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TEMA 37
DONACIONES

La donación

En la etapa originaria, con anterioridad a la ley Cincia del año 204 a.C., existía la llamada donación
real, consistente en la transferencia de una cosa del donante al donatario por medio de los actos
formales de transmisión de la propiedad. Esta transferencia exigía la actividad del disponente que se
concreta en un dar (dare) y una disposición receptiva del adquirente (accipere o capere).

De esta donación real se llega a la concepción general de la causa de la donación (causa donationis),
por obra de una elaboración jurisprudencial que distingue la donación como causa general del hecho
concreto en que se actuaba. Se concibe la donación como acto de liberalidad que supone un
empobrecimiento del donante y un enriquecimiento del donatario. En este sentido, la donación clásica
no es un negocio típico, sino la causa de un acto de atribución patrimonial, o causa lucrativa. Para
que exista donación es necesario el elemento objetivo de la gratuidad, que para los juristas romanos
supone la ausencia de contraprestación entendida como correlación jurídica. La donación como
liberalidad se contrapone al negocio: el que dona quiere hacer una atribución gratuita a la que no está
obligado. “Se entiende como donado lo que se concede sin que el derecho obligue a hacerlo ”. Junto a
este elemento objetivo, existe el elemento subjetivo o voluntad dirigida a la gratuidad. Para los
clásicos el animo de donar (animus donandi) es suficiente cuando se une a los medios ofrecidos por el
ordenamiento jurídico.

La jurisprudencia clásica elabora los principios sobre la donación en torno a los comentarios de la ley
Cincia y a la prohibición de donaciones entre cónyuges.

La ley Cincia y los límites de las donaciones

La lex Cincia de donis et muneribis, del año 204 a.C., cuyo texto no conocemos, prohibió las
donaciones que superasen un cierto límite (modis donationis). Esta cantidad o límite nos es
desconocido, pero puede pensarse que sería bajo, en atención a las finalidades de la ley de impedir el
empobrecimiento general. La medida se originó para evitar los daños o regalos abusivos, y la
superioridad económica y social de la nobleza gobernante sobre los ciudadanos gobernados. Se
pretendió proteger la libre voluntad del donante en los casos en que, dada la personalidad del
donatario, se podía presumir una posible coacción.

Se exceptúan los parientes cognados hasta el séptimo grado, los afines, tutores y pupilos, y los esclavos
y libertos. Junto a las donaciones traslativas de propiedad, tendrían importancia las donaciones con
efectos meramente posesorios, como las que se darían entre el padre y los sometidos a potestad.

La ley Cincia, como ley imperfecta, prohibía las donaciones, pero no rescindía el acto contrario a sus
disposiciones, ni imponía una sanción al transgresor. Sin embargo, la jurisprudencia y el pretor
establecen las medidas para que esta prohibición surta sus efectos. El pretor concede al donante una
exceptio legis Cincia para oponer a la reclamación del donatario que pide el cumplimiento de la
donación, o una replicatio cuando el donante reclama una res mancipi, entregada por traditio, o pide
el crédito cancelado por simple pacto.

De la posibilidad de oponer la exceptio a la donación valida, según el derecho civil, deriva la noción
de donación perfecta. Esta quiere decir realizada o definitiva y el momento de la perfección coincidía
con el cumplimiento del acto de la donación, mediante la transferencia de la cosa o el efectivo
cumplimiento. La donación mortis causa es perfecta con la muerte del donante. La donación se
considera revocable por decisión del donante mientras que no sea perfecta, es decir, mientras que ésta
pueda ejercitar los medios previstos para negarse a cumplirla.

La última jurisprudencia clásica limita el alcance y efectos de la prohibición, al admitir la llamada


confirmación de la donación. Papiniano decide que cuando el donante hubiese muerto sin revocar la
donación, el donatario puede oponer la réplica de dolo a la excepción de los herederos. Caracalla
confirmó esta decisión al disponer que los herederos del donante no pueden ejercitar los medios de
oposición que tenía este. En la época postclásica no se aplica este principio de la confirmación de la
donación.
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Régimen postclásico y justinianeo

Con la reforma de Constantino, la donación se transforma de causa de adquisición en un negocio


típico que asume la estructura jurídica del contrato que implica la transferencia de la propiedad.

Constantino exige tres requisitos de forma: acto escrito, entrega en público y registro en los archivos
públicos, que pueden concretarse en el elemento común de la publicidad.

En la evolución de la donación en Occidente influyen prácticas y tendencias vulgarizadoras. Entre


ellas la de servirse de la donación en lugar del testamento para disponer de los propios bienes.

En las nuevas tendencias, favorables a la donación, influyen las ideas cristianas que favorecen el
espíritu de liberalidad y desprendimiento, y las ayudas a la Iglesia e instituciones de beneficencia.

Justiniano distingue entre las donaciones superiores e inferiores a 500 sueldos. Sólo para las primeras
se exige la escritura y el registro en los archivos públicos. No se exige la traditio o entrega que se
considera como el acto de ejecución de la donación, en el sentido clásico. La donación se basa ahora
exclusivamente sobre la voluntas o animus donandi.

Desde el siglo IV se admite la revocación de la donación por ingratitud del donatario cuando éste era
un descendiente . Justiniano la extiende a toda clase de donación y distingue entre cuatro tipos de
ingratitud: injurias graves, atentado a la vida, incumplimiento del modo y daño culpable en los bienes.

Las concepciones clásicas de donación perfecta, de límite de la donación y de excepción, adquieren en


el derecho justinianeo un significado diverso. Donación perfecta es la que cumple la formalidades
establecidas por la ley; mientras que estas solemnidades no se cumplan, la donación se considera
revocable. El límite lo impone también la ley cuando determina ciertas solemnidades. La excepción es
general y legal con la que el demandante hace valer las defensas o recursos autorizados.

La donación modal

Es aquella donación que impone al donatario la carga (modus) de realizar una determinada prestación
a favor del mismo donante o de un tercero. El modus no constituye una contraprestación, ya que es
esencial en la donación la liberalidad del acto. Si no se convierte en una obligación que se formaliza
mediante una mancipación fiduciaria o una estipulación, esta carga o modo no da lugar a ninguna
acción o medio procesal. Puede concederse al donante una condictio para la repetición de lo donado,
en caso de que donatario no cumpla el modo, considerando que en este caso existe una datio ob
causam.

En el derecho justinianeo, la donación modal se configura como un contrato innominado, tutelado por
la general acción de palabras prescritas (actio praescriptis verbis) o con una acción condicticia para
conseguir la revocación. Cuando el modo beneficia a un tercero éste dispone de una actio utilis.

La donación “mortis causa”

“Hay donación a causa de muerte cuando el donante prefiere tener él a que tenga el donatario, y que
tenga su donatario a que tenga su heredero”. Marciano.

Por tanto, era una donación con vistas a una muerte próxima o futura. Esta donación, conocida desde
época antigua, sustituía prácticamente al testamento y servia para evitar algunos de sus
inconvenientes. Por ella se podían realizar atribuciones patrimoniales de carácter particular. La
mancipatio familiae, en un primer tiempo, antes de que se convirtiese en testamento sería una
donación mortis causa.

Los juristas distinguen varias clases de donación. Destacan dos principales:

-unas veces cuando sin pensar para nada en el peligro de muerte, un donante sano y con buena salud
piensa en la muerte como necesaria a la naturaleza humana;
-otras, cuando hay un temor de muerte para riesgo inminente o futuro.
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En uno u otro caso puede donarse, o bien condicionadamente a que ocurra la muerte del donante, o
bien inmediatamente con la facultad de hacerse restituir lo donado si el donante sobrevive al riesgo o
peligro. Se distingue por ello, la donación mortis causa de la “verdadera y definitiva donación que se
confiere de modo que no se puede revocar en ningún caso”.

Si la donación se realizase mediante traditio, se podía añadir una condición suspensiva de que suceda
la muerte del donante o la supervivencia del donatario. Cuando se trata de actos como mancipatio,
que no admiten términos ni condiciones, era necesario realizar un pactum fiduciae o una stipulatio
para que el donante recupere lo que había donado. En el primer caso la revocación tiene lugar
mediante la actio fiduciae. También ,mediante una condictio ab causam, se podía recuperar lo donado
en consideración a la muerte si ésta no ocurría. La donación condicionada permitía poder hacer
donaciones de un cónyuge a otro, ya que por estar prohibidas no podían tener efectos en vida de éstos.

La donación mortis causa se mantiene cuando su función era asumida por el legado. Al permitir hacer
una atribución a título particular sin necesidad de testamento. Su función pierde importancia cuando se
reconoce el fideicomiso, pero sigue permitiendo la atribución con efectos reales, mientras que el
fideicomiso sólo tiene efectos obligatorios.

En derecho clásico se produce un proceso de acercamiento entre la donación mortis causa y el legado,
que culmina en el derecho justinianeo. A las donaciones se aplican las reducciones de las leyes Furia y
Voconia, y de la ley Falcidia y los preceptos sobre las incapacidades de las leyes caducarias de
Augusto. La donación se considera perfecta solo en el momento de la muerte del donante y es
revocable mientras esté vivo.

Justiniano equipara las donaciones a los legados, declarando que tienen los mismos efectos que las
últimas liberalidades y disponiendo que sean agregadas a los legados. Sin embargo, en Inst. 2.7.1
habla de asimilaciones en casi todo, con lo que admite que perduran algunas diferencias. La donación
se somete a las formas testamentarias, pero subsiste la que tiene efectos inmediatos con posibilidad de
revocación.

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