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El Control de Contacto en la doctrina de uso de la fuerza por parte de la Policía Nacional

del Perú

Desde que se promulgó el Decreto Legislativo 1186 Ley que regula el uso de la fuerza por
parte de la Policía Nacional del Perú, nació en la doctrina peruana un nuevo nivel denominado
Control de Contacto, dicho nivel ha sido poco tratado en razón de su exigua comprensión, por
lo que en este artículo procuraré explicar el porqué de la necesidad de su incorporación en los
niveles de uso de la fuerza.

Para ubicarnos mejor es importante mencionar que tanto el Decreto Legislativo 1186 como su
reglamento Decreto Supremo 012 – 2016 –IN, señalan que el Control de Contacto es el tercer
nivel preventivo definiéndolo de la siguiente forma: “Es el uso de técnicas de comunicación,
negociación y procedimientos destinados a guiar, contener la acción o actitud de la persona o
grupos a ser intervenidos sin llegar al control físico”

Esta definición procura explicar la mayor parte de su naturaleza, sin embargo es necesario
desarrollarlo para su mejor comprensión y aplicación por lo que opino que en el control de
contacto el personal interviniente debe observar constantemente dos aspectos importantes:

1. El ambiente que lo rodea: Es decir, se debe evaluar el lugar o espacio del donde se
produce la intervención, tomando en cuenta lo siguiente:

- Los medios de policía o equipo policial con el que se cuenta.


- Cantidad de sujetos que pueden representar o representan una amenaza, esta debido
a que el sujeto a intervenir o intervenido puede tener resguardo o contención.
- Ubicación del intervenido o intervenidos.
- Ubicación e identificación de posibles víctimas que se encuentran a inmediaciones
tomando conciencia de que podrían ser utilizadas como escudos humanos,
secuestradas o podrían recibir un proyectil producto de un fuego cruzado.
- Lugares que pueden ser utilizados como parapetos por el efectivo policial y el
intervenido.
- Lugares de ingreso o salida a un inmueble
- Objetos que pueden ser utilizados como armas.

2. El espacio o distancia que lo separa del intervenido: Aspecto no menos importante,


en el cual primordialmente el efectivo policial debe preocuparse de no invadir el espacio
personal del intervenido, ni que este invada el del efectivo policial, me refiero a la (burbuja
personal), esto en razón de que al ingresar a esta zona, instintivamente se activa los
mecanismos de auto protección o conservación, el tope o distancia mínima para el control
de espacio en mención es de 45 centímetros, lo menciona Flora Davis en el siguiente
texto:

“El contacto de hasta cuarenta y cinco centímetros es la distancia apropiada para reñir,
galantear o conversar íntimamente. A esta distancia las personas se comunican no sólo
por medio de palabras sino por el tacto, el olor, la temperatura del cuerpo; cada uno está
consciente del ritmo respiratorio del otro, de las variaciones en el color de la piel”.

Es importante señalar que la activación del control de contacto se encuentra en el umbral


de dos niveles de la fuerza, la verbalización y el control físico, por lo que el control de
contacto incorpora a su procedimiento la verbalización activa como un nivel máximo de
verbalización que inicia al agotarse la persuasión, mediación y negociación, ante lo cual
el efectivo policial debe elevar el nivel de voz y cambiar su postura corporal advirtiendo la
intención de utilizar un nivel superior de fuerza, es decir el control físico ante una
resistencia física o las tácticas defensivas no letales ante una agresión no letal. E ahí el
punto de discordia, la actitud y lenguaje no verbal y/o verbal del intervenido no dan un
indicador de resistencia física ni agresión, por lo que aún el efectivo policial no puede ni
debe pasar al siguiente nivel, sin embargo se aprecia la invasión de la burbuja personal,
por lo que se tiene que elevar la verbalización a su máximo nivel y utilizar técnicas y
tácticas que permitan mantener indemne el espacio personal del efectivo.

No se debe dejar de lado, que existe una especial particularidad en la aplicación del control de
contacto por parte del efectivo policial según la función que cumple; según el caso el control de
contacto se puede irradiar o incrementar al ambiente que lo rodea por cuanto muchas veces el
efectivo policial tendrá que entablar límites que no deben ser rebasados por temas que
enmarcan el “orden público,” el “bien común,” la “protección de la escena de un delito” etc., en
dichas situación se tendrá que emplear los medios y técnicas que por la especialidad funcional
deben utilizarse, sin dejar de lado que para emplear la fuerza en cualquiera de sus niveles se
debe tomar en cuenta tres puntos de importancia, la actitud del intervenido, la percepción del
riesgo y el nivel de la fuerza a utilizar.

Autor: Kristian Gutiérrez Manrique Instructor en Derechos Humanos y uso de la fuerza.

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