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La historia de Balian Buschbaum: dejó la alta competencia para cambiar de sexo

"Viví siempre en el cuerpo equivocado", explica el alemán, quien representó a su país en


los Juegos de Sydney como mujer; ahora es "Balian", tiene novia y trabaja como entrenador

Yvonne Buschbaum nació el 14 de julio de 1980, en la ciudad de Ulm, en Alemania. Su


historia es conocida y es uno de los casos más emblemáticos del cambio de identidad.
Yvonne participó de los juegos de Sydney 2000 en salto con garrocha y se llevó un diploma
al ser finalista y terminar en la sexta posición.

El 21 de noviembre 2007, Buschbaum anunció su retiro del deporte, atraido por el deseo de
comenzar el cambio de sexo. "Durante muchos años sentí que vivía en un cuerpo
equivocado. Me sentía un hombre y debía vivir en un cuerpo de mujer", dijo. Desde
entonces, Yvonne Buschbaum pasó a llamarse Balian, en honor al personaje que interpreta
Orlando Bloom en "El Reino de los Cielos".

”Los que me conocen, saben que esto me estaba marcando”, dijo en noviembre pasado la
deportista, confirmando varios trascendidos de prensa. Ahora iniciará un tratamiento de
hormonas, cambiará de identidad, pero aseguró que no va a participar en competencias
masculinas.

La decisión de cambiarse de sexo está motivada, dijo, por “el desequilibrio interior” que
siente. No se trata sólo de un problema anímico, ya que cree que la situación fue
desencadenante de una serie de lesiones graves que padeció, y que derivaron en cuatro
operaciones de las que nunca se restableció por completo.

“Los años de discrepancia entre la apariencia y el verdadero ser han dejado sus secuelas, y
en lo físico se expresaron en las lesiones en el tendón de Aquiles que sufrí. Una lesión
crónica es siempre una consecuencia lógica de que no le está yendo bien al alma”, describe
sus sensaciones Buschbaum, que además de deportista es soldado en el ejército alemán.

Anunció que una vez que haya superado la operación se cambiará el nombre de pila, sin dar
a conocer cómo pasará a llamarse. Sabe que es un paso a la ofensiva que muchos no
entenderán, pero por el que pide compresión y respeto.

“Soy consciente de que la transexualidad es un problema marginal, pero no quiere ser parte
de esa marginación, y menos todavía jugar a las escondidas”, explica en su página personal,
orgullosa de “dar este paso en plena conciencia”, de saber lo que está haciendo.

La atleta subrayó explícitamente que todos los éxitos deportivos los logró como mujer, por
sus dotes naturales, sin haber manipulado nada. “No me dopé”, aseguró, tratando de evitar
de que se la compare con la ex atleta Heidi Krieger, una campeona europea de peso que a
raíz de los tratamientos de hormonas masculinas que sufrió bajo el régimen deportivo en la
extinta República Democrática Alemana, se operó y se convirtió en hombre, con la nueva
identidad de Andreas Krieger.

El reglamento no impide que Buschbaum, una vez superada la operación transexual, pueda
participar en competencias deportivas masculinas, como por ejemplo los Juegos Olímpico
de Londres 2012. El Comité Olímpico Internacional (COI) contempla expresamente la
participación de atletas transexuales desde 2004.

Sin embargo, Buschbaum descartó esa opción. “No me hago a la idea. El mundo del
deporte es muy pequeño. Para mí tiene mayor importancia la expectativa de ahora de vivir
algo mucho más grande que eso”, dijo. La atleta considera que “ser diferente es algo
normal”. “No sólo el río es normal, también lo son sus olas que lo van formando.

“Estoy feliz de estar recorriendo este camino”, indica en el mensaje a la opinión pública
con el que explica su decisión.

Para hacer realidad a ese sueño, Yvonne se sometió primero a un tratamiento hormonal y
luego los médicos le amputaron el pecho y le implantaron pene y testículos. Tras la larga
operación que duró nueve horas y los complicados trámites sobre la modificación de sus
datos, la deportista consiguió su nuevo nombre: Balian Bauschbaum.

Balian dijo a los periodistas que “después de recuperarme de la operación, envié un


mensaje a mis amigos declarándoles con orgullo que ya soy un verdadero varón. A veces
me despierto con dos huevos espléndidos y una formidable erección matinal”. Mientras fue
una chica, Balian nunca jugó con muñecas, y al contrario su interés se centraba en los
vehículos y motocicletas.

Tras someterse a una operación para la reasignación de sexo, el caso de Balian se hizo aún
más conocido. Pasó a estar en completa armonía entre su cuerpo, su mente y su corazón.
Con un físico privilegiado, Balian trabaja como entrenador de atletas en salto con garrocha
y, también, como personal trainner.

Pasó a estar en completa armonía entre su cuerpo, su mente y su corazón.

Linkografía

García, F. (2014). La historia de Balian Buschbaum: dejó la alta competencia para cambiar
de sexo: Copyright 2014 SA LA NACION, Canchallena, pp(1). Recuperado de:
http://canchallena.lanacion.com.ar/1735709-transgenero-yvonne-balianbuschbaum
La atleta intersexual Semenya consigue volver a las competiciones internacionales

En los recientes Juegos Olímpicos de Londres 2012 alcanzó la medalla de plata en la


carrera de 800 metros y fue la abanderada de su país, Sudáfrica.
La atleta Caster Semenya, de 21 años, apareció por primera vez en 2009 cuando ganó la
medalla de oro en los 800 metros en el campeonato mundial, consiguiendo una marca de
tiempo impactante de 1:55:45, marca que se vio fraguada por una controversia de prueba de
sexo que le dejó casi un año fuera de las competiciones internacionales.

La joven sudafricana se vio obligada a someterse a pruebas de género por la Asociación


Internacional de Federaciones de Atletismo. Los análisis médicos se realizaron tras su
impresionante debut en las competiciones internaciones, alcanzando el título mundial con
18 años y un tiempo récord. Su porte masculino, fornidos abdominales y voz profunda
atenuaron aún más los rumores sobre su género.

"El cuestionamiento de su género está basado en la imagen estereotípica de su físico y


habilidades atribuidas a la mujer. Ese tipo de estereotipos demuestra qué tan extendido está
el patriarcado en la comunicad deportiva mundial" declaró la ministra sudafricana para la
mujer, Noluthando Sibiya.

Semenya no dispone ni de útero ni de ovarios, según el reporte médico realizado, la


deportista tenía testículos sin descender lo que le proporcionaba el triple de niveles de
testosterona que otras atletas.

La IAAF recomendó a Semenya someterse a una intervención quirúrgica debidos a los


potenciales problemas de salud que su condición podía ocasionarle. Incluso después de
conocerse la noticia de su permiso para volver a las competiciones se siguieron ocultando
las informaciones acerca de su tratamiento declarados como asuntos de confidencialidad.
Desde entonces, Caster Semenya puede participar en las competiciones como mujer.

Tras conocerse la noticia, la atleta sudafricana quiso declarar a los medios de comunicación
su felicidad por el fallo que le permitiría volver a las carreras. "Estoy muy contenta de
entrar en la élite atlética mundial una vez más. Correr es todo para mí. Cuando corro, soy
feliz", declaró Semenya.

Además del escándalo sobre su género, una lesión en la espalda en 2010 le obligó a
retirarse de los Juegos de la Mancomunidad. En los mundiales del pasado año en Corea del
Sur quedó en segundo lugar en la prueba de los 800 metros.

Abanderada y medallista en Londres 2012

Pero, la suerte volvió de nuevo para Caster Semenya que con una amplia sonrisa llevó la
bandera de Sudáfrica en la ceremonia de inauguración de los Juegos de Londres.
En los recientes Juegos Olímpicos de Londres 2012 alcanzó la medalla de plata en la
carrera de 800 metros, con una marca de 1:57:23 por debajo de la rusa Mariya Sarinova con
un tiempo de 1:56:19.

Linkografía

Fuster, K. (2012). La atleta intersexual Semenya consigue volver a las competiciones


internacionales: Cáscara Amarga, Periodismo y diversidad, pp (1). Recuperado de:
http://www.cascaraamarga.es/deportes/2718-semenya-intersexual.html#.VFGdqvmG9qU
Jenna Talackova, la transgénero que sacudió Miss Universo

Desfiló en las pasarelas del certamen y avanzó al grupo de las 12 finalistas. Entrevista de
'Bocas'.

En 2012 tuvo la osadía de postularse como aspirante a Miss Universo Canadá. Sin
embargo, al ser descubierta y descalificada por ser una mujer transgénero, protestó, se armó
de argumentos legales en contra de la organización –propiedad del magnate Donald
Trump–, peleó, ganó y logró concursar en el reinado. Hoy, en revistas de moda como Elle y
en el reality televisivo Nuevas Chicas Valientes, sobrepasa los límites de lo que se
considera “femenino”. Ella es Jenna Talackova, el nuevo símbolo de la diversidad de
género.

Se llama Jenna Talackova, alguna vez –hace po-cos años– se llamó Walter y fue la primera
mujer transgénero en competir en un certamen de Miss Universo, el concurso de belleza
más popular en el mundo.

Nació en la ciudad de Vancouver, ubicada en el es-tado de Columbia británica en Canadá, a


pocos ki-lómetros de la tribu indígena babine, de donde pro-viene su mamá.

De Walter pasó a ser Page, y de Page pasó a ser Jenna, la mujer transgénero que, pese a
tener unos ojos pequeños y rasgados, posee una mirada pro-funda y penetrante que sabe
acompañar con un delicado movimiento de manos a la hora de hablar.

“Me empecé a vestir con faldas a los ocho años, me veía como un niño lindo,” dice Jenna,
quien casi siempre lleva su cabello rubio recogido sobre la ca-beza, en una especie de rueda
que, además, permi-te ver varios aretes pequeños en sus orejas.

Su adolescencia fue la oportunidad perfecta para transformar su apariencia. Empezó a


tomar pasti-llas hormonales que le aumentaron los senos mien-tras disminuía la aparición
del vello en su rostro.

Ni entonces, ni a los 19 años cuando se sometió a la cirugía de reasignación de género –que


es la supre-sión de su genital–, creyó que era transgénero, una palabra inexistente en el
lenguaje de sus familiares indígenas, quienes solo pueden ver a Jenna como una mujer de
“dos espíritus”.

Por ello, la tribu la apoyó no solo moralmente, sino también económicamente cuando
decidió inscribir-se a Miss Universo Canadá, en 2012, tres años des-pués de la cirugía.

Aunque reconoce su lucha para ser una pionera en cuanto a diversidad de género en los
concursos de belleza, insiste en que hubiese preferido pasar por el certamen como cualquier
otra candidata en la búsqueda del reconocimiento como la mujer más hermosa de su país y
el mundo.
De hecho, Jenna no le informó a Miss Universo Canadá que era transgénero. Ella
simplemente presentó sus documentos de identidad, que cer-tificaban que ella era del sexo
femenino. Al ser seleccionada entre las 65 finalistas, uno de los organizadores del concurso
se dio cuenta de que había participado dos años antes en Miss Queen International,
dedicado exclusivamente a mujeres transgénero. Fue entonces cuando le cayó el título de la
“primera mujer transgénero en Miss Universo” y, con todo el peso de esa corona virtual,
fue expul-sada del certamen.

No se amargó con la derrota y, en cambio, protestó en contra de la decisión del reinado. No


fue una ba-talla fácil, pues detrás de la organización Miss Uni-verso estaba su dueño, el
magnate Donald Trump, que se negó rotundamente a volver a admitir a Ta-lackova.

Para desafiar el poder de Trump, Jenna no esta-ba sola: la controversial abogada feminista
Gloria Allred pidió reversar la decisión o, de lo contrario, llevaría el caso a las cortes. El
escándalo por la can-didata transgénero se volvió el centro del debate en redes sociales, al
punto que en Change.org se reco-gieron 35.000 firmas a favor de Talackova.

En medio del vaivén de ataques entre la aboga-da Allred y Trump, la organización Miss
Universo tuvo que emitir un comunicado de prensa, junto con la organización defensora de
la comunidad LGBT GLAAD. Se trataba de la aceptación de Jenna en Miss Universo
Canadá y el anuncio de un futuro trabajo conjunto entre el certamen y GLAAD para
flexibilizar las políticas rígidas del reinado, de modo que las candidatas no tengan que
haber nacido na-turalmente como mujeres.

Contra viento y marea, en el 2012 Jenna Talackova desfiló en las pasarelas del certamen y
avanzó al grupo de las 12 finalistas. No ganó, pero tampoco lo necesitaba, pues el
escándalo ya había abierto un camino hacia el modelaje y a su propio reality de televisión
Nuevas Chicas Valientes, que se puede ver todos los domingos a las diez de la noche en el
canal E! Entertainment Canadá y que, posiblemente, emitirá el mismo canal en los Estados
Unidos y Latino-américa.

Transgénero o no transgénero, mujer o no mujer, lo cierto es que Jenna, con su piel tersa y
un poco bronceada, parece una bailarina de porcelana: muy delgada y con unas piernas
alargadas. Su tono de voz es intermitente, a veces más o menos agudo, y suena más chillón
cuando menciona su fascinación por el k-pop, es decir, la música y las telenovelas de la
cultura pop coreana.

Después de observar una y otra vez cómo se des-envuelve como una mujer, es imposible no
estar de acuerdo con la aclamada periodista estadouniden-se Bárbara Walters que dijo, en
medio del escánda­lo, que Jenna Talackova era “todo un bombón”.

¿Qué es ser una persona transgénero?


A mí no me gusta que me definan como transgé-nero, porque me considero una mujer y
legalmente soy una mujer. Siento que nací en el cuerpo equivo-cado, es decir, en el de un
hombre. Pero desde muy pequeña he creído que soy una mujer.

¿Cuál es la diferencia entre travesti y transgé-nero?

Me imagino que la cirugía de reasignación de gé-nero, que algunas tenemos y otras no. A
mí no me gusta que me comparen por ejemplo con Rupaul, la actriz y cantante que
compartió escenario con El-ton John en la canción Don´t Go Breaking my Heart. Rupaul es
una travesti, yo soy una mujer.

¿Cómo fue nacer y crecer en el cuerpo equivo-cado?

Yo nací en Vancouver, Canadá, bajo el nombre de Walter Talackova. Tengo cuatro


hermanos, pero ellos son 18 años mayores que yo. Por ende, no ju-gaba mucho con ellos
durante mi niñez. Me acuerdo que en esa época jugaba con una Sailor Moon y los Power
Rangers. A los ocho años de edad me em-pecé a vestir como una niña. Inicialmente me veía
como un niño lindo. Me acuerdo que en esa época me gustaba vestirme con una falda de
cuadros y una blusa. Por fin pude empezar a jugar con la ropa. Aunque en el colegio fui
aceptada por las niñas más populares, a veces me molestaban con sobrenom-bres.

¿Su familia también es canadiense?

Muchas personas me preguntan si tengo algún an-cestro de Asia, pero no tengo ninguno. Es
curioso porque me gusta mucho la cultura coreana. Mis an-cestros son indígenas, quizá de
ahí saqué los ojos achinados.

¿Tiene una obsesión por la cultura coreana?

No sé si sea obsesión, pero sí me gusta mucho. Cuando estoy descansando mi pasatiempo


favo-rito es ver novelas y escuchar música coreana. Mi película favorita de Corea del Sur se
llama Belleza de 200 libras y la novela Mi nombre es Kim Sam Soon. Si hablamos de K-
pop, escucho mucho a Af-ter School, Big Bang, T-ara, BTOB. Hasta ahora he podido ir
muy pocas veces a Corea y uno de los via-jes más recientes a este país fue cuando me
corregí una previa cirugía a mi nariz.

¿Cuándo empezó el proceso de transición de gé-nero?

A los 14 años empecé a tomar pastillas hormonales. Unos tres años después comencé una
evaluación siquiátrica de dos años para que el Gobierno cana-diense certificara que era del
sexo femenino. Final-mente a los 19, en junio de 2008, el doctor Pierre Brassard me operó
mis partes íntimas. El costo de la cirugía fue de 19.500 dólares canadienses y fue cubierto
totalmente por el Gobierno canadiense. El único gasto de mi bolsillo fue el tiquete de
Vancou-ver a Montreal, donde se realizó la operación.
¿Fue difícil la aceptación de su transición de parte de su familia indígena?

No, porque mi familia indígena pertenece a la tribu babine en el estado de Columbia


Británica en Cana-dá. Yo nací en la ciudad más grande de este estado: Vancouver. En todo
caso, en esta tribu existe una concepción distinta de mujeres como yo. Ellos con-sideran
que mujeres nacidas con partes de hom-bres son doblemente bendecidas, pues tienen el
espíritu tanto masculino como femenino. Incluso algunos se desempeñan como sanadores o
shama-nes.

¿Cuál fue su primer trabajo en el modelaje?

Después de mi cirugía de reasignación de género, mi primer trabajo como modelo fue para
una bou-tique en Vancouver.

¿Cuenta con documentos oficiales del Gobierno canadiense que certifican que es del sexo
feme-nino?

Sí, mi certificado de nacimiento, licencia de condu-cir y pasaporte dicen que yo soy una
mujer y, por ello, decidí inscribirme a Miss Universo Canadá 2012. No me pusieron ningún
problema: nadie sos-pechó nada. Hasta que uno de los organizadores me reconoció y se dio
cuenta de que había partici-pado antes en una competencia solo para transgé-neros, en
Tailandia.

¿Por qué decidió entrar a Miss Universo, si ya había participado en el concurso de belleza
en Tailandia?

Inicialmente mi mamá estaba preocupada de la gran exposición que tendría en estos


concursos, pero después me apoyó y me presenté a Miss Uni-verso. Yo soy legalmente una
mujer y siento que soy hermosa tanto físicamente como en mi interior. Yo estaba
consciente de las normas para participar en este concurso y consideraba que cumplía con
todas las reglas.

Una vez fue expulsada del concurso de belleza, la famosa abogada Gloria Allred asumió la
de­fensa de su caso…

La reputación de Gloria Allred como pionera de los derechos civiles es ampliamente


conocida. Ella fue quien habló en nombre de algunas de las amantes del golfista Tiger
Woods, de la actriz de porno Gin-ger Lee (que estuvo involucrada con el político
esta-dounidense Anthony Wiener), y la exintegrante de Spice Girls, Mel Brown, entre otras.
Por ende, no fue una sorpresa que asumiera mi caso. Una amiga cer-cana nos puso en
contacto e hicimos clic inmedia-tamente. Estuve muy satisfecha con el entusiasmo que
demostró Allred para ganarle a la organización del certamen y a su dueño Donald Trump.
Dado que el Gobierno canadiense había reconocido legalmen-te que pertenecía al sexo
femenino, Allred y yo le solicitamos al certamen reversar la expulsión, an-tes de llevar el
caso a las cortes. Efectivamente el concurso se echó para atrás y pude competir, tal y como
puede hacerlo cualquier otra mujer.

¿Alguna vez conoció a Donald Trump?

Él estuvo detrás de mí expulsión de Miss Univer-so Canadá, pero nunca lo conocí. Me


enteré de que Donald Trump hizo un juego de palabras con mi nombre. Mi nombre y
apellido previos eran Walter Talackova. Después de la transición solo cambié mi nombre
por Jenna. Si se toma el nombre y la primera parte del apellido suena “JennaTal”, que en
inglés suena como “genital”, es decir, como una referencia a los genitales. Por ello Trump
decía que pareciera que mi nombre tuviese un motivo ulterior o escondido, pero se trataba
de una forma en que él se burlaba de la supresión de mis partes íntimas.

En mayo de 2012 logró desfilar en las pasarelas de Miss Universo Canadá, ¿este tipo de
concur-sos son muy competitivos?

En cualquier clase de competencia, uno se enfrenta a todo tipo de personalidades. Algunas


candidatas fueron competitivas y rudas, pero también conocí personas agradables durante
esta experiencia. In-cluso fui elegida como Miss Simpatía. Sigo siendo amiga con algunas y
una de ellas, Dajana, es una de las protagonistas de mi show Nuevas Chicas Va-lientes.

En medio de la controversia por su participa-ción en el reinado, la reconocida periodista


es­tadounidense Bárbara Walters la entrevistó en el set del programa Abc News…

Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Fue un honor conocer a Bárbara.
Estuve en el pro-grama con mi mamá. Ella siempre quiso tener una hija, pero no aprobó
inicialmente el proceso de transición. Fue algo que hablamos durante el pro-grama. Por eso
durante mi adolescencia me fui a vivir con mi papá durante un tiempo y llegó el mo-mento
de decirles a mis padres lo que quería y era mi prerrogativa. Le consulté a un médico y
empecé a tomar pastillas hormonales. Aunque cada vez que veo esa entrevista me siento
fatal: no me gus-ta cómo se veía mi pelo.

La actual Miss Universo, Gabriela Isler, le dijo al medio digital Hufftington Post que ella
con-sidera que “las mujeres transgénero deberían participar en certámenes internacionales
de su propio equipo”. ¿Qué opina?

Gabriela obviamente tiene derecho a sus propias opiniones. El cambio verdadero inspirará
distintos puntos de vista y el progreso toma tiempo. Perso-nalmente me gustaría ver a más
mujeres transgé-nero compitiendo en los grandes certámenes de belleza del mundo.

Se podría decir que sentó un precedente para que otras mujeres transgénero pudiesen
parti­cipar en estos concursos de belleza…
Me emocioné mucho de ver que una mujer como yo, Kylan Arianna Wenzel, fuese
aceptada el año pasado en el concurso de Miss California, y que mi-les de personas hayan
firmado una petición en la plataforma en línea change.org para que las reglas de Miss
Universo sean cambiadas formalmente en todo el mundo. Por ahora es un tema candente y
habrá mucho escrutinio y discusión alrededor de cualquier mujer transgénero que se
inscriba al concurso.

Desde que participó en el certamen, ¿su carrera en el modelaje ha despegado?

Hace poco modelé para la edición de enero de 2014 de la revista Elle y este había sido uno
de los gran-des sueños de mi vida. Antes del reinado no había sido posible. Poco tiempo
después de la cirugía de reasignación de género participé en un concurso organizado por
esa publicación, pero no fui elegida y me sentí muy mal. Ahora, tras el reinado, el sue-ño
de ser retratada por esta prestigiosa revista se hizo realidad. Mi publicista me llamó y me
comentó que Elle deseaba dedicarme cinco páginas: ¡no lo podía creer!

¿Es cierto que uno de sus sueños es convertirse en modelo de Victoria’s Secret?

Es un sueño porque la marca está definida por mujeres fuertes y hermosas en el mundo.
Aunque yo sé que es difícil que me vuelva una modelo de Victoria’s Secret. Al mismo
tiempo es innegable que la opinión pública está cambiando. Hace poco la revista
Cosmopolitan hizo un artículo sobre las modelos transgénero que dominarían el show de
pasarela de Victoria’s Secret y fui la segunda de la lista.

¿Qué es lo que menos le gusta de modelar?

Los tacones. Cuando tengo que usar tacones de más de seis pulgadas, no me gusta,
especialmente cuando tengo que usarlos para ir a eventos espe-ciales. Es que soy alta, mido
1,85 metros, y esos tacones me hacen ver demasiado alta.

¿Cómo fue su video-reclamo ante la Organiza-ción Mundial de Salud (OMS)?

Cuando participé en el concurso estaba lejos de pensar que yo terminaría combatiendo la


discri-minación contra nosotras. Entonces me uní a la petición ante la Organización
Mundial de Salud (OMS) en contra del tratamiento del transgeneris-mo como un desorden
mental. Al fin de mostrar mi desacuerdo, grabé un video para que se dejara de incluir a
mujeres como yo en la lista de enfermeda-des.

¿Posaría desnuda?

En el futuro podría posar desnuda para PETA (la Organización por el Tratamiento Ético de
los Ani-males). Pero no quiero posar desnuda con el único fin de posar desnuda, como
sucedería si lo hiciera para Playboy. En cambio lo haría por PETA porque es una causa en
la que realmente creo. De hecho, en enero pasado fue lanzada una campaña con esta
organización: visto un bikini hecho a partir de vegetales y es la forma en que defiendo a los
vege-tarianos y, obvio, a los animales.

¿Alguna vez se ha enamorado?

¡Claro! He estado enamorada y hasta ahora he teni-do dos relaciones serias.

¿Novios o novias?

Novios. Creo que las relaciones personales son pre-cisamente eso, entonces preferiría no
dar detalles. Eso sí aclaro: mi transición es algo que discuto en algún momento con el
hombre con el que salgo. Es un tema que surge cuando me siento totalmente cómoda para
hablarlo. Pero no hay un momento en particular para compartirlo: puede tomar una hora o
un mes.

Empezó 2014 con un nuevo reality…

El reality se llama Nuevas Chicas Valientes y regis-tra mi vida en Vancouver, así como mi
mudanza a Toronto para tener un mayor reconocimiento. Ac-tualmente se puede ver todos
los domingos a las 10 p. m. en E! Entertainment Canadá.

¿La cámara la sigue en todas sus activida-des?

Es una serie dramática y la cámara me sigue espe-cialmente en mi búsqueda de trabajo


como actriz y modelo. Durante el reality busco apartamento y también logro conseguir
increíbles oportunidades de modelaje e incluso audiciones para películas de Hollywood.
Estuve en Los Ángeles, Nueva York, Las Vegas en los Estados Unidos y Toronto y
Van-couver en Canadá. En el programa también podrán ver a mi publicista, Vanessa, mi
prima Ángela y mi amiga Dajana, que conocí mientras competíamos por el título de Miss
Universo Canadá.

Y desde que se terminó la grabación del reality, ¿qué ha hecho?

Me siento aliviada porque he tenido tiempo para cuidarme y me quedé durante un tiempo
en mi ciu-dad, Vancouver. Durante la filmación, mi alimen-tación no fue la mejor. Estudié
nutrición holística, entonces soy muy consciente de lo que como. Tras el reality hice una
limpieza de mi cuerpo: alimenta-ción a través de líquidos nutricionales.

En su cuenta de Twitter se ven fotos de su úl-timo viaje a Corea del Sur el pasado
diciembre ¿Ha pensado conocer otros países, por ejemplo, en Latinoamérica?

Nunca he ido, pero quisiera ir. En octubre del año pasado fui invitada para ser jurado del
primer con-curso de belleza de transgénero en Colombia que, entiendo, se celebra durante
la semana de la diver-sidad sexual en Bogotá. Era cuestión de abrir un hueco en mi horario
de grabación del reality: real-mente quería viajar a Colombia. El representante del reinado
tampoco me confirmó mi participación. Lo cierto es que las reinas de belleza venezolanas y
colombianas son tan hermosas. Las mujeres co-lombianas son muy lindas.

Ahora que vive plenamente como una mujer, ¿qué les diría a quienes atraviesan
actualmente el proceso de transición de género?

Me siento empoderada y estoy creciendo en la mu-jer que siempre quise ser. Tengo un
programa de televisión, muy buenos amigos, una familia que me apoya y un futuro
prometedor. ¿Qué más pue-do pedir? Lo que sí puedo decir es que la decisión de la
transición de género solo la puede tomar uno mismo, nadie más. Y punto

Linkografía

Plaza, M. (2014). Jenna Talackova, la transgénero que sacudió Miss Universo:


COPYRIGHT © 2013 2014 EL TIEMPO Casa Editorial. Últimas noticias, pp (1).
Recuperado de: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13510575

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