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Y EL MOVIMIENTO
OBRERO EN ARGENTINA
por
IAACOV OVED
INTRODUCCIÓN
TESTIMONIO DE GRATITUD
APÉNDICES
BIBLIOGRAFÍA
ÍNDICE DE NOMBRES
A M I FA M IL IA
H de 233
IN T R O D U C C IÓ N
Por últim o, una referencia a las fuentes de que me valí para re
dactar esta investigación. Sin detenerm e en el conjunto de fuentes
variadas de donde extraje m aterial (los porm enores se insertan en
la bibliografía), me perm ito señalar el valioso aporte prestado
por la colección que guarda el International Institute of Social
History, de Amsterdam. La colección abundante de m aterial anar
quista de la A rgentina —que abarca libros, folletos, diarios, perió
dicos, circulares, documentos y cartas de la época exam inada— fue
un virtual tesoro de m ateria prim a inapreciable para mi trabajo.
Sin exagerar puedo decir que, de no ser por esa colección, la pre
sente investigación no habría sido posible. Por ello me place expre
sar mi reconocim iento a todos los que, du ran te años, compilaron
el m aterial y lo cuidaron. E ntre ellos descuella la figura de Max
N ettlau, el gran historiador del anarquism o cuyas im ponentes
colecciones privadas constituyen el fundam ento más am plio del
archivo al que recurrí. Me considero m uy privilegiado por haber
podido valerme de esa colección, un privilegio que entraña tam
bién un deber ineludible y difícil: d ar expresión histórica adecua
da al m aterial docum ental que fue acumulado, con grandes desve
los, durante muchos años.
I. O .
T E S T IM O N IO DE G R A T IT U D
Este libro, escrito originalm ente como una tesis para obtener el
grado de Doctor en Filosofía, que fue presentada a la Universidad
de T el Aviv, aborda el tema: “El anarquism o en los sindicatos
obreros de la A rgentina a comienzos del siglo xx (1897-1905).” El
trabajo se realizó bajo la supervisión de los profesores M. Confino,
de la U niversidad de T el Aviv, Israel, y E. Gallo, director del
Institu to T o rcu ata Di T elia, de Buenos Aires, A rgentina. Expre
so a ambos mi sincera g ratitud por la excelente orientación que
prestaron, cada cual en la esfera de su especialidad: el profesor
Confino en las cuestiones relativas al estudio del anarquism o, el
profesor Gallo en los problem as concernientes a la historiografía
argentina.
El presente escrutinio histórico, como sucede con todo trabajo de
investigación, im plica u n desafío para el investigador y sólo sobre
él recae la responsabilidad directa por sus comprobaciones. Pero
si la responsabilidad no puede ser com partida, sí deben com par
tirse los méritos y derechos, pues la labor deí historiador-investi
gador no se puede cum plir en la soledad, sino que, en el curso de
sus averiguaciones, recurre a la ayuda de u n considerable núm ero
de estudiosos, colegas, funcionarios de institutos de investigación y
enseñanza, bibliotecarios, archivistas, etc. Su labor, por lo tanto,
adquiere matices de una obra colectiva, aunque hilvanada dentro
de una urdim bre personal que no se presta a la separación. Mi
trabajo, es verdad, se cum plió de esa m anera y por ello siento el
agradable deber de expresar el agradecim iento general, en prim er
término, a todas las personas que contribuyeron, cada cual en su
esfera, al progreso de mi investigación desde sus etapas iniciales.
Cada aporte, aun el más modesto, fue m uy valioso. Me sería muy
difícil m anifestar mi gratitud a cada uno por separado; la nóm ina
es larga y la guardo de un m odo indeleble en mi memoria. Llegue
mi cálido reconocim iento a cada una de esas personas.
Pero la contribución de algunas h a sido especial y de singular
im portancia. Les estoy agradecido particularm ente y me encantará
darle expresión ahora, detalladam ente. Antes que nada, quiero
m encionar al profesor Zvi Yavetz, que encabeza el D epartam ento
de H istoria General en la U niversidad de T el Aviv y quien alentó
mi m archa académica desde sus prim eros pasos. Me infundió con
fianza, me hizo creer en la posibilidad de asum ir las tareas de la
[15]
1U TESTIM O N IO DE GRATITUD
8 de 233
I. EL T R A S F O N D ü Y LOS PR IM ER O S PASOS
BROTES
9 de 233
20 EL TRASFONDO Y LOS PRIM EROS PASOS
1895 1914
la gran in m ig ra c ió n a l a a r g e n t in a
■>3 G. G erm ani, Política y sociedad en una ¿poca de transición, op. cit.,
pp. 182-185; V. Vázquez Presedo, op. cit., pp. 87-89, 92, 133-134; J. A. A lsina,
La inm igración en el prim er siglo de la independencia, B uenos Aires, 1910,
pp. 41-42; G. G erm ani, La estructura social en la A rgentina, op. cit., p p . 81-90.
34 G. G erm ani, Política y sociedad, op. cit., p p . 181-182.
35 J. A. Alsina, op. cit., pp. 143-201; E. Gallo, H istoria, pp. 51-54.
38 G. B eyhaut, R. Cortes Conde, H. G orostegui, S. T o rra d o , op. cit., en
A rgentina, sociedad de masas, p p . 94-98.
IX TRASFONDO Y LOS PRIM EROS P 'i.s n s
•'? Salvo los años 1888, 1891-1898 y 1901-1902, cuando B rasil la superó; véase
V. Vázquez Presedo, Estadísticas históricas argentinas (comparadas) 1875-1914,
Buenos Aires, Macchi, 1971.
38 Vázquez Presedo, E l caso argentino, op. cit., p. 98.
^ Sobre los inm igrantes italianos a la A rgentina, véase R . Foerster, lialian
em igralion o¡ our tim es, Arno Press, N ueva York, 1969, pp. 226-278; S. Baíly,
“ T h e Ttaiians and organizcd ] abolir in the U . S. a n d A rgén tiñe, 1880-1910” ,
en T h e Intern a tio n a l ñfigration Review, vol. i, núm . 3, 1967; Vázquez Presedo,
El caso argentino, pp. 95-103.
■k> Vázquez Presedo, El (.aso argentino, p p . 104-105; Estadísticas históricas ai-
gentinas, pp. 39-47.
LA GRAN INM IGRACIÓ N A I A ARGENTINA
La m ovilidad social, pp. 319-321; G. G erm ani, E structura social, p. 81; Vázquez
Presedo, Estadísticas, op. cit., p. 26; E. G allo, La R epública consenadora,
pp. 5-1, 78-80; R. Cortés Conde, H istoria argentina, t. v, p. 170.
44 G. G erm ani, M ovilidad social, pp, 350-351; G. G erm ani, P olítica y socie
dad, p, 189; E. Gallo, La R epública conservadora, p. 54; G. Beyhaut y colabo
radores, en A rgentina, sociedad de masas, op. cit., p. 95,
45 L. G eller, op. cit., p. 805; R. Cortés Conde, L a R epú b lica conservadora,
p p. 172-173, 215; G. B eyhaut y colaboradores, op. cit., p p . 94-112, 117-120; Váz
quez Presedo, E l caso argentino, op. cit., p. 139; G. G erm ani, E structura social,
p p . 205-209, Política y sociedad, pp. 194-195; A. D orfm an, op. cit., p p . 206-207.
46 R . Cortés Conde, La R epública conservadora, p. 176.
4Í Vázquez Presedo, E l caso argentino, op. cit., p p . 135-137.
AÍALATESTA V LOS A N A R Q U I S T A S DE 1890 35
los de Francia en 12 %, a los de Inglaterra en 9 %, a los de Ale-
%-i r Si"se tiene en cuenta que la com paración se hace
m a n t . T 'e ñ 3
con países desarrollados industrialm ente, es indudable que coteja
do con los países de origen principales de los emigrantes, el nivel
de salario relativam ente alto en la A rgentina sirvió de factor de
atracción,49
Cabe señalar que se trata del salario relativo, com parado con
otros países. E n cuanto al salario obrero real en A rgentina, la ten
dencia general es de declinación (con ciertas oscilaciones de ascen
so) desde la década de 1880 hasta 1899.6U (Un análisis más detallado
del salario obrero en la época que m edia entre 1899 y 1905, se
intercalará en el examen posterior, por lo que nos abstenemos de
hacerlo ahoia más minuciosamente.)
La transform ación en la A rgentina que se estudió hasta ahora,
configura el trasfondo histórico, político, económico y social en
que se gesta la clase obrera argentina y el surgim iento de las
corrientes anarquistas. La ijiterrelación de ambos fenómenos —en
tre 1897 y 1905— es el tema de la investigación y del examen
que insertamos seguidamente, pero consideramos indispensable pre
cederlo con una descripción sucinta del surgim iento de los círculos
anarquistas en la época entre los años 1880 y 1897.
31 1). Abad de Santillán, M ovim iento anarquista, op. cit., pp. 31-33, 38; G.
Zaragoza R u v ira, "E rrico M alatesta v el anarquism o a rg en tin o ” , en H istorio
grafía y bibliografía americanistas, -vol. xvi, núm . 3, diciem bre de 1972, Sevilla,
pp. 4()é-407.
M\ LATESTA Y LOS ANARQUISTAS DE 1890
la la existencia en Buenos Aires de un núcleo receptor anarquista,
el Círculo Com unista A nárquico, que seguram ente estaba en con
tacto con grupos italianos y con M alatesta.52
Al llegar a Buenos Aires, M alatesta, que era u n mecánico elec
tricista, trabajó en labores físicas. Prim ero trató de hacerlo en un
pequeño taller con su com pañero anarquista N atta; al no tener
éxito, se encaminó a otras tareas (M. N ettlau, en la biografía sobre
Malatesta, afirma que tam bién elaboraba vinos). _ En 1886' partió
con otros camaradas italianos a u n viaje de aventuras por el sur de
la Patagonia. El viaje fue m otivado por las noticias de u n “gold
i ush” en la costa patagónica del Cabo de las Vírgenes. Pensaban
que se les presentaría allí la oportunidad de recaudar m ucho diñe- ;
ro para la propaganda en Europa, pero pronto se convencieron del
error. El viaje concluyó en un fracaso decepcionante y después
de tres meses de padecim ientos en el sur helado, se salvaron en
una lancha del correo argentino.53
De regreso a_Bueno? Aires. M alatesta se sumó a la actividad pro
pagandística deLdrcula. deJEstudios Sociales que fundara antes de
partir a la Patagonia. Este Círculo se parecía por sus tendencias
al Círculo Com unista Anárquico, que subsistía paralelam ente; pro
pagaba la ideología anarquista entre los obreros,. _siii plegarse or
gánicam ente a las agrupaciones de trabajadores que va.funcionaban
en Buenos Aires y sin m antener una esfera orgánica perm anente.
La actividad de Errico M alatesta se centraba principalm ente en-
tte anarquistas italianos, y se sabe que lo acom pañaban varios
anarquistas españoles. Es interesante señalar que no se sabe de
coopeiación por su parte con el grupo belga-francés, ligado a ía
Librería Internationale de E. Piette. E. M alatesta, que no hablaba! :
español, no sr abstuvo de disertar en asambleas ni en las reuniones
obreras, sea n i las informales que tenían por escenario diversos
cafés o cervecerías de la capital, sea en las celebradas en el salón
de actos del club Vorwárts, o cíe alguna asociación patriótica italia
na/ En sus discursos insistía en la necesidad de convertir los gre-
míos de oficio en auténticas sociedades de resistencia.54
Jun to con su actividad de propagandista oral, M alatesta se esme
ró mucho, asimismo, por cum plir una propaganda por escrito. Ya
el 22 de agosto de. 188.5,_poco después de su llegada a Buenos Aires,
fundó el periódico anarquista italiano La O uestione Sociale. de
obra fecunda pudo ser hecha por los com panei os cuando no pri-
jn a b a n ja s discusiones puerile ui i is discusiones filosóficas. . . ”
Esos_seis compañeros- fueron .fiin u d e o .d e un,.nuevo grupo anar
quista, denom inado Los Desheredados. Sobre su actividad da cuen-
tF eT siguiente p árrafo :. "Sinteticemos las prim eras obras de aquel
puñada de entusiastas luchadores: iniciación de conferencias conti
nuas y simultáneas, en tres o cuatro sitios distintos y distantes entre
sí; publicación in in terrum pida de manifiestos valientes y provo
cativos, de combate y de acción. Las conferencias se sucecíían a
granel entre los dos o tres oradores que había, ninguno por su
puesto con m e le n a ... No era raro an u n aar_una^pnfC Tencia a las
j eu.Ahaagro,^a.,..las..3 en Corrales, una tercera a las 4 en Barracas,
v una cuarta en el centro, a la, noche. Para todo esto dos orado-
i (-s. v a veces uno, daban exacto y p u n tu al cum plim iento al progra
ma. .. Eigradot_d.estacadQ.de aquella época era;R afael Roca.” 65
En 1889* año en que se fue M alatesta, ya había en Argentina
bo tan tes anaiquistas, pero.su actividad no era ordenada. Las acti
vidades se distinguían por su espontaneidad y su carácter esporádi
co, aunque no faltaban la repercusión y la influencia. Cabe señalar
que la policía tam bién empezó a centrar su atención. En 1889 la
policía acosó al grupo Los Desheredados, cuando difundió sus vo
lantes revolucionarios. En un allanam iento sorpresivo en la libre
ría del anarquista belga E. Piette, fue capturado el anarquista activo
Victoriano San José cuando llevaba circulares anarco-comunistas
que iban a ser repartidas. T am bién se confiscó mucho m aterial de
propaganda anarquista, entre otras cosas el núm ero de II Pugnale,
qu*' llamaba a los “compañeros” a preparar “bombas explosivas
compuestas de nitroglicerina y clorato de potasa” para realizar la
revolución. Ese allanam iento motivó el arresto de ocho anarquistas
aitivos \ dio lugar a un juicio que costó a cada uno de ellos 11
rnesfí de presidio.65
Los arrestos no term inaron con la actividad del grupo Los
Desheredados. Las persecuciones policiales fueron un catalizador
pata la agitación propagandística intensa y en IK90 el grupo co
menzó a publicar el periódico que recibió un nom bré- muy signi-
ficativo: Fl Perseguido.
en la generalidad de las veces el grupo se com ponía de cuatro o ción y manifiestos de grupos anarquistas q ue se definían como
cinco compañeros bien aliñes, lo que no era obstáculo para que anarco-comunistas.81
el grupo editara folletos a millares, que luego se repartían gratis. ,. Pronto, empero, surgieron r ivales de esta corriente en los círculos
Así aparecieron los íolletos.C óinojW í diezm an, en 10 000 ejem pla anarquistas paralelos. Prueba de ello es la polém ica que se suscitó.
res, y La conquista del parí (Kxopotkin), en 5 000. . Los rivales eran prim ero ios “anarco-colectivistas”, adictos a la
El au to r elogia el espíritu de sacrificio y abnegación de esos mi tradición de la Federación R egional E spañola de principios de
litantes, que con medios menguados lograban editar y difundir la década de 1880,82 A ellos se sum aron, a comienzos de la década
m aterial de propaganda anarquista en cantidades considerables. En de 1890, muchos anarquistas italianos. P o r influencia del desarro
la parte final de su artículo, enum era la lista de periódicos y bole llo interno del anarquism o en Italia, se dio a esta tendencia el
tines que aparecían en ese período: La Miseria, Demoliam o, El Ci nombre de ‘^anarco^ocialismo”, cuyo origen a rranca d el m ovim ien
clón, Caserío, Ravachol, El Escalpelo, El Cuento del T ío, La Squila to anarquista_en.Italia. P or ello no asom bra q u e jla J n id a tiv a de
Libertaria, Aurora Social y La Voz del Esclavo (Chivilcoy).78 fundar un sindicato anarco-sociálista en, Ja A rgentina surgiera en
E ta li^ia es sólo parcial. D, Abad de Santillán hizo un estudio el barrio obrero de La Boca, poblado por trabajadores italianos.83
sobic la bibliografía anarquista y enum era 25 periódicos que apa Esos 73rcúTos,“al parecer, m antenían lazos estrechos con sus colegas
reciero n hasta 1896, así como 20 folletos, Err,su mayoría eran tra- de Italia y cuando se realizó allí el congreso territorial, en Capo-
dm i iones de artículos y opúsculos ele pensadores anarquistas euro lago, en 1891, enviaron un delegado.84 .ELJPerseguido se opuso en
peos: P. Kropotkin, Eiisée Reclus, E, M alatesta.1,9 seguida a la organización jmarco-socialista, que adquirió expresión
sólida en las resoluciones del congreso de anarquistas italianos en
Capolago; criticó las resoluciones de ese congreso que, al querer
atenuar la disparidad entre las corrientes rivales en el anarquism o,
AN ARCO-COMUNISTAS Y AN ARCO-SOCIALISTAS A COMIENZOS confunde la imagen de la sociedad com unista futura, q ue es la
DE LA DÉCADA DE 1890 meta final de la revolución.86
Pero Ja discusión principal entre los grupos anarco-comunistas y
anarco-sociaíisfáslió se centraba en cuestiones abstractas y distantes
La corriente ideológica que prevalecía en los círculos anarquistas
a comienzos de la_ década de 1890, erajiLanarco-CQiümrismQ. Una (como la imagen de la sociedad del futuro), sino en problemas
mucho más concretos, relativos a la táctica de la acción cotidiana:
expresión explícita del surgim iento de la misma, se luvo en el ma
nifiesto del grupo Los Desheredados, m encionado más arriba, que el uso,desmedios y métodos organizativos. La línea de los anarco-
comunisias, expresada en E l Perseguido, rechazaba "constante y to
se publicó en el prim er núm ero de E l Perseguido. La tendencia
j ideológica ;um co-cüm nnisia predom inó sin interm itencias en E l Per- - talmente los métodos organizativos. El periódico fue fiel año tras
i seguido, por lo que se puede considerarlo vocero del anarco-comu- : año a esa línea y dedicó muchos artículos al tema, tanto teóricos
¡ nism o en la Argentina. Desde sus prim eros números, por cierto, era como polémicos e informativos. Se burlaba de cualquier intento de
• dable leer el subtítulo: “Periódico com unista anárquico.” Insertó organizar de un modo estable las acciones anarquistas. La discu
sión se intensificó, cuando aum entó la actividad en el seno de los
con frecuencia artículos teóricos para fundam entar la concepción
a narco-comunista, y reafirm aba las ventajas de la sociedad futura, trabajadores.
ap u n talad a en los principios comunistas.80 T am bién traía informa-
"Vida anárquica", ibid., 15 de diciem bre de 1892; “L a a n arq u ía triu n fa ", ibid.,
16 de junio de 1895.
*® “De 'E l Perseguido’ a ‘La P ro te sta ’ ", en La Protesta, 22 de enero de 1909. si ''M anifiesto del g rupo Los M ártires de C hicago”, en El Perseguido, 8 de
78 D, A bad de Santillán, “ B ibliografía an arq u ista arg en tin a", en T im ó n , B a r marzo de 1891; "Aviso: la ju v en tu d com unista a n árq u ic a ” , ib id ., 23 de agosto
celona, septiem bre de 1938, pp. 184-85; véase tam bién M ax N e ttla u , “ C o n trib u de 1891; “ Cliivilcoy”, ibid., 23 de octubre de 1892.
ción a la bibliografía a n arq u ista ”, en Certam en internacional de "L a Protesta", "R euniones de controversia”, en El P erseguido, 28 d e sep tiem b re d e 1890,
p p . 13-1-1, 17-22, "T eoría resuelta", ibid., 29 de noviem bre de 1891.
8“ "L o que ialia", en El Perseguido, 28 de septiem bre de 189Ü; “ La loi de sa “T rib u n a d e los g ru p o s”, en E l Perseguido, 22 d e febrero d e 1891.
ré v o lu tlo n et le com unism e an arch isle”, ibid.; "A bajo los gobiernos”, ibid., E. Santarelli, op. cit., p. 76.
28 d e o c tu b re de 1890; ".Economía a n á rq u ic a ”, ibid., 23 de o ctu b re d e 1892; 85 "Sobre el congreso d e C apolago”, en El Perseguido, 19 de a b ril de 1891.
<tí> E l, TRASFONDO V LOS PRIM EROS PASO:
Ravachol lia conocido todas las miserias, ha bebido con el cáliz de am ar
gor del pueblo esclavo; pero más valiente, más rebelde que el com ún
de los mortales que sufren en silencio, él se subleva contra las injusti
cias, declara solo la guerra a la burguesía satisfecha (p. 4) .. , Ravachol
encarna el principio de la rebelión; personificado, simboliza las ideas
de libertad y de acción individual (p. 6),
126 h . Spalding, op. cit., pp. 180-182. C ita: La voz de la Iglesia, 26-5-1894,
niím , 3444.
127 La c arta se encuentra en el archivo del P u b lic R ecord Office, L ondres,
i.o 6/436 núm. 24.
LA OPOSICIÓN AL TERROR 59
—No son sólo ellos. También entre nosotros habrá que expurgar, y
mucho.
—Alií están los organizadores perdiendo el tiempo en formar rebaños,
en organizar sociedades de resistencias. Eso es un socialismo disfrazado...
asam blea los obreros fueron llamados a debatir la huelga general.137 seguido no cam biaron de posición. El periódico siguió publicando
L a convención no tuvo éxito, pues los concurrentes no eran de la artículos de censura a la organización y a los sindicatos obreros;
m isma idea en cuanto a la huelga general; se desataron discusiones el argum ento era que los sindicatos institucionalizados, con comi
violentas, hubo muchos tum ultos y el tema se dejó de lado.138 siones y reglamentos, 1 1 0 prom ueven la lucha obrera sino que la
U na lucha obrera de grandes dimensiones estalló entre los ferro deform an y debilitan el espíritu de combate. T am b ién criticaba
viarios. Prim ero en el ferrocarril sur, pero pronto se propagó a to las huelgas parciales, pues en su opinión m alversaban la energía
das las compañías y abarcó casi todos los servicios ferroviarios en d e los obreros y los empleadores sabrían recuperar de ellos las pe
la Argentina. queñas ventajas que podían haber conseguido. El único m odo de
Los ferroviarios pusieron de m anifiesto espíritu de lucha y soli m ejorar la situación de los obreros — afirm aba— era la revolución
daridad. Pero la firmeza de los empleadores y la falta de experien radical, el derrocam iento del régim en existente.141
cia combativa causaron el revés de los obreros: un sector tras otro Pero en 1895-1896 E l Perseguido ya no era el único vocero anar
se rindieron a la presión de los empleadores, que recurrían a rom quista. Se publicaban tam bién otros periódicos, de línea distinta
pehuelgas reclutados entre los inm igrantes, cuyo núm ero superó (véase pp. 44 sí.). Además cabe señalar la integración personal de
ese año al de años anteriores.130 obreros con ideas anarquistas en los sindicatos obreros. En u n en
En 1896 sobresalió la inflexibilidad de los empleadores, que se sayo sobre la historia del anarquism o en la A rgentina, presentado
valieron de la ayuda policial contra los obreros huelguistas, contra al Congreso anarquista de París, en 1900, se recalca este fenómeno
sus asambleas y manifestaciones. Am enazaban con inscribir a los •en el inform e sobre los sindicatos obreros argentinos a comienzos
huelguistas en ‘‘listas negras”, que les im pediría conseguir trabajo •de la década de 1890:
en el futuro. _La_ sociedad de industriales u i a , pese a estar formada
principalm ente por inm igrantes, pidió a las autoridades que de . . . Sin soñar siquiera hacer de ello una cuestión de principios, los com
portaran del. país a “los pertubadores del orden social”.140 pañeros creyeron natural formar parte de esas agrupaciones y aun de
algunas sociedades de oficio formadas por anarquistas, como las de los
albañiles, picapedreros, sombrereros, pintores de Rosario, yeseros, etc. Este
movimiento societario.. . fue seguido por huelgas, conflictos diversos en
tre patronos y obreros, huelgas y conflictos que muchas veces estuvieron
LOS ANARQUISTAS Y LA AGITACIÓN OBRERA DE 1895-1896 coronados por el éxito, gracias a la inteligencia de los asociados, a las
ideas y a las energías de los elementos avanzados, es decir de los anar
Cabe exam inar ahora la actitud de los anarquistas hacia la ola de quistas que se hallaban al frente de las sociedades.142
huelgas y la agitación obrera en 1895-1896. Los círculos de El Per-
¡ Pero pese a la integración personal inm anente en la actividad de
Véase la circular de esos sindicatos titu la d a "A todos los trab a ja d o re s”, | los sindicatos, la presencia anarquista no era aú n notoria en ellos
pub licad a en Buenos Aires el 2 de ju n io de 1896. U na copia se en cu en tra en
j ni en las huelgas de 1895. Eso se puede deducir de un inform e
el archivo iisg , A m sterdam , colección p riv a d a de M ax N e ttla u , legajo A rgen
tina, 1896-97. P a ra inform ación sobre tal re u n ió n , véase E l O prim ido del i presentado por M anuel Campos, jefe de policía de Bu 110 \ires,
7 de ju n io de 1896. éh el capítulo sobre el anarquism o:
Las circulares adicionales sobre las huelgas de 1896, se e n cu e n tra n en la m is
m a colección de Max N ettlau: E n las h u e lg a s h a in te r v e n id o e n p e q u e ñ a esc ala el a n a rq u is m o . Sea p o r
a) C ircular del Sindicato de O breros A lbañiles: "L as h uelgas”; n o te n e r to d a v ía a m b ie n te e n los g re m io s in d u s tria le s d e la c a p ita l, sea
b) O breros M arm oleros y Picapedreros;
p o r la i n u ti l id a d d e su p r o p a g a n d a e n la cla se n a tiv a d e o b re ro s , el h e
c) C onfederación de Artes Gráficas;
d) O breros Panaderos; d ió es q u e ta le s id e a s a ú n p e r m a n e c e n c irc u n s c rip ta s a in d iv id u o s a is la
e) Zapateros, Cortadores, A paradores.
138 “ M ovim iento social", en E l O prim ido, 28 de ju n io de 1896. r a “ Organizaciones y huelgas”, en E l Perseguido, 27 de enero de 1895; “O r
133 S. M arotta, op. cil., pp. 99-100; "L a h uelga de los m aquinistas y foguis ganizaciones y h uelgas”, ibid., 10 de febrero de 1895; “ Las organizaciones obre
tas”, en E l O prim ido, 28 de ju n io de 1896. ras”, ibid., 28 de agosto de 1895; “ O breros”, ibid., 12 de diciem bre d e 1896.
“ o S. M arotta, op. cit., p. 98; J. Q ddone, op. cit., p. 109; “ In dustriales pací- 142 E l Congreso revolucionario internacional de París, B uenos Aires, 1902,
tkos-feroces” , en El Perseguido, 6 de septiem bre de 1896. p. 40.
64 EL TRASFONDO Y LOS PRIM EROS PASOS
dos o a sociedades poco numerosas, que reflejan sin expandirse las teorías
preconizadas por los centros anarquistas europeos. "
“ la protesta h u m a n a ”
gradas todas a los artículos teóricos generales, sobre aspectos diver- ¡fc
sos de las teorías anarquistas, así como a ar tí culos”"sobré tem as de jfc
actualidad y referentes a las tendencias de acc un de los círculos II.
anarquistas en la A rgentina. ~~
E n .la .prim era época*, la colaboración de anarquistas, locales-en, |
el periódico era relativam ente escasa. L a m ayor parte de los ar- {
tículos eran copias y traducciones de la prensa anarquista europea. |
U n espacio notable se dedicaba a las reseñas del quehacgr__ea.el I
movimiento anarquista de España, Italia, Francia y Portugal. _Al, |
finalizar el prim er año, creció de u n m odo considerable el papel |
de los artículos que trataban los problemas relativos a la realidad §
del anarquism o en la Argentina. U na línea característica desco
llante del periódico, era la ausencia absoluta de avisos comerciales, j
Los anuncios y comunicados que sé publicaban tenían conexión ||
con las actividades de los círculos anarquistas: noticias sobre asam- 1
bleas, reuniones festivas, celebraciones, así como anuncios sobre la 1
venta de libros y folletos. LPI1 —igual que todos los otros periódi- J
eos anarquistas en la A rgentina— se financiaba por medio de con- i
tribuciones de sus lectores y suscripciones. L a inform ación relativa •:
a la recaudación de contribuciones y suscripciones ocupa u n lugar j|
considerable en la sección inform ativa, en la página 4 de cada nú- |
mero, y se expresaba en las listas detalladas de los contribuyentes f
y el total de su contribución.7 Esas listas, —sobre cuyo grado de |
veracidad atestigua la escrupulosidad en la “enm ienda de erratas" I
cada tan to — ofrecen, u n cuadro objetivo sum am ente fidédigñ'0 "so •
b re el grado de difusión cada vez más am plio del periódico _ eñ ja I
Argentina: en sus ciudades y municipios. Además, si se tom a en I
cuenta que la difusión del periódico desempeñaba un papel impor- I
tante en la actividad proselitista del anarquism o,8 el m apa de la. §
difusión ofrece tam bién una cierta idea del alcance de la. ampliación |
de la labor anarquista en la A rgentina. Según esas listas, se nota |
que ya en el prim er año de su aparición, L P H se había difundido |
por 30 localidades del país, a más de la capital federal. L a difusión I
aum entó en 1898 y se extendió a otras 48 localidades, principalmen- #
te en las provincias del litoral. En los .años subsiguientes, hasta |
1901, el núm ero aum entó a 75 pqbiados, entre ellos tam bién varias |
ciudades en el norte, como T ucum án, Resistencia y otras. Si se in- f
chive la lista de todas las localidades a donde llegaba el periódico ¡
desde 1897 a 1901, se tendrá una nóm ina de 130 parajes, entre ello1; ■
ciudades grandes como Rosario, Córdoba, Mendoza, L a Plata v
7 E n general se sum inistraron nóm inas francas en los prim eros años, p ero
algunos p re fe rían ocultarse tras apodos, sobrenom bres, iniciales, etcétera.
8 E. G ilim ón, op. cit., pp. 9-10, 30-31.
r..A PROTESTA H U M A N A ” 69
i* E, G ilim ón, op. cit., p. 40; D . A bad de S antillán, M o vim ien to anarquista,
op. cit., p. 73.
72 INTERVENCIÓN EN LOS SINDICATOS (1897-189' ? GRUPOS ANARQUISTAS EN 1897 73
“ l a p r o t e s t a h u m a n a ” y lo s p r o b l e m a s o b rer o s
i dificultades que sobrellevaban los estibadores de Buenos Aiies se lismo era aguda y se expresaba en las publicaciones y en las asam- {j
reflejaban tam bién en otro dom inio: en los conventillos, las vivien bitas públicas. Sobre una de esas reuniones, inform ó UPH.3* La j
das en los vecindarios indigentes, donde los operarios y los nuevos asamblea se celebró el 25 de ju lio en Buenos Aires, por iniciativa I
inm igrantes se alojaban en condiciones deplorables, sin ninguna de los anarco-individualistas que llam aban a debatir “Las grandes
precaución sanitaria. Algunos artículos publicados en L P H se abo- cuestiones sociales y la anarquía”, y polem izaron apasionadam ente ¡J
I carón a este tema y llam aban a los inquilinos a rebelarse, a 110 pa- ron los anarco-comunistas. L P H inform ó sobre la asamblea con un :i
f ' , gar el alquiler,34 tono de mofa y desdeñó los enfoques individualistas “filosóficos, j§
L P H consideró un deber describir la precariedad de los obreros, estériles y extravagantes”. Pero la pasión de la controversia y la j|
así como los obstáculos con que tropezaban los nuevos inmigrantes gravitación que se le atribuyó, se revela por el hecho que la redac- :I
al querer aclimatarse; los inm igrantes seguían afluyendo a la \i ción no se circunscribió sólo a eso sino que escribió, en u no de sus J
gentina atraídos por el señuelo del enriquecim iento fácil, pero se números, un artículo extenso sobre el tem a”.39 El au to r polemiza ¡í
encontraban con una realidad de pobreza m aterial y falta de tra coa las teorías de los individualistas, que suponen a la sociedad j
bajo, arrojados al suplicio del ham bre y de la indigencia, obligados compuesta por individuos autónomos, que subestim an las conexio- ¡
a cum plir tareas en cualquier condición y a cualquier precio. nes sociales llam ándolas “artificiales” y superfluas, y que suponen j
A un periódico como L P H , la revelación de la pobreza material una existencia de “arm onía n atu ra l” entre las voluntades autóno- ,
| Y social de las capas laboriosas y de los nuevos inmigrantes, le re- mas, sin ninguna necesidad del aderezo exterior. El autor, adicto
i sultaba u n tema apropiado para la cam paña contra el régimen a la concepción anarco-com unista (que ve al hom bre como una
existente; las capas sociales que sufrían se convertían en un objeto creación social en sustancia, fruto de la sociedad y de apego inm a
apropiado para la propaganda anarquista. De ahí que resultara nente hacia ella) niega la existencia de esa presunta “arm onía na
natural, para los redactores de LP H , que los sectores más d espo tural” entre las voluntades autónom as que no requieren relaciones
seídos fueran tam bién los más propicios para absorber ideas anar sociales. En su opinión, tampoco cuando el Estado sea arrasado
quistas.36 Se extrajo por consiguiente la conclusión de que califa brotará la arm onía espontáneam ente, sino que hará falta que los
actuar entre los trabajadores, que son los que más sufren y los peor seres humanos la creen prem editada y conscientemente._Esa dife
tratados, de que se debía intensificar la actividad de esclarecimien rencia de_j;onoepción, entre la ^espontaneidad y la acción oigani- i
to en su seno, p articipar en sus luchas contra los explotadores e rada y premeditada, configura, la .base ele la discusión ideológica I
insuflarles la ideología anarquista que llevaría en el futuro a la TíTeTantagonismo en cuanto al problem a: ¿Los anarquistas deben '
em ancipación total. Pero el gran camino consistía en saber por teenrrir en su actividad a los medios de organización, o no? Esta
qué camino enfilar. Al respecto se había suscitado una discusión cuestión focalizaba la desavenencia entre los dos polos, y se expresó
acérrim a desde hacía varios años; las divergencias exacerbaron a con mayor agudeza al aparecer el periódico G erm inal,40
los bandos con puntos de vista encontrados dentro del sector anar (. ixminal empezó a publicarse en Buenos Aires el 14 de noviem
quista argentino: por un lado estaban los anarco-comunistas, por bre de 1897, prim ero bajo la dirección de A. Salbans y luego (desde
\ el otro los anarco-individualistas;37 enero de 1898), dirigido por Francisco García; se definió como pe
riódico anarquista y fue declaradam ente el vocero de los enfoques
anarco-individualistas." La difusión no era grande, si se juzga por
nos AN ARCO-INDI VIDU ALISTAS “G rupos y reu n io n es”, en La Protesta H u m a n a , 1 de ag o sto de 1897.
:;) “El individualismo en la anarquía”, en La Protesta H u m a n a , 2 de sep
tiembre de 1897. |
E n 1897 la lucha entre el anarco-comunismo y el anarco-indívidua- «r Sobre las causas de la aparición de G erm inal y sobre el trasfondo de la J
campaña contra el enfoque “organizativo”, véase G. Montero, “H istoria de una
34 “Agua libre", en L a P ro te sta H u m a n a , 15 de julio de 1897; “Alquíleles, propaganda o decadencia de un ideal”, G erm inal, Buenos Aires, 5 de marzo 5
m onopolios y peticiones obreras”, ib id ,, l de octubre de 1897, de 1399. 1 I
36 “La situación”, L a P ro testa .H u m a n a , 1 de agosto de 1897. ■ En esa época se publicaba también otro periódico a narco-indlvidualista |
M “Medita obrero”, L a P rotesta H u m a n a , 17 de octubre de 1897. en Buenos Aires, titulado L a A u to n o m ía In d iv id u a l, pero vio la luz muy poco j
37 E. G ilim ón, o p . c it., p, 24. tiempo. Véase La Protesta H u m a n a , 19 de agosto de 1897. jf
39 de 233
80 INTERVENCIÓN EN LOS SINDICATOS (1897-18í
E n la polém ica con los anarco-comunistas, los analco-individua- dad, la polémica con los anarco-individ ualistas acercó entre ellos a
listas presentaron una posición que rechazaba por principio que el la muvoría de los grupos anarco-comunistas: la base de su avecina-
trabajo sea u n factor positivo y constructivo en la vida hum ana. En mientó era la posición afín respecto a los problemas de organiza
uno de los artículos de Germinal, el trabajo es definido explícita ción y de intervención en los sindicatos obreros.
m ente como un fenómeno coercitivo, sin ninguna base positiva. El En este sector descolló el circula,.a cargo de La_ P ro testa H u m a n a ,
individuo debe trabajar para existir, de m odo que la visión anarco- nue'fue el elemento conductor. Sin embargo no fueron los promo
com unista de una sociedad futura donde cada cual recibirá según tores iniciales. L o s primeros destellos de esta tendencia asomaron
sus necesidades y dará según su posibilidad, carece de asidero. En en el pasado, antes de la aparición de L P H (ver más arriba). El
tal sociedad todos tratarán de eludir el trabajo y “sólo los necios periódico L ’Avvenire adoptó tal enfoque desde sus primeros pa
trab a jarán ”, por lo que la sociedad no tiene otra perspectiva que la sos/1 antes de que viera la luz LPH . Pero, puesto que estaba limi
basada en el individualism o, es decir, u n a sociedad donde los me tado sólo al grupo de lectores italianos, no podía cumplir un papel
dios laborales y sus frutos sean patrim onio del individuo.47 conductor y promotor. Sólo al publicarse L P H esta tendencia tuvo
La polém ica entre los dos bandos polarizó las posiciones y ahon una tribuna fija para librar una lucha ideológica dentro del bando
dó la disidencia interna en el anarquism o, suscitó agravios, perjui anarquista, y emprender una campaña de propaganda entre las
cios m utuos en la actividad y estirilizó por entero la actividad d.- masas trabajadoras y los amplios sectores de la población. Los
propaganda. Esta situación hizo que los miem bros del grupo Li números de L P H no abordaron el tema, empero, durante el año
bertario de Buenos Aires publicaran una circular en agosto de 1897, sitio que lo encaraban como de paso, en acotaciones acceso
1898, precaviendo contra el despeñam iento de las relaciones inter rias romo las de un artículo de Urania (seudónimo de J. Prat), el
nas en el anarquism o, y acusando a los individualistas por un t 31 de octubre de 1897,60 donde se llama a los obreros a organizarse
cam paña ideológica: “El individualism o, en el sentido de repudiar en sociedades de resistencia; la relación directa y sin reticencias,
cualquier cooperación ajena y dem oler la teoría de la sociabilidad a la vez que envolvente, en lo que atañe al tema de la organización,
p or autoritaria, el aislam iento completo de todos los miembros de comenzó sólo en noviembre de 1897, cuando el periódico inició la
la especie, para su m ayor independencia; el exterm inio de los seres publicación de una serie de artículos intitulados “La organiza
débiles y homogeneización del género hum ano en una sola raza \ ción”,51 No fue una serie de colaboraciones originales de algún
nivel físico e intelectual; el ataque teórico y lleno d e saña -—algu anarquista argentino, sino que se reprodujo del periódico anarquis
nas veces práctico y encarnizado contra quien no adm ita tales prin ta italiano L ’A gitazione, que aparecía en Aticuna. '- Sea como fue
cipios, sea anarquista o no—, todo eso, en fin, constituye un enli re, la forma llamativa con que se la insertó (siempre en primera
quecim iento tan pronunciado que en verdad esteriliza cualquier página) prueba la importancia grande que le atribuía la redacción,
propósito de educación po p u lar.” 48 que expresaba la línea del periódico.
-J-lJSfflBfiJLibejrtMio no era el único en repudiar las posiciones y F.sa serie de artículos reseña con amplitud la polémica entre adic
conducta _de "los anarc^iiidivídB álistes. £ a m ayoría de los grupos tos y opositores a la organización entre el sector anarquista, a la
anarco-comunistas com partían sus reticencias y pareceres. En reali nv que asume una posición polémica aguda contra los adversarios
■de la organización. Los círculos y grupos anarquistas son llamados
dad, los individuos”, ib id ., 11 de septiembre de 1B98. Este paso concluyente, “partido”, considerando que un partido sólo es una suma de indi
aparte de las concepciones, im plica la negación de cualquier perspectiva para viduos con meta idéntica que buscan alcanzarla en conjunto. Sin
la sociedad futura, y en efecto lo hallamos explícito en un artículo publicado
por E l E sca lp elo de Buenos Aires del 12 de noviembre de 1899, titulado ‘‘Sis 4» La M ontaña, Buenos Aires, 15 de ju n io de 1897.
temas y sistemas”, de G. Montero: “ ...C o m o individualista no trazo sistemas : “Buena lección”, en La Protesta H u m a n a , 31 de o ctu b re de 1897.
sociales, sólo sostengo que cada cual obrará según su propio temperamento. . "La organización” , e n La P rotesta H u m a n a , 7 de noviem bre de 1897; "L a
sostengo que vivan los aptos para la vida, desapareciendo los que no sean. organización”, ibid., 14 de noviem bre de 1897; ‘‘L a organización”, ibid., 21 de
Así marclio hacia la Anarquía." nowembre de 1897,
47 “¿El trabajo es agradable?”, en G e r m in a l , 11 de septiem bre de 1898, k El periódico L ’A gitazione, de A ncona, era dirigido p o r E. M alatesta y sir
"¡Anarquistas de Buenos Aires, leed!”, grupo Libertario, Buenos Aires, vió de tribuna central p a ra la prédica de los p a rtid ario s de la línea p ro -o rg a
agosto de 1898. El volante se halla en la colección privada de Max Nettlau, nizativa. M. N ettlau , Llistoire de l'Anarchie, op. cit., p. 173. T a m b ié n E. San-
en el legajo de 1898-99, Argentina Anarchismus, del use, Amsterdam. laiclli, op. cit., p p . 87-88.
ELACIONES ENTRE ANARQUISTAS Y SOCIALISTAS 85
84 INTERVENCIÓN EN LOS SINDICATOS (18$"
u n a organización de esta índole, el anarquism o no tiene posibili fue sólo un breve episodio en su vida de poeta imbuido de ideolo
dades de vencer la fuerza consolidada de la burguesía y sus institu gía nacionalista. Poco después de su aparición —en los números
ciones estatales. Los artículos aprueban las acciones activas cu los 3y 4 de los días 15 de junio de 1897 y 15 de julio del mismo año— i
organismos obreros, en m edio de la m áxim a identificación con se publicaron artículos de J. Ingenieros, en los que se saludaba la |
ellos, y censuran la actitud de los anarquistas (anarco-individuali<- ¡«sición del periódico anarquista U A w e n ir e , a favor de la organi- ¡
tas) que irrum pen en los organismos obreros para socavarlos y no /ación y en contra de los actos de terror personal. El autor lo lla
dejar que absorban las ideas anarquistas, perjudicando así u las mó tra "paso de acercamiento al socialismo” y destacó que, en el
campañas anarquistas .53 L a acción en los sindicatos obreros obliga nido, no hay diferencias sustanciales entre esas corrientes, que la
a em plear instrum entos organizativos. No puede bastar la creación división se debía sólo a rivalidades personales y a diferencias de
de círculos y de células de propaganda anarquista que pretenden enfoque respecto a cuestiones eminentemente tácticas en lo que
orientar a las masas carentes de conciencia: “Nosotros, los anar atañe a los caminos para lograr la socialización de la propiedad y
quistas, no queremos em ancipar al pueblo, querem os que el pue lá supresión del Estado de clase. En este sentido, la aprobación
blo se em ancipe.” Para ello debe llegarse a la influencia máxima de los principios organizativos constituye un acercamiento tam
y actuar en el seno de las masas, hacer propaganda desde adentro, bién en el enfoque referente a la táctica. Para alentar la tenden
en los sindicatos obreros. La actividad de células de propaganda cia que denominaba “acercamiento”, la redacción del periódico
dirigidas desde arriba, entraña el peligro de crear u n a élite que, decidió abrir una tribuna libre para la discusión entre anarquistas
después de la victoria, querrá ser el gobierno, que verá la victoria y socialistas.
como u n fruto suyo y n o de las masas. Los preparativos para la lu La icplica de los anarquistas no tardó en llegar. El 15 de agosto
cha revolucionaria y la lucha en sí requieren la organización del •í insertó en la columna “Tribuna Libre” del periódico una carta
proletariado y no corresponde esperar, con los brazos cruzados, la extensa del doctor Creaghe, de Luján (ex director de E l O prim i
revolución. “In terinam ente trabajarem os para que crezcan en lo do), quien aceptó la invitación de participar en la tribuna libre
posible las fuerzas conscientes y organizadas del proletariado. Lo pero no para amenguar las divergencias sino para ahondarlas. El
dem ás vendrá por sí mismo.” Si No se com prendería esta evolución doctor Creaghe enunció 13 puntos en los que difieren los anarquis
del anarquism o si no se tom ara en cuenta las relaciones entre los tas y los socialistas. En su opinión, L a M ontaña no distingue las
anarquistas y socialistas en la Argentina, en m edio de una activi diferencias de ideas básicas entre anarquistas y socialistas, pues in
dad paralela y rival en el campo obrero de esa época .55 terpreta erróneamente las dos concepciones. J. Ingenieros contestó
a la carta del doctor Creaghe en el mismo número y censuró el
"estrecho sectarismo” de sus puntos de vista. Lo acusó de mezclar
intencionalmente la posición de L a M o n ta ñ a con la de otros socia
listas, cuyas palabras se citaron en el periódico. Para defender su
,fcAS RELACIONES EN TR E ANARQUISTAS Y SOCIALISTAS
posición —de que las divergencias son escasas—■citó párrafos de la
En julio á e } 3 M L ^ L < i - M o n t a ñ a —que se definía como periódico plataforma ideológica del periódico, acentuando la tendencia liber
socialista revolucionario— intercedió en un in tento por logrnr un taria. No obstante admite diferencias sustanciales en la valoración
acercamiento entre los.anarquistas v los socialistas. Este periódico de la lucha parlamentaria, pues la redacción de L a M ontaña con
em pezóla publicarse en Buenos Aires en abril de 189?, bajo la di sidera que esa lucha, pese a las limitaciones en la Argentina, es
rección^ d e . J . Ingenieros y L . JLügbíTes, _dos intelectuales jóvenes clén de La M ontaña y su plataforma ideológica, véase D . Cúneo, Juan B. Justo
activos en el ala radical del P artido Socialista/56 Para L. Lugones * los hechos sociales en la A rgentina, op. cit., pp. 182-184; también S. Bagú.
53 Acerca de esta cuestión, sobre el daño que causaron los anarco-mdividwa- i?iáa de José Ingenieros, Buenos Aires, eudeba, 1963, p. 15. En ese libro el
listas a la lucha obrera, véase también la opinión de E. Dickman, op. c it, p. 67, .lUtor señala el tono anarquista que J. Ingenieros introdujo en la plataforma
54 " l a organización” , en L a Protesta H u m a n a , 21 de noviem bre de l^lí. ideológica de L,a M ontaña al negar el Estado y autoritarismo.
55 Sobre las influencias m u tu a s e n tre socialistas y an arq u istas en esa c'pr>a El Oprimido, en el artículo “La bancarrota de los autoritarios”, el 14 do
véase I). A bad de Santillán, E l m o vim ien to anarquista, op. cit., p. 75; tamimn éstzo de 1897, informa sobre divergencias en el Partido Socialista de la Ar
E. G ilim ón, H echos, op. cit., p p . 25-26. gentina, y destaca la consolidación de la corriente izquierdista “antiautoritaria”,
5<5 Sobre la actividad de J. Ingenieros en el P a rtid o Socialista y sobre l.i ¡-di- (¡cabezada por José Ingenieros.
42 de 233
86 INTERVENCIÓN EN LOS SINDICATOS ( 1 8 9 7 - 1899) KMACIONES ENTRE ANARQUISTAS Y SOCIALISTAS 87
u n campo propicio para la propaganda. Después de este ¡ntcicam ion amplitud. Sobresalió en ese aspecto E duardo Gilim ón, colabo
bio de cartas el diálogo en L a M ontaña 1 1 0 continuó y el propio rador perm anente de L P H y ex socialista,61 q u ien afirm ó en una
periódico dejó de aparecer en septiem bre de 1897. serie de artículos intitulados “La acción política y la em ancipación
E n esos años hubo tam bién otros intentos de prom over un diá del proletariado”, publicados en los prim eros meses de 1898.62 En
logo entre anarquistas y socialistas. Los más notorios fueron su discusión con el socialista A. Pasqualetti, se opone G ilim ón a las
controversias en las que participaron, juntam ente, los adicto;, a acciones políticas en todas sus formas, principalm ente la participa
las diversas corrientes rivales: las discusiones ideológicas se prolon ción en la cam paña electoral en el m arco de las instituciones es
garon a veces d u ra n te varios días. E. Dickm an describió amplia y tatales, por carecer de significado, p or ser ineficaces y dañinas a la
gráficam ente la prim era reunión de esta índole, en 1896, “cu un clase trabajadora; consideraba inevitable la revolución y sólo por
sótano-taberna debajo de u n alm acén”, que duró tres días y fina ¡milio de la revolución sería factible operar cambios de algún
lizó con u n gran alboroto.67 Pese a la term inación infructuosa de valor en la vida de las clases sociales desposeídas. C ualquier otro
este tipo de diálogo, los anarquistas y socialistas volvieron a cele camino lleva a las ilusiones perniciosas.
b ra r controversias en 1897. La Protesta H um ana refiere dos entre i,a experiencia de la cam paña electoral en la A rgentina de esos
vistas de esa índole —el 17 y el 18 de ju n io de 1897— en las que años, parecía fortalecer los argum entos anarquistas. E. Dickman,
anarquistas y socialistas volvieron a debatir el tema: la acción señala en su libro de memorias: “El fraude más vergonzoso dom i
política. Tam poco esta vez se logró u n entendim iento. El perió naba y vaciaba en aquel tiem po a todo el proceso electoral; desde
dico subraya: . .L a única táctica que puede dar resultados sativ !.i formación del padrón hasta el recuento de votos y au n la ap ro
factorios, es la táctica revolucionaria: la abstención electoral, la bación de los diplom as por parte de las cámaras.” 63
huelga general, la agitación y la propaganda revolucionaria..." No asombra que u n partido pequeño, sin respaldo en el orden
A ñade que los propios socialistas, cuando se desilusionen de las instituido del país, careciera de cualquier perspectiva de éxito en
! perspectivas electorales, extraerán la misma conclusión.68 los comicios. El núm ero de sufragios q ue consiguió el P artid o So-
| El problem a de cómo encarar la cuestión política siguió siendo i ¡alista —tras oponerse a las trabas de la corrupción y la violen-
| el eje centra 1 dé las discusiones en l 897-1898 en tre >«« ¡alíalas iia— fue apenas de algunas decenas. E n las elecciones de 1896 el
j a n a r q u is ta s de Ios~ círculos de LPH (no d e los anarco-ind ¡v id tiaUM-o,. fruido Socialista obtuvo en la C apital Federal 138 votos y en 1898
i con quienes no había ninguna base de diálogo). Discusione-. ,ua- sólo 1 0 5 ... (los núm eros no cam biaron m ayorm ente hasta 1904:
ferad as al respecto ya se suscitaron eñ 1896, cuando el P artid) So en 1900 consiguió 135 sufragios y en 1902 u n total de 204),«4 Cabe
cialistareso lv ió presentarse a las" éléccióiíés parllgeiítafias-. cu. ¡a señalar que el partido em prendió u n a acción de esclarecimiento
4 íg ® tÍJia. Sobre eí írasfondo de ésta ten d en c ia89 se agravó la lu tu la ciudad capital, realizó decenas de asambleas en los suburbios
cha ideológica contra los anarquistas que inyectaban a las nuvh y se esforzó m ucho p o r atraer a los nuevos inm igrantes trab ajad o
obreras su espíritu antipolítico y socavaban las posibilidades necin- res y de clase media.6® El intento del P artid o Socialista de protes-
rales en esos am bientes. No extraña, entonces, que la polémica con
los anarquistas fuera escenario para que E. D ickm an los llamara ei Sobre e l tránsito de E. G ilim ó n d e l so cialism o al an arq u ism o, véase La
Pt,.testa H um ana, 26 d e ju n io d e 1898: D ecla ra ció n d e E duardo G arcía (G ili
“enemigos intestinos” *° que obstruyen las posibilidades de p r o g re
món).
so de los trabajadores. 6! La Protesta H u m a n a , 23 de en ero d e 1898, 13 d e febrero d e 1898, 6 de
L a prensa anarquista, a su vez, contestó a los ataques socialistas marzo de 1898.
m E. Dickm an, op. cit., p. 125. Para u n a v iv id a y m in u cio sa d escrip ción d el
5? E. Dickman, op. cit. E l autor subraya especialmente la conducta atrope- día de los com icios, e l 10 d e ab ril d e 1898, sob re e l frau de y los ch oq u es v io
lladora de los anarco-individualistas. Acerca del papel destructivo de estos lentos que estallaron, véase las p p . 125-130 d e ese lib ro. Sobre las cam pañas
grupos en el ámbito de las relaciones entre las distintas corrientes de los cfiajlos electorales en la A rgentina y e l frau de, véase D . C úneo, Juan ¡ES. Justo y las
obreros, véase en ese libro también la p. 201. luchas sociales en la A rg en tin a , op. cit., p p . 132, 191-192.
58 “G rupos y reuniones", en La Protesta H u m a n a , I de agosto de 1897. ■ i E. Dickm an, op. cit., p. 117; D. C úneo, op. cit., p . 192 y D . A b ad d e Santi-
59 Cabe aclarar que no todas las tendencias políticas del país partiripaion Ilán, Historia, n i, op. cit., p . 544.
en ese entonces en las elecciones. Una fuerza política de peso, como la ucr, Sobre la firm e p o sic ió n d el P artid o Socialista, activam en te a favor d e la
asumió una linea de "abstención”. ciudadanización, se h ab ía su scitad o u n a d iscu sión acérrim a ese año; los líd eres
60 E. Dickman, op. cit., p. 111. del Partido Socialista, encabezados p or Ju an B. Ju sto, la aprobaban; a su vez
88 INTERVENCIÓN EN LOS SINDICATOS ( 1897- 1899)
ta r contra el fraude en las elecciones del 10 de abril de 1898, por
m edio de u na asamblea en la plaza central de Buenos Aires, el
17 de abril, fracasó por la intervención policial, que disolvió por
la violencia a los reunidos y arrestó a m uchos de ellos.®6 La decep*
ción por los resultados de los comicios, la confrontación con lal
autoridades, los choques con la policía y los arrestos crearon un
trasfondo em ocional para el entendim iento m utuo y el acercamien
to entre socialistas y anarquistas de los grupos pro-organización.
P ara ello ejercieron influencia tam bién las condiciones que impe
rab an en esa época, sobre todo la gran desocupación; socialistas J
anarquistas cum plían operaciones paralelas y llegaron inclusive a
cooperar, como fue el caso en la asamblea de protesta de los des
ocupados, en agosto de 1897 (véase más arriba).
E. Dickman, en sus memorias, describe detalladam ente esa ma
nifestación y de ello se deduce que en la asamblea, pese a que la
organizó la Federación O brera (socialista) de Buenos Aires, parti
ciparon muchos anarquistas.67 O tros factores que acercaron a so
cialistas y anarquistas (adictos a la organización) fueron: la opo
Ssición conjunta a la histeria bélica contra Chile que envolvió a la
1A rgentina a comienzos de 1898 al complicarse la disputa fronteriza
Sen los Andes,68 la identificación paralela con la huelga de los me
cánicos ingleses, la cooperación en la asam blea de protesta y en la
recaudación de a y u d a 69 para los trabajadores ingleses y para los
obreros italianos, perseguidos tras las m anifestaciones de hambre
en M ilán (1898). Esta tendencia entre los anarquistas recibió un
fesfuerzo notable con la llegada a la A rgentina de P. Gori, en 1898.
"el r e b e l d e ” y s u s c ír c u l o s
Somos comunistas-anarquistas, negamos la propiedad individual y la de* belde, y el director, G. Inglán Lafarga polemizó con los conceptos
claramos un robo, queremos que cada cual consuma según sus necesidades del prim er núm ero: m encionó contradicciones internas y confusión
y produzca según sus fuerzas. G ritam os al individuo: “Haz lo que quie ideológica. Su argum ento principal afirm aba que la oposición a
ras”, sin perjudicar el “haz lo que quieras" del vecino. la organización no concuerda con su pretensión de ser fieles a la
Como táctica no aceptamos ninguna organización con program a míni concepción anarco-comun ista. L a evidencia: los dos grupos que se
mo n i máximo, es decir, no nos queremos ligar a determ inadas líneas de declararon identificados con el nuevo periódico, funcionan como
conducta, porque estamos suficientem ente convencidos de que el indivi
grupos totalmente organizados. En su opinión, no lray un camino
duo debe ser libre de sus facultades, lo que dentro de esa organización
de transición entre el a narco-comunismo y el anarco-individualis-
con tantos compromisos varios no lo puede ser, rindiéndose, al contrarío,
como instrum ento ciego al movim iento organizado.
roo: “O se avanza al comunismo con todas sus consecuencias, o se
Aceptamos los actos individuales S:! de cualquier forma que ellos se pre \:t al individualismo descarnado y grosero, con su destrucción de
senten, y los aceptamos porque son útiles a la propaganda, puesto que los débiles y el egoísmo brutal que ios caracteriza.” 86
despiertan a los cerebros adormecidos haciéndolos m editar en el por qué La reacción de L ’A w e n ire fue más m oderada. Saludó la aparición
de tales hechos, y m antienen al mismo tiem po intranquilos a nuestros de El Rebelde, aunque expresó la esperanza de que la experiencia
e x p lo tad o res... demostraría a E l R ebelde que “la organización libertaria es propi
. . .A nte la indiferencia de los dom inadores del pueblo hacia la miseria cia y no perjudica la libertad del individuo”.87 Esta esperanza no
proletaria, se im pone la venganza como aliento para los rebeldes. se materializó. E l R ebelde se volvió más inflexible en su posición
.. .L a única lu d ia en la sociedad presente que tenemos que sostener anti-organización; la línea anunciada en el prim er núm ero, carac
debe ser revolucionaria en toda la extensión de la palabra. terizó todos los núm eros siguientes.
N ada de térm inos medios, paliativos, la hum anid ad tiene de sobra; hl primer tema que encaró E l R ebelde, fue la negación de las
entretenernos en conjeturas ante el cuadro m iserable que contemplamos
inclinaciones a la organización. A este tema se le dedicó mucho
es u n crim en, es rendirnos y volvernos cómplices de las iniquidades do.
lugar en artículos teóricos sobre la imagen de la sociedad futura 88
minantes.
y en notas polémicas sobre la táctica y para explicar cuestiones de
Acerca de los círculos que siguieron esta línea del periódico, te actualidad. En uno de esos comentarios el autor se refiere a los
adictos a la organización como a “socialistas agazapados” o, en el
nemos noticias por las inform aciones publicadas a p a rtir del pri
mejor de los casos, como a anarquistas que “no han llegado a estar
m er núm ero. Dos grupos anarquistas de Buenos Aires •—el grupo
suficientemente saturados del principio que dicen sustentar”. Llega
L ibertario (Almagro) y el grupo Luz— insertaron declaraciones de
inclusive a cuestionar el anarquismo de ellos.®9
identificación plena con la línea ideológica de E l R ebelde ya en el
La concepción que justifica la violencia en las luchas sociales y
prim er núm ero, y anunciaron que sus miembros se ponían al servi
cio de cualquier paso necesario para difundirlo. U n mes más tar aun la preconiza, se insinúa en el periódico no sólo en el contenido
sino en el estilo de las colaboraciones sobre todos los temas: tanto
de se comunicó la adhesión de u n grupo adicional: Los Ácratas
en los que se referían a “ los actos individuales", donde era evidente
(Barracas del Norte), que tam bién expresó su adhesión y apoyo a
el deseo de justificar por entero las operaciones de terrorismo in
lo que hiciera.84
dividual,90 como en los que abordaban otros aspectos de la lucha
En ese entonces surgió el grupo paralelo a E l R ebelde en la ca
contra el régimen existente, en especial en las campañas obreras.
p ital vecina, M ontevideo, y publicó un periódico intitulado El De
Característico en este sentido fue el artículo de Pepita Guerra, en
recho a la Vida.85
uno de los primeros números, que exhorta a los trabajadores a des-
La Protesta Humaría censuró sin tapujos la aparición de El Re-
84 G. Inglán L afarga, “A propósito de tácticas”, La P rotesta H u m a n a , 20 de
ss Actos individuales, nom bre que d a b an los círculos a n arq u istas a los actos
noviembre de 1898.
de te rro r personal.
s* “A dhesiones”, en El R ebelde, 11 de noviem bre de 1898, 11 de diciembre i m "Publicaciones”, en E l R eb eld e, 27 de noviem bre de 1898.
de 1898. m “A clarando”, en E l R eb eld e, 11 de diciem bre de 1898.
s5 La posición p rogram ática “antiorganización” de este grupo, se expresó en W "Por qué somos a n arq u istas", en E l R eb e ld e , 27 de noviem bre de 1898.
el a rtícu lo “ O rganización y com unism o”; véase E l Derecho a la Vida, Monte 8(1 S. Locascio, “L uccheni", E l R eb eld e, 27 de noviem bre de 1898. Acerca de
video, diciem bre de 1898. la actitud de otros círculos hacia el terro r, véase m ás adelante.
47 de 233
96 INTERVENCIÓN EN LOS SINDICATOS ( 1897- 1899)
pojarse de la sumisión y a levantarse contra la burguesía que los
había explotado hasta el presente. La crueldad de la explotación
de la burguesía debe engendrar una venganza cruel, y sobre ello
escribe la autora:91
“ ¡Compañeros, al asalto! El día luce para las venganzas sangrien
tas. . . ” En el mismo núm ero, en otra sección, en réplica a las noti
cias de Italia que inform an sobre el asesinato de u n empleador a
manos de un obrero despedido, se dice: “ ...É s te deberá ser el
camino del obrero, para concluir así de u n a vez con estos roedores
hum anos.” 92
El problem a de la lucha de los obreros contra sus empleadores,
aunque no constituye u n dom inio teórico separado, se refleja en
muchos de los artículos generales como tem a que lleva a reclamar
la rebelión y la violencia.93 Fiel a la línea antiorganización, se
niega cualquier tendencia a la acción organizada de los trabajado
res, considerándola u n señuelo vano y tram pa tendida por la bur
guesía para atrap ar a los trabajadores en la red política, para ale
jarlos de la m eta que es la revolución social. Es de interés la res
puesta del periódico a la cuestión form ulada por u n grupo de
miembros, sobre la cooperación con otros círculos en la lucha por
objetivos generales, por ejem plo el antim ilitarism o, las protestas
contra las persecuciones antiobreras, etc. El periódico niega cual
q u ier posibilidad de u n frente unido con otros partidos políticos,
aunque sean avanzados. E n su opinión, los anarquistas deben li
brar su lucha sin aliados:
1I
:i I
P A C T O D E A L IA N Z A j
5D de 233
102 INTERVENCIÓN EN LOS SINDICATOS ( 1 8 9 7 -1 8 9 9 )
Cabe señalar que, de los seis grupos firmantes, cuatro eran relativa
m ente nuevos, y la noticia de su formación se publicó en los ejem
plares de La Protesta H um ana de 1898."
Otros 12 grupos anarquistas, activos en ese entonces en Buenos
Aires y sus inmediaciones, adictos a L P H (algunos de ellos, grupos
muy veteranos), no firm aron em pero esa declaración de princi
pios.100 T am bién es llam ativa la ausencia de los periódicos que
aprobaban la línea organizativa: L a Protesta H um ana, L ’Awenire,
Ciencia Social. De esto se deduce que, pese a la im portancia de la
Federación —por su m era constitución— no era u n factor repre
sentativo de la mayoría de los anarquistas de Buenos Aires.
En cuanto al interior del país, la escasa inform ación dificulta
la determ inación precisa de la conexión con la federación. Cabe
suponer que la gira de conferencias de P. Gori en el interior, en
seguida después de constituirse la Federación en Buenos Aires, te
nia p or meta entablar vínculos con los grupos existentes y estimu
lar la creación de nuevos grupos. Esa gira —definida por La Pro
testa H um ana como "la prim era gira de propaganda en América
L atin a”— contó con vastas descripciones en los ejemplares de ene
ro y febrero de 1899. Sin embargo se deduce, de los comentarios,
que se form aron grupos nuevos, los cuales se dieron el nombre ex-,
plícito de anarco-socialistas: en Bahía Blanca (15 de enero), Ma¡-
SALARIOS DIARIOS
E n 1887 En 1899
cuando 1 $ /ooo cuando 1 $ /ooo
valia 72 cent, oro vale 44 cent, oro
$ papel $ oro $ papel $ oro
127
163 de 233
f
128 P E N E T R A C IÓ N E N LO S SIN D IC A T O S (1 8 9 9 -1 9 0 1 )
T o ta l 235 335
C arne 1 9.00
Leche 3.00
Cereales 3.60
V erduras 4.50
T abaco 1.50
Aceite, grasa, vinagre, etc. 5.40
Vino 3.60
Pieza 17.50
L uz, etc. 2.50
Fuego 3.00
Varios, ro p a, etcétera 3.00
T o ta ! 63.00
69 de 233
i ‘iU PENETRACION EN LO S SIN D IC A T O S (1899-1901)
com prendido su verdadero fin), es, pues, algo así como ei esbo
zado modelo de lo que será la sociedad com unista anárquica del
m añana.”
Las conclusiones a extraer, por lo tanto, son inequívocas: “Los
anarquistas debemos ser partidarios de la organización de los tra
bajadores, participar en sus ludias, estar a la cabeza de sus movi
mientos . . . ”
Poco después de publicarse este artículo, apareció en La Protesta
H um ana u n com entario interesante, especie de examen de concien
cia, sobre los errores cometidos por los anarquistas en Buenos Aires.
El au to r P. G uaglianone, quien había sido muy activo en la pro
paganda anarquista en la A rgentina durante los últim os años, se
volcó a la actividad en M ontevideo, y desde allí envió su artículo,
donde critica “el estado de estancam iento en que se halla la pro
paganda”. Ello se debe, a su parecer, al despeñam iento que se
inició varios años antes, y cuyos culpables principales eran los ele
m entos anarquistas “charlatanes y macrocéfalos”, que sem braron la
confusión y el desconcierto en las filas anarquistas con una desati
nada teoría sobre “ la sociología singular” y u n individualism o
íilosólico-nietzscheano, sin haber visto en su vida la tapa de un
libro de Nietzsche. . . “Este elem ento disolvente fue el que im pidió
una lucha que tendía a revestir grandes proporciones. Ellos se de
clararon enemigos de la organización, ellos predicaron contra las
federaciones — en las cuales tampoco nosotros creimos ayer, cuando
ellos nos las p in taro n como focos de a u to rita rism o .____ y ellos
im pidieron poder realizar una obra práctica de lucha obrera. En
efecto, la mayoría de los así llamados anarquistas, creyeron que en
las sociedades gremiales no debían entrar sino para disolverlas, y
que los anarquistas no debían fundar asociaciones gremiales. . . Es
a algunos anarquistas a quienes en parte se debe culpar que en
la A rgentina no existe hoy una federación obrera.”
El autor censura tam bién los errores en la actividad anarquista
propiam ente dicha: “Hoy en Buenos Aires, no hay u n buen local
de conferencias: [En Buenos Aires, donde hay miles y miles que se
llaman anarquistas!” Y finaliza con una exhortación patética a los
compañeros anarquistas de Buenos Aires: "¡H ay que comenzar de
nuevo!” 111
La redacción de La Protesta Plumaria añade al artículo una aco
tación, en la que acepta la acerba crítica, pero objeta el llamado
a empezar de nuevo, pues: “la obra está ya comenzada y bien en
cauzada”. En efecto, los defectos principales que señalara el autor,
n i X>. G uaglianone, “ L a p ro p a g an d a a n arq u ista en la A rg en tin a”, en La
Protesta H u m a n a , 9 de m arzo de 1901.
£££ 9P 08
160 PENETRACIÓN EN LOS SINDICATOS ( 1 8 9 9 - 1 9 0 1 )
EL PR IM E R CONGRESO DE LA F O A ’
Proposiciones:
Esta declaración fue aprobada por unanim idad y aclam ada por
la num erosa barra que concurrió al congreso. La declaración, que
expresa una tendencia a la contemporización entre las diversas
corrientes ideológicas, creó una atmósfera cómoda desde los comien
zos del congreso y puso cimientos im portantes para su éxito.1211
La comisión encargada de inform ar sobre el prim er tema presen
tó su dictamen, aconsejando la formación de la Federación Obrera
según las bases propuestas por la Asociación de las Artes Gráficas.
Inform ó F. Cúneo (socialista de Mecánicos y Anexos), dem ostrando
la imprescindible necesidad de la formación de la federación, y las
ventajas que traerá ai proletariado, ejem plificando con lo que acon
tecía en otros países. Se entabla u n debate anim ado y expectante.
A. P atroni (socialista, Descargadores de San Nicolás) y D. Garfag-
nini (anarquista, Mecánicos y Anexos) aprueban las palabras de
Cúneo. Los delegados de los ebanistas de la capital, sección oeste
* Al com parar diversos textos de esta resolución, com probé q u e hay d ife
rencias en tre el que se p u b licó en el periódico La Organización y en L a P ro
testa H um ana, que se trascribe a rrib a . Eli el prim ero el texto insertado dice:
“ la lucha económ ica para el p r e s e n t e ...”
125 “Congreso O brero G re m ia l”, L a Protesta H u m a n a , 1 de ju n io de 1901;
“ Congreso O brero G rem ial” , E l O brero, 8 de ju n io de 1901; “El Congreso O b re
r o ”, L a Organización, ju n io de 1901.
C abe señalar que los textos de La Organización y E l Obrero son idénticos,
pero difieren del texto de La Protesta H um ana.
El texto copiado por S. M a io lta , es ig u al al de esos dos textos (véase p. 108),
E l texto copiado por D. A bad de S antillán, La F O R A , p. 68, coincide con el de
L a Protesta H um ana.
A las diferencias en los textos nos referim os en el escrito. Son leves y no se
las puede asignar u n significado trascendente.
126 La declaración fue red actad a y p resen tad a p o r representantes anarquistas
(T . Ros y L. ¡Vlagrassi) del Sindicato de A rtes Gráficas. De esto se deduce
que la afirm ación del histo riad o r J. O ddone (en su libro G rem ialism o prole
tario) en el sentido de que los anarquistas vinieron a im p o n er en el nuevo
organism o sus principios, y que "el congreso p u d o , debido al espíritu de tra n
sacción que anim aba a los delegados socialistas, em peñados en llevar a buen
térm ino la obra iniciada” (p. 83) no tiene m ucho asidero. La anuencia a la
contem porización se puso de relieve en las dos partes.
E L P R IM E R CO NG R ESO D E L A F O A 167
L a F e d e ra c ió n O b r e ra A rg e n tin a , a f ir m a n d o la n e c e s id a d d e e s p e ra r
s o la m e n te d e los o b re ro s la c o n q u is ta in te g r a l d e los d e re c h o s d e los
tr a b a ja d o r e s , se re se rv a e n a lg u n o s casos re s o lv e r los c o n flic to s e co n ó m ico s
e n tr e el c a p ita l y el tra b a jo p o r m e d io d e l ju ic io a r b itr a l, a c e p ta n d o sólo
p o r á r b itr o a a q u e lla s p e rso n a s q u e p r e s e n te n se ria s g a r a n tía s d e r e s p e to
p o r los in te re s e s d e los tra b a ja d o re s .
ten id a p o r los anarquistas. E n su lib ro G rem ialism o proletario dice: “ Las reso
luciones del congreso no satisfacieron los propósitos sectarios de los a n a rq u is
tas, q u e siendo m inoría no p u d iero n im p o n er to talm en te sus p retensiones’'
(p. 83).
Ya S. M arotta, en su libro E l m o vim ien to sindical argentino, tom o i, dis
cute con J. O ddone al respecto y dice: “No tiene el a u to r de estas páginas
interés en tom ar la defensa de los anarquistas. C onsidera justiciero, no obs
tante, destacar que si h u b o en delegados socialistas ‘e sp íritu d e transacción’ el
mismo existió en algunos anarquistas. N o parece exacta la afirm ación d e que
constituían u n a m inoría. T a n to las resoluciones aprobadas, como la com po
sición del com ité adm inistrativo, con m ayoría a n arq u ista, p ro b a ría n lo con
tra rio ” (p, 121).
En base a las com probaciones de n uestro estudio sobre los debates d el con
greso, nos inclinam os a acep tar to talm en te la o p in ió n de Sebastián M arotta
en el tem a respectivo.
128 Este estudio sobre los debates d el Congreso O brero y sus resoluciones se
basa en reseñas publicadas e n diversas fuentes, a saber:
1) “Congreso O brero G re m ia l”, La Protesta H u m a n a , 1 de ju n io de 1901;
2) “ Congreso O brero G rem ial”, La Protesta H u m a n a , 8 de ju n io de 190.1;
3) “E l Congreso O b re ro ”, L a Organización, B uenos Aires, ju n io de 1901
(núm . 6);
4) "Congreso O brero G rem ial", E l O brero, Buenos Aires, 8 de ju n io de 1901
(núm . 40);
5) “A cuerdos tom ados en el Congreso O b re ro ”, La O rganización■ Obrera,
Buenos Aires, agosto de 1901 (núm . 1);
0) “Principales acuerdos, declaraciones y resoluciones de la f o r a ” (suple
m ento de La Patagonia A rgentina, folleto e ditado p o r la Federación O b re
ra Local Bonaerense, Buenos Aires, 1922).
T am b ién se basa en los siguientes libros:
1) S. M arotta, op. cit., tom o x, p p. 106-114;
2) I). A bad de Santillán, L a F O R A , op. cit., p p . 67-75;
3) D. A bad de S antillán, E l m ovim iento anarquista, op. cit,, p p . 78-80;
4) J. O ddone, G rem ialism o, op. cit., p p . 83-86;
5) M ax N ettlau (m anuscrito), en el use, A m sterdam , cap. xv, p p . 28-29.
EL PR IM E R CONGRESO DE LA FO A 173
resoluciones, a fin de: a] D ar una imagen detallada del fenómeno
singular que fue la gran cooperación entre representantes obreros
socialistas y anarquistas, que se reflejó tanto en los enfoques con
juntos de la discusión sobre la estrategia a seguir en las luchas
obreras como en la disposición a contem porizar en la form ulación
de las resoluciones y las declaraciones; b] P lantear la línea de in
fluencia a que llegaron m ilitantes anarquistas en los sindicatos
obreros» que se reflejó en el núm ero de delegados anarquistas» en
su participación anim ada en los debates, en los logros que alcan
zaron al im prim ir su sello en la form ulación de resoluciones, las
cuales, en su mayoría, se vieron influidas de u n modo notable por
los enfoques anarquistas.
A nuestro criterio, el Congreso O brero Grem ial, del 25 d e mayo
de 1901, inició un nuevo capítulo en la historia del anarquism o de
la A rgentina. La irrupción de los anarquistas en la palestra de 1a,
vida económico-social recibe u n a m ención adicional, y el anarquis
m o se convierte, en la A rgentina, en u n factor que es imposible
ignorar en el proceso del desarrollo socioeconómico de los años
siguientes.
Exam inam os hasta ahora dos procesos que se forjaron por sepa
rado, aunque paralelam ente, y por fecundación m utua indirecta.
Uno: el despeñam iento de las relaciones laborales en la Argentina,
a fines del siglo xix y comienzos del xx, y el agravam iento de los
conflictos laborales y las huelgas a m edida que se fortalecía la ten
dencia entre los obreros a asociarse en sindicatos obreros (socieda
des de resistencia) en la cam paña contra los empleadores.
El segundo proceso arranca del desarrollo interno en el anarquis
mo. Destacamos la consolidación de la corriente “proorganización”,,
su evolución como tendencia que irrum pe hacia la introm isión
creciente en las luchas de los obreros dentro de los sindicatos obre
ros. Este proceso —nutrid o por cambios ideológicos en la Argen
tina y fuera del país— se robusteció entre los anarquistas argenti
nos y logró éxitos notables, sobre todo la posición de hegemonía
del anarquism o en el Congreso de la Federación O brera (f o a ). L os
dos procesos se n u trían en el pasado de factores distintos, que sólo
en parte eran comunes. En 1901 los dos procesos se encontraron y
entrelazaron, uno con otro.
cW-7 SURGIM IENTO DE LA HEGEMONÍA ANARQUISTA
EN X A FOA (MAYO DE 1901-ABRIL DE 1902)
FO R T A LE C IM IE N TO DE LA POSICIO N ANARQUISTA
EN LOS SINDICATOS OBREROS
tu a d a de ía E uropa in d u stria l, eí anarq u ism o se com unica fácilm ente e n tre los
italianos y los españoles de la inm igración aldeana de u n a E uropa ag raria y
feudal, y el tra b a ja d o r criollo, en cuyas sangres persisten las nostalgias de la
edad de oro del cam po argentino. E l artesano, pro tag o n ista n a tu ra l d el a n a r
quism o, es m ayoría en los cuadros de los oficios argentinos. El proletario, tro p a
m arxísta, es m in o ría. El a narquism o vence, n u m éricam ente, al socialismo en
las agrupaciones de la Federación O b re ra ” (pp. 259-260).
Esas notas p a ra explicar u n p ro b lem a ta n com plejo, son dem asiado sim ples
a u n q u e encierran varios elem entos correctos. La diferenciación en tre el p ro le
tario in d u stria l y los artesanos n o logra ex plicar el éxito de los an arq u istas
en ciertos sindicatos, y de los socialistas en otros. L a e stru ctu ra de los sin d i
catos de la f o a era análoga en ese sentido. U n a explicación m ás p en etran te
del éxito de los anarquistas en los sindicatos obreros, la ofrece J. M. Solo-
m onoff, Ideologías del m ovim iento obrero, p p . 200-201.
186 H EG EM O N ÍA ANARQUISTA EN LA FO A (1901 -1902)
££2 3P £6
les grupos. . . se pensó que en la reunión podría formarse uno solo con
carácter de volante, con la misión de preocuparse de la organización de
reuniones de propaganda en la ciudad y alrededores.29
U n rasgo bastante particular era que bajo el nombre del difunto rey
Humberto aparecía uiia cruz negra, bajo el del rey Víctor Manuel estaba
escrito "4 meses” con letra pequeña y tinta negra, y “ 1 mes” y “2 meses”
marcaban de manera sim ilar los nombres del rey Leopoldo y del empe
rador Guillerm o, respectivamente.
Creo que no hay duda de la existencia de un considerable número de
anarquistas aquí, en su mayoría italianos. T en go entendido que l a po li
cía estima su número en unos seis m il, de los que un m illar son consi
derados como peligrosos y se afirma que los asesinos de la emperatriz de
Austria y del rey de Ita lia lian vivido, ambos, en este país. Según me
contó el barón W ertbern, un detective especial saldrá boy para Ro sario .51
L a e x tr a d ic ió n d e to d o in d iv id u o c u lp a b le d e a cto s d e a n a rq u is m o p u e
d e p e d ir s e s ie m p re q u e la le g isla c ió n d e los E sta d o s —r e q u ir e n te y r e
q u e r id o — h a y a e sta b le c id o la p e n a p a r a d ich o s acto s,62
A raíz del cambio notable que se operó en las relaciones del orden
institucional económico-social (así como de la política gubernam en
tal) para con el anarquism o, entre 1900 y 1901, conviene exam inar
Segunda Conferencia Internacional A m ericana. C iu d ad de M éxico 1901-
1902 (texto castellano). E dición hecha b a jo la dirección d e la Secretaria G ene
ral, M éxico, 1902, p. 106. El texto fin al d e l tratad o se ap ro b ó el 24 de enero
de 1902. Sobre la reacción a n a rq u ista a l d eb ate sobre el tra ta d o d e extradición
en la C onferencia Panam ericana, véase G. In g lán L afarga, “ E l congreso de los
infusorios”, en L a Protesta H u m a n a , 2 d e noviem bre de 1901. “Es ridiculo, p o r
tan to , pensar que con algunas m edidas a rb itraria s tom adas contra las hom bres
q u e p ro p ag an u n a idea, se m a ta a ésta.”
™ "N o tas” , en La Protesta H um ana, 12 de o ctu b re d e 1901.
ACTITUD A N A R Q U IST A H A C IA E L T E R S fc R Y L A V IO LE N C IA 197
Felipe Layda: Dígame usted su parecer sobre los atentados que algunos
jóvenes vienen haciendo contra personajes de la vida política.
J. Grave: Puedo responder a usted, que ni los condeno ni los aplaudo.
Sé como usted de los crímenes que estos personajes cometen en el ejercicio
del poder; pero también sé que los asesinatos a que usted se refiere no
son actos revolucionarios.
F. Layda: Pero si es verdad que la Revolución ha de venir, de alguna
manera hay que hacerla...
J. Grave: S í, pero yo creo que la Química con la Electricidad es la
encargada de hacerla. No sé cómo pensará la generación que la realice,
pero en mi concepto habrá una conspiración que tenga por objeto hacer
volar, en un mismo día y a una misma hora, el Vaticano con cinco o
seis mil peregrinos dentro, éstos tan culpables del mal como el Papa,
y seis y ocho Congresos de Legisladores, también con ellos adentro, de
distintas naciones. Hecho lo cual, todo político y todo clérigo temblarán
y cambiarán instantáneamente de oficio... Después de todo, la Revolu
ción así hecha será menos terrorífica que las revoluciones pasadas y las
guerras que presenciamos. . .
76 S o b re esta a c titu d l i a d a la v io le n c ia y e l te r ro r , p o r p a r te d e in te le c
tu ales a n a rq u is ta s , d ic e e l co n o cid o in v e s tig a d o r Z. Iv ia n sk y e n su tr a b a jo :
“ E x h o rta b a n a ‘la p r o p a g a n d a p o r m e d io d e la a c c ió n ’ c u a n d o e n v e rd a d es
ta b a n e n tre g a d o s p o r e n te r o a la p ro p a g a n d a y n o a la acció n . P e r o la acció n
se llev ab a a la p rá c tic a p o r las m a n o s callosas d e los re b e ld e s, m a ltr a ta d o s y
h a m b rie n to s . V erem o s q u e se c re a b a u n a d is p a rid a d g ra n d e e n tr e el b r illo
d e la co n sig n a y las accio n es sa n g rie n ta s , q u e c a u s a b a n v íc tim a s in o c e n te s .1’
C om o e je m p lo d e la tr a g e d ia d e la in te le c tu a lid a d p e r d id a , tra sc rib e las p a la
b ras de F ra n cisco F e r re r : "M e lla m a n a n a r q u is ta p o r u n a fra se e n la q u e
h a b lé d e ‘id eas d e la d e s tru c c ió n e n el p e n s a m ie n to ’. P e ro to m e n n o ta de
q u e a u n q u e son ‘id eas d e d e s tru c c ió n e n el p e n s a m ie n to ’, los p e n s a d o re s c
in te le c tu a le s p r e f ir ie r o n el p e n s a m i e n t o ... íu e r o n sus a lu m n o s, los q u e lo
lle v a ro n a cabo y p a g a r o n c o n la v id a ” (p p . 08-69).
71 “Ladrad p e r r o s ”, e n E l R ebelde, 14 d e s e p tie m b r e d e 1901; "L o s actos d e
re b e lió n in d iv id u a l”, e n E l R eb eld e, 30 d e n o v ie m b re d e 1901,
<8 "N o so tro s n o se m b ra m o s m á s q u e la esp e ra n z a d e re d e n c ió n d e s p e rta n d o
las co n cien cias a d o rm e c id a s d e l p r o le ta r ia d o m íse ro y v ilip e n d ia d o , in f ilt r á n
d o le el c o n o c im ie n to d e su s d e re c h o s y d e s t in o s ... E l re y H u m b e r to , d ic e n , n o
era el re sp o n s a b le d e to d o a q u e l m a l q u e e n s u n o m b r e h a c ía n los m in istro s,
¡Sea así! P e ro e n to n c e s d e b e n los a n a r q u is ta s se r c o n sid e ra d o s com o re s p o n s a
bles d e to d o lo q u e e l in d iv id u o e je c u ta e n n o m b r e d e la a n a r q u í a . . . ¡N o s
o tro s, p ro c la m á rn o slo a lto ! N o reco n o cem o s com o p r in c ip io el d e re c h o a m a t a r , ..
L a v io le n c ia v ie n e d el p a s a d o , y las d o m in a c io n e s q u e h ic ie ro n d e e lla u n
sostén la e n g e n d r a r o n . . . ”
E sta c irc u la r se p u b lic ó e n L a Protesta H u m a n a e l 19 d e ag o sto d e 1900;
“ I n d ifesa d e u n id e a l” , L ’A vv en ire , 4 d e a g o sto d e 1900; “ E n d efen sa d e u n
id e a l”, R ojo y N egro, B o lív a r, agosto d e 1900.
e esjp o cn H E G E M O N ÍA A N A R Q U IST A EN LA F O A (1 9 0 1 -1 9 0 2 )
E l Sol hizo más aún para crear u n clima previo de terror y vio
lencia en el sector obrero. D urante los días de ánim os enardecidos
por el atentado contra el presidente norteam ericano Mackinley, la
redacción del periódico editó un folleto titulado: M anual del per
fecto dinamitero. En el prólogo, se lee:
E l País de hace cuatro días hace notar, y con m ucha razón por cierto,
la falla de revolucionarios de acción en Buenos Aires, de propagandistas
de hecho, de anarquistas dignos de tal nom bre, dotados de energía sufi
ciente como para arrojar u n a bomba en el S e n a d o .. . Al mismo tiempo
que se perm ite dirigir algunos dardos irónicos contra los jóvenes teori
zantes de las más modernas ideas sociológicas, sin darse cuenta que de
entre éstos surge H enry [E. H enry: el terrorista francés]. A pesar de todo
esto, creernos efectivam ente que se im pone entre nosotros la propagan
da por el hecho, y es con el objeto de concurrir con nuestro esfu e rz o ...
que la biblioteca acaba de lanzar una edición del M a n u a l d e l p e r fe c to
dinam -itero (176 páginas).89
sus exigencias. Juau Bialet-Massé (quien fuera nom brado por el go
b ierno, en 1904, para investigar la situación de los trabajadores
en el interior) íue testigo ocular de la huelga y la comentó del
siguíenie modo:
Justa, a m ás n o p o d e r ser, en el fo n d o , p u e s to q u e re c la m a b a n d is m i
n u c ió n d e lloras d e trabajo y a u m e n to d e su e ld o , te n ie n d o e n t a n ru d o
tr a b a jo la jo rn a d a d e sol a sol, c o n bolsas d e 1Ü0 y m ás kilo s, y u n j o r
n a l d e 2.50 a 3.00 pesos.
Pero la forma fue brutal, dirigida por el anarquismo, que imperaba
entonces en las clases obreras del Rosario, como único señor... En tal
huelga hizo su aparición el garrote, y 110 se economizó la amenaza... Los
patrones, por su parte estaban resueltos a mantener sus expoliaciones. . .
decían que estaban amparados por la ley y contaban con la policía. . . 90
Las huelgas de 1902, así como las reacciones que provocaron, tenían
un rasgo distintivo del que habían carecido todos los paros que se
habían producido hasta ese año, esto es, sobresalían por su. tenden
cia a las huelgas generales. E n casi todos los grandes actos de pro
testas que estallaron desde los inicios de 1902, la tendencia que
mencionamos no dejaba de estar presente. Esta inclinación no era
casual, si se piensa en el aum ento de la influencia anarquista en
los sindicatos obreros.106 Desde 1901 los anarquistas de la Argen
tin a se dedicaron a exhortar intensam ente a la huelga general. En
la prensa anarquista de todas las corrientes y matices ideológicos,
abundaron en 1901-1902 los artículos teóricos sobre las ventajas de
la huelga general como m edio eficaz en la lucha obrera contra el
régim en económico y político existente, a la vez que Instrum ento
i»?* E l artículo es m encionado en "A propósito d e huelgas” , La P rotesta H u
m ana, 2 de agosto de 1902.
105 “ E l hongo de las huelgas e n Buenos Aires” , en E l P ueblo, M ar d el P la
ta, 16 de m arzo de 1902. T h e R eview o f the R iv e r P íate d el 1 de febrero de
1902, encara la ola de huelgas en ese e sp íritu : “ Las cosas a n d a n m uy m al en
el m ercado d e trab ajo , lo que hizo q u e el Congreso tom ara m edidas q u e p e r
m itiera n tra b a ja r a quienes quisieran h a c e r lo ... Las huelgas c o n tin ú a n ... los
trabajadores se ven im pedidos p o r las am enazas d e los holgazanes y de los a n a r
q u is ta s ... Buenos Aires se ha convertido e n el vivero de la hez d e E uropa y
la policía se e n cu e n tra i m p o t e n te ...”
106 “ D e la h u elg a p arcial de u n grem io, se pasó a la to ta l de todos los o b re
ros d e u n m ism o oficio. Y de aquí empezó a g e rm in ar la idea de la huelga
general.”
EXHORTACIÓN A LA HUELGA GENERAL 209
E l c o n g reso d e c la ra q u e la s h u e lg a s d e b e n te n e r e l m a y o r c a r á c te r d e
re siste n c ia p o sib le , y re c o m ie n d a p a r a el é x ito d e las m ism a s la o rg a n iz a
c ió n e ilu s tra c ió n d e los tra b a ja d o re s , re c o n o c ie n d o co m o b a se s u p re m a
d e la lu c h a e c o n ó m ic a la h u e lg a g e n era l.
EL SEGUNDO C O N G R ESO DE L A F O A 219
El tema del cooperativismo fue tratado por prim era vez en este
congreso, pues en el prim ero figuraba en el orden del día (pun
to núm. 26) pero no llegó a tratarse. Las vacilaciones ideológicas
entre los anarquistas eran muy grandes y los ecos no se acallaron
tampoco después del congreso (véase arriba). E n esa etapa de las
deliberaciones, se consolidó el texto siguiente: “El congreso consi
dera que las cooperativas de producción sólo deben aceptarse como
medio accidental de defensa y recom ienda la creación de coopera
tivas de consumo que puedan emanciparse de los interm ediarios,
que nos explotan y envenenan.”
Se discutió después el tema: “A ctitud que deben asum ir las so
ciedades gremiales ante la acción deletérea de los centros católi-
125 “H e aquí algunos datos h asta noviem bre de 1902: F ue detenido G. A.
Cartei, secretario de la Sociedad de M aquinistas Bonsak, p o r h a b er declarado
el boicot a la cigarrería L a P o p u lar; fu ero n detenidos Francisco B erri y Ju a n
Calvo por hacer p ro p ag an d a del boicot a la pan ad ería La Princesa, declarado
por la Sociedad d e Panaderos', siendo ellos secretario y gerente de la m ism a,
respectivam ente; fueron tam bién detenidos Sam uel G aray, A lberto L om bet y
Tiziano A ldiguieri, p o r h a b er re p a rtid o m anifiestos aconsejando el boicot a la
misma p an ad ería. Así tam bién en Chivilcoy, R osario, B ahía B lanca, Córdoba,.
Mendoza, etc. Los trabajadores su friero n prisiones p o r in citar al boicot." O.
Abad de SantiOAn, La F O R A , op. cit., p . 87.
220 H E G E M O N ÍA ANARQUISTA E N LA .FOA ( 1 9 0 1 - 1 9 0 2 j
eos,” Sobre este tem a se aprobó lo que sigue, tras u n a larga discu
sión: . .Las sociedades católicas de obreros deben ser combatidas
por las sociedades gremiales y por todos los obreros conscientes en
general, pues sus resultados son perniciosos para 1.a clase trabaja
dora.”
E n las últim as sesiones, el 21 de abril, se trataron los temas si
guientes: “Instrucción y educación obrera”, acción m oral de la
misma, crim inalidad. E n el curso de la discusión se demostró que
“ . . . e l obrero que pertenece a alguna sociedad emplea su tiempo
disponible para ocuparse en los intereses de la asociación, y no va
a almacenes a embriagarse. Por consiguiente se em ancipa del vicio:
además con el trato continuo entre compañeros se instruye y por
lo tanto está menos expuesto a d e lin q u ir.. . ” Asimismo se exami
naro n los tópicos: “Accidentes de trabajo, higiene en los talleres,
trabajo de mujeres y niños.” Sobre el trabajo de la m ujer se
resolvió tam bién que sean adm itidas en las actuales sociedades
obreras, sin pagar cuotas.
Por prim era vez en u n congreso d e la federación se encaró el
problem a de la organización de los trabajadores agrícolas. Tras
una discusión prolongada, se resolvió: “El congreso recom ienda al
comité federal que haga una propaganda a fin de que los traba
jadores del campo se organícen en sociedades de resistencia.”
En la séptim a sesión (la últim a), el 21 de abril se presentaron
y debatieron “los estatutos de la Federación O brera A rgentina”.12'’
El contenido conciso de las disposiciones principales dice:
12? El II Congreso finalizó, como era h a b itu a l tam bién e n otros congresos,
con varías declaraciones generales. U na d e ellas re p u d ia b a el clim a bélico que
creaban ios gobiernos d e C hile y A rgentina (debe acotarse que, en esos días,
se extinguía el clim a de guerra) y dirig ía saludos fraternales a los obreros
chilenos. Véanse las reacciones y observaciones con respecto a los estatutos en el
artículo de Pellico en L a Organización Obrera, septiem bre-noviem bre de 1901.
Para la reseña del curso del II Congreso se re cu rrió a las siguientes fuentes:
130 ‘‘Asamblea del com ité fed eral”, en La Organización Obrera, febrero 1902,
marzo 1902.
131 Ibid., m arzo 1902.
HEGEMONÍA ANARQUISTA EN LA FOA ( 1 9 0 1 - 1 9 0 2 )
11 f de 233
226 L A GRAN C O N FR O N T A C IÓ N ( M A YO -D IC IE M B R E DE 1 9 0 2 )
C re o e q u iv o c a d o , d a ñ in o e l c o n c e p to d e n o c o n s id e r a r a p to s p a ra p re
p a r a r e l p o rv e n ir , a to d o a c to o to d a in s titu c ió n q u e n o s e a n c o m p le ta
m e n te a n a rq u is ta s ,
La Casa del Pueblo está abierta para todos los asalariados, sin distinción
de nacionalidad ni de opinión. N o se exigen profesiones de f e . . . La
Casa del P u e b lo no puede ser —y no es— la expresión de u n p a rtid o . . .
C ie rto q u e n o p o d e m o s p r e te n d e r , a l in g re s a r e n a g ru p a c io n e s q u e no
e stá n e x c lu s iv a m e n te c o m p u e sta s p o r a n a rq u is ta s , q u e re c h a c e n to d a r e
g la m e n ta c ió n , to d o a u t o r i t a r i s m o .. . p e r o n u e s tr a l a b o r e stá p re c isa m e n te
e n d e m o s tra rle s q u e si q u ie r e n se r lógicos, c o n se c u e n te s c o n sus p ro p ó s i
tos, d e b e n se r e n e m ig o s d e to d o g é n e ro d e a u to r i t a r i s m o . . . 41
118 de 233
.2 3 8 L A GRAN C O N FR O N TA C IÓ N (M A Y O -D IC IE M BR E DE 1 9 0 2 )
8 010 518 118 953 365 3 240 270 2 891 259 8 285 387
124 de 233
250 LA GRAN CONFRONTACIÓN (M AYO-DICIEM BRE DE 1 9 0 2 )
i
j
E L liSCA LON AM IENTO DEL CONFLICTO Y LA PROCLAM ACIÓN
DE LA HUELGA GENERAL
capital”, firm ada p or el grupo Iniciador; llam aba a "todos los gru
pos libertarios de la capital”, a u n a gran asamblea el 23 de noviem
bre (jel día que estallaría la huelga general!) para “debatir la
recaudación de fondos con m iras d e crear u n centro de propagan
da lib e rta ria .. . ” 91
La circular n i siquiera insinúa la inm inencia d e la huelga gene
ral que abrazaría a los obreros dos días m ás ta r d e .. .
Paralelam ente, no h ab ía u n plan preparado de antem ano para
agravar el conflicto hasta la confrontación; no otra fue tam bién la
actitud del otro polo del conflicto, esto es, los em pleadores y el
gobierno, que pasaron de una posición m oderada y propensa a las
contemporizaciones (a principios del conflicto) a u n enfoque en
colerizado e inflexible en la segunda etapa d e la huelga d e los
peones barraqueros. L a rapidez con que el paro se expandió los
encolerizó y atemorizó. Por falta de experiencia en negociaciones
para solucionar conflictos laborales, se dejaron atrap ar por la creen
cia de que cualquier m edio de opresión es bueno para aplastar
pronto el fenómeno.
El m inistro del Interior, J. V. González, lo confiesa en sus me
morias, ocho años después.92 Estaban ante u n a encrucijada: aplicar
"el estado de sitio” y aplacar la disconform idad por algún tiem po
(hasta que desapareciera) o prom ulgar leyes que frenaran las huel
gas y distanciaran a los agitadores. Se escogió el segundo camino.
Sin experiencia n i posibilidades para com prender u n fenómeno
social de esta índole, lo creyeron el resultado de la actividad de
agitadores. N o era difícil señalarlos: la C ám ara d e Comercio los
vigilaba desde hacía tiem po, la prensa conservadora no cesaba de
censurarlos,93 sobresalían por su actividad radical, todos eran (o
fueron considerados) “anarquistas” y “extranjeros”. Es decir, no se
trataba de ciudadanos argentinos (pues, por ser anarquistas no les
interesaba la ciudadanía pese a residir d u ra n te m uchos años en
el país).
No debe extrañar, p or lo tanto, que se recurriera al proyecto
de ley de expulsión de extranjeros, propuesto por el senador Cañé
en 1899, y estancado desde entonces en las comisiones del C on
greso. El factor que acicateó al gobierno, en ese caso, fue 1a. Cám a
ra de Comercio, cuyo com ité de acción para tratar los aspectos
relativos a la huelga se dirigió al m inistro del In terio r y a la Co
té adm inistrativo.95
129 de 233
260 T.A GRAN CONFRONTACIÓN (M AYO-DICIEM BRE DE 1902)
Estas palabras del senador M. Cañé, sobre los objetivos del pre
sente proyecto de ley cuyo texto tiene conexión insinuada con sus
palabras previas, explícitas, contra los anarquistas, señalan clara
m ente el móvil central de la ley que es: luchar contra la influencia
de ¡os anarquistas en los sindicatos obreros, en tanto fom entan la
radicalización de las luchas sociales du ran te las huelgas y m ani
festaciones.
T am bién el m inistro de Interior, J. V. González, que participó
en el debate, recalcó que el propósito no es com batir las huelgas en
general, sino detener la actividad de u n determ inado grupo h u
m ano que causa, a su entender, el despeñam iento de las relacio
nes laborales:
Esta ley es para evitar los abusos de estas clases trabajadoras, no siem
pre conscientes de su derecho personal o colectivo, que son movidas por
agitadores de oficio perfectamente conocidos en las luchas contempo
ráneas.107
Esta ley 110 la dictamos por miedos, porque si así fuera, no la dicta
ríamos, puesto que los "anarquistas” que probablemente son los directo
res de la huelga, nos están amenazando, por los medios que acostumbran
a hacerlo, para impedir que los poderes públicos tomen medidas de
defensa.108
Se a lla n ó el r e c in to d e la F e d e r a c ió n O b r e r a y a llí se e n c o n tr ó q u e
e stá e s ta b le c id a la s o lid a r id a d , la o rg a n iz a c ió n d e los o b re ro s e n u n a
fo rm a q u e les d a e n o rm e e fic a c ia e n e sta C a p ita l p a r a m o v im ie n to s de
e sta n a tu ra le z a . H a y a llí re g is tro s p e r fe c ta m e n te a n o ta d o s , h a y d iv isio n e s
p a r a g re m io s, u n a d ire c c ió n s u p e r io r q u e es la q u e acaso e s tá m o v ie n d o
to d o e s t o . ..
¿A q u é o b e d e c e n , e n to n c e s , estos m o v im ie n to s a n á rq u ic o s ? T o d o s lo
in d ic a n : es la in o c u la c ió n d e e le m e n to s m ó rb id o s q u e n o s e s tá n v in ie n d o
d e a fu e ra . P e ro e le m e n to s q u e se v a n in f il t r a n d o e n n u e s tro s b a jo s f o n
dos n a c io n a le s . E n la F e d e r a c ió n O b r e r a so n ta n to s o m ás los e le m e n to s
n a c io n a le s q u e los e x tr a n je r o s q u e h a y a llí,111
N ada se rem edia con castigar a cuatro, cinco o seis personas. Y cuando
esos hombres se levantan con un clamor de protesta, es m enester escu
char con interés sus reclam aciones... Por consiguiente: yo p ie n s o ... que
la H onorable Cámara, poniéndose a la altura de la situación, debería
nom brar u n a comisión con el objeto que he in d ic a d o ...113
tendrá tres días para salir del país, pudiendo el Poder Ejecutivo, como
m edida de seguridad pública, ordenar su detención hasta el momento
del embarco.
Artículo 59—Comuniqúese, etc.118
o p o r t u n a , y a p o y a rá ta m b ié n l a h u e lg a q u e p a r a a s e g u ra r el é x ito d e la
d e lo s p rim e ro s h a n d e c la ra d o los e s tib a d o re s y c o n d u c to re s d e carro s.
29—P ro te s ta c o n tra la c o n d u c ta d e l g o b ie rn o , q u e e n l u g a r d e o b se rv a r
u n a a c titu d p r e s c in d e n te p r e te n d e re m p la z a r a los o b re ro s e n h u e lg a con
so ld a d o s y m a rin e ro s .
39—D e p lo ra la a c titu d a s u m id a p o r a lg u n o s g re m io s a l d e c la ra rse en
h u e lg a p o r s im p le e s p ír itu d e s o lid a r id a d h a c ia lo s b a rra q u e ro s , e s tib a
d o re s y c a rre ro s, a c titu d q u e fu e d e te r m in a d a p o r la p r o p a g a n d a a n á r
q u ic a y q u e es c o n tra p ro d u c e n te , p o r c u a n to la m e jo r m a n e r a d e so s te n e r
l a h u e lg a d e lo s m e n c io n a d o s g re m io s y c o o p e ra r a su tr iu n f o se rla la
d e q u e los g re m io s re s ta n te s c o n tin ú e n tr a b a ja n d o p a r a e n tr e g a r a los
h u e lg u is ta s u n a p a r te d e sus sa la rio s.119
122Ib id ., p p . 455-456.
las Ib id ., p. 457.
124 Ib id ., pp. 460-463.
125 A todas las redacciones de diarios llegó u n a carta firm ad a p o r el jefe
de policía, F. Beazley, d ando cu en ta que p o r resolución del m in istro del fn-
272 LA GRAN CONFRONTACIÓN (M AYO-DICIEM BRE DE l'JVZ)
L a c o b a rd ía a m b ie n te e n g e n d r a la s tira n ía s . A c ate m o s, d ic e n to d o s. Y
se someten, sin darse cuenta que, al hacerlo, se constituyen en cómplices
de la barbarie. No protestan.
C • £l
rV 'r r ! 'c n , * ° "
t í de (U clrm hrc th- i,).
■
ie 233
278 LA GRAN CONFRONTACIÓN (M AYO-DICIEM BRE DE 1 9 0 2 )
Este primer encuentro ha servido para que la burguesía pisoteara las ins
tituciones que dice defender, contribuyendo así a fortalecer las aspira
ciones de los que luchamos por una sociedad de justicia; sirvió para re
velar deficiencias que serán corregidas, y para apreciar la fuerza, el nú
mero y la calidad del elemento obrero.
Esa v e rg o n zo sa le y d e e x p u ls ió n n o s h a p r o d u c id o u n b ie n in m e n s o . A
e lla se d e b e q u e el p u e b lo d e l a R e p ú b lic a , con o zca, a p re c ie y a m e n u e s
tro id e a l e m a n c ip a d o r .150
a n arq u ista serio." (Mr. Haggard to the M arquess o f L ansdow n, B uenos Aires,
2 de enero de 1903, f . o . 6/480, p r o , Londres).
u “ Y hay q u e adv ertir, si no se ad v irtió antes, que los an arq u istas son como
aquella M edusa de las 100 o 1 000 cabezas, a la cual, si se le c ortaba una, le
nacían otras diez.” “L ettera a p e rta " , L ’A w e n ire , 17 de enero de 1903.
12 "L a legge d e resídenza", L ’A w e n ir e , 23 de enero de 1903. E n el mismo
núm ero, en la sección española, se inserta u n a rtícu lo jactancioso y de burla
a las au toridades q u e q uieren liq u id a r el anarquism o: “T o d av ía estam os vivos,
señores gobernantes."
REANUDACIÓN DE LA ACTIVIDAD 287
144 de 233
290 RECUPERACIÓN DEL M O V IM IEN TO ANARQUISTA ( 1 9 0 3 - 1 9 0 4 )
146 Je 233
294 RECUPERACIÓN DEL M O V IM IEN TO ANARQUISTA ( 1 9 0 3 - 1 9 0 4 )
U n a de las armas más poderosas es, sin duda, el boicot, el cual en este
caso se aplicará de la siguiente forma: Im pulsar a que se inicie en E uro
pa, A ustralia y América una guerra a todo trance contra los productos y
las procedencias a rg e n tin a s ... D enunciar am e la faz del m undo a los
tiranos que gobiernan a la A rg e n tin a ... Im pedir en toda form a la in
m igración . . . 45
Puesto que los atropellos policiales no cesaron sino que aum en
taron en septiem bre y octubre, se acentuó la protesta de los círcu
los anarquistas y se llegó a exhortar a la resistencia violenta por
todos los medios posibles, inclusive los m edios extremos, que no se
habían tom ado hasta entonces. U na prueba la dio la circular p u
blicada en La Protesta H um ana el 3 de octubre de 1903, donde
se lee:
Nos dirigimos a los com pañeros en general p ara exhortarlos a resistir por
todos los medios a la acción de la policía, aún los más extremos. Al res
pecto recordamos que la Ley de Residencia en que se am paran los es
birros de la policía, es probadam ente anticonstitucional y todo ciudadano
está en el derecho de resistirla, aú n por m edio de la violencia más
f u e r te ...
. . . Cuando hayan ocurrido dos o tres hechos de resistencia sangrienta,
se verá entonces cómo concluyen las baladronadas y las inm undicias de
los policías.59
148 de 233
298 RECUPERACIÓN DEL M O V IM IE N T O ANARQUISTA ( 1 9 0 3 - 1 9 0 4 )
E l m a l e s ta r e c o n ó m ic o c a u s a d o e n g r a n p a r t e p o r lo s g r a v á m e n e s q u e s o
p o r t a n los p e q u e ñ o s i n d u s t r i a l e s , e s tá p r o d u c i e n d o su s e f e c to s e n to d a s la s
m a n i f e s t a c i o n e s d e t r a b a j o .71
H a b ie n d o c o n o c id o a h o r a su fu e rz a e s tá n se g u ro s d e h a c e r p ú b lic a s m a
y o r e s d e m a n d a s e n f e c h a p r ó x i m a . . , H a b i e n d o l o g r a d o e l s i n d ic a to , e s te
Respecto a la prim era cuestión: Sería bien difícil determ inar qué es un
obrero, para nuestros efectos: ¿El m anual? ¿El que produce algo útil? ¿El
explotado? Si el m anual ¿excluimos el intelectual? Si el q ue produce
u tilidad general ¿de qué género? Para dilucidar este p u n to sería necesario
muclio tiem po y mucho estudio, a fin de lograr u n a solución equitativa,
y tal vez nos privaríam os de elementos adictos que nos ayudarían mucho
en la tarea nuestra, como ser los estudiantes, artistas, escritores, etc. Según
nuestro criterio, la solución sería ésta: La Sociedad de Oficios Varios, en
uso de su perfecto derecho y autonom ía, adm itirá en su seno a todo in
dividuo que, enterado de sus propósitos y fines, m anifieste su expresa
conform idad con los mismos, dispuesto a trabajar por su enaltecim iento,
como de la misma m anera podrá rechazar a todo individuo sospechoso
de falta de sin c e rid a d ., .
prefieren com batir en otro punto que el que se les designa, pero
que luchan como buenos.
En cuanto al tercer punto el orador no fijó ninguna posición y
señaló las vacilaciones de los m iem bros de los sindicatos.
Acerca del cuarto punto, el orador aprobó la organización de un
sindicato distinto, en la estera de Oficios Varios.
Respecto de la q uinta pregunta, dijo Jaquet: “Como no debe
mos adm itir diferencias de sexo, en cuestiones de trabajo, de aquí
que no hallam os modo de estatuir en nuestras agrupaciones excep
ción alguna. N uestro criterio es que se asocien los m iem bros todos
de u n oficio, sean hombres o mujeres, fraternalm ente. Pero, siem
pre siguiendo el principio de libertad, si reuniéndose buen núm ero
de compañeras, prefieren ellas form ar u n núcleo separado, están
en su derecho y debe respetarse. Entonces habría u n a sección Va
rios de compañeros y otra de compañeras. Del mismo m odo que
en determ inados oficios puede constituirse secciones de hom bres y
mujeres autónom as.”
El principio en que se basó la respuesta a la cuestión anterior
tam bién rige en la respuesta a la sexta pregunta: según el mismo
se determ inará que todos, hombres y mujeres, deben pagar cotiza
ciones de igual valor.
E n cuanto a la séptima y últim a cuestión propuesta, opinaron
que no son de conveniencia las federaciones de secciones varios.
Es decir, en el debate sobre este punto se oyeron diversas ideas y
no se logró un acuerdo sobre la resolución, y la decisión se pospuso
para otras deliberaciones.
C ontinuando el orden del día, se trató luego el tema: “¿Qué ac
titud se debe asum ir contra nuestros adversarios, traidores a la cau
sa del proletariado?” Al respecto se convino lo siguiente: “El I I I
Congreso Obrero declara traidores a la causa del proletariado a los
que delataron a la policía, e injuriaron por todos los medios a su
alcance, a los autores del m ovim iento de noviem bre pasado. Se
recomienda la difusión de esa verdad.”
Sobre el tema “Causas de la desorganización obrera” se aprobó
la declaración que sigue: “Las causas de esta desorganización se
deben a la ignorancia y obcecación en que se halla sum ida la clase
trabajadora, por lo que el Congreso recom ienda a las sociedades
federadas la difusión de los principios societarios a fin de consoli
dar la cohesión obrera.”
D urante la deliberación de este tópico —y d e otros posteriores—
se afianzó la moción de am pliar la acción educativa y propagan
dística; tam bién se recom endó la creación de u n a biblioteca dedi
cada exclusivamente a la educación societaria de todos los asocia
308 RECUPERACIÓN D EL M O V IM IE N T O ANARQUISTA (1903-1901)
dos (en los gremios), la publicación de folletos, compilaciones de
artículos, etc., "a fin de conseguir m ejor ilustración de la clase
trab ajad o ra”.
C on respecto a estos últim os temas, centrados explícitam ente en
cuestiones educativas, A. G hiraldo redactó un proyecto de resolu
ción q ue recom endaba la fundación de escuelas libres. Estas escue
las deberán lograr la libertad por la educación, la educación esté
tica y el aprendizaje m anual, unidos a la enseñanza científica.
Paralelam ente se sugirió la fundación de colegios vespertinos para
adultos (academias de enseñanza para adultos), que serían habili
tados en el mismo lugar de las escuelas libertarias.
La últim a sesión del congreso se consagró para debatir enmiendas
en los estatutos de la f o a . El artículo 18 se cambió de la siguiente
m anera: “Las sociedades federales tienen independencia para de
clarar huelgas totales y parciales, dentro de su gremio. Sólo debe
rán comunicarlo a la f o a para que ésta tom e las m edidas necesa
rias.”
El congreso se clausuró el 13 de junio, tras debatir 35 puntos del
orden del día; en su gran mayoría versaban sobre la lucha profe
sional de los obreros y el espíritu anarquista prevalecía aunque no
se lo definía expresam ente.78
El III Congreso de la f o a perm itió d ar u n paso más en el acer
camiento entre la federación de sindicatos obreros y grupos anar
quistas, pero sin llegar a identificarse por entero. Ambos bandos
tenían aú n objeciones al respecto. El Congreso de la f o a , pese a la
hegemonía pronunciada de los anarquistas, que le dieron el tono,
cuidó escrupulosamente el carácter general obrero. Las resolucio
nes y declaraciones, pese a su tendenciosidad evidente se redactaron
sin definiciones ideológicas anarquistas; llevaron impresos el sello
obrero general.
Esta duplicidad —de u n lado, carácter obrero general, del otro,
hegemonía anarquista— no escapó a la com prensión de los obreros
agrupados en la federación. U n testimonio interesante sobre la
concepción de los trabajadores, se halla en el periódico del sindi
cato de cocheros —E l Gremio—, donde el obrero B. S. escribe:
Respecto a sus ideas [de la fed eración : I.O .], com o d e jó d ich o allí, no se
encuentran h om b res d e política, n i religiosos, únicas ideas, q u e podrían
p erjudicar a la clase obrera.
Cuando yo presenté la cred en cia l d e n u estra sociedad, nadie m e pre-
'« Para una reseña minuciosa sob re el III Congreso, véase E l Sol, 15 d e ju n io
d e 1903; La Protesta H um ana, 14 y 20 d e junio de 1903; S. M arotta, op, rit..
p p . 160-163.
ANARQUISTAS Y SOCIALISTAS 309
ANARQUISTAS Y SOCIALISTAS
157 de 233
___ u r .i. M U i'lM I E N lO ANARQUISTA (1903-1904')
DESARROLLO y d if i c u l t a d e s en l a s a c c io n e s
DE LOS SINDICATOS OBREROS
d e Buenos Aires. Pero antes de que analicemos esta cam paña, ha
gamos u n a reseña breve del desarrollo de las relaciones laborales
en el país, en la segunda m itad de 1903.
162 de 233
326 RECUPERACIÓN DEL M O V IM IEN TO ANARQUISTA ( 1 9 0 3 - 1 9 0 4 )
asum ida. Según ese docum ento, el conflicto comenzó con el con
venio firm ado con los trabajadores en agosto de 1903, que facul
taba a la patronal a em plear y despedir capataces, a la vez que
éstos podían em plear obreros librem ente. La sociedad de resis
tencia había decidido a fines de 1903 extrem ar sus exigencias, y
pidió que lodos los portuarios pertenecieran a ¡a sociedad y que
1 1 0 se empleen o despidan obreros sin su consentim iento. Los em
pleadores añadían que no negociarían con u n sindicato obrero sin
base jurídica, cuya conducción cambia con frecuencia. Preferían
en cambio a la Sociedad de Obreros Argentinos, a cuyos adeptos
prom etían no despedir.133 Al día siguiente, la Sociedad de Obreros
del Puerto contestó al centro y afirm ó que la Sociedad de Obreros
Argentinos no era u n sindicato obrero, sino u n organismo creado y
financiado por los empleadores para favorecer sus intereses, y que
los empleadores no querían un sindicato obrero fuerte, que les mo
lestara en su propósito de im poner las condiciones a su antojo a
los trabajadores. Además, los empleadores procuraban, desde hacía
varios meses, una confrontación con los obreros p ara destruir la he
gemonía de la sociedad de resistencia en el puerto, por lo que em
pleaban un gran núm ero de m iem bros de la Sociedad de Obreros
Argentinos. El centro se alistó para el conflicto presente y a ello
se debe su inflexibilidad y su falta de voluntad para llegar a un
acuerdo con la sociedad de resistencia.134
A fines de enero se notó que dism inuían las perspectivas de un
acuerdo con los huelguistas. Los escasos contactos fueron in terru m
pidos por completo. U na parte de los huelguistas buscó trabajo en
la agricultura, para ganarse el sustento tem porariam ente. P or otro
lado, el hecho de que el mercado de trabajo se colm ara de obreros
transitorios fortalecía a los empleadores. M uchos de esos obreros
querían ser adm itidos en el puerto, por el salario relativam ente
bueno y por la posibilidad de trabajar horas extras y cum plir tareas
suplem entarias. A comienzos de febrero el trabajo en el puerto se
cum plía más o menos norm alm ente, pese a que la huelga de esti
badores continuaba. Se em peñaban en que volverían al trabajo sólo
cuando todos los miembros cíe su sindicato fueran readm itidos en
sus puestos anteriores. Pero ya no tenían esperanzas de conseguirlo.
En febrero los empleadores se encontraban en u n a situación venta
josa y no accedían a retom ar obreros de la sociedad de resistencia.
El 6 de febrero la comisión de estibadores resolvió suspender la
huelga y reto rn ar al trabajo sin ningún prerrequisito. Así finalizó,
” 3 "L a s h u e lg a s ” , e n La Prensa, 24 d e e n e ro d e 1904.
134 “ L as h u e lg a s " , e n La Prensa, 25 d e e n e ro d e 1904; ‘‘A l p u e b lo e n g en e
r a l ”, La Organización Obrera,
HUELGA GRANDE EN EL PUERTO DE BUENOS AIRES 329
con un revés total, una de las Iiuelgas más largas y grandes de los
obreros portuarios.135 Se prolongó 47 días. El fracaso de uno de
los gremios más vigorosos de la f o a •—de u n dom inio tan vital
en la economía— afectó intensam ente a sus miem bros activos, y
varios meses después de term inar el paro su periódico publicó un
artículo que exam ina la enseñanza de la huelga y sus resultados, y
procura justificarlos: "Jam ás en Buenos Aires u n grem io tuvo que
luchar con tantos inconvenientes como éste, pues no sólo el capital
y el gobierno en su contra estaban, sino que fueron muchos otros
los factores que contribuyeron al fracaso.”
Entre tales factores enum era la creación de la "Sociedad Argen
tina”, que contó con el respaldo de los empleadores y el gobierno y
los preparativos meticulosos del C entro de Navegación para sobre
llevar la confrontación en lo más activo de la tem porada (encar
gando de antem ano muchos obreros de las provincias y Uruguay,
lo que les facilitó el remplazo de huelguistas con rompehuelgas). Es
que el centro consideraba todo esto como fundam ental para des
truir al sindicato: “El C entro de Navegación declaraba que si re
sistía, a pesar de las grandes pérdidas que la huelga le ocasiona
ba, no era por oponerse a d ar las ocho horas, sino con el fin de
derrum bar la sociedad de resistencia, para concluir de una vez (se
gún ellos) con todo el batifondo en el puerto.”
En ayuda del centro llegó la intervención policial que prohibió
las reuniones y asambleas de huelguistas. Y esto fue lo que deci
dió la vuelta al trabajo, pero siem pre con la esperanza de tom ar
la revancha cuando llegare el m om ento oportuno.
El m encionado artículo trata luego lo acaecido después del cese
de la huelga: “Después del m ovim iento los asociados tuvieron que
soportar grandes calamidades, y una de las mayores fue que el padre
Grole y Cliristophersen obtuvieron la posibilidad de que los con
tratistas estibadores quedasen obligados a ocupar en las tareas del
puerto al 60 % de obreros afiliados a la sociedad argentina, que
dando los socios pertenecientes a la sociedad de resistencia en n ú
mero de 2 000 en huelga forzosa.”
Según el artículo, el acuerdo no se m antuvo m ucho tiem po por
que la sociedad argentina perdió sus afiliados y por últim o no
contaba con más de 72 que pagaban su cuota de socio. . . En los
1S5 U n in fo rm e d e ta lla d o so b re la h u e lg a p u e d e verse e n los n ú m e ro s de
l,a Prensa d e l 16 d e d ic ie m b re d e 1903 a l fi d e fe b re ro d e 190-1. V éase ta m
b ién “ N u e stra se m a n a ” , La Protesta H u m a n a , 26 d e d ic ie m b re d e 1903, 1 d e
en ero d e 190), 9 d e e n e ro d e 1904, 23 d e e n e ro d e 1904 y 30 de e n e ro d e 1904.
T h e R eview o¡ the R iver Píate, 26 d e d ic ie m b re d e 1903, p. 1149; 2 d e e n e ro
d e 1904, p p . 6-43; 9 d e e n e ro d e 1904, p . 54; 16-23 d e e n e ro d e 1904, p p . 101
y 149; 13 d e fe b re ro d e 1904, p. 293.
330 RECUPERACIÓN DEL M O V IM IE N T O ANARQUISTA ( 1 9 0 3 - 1 9 0 4 )
Poca d u d a hay de q u e existe u n g ran d esco n ten to e n tre todas las clases
trab ajad o ras d e este país, en p rin c ip io d eb id o al alto costo de la v i d a . . .
los im puestos son u n a carga m uy p esad a sobre los tra b a jad o re s y, a u n q u e
su salario sea m ayor q u e el q u e re c ib irla en E u ro p a p o r u n tra b a jo si
m ilar, sus gastos h a n a u m en ta d o d e tal m a n e ra q u e e n c u e n tra las m a
yores dificultades p a ra p a sarla con lo q u e t i e n e . . . T o c a al C ongreso y
al gob ierno to m ar en sus m an o s este p ro b le m a la b o ra l y e stu d iarlo con
todo cuidado.1-"'-’
"P alestra”, La Protesta, 1.9 de a b ril de 1904. N um erosa inform ación so
bre tos grupos anarquistas m encionados puede encontrarse en los núm eros de
La Protesta de 1903-1904. Sobre la actividad a n arq u ista en el interio r, véase
Bialet Massé, op. cit., pp. 259, 438-446, 591, 645.
n 5 D, Abad de Santillán, M ovim iento anarquista, op. cit., p. 145.
166 de 233
334 RECUPERACIÓN DEL M O V IM IE N T O ANARQUISTA ( 1 9 0 3 - 1 9 0 4 )
ANARQUISTAS Y SOCIALISTAS
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338 RECUPERACIÓN DEL M O V IM IEN TO ANARQUISTA ( 1 9 0 3 - 1 9 0 4 )
E ra e v id e n te el d e sig n io p o lic ia l d e u sa r l a fu e rz a c o n tr a la m a n if e s ta
ción, p u e s el in c id e n te triv ia l e n tr e a lg u n o s m a n ife s ta n te s y p a sa je ro s de
un tra n v ía n o d a b a m o tiv o p a ra ta n g r a n d e r e p re s ió n . L a m a n ife s ta c ió n
d e l 1 d e m ay o q u e d ó m a n c h a d a d e s a n g re p r o le ta ria .
. . .F u e u n 1 d e m ay o d e l u to p a r a el p r o le ta r ia d o a r g e n tin o y el co
m ienzo d e re p re s io n e s s a n g rie n ta s (q u e c u lm in a r o n e l 1 d e m ay o d e
1909). 105
160 de 233
i
540 RECUPERACIÓN DEL M O V IM IEN TO ANARQUISTA ( 1 9 0 3 - 1 9 0 4 )
ca s o , h a c e r lo s d e s a p a r e c e r d e l a e s c e n a p ú b l i c a es u n d e b e r i n e l u d i b l e . . .
¡ V e n g a n z a , c l a m a n la s v í c t i m a s ! 166
m ib id ., pp. 173-91.
« 2 Ib id ., pp. 175-76.
EL DEBATE SOBRE LOS TUM U LTOS DEL 1 DE M A YO 343
171 de 233
344 RECUPERACIÓN DEL M O V IM IEN TO ANARQUISTA (1903-1904)
Los tum ultos de noviem bre de 1902, por cierto, hicieron que los
círculos gubernam entales argentinos prestaran atención mayor a
los problem as de la clase trabajadora. A raíz de ello se encomendó
a J, A. Alsina, en 1902, y a J. B ialet Massé y P. Storni, en 1904,
la investigación de la situación de los trabajadores en Buenos
Aires y en el interior, y la presentación de u n inform e al gobier
no.176 Esos inform es sirvieron de reseña de trasfondo básica para el
trabajo preparatorio que se cum plió el año últim o, con m iras a ela
borar un código de leyes laborales, bajo la conducción del m inistro
J. V. González. E n esos trabajos preparatorios el m inistro recurrió
tam bién a los consejos de personalidades socialistas conocidas, como
ser J. Ingenieros, M . lig arte y el abogado E nrique Del Valle Iber-
Iucea. Los que elevaron el proyecto de ley escogieron presentar un
código, en vez de leyes aisladas, pues consideraron que de ese modo
se podría enfrentar al conjunto de problem as de relaciones labo
rales. Se llevó por lo tanto al Congreso u n proyecto conjunto de
466 artículos, que abarcaba todos esos problemas. Fue el prim er
intento de su índole, por su alcance y su texto, que se hizo hasta
entonces en América Latina. No era una legislación uniform e en
175 Ib id ., 6 de mayo de 1904, p. 75.
176 El inform e de B ialet Massé se presentó antes del proyecto de ley el
30 de a b ril de 1904; véase I. B ialet Massé, E l estado de las clases obreras,
op. cit., p. 27.
LEV NACIONAL DEL TRABA JO 345
172 de 233
346 RECUPERACIÓN DEL M O V IM IEN TO ANARQUISTA ( 1 9 0 3 - 1 9 0 4 )
seres que tienen u n ideal que encierra tam bién noblezas, que será
todo lo utópico que se quiera, pero que al fin y al cabo es un
ideal. . 192
Seguidam ente atacó acerbam ente el clima de “caía de brujas”
que existía en la R epública contra los trabajadores d e conciencia
radical:
isa I b id ., p. 540.
isa Ib id ., p. 650.
REANUDACIÓN DEL DEBATE SOBRE LA LEY DE RESIDENCIA 351
Ib id ,, pp. 664-680.
i m Ib id ., p . 690.
io s A. G hiraldo expresó esta lucha en La P rotesta, al crear una sección p er
m anente donde se publicaba, día a día, el texto completo de la Ley de Resi
dencia para que se la u n ie ra presente y no se la olvidara.
VIL LA CONSOLID ACIÓN D EL ANARQUISM O
EN LOS SINDICATOS OBREROS
1 77 de 233
356 CONSOLIDACIÓN DEL ANARQUISM O
E L IV CONGRESO DE LA FOA
ría por Europa, especialmente por las regiones que mayor número
de in m ig ra re s proporcionan a la R epública Argentina.
El tema de la Ley del T ra b ajo era nuevo y de significado actual.
El debate fue breve, pues había coincidencia de ideas y, por ú lti
mo, se nom bró una comisión dictam inadora, la que, después de
estudiar dicho proyecto de ley se expidió aconsejando su rechazo
por considerarla perniciosa para la clase trabajadora, por cuanto
lleva en el fondo el prem editado propósito de destruir la actual
organización obrera. En el inform e se aconseja llegar, si es preciso,
a la huelga general para com batirla.
El tema de propaganda antim ilitarista fue de im portancia sin
gular, pues daba expresión consolidada a la cam paña enérgica em
prendida por la f o a y los círculos anarquistas du ran te e l año
último en Europa, sobre todo en Francia.14 La resolución aproba
da,- dice; “Se protesta contra el m ilitarism o y se adhiere al con
greso antim ilitarista q u e se realiza en Europa.” Luego se debatió
con am plitud los daños del m ilitarism o en todas partes, y se afir
mó que “las sociedades presentes hacen m oción para que del seno
de este congreso surja una comisión que se ponga en comunicación
y forme un acuerdo con todas las ligas antim ilitaristas del m undo,
a fin de provocar un desbande general de las filas del m ilitarism o
de todo el orbe”. Además se resolvió crear u n fondo que se llam a
ría “Fondo del soldado”, destinado a facilitar la fuga de los deser
tores .
" E n cuanto al tema “M edio de lucha”, el debate principal y sus
resoluciones giraron en torno al problem a de la huelga general,
que ocupó un lugar considerable en el orden del día de los sindi
catos obreros de la A rgentina d u ran te ese año. Los sindicatos de
la f o a , desde su fundación, tenían predilección por este tópico.
Igual que en el pasado, se tomó una resolución aprobatoria de la
huelga general en tanto etapa avanzada de la lucha obrera. "El
congreso reconoce que las huelgas son escuelas de rebeldía y reco
mienda que las parciales se hagan lo más revolucionarias posibles,
para que sirvan de educación revolucionaria y ésa de preám bulo
para una huelga general que pueda ser m otivada por u n hecho
que conmueva a la clase trabajadora y que la federación debe:
aprobar.”
i* Cabe señalar qtie la información sobre el XV Congreso de la f o a que se
publicó en el periódico anarquista francés L es T em p s N ouveaux se centró*
especialmente en este tema y era muy amplia. Se dijo que en el congreso hubo
sugerencias de estimular la deserción de las filas del ejército en Argentina y.
en Europa, y que se resolvió dar asilo en la Argentina a quienes no quieran:
prestar servicios en sus ejércitos. Al respecto se creó una comisión especial,
cuya dirección se insertó en L es T em p s N ouveaux (París, 1904).
360 CONSOLIDACIÓN DEL ANARQUISMO
181 de 233
364 CONSOLIDACIÓN DEL- ANARQUISMO
L A S H U E LG A S DE S E PT IE M B R E -O C TU BR E
CAMBIOS EN EL GOBIERNO
1 35 de 233
872 CONSOLIDACIÓN DEL ANARQUISM O
la pr en sa y l a p o l ic ía e n l a l u c h a c o n t r a
lo s ANARQUISTAS
L A R E V O L U C IÓ N R A D IC A L Y SU S R E S U L T A D O S
Otra asonada, otro motín, otra revuelta, a la cual son arrastrados múscu
los y cerebros, engañados por los sempiternos despechados, que a sus am
biciones sacrifican hom bres... ¿Qué pretenden los dirigentes de la aso
nada de ayer, a la que pomposamente pretenden llamar revolución? ¿De
rrocar a Quintana? ¿Qué le importa al pueblo sufriente este juego de
damas, este tira y afloje...? ¿Qué gana el pueblo con Roca, con Quin
tana o con el moro Muza? Nada gana, pero pierde mucho; pierde cuando
lucha por tales cosas, porque esas energías se malgastan, se van por vál
vulas que no son salvadoras, por orientes que desconciertan.
Más adelante el artículo replica directam ente a los rum ores pro
pagados en cierto periódico, sobre la presunta participación de los
obreros en la revolución:
i3 de 233
388 CONSOLIDACIÓN DEL ANARQUISMO
los sindicatos obreros, así como para una ola de arrestos entre sus
miembros más activos. Pocos días después_ h u bo allanamientos y
se_clauAraron la secretaría de la Confederación de los._Ferrocarri-
leros, la de .los_Carpinteros. PanaEeros. Albañiles y de ía Fede
ración del Calzada. La elección de esos sindicatos no fue casual:
todos habían_patticipado. los ú ltimos meses, en grandes huelgas.
Además fueron capturados y arrestados u n núm ero 'considérable
de miembros activos del consejo federal de la f o r a .
La mayoría de los arrestos se efectuaron entre los miembros acti
vos de ios sindicatos obreros, conocidos como anarquistas. U na prue
ba de ello se deduce del hecho de que las autoridades prohibieron,
por un decreto especial, publicar en la prensa noticias sobre la
"detención de obreros anarquistas”.87 Pero no sólo a anarquistas
_se arres|aba~.X am biénJiubo .dirigentes^de.Jos sindicatos socialistas,
cuyo “pecado” consistió en h aber sido activos en la organización
de trabajadores. E ntre los más radicales de ellos se contaron Zacag
nini y F. Cúneo.
En contados días fueron arrestados 50 líderes destacados de los
° extrana~qüé,'cuándo ios rem anentes cíe] con
sejo federal de la f o r a se reunieron el 12 de febrero y llam aron a
realizar una huelga general el 16 de febrero, su exhortación no
repercutió mayormente: las masas de trabajadores se sentían per
plejas, am ilanadas y dispersas p o r efecto de las persecuciones. Las
autoridades no se circunscribieron a los arrestos: entre el 16 y el 18
de febrero fueron deportados a M ontevideo decenas de activistas de
los sindicatos obreros.08 E ntre estos deportados se contaban: M a
nuel Vázquez (adm inistrador de La Protesta y m ilitante activo de
la f o r a , de oficio cigarrero); C onstante Carballo, secretario de la
Sociedad de Obreros del Puerto, estibador y m arinero; José Telle-
chea, de la Secretaría de la Confederación de Ferrocarrileros; F ran
cisco Jaquet, secretario de la f o r a y m ilitante activo del movimien
to obrero du ran te muchos años; Joaquín H ucha, m ilitante conoci
do del gremio de panaderos; M anuel M anrique, m ilitante conocido.
cuanto a las injusticias com etidas c ontra los obreros en la época d el estado
de sitio, argüyó que se tra ta b a de u n a provocación p o r " u n pesquisante acecha
dor de ascensos, q u e h a sido el descubridor y tam b ién el in v e n to r”. Sus palabras
fueron in terru m p id as rep etid am en te, p ero no las n egaron (Diario de Sesiones
del Congreso N acional, C ám ara de D iputados, 8 de m ayo de 1905, p. 73).
“Bajo el estado de sitio” , en L a Prensa, 14 de febrero de 1905.
ss “I,a b an carro ta social en la A rg e n tin a ”, en L a Protesta, 14, 16 y 18 de
mayo de 1905: "R e p u b liq u e A rgentine”, Les T e m p s N o u v ea u x , París, 14 de
abril de 1905; Discurso de A. Palacios d u ra n te el d eb ate sobre el estado de sitio
el 8 de m ayo de 1905 en Diario de Sesiones, C ám ara d e D iputados, op. cit.,
1905, pp, 69-77.
390 CONSOLIDACIÓN DEL ANARQUISMO
EN B U E N O S A IR E S EL 21 DE M AYO
Lo más bello del acto a celebrarse será sin duda la unión de las dos
fracciones en que, por diferencia de táctica, se divide el proletariado
militante. Se demostrará en esta forma que si bien en la lucha seguimos
inversos caminos, nos unimos fraternalmente cuando de repeler agresiones
y defender derechos se trata.110
125 F. R . Pintos, H istoria del m o vim ien to obrero del U ruguay, Montevideo, ¡
1960, p p . 66-77. Véase tam b ién E. Colom bo, “A narchism in A rgén tiñ e and i
U ru g u ay ”, en Jo il y A pter, A narchism Today, p p . 190-91 y “C rónica m onten- \
d e a n a ”, en L a Protesta, 19 y 29 de o ctu b re y 4 de noviem bre de 1905. 5
120 “B atlle contra Q u in tan a ", en La Protesta, 19 de m ayo de 1905; “Répu-
b liq u e A ig e n tin e ”, en Les T em p s N o u v ea u x , París, 22 de ju lio de 1905. Véase j
tam b ién P. A. Alfonso, Sindicalism o y revolución en el U ruguay, Montevideo, t
E diciones del Nuevo M undo, 1970, p p . 50-51. I
P alabras de censura al liberalism o de B atlle y Ordófiez, p o r b rin d a r asilo a I
los a n arq u istas, se p u b lic a ro n en el periódico de los circuios com erciales de la 1
A rgentina: R eview of the R iv e r Píate, 23 de ju n io de 1905, p. 1265; 18 de J
agosto de 1905, p. 343 y 25 de agosto de 1905, p . 403. I
la r “ M ovim iento obrero. M ontevideo”, L a P rotesta, 25 de m ayo y 18 de ju- I
nio de 1905. I
RELACIONES LABORALES Y TENSIÓN SOCIAL 399
128 Véase, p o r ejem plo, el a rticu lo q u e elogia el sabotaje en las huelgas del
puerto de M ontevideo: "L a huelga revolucionaria”, La P rotesta, 11 de agosto
de 1905.
Sobre el e sp íritu m ilita n te de los obreros uruguayos, véase P. H . Alfonso,
Sindicalismo en el U ruguay, op. cit,, pp, 42-43.
las “Sobre la h uelga de los fosforeros”, La Protesta, 7 d e ju n io de 1905;
“Sobre la h uelga de los albañiles”, ibid., 29 d e ju lio de 1905.
1 3 0 “O breros y vagos”, en La P rotesta, 22 de julio d e 1905.
asi Véanse los artículos de! m iem bro del P a rtid o R adical A. Blanco, sobre
"El pauperism o creciente de nuestras m asas", publicad o en L a protesta entre
el 25 y el 31 de agosto de 1905.
A este terna se refiere tam bién en u n a serie de artículos A m o ld o B erta: “ La
esclavitud m o d ern a ”, publicad o p o r el periódico L a U niversidad P opular, oc
tubre, noviem bre, diciem bre de 1905, dirigido p o r el d octor N icanor Sarm iento.
132 j-'o 6/490, Mío, Londres. Véase suplem ento a la carta de M r. H aggard del
15 de ju n io de 1905.
1 3 3 “ Inquilinos y p ro p ietario s”, e n La P rotesta, 30 de m ayo de 1905.
134 "Liga de in q u ilin o s”, e n La P rotesta, 7 de ju lio de 1905.
400 CONSOLIDACIÓN DEL ANARQUISMO
DEL S IN D IC A L IS M O EN LA A R G E N T IN A
149 P ara u n inform e m inucioso sobre los debates del congreso, véase “ III Con
greso de la u g t ” , en L a A cción Socialista, 21 de agosto de 1905; " I I I Congreso
de la tjg t”, en L a U nión Obrera, 1 de septiem bre de 1905; S. M arotta, op. cit.,
pp. 214-29; J. O ddone, G rem ialism o, op. c,it., p p . 166-72; D. A bad de Santillán,
La Fora, op. cit., p. 126 (ve e n las resoluciones sobre la huelga general y las
acciones políticas, u n paso de acercam iento a los anarquistas).
406 CONSOLIDACIÓN DEL ANARQUISM O
Siento iniciar mis crónicas derrum bando u n a fam a. .. Esa fama, es la que
tiene Rosario, en Buenos Aires y en toda la República, de ser la ciudad
anarquista por excelencia en el movim iento o b r e r o ... ¡Rosario anarquis
ta 1 ¡Rosario revolucionaria 1 ¡Qué sarcasmo 1 A narquista u na ciudad en la
que se asesinó a Budeslavich, sin que nadie lo v en g ara. . . Lo único que
hay aquí —y es lo que ha dado im pulso a la leyenda anárquica y b u r
guesa revolucionaria— es u n espíritu antisocialista entre los obreros, y
antigubernam ental entre los burgueses. Los obreros respiran el mismo
am biente burgués: h an form ado su espíritu de clase en el mismo orden
de ideas, y son antisocialistas, po r lo que el socialismo tiene de legali-
tario, de gubernam ental. Pero no son a n a rq u ista s... ¡Que lo serán más
adelante! T a l v e z .. . pero p ara ello hace falta que los pocos que conocen
el ideal anarquista dejen de destrozarse m utuam ente y se dediquen de
lleno a propagar. . .la7
¿Se hace todo lo que es posible hacer? Esta pregunta form ulada con
respecto a la acción anárquica, sólo puede obtener u n a contestación ne
gativa. Salvo la' propaganda más o menos activa m ediante el papel im
preso, la función teatral y tal o cual otro discurso, la actividad anarquista
se reduce a cero . . . A todos nos consta que el núm ero de adherentes,
con ser de relativa im portancia, es todavía u n a m inoría exigua, au n con
tando los simples sim patizantes. . . que form an dentro del anarquism o
m ilitante u n a respetable mayoría.
Bien están por ejemplo, los elementos libertarios en las sociedades de
resistencia, constituyendo el ejército de com bate y extendiendo la teoría,
y aun la práctica anárquica, entre el elem ento obrero, y bien están esos
grupos que cultivan la escena difundiendo el teatro libertario. Pero eso
no es b a s ta n te ... H ay que dar u n impulso mayor a la id e a ... se debe
tener presente que la revolución social no nos traerá la anarquía, si no
existe el esquema de la sociedad libre el día que se destruya el organismo
social por la fuerza revolucionaria.173
liay identidad de miras, puede y debe hacerse acción conjunta, sin per
juicio de que en cam pañas de otro género obren de acuerdo con los
ideales de cada u n o . . . El pacto de los asalariados debe llevarse a cabo,
pese a quien pese y se oponga quien se oponga.174
208 de 233
418 CONSOLIDACIÓN DEL ANARQUISM O
q uet y M. Alm ada habían sido nom brados para rep resen tarla;191 la
187 La P ro testa , 15 de agosto de 1905,
ias “La acción policial”, en L a P ro te sta , 18 de agosto de 1905.
1 8 » “ f o r a — V Congreso”, en L a P ro te sta , 2 2 y 2 6 d e agosto de 1 9 0 5 .
» o Una nóm ina detallada de los sindicatos representados puede verse en .
“ f o r a — Su V Congreso”, en L a P ro te s ta , 27 de agosto de 1905. Véase también :
D . Abad de Santillán, L a F O R A , o p . c it., pp. 133-34.
En la carta de Uruguay se incluía también una invitación a la foka, ;
ipara que mandara delegados al Congreso de la p o r v . En respuesta se envió
« n a carta animada por espíritu entusiastamente intem acionalista, y al final f
decía: “Las fronteras que separan a los pueblos no tienen r a z ó n de s e r para
los que no conocemos o t r a patria que e l m undo entero,” L a P ro te sta , 30 de J
agosto de 1905. f
DELIBERACIONES DEL V CONGRESO DE LA FO RA 419
Se s u s c ita u n a a n i m a d í s i m a d is c u s ió n , q u e s e p r o l o n g ó p o r m á s d e tr e s
h o r a s y e n l a q u e t o m a r o n i n t e r v e n c i ó n c o n c u r r e n t e s d e la b a rra , con
g r a n d e s d e m o s tr a c io n e s d e a p r o b a c i ó n a l p r o y e c to . G r a n i n t e r é s d e s p e r tó
e s ta d e c l a r a c i ó n d e p r i n c i p i o s , a l e x t r e m o d e q u e , c u a n d o l a v o ta c ió n f u e
c o n o c id a - e s d e c ir , a p r o b a d a l a p r o p o s i c i ó n p o r 5 4 v o to s e n p ro , c o n
422 CONSOLIDACIÓN DEL ANARQUISM O
i
APÉNDICE I
1901
B anfield
T eodolina
San Gerónimo *
Carlos Casares #
M oreno #
V enado T u erto #
Estación Alem #
Isla Santiago #
Ernestina #
P araná # **
Estación A lberti #
Santa Rosa #
Lobería *
N euquén #
G eneral Belgrano #
P u n ta Arenas #
Pavón A rriba $
APÉNDICE II
Considerando:
O R G A N IZ A C IÓ N
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d) P E R IÓ D IC O S *
i) C o lec cio n e s c o m p le ta s
e) ARCHIVOS
■ -V
j
ÍNDICE DE NOMBRES *
Mattei, Héctor, 36, 38, 39, 51, 106, O lgiatti, Esteban, 214 n
163 n, 164, 167, 171, 172, 177, O rlandi, Julio, 273 n, 283 n
215, 216, 221, 223, 334 Oromí, Ignacio, 214 n, 221
M aturana, J. de, 335 Orsini, véase B ertani, O rsini
M aturi, Ignacio, 273 n, 283 n Osita, R., véa se Berri, Francisco
Mazzalupi, V., 214 n Otero, José, 75
Medaglia, F., 275 n, 283 a Ovidi, R., 142, 179
Mella, José, 214 n, 274, 283 n
Mella, Ricardo, 67, 71, 103-4 n, 200 Pacheco, F., 283 n
Merlino, I,, 214 n Paggi, Luis, 214 n
M erlino, S., 89 n, 93, 98 n Palacios, A., 24, 180, 293, 300, 309,
Mezquiriz, 362 310, 337, 340-1, 342, 343, 344, 348,
Mocchi, W., 406 n 349, 351, 352, 371, 386 n, 388 n,
Moglia, Nicolás, 163 n 389 n, 395
Molina, Pedro, 281 n Palacios, Pedro B., véase A lm afuerte
M olina y Vedia, J., 71, 365 n Palau, R am ón, 273 n, 274, 283 n
Molina, P., 349 Pallás, P., 56
M óntale, Cristóbal, 163 n Pardo, Bernardo, 376 n
M ontañal, Santos, 214 n Pasqualetti, A., 87
Monteavaro, 293 Passerini, César, 214 n, 221
M ontero, G., 149 Patroni, A drián, 163 n, 164, 166,
Montesano, A rturo, 136, 140, 178, 170, 171, 184, 215-6, 311, 313,
206, 231, 232 n, 244, 259, 274, 336 n
283 n, 284 n, 343, 349 Pavlovich, J„ 232 n
Moreno, 362 Payró, R., 410 n
Morrat, H., 214 n Pecorato, Vicente, 376 n
Mosca, A., 215 n Peduzzi, ingeniero, 232, 234
Mosca, Juan, 163 n, 214 n Pellegrini, Carlos, 193, 331 n
Moyorka, j., 93 Pellicer Paraire, A ntonio (Pellico),
Mujica Farías, M., 90 n, 122 150-6, 157, 175, 186 n, 226
Muñoz, F., 80 Pelloutier, F., 98 n, 143
Perduca, Vicente, 214 n
Navarro, Antonio, 273 n, 274, 283 n Pereyra, Jesús, 371
Navarro, juez, 243-4, 266 Pérez, J. M., 214 n
Negri, Ernesto, 163 n Pérez, S., 283 n
Nettlau, Max, 14 Pérez, senador, 261, 264
Nicolás de Rusia, 190 Pesce, José, 163 n
Nieri, Domingo, 214 n Peuche, Eduardo, 163 n
Niewenhuis, F. Dómela, 143 Piette, Émile, 36, 41, 44
Nóbile, 418, 419 Piñeiro, O. M., 90 n
Nordau, Max, 71 Pioppi, 404
Piot, E. P., 403 n
Ocampo, obrero, 338-9, 342 Planas, Salvador, 401, 419
Oddone, J., 53-4, 139, 166 n, 171-2 n, Pobes, J., 214 n
213 n, 222, 405, 408 n Pobues, N., 163 n
Oldani, Juan, 163 n Ponti, Pedro, 163 n, 164, 214 n
458 ÍNDICE DE NOMBRES
■ n -5l ü K ■ í ifRtS
' i üs 1 - i l£¡r,\s
' . tnitoAS
im preso en gráfica panam ericana, s, c. I.
p a rro q u ia 911 -m é x ic o 12, d. f.
tres m il ejem plares más sobrantes para reposición
12 de ju n io de 1978
AMERICA NUESTRA
4. b o w s e r , f r e d e r ic k p .j El esclavo africano en el
Perú colonial
5. p a n é , f r a y r a m ó n : Relación acerca de las anti
bre nuevo
10. w o m a c k , JO H N , j r .: Zapata y la revolución me
xicana
11. m u r r a , j o h n v.: La organización económica del
estado inca
12. SALA DE TOURON, LUCÍA, DE LA TORRE, NELSON y
r o d r íg u e z , j u l i o c ,: Artigas v su revolución agra
ria. 1811-1820
13. COOK, SHERBURNE F. y BORAH, WOODROW: Ensa-
yos sobre la historia de la población; M éxico y el
Caribe. Vol. n
14. o v e d , i a á c o v : El anarquismo y el surgimiento del
movimiento obrero en Argentina
15. GiBSON, c h a r l e s : Los aztecas bajo el dominio es
pañol. 1519-1810
JO S É MARTÍ
PO LITIC A DE N UESTRA AM ÉRICA