Vous êtes sur la page 1sur 19

Caso: Sentencia de Comisión por omisión

0103-93-2004

TRIBUNAL TERCERO DE SENTENCIA, SAN SALVADOR, a las dieciséis horas de


lunes veintiocho de junio de dos mil cuatro.

Visto en juicio oral el proceso penal documentado en el expediente 71-2004-2a, que se


diligencia contra (1) SALVADOR ERNESTO RAMÍREZ, de cuarenta y cuatro años de
edad, casado empleado, originario de Santa Ana, nació el día diez de agosto de mil
novecientos cincuenta y nueve, hijo de Miguel Ángel Rodríguez y María Dolores Ramírez
López, lugareño de residencial "El Trébol", pasaje San Cristóbal, número diecisiete, Santa
Ana; y (2) MARÍA DEL CARMEN MELÉNDEZ PLATERO, de treinta y cuatro años de
edad, soltera, de oficios domésticos, originaria de San Rafael, Cuscatlán, nacida el dieciséis
de abril de mil novecientos sesenta y ocho, hija de Moisés Meléndez Rivas y María Audelia
Platero, residente en colonia Monserrat, calle principal, número doscientos dieciséis, San
Salvador, con DUI 00744006-5, procesados por el delito inicialmente calificado como
violación en menor o incapaz agravada continuada, arts. 159 y 162 n° 1, 4; 42 y 20 del CP,
pero definitivamente calificado como violación en menor o incapaz continuada, tipificado y
sancionado en los artículos 159 y 42 del CP, en perjuicio de la niña ***********,
representada legalmente por el auxiliar de la Procuraduría General de la República,
Licenciado Manuel de Jesús Guerrero Funes.

De la vista pública conoció el tribunal colegiado, integrado por los Licenciados MARTÍN
ROGEL ZEPEDA, CARLOS ERNESTO SÁNCHEZ ESCOBAR y JOSÉ ISABEL GIL
CRUZ, presidida por el primero de ellos, de conformidad con lo regulado en el artículo 53
inciso 1 número 3 del CPP.

Han intervenido como partes: en calidad de fiscal del caso, la Licenciada Carmen Elena
Mejía Torres; como defensora particular del imputado, la Licenciada Ana Elsa Jaimes de
Corleto y en defensa pública de la imputada, el Licenciado Vladimir Abdiel Salmerón
Hernández.

HECHOS SOMETIDOS A JUICIO (fs. 104 vto. y 105)

Con fecha veinticuatro de noviembre de dos mil tres, en horas de la mañana, la niña
***********, le contó a la señora ELSA NIDIA ESCOBAR –quien es su vecina– que su
padrastro, a quien la señora Escobar, conoce con el indicativo de "Jaraguá", quien es
Sargento de la Policía, le dijo la niña DORIS ALICIA, que éste la golpea, la maltrata
físicamente, le mete el pene y le toca, que le quita la ropa y que esto y que esto viene
sucediendo desde hace mucho tiempo, al escuchar esto la señora Escobar, se traslada a la
Policía a dar aviso de lo sucedido y posteriormente a sede fiscal, a fin de tomarles la
respectiva entrevista sobre lo manifestado por la menor víctima, narrando en sede fiscal la
niña ***********, de diez años de edad, que su padrastro ERNESTO RAMÍREZ, desde
que estaba pequeña, cuando tenía cuatro años, le metía su parte por donde él hace pipí en
la de ella o sea por donde ella también hace pipí y por la parte de atrás donde ella hace
pupú, que a ella le dolía mucho eso y por eso se ponía a llorar, pero su padrastro
ERNESTO RAMÍREZ, no le importaba y le decía que se callara que ya iba a estar, esto ha
sucedido en el cuarto don de alquila y vive con su madre MARÍA DEL CARMEN
MELÉNDEZ PLATERO, el cual está ubicado en Avenida Mérida, colonia Monserrat
número doscientos dieciséis de esta ciudad, narrando la niña víctima, que cada vez que él
abusa de ella, él cierra la puerta del cuarto y le dice que no haga bulla, aprovechándose su
padrastro cuando solamente ella y él se encuentran y que ella se lo ha dicho a su mamá
MARÍA DEL CARMEN MELÉNDEZ PLATERO, y ella, su mamá le dijo cuando ella le
contó lo que éste le hacía, que ya no lo hiciera eso, pero él no hace caso y lo ha seguido
haciendo, siendo la última vez que le metió su parte con la que él hace pipí en la de ella, el
día domingo veintitrés de noviembre del año dos mil tres, en horas de la mañana, en el
cuarto donde alquilan, ubicado en Avenida Mérida, así mismo que su padrastro, le dice
que le bese por donde él hace pipí y eso le da asco, que ya no quiere que la obligue a hacer
eso nunca, que le tiene mucho miedo a su padrastro, porque siempre él toca su cuerpo y le
hace esas cosas feas y ya no quiere que la moleste así, porque no le gusta y le duele.
Corroborándose estos actos con el resultado del reconocimiento médico de genitales
practicado a la víctima y su respectiva entrevista y ampliación de la misma.

CONSIDERANDO

I. PRUEBA DESFILADA EN JUICIO

1. Declaró como testigo *************************, manifestando en lo medular:


Que se encuentra bien, que la declarante va a la escuela, tiene diez años, sabe leer; dijo
conocer las partes de su cuerpo; ella vivía en Monserrat, pero que no recuerda la dirección;
la declarante vivía junto a su mamá y a su padrastro, no se acuerda de su nombre, no sabe
cuánto vivieron, la declarante tenía nueve años cuando se fue a vivir con su mamá; ahí
vivía también su padrastro, lo conoce por Ramírez; a la declarante su padrastro la ha tocado
de su cuerpo, la ha tocado de sus partes genitales, su padrastro, le ponía el órgano genital de
él, en la parte genital de la declarante, el pene en su vulva; la tocado de su vulva, su
padrastro la violó, sí la violó por que le metía el pene en su vulva, le tocaba su cuerpo,
también sus pechos se los tocaba, y se los besaba con su boca, la tocaba toda; su pene se lo
metía, que se lo metía en su vulva, le metía el pene en su vulva, eso se lo hacía cuando ella
y su padrastro, vivía con su mamá; eso nadie lo veía, nadie estaba en la casa cuando su
padrastro Ramírez le hacía esto, sólo ellos estaban en el cuarto, sólo se encontraban ella y
su padrastro, no puede decir cuántas veces se lo hizo por que fueron muchas, él le hacía
eso; todo eso sucedía cuando su mamá no estaba en la casa, la declarante le contó a una
amiga de nombre Elsa, ella vive donde la declarante vivía; también le contó a una prima,
pero que no sabe el nombre de ella, les contó lo que le hacían; también Ramírez la agarraba
por atrás, esa parte se llama; que por ahí es por donde la dicente hace pupú, también ahí le
introducía el pene, la dicente le decía que le dolía bastante, él le decía que se esperara que
ya iba a estar, la declarante lloraba, él le decía que dejara de llorar, que si no le iba a pegar
con el cincho; sí la castigaba con el cincho para que se dejara hacer esas cosas, que su
padrastro, trabaja en la Policía, si trabajaba como policía por donde ellos vivían, él es
policía, llegaba como a las cinco, a veces llevaba uniforme, cuando la agarraba era por que
su mamá no estaba. Al ser contrainterrogada manifestó: su padrastro la tocaba y violaba,
eso era cuando él llegaba, decía que estaba de turno, era cuando él llegaba en la mañana
cuando la agarraba, su mamá andaba trabajando en un comedor, su mamá trabaja en la
mañana; cuando su mamá estaba no la tocaba, su padrastro era el que le hacía todo eso, el
nombre no se acuerda, sólo Ramírez y que es policía; su amiga vive donde ella vive, pero
en otra casa, nadie más la ha tocado, sólo su padrastro.

2. Prestó declaración ELSA NIDIA ESCOBAR manifestando en lo medular: Que la


declarante vive en la Colonia Monserrat, conoce a Salvador Ernesto Ramírez, lo conoce
sólo de vista, por que era su vecino, vivía por donde ella vivía, vivían en el mismo lugar,
pero en diferentes cuartos; ella, la niña vivía ahí, con su mamá y el señor Ramírez; la
declarante en ese lugar tiene dos años de vivir, aproximadamente; con ellos tiene de ser
vecinos como un año aproximadamente, el año pasado fue que vivían en el mismo lugar,
ahí los conoció; la niña ***********, vivía con su mamá, que se llama Carmen, y con el
señor Salvador Ernesto Ramírez, sí lo conocía, pero sólo de vista, que ella lo miraba ahí,
que él llegaba y pasaba ahí, que así es que lo conoce, por que ahí lo ha visto; sabe que es
policía, porque andaba como policía y llegaban a buscarlo otros policías; ella se dio cuenta
de lo que pasaba por que ************ le contó un día, fue veintitrés de noviembre pero
no se acuerda bien, la niña se acercó donde estaba la declarante, que ella se encontraba ahí
ese día, por que era su día de descanso, que la niña le dijo, que le iba a contar algo que le
había pasado y que era muy feo, que era algo que le hacía su padrastro; hasta entonces se
dio cuenta la declarante, que él no era el papá de la niña; ella le dijo que él era el padrastro,
y que le hacía cosas, que la había violado, que la declarante, la escuchó, manifestándole por
qué no le decía a la mamá, la niña le manifestó que a ella no le quería decir, y le manifestó
que la declarante le ayudara, manifestándole que ella ya no quería seguir viviendo con eso;
le manifestó que no quería que su mamá supiera, y que era la oportunidad para que le
ayudara por que su padrastro andaba trabajando, que fueron a poner la denuncia, que la
dicente la llevó a la delegación. Al ser contrainterrogada manifestó: Que si conoce al señor
pero de vista, que la declarante trabaja vendiendo ropa en San Benito, que el señor
Ramírez, es policía, que la declarante sabe que es policía, por que lo ha visto llegar
uniformado de policía, que la declarante no visitaba la delegación, que si lo ha visto vestido
de policía, que llegaban a buscarlo otros policías, también llegaban uniformados, que
escuchó que estos policías le llamaban al señor Ramírez "Jaragua", que así escuchaba que
lo llamaban algunos compañeros, cuando lo llegaban a buscar, que le decían así desde
afuera, que la declarante no siempre estaba presente en la casa, que si recuerda que la fecha
que fueron a poner la denuncia fue 23 de noviembre.

3. Declaró MARÍA TERESA MELÉNDEZ DE GARAY manifestando en lo medular:


Que conoce a don Salvador Ramírez, que lo conoce, por que vivía con su hermana, María
del
Carmen Meléndez Platero, que también la declarante conoce a la niña, que es
***********, que la declarante sabe que la niña ya después se fue a vivir con su hermana,
que casi nunca ha visitado a su hermana; sabe que don Salvador vivía con ellas; María del
Carmen, es su hermana, la niña en un tiempo estuvo viviendo con su hermano mayor, la
declarante es bastante alejada de su familia.
4. Declaró ANA GUADALUPE ALMENDAREZ manifestando en lo medular: que
ella viene a declarar respecto de don Salvador, que lo conoce, que se llama Salvador
Ernesto Ramírez, que lo conoce hace diez aproximadamente, que lo conoce por que es
vecino de la declarante, que ellos viven, en Urbanización El Trébol poligono K-2 Número
11, que su vecino vive en la casa número 17 de ese mismo lugar, que el señor vive con sus
hijos, y con su esposa, que es la señora Reyna Elizabeth Carías de Ramírez, que la
declarante sabe que el señor Ramírez trabaja en la Policía en San Salvador, desde el tiempo
que lo conoce siempre lo ha visto que ha trabajado en la Policía, que la declarante no se ha
dado cuenta que el señor se haya separado de su esposa, siempre lo ha visto llegar a su
casa, seguido ve que llega a su casa, lo ve que llega en las tardes, lo ve aunque ella no está
siempre pendiente de eso, a veces lo ve que llega con la esposa, a la declarante le consta
que el señor Ramírez ahí vive en Santa Ana, al señor no le ha visto ningún comportamiento
anómalo, sólo ve que es apartado, en el vecindario se sabe que ahí vive en residencial El
Trébol, el señor Ramírez; la declarante pasa en su casa, se dedica a las tareas del hogar, no
siempre ve al señor Ramírez, pero sabe que ahí vive en su casa, por que lo ve llegar, él vive
de manera tranquila, no sabe si vive en San Salvador, sí lo ha visto en veces llegar con su
esposa, es decir que llegan juntos, que la declarante no sabe que tenga otro hogar el señor
Ramírez. Al ser contrainterrogada manifestó: Que sí sabe que el señor viaja para San
Salvador, sabe que viaja todos los días, por que sabe que trabaja en San Salvador, que no
sabe exactamente donde trabaja, pero sí es en San Salvador, y viaja, que la declarante lo ha
visto que se va, por que lo ve salir o a veces han viajado juntos, que no sabe si a veces no
ha llegado a su casa, que sí a veces él llega con su esposa, que sabe que él llega, por que la
llave a veces se la han dejado en casa de la declarante, sí sabe que el señor Ramírez Trabaja
en la PNC, pero no sabe adonde, que ella nunca le ha preguntado, que lo ve que llega como
tres o cuatro veces por semana, la declarante a veces lo ve llegar, no todos los días lo ve
llegar, por que ella pasa en su casa, no está pendiente de eso, pero lo ve llegar a veces.

5. Rindió su declaración REYNA ELIZABETH CARÍAS DE RAMÍREZ


manifestando en lo medular: Que conoce al señor Salvador Ernesto Ramírez, él es su
esposo, tiene veinte años de casada, tiene dos hijos con su esposo, nunca ha estado separada
de su esposo, su esposo trabaja en la PNC en la delegación de Monserrat, el trabajo de su
esposo, es la entrada a las siete y treinta de la mañana y la salida a las cinco de la tarde, que
en ocasiones su esposo tiene turno, cuando son turnos, los hacen de veinticuatro horas,
cuando su esposo sale de la delegación, sale acompañado de sus compañeros, que no sale
solo; la declarante conoce a sus compañeros, ella trabaja en la CSH que queda en
Boulevard Altamira, Residencial Galicia, a veces ella visitaba a su esposo en la delegación;
su esposo era jefe de un grupo de policías, ellos sólo patrullan acompañados, su esposo
nunca ha faltado a su casa, los turnos que tiene son rotativos, que su esposo sólo convive
con ella; que la declarante sepa, su esposo no tiene otro hogar, ni otra compañera, que con
su esposo, tienen dos hijos; él readora a sus hijos, su esposo es un excelente padre y un
excelente esposo; el día antes de que lo detuvieran, su esposo estaba en su casa, recuerda
que el día veintidós de noviembre del dos mil tres, fueron a una graduación; recuerda que el
día veintitrés de noviembre del mismo año todo el día estuvieron juntos, fueron donde su
mamá, y ahí estuvieron todo el día. Al ser contrainterrogada manifestó: ellos viven en su
casa, su esposo sabía llegar como a las seis y media de la tarde, los turnos los tenía una vez
por semana, los turnos eran de veinticuatro horas, salía de su trabajo del turno a las nueve
horas de la mañana y llegaba a la oficina de la declarante, como a eso de las diez treinta de
la mañana; su esposo pasaba trayendo cosas para los niños, a veces la declarante le llamaba
por teléfono y él le contestaba, ellos tienen unos diez a once años de trabajar en San
Salvador, que no sabe si su esposo tiene otro hogar, que sólo ha sabido comentarios que su
esposo tiene otro hogar, que los ha sabido por sus compañeras de trabajo, pero que no sabe
si son bromas, que no el llega a su casa, cuando tiene turno, que eso sucede una vez por
semana, que cuando tenia turno no llegaba a dormir, que el día 23 de noviembre fueron con
su esposo e hijo al mercado, que el día 23 no trabajo todo el día, que el día siguiente tenía
que presentarse, pero le avisaron que tenía una orden de detención, que lo habían acusado
de algo, que eso se le dijo a su esposo un compañero de trabajo, que eso ella lo supo por
que su esposo le hablo por teléfono diciéndole que le habían llamado para decirle, que la
declarante le dijo que mejor ya no fuera al trabajo, que dijera que estaba enfermo, que
entonces la declarante hablo para la base para saber lo que pasaba, y se le dijeron que su
esposo tenía una orden de detención, pero que no le dijeron por que, que su esposo se fue
para donde su mamá, con sus hijos; que el trabajo de la declarante esta cerca de donde
trabajaba su esposo, es decir de la delegación; que ahí estuvieron con sus hijos, pero que
después le manifestó que mejor se iba a presentar a la delegación por que era inocente, que
entonces se vino para el trabajo, como a eso de las doce y treinta desde Santa Ana, y
después le llamó como a eso de las tres de la tarde diciéndole que estaba detenido; que la
declarante después se fue a verlo, que el día veinticinco su esposo ya sabía que tenia orden
de captura pero se presento por que sabía que era inocente.

Se incorporó mediante lectura la prueba pericial siguiente: (a) Reconocimiento médico


legal de genitales en ***************, practicado por el forense Sigfrido Vitan Marín de
fs. 15 a 16; (b) pericia psicológica practicada en ************** por el psicólogo forense
Nestor Francisco Recinos, agregado a fs. 79 a 80; (c) pericia psiquiátrica practicada en
**************** por la psiquiatra Ana Isabel Avalos, agregado a fs. 72 a 76.

Se introdujo al juicio, mediante lectura, los siguientes elementos de prueba documental:


certificación de la partida de nacimiento de la menor **************, que consta a fs 97.

Se tienen como hechos acreditados: (1) Que ****************, que presentaba cicatrices
de lesiones en sus genitales tanto en vagina en el himen, como en el ano. Hecho acreditado
con la pericia de reconocimiento de genitales de fs. 15 a 16; (2) Que ***************, ha
sido objeto de diversas relaciones sexuales tanto anales como vaginales por parte de
Salvador Ernesto Ramírez. Hecho acreditado con el testimonio de ******************;
(3) Que la menor **************** presenta indicadores de abuso sexual infantil, según
pericia psiquiátrica de fs 75 y signos y síntomas que se observan frecuentemente en niñas
que ha sido objeto de abuso sexual, según pericia psicológica de fs 80; 4) Que junto a
***************, vivían en la casa de la Colonia Monserrat, su mamá de nombre María
del Carmen Meléndez Platero, y que también habitaba en ese lugar Salvador Ernesto
Ramírez. Hecho probado con el testimonio de Elsa Vivian Escobar Sánchez; (5) Que la
niña a *******************, tenia desde el veintitrés de junio del año dos mil tres, la
edad diez años, según su certificación de partida de nacimiento de fs 97; (6) Que la niña
*************, era menor de doce años al año de dos mil tres. Según se deduce de la
certificación de partida de nacimiento relacionada.

DELITO ACUSADO

Fundamento Jurídico Número 1. Es de señalar que la acusación fiscal es por el delito de


violación en menor o incapaz continuada, porque según la representación fiscal esta
conducta ha sido reiterada; es decir que se trata de diversos de actos de violación de manera
continua en la menor, según los hechos que se han imputado y de los cuales se conocerá, en
el sentido que la menor *******************, era sometida de manera continua a abusos
sexuales, que constituían actos de violación.

Fundamento Jurídico Número 2. La prueba aportada por el dictamen del perito Doctor
Marin, nos establece que efectivamente existió un abuso crónico en el menor, ello queda
claramente establecido para el tribunal a partir de que la pericia informa sobre múltiples
desgarros en el himen de la menor, y que los pliegues radiales del ano, se encuentran
parcialmente borrados, indicándose además bajo tono de esfínter anal. Ello sin duda
establece de manera categórica para el tribunal desde la experiencia técnica, que la menor
ha sido objeto de múltiples y reiterados, abusos de índole sexual, en este caso de
penetraciones carnales, tal como la menor lo manifestará, y ello es completamente
compatible con la prueba técnica que demuestra diversos desgarros antiguos en himen, y
lesiones en el ano que han llevado hasta borrar parcialmente los pliegues radiales, signo
inequívoco de múltiples penetraciones, que han causado además bajo tonicidad esfinterial,
hecho compatible con las agresiones sexuales, y que refleja la armonía con lo declarado por
la menor.

Fundamento Jurídico Número 3. De ahí que quede establecido sin duda alguna que la
menor Meléndez Platero, ha sido abusada sexualmente de manera continua y que tales
abusos son completamente compatibles, con una violación, es decir que la menor ha sido
objeto de relaciones sexuales, tanto vaginal, como analmente, y queda establecido también
que estos abusos sexuales, consistentes en una violación, lo han sido en una persona que
durante el año dos mil tres, tenía menos de doce años de edad, ello se deduce de la
certificación de partida de nacimiento en la cual consta que la menor nació el día veintitrés
de junio de mil novecientos noventa y tres, por que al año dos mil tres, tenia menos de doce
años, con lo cual se satisface el elemento del tipo penal del artículo 159 CP en el sentido
que la violación debe ser cometida en una persona menor de doce años.

Fundamento Jurídico Número 4. Ahora conviene establecer que la menor señala que el
autor de esos abusos sexuales, continuos, que son constitutivos de una violación en el
sentido de penetraciones anales o vaginales, es su padrastro que convive con ellos, es decir
con la menor y su mamá de nombre de María del Carmen Meléndez Platero, señalando que
el mismo lo conoce por Ramírez y que este trabaja en la policía. Es a esta persona a quien
la menor le atribuye la realización de la conducta de tener relaciones sexuales con ella.
Sobre este aspecto el tribunal debe indicar, que el dicho de la menor, ha sido en grado
sumo, coherente y armónico, siendo el mismo suficiente para poder tener por probada la
conducta que se señala al acusado Salvador Ernesto Ramírez por las circunstancias
siguientes: a) la menor expresa de que forma se le obligaba a tener relaciones sexuales,
señalando penetraciones anales y vaginales, continuas y a la fuerza de parte de Ramírez, la
persona que convivía sentimentalmente con su mamá, persona que dice es policía; b) se han
acreditado de manera totalmente fehaciente, que los abusos sexuales sufridos por la menor,
han acontecido, y ello lo demuestra la prueba pericial, la menor presenta como vestigios
materiales, en sus órganos genitales, señales inequívocas de abusos sexual, compatibles con
lo declarado por ella, en el sentido que "Ramírez la penetraba" y compatibles según la
evidencia pericial, de que se trata de penetraciones reiteradas, tal como lo indica la menor,
por lo que ella dice, se encuentra plenamente confirmado y sin duda.

Fundamento Jurídico Número 5. Pero además de los vestigios materiales, la menor presenta
unas secuelas en el orden conductual y emocional que detallan que ha sido objeto de abusos
de carácter sexual, y ello lo afirman expertos en las disciplinas psicológicas y psiquiátricas,
por lo que el dicho de la menor en cuanto a señalar el abuso y la persona que se lo cometía
adquiere una inusitada fiabilidad, por cuanto los signos del abuso sufrido, son confirmados
por peritajes realizados de manera objetiva, que permiten concluir inequívocamente sobre
la veracidad de lo manifestado por la menor.

Fundamento Jurídico Número 6. Pero además se tiene que ciertamente se ha probado que el
señor Salvador Ernesto Ramírez, es policía, que habitaba con la menor María del Carmen
Meléndez Platero y con su mamá de nombre María del Carmen Meléndez Platero, y que esa
relación ocurría en una casa de la Colonia Monserrat. Ello quedo establecida de manera
cierta, completa y categórica, con el testimonio que rindiera Elsa Nidia Escobar quien
manifestó que ella vive en Monserrat, en una casa que tiene diversas habitaciones, y que ahí
ha conocido al señor Salvador Ernesto Ramírez, siendo que lo ha visto en el lugar, y que el
vive con la señora Carmen, quien es la mamá de ********. De ahí que la testigo determina
con toda claridad que la persona del acusado, es quien vive con la mamá de la menor objeto
de violación y que con ellos vive la menor; resulta entonces obvio que la testigo conoce al
imputado por que lo ha visto en ese lugar, como ella lo indica, y que tal conocimiento lo
tiene por que ella vive en el mismo lugar, donde viven además María del Carmen, madre de
la menor y la menor *********.

Fundamento Jurídico Número 7. Pero además la testigo informa de unos datos relevantes,
que permiten acreditar con total fehaciencia su dicho, así como lo informado por la menor,
en el sentido que la testigo informa que la persona de Salvador Ernesto Ramírez, trabaja en
la Policía, al ser interrogada sobre como ella se había enterado de este punto, la testigo
explicó que sabía que era policía, por que al acusado lo veía, vestido como policía, y que
llegaban a ese lugar a buscarlos otras personas, que andaban uniformados de policía, que lo
llegaban a llamar, y que al señor Ramírez, le decían "Jaraguá". Toda esa información sería
irrazonable de ser acreditada si la testigo no tuviese en verdad contacto con ella, con lo cual
queda completamente acreditado tal como dijese la menor que en su casa también habita
otra persona, y que esta no es otra que Salvador Ernesto Ramírez.
Fundamento Jurídico Número 8. Quedando así completamente establecido, que el acusado
si vivía por días en la casa de la menor, que era compañero sentimental de la madre de la
menor, y que pasaba en la casa de la menor, ello es completamente congruente y conteste
con lo afirmado con la menor, por lo que no hay duda alguna para el tribunal de los hechos
afirmados por la menor y que la persona de Ramírez, a quien la menor lo ubica como su
padrastro y que trabaja en la policía, es la misma persona de Salvador Ernesto Ramírez,
quien es policía, y según lo confirma la testigo Elsa Nidia Escobar, vive ahí con la menor y
su mamá y es policía, con lo cual esta suficientemente establecida la autoría del encartado
en cuanto ser la persona que la menor ha especificado que la obligaba a tener relaciones
sexuales; con dichas pruebas se determina para el tribunal de manera cierta y categórica que
el justiciable Salvador Ernesto Ramírez, es el autor de los hechos constitutivos de una
violación en menor continuada, puesto que esta probado que es la persona que habitaba con
la menor en su casa, y es a quien señala la menor como "Ramírez", quien efectivamente es
policía, como lo ha acreditado hasta la prueba de descargo que se presentó.

Fundamento Jurídico Número 9. Precisamente aquí debe analizarse la prueba presentada a


favor del acusado, y la cual consistió en las declaraciones de Ana Guadalupe Almendares y
de Reyna Elizabeth Carías de Ramírez, ciertamente ambos testimonios no es que declaren
hechos falsos, pero los mismos, son insuficientes, para demostrar que el acusado no ha
cometido los hechos atribuidos y establecidos por la prueba de cargo, es decir ambos
testimonios son incapaces para desacreditar la prueba de cargo y para ubicar al justiciable
como no autor de los hechos. Y es que los hechos afirmados por ambas testigos, son ciertos
y no discutibles, en el sentido que el acusado es el esposo de Reyna Elizabeth Carías de
Ramírez, y que vive con ella en Urbanización El Trébol en Santa Ana, esos son hechos el
tribunal los tiene por ciertos, pero ellos no son excluyentes, de la otra realidad que se ha
acreditado en la vista pública, en el sentido que el acusado también habitaba en la casa de la
Colonia Monserratt donde vivían además María del Carmen Meléndez Platero, que era
también compañera sentimental del acusado, y que en ese lugar, también vivía
**************, la prueba de cargo, ha demostrado de manera categórica, confiable y
sustentable, que el acusado Salvador Ernesto Ramírez, también vivía en ese lugar, y ello no
es excluyente de que el acusado viviera en Santa Ana y tuviera su hogar en aquel lugar.

Fundamento Jurídico Número 10. Y es que lo que no es aceptable, es que el acusado


siempre permaneciera en Santa Ana, por que como lo estableció el mismo testimonio de su
esposa señora Carías de Ramírez, el acusado trabajaba en la policía en la Delegación de
Monserrat, y que hacía turnos de veinticuatro horas en los cuales permanecía en San
Salvador, dichos turnos eran cada semana, es por ello que es coincidente, con los hechos
que: (1) el acusado también es conocido por la víctima ******** y por la testigo Elsa
Nidia; (2) era factible que el acusado se quedase en la casa de la Colonia Monserrat, tal
como lo señalan ************ y Elsa Nidia; (3) y es que entonces como explicar por que
Elsa Nidia y la víctima, conocen al imputado, por que saben que es policía, por que lo han
visto en la casa en mención. La explicación plausible y razonable para el tribunal es por que
efectivamente el acusado no obstante tener su hogar con su esposa en Santa Ana, vivía con
la señora María del Carmen Meléndez Platero, en la casa de la Colonia Monserrat, lugar
donde vía la menor ********** y la testigo Elsa Nidia.
Fundamento Jurídico Número 11. De lo anterior queda claro, que los testimonios de Ana
Guadalupe Almendares y de Reyna Elizabeth Carías de Ramírez, son insuficientes en
cuanto a la información que aportan, para poder desacreditar, la suficiencia de los hechos
que establece la prueba de cargo, es decir ambos testimonios no tienen la cualificación en
su contenido para desvanecer el hecho de que el acusado, viviera así mismo en la Colonia
Monserrat en una casa en la cual vivía también la menor ********** y María Del Carmen,
esta ultima quien era compañera sentimental del acusado. En cuanto a los hechos sucedidos
el día veintitrés de noviembre de dos mil tres, en el sentido que la testigo Carías de
Ramírez, manifiesta que su esposo estuvo con ella ese día, debe señalarse que la imputación
se trata de un delito de violación con carácter continuado, es decir que los hechos se
imputan, no específicamente sobre la imputación de un día determinado, sino de todos los
hechos durante una época determinada, en este caso el periodo dos mil tres, por cuanto
como lo informó la víctima, las penetraciones sexuales, tanto vaginales como anales, han
sido múltiples, reiteradas y por un periodo dilatado que no sólo se circunscribe a un día
determinado, de ahí que la prueba de descargo, no tenga la capacidad de desvirtuar, los
hechos continuados imputados al acusado durante el año dos mil tres.

Fundamento Jurídico Número 12. Tras haberse determinado de manera suficiente y


completa la tipicidad objetiva del delito de violación en menor, conviene ahora considerar
algunas cuestiones jurídicas relevantes, que serán importantes elucidar, la primera de ellas
conviene ceñirla a la imputación de los hechos como un delito continuado, por cuanto los
hechos han sido acusados de esa manera, y al tribunal es de la opinión que la imputación de
un delito continuado debe declararse con lugar, por cuanto los hechos ejecutados por el
justiciable, constituyen en los términos del artículo 42 un delito continuado el cual reza de
la manera siguiente: "Hay delito continuado cuando con una o más acciones u omisiones
reveladoras del mismo propósito criminal y aprovechándose el agente de condiciones
semejantes de tiempo, lugar y manera de ejecución, se cometan varias infracciones de la
misma disposición legal que protege un mismo bien jurídico, aún cuando fueren de distinta
gravedad. No hay delito continuado en los delitos de homicidio y lesiones".

Fundamento Jurídico Número 13. Conviene expresar que el delito continuado se estructura
de la manera siguiente: a) el delito continuado es una pluralidad de hechos completamente
diferenciados pero considerados jurídicamente un supuesto de unidad de acción, por ello es
que se requiere dos o más acciones –en este caso– por las cuales se cometan dos o más
delitos; b) el delito continuado constituye una unidad en el aspecto tanto subjetivo como
subjetivo, por ello es que se requiere condiciones similares de ejecución, pero también
unidad en el propósito criminal; c) respecto de los elementos objetivos deben concurrir, la
unidad del ilícito en su sentido objetivo; similitud formas y medios de ejecución, lo cual no
significa una conducta simétrica; d) debe concurrir en cuanto a la ejecución de la conducta
una unidad en el sentido de vinculación espacio temporal; e) debe concurrir unidad del
sujeto con mismo titulo de autoría; aunque en materia de participación no se exige la misma
identidad que si es sine quanon para los autores; f) debe concurrir unidad del bien jurídico
ofendido; así como afectación del mismo precepto penal, en el cual pueden concurrir sus
formas agravadas o atenuadas, sin que ello afecte la continuidad delictiva; d) en el aspecto
subjetivo debe concurrir un dolo de continuidad, que cubre todos los aspectos objetivos del
delito continuado con énfasis en los aprovechamiento de la misma ocasión; e) la unica
límitación de la cual adolece la continuidad delictiva es respecto de los delitos de homicidio
y lesiones en todas sus configuraciones, por lo que para los restantes delitos que admitan la
estructura de una continuidad delictiva, es valida su aplicación, por ello para los delitos
contra la libertad sexual, como en este caso de una violación en menor, es procedente la
estimación de un delito continuado.

Fundamento Jurídico Número 14. Los hechos que han quedado demostrados según el
mérito de la prueba colectada informan precisamente de un delito continuado y por ellos se
tiene que: a) se ha probado la concurrencia de una pluralidad de hechos completamente
diferenciados, en cuanto a su ejecución, pero considerados jurídicamente un supuesto de
unidad de acción, es decir se ha probado que en el transcurso del año dos mil tres, el
acusado ha ejecutado dos o más acciones –en este caso– cometiendo más de dos o más
delitos, pero todos ellos constituyen jurídicamente una continuación delictiva; b) se ha
probado la unidad en el aspecto tanto subjetivo como objetivo, por ello es que se requiere
condiciones similares de ejecución, pero también unidad en el propósito criminal, se tiene
que los abusos sexuales, ocurrieron en la casa de habitación de la menor, y todos esos actos
están cubiertos por el mismo ámbito de satisfacer un interés sexual ; c) se ha probado la
concurrencia de unidad del ilícito en su sentido objetivo, es decir que la conducta del
acusado ha representado una similitud formas y medios de ejecución, es decir misma
modalidades de ejecución, tanto en la penetración vaginal como en la anal; d) ha concurrido
en cuanto a la ejecución de la conducta, la unidad en el sentido de vinculación espacio
temporal, los hechos suceden de manera más o menos continúa en el período de dos mil
tres; e) ha concurrido unidad del sujeto activo, y en este caso esencialmente en cuanto a la
conducta, por cuanto se trata de un delito de propia mano; f) se ha probado que se trata del
mismo bien jurídico ofendido; del mismo titular en este caso, así como afectación del
mismo precepto penal, en el sentido de contravenir la prohibición de relaciones sexuales
con menores de doce años; d) se estima que en el aspecto subjetivo ha concurrido un dolo
de continuidad, que cubre todos los aspectos objetivos del delito continuado con énfasis en
los aprovechamiento de la misma ocasión, por cuanto al yacer el acusado con la menor
víctima, persona a quien conoce, y sabe que es menor de doce años, se tiene probado, que
el ha sabido que estaba teniendo relaciones sexuales con una menor, y que ha querido la
realización de este acto, inclusive obligando a la menor en contra de su voluntad a tener
relaciones sexuales, mediante violencia psíquica o física, aunque como se expreso en estos
casos el consentimiento de la víctima no opera, pero aquí se quiere significar que el dolo
del acusado ha abarcado hasta el hecho de conminar a la víctima a soportar relaciones de
índole sexual. Con lo cual a nuestro juicio esta probado un delito continuado de violación
en menor.

Fundamento Jurídico Número 15. Ahora debe repararse en la imputación que se hace al
acusado por el delito de violación en menor bajo la modalidad de agravada por el supuesto
del numeral 1 del artículo 162 el cual dice: "Los delitos que se refieren a los cuatro
artículos anteriores serán sancionados con la pena máxima correspondiente aumentada
hasta en una tercera parte, cuando fueren ejecutados: (1) Por ascendiente, descendiente,
hermanos, adoptantes, adoptados, o cuando se cometieren en la prole del cónyuge o
conviviente". En este caso debe estimarse si corresponde aplicar la agravante por la figura
del conviviente. Si se nota el elemento que se utiliza por en la descripción típica, es uno de
aquellos, que tiene un sentido jurídico dentro del ordenamiento de familia, puesto que la ley
de la materia regula, no sólo lo atinente a los cónyuges, sino también a los convivientes, tal
como se determina en los artículos 118 y siguientes del Código de Familia. Más
precisamente el artículo 118 inciso segundo determina respecto de las uniones no
matrimoniales, que: "Los integrantes de la unión, serán denominados convivientes o
compañeros de vida"; siendo los requisitos esenciales para estimar que unas personas son
convivientes los de: a) hacer vida en común; b) en forma singular; c) en forma continua; d)
en forma estable y notoria; e) todo ello por un período de tres o más años.

Fundamento Jurídico Número 16. Si se estima que el reproche al sujeto activo de la


violación cuando se comete en la prole de los cónyuge o de la conviviente, es el mismo en
cuanto a la dosimetría de merecimiento abstracto de pena, resulta plausible, estimar que la
noción de convivientes que se estima como digna de una mayor punición al rango de
agravante especial, debe ser en el sentido de aquella relación que sea más similar a la de los
cónyuges, y ella es precisamente la determinación de convivientes que hace el código de
familia, de ahí que, entendamos que la exigencia del supuesto de hecho de la agravante de
la violación agravada cuando atañe a los convivientes, constituye un elemento normativo,
que requiere la valoración jurídica, de una unión con los requisitos esenciales que
determinan la convivencia en los términos del código de familia, ello es plausible, por
cuanto esta apreciación que ahora hacemos de este elemento del tipo penal, es restrictiva y
no extensiva, y por ello cumple con la exigencia de que las interpretaciones de los
elementos de los tipos penales, sean analógicas, sólo cuando favorecen.

Fundamento Jurídico Número 17. De ahí, que para estimar que ha concurrido la
circunstancia agravante, de que el justiciable es conviviente de María del Carmen Mélendez
Platero, y de que en consecuencia la violación se ha cometido en la prole de la conviviente,
deberían haberse establecido sin duda alguna, todos los elementos que permiten establecer
una convivencia en los términos requeridos por la normativa familiar, es decir, que se debió
haber probado, que la unión entre Salvador Ernesto Ramírez y María del Carmen Meléndez
Platero, más que una relación carnal continua, era una relación para hacer vida en común de
en forma singular, en forma continua; estable, notoria y por un período de tres o más años.
Como ello no se ha probado por la prueba de mérito, no es posible tener por acreditada la
concurrencia de la agravante especial, de que la violación ha recaído, sobre la prole de la
conviviente, por cuanto no se ha probado la relación de convivencia en los términos
señalados, de ahí que el hecho según la prueba sólo pueda ser encajado en el supuesto de
violación en menor de manera continuada y así se declara su tipicidad.

Fundamento Jurídico Número 18. Ahora debe tratarse lo relativo a la imputación de María
del Carmen Meléndez Platero, a quien se le ha acusado por el delito de Violación en menor
continuada, en comisión por omisión. Conviene examinar, entonces lo relativo a la
imputación de violación respecto de la acusada, luego lo relativo a la imputación de tal
hecho en la modalidad de comisión por omisión. Respecto del delito de violación debe
indicarse que la doctrina de manera abrumadoramente mayoritaria, establece que en los
delitos de violación el sujeto pasivo es siempre un hombre y no puede serlo una mujer,
estando tal cuestión sostenida sobre la base de que en la violación se requiere
necesariamente la condición de acceso carnal, aspecto que sólo puede verificarse mediante,
la introducción carnal del órgano viril del hombre en los genitales de la mujer o en otro
hombre si concurre penetración anal, de ahí que ante la imposibilidad de que una mujer
pueda realizar una inmissio penis en el sentido de acceso carnal, se niega la calidad de ser
sujeto activo de violación, aunque pueden imputársele otros niveles en la participación o
otras conductas delictivas, si ella es quien ejecuta los actos sexuales.

Fundamento Jurídico Número 19. Que sólo el hombre puede ser considerado sujeto activo
en calidad de autor respecto de la violación, cuando el tipo penal exige acceso carnal, es
una conclusión como dijimos casi unánime y para ello sirva citar a los siguientes:
"Probablemente resulte poco concebible admitir a la mujer como sujeto activo" (Moreno
Carrasco, Rueda García, Tomo I. 2004 p 600); "Por acceso carnal hay que entender la
conjunción del miembro viril masculino a través de la vía vaginal, anal o bucal de la
víctima. Estas formas impiden que el delito pueda ser cometido entre mujeres" (Rodríguez
Devesa 1991 p 178); "El comportamiento comprende actividad tanto heterosexual como
homosexual, es necesario acceso carnal es decir penetración del pene sea por vía vaginal,
bucal o anal". (Bustos Ramírez 1986 p 115); "Acceso carnal. Es una enérgica expresión
que significa penetración sexual. Se produce cuando el órgano genital entra en el cuerpo,
ya sea por vía normal o anormal... El sujeto activo del delito de violación es solamente el
hombre... esta solución esta impuesta a nuestro criterio por el sentido de la expresión
"tener acceso carnal" ya que acceso quiere decir entrada o penetración y no
compenetración. Quien tiene acceso es el que penetra" (Soler, 1992, 305/308); "El delito
de violación se configura en todos los casos con el acceso carnal. Por acceso carnal se
entiende la penetración del órgano genital masculino en el orificio natural de otra persona
sea por vía normal o anormal, de modo que dé lugar al coito o a un equivalente anormal a
éste. La característica esencial del concepto está dada por la idea de penetración". (Fontan
Balestra 1980, 170).

Fundamento Jurídico Número 20. De ahí que si la estructura del tipo penal se construye
sobre el tener acceso carnal, entendemos que el sujeto activo de tal acto, únicamente puede
ser un hombre, por cuanto sólo él mismo puede realizar un acceso carnal, en los términos
de penetración del miembro viril –pene–. Precisamente si se nota la estructuración del tipo
penal de violación entre nosotros –conforme al artículo 158 CP– descansa sobre la noción
de acceso carnal así reza el artículo precitado que: "El que mediante violencia tuviere
acceso carnal por vía vaginal o anal". Nótese que lo que se requiere es que se tenga acceso
carnal, es decir que el sujeto activo realice el acto de accesar carnalmente a una persona;
por el contrario el tipo penal no requiere que una persona se haga accesar carnalmente, sino
que ella accese carnalmente. Y tal acceso carnal en el sentido de penetración mediante pene
solamente lo puede realizar un hombre, siendo esa la estructura típica que el legiferante
acuño en lo relativo al delito de violación. Ello es oportuno indicarlo por cuanto de lege
ferenda si se admite la ofensa sexual siendo sujeto activo el hombre o la mujer, pero
adviértase que ya no se trata de la estructuración de un delito de violación, sino de la
denominada agresión sexual –con un contenido descriptivo menos restringido– y que
tampoco se requiera ya como elemento el tener acceso carnal, de ahí que en los cuerpos
normativos que acuñan modelos típicos estructurados de esa manera si es plausible sostener
la autoría de una mujer, empero no es el caso de la figura tipo que regla el código penal
salvadoreño, en lo relativo al delito de violación. En tal sentido es nuestra opinión que el
delito de violación, tal como esta estructurado, requiere de tener acceso carnal, lo que
requiere penetración de pene, y ello sólo puede ser realizado por un hombre, desde ahí la
imputación de violación a María del Carmen Mélendez Platero no es sostenible, por
imposibilidad de ser sujeto activo, y ello aunque el hecho se impute como una omisión
impropia, como más adelante se dirá.

Fundamento Jurídico Número 21. El fundamento para imputar a la acusada los hechos de
violación en menor en comisión por omisión radican según la acusación de los hechos, lo
que determina el objeto del debate en lo siguiente: "y que ella se lo ha dicho a su mamá
María del Carmen Meléndez Platero, y ella a su mamá le dijo cuando ella, le contó lo que
éste le hacía que ya no le hiciera caso, pero él no hace caso y lo ha seguido haciendo". En
cuanto a los fundamentos de la imputación del hecho violación en comisión por omisión, la
fundamentación de la acusación que se admitió, se hizó descansar sobre el deber jurídico, la
posición de garante, los deberes de cuidado protección y vigilancia de los peligros.
Corresponde analizar la conducta imputada a la justiciable, desde los hechos que se le
acusan, hechos que no consisten en valoraciones jurídicas, sino en un sustrato fáctico de lo
acontecido en la realidad en un momento y lugar determinado.

Fundamento Jurídico Numero 22. Es importante indicar sobre la figura de la comisión por
omisión, que este no constituye una forma de delito autónomo, sino que es considerado
como un amplificador de los tipos penales, es decir un instrumento que en determinados
casos extiende la punibilidad, en este caso, permitiendo imputar en modalidad de una
conducta activa –como si fuera la comisión de un hecho– la omisión de ciertas actuaciones,
en el sentido de evitación de resultados, que se exigen bajo ciertos presupuestos que deben
concurrir inexorablemente. Para tener una visión completa de ello conviene citar
literalmente la norma del artículo 20 que dice: "El que omite impedir un resultado,
responderá como si lo hubiera producido, si tiene el deber jurídico de obrar, y su omisión se
considerará equivalente a la producción de dicho resultado. El deber jurídico de obrar
incumbe a quien tenga por ley, obligaciones de cuidado, protección o vigilancia, al que con
su comportamiento precedente creó el riesgo y al que, asumiendo la responsabilidad de que
el resultado no ocurriría, determinó con ello que el riesgo fuera afrontado".

Fundamento Jurídico Número 23. Conviene aquí aproximar algunas cuestiones necesarias
para la configuración de la comisión por omisión, desde la perspectiva con la cual la
establece el Código Penal en el artículo 20. Ciertamente el delito impropio de omisión son
constitutivas de las infracciones no tipificadas del deber de impedir un resultado de un
delito de comisión –tipificado–; empero, para que pueda suceder esa inversión jurídica,
debe existir una cláusula habilitadora, que bajo ciertos requisitos especiales, permita
imputar la omisión de un deber jurídico a la comisión de un acto, dicha formula es la
utilizada en la norma penal en el sentido que quien no evita un resultado, teniendo el deber
jurídico de obrar, responde como por el resultado producido, como si el lo hubiera
ocacionado.
Fundamento Jurídico Número 24. Para la configuración de la estructura de los delitos
omisivos impropios, coinciden algunos elementos que son propios de toda conducta
omisiva, y son los que son los que a continuación sólo se mencionan: a) la situación típica
generadora del deber; b) la no realización de la acción debida; c) El poder de realización
respecto de la acción debida. Pero los delitos de omisión impropia se distinguen por una
característica que les es única la denomina posición de garante, sustentada sobre el deber
jurídico de obrar. La denominada posición de garante, constituye para el sujeto activo, una
especial relación respecto a la protrección de bienes jurídicos, a los cuales en virtud de la
posición que ha asumido, debe dispensarles cuidado, protección o vigilancia, pero debe
tenerse en cuenta que la posición de garante implica únicamente deberes jurídicos y no
deberes estrictamente morales.

Fundamento Jurídico Número 25. En la legislación penal, la posición de garante deviene de


unos deberes jurídicos, que son impuestos normativamente, de ahí que los mismos deben
entenderse taxativos, y su interpretación queda cubierta por el principio de legalidad, por lo
que debe imperar una intelección restrictiva de las fuentes de donde emana la posición de
garantía. En cuanto a las fuentes de las cuales emana la posición de garante, es menester
siquiera aproximar los siguiente: La regulación más clásica de la posición de garante, tiene
su cimiento en las denominadas fuentes del deber –teoría formal de las fuentes del deber–
para la cual, una omisión se torna antijurídica, cuando el agente tenia en el caso especifico,
el deber jurídico de actuar para evitar el resultado. De ahí que el deber puede surgir de la
ley (deberes amplios de familia) del contrato (en el sentido que obliga a tutelar bienes
jurídicos dispuestos para su protección) y la injerencia o previo hacer peligroso; de esos
supuestos los mandatos del deber se han extendido a las llamadas "relaciones especiales de
comunidad" y a la libre aceptación del riesgo".

Fundamento Jurídico Número 26. De esta visón formal de fuentes de posición de garante,
se ha pasado a la formulación funcional de las fuentes del deber –cuestión que es polémica–
siendo que por las éstas, el fundamento del deber que explica la posición de garante, se
sustenta, en la función que corresponde al omisor en relación a la protección del bien
jurídico que le corresponde tutelar. De ahí la división que se hace, entre posición de garante
por función de vigilancia de una fuente de peligro, en la cual hay indiferencia de los bienes
jurídicos tutelados, y lo que importa es el deber de resguardar el peligro que podría
originarse de la fuente que debe tutelar el omisor; y la función de protección de un bien
jurídico, en cuyo caso el sujeto activo sí esta encargado de la protección de un interés
jurídico determinado. No conviene aquí examinar todas las fuentes de riesgo, ni las formas
en que se imputan, por lo que bastará señalar el arquetipo que podría considerarse aplicable
al caso en particular, desde el deber jurídico de obrar.

Fundamento Jurídico Número 27. La fuente de deber que se examina es la que atañe a los
deberes de protección de bienes jurídicos. En estos, el fundamento del deber, radica en los
vínculos de deberes naturales, en las relaciones de estrecha comunidad –sin entrar a
considerar otros supuestos–. Por ejemplo, los deberes de cuidado entre la familia, siempre
que exista una comunidad familiar, pero como se dijo supra no basta para imputar el hecho
desde la figura de la comisión por omisión, que conforme a los deberes de protección, la
persona tenga posición de garante, sea desde una visión formal o material de la fuentes de
garante, sino que además se tienen que colmar otros supuestos, como más adelante se verá.

Fundamento Jurídico Número 28. Sin entrar en más consideraciones que serían atinentes a
la estructura del delito de omisión impropia, sobre la base del deber de actuar, de los nexos
de imputación, y de la posición de garante; debe señalarse liminarmente, que el sentido de
que la comisión por omisión sea una forma de imputación no autónoma, ello significa, que
su imputación no se puede generalizar para todo tipo penal de la parte especial por que para
ello deben considerarse: a) si la estructura de la omisión puede ser imputado al tipo penal
correspondiente de la parte especial; b) si subjetivamente el hecho puede ser imputado de la
misma manera en la conducta activa del tipo penal de comisión, respecto de la conducta
omisiva que se configura; c) si concurren todos los elementos propios para la configuración
del autor; d) si no se trata de un delito de propia mano. De no concurrir estos presupuestos,
la inversión de la no evitación del resultado, para imputarlo como equivalente a la
producción del resultado es completamente estéril, por cuanto no habrá posibilidad de
imputar el hecho en su sentido típico.

Fundamento Jurídico Número 29. Sólo para ilustrar, en el caso de María del Carmen, dado
que lo que se imputa es un hecho estrictamente doloso, como lo es una violación, debió
considerarse, que la omisión que se le imputaba, era precisamente dolosa, y no de ninguna
otra forma de imputación subjetiva. Además era menester establecer si la acusada, tenia las
condiciones para ser autora del delito de violación, por cuanto sólo de esa manera podía
imputársele la comisión por omisión. Resulta plausible para el tribunal que la acusada no
reúne las cualidades para ser autora directa o coautora de un delito de violación, que
requiere tener acceso carnal, es decir que requiere una penetración de pena en vagina o ano,
y esa conducta ciertamente es de aquellas denominadas de propia mano, es decir que, en
ellos se requiere a nivel de exigencia típica, que la realización de una acción determinada,
sólo puede ser ejecutada por quien se encuentra en posición de ejecutar de manera
inmediata y corporalmente tal conducta, dándose una relación necesaria entre conducta y
sujeto, de acuerdos a exigencias corpóreas de realización del acto.

Fundamento Jurídico Número 30. De acuerdo con lo anteriormente expuesto, la acusada


María del Carmen Meléndez Platero, no puede ser autora en comisión por omisión del
delito de violación de en su hija **************, ello por que la justiciable, no puede ser
sujeto activo de violación, por que tal conducta sólo puede ser imputada desde la noción del
sujeto activo, como un delito de propia mano, lo anterior es motivo ya suficiente para
sostener la imposibilidad absoluta de que la acusada haya podido ser autora de este hecho,
ni en comisión por omisión; si se quiere añádase que, además de lo anterior, cuanto nunca
se estableció ni siquiera por aproximación la misma especie de imputación subjetiva, es
decir que la acusada al incumplir los deberes de obrar estuviese obrando dolosamente, para
alcanzar la realización del tipo penal de violación. Por todo ello no es posible imputar a la
encartada el delito de violación en la modalidad de comisión por omisión, no basta para ello
que la acusada fuese la madre de la víctima, y que tuviera deberes de cuidado sobre está, es
por ello que procederá absolver a la acusada, y añadiéndose únicamente que sobre esta
imputación no recayó ni siquiera un elemento de prueba de lo que se incorporó en el
debate.

Fundamento Jurídico Número 31. Establecida que ha sido la tipicidad, corresponde


determinar si la conducta desarrollada por Salvador Ernesto Ramírez, se encontraba
justificada por nuestro ordenamiento jurídico. De la prueba que se ha relacionado en juicio,
tanto pericial como testimonial y documental, ofrecidas por la Fiscalía, en ningún momento
nos lleva a pensar que el encartado haya actuado legitimado para realizar tales conductas,
pues la única causa que justificaría su actuar sería el consentimiento del sujeto pasivo,
siempre y cuando la víctima esté habilitada para otorgarlo, y ello no ha ocurrido, y aún en
caso de haber ocurrido, no tendría ninguna relevancia, por cuanto por la edad de la menor,
toda aquiescencia no tiene el poder de suprimir lo injusto; en consecuencia, se puede
afirmar que la conducta desarrollada por el imputado es formalmente antijurídica, por ser
contraria al ordenamiento jurídico que prohíbe atentar contra la libertad sexual de una
persona; asimismo es materialmente antijurídico, puesto que se atentó efectivamente en
forma violenta contra la libertad sexual de ***********.

Fundamento Jurídico Número 32. Culpabilidad. Esta categoría es de vital importancia,


puesto que está referida a la persona del justiciable, corresponde preguntarse para el
desarrollo de la misma, si Salvador Ernesto Ramírez, es una persona que puede motivarse
conforme a la norma que prescribe, en el sentido de no disponer del cuerpo de otra persona
en forma violenta, para efectos de yacer carnalmente, en el caso particular de tener
relaciones sexuales, con una menor de doce años. La persona de Salvador Ernesto Ramírez,
es de cuarenta y cuatro años de edad, es empleado y se desempeñaba como miembro de la
Policía Nacional Civil, del debate se entendió que es una persona con facultades mentales
normales, se colige entonces que tiene la suficiente madurez y experiencia de vida para
comprender de manera efectiva su comportamiento y el contorno en el que se desenvuelve.

Fundamento Jurídico Número 33. Es decir, que de la prueba colectada en el debate, no se


determinó que el acusado adoleciese de ningún tipo de deficiencia psíquica o física que nos
mueva a pensar que nos encontramos ante una persona inimputable, lejos de ello, estamos
ante alguien imputable que puede motivarse conforme a la norma, por cuanto la prueba no
indicó ninguna alteración de carácter psíquico en cuanto a su capacidad de compresión o de
querer, con lo cual se determina que el justiciable es capaz de culpabilidad penal. Con ello
al procedo, es posible es exigirle con suficiencia que considerarse que la conducta de tener
relaciones sexuales con una menor de doce años, es una conducta prohibida por las normas
penales, con rango de delito, es decir que, a nuestro juicio, al justiciable se le puede exigir
plenamente el juicio de conciencia de la ilicitud, por lo que no concurriendo tampoco de la
prueba obtenida en el debate, que el acusada hubiese actuado por un motivo poderoso que
disculpará su conducta, debe afirmarse su culpabilidad, al haberse determinado su
imputabilidad, su conciencia de lo ilícito y la exigibilidad de su actuación.

Fundamento Jurídico Número 34. Corresponde ahora que ha sido declarada la culpabilidad
de Salvador Ernesto Ramírez, determinar el grado de pena que ha de corresponderle por el
hecho cometido culpablemente, para ello sirve tomar a consideración el desvalor de lo
injusto y la culpabilidad respecto de ese injusto, en los términos que señala el artículo 63
CP y para ello se tiene: (A) En cuanto al daño y el peligro efectivo provocado, se determina
que el delito de violación no sólo lleva consigo la violencia física, sino también la de
carácter moral, lo que puede decirse es de mayor gravedad, puesto que con este hecho se ve
afectada la psiquis de la persona objeto de la agresión sexual, que amerita tratamiento
especializado a fin de superar la situación estresante que produce la violación. De esta
forma, sin lugar a dudas, el acusado, ha provocado daños físicos en la víctima, pero
también daños de carácter psicológico, esto ha quedado de manifiesto al escuchar a la
víctima, así como con el dictamen psicológico incorporado al juicio por su lectura.
Agregándole a estas circunstancias el estigma social inherente al evento que sufrió el
menor. Se han tratado de hechos reiterados, esencialmente violentos y vejatorios, con un
dolo reiterado, han concurrido múltiples accesos carnales, tanto vaginales como anales, por
lo que el desvalor del hecho es desmesurado, ello constituye un delito continuado de suma
gravedad.

Fundamento Jurídico Número 35. (B) Los motivos que impulsaron al inculpado a realizar el
hecho se desconocen con certeza, mas tratándose de un delito de índole sexual, se considera
que se efectuó para satisfacer instintos primarios, no importando la oposición de la víctima,
no se tiene evidencia criminológica, que indique que el acusado es un pedofílico, por
cuanto el abuso sexual en menores de edad no importa per se pedofilia, de ahí que los
motivos se califiquen como de índole erótico-sexual. (C) Con respecto a la mayor o menor
comprensión del carácter ilícito del hecho por parte del procesado, sin lugar a dudas se
tiene que es una persona completamente capaz de conocer el alcance de sus actos, es capaz
de discernir lo lícito de lo ilícito, le es fácil saber que el tener una relación sexual obligando
a otra persona a soportarla no es lícito; Sobre la capacidad de comprensión del encausado,
se ha determinado que es capaz de comprender y dirigir su conducta, por la madurez
emocional que posee, lo que le permite tener el conocimiento suficiente de lo reprochable
de su actuar, se trata de una persona adulta, con un grado de madurez bien formado y
además dicha exigibilidad de la conciencia de ilicitud en cuanto a su graduación es de
mayor alcance por que se trata de una persona que desempeñaba la labor de policía; en este
caso la intensidad de la conciencia de lo ilícito por las condiciones personales del sujeto,
son de mayor reproche.

Fundamento Jurídico Número 36. En relación a las circunstancias que rodearon el hecho:
Los abusos sexuales cometidos por el acusado se realizaron en repetidas ocasiones, ya que
el acusado era compañero sentimental de la madre de la menor, en tal sentido, la menor se
encontraba en una situación de mayor desprotección. En cuanto a las circunstancias
atenuantes o agravantes, este tribunal, señala que ha concurrido al menos de manera
genérica la agravante siguientes: La numero 18 del artículo 30 CP que dice: "Son
circunstancias que agravan la responsabilidad penal: "Tener el sujeto activo del delito, la
calidad de funcionario público, autoridad pública o agente de autoridad". En este caso no
resulta problemática la imposibilidad alética de la circunstancia agravante en cuanto a la
calidad de agente de policía, por cuanto el tipo penal de violación no requiere ninguna
calidad especial de autoría, es por ello que al quedar probado que el acusado es agente de
autoridad, por cuanto es agente de la policía nacional civil, según lo informó la prueba
testimonial, tal actividad es más reprochable en el injusto, por el desvalor que un agente de
policía cometa delitos dolosos, como en este caso el de violación.

Fundamento Jurídico Número 37. De acuerdo a los grados de desvalor del injusto y de la
culpabilidad que en este caso son muy graves, en atención a las razones expuestas, deberá
estimarse la penalidad a imponer, como se trata de un delito continuado, debe tenerse en
cuenta la especial punibilidad de esta figura, la cual esta reglada en el artículo 72 CP y dice:
" En caso de delito continuado se sancionará al culpable por un único delito, con el máximo
de la pena prevista para éste. En este caso se trata de un delito de violación en menor cuya
pena según el tipo penal del artículo 159 es de diez a catorce años de prisión. En
consecuencia, conforme a los parámetros de penalidad se impone como pena la de catorce
años de prisión.

Fundamento Jurídico Número 38. Responsabilidad civil. En relación con la responsabilidad


civil, debe señalarse que es difícil cuantificar la proporción de ésta en forma precisa, más
aún cuando el ministerio público no ha aportado ningún elemento probatorio para deducir
los daños y perjuicios generados por la lesión del bien jurídico de libertad sexual de la
víctima. Por lo que no se cuenta con los parámetros adecuados para determinar con justicia
la proporcionalidad de la cuantía que por concepto de responsabilidad civil debe pagar el
inculpado, por lo que se le condena en abstracto, debiendo el ofendido acudir a las
instancias pertinentes para gestionar lo correspondiente a la indemnización civil, en cuanto
a su determinación, con ello se indica, que determinado que ha existido un delito, se declara
la responsabilidad civil, en cuanto daño civil, ocasionado a consecuencia de un delito, pero
no es posible la determinación del cuantum de ese daño por que no ha concurrido prueba
sobre esos parámetros y cualquier estimación que el tribunal hiciera sin pruebas sería
subjetiva y arbitraria, por lo que su determinación corresponderá cuando se presenten las
pruebas para su tasación.

Fundamento Jurídico Número 39. Como pena accesoria, se condena al imputado a la


pérdida de los derechos de ciudadano, por igual tiempo de duración de la pena principal,
como pena de inhabilitación absoluta, de acuerdo a los artículos 46 N° 1; pero además dado
que el acusado Salvador Ernesto Ramírez se desempeñaba como miembro de la Policía
Nacional Civil, y dado las características del delito, es procedente declarar la pena de
inhabilitación absoluta, en el sentido de condenar al acusado a la pérdida del empleo
público, que desempeñaba con el Estado. Respecto de las costas procesales deberá
absolvérsele por ser gratuita la administración de justicia.

FUNDAMENTACION DE LA DETENCIÓN PROVISIONAL

El Tribunal considera que, hasta este momento, el acusado y la acusada se ha mantenido en


detención provisional, mas ahora que se ha determinado culpabilidad únicamente respecto
del acusado Salvador Ramírez, es lógico pensar que si se modifica tal medida cautelar,
mientras esta decisión adquiere firmeza (art. 133 del CPP), el peligro de evasión por parte
del procesado se acrecienta; pues es de sentido común, que una persona ya encontrada
culpable, ante una pena grave, decida evadir su cumplimiento, que de suceder así, frustraría
uno de los principales fines del proceso, como es la realización del Derecho Penal; con tal
fundamento, y dado que hay apariencia de buen derecho, a nivel de certeza, que el hecho
por el que el acusado ha sido encontrado culpable es grave, y que ello propicia más el
peligro de fuga, conforme con los artículos 285, 292 y 293 del Código Procesal Penal, se
justifica mantener vigente la medida cautelar de detención provisional, que en caso de
adquirir firmeza este fallo, se transformará en prisión.

HECHO ACREDITADO

Se tiene como hecho acreditado el siguiente: Que Salvador Ernesto Ramírez, durante el año
dos mil tres, de manera repetida y contínua, tuvo relaciones sexuales, con
**************, relaciones que consistieron en penetraciones vaginales y anales, que
ocurrían en la casa donde ambos vivían en Colonia Monserrat de esta ciudad, siendo que la
menor ***********, al momento de tener dichas relaciones sexuales tenía menos de doce
años de edad.

Al voto redactado por el juez Sánchez Escobar, se adhirieron plenamente con sus votos los
jueces Rogel Zepeda y Gil Cruz.

POR TANTO, conforme con las razones expuestas y artículos 11, 12, 15 y 172 de la
Constitución de la República; 8 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos; 1,
4, 63, 116, 159 y 42 del Código Penal; 345 del Código de Familia; 1, 6, 15, 130, 272, 327,
354, 356, 357, 359, 360, 361 y 443 del Código Procesal Penal, a nombre de la República de
El Salvador, FALLAMOS:

(A) Declárase culpable a SALVADOR ERNESTO RAMÍREZ, de generales expresadas al


inicio de esta sentencia, en calidad de autor del delito continuado de violacion en menor, en
perjuicio de ***********, razón por la que se le condena a la pena principal de catorce
años de prisión. (B) Condénase asimismo a la pena accesoria de inhabilitación absoluta en
lo relativo a la pérdida de los derechos de ciudadano, la que cumplirá por igual plazo y en
forma paralela de la pena principal impuesta. (C) Condénase a SALVADOR ERNESTO
RAMÍREZ a la pena accesoria de inhabilitación absoluta en lo relativo a la pérdida de su
empleo público. (D) Declárase responsable civilmente a Salvador Ernesto Ramírez por el
delito de violación en menor cometido en *************** por lo que se le condena en
forma abstracta, que será gestionada por la víctima en la sede judicial correspondiente; en
cuanto a las costas procesales se le absuelve por ser gratuita la administración de justicia.
(E) Continúe el acusado en la privación de libertad en que se encuentra, como detención
provisional, que en caso de quedar firme esta sentencia se transformará en prisión; (F) Si
las partes no impugnan esta resolución, debe considerarse firme el fallo y remitirse las
certificaciones correspondientes al Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y
Ejecución de la Pena de San Salvador, al Centro Penal respectivo, al Tribunal Supremo
Electoral y a la Dirección General de la Policía Nacional Civil. Hágase Saber.

71-2004-2a

Vous aimerez peut-être aussi