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Clase de Roberto Baschetti dada en la Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Periodismo y

Comunicación Social en el segundo semestre del año 2.000; en el marco de la materia que brinda,
titulada “Una interrelación entre Periodismo e Historia Política Argentina”.

JORGE RICARDO MASETTI Y “PRENSA LATINA”

La vida de Jorge R. Masetti

Nace el 31 de mayo de 1929 en Avellaneda, en el seno de una


familia burguesa en decadencia, a punto tal que su padre queda
como empleado en el frigorífico del cual había sido dueño.

Niño de salud enfermiza y de imaginación desbordante, su infancia


coincide con la llamada “década infame” en Argentina.

En 1949 cumple con el servicio militar obligatorio en la Armada,


como sanitario en el buque “Pueyrredón” lo que le sirve para
conocer buena parte del mundo.
Su primer acercamiento con el mundo del arte data de 1954, en que
un grupo independiente estrena su obra teatral “La noche se
prolonga”.

En 1957 comienza a trabajar como reportero para radio “El Mundo”


de Buenos Aires, que lo envía a Cuba al año siguiente. Estaba por
ese entonces casado y con dos hijos.

En el verano de 1958, Masetti no había aún cumplido 30 años y ya


en Cuba realiza una de las más extraordinarias hazañas que puede
realizar un periodista. Llega a La Habana con la idea de entrevistar a
Fidel Castro y al “Che” Guevara, guerrilleros rebeldes que luchan
desde la Sierra Maestra contra la dictadura de Fulgencio Batista, un
sargento del ejército, devenido dictador y apoyado por EE.UU.

Los contactos que realiza dan resultado y logra subir a la Sierra en


forma clandestina y convivir tres meses con los guerrilleros,
entrevistarlos y dar parte de las notas por la misma radio Rebelde
(que se escuchaba en forma clandestina en toda Cuba). Además
construye una gran amistad, fundamental para su futuro, con el Che.
También observa y denuncia las barbaridades del ejército batistiano:
que van desde el asesinato de niños sospechados de colaborar con la
guerrilla hasta el arrasamiento de poblaciones campesinas con
napalm y fósforo blanco.

Para cumplir con su misión periodística, puso en riesgo su vida.


Recorrió jornadas enteras a lomo de mula o a pie, durmió en el suelo
o a la intemperie y debió eludir el fuego aéreo de los aviones
batisteanos cuando subía a la sierra. Vistió ropas de campesino y el
uniforme del ejército rebelde, pasó por técnico extranjero y turista
alemán, por vendedor de libros y por marido de una campesina
obesa y desgreñada. Todo para obtener la nota exclusiva que era dar
a conocer al mundo los ideales de esa guerrilla en la propia voz de
Fidel y el Che.
Pero ahora viene lo increíble. Vuelve a La Habana clandestino y con
todo el servicio secreto del dictador siguiéndole los pasos y ya
presto para volverse a la Argentina, cuando constata que Radio “El
Mundo” no recibió los materiales grabados. Contra todos los
consejos y sugerencias, regresó a la sierra y los grabó de nuevo. Una
campesina lo proveyó de una pistola de calibre reducido, una 22,
obviamente no para combatir al ejército, sino para suicidarse antes
de ser capturado con vida.

Su reportaje es llevado al libro en “Los que luchan y los que lloran”


(Editorial Freeland, Buenos Aires 1958). Libro que lleva un prólogo
de Rodolfo Walsh, que no duda en reconocer en ese libro “la mayor
hazaña individual del periodismo argentino”.
Masetti había llegado a Cuba lleno de dudas y prevenciones. El
único pasado político que se le conocía a Masetti era un paso fugaz
por la Alianza Libertadora Nacionalista, las antípodas precisamente
de una organización revolucionaria de izquierda. (Es un caso igual
que el de Walsh. Jóvenes antiimperialistas que ven en Gran Bretaña
la pérfida cara del colonialismo en nuestra patria y se alistan para
combatirla en la única organización que para entonces le hace frente
y existe).

Su interés era concretamente conocer los objetivos y aspiraciones


del “Movimiento Revolucionario 26 de Julio” que encabezaba Fidel
Castro. Su meta parecía descabellada: llegar a la sierra y conocer a
Fidel. Cuando lo hizo, se convirtió en un hombre ganado por -según
sus propias palabras-, “la insuperable experiencia colectiva de un
pueblo en revolución”. A partir de entonces vivirá para la
Revolución: “que es el quehacer de los hombres honrados”. Tan
fuerte lo marcó esa experiencia, que en el libro antes citado, al
referirse a su vuelta en avión a la Argentina, una vez lograda la
proeza periodística, escribe “La Habana se fue quedando abajo,
atrás, pequeña, con sus rascacielos y su cimbreante malecón. Creí
que una vez fuera de ella, sin policías secretos, (ni chivatos
delatores), ni agentes del FBI debajo de las alfombras, me sentiría
alegre, satisfecho. Pero no era así. Me encontré dentro de mí con
una extraña, indefinible sensación de que desertaba... de que
retornaba al mundo de los que lloran”.

La creación de “Prensa Latina”. (PL).

El triunfo revolucionario de enero de 1959 en Cuba, es una luz para


todo el Tercer Mundo, pero especialmente para América Latina. El
imperialismo estadounidense y la reacción internacional
rápidamente tratan de empañar con mentiras y tergiversaciones, la
imagen y los logros de la Revolución Cubana en el extranjero.

Esta actitud de los poderosos del mundo, obliga al gobierno


revolucionario a lanzar la “Operación Verdad”, que reunió en La
Habana a unos 400 periodistas de todo el mundo simpatizantes de la
Revolución. El propio Fidel Castro habló: “Les digo que la prensa
de América debiera estar en posesión de medios que le permitan
conocer la verdad y no ser víctima de la mentira. Por mi parte,
personalmente, estoy dispuesto a hacer todo lo que sea necesario
para la buena información de los pueblos de América Latina”.

Es que los revolucionarios de América Latina conocían de cerca la


extrema peligrosidad de las agencias norteamericanas,
especialmente cuando se trataba de alterar formas de gobierno
dictatoriales o cuando se tendían líneas progresistas que entraban en
colisión con los intereses económicos norteamericanos.

Luego de la “Operación Verdad” se cristaliza la idea de crear una


agencia independiente, diferente a las empresas de la información
manipuladas por el imperialismo, como United Press y Associated
Press, que tenían un poder transnacional inmenso.

Veamos un ejemplo del mismo. Estas empresas periodísticas,


oportunamente, en 1954, organizaron una maniobra coordinada para
acusar, desprestigiar y luego derrocar al gobierno de Jacobo Arbenz
en Guatemala. Desde el mismo día que el secretario de Estado
Dulles afirmó a la prensa –sin dar pruebas de su acusación- que un
gobierno comunista enviaba armas a ese país, se montó toda una
campaña de desprestigio contra ese gobierno progresista
centroamericano; campaña comanda por la CIA y divulgada por la
United Press, la Associated Press y la Sociedad Interamericana de
Prensa (SIP). Así fue como América latina fue testigo de una
poderosa acción de tenazas sobre un gobierno, sin que la verdad
jugara ningún rol, y donde las agencias de prensa y los diarios
repetían acusaciones sin ningún asidero o pruebas concretas.

En abril de 1959 Masetti entrega su “Estructuración y plan de


trabajo de Prensa Latina” donde diseña los ejes fundamentales para
el nuevo periodismo que surge. Masetti exige rapidez y exactitud en
la información, premisas para que P.L. fuera confiable y pudiera
competir con los servicios informativos transnacionales. En una
circular a redactores y reporteros de P.L. les recordará que: “Es
necesario que siempre se tenga presente que al dar exactamente una
noticia, y antes que todos los demás competidores, constituye el
crédito, y por ende, el éxito de una empresa informativa”.

El 16 de junio de 1959, “Prensa Latina” (“Prela” para sus


redactores) comenzó sus transmisiones, con la dirección de Masetti
quien dirá: “Prensa Latina pretende cumplir la alta, honesta y noble
labor de divulgar la verdad con la propagación de noticias y
comentarios a cargo de periodistas y escritores destacados, en
beneficio de América Latina, desplazando así las interesadas
informaciones conocidas hasta ahora. (...) Nosotros somos objetivos
pero no imparciales. Consideramos que es una cobardía ser
imparciales entre el bien y el mal...”.

El mismo Masetti, más tarde, con motivo de un discurso dado en el


Encuentro Internacional de Periodistas (La Habana, 1960),
especifica el porqué de la creación de “Prensa Latina”.

“Los demás no podían enterarse de lo que ocurría en los países


vecinos. Simplemente se enteraban de lo que la U.P. o la A.P.
querían que se enterasen. No había movimiento popular que no
fuera calumniado, no había una huelga que no fuera desvirtuada,
hasta los mínimos acontecimientos que pudieran rozar a los
monopolios norteamericanos eran desvirtuados y nadie se enteraba
de la verdad, de lo que sucedía en la frontera de su patria. Nosotros
teníamos que saber que pasaba allende a la frontera y también
teníamos que hacer conocer nuestra realidad: lo que pasa en Cuba,
lo que pasa en los países de Latinoamérica, cuyos pueblos están en
una permanente lucha, y así creamos Prensa Latina”.

Volverá una vez más, Masetti, sobre la cuestión, en la conferencia


que da, en el Congreso de Juventudes y que se reproduce en una
revista cubana. (“Combate”. La Habana. 31-8-60). “Quienes se
tomen el trabajo de leer la historia de las agencias imperialistas,
historia escrita por ellos mismos; van a ver que desde el principio
del siglo pasado, se repartieron el mundo como un pastel, para que
cada imperio pudiera ocultar a los pueblos que oprimían, las
noticias que más les interesaban. A nosotros nos tocó ser la parte
del pastel que les correspondió a los yanquis. Ellos subsidiaron a
sus agencias para que los pueblos de Latinoamérica no se
conociesen entre sí, para que llegasen a odiarse. Y también los
hacían desconocidos para el resto del mundo, en atención a la
Doctrina Monroe: América para los norteamericanos y cuidado con
que nadie llevase sus noticias, su verdad a esa parte del mundo que
explotaban”.

Las transnacionales de la noticia, las agencias estadounidenses le


dieron a la nueva agencia periodística cubana un solo mes de vida.
Pero P.L. se convirtió en una verdadera escuela de periodismo
revolucionario y latinoamericano. Hoy ya cumplió 40 años, venció
todos los obstáculos que se le pusieron adelante y es ahora una
potente empresa periodística del tercer mundo que tiene
corresponsalías en los 5 continentes.

Volvamos a la historia. La agencia fue creciendo rápidamente y se


robusteció con alrededor de 150 escritores, intelectuales y
periodistas afines a la revolución, verdaderos “pesos pesados” como
Gabriel García Márquez en Colombia, Jorge Onetti en Uruguay,
Jorge Timossi en Brasil, Díaz Rangel en Venezuela, Teddy Córdoba
en Bolivia, “Pajarito” García Lupo desde Ecuador y Chile, e
intelectuales cono Waldo Frank, Jean Paul Sartre y C. Wright Mills
desde Europa y la propia EE.UU., Rodolfo Walsh desde Cuba y
Argentina luego. A poco de haber surgido contará con oficinas en
todo el mundo. A los 4 meses de haber comenzado a operar,
centenares de medios de todo el mundo reproducen sus
informaciones y sus 400 despachos diarios. Debido a la falta de
tecnología comunicacional de primera línea, P.L. alquila equipos de
teletipos, con los que logra mantener contacto directo 20 horas
diarias con Buenos Aires, Santiago de Chile, Nueva York y
Washington. Con el resto de los países latinoamericanos, que no
tienen teletipos, mantienen contacto por sistema morse. Con igual
sistema, en castellano e ingles, se realizan transmisiones nocturnas
para Europa, Asia y Africa.

Un dato sobre la fuerza de P.L. En noviembre de 1959, el periódico


“La Nación” de Panamá, señaló que cada cable de P.L. era
reproducido en más de 1.200 periódicos de todo el mundo y
traducidos al inglés, portugués, francés, italiano, alemán, árabe,
chino, japonés, ruso y algunas lenguas croatas.

Los monopolios informativos norteamericanos, como era de esperar,


no se iban a quedar con los brazos cruzados. Comienzan un
profundo ataque contra P.L., presionando sobre diversos medios y
gobiernos para dificultar e incluso prohibir el trabajo de la misma. El
ariete de esta embestida será la S.I.P. (Sociedad Interamericana de
Prensa). Así es como el presidente guatemalteco Miguel Ydígoras
Fuentes cancela la licencia de la agencia el 3 de mayo de 1960. Pero
será en agosto del mismo año cuando las provocaciones de la S.I.P.
alcanzan su máxima virulencia. El escenario lo constituirá la
Reunión de Cancilleres de la O.E.A. que se celebra en San José de
Costa Rica y a la cual llega Masetti con un equipo de 7 periodistas
para cubrir el evento.

Las autoridades costarricenses no otorgaron a P.L. la autorización


para que introdujera un teletipo para cablear de inmediato las notas.
Tampoco le permitieron operar con un equipo propio de telegrafía
morse. La desigualdad frente a las grandes corporaciones
informativas norteamericanas era abismal. Pero Masetti no se
desanimó y aconsejó a sus compañeros periodistas que “practicaran
remos”... Ya que la variante ideada por Masetti consistía en situar
una embarcación cubana en aguas internacionales cercanas a Costa
Rica, desde donde se transmitirían las informaciones que llegaran
desde la costa en bote. Esta operación finalmente no se llegó a
realizar porque la delegación pudo introducir clandestinamente un
teletipo morse que se instaló precariamente en una vivienda de la
capital en San José de Costa Rica.

Las agencias norteamericanas creyeron erróneamente, contar con el


control informativo ya que no solo contaban con grandes medios
técnicos, sino sobre todo con el control cablegráfico de la I.T.T.
(International Telephonic and Telegraph) de San José, por lo que
toda noticia que deseara ser transmitida desde Costa Rica hasta
cualquier punto del mundo debía, obligadamente, ser recepcionada
en primer término en Miami o Nueva York.
Al contar con su propio teletipo, P.L. inundó de inmediato al
continente con informaciones precisas sobre la reunión de la O.E.A.
y motivó una reacción más burda del F.B.I. que detuvo a Masetti
preventivamente, a través de policías locales.

Estas constantes provocaciones y tentativas de cercenar la capacidad


operativa de P.L. se trasladan al resto del continente. El 2 de
diciembre de 1960 por un decreto del P.E. argentino Nº 15.124
(gobierno de Arturo Frondizi) se procede a la clausura de la oficina
de P.L. en Buenos Aires “por servir a intereses antinacionales y
realizar una labor que afecta a las instituciones fundamentales de la
república”. El 17/12 se suma Venezuela y luego México, Perú y casi
todos los países del continente, en el cierre de oficias de P.L. De las
26 corresponsalías que P.L. tenía en el continente en 1960, un año
después solo quedaban 10.

A todo esto, internamente, la revolución se consolidaba, pero no


pudo eludir las divergencias y crisis que se desató en el país, entre
los partidarios guevaristas como Masetti que consideraban un deber
exportar la revolución a otros países y los cuadros pro soviéticos del
Partido Comunista que siguiendo la línea Moscú, la congelaban a las
propias fronteras cubanas.

Así fue que el 7 de marzo de 1961, a su regreso de Brasil, Masetti


pidió ser relevado de la dirección de P.L. pero debió asumir su cargo
transitoriamente en los días de la invasión pro yanqui a Bahía
Cochinos.

(El aporte de P.L. para abortar la invasión contado por Gabriel


García Márquez: se había dispuesto una sala especial de teletipos
para captar y analizar las informaciones dadas por las agencias
rivales. Por un accidente mecánico se encuentran con un rollo de
teletipo que no tenía noticias sino un mensaje muy largo en clave.
Era en realidad un despacho de la “Tropical Cable” de Guatemala
que estaba dirigido a Washington por el jefe de la CIA en ese país
centroamericano y donde se observaba un informe minucioso de los
preparativos de un desembarco en Cuba por cuenta del gobierno
norteamericano. Rodolfo Walsh –como en las más celebradas
películas de espionaje- con la ayuda de unos manuales de
criptografía que consiguió en La Habana descifró las claves y dio el
aviso salvador para la revolución).

A fines de 1962 el rastro de Masetti se pierde. Fiel a sus principios e


ideales revolucionarios, emprende el regreso clandestino a su
Argentina natal para “practicar lo aprendido, consciente de que el
periodismo no se abandona. Se traslada de forma”.
En 1964 ya es el “Comandante Segundo” y se halla al frente del
Ejército Guerrillero del Pueblo que opera en Salta, Argentina. Con la
idea de no aislar a Cuba y exportar precisamente a otros pueblos, la
revolución cubana. Sin embargo se da un impasse negativo entre
cuando se piensa esa acción (Gobierno títere de Guido puesto por
los militares argentinos) y cuando se ejecuta; (Gobierno democrático
y condicionado de Arturo Umberto Illia). Los guerrilleros son
infiltrados por la Gendarmería Nacional y el proyecto queda
abortado. El “Comandante Segundo” muere y desaparece en la
selva. Nunca se encontrará su cuerpo. Quizás segundo porque
“Comandante Primero” iba a ser el Che si la acción prosperaba; o tal
vez segundo, por “Segundo Sombra” ya que su jefe iba a adoptar el
sobrenombre de “Martín Fierro”, vaya uno a saber…
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“Nada ni nadie logra detener ni conformar al revolucionario, porque esa es su vocación y su destino. Si
no tiene armas, muerde. Si le arrancan los dientes, patea. Y si lo matan escupe sangre”.

Jorge Ricardo Masetti


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