
 El parentesco puede operar como causal de recusación y excusación de magistrados y
funcionarios judiciales. También impide el ofrecimiento como testigos de parientes
consanguíneos y afines en línea recta.

Alimentos

Conforme la Real Academia Española, los alimentos son toda “prestación debida entre parientes
próximos cuando quien la recibe no tiene la posibilidad de subvenir a sus necesidades” (2012,
http://goo.gl/4iGUCr).
En todas las legislaciones modernas existe un derecho a exigir y obtener prestación alimentaria y su
correlativa obligación de prestarla. Es una exigencia de carácter moral y equitativo. Si bien la
obligación alimentaria tiene fundamento en el interés individual, es innegable que el desarrollo y el
origen del derecho de alimentos es también una cuestión de interés público y que, por razones de
solidaridad de sangre y de vínculo parental, debe hacerse cargo a los más estrechos miembros de la
familia.

Diversidad de categorías alimentarias: según sus orígenes, según sus fundamentos, según su
naturaleza jurídica
Una primera gran clasificación distingue alimentos de fuente legal y alimentos de fuente negocial.

 Alimentos legales Dentro de los alimentos legales se diferencian los que están fundados en
razones de solidaridad de los que están fundados en otros motivos, por ejemplo el deber de gratitud,
la donación o el deber de resarcir el daño injustamente sufrido. La mayoría de los alimentos ex lege
tienen naturaleza jurídica familiar extrapeculio y carácter asistencial. La raíz o principio esencial en
que estriban es la solidaridad familiar (paternal, parental, conyugal) o la solidaridad cuasifamiliar, y
su fundamento legal es el vínculo paterno-filial o los distintos nexos parentales, o bien el igamen
matrimonial y determinadas relaciones cuasifamiliares (como las relaciones protectrices pupilares o
las posdivorciales).También existen cargas alimentarias que pesan sobre la comunidad en general
(Estado, sociedad, acreedores) que reconocen como su razón última a la solidaridad social o
humana.

 Alimentos negociales
Frente a los alimentos de origen legal, se ubican los alimentos negociales, que, basados en la
autonomía de la voluntad, nacen del convenio o del testamento y, como en cualquier deuda
patrimonial, se rigen por las estipulaciones del acto jurídico que los generó y, subsidiariamente, por
las reglas genéricas de los créditos comunes.
El estatuto de cada una de las diversas categorías alimentarias está determinado por la naturaleza
jurídica de la respectiva relación, según su origen y fundamento, y atendiendo, en ciertos casos, a la
plenitud o relajamiento del vínculo. Así:
o Los alimentos a favor de los hijos menores no emancipados se rigen por las disposiciones
específicas contenidas en el título De la responsabilidad parental.

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o La reglamentación de los alimentos entre cónyuges.

o La asistencia alimentaria entre parientes. Los alimentos que impone la gratitud están escuetamente
reglamentados en el título contractual de las donaciones.

o Los alimentos resarcitorios responden a los principios patrimoniales referidos al resarcimiento de


los daños.

o Por último, las controversias sobre alimentos negociales se resolverán según las normas del
Derecho Civil patrimonial propias de las convenciones o contratos o de los testamentos.

Caracteres
El derecho a percibir alimentos -y la correlativa obligación de prestarlos- deriva de una relación
alimentaria legal de contenido patrimonial, pero cuyo fin es esencialmente extrapatrimonial; la
satisfacción de necesidades personales para la conservación de la vida, para la subsistencia de quien
lo requiere.
Indisponible

Esta relación no está en la esfera de disponibilidad del individuo. El derecho alimentario se le


reconoce a la persona aun en contra de su voluntad, porque no es un puro derecho que se concede
en el exclusivo interés individual, sino que se establece jurídicamente teniendo en cuenta el interés
superior de la vida humana, que debe ser asegurada y protegida.
Irrenunciable

Los derechos concedidos en miras al orden público son irrenunciables. En esta categoría están
encuadrados los alimentos parentales que, por estar fundamentados en razones de solidaridad
familiar, hacen a la superior organización del Estado, de la sociedad y de la familia. La
irrenunciabilidad es una forma de resguardar al individuo contra su propia ligereza o inexperiencia.
Imprescriptible e intermitente

Si el derecho alimentario es irrenunciable, se impone admitir su imprescriptibilidad, ya que la


prescripción de la acción podría ser un instrumento de renuncia no querido por la ley, con sólo dejar
transcurrir el lapso de prescripción.
Como el deber se actualiza toda vez que se conjugan las circunstancias que lo hacen exigibles
jurídicamente (necesidad de quien reclama, pudiencia del obligado y vínculo familiar); y como, en
principio, no procede reclamar la satisfacción de urgencias alimentarias del pasado, la prescripción
comenzaría continuamente a correr en el momento presente, por lo que nunca puede tenérsela por
operada.
El derecho alimentario familiar es imprescriptible porque es un bien que no integra el patrimonio de
los sujetos relacionados. Esta afirmación requiere distinguir entre el deber asistencial alimentario
(que, en sí mismo y por su naturaleza, no está sometido a ningún tipo de prescripción) del crédito
por atrasos en las mensualidades fijadas convencional o judicialmente.
Inherente a la persona e intransmisibles

En los alimentos familiares ex lege, la obligación nace simultáneamente con el estado de familia del
cual se deriva, y permanece en latencia, haciéndose exigible sólo cuando en los hechos se
configuran las situaciones económicas que fundamentan la demanda.
El derecho es inherente a la persona de cada uno de los sujetos de la prelación asistencial porque es
inseparable del estado (parental o conyugal).

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El derecho a los alimentos futuros es incesible, pero se podrán ceder las cuotas vencidas ya que se
incorporaron al patrimonio del alimentado.-
Inembargable e incompensable

Con relación a la inembargabilidad, propia de los alimentos legales, recordemos que el sustento de
la vida es el único destino de los alimentos; por ello quedan fuera del contenido de la prenda común
de los acreedores, siendo inembargables e incompensables.
Intransigible

La obligación alimentaria es inhábil para ser objeto de una transacción.

Requisitos de exigibilidad del débito alimentario: de los artículos 537 y siguientes del CCCN
surge que:

El derecho alimentario se hace exigible cuando en los hechos convergen simultáneamente tres
requisitos: a) vínculo familiar, b) necesidad de quien lo solicita; c) pudiencia del obligado.
a) Vínculo familiar

Se trata de un nexo de parentesco en la clase y grado que origina la obligación alimentaria.


b) Necesidad del accionante

El pariente que requiere alimentos deberá acreditar su situación carenciada, es decir que no está en
condiciones de atender, en todo o en parte, a su propio sostén.
En otras palabras, el pariente que demanda alimentos debe probar que con el producido de su
trabajo no puede satisfacer las exigencias vitales, sea porque sus ingresos son insuficientes o sea
porque se encuentra desocupado sin su culpa: por incapacidad, enfermedad, o porque en el lugar de
su residencia existe una elevada tasa de desempleo.
c) Potencialidad económica del requerido

Este presupuesto significa que el requerido por alimentos debe disponer de medios o de recursos de
tal envergadura que, además de permitirle satisfacer prioritariamente sus necesidades personales,
incluidas las del grupo familiar conviviente, y los compromisos asumidos (pago de alquiler de su
vivienda, aranceles por educación de sus hijos, impuestos, etcétera), le hagan posible atender a la
alimentación del necesitado requirente.
Monto
El monto de la prestación parental puede ser fijado por acuerdo entre las partes o por decisión
judicial. Asimismo, siempre se tendrá en cuenta la necesidad del alimentado y la pudiencia del
alimentante. En lo legados de alimentos la cuantía se suele fijar en el testamento.

Parientes obligados

Los parientes se deben alimentos en el siguiente orden:


1. Los ascendientes y descendientes. Entre ellos estarán obligados preferentemente los más
próximos en grado.
2. Los hermanos bilaterales y unilaterales.
En cualquiera de los supuestos los alimentos son debidos por los que están en mejores condiciones
de proporcionarlos. Si dos o más de ellos están en condiciones de hacerlo, están obligados por
partes iguales, pero el juez puede fijar cuotas diferentes, según la cuantía de los bienes y cargas
familiares de cada obligado.
“Entre los parientes por afinidad únicamente se deben alimentos aquellos que están vinculados en
línea recta en primer grado”.

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Nuestra ley reconoce el derecho y obligación alimentaria entre afines en primer grado.
La relación alimentaria de los afines es subsidiaria del recíproco deber alimentario de los esposos y
entre consanguíneos; por ende, el afín requerido de alimentos podrá excepcionarse alegando la
existencia del cónyuge o de consanguíneos pudientes del necesitado.
La jurisprudencia ha entendido que los parientes por afinidad sólo se deben alimentos entre sí en
caso de que no haya consanguíneos en condición de prestarlos.

Contenido de la obligación alimentaria

Se consideran comprendidos en la obligación alimentaria gastos ordinarios y extraordinarios.


Ordinarios: son los de subsistencia y vestuario.

Extraordinarios: son los de enfermedad (asistencia médica, farmacia, internaciones,


intervenciones quirúrgicas, provisión de libros de estudio, los funerarios por sepelio del
alimentado). No comprende los gastos superfluos provenientes del lujo, vicios, etcétera.

En los alimentos familiares, dado que su finalidad es satisfacer necesidades vitales del hombre,
asegurando a la persona los medios de subsistencia, resulta esencial la indisponibilidad del derecho,
porque la vida humana no está en la esfera de los poderes dispositivos de nadie. Por ello, afirmamos
que es un derecho personal extrapeculio, que integra el ámbito del orden público asistencial
indisponible (Fanzolato, 2007).
Los arts. 537 a 554 del Código Civil y Comercial, bajo la denominación “Derechos y obligaciones
de los parientes”, se limitan a legislar exclusivamente sobre la prestación de alimentos. En este
sentido, el vínculo jurídico determinante del parentesco establece una verdadera relación
alimentaria, que se traduce en un vínculo obligacional de origen legal que exige recíprocamente de
los parientes una prestación que asegure la subsistencia del pariente necesitado.
Confirmando la naturaleza extrapatrimonial del derecho alimentario, nuestro código enumera la
mayoría de las características de los alimentos familiares. Así “La obligación de prestar alimentos
no puede ser compensada, ni el derecho a reclamarlos o percibirlos, ser objeto de transacción,
renuncia, cesión, gravamen o embargo alguno. No es repetible lo pagado en concepto de
alimentos”.

Derecho de comunicación

El derecho de comunicación busca mantener los vínculos afectivos entre parientes, dotándolos del
derecho de mantener adecuada comunicación con el pariente con quien no se convive.
El art. 555 del Código Civil y Comercial establece:
Los que tienen a su cargo el cuidado de personas menores de edad, con capacidad restringida, o
enfermas o imposibilitadas, deben permitir la comunicación de estos con sus ascendientes,
descendientes, hermanos bilaterales o unilaterales y parientes por afinidad en primer grado. Si se
deduce oposición fundada en posibles perjuicios a la salud mental o física de los interesados, el juez
debe resolver lo que corresponda por el procedimiento más breve que prevea la ley local y
establecer, en su caso, el régimen de comunicación más conveniente de acuerdo a las
circunstancias. A su vez, a raíz de la reforma del Código Civil y Comercial, en el art. 556 se
establece que los beneficiarios del derecho de comunicación podrán ser todas aquellas personas que
puedan justificar un interés afectivo legítimo. Esta reforma vino a contemplar lo que ya señalaba la
doctrina, en el sentido que el derecho debe serle otorgado a quienes pueden invocar un interés
legítimo basado en el interés familiar, por ejemplo los tíos del menor e incluso extraños - no
parientes- que mantienen con la persona a la que piden visitar un vínculo afectivo nacido de
circunstancias respetables, como los padrinos de bautismo (que determina, según el derecho
canónico, el llamado parentesco espiritual). En estos últimos supuestos, la visita puede ser

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autorizada si los representantes legales de los menores o incapaces la impidieren sin razón
justificada.

En el Código de Vélez no se preveía ninguna sanción ante el incumplimiento del régimen


comunicacional (antes, mal llamado régimen de visitas). En el actual Código se prevé que el juez
impongan al responsable del incumplimiento reiterado del régimen comunicacional establecido,
medidas razonables para asegurar su eficacia (un ejemplo podría ser impedir que salga del país).

 MATRIMONIO

Definición

Es una institución jurídica que, basada en el consentimiento mutuo, se constituye por la unión
formal, aconfesional o civil, exclusiva, exogámica, igualitaria, estable y plena entre dos personas de
distinto o igual sexo que, emplaza a los contrayentes en el estado de familia de cónyuges o esposos
del que se derivan importantes, derechos y deberes, regidos por un estatuto legal que el estado
impone.
Se distinguen, en el concepto, dos aspectos:

in fieri, referido a la celebración del matrimonio como acto jurídico familiar.

in facto esse, que es el estado de familia que surge del acto jurídico inicial.
Requisitos de existencia y validez

El matrimonio como acto jurídico es subjetivamente complejo y está constituido no solo por el
consentimiento de los contrayentes, sino también por el acto administrativo que implica la
intervención de la autoridad competente para celebrar el matrimonio. Los elementos estructurales
del acto son condiciones de existencia; la ausencia de alguno de estos provoca su inexistencia, lo
cual no equivale a invalidez o nulidad.

Inexistencia: cuando el aparente matrimonio carezca de alguno de los elementos estructurales


que hacen a la formación, es decir, el consentimiento y la intervención constitutiva del oficial
público encargado del Registro Civil. El mismo no producirá efectos civiles aunque las partes
hubieren obrado de buena fe.

Nulidad: cuando el acto jurídico matrimonial tiene vicios o defectos de legalidad originarios, que
existen al tiempo de la celebración del matrimonio (Bossert y Zannoni, 2007). Para que exista
matrimonio válido y lícito es necesaria la reunión de requisitos intrínsecos, o de fondo, y
extrínsecos, o de forma. Los primeros son: consentimiento y ausencia de impedimentos, y los
extrínsecos implican que dicho consentimiento sea expresado personalmente frente al oficial
público.

Aptitud natural: habilidad física y mental

La ley reconoce que, para un acto de tal importancia personal y jurídica como el matrimonio, es
necesaria cierta madurez. Se pretende, así, asegurar mayor responsabilidad para el trascendente acto
de la vida civil que significa contraer matrimonio.
Nuestro Código Civil y Comercial, en el art. 403 inc. f, establece que es impedimento para contraer
matrimonio tener menos de 18 años.

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Sin embargo, hay que diferenciar cabalmente la situación de los menores que no han cumplido los
16 años de la de aquellos adolescentes que tienen entre 16 y 18 años.
Para el caso de los adolescentes que tienen entre 16 y 18 años, expresa el art. 404 que ellos pueden
contraer matrimonio con autorización de sus representantes legales. Esta autorización también está
contemplada en el art. 645, en el cual se enumeran los actos para los cuales los menores requieren el
consentimiento expreso de sus progenitores, estableciéndose, entre otros, que lo requerirán los hijos
adolescentes de entre 16 y 18 años para contraer matrimonio. Si los padres o uno de ellos se niegan
a prestar el consentimiento, supletoriamente debe decidir el juez.
Distinto es el caso de los menores de 16 años, para el cual la ley exige, como requisito ineludible, la
dispensa judicial.
La dispensa judicial en materia matrimonial es el mecanismo mediante el cual una autoridad
competente procede al “levantamiento de la prohibición que obstaculiza el matrimonio” (Méndez
Costa, 2001, p. 290).
A los fines de obtener la dispensa judicial, la norma establece que el juez debe mantener una
entrevista personal con los pretensos contrayentes y sus representantes legales, en donde el juez
indagará acerca del conocimiento y entendimiento de los efectos tanto patrimoniales como
personales del acto jurídico matrimonial que tengan los adolescentes. Así, la norma establece que la
decisión judicial debe tener en cuenta la edad y grado de madurez alcanzados por la persona,
referidos a la comprensión de las consecuencias jurídicas del acto matrimonial. Respecto a la
opinión de los representantes legales, si bien será tenida en cuenta por el magistrado, ésta no es
vinculante a la decisión judicial. Una vez que el menor de 18 años haya contraído matrimonio, el
casamiento emancipa al menor de edad, teniendo en cuenta que, si se hubiere celebrado sin la
correspondiente dispensa, el matrimonio será pasible de nulidad relativa.
Mención especial merece el caso configurado por el pretenso matrimonio entre el tutor o sus
descendientes con la persona bajo su tutela.
En este caso, se profundizan los recaudos legales, y no bastará que el juez arribe a la convicción
sobre la conveniencia de las nupcias (Herrera, 2015), sino que, además, requerirá que estén
aprobadas las cuentas de la tutela. Este recaudo obedece a la necesidad de proteger el patrimonio
del pupilo, impidiendo que el tutor o sus descendientes puedan aprovecharse del matrimonio para
no rendir debidamente las cuentas de la misma. Si, no obstante, el tutor o sus descendientes
contrajeren matrimonio sin estar aprobadas las cuentas de la tutela, corresponde la sanción descripta
en el art. 403 infine, que establece que el tutor perderá la asignación que le corresponda sobre las
rentas del pupilo.

Habilidad mental
Si bien el art. 403 inc. g establece, como impedimento matrimonial, “la falta permanente o
transitoria de la salud mental que le impide tener discernimiento para el acto matrimonial”3, a este
impedimento hay que complementarlo con lo dispuesto en el art. 405, el cual, bajo el paradigma no
discriminatorio, y respetando la ley de salud mental y los principios de Naciones Unidas para la
protección de enfermos mentales y para el mejoramiento de la atención de salud mental, establece
que las personas que padezcan afecciones en su salud mental puedan celebrar el matrimonio, previa
dispensa judicial.
Los requerimientos para otorgar dicha dispensa son:
Intervención de equipos interdisciplinarios: los cuales emitirán un dictamen que exprese si el
pretenso contrayente comprende las consecuencias jurídicas del acto matrimonial y si goza de la
aptitud para la vida de relación conyugal.

Entrevista personal: la norma establece que el juez debe mantener una entrevista personal con
los futuros contrayentes, pudiendo también hacerlo con sus representantes y/o cuidadores.

Aptitud legal: Impedimentos. Concepto. Clasificación

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 8


Los impedimentos matrimoniales son los hechos o situaciones que importan un obstáculo para la
celebración del matrimonio. En palabras de la Dra. Marisa Herrera, son “las prohibiciones,
limitaciones y restricciones que el ordenamiento jurídico impone al derecho a contraer matrimonio
condicionando la capacidad para casarse de las personas” (2015: 572).

Clasificación
Por la índole de la sanción

o Dirimentes: aquellos cuya violación habilita el ejercicio de la acción de nulidad del matrimonio.

o Impedientes: aquellos cuya violación no da lugar a dicha sanción sino que se resuelven en
sanciones de otro tipo o bien cumplen solo una función preventiva, de modo que si el oficial público
que los conoce debe negarse a celebrar el matrimonio, una vez contraído ninguna consecuencia
jurídica produce su inobservancia.

Por las personas respecto de las cuales se aplica

o Absolutos: los que obstan a la celebración del matrimonio con cualquier persona (falta de edad
legal).

o Relativos: los que solo representan un obstáculo con respecto a personas determinadas
(parentesco).
Por el tiempo de vigencia

- Perpetuos: no desaparecen por el transcurso del tiempo (parentesco).

- Temporales: desaparecen o están sujetos a extinción por el transcurso del tiempo (falta de edad
legal).

Efectos de los impedimentos

sanciones diversas en caso de los impedientes.

(Cap. I del título Delitos contra el Estado Civil).

Momentos de actuación de los impedimentos


La existencia de los impedimentos matrimoniales opera fundamentalmente en dos momentos
distintos:
a) Antes de la celebración del matrimonio: como causa de oposición a su celebración por parte de
los legitimados a oponerse (410 y 411 CCCN) y, respecto de cualquier persona, como fundamento
de la denuncia de su existencia ante la autoridad competente para celebrar el matrimonio (412
CCCN).
b) Después de la celebración del matrimonio: operarán como causa de nulidad de las nupcias si se
trata de impedimentos dirimentes, o de la aplicación de sanciones civiles o penales en su caso de
conformidad a lo establecido por los arts. 134 a 137 del Código Penal.

Impedimentos impedientes

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 9


Los impedimentos impedientes son meramente prohibitivos en el sentido de que, si el matrimonio
se celebra, es válido, aunque, por haber sido irregularmente celebrado, conlleva sanciones para los
contrayentes.
Falta de aprobación de las cuentas de la tutela (art. 404 in fine):
La dispensa para el matrimonio entre el tutor o sus descendientes con la persona bajo su tutela sólo
puede ser otorgada si, además de los recaudos previstos en el párrafo anterior, se han aprobado las
cuentas de la administración. Si de igual modo se celebra el matrimonio, el tutor pierde la
asignación que le corresponda sobre las rentas del pupilo…4
Como vemos, en este caso no se sanciona con la nulidad, sino con pérdida de la asignación que le
hubiere correspondido sobre las rentas del pupilo.

Los deberes que surgen a raíz de la celebración del matrimonio los podemos clasificar de la
siguiente manera:
Los mencionados, son deberes mínimos, recíprocos, incoercibles salvo el de contribución y
alimentos que tiene un contenido patrimonial.

Deberes de los cónyuges

Los deberes que surgen a raíz de la celebración del matrimonio los podemos clasificar de la
siguiente manera:

El proyecto de vida en común


Con la sanción del Código Civil y Comercial 2014, se perfila un nuevo orden público familiar. En
este sentido, se afirma que el legislador no debe imponer un proyecto de vida a los contrayentes,
sino que en virtud del Art. 19 de la Constitución Nacional hay que respetar la autonomía y libertad
de cada matrimonio.
En este sentido, y al decir de Bueres: “Existe amplia libertad para determinar el proyecto de vida
matrimonial” (2015, pág. 345).

El deber de cooperación
El deber de cooperación, que es claramente un deber moral e incoercible, implica que “los cónyuges
deben obrar conjuntamente en miras a la realización de su proyecto de vida común” (Orlandi, 2014,
pág. 10).
El deber de convivencia
El deber de convivencia es un deber axiológico o moral que no genera ninguna consecuencia
jurídica frente a su incumplimiento.
Esto es coincidente con la idea de que los cónyuges son los protagonistas de su proyecto de vida,
pudiendo ser éste un modelo que presente las características de un matrimonio, en el cual sus
miembros deciden, por las razones más diversas, habitar en domicilios distintos.
Cabe destacar que esta disposición y la incoercibilidad del deber de cohabitación, ha generado en
algunos sectores grandes críticas, así, por ejemplo, el Dr. Perrino considera que “Sin la convivencia,
la comunidad de vida y amor no puede realizarse plenamente, porque ella es el medio natural, para
conservar y cultivar la unidad espiritual de los esposos, adquirir cada día mayor conciencia de su
unidad y por sobre todo para la realización de la finalidad del matrimonio, ordenado, como hemos
dicho, al bien de los cónyuges y la engendro-educación de la prole” (2012, pág. 29).
Deber de fidelidad
El deber de fidelidad es expresamente un deber moral, con lo cual, como lo hemos mencionado
reiteradas veces, su incumplimiento no trae aparejado ningún tipo de sanción civil.
La eliminación del deber de fidelidad tiene su razón de ser en la consagración del divorcio
incausado.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 10


Recordemos que en el Código de Vélez Sársfield, al existir un sistema de divorcio con causa, la
infidelidad o adulterio era sancionada al figurar expresamente entre las causales subjetivas de
divorcio y separación personal, pudiendo ser declarado un cónyuge culpable en la sentencia de
divorcio o separación personal si se probaban esas causales, entre otras, con sus correspondientes
consecuencias jurídicas.
Cabe resaltar que frente a la decisión legislativa de despojar a la infidelidad de toda sanción
jurídica, parte de la doctrina ha mostrado su desagrado, expresando, entre otras cosas, que se
destruye la comunidad de vida y amor que son la base del matrimonio, así como también expresan
que la ley tiene una función educativa que debe poner de manifiesto lo que es correcto de lo que no
lo es en una relación matrimonial.

El deber jurídico de asistencia mutua


El derecho, deber de asistencia, tiene dos aspectos: uno material y uno moral.
En la faceta material, la asistencia se refleja en el verdadero derecho – deber de alimentos que
coexiste a partir de la celebración del matrimonio, e incluso después, en algunas ocasiones
expresamente previstas por el Código.
En la faceta moral, el deber de asistencia se traduce en “ayuda mutua, cuidados recíprocos, socorro
o cooperación” (Herrera, 2015 pág. 684), todos deberes morales y no jurídicos.

Los alimentos entre cónyuges


En concordancia con el deber jurídico de asistencia en sentido material, el Código Civil y
Comercial en su Art. 432 establece el deber de alimentos entre los cónyuges, disponiendo que: Los
cónyuges se deben alimentos entre sí durante la vida en común y la separación de hecho. Con
posterioridad al divorcio, la prestación alimentaria sólo se debe en los supuestos previstos en este
Código, o por convención de las partes. Esta obligación se rige por las reglas relativas a los
alimentos entre parientes en cuanto sean compatibles

Como surge del artículo, la fuente de la obligación alimentaria entre cónyuges puede ser legal, es
decir derivada de la ley, o convencional, es decir de la voluntad de las partes.
El derecho – deber alimentario rige entonces durante la vigencia del matrimonio de manera
igualitaria entre ambos cónyuges, incluso durante la separación de hecho. Para estos casos, la ley
prevé cuáles son las pautas para la fijación de alimentos (Art. 433 CCyCN), siendo éstas:
a) el trabajo dentro del hogar, la dedicación a la crianza y educación de los hijos y sus edades;
b) la edad y el estado de salud de ambos cónyuges;
c) la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo de quien solicita alimentos;
d) la colaboración de un cónyuge en las actividades mercantiles, industriales o profesionales del
otro cónyuge;
e) la atribución judicial o fáctica de la vivienda familiar;
f) el carácter ganancial, propio o de un tercero del inmueble sede de esa vivienda. En caso de ser
arrendada, si el alquiler es abonado por uno de los cónyuges u otra persona;
g) si los cónyuges conviven, el tiempo de la unión matrimonial;
h) si los cónyuges están separados de hecho, el tiempo de la unión matrimonial y de la separación;
i) la situación patrimonial de ambos cónyuges durante la convivencia y durante la separación de
hecho.

Cese de la obligación alimentaria


“El derecho alimentario cesa si desaparece la causa que lo motivó, el cónyuge alimentado inicia una
unión convivencial o incurre en alguna de las causales de indignidad”22.
Asimismo, en base al principio de solidaridad familiar, el Código sostiene que tras el divorcio, los
cónyuges se deberán alimentos si así se hubieren obligado por acuerdo entre partes, o en los
siguientes casos: 1) a favor del cónyuge que padece una enfermedad grave y que le impide

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autosustentarse y 2) a favor del cónyuge que no tiene recursos suficientes ni posibilidad razonable
de procurárselo (Art. 434 CCyCN)23. En este último supuesto la obligación no puede tener una
duración superior al número de años que duró el matrimonio y no procede a favor del que recibe la
compensación económica.
En estos casos, se tendrán en cuenta las siguientes pautas para fijar los alimentos:
“a) la edad y el estado de salud de ambos cónyuges; b) la capacitación laboral y la posibilidad de
acceder a un empleo de quien solicita alimentos; c) la atribución judicial o fáctica de la vivienda
familiar (…)
“Si desaparece la causa que la motivó, o si la persona beneficiada contrae matrimonio o vive en
unión convivencial, o cuando el alimentado incurre en alguna de las causales de indignidad”.

 UNIONES CONVIVENCIALES

Definición

El Código Civil y Comercial de la Nación por primera vez regula las uniones convivenciales. Son
consideradas tales “la unión basada en relaciones afectivas de carácter singular, pública, notoria,
estable, y permanente do dos personas que conviven y comparten un proyecto de vida común, sean
del mismo o diferente sexo”.

Requisitos

El artículo 510 establece que para que se reconozcan los derechos establecidos en el Código Civil y
Comercial a las uniones convivenciales, éstas deben cumplir con ciertos requisitos, los cuales
analizaremos brevemente siguiendo a la Doctora Herrera (2015):
que los dos integrantes sean mayores de edad: a diferencia del matrimonio, que en
determinadas circunstancias se permite que sea celebrado entre menores de edad, la unión
convivencial, al no haber ningún tipo de formalidad para constituirla, ni control estatal previo, se
impone que involucre solo a personas mayores de edad, es decir, personas que hayan cumplido 18
años.

no estén unidos por vínculos de parentesco en línea recta en todos los grados, ni colateral
hasta el segundo grado: Las uniones convivenciales implican una relación de pareja, por ello es
requisito que no estén unidos por vínculos familiares cercanos. A través de este requisito se excluye
del régimen a otro tipo de uniones como las llamadas uniones asistenciales, en las cuales, por
ejemplo, conviven juntos dos hermanos, dos amigos, etcétera.

no estén unidos por vínculos de parentesco por afinidad en línea recta: por las mismas
razones expuestas en el inciso anterior, no serán consideradas uniones convivenciales las
compuestas por una persona y padres afines, abuelos afines, hijos afines, etcétera.
no tengan impedimento de ligamen ni esté registrada otra convivencia de manera
simultánea: este requisito es de fácil comprobación ya que tanto del matrimonio subsistente, como
de la unión convivencial registrada se obtienen los correspondientes certificados.

mantengan la convivencia durante un período no inferior a dos años: se entiende que este
requisito tiende a materializar la publicidad, notoriedad, estabilidad y permanencia que define las
uniones convivenciales.

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Registración

La existencia de la unión convivencial, su extinción y los pactos que los integrantes de la pareja
hayan celebrado se inscriben en el registro que corresponda a la jurisdicción local, sólo a los fines
probatorios.
No procede una nueva inscripción de una unión convivencial sin la previa cancelación de la
preexistente.
La registración de la existencia de la unión convivencial debe ser solicitada por ambos
integrantes46.
Es decir, la registración se prevé solo a los fines de facilitar la prueba de la unión, aunque las
parejas registradas tendrán un plus de reconocimiento frente a terceros respecto de la protección de
la vivienda familiar, ya que solo para el caso de las uniones registradas, se protege la vivienda
familiar y los muebles indispensables al requerirse el asentimiento del otro conviviente en caso de
disposición, así como también se determina la inejecutabilidad por deudas contraídas con
posterioridad a la registración, excepto que hayan sido contraídos por ambos convivientes o por uno
con el asentimiento del otro.

Prueba

“La unión convivencial puede acreditarse por cualquier medio de prueba; la inscripción en el
Registro de uniones convivenciales es prueba suficiente de su existencia.
Este artículo deja claro que la registración no es obligatoria para constituir la unión convivencial,
pudiéndose probar ésta por cualquier medio. Asimismo, el beneficio de la inscripción es que es
prueba fehaciente por sí misma para probar dicho unión.

Pactos de convivencia

Nuestro ordenamiento jurídico, frente a la legislación de las uniones convivenciales, incorpora la


posibilidad de realizar pactos convivenciales. Estos pactos están destinados a regular las relaciones
entre los convivientes que pueden ser de carácter patrimonial o extra patrimonial. En principio estos
pactos prevalecen sobre las normas previstas en el Código. Sin embargo, ellos están limitados y
existen materias donde el ordenamiento legal prevalece.

Autonomía de la voluntad de los convivientes (art. 513)


La autonomía de la voluntad es la base del contenido de los pactos convivenciales, por lo tanto lo
establecido en el Código respecto a las uniones convivenciales se aplicará siempre y cuando los
convivientes no establecieran algo distinto en el referido pacto.
Sin embargo, hay ciertas disposiciones de orden público que el pacto de convivencia no puede dejar
sin efecto. Estas disposiciones son las referidas a:

tribuir a los gastos domésticos de conformidad con lo dispuesto en el


artículo 455.

para solventar las necesidades ordinarias del hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos.

del otro, disponer de los derechos sobre la vivienda familiar, ni de los muebles indispensables de
ésta, ni transportarlos fuera de la vivienda. El juez puede autorizar la disposición del bien si es
prescindible y el interés familiar no resulta comprometido.

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acto dentro del plazo de caducidad de seis meses de haberlo conocido, y siempre que continuase la
convivencia. La vivienda familiar no puede ser ejecutada por deudas contraídas después de la
inscripción de la unión convivencial, excepto que hayan sido contraídas por ambos convivientes o
por uno de ellos con el asentimiento del otro.
Respecto a la forma que debe tener el pacto convivencial, éste debe ser hecho por escrito y no se
admite un medio distinto al establecido (Herrera, 2015).

Contenido del pacto

El Código Civil y Comercial, de manera enunciativa, establece algunas de las cuestiones que
pueden ser incorporadas al pacto de convivencia.
Así, el artículo 514 establece:
Los pactos de convivencia pueden regular, entre otras cuestiones:
a) la contribución a las cargas del hogar durante la vida en común;
b) la atribución del hogar común, en caso de ruptura;
c) la división de los bienes obtenidos por el esfuerzo común, en caso de ruptura de la convivencia.
Como puede observarse, estas cuestiones son las que mayores conflictos suelen traer frente a la
separación de los convivientes.
Asimismo, es importante destacar que en virtud de la autonomía de la voluntad, estos “pactos
pueden ser modificados rescindidos por acuerdo de ambos convivientes”.

Límites

Frente a la autonomía de la voluntad que tienen los contrayentes para celebrar el contenido de los
pactos de convivencia, se establecen límites a los fines de proteger a los convivientes.
Por un lado, tenemos los límites establecidos en el artículo 513, que estudiamos ut supra y que hace
referencia a aquellas cuestiones que el pacto de convivencia no puede dejar sin efecto.
Por otro lado, el artículo 515 establece también límites a la autonomía de la voluntad, estableciendo
que: “Los pactos de convivencia no pueden ser contrarios al orden público, ni al principio de
igualdad de los convivientes, ni afectar los derechos fundamentales de cualquiera de los integrantes
de la unión convivencial”.

Cese de la convivencia

El artículo 523 del enumera taxativamente las causales por las cuales se extingue la unión
convivencial. Algunas causales son ajenas a la voluntad de las partes y otras tienen su origen en la
voluntad de los convivientes (Herrera, 2015).
En virtud de ello,
La unión convivencial cesa:
a) por la muerte de uno de los convivientes;
b) por la sentencia firme de ausencia con presunción de fallecimiento de uno de los convivientes;
c) por matrimonio o nueva unión convivencial de uno de sus miembros;
d) por el matrimonio de los convivientes;
e) por mutuo acuerdo;
f) por voluntad unilateral de alguno de los convivientes notificada fehacientemente al otro;
g) por el cese de la convivencia mantenida. La interrupción de la convivencia no implica su cese si
obedece a motivos laborales u otros similares, siempre que permanezca la voluntad de vida en
común.
.

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Efectos. Compensación económica: fijación judicial, pautas, caducidad

La ruptura de la unión convivencial trae aparejado efectos, los cuales estarán regulados por las
normas de orden público abordadas ut supra y por supuesto por el pacto convivencial si lo hubiera.
Asimismo, la figura de la compensación económica establecida como un posible efecto del
divorcio, se repite frente al quiebre de la unión convivencial.
En este sentido, el artículo 524 establece que:
cesada la convivencia, el conviviente que sufre un desequilibrio manifiesto que signifique un
empeoramiento de su situación económica con causa adecuada en la convivencia y su ruptura, tiene
derecho a una compensación. Ésta puede consistir en una prestación única o en una renta por un
tiempo determinado que no puede ser mayor a la duración de la unión convivencial.
Puede pagarse con dinero, con el usufructo de determinados bienes o de cualquier otro modo que
acuerden las partes o en su defecto decida el juez.
Como puede observarse de la comparación entre la compensación económica derivada del
matrimonio y de la derivada de la unión convivencial, surge que en ésta última, si la compensación
se tradujera en una renta, ésta no puede superar lo que hubiera durado la unión.
Como se expresara al momento de abordar el divorcio, la compensación no es una figura que
necesariamente se va a dar ante la ruptura de la unión convivencial, sino que deben cumplirse los
requisitos expresados en la norma. Asimismo, conforme el artículo 525:
El juez determinará la procedencia y el monto de la compensación económica sobre la base de
diversas circunstancias, entre otras:
a) el estado patrimonial de cada uno de los convivientes al inicio y a la finalización de la unión;
b) la dedicación que cada conviviente brindó a la familia y a la crianza y educación de los hijos y la
que debe prestar con posterioridad al cese;
c) la edad y el estado de salud de los convivientes y de los hijos;
d) la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo del conviviente que solicita la
compensación económica;
e) la colaboración prestada a las actividades mercantiles, industriales o profesionales del otro
conviviente;
f) la atribución de la vivienda familiar68.
.
Caducidad
“La acción para reclamar la compensación económica caduca a los seis meses de haberse producido
cualquiera de las causas de finalización de la convivencia”.
Acerca del breve plazo que se concede para ejercer la acción, la Doctora Herrera explica que
“pretende evitar la perpetuación de reclamos o litigios derivados de una unión de sustento fáctico,
que ya se encuentra cesada; conductas que por lo demás podrían resultar abusivas con relación al
exconviviente a quien se reclama la prestación” (Herrera, 2014, pág. 525).

Atribución del uso de la vivienda


Como venimos expresando, la vivienda es un derecho humano, y como tal ha merecido gran
protección por parte de Código Civil y Comercial.
En este sentido, se protege el derecho a la vivienda tanto ante el cese de la unión convivencial en
vida de ambos cónyuges, como en el supuesto de muerte.
Respecto a la atribución del uso de la vivienda familiar,
el uso del inmueble que fue sede de la unión convivencial puede ser atribuido a uno de los
convivientes en los siguientes supuestos :
a) si tiene a su cargo el cuidado de hijos menores de edad, con capacidad restringida, o con
discapacidad;

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b) si acredita la extrema necesidad de una vivienda y la imposibilidad de procurársela en forma
inmediata.
Respecto al plazo, el código establece que “el juez debe fijar el plazo de la atribución, el que no
puede exceder de dos años a contarse desde el momento en que se produjo el cese de la
convivencia” Asimismo, a petición de parte interesada, el juez puede establecer: una renta
compensatoria por el uso del inmueble a favor del conviviente a quien no se atribuye la vivienda;
que el inmueble no sea enajenado durante el plazo previsto sin el acuerdo expreso de ambos; que el
inmueble en condominio de los convivientes no sea partido ni liquidado. La decisión produce
efectos frente a terceros a partir de su inscripción registral.
Si se trata de un inmueble alquilado, el conviviente no locatario tiene derecho a continuar en la
locación hasta el vencimiento del contrato, manteniéndose el obligado al pago y las garantías que
primitivamente se constituyeron en el contrato.
“El derecho de atribución cesa:
a) por cumplimiento del plazo fijado por el juez;
b) por cambio de las circunstancias que se tuvieron en cuenta para su fijación;
c) por las mismas causas de indignidad previstas en materia sucesoria”.
En el supuesto de muerte de uno de los convivientes, el artículo 527 dispone:
El conviviente supérstite que carece de vivienda propia habitable o de bienes suficientes que
aseguren el acceso a ésta, puede invocar el derecho real de habitación gratuito por un plazo máximo
de dos años sobre el inmueble de propiedad del causante que constituyó el último hogar familiar y
que a la apertura de la sucesión no se encontraba en condominio con otras personas.
Este derecho es inoponible a los acreedores del causante.
Se extingue si el conviviente supérstite constituye una nueva unión convivencial, contrae
matrimonio, o adquiere una vivienda propia habitable o bienes suficientes para acceder a ésta.

Distribución de los bienes


La distribución de los bienes ante el cese de la convivencia, siempre ha traído aparejado numerosos
inconvenientes, sobre todo cuando las uniones convivenciales no estaban reguladas en nuestro
ordenamiento.
En el Código Civil y Comercial se regula esta situación, priorizando siempre, si hubiere, el pacto
convivencial.
A falta de pacto, los bienes adquiridos durante la convivencia se mantienen en el patrimonio al que
ingresaron, sin perjuicio de la aplicación de los principios generales relativos al enriquecimiento sin
causa, la interposición de personas, y otros que puedan corresponder.
A los fines de explicar este artículo, Roveda y Giovannotti (2014) recuerdan que el Código Civil y
Comercial de la Nación regula al enriquecimiento sin causa en sus artículos 1794 y 1795. A este se
lo define como el enriquecimiento patrimonial sin causa justificada o lícita de una persona a
expensas de otra. Tiene carácter excepcional sujetando su procedencia a la inexistencia de otra
acción.
Asimismo, la interposición de personas se da cuando el vendedor no conocía que el adquirente no
era el que figuraba como tal, supuesto que no consideramos aplicable entre convivientes, ya que
ellos no serán adquirente y vendedor para su aplicación.
Respecto a las “otras acciones que pudieren corresponder”, los autores citados expresan que pueden
ser procedentes la de simulación o fraude. Cabe recordar que el plazo de prescripción para
interponer estas acciones se encuentra suspendido entre ellos durante la convivencia

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EJE TEMATICO 2: REGIMEN PATRIMONIAL- MATRIMONIAL ARGENTINO

 REGIMEN PATRIMONIAL

A partir de la sanción del Código Civil y Comercial de 2014 hubo un giro trascendental en esta
materia, a partir de la posibilidad de elección de los cónyuges entre un régimen de comunidad y un
régimen de separación de bienes, cuestión impensada en el Código de Vélez Sársfield, donde se
tenía único régimen legal, imperativo y forzoso llamado sociedad conyugal.

Caracterización
Las características del régimen patrimonial – matrimonial argentino, según Krasnow (2014), son:

Convencional no pleno: ya que permite que la pareja antes o en el acto de celebración del
matrimonio opte por cualquiera de las dos regímenes que ofrece el sistema: comunidad de
ganancias o separación de bienes. Ante la falta de opción, funcionará por vía supletoria la
comunidad de ganancias.

Mutable: durante la vigencia del matrimonio, los cónyuges pueden cambiar de régimen la cantidad
de veces que lo consideren necesario, con la única limitación que permanezcan en el mismo
régimen al menos un año. Es decir que al momento de la celebración del matrimonio pueden optar
los cónyuges por el régimen de comunidad y transcurrido al menos un año, a través de una
convención matrimonial, mutar al régimen de separación de bienes o viceversa.

Limitación a la autonomía de la voluntad: si bien los cónyuges tienen autonomía de la voluntad


para la elección del régimen antes o durante la celebración del matrimonio e incluso la facultad de
modificar de régimen durante la vigencia del matrimonio, la ley impone un régimen primario que es
aplicable a ambos regímenes, en este sentido Fanzolato expresa que:
Sin perjuicio del régimen de bienes elegido, o con vigencia forzosa o supletoria, los ordenamientos
matrimoniales actualizados contienen una normativa que rige en toda situación. Se trata de
cuestiones que, por razones de equidad y de amparo a la familia y a los terceros, la ley no debe dejar
libradas a los preceptos comunes ni al arbitrio de los esposos sino que impone soluciones que, en
conjunto, integran una plataforma jurídica mínima, que gobierna a todos los matrimonios,
cualquiera sea el particular régimen de bienes aplicable. (2004, pág. 415)

Régimen primario

Si bien el Código Civil y Comercial confiere a los contrayentes la posibilidad de optar entre dos
regímenes patrimoniales – matrimoniales, es decir, el régimen de comunidad (régimen supletorio) o
régimen de separación de bienes, se ha establecido un régimen primario.
El régimen primario implica una serie de normas que se imponen por sobre la voluntad de los
esposos y que se aplican independientemente del régimen patrimonial – matrimonial elegido, es
decir, son normas de orden público que se aplican ya sea que los cónyuges hayan optado por el
régimen de separación de bienes o se encuentren en el régimen de comunidad.
Estas disposiciones son inderogables por convención de los cónyuges, excepto disposición expresa
en contrario que prevea el Código Civil y Comercial. prevista en el ordenamiento jurídico (Art.
454).

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Deber de contribución

Los cónyuges deben contribuir a su propio sostenimiento, el del hogar y el de los hijos comunes, en
proporción a sus recursos. Esta obligación se extiende a las necesidades de los hijos menores de
edad, con capacidad restringida, o con discapacidad de uno de los cónyuges que conviven con ellos.
El cónyuge que no da cumplimiento a esta obligación puede ser demandado judicialmente por el
otro para que lo haga,debiéndose considerar que el trabajo en el hogar es computable como
contribución a las cargas (Art. 455)..
En relación a esta disposición, la Dra. Marisa Herrera (2015) expresa:

erogaciones para su propio sostenimiento, el del hogar conyugal, y el de los hijos del matrimonio,
conforme sus recursos.

discapacidad, incluso cuando ellos sean hijos de uno solo de los integrantes de la unión marital,
siempre que se cumplan dos condiciones: a) los beneficiarios deben vivir bajo el mismo techo con
la pareja matrimonial. b) los beneficiarios deben ser menores de edad, con capacidad restringida o
padecer algún tipo de discapacidad.

a iniciar acción judicial contra el otro cónyuge


que no dé cumplimiento con la disposición bajo análisis.

El asentimiento conyugal: actos comprendidos, requisitos, autorización judicial

El “asentimiento” significa la conformidad de un tercero que no es parte. En la temática que nos


ocupa, la calidad de tercero del cónyuge asentidor cuando interviene como tal en un acto de
disposición onerosa practicado por su consorte, sólo tiene el sentido de que se notifica del acto y
que hasta ese momento no tiene nada que oponer, pero de ninguna manera implica reconocer la
onerosidad o la sinceridad del acto.
Esta conformidad del cónyuge no contratante del acto, es requerida a los fines de la validez de
ciertos actos, sea cual sea el régimen patrimonial – matrimonial bajo el que se encuentren los
cónyuges.
En este sentido, el art. 456 del CCyCN establece:
Ninguno de los cónyuges puede, sin el asentimiento del otro, disponer de los derechos sobre la
vivienda familiar, ni de los muebles indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de ella. El que no
ha dado su asentimiento puede demandar la nulidad del acto o la restitución de los muebles dentro
del plazo de caducidad de seis meses de haberlo conocido, pero no más allá de seis meses de la
extinción del régimen matrimonial”.
La vivienda familiar no puede ser ejecutada por deudas contraídas después de la celebración del
matrimonio, excepto que lo hayan sido por ambos cónyuges conjuntamente o por uno de ellos con
el asentimiento del otro.

Requisitos del asentimiento


El asentimiento “debe versar sobre el acto en sí y sus elementos constitutivos”.
Es decir que:
se impone un conocimiento efectivo del contenido que sólo se adquiere a través de la información y
de la transparencia que le permitan al cónyuge que asiente valorar la conveniencia del acto,
particularmente en un contexto intrafamiliar (posición vital), en el cual puedan presentarse
supuestos de “influencia injusta o de abuso de posición (Herrera, 2015, pág. 48).

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 18


Autorización judicial
Es preciso determinar qué sucede cuando uno de los cónyuges no puede o no quiere prestar el
aludido asentimiento, ya sea por estar ausente, por ser persona incapaz, por estar transitoriamente
impedido de expresar su voluntad, o si su negativa no está justificada por el interés de la familia
(art.458).
En estos casos, el Código prevé la manera para suplir ese asentimiento, permitiendo que el cónyuge
que desee realizar el acto jurídico pueda solicitar la autorización judicial para suplir dicho
asentimiento. A su vez, la norma expresa en el art. 458 que “el acto otorgado con autorización
judicial es oponible al cónyuge sin cuyo asentimiento se lo otorgó, pero de él no deriva ninguna
obligación personal a su cargo”

Responsabilidad solidaria por las deudas

El régimen primario, bajo el principio de solidaridad familiar que inspira el Código Civil y
Comercial, ha introducido novedosas modificaciones al régimen de deudas, sea cual sea el régimen
patrimonial – matrimonial bajo el que se encuentre los cónyuges.
En este sentido, el Art. 461 del CCyCN establece que: “los cónyuges responden solidariamente por:
Las obligaciones contraídas por uno de ellos para solventar las necesidades ordinarias del hogar o el
sostenimiento y la educación de los hijos de conformidad con lo dispuesto en el artículo 455”. Es el
deber de contribución. “Fuera de esos casos, y excepto disposición en contrario del régimen
matrimonial, ninguno de los cónyuges responde por las obligaciones del otro”.
Entonces, podemos concluir que, como principio general, se consagra el principio de separación de
deudas, en el cual cada cónyuge responde con sus bienes propios y los gananciales que administra
(en el caso de el régimen de comunidad) y con sus bienes personales (en el caso del régimen de
separación de bienes) por sus deudas personales, con la excepción de que la responsabilidad será
solidaria, es decir que el acreedor podrá atacar los bienes de cualquiera de los cónyuges, cuando la
deuda haya sido contraída para “solventar las necesidades ordinarias del hogar o el sostenimiento o
la educación de los hijos comunes”.

Régimen de comunidad. Carácter supletorio

Como hemos estudiado, los cónyuges pueden optar por el régimen patrimonial – matrimonial que
regulará sus relaciones patrimoniales, pudiendo optar por el régimen de separación o de comunidad.
Asimismo, se establece un marco normativo que funcionará como régimen supletorio a falta de
opción, este es el régimen de comunidad.
Así, entonces:
a falta de opción hecha en la convención matrimonial, los cónyuges quedan sometidos desde la
celebración del matrimonio al régimen de comunidad de ganancias (…). No puede estipularse que
la comunidad comience antes o después, excepto el caso de cambio de régimen matrimonial52.

Bienes propios y gananciales de los cónyuges. Prueba del carácter de los bienes
En el régimen de comunidad, el sistema de calificación de los bienes según sean propios o
gananciales, reviste gran importancia sobre cuestiones impositivas, la responsabilidad por las
deudas de los cónyuges, la determinación de los bienes que integraran el acervo hereditario y
porque determina sobre qué bienes los esposos tendrán derecho exclusivo de propiedad (bienes
propios) y cuáles serán objeto de partición por mitades una vez extinguida la comunidad (bienes
gananciales) (Herrera, 2015).

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 19


Bienes propios
El art. 464 establece cuáles son los bienes propios de los cónyuges. Para mayor comprensión, los
agruparemos según distintos criterios (Medina, 2014):
Son bienes propios de cada uno de los cónyuges:
I) Los bienes aportados al matrimonio
a) los bienes de los cuales los cónyuges tienen la propiedad, otro derecho real o la posesión al
tiempo de la iniciación de la comunidad;
II) Los bienes adquiridos a título gratuito
b) los adquiridos durante la comunidad por herencia, legado o donación, aunque sea conjuntamente
por ambos, y excepto la recompensa debida a la comunidad por los cargos soportados por ésta.
Los recibidos conjuntamente por herencia, legado o donación se reputan propios por mitades,
excepto que el testador o el donante hayan designado partes determinadas.
No son propios los bienes recibidos por donaciones remuneratorias, excepto que los servicios que
dieron lugar a ellas hubieran sido prestados antes de la iniciación de la comunidad. En caso de que
el valor de lo donado exceda de una equitativa remuneración de los servicios recibidos, la
comunidad debe recompensa al donatario por el exceso;
III) Los bienes adquiridos por subrogación real con otros bienes propios.
c) los adquiridos por permuta con otro bien propio, mediante la inversión de dinero propio, o la
reinversión del producto de la venta de bienes propios, sin perjuicio de la recompensa debida a la
comunidad si hay un saldo soportado por ésta. Sin embargo, si el saldo es superior al valor el aporte
propio, el nuevo bien es ganancial, sin perjuicio de la recompensa debida al cónyuge propietario;
d) los créditos o indemnizaciones que subrogan en el patrimonio de uno de los cónyuges a otro bien
propio;
e) los productos de los bienes propios, con excepción de los de las canteras y minas;
f) las crías de los ganados propios que reemplazan en el plantel a los animales que faltan por
cualquier causa. Sin embargo, si se ha mejorado la calidad del ganado originario, las crías son
gananciales y la comunidad debe al cónyuge propietario recompensa por el valor del ganado propio
aportado;
IV) Los bienes adquiridos por título o causa anterior al matrimonio.
g) los adquiridos durante la comunidad, aunque sea a título oneroso, si el derecho de incorporarlos
al patrimonio ya existía al tiempo de su iniciación;
h) los adquiridos en virtud de un acto anterior a la comunidad viciado de nulidad relativa,
confirmado durante ella;
i) los originariamente propios que vuelven al patrimonio del cónyuge por nulidad, resolución,
rescisión o revocación de un acto jurídico;
V) Los adquiridos por accesión
j) los incorporados por accesión a las cosas propias, sin perjuicio de la recompensa debida a la
comunidad por el valor de las mejoras o adquisiciones hechas con dinero de ella;
VI) los adquiridos por un supuesto especial de accesión
k) las partes indivisas adquiridas por cualquier título por el cónyuge que ya era propietario de una
parte indivisa de un bien al comenzar la comunidad, o que la adquirió durante ésta en calidad de
propia, así como los valores nuevos y otros acrecimientos de los valores mobiliarios propios, sin
perjuicio de la recompensa debida a la comunidad en caso de haberse invertido bienes de ésta para
la adquisición;
l) la plena propiedad de bienes cuya nuda propiedad se adquirió antes del comienzo de la
comunidad, si el usufructo se extingue durante ella, así como la de los bienes gravados con otros
derechos reales que se extinguen durante la comunidad, sin perjuicio del derecho a recompensa si
para extinguir el usufructo o los otros derechos reales se emplean bienes gananciales;
VII) los bienes propios por su naturaleza.
m) las ropas y los objetos de uso personal de uno de los cónyuges, sin perjuicio de la recompensa
debida a la comunidad si son de gran valor y se adquirieron con bienes de ésta; y los necesarios para

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 20


el ejercicio de su trabajo o profesión, sin perjuicio de la recompensa debida a la comunidad si
fueron adquiridos con bienes gananciales;
n) las indemnizaciones por consecuencias no patrimoniales y por daño físico causado a la persona
del cónyuge, excepto la del lucro cesante correspondiente a ingresos que habrían sido gananciales;
ñ) el derecho a jubilación o pensión, y el derecho a alimentos, sin perjuicio del carácter ganancial de
las cuotas devengadas durante la comunidad y, en general, todos los derechos inherentes a la
persona;
VIII) la situación especial de la propiedad intelectual e industrial.
o) la propiedad intelectual, artística o industrial, si la obra intelectual ha sido publicada o
interpretada por primera vez, la obra artística ha sido concluida, o el invento, la marca o el diseño
industrial han sido patentados o registrados antes del comienzo de la comunidad. El derecho moral
sobre la obra intelectual es siempre personal del autor.

Bienes gananciales
La Dra. Méndez Costa (2011) define los bienes gananciales como aquellos incorporados al
patrimonio de uno o ambos esposos durante el régimen de comunidad por causa onerosa, siempre
que no corresponda calificarlos como propios, presumiéndose la ganancialidad de los bienes
existentes a la culminación del régimen.
Son bienes gananciales, según el art. 465:
a) los creados, adquiridos por título oneroso o comenzados a poseer durante la comunidad por uno u
otro de los cónyuges, o por ambos en conjunto, siempre que no estén incluidos en la enunciación
del artículo 464;
b) los adquiridos durante la comunidad por hechos de azar, como lotería, juego, apuestas, o hallazgo
de tesoro;
c) los frutos naturales, industriales o civiles de los bienes propios y gananciales, devengados durante
la comunidad;
d) los frutos civiles de la profesión, trabajo, comercio o industria de uno u otro cónyuge,
devengados durante la comunidad;
e) lo devengado durante la comunidad como consecuencia del derecho de usufructo de carácter
propio;
f) los bienes adquiridos después de la extinción de la comunidad por permuta con otro bien
ganancial, mediante la inversión de dinero ganancial, o la reinversión del producto de la venta de
bienes gananciales, sin perjuicio de la recompensa debida al cónyuge si hay un saldo soportado por
su patrimonio propio. Sin embargo, si el saldo es superior al valor del aporte ganancial, el nuevo
bien es propio, sin perjuicio de la recompensa debida a la comunidad;
g) los créditos o indemnizaciones que subrogan a otro bien ganancial;
h) los productos de los bienes gananciales, y los de las canteras y minas propias, extraídos durante
la comunidad;
i) las crías de los ganados gananciales que reemplazan en el plantel a los animales que faltan por
cualquier causa y las crías de los ganados propios que excedan el plantel original;
j) los adquiridos después de la extinción de la comunidad, si el derecho de incorporarlos al
patrimonio había sido adquirido a título oneroso durante ella;
k) los adquiridos por título oneroso durante la comunidad en virtud de un acto viciado de nulidad
relativa, confirmado después de la disolución de aquélla;
l) los originariamente gananciales que vuelven al patrimonio ganancial del cónyuge por nulidad,
resolución, rescisión o revocación de un acto jurídico;
m) los incorporados por accesión a las cosas gananciales, sin perjuicio de la recompensa debida al
cónyuge por el valor de las mejoras o adquisiciones hechas con sus bienes propios;
n) las partes indivisas adquiridas por cualquier título por el cónyuge que ya era propietario de una
parte indivisa de carácter ganancial de un bien al extinguirse la comunidad, sin perjuicio de la

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 21


recompensa debida al cónyuge en caso de haberse invertido bienes propios de éste para la
adquisición;
ñ) la plena propiedad de bienes cuya nuda propiedad se adquirió a título oneroso durante la
comunidad, si el usufructo se consolida después de su extinción, así como la de los bienes gravados
con derechos reales que se extinguen después de aquélla, sin perjuicio del derecho a recompensa si
para extinguir el usufructo o los otros derechos reales se emplean bienes propios.
No son gananciales las indemnizaciones percibidas por la muerte del otro cónyuge, incluso las
provenientes de un contrato de seguro, sin perjuicio, en este caso, de la recompensa debida a la
comunidad por las primas pagadas con dinero de ésta.

Prueba del carácter de los bienes


Según el art. 466 del CCyCN “se presume, excepto prueba en contrario, que son gananciales todos
los bienes existentes al momento de la extinción de la comunidad”.
Es decir que todo bien que no pueda calificarse como propio es ganancial, perteneciendo a la masa
ganancial.

Gestión de los bienes en la comunidad. La intervención del cónyuge no titular: carácter,


fundamentos, fines, actos y bienes comprendidos. Sanción por falta de asentimiento. Bienes
adquiridos conjuntamente. Prueba. Fraude

En nuestro ordenamiento jurídico, calificamos a la gestión de los bienes como una gestión separada
con tendencia a la gestión conjunta. Ello pues en principio cada cónyuge tiene la libre
administración y disposición de los bienes propios y gananciales que adquiere a título legítimo,
requiriéndose el asentimiento conyugal para ciertos actos de disposición y gravamen (de ahí la
tendencia a la gestión conjunta).
La gestión de los bienes en el régimen de comunidad variará según se trate de bienes propios o
gananciales de los cónyuges.

Respecto a los bienes propios, el Art. 469 CCyCN establece que “cada uno de los cónyuges tiene
la libre administración y disposición de sus bienes propios, con excepción de los dispuesto en el
Art. 456”.
En este sentido, tenemos un principio general que es que cada cónyuge “tiene la libre
administración y disposición de sus bienes propios”, excepto para “disponer de los derechos sobre
la vivienda familiar, ni de los muebles indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de ella”, sin el
asentimiento del otro cónyuge. Como vemos, esta limitación está impuesta por el régimen primario
protegiendo la vivienda como derecho humano.

Respecto a los bienes gananciales, el art. 470 establece que “la administración y disposición de los
bienes gananciales corresponde al cónyuge que los ha adquirido”.
Es decir, que nuevamente como principio general el ordenamiento jurídico recepta la libre
administración y disposición de los bienes gananciales que cada cónyuge haya adquirido. Sin
embargo, y como excepción,
es necesario el asentimiento del otro para enajenar o gravar:
a. los bienes registrables;
b. las acciones nominativas no endosables y las no cartulares, con excepción de las autorizadas para
la oferta pública, (…)
c. las participaciones en sociedades no exceptuadas en el inciso anterior;
d. los establecimientos comerciales, industriales o agropecuarios.
También requieren asentimiento las promesas de los actos comprendidos en los incisos anteriores.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 22


Recordemos que el cónyuge que no ha dado su asentimiento puede demandar la nulidad del acto o
la restitución de los muebles dentro del plazo de caducidad de seis meses de haberlo conocido, pero
no más allá de seis meses de la extinción del régimen matrimonial.
Al asentimiento y a su omisión se aplican las normas de los artículos 456 a 459, es decir que
respecto a ello nos remitimos a los ya desarrollados en el apartado del régimen primario.

Bienes adquiridos conjuntamente


Es momento de analizar qué sucede respecto a la gestión de los bienes cuando éstos han sido
adquiridos conjuntamente por ambos cónyuges.
Esta situación es resuelta por el art. 471 que establece: la administración y disposición de los bienes
adquiridos conjuntamente por los cónyuges corresponde en conjunto a ambos, cualquiera que sea la
importancia de la parte correspondiente a cada uno. En caso de disenso entre ellos, el que toma la
iniciativa del acto puede requerir que se lo autorice judicialmente en los términos del artículo 458.
Es decir se aplican las reglas respecto a la solicitud de autorización judicial cuando un cónyuge no
puede o no quiere prestar asentimiento para un acto que así lo requiere.
A las partes indivisas de dichos bienes se aplican los dos artículos anteriores.
A las cosas se aplican las normas del condominio en todo lo no previsto en este artículo. Si alguno
de los cónyuges solicita la división de un condominio, el juez de la causa puede negarla si afecta el
interés familiar62.

Ausencia de prueba
Acerca de los bienes sobre los cuales ninguno de los cónyuges pueda justificar la propiedad
exclusiva, la ley establece que se “reputa que pertenecen a los dos cónyuges por mitades indivisas”.
En relación al artículo bajo análisis, la Dra. Herrera (2015) expresa que en la práctica, la norma está
pensada sólo para los bienes muebles no registrables que están en lugares comunes y ninguno de los
cónyuges posee de forma exclusiva. Ello por cuanto respecto de los bienes registrables, la
titularidad surgirá del título. Pero, respecto a los bienes muebles no registrables, de uso personal o
exclusivo se estará a lo dispuesto sobre la tenencia y posesión, regulada en el libro cuarto sobre los
derechos reales.

Fraude
El Código regula la situación que surge cuando durante la comunidad, uno de los cónyuges se siente
defraudado en los bienes por el otro, puede iniciar la acción correspondiente a los fines de que el
acto defraudatorio le sea inoponible.
En este sentido, el Art. 473 del Código Civil establece: “son inoponibles al otro cónyuge los actos
otorgados por uno de ellos dentro de los límites de sus facultades pero con el propósito de
defraudarlo”.

Deudas personales y comunes de los cónyuges. Caracterización. Responsabilidad. Bienes


ejecutables

Como principio general, las deudas son personales de cada cónyuge, así el Art. 467 establece: “cada
uno de los cónyuges responde frente a sus acreedores con todos sus bienes propios y los gananciales
por él adquiridos”.
Asimismo, se expresa que “por los gastos de conservación y reparación de los bienes gananciales
responde también el cónyuge que no contrajo la deuda, pero sólo con sus bienes gananciales”.
Queda así regulado el aspecto interno de la obligación, es decir, aquel que rige las relaciones entre
los cónyuges consagrando a su vez, el principio de recompensa en el art. 468, expresando que el
cónyuge cuya deuda personal fue solventada con fondos gananciales, debe recompensa a la
comunidad, y esta debe recompensa al cónyuge que solventó con fondos propios deudas de la
comunidad. (Bacigalupo de Girard, 2015, pág. 3)

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 23


Sin embargo, a este artículo hay que analizarlo conforme al Art. 461 que establece que “los
cónyuges responden solidariamente por las obligaciones contraídas por uno de ellos para solventar
las necesidades ordinarias del hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 455” (Art. que se refiere al deber de contribución).

Régimen de separación de bienes

El régimen de separación personal, por el cual pueden optar los cónyuges, se caracteriza por ser un
régimen en el cual la celebración del matrimonio no influye en la titularidad de los bienes que
pertenecen a cada cónyuge, conservando éstos todos los derechos de administración y disposición,
sin injerencia del otro cónyuge (Bueres 2015).
Sin embargo, debemos recordar que esta libertad que tienen los cónyuges para administrar y
disponer de sus bienes están limitados por el régimen primario, el cual, como vimos, es aplicable
sea que los cónyuges estén bajo el régimen de comunidad o bajo el de separación de bienes.

Gestión de los bienes. Prueba. Cese. Falta de acuerdo

“En el régimen de separación de bienes, cada uno de los cónyuges conserva la libre administración
y disposición de sus bienes personales, excepto lo dispuesto en el artículo 456”. Es decir, uno de los
cónyuges no puede disponer de los derechos sobre la vivienda familiar, ni de los muebles
indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de ella sin el asentimiento de su cónyuge.
Respecto a las deudas, el art. 505 establece que “cada uno de ellos responde por las deudas por él
contraídas, excepto lo dispuesto en el artículo 461”. Es decir, “los cónyuges responden
solidariamente por las obligaciones contraídas por uno de ellos para solventar las necesidades
ordinarias del hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos”.

Prueba de la propiedad de los bienes (art. 506)

El art. 506 establece que “Cada uno de los cónyuges puede demostrar la propiedad exclusiva de un
bien por todos los medios de prueba. Los bienes cuya propiedad exclusiva no se pueda demostrar,
se presume que pertenecen a ambos cónyuges por mitades”.

Cese del régimen (art. 507)


El art. 507 establece que “Cesa la separación de bienes por la disolución del matrimonio y por la
modificación del régimen convenido entre los cónyuges”(es decir cuando se opta por el régimen de
comunidad).

Falta de acuerdo (art. 508)


En caso de existir bienes indivisos entre los cónyuges será necesario proceder a su partición. En este
caso, si existe acuerdo entre las partes, y éstas son plenamente capaces, prima la autonomía de la
voluntad. De lo contrario, no habiendo acuerdo o si las partes no fueran plenamente capaces, “la
partición de los bienes indivisos se hace en la forma prescripta para la partición de herencias”.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 24


EJE TEMTICO 3: VICISITUDES DEL VINCULO MATRIMONIAL

 DIVORCIO

Concepto:
El divorcio vincular es una de las soluciones legales frente al conflicto matrimonial, configurando
la disolución del vínculo matrimonial en vida de ambos cónyuges mediante sentencia judicial. Es
así que el divorcio “constituye el origen de un verdadero estado de familia que restituye la aptitud
nupcial de los cónyuges” (Bossert y Zannoni, 2007, pág. 323).

Competencia:

Según el artículo 717 del Código Civil y Comercial Nacional,


En las acciones de divorcio o nulidad, las conexas con ellas y las que versan sobre los efectos de la
sentencia, es competente el juez del último domicilio conyugal o el del demandado a elección del
actor, o el de cualquiera de los cónyuges si la presentación es conjunta.
En este sentido, Kielmenovich (2014) expresa que tenemos que tener en cuenta si el pedido de
divorcio es unilateral o conjunto. Si se trata del pedido unilateral de divorcio, es decir, si uno solo
de los cónyuges es quien solicita el divorcio, será competente el juez del último domicilio conyugal
o el del demandado a elección del actor. Por otro lado, si se trata de la petición bilateral o conjunta
de divorcio, es decir, aquella que ambos cónyuges solicitan, va a ser competente el juez del último
domicilio conyugal o el de cualquiera de los cónyuges a opción de ellos.

Requisitos y procedimiento

Los cónyuges, de manera conjunta o unilateral, pueden solicitar el divorcio ante el juez competente
sin tener que alegar causa ni prever plazo alguno. Esta es una de las instituciones que mayores
cambios ha tenido a partir de la sanción del Código Civil y Comercial de 2014, teniendo en cuenta
que a partir de este código nuestro ordenamiento recepta el divorcio incausado y sin someter la
posibilidad de peticionarlo a ningún plazo.
Junto con la demanda de divorcio deberá acompañarse un convenio regulador que contemple los
efectos de la disolución del vínculo. Entre ellos podríamos nombrar la atribución de la vivienda,
distribución de los bienes, eventuales compensaciones económicas entre los cónyuges, y en caso de
haber hijos menores, ejercicio de la responsabilidad parental, la prestación alimentaria, etcétera. La
presentación de este convenio es un verdadero requisito de admisibilidad de la demanda, atento a
que la omisión de este requisito impide dar trámite a la misma. El convenio puede ser consensuado
entre los esposos, o bien ofrecido por uno solo de ellos. En este último caso, el otro cónyuge puede
ofrecer una propuesta reguladora distinta. Ambas propuestas van a ser evaluadas por el juez, quien
convocará a los cónyuges a una audiencia.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que en ningún caso el desacuerdo en el convenio suspende el
dictado de la sentencia de divorcio. Por ello, de existir “desacuerdo sobre los efectos del divorcio, o
si el convenio regulador perjudica de modo manifiesto los intereses de los integrantes del grupo
familiar, las cuestiones pendientes deben ser resueltas por el juez”.
El procedimiento de divorcio, tal como hemos expresado, se desprende del artículo 438 del
CCyCN, que establece:
Toda petición de divorcio debe ser acompañada de una propuesta que regule los efectos derivados
de éste; la omisión de la propuesta impide dar trámite a la petición.
Si el divorcio es peticionado por uno solo de los cónyuges, el otro puede ofrecer una propuesta
reguladora distinta.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 25


Al momento de formular las propuestas, las partes deben acompañar los elementos en que se
fundan; el juez puede ordenar, de oficio o a petición de las partes, que se incorporen otros que se
estiman pertinentes. Las propuestas deben ser evaluadas por el juez, debiendo convocar a los
cónyuges a una audiencia.
En ningún caso el desacuerdo en el convenio suspende el dictado de la sentencia de divorcio.
Si existe desacuerdo sobre los efectos del divorcio, o si el convenio regulador perjudica de modo
manifiesto los intereses de los integrantes del grupo familiar, las cuestiones pendientes deben ser
resueltas por el juez de conformidad con el procedimiento previsto en la ley local.

Efectos. Convenio regulador. Alimentos posteriores al divorcio. Compensación económica.


Atribución del uso de la vivienda

La disolución del matrimonio en vida de los esposos, a través del divorcio vincular, trae aparejado
ciertos efectos:
1) El divorcio disuelve el vínculo matrimonial.

2) Como principio general, cesa el deber de alimentos entre los ex cónyuges. La prestación
alimentaria luego del divorcio es excepcional en los casos establecidos por el Código Civil y
Comercial o por convención entre las partes.

3) Atribución del uso de la vivienda.

4) Apellido: La persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar el
apellido del otro cónyuge, excepto que, por motivos razonables, el juez la autorice a conservarlo.

5) Cese del régimen patrimonial matrimonial, ya sea el de comunidad o el de separación de bienes.

6) Cesa la vocación hereditaria.

7) Surge la necesidad de regular ciertas cuestiones si hubiere hijos menores de edad, como el
ejercicio de la responsabilidad parental, en especial, la prestación alimentaria.

8) Cesa el beneficio de competencia.

9) Cesa la suspensión de la prescripción entre los ex cónyuges.

Convenio regulador

Como expresáramos ut supra, es un requisito al momento de solicitar el divorcio vincular ante el


juez competente que se acompañe una propuesta o convenio destinado a regular los efectos del
divorcio.
En este sentido, conforme el art. 439 del Código Civil y Comercial de la Nación, “el convenio
regulador debe contener las cuestiones relativas a la atribución de la vivienda, la distribución de los
bienes, y las eventuales compensaciones económicas entre los cónyuges; al ejercicio de la
responsabilidad parental, en especial, la prestación alimentaria”7. Estas enunciaciones no son
taxativas, y por lo tanto no impiden “que se propongan otras cuestiones de interés de los cónyuges”.
Recordemos que “si el divorcio es peticionado por uno solo de los cónyuges, el otro puede ofrecer
una propuesta reguladora distinta”.
Al decir de Kemelmajer de Carlucci y Herrera (2015):
El convenio regulador es un acto jurídico familiar bilateral, por lo cual, para su existencia necesita
de la voluntad de ambos cónyuges. Esta voluntad conjunta puede estar al inicio del proceso de
divorcio —cuando la petición es bilateral— o alcanzarse durante el trámite por iniciativa del juez

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 26


con la labor colaborativa de los abogados, o con la intervención del equipo interdisciplinario cuando
están comprendidos efectos que comprometen a otros integrantes de la familia como son los hijos.
Para comprender con exactitud cuál es el rol del convenio regulador en la legislación civil y
comercial resulta necesario tener en claro, como se ha dicho que no es lo mismo la propuesta,
necesaria para que el juez dé trámite al divorcio (art 438, presupuesto de proponibilidad) del
convenio regulador al que puede arribarse para regular los efectos del divorcio. (Kemelmajer de
Carlucci y Herrera, 2015, pág. 3).
Asimismo, las partes deben acompañar los elementos en que se fundan; sin perjuicio de que el juez
puede ordenar, de oficio o a petición de las partes, que se incorporen otros que se estiman
pertinentes. Las propuestas deben ser evaluadas por el juez, debiendo convocar a los cónyuges a
una audiencia (…) Si existe desacuerdo sobre los efectos del divorcio, o si el convenio regulador
perjudica de modo manifiesto los intereses de los integrantes del grupo familiar, las cuestiones
pendientes deben ser resueltas por el juez de conformidad con el procedimiento previsto en la ley
local.
Pero ello no obsta en absoluto la declaración del divorcio.
Es necesario tener en cuenta que será necesaria la intervención del Asesor o Defensor de incapaces
cuando se encuentren involucrados intereses de los hijos menores de edad o de personas declaradas
incapaces o con capacidad restringida (Veloso, 2014).
El juez puede exigir que el obligado otorgue garantías reales o personales como requisito para la
aprobación del convenio.
El convenio homologado o la decisión judicial no son inmutables y pueden ser revisados si la
situación se ha modificado sustancialmente.

Alimentos posteriores al divorcio

Como principio general, los ex cónyuges no se deben alimentos después del divorcio.
Sin embargo, “las prestaciones alimentarias pueden ser fijadas aun después del divorcio” en los
siguientes casos :
a) a favor de quien padece una enfermedad grave prexistente al divorcio que le impide
autosustentarse. Si el alimentante fallece, la obligación se transmite a sus herederos.
b) a favor de quien no tiene recursos propios suficientes ni posibilidad razonable de procurárselos.
En este supuesto se tendrá en cuenta la edad y el estado de salud de ambos cónyuges; la
capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo de quien solicita alimentos; y la
atribución judicial o fáctica de la vivienda familiar; (incisos b), c) y e) del artículo 433). La
obligación no puede tener una duración superior al número de años que duró el matrimonio y no
procede a favor del que recibe la compensación económica del artículo 441.
En los dos supuestos expuestos, la obligación cesa si: desaparece la causa que la motivó, o si la
persona beneficiada contrae matrimonio o vive en unión convivencial, o cuando el alimentado
incurre en alguna de las causales de indignidad.
Si el convenio regulador del divorcio se refiere a los alimentos, rigen las pautas convenidas.

Compensación económica

La compensación económica tiene su fundamento en el principio de solidaridad familiar y puede


definirse como “la prestación económica que debe abonar un cónyuge al otro, nacida en virtud del
desequilibrio manifiesto que importa un empeoramiento de la situación patrimonial, ocasionada por
el quiebre del matrimonio” (Veloso, 2014).
Por ello, el artículo 441 del Código Civil y Comercial de la Nación establece que:
El cónyuge a quien el divorcio produce un desequilibrio manifiesto que signifique un
empeoramiento de su situación y que tiene por causa adecuada el vínculo matrimonial y su ruptura,

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 27


tiene derecho a una compensación. Esta puede consistir en una prestación única, en una renta por
tiempo determinado o, excepcionalmente, por plazo indeterminado. Puede pagarse con dinero, con
el usufructo de determinados bienes o de cualquier otro modo que acuerden las partes o decida el
juez.
En virtud de lo expresado, hay que tener en cuenta que:
No todo matrimonio que finaliza generará automáticamente la fijación de una compensación
económica. No requiere que exista necesidad, ni se relaciona con una cuestión asistencial. Se trata
de un instituto jurídico que intenta recomponer una situación económicamente desventajosa para
uno de los cónyuges, que pudiera haberse mantenido oculta durante la vida matrimonial, pero que el
divorcio deja a la luz (Pellegrini, 2013, pág. 239).
La Doctora Pellegrini ilustra con un ejemplo típico en qué casos podría acudirse a este instituto
mencionando el siguiente caso:
si al momento de contraer nupcias se optó por llevar adelante una familia en la cual uno solo de los
cónyuges era el proveedor económico y el otro cumplía sus funciones en el seno del hogar y en
apoyo a la profesión del otro, no sería justo que al quiebre de esa elección se deje desamparado a
aquél de los cónyuges que invirtió su tiempo en tareas que no se traducen en réditos económicos; en
este caso, se le fijará una compensación económica que puede asumir distintas modalidades de
pago: pensión, cuotas, etcétera. (Pellegrini, 2014, pág. 349).

Fijación judicial de la compensación económica


A falta de acuerdo de los cónyuges en el convenio regulador, el juez debe determinar la procedencia
y el monto de la compensación económica sobre la base de diversas circunstancias, entre otras:
a) el estado patrimonial de cada uno de los cónyuges al inicio y a la finalización de la vida
matrimonial;
b) la dedicación que cada cónyuge brindó a la familia y a la crianza y educación de los hijos durante
la convivencia y la que debe prestar con posterioridad al divorcio;
c) la edad y el estado de salud de los cónyuges y de los hijos;
d) la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo del cónyuge que solicita la
compensación económica;
e) la colaboración prestada a las actividades mercantiles, industriales o profesionales del otro
cónyuge;
f) la atribución de la vivienda familiar, y si recae sobre un bien ganancial, un bien propio, o un
inmueble arrendado. En este último caso, quién abona el canon locativo18.
18 Art. 442 – Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

Caducidad
“La acción para reclamar la compensación económica caduca a los seis meses de haberse dictado la
sentencia de divorcio”.
Es importante diferenciar la compensación económica de los alimentos, para lo cual, siguiendo a
Veloso (2014) tenemos que tener en cuenta que los alimentos tienen como fin satisfacer las
necesidades materiales y espirituales con la extensión que corresponda según los supuestos
analizados ut supra.
El objeto de la prestación económica, en cambio, surge con motivo del quiebre del matrimonio y su
objetivo es evitar el desequilibrio económico que es causado por el mismo divorcio.
En este sentido, es fundamental tener en cuenta que cuando proceda la compensación económica no
habrá posibilidad de fijarse alimentos y viceversa.

Atribución de la vivienda familiar

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 28


Uno de los cónyuges puede pedir la atribución de la vivienda familiar, sea el inmueble propio de
cualquiera de los cónyuges o ganancial. El juez determina la procedencia, el plazo de duración y
efectos del derecho sobre la base de las siguientes pautas, entre otras:
a. la persona a quien se atribuye el cuidado de los hijos;
b. la persona que está en situación económica más desventajosa para proveerse de una vivienda por
sus propios medios;
c. el estado de salud y edad de los cónyuges;
d. los intereses de otras personas que integran el grupo familiar20.
En cuanto a la oportunidad para efectuar el reclamo, nada dice el Código al respecto, y si bien está
incluida dentro de los efectos del divorcio, nada impide que pueda ser solicitada durante la
tramitación del proceso, antes de promovido éste o después de dictada la sentencia que decreta el
divorcio, puesto que justamente está prevista como uno de los efectos derivados del divorcio
(Veloso, 2014).
Efectos de la atribución del uso de la vivienda familiar (art. 444).
A petición de parte interesada, el juez puede establecer: una renta compensatoria por el uso del
inmueble a favor del cónyuge a quien no se atribuye la vivienda; que el inmueble no sea enajenado
sin el acuerdo expreso de ambos; que el inmueble ganancial o propio en condominio de los
cónyuges no sea partido ni liquidado.
La decisión produce efectos frente a terceros a partir de su inscripción registral.
Si se trata de un inmueble alquilado, el cónyuge no locatario tiene derecho a continuar en la
locación hasta el vencimiento del contrato, manteniéndose el obligado al pago y las garantías que
primitivamente se constituyeron en el contrato21.

Cese (art. 445)


El derecho de atribución del uso de la vivienda familiar cesa:
a) por cumplimiento del plazo fijado por el juez;
b) por cambio de las circunstancias que se tuvieron en cuenta para su fijación;
c) por las mismas causas de indignidad previstas en materia sucesoria.

 NULIDAD DEL MATRIMONIO

Concepto

La nulidad del matrimonio importa la existencia de un vicio o defecto en torno a algunos de los
presupuestos que la ley exige para que el acto matrimonial produzca efectos válidos y que tienen
que ver con la falta de aptitud nupcial (Herrera, 2015, pág. 424)

Clasificación de las nulidades matrimoniales. Matrimonios anulables. Nulidad absoluta y nulidad


relativa. Causales. Ejercicio de la acción. Supuestos de confirmación en la nulidad relativa

Los artículos 424 y 425 del Código Civil y Comercial se refieren ahora claramente a la nulidad
absoluta y la nulidad relativa de los matrimonios, respectivamente. La solución es la correcta, ya
que en los casos del artículo 424 (parentesco, ligamen y crimen) está en juego el interés público y
no el privado de los contrayentes, mientras que en el artículo 425 (falta de edad legal, la falta de
salud mental, y vicios del consentimiento) la ley tiene en mira un interés particular.

Matrimonios anulables

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 29


Nulidad: Es la destrucción legal y retroactiva de un vínculo imperfectamente constituido por
concurrir a la celebración de las nupcias un vicio consustancial a ellas, suficientemente acreditado.

Matrimonios anulables afectados de nulidad absoluta


La nulidad absoluta responde a una razón de orden público; de allí que el acto es inconfirmable y la
acción imprescriptible. Estos principios propios de los actos jurídicos en general son también
aplicables al matrimonio.
Cabe señalar una diferencia entre la nulidad absoluta de los actos jurídicos en general y la propia
del matrimonio. Mientras en el primer caso, el juez puede y debe declarar de oficio la nulidad si
apareciera manifiesta en el acto, en el segundo, el juez no puede declararla de oficio pues ningún
matrimonio será tenido por nulo sin sentencia que lo anule dictada en juicio promovido por parte
legitimada para hacerlo.
Según el artículo 424 Código Civil y Comercial de la Nación “ la nulidad puede ser demandada por
cualquiera de los cónyuges y por los que hubieran podido oponerse a la celebración del
matrimonio”28. Estos son:
o El cónyuge de la persona que quiere contraer otro matrimonio.

o Los ascendientes, descendientes y hermanos de cualquiera de los futuros esposos.

o El Ministerio Público.

La acción está limitada a estas personas y no se extiende, como en el caso de los otros actos
jurídicos, a todos los que tengan interés de hacerlo.

Nulidad relativa
Mientras la nulidad absoluta responde a razones de orden público, la nulidad relativa tiende,
fundamentalmente, a proteger el interés de las partes intervinientes en el acto. De ahí que el acto sea
confirmable y la acción prescriptible.
La acción de nulidad no sólo está abierta para las partes, sino también a otras personas
estrechamente vinculadas con ellas.

Causales de nulidad absoluta


Según el artículo 424 es de nulidad absoluta el matrimonio celebrado con alguno de los siguientes
impedimentos:
o Parentesco en clase y grado prohibido (artículo 403 incisos a, b y c).

o Ligamen (artículo 403 inciso d).

o Crimen (artículo 403 inciso e)30.

Causales de nulidad relativa, ejercicio de la acción y supuestos de confirmación

la nulidad puede ser demandada por el cónyuge que padece el impedimento y por los que en su
representación pudieren haberse opuesto a la celebración del matrimonio. En este último caso el
juez debe oír al adolescente, y teniendo en cuenta su edad y grado de madurez hace lugar o no al
pedido de nulidad.
Si se rechaza, el matrimonio tiene los mismos efectos que si se hubiera efectuado con la
correspondiente dispensa. La petición de nulidad es inadmisible después de que el cónyuge o los
cónyuges hubiesen alcanzado la edad legal31.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 30


caso

la nulidad puede ser demandada por cualquiera de los cónyuges si desconocían el impedimento.
La nulidad no puede ser solicitada si el cónyuge que padece el impedimento ha continuado la
cohabitación después de haber recuperado la salud; y en el caso del cónyuge sano, luego de haber
conocido el impedimento.
El plazo para interponer la demanda es de un año, que se computa, para el que sufre el
impedimento, desde que recuperó la salud mental, y para el cónyuge sano desde que conoció el
impedimento.
La nulidad también puede ser demandada por los parientes de la persona que padece el
impedimento y que podrían haberse opuesto a la celebración del matrimonio. El plazo para
interponer la demanda es de tres meses desde la celebración del matrimonio. En este caso, el juez
debe oír a los cónyuges, y evaluar la situación del afectado a los fines de verificar si comprende el
acto que ha celebrado y cuál es su deseo al respecto33.

el matrimonio celebrado con alguno de los vicios del consentimiento el artículo 409. La nulidad
sólo puede ser demandada por el cónyuge que ha sufrido el vicio de error, dolo o violencia. La
nulidad no puede ser solicitada si se ha continuado la cohabitación por más de treinta días después
de haber conocido el error o de haber cesado la violencia. El plazo para interponer la demanda es de
un año desde que cesa la cohabitación.

Efectos de la nulidad. Principios generales. Matrimonio putativo. Definición. Consecuencias


según los diversos supuestos: buena fe de ambos cónyuges, buena fe de uno solo de ellos, y mala
fe de ambos, respecto a las relaciones personales y patrimoniales entre los ex esposos

Principios generales
Como principio, la anulación del matrimonio por sentencia judicial priva de sus efectos al título de
estado de familia que derivaba del acto anulado, desplazando a los contrayentes del estado de
casados. Su estado de familia vuelve a ser el anterior a la celebración del acto; "las cosas vuelven al
mismo o igual estado en que se hallaban antes del acto anulado"38, sin perjuicio de que mientras la
sentencia no se dicte, el matrimonio deba reputarse válido, y solo sea tenido por nulo desde el día de
la sentencia que lo anule.
Pero mientras la sentencia no haya sido dictada, el título de estado matrimonial produce efectos erga
omnes, pero la sentencia que anula el matrimonio lo priva de eficacia con efecto retroactivo. La
sentencia es declarativa y retrotrae sus consecuencias al día de la celebración del matrimonio que se
anula.
La privación retroactiva de los efectos del matrimonio anulado sufre excepciones:

dispone el artículo 426: "la nulidad del matrimonio y la buena o mala fe de los cónyuges no
perjudica los derechos adquiridos por terceros, que de buena fe hubiesen contratado con los
cónyuges”.39 Quedan así protegidos los derechos de quienes hubiesen contratado con los
contrayentes creyéndolos válidamente casados.

anulado, la emancipación producida por éste subsiste hasta la sentencia de nulidad. La invalidez del

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 31


matrimonio no deja sin efecto la emancipación, salvo respecto del cónyuge de mala fe para quien
cesa a partir del día que la sentencia pasa en autoridad de cosa juzgada”.
Estos efectos se producen independientemente de la buena o mala fe de los que celebraron el
matrimonio anulado, pero los más importantes son los que tienen lugar cuando el matrimonio ha
sido putativo, es decir, cuando hubo buena fe de uno de los cónyuges o de ambos.

Matrimonio putativo
La anulación del matrimonio tiene gravísimas consecuencias. No parece justo que quien fue
sorprendido en su buena fe deba sufrir, además del derrumbe de sus ilusiones y de la afrenta que
importa la nulidad, la calificación legal de concubino, con todas las consecuencias morales, ni que
los hijos deban ser tenidos como extramatrimoniales.
El derecho canónico introdujo la teoría del matrimonio putativo, que significa atribuir, al
matrimonio nulo, pero celebrado de buena fe, los mismos efectos del válido, hasta el momento de la
sentencia. En lo futuro, el vínculo queda disuelto, pero hasta entonces los cónyuges son legalmente
cónyuges, y sus hijos legítimos.
La condición esencial y suficiente para la existencia del matrimonio putativo es la buena fe.
Consiste esta en la ignorancia de que existía un impedimento para contraer nupcias. El error o
ignorancia deben ser excusables y, como es natural, no se puede invocar el error de derecho.
La buena fe existe no sólo cuando se ignora la existencia del impedimento, sino también cuando
conociéndolo, ha sido imposible evitar la celebración del acto, tal es lo que ocurre en el caso de
violencia. En realidad, lo que configura la buena fe, más que el error, es la honestidad y rectitud del
propósito y conducta.
La buena fe debe existir en el momento de la celebración, no importando que con posterioridad el
cónyuge se haya enterado de la existencia del impedimento.
La buena fe se presume y por tanto no necesita probarse.

Consecuencias respecto de las relaciones personales y patrimoniales entre los ex esposos, según
los distintos supuestos:

Buena fe de ambos cónyuges:


Si el matrimonio hubiese sido contraído de buena fe por ambos cónyuges, producirá, hasta el día
que se declare su nulidad, todos los efectos del matrimonio válido
Las consecuencias son:
Régimen patrimonial – matrimonial: la sentencia firme de nulidad disuelve el régimen
matrimonial convencional o legal supletorio.

Compensación económica: si la nulidad produce un desequilibrio económico de uno de ellos en


relación con la posición del otro, se podrá requerir una compensación económica.

Derechos hereditarios: si uno de los cónyuges fallece antes de la sentencia de nulidad, el otro lo
hereda con posterioridad a la sentencia, cesa la transmisión hereditaria entre ellos.

Jubilaciones y pensiones: al cónyuge de buena fe corresponden los beneficios que las leyes de
jubilaciones y pensiones reconocen a la viuda/o del empleado/a fallecido; en caso de bigamia debe
reconocérsele ese beneficio si resulta que el primer cónyuge está privado de él por haber vivido
separado del otro sin voluntad de unirse. Pero naturalmente esta solución sólo puede admitirse si el
empleado/a falleció antes de declarada la nulidad.

Emancipación: en caso de matrimonio putativo, la emancipación subsiste respecto del cónyuge


de buena fe.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 32


Responsabilidad parental y tenencia de los hijos: el ejercicio de la responsabilidad parental
corresponde a ambos progenitores. Se presume que los actos realizados por uno cuentan con la
conformidad del otro. Esta regla no implica que el ejercicio se atribuya a uno solo de los
progenitores si así lo establecieran, en virtud de la autonomía de la voluntad.

Nombre: El cónyuge pierde el apellido del otro, pero el juez puede autorizarlo a seguir usándolo.

Buena fe de uno de los cónyuges


Si hubo buena fe solo de parte de uno de los cónyuges, el matrimonio hasta el día de la sentencia
que declare la nulidad producirá también los efectos del matrimonio válido, pero solo respecto del
cónyuge de buena fe.
La sentencia tendrá efectos retroactivos respecto del cónyuge de mala fe, pero no del que obró de
buena fe.
Las consecuencias son por lo tanto:

s que por causa del matrimonio hizo al de


mala fe.

podrá optar entre liquidar los bienes mediante las reglas del régimen de comunidad, o dividir los
bienes como si se tratase de una sociedad no constituida regularmente u optar por considerar que el
matrimonio ha estado regido por el régimen de separación de bienes.

También puede reclamarlos de los terceros que hubieran provocado el error, incurrido en dolo o
ejercido la violencia.

Como en estos casos la determinación del perjuicio material es con frecuencia imposible y, por lo
demás, mucho mayor es la lesión moral que la económica, es obvio que también ella debe
indemnizarse. Si los autores son varios, su responsabilidad es solidaria, puesto que tiene ese
carácter la responsabilidad derivada de hechos ilícitos, trátese de delitos o cuasi delitos.

Mala fe de ambos cónyuges


“La mala fe (…) consiste en el conocimiento que hubieren tenido o debido tener, al día de la
celebración del matrimonio, del impedimento o circunstancia que causare la nulidad”.
“El matrimonio anulado contraído de mala fe por ambos cónyuges no produce efecto alguno”.

Bienes: “Los bienes adquiridos hasta la nulidad se distribuyen, si se acreditan los aportes, como
si fuese una sociedad no constituida regularmente”.

Carácter de la filiación: los hijos serán considerados extramatrimoniales. Se presume que son
hijos comunes los nacidos desde el matrimonio hasta trescientos días después de la separación
originada en la acción de nulidad.

Emancipación: quedará sin efecto a partir del día en que la sentencia de nulidad pasase en
autoridad de cosa juzgada. Hay una notable excepción al principio de la retroactividad de la
anulación del matrimonio, puesto que se mantiene la validez de todos los actos celebrados por el
emancipado hasta la sentencia. Esto se vincula con la necesidad de proteger a los terceros que hayan
contratado con los menores.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 33


Terceros: la anulación del matrimonio no puede, en ningún caso, perjudicar a los terceros que,
de buena fe, hubieran contratado con los cónyuges.

No sería equitativo que el que obró confiando en el estado que surgía de un matrimonio
formalmente celebrado sufriera más tarde las consecuencias de la invalidez.
La ley exige que el tercero sea de buena fe, es decir, que ignorase la existencia de la causal de
nulidad.

EJE TEMATICO 4: FILIACION Y RESPONSABILIDAD PARENTAL

 FILIACION

Concepto:

La filiación es el vínculo jurídico, determinado por la procreación entre los progenitores y sus hijos.
En un principio, el Código Civil no solo estableció originariamente la categoría de hijos legítimos e
ilegítimos sino que además entre estos últimos distinguía los hijos sacrílegos, incestuosos,
adulterinos y naturales.
mayores o de padre o madre ligados por voto
solemne de castidad en orden religiosa aprobada por la Iglesia Católica. Esta categoría desapareció
con la sanción de la ley 2.3931.

scendientes.

por tener, uno de ellos o ambos, impedimento de ligamen.

Respecto a todos ellos, la ley proclama que no tenían padre ni madre, ni derecho a investigar la
paternidad o la maternidad. Sólo se les permitía reclamar alimentos hasta los 18 años de edad si
habían sido reconocidos voluntariamente y estaban imposibilitados para proveer sus necesidades.
podido contraer matrimonio al tiempo de la
concepción del hijo, tenían cierto estado de familia ya que se les permitía demandar por
reclamación de filiación, solicitar alimentos y tenían porción hereditaria a la muerte de sus padres,
aunque concurriendo con hijos legítimos, esa porción equivalía a un cuarto de la parte de éstos.
La ley 14.367 de 1954 eliminó las calificaciones entre los hijos extramatrimoniales y les confirió a
todos, los derechos que hasta ese momento tenías los hijos naturales, además elevó su porción
hereditaria de la cuarta parte a la mitad de la que correspondería a un hijo matrimonial.
La ley 23.264 (de Código Civil y Código de Comercio) de 1985 estableció que la filiación
matrimonial y extramatrimonial producen los mismos efectos; sin embargo, las categorías de hijos
matrimoniales y extramatrimoniales se mantienen, pero no para crear distingos entre unos y otros en
cuanto a derechos reconocidos, sino porque es diversa la forma de establecer la paternidad en el
caso de hijos matrimoniales y extramatrimoniales

Acciones de reclamación de la filiación matrimonial (artículo 582)


En el ámbito extrajudicial, la filiación matrimonial se determina y se prueba con la inscripción del
nacimiento del hijo en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, juntamente con la
partida de matrimonio de los padres.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 34


El objetivo de la acción es emplazar al hijo en ese estado de familia que le corresponde y que no
surge de las inscripciones registrables que son idóneas para determinar dicho estado: inscripción de
la partida de nacimiento y de la partida de matrimonio de los progenitores.
La falta de título hace necesario recurrir a la vía judicial para determinar la filiación.
Si el hijo goza de una filiación establecida, será necesario desplazarla a través de la acción
pertinente y luego ejercer la de reclamación en virtud de lo dispuesto por el artículo 578.

1) El hijo: es el primer interesado en establecer su filiación y puede reclamarla en todo tiempo,


siendo mayor o menor de edad y no se fija plazo de caducidad.
2) Los herederos del hijo: comprende a herederos legítimos e instituidos por testamento. Estos
pueden continuar la acción iniciada por él, así como también pueden entablarla si el hijo hubiera
muerto en la menor edad, o siendo incapaz.
Pueden invocarla:
o Si el hijo muere siendo menor de edad.

o Si el hijo muere siendo incapaz.

o Si el hijo muere antes de transcurrir un año desde que alcanzó la mayoría de edad o la plena
capacidad, o durante el primer año siguiente al descubrimiento de las pruebas en que se haya de
fundar la demanda por todo el tiempo que falta para completar esos plazos.

Caducidad: la acción caduca de pleno derecho para los herederos solo en caso de que el hijo
fallezca siendo mayor de edad y capaz, que haya transcurrido un año de ella y si las pruebas eran ya
conocidas desde antes.

o Ambos padres, si uno ha muerto sus herederos.

Prueba:
o a) al nacimiento del hijo de la madre contra la cual se reclama la filiación.

o b) el matrimonio de los progenitores contra los cuales se acciona.

o c) el nacimiento dentro del matrimonio de los progenitores.

o d) en caso de controvertirse la paternidad por vía de reconocimiento, las pruebas tenderán a


acreditar que el hijo lo es del padre contra el cual se reclama la filiación.

Acción de reclamación de la filiación extramatrimonial


Los hijos extramatrimoniales pueden reclamar su filiación contra quien consideren su progenitor,
aun conjuntamente a ambos progenitores en los supuestos en que no esté determinado ningún
vínculo filial.
Legitimación activa: es igual que en la reclamación de la filiación matrimonial, agregándose el
Ministerio Público (artículo 583).48-

Legitimación pasiva: progenitores extramatrimoniales conjunta o separadamente, si no está


determinado ningún vínculo filial.

Caducidad: Igual que en la reclamación de filiación matrimonial.

Prueba: Rige el principio de amplitud probatoria.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 35


Cabe destacar que el artículo 585 establece una presunción: “La convivencia de la madre durante la
época de la concepción hace presumir el vínculo filial a favor de su conviviente, excepto oposición
fundada”.
Cabe destacar que en el supuesto en el que está determinada solo la maternidad, el artículo 583
establece que:
el Registro Civil debe comunicar al Ministerio Público, el cual debe procurar la determinación de la
paternidad y el reconocimiento del hijo por el presunto padre. A estos fines, se debe instar a la
madre a suministrar el nombre del presunto padre y toda información que contribuya a su
individualización y paradero. La declaración sobre la identidad del presunto padre debe hacerse
bajo juramento; previamente se hace saber a la madre las consecuencias jurídicas que se derivan de
una manifestación falsa.
Antes de remitir la comunicación al Ministerio Público, el jefe u oficial del Registro Civil debe citar
a la madre e informarle sobre los derechos del niño y los correlativos deberes maternos, de
conformidad con lo dispuesto en la ley especial. Cumplida esta etapa, las actuaciones se remiten al
Ministerio Público para promover acción judicial.

Posesión de Estado
La posesión de estado es el goce de hecho de determinado estado de familia, con título o sin él.
Nuestra ley le asigna a dicha posesión el valor de reconocimiento. Así el artículo 584 dispone: “la
posesión de estado debidamente acreditada en juicio tiene el mismo valor que el reconocimiento,
siempre que no sea desvirtuada por prueba en contrario sobre el nexo genético”

Filiación por técnicas de reproducción humana asistida

El avance de la tecnología en materia de reproducción ha producido grandes debates y la necesidad


de que el ordenamiento jurídico tomara cartas en el asunto y legislara acerca de esta realidad.
Este tipo de técnicas no solo son una manera de que parejas heterosexuales accedan a la maternidad
o a la paternidad, sino que también permite que parejas del mismo sexo accedan a la misma.
Consideraciones generales en torno a las técnicas de reproducción humana asistida (Ley 26.862).
Reglas generales
La ley 26.862 (de Reproducción médicamente asistida, sancionada por el Congreso de la Nación)
regula el acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-asistenciales de reproducción
médicamente asistida. La misma “tiene por objeto garantizar el acceso integral a los procedimientos
y técnicas médico-asistenciales de reproducción médicamente asistida”.

Según esta ley, se entiende por reproducción médicamente asistida a los procedimientos y
técnicas realizados con asistencia médica para la consecución de un embarazo. Quedan
comprendidas las técnicas de baja y alta complejidad que incluyan o no la donación de gametos y/o
embriones.
Asimismo, se establece la creación de “un registro único en el que deben estar inscriptos todos
aquellos establecimientos sanitarios habilitados para realizar procedimientos y técnicas de
reproducción médicamente asistida. Quedan incluidos los establecimientos médicos donde
funcionen bancos receptores de gametos y/o embriones”. Los procedimientos de técnicas de
reproducción humana asistida sólo pueden realizarse en dichos establecimientos.
A los fines de cumplir con el objeto de la ley, el Ministerio de Salud de la Nación deberá:
a) Arbitrar las medidas necesarias para asegurar el derecho al acceso igualitario de todos los
beneficiarios a las prácticas normadas por la presente.
b) Publicar la lista de centros de referencia públicos y privados habilitados, distribuidos en todo el
territorio nacional con miras a facilitar el acceso de la población a las mismas.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 36


c) Efectuar campañas de información a fin de promover los cuidados de la fertilidad en mujeres y
varones.
d) Propiciar la formación y capacitación continua de recursos humanos especializados en los
procedimientos y técnicas de reproducción médicamente asistida.

Respecto a los beneficiarios: tiene derecho a acceder a los procedimientos y técnicas de


reproducción médicamente asistida, toda persona mayor de edad que, de plena conformidad con lo
previsto en la ley 26.529, de derechos del paciente en su relación con los profesionales e
instituciones de la salud, haya explicitado su consentimiento informado. El consentimiento es
revocable hasta antes de producirse la implantación del embrión en la mujer..
En relación a la cobertura,
todos aquellos agentes que brinden servicios médico-asistenciales a sus afiliados
independientemente de la figura jurídica que posean, incorporarán como prestaciones obligatorias y
a brindar a sus afiliados o beneficiarios, la cobertura integral e interdisciplinaria del abordaje, el
diagnóstico, los medicamentos y las terapias de apoyo y los procedimientos y las técnicas que la
Organización Mundial de la Salud define como de reproducción médicamente asistida.

Consentimiento informado. Forma y requisitos del consentimiento


El artículo 560 del Código Civil y Comercial establece pautas acerca del consentimiento en las
técnicas de reproducción humana asistida, expresando que:
El centro de salud interviniente debe recabar el consentimiento previo, informado y libre de las
personas que se someten al uso de las técnicas de reproducción humana asistida. Este
consentimiento debe renovarse cada vez que se procede a la utilización de gametos o embriones15.
Marisa Herrera (2015) explica la importancia del consentimiento, atento a que en este tipo de
filiación el vínculo filial queda determinado entre la persona nacida y quien/es hayan prestado el
consentimiento. Por ello, el consentimiento debe ser previo, es decir, antes de iniciar cada
tratamiento detécnicas de reproducción humana asistida , informado, para comprender cabalmente
el procedimiento y los alcances del mismo, y libre, ya que no debe haber coacción en ninguna de
sus formas.
o Forma y requisitos del consentimiento
El artículo 561 establece que:
la instrumentación de dicho consentimiento debe contener los requisitos previstos en las
disposiciones especiales, para su posterior protocolización ante escribano público o certificación
ante la autoridad sanitaria correspondiente a la jurisdicción. El consentimiento es libremente
revocable mientras no se haya producido la concepción en la persona o la implantación del
embrión16.
Es importante, entonces, destacar que la expresión del consentimiento es formal, que debe ser por
escrito y protocolizado por escribano público o certificado ante la autoridad sanitaria
correspondiente.
Asimismo, tiene enorme relevancia el hecho de que “el consentimiento es libremente revocable
mientras no se haya producido la concepción en la persona o la implantación del embrión”17.

Voluntad procreacional

Como lo establece el artículo 562 del Código Civil y Comercial de la Nación,


los nacidos por las técnicas de reproducción humana asistida son hijos de quien dio a luz y del
hombre o de la mujer que también ha prestado su consentimiento previo, informado y libre (…),
debidamente inscripto en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, con
independencia de quién haya aportado los gametos.
En esta fórmula legislativa, se percibe que la paternidad y/o maternidad se determina por el
elemento volitivo, que es la voluntad procreacional. Por ello, la filiación corresponde a quien desea

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 37


ser padre/madre, a quien quiere llevar adelante un proyecto parental, y para ello ha prestado el
debido consentimiento.

Derecho a la información
En concordancia con el derecho a la identidad, el artículo 563 del Código Civil y Comercial de la
Nación, expresa que “la información relativa a que la persona ha nacido por el uso de técnicas de
reproducción humana asistida con gametos de un tercero debe constar en el correspondiente legajo
base para la inscripción del nacimiento”.
En esta temática, es importante preguntarse qué información podría requerirse del centro de salud
que ha intervenido en el procedimiento.
El artículo 564 del Código Civil y Comercial de la Nación expresa que:
A petición de las personas nacidas a través de las técnicas de reproducción humana asistida, puede:
a) obtenerse (…) información relativa a datos médicos del donante, cuando es relevante para la
salud;
b) revelarse la identidad del donante, por razones debidamente fundadas, evaluadas por la autoridad
judicial por el procedimiento más breve que prevea la ley local.

Con esta norma, se ha pretendido resguardar la intimidad del donante, ya que de lo contrario se
correría el riesgo de que pocos accedieran a donar material genético para este tipo de prácticas. Sin
embargo, este principio de anonimato tiene excepciones que ceden ante el interés del requirente,
con dos limitaciones: a) el acceso a la información debe brindarse sólo a aquel que la solicitó y b) la
utilización de los datos brindados sólo puede ser utilizado a los fines para los que fueron requeridos
(González Magaña 2014).

 ADOPCION

Concepto:
La adopción es una institución del derecho de familia en virtud de la cual, y por medio de una
sentencia judicial, se crea entre personas no ligadas por lazos biológicos próximos un vínculo
jurídico de parentesco idéntico o similar al que surge de la filiación consanguínea establecida.
A su vez, el Código Civil y Comercial 2014 incorpora en su articulado una definición de adopción,
estableciendo que:
la adopción es una institución jurídica que tiene por objeto proteger el derecho de niños, niñas y
adolescentes a vivir y desarrollarse en una familia que le procure los cuidados tendientes a
satisfacer sus necesidades afectivas y materiales, cuando éstos no le pueden ser proporcionados por
su familia de origen.
La adopción se otorga solo por sentencia judicial y emplaza al adoptado en el estado de hijo,
conforme con las disposiciones de este Código

Requisitos en el adoptante
La ley fija reglas generales para la adopción, cualquiera que sea el tipo:
El niño, niña o adolescente puede ser adoptado por:
matrimonio;

Cabe destacar que en esos dos supuestos las personas solo pueden adoptar si lo hacen
conjuntamente, y excepcionalmente la adopción por personas casadas o en unión convivencial
puede ser unipersonal si:
- el cónyuge o conviviente ha sido declarado persona incapaz o de capacidad restringida, y la
sentencia le impide prestar consentimiento válido para este acto. En este caso debe oírse al

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 38


Ministerio Público y al curador o apoyo y, si es el pretenso adoptante, se debe designar un curador o
apoyo ad litem;
- los cónyuges están separados de hecho;

- por una única persona.

Respecto a la edad, el adoptante debe ser por lo menos dieciséis años mayor que el adoptado,
excepto cuando el cónyuge o conviviente adopta al hijo del otro cónyuge o conviviente.
En caso de muerte del o de los adoptantes u otra causa de extinción de la adopción, se puede otorgar
una nueva adopción sobre la persona menor de edad.
Cabe resaltar el supuesto en el que la ley acepta la adopción conjunta de personas divorciadas o
cesada la unión convivencial cuando durante el matrimonio o la unión convivencial mantuvieron
estado de madre o padre con una persona menor de edad, pudiendo adoptarla conjuntamente aún
después del divorcio o cesada la unión. El juez debe valorar especialmente la incidencia de la
ruptura al ponderar el interés superior del niño.
Por último, la ley contempla la situación en la que el proceso de adopción es conjunto y fallece de
uno de los guardadores. En ese caso,
el juez puede otorgar la adopción al sobreviviente y generar vínculos jurídicos de filiación con
ambos integrantes de la pareja.
En este caso, el adoptado lleva el apellido del adoptante, excepto que fundado en el derecho a la
identidad se peticione agregar o anteponer el apellido de origen o el apellido del guardador
fallecido.

Requisitos en el adoptado

La ley exige que se trate de un menor no emancipado declarado en situación de adoptabilidad, o


cuyos padres hayan sido privados de la responsabilidad parental.
Esta regla, tiene excepciones, que tienen por objeto fortalecer el vínculo familiar, reconociéndose
un lazo afectivo preexistente (Herrera, 2015), y por ende, se podrá adoptar a una persona mayor de
edad cuando:

ehacientemente
comprobada

Tipos de adopción

Adopción plena. Irrevocabilidad. Supuestos. Efectos. Apellido

Irrevocabilidad
Tal como en el Código de Vélez Sársfield, la adopción plena es irrevocable.
Sin embargo, una novedad que trae el Código Civil y Comercial es la posibilidad de que el
adoptado inicie acción de filiación contra sus progenitores biológicos o que éstos lo reconozcan. Sin
embargo, ésta posibilidad sólo es admisibles a los efectos de posibilitar los derechos alimentarios y
sucesorios del adoptado, sin alterar los otros efectos de la adopción.

Supuestos en los que se otorga la adopción plena


El artículo 625, establece que:
la adopción plena se debe otorgar, preferentemente, cuando se trate de niños, niñas o adolescentes
huérfanos de padre y madre que no tengan filiación establecida.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 39


También puede otorgarse la adopción plena en los siguientes supuestos:
a) cuando se haya declarado al niño, niña o adolescente en situación de adoptabilidad;
b) cuando sean hijos de padres privados de la responsabilidad parental;
c) cuando los progenitores hayan manifestado ante el juez su decisión libre e informada de dar a su
hijo en adopción.

Apellido
Conforme el artículo 626,
el apellido del hijo por adopción plena se rige por las siguientes reglas:
a) si se trata de una adopción unipersonal, el hijo adoptivo lleva el apellido del adoptante; si el
adoptante tiene doble apellido, puede solicitar que éste sea mantenido;
b) si se trata de una adopción conjunta, se aplican las reglas generales relativas al apellido de los
hijos matrimoniales;
c) excepcionalmente, y fundado en el derecho a la identidad del adoptado, a petición de parte
interesada, se puede solicitar agregar o anteponer el apellido de origen al apellido del adoptante o al
de uno de ellos si la adopción es conjunta;
d) en todos los casos, si el adoptado cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, el juez debe
valorar especialmente su opinión.

Adopción simple. Efectos. Revocación

La adopción simple es aquella que confiere el estado de hijo al adoptado, pero no crea vínculos
jurídicos con los parientes ni con el cónyuge del adoptante.
Los efectos de este tipo de adopción son:
a) como regla, los derechos y deberes que resultan del vínculo de origen no quedan extinguidos por
la adopción; sin embargo, la titularidad y el ejercicio de la responsabilidad parental se transfieren a
los adoptantes;
b) la familia de origen tiene derecho de comunicación con el adoptado, excepto que sea contrario al
interés superior del niño;
c) el adoptado conserva el derecho a reclamar alimentos a su familia de origen cuando los
adoptantes no puedan proveérselos;
d) el adoptado que cuenta con la edad y grado de madurez suficiente o los adoptantes, pueden
solicitar se mantenga el apellido de origen, sea adicionándole o anteponiéndole el apellido del
adoptante o uno de ellos; a falta de petición expresa, la adopción simple se rige por las mismas
reglas de la adopción plena;
e) el derecho sucesorio se rige por lo dispuesto en el Libro Quinto.
“Después de acordada la adopción simple se admite el ejercicio por el adoptado de la acción de
filiación contra sus progenitores, y el reconocimiento del adoptado.
Ninguna de estas situaciones debe alterar los efectos de este tipo de adopción”.

Revocación
A diferencia de la adopción plena, la adopción simple es revocable en los siguientes supuestos:
a) por haber incurrido el adoptado o el adoptante en las causales de indignidad
previstas en este Código;
b) por petición justificada del adoptado mayor de edad;
c) por acuerdo de adoptante y adoptado mayor de edad manifestado judicialmente112.
Los efectos de la revocación son los siguientes:
- “Se extingue la adopción desde que la sentencia queda firme y para el futuro”113.

- “El adoptado pierde el apellido de adopción. Sin embargo, con fundamento en el derecho a la
identidad, puede ser autorizado por el juez a conservarlo”.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 40


Adopción de integración. Efectos. Reglas aplicables. Revocación

La adopción de integración

Se configura cuando se adopta al hijo del cónyuge o del conviviente.


Los efectos de este tipo de adopción son:

“Entre el adoptado y su progenitor de origen: La adopción de integración siempre mantiene el


vínculo filiatorio y todos sus efectos entre el adoptado y su progenitor de origen, cónyuge o
conviviente del adoptante”.
entre el adoptado y el adoptante: La adopción de integración produce los siguientes efectos entre el
adoptado y el adoptante:
a) si el adoptado tiene un solo vínculo filial de origen, se inserta en la familia del adoptante con los
efectos de la adopción plena; las reglas relativas a la titularidad y ejercicio de la responsabilidad
parental se aplican a las relaciones entre el progenitor de origen, el adoptante y el adoptado;
b) si el adoptado tiene doble vínculo filial de origen se aplica lo dispuesto en el artículo 621.
Es decir lo relativo a las facultades judiciales del juez respecto a lo que sea más conveniente para el
niño, niña o adolescente.
Asimismo, este tipo de adopción tiene ciertas reglas particulares, entre ellas:
a) los progenitores de origen deben ser escuchados, excepto causas graves debidamente fundadas;
b) el adoptante no requiere estar previamente inscripto en el registro de adoptantes;
c) no se aplican las prohibiciones en materia de guarda de hecho;
d) no se exige declaración judicial de la situación de adoptabilidad;
e) no se exige previa guarda con fines de adopción;
f) no rige el requisito relativo a que las necesidades afectivas y materiales no puedan ser
proporcionadas por su familia de origen.
Este tipo de adopción también es revocable por las mismas causales previstas para la adopción
simple.

 RESPONSABILIDAD PARENTAL

Concepto:
El Código Civil y Comercial nos brinda un concepto de responsabilidad parental, estableciendo en
su artículo 638 que es “el conjunto de deberes y derechos que corresponden a los progenitores sobre
la persona y bienes del hijo, para su protección, desarrollo y formación integral mientras sea menor
de edad y no se haya emancipado”.

Titularidad y ejercicio

La diferencia entre estos dos conceptos no parece fácilmente precisable, sin embargo, es pasible
advertir que la titularidad es el conjunto de los derechos y deberes, que, en principio, corresponden
a ambos progenitores e independientemente, mientras que el ejercicio es la facultad de actuar
concretamente en virtud de esos derechos–deberes y que corresponden en unos casos a uno u otro o
a ambos progenitores.
De manera que puede haber en algunos supuestos titularidad con ejercicio actual de la
responsabilidad parental y en otros, si bien se comparte la titularidad, se carece de ese ejercicio.
Distintos supuestos
El artículo 641, establece distintos supuestos de hecho, y en base a ello determina a quién
corresponde el ejercicio de la responsabilidad parental:

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 41


a) en caso de convivencia con ambos progenitores, a éstos. Se presume que los actos realizados por
uno cuentan con la conformidad del otro, con excepción de los supuestos contemplados en el
artículo 645, o que medie expresa oposición;
b) en caso de cese de la convivencia, divorcio o nulidad de matrimonio, a ambos progenitores. Se
presume que los actos realizados por uno cuentan con la conformidad del otro, con las excepciones
del inciso anterior. Por voluntad de los progenitores o por decisión judicial, en interés del hijo, el
ejercicio se puede atribuir a sólo uno de ellos, o establecerse distintas modalidades;
c) en caso de muerte, ausencia con presunción de fallecimiento, privación de la responsabilidad
parental o suspensión del ejercicio de un progenitor, al otro;
d) en caso de hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial, al único progenitor;
e) en caso de hijo extramatrimonial con doble vínculo filial, si uno se estableció por declaración
judicial, al otro progenitor. En interés del hijo, los progenitores de común acuerdo o el juez pueden
decidir el ejercicio conjunto o establecer distintas modalidades

Cuidado personal. Clases

“Se denomina cuidado personal a los deberes y facultades de los progenitores referidos a la vida
cotidiana del hijo”139. Implica “la protección que debe recibir el menor en todo momento por parte
de sus progenitores” (Bueres, 2015, p. 436).
Cuando los padres no conviven, el cuidado personal puede ser de dos maneras:

de ser asumida por ambos progenitores.

Cuidado personal Compartido. Modalidades. Reglas generales


El cuidado personal compartido puede ser:
Alternado: En esta modalidad “el hijo pasa períodos de tiempo con cada uno de los progenitores,
según la organización y posibilidades de la familia”.
Indistinto: En esta modalidad “el hijo reside de manera principal en el domicilio de uno de los
progenitores, pero ambos comparten las decisiones y se distribuyen de modo equitativo las labores
atinentes a su cuidado”.

Como principio general, “el juez debe otorgar, como primera alternativa, el cuidado compartido del
hijo con la modalidad indistinta, excepto que no sea posible o resulte perjudicial para el hijo”.
“En caso de que cuidado pernal sea atribuido a un solo progenitor, el otro tiene el derecho y el deber
de mantener una adecuada comunicación con el hijo”

Cuidado personal unilateral. Deber de informar


Como hemos expresado, la regla general es que el cuidado personal del hijo debe ser compartido e
indistinto. Sin embargo, si de manera excepcional el cuidado personal del menor fuera unilateral:
el juez debe ponderar
a) la prioridad del progenitor que facilita el derecho a mantener trato regular con el otro;
b) la edad del hijo;
c) la opinión del hijo;
d) el mantenimiento de la situación existente y respeto del centro de vida del hijo.
El otro progenitor tiene el derecho y el deber de colaboración con el conviviente.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 42


Progenitores adolescentes

Se debe tener especial consideración en aquellas situaciones en las cuales los padres de un niño sean
adolescentes, es decir que sean mayores de 13 años pero menores de 18, momento en el cual se
adquiere la mayoría de edad.
En estos casos, la ley establece que “los progenitores adolescentes (…) ejercen la responsabilidad
parental de sus hijos pudiendo decidir y realizar por sí mismos las tareas necesarias para su cuidado,
educación y salud”.
Asimismo,
las personas que ejercen la responsabilidad parental de un progenitor adolescente que tenga un hijo
bajo su cuidado pueden oponerse a la realización de actos que resulten perjudiciales para el niño;
también pueden intervenir cuando el progenitor omite realizar las acciones necesarias para preservar
su adecuado desarrollo.
El consentimiento del progenitor adolescente debe integrarse con el asentimiento de cualquiera de
sus propios progenitores si se trata de actos trascendentes para la vida del niño, como la decisión
libre e informada de su adopción, intervenciones quirúrgicas que ponen en peligro su vida, u otros
actos que pueden lesionar gravemente sus derechos. En caso de conflicto, el juez debe decidir a
través del procedimiento más breve previsto por la ley local.
Como explica la Doctora. Herrera (2015), hay que distinguir entre los actos cotidianos de la vida del
niño, y aquellos que son de mayor gravedad o trascendencia. En el primero de los casos los
progenitores adolescentes ejercen la responsabilidad parental, y en los otros se requiere además el
asentimiento de los padres de los adolescentes.
El derecho del niño de mantener vínculo con ambos padres, es un derecho humano (Herrera, 2015),
por ello, “cada progenitor debe informar al otro sobre cuestiones de educación, salud y otras
relativas a la persona y bienes del hijo”.

Plan de parentalidad. Determinación judicial del plan de parentalidad

El ordenamiento jurídico actual respeta la autonomía de la voluntad de los progenitores a quienes


incentiva a elaborar un plan de parentalidad para decidir cómo organizar la convivencia con el
hijo en el caso de no convivencia de los padres
En este sentido, y según el artículo 655 del Código Civil y Comercial de la Nación:
Los progenitores pueden presentar un plan de parentalidad relativo al cuidado del hijo, que
contenga:
a) lugar y tiempo en que el hijo permanece con cada progenitor;
b) responsabilidades que cada uno asume;
c) régimen de vacaciones, días festivos y otras fechas significativas para la familia;
d) régimen de relación y comunicación con el hijo cuando éste reside con el otro progenitor.
El plan de parentalidad propuesto puede ser modificado por los progenitores en función de las
necesidades del grupo familiar y del hijo en sus diferentes etapas.
Los progenitores deben procurar la participación del hijo en el plan de parentalidad y en su
modificación.
En el plano familiar, es lógico que lo ideal sería el acuerdo entre los progenitores, la presentación de
dicho acuerdo ante el juez competente y la consiguiente homologación del acuerdo. Sin embargo,
¿qué sucede si no hay acuerdo o si habiéndolo no se ha homologado judicialmente?
En dicho casos, “el juez debe fijar el régimen de cuidado de los hijos y , como ya hemos visto,
“priorizar la modalidad compartida indistinta, excepto que por razones fundadas resulte más
beneficioso el cuidado unipersonal o alternado”. Asimismo, se aclara que:

cualquier decisión en materia de cuidado personal del hijo debe basarse en conductas concretas del
progenitor que puedan lesionar el bienestar del niño o adolescente no siendo admisibles

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 43


discriminaciones fundadas en el sexo u orientación sexual, la religión, las preferencias políticas o
ideológicas o cualquier otra condición

“Los progenitores tienen la obligación y el derecho de criar a sus hijos, alimentarlos y educarlos
conforme a su condición y fortuna”.

“La obligación de alimentos comprende la satisfacción de las necesidades de los hijos en


manutención, educación y esparcimiento, vestimenta, habitación, asistencia y gastos por
enfermedad y los gastos necesarios para adquirir una profesión u oficio”. La forma de efectivizar la
prestación es a través de pagos en dinero o en especie “y son proporcionales a las posibilidades
económicas de los obligados y necesidades del alimentado”.
En caso de divorcio, separación de hecho o nulidad de matrimonio, incumbe siempre a ambos
progenitores el deber de dar alimentos a sus hijos y educarlos, no obstante que el cuidado personal
sea ejercida por uno de ellos.
Si bien la mayoría de edad se adquiere a los 18 años, la obligación alimentaria de los progenitores
respecto de los hijos se extiende hasta los 21 años de edad, excepto que el obligado acredite que el
hijo mayor de edad cuenta con recursos suficientes para proveérselos por sí mismo.

Tareas de cuidado personal


Partiendo del principio de que el trabajo en el hogar debe ser reconocido, el artículo 660 establece
que “las tareas cotidianas que realiza el progenitor que ha asumido el cuidado personal del hijo
tienen un valor económico y constituyen un aporte a su manutención”.

Legitimación
En caso de que el progenitor falte a la prestación de alimentos podrá ser demandado por:
a) el otro progenitor en representación del hijo;
b) el hijo con grado de madurez suficiente con asistencia letrada;
c) subsidiariamente, cualquiera de los parientes o el Ministerio Público.

Hijo mayor de edad


“El progenitor que convive con el hijo mayor de edad tiene legitimación para obtener la
contribución del otro hasta que el hijo cumpla veintiún años”, ya que como hemos visto la
obligación alimentaria se extiende hasta dicha edad, excepto que el hijo tenga recursos suficientes
para su manutención..
Puede iniciar el juicio alimentario o, en su caso, continuar el proceso promovido durante la minoría
de edad del hijo para que el juez determine la cuota que corresponde al otro progenitor. Tiene
derecho a cobrar y administrar las cuotas alimentarias devengadas.
Las partes de común acuerdo, o el juez, a pedido de alguno de los progenitores o del hijo, pueden
fijar una suma que el hijo debe percibir directamente del progenitor no conviviente. Tal suma,
administrada por el hijo, está destinada a cubrir los desembolsos de su vida diaria, como
esparcimiento, gastos con fines culturales o educativos, vestimenta u otros rubros que se estimen
pertinentes.

Hijo mayor que se capacita


La obligación alimentaria de los padres a los hijos se puede extender incluso hasta los 25 años si la
prosecución de estudios o preparación profesional de un arte u oficio, le impide proveerse de
medios necesarios para sostenerse independientemente.
Pueden ser solicitados por el hijo o por el progenitor con el cual convive; debe acreditarse la
viabilidad del pedido.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 44


Hijo no reconocido
El ordenamiento jurídico regula la situación del hijo extramatrimonial no reconocido, estableciendo
que “tiene derecho a alimentos provisorios mediante la acreditación sumaria del vínculo invocado”.
Asimismo, se aclara que: si la demanda se promueve antes que el juicio de filiación, en la
resolución que determina alimentos provisorios el juez debe establecer un plazo para promover
dicha acción, bajo apercibimiento de cesar la cuota fijada mientras esa carga esté incumplida.
Mujer embarazada
“La mujer embarazada tiene derecho a reclamar alimentos al progenitor presunto con la prueba
sumaria de la filiación alegada”.
La norma otorga el derecho a reclamar alimentos a la mujer embarazada, pero dichos alimentos son
para el hijo. Teniendo en cuenta que la persona existe desde la concepción, el hijo tiene el derecho
alimentario, desde el momento en que es concebido, y la madre es quien pueda reclamarlos en su
representación (Pitrau, 2014).

Cuidado personal compartido


Cuando el cuidado personal fuese compartido hay que tener en cuenta dos supuestos:
si ambos progenitores cuentan con recursos equivalentes, cada uno debe hacerse cargo de la
manutención cuando el hijo permanece bajo su cuidado;
si los recursos de los progenitores no son equivalentes, aquel que cuenta con mayores ingresos debe
pasar una cuota alimentaria al otro para que el hijo goce del mismo nivel de vida en ambos hogares.
Los gastos comunes deben ser solventados por ambos progenitores
.
Hijo fuera del país o alejado de sus progenitores
Ya en el Código de Vélez Sársfield se preveía la situación en la cual:
el hijo que no convive con sus progenitores, que se encuentra en un país extranjero o en un lugar
alejado dentro de la República, y tenga necesidad de recursos para su alimentación u otros rubros
urgentes, puede ser autorizado por el juez del lugar o por la representación diplomática de la
República, según el caso, para contraer deudas que satisfagan sus necesidades.

La novedad del Código Civil y Comercial es que si el menor es adolescente (mayor a trece años)
“no necesita autorización alguna; sólo el asentimiento del adulto responsable, de conformidad con
la legislación aplicable”.

Reclamo a ascendientes
Los alimentos a los ascendientes pueden ser reclamados en el mismo proceso en que se demanda a
los progenitores o en proceso diverso; además de lo previsto en el título del parentesco, debe
acreditarse verosímilmente las dificultades del actor para percibir los alimentos del progenitor
obligado168.

Alimentos impagos y medidas ante el incumplimiento (artículos 669 y 670)


Los alimentos se deben desde el día de la demanda o desde el día de la interpelación del obligado
por medio fehaciente, siempre que se interponga la demanda dentro de los seis meses de la
interpelación.
Por el período anterior, el progenitor que asumió el cuidado del hijo tiene derecho al reembolso de
lo gastado en la parte que corresponde al progenitor no conviviente.

Medidas ante el incumplimiento: Las disposiciones de este Código relativas al incumplimiento de


los alimentos entre parientes son aplicables a los alimentos entre padres e hijos”, en virtud de ello,
podrán adoptarse medidas cautelares para asegurar el pago de alimentos futuros, el juez podrá
adoptar medidas razonables para asegurar la eficacia de la sentencia, etcétera.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 45


Progenitor afin

El Código Civil y Comercial regula las relaciones entre progenitor afín e hijo afín. Se denomina
progenitor afín al cónyuge o conviviente que vive con quien tiene a su cargo el cuidado personal del
niño o adolescente.
Conforme los fundamentos de la reforma, se reconoce el vínculo afectivo que se genera entre el
progenitor y los hijos de su pareja cuando conviven, otorgando ciertos derechos a los primeros sin
excluir los derechos y deberes de los progenitores como principales responsables de los hijos.

Deberes del progenitor afín


Conforme el artículo 673:El cónyuge o conviviente de un progenitor debe cooperar en la crianza y
educación de los hijos del otro, realizar los actos cotidianos relativos a su formación en el ámbito
doméstico y adoptar decisiones ante situaciones de urgencia. En caso de desacuerdo entre el
progenitor y su cónyuge o conviviente prevalece el criterio del progenitor.
Esta colaboración no afecta los derechos de los titulares de la responsabilidad parental.

Delegación en el progenitor afín


Así como el art 643 permite, bajo ciertas circunstancias, delegar el ejercicio de la responsabilidad
parental a un pariente , también se permite que el progenitor a cargo del hijo delegue a su cónyuge o
conviviente el ejercicio de la responsabilidad parental cuando no estuviera en condiciones de
cumplir la función en forma plena por razones de viaje, enfermedad o incapacidad transitoria, y
siempre que exista imposibilidad para su desempeño por parte del otro progenitor, o no fuera
conveniente que este último asuma su ejercicio.
Esta delegación requiere la homologación judicial, excepto que el otro progenitor exprese su
acuerdo de modo fehaciente.

Ejercicio conjunto con el progenitor afín


El Código prevé que en casos excepcionales como la
muerte, ausencia o incapacidad del progenitor, el otro progenitor puede asumir dicho ejercicio
conjuntamente con su cónyuge o conviviente.
Este acuerdo entre el progenitor en ejercicio de la responsabilidad parental y su cónyuge o
conviviente debe ser homologado judicialmente. En caso de conflicto prima la opinión del
progenitor.
Este ejercicio se extingue con la ruptura del matrimonio o de la unión convivencial.También se
extingue con la recuperación de la capacidad plena del progenitor que no estaba en ejercicio de la
responsabilidad parental.

Alimentos
El progenitor afín tiene una obligación alimentaria respecto de sus hijos afines, pero esta obligación
tiene carácter subsidiario.
Asimismo, esa obligación subsidiaria cesa
en los casos de disolución del vínculo conyugal o ruptura de la convivencia. Sin embargo, si el
cambio de situación puede ocasionar un grave daño al niño o adolescente y el cónyuge o
conviviente asumió durante la vida en común el sustento del hijo del otro, puede fijarse una cuota
asistencial a su cargo con carácter transitorio, cuya duración debe definir el juez de acuerdo a las
condiciones de fortuna del obligado, las necesidades del alimentado y el tiempo de la convivencia.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 46


EJE TEMATICO 5: SUCESION INTESTADA

Definición

La naturaleza del llamamiento a suceder determina distintas especies de sucesiones, ya sea que el
título creador de la vocación sucesoria reconozca su origen en las disposiciones legales o bien en la
voluntad del causante; conforme a ello, corresponde distinguir la sucesión legítima o intestada de la
testamentaria.
La sucesión intestada o ab intestato es aquella en que el llamamiento a la sucesión es realizado por
la ley, sin intervención de la voluntad del difunto manifestada en el testamento.
Pérez Lasala (2014, p. 11) la define como la sucesión hereditaria que se defiere por ministerio de la
ley, ora por no existir testamento, ora por resultar ineficaz.
La sucesión intestada presenta los siguientes caracteres:
1) Es una sucesión hereditaria: pues el sucesor es siempre un heredero. No comprende los legados.
Se trata de un sucesor universal que recibe el conjunto de bienes del causante y responde por sus
deudas. Cuando concurren varios herederos, reciben una parte alícuota del patrimonio, con derecho
a acrecer.
2) Se defiere por ministerio de la ley: el llamamiento a los herederos es realizado de manera directa
y exclusiva por la ley.
3) Es supletoria de la testamentaria: ya que si el causante en un testamento ha dispuesto el destino
de su patrimonio, no procede la sucesión intestada, pues prevalece la voluntad del sujeto. El límite
está dado por el respeto a las legítimas cuando tiene legitimarios, de tal manera que si el difunto se
ha excedido de la porción disponible al distribuir sus bienes, aquellos tienen acciones para la
protección de las legítimas.
4) Procede cuando por testamento sólo se ha dispuesto de una parte de los bienes, o aquel resulta
parcialmente ineficaz: en este caso, se abre la sucesión intestada con relación al resto de bienes, es
decir, a los que no estén alcanzados por el testamento. Así, la sucesión será en parte intestada y en
parte testamentaria. Esta solución es receptada por el art. 2277, cuando regula la apertura de la
sucesión, pues establece que: “si el testamento dispone sólo parcialmente de los bienes, el resto de
la herencia se defiere por la ley…”1.
Por último, el fundamento de la sucesión intestada radica, por un lado, en la presunta voluntad del
causante que responde al reconocimiento del orden natural de los afectos y, por otro, a la protección
de la familia.

Principios que rigen las sucesiones mortis causa deferidas por la ley

Trataremos a continuación los principios fundamentales que gobiernan el llamamiento ab intestato.


Estos son:
1) jerarquía o prioridad de los órdenes hereditarios;
2) proximidad de grado dentro de cada orden;
3) indistinción del origen y naturaleza de los bienes;
4) título universal del llamado.
Estos principios no son absolutos, pues reconocen excepciones que desarrollaremos oportunamente.
Pérez Lasala (2014, p. 52 y ss.) esgrime que los principios que imperan en la sucesión intestada se
pueden dividir en principios relativos al llamamiento y principios relativos a la distribución de la
herencia.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 47


Figura 1: Principios que rigen la sucesión intestada

-Por clase: parientes, conyuge

Relativos al llamamiento -Ordenes: descendientes,


ascendientes y colaterales
Principios
- grados

Relativos a la distribución -´por personas o cabezas


De la herencia - por estirpes

Prioridad entre los órdenes sucesorios

La vocación legítima se basa en la prelación o sucesión de órdenes de llamamiento y, dentro de


cada orden, en la proximidad de grado de parentesco con el causante. Los órdenes son llamados a la
herencia de manera sucesiva; de este modo, si existen miembros de un orden preferente, no se
puede pasar a un orden posterior. Cuando se trata de clases pluripersonales, esto es, compuestas por
varios herederos (la del cónyuge es unipersonal), cobra plena vigencia el principio según el cual el
orden preferente excluye al orden siguiente; por ejemplo, los descendientes excluyen a los
ascendientes. Por su parte, el cónyuge supérstite constituye un orden anómalo o atípico. En efecto,
el cónyuge supérstite no actualiza su vocación excluyendo llamamientos ulteriores, sino que en el
caso de no existir descendientes, es un orden excluyente de los parientes colaterales; sin embargo,
concurre con descendientes y ascendientes del causante.
Así, encontramos en los órdenes hereditarios: los parentales y el orden del cónyuge. La ley convoca
primero a los descendientes; no habiéndolos, llama a los ascendientes. Ambos órdenes concurren
con el cónyuge supérstite que, a su vez, hereda como único sucesor cuando no hay descendientes o
ascendientes y excluye a los colaterales. Por último, los colaterales sólo son llamados en ausencia
de descendientes, ascendientes y cónyuge.
En definitiva, la sucesión intestada se defiere a los descendientes, ascendientes, cónyuge supérstite
y a los colaterales.
En tal sentido, el art. 2424 del Código Civil y Comercial enuncia que:
Las sucesiones intestadas se defieren a los descendientes del causante, a sus ascendientes, al
cónyuge supérstite, y a los parientes colaterales dentro del cuarto grado inclusive, en el orden y
según las reglas establecidas en este Código. A falta de herederos, los bienes corresponden al
Estado nacional, provincial o a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, según el lugar en que están
situados.
En los parientes consanguíneos y en la adopción plena, no hay límite de grado en el orden de los
descendientes y en el de ascendientes; en cambio, los colaterales sólo heredan hasta el cuarto grado.
En la adopción simple no hay límite en la línea descendiente; en la línea ascendiente, sólo hereda el
adoptante. En cuanto a los colaterales, Pérez Lasala (2014, tomo 2, p. 77) señala que atento a que el
Código Civil y Comercial omitió regular la vocación hereditaria del adoptado simple y los demás
hijos y nietos del adoptante, debe inducirse la inexistencia de tal vocación3. Asimismo, el Código
suprimió el art. 329 del Código Civil que estipulaba que los hijos adoptivos de un mismo adoptante
serían considerados hermanos; en consecuencia, tal supresión parece decisiva para negar la
vocación.
De acuerdo con estas ideas, este primer principio que rige la sucesión ab intestato puede enunciarse
así: los órdenes hereditarios se excluyen entre sí, según la jerarquía, prioridad o preeminencia que la
ley le asigna, salvo el cónyuge, que siempre concurre, nunca es excluido y a su vez excluye.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 48


JERARQUIA ORDEN EXCLUYE A CONCURRE ES EXCLUIDO
HEREDITARIO CON POR
1 Descendientes Asendientes y conyuge nadie
colaterales
2 Ascendientes Colaterales conyuge descendientes
3 Conyuge Colaterales Ascendientes y nadie
descendientes
4 Colaterales Fisco nadie Ascendientes
descendientes y
conyuge

Prioridad dentro de cada orden sucesorio: proximidad de grado


La preferencia dentro de cada orden queda determinada por el principio general de la prioridad de
grado. La regla de proximidad de grado sólo tiene sentido respecto a los parientes de un mismo
orden (por ejemplo, los hijos excluyen a los nietos). Para determinar el grado de parentesco por
consanguinidad, es necesario distinguir la línea directa de la línea colateral. En la primera, que es la
que se forma entre ascendientes y descendientes, el grado equivale a la generación; así, habrá tantos
grados como generaciones. En cambio, en la línea colateral, debemos remontarnos desde la persona
cuyo grado de parentesco se quiere conocer hasta el tronco común, y de ahí descender hasta el otro
pariente. Por ejemplo, en el caso de los hermanos, el tronco común son los padres; así, tenemos dos
grados.
Esta norma enunciada como principio fundamental es absoluta; sin embargo, admite como
excepción el derecho de representación.
A su vez, cada orden es excluyente de los ulteriores. Ello interesa pues permite afirmar que mientras
existan parientes con vocación actual o eventual que integran un orden preferente, no actualizan su
vocación los parientes del orden subsiguiente. Por ejemplo, si al causante le sobreviven sólo nietos
y, además, sus padres, aunque éstos últimos se encuentran en primer grado de consanguinidad en
línea recta con respecto al causante y los nietos en segundo grado, éstos actualizan el llamamiento
(por derecho de representación), excluyendo a los ascendientes que se encuentran en un orden
ulterior.

Indistinción del origen y naturaleza de los bienes. Excepción

El art. 2425 del Código Civil y Comercial prescribe que “en las sucesiones intestadas no se atiende
a la naturaleza ni al origen de los bienes que componen la herencia, excepto disposición legal
expresa en contrario”.
El patrimonio hereditario, al momento de la muerte del causante, forma una unidad en la que no se
distinguen categorías de bienes en función de las cuales asignarlos a determinados herederos o
sucesores. Es decir, en principio la distribución de los bienes del causante se realiza con
independencia de su origen. Sin embargo, esta regla contempla dos excepciones en materia
sucesoria:
1) En la sucesión del cónyuge, si concurre con los descendientes y el régimen patrimonial entre los
esposos es el de comunidad, se diferencia si los bienes son propios o gananciales. De este modo,
sobre los bienes gananciales, el cónyuge supérstite retira la mitad que le corresponde en calidad de
integrante de la comunidad de ganancias, y el resto (mitad que le corresponde al causante) se divide
entre los descendientes.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 49


2) En la sucesión del adoptado por adopción simple (art.2432) el adoptante no tiene derechos
sucesorios sobre los bienes que el adoptado recibe de su familia de origen. Asimismo, la familia
biológica no hereda los bienes que el adoptado hubiera recibido a título gratuito de su familia de
adopción.
Tales exclusiones no proceden si los bienes quedasen vacantes.
Con relación a los demás bienes, los adoptantes excluyen a los padres biológicos.
En conclusión:
bienes gratuitos recibidos por el adoptado de parte de su familia biológica vuelven a la
familia biológica.

la familia adoptiva.

Título universal del llamado


Al estudiar los caracteres de la sucesión intestada, señalamos que es una sucesión hereditaria, pues
el sucesor es siempre un heredero. Conforme a ello, la ley no llama a los legatarios.

El derecho de representación. Definición. Condiciones y requisitos del representado y


representante. Casos en que tiene lugar. Efectos

Hay vocación referida cuando el llamamiento a ciertos herederos se hace con referencia a la
posición jurídica que hubieran ocupado otros herederos, pero que atentos a distintas circunstancias,
no efectivizaron esa ocupación.
Cuando la vocación es referida a otra posición hereditaria por disposición de la ley, estamos ante el
derecho de representación.
La esencia del derecho de representación está en que los derechos sucesorios de ciertos herederos
(representantes) se determinan por referencia al grado, calidad parental y cuantía que hubieran
tenido otros herederos (representados), que los hubieran excluido de haber heredado. (Pérez Lasala,
2014, tomo 1, p. 334).
El grado se refiere al grado de parentesco; la calidad parental está relacionada a la circunstancia de
ser descendiente biológico o adoptivo, o hermano bilateral o unilateral del difunto, y la cuantía es la
porción hereditaria que le hubiere podido corresponder al representado.

El derecho de representación constituye una excepción al principio según el cual el pariente más
cercano en grado excluye al más remoto. El derecho de representación es la facultad que la ley le
concede a los descendientes de los hijos y de los hermanos del causante para acercarse al autor de la
sucesión y ocupar los lugares que hubieran quedado vacantes por determinados supuestos.
Al momento de la muerte hay una vocación que falla, que es la del representado. En este caso, los
representantes heredan en su lugar y ejercen los derechos hereditarios directamente por disposición
de la ley.
El Código Civil y Comercial no define el derecho de representación (a diferencia del Código de
Vélez, que lo definía en el art. 3459), sino que determina los sujetos que suceden por
representación. Estos son:
a) los descendientes de hijos del causante, sin límites. Esta procede en la línea recta a favor de los
nietos y descendientes de grado inferior; en tal sentido, el art. 2427 sostiene: “Sucesión de los
demás descendientes. Los demás descendientes heredan por derecho de representación, sin
limitación de grados”.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 50


Respecto al parentesco por adopción: la adopción plena le confiere al adoptado la condición de hijo,
con lo cual se crea un parentesco igual que el consanguíneo entre adoptado y familia del adoptante.
Por lo tanto, el derecho de representación se da en los mismos casos que en el parentesco por
consanguinidad.
En la adopción simple, el adoptado y sus descendientes no heredan en la sucesión de los
ascendientes del adoptante. Respecto a éste último, tiene los mismos derechos hereditarios que el
hijo y sus descendientes por naturaleza.
b) los descendientes de hermanos del causante hasta el cuarto grado. Preceptúa el art. 2439: “Orden.
Los colaterales de grado más próximo excluyen a los de grado ulterior, excepto el derecho de
representación de los descendientes de los hermanos, hasta el cuarto grado en
relación al causante…”.

Condiciones para que funcione el derecho de representación:


Para la procedencia del derecho de representación deben reunirse presupuestos objetivos y
presupuestos subjetivos.

Los presupuestos objetivos constituyen circunstancias de facto referentes al representado. Estas


son:
1) Premuerte: el descendiente de grado más próximo o el hermano del causante faltan a la sucesión
por haber premuerto. Así, sus estirpes vienen a suceder en la cuantía y grado que le hubiere
correspondido al premuerto.
2) Conmoriencia: Pérez Lasala (2014) sostiene que hay derecho de representación en los casos de
conmoriencia. Por ejemplo, en un accidente automovilístico en el que fallecen padre e hijo, los
descendientes de este último pueden representarlo en la sucesión del abuelo, pese a que no hay
transmisión de derechos hereditarios entre padre e hijo; lo que ocurre es que los descendientes del
hijo reciben la herencia directamente del abuelo.
3) Ausencia con presunción de fallecimiento.
4) Renuncia de la herencia.
5) Indignidad: el fundamento de la procedencia de la representación está dado porque los nietos o
sobrinos no tienen responsabilidad por la mala conducta del representado.
El art. 2429 señala que la representación tiene lugar en caso de premoriencia, renuncia o indignidad
del ascendiente.

En cuanto a los presupuestos subjetivos:


Requisitos del representante:

1) debe tener vocación hereditaria del causante;

2) debe tener delación hereditaria, es decir, llamamiento efectivo que presupone deben tener
habilidad para suceder y no ser indigno del causante;

3) aunque no reciba la herencia del representado, no debe haber sido declarado indigno por aquel13.

Requisitos del representado:

1) Debe tener el grado parental necesario para ser considerado ab initio heredero legítimo. La
representación sólo funciona en la línea recta descendiente, respecto de la descendencia de los hijos,
y en la línea colateral la representación sólo tiene lugar a favor de los hijos y descendientes de los
hermanos. No gozan de esta prerrogativa los ascendientes ni el cónyuge del difunto, tampoco sus
colaterales que no fueran descendientes de sus hermanos.

A continuación, desarrollaremos diferentes casos en los que procede el derecho de representación:

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 51


Efectos de la representación:
En cuanto a los efectos de la representación, podemos distinguir tres categorías:

os.

El efecto esencial es la atribución de derechos sucesorios a unos herederos (representantes) que se


determinan conforme al grado, calidad del parentesco y cuantía que le correspondía a otros
(representados), quienes los hubiesen excluido en caso de haber ellos heredado. Los representantes
ocupan la posición jurídica que le hubiere correspondido al representado en la herencia del difunto.
De esto se desprenden las siguientes consecuencias:
r las liberalidades que el causante le
hubiese dado en vida al representado, sin dispensa de colacionar14. Esto sólo rige para la línea recta
descendiente, porque los colaterales no son herederos legitimarios.

conjunto, tienen derecho a la legítima que le hubiere


correspondido al representado.

reducir las donaciones realizadas por el causante que excedan la porción de libre disposición. Esto
sólo rige para la línea recta descendiente porque los colaterales no son legitimarios.

El efecto eventual del derecho de representación es la división por estirpes. Dentro de cada estirpe,
la división entre sus miembros se realiza por cabeza.
En tal sentido, el art. 2428 prescribe:
Efectos de la representación. En caso de concurrir descendientes por representación, la sucesión se
divide por estirpes, como si el representado concurriera. Si la representación desciende más de un
grado, la subdivisión vuelve a hacerse por estirpe en cada rama. Dentro de cada rama o subdivisión
de rama, la división se hace por cabeza.

El efecto accesorio de la representación es la exclusión del derecho de acrecer, pues éste surge
como consecuencia de la regla de que el pariente más próximo excluye al más remoto; así, la parte
del pariente próximo que falta acrece a los herederos de igual grado. Ello no sucede cuando opera el
derecho de representación, pues aquí los representantes reciben la parte del representado.

La representación en la sucesión testamentaria


En el Código de Vélez solo se regulaba el derecho de representación en la sucesión intestada. Las
teorías que niegan la representación en tal especie de sucesión fundan su posición en que está
basada en el parentesco y deriva exclusivamente de la ley; otros sostienen que es innecesario
admitirla en la sucesión testamentaria, pues existe una institución que cumple esos fines y es la
sustitución vulgar.
El Código Civil y Comercial, en el art. 2429, tercer párrafo, la recepta expresamente; así, prescribe
que la representación “se aplica también en la sucesión testamentaria, si el testador se limita a
confirmar la distribución a la herencia que resulta de la ley”16.
Es decir, la representación se aplica a la sucesión testamentaria si el testador distribuye la herencia
de la misma forma que la distribuye la sucesión intestada.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 52


Si bien tal norma se encuentra en el capítulo referido a la sucesión de los descendientes, autores
como Pérez Lasala (2014, tomo 1, p. 359), estiman que atento a los amplios términos del artículo, la
representación testamentaria se aplica también a la línea colateral.
Es conforme al curso ordinario de las cosas presumir que el testador que dispone a favor de sus
hijos o de sus hermanos, si hubiera previsto la contingencia de la premoriencia o incapacidad del
heredero instituido habría querido favorecer en defecto de éste a sus hijos o descendientes que son
los naturales continuadores de su persona. (Graciela Medina, 2014, p. 348).

Sucesión del cónyuge. Concurrencia con descendientes y ascendientes. Exclusión de colaterales.


Supuestos de exclusión hereditaria. Matrimonio in extremis

A modo de revisión, pues estos temas ya han sido tratados en los puntos anteriores, cabe recordar
que el cónyuge concurre con los descendientes y ascendientes y excluye a los colaterales.
Constituye un orden anómalo.
Respecto a la concurrencia con los descendientes, el art. 2433 expresa que:
Concurrencia con descendientes. Si heredan los descendientes, el cónyuge tiene en el acervo
hereditario la misma parte que un hijo.
En todos los casos en que el viudo o viuda es llamado en concurrencia con descendientes, el
cónyuge supérstite no tiene parte alguna en la división de bienes gananciales que corresponden al
cónyuge prefallecido.
Así, el cónyuge supérstite hereda como un hijo más cuando concurre con ellos a la sucesión de su
cónyuge. Esto se aplica cuando el régimen patrimonial elegido entre los esposos es el de separación
de bienes. Asimismo, cuando se trate de un régimen de comunidad, rige respecto a los bienes
propios del causante. En cuanto a los bienes gananciales, el cónyuge supérstite no hereda sobre los
gananciales que le correspondiesen al cónyuge fallecido. En consecuencia, respecto a los bienes
gananciales, el cónyuge supérstite retira la mitad, atento a su calidad de integrante de la comunidad
de ganancias, y la mitad que le corresponde al causante se distribuye entre sus descendientes.
Graciela Arga (2014, pp. 358-359) cuestiona esta solución, pues entiende que resulta paradójico que
si los cónyuges eligieron el régimen de separación de bienes, el cónyuge supérstite herede cuando
concurre con los descendientes; en cambio, si el régimen elegido es el de comunidad, el cónyuge
sólo hereda en los propios, no así en los gananciales. Estima la autora que no hay razón jurídica
para sostener tal distinción pues implica diferenciar el origen de los bienes, lo que es contrario al
principio que rige las sucesiones intestadas.

Por otra parte, cuando el cónyuge concurre con los ascendientes, el art. 2434 regula:
“Concurrencia con ascendientes. Si heredan los ascendientes, al cónyuge le corresponde la mitad de
la herencia”. En este supuesto, la herencia se divide por mitades: una es para el cónyuge y la otra es
para los ascendientes, cualquiera sea su número. Esto se aplica tanto para el régimen de separación
de bienes como para el de comunidad.
Es importante hacer una aclaración, si el régimen entre los esposos es el de comunidad, de los
bienes propios, una mitad le corresponde a los ascendientes y la otra, al cónyuge. En cuanto a los
gananciales, los ascendientes heredan una mitad y la otra se le entrega al cónyuge,
independientemente de la mitad que recibió de los gananciales en su carácter de integrante de la
comunidad de ganancias.
Desde otra arista, respecto a los colaterales, el art. 2435 afirma: “Exclusión de colaterales. A falta
de descendientes y ascendientes, el cónyuge hereda la totalidad, con exclusión de los colaterales”.
De tal manera, a falta de descendientes y ascendientes, el cónyuge supérstite recibe la totalidad de la
herencia.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 53


Supuestos de exclusión hereditaria:
Lloveras y Orlandi (2012, p. 18) postulan que la regulación relativa a los casos de exclusión del
cónyuge se adecua a la reformulación realizada sobre el matrimonio y la crisis matrimonial; así, los
supuestos de exclusión hereditaria conyugal sufren el impacto de la eliminación de la separación
personal y de las causales del divorcio. Por lo tanto, al suprimirse la separación personal
desaparecen las causales de exclusión hereditaria del cónyuge culpable, así como las causales de
ineficacia de vocación que produce el hecho de que el inocente en la separación incurriere en
injurias graves o concubinato.
El art. 2437 prescribe:
Divorcio, separación de hecho y cese de la convivencia resultante de una decisión judicial. El
divorcio, la separación de hecho sin voluntad de unirse y la decisión judicial de cualquier tipo que
implica cese de la convivencia, excluyen el derecho hereditario entre cónyuges.
En cuanto al divorcio, se mantiene la exclusión sucesoria y la pérdida de los derechos hereditarios
para ambos cónyuges, con total independencia de culpabilidad.
Con relación a la separación de hecho y en los supuestos de cese de convivencia, se produce la
pérdida de vocación hereditaria sin analizar la culpa, es decir, cualquiera sea la causa de la
separación.
A un supuesto especial de exclusión de la vocación hereditaria lo encontramos en el matrimonio in
extremis, el que es regulado en el art. 2436. Éste señala que:
La sucesión del cónyuge no tiene lugar si el causante muere dentro de los treinta días de contraído
el matrimonio a consecuencia de enfermedad existente en el momento de la celebración, conocida
por el supérstite, y de desenlace fatal previsible, excepto que el matrimonio sea precedido de una
unión convivencial.
En la norma se mantiene la regulación del Código de Vélez, pero se realizan ciertas
especificaciones:
1) La enfermedad debe ser, por un lado, existente y conocida por el cónyuge supérstite al momento
de celebrarse el matrimonio y, por el otro, debe ser de desenlace fatal previsible. Es decir, debe se
r una enfermedad de gravedad suficiente para ser la causa directa e inmediata de la muerte.
2) Se recepta una excepción a la exclusión hereditaria: esta es que el matrimonio esté precedido de
una unión convivencial en los términos y con los requisitos del art. 509 y siguientes del Código
Civil y Comercial. Esta solución pone fin a las dudas que se suscitaban en la norma del Código de
Vélez que establecía que la excepción procedía si el matrimonio se hubiese celebrado para
regularizar una situación de hecho, sin resultar claros los casos que quedaban comprendidos en el
supuesto.
La finalidad de la norma es evitar la captación de la herencia, es decir que se busca impedir que el
matrimonio sea celebrado con el fin espurio de servir de
causa a un llamamiento hereditario conyugal.

La legitima. Definicion

“La legítima es una limitación legal y relativa a la libertad de disponer por testamento o donación,
que lleva como consecuencia la reserva de una porción de la herencia o de bienes líquidos a favor
de los denominados legitimarios” (Pérez Lasala, 2014, p. 213).

En nuestro derecho, si el causante no tiene legitimarios, podrá disponer libremente de todos sus
bienes; por el contrario, si los tiene, sólo podrá disponer de una porción determinada –porción
disponible– que variará según el grupo de legitimarios que sea llamado a la sucesión. Por tanto,
nuestra normativa recepta un sistema protectivo imperativo, pues la legítima implica una
protección para ciertos miembros de la familia –legitimarios–, a fin de garantizarles una porción de
la herencia de la que no pueden ser privados por el causante, por medio de testamento o por actos de

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 54


disposición entre vivos a título gratuito. Tal regulación responde a la necesidad de proteger al
núcleo familiar que habitualmente ha ayudado al difunto por medio de la asistencia moral y –a
veces– material a obtener ciertos bienes que ahora forman parte de la sucesión. La solidaridad
familiar justifica que se sacrifique la capacidad jurídica de libre disposición de una persona (Pitrau
y Dangeli, 2014, p. 383).
Así, resulta necesario hacer algunas precisiones:

1. La legítima tiene importancia solamente en los casos en que el causante tuviese legitimarios y
hubiese realizado un testamento o efectuado una donación; en caso contrario, el causante puede
disponer de sus bienes libremente, ya que no existe ningún heredero protegido con la legítima.

2. Es necesario distinguir la porción legítima de la cuota hereditaria. La legítima es la porción de la


herencia de la cual no pueden ser privados los herederos forzosos o legitimarios.

A diferencia del Código de Vélez, el Código Civil y Comercial no contiene una definición de
legítima, sino que se limita a designar los tres tipos de legitimarios; estos son: los descendientes, los
ascendientes y el cónyuge.

3. El Código Civil confería al causante la posibilidad de privar de legítima a determinado


legitimario, siempre que concurriese una justa causa de desheredación. El Código vigente suprimió
el instituto de la deshederación.

Caracteres
En atención a que nuestro Código recepta un sistema protectivo imperativo, la legítima presenta los
siguientes caracteres:
1) Inviolabilidad: prescribe el art. 2447 que el testador no puede imponer gravamen o condición
alguna a las porciones legítimas; si lo hace, se tendrán por no escritas.43
2) Irrenunciabilidad: afirma el art. 2449 que es irrenunciable la porción legítima de una sucesión no
abierta.
3) Instituto de orden público: es inconmovible por la voluntad del propio titular de los bienes.
4) Limitación legal: constituye un freno a la libertad de testar que es impuesto por la ley.
.
Legitimarios. Definición

Los legitimarios son los titulares de la porción legítima. El art. 2444 establece que son tales:

En cuanto a quienes tienen derecho a la legítima, el Código Civil y Comercial los llama
legitimarios, salvo en el art. 2493, que se relaciona con el fideicomiso testamentario, en el que se
los llama “herederos forzosos”46. Entonces, la terminología seguida por el Código y receptada por
la mayoría de la doctrina es la de legitimarios.

Por otro costado, resulta necesario distinguir al legitimario del heredero legítimo. Heredero legítimo
es todo aquel sucesible cuyo fundamento de la vocación reside en el llamamiento ab intestato que
hace la ley, independientemente de la voluntad del causante. Si bien todo legitimario es, a la vez,
heredero legítimo, no es igual a la inversa, pues hay herederos legítimos que pueden ser preteridos

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 55


por el causante mediante la institución de a otras personas. En nuestro derecho, este es el caso de los
parientes colaterales que no tienen por la ley porción legítima.

Porciones legítimas. Porción disponible

La legítima lleva consigo la existencia de una porción disponible. La porción disponible o de libre
disposición es la parte de la herencia sobre la que el testador puede disponer libremente cuando hay
legitimarios.
Para determinar la parte disponible debemos realizar el cálculo de la legítima global. Esta se calcula
determinando el activo neto del caudal hereditario (activo bruto menos las deudas), a lo que deben
adicionarse las donaciones.
El Código, en el art. 2445, distingue las porciones legítimas según el orden sucesorio; así, los hijos
tienen una legítima de 2/3; los ascendientes, de ½, y el cónyuge, también de ½. En consecuencia, la
porción disponible en el caso de los hijos es de 1/3, y en el de los ascendientes y el cónyuge es de
½.
El Código de Vélez regulaba porciones legítimas mayores (descendientes: 4/548, ascendientes:
2/349, y cónyuge: ½50), las que fueron reducidas en el nuevo Código, el que recepta las porciones
establecidas en el Proyecto de reforma del Código Civil del año 1998.
El fundamento de tal reducción responde a la doctrina mayoritaria que considera excesivas las
porciones establecidas en el Código de Vélez, pues considera que es más justo ampliar las
posibilidades de libre y definitiva disposición del futuro causante (Lorenzetti, R. L. Presidente de la
Comisión Redactora del Código Civil y Comercial de la Nación, 2014, Fundamentos del
Anteproyecto de Código Civil y Comercial. p. 804).
Por otra parte, el Código Civil y Comercial prevé la posibilidad de mejorar la legítima de los
herederos descendientes o ascendientes con discapacidad, así el causante puede disponer de hasta
1/3 de la legítima que corresponde a los demás legitimarios.

Acciones vinculadas a la protección de la legítima

La porción legítima a la que tienen derecho los legitimarios, según la clase a la que pertenecen, es
intangible; en consecuencia, tienen derecho a reclamarla íntegramente. Cada uno, de acuerdo con la
cuota de concurrencia, goza así de las acciones tendientes a obtener su legítima la cual es protegida
con diversos remedios, dentro de los cuales tenemos, entre otros: a) la opción conferida al heredero
en el supuesto de legados o donaciones de usufructo, uso o habitación o de renta vitalicia; b) la
presunción de gratuidad de determinadas transmisiones hechas por el causante a favor de sus
legitimarios.
Dentro de las acciones, el Código Civil y Comercial distingue tres:
1. acción de entrega de la legítima;

2. acción de complemento;

3. acción de reducción.

Acción de entrega de la legítima


Si bien la libertad de testar del causante no puede exceder la porción disponible en los casos en que
tenga legitimarios, podría ocurrir que instituyere herederos en su testamento, de modo universal y
con llamamiento potencial a toda la herencia, lo que excluiría al legitimario. Ante esto, la normativa
ha venido a tutelar los derechos de los legitimarios, confiriéndoles la acción de entrega de la
porción legítima.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 56


En tal sentido, prescribe el art. 2450: “Acción de entrega de la legítima. El legitimario preterido
tiene acción para que se le entregue su porción legítima, a título de heredero de cuota. También la
tiene el legitimario cuando el difunto no deja bienes pero ha efectuado donaciones”.
Tal norma regula dos situaciones:

En el primer supuesto, el causante ha realizado un testamento en el que ha omitido a un legitimario.


Por ejemplo, el causante tiene dos hijos y en el testamento deja todos sus bienes a uno de ellos. En
el segundo supuesto, el legitimario pide íntegramente su porción legítima a los donatarios.
Desde otro costado, Pérez Lasala (2014, tomo 2, pp. 342 y ss.) señala que podría distinguirse la
preterición errónea de la preterición intencional. En el primer caso, la preterición obedece a
ignorancia o error sobre la existencia del legitimario omitido; en el segundo, se debe a una intención
deliberada de desconocer los derechos que la ley le concede al legitimario.
De aceptarse tal distinción, los efectos son relevantes, pues en el primer caso, correspondería la
nulidad del testamento, ya que habría error61.
Un aspecto novedoso en la regulación está dado porque tal posibilidad se confiere al legitimario,
pero a título de heredero de cuota. Esto ha generado un debate doctrinario, ya que por regla general
los herederos de cuota no tienen vocación a toda la herencia, lo que desnaturaliza la condición del
legitimario preterido. Así, se expresa que la voluntad del testador de instituir un heredero en
omisión a un legitimario, avanzando sobre la porción legítima, no es óbice para modificar la
característica principal de su título, pues el llamamiento del legitimario sigue teniendo su base en la
ley (Córdoba, Ferrer y Natale, 2012, como se citan en Pitrau y Dangeli, 2014, p. 412).
Por otra parte, se cuestiona que pueda ejercerse esta acción cuando el causante no ha dejado bienes,
pero ha efectuado donaciones, ya que cuando la porción legítima se ve afectada por las donaciones,
los legitimarios pueden ejercer la acción de reducción.
En cuanto al ejercicio de la acción:
ita ante el juez de la sucesión (fuero de atracción).

heredero forzoso. Asimismo, es conveniente que manifieste en la demanda que no es donatario del
causante, pues de lo contrario podría suceder que lo donado cubriera su legítima y no proceda la
acción.

ítima. El legitimario preterido, al ejercer la acción no obtiene la


nulidad de la institución de heredero, sino que reduce el monto de los herederos instituidos en la
proporción necesaria para dejar a salvo su legítima.

Acción de complemento
El art. 2451 regula la acción de complemento; así, establece que “el legitimario a quien el testador
le ha dejado, por cualquier título, menos de su porción legítima, sólo puede pedir su complemento”.
Tal norma debe analizarse de manera armónica con los artículos que regulan la acción de reducción.
Ambas acciones se encuentran fuertemente relacionadas, pues la de complemento se dirige a
integrar la legítima, mientras que la de reducción tiene por fin reducir las liberalidades hasta el
límite en que se hubiese afectado la legítima. De esta manera, la consecución del complemento
aparece como el fin, y la reducción, como el medio para alcanzarlo.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 57


Respecto a las vías procesales, generalmente se plantea como acción. Puede plantearse como
excepción cuando el heredero legitimario se opone a la entrega de los legados que afectan la
legítima.
El juez competente es el juez del sucesorio.

Acción de reducción. Naturaleza jurídica. Orden en que opera. Legitimación activa y pasiva.
Efectos. Prescripción. Supuesto de improcedencia de la acción

Esta acción prevé el modo de lograr el complemento de la legítima mediante la reducción de las
disposiciones testamentarias contenidas en legados o, en su caso, de las donaciones hechas por el
causante en la medida que están sujetas a declaraciones de inoficiocidad.
La reducción sólo se ejerce hasta lograr el complemento de la legítima.
El efecto principal de esta acción es resolver las liberalidades en la medida en que excedan los
límites de la porción disponible.
Caracteres:

cesión;

Naturaleza jurídica:
Para una parte de la doctrina, se trata de una acción real, pues persigue un fin reivindicador (Aubry
y Rau, como se cita en Pérez Lasala, 2014, p. 263). En cambio, otro sector sostiene que es una
acción personal, ya que hay una limitación respecto a los sujetos demandables y por su plazo de
prescripción. Pérez Lasala (2014, tomo 2, p. 263) entiende que se trata de una acción personal, con
la particularidad de que produce efectos reales. Por último, una posición intermedia considera que
se trata de una acción personal que abre camino a una acción real contra los terceros que hubieren
adquirido el dominio del donatario (Maffia, 1986). Esta perspectiva postula que al vencer el
heredero en la acción personal, se abre una acción real para perseguir el bien en manos de quien se
encuentre.
Todas las posturas coinciden en que la acción tiene efectos reipersecutorios a fin de recomponer la
porción legítima.

Orden en que debe operar la reducción:


En cuanto al orden de la reducción, primero se reducen las disposiciones testamentarias y luego las
donaciones.
Esto es materia de orden público, por lo que no puede ser alterado por la voluntad del testador.
Lo que se persigue con la acción de reducción es redistribuir las cuotas asignadas hasta cubrir las
legítimas de los afectados, en los casos en que el testador haya realizado una distribución que
resulte violatoria de las legítimas.
Con relación a la reducción de las disposiciones testamentarias, el art. 2452 postula que:
A fin de recibir o complementar su porción, el legitimario afectado puede pedir la reducción de las
instituciones de herederos de cuota y de los legados, en ese orden. Los legados se reducen en el
mismo orden establecido en el segundo párrafo del artículo 2358
Por lo tanto, la acción de reducción puede ser ejercida contra los herederos instituidos por
testamento y contra los legatarios de cosa cierta.
De la norma se desprende que la reducción se realiza en el siguiente orden:
1. las instituciones de herederos de cuota;

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 58


2. los legados.

Pérez Lasala (2014, tomo 2, p. 289) sostiene que si bien el artículo sólo se refiere a los herederos de
cuota, también comprende a los herederos instituidos sin asignación de cuota. Afirma que esto
sucede cuando el testador instituye como herederos a legitimarios y no legitimarios. Por ejemplo: el
testador nombra herederos de todos sus bienes a su único hijo y a su hermano; el caudal relicto es
de 10,000 pesos, dividido por partes iguales, es decir que le corresponde a cada uno 5,000 pesos;
pero el hijo es legitimario y la legítima global es de 2/3, esto es: 6,666 pesos, por lo que podrá
reducir la parte de su tío en 1,666 pesos, a fin de conformar la legítima.
Dentro de los legados, la reducción se realiza conforme a lo establecido en el art. 2358. Allí se
observa el siguiente orden:
a) “los que tienen preferencia otorgada por el testamento;
b) los de cosa cierta y determinada;
c) los demás legados”.
En cuanto a la reducción de las donaciones, expresa el art. 2453 que:
Si la reducción de las disposiciones testamentarias no es suficiente para que quede cubierta la
porción legítima, el heredero legitimario puede pedir la reducción de las donaciones hechas por el
causante. Se reduce primero la última donación, y luego las demás en orden inverso a sus fechas,
hasta salvar el derecho del reclamante. Las de igual fecha se reducen a prorrata.

Esta reducción opera de manera supletoria a la reducción de las disposiciones testamentarias. Se


reduce de la úima donación a las de fechas anteriores; es decir, en orden inverso al que fueron
realizadas. Pero puede suceder que se trate de donaciones realizadas en la misma fecha; en ese caso,
la reducción es a prorrata.
El art. 1565 define a las donaciones inoficiosas: “Se considera inoficiosa la donación cuyo valor
excede la parte disponible del patrimonio del donante. A este respecto, se aplican los preceptos de
este Código sobre la porción legítima”.
El art. 2454 regula lo relativo a la reducción de las donaciones y distingue distintos supuestos:

- el bien donado es divisible: se lo divide entre el legitimario y el donatario;

- el bien donado es indivisible: se entrega al que tiene la porción mayor y se reconoce un crédito a
favor de la otra parte por el valor de su derecho.68

En el tercer párrafo se recepta un cambio novedoso, pues el donatario podrá impedir la reducción
“entregando al legitimario la suma de dinero necesaria para completar el valor de su porción
legítima”. De esta manera, se consagra la postura mayoritaria que consideraba que debía otorgarse
al donatario y subadquirente la facultad de evitar los efectos reipersecutorios de la acción, siempre
que se deje a salvo la legítima violentada.
Por otra parte, “el donatario es deudor desde la notificación de la demanda, de los frutos o, en caso
de formular la opción [de entregar el dinero para completar la legítima], de intereses”
.
Casos posibles según la persona del donatario:
Conforme a la regulación del código civil, parte de la doctrina consideraba que si el beneficiario era
un heredero forzoso, la única acción posible era la colación. Por el contrario, el Código Civil y
Comercial dispone que puede plantearse la acción de reducción.
De todo lo analizado, resulta necesario que nos refiramos a distintas situaciones:

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 59


1. donaciones efectuadas a terceros no legitimarios: las donaciones se imputan a la porción
disponible;

2. donaciones efectuadas a legitimarios que renunciaron a la herencia o fueron declarados indignos:


también aquí se imputan las donaciones a la porción disponible;

3. donaciones efectuadas a los legitimarios: se encuentra sujeto a reducción el exceso del valor
donado sobre la cuota hereditaria del legitimario donatario.

Si la sucesión es intestada y la donación es a favor de un legitimario, será reducida cuando su valor


excediese la porción disponible y la porción legítima del donatario. Si, en cambio, la sucesión es
intestada y la donación a favor de un tercero, la donación se reducirá cuando su valor exceda la
porción disponible.
Desde otro costado, resulta relevante analizar las soluciones previstas por el Código Civil y
Comercial en caso de perecimiento del bien donado. El art. 2455 distingue los siguientes casos:
Si el bien donado perece por culpa del donatario, éste debe su valor. Si perece sin su culpa, el valor
de lo donado no se computa para el cálculo de la porción legítima. Si perece parcialmente por su
culpa, debe la diferencia de valor; y si perece parcialmente sin su culpa, se computa el valor
subsistente.
Es dable señalar que si procede la reducción, pero el donatario o sus sucesores hubieran constituido
derechos reales sobre los bienes donados, tales derechos se extinguen respecto al legitimario; es
decir, el bien retorna al legitimario libre de todo tipo de gravámenes74. Esto debe ser analizado en
armonía con los arts. 2670 y 2671; en consecuencia, el efecto reipersecutorio procede con relación a
los inmuebles, atento a lo cual se extinguen los derechos reales. En cambio, si se trata de muebles,
sólo podrá ser ejercida la acción de reducción contra terceros adquirentes de mala fe. .
Por otra parte, en caso de insolvencia del donatario e imposibilidad de ejercer la acción
reipersecutoria a que se refiere el artículo 2458, la acción de reducción puede ser ejercida contra los
donatarios de fecha anterior.

Acción reipersecutoria:
Establece el art. 2458: “El legitimario puede perseguir contra terceros adquirentes los bienes
registrables. El donatario y el subadquirente demandado, en su caso, pueden desinteresar al
legitimario satisfaciendo en dinero el perjuicio a la cuota legítima”75. En este artículo se mantiene
la solución del Código de Vélez en cuanto a la procedencia de la acción reipersecutoria contra los
terceros adquirentes, los que quedan sujetos a la reducción de las donaciones inoficiosas. La norma
alcanza a los inmuebles y muebles registrables, por tanto, quedan fuera de la regulación las cosas
muebles a las que se aplica lo previsto para la apropiación76.
Se estima que esta norma brinda una protección exagerada de la legítima, pues puede ejercerse
contra los terceros adquirentes a título oneroso y de buena fe, lo que resulta injusto.
Con lo establecido en el segundo párrafo, el Código se aparta de una de las características del efecto
reipersecutorio que implica la restitución en especie.
Por otro costado, en cuanto a la reducción de las disposiciones testamentarias y los terceros
adquirentes, cabe señalar que si los herederos o legatarios hubiesen enajenado a favor de terceros
los bienes que recibieron, pero que afectan la legítima, no procede la acción de reducción contra los
terceros. Al legitimario le queda la posibilidad de accionar por daños y perjuicios.

Prescripción adquisitiva:
Por último, debemos referirnos a un aspecto novedoso regulado en el Código, esto es, un límite a la
procedencia de la acción de reducción.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 60


En tal sentido, el art. 2459 expresa: “Prescripción adquisitiva. La acción de reducción no procede
contra el donatario ni contra el subadquirente que han poseído la cosa donada durante diez años
computados desde la adquisición de la posesión. Se aplica el artículo 1901”.
Como expresamos con anterioridad, en el fundamento del anteproyecto,) se manifiesta que con este
artículo se limitan los alcances de los efectos reipersecutorios de la acción de reducción, ya que
permite al donatario poseedor oponer la excepción de prescripción adquisitiva. Así, se pretende
solucionar el problema que las donaciones tienen en el tráfico jurídico.
La posesión se produce cuando se efectúa la donación; si la realiza el causante y fallece luego de
diez años de realizada, esa donación no puede ser sujeta a reducción, porque no forma parte de la
masa que sirve de base para determinar la legítima.
Críticas:
Tal solución ha sido cuestionada por numerosos doctrinarios, ya que podría suceder que el plazo se
encuentre cumplido antes de producida la muerte del causante. De esta manera, el legitimario no
cuenta con acción alguna para proteger su legítima, ya que el plazo de prescripción corrió
completamente cuando el heredero no podía plantearla.
Bajo la misma perspectiva, se cuestiona que así se vulnera el principio jurídico de que la
prescripción nace con la acción.
Debe tenerse presente que el cálculo de la legítima recién puede efectuarse luego de la muerte del
causante, pues es en ese momento cuando se forma la masa con los bienes que dejó el difunto,
menos las deudas y se suman las donaciones; recién allí el legitimario puede determinar si se ha
vulnerado o no su legítima.
Si bien la norma otorga mayor seguridad jurídica al donatario, por otra parte, implica una
disminución importante sobre la integración de la masa legítima.

En cuanto al ejercicio de la acción:

reducción: se otorga en cabeza de los legitimarios y sus


acreedores (acción subrogatoria).

La acción puede ser ejercida contra los herederos –forzosos o voluntarios–, los legatarios y los
donatarios. En algunos casos, también procede contra los adquirentes de donaciones inoficiosas.

nace originariamente en los legitimarios con motivo de la muerte del causante.

resa o tácita.

el art.2560, pues no hay disposición especial).

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 61


EJE TEMATICO 6: SUCESION TESTAMENTARIA

Sucesión testamentaria:

A modo de introducción, resulta conveniente repasar que la sucesión mortis causa puede ser
intestada o testamentaria, según la naturaleza de la fuente del llamamiento, es decir, según que la
sucesión provenga de la ley o de la voluntad del sujeto expresada en un testamento.
Nuestro código de fondo recepta ambas categorías en el art. 2277; así, prescribe que: “La muerte
real o presunta de una persona causa la apertura de su sucesión y la transmisión de su herencia a las
personas llamadas a sucederle por el testamento o por la ley…”.
Mientras que en la sucesión intestada la vocación hereditaria resulta de los órdenes legales que
crean expectativas –actuales o eventuales– de adquisición de la herencia, en la sucesión
testamentaria, el testamento constituye la fuente de los llamamientos específicos; es decir, se valida
así la voluntad del titular del patrimonio para disponer de éste, para después de su muerte.
La sucesión testamentaria prevalece sobre la intestada, pues cuando se abre la primera, la segunda
es desplazada. Por lo tanto, ante la ausencia de legitimarios, el causante tiene libertad para distribuir
sus bienes como estime conveniente. Por otra parte, si tuviera legitimarios, puede disponer
libremente de su patrimonio, siempre que respete las porciones legítimas.

La sucesión testamentaria puede ser:

título particular.

Testamento. Definición. Naturaleza Jurídica. Caracteres. Reglas aplicables

Postula el art. 2462:


Testamento. Las personas humanas pueden disponer libremente de sus bienes para después de su
muerte, respetando las porciones legítimas establecidas en el Título X de este Libro, mediante
testamento otorgado con las solemnidades legales; ese acto también puede incluir disposiciones
extrapatrimoniales
.
De la norma, podemos señalar los siguientes aspectos:
mitación del testador a la facultad de disponer de sus bienes en el
supuesto de que tuviese legitimarios, pues puede disponer de la porción disponible y debe respetar
las legítimas.
Tal aclaración ha sido cuestionada por parte de la doctrina que señala que el testamento sigue
siendo válido aun cuando no se hubiesen respetado las legítimas; en ese caso, los legitimarios
podrán ejercer la acción de reducción una vez acaecida la muerte del testador (Pérez Lasala, 2014,
tomo 2, p. 360 y ss.).

A modo de ejemplo, podemos mencionar:


- La designación de tutor para los hijos menores de edad.

- El reconocimiento de hijos extramatrimoniales.

- Declaraciones sobre estados de conciencia, ruegos, etcétera; por ejemplo, puede contener
recomendaciones para los sucesores. Estas declaraciones no hacen nacer relaciones jurídicas, por lo
tanto, el acto que contenga exclusivamente esas declaraciones no es un testamento. El testamento,
para poder tener exclusivamente contenido extrapatrimonial, debe contener declaraciones que

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 62


constituyan una tutela jurídica que haga surgir una relación jurídica, es decir, debe haber una
persona titular del derecho y otra persona designada como obligada
- Declaraciones sobre sepelio o sepultura: algunos estiman que la única forma de que tales
declaraciones pudieran obtener tutela jurídica sería si se impusiera como cargo al heredero o
legatario, pues así aparecería la persona obligada hacia la voluntad del causante.

- Disposición de órganos o materiales anatómicos del propio cuerpo: la obligación de cumplir


quedará a cargo de los herederos.

En cuanto a la naturaleza jurídica:


El testamento implica:
acto jurídico, pues se trata de un acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la
adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídica4 y, por lo tanto, le son
aplicables las normas que regulan tales actos5. De ello se desprende su carácter unilateral,
dispositivo, revocable, etcétera.

documento: esto hace referencia a su carácter escrito y solemne.


Ambos aspectos son receptados por el art. 2462 del Código.

Caracteres del testamento:


1. Es un acto escrito: Se exige que la voluntad del causante conste en un acto escrito. Se busca, de
esa forma, establecer la certeza de la expresión del testador y eliminar las incertidumbres que
surgirían, inevitablemente, si se admitiera la prueba de testigos o las presunciones. Se excluye la
posibilidad del testamento hecho a viva voz u oral6.

2. Es unilateral: Pues es la manifestación de una sola voluntad. Se perfecciona con la sola


declaración de voluntad del testador. Este carácter cobra importancia en el régimen de las nulidades.
3. Es un acto de última voluntad: El testamento cobra efectos jurídicos luego de la muerte del
testador.

4. Es solemne: Ya que la voluntad del testador no consigue el efecto jurídico al cual tiende si no se
manifiesta mediante las formalidades impuestas por la ley, conforme a cada uno de los tipos de
testamento. El no acatamiento de las solemnidades legales, provoca la nulidad del acto8.

5. Es revocable: Pues la posibilidad de revocación vale hasta el acaecimiento de la muerte del


testador. Esta facultad es irrenunciable e irrestringible. El testamento no confiere a los instituidos
ningún derecho actual; por eso se llama acto de última voluntad: porque es la última voluntad
expresada con las formalidades de la ley la que prevalece. Tal carácter surge del art. 2511.

6. Es personalísimo: La voluntad debe ser expresada personalmente por el testador y no por otra
persona, no puede delegarla ni dar poder a otro para testar.

7. Es individual: Puesto que las disposiciones testamentarias no pueden dejarse al arbitrio de un


tercero, ha de ser otorgado por una sola persona. No puede ser hecho en el mismo acto por dos o
más personas, sea a favor de un tercero, sea a título de disposición recíproca y mutua.

8. Es autosuficiente: En consecuencia, las disposiciones testamentarias deben bastarse a sí mismas y


la prueba del cumplimiento de solemnidades debe surgir del mismo testamento.

9. Es formalmente indivisible.

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Por último, resultan aplicables a los testamentos las reglas establecidas para los actos jurídicos, en
tanto no sean alteradas por las disposiciones de este título.
Esta remisión presenta la ventaja de que será aplicable al testamento lo relativo a los principios
generales sobre validez del acto jurídico.
Una norma de gran relevancia en la sucesión testamentaria es el art. 2470, que regula la
interpretación.

Capacidad para testar

El Código Civil y Comercial no contiene una norma específica que establezca el principio general
de capacidad para testar; ello surge de los principios que inspiran el acto jurídico. En cambio, el art.
3606 del Código Civil sí receptaba una regla general de capacidad para testar de las personas que
legalmente eran capaces de tener voluntad y manifestarla.
Cabe señalar que la habilidad para testar se aplica sólo a las personas físicas, pues las personas
jurídicas no pueden disponer de sus bienes por testamento. En efecto, el testamento es un acto
destinado a tener efecto después de la muerte del causante.
En materia testamentaria, la aptitud para testar se encuentra unida al ejercicio del derecho, pues no
es posible testar por medio de representante que supla la incapacidad.

Momento en que debe existir la capacidad:


Para calificar la habilidad para testar, se atiende al tiempo en que se otorga el testamento,
independientemente de que se carezca de ella al tiempo de la muerte16.
Como se observa, poco interesa que la persona pierda su habilidad para testar luego de haber
testado, puesto que se considera que persistió en su voluntad mientras tuvo aptitud, quedando
privada de la posibilidad de modificarlo cuando sobrevino la incapacidad.
Ley que rige la capacidad:
El Código Civil y Comercial en el art. 2647 (norma de derecho internacional privado) afirma que
“…la capacidad para otorgar testamento y revocarlo se rige por el derecho del domicilio del
testador al tiempo de la realización del acto”.
De tal norma se desprende que:

capacidad o incapacidad para testar;

Supuestos de incapacidad:
El Código ha establecido incapacidades generales, que se aplican a toda clase de testamento. Por
ejemplo, la falta de edad. Junto a tales incapacidades, ha previsto incapacidades específicas que
afectan a determinadas personas para testar usando determinadas formas testamentarias. Por
ejemplo, quien no sabe leer ni escribir no puede testar por la forma ológrafa.

Edad para testar


Según el art. 2464, pueden testar las personas mayores de edad al tiempo del acto. En consecuencia,
no pueden hacerlo los menores de 18 años de uno y otro sexo.
La capacidad para testar se cuenta desde el mismo día en que se cumplen los 18 años, momento a
partir del cual cesa la incapacidad de los menores de conformidad a la modificación introducida por
la Ley Nº 26579.

Capacidad testamentaria de los emancipados:

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Conforme al art. 27, la celebración del matrimonio antes de los dieciocho años emancipa a la
persona menor de edad, la que goza de plena capacidad de ejercicio, salvo las limitaciones
determinadas por el Código.
La única emancipación prevista es la de matrimonio, pues ha quedado derogada la emancipación
por habilitación de edad.
Respecto a si tales menores de edad pueden testar, hay dos posiciones:
a) Para un sector de la doctrina, no pueden otorgar testamento atento a lo dispuesto por el art. 2464,
pues esta norma tiene carácter preeminente sobre las normas generales, en virtud del art. 2463
(Barcala, 2014, p. 437).
Lo establecido por el art. 2464 es una limitación a la plena capacidad conferida por el art. 27. b)Para
otro sector, los menores emancipados pueden otorgar testamento en virtud de la plena capacidad
otorgada por el art. 29 que sólo exige autorización judicial para disponer de bienes recibidos a título
gratuito, y el art. 30 que les permite disponer libremente de los bienes adquiridos con el producto de
su título habilitante, por lo que sería incoherente negarles la posibilidad de otorgar testamento
(Pérez Lasala, 2014, tomo 2, p. 390 y ss.).

Personas privadas de razón


El Código de Vélez sostenía que para poder testar, era preciso que la persona se encontrara en su
perfecta razón. Asimismo, el art. 3616 presumía que toda persona estaba en su sano juicio mientras
no se probara lo contrario. La segunda parte del art. 3615 admitía que los dementes podían testar en
los intervalos lúcidos, con tal de que éstos fueran lo suficientemente ciertos y prolongados como
para asegurar que la enfermedad hubiera cesado por entonces.
Actualmente, el art. 2467 expresa que:
Es nulo el testamento o, en su caso, la disposición testamentaria: …c) por haber sido otorgado por
persona privada de la razón en el momento de testar. La falta de razón debe ser demostrada por
quien impugna el acto; d) por haber sido otorgado por persona judicialmente declarada incapaz. Sin
embargo, ésta puede otorgar testamento en intervalos lúcidos que sean suficientemente ciertos como
para asegurar que la enfermedad ha cesado por entonces…
De tal manera, es posible distinguir dos supuestos:

quien lo invoque y pruebe que el testador, al momento de testar, se encontraba falto de razón. Este
supuesto es similar al de demente no interdicto previsto por el Código Civil.

La regla general es que la persona goza de salud mental, por lo tanto, la privación constituye la
excepción. En consecuencia, la capacidad se presume y quien sostiene la falta de razón debe probar
dicho extremo.
álidamente que tiene la persona declarada incapaz
judicialmente, siempre que sea en un intervalo lúcido.

No estar privado de razón significa que la persona tiene el raciocinio suficiente para comprender el
acto conforme al cual dispone de sus bienes a favor de las personas que quiera.
Se admite la validez del testamento otorgado por quien ha sido declarado judicialmente incapaz,
pero tiene discernimiento en el acto de testar, sea por remisión transitoria de su enfermedad, sea por
curación de ella sin haber sido aún rehabilitado. También se prevé la privación de la razón sin
interdicción, caso en el cual la carga de la prueba incumbe a quien alega dicha privación.
Supuesto de incapacidad. Intervalos lúcidos
Tanto el inciso c) como el inciso d) del art. 2467 se refieren a personas privadas de razón; la
diferencia radica en que en éste último esa persona ha sido declarada incapaz en un proceso judicial.
En tal sentido, enuncia el art. 32, en su último párrafo, que:

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 65


Por excepción, cuando la persona se encuentre absolutamente imposibilitada de interaccionar con su
entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y el sistema de
apoyos resulte ineficaz, el juez puede declarar la incapacidad y designar un curador.
El intervalo lúcido consiste en períodos de salud completa en la evolución crónica de una
enfermedad cuya intermitencia y recaída se suponen fatales.
Conforme a tal concepto, corresponde analizar cómo se produce la carga de la prueba:
En el inciso c), la carga de la prueba se rige por las siguientes pautas:

En el inciso d), el testamento que se realice es nulo, salvo que se hubiese otorgado en intervalo
lúcido, lo que deberá probar quien sostenga su validez; es decir, deberá demostrar que el testador, al
momento de otorgar el testamento, se encontraba en un intervalo prolongado de lucidez.
El concepto de intervalo lúcido se aplica tanto al caso de que la enfermedad hubiera cesado
definitivamente como aquellos en que hubiera cesado al tiempo de otorgarse al testamento.

Personas limitadas en sus facultades de expresión


Afirma el art. 2467, en su inc. e), que es:
Es nulo el testamento o, en su caso, la disposición testamentaria: …e) por ser el testador una
persona que padece limitaciones en su aptitud para comunicarse en forma oral y, además, no saber
leer ni escribir, excepto que lo haga por escritura pública, con la participación de un intérprete en el
acto…
En el Código Civil, los sordomudos que no sabían leer y escribir eran incapaces absolutos de hecho
y, por lo tanto, no podían testar. El Código Civil y Comercial suprimió el término sordomudez y se
refiere a las personas que tienen limitaciones para comunicarse en forma oral y que no saben
escribir ni leer.
El art. 2467 permite a las personas que se encuentran en tal situación testar por escritura pública y
con la intervención de un intérprete, siempre que comprendan el contenido del acto. Esto responde a
los principios receptados por el Código en materia de capacidad.

Inhabilidad para suceder por testamento. Supuestos. Personas interpuestas. Sanción

La regla en materia sucesoria testamentaria es que toda persona humana tiene aptitud para ser titular
de derechos. Sin embargo, nuestro sistema legal prevé excepciones.
Así, el Código Civil y Comercial, en el art. 2482, regula las personas que no pueden suceder, estas
son:
a) Los tutores y curadores a sus pupilos, si éstos mueren durante la tutela o curatela o antes de ser
aprobadas las cuentas definitivas de la administración; b) el escribano y los testigos ante quienes se
haya otorgado el testamento, por el acto en el cual han intervenido; c) los ministros de cualquier
culto y los líderes o conductores espirituales que hayan asistido al causante en su última
enfermedad.
El fundamento de esta solución legal es evitar la captación de la herencia.
Los supuestos de inhabilidad responden a una situación jurídica especial entre el causante y el
sucesor; es decir, se trata de inhabilidades para suceder a determinadas personas con las que se tiene
una especial situación jurídica.
El Código Civil y Comercial utiliza el vocablo inhabilidad en lugar de incapacidad relativa.
Algunos autores sostienen que éste último término es más preciso que inhabilidad, pues sólo la
incapacidad puede ser absoluta, relativa, de derecho o de hecho (Pérez Lasala, 2014, tomo 2, p.
413). Asimismo, sostienen que se trata de incapacidades de derecho que no admiten la posibilidad
de probar que no ha existido la captación de la herencia. Por su parte, otros autores consideran que
no se trata de incapacidades, sino que la ley desconfía de la influencia que ciertas personas pueden
tener sobre el testador y, a fin de evitar la captación de la herencia, se anula la disposición

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 66


testamentaria que la beneficia (Fornieles, como se citan en Pérez Lasala, 2014, p. 418). En tal
sentido, se trataría de una presunción iuris tantum que admitiría prueba en contrario. Estos últimos,
postulan que basta con decir que tal disposición es nula, en lugar de hablar de incapacidad.

Análisis de los supuestos de inhabilidad:


1. Tutores y curadores: la norma no se limita a regular el supuesto del tutor y pupilo, sino que
alcanza a la curatela.

Asimismo, distingue dos situaciones:

difícil que pueda el pupilo fallecer bajo la tutela, pues el causante debe ser mayor de edad al
momento de testar;

aprobado las cuentas: se entiende que basta que se hubiesen presentado las cuentas y que sean
correctas para que no se produzca la inhabilidad, pues de lo contrario el tutor o curador podría verse
perjudicado por una demora judicial que no le es imputable. Explica Borda (1994, tomo I, pto.
1120.1115) que también puede suceder que las cuentas no se hubieren rendido y hubiese
transcurrido el plazo de prescripción de la acción de rendición de cuentas; parece razonable
considerar que cesa la incapacidad, pues ya nadie tendrá acción para cuestionar la administración
del tutor.

2. Escribanos y testigos: se aplica al testamento por acto público.

El Código de Vélez extendía la incapacidad al cónyuge o determinados parientes del escribano o los
testigos; esto ha sido suprimido en el Código vigente. Sin embargo, pueden quedar incluidos en la
regulación de personas interpuestas.

3. Ministros de cualquier culto y líderes o conductores espirituales: La norma alcanza a aquellos


que hubiesen asistido al causante en su última enfermedad; esta es, la que causó la muerte.

No se limita a los sacerdotes católicos o a los ministros protestantes, sino que comprende a los de
cualquier culto o corriente espiritual.
Por otra parte, el art. 2483 prescribe la sanción por testar a favor de quien no puede suceder; así,
establece que tales disposiciones testamentarias serán de ningún valor, por lo tanto, si hubiese
recibido los bienes, deberá devolverlo junto con sus frutos.
Si el inhábil, antes de ser declarado tal, hubiese realizado actos de disposición sobre los bienes, esos
actos serán válidos si se trata de inmuebles que reúnen las condiciones del art. 2315, pero deberá
responder por los daños y perjuicios. La misma solución aplicará cuando la disposición
testamentaria se realice a nombre de una persona interpuesta, es decir, toda persona que figura
como beneficiaria en el testamento, cuando en realidad no es el verdadero destinatario de los bienes.
La norma reputa como tales –sin admitir prueba en contrario– al cónyuge, conviviente o
determinados parientes de las personas inhabilitadas para suceder.
El momento en que debe existir la habilidad para suceder es el de la apertura de la sucesión.

Ejercicio de la acción:

declaración de inhabilidad.

No se encuentran legitimados para ejercer la acción: los legatarios y los acreedores de la sucesión.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 67


onas que pueden ser declaradas inhábiles, sean herederos
testamentarios o legatarios.

Formas de testar:

Testamento ológrafo. Definición. Requisitos. Valor probatorio. Protocolización

Es el testamento que realiza por sí el testador, sin intervención de un escribano y testigos, escrito de
su puño y letra, con fecha y firma.
El testamento ológrafo, para ser válido en cuanto a sus formas, debe ser escrito “con los caracteres
propios del idioma en que es otorgado, fechado y firmado por la mano misma del testador”
Regla: La falta de alguna de estas formalidades lo invalida en todo su contenido.
Excepción: Que contenga elementos materiales que permitan establecer la fecha de manera cierta;
por ejemplo, enunciaciones como “el día de la independencia de 2015” son válidas, pues permiten
saber con precisión la fecha en que fue redactado.

Escrito:

idioma. Lo prohibido es el uso de caracteres no idiomáticos tales como los taquigráficos o


criptográficos o alfabeto morse, dado que ello no ofrece la garantía de exactitud de la escritura
común.

cualquier otro medio que permita escribir (lápiz, pintura) y que se escriba sobre otros materiales
(lienzo, madera).

Firma:

conformidad definitiva del causante con las últimas disposiciones, que no bastaría con que fuesen
de su puño y letra y que tuvieran la fecha para considerarse como jurídicamente eficaces. La firma
cierra el testamento, de ahí que si se le hicieren agregados, deberán reunir todas las condiciones del
testamento ológrafo para ser eficaces.

Fecha:
orrespondiente al
calendario gregoriano. Sin embargo, no es indispensable que se adopte esa forma, por lo que se
consideran válidas las enunciaciones perfectamente equivalentes que fijen de manera precisa la
fecha del testamento.

procederá la nulidad siempre que por medio de otras enunciaciones pueda determinarse la fecha
verdadera.

l testamento no es válido si voluntariamente el testador puso una fecha falsa con el fin de violar
una disposición de orden público. Por ejemplo, el declarado incapaz coloca en el testamento una
fecha que es anterior a tal declaración.

En este supuesto, quien alegue que la fecha es falsa deberá acreditar dicho extremo, pues en
principio las disposiciones testamentarias son veraces.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 68


otorgado, para verificar lo relativo a la aptitud para testar, para determinar la ley aplicable, etc.

Los agregados realizados por un tercero sólo invalidan el testamento si han sido efectuados por
orden o con el consentimiento del causante. Esto tiene su lógica, ya que resultaría muy fácil para un
tercero obtener la nulidad del testamento consignando algo en él.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que el testamento puede no ser redactado en el mismo
momento ni de una sola vez.
Si se efectúa en distintas épocas, el testador puede:
1. consignar las disposiciones testamentarias, fechándolas y firmándolas por separado;

2. consignarlas poniendo la fecha y la firma el día en que termine el testamento.

El Código de Vélez regulaba la independencia intelectual del testamento ológrafo; esto es, que el
testamento debía constituir un acto independiente de cualquier otro, con individualidad y
significados propios. Conforme a ello, por ejemplo, un testamento incluido en libros de contabilidad
no tenía validez si formaba parte de un asiento contable, pero tenía eficacia si se lo escribía en una
hoja en blanco, sin formar un cuerpo con los asientos que el libro contenía.
El Código Civil y Comercial no contiene una norma en tal sentido, ni tampoco sobre la redacción en
cartas misivas, por lo tanto, tales situaciones quedarán sometidas a la apreciación judicial.

Valor Probatorio:
El Código de Vélez preceptuaba en su art. 3650 que el testamento ológrafo valía como acto público
y solemne, pero podía ser atacado por su fecha, firma o escritura, o por la capacidad del testador,
por todos aquellos a quienes se opusieran, pudiendo éstos servirse de todo género de pruebas46. El
Código vigente no contiene una disposición al respecto.
El testamento ológrafo es un acto privado contenido en un documento privado. Una vez producida
la muerte del testador, debe llevarse a cabo un procedimiento de verificación y reconocimiento de
todo el testamento y de la veracidad de la firma. Una vez acreditados los requisitos exigidos, el juez
lo aprueba y ordena su protocolización. Conforme a ello, el escribano lo protocoliza y extiende la
correspondiente escritura pública.
Al formar parte de la escritura, es un documento público. Parte de la doctrina sostiene que el
carácter de testamento público lo tiene desde que es aprobado por el juez y ordenada su
protocolización, aún cuando ésta no se hubiese realizado.

Protocolización:
El testamento ológrafo debe presentarse, en la forma en que se encuentre, al juez competente. Si
estuviese cerrado, el juez convoca a una audiencia para realizar la apertura y procederá para que los
testigos reconozcan la letra y firma del testador. Si el testamento se presenta abierto ante el juez, la
audiencia tiene por finalidad el reconocimiento de la escritura y firma del testador. Si resulta que se
valida la identidad, es decir, que los testigos confirman autenticidad, el juez rubricará el principio y
fin de cada página y mandará a que se entregue con todas las diligencias hechas al escribano.
El Código vigente no contiene norma que regule la protocolización; esta es regulada por los
Códigos procesales. La protocolización se realiza extendiendo una escritura pública suscripta por el
juez, que contiene el testamento y las actuaciones judiciales realizadas. De esta manera, se convierte
en público el instrumento privado.

Testamento por acto público. Definición. Requisitos. Etapas que comprende el otorgamiento.
Testigos: capacidad

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 69


El testamento por acto público (también llamado abierto) es aquel que se otorga ante un escribano,
por escritura pública y en presencia de testigos. Así, dispone el art. 2479 que: “el testamento por
acto público se otorga mediante escritura pública, ante el escribano autorizante y dos testigos
hábiles, cuyo nombre y domicilio se deben consignar en la escritura…”. A este testamento se le
aplican las disposiciones de los artículos 299 y siguientes; por lo tanto, se le aplican las normas
propias de la sucesión testamentaria y las relativas a la escritura pública. .
El testador, para poder testar por esta forma, no debe estar comprendido dentro de las inhabilidades
para testar. En el caso de que sea una persona que padece limitaciones en su aptitud para
comunicarse en forma oral y, además, no sabe leer ni escribir, puede testar por esta forma, por
medio de la participación de un intérprete.

Etapas que comprende el otorgamiento:


1) fase preparatoria: el testador le manifiesta su deseo de testar al escribano y le da las instrucciones
de manera verbal o escrita;
2) fase de redacción de la escritura: el escribano redacta la escritura testamentaria según las
instrucciones dadas por el testador;
3) fase de otorgamiento: el escribano, en presencia del testador y los testigos, procede a la lectura
del testamento y luego lo firman los intervinientes.
Modo de ordenar las disposiciones:
Expresa el art. 2479 que:
El testador puede dar al escribano sus disposiciones ya escritas o sólo darle por escrito o
verbalmente las que el testamento debe contener para que las redacte en la forma ordinaria. En
ningún caso las instrucciones escritas pueden ser invocadas contra el contenido de la escritura
pública.
El escribano debe recibir las disposiciones o las instrucciones del testador de manera personal, es
decir que no puede delegar tal tarea.

Enunciación que debe contener la escritura:


El testamento debe redactarse cumpliendo las reglas comunes a las escrituras públicas. Así, deberán
observarse los siguientes requisitos:
1) Redactarse en un único acto.
2) Redactarse en idioma nacional. Si el testador no conoce nuestro idioma, deberá realizarse una
minuta firmada, traducida por traductor o, si no lo hay, por intérprete aceptado por el escribano. La
escritura y la minuta deben protocolizarse.
3) No deben usarse abreviaturas, iniciales, ni dejarse espacios en blanco. Pueden utilizarse números.
4) Si el testador tuviese discapacidad auditiva, deben intervenir dos testigos que puedan acreditar el
conocimiento y comprensión del acto por parte del testador. Si es alfabeto, debe labrarse una minuta
firmada por ésta y por el escribano, la que debe protocolizarse.
5) La escritura debe contener: lugar y fecha de otorgamiento, nombre y domicilio de los testigos,
datos personales del testador, naturaleza del acto, constancia instrumental de la lectura que realiza el
escribano, y las firmas del otorgante, testigos y escribano.

Desarrollo del acto final:


El art. 2479 prevé el desarrollo del acto final; así, dispone que una vez concluida la redacción del
testamento, debe ser leído ante el testador y los testigos, quienes deberán firmarlo.
Los testigos deben asistir desde el comienzo hasta el fin del acto sin interrupción, lo que debe hacer
constar el escribano; esto conforme al principio de unidad de acto de las escrituras. Esto se refiere al
acto solemne de la escritura. No es necesario que estén presentes cuando el testador da las
instrucciones al escribano o cuando se lo está redactando.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 70


Firma del testador:
Expresa el art. 2480 que
Firma a ruego. Si el testador no sabe firmar, o no puede hacerlo, puede hacerlo por él otra persona o
alguno de los testigos. En este caso los dos testigos deben saber firmar. Si el testador sabe firmar y
manifiesta lo contrario, el testamento no es válido. Si sabiendo firmar, no puede hacerlo, el
escribano debe explicitar la causa por la cual no puede firmar el testador.
En la norma se prevén tres hipótesis:
a) que el testador no sepa firmar;
b) que no pueda hacerlo;
c) que sepa firmar, pero manifieste lo contrario.

En las hipótesis a) y b) puede firmar a ruego otra persona o un testigo. En virtud del art. 305, inc. f),
en el testamento debe constar la causa del impedimento y debe contener la impresión digital del
testador58. En este supuesto c), procede la invalidez del testamento.

Testigos:
Son imprescindibles en esta forma testamentaria.
El Código de Vélez exigía la presencia de tres testigos; por su parte, el Código Civil y Comercial
redujo dicho número a dos.
La importancia de los testigos se funda en que ellos constituyen una garantía de la seriedad del acto,
contribuyen a su solemnidad y robustecen la fe dada por el escribano sobre la autenticidad de que el
testamento traduce fielmente la voluntad del otorgante.
Capacidad:
Pueden ser testigos, las personas capaces al momento de otorgarse el acto.
No pueden serlo:

las disposiciones testamentarias;

judicialmente) y quienes por sentencia se encuentran impedido de ser testigos en instrumentos


públicos;

del escribano;

ado, y del segundo de


afinidad.

Lo que se pretende evitar con estas prohibiciones es la captación o debilitamiento de la voluntad del
testador.
El art. 295, inc. b) establece que no puede ser testigo quien no sabe firmar61. En este punto es
necesario realizar una aclaración, pues según el art. 2480 (firma a ruego) si el testador no sabe
firmar, puede hacerlo por él uno de los testigos y, en ese supuesto, ambos deben saber firmar. De
ello puede interpretarse que no resulta necesario que ambos testigos sepan firmar si uno de ellos no
debe intervenir firmando a ruego del testador. Esto constituye un apartamiento a las reglas
generales, ya que prima la norma específica.
Por último, el testamento no es válido si excluido el testigo inhábil, no quedan testigos en número
suficiente.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 71


Especialidades del testamento por acto público:

Este testamento admite dos especialidades:


1) testamento en idioma extranjero;
2) testamento consular.

1) Testamento en idioma extranjero:


El Código Civil y Comercial no lo regula en forma independiente, sino que se remite a la aplicación
de las disposiciones que regulan las escrituras públicas.
Si el testador no conoce nuestro idioma, deberá realizarse una minuta firmada, traducida por
traductor o, si no lo hay, por intérprete aceptado por el escribano. La escritura y la minuta deben
protocolizarse.

2) Testamento consular:
Establece el art. 2646:
Es válido el testamento escrito hecho en país extranjero por un argentino o por un extranjero
domiciliado en el Estado, ante un ministro plenipotenciario del Gobierno de la República, un
encargado de negocios o un Cónsul y dos testigos domiciliados en el lugar donde se otorgue el
testamento, teniendo el instrumento la autenticación de la legación o consulado.64
Es el testamento otorgado por un argentino o extranjero domiciliado en nuestro país que, por
cualquier circunstancia, se encuentra en el extranjero, el que se realiza ante el cónsul argentino o,
subsidiariamente, ante ministro plenipotenciario o encargado de negocios y con presencia de dos
testigos.
Los testigos –cualquiera sea su nacionalidad– deben tener domicilio en el lugar en el que se otorga
el testamento. Se regula en número de dos testigos, igual que para el testamento por acto público
otorgado en nuestro país.
Formalidades:
a) autenticación de la legación o consulado;
b) rúbrica: debe ser rubricado en cada página por el cónsul o jefe de legación;
c) visto bueno: el testamento hecho ante un ministro plenipotenciario, un encargado de negocios o
un Cónsul, en el que no hubiese intervenido el jefe de legación, deberá ser llevado ante éste para
que dé el visto bueno, el que será colocado al pie del testamento si es abierto y sobre la carátula si
es cerrado;
d) rubricación y visto bueno de cónsul extranjero de una nación amiga: esto procede cuando no hay
cónsul ni jefe de legación argentino en el país extranjero (esto es criticado por la doctrina);
e) remisión de copia del testamento: debe realizarla el cónsul al Ministerio de Relaciones
Exteriores. Éste la remite al juez civil del último domicilio del testador, que ordenará su
protocolización ante algún escribano del lugar. Si no se conociere el domicilio, se remite a juez civil
de la Capital Federal, quien ordena la protocolización a un escribano de tal jurisdicción.

Situación del heredero universal instituido. Casos

El art. 2486 establece cómo se realiza la distribución en los casos de los herederos universales
instituidos.

vocación a todos los bienes de la herencia a los que el testador no haya dado un destino diferente”.

…con asignación de partes y otro u otros sin ella, a éstos corresponde el remanente de bienes
después de haber sido satisfechas las porciones atribuidas por el testador. Si éstas absorben toda la

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 72


herencia, se reducen proporcionalmente, de manera que cada heredero sin parte designada reciba
tanto como el heredero instituido en la fracción menor.76
La diferencia entre el heredero universal y el de cuota está dada por la vocación al todo que es
inherente al primero, pues el heredero de cuota carece de derecho a acrecer, salvo que la ley o el
testamento lo establezca.

Casos:
Como ya expresamos, la institución de herederos no tiene formas sacramentales; basta con que las
personas sean designadas con el objeto de suceder la universalidad de los bienes, acordándoles el
derecho de acrecer.
El art. 2487 regula los supuestos de institución indirecta de los herederos universales, a saber:
a) “La atribución de la universalidad de los bienes de la herencia, aunque se limite a la nuda
propiedad”. La disposición testamentaria por la cual el testador otorga a una o muchas personas la
universalidad de los bienes que deja a su muerte importa instituir herederos a las personas
designadas, aun cuando según los términos del testamento, la disposición se encuentre restringida a
la nuda propiedad y que separadamente el usufructo se haya dado a otra persona.
b) “El legado de lo que reste después de cumplidos los demás legados”: si después de haber hecho a
una o muchas personas legados particulares, el testador lega lo restante de sus bienes a otra persona,
esta última disposición importa la institución de heredero de esa persona, cualquiera que sea la
importancia de los objetos legados respecto a la totalidad de la herencia.
c) “Los legados que absorben la totalidad de los bienes, si el testador confiere a los legatarios el
derecho de acrecer”.
El heredero instituido en uno o más bienes determinados es legatario.
A los fines de interpretar las disposiciones testamentarias, se establecen las siguientes pautas:

a voluntad del
testador, debe realizarse una interpretación contextual conforme al grado de cultura y la
construcción gramáticas propias del testador;

establecer la naturaleza del llamamiento testamentario; estos son: legado de remanente e institución
de herederos con asignación de partes.

Situación del heredero de cuota instituido

El art. 2488 regula los herederos de cuota, así expresa que:


Los herederos instituidos en una fracción de la herencia no tienen vocación a todos los bienes de
ésta, excepto que deba entenderse que el testador ha querido conferirles ese llamado para el
supuesto de que no puedan cumplirse, por cualquier causa, las demás disposiciones testamentarias.
Si la adición de las fracciones consignadas en el testamento excede la unidad, se reducen
proporcionalmente hasta ese límite. Si la suma de las fracciones no cubre todo el patrimonio, el
remanente de los bienes corresponde a los herederos legítimos y, a falta de ellos, a los herederos
instituidos en proporción a sus cuotas.
El Código Civil y Comercial elimina la figura de “legatario de cuota” y lo denomina “heredero de
cuota”. Conforme a esta norma, estos herederos carecen de derecho a acrecer, salvo:

disposiciones no pudiesen cumplirse;

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 73


cia y no
existan herederos legítimos. Si hubiese herederos instituidos, lo recibirán en proporción a sus
cuotas.

Legados

Hemos visto que la sucesión testamentaria puede ser:

La sucesión particular procede cuando se transmite un bien particular o un conjunto de bienes que
integran la herencia. El sucesor particular no ocupa la posición del causante; no responde por sus
deudas, salvo que no haya bienes suficientes en la herencia y hasta el valor de lo que recibe84 o que
se atribuyan como carga del legado.
.
Pérez Lasala (2014, tomo 1, p. 17) sostiene que en un estricto sentido técnico-jurídico la sucesión
universal mortis causa es la del heredero y no la del legatario, pues este es un simple adquirente.
Por ello, considera que debemos distinguir la sucesión para referirnos a la universal, y las
adquisiciones mortis causa para las particulares. La mayor parte de la doctrina utiliza el término
sucesión para referirse tanto a la universal como a la particular.
En cuanto al contenido del legado, pueden ser legadas todas las cosas y derechos que estén en el
comercio y que reúnan las siguientes condiciones:

Definición. Caracteres. Legatarios. Normas aplicables

Si bien no resulta tarea sencilla definir al legado atento a lo variado de su contenido, podemos tomar
la definición de Borda (1994) quien lo conceptualiza como una “liberalidad hecha en un testamento,
por la que se transmiten al beneficiario derechos o excepciones de carácter patrimonial, sobre
objetos particulares” (tomo II, pto. 1120/1400). Generalmente, se produce la transmisión de
derechos (propiedad, usufructo, créditos); sin embargo, en la definición se agrega el término
excepciones, porque en el legado de remisión de deuda, lo que se otorga es un derecho a oponerse a
las acciones de los herederos destinadas al cobro de la deuda que el legatario tenía a favor del
causante. Por lo tanto, el legado puede consistir en un acto de atribución patrimonial (legado de
cosa cierta) o no constituir una atribución patrimonial (legado de liberación de deuda), pues el
legatario no obtiene adquisición alguna.
Atento al carácter personalísimo e individual del testamento, el legado no puede dejarse al arbitrio
de un tercero ni de un heredero. El testador no puede delegar la designación de sus sucesores a otra
persona.

Caracteres:
a) Es una disposición realizada por causa de muerte y que requiere, por tratarse de un acto de última
voluntad, la forma testamentaria.
b) Es una disposición a título gratuito; sin embargo, no en todos los casos hay verdadera liberalidad;
por ejemplo, no la hay en los legados remuneratorios ni en el caso en que los cargos impuestos al
legado insuman su valor.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 74


c) Grava a la masa hereditaria: el legado pesa sobre los herederos, es decir, sobre la masa
hereditaria; en consecuencia, si los gravados no son todos los herederos, sino algunos de ellos, no
estamos en presencia de un legado, sino de un cargo.

Sujetos del legado:


-Sobre quién pesa el legado:
El cumplimiento del legado pesa sobre los herederos87; es decir, sobre la masa hereditaria.
Prescribe el art. 2467 que “el heredero queda obligado por las deudas y legados de la sucesión sólo
hasta la concurrencia del valor de los bienes hereditarios recibidos. En caso de pluralidad de
herederos, éstos responden con la masa hereditaria indivisa”88. Es decir que la obligación de pagar
los legados pesa sobre todos los herederos, en proporción a la parte de cada uno de ellos.
Otro supuesto posible es que la herencia se hubiese distribuido sólo en legados y, por lo tanto, no
existan herederos. En este caso, la entrega material del legado la realizará el albacea, curador o
administrador.

- Sujeto beneficiado:
Los sujetos beneficiados por los legados se llaman “legatarios”. Son sucesores singulares que tienen
su llamamiento de un testamento.
El legatario no responde por las deudas del causante, y la posesión que recibe es la material ante la
entrega del objeto que efectúa el heredero.
El legatario debe ser designado con la precisión suficiente que no deje dudas sobre su calidad de
beneficiario.

Adquisición del legado. Modalidades. Entrega


El derecho al legado se adquiere a partir de la muerte del testador o desde el cumplimiento de la
condición91. A su vez, la adquisición de la titularidad sobre la cosa legada se produce de pleno
derecho a la muerte del testador. Sin embargo, el legatario pedirá a los herederos, al albacea o al
curador de la herencia que se le entregue el objeto legado. En el caso en que el legado estuviera
sujeto a una condición suspensiva, se adquirirá a partir del cumplimiento de la condición. Si se
tratara de bienes muebles registrables (p. 45 ej., un automóvil) el registro es constitutivo, por lo
tanto, el legatario adquirirá el dominio a partir de la inscripción (Flores Medina y Landaburu, 2014,
p. 512).
Si se trata de un legado de bienes determinados, el legatario es propietario desde la muerte del
causante y podrá ejercer todas las acciones de las que éste era titular.
En cuanto a la entrega del legado, podemos distinguir los siguientes supuestos:
a) El heredero debe simplemente entregar la cosa al legatario. Éste último era propietario del objeto
legado desde la muerte del testador, pero no tenía la posesión material de la cosa, la que adquiere
cuando le es entregada por el heredero. P. ej.: legado de cosa cierta y determinada.
b) El heredero deberá entregar la propiedad del objeto legado que, en principio, le perteneció. P. ej.:
legado de cosa genérica.
c) El heredero deberá entregar los títulos que acreditan el derecho. P. ej.: legado de crédito.
d) No existe obligación sustancial por parte del heredero. P. ej.: legado de liberación.

Aceptación del legado:


El legatario debe aceptar el legado. Los caracteres de la aceptación son:

a;

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Puede ser realizada por el legatario y sus sucesores universales. Se prevé que puedan efectuarla los
acreedores de aquel, aun cuando haya repudiado el legado.

Regla general:
El Código establece que pueden legarse todos los bienes que estén en el comercio, aun los de
existencia futura. Dispone el art. 2497: “Bienes que pueden ser legados. Pueden ser legados todos
los bienes que están en el comercio, aun los que no existen todavía pero que existirán después”.
El término bienes comprende las cosas y los derechos. Alcanza a los objetos de contenido
patrimonial cuya enajenación no se encuentra prohibida o dependiente de autorización pública.
Conforme a ello, no podrán ser objeto de legados: la jubilación, el bien de familia, entre otros.
El objeto legado debe ser designado por el testador, pues –como lo establece el art. 249594–, no
puede dejarse aquel al arbitrio de un tercero.
La cosa legada debe pertenecer al testador, si se trata de un legado de cosa cierta y determinada.

Legado de cosa cierta:


El legado de cosa cierta es aquel por el cual se dispone de un objeto material, cierto y determinado.
El legatario podrá reivindicar la cosa, con citación al heredero. Para obtener la cosa, deberá pedir su
entrega al heredero, albacea o administrador, aunque la tuviese en su poder por cualquier título.
Los legatarios adquieren el dominio de pleno derecho a la muerte del testador; por lo tanto, la
facultad para intentar la acción reivindicadora deriva de tal dominio. La acción puede ser ejercida
aun cuando no tuviese la posesión de la cosa; por ello, debe citar a los herederos a fin de resguardar
los derechos de éstos últimos.
En estos legados, en principio, los herederos carecen de la facultad para reivindicar la cosa de
terceros que la posean. Parte de la doctrina estima que podrán hacerlo cuando se impugne la validez
del legado o hubiese caducado. En ese supuesto deberá citarse al legatario.
Por otra parte, los gastos de entrega del legado se encuentran a cargo de la sucesión. Éstos son los
necesarios para la entrega material de la cosa al legatario. Pesa sobre el legatario el pago de
impuestos que pesen sobre la cosa legada desde la muerte del causante.
Extensión: La cosa legada se debe en el estado que existe al tiempo de la muerte del testador,
comprendiendo los accesorios.
La norma no es sino un corolario del principio de que los testamentos producen sus efectos al
momento de la muerte del causante. Empero, la regla cede en algunos supuestos.
La referencia de que la cosa debe entregarse en el estado en que se encuentra no se limita al estado
material, sino que comprende el jurídico, pues los contratos que la gravan deben ser respetados.
Las mejoras corresponden al legatario y pesan sobre él los deterioros de la cosa legada desde la
muerte del testador

Legado de cosa ajena:


Está regulado en el art. 2507. El principio es que el testador sólo puede legar sus propios bienes; por
lo tanto, es de ningún valor todo legado de cosa ajena cierta y determinada.
Excepción: se convalida el legado si la cosa es adquirida con posterioridad por el testador.

Adquisición ordenada por el testador:


Si el testador ordenare que se adquiera una cosa ajena para darla a alguna persona, el heredero debe
adquirirla y darla al legatario; pero si no pudiese adquirirla porque el dueño no quiere enajenarla o
pide un precio excesivo, el heredero estará sólo obligado a dar en dinero el justo precio de la cosa.
Si la cosa ajena legada hubiese sido adquirida por el legatario antes del testamento, se le debe su
precio equitativo.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 76


Por último, si la adquisición es gratuita, el legado queda sin efecto.

Legado de cosa ganancial:


El Código Civil y Comercial no regula expresamente el legado de cosa ganancial.
Se distinguen dos supuestos:
o como
legado de cosa cierta y determinada; lo importante es que al legatario se le adjudique en la
liquidación de la sociedad conyugal el bien legado aun cuando tal adjudicación se produzca luego
de su muerte;

nyuge supérstite al dividir los gananciales: en este caso


el legado vale como legado de cantidad conforme al valor que tenía el bien al momento de la muerte
del causante.

Legado de un bien en condominio:


Este legado es receptado por el art. 2508.
El legado de cosa que se tiene en comunidad con otro, vale sólo por la parte de que es propietario el
testador. Es decir, el legado sobre un bien que pertenece en común a varias personas, sólo transmite
derechos que corresponden al testador al momento de su muerte.
Asimismo, la norma prevé dos situaciones:

testador antes de su muerte; en este caso, el legado es válido;

egado de cantidad por el valor del bien al momento de la


muerte del causante.

Legado de cosa gravada:


Dispone el art. 2500 que el heredero no está obligado a librar la cosa legada de las cargas que la
gravan. Por otra parte, responde por las obligaciones a que esté afectada la cosa, hasta la
concurrencia del valor de ésta.

El legatario debe recibir la cosa con tales cargas, pues los herederos no están obligados a liberarla.
Si el legatario quisiera liberar la cosa legada, deberá acordar con el titular del derecho real que pese
sobre ella.

Sobre el legatario pesa:


- el derecho real de garantía;

- la obligación garantizada.
Cuando el valor de la cosa legada no cubre el de la obligación garantizada, el excedente no pesa
sobre el legatario sino sobre los herederos.

Legado de cosa inmueble:


Regula el art. 2501 que:
istentes, cualquiera que sea la época en que
hayan sido realizadas”100. Esto responde al principio de que el legatario de cosa cierta tiene
derecho a recibir el objeto legado y sus accesorios.

que constituyen una ampliación del


fundo legado, se deben al legatario siempre que no sean susceptibles de explotación independiente”

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Legado con cargo:
El legado con cargo es cuando el testador impone al legatario una carga excepcional, accesoria y
extraña a la naturaleza del acto. No se concibe el cargo con independencia de la liberalidad. El
cargo puede consistir en un dar, hacer o no hacer. El beneficiario del cargo puede ser la memoria
del difunto, los herederos, otros legatarios del mismo o terceros.

Legado de género:
a) Legado de cosa indeterminada:
El legado cuyo objeto está determinado genéricamente es válido, aunque no haya cosa de ese
género en la herencia. Por ejemplo: heladera de dos puertas. Si en el patrimonio del testador hay
una sola cosa de ese género, con ella debe cumplirse el legado.

Forma de hacer la determinación:


Si el testador ha dejado expresamente la elección al heredero o al legatario, podrá el heredero dar lo
peor y el legatario escoger lo mejor.
Estos legados confieren un derecho de crédito para su cobro que deberán reclamar los legatarios a
los herederos. El derecho sobre el objeto se tendrá cuando el heredero lo entrega.
b) Legado de cosa fungible:
Está regulado en el art. 2504, cuando se refiere a los legados con determinación del lugar.
Conforme a esta norma, el legado se cumple entregando la cantidad allí existente a la muerte del
testador, aunque sea menor que la designada. Si es mayor, se cumple entregando la cantidad
designada. Si no se encuentra cosa alguna, nada se debe. Si las cosas legadas han sido removidas
temporariamente del lugar habitual de ubicación aludido en el testamento, el legado comprende las
que subsistan en el patrimonio del testador hasta la concurrencia de la cantidad indicada por éste.
Es necesario para la validez del legado que una vez determinada la especie del objeto del legado se
indique su peso, medida o cantidad.

Evicción:
En los legados de género el heredero responde por evicción. Esto se aplica también a los legados
alternativos.

Legado de dar sumas de dinero:


Este legado es una subespecie dentro del legado de cantidad o cosas fungibles. Puede consistir en la
entrega de una determinada cantidad de moneda nacional o de moneda extranjera. En cuanto a su
exigibilidad, ésta procede aunque no hubiese dinero en la herencia. El cumplimiento de estos
legados, si es puro y simple, es exigible desde la apertura de la sucesión, sin perjuicio de la facultad
de los herederos de oponerse a entregarlo hasta tanto se hubiesen pagado las deudas.
Si los herederos no cumplen con el legado, el legatario podrá constituirlos en mora y a partir de allí
comenzarán a correr los intereses. En cambio, si el legado está sujeto a condición suspensiva o a un
plazo, sólo podrá exigirse cuando se hubiese cumplido la condición o acaecido el plazo.

Legados de prestaciones periódicas: alimentos


El legado de prestaciones periódicas es aquella disposición por la cual se otorga al legatario el
derecho de recibir la manda, que consiste generalmente en una suma de dinero durante períodos
determinados por el testador. Estos pueden ser semanales, quincenales, mensuales, etcétera. Pueden
tener plazo o carácter vitalicio.
Establece el art. 2510 que cuando el legado es de pago periódico, se considera que “existen tantos
legados cuantas prestaciones se deban cumplir”. Desde la muerte del testador, se debe la cuota
íntegramente, “con tal de que haya comenzado a transcurrir el período correspondiente, aun si el
legatario fallece durante su transcurso”.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 78


En cuanto al legado de alimentos:
Comprende la instrucción adecuada a la condición y aptitudes del legatario, sustento, vestimenta,
vivienda, asistencia en las enfermedades hasta que alcance la mayoría de edad o recupere la
capacidad.
Debe tenerse presente que el legado se mantiene mientras dure la falta de aptitud para procurarse
alimentos aun cuando hubiese alcanzado la mayoría de edad.
Si el legado de alimentos se confiriera a una persona capaz, se considera legado de prestaciones
periódicas conforme a lo dispuesto por el testador.

Legados alternativos:
En estos legados, el heredero o, en su caso, el legatario pueden elegir entre dos o más objetos.
Sólo ha sido regulado por el Código vigente en cuanto a la evicción. Se le aplican supletoriamente
las normas sobre obligaciones alternativas..
En principio, la elección corresponde al heredero, pero el testador puede disponer que sea realizada
por el legatario. Le elección es irrevocable.

Legados de créditos. Legados de liberación de deudas.


Ambos legados son regulados por el art. 2505.
El legado de un crédito a favor del testador “comprende la parte del crédito… que subsiste a la
muerte del testador y los intereses desde entonces” 109. El objeto de este legado es un derecho
creditorio del cual el causante es titular, y el deudor es un tercero.
El heredero no es responsable de la insolvencia del deudor. El legatario tiene todas las acciones que
tendría el heredero. El legatario recibirá el bien tal como se hallaba a la apertura de la sucesión, de
manera que si estaba perjudicado por cualquier circunstancia, así se le trasmitirá, de la misma forma
que deberá reconocer las sumas que se hubieran pagado a cuenta o las modalidades que
condicionaran la obligación.
El legado de liberación consiste en la remisión de la deuda que hace el causante al legatario, que es
el deudor; así lo libera de su obligación.
Puede tener dos modalidades:
ación expresa del testador de liberarlo de la deuda;

Por otra parte, el código establece que la remisión no comprende las deudas posteriores a la fecha
del testamento. Si el testador lega el instrumento de la deuda, ésta se entiende remitida. Asimismo,
una vez legada la cosa tenida en prenda, se entiende también remitida la deuda si no hubiese
documento público o privado de ella; si lo hubiese y no se legase, se entiende sólo remitido el
derecho de prenda.
El legado de la deuda hecho a uno de los deudores solidarios, si no es restringido a la parte personal
del legatario, causa la liberación de los codeudores. El legado hecho al deudor principal, libra al
fiador; mas el legado hecho al fiador no libera al deudor principal.

Legado de reconocimiento de deuda Prescribe el art. 2506 que el reconocimiento de una deuda
hecho en el testamento, es reputado como un legado mientras no se pruebe lo contrario.
Si el testador manda a pagar lo que cree deber y no debe, la disposición se tendrá por no escrita. Si
en razón de una deuda determinada se manda pagar más de lo que ella importa, el exceso no es
debido. La presunción es iuris tantum y, por ende, cabe al acreedor la demostración de la existencia
de la deuda. Por otra parte, lo que el testador legue al acreedor no se imputa al pago de la deuda,
salvo disposición en contrario.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 79


Prelación de pago

El art. 2358 dispone:


El administrador debe pagar a los acreedores presentados según el rango de preferencia de cada
crédito establecido en la ley de concursos.
Pagados los acreedores, los legados se cumplen, en los límites de la porción disponible, en el
siguiente orden:
a) los que tienen preferencia otorgada por el testamento;
b) los de cosa cierta y determinada;
c) los demás legados. Si hay varios de la misma categoría, se pagan a prorrata.
Así deben ser pagadas las deudas del causante, las cargas de la sucesión deben apartarse la porción
legítima de los herederos forzosos, y sobre el remanente, deben seguir el orden de pago de los
legados previstos por el artículo 2358.

Derecho de acrecer

Dentro de la esfera en que el testador puede disponer, su voluntad es decisiva; en consecuencia,


puede determinar quién se beneficiará en caso de que falle alguno de los llamamientos.
En la doctrina se distingue:

llama a varios en cuotas distintas;

las cuotas no han sido queridas por el testador, sino que son el resultado del concurso de varios
herederos.

El acrecentamiento es un efecto de la vocación solidaria; en cambio, en la vocación parciaria, la


cuota no adquirida –si no hay sustitución– se defiere a los herederos legítimos del difunto.
El Código Civil y Comercial contempla dos situaciones que habilitan el derecho de acrecer:

untamente a varios legatarios”.

Cada uno de los beneficiarios podrá aprovechar proporcionalmente “la parte perteneciente al
heredero o legatario cuyo derecho se frustra o caduca”115.
De las hipótesis contenidas en la norma, surge que el derecho de acrecer procede en la institución de
herederos y en los legados.

Fundamento:
El fundamento del derecho de acrecer en la sucesión testamentaria está dado por la presunta
voluntad del causante de beneficiar a todos los llamados sin realizar preferencia entre ellos. En
consecuencia, ante la disposición testamentaria, para determinar si hay o no acrecimiento a favor de
otros instituidos, hay que estar a la voluntad del testador. En el caso en que no sea expresa, debe
recurrirse a la interpretación.
Autores como Mourelle de Tamborenea (2014, p. 497) afirman que si la redacción no es clara y
surgen motivos para dudar acerca de la voluntad del testador, no debe admitirse el acrecimiento.
Definición. Requisitos
El derecho de acrecer es el derecho que tiene el heredero o legatario de aprovechar la porción de la
herencia de otro coheredero o colegatario, respectivamente, cuando éstos no quieren o no pueden
recibirla.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 80


Requisitos del derecho de acrecer:
a) Llamamiento plural o conjunto: los sujetos beneficiarios deben ser varios y deben ser llamados a
una misma herencia o a la misma parte de ella o al mismo bien. No debe haber asignación de la
parte de cada uno de los herederos o legatarios.
d) Porción vacante: es necesario que el colegatario o coheredero no recoja su parte, sea por
premoriencia o renuncia, entre otros. La cuota que no ha sido tomada corresponderá al coheredero o
colegatario cuando no medie derecho de representación en esa cuota.
e) Voluntad del causante: el derecho de acrecer no podrá funcionar si el causante expresamente se
ha opuesto a él. Por ejemplo, el causante estableció una sustitución vulgar para el heredero que no
pudo o no quiso recibir la herencia.

Ineficacia testamentaria: Nulidad. Clasificaciones: posiciones doctrinarias


Como ya adelantáramos, la nulidad se ocasiona por vicios o defectos constitutivos; es decir,
concurrentes en el otorgamiento del testamento.
El criterio de distinción entre nulidad absoluta o nulidad relativa se funda en el interés que protege
la sanción de ineficacia. La nulidad del acto es absoluta cuando el vicio afecta el interés general,
orden público. En cambio, la nulidad es relativa cuando el vicio atañe al interés de las partes
intervinientes.
La doctrina no es pacífica respecto a si resulta aplicable la clasificación de nulidad relativa y
absoluta a los testamentos. En el derecho comparado, encontramos dos posiciones:
1) no es posible aplicar tal clasificación, pues la nulidad testamentaria siempre es absoluta;
2) resulta posible realizar tal distinción, ya que puede suceder que los testamentos estén afectados
de nulidad absoluta o de nulidad relativa; éste último caso es el que se produce cuando solo se
puede invalidar el testamento a instancia de alguien legalmente autorizado para impugnarlo.
En nuestro país, Fassi (como se cita en Pérez Lasala, 2014, p. 752) admite tal clasificación. Por su
parte, Pérez Lasala (2014) sostiene que el criterio que inspira la clasificación no resulta, en
principio, aplicable a las nulidades testamentarias. Este autor postula, además, que ninguna de las
causales de nulidad de los testamentos da lugar a la nulidad absoluta; en consecuencia, las nulidades
en materia testamentaria son siempre relativas.

Nulidad total y nulidad parcial:


La nulidad de un acto jurídico puede ser completa o sólo parcial. En este segundo caso, la nulidad
de una disposición no perjudica a las demás. Ello permite mantener la validez de las disposiciones
testamentarias que no estén afectadas por la ineficacia de otra u otras.

Análisis de las causales


Al tratar los aspectos generales de la sucesión testamentaria, analizamos con mayor detenimiento
los supuestos establecidos por el art. 2467.
Prescribe la norma que:
“Es nulo el testamento o, en su caso, la disposición testamentaria:
a) por violar una prohibición legal;

b) por defectos de forma;

c) por haber sido otorgado por persona privada de la razón en el momento de testar. La falta de
razón debe ser demostrada por quien impugna el acto;

d) por haber sido otorgado por persona judicialmente declarada incapaz. Sin embargo, ésta puede
otorgar testamento en intervalos lúcidos que sean suficientemente ciertos como para asegurar que la
enfermedad ha cesado por entonces;

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 81


e) por ser el testador una persona que padece limitaciones en su aptitud para comunicarse en forma
oral y, además, no saber leer ni escribir, excepto que lo haga por escritura pública, con la
participación de un intérprete en el acto;

f) por haber sido otorgado con error, dolo o violencia;

a) por favorecer a persona incierta, a menos que por alguna circunstancia pueda llegar a ser cierta”.

Pérez Lasala (2014, tomo II, pp. 756-757) distingue las siguientes causales:
1. inobservancia de las solemnidades prescriptas por la ley que no se refieren a la existencia misma
del testamento: por ejemplo, falta de fecha en el testamento ológrafo;

2. falta de capacidad del testador: fue dictado por persona que no alcanza la edad para exigida para
testar o que se encuentra privada de razón;

3. vicios que afectan la voluntad del causante: por ejemplo, violencia, dolo y error.

Revocación de testamentos. Definición. Clases. Efectos. Revocación de legados


La revocación es el acto por el cual el testador deja sin efecto una disposición testamentaria anterior
(Borda, 1994, tomo II, pto. 1120.1588).
El testamento es en esencia revocable, atento al carácter unilateral del acto y al hecho de no
producir efectos hasta la muerte del testador. El art. 2511 dispone: “Revocabilidad. El testamento es
revocable a voluntad del testador y no confiere a los instituidos derecho alguno hasta la apertura de
la sucesión. La facultad de revocar el testamento o modificar sus disposiciones es irrenunciable e
irrestringible”.
Conforme a la norma en análisis, si el testamento contiene una cláusula de irrevocabilidad, ésta
sería nula, pero el testamento conservaría su validez. La revocación puede ser total o parcial, según
que abarque todo el contenido del testamento o solamente algunas de sus cláusulas.
La revocación podrá provenir de una manifestación de voluntad:

La revocación expresa se da cuando el testador otorga un nuevo testamento, expresando que


revoca el anterior. Tal revocación “debe ajustarse a las formalidades propias de los testamentos”. En
consecuencia, no se puede revocar un testamento por medio de una disposición contenida en
instrumento público o en privado que no revista las formas testamentarias. Esto guarda relación con
la naturaleza formal del testamento.
La revocación puede ser realizada por cualquier forma de testamento. Por lo tanto, si el testamento a
revocar fue realizado por la forma ológrafa, el que lo revoca puede tener tal forma o de acto
público.

La revocación es tácita cuando la ley presume la intención del testador de dejar sin efecto las
disposiciones testamentarias (Borda, 1994, Tomo II, pto. 1120.1589). Así la revocación tácita
procede cuando el causante, si bien expresamente no revoca el testamento anterior, en el nuevo
testamento realiza disposiciones testamentarias que resultan incompatibles con las dispuestas en
aquel; también, cuando destruye el testamento ológrafo celebrado, o cuando efectúa la venta de la
cosa que es objeto del legado.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 82


Prescribe el art. 2513 que el testamento posterior revoca al anterior si no contiene su confirmación
expresa, excepto que de las disposiciones del segundo resulte la voluntad del testador de mantener
las del primero en todo o en parte..
Para que el testamento posterior revoque al anterior debe ser incompatible con éste. A los fines de
determinar la incompatibilidad, la segunda disposición testamentaria debe interpretarse de acuerdo a
la intención del testador, deducida del propio tenor del testamento.
Por otra parte, puede suceder que las disposiciones del primer testamento puedan coexistir con las
del posterior.
La revocación es legal cuando con posterioridad a la celebración del testamento, se producen
hechos que llevan al testador a revisar las disposiciones testamentarias que realizó.
En virtud de ello, podemos identificar los siguientes supuestos de revocación legal:

1) Postula el art. 2514 que “el matrimonio contraído por el testador revoca el testamento
anteriormente otorgado, excepto que en éste se instituya heredero al cónyuge o que de sus
disposiciones resulte la voluntad de mantenerlas después del matrimonio”138. La ley supone, en ese
caso, que por el solo hecho de las nupcias ha cambiado la voluntad del testador, ya que se crean
nuevas afecciones y un vínculo que origina un legitimario que no tenía ese carácter cuando se
redactó el testamento preexistente. Este segundo matrimonio también deja sin efecto el testamento
dictado durante la vigencia del primer matrimonio. El matrimonio posterior no establece una
presunción iuris et de iure de revocación del testamento. “se trata de una presunción iuris tantum
porque admite prueba en contrario, ya que permite que el testamento anterior al matrimonio tenga
valor si de sus disposiciones resultare la voluntad de mantenerlas después del matrimonio” (Flores
Medina y Medina, 2014, p. 547). Esta interpretación es acorde con el principio general de
interpretación de los testamentos de acuerdo a la voluntad del causante.

Matrimonio anulado:
Si el matrimonio -celebrado luego de la realización del testamento- es posteriormente declarado
nulo, el testamento recobra su validez.

Matrimonio putativo:
Una situación especial es la que corresponde al matrimonio putativo, pues si tal matrimonio resulta
anulado luego de la muerte del testador, el cónyuge supérstite de buena fe podrá invocar la
revocación del testamento ya que para éste rigen las consecuencias establecidas para el matrimonio
válido.

Otro de los supuestos es el de destrucción del testamento ológrafo. En este supuesto dispone el art.
2515 que dicho testamento debe ser revocado por su cancelación o destrucción, la que debe haber
sido hecha por el testador o por orden suya139.
.
Cuando existen varios ejemplares del testamento, éste queda revocado por la cancelación o
destrucción de todos los originales, y también cuando ha quedado algún ejemplar sin ser cancelado
o destruido por error, dolo o violencia sufridos por el testador.
Si el testamento se encuentra total o parcialmente destruido o cancelado en casa del testador, se
presume que la destrucción o cancelación es obra suya, mientras no se pruebe lo contrario.
Las alteraciones casuales o provenientes de un extraño no afectan la eficacia del testamento con tal
de que pueda identificarse la voluntad del testador por el testamento mismo.
No se admite prueba alguna tendiente a demostrar las disposiciones de un testamento destruido
antes de la muerte del testador, aunque la destrucción se haya debido a caso fortuito.
La destrucción se refiere al “destrozo material del testamento ológrafo”; en cambio, “la cancelación
tiene lugar cuando en el texto del testamento se introducen rayas o se colocan inscripciones tales
como ‘anulado’ o ‘cancelado’” (Flores Medina y Medina, 2014, p. 549 y ss).

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 83


Principio general: la cancelación o destrucción del testamento ológrafo produce la total revocación
de la voluntad testamentaria siempre “que proceda del mismo testador y aparezca cumplidamente
probada” (Flores Medina y Medina, 2014, p. 547).
En principio, no hay revocación si existiendo varios ejemplares originales de un testamento, no son
todos destruidos. Esta afirmación admite las siguientes excepciones:
- que algunos de los ejemplares se encontrare en poder de un tercero y esto fue olvidado por el
causante;

- cuando se probare la subsistencia de un ejemplar que se sustrajo de la destrucción, siendo


irrelevante que la sustracción responda o no a una conducta dolosa;

Por tanto, que subsistan ejemplares que se consiguieron por error, dolo o violencia no afectan la
revocación perseguida por el causante al destruir el testamento.

Alteraciones por accidente o por hecho de un tercero: para que la cancelación o destrucción
tengan el efecto revocatorio, ellas deben obedecer a la decisión del testador. No lo tendrán, por
tanto, cuando resulten ajenas a su voluntad.
La cancelación o destrucción puede ser total o parcial. Es parcial cuando lo que se destruyó o
canceló es una parte del testamento que puede ser separada. Por tanto, si los elementos esenciales
no han sido afectados, el testamento mantendrá su validez.
La destrucción parcial del testamento presume iuris tantum la revocación mientras no se pruebe lo
contrario. Si el testamento estaba en poder del testador y aparece con desperfectos de importancia,
se ha producido un cambio en su voluntad. Quien alegue la validez de ese testamento debe probar la
falta de intencionalidad del testador, pues en contra suya pesa la presunción de que el testamento
guardado por éste, que aparezca alterado de aquella forma, debe ser revocado (por presunción de
cambio de voluntad).
Dado que la cancelación o destrucción del testamento producen su revocación cuando son la obra
del testador, resulta decisiva la prueba de la autoría. Para facilitarla, el artículo en análisis establece
la presunción iuris tantum de que si el testamento total o parcialmente destruido o cancelado se
encuentra en casa del testador, es obra de éste.
3) Otro de los supuestos es la revocación del legado por transmisión, transformación o gravamen de
la cosa. Establece el art. 2516:
La transmisión de la cosa legada revoca el legado, aunque el acto no sea válido por defecto de
forma o la cosa vuelva al dominio del testador.
El mismo efecto produce la promesa bilateral de compraventa, aunque el acto sea simulado. La
subasta dispuesta judicialmente y la expropiación implican revocación del legado, excepto que la
cosa vuelva a ser propiedad del testador.
La transformación de la cosa debida al hecho del testador importa revocación del legado.
La constitución de gravámenes sobre la cosa legada no revoca el legado.

a) Revocación del legado de cosa cierta por su enajenación posterior:


Si con posterioridad a la celebración del testamento se enajena la cosa cierta sea a título oneroso o
sea a título gratuito, el legado es revocado.
La disposición está referida a los legados de cosa cierta. No será aplicable, por tanto, al resto de los
legados que no quedarán revocados por la enajenación de cosas particulares, sin perjuicio, claro
está, de que ellos pierdan su eficacia por haberse agotado con esas enajenaciones la porción
disponible.
La revocación resulta de la enajenación, sea el acto a título gratuito u oneroso.
Los actos gratuitos demuestran un cambio en la voluntad de beneficiar. Si la enajenación resultara
forzosa, ya sea por ejecución judicial o por expropiación, el acto no responderá a la voluntad del

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 84


testador y, por ende, no producirá la revocación del legado. Habrá, en el supuesto, caducidad de la
disposición.
En definitiva, cualquier acto de disposición que tenga por efecto la transmisión del dominio de la
cosa cierta, provoca la revocación del legado (venta, dación en pago, donación, etc.).
Para que el acto de disposición produzca la revocación es necesario que haya sido realizado por el
causante o por un apoderado con poder especial.
Un aspecto a destacar es que la revocatoria se produce atento a la voluntad del testador de disponer
del bien, con total independencia del resultado de dicha enajenación; de modo tal, si el dominio no
llegase a transmitirse por cuestiones que son ajenas al causante, igual se produce la revocación.
También es revocado el legado cuando se trate de una venta con pacto de retroventa, ya que el
dominio ha sido transmitido con la salvedad de estar subordinado a una condición resolutoria.
Un supuesto en el que la doctrina no es unánime es el de la enajenación sujeta a condición
suspensiva. Para algunos, el legado es revocado pues es manifiesta la voluntad del causante de
disponer de ese bien, sea la condición suspensiva o resolutoria.
Otros autores consideran que el legado se revoca si la condición suspensiva se cumple, porque la
intención del enajenante es la de someter los efectos al cumplimiento de la condición (Pérez Lasala,
2014, p.789).
Por otra parte, la enajenación sujeta a condición resolutoria provoca la revocación del legado pues
se evidencia la intención del testador de disponer de la cosa.
En cuanto a la responsabilidad de los herederos, señala el art. 2517 que “si la cosa legada se pierde
o deteriora por el hecho o culpa de uno de los herederos, sólo responde del legado el heredero por
cuya culpa o hecho se ha perdido o deteriorado”.
La pérdida o deterioro de la cosa legada que se produce luego de la muerte del testador es soportada
por el legatario en virtud del principio que el dominio de la cosa es atribuido al legatario desde la
apertura de la sucesión.
Si la cosa no ha sido entregada es posible que tales eventos acarreen la responsabilidad de los
herederos, pues mientras la entrega no se haya efectivizado, los herederos son meros tenedores de la
cosa con la obligación de restituirla al dueño (legatario). (Flores Medina y Medina, 2014, p. 554).
La responsabilidad es extracontractual y prescribe en el plazo de cinco años.

4) Otro supuesto está dado por la revocación del legado por causa imputable al legatario.
Regula el art. 2520 que:
Los legados pueden ser revocados, a instancia de los interesados:

a) por ingratitud del legatario que, después de haber entrado en el goce de los bienes legados, injuria
gravemente la memoria del causante.
[La revocación no excluye la indignidad; es decir que frente a los legatarios ingratos el sucesor
puede optar por solicitar la revocación del legado o indignidad sucesoria]
b) por incumplimiento de los cargos impuestos por el testador si son la causa final de la disposición.
En este caso, los herederos quedan obligados al cumplimiento de los cargos. (Flores Medina y
Medina, 2014, p. 559).
Por causa final se entiende el móvil determinante que ha impulsado al autor del testamento a
efectuar la liberalidad. Cuando el cargo impuesto por el testador ha sido la causa determinante de la
liberalidad, ésta se revoca si aquél no se cumple. De lo contrario, no hay razón que justifique la
revocación.

Efectos
El efecto principal de la revocación es que despoja de efectos al testamento o a las disposiciones
testamentarias que son alcanzadas por ella.
Los beneficiarios no pueden pretender algún resarcimiento del testador por el hecho de revocar un
testamento, pues los instituidos no gozan de ningún derecho en vida del causante.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 85


El testamento revocado queda privado de todos sus efectos en cuanto acto de disposición de bienes,
pero si el acto contiene otras manifestaciones [reconocimiento de hijos] éstas… no son alcanzadas
por los efectos de la revocación, ya que no quedan privadas de eficacia las declaraciones del
testador que configuren una confesión extrajudicial de relaciones jurídicas con terceros. (Flores
Medina y Medina, 2014, p.542)
Resulta necesario precisar las distinciones que existen entre la caducidad y la revocación de las
disposiciones testamentarias, ya que si bien ambas causan la extinción de éstas, cubren
circunstancias que no se superponen.
Para la eficacia de la disposición testamentaria, es necesario que el testador haya preservado la
manifestación de voluntad hasta su muerte. Si la cambia, habrá revocación. En cambio, la caducidad
obedece a circunstancias que son ajenas a la voluntad del causante.

Caducidad. Definición. Causales. Efectos.

Existe caducidad cuando ocurren circunstancias ajenas a la voluntad del testador, que originan la
extinción de la disposición testamentaria.
La caducidad de un testamento o de cualquiera de sus disposiciones constituye un supuesto de
ineficacia dispuesta por la ley en razón de circunstancias sobrevinientes al momento del testamento.
(Zanonni, 1980)
Procede la caducidad ante la carencia de alguno de los presupuestos indispensables después de
abierta la sucesión, condición resolutoria.
Causales:
1. Premoriencia del beneficiario

Se produce la caducidad del legado cuando el legatario fallece antes de que muera el testador.
Apunta el art. 2518 que la institución de heredero o legatario caduca cuando el instituido muere
antes que el testador o antes del cumplimiento de la condición de la que depende la adquisición de
la herencia o el legado.
Así es posible distinguir dos supuestos
a) El instituido fallece con anterioridad a la muerte del testador.
Esto se aplica en virtud del principio general de que toda disposición testamentaria caduca si aquel a
cuyo favor se ha hecho no sobrevive al testador.
b) La condición suspensiva a la que se encontraba sujeta la institución se cumple con posterioridad
a la muerte del instituido.
Excepciones

Ahora bien, puede suceder que el legado sea conferido al legatario y a sus herederos; en este caso, si
el legatario fallece antes que se produzca la muerte del testador o antes del cumplimiento de la
condición suspensiva a la que se encontraba sujeta la institución, el legado no caduca, sino que pasa
a los herederos del legatario.
Es “un caso de sustitución vulgar admitido legalmente” (Flores Medina y Medina, 2014, p.555).
Rige tanto para el legatario, como para el heredero instituido
ne lugar cuando se trata de legados hechos al “título o cualidad de la que el
legatario estaba investido, más que a su persona” (Flores Medina y Medina, 2014, p.555). Por
ejemplo, legado realizado a favor del titular de una fundación.

2. Perecimiento de la cosa legada:

Expresa el art. 2519 que:

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 86


El legado de cosa cierta y determinada caduca cuando ésta perece totalmente, por cualquier causa,
antes de la apertura de la sucesión o del cumplimiento de la condición suspensiva a que estaba
sometido; también cuando perece por caso fortuito, después de la apertura de la sucesión o del
cumplimiento de la condición. Si la cosa legada perece parcialmente, el legado subsiste por la parte
que se conserva.
Para que se produzca la caducidad, el legado debe versar sobre una cosa determinada cuyo
perecimiento –cualquiera sea su causa- sucede con anterioridad al fallecimiento del causante.
En cambio, si la cosa perece luego de la muerte del testador, la pérdida es soportada por el legatario;
salvo, que se tratara de un legado subordinado a una condición y el perecimiento por caso fortuito
sucediera antes del cumplimiento de la condición.
Si la cosa ha perecido parcialmente, el legado es eficaz por lo que no ha sido afectado.

3. Transformación de la cosa legada:


Puede suceder que luego de la celebración del testamento, la cosa legada sufra una transformación
y, en consecuencia, constituya una nueva especie. Ante ello, es dable diferenciar dos situaciones:
a) que la transformación responda a la voluntad del causante: en este caso, se produce la revocación
tácita de la disposición testamentaria.
b) que la transformación se deba a un caso fortuito o al hecho de un tercero: estamos ante un
supuesto de caducidad. En consecuencia, “el legado caduca por la transformación de la cosa por
causa ajena a la voluntad del testador, anterior a la muerte de éste o al cumplimiento de la condición
suspensiva”..
En el primer caso, el legado es revocado aun en el caso que la cosa legada recobrara la forma que
tenía antes de la transformación. En el segundo, si la cosa legada recuperara su forma original,
renacerá el legado.

4) Renuncia del legatario:


Establece el art. 2521 que “el legatario puede renunciar al legado en tanto no lo haya aceptado.
Cualquier interesado puede pedir al juez la fijación de un plazo para que el instituido se pronuncie,
bajo apercibimiento de tenerlo por renunciante”146.
“La renuncia de un legado no puede ser parcial. Si se han hecho dos o más legados a una misma
persona, uno de los cuales es con cargo, no puede renunciar a éste y aceptar los legados libres”147.
El beneficiario de un legado puede aceptarlo o renunciarlo. La voluntad del legatario en uno u otro
sentido no está sujeta a formas sacramentales, pudiendo manifestarse en forma expresa o tácita, por
escrito o verbal.
…El derecho de opción puede ser ejercido por el legatario, o bien por sus sucesores universales, ya
que de producirse el fallecimiento del primero, el mismo se transmite a sus herederos.
Caracteres de la aceptación:
1. Es lisa y llana: no puede ser sometida a condición o a término…

2. Es indivisible: no puede ser aceptada en forma parcial…

3. Es irrevocable: la doctrina mayoritaria sostiene que la aceptación del legado es irrevocable…


(Flores Medina y Medina, 2014, p. 560 y ss.).

Si el legatario renuncia al legado se produce la caducidad de éste. La renuncia no se presume.El


legatario podrá renunciar al legado en cualquier tiempo, desde la apertura de la sucesión.

El albacea. Definición. Caracteres. Designación. Capacidad

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 87


El albacea es la persona designada por el causante con la función de hacer cumplir las disposiciones
testamentarias.
Naturaleza Jurídica:
La doctrina no es pacífica respecto a la naturaleza del albacea. En consecuencia, se han desarrollado
distintas posiciones:
a) Es un mandatario post mortem del causante: el ejecutor testamentario es el mandatario del
causante, designado por él para hacer cumplir sus disposiciones de última voluntad. Tal mandato
presenta las siguientes notas específicas:
ir efectos a partir del fallecimiento del mandante;

Esta es la posición mayoritaria (Borda, 1994; Pérez Lasala, 2014).


b) Es un representante:

hecho
de que, con frecuencia, el albacea es designado para protegerlos contra el incumplimiento de las
mandas por el heredero;

justamente en la mayor parte de los casos, la designación del ejecutor testamentario tiende a evitar
los abusos de aquéllos y vigilar su actuación.

c) Teoría del oficio: el albaceazgo sería un oficio o cargo establecido en la ley.


d) Teoría de la curatela: el albacea es una “especie de curador de los bienes del causante legados en
el testamento” (Ollantay Caparrós, 2014, p. 567).

Caracteres:
1. Voluntario: el testador puede o no designarlo y el albacea no está obligado a aceptar esa
designación.

2. Personalísimo e indelegable: su designación importa un acto de confianza personal del causante.


Por lo tanto, el albacea no puede delegar el encargo que ha recibido; ni por su muerte pasa a sus
herederos. Ello no impide, sin embargo, que el albacea pueda designar mandatarios para que obren
a su nombre, siempre que ellos actúen bajo sus órdenes inmediatas, aun cuando se hubiese
designado albacea subsidiario.

3. Retribuido: El albacea tiene derecho a honorarios que se gradúan “conforme a la importancia de


los bienes legados y a la naturaleza y eficacia de los trabajos realizados”.

4. Temporal: ya que su duración está referida al cumplimiento de la misión, sin que la ley haya
señalado término a sus funciones.

5. El cargo del albacea puede o no ser unipersonal: pues el causante puede nombrar a una o más
personas para ejercer esa función.

Designación. Capacidad para ser nombrado albacea:

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 88


El albacea sólo puede ser designado por el testador en el testamento. La designación puede
realizarse en el mismo testamento cuya ejecución se quiere asegurar o fuera de éste, pero bajo las
formalidades establecidas para los testamentos.
En tal sentido, postula el art. 2524, primer párrafo, que: “El nombramiento del albacea debe
ajustarse a las formas testamentarias, aunque no se realice en el testamento cuya ejecución se
encomienda…”.
El albacea debe ser individualizado de tal manera que no exista duda sobre su designación.
En los casos que la designación se hace en virtud del cargo o función pública, se entiende que será
albacea quien ocupe el cargo al momento de la ejecución del testamento, cualquiera sea la persona
que lo ejerza.
Así, dice la norma en análisis, en su último párrafo, que: “cuando se nombra a un funcionario
público, la designación se estima ligada a la función, cualquiera sea la persona que la sirve”.

El art. 2524, en su segundo párrafo, establece que pueden ser albaceas:

[Podrán ser albaceas: los menores emancipados y los mayores de edad. Los designados deben ser
capaces al momento de ejercer el cargo; esto tiene su lógica, pues antes de la muerte del causante,
no tienen función que cumplir.];

entralizada o descentralizada”.

La facultad de designar albacea es indelegable; en consecuencia, será nula la cláusula testamentaria


que disponga que desempeñará el cargo la persona que sea designada por un tercero.

Atribuciones

Según el art. 2523:


Atribuciones. Las atribuciones del albacea designado en el testamento son las conferidas por el
testador y, en defecto de ello, las que según las circunstancias son necesarias para lograr el
cumplimiento de su voluntad. El testador no puede dispensar al albacea de los deberes de
inventariar los bienes y de rendir cuentas. Si el testador designa varios albaceas, el cargo es ejercido
por cada uno de ellos en el orden en que están nombrados, excepto que el testador disponga el
desempeño de todos conjuntamente. En tal caso, las decisiones deben ser tomadas por mayoría de
albaceas y, faltando ésta, por el juez.
Conforme a la norma, es dable señalar que:

respeto de la voluntad del causante.

los vacíos del testamento, siempre en el contexto del mismo.

Si bien el Código Civil y Comercial respeta la voluntad última del causante, ella resulta acotada en
dos supuestos:

En el primer supuesto, será dispensado de efectuar el inventario si los herederos o los legatarios lo
hicieron primero.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 89


Esta norma recepta la libertad del testador de designar uno o varios albaceas; así, podemos indicar
las siguientes posibilidades:
idual.

aunque en forma sucesiva. El albacea que hubiese cesado en su función o hubiese cumplido la labor
por la que fue designado, será seguido por el siguiente.

las decisiones se toman por mayoría y si no es posible llegar a una decisión, lo hará el juez.

los que se les hubiese dado una tarea o


función diferente, cada uno ejercerá en forma particular el albaceazgo. De esta manera, la
responsabilidad por la actuación de uno no afecta a los restantes.

Deberes y facultades. Rendición de cuentas. Responsabilidad

Facultades del Albacea:


Como vimos precedentemente, las facultades del albacea serán las que designe el causante en el
testamento o, en defecto de ello, las que según las circunstancias sean necesarias para lograr el
cumplimiento de su voluntad.
Las facultades propias del albacea son las que resultan necesarias para ejecutar el testamento. Por
ejemplo, tiene facultad para exigir a los herederos y legatarios el cumplimiento del cargo que el
testador les hubiese impuesto; en el caso en que hubiese herederos, puede adoptar medidas de
conservación de los bienes de la herencia, pero no de administración, salvo que esta facultad le
hubiese sido dada por el testador (situación diferente cuando no tuviese herederos).
El art. 2529 prescribe que “cuando no hay herederos o cuando los legados insumen la totalidad del
haber sucesorio y no hay derecho a acrecer entre los legatarios, el albacea es el representante de la
sucesión”; en consecuencia, entre las facultades comunes se pueden mencionar:
155 Ley 26.944 promulgada por Decreto 1975/2014, Libro Quinto, Título XI, Cap. 7. Código Civil
y Comercial de la Nación.

vacante…

cumplir la voluntad del causante. (Ollantay Caparrós, 2014, p. 585)

El albacea tiene la facultad de representar a la sucesión y de intervenir en los juicios en los que se
discute la validez del testamento o el alcance de las disposiciones testamentarias, aun cuando
hubiese herederos instituidos.

Deberes del albacea:

otros). Habiendo menores, herederos ausentes o que deban estar bajo curatela, el inventario debe ser

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 90


judicial. El inventario deberá ser realizado en todos los casos, ya que el testador no puede dispensar
al albacea de tal obligación.

caso, se suspende la ejecución hasta que se resuelva la controversia. Esto se establece con el fin de
proteger la legítima. Es la función típica de ejecución de la voluntad del causante, pues ejecutar el
testamento es esencialmente pagar los legados.
be reservar los bienes suficientes para proveer a las disposiciones del testador y darles el
destino correspondiente.

hubiese impuesto.

herederos de su administración, aunque el testador lo hubiese eximido de


hacerlo.

Responsabilidad:
“El albacea responde por los daños que el incumplimiento de sus deberes cause a los herederos y
legatarios”.
El Código Civil y Comercial sigue el criterio fijado por el Código Velezano.
El albacea deberá responder por los daños causados a los herederos o legatarios derivados del
incumplimiento de sus funciones. Tal responsabilidad es una consecuencia lógica de las
obligaciones de ejecución del mandato del causante158, de inventariar los bienes y de rendir
cuentas159. Surge ante el incumplimiento de la manda (con dolo o culpa) y el consecuente daño a
los herederos y legatarios.
El Código vigente limita los sujetos ante quienes debe responder el albacea; estos son; los herederos
y legatarios. Sin embargo, la doctrina mayoritaria estima que aquel debe responder por los daños
que ocasiones a cualquier persona (acreedores de la sucesión, beneficiarios de un cargo, etc.), pues
no hay razón para eximirlo de ello, lo que resultaría contrario al orden jurídico.

Facultades de los herederos y legatarios:


Están reguladas en el art. 2528 del Código Civil y Comercial.
La regla es que:
Los herederos y los legatarios conservan las facultades cuyo desempeño no es atribuido por la ley o
por el testador al albacea.
Los herederos pueden solicitar la destitución del albacea por:

Pedida la destitución, será el juez quien evaluará las circunstancias y las causales en las que se
funda tal solicitud.
Por otra parte, en cualquier tiempo pueden poner término a su cometido pagando las deudas y
legados, o depositando los fondos necesarios a tal fin, o acordando al respecto con todos los
interesados.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 91


Los herederos y legatarios pueden solicitar las garantías necesarias en caso de justo temor por la
seguridad de los bienes que están en poder del albacea. En este supuesto, el albacea podrá dar fianza
u otra seguridad para continuar en el ejercicio de su función.

Conclusión del albaceazgo

El albaceazgo acaba:
a) por la ejecución completa del testamento,
b) por el vencimiento del plazo fijado por el testador,
c) por la muerte del albacea,
d) por su la incapacidad sobreviniente,
e) por renuncia, y
f) por la destitución ordenada por el juez.
Ante el cese de función del albacea designado, si subsiste la necesidad de cubrir la vacancia, el juez
lo designará previa audiencia con los herederos y legatarios.
La norma en análisis no exige a los legitimados solicitar la conclusión del albaceazgo, por lo que se
entiende que es amplia.

Florencia Cordoba Baigorri | EFIP 2 92

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