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Felicitaciones

Realmente hoy debo felicitar a la organización del acto post


votación de la ley de medios porque verdaderamente estuvo
perfecto y los ilustres oradores del mismo son los que nos
representan, los que hemos elegido y el mundo nos ve a
través de ellos. Bien ganada tienen la fama ante nuestro
silencio estampa.

Es que el viernes 9 de octubre del 2009, debe quedar en la


historia de nuestra querida nación, donde el matrimonio
derrotado en las últimas elecciones, ante nuestra pasividad,
ha recuperado el terreno perdido, y ha creado la ley que tan
indispensable era para nuestro país.

No podíamos seguir viviendo con una ley de la dictadura. Con


la inseguridad, la pobreza y la desnutrición infantil sí.

Por eso estimados lectores debemos felicitarlos, porque con


ese festejo, cortando como siempre y con la venia del
Ejecutivo, la Ciudad de Buenos Aires, ya se ha convertido en
una inmensa peatonal.

Para qué se enojan con el Jefe de Gobierno porteño que


intenta reordenar el tránsito, si la Policía -que no la quiere
entregar el Ejecutivo- permite que cualquiera corte cualquier
calle; ya no se puede circular por ningún sentido, para ningún
lado.

¿Cómo no vamos a festejar que los supuestos señores


distinguidos de la Cámara Alta como así se denominan
(supongo por los salarios), se dieron vuelta como panqueques
-vaya uno a saber a cambio de qué-, y salvo escasas
excepciones, consintieron sin reclamo alguno una de las leyes
más inconstitucionales que se ha promulgado en la historia de
nuestro país, y curiosamente bajo un supuesto gobierno
democrático y federal?
Pensar que hace poco, los mismos representantes nos
hicieron creer que podíamos confiar en ellos, y apoyaron la
causa aún sin resolver del conflicto con el campo.

Claro que previamente a esa sesión, la Ciudad Autónoma de


Buenos Aires en su totalidad había salido a las calles y a los
balcones a mostrar su disconformidad.

Esta vez nos quedamos mirando el debate por televisión o


será que fue fin de semana largo y no nos importó.

¿Cuántos de nosotros nos arrepentiremos cuando en unos


meses veamos Canal 7 multiplicado por todas las señales y el
programa más visto sea “Aló Presidenta”?

Pero seamos honestos, no hemos hecho nada para evitarlo,


hemos dejado que las elecciones pasadas que tanto
festejamos derrotando a la monarquía “K”, hoy queden en el
olvido.

El Ejecutivo ni lerdo ni perezoso, ante la pasividad nuestra y


de la oposición, ahora nos contará seguramente a través de
los canales que administrará, la transparencia del INDEC, los
planes sociales de trabajo que no se llevan a la práctica, cómo
disminuye el desempleo y por supuesto la inseguridad.

Mientras un Juez intenta investigar la Mafia de los


Medicamentos que ha matado a nuestra gente, el Estado
“Garantiza” que al Sr. Fiscal que la instruye, no lo amenacen
de muerte diariamente.

Nosotros nos distraemos con el Fútbol Gratis para todos,


festejamos con ese acto la ley de medios “K”, nos distraemos
con la clasificación patética de la Selección Nacional, esa que
supo ser campeona del mundo, ahora al mando de un dios
falso que un día necesitamos inventar, que además se la
creyó, y ante el mundo, el supuesto director técnico que nos
representa como nación, en vez de dar el ejemplo como
máximo responsable, nos da vergüenza ajena con sus
desafortunadas declaraciones, y es por eso que me pregunto:
¿quousque tandem argentinos?

Algunos aseveran que hay olor a 2001, que Duahalde está de


vuelta.

Insisto en mi postura de que la Presidenta termine su


mandato y en paz, insisto que no son necesarios ni saqueos a
supermercados ni que se derrame una gota de sangre para
que de una vez por todas, en vez de quejarnos, pongamos
nuestro granito de arena en lo que podamos hacer, para que
la historia no se repita, propongamos ideas y en lugar de
quejarnos, reivindiquemos a los hombres y mujeres que han
dejado su marca por nuestro país, imitándolos con propuestas
innovadoras para así poder salir adelante.

No olvidemos las palabras de nuestro Libertador de América,


Don José de San Martín: “Hace más ruido un sólo hombre
gritando que cien mil que están callados”.-

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